3 minute read
Peligros de la comunidad cristia
Monseñor José Libardo Garcés toma posesión como Administrador Apostólico en Cúcuta
Monseñor Héctor Epalza Quintero, p.s.s.
Advertisement
Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Málaga-Soatá, tomó posesión como nuevo Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta el pasado lunes 1 de febrero.
En presencia del Colegio de Consultores de esta Iglesia Particular, se hizo oficial su nuevo servicio en la curia diocesana. El Colegio de Consultores es un órgano que funciona como asesor del Obispo diocesano en asuntos de gobierno y de especial urgencia. Al quedar la sede vacante, retoman sus funciones en la toma de posesión del Administrador encargado de la Iglesia Particular determinada (Cfr. CIC 501-502). Fraternidad con el clero diocesano
Monseñor asumió su cargo visitando las diferentes dependencias e instituciones de la Diócesis, para conocer de primera mano la labor evangelizadora que adelanta la Iglesia Católica de Cúcuta.
Por otra parte, manifestó la necesidad de conocer a todos los sacerdotes, por lo que, los días lunes 8 y martes 9 de febrero, se llevaron a cabo reuniones con el presbiterio por Vicarías, con el objetivo de proyectar todo el trabajo como Administrador Apostólico, el cual se fundamenta en contribuir a la fraternidad, pero también a la espiritualidad del clero diocesano.
Su intención principal es ayudar como pastor en medio del contexto de la reactivación de la sociedad, para volver a realizar el trabajo como Iglesia que acompaña, anima, sostiene, y que muestra el rostro de Jesús. Todo esto, de manera presencial hasta donde lo permiten las autoridades, guardando los debidos protocolos de bioseguridad.
Monseñor José Libardo, invitó a los sacerdotes a continuar acompañando al pueblo de Dios, de la mano de sus orientaciones pastorales y teniendo los objetivos claros, de manera que en la Diócesis se hable un mismo lenguaje.
En estas reuniones también ha motivado que se retome el Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular (P.E.I.P.), animando cada una de las estructuras y las pastorales existentes en la Diócesis de Cúcuta.
(14/06/1940 – 02/02/2021)
Ante un cuadro clínico desfavorable y unos días internado en la clínica Comfamiliar de Pereira, Monseñor Héctor Epalza Quintero, padre sulpiciano, falleció el pasado 2 de febrero a sus casi 81 años de vida.
Era un hijo de Norte de Santander, natural de Convención; nació el 14 de junio de 1940. La primaria la cursó en su municipio y la secundaria en el Seminario Menor de Ocaña (1953-1954), y en el Seminario Menor de la Arquidiócesis de Cali (1955-1959). El ciclo institucional filosófico-teológico lo realizó en el Seminario Mayor de Cali (1959-1965).
Cursó la Licenciatura en Misionología (1977-1979) y la Licenciatura en Historia de la Iglesia (1979-1981) en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Así mismo, hizo algunos otros estudios de especialización: Teología Litúrgica en el Instituto Teológico Pastoral del CELAM (1968), Medellín; Teología espiritual en la Pontificia Ateneo Teresianum de Roma (1989) y la misma especialidad en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1999).
Recibió la sagrada orden del presbiterado el 14 de julio de 1965 en Cali y en esa Arquidiócesis quedó incardinado. Fue admitido a la Compañía de San Sulpicio, Provincia de Canadá, el 30 de enero de 1989. Entre los años 1992 y 1999 acompañó la formación al sacerdocio en el Seminario Mayor San José de Cúcuta.
El 16 de Julio de 2004, el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de Buenaventura, donde los fieles lo llamaban “el Obispo del pueblo”, por ser el vocero de las comunidades más vulnerables del Pacífico. El viernes 30 de junio de 2017, la Santa Sede dio a conocer que el Papa Francisco le aceptaba su renuncia -ya que, a sus 77 años, ya había cumplido con la edad reglamentaria de retiro-, siendo desde entonces el Obispo emérito de Buenaventura. En el año 2017, en entrevista para el Periódico La Verdad, dejó un mensaje para la Diócesis de Cúcuta: “Hay muchos métodos, pero lo importante no es el método, es el entusiasmo, la convicción, el compromiso con que pastores y fieles vivimos ese compromiso que se tiene a nivel diocesano. Estoy seguro que todo Plan Pastoral sea su espiritualidad de comunión, todos apuntan a que el reinado de Dios sea algo tangible, visible en este mundo y no sea un pensamiento del más allá, Dios quiere que podamos realmente llegar a esa plenitud de felicidad que Dios prepara para los que le aman a él, presente en el hermanoprójimo, ya que no se pueden separar estos dos amores.