1 minute read

– GABRIEL VILLEGAS FLORES (1925-2008)-

Por: Gabriel Villegas Flores+

Advertisement

detrabajarydeconocernuevoshorizontes.

Quiero compartir con ustedes uno de los momentos más bonitos que tengo guardados enmimente,yaquelavidamehadadomuchas alegrías, satisfacciones, emociones, placeres, tristezas y dolor, pero sobre todo, agradecerle a Dios por tenerme todavía con vida y poder compartir con todos mis pensamientos que hoy están mas vivos que nunca.

Recuerdo muy bien en ese tiempo de 1944 estaban contratando gente para ir a reparar y hacer nuevas rutas de las vías del tren por motivos de que Estados Unidos estaban en guerra con Alemania, por lo que era urgente que las vías estuvieran en buenas condiciones, ya que en esa época era fundamental transportar el equipo de guerra hacia las costas y de ahí, en barco hasta un punto determinadoenEuropa.

En esa época había contrataciones nmed atas de ZacatecashaciaSanLuisPotosí, para posteriormente viajar con destino hacia Bristol, Pensilvania,ynoseimaginaque viajes tan agobiante pero hermoso por tren, ya que el viajecito se tardaba solamente 8 días y 8 noches y el cansancio eraenormeperoteníamosganas

La primera vez que hicimos ese viaje llegamos a Monterrey, NL., y la gente que vendía cosas en la estación del tren nos empezó a decir que éramos contratados para ir a la guerra y gran cantidad de gente queiba,entroenpánico,perovariosamigos jerezanos que íbamos a la aventura con edades de 15 a 17 años sabíamos que no habíamos sido contratados para ir a la guerra sino para arreglar vías, así que tres cuartaspartesdelagentequeibaeneltren se bajó en Monterrey y no quisieron arriesgar nada, pero los mas aventurados nos arriesgamos hasta nuestro destino por loquecomprobamosquesieraparatrabajar comojornalerosenreparacióndevías.

Lomáscuriosoquenospasoalllegaralaciudadde Bristolfuequelaestacióndeltrenestaballenadegente anglosajona esperándonos como si fuéramos diplomáticosocomosihubiéramosllegadodelaguerra triunfantes, pero la realidad es que los americanos sabían esa tarde llegarían mexicanos a su cuidad a trabajar en la reparación de vías y ellos creían que verían un gran espectáculo de ind os con taparrabos, plumas y flechas, nuncahabíanvistoamexicanos.

Lo que más les asombro y extraño esquetodosíbamosvestidoscomo ellos y además a mayoría de nosotrosporserdeciudadescomo Jerez. Monte Escobedo, y Tlaltenango en donde hay mucha gentealta,ojosdecolorazul,verde, pielblanca,puesnoestábamostan tirados, por lo que casi se les caen los chones de asombrados.. Que recuerdos aquellos demijuventud, hoy todo ha cambiado, los recuerdos de trabajo y anécdotas en Bristol permanecerán en os corazones de quienes todavía tenemosladichadevivirydisfrutar esta linda vida. ¡Hoy, usted amigo lector son parte y cómplice de mis recuerdos de juventud.¡... Hay se losdejodetarea.!Hastalapróxima¡

This article is from: