(Sin) Poder para decidir

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(Sin) Poder para decidir Por Carlos Álvarez y Ángel Arriaga

Hay dos factores importantes que caracterizan a Arabia Saudita. El primero, y sin duda motivo de orgullo, es que se trata del mayor exportador de petróleo en el mundo. El segundo, y que debería avergonzarla como nación, son los números divulgados por el Foro Económico Mundial respecto al acceso a la educación y a las oportunidades laborales tanto para los hombres como para las mujeres. De los 134 países que forman parte de este ranking, Arabia Saudita ocupa el puesto 131 en equidad de género.

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o resulta extraño, entonces, que entre el 16% y 50% de las mujeres saudís sean víctimas de violencia doméstica, según el informe de derechos humanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Y es que en el mundo musulmán, las diversas formas de discriminación hacia la mujer se han convertido en un axioma que ha encontrado justificación en el aspecto cultural y en algunos pasajes del libro sagrado del Islam. En Arabia Saudita, un hecho que resume el papel al que ha sido relegado la mujer, es que no se criminaliza la violencia o violación de parte del marido en su contra. Pero desde hace ya algunos años se está estableciendo no una revolución, sino una evolución. Una nueva forma de vida para esas mujeres invisibles. A través de diversas manifestaciones, lideradas en la mayoría de casos por mujeres saudís y apoyadas por voces de protesta en diversas partes del mundo, se ha conseguido que el gobierno de este país conceda algunas libertades. En el campo político, por ejemplo, la mujer podría ser partícipe en las elecciones municipales, como candidata o votante, dentro de dos años; en el aspecto de la educación, el número de mujeres en las universidades cada vez va en aumento, lo que demuestra que son ellas mismas, a través de las acciones que vienen alentando, quienes lideran su propia evolución.


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La presente monografía busca analizar la situación por la que viene atravesando Arabia Saudita y los cambios que se vienen produciendo dentro de esta nación. Para ello, en la primera parte del trabajo, se ofrecerá un breve resumen histórico, así como algunos aspectos sociales que ayuden a entender por qué la figura femenina, a lo largo del tiempo, ha sido relegada. La segunda parte de la monografía, se centrará en el análisis de algunos extractos del Corán que expliquen cómo algunos preceptos religiosos han servido de justificación para adoptar medidas que eviten el desarrollo de la mujer. Asimismo, se describirá los casos más representativos donde las ciudadanas del país vienen jugando un papel preponderante en su afán por revertir la situación que la ha mantenido dependiente de la figura masculina. Entre estos casos se presentará figuras como Rasha Al-Sabah, Ameerah al Taweel y Mozah Bin Nasser, mujeres que ocupan un papel importante dentro de la política en Arabia Saudita. Como parte del trabajo, se hará un repaso de campañas realizadas a través de las redes sociales como “Mujeres al volante” o “Algunas cosas no se pueden cubrir”. Para finalizar, se presentarán las conclusiones a las cuales hemos llegado después de realizar una investigación a profundidad, haciendo énfasis en cómo la imagen de la mujer en Arabia Saudita experimentando cambios positivos que la han rescatado del papel que tenía hasta no hace mucho tiempo, dejando en claro que se trata de un proceso que está en su fase inicial.

Contexto

Los derechos de la mujer saudí son ignorados como consecuencia de una retrógrada interpretación del Islam, apoyada en algunos usos culturales fuertemente arraigados.

Arabia Saudita o Arabia Saudí es un país ubicado en la Península Arábiga, en el continente asiático. En su territorio rige, y de manera estricta y conservadora, la interpretación de la ley islámica o “Sharia”. Se trata de una apreciación e interpretación de la religión que ha ocasionado que el papel de la mujer dentro de su territorio sea el más controvertido y el que más argumentos, a favor y en contra, presente tanto en el ámbito local como alrededor del mundo. Los derechos de la mujer saudí son ignorados como consecuencia de una retrógrada interpretación del Islam, apoyada en algunos usos culturales fuertemente arraigados. Pero lo que resulta más preocupante, y que de alguna manera ha favorecido a estas disparidades de género dentro de esta sociedad, es la ausencia de leyes, las cuales se agudizan sobre todo


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en el ámbito civil, falta de igualdad de oportunidades en la educación y el trabajo. A ello se debe sumar las denuncias al sistema de protección o tutela masculina, lo que las hace dependiente de la figura masculina, quienes asumen el rol de guardianes o de custodios legales de sus esposas. Según las estadísticas ofrecidas por Alfat Qabbani―una de las vicepresidentas de la Cámara de Comercio e Industria de Yeddah, durante el sexto Foro de Mujeres Empresarias reunido en Riad y que se llevó a cabo en octubre de 2012― se sabe que existen cuatro millones de mujeres saudíes en la posibilidad y dispuestas a trabajar; y por ahora, lamentablemente, solo un 10% cuenta con un puesto laboral. Esta cifra demuestra la marcada diferencia que existe en Arabia Saudí, un país donde las trabas no permiten que la mitad de su población pueda lograr un puesto de trabajo y que, sin embargo, deba recurrir a ocho millones de trabajadores extranjeros para poder seguir funcionando . A pesar de este panorama poco alentador, se puede decir que la situación se ha ido revirtiendo de manera paulatina, logrando que la escolarización de las ciudadanas saudíes y que su presencia en las universidades sea cada vez mayor: un 58% del total de matriculados son chicas. Un factor que ha favorecido este desarrollo son las nuevas tecnologías de la comunicación.

Según las estadísticas ofrecidas por Alfat Qabbani ―una de las vicepresidentas de la Cámara de Comercio e Industria de Yeddah, durante el sexto Foro de Mujeres Empresarias reunido en Riad y que se llevó a cabo en octubre de 2012― se sabe que existen cuatro millones de mujeres saudíes en la posibilidad y dispuestas a trabajar; y por ahora, lamentablemente, solo un 10% cuenta con un puesto laboral.

En relación al aspecto político, en una monarquía absoluta, donde no existen partidos ni organizaciones civiles, la participación de la mujer resulta sin duda un objetivo más ambicioso. Ello se pone de manifiesto en la actitud ambivalente de los gobernantes, donde sus mensajes a la población se caracterizan por ser interesadamente contradictorios: se puede brindar ciertas libertades a la mujer, pero no las suficientes para que puedan valerse por sí mismas. Esta aproximación, acerca de los ámbitos sociales y políticos que caracterizan a Arabia Saudita, servirá para contextualizar al lector acerca de la situación actual en la que vive la mujer saudí y los retos a los cuales se enfrenta para lograr su desarrollo fuera de la protección masculina. Una realidad que la ha marcado a lo largo de la historia de este país y que poco a poco ha venido siendo dejada de lado como se verá en los siguientes apartados de este trabajo.

Leyes del Corán El Corán prohíbe a las mujeres movilizarse solas. Se encuentran seducidas entre los apologistas del Islam, a quienes se les atribuye este acercamiento al hecho de protegerlas a ellas y su honor. De esa forma en el


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Islam establece una regla que prohíbe que la mujer –sea soltera o casadaviaje sola, sin que la acompañe un hombre o pariente de su familia. Esta acción se le conoce como “mahram”. La investiagición de Mira Tzoreff, profesora de la Universidad Ben Gurion, dice que en el mundo musulmán, “la mujer es dependiente tanto legal como socialmente. Cuando va a la compra, viaja o tiene que firmar un documento legal, debe hacerlo bajo la supervisión de su marido. En todos los aspectos de su vida, un hombre –ya sea el padre, un hermano o el marido- toma las decisiones y se hace cargo de ella. A esto se le conoce como bila-umri o ‘no sin mi amado’ . En el matrimonio, el marido es el líder, el que “conduce la nave” y el que impone las normas a la familia, todo hacia la serenidad y felicidad. Por otro lado, en el Corán hay un pasaje especial sobre qué se debe de hacer con las esposas desobedientes, cómo manejar los problemas, que para esto Alá ha establecido normas o directrices para que el hombre las ponga en ejecución cuando se den estos casos. Existen dos categorías de desobediencia en el Corán: la primera es la rebelión, cuando la mujer puede hacer cosas horribles; la segunda: la simple desobediencia. Asimismo, en Egipto, años atrás se emitía un programa llamado Life is Sweet, en el que Muhammad al-Hach, conductor y profesor de Fe Islámica en la Universidad de Ammán mencionaba distintos grados de desobediencia conyugal y, asimismo, mostraba palos de distintos tamaños para pegar a la mujer depende del grado de desobediencia.

Otro punto que Alá dice en el Corán, versículo 2:187, es que las mujeres “son una vestimenta para ustedes (los hombres) y ustedes son una vestimenta para ellas”. La igualdad incondicional entre los miembros de un mismo sexo no se puede dar por sus diferencias naturales en cuanto a su fuerza y otras cualidades, definitivamente serán imposiblemente iguales también para los sexos opuestos.

Otro punto que Alá dice en el Corán, versículo 2:187, es que las mujeres “son una vestimenta para ustedes (los hombres) y ustedes son una vestimenta para ellas”. La igualdad incondicional entre los miembros de un mismo sexo no se puede dar por sus diferencias naturales en cuanto a su fuerza y otras cualidades, definitivamente serán imposiblemente iguales también para los sexos opuestos. Asimismo, el hombre y la mujer son iguales en cuanto a la humanidad, pero el Islam no categoriza a la mujer. Un ejemplo es que no la plantea como causa del mal como el cristianismo y judaísmo.

Casos Ameerah al Taweel no es la primera princesa árabe que va contra los paradigmas y muestra al mundo una imagen moderna frente a la percepción que se tiene de la vida de la mujer en Oriente Medio, como son los casos de la reina Rania de Jordania, la jequesa Mozah de Qatar y


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Rasha al Sabah de Kuwait que en el siglo pasado han desempeñado un papel fundamental para la lucha contra los derechos de la mujer. De la reina Rania de Jordania se podría decir que es uno de los tesoros de ese país, muy a parte de la riqueza histórica y cultural que poseen. Se ganó a los medios occidentales con un inglés bien fluido, por su fotogenia y su soltura en sus apariencias públicas. De padres palestinos, Rania nació en Kuwait, considerado uno de los países más conservadores entre los países árabes. Estudió Administración en la American University de El Cairo y después de graduarse en 1991, comenzó a trabajar en Citigroup y para la compañía Apple en Ammán, capital de Jordania. En la actualidad, el ser esposa del Rey Abdullah II de Jordania no la hace famosa solo por eso, sino porque está muy alejada de los estereotipos que encierran a las mujeres en Medio Oriente. También es un ícono de la moda, socialité, autora de ‘best sellers’, como El regalo del Rey (2000) y Eterna Belleza (2008), y, sobre todo, por su lucha y defensa de los derechos de los niños y mujeres, especialmente árabes. Considerada la monarca más joven de la historia, Rania al Yassin llegó al trono jordano tras ser proclamada reina el 22 de marzo de 1999 (tenía 29 años), pues un mes antes – el 7 de febrero- el entonces príncipe y esposo, Abdullah bin AlHussein, ascendiera como supremo monarca. Sin embargo, la trayectoria recorrida por la monarca no ha sido para nada fácil, pues, siendo la reina de un país donde predomina el islam, Rania ha captado la atención de los sectores más conservadores de Jordania por su activismo en temas políticos y sociales, asimismo, por incitar a las mujeres a desarrollarse profesionalmente y ejercer vida pública. Todo lo que ha logrado durante su reinado ha sido con el apoyo del rey.

La también conocida “Lady Di de Oriente”, ha tenido que batallar con las severas críticas que la señalan por su lujoso estilo de vida, su interés por la alta costura occidental y su presencia frente a los paparazzi, que la ha llevado a relegarse a un discreto segundo plano desde la “Primavera Árabe”.

La también conocida “Lady Di de Oriente”, ha tenido que batallar con las severas críticas que la señalan por su lujoso estilo de vida, su interés por la alta costura occidental y su presencia frente a los paparazzi, que la ha llevado a relegarse a un discreto segundo plano desde la “Primavera Árabe”. Desde esta vez, la reina se deja ver en conferencias internacionales en donde se tratan asuntos como la pobreza o el cambio climático. Pero su Fundación Río de Jordanía, creada y establecida en 1995, la ha consagrado como una de las mujeres más poderosas del mundo y también ha sido nombrada Abogada de la UNICEF y miembro del Foro Económico Mundial. Además, la princesa es una amante de las plataformas digitales, donde ha aprendido a propagar sus ideales. Posee un canal en YouTube, una cuenta en Twitter –con más de dos millones de seguidores-, un perfil en Facebook y una página web que usa para difundir su perspectiva y acciones. Asimismo, en 2008 se hizo


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partícipe en una campaña de YouTube exigiendo a los líderes mundiales el cumplimiento de las promesas para erradicar la pobreza que se habían pactado en el Millenium Summit de las Naciones Unidas. En mayo de 2006, fue entrevistada para el programa de Oprah Winfrey donde habló sobre las ideas erróneas del Islam y el rol de la mujer en esa religión. La reina Rania se ha convertido en una de las figuras más influyentes del siglo XXI, tras haberse negado a usar el velo, tal como lo dicta la religión musulmana, al trabajar al margen de su esposo y motivada por el convencimiento de hacer un cambio en el mundo. Asimismo, el pueblo jordano se encuentra dividido, pues tiene detractores y quienes la defienden, argumentando lo mucho que la princesa ha hecho por su gente. Sus defensores enfatizan el trabajo realizado por ella en organizaciones benéficas y que su imagen sirve de atractivo turístico internacional. Se le otorga, además, el haber conseguido la legalización del divorcio y que la tasa de alfabetización aumente hasta un 92%. Los que se encuentran en contra, critican a los gastos en imagen personal por parte de la princesa –se calcula que ha gastado 2 millones de euros en ropa y peluquería anualmente- y sus visitas a Estados Unidos para comprar sus trajes, y su procedencia –kuwaití-.

La reina Rania se ha convertido en una de las figuras más influyentes del siglo XXI, tras haberse negado a usar el velo, tal como lo dicta la religión musulmana, al trabajar al margen de su esposo y motivada por el convencimiento de hacer un cambio en el mundo.

Otra figura que ha desatado la verdadera “revolución” en lo que es ir contra las tradiciones del Islam se refiere es la segunda mujer del emir de Qatar. En el 2000, los medios de comunicación la dieron a conocer. En ese entonces los mensajes de texto colapsaron no solo en el pequeño emirato, sino también en el mundo. Esto se debe a la manera que fue presentada, pues ninguna esposa de un monarca en la conservadora península arábiga había tenido una apariencia pública más allá de los actos caritativos en ambientes segregados. Desde entonces, Mozah bin Nasser al Missned no solo ha llegado a exhibir un rostro lindo, sino que se ha convertido en uno de los motores del cambio en este país. Ella preside la influyente Qatar Foundation, fundada en 1995, donde se implica de forma personal en las reformas educativas, científicas y sociales en el pequeño y rico emirato, incluso en el mundo árabe. Se ha convertido en el modelo para la mujer qatarí y el resto de las petromonarquías. Tanto ha crecido su imagen que países ultraconservadores como Arabia Saudí ha comenzado a seguir el mismo camino y ha puesto a la princesa Adela, hija del rey Abdalá y nieta del fundador del reino, como representante en actos culturales o de cooperación. Al parecer, esto significa que los gobernantes árabes han interpretado que el papel de la mujer es un medio para la aceptación internacional y también para terminar con los tabúes que bloquean el desarrollo de la mitad de su urbe.


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Mozah se crió en la ciudad de Al Khor, en el seno de una familia de comerciantes, en donde su padre, Nasser Abdullah al Missed, un nacionalista árabe, fue encarcelado a causa de sus ideas, por lo que se vio a ser exiliado a El Cairo. Mozah en 1977 se casó con el entonces príncipe heredero de Qatar. No obstante, tras su matrimonio, siguió estudiando en Qatar hasta acabar su carrera de sociología. Una de sus célebres frases dijo en la Universidad Carneige Mellon de Pittsburg (Estados Unidos) al advertir que no se podía “achacar al islam el déficit de libertad y democracia del mundo árabe. La responsabilidad recae directamente sobre los hombros de los gobiernos de la región, con frecuencia apoyados por potencias extranjeras, cuyos intereses a la hora de gobernar no se corresponden con los del pueblo”. Así, ella demostró de esa forma tener ideología progresista que lucha entre la marea integrista, promulgando un Islam tolerante, abogando por una democratización y mayor papel de la mujer en las sociedades árabes, algo extraño en el Golfo Pérsico, en donde la figura de la mujer de los reyes y jeques son desconocidos en la Opinión Pública. De las tres mujeres del emir de Qatar, jeque Hamad Bin Khalifa al Thani, Mozah, se podría decir, que mayor proyección internacional e influencia posee, pues es también la que más dinero administra.

Gracias a su fundación (Qatar Foundation), los súbditos pueden tener una educación que años atrás no hubiesen imaginado, pues, la jequesa ha logrado atraer a las universidades estadounidenses más prestigiosas al emirato.

Gracias a su fundación (Qatar Foundation), los súbditos pueden tener una educación que años atrás no hubiesen imaginado, pues, la jequesa ha logrado atraer a las universidades estadounidenses más prestigiosas al emirato. Asimismo, en 2008, inauguró el Parque de la Ciencia y de la Tecnología de Qatar, la que busca captar las inversiones extranjeras, de la cual las multinacionales como Microsoft y General Electric que fueron las primeras en apuntarse a este proyecto que busca preparar al país para cuando se agoten los hidrocarburos gracias a la educación y al fomento de industrias. Ella también se ocupa de obras sociales como el Centro Shafallah, que se trata al autismo. En 2007, hizo un lobby en la Organización de las Naciones Unidas para que la Asamblea General declarase un día mundial del autismo, la que se celebra todos los días de abril. Otra de sus actividades son los patrocinios de la asociación entre la ONG francesa Reporteros Sin Fronteras y el Centro de Doha para la Libertad de Información. Esta atípica promoción tiene como objetivo promover la libertad de prensa en una zona en la que se escasea; pues no en vano, Qatar es la sede principal de Al Jazeera.


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Redes sociales, ventana para la denuncia “Algunas cosas no se pueden cubrir” es una campaña publicitaria difundida a través de las redes sociales que fue puesta en marcha por la fundación sin fines de lucro “Rey Khalid”. En ella, a través de una imagen, se puede observar el rostro de una mujer cubierto por el niqab― prenda de uso obligatorio para la mujer en Arabia Saudita― y que solo deja ver sus ojos, uno de ellos luce morado producto de los golpes. La campaña fue considerada, en el mundo islámico, como la primera en denunciar el abuso del que son víctimas tanto mujeres como niños. La idea surgió a partir del trágico suceso de diciembre de 2011, cuando una niña de 5 años, identificada con el nombre Lama, falleció en un hospital después de haber sido torturada y violada por su propio padre . Entonces, la campaña contaba entre sus objetivos: sensibilizar a la opinión pública, proporcionar protección legal a las personas que sufren alguna forma de violencia y, también, animarlas a denunciar. A pesar de que en Arabia Saudita se castiga con la muerte delitos como la violación y el asesinato, esta pena no se aplica cuando el hombre ha ejercido la agresión sobre su propia familia; es decir, su esposa o hija. Otra campaña desplegada a través de las redes sociales fue “Mujeres al volante”. En mayo de 2011, la joven de 32 años Manal Al Sharif fue detenida por violar la prohibición que rige en Arabia Saudita de conducir sin la compañía de un hombre. Pero existía un precedente, en noviembre de 1990 alrededor de 30 mujeres cubiertas con abayas y niqabs se pusieron al frente del timón. Este hecho generó una reacción por parte de un grupo fundamentalista, en la que un clérigo emitió un edicto islámico que prohibía a las mujeres conducir.

Otra campaña desplegada a través de las redes sociales fue “Mujeres al volante”. En mayo de 2011, la joven de 32 años Manal Al Sharif fue detenida por violar la prohibición que rige en Arabia Saudita de conducir sin la compañía de un hombre.

Frente a hechos como los mencionados, surgió la campaña pacífica en la que mujeres se grababan manejando, imágenes que posteriormente fueron hechas públicas a través de la Internet. Una de las líderes del movimiento, en una entrevista brindada al diario El País de España, señaló: “La campaña busca la plena ciudadanía de las mujeres. (…) La gente está cambiando a nuestro alrededor y no podemos limitarnos a hablar. Necesitamos actuar” . Y si bien la campaña logró trascender más allá de las fronteras saudís, una de las promotoras de la difusión, a través de Facebook y You Tube, del video fue encarcelada por nueve días y luego fue liberada bajo fianza. Sin embargo, se consiguió dos propósitos: por un lado, concientizar a la gente de la opresión en la que viven las mujeres y, por otro, que Manal Al


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Sharif sea incluida en dos listas, entre los cien pensadores más destacados por Foreign Policy, y en la revista Forbes como una de las mujeres que agitaron el mundo. Es así cómo un informe de la Dubai School of Government señala que los saudís ocupan el primer lugar respecto al uso del Twitter en el mundo árabe y que en el Facebook hay 5.8 millones de cuentas registradas. Esto significa que las redes sociales se haya convertido en una herramienta para que la mujer pueda alzar su voz de protesta con el objetivo de alcanzar su emancipación y que el mundo pueda tomar conciencia y apoyar un cambio en la forma de vida a la que han sido sometidas las mujeres.

Bibliografía AL-RASHEED, Madawi (2003) Historia de Arabia Saudita. Estados Unidos: Ediciones Akal. VICTOR, BARBARA (2004) Las mujeres Kamikazes en Palestina. Editorial Lumen.

Es así cómo un informe de la Dubai School of Government señala que los saudís ocupan el primer lugar respecto al uso del Twitter en el mundo árabe y que en el Facebook hay 5.8 millones de cuentas registradas.



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