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Claves sicológicas de una separación amigable

CAROLINA MARÍN

Zócalo | Piedras Negras

Las rupturas de pareja suelen afectar de manera muy negativa a las personas implicadas en la misma, y en ocasiones incluso a más gente, sobre todo si hay hijos pequeños de por medio.

En situaciones de este tipo es relativamente habitual que surjan sentimientos de malestar, decepción y frustración; y en los casos más severos, los reproches o las faltas de respeto suelen provocar una separación que puede llegar a ser verdaderamente traumática. Sin embargo, una separación no es sinónimo de hostilidad y enfrentamiento generador de malestar. También puede ocurrir que ambas personas pongan de su parte para hacer que la separación sea amigable. Veamos cuáles son las características de este proceso.

¿Cuáles son las principales claves de una separación amigable?

Son muchas las causas y desencadenantes que pueden originar una ruptura en malos términos, pero por suerte, existen una serie de recomendaciones que resultan muy útiles para prevenir la aparición de estas malas dinámicas de comunicación, de modo que se pueda transitar por un proceso de separación de forma amigable y satisfactoria para ambas partes (siempre que esa relación no se hayan dado casos de abusos o de maltrato de algún tipo, en cuyo caso no hay que aspirar a estar “en sintonía con el otro” sino que hay que priorizar la búsqueda de protección para la víctima). Si quieres conocer las principales pautas que nos pueden ayudar a sobrellevar una separación de manera amistosa, sigue leyendo.

1. Respeto Mantener un comportamiento respetuoso es un requisito imprescindible en cualquier interacción social, y especialmente en el ámbito de la pareja, una vez la relación ha terminado. Tras el desgaste de una relación de pareja puede llegarse al punto en el que se pierda el respeto hacia la otra persona, lo cual suele derivar en insultos, descalificaciones personales y toda clase de comportamientos agresivos que en nada favorecen a una separación amistosa. Es por eso que, aunque podamos sentirnos muy dolidos por la otra persona y por mucha razón que creamos tener, es recomendable mantener siempre una actitud respetuosa hacia nuestra ex pareja con el objetivo de facilitar y agilizar el proceso de separación o divorcio.

Esta voluntad de respeto mutuo se hace aún más necesaria en el caso de que la pareja pueda tener hijos en común.

2. Acuerdo El mutuo acuerdo es otra de las características esenciales de cualquier separación amigable y es un signo inequívoco de que los dos miembros de la pareja quieren transitar por dicho proceso de la mejor forma posible para ambos. El acuerdo, la negociación positiva, estar dispuesto a ceder cuando sea necesario son elementos indispensables para resolver cuestiones esenciales durante la ruptura como puede ser el reparto de bienes y en general cualquier otra cuestión económica que deba ser tratada al término de la relación. Resulta evidente que una actitud positiva hacia el acuerdo y la colaboración ayudan a crear un clima de mayor bienestar que repercute positivamente en ambos miembros de la pareja, así como en otros familiares, amigos e incluso en los hijos que estos puedan tener.

3. Centrarse en el futuro En aquellas relaciones que han pasado por un proceso de separación amigable es habitual que ambos miembros de la misma estén dispuestos a pasar página y mirar al futuro, centrándose en la nueva etapa en la que se encuentran. Por el contrario, aquellas parejas que no han terminado en buenos términos su relación suelen estancarse en el pasado, centrándose en los sentimientos negativos y en el malestar que les genera la ruptura. Además de eso, también es habitual que uno o ambos miembros de la pareja haga continuos reproches centrados en las afrentas pasadas, añadiendo mayor dolor a la ya de por sí difícil situación de ruptura. Para superar esta situación, es recomendable no reforzar la idea de que la relación ha fracasado y centrarse en un futuro esperanzador partiendo de las enseñanzas y las experiencias estimulantes y positivas por la que hemos pasado durante ese tiempo de noviazgo o matrimonio.

4. Comunicación fluida

Ser capaces de reunirse de nuevo y mantener una charla amistosa sin enfrentamientos ni discusiones sobre el pasado es uno de los signos inequívocos de que la ruptura entre dos personas ha sido amistosa. Hay que procurar mantener una comunicación fluida que o se vea entorpecida por el miedo a que la otra persona nos prejuzgue o nos aya a atacar. Otra de las características esenciales de una ruptura culminada de manera exitosa es la posibilidad de mantener conversaciones tanto en la modalidad formal como informal, sin que ello haga variar lo más mínimo la fluidez de la misma.

5. Sentido del humor

Tener sentido del humor y ser capaces de bromear incluso en la situaciones más difíciles por las que podamos pasar a lo largo de nuestra vida es un signo de buena gestión de las emociones y capacidad para Ir más allá de la perspectiva “trágica” de los hechos.

La capacidad de bromear sobre la situación actual tras la ruptura con otra persona o incluso recordar amistosamente episodios pasados durante la relación también indica que la ruptura se ha saldado en buenos términos o que por lo menos va por ese camino.

6. Una perspectiva esperanzadora sobre la capacidad de superar la ruptura

Es normal pasar por un estadio de sufrimiento y malestar durante los primeros compases de una ruptura de pareja; sin embargo, una vez esta se ha superado cada miembro de la antigua relación es capaz de seguir adelante con sus vidas de manera optimista y olvidar los malos momentos.

Ser conscientes de esta capacidad de resiliencia nos predispone a no entrar en dinámicas de comportamiento que nos lleven a alimentar el dolor emocional y la búsqueda constante de “culpables” en el fin de esa relación: No tenemos por qué convertir el resto de nuestras vidas en una prolongación del malestar de esa separación.

7. Protección hacia los niños

En las parejas separadas de manera amistosa hay un riesgo menor de generar traumas en los hijos pequeños que estos puedan tener, ya que sus padres siempre pondrán el bienestar de los mismos por delante de cualquier disputa personal con su antigua pareja. No hay ningún motivo por el que dos padres separados no puedan llevarse bien una vez finalizada la relación, y ese es un ejemplo de conducta muy positivo con repercusiones beneficiosas para el desarrollo de los pequeños. “No perder de vista su calidad de vida, además, ayuda a crear sintonía entre las personas que se separan, ya que deben seguir colaborando en ese sentido”.

8. Sinceridad sobre el motivo de la ruptura Algunas parejas tienden a culpabilizarse mutuamente a la hora de dilucidar el motivo de la ruptura, trasladando en la otra persona toda la responsabilidad sobre la misma.

Ser consciente de la parte de responsabilidad que tiene cada uno es una forma muy sana de abordar el proceso de transición y de no dejar “cabos sueltos” que den lugar a las inseguridades y a la angustia ante la incertidumbre.

9. Cambio de vida

Tras una ruptura de pareja es habitual que alguno de sus miembros o ambos empiecen a realizar algunos cambios en su vida, que pueden ser de diversos tipos e influir en varios ámbitos de su realidad cotidiana.

Estos cambios en los hábitos o intereses ayudan a aliviar tensiones y a hacer que el paso a esa nueva etapa de la vida resulte más satisfactorio, con lo cual es más sencillo dejar de asociar al/ la ex a una fuerte sensación de malestar.

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