El debate de la posesión de armas en los EE.UU. desde una perspectiva legal, moral y ética

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El debate de la posesión de armas en los EEUU desde una perspectiva legal, moral y ética Por Melissa Siclla, Lucía Solis y Geraldine Vivanco

A favor o en contra todos tienen una posición con respecto al control y posesión de armas. Opinión que se agudiza, si el país sobre el cuál se debate es Estados Unidos. Las posiciones de ambas partes, tanto los que están de acuerdo como los que no, se fundamentan en leyes básicas, como la Segunda Enmienda, hasta cuestiones ético-morales presentes en el juicio personal de cada estadounidense. Estados Unidos, al ser un país federalista, se rige bajo una Constitución General. Sin embargo, no todos sus estados coinciden necesariamente en cuanto a leyes, Parlamento y Cortes de Justicia se refiere.

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n los últimos años una ola vertiginosa de crímenes perpetuados por gente común que posee un arma, tales como masacres y tiroteos en lugares públicos como el cine o centros educativos, han hecho que la población estadounidense intensifique el cuestionamiento sobre los alcances de la posesión de armas y sus restricciones. Toda persona tiene el derecho a defenderse de la manera en la que lo considere conveniente; siempre y cuando no atente contra las libertades individuales de terceros. Para ello, la ley debe ajustarse a estos requerimientos y consideraciones. La tesis del presente trabajo expone que la ley debe ser adaptada para poder lograr un mayor control de la posesión de armas y los requisitos para quienes deberían ser portadores de una.

1. El inicio: Segunda enmienda, ¿qué significa? La discrepancia durante el caso Heller vs Columbia se dio a partir de interpretaciones diferentes de la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, la cual mencionamos anteriormente. ¿Qué significa exactamente la Segunda Enmienda? ¿Y qué puede hacer o no hacer el


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gobierno con ella? Según su definición y como hemos presentado, esta dice: «Siendo necesaria una milicia ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringido». Sin embargo, cuando se trata de armas, a la población no necesariamente le interesa qué derecho se está protegiendo. Las cortes judiciales en Estados Unidos, como la de Columbia, por ejemplo, han interpretado la Segunda Enmienda como defensa de un derecho no individual pero sí para los estados para crear milicias. La decisión de la Corte Suprema del Distrito de Columbia en el caso Heller vs Columbia declaró que los americanos tenían derecho a usar armas para defensa propia en sus hogares. Algunos opositores, como el New York Times, señalaron: “…la resolución haría que más americanos mueran insensiblemente con ideas equivocadas y peligrosas como el poseer armas sin mayor regulación que una norma que no era comprendida por completo’’.

La decisión de la Corte Suprema del Distrito de Columbia en el caso Heller vs Columbia declaró que los americanos tenían derecho a usar armas para defensa propia en sus hogares. Algunos opositores, como el New York Times, señalaron: “…la resolución haría que más americanos mueran insensiblemente con ideas equivocadas y peligrosas como el poseer armas sin mayor regulación que una norma que no era comprendida por completo’’.

Incluso, el hecho de dos ideas contrarrestadas en una podría haber generado más confusión sobre el significado de la Enmienda. Por un lado, las armas son herramientas necesarias para la defensa propia y comunidad. En tiempos coloniales, esta interpretación era fácilmente entendida. La confusión sigue: ¿qué derecho protege exactamente la Segunda Enmienda? Se necesitaron muchos años para responder esta pregunta. Fue en Junio de 2008, cuando la respuesta llegó. La Corte del Distrito de Columbia declaró, en el caso Heller, el legítimo derecho de la población a usar armas para defenderse, un derecho de cada individuo para pelear por sí mismo contra el crimen. Lo que debía elaborar era una serie de regulaciones que no hagan de ese derecho una forma de violencia desatada y la paranoia. Muchos quedaron sorprendidos por la resolución del caso, otros estuvieron satisfechos. Lo que es certero es que se sentó un precedente para futuros debates similares. }

1.1. Antecedentes: Segunda enmienda y control de armas a lo largo de los años en Estados Unidos. El control de armas en los Estados Unidos ha variado con el paso de los años. Hoy, incluso es más común la fabricación de artefactos con artículos netamente caseros. Sin embargo, cabe resaltar que las restricciones al uso de armas aparecieron desde el siglo XX. En 1902, por ejemplo, Carolina del Sur prohibió la venta de pistolas a civiles. En 1911, no se podía caminar en Nueva York con un arma sin un permiso especial. Años más tarde, en 1934, las regulaciones


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federales del Gobierno Central sobre armas comenzaron a crecer con el Tratado Nacional de Armas de Fuego, una ley promulgada por el Congreso de los Estados Unidos que impuso un impuesto a la tenencia y transferencia de armas de fuego teniendo como propósito regular las consideradas “armas de gángsters”, tales como las ametralladoras y escopetas de cañon corto. En 1960, sin embargo, el panorama cambió: el asesinato de los Kennedy y Martin Luther King Jr. asustaron a los norteamericanos generando una creciente ola de violencia urbana. El índice de criminalidad aumento más del doble desde 1960 hasta 1970, de 159.6 a 361.0 incidentes por cada 100, 000 personas. Por otro lado, durante la década de 1980, la comunidad de derechos de armas y la Asociación Nacional del Rifle vio algunas victorias legislativas que sirvieron como preludios para algunas derrotas aplastantes que tuvieron durante la siguiente década: Bill Clinton, siendo gobernador de Arkansas, apoyó al NRA pero cuando llegó a presidente cambió de posición proponiendo requisas y sugiriendo nuevos métodos para regular la posesión de armas. Un ejemplo de ello es La Ley de Prevención de violencia Brady Hangun , que instituyó controles para todos los potenciales compradores de armas. En 2005, después de sucedido el huracán Katrina, los ciudadanos notaron cómo el gobierno, sin ningún tipo de registro y aludiendo nuevas políticas de seguridad, estaba preparado para retener sus armas y destruirlas.

1.2. Heller vs Columbia: una sentencia importante.

El 18 de marzo de 2008, se hizo historia en los Estados Unidos a raíz de un tema que había dividido al país por décadas: la posesión de armas.

El 18 de marzo de 2008, se hizo historia en los Estados Unidos a raíz de un tema que había dividido al país por décadas: la posesión de armas. Esta cuestión se plasmó en el polémico caso Heller vs Columbia: un caso llevado a juicio ante la Corte Suprema del Distrito de Columbia, dentro del circuito de Washington D.C, en el cual un grupo de seis abogados, liderados por el oficial de policía Dick Heller, quien había solicitado un certificado que lo autorizara tener una arma de fuego en su hogar. Esta petición que le fue negada por el Distrito de Columbia. Entonces, Heller presentó una demanda contra la Corte Federal del Distrito basándose en la Segunda Enmienda de los Estados Unidos (parte de la llamada Carta de Derechos ) que indica: «Siendo necesaria una milicia ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringido». El tribunal del Distrito desestimó la reclamación señalando que la Segunda Enmienda era operable sólo cuando es estrictamente necesaria en una situación de defensa propia. Heller alegó que la prohibición violaba su propia


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autonomía como persona. Ambas posiciones estuvieron claras: Washington D.C sostuvo que la Segunda Enmienda se aplica específicamente al derecho a portar armas, como parte de una milicia siguiendo literalmente la ley. Por su parte, los abogados de Heller sostuvieron que la prohibición era inconstitucional al infringir directamente un derecho que garantiza a los ciudadanos la libertad individual a poseer armas de fuego, no sólo como una parte importante del derecho a la legítima defensa, sino también como uno inherente que se remonta a la Carta de los Derechos que señala: “ENMIENDA II: Derecho de las personas a tener y portar armas, así como a mantener una milicia. Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”. Además, el argumento se basó en el concepto de “intención original”, la idea de que los autores pretenden un derecho de los individuos a portar armas en la Constitución. El oficial apeló y el Tribunal del Distrito ordenó realizar un juicio. Finalmente, y tras varios meses de espera, La Corte Suprema declaró que la Segunda Enmienda asegura un derecho individual y que, efectivamente, las regulaciones del Distrito de Columbia violaban ese derecho. Washington D.C perdió y Heller obtuvo el permiso que solicitó para portar armas.

1.3. Las secuelas: Consecuencias y debate a partir de la sentencia del caso Heller.

Finalmente, y tras varios meses de espera, La Corte Suprema declaró que la Segunda Enmienda asegura un derecho individual y que, efectivamente, las regulaciones del Distrito de Columbia violaban ese derecho.

El caso Heller vs Columbia fue un hito por tratarse de la primera vez que La Corte Suprema de Washington se dirigía directamente a la Segunda Enmienda de los Estados Unidos desde 1939. Heller y sus defensores catalogaron su victoria como la reivindicación del derecho de una defensa propia legitima sin la cual ningún otro derecho podría ser concebido. La Corte Suprema reafirmó este derecho y además declaró lo siguiente: (A) El texto de la cláusula operativa (Segunda Enmienda) demuestra que connota un derecho individual a poseer y portar armas. (B). La “milicia” comprende todos los hombres físicamente capaces de actuar de manera concertada para la defensa común, entre otros. La declaración finalizó con una instrucción precisa: dejar que Heller registrara su arma y que se le expendiera una licencia legítima de posesión. No hubo más registros. Esta sentencia significó un inicio y un final en cuanto al tema. Dos años después, en 2010, otro caso


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fue resuelto: McDonald vs Chicago. Ottis McDonald un ingeniero de mantenimiento, jubilado, de 76 años, residente en Chicago desde 1971, fue asaltado hasta cinco veces y quiso comprar armas de fuego además las escopetas de caza con las que ya contaba. La petición le fue negada. Sin embargo, tras asociarse con un grupo de residentes de Chicago, McDonald entabló una demanda y dos años después se dictó la resolución, tomando como base el caso Heller privilegiando el derecho presente en la Segunda Enmienda. Existen organizaciones que se ven directamente afectadas con estos casos y sus resoluciones como son la Asociación Nacional del Rifle y la Campaña Brady para prevenir la violencia con armas. En el caso del primero, la ANR participó activamente en busca de restricciones precisas para la posesión de armas. Por otro lado, la Campaña Brady declaró su preocupación por la disminución de la regulación gubernamental de las armas de fuego la cual, según ellos, se traduciría en más muertes. Sin embargo, han reconocido el hecho de que ningún resultado del caso – Heller vs Columbia- impide la capacidad del gobierno, ya sea federal o local, para establecer algún nivel de reglamentación de armas de fuego.

2. Utilización de armas: Casos polémicos Jurídicamente una persona puede poseer y portar armas según el derecho individual para la autodefensa, gracias a una serie de leyes estatales y federales, y según lo establece la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos.

Jurídicamente una persona puede poseer y portar armas según el derecho individual para la autodefensa, gracias a una serie de leyes estatales y federales, y según lo establece la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos.

Para el sistema judicial, el uso de un arma de fuego en un crimen violento o en el tráfico de drogas se castiga con una pena de prisión de mínimo un mes hasta 20 años. Una segunda condena, si el arma es automática o está equipada con un supresor –Es decir, un silenciador- se decreta cadena perpetua sin libertad. A continuación se presentaran tres casos distintos en los que se utilizaron armas para agredir a gente inocente, que buscan respaldar la tesis del presente trabajo: El mayor control del uso de armas y los requisitos para quienes deberían ser portadores de una. Y demostrar la facilidad de mentes criminales para tener acceso a un arma mediante sus padres o porque son respaldados por un derecho que termina jugando en contra.

2.1. Masacre de Columbine: Primer debate político sobre


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la posesión de armas La masacre en la escuela secundaria Columbine, en Colorado, fue un asesinato masivo que tuvo lugar el 20 de abril de 1999. Dos estudiantes, Eric Harris, de 18 años de edad, y Dylan Klebold de 17, entraron a la escuela secundaria, en donde también eran alumnos. Ambos, equipados con una pistola automática, dos escopetas, varios dispositivos explosivos caseros y una bomba compuesta por un tanque de propano, entraron a la cafetería, abrieron fuego y dispararon sin reparo. Luego en la biblioteca de la escuela, asesinaron a 13 personas e hirieron a 24 alumnos, resultando un total de 15 personas fallecidas. Después de aquel ataque se quitaron la vida. La masacre de Columbine se toma como referencia a como la locura lleva a unos estudiantes a matar por diversión, y observar como acaban con la vida de personas inocentes. Se trata de la matanza más recordada, porque supuso el primer gran despliegue mediático que siguió casi en directo el suceso, mostrando al mundo el terror en una escuela. A partir del suceso en Columbine, se reabrió el primer debate político en Estados Unidos en el Congreso sobre la posesión de armas y, también sobre la fascinación por los videojuegos violentos. Se propusieron medidas contra la proliferación de armas de fuego y la falta de control de su venta y tenencia. Desde este punto hasta el día de hoy, continúan las discusiones para restringir las armas en Estados Unidos, ya que por algunos criminales que han hecho mal uso de este derecho, no puede condenarse a la población que utiliza un arma para la protección de su hogar y no para cometer crímenes. Sin embargo, el dilema se da cuando los padres adquieren un arma con el fin de salvaguardar la paz y la tranquilidad de su familia, y uno de sus hijos termina por perpetrar un crimen. Este derecho termina siendo un arma de doble filo para la población estadounidense, y es algo que los políticos y el poder judicial en conjunto deben replantearse.

A partir del suceso en Columbine, se reabrió el primer debate político en Estados Unidos en el Congreso sobre la posesión de armas y, también sobre la fascinación por los videojuegos violentos.

2.2. Asesinato masivo en Virginia Tech: Facilidad para disponer de un arma La masacre de Virginia Tech ocurrió el 16 de abril de 2007 en el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, en Blacksburg, Virginia. En el incidente murieron 33 personas, incluyendo al único autor que inició el tiroteo , y 29 personas resultaron heridas. Es el peor ataque en una universidad en la historia de Estados Unidos. El autor de la masacre


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fue un estudiante surcoreano de literatura inglesa, Cho Seung-Hui, de 23 años de edad. Utilizó dos pistolas, una Glock calibre .9 milímetros y una Walther P22 calibre .22 . Pese a que Cho –el autor de este crimen- había sido diagnosticado con un desorden de ansiedad y fascinación por la violencia, en hospital psiquiátrico en el año 2005; y que, tenía una denuncia por acoso a dos estudiantes de la universidad, a raíz de esta tragedia el Estado de Virginia determinó: prohibir la venta de armamento en los grandes almacenes. Cada Estado tiene normas diferentes para la obtención de un arma, pero, en general, la Oficina para el Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) únicamente establece que la persona que la pide tenga al menos 18 años (para rifles y armas largas, típicos de caza) ó 21 años (para armas de mano), que no se le haya prohibido expresamente la tenencia de armas y que no haya falsificado deliberadamente los documentos presentados para la obtención. Cho Seung-Hui no tuvo ningún problema en adquirir las armas que utilizó en la masacre, no le exigieron antecedentes policiales o ni historial clínico. A pesar de que existe un control sobre la adquisición armas, la facilidad con la que se puede disponer de ellas en Estados Unidos hace que las personas cometan crímenes en cualquier lugar, incluyendo escuelas y universidades. No es seguro afirmar que un mayor control en la venta legal o ilegal de armas solucionaría este problema, pero los requisitos para comprar una, deberían ser extremadamente rigurosos. Un derecho que busca brindar seguridad para las familias, termina siendo utilizado para cometer crímenes.

2.3. Escuela primaria Sandy Hook: Propuesta de reforma legislativa

A pesar de que existe un control sobre la adquisición armas, la facilidad con la que se puede disponer de ellas en Estados Unidos hace que las personas cometan crímenes en cualquier lugar, incluyendo escuelas y universidades.

La masacre de la Escuela Primaria de Sandy Hook ocurrió el 14 de diciembre de 2012, en la escuela primaria: “Sandy Hook Elementary School” de Newtown, Connecticut. Un estudiante de 20 años de edad, Adam Lanza, fue el autor de esta matanza. Según los reportes oficiales de las autoridades, 20 niños y 6 adultos resultaron fallecidos, incluyendo a Nancy Lanza -madre del autor-. Adam Lanza ejecutó el atentado con tres armas: una pistola SIG Sauer 9mm, otra pistola Glock 10mm y un rifle Bushmaster AR-15 calibre 22. Además, el joven de 20 años portaba un chaleco antibalas y un uniforme militar de color negro. Llevaba consigo múltiples cargadores


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con capacidad para 30 balas, según J. Paul Vance, un teniente de la policía: «Lanza tenía múltiples cargadores de alta capacidad, de treinta balas cada uno, para el fusil semiautomático (...) El autor de la matanza también contaba con múltiples cargadores para las dos pistolas semiautomáticas que llevó a la escuela, aunque sólo empleó una de ellas para quitarse la vida» (Massacre in Sandy hook, 2012). La propietaria legal de las armas era la madre de Adam, Nancy Lanza, quien era una persona aficionada a las armas de fuego. En este caso, debido a la afición de la madre por las armas, su hijo quien tenía algún desorden psicológico, utilizó el arma de su madre para asesinar a 20 niños. La ley dice que si su madre cumple con los requisitos puede portar un arma para “proteger su hogar”. Esta mujer solo tenía una extravagante afición por ellas. Es increible que una de las potencias del mundo, no pueda dictaminar una medida o propuesta legislativa que rigurosamente califique, y sancione, a quienes solo buscan adquirir armas con argumentos más allá de una simple “afición”, como en este caso. La tenencia de armas y la cultura violenta que se vive en este país, evidenciada en todos los asesinatos en escuelas, universidades o vía pública; invitan a reflexionar si las armas son la tentación a cometer un crimen, o los portadores el riesgo.

Después de 8 años de la matanza de Columbine, aún sigue sin plantearse una reforma legislativa que ponga fin a tantos asesinatos. No necesariamente la culpa la tienen las armas, ni las personas que realmente las usan para salvaguardar su hogar, sino aquellos criminales silenciosos, jóvenes comunes que en cualquier momento se convierten en asesinos.

Después de 8 años de la matanza de Columbine, aún sigue sin plantearse una reforma legislativa que ponga fin a tantos asesinatos. No necesariamente la culpa la tienen las armas, ni las personas que realmente las usan para salvaguardar su hogar, sino aquellos criminales silenciosos, jóvenes comunes que en cualquier momento se convierten en asesinos. El sistema judicial y el estado, deben modificar este derecho, y proponer cambios legislativos para que la sociedad pueda optar por otras medidas para salvaguardar la tranquilidad y la paz.

3. Armas, perspectivas desde un análisis ético-moral. Estados Unidos es reconocido como una de las potencias hegemónicas del mundo. Por ello, la imagen que muchos pueblos ven de este país está siempre cargada de emoción, a favor o en contra. Para unos, es el modelo a seguir, mientras que para otros, es el país del caos; sobre todo con respecto a temas éticos y morales. Uno de los debates más constantes que viven los norteamericanos es el de la tenencia legal de armas de ciudadanos civiles. Hay personalidades


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a favor y también las hay en contra. Los fundamentos que defiende cada parte van desde la ley (Segunda Enmienda) hasta la alta tasa de criminalidad y muertes debido a la tenencia de armas, como lo afirman los detractores. Sin embargo, ¿en dónde queda el análisis ético moral para determinar si el simple acto de poseer una arma se convierte en un crimen o una matanza? A continuación se analizará este aspecto en base a la tesis del presente trabajo: El mayor control de la posesión de armas y los requisitos para quienes deberían ser portadores de una.

3.1. ¿Qué significa poseer un arma? Las armas son herramientas con las cuales el ser humano puede herir o matar a otros seres humanos. Las armas pueden ser utilizadas para agredir y atacar a otras personas o para defenderse de agresiones, o para la caza, como entretenimiento o deporte. Debemos de tener en claro que la naturaleza de un arma es ambivalente. El primer sentido por el que es comprendida su naturaleza es el sentido ofensivo, ya que ese es el propósito inmediato para el que son creadas. Su diseño convierte la convierte en el medio adecuado para herir a un segundo, de las formas más diversas y en distintos alcances, según el arma de que se trate. Pero una de las características es que su propio carácter ofensivo le confiere otro defensivo, del que es irremediablemente inseparable.

Las armas son herramientas con las cuales el ser humano puede herir o matar a otros seres humanos. Las armas pueden ser utilizadas para agredir y atacar a otras personas o para defenderse de agresiones, o para la caza, como entretenimiento o deporte.

La propiedad de cualquier objeto, sea este o no un arma, no es significado de violencia. El poseer un arma no es causa del crimen. A ello hay que añadir que lo importante no son los medios, sino el uso que se haga de ellos. Por ello, toda persona tiene derecho ético a poseer armas e intercambiarlas libremente. Asimismo, ninguna persona tiene derecho a agredir a otra. La posesión de un arma no predispone a un uso ofensivo de la misma. La posesión pacífica de armas no es un delito, no es causa de agresión, no daña a otras personas. Además, su uso defensivo no necesita ser llevado hasta sus últimas consecuencias. Los crímenes no se cometen por poseer armas, sino por usarlas de forma violenta. Para reafirmar esta idea, algunos de ejemplos de ello son: el gas no es esencialmente malo, pero su uso resultó letal en manos del gobierno nacional socialista en Alemania. En España, por ejemplo, las muertes de mujeres a manos de sus esposos o compañeros se realizan con todo tipo de utensilios que podemos encontrar en cualquier hogar. 

 Por otro lado, el simple hecho de dar a conocer que se posee un arma, es un medio perfectamente adecuado para defenderse, ya que los posibles invasores se dan cuenta del peligro en el que pueden incurrir si dan el


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paso de realizar una acción violenta contra quien está armado. Las personas que están a favor de la posesión de armas esgrimen el argumento de la cantidad de crímenes que se cometen con armas, lo cual es redundante, ya que muy pocos crímenes se cometen sin ellas. Asimismo, dejan de lado las cifras que indican la cantidad de crímenes que se evitan gracias a que las víctimas potenciales poseen armas defensivas.

3.2. Razones éticas y morales: a favor de la libertad de armas La principal consideración de carácter ético sobre la cual se sustenta la tenencia de armas, es el derecho a la vida. Este derecho es comprendido como el mantenimiento y protección de la vida propia y esto depende de las acciones que tomemos para poder preservarla. Existen otros seres vivos, como las plantas o animales, sin embargo, lo que nos diferencia de ellos es nuestra capacidad de utilizar la razón y seguir un curso de acción u optar por otro, del que dependerán las probabilidades de mantenernos vivos. Para alcanzar este fin, el individuo puede tomar las medidas que considere necesarias. El ser humano, día a día, se enfrenta a diversos peligros, estos pueden ser provenientes de la naturaleza o de la vida en sociedad. Debido a ello, la actividad humana está ligada a la protección contra estas amenazas; ya que la defensa, como el resto de los derechos esenciales de la persona, es privativa e inalienable.
Las armas pueden utilizarse para ejercer el derecho legítimo de defensa propia, sin llegar a límites.

La principal consideración de carácter ético sobre la cual se sustenta la tenencia de armas, es el derecho a la vida. Este derecho es comprendido como el mantenimiento y protección de la vida propia y esto depende de las acciones que tomemos para poder preservarla.

Desde otro punto de vista, la tenencia de armas tiene un alcance mayor al de la lucha contra la inseguridad. La posesión de armas de parte de los civiles también supone un medio para luchar contra la tiranía. Autores como Aristóteles, Cicerón, Maquiavelo, el Padre Mariano, Montesquieu, Beccaría, John Locke, Sydney, reconocieron que una república no podría durar sin una ciudadanía armada. Esta idea fue sustentada por los Padres Fundadores de Estados Unidos, la mayor fuente de libertad de la historia. Patrick Henry afirmó: “Guárdese con celosa atención la libertad pública. Sospéchese de quien se acerque a esta joya. Desafortunadamente, nada podrá preservarla


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sino la fuerza más descarada. Si abandonas esa fuerza, estás arruinado (…) El verdadero objetivo es que todo hombre esté armado (…) Que cualquiera que sea capaz, posea un arma”. (Rodríguez 2003) El modelo de Thomas Jefferson para la Constitución de Virginia (que en su versión definitiva recoge la primera Declaración de los Derechos del Hombre) rezaba: “A ningún hombre se le privará del uso de las armas en su territorio o en su hogar”. John Adams habló a favor de las “armas en manos de los ciudadanos, para que sean utilizadas a la discreción en la autodefensa privada”. La libertad de armas es sostén de otras libertades. Hay una fuerte relación entre la libertad de las armas y las otras libertades. La historia, a través de sus diversos tramos, muestra la fuerte relación entre tiranías y el control de armas: “En 1866 y 1911 se reformó el artículo 166 del código penal en Turquía para acabar con la libertad de armas, y este último cambio facilitó al estado acabar con entre un millón y un millón y medio de armenios entre 1915 y 1917. La tiranía comunista en Rusia acabó formalmente con la libertad de armas en el artículo 182 del código penal en 1929. De hecho habían violado ésta junto con otras libertades desde 1917, abriendo paso a un genocidio de 20 millones de vidas. El doce de abril de 1928 se aprobó en Alemania la Ley de Armas y Municiones, reforzada en un sentido mucho más progresista, diríamos hoy, el 18 de marzo de 1938, como parte de la aplicación del programa socialista de Hitler. Su régimen acabó con la vida de 7 millones de personas, si nos limitamos a las muertes debidas a la pura represión.” (Rodríguez 2003) La tenencia de armas permite a los ciudadanos contar con los medios para defenderse si se produjera un ataque a la democracia y sus libertades. La capacidad de defensa de una comunidad armada frente a otra agresora puede ser más poderosa.

La tenencia de armas permite a los ciudadanos contar con los medios para defenderse si se produjera un ataque a la democracia y sus libertades. La capacidad de defensa de una comunidad armada frente a otra agresora puede ser más poderosa.

Por otro lado, uno de los puntos ético morales analizados es como a partir de la tenencia de armas, el ser humano se relaciona con sus semejantes en actos de solidaridad. El libro de Gary Kleck & Don B. Kates Armed “New Perspectives on Gun Control” recoge que “Un estudio de los ciudadanos que han salvado a víctimas de crímenes o han arrestado a criminales violentos ha hallado que esos “buenos samaritanos” eran dos veces y media más probable que fueran armados a que no lo fueran”. Esto quiere decir, que el hecho de poseer un arma fomenta el apoyo a los débiles y la solidaridad personal. Un fenómeno conocido dentro del estudio de la libertad de armas es el denominado


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“buen samaritano”; y consiste en que las comunidades con libertad de armas son más proclives al socorro del vecino, cuando este se encuentra en situaciones de apuro.

3.3. ¿Qué hacer al respecto?: Propuestas en miras a la solución del dilema El peligro para los ciudadanos pacíficos está en los violentos y en sus armas. Un estudio afirma que en los Estados Unidos se hacen cerca de tres millones de usos defensivos de las armas de fuego sin necesidad de realizar un solo disparo. Que una persona cometa una agresión contra otras utilizando armas no justifica la condena de sus poseedores. Los productores y distribuidores de armas no son responsables de los daños que su uso pueda causar. Una investigación realizada por Rebecca Peters, “Gun Control in the United States – A Comparative Survey of State Firearms Laws” mostró como conclusiones que: 1) Aquellos estados que tienen las leyes más débiles, son justamente los que detentan los mayores índices de mortalidad por armas de fuego. Es el caso de Alaska, Nevada, Louisiana, Alabama y Mississipi. 2) En los 8 estados con leyes más restrictivas del control de armas de fuego, se encuentran los 5 Estados con las más bajas tasas de mortalidad por armas de fuego del país (Massachusetts, New Jersey, Hawai, Connecticut y Califórnia). Es importante es notar que, los mismos estados con leyes restrictivas de armas, ven sus esfuerzos debilitados por estados vecinos, o cercanos, que por tener leyes permisivas, favorecen el contrabando de armas para los primeros. Es lo que ocurre con California, cercana a Oregon, Nevada y Arizona; con Illinois, cercana a Virginia del Oeste y Kentucky; y con Maryland, cercana a Virginia del Oeste.

Aquellos estados que tienen las leyes más débiles, son justamente los que detentan los mayores índices de mortalidad por armas de fuego. Es el caso de Alaska, Nevada, Louisiana, Alabama y Mississipi.

Otro ejemplo, prueba de ello es el estado de Massachusetts, denominado como el estado más pacífico, tiene una de las leyes más rígidas de control de armas y las tasas más bajas de violencia por armas de fuego del país (tasa de mortalidad de 2,84 a cada 100 mil habitantes, un tercio del promedio nacional, de 10,41) “En 2000, hubo 125 homicidios en Massachusetts, 47,5 % de ellos cometidos por armas de fuego. Para comparar, en 2002, en Louisiana, estado con un tercio de la población de Massachusetts y leyes de armas


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permisivas, fueron registrados 560 homicidios, siendo 73,7% de ellos cometidos con armas de este tipo. En 1998, Louisiana aprobó una legislación de carácter restrictiva, aumentando las penas por uso ilegal de armas y prohibiendo los rifles de guerra. En consecuencia, hubo una reducción en 80% en el número de accidentes con víctimas menores de 19 años y en 20% en los suicidios con armas de fuego, sin que hayan aumentado los suicidios por otros medios. También los homicidios seguían cayendo.” Las Naciones Unidas señala que: “Actualmente, los Estados Unidos tienen las menos restrictas normas de control de armas de fuego y las mayores tasas de violencia por esas armas se comparados con todos los demás países industrializados, o mismo con naciones en desarrollo”. Como se evidencia, existe un panorama de descontrol de las armas en la mayor parte de los Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de que en ese país tengan el mayor porcentaje de armas de fuego por persona en el mundo, y uno de los más altos índices de muertes por ese tipo de armas; su tasa de muertes por otros medios están dentro del promedio internacional. Es este dato el que refuerza la idea de que los mayores controles sobre las armas de fuego tienden a reducir el uso de estas en muertes en conflictos, asaltos, tentativas de suicidios y accidentes.

Conclusiones

Como se evidencia, existe un panorama de descontrol de las armas en la mayor parte de los Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de que en ese país tengan el mayor porcentaje de armas de fuego por persona en el mundo, y uno de los más altos índices de muertes por ese tipo de armas; su tasa de muertes por otros medios están dentro del promedio internacional.

• El trato y la controversia alrededor de la Segunda Enmienda ha sido tan duradera a través de los años por tratarse de un tema emocional, más allá de la legalidad y constitucionalidad. Toca tema centrales dentro de la sociedad americana como son la identidad, la obligación cívica y la relación entre ciudadano y Estado. Consideramos que ajustes tales como una descripción exacta y personalizada en cada estado sobre los alcances de la posesión de armas para los ciudadanos, ayudaría a la población a no caer en contradicciones ni confusiones sobre cuáles son sus privilegios y hasta donde los derechos autónomos garantizados en su propia constitución pueden colaborar con la seguridad y no con el caos. • Las masacres ocurridas, sobre todo, en las escuelas y universidades de Estados Unidos, dejan en claro un problema social, y político que aún no ha sido resuelto. La presencia de armas en un escenario de conflicto, o de descontrol emocional, ya sea en la calle o en casa,


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hace la diferencia. Con un arma, alguien muere, alguien se vuelve un asesino u homicida. La presencia de un arma de fuego puede transformar diferencias comunes o crisis emocionales en tragedias irreversibles como las masacres que se mencionaron. Si un niño o adolescente no adquiere un arma en una tienda, la puede tomar de sus padres. Aquellos que son aptos para adquirir armas, deberían tener razones más allá de la de “protección”, ya que armar a las personas no aumenta la seguridad de estas; En ese afán a casos en los cuales sus hijos las toman y matan a sus compañeros de clase. Por otro lado, promover una legislación más restrictiva acerca del control de armas es una teoría que crea una ilusión de seguridad, pero que por desgracia tiene efectos devastadores en la realidad. Ya que a los criminales no les importan las leyes que haya en los libros, como tampoco a Harris, Klebold (los asesinos de Columbine), Lanza y Cho, Hasan o cualquiera de los autores de estas matanzas.

El control de la tenencia de armas es fundamental para reducir el uso de estas en atentados, es decir, reducir su letalidad en actos como conflictos, asaltos, tentativas de suicidios y accidentes.

Las armas son herramientas, creadas tanto para la ofensa como para la defensa del ser humano. El hecho de poseer un arma no significa incurrir en un crimen. El ser humano sustenta su jurisprudencia de poseer un arma en la acción de un derecho fundamental como el de la vida. Así como también, el de la defensa propia.

Otro punto fundamental, es la relación entre el control de armas y la tiranía. Ya que la tenencia de armas permite a los ciudadanos contar con los medios para defenderse si se produjera un ataque a la democracia y sus libertades. Desde tiempos inmemoriales de la historia, es el control de armas lo que han ejercido los más crueles dictadores para someter a naciones enteras. En ello radica la importancia de la
 defensa de una comunidad armada.

Como fue propuesto en la tesis de este trabajo. El control de la tenencia de armas es fundamental para reducir el uso de estas en atentados, es decir, reducir su letalidad en actos como conflictos, asaltos, tentativas de suicidios y accidentes.

Bibliografía y anexos BANDEIRA, Antonio y BOURGOIS, Josephine (2006) Armas de fuego: ¿Protección? ¿o riesgo?.Foro Parlamentario sobre armas pequeñas y ligeras. Estocolmo, Suecia.


ANÁLISIS INTERNACIONAL

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