PREGÓN DE LA
JUVENTUD COFRADE DE CÁDIZ 2016
A CARGO DE
D. LUIS CABEZA DELGADO
IGLESIA DE SAN JUAN DE DIOS
22 de Octubre de 2016
A todos aquellos que nunca me hicieron perder la ilusión‌
“Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran tan solo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.”
(Gil de Biedma, 1968)
TÚ FUISTE LA PRIMERA
Con la maleta cargada de nervios Y mil ilusiones por delante Mi madre me peinó el flequillo Y me dijo: “¡vámonos cuanto antes!”
Septiembre de sol y de futuro Un nuevo mundo se asomaba a lo lejos. Incertidumbre y casi como un susurro Le dije un “adiós mamá” y me lanzó un beso
Desamparado, mi madre se alejaba Dejándome ante un colegio en la Avenida Andalucía Rejas negras y paredes del color de la mañana Pero no sabía a dónde ir, yo aún desconocía
Estaba al borde del llanto Mis piernas caminaban perdidas, Pero como un rayo de luz ante mis ojos Abrióseme una puerta, una salida
Aparecieron extrañas señoras De faldas grises y con velo, sencillas Cadenas y cruces de plata en el pecho, Amables, decían ser Hijas de María
Todas hermanas de una misma Madre… Infinitas dudas y no había conclusión “¿Dónde estará la Madre de tantas mujeres?” Decía un niño de cinco años con inocencia de corazón
Sendero de azulejos y de mármol blanco Me guiaron hasta Ella “¡Por Dios y por Todos los Santos! ¿Es vuestra Madre aquella?”
“Así es chiquillo, La que está en todo lo Alto. Madre de Juan Bosco, Mazzarello y Domingo Savio ¡Confía en Ella y sabrás lo que son los milagros!”
Me detuve un momento, Me detuve sin pensarlo “¡Por favor, tiempo detente Aunque sólo sea un rato!”
Quién pudiera ser Niño Para volver a estar entre tus brazos E inundarme del rosa, del celeste Y de la gloria de tu manto
Nunca olvidaré ese día, El momento en el que se unieron mis manos Y sin saber exactamente lo que sentía Exclamé: “¡quiero ser cristiano!”
Fue un día de septiembre Ante la hija de Santa Ana, Antes de que sonara el timbre En la Capilla de Salesianas
Y diréis: ¿por qué me cuenta esto el pregonero? Y yo os digo que esto no ha empezado Sin contar mis primeras experiencias De emociones y sentimientos salesianos
De mañanas de buenos días, De recuerdos de veinticuatros, De tardes de oratorio Y de Salves a Don Bosco Santo
Tú que fuiste la primera La que desde el principio me tendió su mano, La que tiene en Turín su santuario, La de mi dulce sueño infantil de Mayo
Tú que fuiste la primera La que nunca se fue de mi lado Por eso empiezo contigo, María, Auxilio de los Cristianos
SALUDOS Reverendo Señor Capellán Mayor de la Iglesia de San Juan de Dios. Señor Hermano Mayor y Cabildo de Oficiales de la Muy Humilde Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo. Señor Don Martín José García, y miembros de la Comisión Permanente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad. Señor Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Salud, María Santísima de la Esperanza y Nuestra Señora del Amor Hermoso. Señora Presidenta y miembros del Consejo de la Asociación de Devotos de María Auxiliadora Coronada. Don Juan Mera García, pregonero de la Semana Santa de Cádiz 2017. Querida familia. Mi muy estimado grupo joven. Jóvenes cofrades de las diferentes hermandades de nuestra ciudad. Hermanos todos en la fe.
AGRADECIMIENTOS Gracias al área de juventud del Consejo Local en las personas de Maru y Sergio. Parece que fue ayer la primera reunión de grupos jóvenes en la sede del consejo en la que Maru me obligó a levantarme para que me presentara ante todos. Quién diría que ese tímido niño el pasado mes de mayo recibiría una llamada en vísperas de la Selectividad, entre apuntes de Descartes, Kafka y la Generación del 27, para anunciarle que iba a ser el pregonero de la juventud cofrade de Cádiz. Nunca olvidaré esas palabras de Sergio al otro lado del teléfono diciendo: “¿Estás de pie? Porque con lo que te voy a decir te vas a caer“. Gracias a los miembros de la junta de gobierno de mi cofradía de penitencia que desde un primer momento me acogieron y me demostraron lo que era una hermandad. Gracias a mi grupo joven por haberme acompañado en todo momento. Por las experiencias que hemos vivido y las que nos quedan por vivir. Gracias a mi familia que siempre está ahí, aunque yo no avise. Gracias a mi presentador Ignacio, Nachito, Borriqui. Aún no me creo que hoy hayamos compartido este atril. Ojalá nos depare un largo camino juntos bajo la atenta mirada de Nuestra Madre Auxiliadora. Gracias a vosotros, jóvenes, por permitir que hoy sea vuestra voz.
¿QUIÉN SABE? A mí no me pusieron una estampa en la cuna, ni fui hermano antes de ser persona. Yo no nací cofrade. No tuve esa oportunidad de nacer en el seno de una familia que vive intensamente este mundo. Sin embargo, puedo decir que me siento muy afortunado por haber crecido entre grandes personas que confiaron en mi caminar. Nunca me pusieron limitaciones, siempre me permitieron andar. Me dieron libertad para elegir lo que yo quería. Yo empecé de cero. “Y como un extranjero que llega a su destino un día Así me presenté yo, ignorante, en mi cofradía” Es la misma sensación, que cuando contemplas la hermosa Basílica de San Pedro del Vaticano, y ante tal maravilla e inmensidad dices: ¿de veras, ha tenido que pasar tanto tiempo para que yo pueda vivir esto? Llegué a un lugar precioso, totalmente desconocido. En aquellos tiempos, en los que ya creía haber organizado mi vida apareció así, de repente, el mundo de las hermandades para trastocar todos mis planes, para plantearme de nuevo lo que quería. Hasta ese momento había pensado en ser profesor, médico, actor, traductor y, ¿por qué no?, también me planteé ser cura. Pero nunca llegué a imaginar que podía ser cofrade. Me interesé por lo que yo le podía aportar al mundo de las hermandades, por cual era mi cualidad cofrade. Yo siempre he creído firmemente en los dones que nos otorga Dios, es decir, un bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano. Seguro que en el interior de todos los que estáis aquí presentes habita un don, pero vosotros mismos sois los encargados de averiguar el que se os ha dado. Es beneficioso saber qué don espiritual nos ha dado Dios, pero no existe una fórmula mágica que te pueda decir los que posees.
En mi búsqueda por los dones, comencé a entrar en contacto con los diferentes miembros de la junta de gobierno de mi cofradía, cada uno de ellos me llenaba de sabiduría y me aportaba conocimientos necesarios para forjarme como cofrade. Entonces, comprendí que un verdadero cofrade necesita saber de todo. Aunque descubras cuál es tu don tienes que trabajar también los demás. No te puedes centrar en uno solo. Sin embargo, nunca entenderé por qué la labor del que se encaja en una chaqueta, el que se cuelga una medalla o el que grita un “CAI” es siempre más valorada. Pienso que es necesario admirar la labor de muchísimos cofrades de nuestra ciudad que la realizan silenciosamente, callados. El trabajo de aquellos que se encuentran en un segundo plano o a los que, por desgracia, nosotros mismos no ayudamos a que aparezcan sus nombres subrayados y con negrita en los titulares. Seguimos estancados en una ciudad cofrade que adora excesivamente ciertas labores y que menosprecia a todas las demás. No podemos seguir así. Muchas veces en las reuniones o en las convivencias, me he preguntado: “¿Qué será de este chaval o esta chavala dentro de unos años? ¿Seguirá siendo cofrade? ¿Se hará ateo? ¿Se convertirá en hermano mayor?” Las juntas de gobierno deben hacer que los jóvenes sueñen, deben ser maestros de la ilusión. Con esto no quiero decir que conviertan a las cofradías en un juego, sino que es la única forma de asegurar el futuro de las mismas. De ninguna manera las juntas deben quitarle a un chiquillo las ganas de seguir en una hermandad. Hace falta soñar. ¡Soñad despiertos! Imaginad qué estaréis haciendo dentro de diez años en vuestras cofradías, qué labor estaréis desempeñando o simplemente si estaréis participando activamente en vuestra hermandad o por diferentes circunstancias ya no estaréis en la misma. Por eso quién sabe…
Quién sabe si en diez años Cargado con cámara y objetivo Tus carteles en marquesinas y calles En cuaresma nos mantendrán en vilo
Quién sabe si en diez años Con dedal y aguja en mano María se hará Reina con oro fino A través de tus bordados
Quién sabe si en diez años Ataviado con chaqué y corbata Un bendito domingo de pregón Alzarás tu voz en el Gran Teatro Falla
Quién sabe si en diez años Entre varal y varal Estarás colocando azucenas o fresias En algún palio de la rosa celestial
Quién sabe si en diez años En lo alto del altar Predicarás la palabra de Cristo Con estola y capa pluvial
Quién sabe si en diez años Te encargarás de llevar a las casas La retransmisión de la Semana Mayor A través de las pantallas
Quién sabe si en diez años Harás que un encaje chantillí Se convierta en un mar de oraciones Prendidas en el pecherín
Quién sabe si en diez años Será tu voz la que se escuchará Ante multitud de cargadores Dirigiendo su andar
Quién sabe si en diez años Golpeando con gubia y martillo De un trozo de madera Esculpirás un rostro divino
Quién sabe, Madre Mía Sólo Tú lo sabes Pero una cosa tengo clara Y es que quiero ser cofrade
HACE FALTA ESPERANZA La Fe: una llama que encendieron nuestros antepasados y que con el tiempo se fue avivando aún más. Qué terrible sería tener que consumir ahora mismo una vela que ha estado ardiendo durante siglos y siglos. Hace falta Fe. En este mundo de lo material, de lo sensible hace falta Fe. No podemos caminar sin tener un plan preestablecido, no podemos andar sin rumbo. Hay que arreglar este lugar caótico en el que unos pocos utilizan una religión adaptada a sus intereses para crear guerra. Vivimos en el mundo de la metralla, de la catástrofe. A diario a nuestras casas llegan noticias de atentados, asesinatos, maltratos, violaciones... Pero, ¿cómo puedo tener Fe rodeado de tanta miseria? Me llama mucho la atención que en la actualidad, está de moda que los jóvenes se posicionen en contra de todo lo que está establecido, de todo lo tradicional. Seguramente lo verán como algo antiguo, algo que no está acorde con los tiempos. ¿La Semana Santa? ¿Dios? ¿Qué es eso? Pero lo que ocurre es que ninguno de ellos se da cuenta de que el verdadero problema que poseen es la ignorancia. Se dejan llevar por sus impulsos y actúan, actúan, no piensan. Incurren en la blasfemia, prenden fuego a los santos, decapitan imágenes y, lo peor de todo, le faltan el respeto a los cristianos. Y ante estos hechos lo único que me pregunto es: ¿Qué pretendéis? ¿En qué os ofendemos? ¡Dejadnos creer! Nadie niega que el demonio de la incredulidad se ha echado sobre el mundo: un demonio sordo, que ha taponado los oídos de la gente para que no escuche la Palabra, y a su vez es un demonio mudo que cierra los labios para que nadie se dirija a Él. ¿Qué puedo hacer Señor, en este mundo rebelde en el que nadie se detiene? Me duele cada vez más que nuestra sociedad provoque que los niños quieran ser mayores y que los mayores actúen como niños. Me aterra que los jóvenes tengan como héroes a los terroristas y siembren el caos de la misma manera que ellos. Me agoniza que chiquillos estén criándose entre guerra, entre trincheras, y que lo estén concibiendo como algo natural. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer ante un mundo en el que ser joven y ser rebelde van cogidos de la mano? ¿Soy joven señor?
¿Qué es lo que caracteriza o debería caracterizar a los jóvenes? ¿La juventud del siglo XXI es atea y revolucionaria? Vosotros, nosotros somos los responsables. Dicen que lo que le des a los jóvenes ellos lo darán a la sociedad. Deteneos y pensad ¿tengo Fe? ¿Me dejo llevar? ¿Prefiero seguir una moda en la que no tiene cabida la religión? En ocasiones, he llegado a pensar que estaba solo ante mis creencias. Pero luego todos mis pensamientos cambian cuando veo a los demás y tienen Fe. Y en cada convivencia hay alegría y en cada proyecto hay ilusión y en cada victoria hay esperanza. Porque es así, la Fe se siente más fuerte cuando es compartida. ¡Creo, Señor, pero ayúdame en mi incredulidad! ¡Fe, más fe, Señor, que necesitamos mucha fe! Creo Señor, pero aumenta mi Fe. Auméntala a través de una juventud en Cádiz unida, con iniciativa, comprometida. Una juventud que se apoye en Jesús. ¿Pero qué es realmente la Fe? En una de las clases de la asignatura de cultura grecolatina de mi carrera, el profesor citó una frase de San Pablo en la que defendía que la Fe era la certeza de lo que no se ve y la garantía de lo que se espera. Qué bonito es creer en algo que no se ve. Qué bonito es estar plenamente seguro de que se va a recibir lo que con ansias se espera. Qué bonita es la Esperanza. La esperanza con mayúsculas. Por este mismo motivo decimos que la esperanza nace de la Fe. En un momento de desánimo, me apareció en la televisión la increíble Jornada Mundial de la Juventud celebrada este año en Cracovia. En la misma, el Papa animó a los jóvenes a: “¡Tener coraje, tener coraje, ser valiente! ¡no asustarse!”. Y, a modo de propósito, tras bendecirlos, reiteró: “¡Memoria, coraje, futuro… Esperanza!”.
Papa Francisco, yo quiero ser valiente Ser valiente como nadie, Asustarme no pretendo Pero me miro y soy cobarde
¿Por qué elegir un modelo de vida Si es el que no prefiero? ¿Por qué Señor me arrebatan Lo que en este mundo más quiero?
Me podrán arrancar mis amigos Que son mi sangre y mi sustento, Pero no podrán con mis creencias, Mi ilusión y mis recuerdos
Yo te pido Señor Mío No vivir lo que has sufrido, En medio de este horror Yo te acompañaré en tu dolor
En medio de esta masacre Déjame acompañarte, En medio de esta vergüenza Señor, dame paciencia
Ya nos alentó Jesús Devesa Días previos a días santos Antes de que se unieran cielo y tierra En una luna de Marzo
Nos animó a que gritásemos, ¡sí podemos! Para que el mundo se entere, Que con Cristo y con María Podemos, ¡siempre se puede!
Yo quiero aprender de Cristo Lo que dijo en su Evangelio: “Quién en la tierra se humilla Será ensalzado a los cielos”
Seguro que los que están allí arriba Tuvieron Fe en su día Y siguen teniendo Fe Aunque dejaron su vida
Yo quiero seguir creyendo Hasta que mi salud lo permita Cuando en el mármol blanco y frío Mi nombre y la fecha escriban
Que nos dejen ya tranquilos Los que no quieran creer Que a nadie pedimos nada Que solo es cuestión de Fe
Bendice Señor a aquel Al que a la Fe se aferra Aunque viva entre tinieblas Y esté viviendo entre guerras
Ilumina a esta ciudad marinera Que en su corazón encierra Al amor de los amores Que es Jesús, al que venera
La Fe y la Esperanza La Esperanza y la Fe Cómo voy a separarlas Si forman parte de mi ser
Joven de ímpetu y de ilusión Yo te digo con confianza: Allí donde haya fe Pon tú la Esperanza
Que la Fe no es invisible Ni la Esperanza una quimera Que un milagro divino Hizo que en Cádiz naciera
Una señora de ojos verdes De pureza marinera Para cada Miércoles Santo Ser la esperanza eterna
Y que esto no sea exageración Que cuando cerraba Tabacalera Calle Plocia era peregrinación De jóvenes mujeres cigarreras
Yo no quiero dar enseñanzas Ni palabras traicioneras Sólo os diré lo que un poeta granadino Fue pregonando por su tierra
Que esta boca está cantando Lo que pensar no quisiera: ¡Corazón sin esperanza Que se lo trague la tierra!
ESCUELAS DE MISERICORDIA
Una tarde de verano De estos días entre fresquito y calor Decidí hacer un paseíllo cofrade Cuando ya escaseaba la inspiración
Cogí el autobús de la línea dos Sin pensar en mi parada Mientras mi abuela me llamaba Y me decía: “¡qué haces que no vas a la playa!”
“Abuela que no, que voy a ver iglesias” Y ella me decía: “¡Anda bonito! Que con tanto santo y tanto rezo Te coge el Padre Pascual y te hace dominico”
Dejando a un lado la discusión Me centré en lo que iba a hacer, El destino quiso que le diera al stop Y en San Félix me bajé
Llegué a una calle de infinitas palmeras Y una muchedumbre allí se encontraba Plegarias a la Virgen de las Penas Y claveles al Cristo de la Palma
Un Misericordes sicut Pater Salió de mi boca y yo os quiero explicar Que las cofradías son Escuelas de Misericordia Y con esta travesía os lo voy a demostrar
Celestino Mutis y calle San Rafael Me llevaron hasta el Falla Y llegué a la Castrense Pero se encontraba cerrada
Me acordé que estaban en Santa Catalina Y un bello pensamiento me vino Acababa de encontrar una misericordia corporal Que es dar posada al peregrino
Cuando la Castrense estaba en peligro Salió a su encuentro su iglesia hermana Para dar cobijo al Cristo de la Expiración Y a la Victoria de nuestras almas
Al salir, el cielo me quiso guiar Hacia una puntiaguda espadaña Que protege a los marineros Y a las aguas de España
Qué tiempos estamos viviendo De tecnología, innovación y de luces Que ya hasta la novena del Carmen Se anuncia en las pantallas de los autobuses
Enhorabuena, jóvenes del carmelo Por quererla de la manera más grande, Y por realzar cada julio la fiesta Del tesoro de vuestra salve
Caminando por Bendición de Dios Una capilla pequeña fue mi sosiego Porque allí descansa el Predimiento Y la Paz del Beato Diego
En la Escuela de Sagasta Donde asoma la parrilla San Lorenzo te proclama Que en él hay gloria bendita
Frente a frente en hornacina Proclaman a los niños que María es el pilar fundamental En Zaragoza se apareció y a Cádiz le vino a dar Las Penas en el Señor y a la Virgen la Caridad
Y un poco más adelante Se recoge la estampa Afligidos, Desconsuelos Y la congoja de sus miradas
Con la iglesia callada, os miré Y Tú, Señor de los Afligidos me viste, Me regalaste la misericordia espiritual Para que en las adversidades consolase al triste
Por las calles de Sagasta con olores de septiembre Un “Salve Pastora querida” se escuchó en todo el barrio Un joven vino a mí y me susurró al oído: “Si quieres a la Virgen, no faltes a su Rosario”
Yo os aliento jóvenes pastoreños A proclamar que María allí nos espera, Nunca abandonéis a vuestra Señora Y no os apartéis de su vera
Calle Ancha de recuerdos Y una marcha que resuena Ecce-Homo en mi mente Antes de bajar novena
Pasé la Plaza de Mina llena de palomas Y de recuerdos imborrables de juventud Me dirigí a la Plaza de San Francisco Rebosante y eterna fuente de virtud
Me encontré con los de siempre Los del café en el V centenario Hijos del Nazareno Blanco Los niños del Lunes Santo
Ahora mismo son los mayores Y aunque piensen que son el pasado Ellos siguen dando guerra Por mucho que pasen los años
Y esta gran familia Me enseñó que el amor es eterno Si se vive en la Esperanza Y se visita a los enfermos
Me encontré con un Rey dormido En el otro lado de la Iglesia No le despertéis Que con un Requiem en San Francisco sueña
Gracias hijos de la Soledad Jóvenes del verde y de la madera Por hacer que en una luna de agosto Cádiz pudiese ser de nuevo veracrucera
Me caí por el Convento Me caí y mil veces más me caí Pero levanté la mirada Y aprendí de ti
Caer está permitido Levantarse es una obligación, dijo tu boca Y así me mostraste una nueva obra Que es corregir al que se equivoca
Caminante, poco a poco Caminito divisé Afortunados vosotros que disfrutáis De la madre que todos desearían tener
Fui bajando San Francisco Calle eterna, ya lo sé Y de repente de milagro Con San Agustín me encontré
La Amargura de una madre Que no tiene para comer Y el Mayor Dolor de otra Que ve a su hijo perecer
Y el Señor de la Humildad me reconoció Aunque yo iba de incógnito Y me dijo que aprendiera a sufrir con paciencia Los defectos del prójimo
Con tanto dolor y tanta pena Me quise ir, yo me alejé “¡Qué me van a cerrar las iglesias!” Y tuve que empezar a correr
Llegué a un barrio de sueño Su nombre: Santa María Donde dicen que hasta los niños Te cantan por alegrías
Templo blanco y negro Mármol santo y divino Consagrado al Santo Rosario Y a nuestro Padre Santo Domingo
Enhorabuena Niños del Rosario Por hacer realidad la sabatina Propagad el Rosario a los pueblos Y dadle al Convento vida
Hermanos de Jesús del Milagro Que no os falte confianza Y aunque se den tiempos malos Vosotros sois la esperanza
Y haced caso de lo que os digo Que en este pregón yo no miento Porque no hay más bella acción Que dar de comer al hambriento
Subí la cuesta de Sor Esperanza Colgaduras y flores de papel De repente me di cuenta Que era Septiembre de la Merced
Merced, cofradía hermana De anécdotas y de vivencias También Siete Palabras Y como no, Sentencia
Hermanos, por Piedad actuad, y que no sea solo sentimiento Y porque tenéis por Cristo al de la Sed Dad de beber al sediento
Y un poquito más arriba Más allá de Jabonería Un 400 se vislumbra En la Iglesia de Santa María
Este Octubre del Rosario El Nazareno quiso estar Gracias Señor de Cádiz por ser El Alcalde de nuestra ciudad
Gracias también a tus niños Juanito, Moi y Galán Que se han llevado todo el verano Pintando banderas sin cesar
Misericordia en la Cárcel Vieja Misericordia es el momento En el que te acercas a los condenados Enseñándonos que hay que visitar al preso
Y la última del casco antiguo Sal de sal, luz de luz, Tiene por nombre La Escuela de Santa Cruz
Rodeado de plata y solemnidad Un Cristo Yacente hijo de la Soledad Nos muestra que en cristiana sepultura A los difuntos debemos enterrar
Y con un olor reciente a Rosario El Cristo de las Tres de la Madrugá Nos enseña una obra fundamental Ante las injurias siempre hay que perdonar
Vámonos a casa Para Puertatierra ya San José y salesianos Y a la cama a descansar
En el autobús de vuelta Comencé a hacer recuento: “Me quedan algunas obras de misericordia, Tres me faltan si mal no recuerdo”
En la Parada de San Felipe Hay una visita obligada A la Madre de la Juventud De la Hermandad de las Aguas
Qué orgullosa estarás de ver A aquellos que crecieron a tu alrededor Que ahora son miembros de junta Y su compromiso es aún mayor
Llegué a San José Mi parroquia, mi barrio Escuela de recuerdos Y de vivencias de antaño
Allí tengo yo mi primer confesionario Y es donde siempre Jesús te invita A dar buen consejo Para aquel que lo necesita
Yo aún no me creo Que Paz y Amparo estén en casa Y ver a mis hermanos cada viernes Contagiando la fe a todo el que pasa
Vosotros sabéis de sobra Que para mí sois un grupo joven modelo Y no por la cantidad, sino por la actividad, La ilusión y el esmero
Y justo enfrente a Borriquita No me olvido de la Gloria josefina Cuyos jóvenes con palmas y algarabía Adoran a la Virgen de las Rocinas
Y ahora llego a Salesianos Lugar donde buenos cristianos nacen Y se cumple la obra educativa extraordinaria De enseñar al que no sabe
Y en la hermandad más joven que hay, Que regala amor cada domingo de ramos, En estos tiempos difíciles los niños saben Que hay que vestir al que es despojado
Y aún me queda una Y para librarnos de todo mal Rezan por los vivos y por los difuntos Los hermanos de la Santa Caridad
Y así que conste en acta Para evitar discordia Que las cofradías son en Cádiz Escuelas de Misericordia.
CÁDIZ ES DE MARÍA Este Cádiz de la sal y de la arena, que encierra un tesoro cofrade centenario no está hecho para ser lugar de conflicto, sino para disfrutarlo. Me parece a simple vista, que la expresión “pelear por nuestra devoción” es completamente admirable, luchar por Ella, difundirlo a todo el mundo. Es más, así nacieron todas las órdenes religiosas con sus respectivas advocaciones representativas. Pero cuando se tergiversan las cosas y se modifica el argumento, perdemos la razón y dejamos de darnos cuenta por lo que verdaderamente estamos luchando. Cádiz desde antaño ha sido de María. Múltiples advocaciones que tuvieron su máximo momento de esplendor en el pasado y que con gran acierto muchos de vosotros estáis incentivando y recuperando. Qué bonito es el pasado. Cuando las calles se alumbraban, cuando la ciudad se volcaba con la fiesta. Cuando no hacía falta preguntar casa por casa “¿te puedo adornar el balcón?” sino que eran los mismos vecinos los que los engalanaban. Recuperar el esplendor es un objetivo que muchas hermandades se han propuesto. Sin embargo, esa no es la cuestión que pretendo abordar ahora mismo, sino que quiero hablar de un término que he llamado “la competitividad cofrade”. Cádiz es la cuna de grandes devociones. San Lorenzo con su Virgen de los Dolores, Puertatierra con su Auxiliadora, Mentidero con el Carmen, Santa María con el Rosario y La Viña con la Palma. El tiempo y la devoción decidieron premiar a todas estas imágenes con el mayor distintivo que se le puede otorgar a una Madre, como dice en el Evangelio: enjoyándolas con oro de Ofir. En más de una ocasión se han dirigido a mí y me han preguntado: “Pero, ¿quién es la Reina de Cádiz?” y yo les he dicho: “María”. Es obvio que porque el destino así lo ha querido ciertas advocaciones son los pilares fundamentales de mi vida pero yo no sería capaz de emitir un juicio completamente acertado acerca de esto.
Sin embargo, me entristece mucho el escuchar comentarios negativos referidos a la calidad o cantidad del patrimonio que poseen las hermandades. Yo les digo a ellos, que no son hermanos, no saben valorar lo más importante que hay. Me lamento por dar cabida en este pregón a personas que no se lo merecen pudiendo tratar otros temas que me interesan mucho más, pero no tolero a los que únicamente se empeñan en valorar aspectos externos de las cofradías, como si un tocado está bien colocado o si los cargadores no llevan bien a la Virgen. Todo es crítica, crítica destructiva que solamente piensa hacer daño a personas, a hermandades. Y existe más allá algo con mayor valor que eso, que es la devoción de las personas. No les inculquéis a vuestros hijos la rivalidad entre devociones, es algo absurdo. Para qué utilizar advocaciones como arma para hacer daño a los demás. Y a vosotros, los que estáis hoy aquí, cuando os digan “lo que tiene la mía no lo tiene la tuya” decidles “lo que tengo yo no lo tienes tú, que es el cariño y el amor por la Virgen”.
A mí me encanta un punto de aguja Y me apasiona un tisú de plata Pero hoy me dirijo a aquellos que no tienen Fe Y nada más que se preocupan en dar la lata
Unos decían: “Cádiz es de mi Virgen, La que en mi barrio manda” Y por otro lado escuchaba “La tuya no, porque no está coronada”
Me agrada escuchar a los niños Diciendo en ese julio carmelitano “Mi Reina es la Virgen del Carmen Y mi sustento su escapulario”
Y luego ver en la Calle Sagasta Donde siempre tiene lugar la cita Que en el Corazón de los Dolores Habitan futuros servitas
Y también escuchar de los mayores Con los ojos fijados en el Auxilio de Mayo Un “cuantas veces siendo niño te recé” De imborrables recuerdos salesianos
Y contemplar cómo en Noviembre Observando a la Virgen de la Palma Que son muchos los que vienen Aunque otros tantos los que faltan
Y sentirme orgulloso del futuro Porque en este Octubre de nardos Los niños por primera vez Tienen un rosario en sus manos
Qué grande es la fuerza de María Y es verdad que Ella puede con todo ¿Por qué preocuparse por lo de fuera? ¿Por el encaje, la plata y el oro?
¿Por qué inculcarle al futuro El rencor, la aversión, la inquina? ¿Por qué no en lugar de eso Sembramos la amistad o la empatía?
¿No nos dijo Jesucristo Amaos los unos a los otros? Qué triste eso de utilizar a la Virgen Solamente para crear odio
Porque Cádiz no es del Carmen, Cádiz no es del Rosario, Cádiz no es de la Palma Ni tampoco de la de mi barrio
Venid y vamos todos Con flores a porfía Que aquí solo manda una Porque Cádiz es de María
TODO POR AMOR, NADA POR FUERZA Yo fui aquel niño que pisaba la casa de hermandad nada más que para recoger la túnica. Yo fui aquel niño que veía a sus Titulares cuando ya se encontraban en sus pasos procesionales. Yo fui aquel niño tan inocente que antes de ingresar en el grupo joven preguntó a sus coordinadores: “Pero por ser de cigarreras no me obligaréis a fumar, ¿verdad?” Yo fui aquel chaval tímido que en las primeras convivencias se escondía porque se veía diminuto ante gente tan entregada y apasionada por sus cofradías. Yo fui aquel que en su primer Corpus tuvo que salir con camisa blanca y vaqueros porque aún no se había comprado el traje de chaqueta. Sin embargo, con el tiempo me convertí en aquel que cuando había que leer una lectura levantaba la mano convencido diciendo: “la haré yo”. “¿Que hay que rezar un rosario? Lo rezaré yo”. “¿Que el jueves cambian a la Esperanza de luto? Espera que el cojo el tren y estoy allí”. ¿Y sabéis qué? Que no me sentía forzado en hacerlo, lo hacía porque quería, por voluntad propia. Los coordinadores y los vocales deben enseñar a querer a los niños que tienen un corazón inocente. Yo tuve que aprender a querer a mis Titulares. La devoción no surge así porque sí. Ahora que ya puedo decir que soy universitario cuando se lo digo a mis primos pequeños se me quedan mirando asombrados. Por eso, días previos antes de instalarme en Sevilla, hablando con uno de ellos no sé por qué pero nuestra conversación hizo que le dijera una de las típicas frases de Don Bosco que las puedes utilizar para todo “Hay que ser buenos cristianos y honrados ciudadanos” y él, que estudia en el Colegio de las Carmelitas, me contestó con un “todo por amor, nada por fuerza”. Esta frase vale oro y no me avergüenzo al decir delante de todos vosotros que un chiquillo me dio una gran lección. El amor hoy ha hecho que esté aquí pregonando a la juventud cofrade de Cádiz. Mirad lo que ha hecho el amor que cuando era chiquillo mis abuelos eran los que me llevaban a la ofrenda de nardos de la Patrona y ahora soy yo el que los lleva a ellos. Esto es el amor. Qué razón tenía Rosa María Cossi, la Semana Santa y las cofradías son una verdadera historia de amor. El amor es el único medio para conservar la tradición.
Cuando estéis limpiando plata Hacedlo por amor Cuando estéis doblando cartas Hacedlo por amor
Cuando la paciencia haga falta Hacedlo por amor Por estas labores y por tantas Hacedlo por amor
De qué sirve querer Querer por obligación Si todo va mejor Cuando se hace por amor
Por amor y con amor Porque así lo quiere Dios Porque este mandamiento nos dio Para eliminar el dolor
El amor, qué es amor Si el amor es cosa de dos Su número es el quince Y celeste su color
Un atardecer de verano En La Caleta se encontró Con ráfaga de plata Y tez morena de Sol
Un niño la está mirando Que le mira el corazón Corazón limpio, inmaculado De la esclava del Señor
Yo no sé si fue leyenda Lo que cuenta la aparición O si en una luna llena El chiquillo lo soñó
Oh qué sueño, Madre Mía Déjame, por favor Que yo te sueñe algún día Pero no me despiertes, por Dios
El chiquillo que te vio Hacia mí se dirigió Y me dijo: “pregonero, Quiero que la vistas de Sol”
Déjame que la vea Y que yo la engalane Dame la presea Y una mantilla de encaje
Clávame un alfiler Que en sus enaguas quede mi sangre Y hasta que no se haga de oro No la puede ver nadie
Hasta que brille como el día Que Ella misma sea Luz Y como fuente de la que emana agua De Ella rebose Salud
Sus ojos me recuerdan A las noches de verano Y su boca entreabierta A la primera flor de mayo
Sus manos, ¡ay sus manos! Dos varas morenas de nardos Su cetro mi timón Y mi bendición su rosario
Y es que sus ojos me recuerdan A las noches en vela soñando Un nuevo quince de Agosto Que se nos escapa de las manos
No quiero alejarme de Ti Yo quiero estar a tu vera Al igual que en ese día El cielo se agacha para tenerte cerca
Sus labios son un mundo De deseo y de inquietud De las almas de los niños cofrades Que en esta ciudad son multitud
Mirarte es imaginar Que en La Catedral ya está colocada la rampa Y que a un chiquillo se le llena la boca Cuando al penitente le pide una estampa
Mirarte es recordar Esos guantes llenos de cera Y cuando ante el cansancio procesional Un niño en el suelo se sienta
Mirarte es anhelar Un mundo humano en paz En el que entre los jóvenes reines Tú Sólo Tú y nadie más
Que reine el amor Que sea la paz Que no quede en palabras Y se haga realidad
Mantén las plegarias encendidas Y jóvenes de Cádiz estad alerta Que cuando menos os lo esperéis Ella asomará por la puerta
Tú que eres Reina de los Santos Y medianera de todas las Gracias Sé Luz, Faro y Guía Sé siempre la Esperanza
Yo no digo que Ella sea Sol Yo digo que Ella es estrella Ella es principio y fin Es alfa y es omega
Que me tiembla la voz Y hasta el alma me duele Cuando tu nombre se me escapa Mirando tus ojos verdes
Tengo tantas cosas que decir Pero la verdad desagradable asoma El cirio se empieza a consumir Y es el único argumento de la obra
Qué orgullo de ser cristiano Qué alegría por existir Esta vida no ha sido en vano Porque fui joven junto a Ti
¡Qué misterio el de la vida Madre Mía, Bendita Tú, Virgen del Amor Hermoso Patrona de la Juventud!
LAUS DEO
Este pregón fue encomendado el día 31 de Mayo, se comenzó a escribir el día 31 de Julio, festividad de San Ignacio de Loyola, fue terminado el día 15 de Octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús, y finalmente pregonado el 22 de Octubre, festividad de San Juan Pablo II, del año del Señor 2016, Año de la Misericordia.