Suplemento 2017 bocaintercontinental

Page 1

Andres Fernandez emiliano parise franco Tripodi

Fuimos HĂŠroes

boca CampeĂłn Intercontinental 2000


De La Boca al Mundo > Andres Fernandez Beltran Sorprendente, emotivo, vibrante, increíble y sobre todo inesperado. Así fueron los primeros quince minutos de la final de la Copa Intercontinental en Tokio, Japón. Torneo que enfrentaba a Boca Juniors, campeón de la Copa Libertadores y al Real Madrid, ganador de la máxima competición europea de clubes. A priori, el conjunto Merengue llegaba a tierras asiáticas como gran favorito para volver al viejo continente con el Mundialito, como suelen llamar a esta competición en España. Con figuras consagradas a nivel mundial y grandes proyectos futbolísticos, el equipo español se llevaba los flashes de los fotógrafos, las miradas de los locales y la atención futbolística del mundo. Casillas, Hierro, Roberto Carlos, Figo, Guti, Raul, fueron algunos de los jugadores que estuvieron presentes esa noche fría e histórica de Tokio. Por el otro lado, el conjunto de La Boca, que fue a Japón con la humildad, responsabilidad y carácter necesarios para jugar un partido de semejante magnitud. Con los pies sobre la tierra, sabiendo a lo que se enfrentaban, pero nunca olvidándose de que esto es fútbol, juegan 11 contra 11 y puede pasar cualquier cosa. La concentración fue la clave del partido, no distraerse ni un solo minuto. La dificultad del rival requería eso, explotar al máximo las cualidades propias para de-

jar en evidencia las pocas falencias de los madrileños. Así fue como antes de los primeros cinco minutos del primer tiempo, Martín Palermo hizo explotar de alegría a los 10.000 argentinos que viajaron a Japón y unos cuantos millones que lo vieron o escucharon desde Buenos Aires y todo el resto del país esa madrugada del 28 de noviembre. Luego de una asistencia de Marcelo Delgado, el titán la empujó sobre la línea dejando a Casillas sin nada para hacer, iniciando lo que sería una noche única, mágica e inolvidable. Minutos más tarde, Juan Román Riquelme le daría un pase exquisito de más de cincuenta metros al 9, que le ganó en velocidad a Geremi y la colocó abajo a la izquierda del arquero español. 0-2 para los dirigidos por Del Bosque y la felicidad absoluta para el conjunto de Carlos Bianchi, iban solamente seis minutos de juego. Luego, llegaría el descuento de brasileño

Roberto Carlos, sacudió el ángulo derecho del arco de Oscar Córdoba. Boca mermó en sus ataques pero sin resignar posesión de balón. El gran responsable de que esto haya sido así fue el 10, Riquelme. Tuvo una noche consagratoria, no convirtió ninguno de los dos goles pero fue el jugador que más tuvo la pelota, que más ocasiones género y al que más infracciones le cometieron. El bloque defensivo del Madrid no supo cómo controlarlo en ningún momento del cotejo. El árbitro colombiano Óscar Ruiz pitó el final y el conjunto de la rivera porteña ingresó en la historia grande del fútbol mundial ganándole 2-1 al Real Madrid. Fue una noche especial en la que los corazones argentinos vibraron frente a los goles de Palermo, las gambetas de Riquelme y la alegría inmensa de todo el plantel una vez que se habían cumplido los 90 minutos reglamentarios.


El Padre de la Bestia > Emiliano Parise Nunca serán suficientes las palabras para describir a aquella persona que fue artífice y creador de uno de los equipos más reconocidos a nivel mundial, no sólo por la cantidad de títulos obtenidos, sino también por su estilo de juego. El Boca de Carlos Bianchi no era un conjunto que se caracterizara por la sutileza ni el derroche de calidad, sino por su mentalidad ganadora y su manera de afrontar cada partido con la certeza del triunfo. El Virrey, como sería bautizado más adelante, debutó como jugador profesional en Vélez en 1967. Un año después, le marcaría su primer gol a Argentinos Juniors en el campeonato en el que su equipo se coronaría campeón. En su doble ciclo en el club de Liniers sumó 206 goles. En 1973 le llegó la oportunidad de jugar en el fútbol europeo y el Reims de Francia fue su destino. En 1980 se dio el tan ansiado regreso a su segunda casa, Vélez Sarsfield, donde disputó otras cuatro temporadas antes de volver al fútbol francés. Sería allí, en el viejo continente, donde Carlos Bianchi colgaría sus botines y pasaría a estar del otro lado de la línea de cal para comenzar a

desempeñarse como entrenador. Su debut en su nuevo rol fue en el Stade Reims en 1984 cuando todavía era jugador del equipo. Nueve años más tarde, en 1993 comenzó a forjarse la historia grande de Bianchi como entrenador. Fue cuando fue llamado para dirigir a Vélez junto a Daniel Willington. El mismo año que asumió su cargo, obtuvo el Clausura 93 y en 1994 se coronó campeón de la Copa Libertadores para más tarde dar el gran golpe en Tokio al derrotar al poderoso Milan por la Copa Intercontinental. Luego de su exitoso paso por Vélez, llegó la esperada oportunidad de dirigir en Europa. Su destino fue la Roma de Italia, en donde no le fue para nada bien. Pero quizás eso quiso el destino, porque su pronta salida del equipo de Franco Sensi, lo llevó a su acuerdo como Boca Juniors. Apenas arrivado al club de la ribera, Carlos Bianchi tuvo que tomar importantes decisiones. Una firme línea de cuatro defensores con Ibarra, Bermúdez, Samuel y Arruabarrena que le sirviera de sostén a un ataque comandado por un tal Riquelme y sus dos compañeros de ataque, Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo. A partir de ese momento, Boca no perdió más y fue campeón invitcto del Apertura de 1998. Finalmente llegó el primer gran logro del ciclo del Virrey. En el año 2000, Boca se consagró campeón de la Copa Libertadores de América al derrotar por penales al poderoso Palmeiras de Brasil en la final. Ese fue un título consagratorio que se coronó con el título en la Copa Intercontinental con un triunfo histórico frente al Real Madrid de los galácticos por 2 a 1 con dos goles de Palermo. Fue aquella noche que la figura del gran Carlos Bianchi terminó de agigantarse para luego convertirse en el mejor técnico en la historia de Boca Juniors.


Las Claves del Campeón > Franco Tripodi

- La presencia de Matellán Uno de los jugadores menos recordados de Boca es el de Daniel Fagiani, por el contrario, de los más presentes en las cabezas de los Xeneizes –especialmente cuando se habla de la final con Real Madrid- es el de Aníbal Matellán. Fagiani venía siendo titular en el torneo local, y lo hacía muy bien, pero el virrey observó que el partido ameritaba una marca personal a Luis Figo, la estrella de los galácticos y el indicado para la tarea era Matellán. Según cuenta el propio Fagiani, Bianchi le explicó tan bien su decisión que entendió que el equipo necesitaba a Matellán.

El titán quería compartir el partido de su vida junto a su amigo, por lo que le pidió a Bianchi que lo pusiera de titular (dejando en el banco de suplentes al Chelo Delgado, a lo que el virrey contestó “Si entra Guillermo salís vos”, ahí se dio por finalizado el tema, y, paradójicamente, el primer gol de palermo vino por un centro de Delgado.

- El Optimista del Gol No se puede hablar de la Copa Intercontinental 2000 sin mencionar a Martín Palermo. A los 2 y 5 minutos respectivamente, el Titán marcó los goles de Boca que le permitieron subirse a la cima del mundo. En ese momento ya era querido por el hincha de Boca, pero aquella noche de Tokio se recibió de ídolo.

- Delgado por Guillermo En el fútbol hay amistades muy conocidas, desde Lionel Messi con Agüero a Leonardo Astrada y Hernán Díaz; sin dudas una de ellas es la de Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto.

- La motivación Boca se encontraba ante la mayor oportunidad en la historia del club y Real Madrid no contaba con eso, todo el plantel creía que el partido ya estaba ganado antes del pitazo inicial. Bianchi tenía muy claro el prejuicio merengue, por lo que su estrategia se basó en golpear lo más rápido posible y, que ante tal puñetazo el equipo español no pudiera levantarse de la lona. El Patrón Bermúdez definió a los jugadores de Boca en la previa como “fieras enjauladas”. Claro está, que un factor fundamental para la motivacion de los jugadores fueron los 10000 hinchas presentes al otro lado del mundo en plena crisis económica, incluso hubo una charla previa a la final donde Bianchi les hizo sentir el orgullo de esta responsabilidad que llegó hasta las lágrimas. Tras el festejo, el Virrey obligó a los jugadores a irse a dormir que debían jugar dos días mas tarde ante San Lorenzo para conseguir el apertura y seguir haciendo historia.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.