medio ambiente
En Bolivia observaron al
“culotapado”:
uno de los 10 mamíferos más raros del mundo Sus garras: enormes, fuertes y muy desarrolladas, las patas delanteras extremadamente grandes, musculares y fuertes”, dijo Huáscar Bustillos Cayoja a Mongabay sobre el pichiciego chaqueño. Foto: © Iván Gutiérrez Lemaitre.
Milan Sime Martinic / Mongabay Latam
E
l vehículo no paraba de rebotar en una trocha llena de baches. Había empezado a llover a cántaros en cuanto dejaron la carretera pavimentada, la vía estaba resbaladiza y las ruedas se hundían. Eran las 8 de la mañana. Al volante estaba Nick Mcphee, un conservacionista australiano convertido en un especialista del ecoturismo en Bolivia, y con él estaban el biólogo
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boliviano Huáscar Bustillos Cayoja, la bióloga social de impacto ambiental Paula Silva y el fotógrafo profesional Iván Gutiérrez. Pensaban que se quedarían atascados en el barro, pero devolverse no era algo para considerar. Aún faltaba una hora y media para llegar al destino y rendirse no era una opción. Iban tras un “santo grial” de los conservacionistas: la observación y registro de uno de los armadillos más raros del mundo, el esquivo pichiciego
chaqueño (Calyptophractus retusus), también conocido como pichiciego mayor, el mítico “culotapado” como lo conocen los locales o tatujeikurajoyava según los guaranís del Chaco boliviano. También lo llaman tatu o coseberu en las ciudades, sus descubridores en el siglo XVIII lo llamaron “el llorón” y también es conocido para la ciencia como el armadillo de Burmeister. Los investigadores estaban muy emocionados.