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¡Avala AMLO permiso para robar y matar!

Larespuesta que ha dado el Presidente mexicano a los más recientes escándalos de su gestión se puede simplificar en la destrucción de dos de los pilares del Estado moderno: El castigo a los corruptos y el combate a las bandas criminales.

¿Y por qué López Obrador premia a corruptos y criminales?

1.- Porque al matar al INAI, Obrador no sólo convierte en institución del Estado la “licencia para robar”, sino que solapa saqueos históricos como el de Segalmex, entre muchos otros.

Y el más reciente ejemplo es la corrupción sin freno que promueve y oculta el Mandatario entre colaboradores de primer nivel, como el escandaloso saqueo en que han incurrido el titular la Sedena, el hoy desprestigiado general Luis Cresencio Sandoval, quien con pruebas demoledoras fue exhibido como un verdadero saqueador del dinero público.

2.- Y, porque al defender de la justicia norteamericana a criminales como los jefes de cárteles de la droga de Sinaloa y Jalisco –como “Los Chapitos”-, el señor López no solo confirma su alianza con esos grupos mafiosos sino que avala como política pública la “licencia para matar”.

Una licencia que, por ejemplo, ha llevado al fracaso total la promesa de que en la gestión de AMLO no habría impunidad, que no habría corrupción; al fracaso la promesa de que no habría masacres, no habría más muertes violentas, no habría más periodistas asesinados y tampoco más feminicidios y más mexicanos desaparecidos.

Es decir, que el presidente López Obrador puede decir misa, si así lo desea, para justificar la muerte del INAI y para impugnar la persecución de “Los

Chapitos” desde Estados Unidos; puede insistir en el cuento de la defensa de la soberanía y hasta puede seguir mintiendo hasta el infinito.

Lo cierto, sin embargo, es que detrás de la orden presidencial para acabar con el Instituto Nacional de Acceso a la Información, INAI, y con la defensa a ultranza de sus aliados del crimen organizado, el Mandatario mexicano solo confirma que en su Gobierno existe “permiso oficial para robar” y “permiso oficial para matar”.

Y por esa razón, porque los corruptos y los criminales hoy se saben impunes, abundan los casos de políticos, legisladores, servidores públicos, aliados del Presidente, gobernadores, militantes y simpatizantes de Morena que sin pudor saquean las arcas públicas. Políticos, familiares, amigos y funcionarios públicos a los que desde Palacio el mismísimo Presidente defiende, solapa, elogia y hasta los señala como ejemplo de honestidad, a pesar de que las pruebas de corruptelas están a la vista de todos.

Y también por esa razón hoy abundan los ejemplos de la complicidad del Gobierno mexicano, el de López Obrador, con los cárteles de Sinaloa y Jalisco, a los que el tabasqueño ha defendido antes, durante y después de su llegada al poder presidencial. Y se trata de una defensa a ultranza porque son grupos criminales que durante años financiaron –con dinero ilegal-, el activismo político de López Obrador; financiamiento a cambio de que el hoy Presidente entregara la plaza a las mafias del crimen organizado.

Mafias que, por ejemplo, han incursionado en todos los órdenes de Gobierno y en todos los cargos de elección popular; mafias que lo mismo tienen el con-

Historias de Reportero CARLOS LORET DE MOLA

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