XXVI Bandera Petronor 2009

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XXVI BANDERA PETRONOR REGATA DE TRAINERAS 2009

ESTROPADAK 2009 ZIERBENA

PETRONORREN XXVI. IKURRIÑA



Presentación - Aurkezpena

Josu Jon Imaz

S

Presidente Ejecutivo de Petronor Petronorreko presidente exekutiboa

i algo simboliza en nuestro pueblo la cooperación y el trabajo en común, es una trainera. Un grupo de personas une sus esfuerzos para bogar juntos en una misma dirección. Hace veintiséis años Zierbena Arraun Kirol Elkartea y el pueblo de Zierbena tuvieron la iniciativa de organizar una bandera de prestigio en la temporada de remo. Para Petronor, ha sido un orgullo trabajar conjuntamente con los zierbenatos durante todo este tiempo como patrocinador. Estar juntos remando en la misma trainera. Mucho ha cambiado nuestra sociedad en estos años. Pero la afición por el remo sigue latiendo en el corazón del pueblo de Zierbena. Como decía el pasado año uno de los remeros galipos de aquella primera trainera, José Antonio Arteche, “no es amor de pueblo, pero era la mejor afición que había”. Y lo sigue siendo. Por eso la bandera se puede celebrar por vigésimo sexto año consecutivo. Porque como también nos recordaba el pasado verano Eloy Tajada, otro de los remeros de aquella primera bandera, “es un mérito que la Bandera Petronor cumpla 25 años. Mérito que entre otros, se encuentra entre los que llevan el Club. Ese es el verdadero mérito”. Efectivamente. Durante toda la temporada el pueblo de Zierbena y sobre todo Zierbena Arraun Kirol Elkartea se vuelcan en preparar a chavales, en entrenarlos en los días desapacibles de invierno y primavera. Además, trabajan para que la organización de la bandera esté lista para el mes de agosto. Es el esfuerzo compartido. Es el apostar por una juventud formada en el valor del trabajo y del equipo. Es mirar al mar, hacia donde siempre han mirado en la historia los zierbenatos. Por eso estamos ahí. Porque para nosotros es un honor el poder participar con nuestro remo en ese esfuerzo conjunto de todos los que hacéis posible la Bandera Petronor.

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ankidetzaren eta elkarlanaren ikurren bat badugu gure herrian, ikur hori trainerua da. Lagun-talde batek batera eta norabide berean egiten du arraunean. Orain dela hogeita sei urte, Zierbena Arraun Kirol Elkarteak eta Zierbenako herriak goimailako bandera bat antolatzeko asmoa izan zuten. Petronor-entzat, harro sentitzeko aukera izan da Zierbenako herritarrekin batera ibili izana hain luzaroan lehiaketaren babesle gisa. Elkarren ondoan egin dugu arraunean traineru berean. Nabarmen aldatu da gure gizartea urte horietan. Baina arraun-zaletasuna oso erroturik dago Zierbenako herritarren bihotz-barrenean. Lehen estropadako arraunlari batek, José Antonio Artechek, iaz esan zuenez, “ez da gure herria goraipatzeagatik, baina gure herritarren zaletasuna denetan onena da”. Eta horrela izaten jarraitzen du. Horregatik, hogeita sei urtez antolatu ahal izan dugu ondoz ondo Petronor Bandera. Lehen estropada hartako beste arraunlari batek ere, Eloy Tajadak, hauxe esan zigun iazko udan: “meritu handia da Petronor Banderak 25 urte betetzea. Eta, batez ere, Elkarteko arduradunei aitortu behar zaie, haiena baita benetako meritua”. Eta halaxe da. Denboraldi osoan Zierbenako herriak eta, batik bat, Zierbena Arraun Kirol Elkarteak burubelarri jardun dute mutilak entrenatzen, neguko eta udaberriko egun zakarretan ere bai. Gainera, gogor aritzen dira bandera abuzturako guztiz prest egon dadin. Denen artean egindako ahaleginak dira. Gazteei lanaren eta taldearen balioetan sinesten irakasteko ahaleginak dira. Eta itsasora begira, zierbenarrek beti egin izan duten bezala. Horretan gaude. Guretzat ohore handia baita zuekin guztiokin batera arraun egitea Petronor Bandera aurrera eramaten. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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AcĂŠrcate a buen Puerto,

a Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

Hurbil zaitez kai onera,

Zierbenako Arraun Kirol Elkartera


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009) Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

Sociedad de Pescadores de Ciérvana Abanto Club de Las Carreras - Sparta Club de Gallarta Sociedad de Remo Virgen del Puerto Sociedad de Remo San Román Sociedad de Remo Ciérvana Club de Remo Ciérvana Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009)

Si a finales del siglo XIX ya se organizaban regatas de traineras y botes, o bateles, hubo que esperar al año 1945 para que la hermana intermedia: la trainerilla, con capacidad para seis remeros y un patrón, saliera a la competición. Hubo que esperar al año 1985 para que se organizara, por primera vez, el Campeonato de Euskadi de Trainerillas por la Federación Vasca de Remo.

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a pasado ya más de un lustro cuando nos permitimos la licencia de publicar unas líneas sobre los más de cien años bogando en los que los zierbenatos vinieron honrando a su pueblo, al apostar por que el color marrón lucido en camisetas ajustadas a sus fornidos cuerpos a la hora de hacerse a la mar, destacara sobre el de sus rivales en cuantas competiciones se dieron y tuvieron presencia. Repasando aquella publicación, nos encontramos que los antepasados, antes de que se dieran las competiciones remeras y el color cuero representara a Zierbena, cuando iban a la caza de la ballena, utilizaban embarcaciones que medían entre 26 y 28 pies de eslora por 6 de manga, en las que bogaban de seis a ocho remeros, dirigidos por un timonel. E, incluso, que las más primitivas iban integradas por tres hombres y un patrón, pero cuando en el siglo XV las ballenas dejaron de aparecer por las costas vascas, se alejaban hasta Asturias y Galicia, haciéndose necesaria la construcción de embarcaciones de mayor tamaño y con más tripulantes, aproximándose a las de hace unos cuantos años, y salieran al campo de regateo con traineras de competición. También decíamos que estas embarcaciones, las traineras, portaban dos palos para soporte de las velas, constaban de dieciséis remos, manejadas por otros

tantos tripulantes que arrastraban con fuerza su enorme peso, entre 600 y 750 kilogramos; que el patrón llevaba el suyo en popa para la dirección de la nave, sirviéndole de timón; que los otros quince la impulsaban con velocidad y habilidad desmesurada para, olvidada la caza de la ballena, acercarse al banco de sardinas, y una vez localizado, evitar que desapareciera. Es más, aportábamos la hipótesis de -sin menospreciar la posibilidad de que las regatas nacieran como consecuencia de llegar el primero a la venta de la pesca-, que las mismas vinieran al darse las labores de atoaje (guía de una nave, llevando a remolque por medio de un cabo que se echaba por la proa para que tiraran de él una o más lanchas) y de lemanaje (derecho que pagaban las embarcaciones por utilizar a los prácticos en la mar), y que en este juego de atravesar la Barra de Portugalete, se encontraran en competición marinos del propio Portugalete, Algorta, Santurtzi y Zierbena. En nuestro recorrido histórico, y relatadas varias de cuantas competiciones se dieron en el Puerto y Ría de Bilbao, y posteriores, a la par de las traineras, también apuntábamos que ya se organizaban Regatas de Botes en las fiestas de la capital vizcaína, auspiciadas por el Club Náutico de Bilbao, siendo tripuladas, a veces, por hasta cuatro remeros. Es decir, que desde

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hace un buen montón de años, la trainera y el bote, o batel, fueron las primeras embarcaciones en entrar en competiciones lúdico-deportivas. Hubo que esperar, por tanto, al año 1945 -siguiente al que se diera el I Campeonato de España de Traineras y de Bateles-, cuando apareció en el campo de regatas un nuevo modelo de embarcación: la trainerilla. A decir de los entendidos, fueron los hermanos Manuel y Luis Algorri, ambos vecinos

Agustín Martín, empresario mueblista y directivo del Club de Remo Virgen del Mar de Santurtzi, quien encargó la primera embarcación de estas características a los carpinteros de ribera santurtziarras, con taller en las orillas de la Ría de Bilbao, y a la altura del Municipio de Erandio. Con estos antecedentes, la primera regata de trainerillas que conocemos tuvo lugar los días 4 y 5 de agosto del año aludido, el de 1945, y como esplén-

La tripulación de la trainerilla "Virgen del Puerto", vencedora de la Regata de Zarautz de 1950. En la fotografía, de pie y de izquierda a derecha: un desconocido, el sacerdote Estanislao Yeregui, un desconocido y el patrón José Maruri; agachados, y de izquierda a derecha: Fernando Tajada, Fernando Elosegui, Antonio Alberdi, Gerardo Bañales, Iñaki Llanas y Marcelino Elorza.

de Santurtzi, quienes en un taller que disponían en Lamiako, en el que ensamblaban todo tipo de embarcaciones para remo y pesca, con predominio de las de competición, diseñaran esta hermana intermedia entre la trainera y el batel, con capacidad para seis remeros y un patrón. Al parecer, los inconvenientes que venían teniendo algunos clubes -que no era el caso de la Sociedad de Remo Virgen del Puerto de Zierbena-, para agrupar a trece hombres que completaran las bancadas de la trainera, estaba produciendo este tipo de solución. También hay quienes apuntan que fue

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dido marco de regateo las aguas del Abra vizcaíno, frente al embarcadero de Las Arenas, no participando tripulación alguna de Zierbena. El motivo fue debido a que no dispuso de embarcación. Por estas fechas las tripulaciones galipas disputaban Regatas de Bateles, siendo el “Voluntad” y el “San Pelayo” los nombres de los mismos, y Dámaso Lazcano, Fermín Quintana, Cándido Fernández, Ángel Carpintero y Emilio Zabala la tripulación que, por lo general, saltaba en el primero de ellos; y Florencio de la Cruz, Plácido Quintana, Félix Brazaola y


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009) MARCELINO ELORZA SOLEGUIA. Si de remo hablamos, irremediablemente tenemos que hacerlo de la familia Elorza. Para ello, no hace falta más que abrir el libro que dedicamos años atrás a los más de cien años bogando para, ya en la Grandes Regatas de Traineras del Abra, allá por el año 1882, encontrar este apellido en uno de los componentes de las bancadas. En definitiva, hablar de la familia Elorza es hablar de remo. Hablar de Marcelino es hablar de remo y, como mucho ignoramos, para aprender algo, le preguntamos: Como se ha apuntado, en 1882 ya había un Elorza en las bancadas de la trainera de Zierbena; de 1917 a 1921 encontramos a otro Marcelino Elorza, al igual que de 1925 a 1927, que suponemos era su padre “Nino”; en 1949 y 1950 le encontramos como remero de la trainera “Virgen del Puerto” y, ya desde 1983 hasta principios de los noventa a su hijo, y en otro club cercano al hijo de éste ¿Le enorgullece haber seguido los pasos de sus antepasados y que sus descendientes hayan tomado la misma derrota por el deporte del remo? Me enorgullece porque el deporte del remo ha sido gran parte de la vida de la familia. En el caso de mi padre, a quien le apodaban con el cariñoso nombre de “Nino”, porque lo hizo en una época gloriosa para el pueblo, al igual que yo, porque nuestra cuadrilla hizo historia. Fue una pena cuando tuve que marchar al equipo de Iberia. Las cosas no se hicieron bien. Había mucha gente dispuesta a bogar, una afición que nos seguía a todos los sitios. Después ya no quise seguir. Me dediqué a trabajar. De mi hijo estoy más que orgulloso, y de mi nieto qué decir. Tiene un cuerpazo enorme. Está muy bien alimentado. Este es un capítulo dedicado a las trainerillas y, para refrescar la memoria, consideramos que la victoria conse-

GERARDO BAÑALES DE LA CRUZ. Zierbenato por los cuatro costados. Hombre de mar desde sus años mozos. Remero descendiente de una saga familiar que tanto brillo ha dado a este deporte y tanto ha venido representando al pueblo, y al que preguntamos: Honorio Bañales, Hilario Bañales y Gerardo Bañales, en su caso, uno de los trece remeros de una embarcación ganadora del Campeonato de España de Traineras en 1949. Uno, también en su caso, que logró la medalla de bronce en el mismo campeonato al año siguiente, pero, sin olvidar todo lo anterior, y al ser este un capítulo dedicado a las trainerillas, ¿qué recuerdos le vienen a la memoria del citado Campeonato de España de Trainerillas de 1949? Recuerdo que nos ganó la tripulación de Castro Urdiales por tan sólo dos segundos. Les habíamos batido en aguas de Zarautz, pero, en las suyas propias no tuvimos suerte. Nos tocó la baliza del muelle de tierra y nos perjudicó sobremanera. Por aquellas fechas se contaba con una afición enorme. Todo el pueblo de Zierbena vivía y sentía las regatas como

guida en Zarautz en el año 1950 fue la que cimentó las bases de esta modalidad en Zierbena. Además de ocupar un puesto en la trainera, dedicó atención a la hermana mediana: la trainerilla ¿Qué recuerda de aquella regata? Recuerdo que había un poco de marejada del noroeste y como nosotros dominábamos la mar por razones de vivir de ella, en los dos días de competición le sacamos más de dos minutos a Castro Urdiales, que fue la segunda. Yo era el proel y, sin ánimo de enfadar a nadie, logré dos ciabogas fenomenales. Aunque ya llevábamos ventaja, estas maniobras les dejó a los demás fuera de combate. Lo que ocurrió posteriormente en la villa cántabra no tiene nombre. Perdimos por cosas extrañas. Nos tuvieron más de una hora sin que empezara la regata. Si a ello añades que nos tocó la peor baliza, la clasificación está más que justificada. A unos cuantos años vista de su gran actuación remera, y con la experiencia de toda una vida marinera, es libre de contarnos lo que quiera a lo siguiente ¿Cómo ve la actual embarcación galipa, el remo en el pueblo, y este deporte en general? Una gran pena que no salgan remeros de Zierbena. Hay unas instalaciones fenomenales. Infraestructura que en nuestra época no contábamos. Pero no hay juventud, sobre todo en el barrio de El Puerto. Fíjate, en mi época todo el barrio estaba pendiente de nuestros entrenamientos, incluso vivíamos más gente. Según mi mujer, había cuatrocientas y pico personas en la tabla de racionamiento durante el duro periodo de la autarquía. Por lo demás, y como te he dicho que en mi familia el remo ocupa gran parte de nuestra vida, veo todas las regatas que puedo, sobre todo las de traineras. Es más, desde que Marce, mi hijo, tenía 10 años, acudo todos los años con él a las Regatas de La Concha. Antes, hace unos cuantos años, dormíamos en Orio, y al día siguiente, después de la regata, volvíamos a casa en tren. Ahora me lleva él. Lo paso sensacional. Te puedes imaginar si este año le veo a mi nietillo en las bancadas. Sería revivir viejos tiempos.

algo propio ¿Cómo les recibieron al llegar a casa? Magníficamente. Hubo una comida en la Casa de la Venta y otra en el Club de Jubilados. Recuerdo que se lanzaron cohetes. El deporte del remo era lo más grande que había en Zierbena. ¿Quiénes de la familia estuvieron vinculados al remo?, ¿cómo se inició en el deporte?, ¿de qué manera se hizo con un puesto en las bancadas allá por el año 1949? Además de los familiares anteriormente citados, de mi tío Sixto de la Cruz, hermano de mi madre, decían que era el mejor remo que hubo en Zierbena. En cuanto cómo me inicié en el remo, como casi todos, al dedicarnos a la pesca de la sardina, salíamos a echar la raba y luego, ya sabes, enredando con los remos. A las bancadas entré, como los demás de la cuadrilla, porque Zenón Acarregui nos dijo que nos dedicáramos a ello. Y así fue. Nos ha dicho que la gente de Zierbena vivía con intensidad el deporte del remo ¿Cómo piensa que lo vive en la actualidad? Ahora todos los remeros son de afuera. No hay afición entre la juventud del pueblo. Dicen que pegarse la gran sudada y apenas ganar dinero no merece la pena. Son otros tiempos. En cambio nosotros, una vez dejar la hierba íbamos a bogar. No parábamos. De verdad, eran otros tiempos. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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Segundo Fernández, la que lo hacía en el segundo, compartiendo bancadas con José Luis Zabala, Florencio Lazcano, Antonio Arteche, Florencio Burusteta, Fernando Elosegui y Marcelino González, llegando a ser los primeros en el I Campeonato de España de Bateles. Sin embargo, y para no ser menos que los santurtziarras, una vez reconstituida la Sociedad de Remo Virgen del Puerto en 1948, y logrado unos dineros provenientes de una cuestación popular, los zierbenatos compraron una trainerilla y dispusieron de otra que fue cedida por los de Laredo. En ambas, varios hijos y sobrinos de los legendarios bogadores de las décadas del diez y del veinte, que se sentaron en las tostas de su hermana mayor: la trainera, presentaron y completaron las embarcaciones para participar en las Regatas de Zarautz de 1949, siendo ésta la segunda participación de los galipos fuera de la provincia, en la que se dieron cita los días 6 y 7 de agosto. Las embarcaciones de Zierbena: “Virgen del Puerto” y “Santa María”, coparon los dos primeros puestos. Días más tarde, el sábado 13 y el domingo 14 del mismo mes, y con motivo de la I Gran Quincena Náutica, en aguas de la Villa de Portugalete se celebró el III Campeonato de España de Trainerillas y, cuando nadie lo esperaba, la tripulación de Castro Urdiales se llevó el triunfo por tan sólo dos segundos con respecto a la “Virgen del Puerto”. Marcelino González lo hizo en calidad de patrón; completando las bancadas Jesús Rodríguez, Ambrosio Zorrilla, Plácido Quintana, Zacarías Lazcano, Fernando Tajada y Gerardo Bañales. En la “Santa María”, y en la tanda de consolación, el propio Marcelino González, que repitió como patrón, dispuso en las bancadas con la estimable fuerza de Iñaki Llanas, Ángel Carpintero, Félix Brazaola, Jesús Hernández, Hilario Bañales y Antonio Alberdi.

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Al amparo de esta enorme rivalidad, pero gran amistad entre castreños y zierbenatos, y el suspense por esa primacía estatal, se organizó en aguas de la villa marinera el Campeonato del Cantábrico de Trainerillas. Se dice que nunca espectáculo alguno había concentrado tanta cantidad de público. La cuestión es que la “Virgen del Puerto” se impuso a la local con una clara ventaja de nueve segundos. Fue el domingo 21 de agosto del citado año de 1949. Otro reto diseñado para dilucidar quién era de las dos la primera, a celebrar en aguas de la Ría de Bilbao, y con motivo de las ferias en la capital vizcaína, se vio frustrada por un percance sufrido por los de la villa cántabra. Caber resaltar que, y a pesar de que las arcas de la Sociedad de Remo Virgen del Puerto se encontraban vacías, una nueva suscripción popular sirvió para que el verdadero capital con que contaba el pueblo de Zierbena -los bogadores-, dispusieran de una trainera y, una vez se convirtieran en brillantes vencedores del Trofeo Liberación y de la Regata de Bilbao en trainerillas, sumar a estos triunfos ser flamantes campeones del IV Campeonato de España de Traineras. Previo a ello, previo a proclamarse campeones de España de traineras, los días 12 y 13 de agosto en aguas de la Villa de Zarautz la tripulación galipa de la “Virgen del Puerto”, patroneada por José Maruri, y con Fernando Tajada, Fernando Elosegui, Antonio Alberdi, Gerardo Bañales, Iñaki Llanas y Marcelino Elorza, en las bancadas, doblegó a la “Esperanza” de Donostia, la “Virgen de los Dolores” de Sestao, la “Santa María” de Zierbena y la “Virgen del Carmen” de Zarautz. Toda una gesta que fue recibida con gran alboroto por los vecinos del pueblo de Zierbena, saliendo a la calle entre cohetes y música que duró hasta altas horas de la madrugada.


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009)

Previo al I Campeonato de Bizkaia de Trainerillas, las aguas de Zierbena fueron excelente campo de regateo donde la embarcación galipa logró el triunfo.

La trainerilla de Zierbena se proclamó vencedora del I Campeonato de Bizkaia de Trainerillas.

José Ángel Lazcano, patrón de la trainerilla galipa, agita el “trapo” ante el numeroso público concentrado en los muelles de Arriluce.

La tripulación de Zierbena realizando la segunda ciaboga en el Campeonato de 1982. Ismael Cuesta, en calidad de patrón, se vió acompañado de José Antonio Montosa, Jesús Incera, José Antonio Arteche, Luis Zabala, Gonzalo Soto y Juan Álvaro González.

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Los éxitos logrados por los bogadores de casa a base de competir en trainerillas, supuso que esta modalidad quedara cimentada en Zierbena. Empero, un par de años de grandes y brillantes actuaciones conllevaron a que ojeadores de otros clubes se aprovecharan de la situación: falta de dinero, promesas de puestos de trabajo en empresas de su jurisdicción, remar defendiendo la camiseta de otros pueblos… obligando a disolver la Sociedad de Remo Virgen del Puerto. Acontecimiento triste y situación envidiable al comprobar cómo la Sociedad Virgen del Mar, de Santurtzi, la Sociedad Deportiva Iberia, de Sestao,

Zierbena, gracias a la constitución de la Sociedad de Remo San Román. Hubo que esperar al año 1971 para que, de nuevo, el deporte del remo emergiera en la bella localidad vizcaína, gracias a la vuelta de la Sociedad de Remo Virgen del Puerto.

Tripulación de la trainerilla galipa de 1983 compuesta por, de pie y de izquierda a derecha: Ismael Cuesta, José Antonio Arteche, José Antonio Montosa y Gonzalo Soto; agachados, y de izquierda a derecha: Antonio Alberdi, Juan Antonio González y Luis Zabala. Todos ellos acompañados de Jesús Incera y Agustín Kintana.

Trainerilla de Zierbena disputando una regata en aguas de Mundaka.

la Sociedad Deportiva Kaiku, también de Sestao y el Club Náutico de Portugalete, quien por cierto logró la medalla de oro en el V Campeonato de España de Bateles de 1949 con todos sus bogadores naturales de Zierbena, se nutrieran de remeros provenientes de la Sociedad galipa anteriormente citada. Hubo que esperar al año 1968 para que, de nuevo, resurgiera el deporte del remo en el propio

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Sin embargo, incorporar en las bancadas a algunos hombres que no fueran del lugar de Zierbena, parecía no gustar a los entendidos del remo. Quizás de reojo intentaran aplicar aquello que muchos hemos memorizado, pero pocas veces exteriorizado, y menos puesto en práctica:

Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Si entre hermanos se pelean, les devoran los de afuera. Lo cierto era que, de la gran rivalidad entre ambas sociedades: Sociedad de Remo San Román y Sociedad de Remo Virgen del Puerto, se logró un gran plantel de bogadores. Gran cantidad de ellos,


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en categoría juvenil, después de demostrar un gran nivel, tuvieron que esperar al año 1976 para que de la fusión de ambas sociedades se constituyera la Sociedad de Remo Ciérvana.

Patxi Barranco, Ignacio Zabala, Gonzalo Soto y Alberto Uraga, logró hacerse con el título en el I Campeonato de Bizkaia de Trainerillas, continuador del anteriormente conocido como Campeonato Provincial.

Tal fue así que ya en el año 1978, al disponer de El 17 de julio del menuna plantilla de veinticincionado año 1978, co remeros seniors, y un José Ángel Lazcano buen plantel en demás Tripulación galipa que fue merecedora de la medalla de bronce. llevó a sus hombres categorías inferiores, la camino del triunfo al trainerilla “Zierbana”, batir por dos segundos a Kaiku, tres segundos a con José Ángel Lazcano en calidad de patrón, y Santurtzi y treinta y cinco segundos a Mundaka. ocupando las tostas Alfonso Alberdi, Norberto Ortiz,

ISMAEL CUESTA CABIECES. Remero del Club, vecino de Zierbena, que ocupó el puesto de patrón en bateles, trainerillas y trainera de Zierbena en varias temporadas, destacando, sobremanera, las de 1982, 1983 y 1984. Considerado hábil por su gran maniobrabilidad en las ciabogas y dotes de mando que fue adquiriendo con el paso del tiempo, y a quien preguntamos: Dado que este capítulo se dedica a las trainerillas, y más en concreto al Campeonato de Euskadi de Trainerillas, ¿qué recuerdos le traen sus participaciones en esta competición? Debo dejar constancia que lo mío fueron los bateles, logrando, junto con mis compañeros de embarcación, ser dos veces campeones de Bizkaia así como dos veces subcampeones de España, una en aguas de La Coruña y otra en las de Pasaia. En cuanto a mi participación en trainerillas, debo dejar constancia de que los resultados también fueron brillantes para Zierbena en esta modalidad. ¡Qué tiempos aquellos! Antes de saltar a la embarcación con Alfredo Cobos como entrenador y continuar con José Antonio Montosa, a quien también tuvo en la embarcación como bogador, ¿cómo se les dio haber logrado dos terceros puestos en el

Campeonato de Euskadi de Trainerillas? Con Alfredo Cobos me encontré muy bien, y con José Antonio Montosa las cosas me salieron de maravilla. Te voy a contar una anécdota, un tanto infantil si quieres, pero para que veas cómo empecé. Un día se me ocurrió saltar a un skiff, y al no hacer caso a los consejos de José Antonio Montosa, la embarcación se dio la vuelta y me quedé boca abajo, metido en el agua. Fueron los momentos en los que entró el Banco Móvil en Zierbena. O sea, para que veas cómo empecé. Debo apuntarte que también estuve en los tiempos de José Luis Korta, con quien logramos unos resultados impresionantes. ¿Qué le parece el actual dominio de la embarcación de la Sociedad Deportiva Kaiku en Bizkaia?, ¿cómo valora la participación de la embarcación de Zierbena? Yo creo que el dominio no es para tanto, que ganará Urdaibai y Kaiku quedará segundo en este Campeonato de Bizkaia de Traineras. En cuanto a Zierbena, dentro de sus posibilidades, pienso que puede mejorar. Cuesta adaptarse. Hay gente que ha venido de otros clubes y, por supuesto, necesita tiempo. Por regla general, la base de este deporte, además de otros muchos factores, recae en el entrenador. Éste, si es bueno, arrastra a remeros, enseña cómo se debe bogar y, por lo general, sabe hacer equipo. Yo creo, a mi modo de ver, que Zierbena está en esa fase. En cuanto lo de intentar acceder a la ACT, son palabras mayores.

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Las aguas próximas al embarcadero de Las Arenas no fueron lo suficientemente duras como para que los remeros galipos remarcaran tan importante hito deportivo. Eran muchachos que durante la temporada habían hecho su debut remero. La mano y el saber de su preparador, José Luis Maruri, se hizo notar. El citado entorchado dejó un buen sabor de boca entre la afición zierbenata. Por tal motivo, con ilusiones renova-

Tal es así que tenemos que obviar, entre otras grandes competiciones y magníficos resultados, lo que aconteció en el año 1979, cuando los remeros de casa lograron la medalla de plata en el II Campeonato de Bizkaia, y con José Luis Maruri en las labores de entrenador. Roke Fernández era el patrón de una embarcación completada por Iñaki Zabala, Gonzalo Soto, Alberto Uraga, Patxi Barranco, Norberto Ortiz y Alfonso Alberdi.

Tripulación del batel de Zierbena, campeona de Bizkaia, de Euskadi y España.

das se presentó en el XXXII Campeonato de España de Trainerillas, siendo vencedores en la tanda de consolación. Pero, llegados a este punto del relato, y al ser este capítulo un resumen dedicado al Campeonato de Euskadi de Trainerillas, y más en concreto a los disputados en aguas de Zierbena, en adelante solamente haremos referencia a las participaciones de los remeros del Club en dicho Campeonato y en dichas aguas, dejando, a su vez, cuantas categorías así lo han venido haciendo para otras oportunidades que se presenten. El problema de espacio prima sobremanera.

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Pero nos tira la pasión; nos arrastra el corazón, y pronto, muy pronto tenemos que romper con lo prometido, pues, llegados al año 1982, y con Alfredo Cobos como entrenador de los remeros de la Sociedad de Remo Zierbana, cabe resaltar que contaba con una excelente plantilla para disputar cuantas regatas se dieran tanto en bateles como en trainerillas y traineras. En la modalidad que nos interesa en este caso: la trainerilla, en aguas de Mundaka, un 20 de junio, de nuevo es medalla de bronce al quedar por detrás de Kaiku y Orio. Año en el que, también de nuevo, nos permitimos la licencia de salirnos de lo prometido por haber conseguido el mismo metal en el XXXV Campeonato de España de Trainerillas, disputado


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009)

en aguas de Zierbena el 19 de julio, siendo Kaiku medalla de oro y Zumaia medalla de plata. De nuevo lo de la pasión y el corazón apenas nos deja avanzar en nuestro escrito, pues en aguas de Mundaka la tripulación de Zierbena logró la medalla de oro en el X Campeonato de Bizkaia de Bateles. Era el año 1983 cuando se formalizó dicha proeza. Otras, logradas hasta este último año de referencia, y hasta el año 1985 -primero en el que la Federación Vasca de Remo organizó el I Campeonato de Euskadi de Trainerillas- quedan en el archivo para otras oportunidades que se presenten. En 1987 se logró la medalla de plata en el III Campeonato de Euskadi de Trainerillas. Por tan sólo doce segundos la tripulación de Zumaia arrebató a los galipos el oro, metal soñado antes de la dura competición. Sin embargo, 1988 será una temporada excepcional. Se venció en la Liguilla Provincial, X Campeonato de Bizkaia, IV Campeonato de Euskadi y XVL Campeonato de España de Bateles. La venida de José Luis Korta como remero y entrenador, y contando con una tripulación compuesta por Ginés Tellechea, Jesús María Matxo, el propio José Luis Korta, Juan Carlos González y José María Loza “Pitxi”, como patrón, no tenía parangón en los anales de la Sociedad en

la modalidad de la embarcación pequeña. En trainerillas vencen en el X Campeonato de Bizkaia, fueron medalla de bronce en el IV Campeonato de Euskadi y repiten metal en el XLI Campeonato de España. José Luis Korta, Antonio Alonso, Pedro María Abad, José Ignacio González, Francisco Javier Tejera, Alberto Díez y Miguel Alonso como patrón, fueron los que defendieron tan brillantes clasificaciones. De nuevo nos tira la pasión; nos arrastra el corazón. Ambos, la pasión y el corazón, nos han jugado una mala pasada. No podíamos callar tan brillantes actuaciones, por lo que nos hemos salido del tiesto. Hemos vuelto a tomarnos la licencia de no respetar lo prometido: la modalidad de referencia y las diferentes organizaciones del Campeonato de Euskadi de Trainerillas en aguas de Zierbena. Pero, intentando ser objetivos, y sin renunciar a la pasión y al corazón, recordamos que cuarenta años habían pasado de la victoria de los remeros galipos en el VI Campeonato de España de Traineras celebrado en aguas de La Concha donostiarra cuando, en aguas de Zierbena, y ante gran cantidad de público, se disputó el V Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

En aguas de Zierbena se disputó el XL Campeonato de España de Trainerillas.

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Los días 27 y 28 de mayo de 1989 sirvieron para que la tripulación de casa se convirtiera de nuevo en flamante subcampeona al ser batida tan solo por Pasajes de San Pedro, a pesar de que los galipos apuntaban alto al haber sido los primeros de la clasificación general de la Liguilla Provincial. La excelente organización motivó a la Federación Española de Remo a que en las mismas aguas se disputara el XL Campeonato de España de Trainerillas. Por estas fechas, una tripulación patroneada por José

Santander en fechas anteriores a la celebración del V Campeonato de Euskadi de Trainerillas. Es posible que la siguiente temporada, la de 1990, pueda considerarse como la más brillante de la historia del Club. Es posible, más que probable, que en esta apreciación se den discrepancias, pero, en cuanto a lo que nos interesa, cabe resaltar que la tripulación de Zierbena se convirtió en flamante medalla de oro al ser la vencedora del VI

Trainerilla de los juveniles de Zierbena vencedora del XIV Campeonato de Bizkaia disputado en el año 1991.

María Loza “Pitxi”, se completará con Pedro María Abad, Víctor Mentxaka, Alberto Díez, José Luis Korta, Jesús María Matxo y Markel Elorza. ¡La pasión y el corazón! Sí, ambos nos obligan a recordar que en la modalidad de Banco Móvil se lograron medallas de oro tanto en el Campeonato de Euskadi como en el Campeonato de España, y que en bateles se logró el preciado metal en ambos campeonatos. Es más, si Alberto Díez y Juan Antonio Fernández lo hicieron en la citada modalidad, una tripulación compuesta por Pedro María Abad, Alberto Díez, Jesús María Matxo, Juan Antonio Fernández y Jesús María Loza “Pitxi” como patrón, había lucido el color marrón, el color cuero, el color del pueblo por aguas de Bermeo y

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Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

Campeonato de Euskadi de Trainerillas. Pedro María Abad, Víctor Mentxaka, José Antonio Suárez, José Luis Korta, Francisco Javier Tejera, Jesús María Matxo y José María Loza “Pitxi” en calidad de patrón, se llevaron los metales al entrar en la línea de meta en primera posición. No fue de extrañar la anterior hazaña dado que estaban realizando una gran temporada, solamente empañada al darse la desgracia de que en el XLIV Campeonato de España de Trainerillas celebrado en aguas de Lugo, un remero de la embarcación zierbenata tuvo que tirarse al agua por la rotura de un remo cuando todas las esperanzas estaban puestas para repetir metal. Sin embargo, en bateles se logró el meritorio primer puesto.


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009)

La pasión y el corazón nos han obligado a incumplir lo prometido y también a volverlo a hacer, pues nos dicen que los juveniles lograron la medalla de oro en el XIV Campeonato de Bizkaia de Bateles, mientras que los mayores fueron medalla de plata en el año 1991, al igual que en el XLV Campeonato de España de Trainerillas. En 1992 lograron la medalla de bronce en el Campeonato de Bizkaia de Trainerillas y fueron novenos en el de la Comunidad Autónoma Vasca. Renunciaron a participar en el IX Campeonato de Euskadi de Trainerillas de 1993; no participaron en el de 1994 y no lograron buenas clasificaciones en los de 1995 y 1996. Pero resurgió la tripulación zierbenatarra al año siguiente, al proclamarse vencedora del XX

Campeonato de Bizkaia de Trainerillas celebrado en aguas de Ondarroa, pero se frustra un tanto las ilusiones dado que en el XII Campeonato de Euskadi de Trainerillas quedó en novena posición de la clasificación general.

Plantilla de la embarcación de Zierbena que disputó el XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas compuesta por, de pie y de izquierda a derecha: Jon Martínez, Vicente Carpintero, Javier Díez, Carlos Javier García y Jorge Palmiro Cotillo; agachados, y de izquierda a derecha: Iván Aparicio y Natxo Rodríguez.

La tripulación de Zierbena abandonando las instalaciones para competir en el XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

Las temporadas fueron pasando y poco tenemos que destacar en cuanto a las clasificaciones se refiere, que no en cuanto al esfuerzo de todos los remeros, pues debemos dejar constancia que quienes compitieron hicieron lo que pudieron en los diferentes Campeonatos de Euskadi de Trainerillas en los que se presentaron. La pasión y el corazón, aún a pesar de que los resultados no fueron brillantes, siguen tirando y arrastrando.

La embarcación galipa en las aguas de Zierbena, donde se disputará el XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

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(1985-2009) Euskadiko Trainerillaren Txapelketa

Salida de la tanda de honor del XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

Veinte años han tenido que pasar desde que la Federación Vasca de Remo organizara su primera regata para cerrar nuestro periplo remero con la embarcación mediana en el año 2009, al darse la circunstancia de haberse celebrado de nuevo en aguas de Zierbena el XXV Campeonato de Euskadi de Trainerillas. Efectivamente, el sábado, 23 de mayo, la embarcación de Zierbena disputó su clasificación en la primera tanda a santurtziarras, zarautztarras, bermeotarras y hondarribitarras, entrando en la última posición, por lo que acabaron su participación, al igual que varios de ésta y de la segunda tanda por ser Kaiku, junto a Orio, Bermeo y Zarautz quienes lucharán por el título de Euskadi al día siguiente. El domingo, día 24, y previo a que se diera la tanda de honor, Getaria, en juvenil masculino y féminas, se llevó los otros entorchados. Kaiku, veintisiete

La embarcación de la S.D. Kaiku entrando en meta como vencedora del XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

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Segunda ciaboga de las trainerillas que compitieron en la tanda de honor del XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.

años después de haberlo hecho en aguas de Mundaka, cuando doblegó a la embarcación galipa, reverdeció viejos laureles al proclamarse campeones de Euskadi. Los de Sestao, y al igual que lo hicieron en aguas de Mundaka, cuando derrotaron a los zierbenatos, se batieron en este caso con los de Bermeo, que quedaron segundos, y con Orio en el tercer peldaño del podium, y se encumbraron en la embarcación mediana. José Luis Korta utilizó una tripulación que no había actuado en la Liga Vizcaína, ni tampoco en el XXXII Campeonato de Bizkaia. Entretanto, Castro se proclamaba campeón de Cantabria, Tirán de Galicia… En definitiva, que todas ellas se verán las caras en el LXV Campeonato de España de Trainerillas. Una magnífica organización, un perfecto balizaje, bastante público en el puertecillo pesquero que

El patrón de la embarcación de la S.D. Kaiku agitando la ikurriña como vencedores del XXIII Campeonato de Euskadi de Trainerillas.


Campeonato de Euskadi de Trainerillas (1985-2009)

Tripulación de Orio con la medalla de bronce. Tripulación de Kaiku con la medalla de oro.

Tripulación de Urdaibai con la medalla de plata.

tuvo que soportar las inclemencias de un tiempo poco bonancible al darse moderados chubascos que pusieron el color gris en una jornada que, por lo demás, bien pudiera considerarse memorable, pues disfrutamos de la encomiable dedicación de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea. Por todo ello, el aficionado al remo, el visitante amigo y, sobre todo, el vecino de este entrañable rincón de Bizkaia, se dio por satisfecho.

pos, incluidos los que por circunstancias lo tuvieron que hacer en otras sociedades de diferentes pueblos, pero son hijos del nuestro, no olvidan que de la fuerza trajeron la unión, porque:

En aguas de Zierbena, en este entrañable rincón de Bizkaia, pudimos contemplar un maravilloso espectáculo donde los verdaderos protagonistas, los remeros, dieron todo lo que tenían en sus adentros para que los colores de sus respectivos pueblos se sintieran orgullosos de ellos. Los nuestros, los que saltaron a la trainerilla el sábado día 23, al igual que aquellos que lo hicieron en los años 1949 y demás defendiendo el color marrón, el color cuero en camisetas ajustadas a sus fornidos cuer-

Nos tira la pasión; nos arrastra el corazón, y tenemos que romper, una vez más, lo prometido. No podíamos acabar un capítulo dedicado al Campeonato de Euskadi de Trainerillas sin rememorar la brillante actuación que tuvo el equipo de féminas en el año 2007 cuando, en común unión con dos bogadoras del Club de Remo San Nicolás de Portugalete, fueron brillantes vencedoras del Campeonato de Euskadi de Trainerillas celebrado en aguas de Ondarroa.

Aunque algunos sean de afuera, porque entre hermanos se pelean, como hermanos están unidos, a pesar de no ser la ley primera.

Equipo femenino vencedor del Campeonato de Euskadi de Trainerillas de 2007. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

Después de diecinueve años de ausencia de los galipos en las Regatas de Traineras, y coincidiendo con el concurso para la ubicación de una refinería de petróleos en Bizkaia, adjudicándose la misma a la empresa Petronor, S.A., la población de Zierbena se volcará para presenciar el Campeonato Provincial de 1969, en la esperanza de reverdecer viejos laureles. En aguas de la Villa de Portugalete los de color marrón, los hijos del pueblo, serán brillantes vencedores.

H

a pasado ya más de un lustro, y parece que fue ayer, cuando nos permitimos la licencia de publicar unas líneas sobre los más de cien años bogando en los que los zierbenatos vinieron honrando a su pueblo, al apostar porque el color marrón lucido en camisetas ajustadas a sus fornidos cuerpos a la hora de hacerse a la mar, destacara sobre el de sus rivales en cuantas competiciones se dieron y tuvieron presencia. Han pasado ya muchos años, y no parece que fue ayer, cuando nuestros antepasados sufrieron lo indecible al contemplar que unos de sus principales sustentos, las labores de atoaje y lemanaje, desaparecieran definitivamente. Como también definitivamente habían desaparecido los viajes del mineral de hierro por los marinos zierbenatos para abastecer a las ferrerías de la costa cantábrica utilizando navíos arruqueros. Hubo que dedicarse, por tanto, en exclusiva a la pesca. Hubo que correr, hubo que remar fuerte en frágiles y pesadas traineras para arribar en la cala y descargar lo que proporcionaba la mar. Hubo que precisar de individuos fuertes y resistentes, capaces de mantener la boga durante un buen tiempo hasta llegar a los caladeros ayudados por la fuerza que el viento ejercía sobre las velas. Hubo que llegar el pri-

mero para obtener el mejor premio a la hora de la venta. Sin embargo, y aunque interesante, no es cuestión de repetir una historia ya contada, pues también en nuestro recorrido, además de insistir que la primera competición proyectada fuera la de 1881, de la que sólo se tiene constancia del pago de quinientos reales de vellón, y celebrada el 16 de septiembre en el Abra vizcaíno, y organizada por el Club Náutico de Bilbao, con ayuda del Ayuntamiento de la Villa de Portugalete, las traineras eran embarcaciones dedicadas al atoaje, lemanaje y a la pesca, no participando los remeros de Zierbena y sí los de Santurtzi y Algorta. A partir de entonces, a partir de 1882, una historia brillante, épica, digna de unos hombres que se sentían orgullosos porque en cada brazada que daban les acompañaba el apoyo de todo el pueblo. Zierbena y el mar. Zierbenatos y el arte de bogar. El color marrón, el color cuero, el que posteriormente lucirán en camisetas ajustadas a sus fornidos cuerpos a la hora de hacerse a la mar. Tampoco es cuestión de repetir lo que aconteció en épocas tan gloriosas como lo fueron hasta acabar el siglo XIX; los grandes triunfos logrados en los albores del siguiente y lo acontecido hasta 1920; el corto espa-

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(1978-2009) Bizkaiko Traineruaren txapelketa

cio que va desde 1925 a 1930 y las desbordantes alegrías que vivió toda la afición, todo el pueblo, durante el fenomenal periodo que se dio entre 1948 y 1950, sino, más bien, rememorar de soslayo el gran acontecimiento que tuvo lugar en 1969 en aguas de la Villa de Portugalete al celebrarse el Campeonato Provincial de Traineras.

llevaron de casa una silla para no perder detalle alguno. Hacerse un hueco en primera fila fue imposible. Los más precavidos se habían adelantado desde unas cuantas horas antes. Habían llegado al lugar de encuentro con más premura que cuando lo hacían al trabajo, acudían al médico, a cualquier ceremonia religiosa o a devolver un préstamo.

La tripulación de la “Ciervanata” compuesta por Lucio de la Cruz, Eloy Tajada, Fidel Bernaola, Eugenio Barquín, Jesús Aguirre, José Ángel Elosegui, José Zabala, José María Melsió, Rafael de Miguel, Román Tajada, José Arribas, Ricardo Uranga, Iñaki Llanas y el patrón Félix Brazaola.

Decíamos en el anterior capítulo, que hubo que esperar al año 1968 para que, de nuevo, resurgiera el deporte del remo en Zierbena, gracias a la constitución de la Sociedad de Remo San Román. Hubo que captar a jóvenes del pueblo para enseñarles el abecé del remo hasta poder llegar a la competición. Efectivamente, tras diecinueve años de ausencia en las Regatas de Traineras, y después de haber demostrado un buen nivel en trainerillas, la población de Zierbena se había volcado para presenciar el citado Campeonato Provincial de Traineras. Era un 10 de agosto de 1969 cuando la Villa de Portugalete contempló los muelles junto a la ría repletos de aficionados, entre los que predominaba el pañuelo marrón atado al cuello. Los había que

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Por tierra y mar, ilusionados por revivir anteriores acontecimientos remeros, apostaban por sus muchachos a los que consideraban capaces de traer para casa el preciado trofeo. Una tripulación gobernada por Félix Brazaola, había contado con Iñaki Llanas, José Ángel Elosegui, Lucio de la Cruz, Eloy Tajada, Fidel Bernaola, Eugenio Barquín, Jesús Aguirre, José Zabala, José María Melsió, Rafael de Miguel, Román Tajada, José Arribas y Ricardo Uranga completando una embarcación que daba plena confianza en el empeño. A pesar de que demás tripulaciones apretaron lo suyo, sobre todo la de la villa citada, nada pudieron hacer ante la bravura demostrada por los muchachotes de Zierbena. El público rugía. Muchos pañuelos marrones saltaban al aire, en señal de


Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

alegría y aliento; demás en los ojos, disimulando unas lágrimas de júbilo que salían de muy adentro. Pancartas alegóricas de ¡Zierbena Vuelve al Remo! Embarcaciones de pesca galipas haciendo sonar sus sirenas al viento. Entre los muchos aficionados, viejos remeros que años atrás también dieron muchos días de gloria al pueblo. La “Ciervanata”, trainera de las mejores de Bizkaia, proporcionaba a la Sociedad de Remo San Román, al pueblo entero, la primera copa de estas características para que luciera en las vitrinas, al igual que las que reposaban desde hacía ya un buen tiempo. El regreso de los remeros al pueblo resultó clamoroso, sobre todo en el barrio de La Cuesta, pues la fiesta duró hasta bien entrada la noche. Repitió victoria la “Ciervanata” al año siguiente en el Campeonato Provincial de Traineras, cuando el 2 de agosto los muchachotes de Félix Brazaola, entre una gran ovación y gritos de ánimo, dejaron a popa a los que ocuparon las tostas de las embarcaciones de Kaiku, Algorta e Iberia en la tanda de honor. José Ángel Elósegui, Eugenio Barquín, José María González, Jesús Aguirre, Víctor Aguirre, Alfredo Cobos, Ricardo Uranga, José Arribas, José Ignacio Fernández, Domingo Hermosilla, José María Melsió, Román Tajada y Federico Peral, bracearon al ritmo que marcó su patrón y preparador.

Dos veces campeones de Bizkaia de forma consecutiva daba para mucho. Daba, sobre todo, para que la mayoría de los jóvenes del pueblo se arrimara al deporte del remo. Había que hacerse un hueco. Por tal motivo, y para llevarse a efecto, hubo movimientos en Zierbena cuando el calendario marcaba el año 1971. Y al darse gente de otros pueblos, de nuevo aquello de, Aunque algunos sean de afuera, porque entre hermanos se pelean, como hermanos están unidos, a pesar de no ser la ley primera. Parecía no convencer a los que sentían que las tostas de las embarcaciones se completaran con los de afuera cuando perfectamente se podía hacer con bogadores de casa. Ante tal situación, sale de nuevo a la palestra la Sociedad de Remo Virgen del Puerto. Una nueva embarcación, bautizada con el precioso nombre de “Encartaciones”, y un nuevo entrenador, José Antonio Arraiz “Andoni”, planificará la temporada con vistas a llevarse por tercer año consecutivo el Campeonato Provincial a disputar en el mes de septiembre, coincidiendo con el I Gran Premio El Corte Inglés. Pero no se produjo tal circunstancia siendo la “Bizkaitarra” de Sestao quien sacó

Andoni Arraiz, preparador y patrón de la trainera “Encartaciones” de los galipos, no pudo conseguir por tercera vez consecutiva que lograran ser campeones de Bizkaia.

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doce segundos a la “Encartaciones” de los galipos, dejando éstos, a su vez, a popa a las embarcaciones de Algorta y Portugalete. Los pañuelos marrones no saltaron al aire en señal de saludo y aliento, muchos fueron los que iban a los ojos para disimular unas lágrimas que salían de muy adentro. Desilusión y desolación y, no contenta la afición, llegó, de nuevo, el amarre de la embarcación. Una tripulación que apenas había variado con respecto al campeonato del año anterior, tuvo que abandonar la competición, hasta el extremo de emigrar a otros clubes en busca de un entreno que sirviera para matar el gusanillo de un deporte que se llevaba con pasión, y cómo no, en el corazón.

Anteriormente apuntábamos que rememoraríamos de soslayo el Campeonato Provincial de Traineras y nos hemos excedido en el intento. El propósito, y al igual que lo hemos hecho en el capítulo anterior, llegados a este punto del relato, y al ser este capítulo un resumen dedicado al Campeonato de Bizkaia de Traineras, y más en concreto a los disputados en aguas de Zierbena, en adelante solamente haremos referencia a las participaciones de los remeros del Club en dicho campeonato y en dichas aguas, dejando, a su vez, cuantas categorías así lo han venido haciendo para otras oportunidades que se presenten. El problema de espacio prima sobremanera.

José Luis Maruri, patrón de la “Hautsi”, tendrá el honor de gobernarla en el I Campeonato de Bizkaia de Traineras celebrado en aguas de Zierbena.

Hubo que esperar al año 1978, cuando la temible “Sotera”, y la no menos temible “Bizkaitarra” se debatían en impresionantes duelos. Y, al igual que lo hizo Félix Brazola, un joven José Luis Maruri compartía las veces de patrón y entrenador. Hubo que esperar al año 1978 para que de la unión de las dos Sociedades que se daban en el pueblo, surgiera una sola: la Sociedad de Remo Ciérvana. Hubo que esperar al año 1978 para que el remo en este pueblo contara con un patrocinador de lujo: la empresa Petronor.

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Hubo que esperar al mencionado año 1978 para que la Federación Vizcaína de Remo confiara la responsabilidad del I Campeonato de Bizkaia de Traineras -continuador del Campeonato Provincial-, a la citada Sociedad para, rememorando, de esta forma, un campo de regatas con seis calles, cosa que no se hacía desde las famosas Regatas de Traineras de Pesca del Abra, allá por los años veinte, y a una sola jornada, las aguas de Zierbena brindaran sus olas para tan grandioso acontecimiento.


Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

La “Hautsi”, nombre de la embarcación galipa por estas fechas, patroneada por José Luis Maruri, fue quinta, al verse batida por la “Bizkaitarra”, la “Sotera”, la “Navarra” y la “Erramon” de los de Mundaka. Alberto Uraga, José Antonio Casabella, Patxi Barranco, Iñaki Zabala, Gonzalo Soto, José Luis Herrerías, José Félix Melsió, Ángel Fernández, Ramón Fernández, Alfonso Alberdi, Norberto Ortiz, Andoni Blanco y José Luis Zurro fue su tripulación.

Remo Ciérvana, en cuanto a patrocinio y esponsorización, fue una de las mejores noticias en la historia remera. Gracias al convenio de colaboración, a las embarcaciones galipas se les abrieron todas las vías de navegación, disponiendo que la mano del patrón se asiera a cuantas estachas estaban colocadas en las salidas que se daban en la competición.

La tripulación de Zierbena en una ciaboga del II Campeonato de Bizkaia de Traineras.

Pero, y al igual que en trainerillas, nos sigue pudiendo la pasión, nos sigue arrastrando el corazón, por lo que, quizás, y a pesar de que se habían dado muy buenos años para el remo zierbenato, el año 1979 marcó un punto y aparte. El acuerdo establecido entre la empresa Petronor y la Junta Directiva de la Sociedad de

Es por lo que, una vez lograda la medalla de plata en el II Campeonato de Bizkaia de Trainerillas, y la de bronce en el II Campeonato de Euskadi en la misma modalidad, los chicos de José Luis Maruri se presentaron en el II Campeonato de Bizkaia de Traineras. Alberto Uraga, José Antonio Casabella, Patxi Barranco,

En el IV Campeonato de Bizkaia de Traineras se pudo observar la curiosa forma de ciabogar de Iñaki Llanas.

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(1978-2009) Bizkaiko Traineruaren txapelketa

Iñaki Zabala, Gonzalo Soto, José Luis Herrerías, José Félix Melsió, Ángel Fernández, Ramón Fernández, Alfonso Alberdi, Norberto Ortiz y José Luis Zurro se enfrentaron a la “Sotera”, la “Bizkaitarra” y la “Navarra” sin poder doblegarlas, pues la “Hautsi” quedará en una honrosa cuarta posición.

ción. Juan Antonio Cubero, haciendo caso a su entrenador, Alfredo Cobos, había apretado de lo lindo a una tripulación compuesta por Jorge Brazaola, Luis Urbaneta, Javier Lekumberri, José Antonio Arteche, Antonio Alberdi, José Luis Zurro, Iñaki Llanas, Juan Ramón Pérez, Alfonso Alberdi, Joseba García, José María García, Luis Zabala y Jorge Herrán.

Tripulación galipa de 1982 a punto de entrar en una de las ciabogas a bordo de la “Zierbenata”.

Atracada la “Hautsi” para lo que resta de competición, una nueva embarcación bautizada como la “Zierbenata” se dispuso a navegar en el IV Campeonato de Bizkaia de Traineras disputado en el año 1981, teniendo al afamado Koldo Urtiaga como patrón. Pero “su” anterior “Sotera” no perdonó, al dejar a popa a la “Bizkaitarra”, la “Navarra”, la “Jarrillera” y a la embarcación galipa que lo hizo en quinta posi-

Enorme esfuerzo de los bogadores por lograr un buen resultado con su nueva trainera bautizada “Zierbena” a estrenar en 1986.

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Al año siguiente, en 1982, en aguas de la Villa de Portugalete, participó en la tanda de honor del V Campeonato de Bizkaia de Traineras. Fue batida por Kaiku y Algorta, superando a la que hace poco era la intratable “Sotera”, que entró a continuación. El patrón, José María Casamitjana, había contado en las bancadas con la valiosa colaboración de Jorge Bernaola, José Ramón Pérez, Javier


Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

En 1987 los remeros de casa, con treinta y cuatro salidas a los campos de regateo, se convertirán en los que más veces lo habían hecho hasta la fecha en la modalidad de traineras.

Lekumberri, Antonio Alonso, José Antonio Arteche, José María García, Antonio Alberdi, José Luis Zurro, Luis Zabala, Jorge Herrán, Joseba García e Iñaki Urbaneta. José Antonio Montosa se hizo con el puesto de entrenador cuando el calendario marcaba el año 1983. La Junta Directiva registró oficialmente a la Sociedad de Remo Ciérvana como Club de Remo Zierbena. La trainera de los galipos en el VI Campeonato de Bizkaia marcó el segundo mejor tiempo al ser batida por la “Sotera” santurtziarra. Koldo Urtiaga, había patroneado una embarcación en la que se encontraban José Antonio Arteche, José Luis Zurro, José Ramón Lekubarri, José Antonio Mena, Markel Elorza, Antonio Alonso, Alberto Uraga, Gonzalo Soto, Antonio Alberdi, José Antonio Peña, José Antonio Montosa y José María Goirigolzarri. De nuevo nos tira la pasión, nos arrastra el corazón. Ambos, la pasión y el corazón, nos han jugado una mala pasada. No podíamos callar las anteriores actuaciones, aunque no fueran en aguas de Zierbena. Hemos vuelto a tomarnos la licencia de no respetar lo prometido. Y lo seguiremos haciendo, pues, previo a la disputa de la I Bandera

Petronor en 1984, los días 18 y 19 de agosto sirvieron para que en aguas de Getxo se disputara el VII Campeonato de Bizkaia. La embarcación de los galipos tan sólo se vio superada por la “Sotera” santurtziarra. Las embarcaciones de Algorta, Mundaka y Portugalete lo hicieron a continuación en la tanda de honor. De nuevo Koldo Urtiaga contó con la misma tripulación que el año anterior, si exceptuamos las incorporaciones de Jesús Incera, Ángel Alonso, Bernabé Vila, Eloy Tajada y Javier Galarza. La marcha de José Antonio Montosa en 1985 supuso la venida de Patxi Vallejo como entrenador. En el VIII Campeonato de Bizkaia de Traineras celebrado en aguas de Getxo los días 8 y 11 de agosto, la tripulación galipa entró en tercera posición, a cierta distancia de los santurtziarras, y a casi medio minuto de los sestaoarras que se llevaron el primer puesto de la clasificación. Santiago López de Vicuña, patrón de la “Zierbenata”, había contado en las tostas con Pedro María Abad, Patxi Vallejo, Carlos Tomás Sarabia, Víctor Mentxaka, Alberto Díez, Juan José Zaballa, José María Garmendia, Luis Zabala, Txomin Marañón, José Ignacio Aróstegui, Daniel Laiseca, José Ignacio González y José Ángel Hernández.

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anterior. De nuevo Santiago López de Vicuña, como patrón, había contado con una tripulación en la que se daban bogadores de la talla de Markel Elorza, Juan Antonio Fernández, José Luis Rata y Francisco Javier Fernández que se habían incorporado a las tostas para esta competición.

La tripulación de Zierbena vencedora del XIII Campeonato de Bizkaia de Traineras celebrado en 1990.

Fue en 1986 cuando a la trainera se la bautizó con el nombre de “Zierbena” en la idea de que se identificara fehacientemente con el topónimo del pueblo. En aguas vecinas de Santurtzi, se celebró el IX Campeonato de Bizkaia de Traineras. La “Bizkaitarra” se impuso a la “Erramon” de los mundakarras y a la “Zierbena” de los galipos. Un puesto que superaba al quinto logrado en la edición

Cuando en los ambientes administrativos se daba el proceso de desanexión de Zierbena del Municipio de Abanto; cuando se vencía en la III Travesía Lekeitio-Ondarroa, es decir, la primera desde hacía un buen montón de años -desde que en 1970 se ganara en el Campeonato Provincial-, los días 5 y 6 de agosto de 1987 se disputó el X Campeonato de Bizkaia de Traineras. La tripulación de Zierbena no pudo, en este caso, con las de Santurtzi y Mundaka, al quedar en tercera posición. También, en este caso, Santiago López de Vicuña, como patrón, contó con una tripulación compuesta por varios bogadores de la temporada anterior, y la inclusión de Francisco Javier Tejera y Antonio Alonso, a modo de sustitución. La llegada de José Luis Korta como entrenador en el año 1988 trajo consigo lo que ya se consiguió en los años 1969 y 1970. Zierbena se proclamó campeona de Bizkaia de traineras al destacarse desde que se diera el banderazo de salida y abrir paulatinamente un importante hueco sobre la “Sotera” de los morados. La “Zierbena” fue la mejor del

Los remeros galipos levantan los remos y la bandera como vencedores del XIII Campeonato de Bizkaia de Traineras.

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Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

Si la temporada de 1990 se ha considerado como sensacional, la de 1991 verá la victoria de los de casa en el XIV Campeonato de Bizkaia de Traineras.

Territorio Histórico de Bizkaia. Koldo Urtiaga, de nuevo gobernando el timón, había contado en las bancadas con Pedro María Abad, Gonzalo Soto, Antonio Alonso, Francisco Javier Tejera, Markel Elorza, Juan Antonio González, José Luis Korta, Aurelio Gómez, Rafael Baena, Antonio Alberdi, Jesús María Matxo, Alberto Díez y José Ignacio González. ¡Pasión y corazón! Sí, ambos nos han llevado a otras aguas para resaltar que en la temporada siguiente, en aguas de Zierbena, se disputó el XII Campeonato de Bizkaia de Traineras. La “Sotera” santurtziarra se proclamó campeona al batir a la “Zierbena” de los galipos, a la “Itsas Txori” de los bermeanos y a la “Plentzitarra” de los de Arkote. Asier Zurinaga fue el patrón de una embarcación

en la que José Luis Korta eligió, para esta ocasión, a la mayoría de los remeros que lo habían hecho en la edición anterior, exceptuando la inclusión de Alberto Gil, Víctor Mentxaka, José Luis Rata, Sabino Saribiarte, Francisco Javier Montoya y Aitor Sautu. Es posible que el año 1990 marcara la mejor temporada de la historia del remo en Zierbena. Doce banderas, un segundo puesto, seis terceros, entre otros, así lo demuestra. Era lógico que entre esos doce primeros puestos se encontrara el ser campeona de Bizkaia al batir a la “Sotera” por un amplio margen de tres traineras. La embarcación galipa demostró ser la mejor en el XIII Campeonato de Bizkaia de Traineras ¡Qué pena que no se diera tan sonado triunfo en aguas de Zierbena!

Agustín Kintana, Presidente del Club de Remo Zierbena, recibiendo el trofeo de vencedores de manos del Diputado General de Bizkaia.

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En el pueblo se revivieron antiguos acontecimientos: cohetes, festejos y pañuelos marrones lanzados al viento. Lloros de alegría porque Asier Zurinaga, como patrón, había conducido a sus muchachos al éxito. Víctor Mentxaka, Alberto Gil, Francisco Javier Losañez, Juan Antonio Fernández, José Luis Estrada, Luis Alonso, José Antonio Suárez, Antonio Alberdi, Alberto Díez, Ginés Telletxea, Juan José Zabala, José Luis Korta y Alfredo Fernández completaron la embarcación.

En el XV Campeonato de Bizkaia de Traineras la tripulación de Zierbena fue batida por la de Santurtzi, al igual que en el del año siguiente, pues lo hizo tras la de Sestao. En tercera posición quedó en el XVII Campeonato de Bizkaia de Traineras, sin que se mejorara en el que vino a continuación. Así vino ocurriendo en los años siguientes, en los que tampoco se mejoró.

La tripulación de Zierbena que disputó el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras dispuesta a realizar el precalentamiento con vistas a la regata.

En 1991 se produjo la marcha de José Luis Korta a Orio. Le sucedió como entrenador Juan Antonio Fernández Viñals. Nueve fueron las bajas que se produjeron entre los remeros, incluida la del de Ortzaika. Ello no fue impedimento para que se compitiera en el XIV Campeonato de Bizkaia de Traineras, en un día en el que la climatología rompió más de un pronóstico: Kaiku, Algorta y Santurtzi se tuvieron que conformar con rendirse ante la brillante actuación de los remeros zierbenatos. De nuevo Santiago López de Vicuña fue el patrón de la embarcación galipa, teniendo a Carlos Tomás Sarabia, Juan Antonio Fernández, Pedro María Abad, Víctor Mentxaka, Markel Elorza, Francisco Javier Montoya, Francisco Javier Tejera, Juan Carlos Pinedo, José María Garmendia, Oskar Rueda, Francisco Javier Losañez, Juan José Zaballa y José María Matxo.

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Las temporadas fueron pasando y poco tenemos que destacar en cuanto a las clasificaciones se refiere, que no en cuanto al esfuerzo de todos los remeros, pues debemos dejar constancia que quienes compitieron hicieron lo que pudieron en los diferentes Campeonatos de Bizkaia de Traineras en los que se presentaron. La pasión y el corazón, aún a pesar de que los resultados no fueron brillantes, siguen tirando y arrastrando. Diez años han tenido que pasar para cerrar nuestro periplo remero con la embarcación grande en el año 2009, al darse la circunstancia de haberse celebrado en aguas de Zierbena el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras. Dos lustros han tenido que pasar en nuestro periplo remero para que la embarcación esté en el campo de regateo.


Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

La tripulación de Zierbena abandonando las instalaciones para compe- Preparativos de los remeros de Zierbena antes de saltar a la embarcatir en el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras. ción para disputar el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras.

Efectivamente, el 15 de julio la embarcación de Zierbena disputó su clasificación en la segunda tanda junto a las de Deusto, Ondarroa y Portugalete. Ante una afición que sorprendió a la organización por la cantidad de personas que se concentraron en las orillas del bello escenario marinero, los galipos demostraron su superioridad ante los demás, aunque los tomateros de Deusto, a pesar de los inconvenientes por haber roto una tosta que les impidió un correcto calentamiento, brillaran al cruzar la línea de meta antes que dos tri-

pulaciones de la ARC, Grupo 1. Previamente, los de Getxo, en la primera tanda, vencieron sin dificultad a los de Mundaka, Lutxana y Raspas.

Salida de la primera tanda del XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras.

Ciaboga de la trainera de Zierbena que compitió en la segunda tanda del XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras.

La tercera tanda fue espectacular. De nuevo la afición rugía como antaño. El mano a mano mantenido entre la tripulación de Urdaibai y la de Kaiku hasta el último largo fue impresionante. Los de Sestao sacaron provecho a las olas y distanciaron a los de Bermeo en 13 segundos. Santurtzi, a cierta distancia, cruzó la línea de meta antes que

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Arkote e Isuntza. Todos ellos, excepto los de Lekeitio, serán quienes lucharán por el título en el Campeonato de Euskadi a disputar el día 31 de julio en aguas de Hondarribia. Los de Sestao, y al igual que lo hicieron en el Campeonato de Euskadi de Trainerillas en las mismas aguas unos cuantos días antes, lograron un título que no saboreaban desde hacía 16 años

cuando en 1993 se impusieron en la regata disputada en Santurtzi. La afición verdinegra, que en gran cantidad acudió al evento deportivo, disfrutó de lo lindo, al igual que todos los que en una tarde espléndida en cuanto al tiempo, tributamos con nuestros aplausos el esfuerzo de todos los remeros que acudieron al precioso puerto marinero. Repetimos, una magnífica organización, un perfecto balizaje, mucho público en el puertecillo pes-

Salida al campo de regatas de la "Tomatera" de Deusto que tendrá una magnífica actuación en el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras al quedar en la segunda posición de su tanda y venciendo a otras dos tripulaciones de la Liga ARC, Grupo 1.

Entrada en meta de la tripulación de Zierbena que será la vencedora de la segunda tanda en el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras al vencer a la "Tomatera", que entrará en segunda posición, y a la "Antiguako Ama" y la "Jarrillera".

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Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

Entrada en meta de la tripulación de la "Kaikutarra" que será la brillante vencedora del XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras al dejar a popa a la "Bou Bizkaia" con la que había mantenido una espectacular lucha hasta el último largo.

quero que disfrutó de un tiempo bonancible al darse un día espléndido que puso el color azul a una jornada que bien pudiera considerarse memorable, pues, además de espectáculo remero, reconocimos la encomiable dedicación de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea. Por todo ello, el aficionado al remo, el visitante amigo y, sobre todo, el vecino de este entrañable rincón de Bizkaia, se dio por satisfecho. De verdad, y siendo sinceros, en aguas de Zierbena, en este entrañable rincón de Bizkaia, pudimos contemplar un maravilloso espectáculo donde los verdaderos protagonistas, los remeros, dieron todo lo que tenían en sus adentros para que los colores de sus respectivos pueblos se sin-

tieran orgullos de ellos. Los nuestros, los que saltaron a la trainera el día 15 de julio de 2009, y al igual que aquellos que lo hicieron en los años 1949, 1950, 1978, 1980, 1981, 1982 y demás defendiendo el color marrón, el color cuero en camisetas ajustadas en sus fornidos cuerpos, incluidos los que por circunstancias lo tuvieron que hacer en otras sociedades de diferentes pueblos, pero son hijos del nuestro, no olvidan que de la fuerza trajeron la unión, porque: Aunque algunos sean de afuera, porque entre hermanos se pelean, como hermanos están unidos, a pesar de no ser la ley primera.

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La tripulación de la Sociedad Deportiva Kaiku levanta los remos en señal de victoria en el XXXII Campeonato de Bizkaia de Traineras.

Nos ha tirado la pasión; nos ha arrastrado el corazón. Hemos roto una cuantas veces lo que habíamos prometido: la disputa del Campeonato de Bizkaia de Traineras en aguas de Zierbena. Somos conscientes de que el lector sabrá entender y perdonar las licencias que nos hemos tomado, tanto en este capítulo como en el anterior. El motivo es más que convincente: cuando uno pregunta a cualquier zierbenato entrado en años y que ha sido en su mocedad remero, la respuesta es contundente:

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"ya no hay bogadores de casa, casi todos son de afuera". Pero, no cabe la menor duda de que los tiempos han cambiado y, por tal motivo, habrá que repetir aquello de, A pesar de no ser la ley primera porque el que escribe es de afuera, a Zierbenako Arraun Kirol Elkartea está unido pues el deporte del remo le atrae sobremanera.


Campeonato de Bizkaia de Traineras (1978-2009)

Tripulaci贸n de Santurtzi con la medalla de bronce.

Tripulaci贸n de Urdaibai con la medalla de plata.

Tripulaci贸n de Kaiku con la medalla de oro.

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XXV Bandera Petronor

Petronorren XXV. Ikurriña

23 de agosto de 2008

La “Bizkaitarra” encadena la docena de banderas en la Liga ARC, Grupo 1

Si en la parte baja de la clasificación tanto Zierbena como Portugalete parecían condenadas al play off por la permanencia en este Grupo 1 de la ARC, en la parte alta se encontraba Kaiku, que estaba a un paso de lograr el título, mientras que Isuntza y Camargo mantenían un bonito duelo por ocupar la segunda plaza de la clasificación general. A falta de la disputa de estas dos banderas, los de la “Bizkaitarra” tenían una ventaja de nueve puntos con respecto a la “Lekitxarra”, pero el club sestaoarra estaba a la espera de la resolución del árbitro de la ARC, el abogado catalán Andreu Camps, sobre la apelación presentada por Kaiku ante la descalificación de su trainera en la II Bandera de Castro – Memorial Avelino Ibáñez disputada el 30 de julio en aguas cántabras. Cartel anunciador de la XXV Bandera Petronor.

l Grupo 1 de la ARC había disputado doce regatas de la Liga a lo largo de la temporada de 2008, por lo que el compromiso de la XXV Bandera Petronor en aguas de Zierbena y la XIII Regata Promoción de Hondarribia eran las dos últimas citas antes de acabar la competición regular y, así, dar paso a los play off, tanto el de la permanencia en este Grupo 1, como el previo al ascenso a la ACT.

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Entretanto, y mientras se estaba a la espera de la decisión arbitral y de la disputa de las dos regatas pendientes, el mundo del remo en general, y de Castro Urdiales, en particular, se encontraba de luto por el fallecimiento en accidente laboral de Sergio Coca Puente, un remero de las categorías inferiores de la entidad rojilla y que la pasada temporada logró el ascenso al Grupo I de la Liga ARC en las tostas de la embarcación de Castro B. A sus 23 años, falleció en las obras del nuevo frontón del barrio bilbaíno de Mirivilla. Todos sentimos profundamente tan triste acontecimiento.


XXV Bandera Petronor

En cuanto a la situación deportiva, tras los verdinegros, Isuntza mantenía una ventaja de cuatro puntos sobre Camargo, cuatro puntos que serían definitivos al anular el árbitro la descalificación de Kaiku y otorgarle un punto al adjudicarle la última posición en la regata castreña. Había sumado once triunfos en doce regatas, y buscaban en aguas de Zierbena una nueva victoria que virtualmente les daría el título de la Liga.

Bandera de Sestao, y tres cuartas plazas en la XXVII Bandera de Portugalete, XXIII Bandera El Correo-BBK y XXIX Bandera Ilmo. Ayuntamiento de Santurtzi. Mientras esto acontecía en la parte alta de la clasificación, las tripulaciones de Pasai Donibane, Hondarribia B, Donostiarra Moyua, Ondarroa y Castro B se mantenían en una cómoda zona media

El 20 de agosto se presentó la XXV Bandera Petronor a disputar el sábado 23 en aguas de Zierbena. En la fotografía, y de izquierda a derecha: Sr. Josu Jon Imaz, Presidente de la empresa Petronor; Sr. Markel Elorza, Alcalde del Municipio de Zierbena; Sr. José Luis Herrerías, Presidente de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea, y Sr. José Manuel de la Sen, Consejero Delegado de la empresa Petronor.

Camargo, tripulación entrenada por el oriotarra Ibon Urbieta, comenzó la temporada mucho mejor que Isuntza. En las cinco primeras regatas los cántabros habían sumado 54 puntos por 48 los vizcaínos. En esas cinco primeras regatas, Camargo había conseguido cuatro segundas plazas y un tercer puesto, mientras que la mejor plaza de Isuntza fue la segunda posición en la XXI Bandera de Elantxobe, además de un tercer puesto en la XV

de la clasificación general. En la parte baja sufrían, de menos a más, las de Busturialdea, Santurtzi, Zierbena y Portugalete. Cualquier fallo en una mala salida, incorrecta ciaboga o una mar que no acompañara, además del día que tuvieran los bogadores, les supondría verse abocados a un descenso de categoría que tirara por la borda un planificado entrenamiento no exento de mucho sacrificio y esfuerzo.

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Petronorren XXV. Ikurriña De antemano, la XXV Bandera Petronor tenía un claro favorito: Kaiku. Los verdinegros buscaban una nueva victoria que virtualmente les daría el título de la Liga ARC, Grupo 1. Los entrenados por José Luis Korta se habían marcado como meta acabar la competición sin conocer la derrota, y todos los pronósticos estaban a su favor. En las tostas, un veterano Gonzalo Soto se había ganado el puesto por su depurada técnica y gran pundonor. Junto a Kaiku, en la tercera y última tanda remaron Isuntza, Camargo y Pasai Donibane. La emoción se centraba en el duelo entre Isuntza y Camargo, que estaban pugnando por ocupar la segunda plaza y la posibilidad de acompañar en el camino a los de Kaiku en el ascenso a la ACT. Previo a ellos, y en la segunda tanda, remaron las tripulaciones de Hondarribia B, Ondarroa, Donostiarra Moyua y Castro B, siendo los de la “Marinera” quienes mostraron una mejor disposición al cruzar la línea de meta por delante de la “Ama Guadalupekoa”, de los de Hondarribia B, la

“Antiguako Ama”, de los de Ondarroa, y la “Kiriko”, de los de Donostiarra Moyua. La primera tanda, la que abría la disputa de la XXV Bandera Petronor, tenía como plato fuerte las posibilidades de los galipos de acercarse lo máximo posible a los de la “Sotera” santurtziarra, pues la distancia que les separaba en la clasificación podía ser remediada, y de esa forma evitar el descenso de categoría, es decir, competir durante la siguiente temporada en el Grupo 2 de la Liga ARC. Galipos y jarrilleros se encontraban abocados al play off de permanencia y sabían que uno de ellos tendría que dejar su plaza la próxima temporada a Astillero, que condenado a la Liga ARC Grupo 2, en la Bandera Río Asón de Colindres estaba a punto de dar el carpetazo final a una competición que había sido coto cerrado para esta tripulación cántabra. Solamente Orio B había sido capaz de mantener el exigente ritmo impuesto a lo largo de la temporada por los otrora dominadores de la ACT.

En la presentación de la XXV Bandera Petronor, entre otros, se contó con la inestimable presencia de varias personalidades. En la fotografía, de pie y de izquierda a derecha: Sr. José Manuel de la Sen, Sra. Concejala del Ilmo. Ayto. de Santurtzi, Sr. Markel Elorza, Sra. Begoña Romo, Sr. José Luis Herrerías, Sr. Agustín Quintana; agachados, y de izquierda a derecha: Sr. Luis Aramberri “Amatiño”, Sr. Iñigo Ortuzar, Sr. Josu Jon Imaz y Sr. Jorge Peral.

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Salida de la primera tanda con la embarcación de Zierbena en primer plano, seguida de Portugalete, Santurtzi y Busturialdea.

Visto lo acontecido en el campo de regatas zierbenato, cabe resaltar que Kaiku se tomó la XXV Bandera Petronor como un serio test de cara a probar sus posibilidades para el play off previo de ascenso con los gallegos. La “Bizkaitarra” aventajó en más de medio minuto a Isuntza, que dio un paso casi definitivo de cara a alzarse con el segundo puesto liguero. La cuadrilla galipa que preparaba Pablo Fernández Somovilla, se sintió muy satisfecha por vencer en la primera tanda de la regata. Incluso había remeros que estaban ilusionados con arrebatar el puesto a los santurtziarras en la próxima bandera a disputar, la XIII Regata Promoción de Hondarribia. Es más, no entendían lo que les había sucedido en anteriores regatas cuando, en los inicios de la Liga, tenían la mente puesta en una tranquila zona media.

RAMÓN QUINTANILLA GÁMIZ. Nacido en Portugalete el 15 de julio de 1974. Remero del Club desde hace 11 temporadas. Proel de la embarcación y que, con la disputa de la XXV Bandera Petronor fueron ya cuatro participaciones en esta competición, y a quien preguntamos: Diez años como remero del Club son muchos años. Ello significa, además de afición al remo, fidelidad a unos colores ¿Qué sientes al vestir la camiseta marrón que representa a Zierbena? En primer lugar siento una gran satisfacción por tener un hueco en un deporte tan exigente como lo es el remo; en segundo lugar, tengo una sensación de alegría interna por poner en práctica el valor del compañerismo, al ser un trabajo en equipo; en tercer lugar, un sentimiento de corresponsabilidad con el equipo directivo y el equipo técnico, y en cuarto lugar, aunque la cronología la puedes colocar como quieras, representar a Zierbena es algo que me rebasa. Vestir la camiseta de color marrón me obliga a dar todo lo que tengo en mis entrañas. ¿Te gustó el comportamiento de la tripulación durante la disputa de la XXV Bandera Petronor? Por supuesto que me gustó. Teníamos muchas dudas de nuestra actuación dado que veníamos de cosechar unos resultados nada satisfactorios. Pero en casa nos comprometimos a dar el do de pecho, al igual que en demás regatas, pero en este caso lo logramos. Fuimos primeros de nuestra tanda y, una vez visto el resultado de las demás, pensamos que en la otra regata que nos quedaba podíamos lograr la clasificación final para mantenernos en la ARC, Grupo 1. El Presidente de la empresa Petronor, el Sr. Josu Jon Imaz, se comprometió a seguir manteniendo la disputa de la Bandera ¿Qué te parece tal compromiso con el remo en Zierbena? La Bandera Petronor es ya un clásico en el remo. Cumplir veinticinco años de forma continuada es todo un mérito, sobre todo tal y como están los tiempos. Mantener la bandera en aguas de Zierbena es un honor para el pueblo. Además de la venida de doce embarcaciones con toda la parafernalia que ello conlleva, que acudan gentes de otros pueblos, la labor de los medios de comunicación y cuanto ello arrastra, merece la pena. Quisiera añadir a lo anterior que también merece la pena la edición de la revista, dado que en ella se refleja buena parte de los acontecimientos. Es un esfuerzo más que interesante. La estoy coleccionando para cuando me siente nostálgico, para cuando abandone la práctica del remo. Estoy seguro que, entonces, la leeré unas cuantas veces en el ánimo de rememorar a mis compañeros de bancadas y de reconocer todo lo que Petronor y Zierbena están haciendo por el remo. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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Es posible, más que probable, que esta bonita regata que realizaron los zierbenatos en sus propias aguas fuera como consecuencia de las palabras de ánimo y aliento que expresó el Presidente de la empresa Petronor el día de la presentación de esta magnífica Bandera. El Sr. Josu Jon Imaz se comprometió a que tan bello espectáculo no desapareciera de las aguas de Zierbena, pues, y así lo ratificó, los zierbenatos siempre han mirado al mar.

IVÁN APARICIO GARCÍA. Nacido en Portugalete el 29 de agosto de 1977. Remero del Club desde hace 8 temporadas. Popel de la embarcación y que, con la XXV Bandera Petronor fueron ya cinco participaciones en esta competición, y a quien preguntamos: La temporada pasada estaba resultando demasiado dura para los remeros galipos por aquello de una clasificación no deseada ¿Esperabas que un buen puesto en esta XXV Bandera Petronor todavía daría posibilidades de permanecer en la Liga ARC, Grupo 1? Lo teníamos muy difícil pero no imposible, y mientras hubiera una pequeña posibilidad todos los remeros y demás que conformábamos el Club pusimos todo lo que tuvimos de nuestra parte para eludir el play off de descenso al Grupo 2. Sin embargo, y aunque hicimos un buen papel en la Bandera de casa y al día siguiente en la de Hondarribia, el lastre que llevábamos de actuaciones anteriores pesaba sobremanera. No hicimos los deberes a tiempo, lo que al final nos vimos condenados a disputarlo, por tan sólo un punto de diferencia con respecto a la “Sotera” de los santurtziarras. Repasando plantillas he comprobado que cada año las renovaciones vienen a ser constantes. Está claro que el deporte del remo es muy exigente, necesitado de un constante entrenamiento, muy superior al de otros

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Es posible, más que probable, que ello fuera motivo más que suficiente para que todos los bogadores, incluida la Directiva de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea, se sintieran agradecidos, a la vez de ilusionados, por hacer todo lo que pudieran en la regata. Y de verdad que lo consiguieron ¡Bravo por ellos!

deportes, incluidos otros más profesionalizados ¿Es ello motivo por el cual unos abandonen su práctica o, por el contrario, tanto esfuerzo para luego no tener un puesto en las bancadas desilusiona a muchos que no tienen la oportunidad de disputar una regata? En mi humilde opinión, aunque sincera, hay que hacerse con el puesto en las tostas de la trainera desde el primer día de entrenamiento, allá a primeros del mes de noviembre. A pesar de que durante el largo y duro invierno se hace pesado acudir al entreno, no queda más remedio que saberlo sobrellevar. Si has entrenado a conciencia durante todo el periodo previo a las regatas, es posible que te sea frustrante quedarte fuera, sin plaza, pero en la trainera somos trece y la decisión final de ocuparla es decisión del entrenador. Para finalizar algo que para ti, con tantas regatas a cuestas, no te puede sorprender ¿Se salvará dignamente esta temporada de 2009?, ¿se llegará a la disputa de la XXVI Bandera Petronor en otras circunstancias que con respecto a la anterior? Te respondo con un rotundo sí a las dos preguntas que me haces. Aunque quisiera reseñar que no me siento indignado, si este puede ser el calificativo a aplicar, por los resultados del año pasado, incluso de anteriores. Todos los que en ellos hemos compuesto la plantilla del Club hemos entrenado para hacerlo bien, unas veces sale mejor y otras peor. Todos entrenamos para mejorar, al igual que lo hacen los demás. Es algo que llevamos dentro todos los bogadores.


XXV Bandera Petronor

JOSÉ MARÍA APARICIO AZAOLA. Nacido en Santurtzi el 17 de octubre de 1966. Remero del Club desde hace 7 temporadas. Ocupó en las bancadas el puesto de tercero de babor en la embarcación y que, con la disputa de la XXV Bandera Petronor, fueron ya dos veces con Zierbena y otras cuantas más con equipos pertenecientes a las Ligas organizadas, y a quien preguntamos: La pasada temporada eras el remero de más edad en las tostas de la embarcación galipa, por supuesto si no tenemos en cuenta al entrenador, a Pablo Fernández Somovilla que, a veces, también se sentaba en ellas. La marcha de Pablo, y la de Javier Maíz, otro que en cuanto a edad se refiere se te aproximaba, te convierten en un gran veterano ¿Cómo te sientes ante los demás, que presumen de ser más jóvenes?, ¿te respetan en algo por ello? Me siento como uno más entre ellos. La edad se nota pero lo llevo bien. A la hora de darlo todo no me quedo atrás. Es bueno que en una embarcación exista juventud y veteranía. Es una forma de equilibrarla: nervio y experiencia. Por lo demás, es verdad que la marcha de Pablo y de Javier me elevan a esa categoría: la de ser el más veterano de la trainera. En cuanto a si los jóvenes me respetan, por supuesto que sí. Son todos ellos estupendos chavales. Formamos un gran equipo. Nos llevamos muy bien.

¿Hasta cuándo piensas seguir bogando?, ¿batirás el récord de Gonzalo Soto que con 51 años era titular de la “Bizkaitarra”? No sé hasta cuando seguiré bogando. Hasta que el cuerpo aguante. En cuanto a batir el récord de Gonzalo Soto es imposible. Es más, este año, a sus 52 años, además de entrenador de los jarrilleros, sigue dándole al remo al ser uno de sus titulares en las bancadas. Y cosa curiosa, para que no se te escape este detalle, es el único de Zierbena que ha ganado en la Bandera Petronor. Lo hizo el año pasado con la “Bizkaitarra”. Todo un fenómeno. ¿Cómo ves la incorporación de nuevos jóvenes en la trainera zierbenata? Lo veo estupendo. Es imprescindible contar con un buen plantel de chavales que se puedan incorporar en la trainera. Son el futuro. Sin ellos, adiós a cualquier proyecto con visos a pocos años vista ¿Te imaginas una embarcación con todos los bogadores de mi edad? Los jóvenes se están acoplando perfectamente. El relevo está asegurado.

Los galipos entrando como vencedores de la primera tanda, por delante de santurtziarras, portugalujos y lekitxarras.

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CARLOS JAVIER GARCÍA RODRÍGUEZ. Nacido en Bilbao el 28 de diciembre de 1977. Remero del Club desde hace 7 temporadas. Cuarto de estribor de la embarcación y que, con la disputa de la XXV Bandera Petronor, fueron ya cuatro participaciones en esta competición, y a quien preguntamos: Estamos entrevistando a los bogadores que más años llevan en la plantilla del Club, con la excepción de Vicente Carpintero, a quien le dedicamos un hueco el año pasado, y Jorge Palmiro Cotillo, a quien le dedicaremos un espacio en la temporada del año que viene. A los demás, a los que llevan menos años, con el tiempo les daremos el mismo tratamiento. Ahora bien, y como buen conocedor del deporte del remo ¿Qué sensaciones tienes para temporada de 2009?, ¿qué piensas ocurrirá en la XXVI Bandera Petronor? Creo que tenemos un grupo humano del que se puede sacar mucho rendimiento. Es cierto que hay varias incorporaciones y que todos tenemos que acoplarnos a las nuevas especificaciones técnicas. En suma, que hay que consolidar el bloque, pero en líneas generales la mejora ha sido importante. Durante el invierno, aunque duro, se ha hecho un buen trabajo, tanto en el agua como en el gimnasio. El grupo está con ganas y muy motivado. Creo que puede ser un buen año. En cuanto a la disputa de la XXVI Bandera Petronor ¡Qué decirte! Ojalá tuviera una bola de cristal y pudiera predecir el futuro. En nuestro Grupo 1 de la ARC se dan muchos gallos. Intentaremos ser uno de ellos. Ellos, y los demás, en nuestras aguas tendrán que apretar los dientes para dejarnos atrás. No se lo pondremos fácil, ni en ésta ni en las demás regatas de

la temporada. Sería muy bonito poder disfrutar con los del pueblo tan ansiado “trapo”. Aunque la pregunta es un tanto comprometida ¿Qué opinas del entrenador, del equipo técnico y del equipo médico? Son un auténtico lujo. Creo que contamos con un cuadro técnico y médico de gran nivel. En todos los aspectos: profesionalidad, dedicación, entrega, compromiso, ilusión y, sobre todo, ganas de trabajar y hacer las cosas bien. Patxi Francés es un entrenador muy exigente. No deja nada al azar. No se conforma solo con que todo vaya bien, pues sabe que se puede ir mejor. El azar no depende del resultado, sino del trabajo y esfuerzo. Y en esa línea es en la que venimos trabajando. En cuanto a Aitziber como preparadora física, Fernando como médico y Toni como masajista, además de mantenernos siempre a punto, nos vigilan constantemente para evitar lesiones y que poco o nada afecte a nuestro trabajo y rendimiento. Qué duda cabe que su labor exige un alto nivel de conocimientos, así como de cuantos adjetivos he dedicado al entrenador. En definitiva, con todos ellos, con un equipo así, debo confesar que es un auténtico privilegio. Y dado que te atreves con todo, otra pregunta comprometida ¿Qué opinión te merece como club Zierbenako Arraun Kirol Elkartea? No soy el más indicado para responder a la pregunta que me haces. La razón es bien sencilla: no soy imparcial. No remo solamente para este Club, pues lo hago por todos y cada uno de los vecinos de Zierbena, pues cuando veo que se ilusionan con su trainera me siento como en casa. Es por ellos, y por todos mis compañeros por lo que me siento en las tostas intentando dar lo mejor que tengo en mis adentros. Un Club es la gente que lo hace posible y la afición que le arropa. Sinceramente, es un gran Club.

La primera tanda fue disputada por las embarcaciones de Zierbena, Santurtzi, Portugalete y Busturialdea.

La segunda tanda fue disputada por las embarcaciones de Castro Urdiales, Hondarribia, Ondarroa y Donostiarra Moyua.

La tercera tanda fue disputada por las embarcaciones de Kaiku, Isuntza, Pasai Donibane y Camargo.

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XXV Bandera Petronor

Salida de la tanda de honor que dominará la embarcación de los verdinegros, entrenados por José Luis Korta.

La representante de la empresa Petronor, Sra. Begoña Romo, hace entrega de la bandera a la tripulación kaikutarra, brillante vencedora de la XXV Bandera Petronor.

PRIMERO Kaiku “Bizkaitarra” QUINTO Camargo “Virgen del Carmen” NOVENO Donostiarra Moyua “Kiriko” ENTRENADOR Pablo Fdz. Somovilla

TIEMPO 19´57´´18 TIEMPO 20´49´´28 TIEMPO 21´14´´56 PATRÓN Vicente Carpintero

La “Bizkaitarra”, con el legendario Norberto Torres “Txirri” como patrón, recibiendo el merecido aplauso del público que se había concentrado para ver la disputa de la regata.

SAILKAPENAK - CLASIFICACIONES SEGUNDO TIEMPO TERCERO TIEMPO Isuntza 20´30´´60 Pasai Donibane 20´31´´94 “Lekitxarra” “Erreka” SEXTO TIEMPO SÉPTIMO TIEMPO Hondarribia 20´54´´33 Zierbena 21´02´´09 “Ama Guadalupekoa” “Zierbena” DÉCIMO TIEMPO UNDÉCIMO TIEMPO Santurtzi 21´21´´78 Portugalete 21´58´´16 “Sotera” “Jarrillera”

CUARTO Castro “Marinera” OCTAVO Ondarroa “Antiguako Ama” DUODÉCIMO Busturialdea “Artarri”

TIEMPO 20´47´´82 TIEMPO 21´07´´45 TIEMPO Descalificada

ZIERBENAKO ARRAUN KIROL ELKARTEA TRIPULACIÓN Ramón Quintanilla Gámiz, Arkaitz Basurto Bilbao, Jorge Palmiro Cotillo Portillo, Andoni Buján Soto, Pablo Fernández Somovilla, José Aparicio Azaola, Carlos Xabier García Rodríguez, Javier Imaz Eza, Jon Martínez Gómez, Alberto Perales Herrerías, Anartz Ruiz Manzanos, José Ignacio Rodríguez Pérez, Iván Aparicio García.

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Los Técnicos y la Planificación de los Métodos de Recuperación

Planificación de los Métodos de Recuperación a Aplicar en un Microciclo del Periodo Competitivo Por Aitziber Ibáñez García

Un programa de entrenamiento tiene que ser completo y debe incluir siempre ejercicios de flexibilidad adecuados y correctamente ejecutados. Un músculo sometido solo a ejercicios de fuerza se acorta, con lo que su gama de movimientos se restringe y lógicamente se disminuye la capacidad para emplear adecuadamente las fuerzas ganadas.

oy en día, y al igual que hace más de cien años, las regatas de traineras tienen un carácter totalmente lúdico-deportivo. En un campo de regateo diseñado al efecto, las diferentes tripulaciones que representan a los Clubes, y éstos por lo general a sus pueblos, disputan los mejores puestos sobre un recorrido que alcanza los 5.556 metros (3 millas marinas), debiendo realizar cuatro largos iguales y tres ciabogas virando 180º alrededor de unas balizas fijas, visuales por medio de unas banderas de colores, y cuyo objetivo principal es realizar el recorrido en el menor tiempo posible.

H

No cabe la menor duda que, con el paso del tiempo, las competiciones se han venido reglamentando en pos de un mejoramiento. Tal es así que, si allá por sus inicios -obviando ciertas fábulas o relatos con o más o menos fundamento, y otros de carácter episódico-, los remeros castreños, por poner un ejemplo, se llevaron la bandera por ser los triunfadores de la regata organizada por el Ayuntamiento de Santander en julio de 1861. Demás que vinieron a continuación, con recorridos que rondaban las 9 millas marinas, y embarcaciones a la vela y a remo, utilizadas tanto para la pesca como para el atoaje, vieron cómo ya para

finales del siglo XIX en el Abra y Ría de Bilbao, a la altura de los muelles de la Villa de Portugalete, lo hacían sobre un recorrido de 4.000 metros con una sola virada sobre boya puesta al efecto. Más adelante, y en el caso de las organizadas en Bizkaia, será a partir del año 1912 cuando se modificará el sistema de regateo: medidas y pesos reglamentarios, 3 millas marinas de recorrido, a tres ciabogas, balizas por medio de boyas o botes, obligatoria colocación de rabizas o estachas de igual distancia en las salidas, orden de color para las banderas de balizas y llegada para una mejor visualización de los patrones, cañonazo de salida, eslora total como el puntal mínimo a proa y popa, etcétera, etcétera. Qué duda cabe que, también con el paso del tiempo, vinieron otras reglamentaciones y la incorporación de nuevas tecnologías, sofisticando al máximo un ancestral sistema de regateo que guarda todavía para sí todo el sabor marinero, pues, parafraseando al trapagatarra Luis de Castresana cuando acuñó: “…/… Hombres, remos y lancha componen a los ojos deslumbrados del espectador un solo cuerpo, regido por una sola voluntad”, bien podemos decir que, vista la competición de esta forma, en poco o en nada ha cambiado. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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Teknikariak eta Proiektuko Berreskurapen Plangintza Empero, debemos confesar que no son escritas estas letras para dedicarlas a una cronología histórica sobre el remo y su reglamentación, pues ya se dan otras plumas que saben mucho de ello. Interesa aquí, algo que sí ha cambiado, y seguirá cambiando a medida que la técnica deportiva avance en esta materia, pues, si a partir del año 2003 los Clubes de remo, en la modalidad de traineras, al margen de las Federaciones territoriales correspondientes, han venido creando, y puesto en práctica diferentes Ligas: Asociación de Clubes de Traineras (ACT), Asociación de Remo del Cantábrico (ARC, Grupo 1) y Asociación de Remo del Cantábrico (ARC, Grupo 2), con el objetivo de lograr un sistema de competición que abarque a todos los Clubes que se dan a lo largo de la costa norteña, desde Euskadi hasta Galicia, es hablar de palabras mayores. Este sistema de competición, en su día, y al igual que ocurriera con las anteriores reglamentaciones, ha resultado ser muy novedoso para el mundo del remo, pues, a partir de llevarse a efecto, se puntúa en todas las regatas, con una correlativa comprendida entre los doce puntos que se adjudican al primero, y un punto que se otorga al que lo hace en la última posición. De tal manera que, por medio de este sistema, todas y cada una de las embarcaciones obtienen puntos, resultando vencedora la que más sume en cada Liga, y con la particularidad de ascensos y descensos directos entre ellas, o por medio de un play off entre las diferentes Ligas.

Sistema del que resulta necesario obtener la mejor puntuación en todas y cada una de las regatas. De ahí lo de intentar disputar con ahínco los mejores puestos. De ahí que ello suponga un nivel de exigencia casi extremo, tanto en los entrenamientos como en las competiciones, por lo que los medios de recuperación se han convertido en una herramienta indispensable para que los deportistas puedan afrontarlos en las mejores condiciones posibles. De ahí que, visto el nivel de exigencia, también sea necesario hablar de palabras mayores.

A continuación, y en el ánimo de mejora, se propone una serie de métodos de recuperación encaminados a poner en las mejores condiciones físicas a los remeros en un microciclo de competición del periodo de realización o del período competitivo. Por tal motivo, las medidas se presentan en la idea de recuperar a los deportistas, tanto durante la semana como el fin de semana y durante el periodo de competición. Los medios que proponemos y utilizaremos a lo largo de la semana de entrenamientos, serán los siguientes: intrasesión (dentro de la misma sesión), e intersesión (entre sesiones). Sin embargo, para el fin de semana, los métodos estarán encaminados exclusivamente a la recuperación entre ambas competiciones (intersesión). Como anteriormente hemos comentado, al ser el tipo de competición por medio de Ligas regulares, todas las regatas tendrán la misma importancia y, por lo tanto, todos y cada uno de los deportistas deberán encontrarse tanto en las regatas de un día como en las regatas que se dan los sábados y los domingos, es decir, de dos días, en las mejores condiciones posibles.

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Los Técnicos y la Planificación de los Métodos de Recuperación

MESOCICLO DE REALIZACIÓN: Microciclo Tipo de Competición LUNES

MARTES

CONTENIDO DEL ENTRENAMIENTO MIÉRCOLES JUEVES VIERNES

Capacidad aeróbica Potencia aeróbica Tolerancia al lactato Capacidad aeróbica Capacidad aeróbica de media duración Anaeróbico aláctico Potencia láctica

SÁBADO

DOMINGO

18:00 Regata

12:00 Regata

Calidad

Calidad

OBJETIVO DEL ENTRENAMIENTO

Recuperación TIPO DE CARGAS 5. Extrema 4. Grande 3. Importante 2. Mantenimiento 1. Recuperación

LUNES

Retraso a la fatiga LUNES

MARTES

Retraso a la fatiga MARTES

Recuperación

Calidad

DINÁMICA DE CARGAS MIÉRCOLES JUEVES

VIERNES

CONTENIDO DEL ENTRENAMIENTO MIÉRCOLES JUEVES VIERNES

Intrasesión:

Intrasesión:

Intrasesión:

Recuperación activa. Estiramientos activos y pasivos.

Enfriamiento local de los músculos protagonistas. Reposición hidroelectrolítica (agua, sales y CHO).

Reposición hidroelectrolítica (agua, sales y CHO).

Intersesión:

Intersesión:

Masaje tras entrenamiento. Hidroterapia: baños de contraste y antioxidantes.

Baños de contraste. Aminoácidos ramificados con minerales y antioxidantes.

SÁBADO

SÁBADO

DOMINGO

DOMINGO

Intrasesión: Intrasesión: - Masaje Recuperación activa. Estiramientos activos precompetición. - 30’ antes de la Estiramientos activos y pasivos. competición producy pasivos. tos con contenidos en bicarbonatos que compensen la acidosis de la competición.

- Masaje precompetición. - 30’ antes de la competición productos con contenidos en bicarbonatos que compensen la acidosis de la competición.

Intersesión:

Intersesión:

Intersesión:

1ª hora tras regata:

Aminoácidos ramificados con minerales y antioxidantes. Baños de contraste. Mucha importancia a la alimentación (equilibrada) con predominio de hidratos de carbono de índice glucémico bajo.

Masaje tras entrenamiento. Antioxidantes. Mucha importancia a la alimentación (equilibrada) con predominio de hidratos de carbono de índice glucémico bajo.

Antioxidantes. Mucha importancia a la alimentación (equilibrada) con predominio de hidratos de carbono de índice glucémico bajo.

Reposición hidroelectrolítica, y de carbohidratos. - Enfriamiento local. - Aminoácidos ramificados. - Alimentos dirigidos a compensar la acidosis (puré de patata). - Masaje postcompetición. - Inductor del sueño de vida media corta.

1ª hora tras regata:

Tras la competición, lo más importante será recuperar a los deportistas para que puedan afrontar en las mejores condiciones posibles la siguiente regata, ya que desde la regata del sábado a la regata del domingo, apenas hay 18 horas de descanso. Para ello, será muy importante que repongan cuantas sustancias han perdido en la regata del día anterior, bien a través de productos preparados al efecto, bien a través de los alimentos adecuados para ello. Además, será necesario que tengan un buen descanso, por lo que se les puede administrar un relajante muscular y un masaje tonificante.

- Reposición hidroelectrolítica y de carbohidratos. - Enfriamiento local. - Aminoácidos ramificados.

BIBLIOGRAFŒA: - ARAMENDI - GONZÁLEZ y COL.: Archivos de medicina del deporte: “Cinética de lactato en remeros de banco fijo.”, vol. 55, pág 339-347, 1996. - FERNÁNDEZ B., MORA R., TERRADOS N.: Fatiga deportiva y métodos de recuperación del entrenamiento y la competición. Ed.: COES, Madrid 2005. - LEIBAR X., TERRADOS N.: Aspectos específicos de la nutrición deportiva y ayudas ergogénicas. Ed.: COES, Madrid 2004. - NAVARRO, F., G. MANSO J.M.: Metodología del entrenamiento para el desarrollo de la resistencia. Ed.: COES, Madrid 2004. Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

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IÑIGO DE LOIOLA ORTUZAR ANGULO. Presidente de la Comisión Gestora Pro-

desanexión de Zierbena (1992-1995), primer Alcalde de Zierbena (1995-2003) y actual Vicepresidente de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea, y a quien preguntamos:

Una de las preocupaciones, entre otras muchas y variadas, a lo largo de su vida como máximo responsable municipal fue que en el Municipio de Zierbena se potenciara el deporte y la cultura. Prueba evidente de ello, el esfuerzo que hizo para que sus vecinos se agruparan y participaran constituyéndose en asociaciones de todo tipo y dispusieran de las necesarias infraestructuras para su desarrollo. A su vez, otra de sus preocupaciones fue que se elaborara un libro sobre la historia del remo y otro sobre la del pueblo. Dicho lo anterior, y siguiendo la trayectoria por Vd. marcada ¿Qué le merece la publicación de esta revista dedicada a la Bandera Petronor? Considero que es una iniciativa estupenda. No sólo por el apoyo que se le da al deporte del remo, sino porque sirve de escaparate idóneo para difundir, aún más si cabe, el Municipio de Zierbena. Pero, dicho lo anterior, quisiera abundar en lo que apuntas sobre una de las preocupaciones que tenía cuando disponía de responsabilidad municipal, dado que, entre otras de gran calado, pues hubo que empezar de cero, fue la de hacer todo lo posible para que nuestros vecinos participaran en el enriquecimiento personal y grupal por medio del asociacionismo, pues, y echando la vista atrás, me pregunto: ¿Quién me iba a decir a mi en los años 80, que gracias a la desanexión íbamos a tener en nuestro recién creado Municipio una de las mejores corales de Bizkaia, una asociación de jubilados, un grupo de cultura, otro de mujeres, de embarcaciones de recreo, etcétera, etcétera? En cuanto al deporte, debo dejar constancia que conté con la valiosísima colaboración de un buen número de personas que hicieron mucho para que no solamente el remo, sino el excelente equipo de fútbol sala (a punto de ascender a la División de Plata), la pelota vasca, los bolos a katxete, el surf… tuvieran el espacio merecen. Esta es la cuarta revista que se publica. Las anteriores las hemos dedicado en exclusiva al deporte del remo ¿Qué impresión le causa que en la actual vayan insertados dos capítulos dedicados a ampliar datos sobre las actividades de los zierbenatos y sobre un personaje nacido en el pueblo?, ¿considera acertada la apertura de los mismos en la idea de conjuntar y potenciar el deporte y la cultura? Empezando por la segunda pregunta, por supuesto que la considero acertada. No sólo la considero acertada, sino que me ratifico en que toda sociedad que se tenga por avanzada debe potenciar una serie de actividades entre las cuales tengan un

lugar privilegiado el deporte y la cultura, cuyo fomento, y así lo entiendo, es imprescindible para lograr, en nuestro caso, un Zierbena lo más desarrollado posible, que es en definitiva, lo que cualquier ciudadano desea. En cuanto a la primera pregunta, la impresión que me causa es la de curiosa esperanza. Creo recordar que el mensaje que se dio en las presentaciones de los libros a los que haces referencia, eran una iniciativa para que otros investigadores siguieran la estela. ¿Tenía conocimiento de la actividad arruquera por un buen montón de vecinos de Zierbena que dedicaron, como otros muchos, la vida a la mar? Debo confesar que sí tenía conocimiento del transporte del mineral de hierro por mar a las ferrerías que se daban en la costa cercana. Lo que no sabía era que se denominara a esta actividad como arruquera. De todas formas, todo lo que hayan podido hacer los zierbenatos en la mar no me sorprende en absoluto. Eran y siguen siendo los mejores. Quizás habría que investigar a fondo este asunto y dedicar un libro al respecto. Estoy convencido que todo zierbenato relaciona la “Casa El Barco” con uno de los linajes más preclaros del otrora Concejo de San Román de Zierbena ¿Qué le dice la participación de Pedro Joaquín del Barco y España en tan humanitaria Expedición Filantrópica de la Vacuna? De la “Casa El Barco” y del linaje de la familia, algo he leído en algún documento. Al no haber tenido archivos propios, no hemos dispuesto de una importante fuente de conocimiento. Con respecto al personaje, debo confesar que me ha sorprendido su historia, más en concreto su participación en tan humanitaria labor como fue la “Expedición Filantrópica de la Vacuna”. Como Vicepresidente de Zierbenako Arraun Kirol Elkartea, y recién comenzada la temporada de traineras ¿Cómo ve a la embarcación de casa?, ¿hará un buen papel en la XXVI Bandera Petronor? Este año tenemos puestas muchas ilusiones, no en vano, se ha contratado un entrenador de prestigio, y tenemos una plantilla suficiente como para estar lo más arriba posible. Con respecto al papel que vamos a desempeñar en la XXVI Bandera Petronor, es muy difícil la contestación, puesto que en una regata a una sola jornada puede ocurrir cualquier cosa: estado de la mar, situación tanto anímica como física de la tripulación, y un largo etcétera. Pero, independientemente de todo lo anterior, lo que sí puedo afirmar es que con los chavales que tenemos y con la afición extraordinaria que siempre se encuentra detrás de la embarcación, el papel que Zierbena va a realizar será más que notable.

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Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro

E

Recreación de una embarcación venaquera navegando por los mares de Iparralde.

s de sobra conocido que en Europa la Edad del Hierro comenzó en torno al siglo X a. de C., en la denominada “Primera Edad del Hierro”, perteneciente a la cultura de “Hallstatt”, a la que siguió la “Segunda Edad del Hierro” o cultura de “La Tène”, es decir, cuatrocientos años y pico más tarde, y como consecuencia de los lugares en que se hallaron los yacimientos arqueológicos: el primero en una necrópolis austriaca y el segundo en una paraje suizo, de ahí sus denominaciones. La cultura del hierro se introdujo en Euskal Herria en torno al siglo VI a. de C., siendo los pueblos indoeuropeos sus precursores, y más en concreto el celta, al darse un amplio fenómeno transhumante desde el Pirineo central hasta el Cantábrico occidental y desde la Dordoña hasta el río Ebro, lo que propició el conocimiento de otras formas de vida, costumbres y creencias, pues en cuanto a las técnicas supuso añadir procesos a los ya utilizados por los autóctonos para la fabricación de utensilios y armas al descubrir primeramente el cobre, alearlo con el estaño para, fundiéndolos, obtener el bronce tal y como acreditan los niveles más antiguos de la Edad del Bronce. A estas oleadas de invasores indoeuropeos, otras posteriores tomaron ejemplo, de tal forma que ya por el año 179 a. de C., y provenientes de las Galias, con el general Marco Vipsanio Agrippa al frente, además de ideas de conquista, informaron de la existencia de importantes montañas todas ellas cubiertas de mineral de hierro. Es por ello que, una vez agotadas las veneras de La Bética, el primer emperador de Roma, Cayo Julio César Octavio Augusto, pusiera su atención en los yacimientos del Norte (en el caso de Euskal Herria: Peñas de Aia, Aitzkorri y Udala, en Gipuzkoa; Araia, Aiala, Aiabarrena, Maeztu, Laguardia y Zuia, en Araba y el Baztán en Nafarroa) y, sobremanera, en los llamados Altos Montes de Triano, situados en las Encartaciones de Bizkaia. También es de sobra conocido que una vez abandonaron los romanos la zona, los lugareños dispusieron de ferrerías domésticas para proporcionarse aperos y herramientas (hachas, arados, layas, cadenas…) y los utensilios para los quehaceres de la casa (sartenes, pucheras…), por lo que con el paso del tiempo la actividad ferrona se fue profesionalizando.

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Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

Si en un principio el hierro se fundía en las cavidades de las rocas, posteriormente en hornos que tenían aproximadamente un metro de ancho por otro de alto, para que la fundición del hierro alcanzara los 1.500 ºC necesarios, cosa que difícilmente lograban por medio de estos procedimientos —lo justo para dejarlo pastoso y fundir las escorias—, ya para finales del siglo XI las ferrerías de aire (donde todavía es fácil encontrar escoria en la de Cotorrio), tomaron protagonismo. Sin embargo, y a pesar de que los minerales eran de una ley o proporción en hierro muy alta, la masa de hierro obtenida era muy pequeña (por cada 100 kilogramos de mineral empleado se conseguían solamente en torno a los 25 kilogramos de hierro, y para obtener cada uno de éstos, se hacía necesario emplear 100 kilogramos de carbón vegetal), por lo que las rudimentarias ferrerías bajaron de los bosques ubicados en los montes a los valles, allí donde hubiera un río, riachuelo o corriente de agua que pudiera mover las mazas y martillos, así como los barquines y fuelles, pasando a denominarse ferrerías de agua. Pero tanto a unas como a otras había que dotarlas del mineral suficiente para su funcionamiento y, en el caso que nos ocupa, las situadas en los Altos Montes de Triano, en la zona minera por excelencia de la tierra encartada, la reducida población que la habitaba, además de cuidar las labores del caserío, extraía el mineral de hierro y lo transportaba en carretas a las ferrerías cercanas o a los puertos para ser embarcada y enviada a otros más lejanos. Empero, no se trata de impartir una clase magistral, en el sentido más estricto de la palabra, pues el tema da para mucho, sino trazar unas cuantas pinceladas —más o menos ordenadas— del transporte del mineral de hierro encartado por los marinos zierbenatos para abastecer el consumo allí donde se necesitara. Desde los Altos Montes de Triano salieron cantidades ingentes del preciado elemento, destinadas a surtir mercados propios y ajenos. Los esforzados mineros, a la par de dedicar gran tiempo a la extracción del mineral, también debían acondicionar el entorno (caminos, accesos, dunas…), limpiar el lugar excavado, eliminar las impurezas del mineral, atender a las bestias de carga, cargar el mineral y, sobre todo, soportar una de las tareas más duras, cual era llevar el mineral hasta las ferrerías y los puertos, debiendo contar para ello con un carro y unos bueyes o mulas bien cuidados para soportar el trayecto. Como decíamos, el transporte desde las veneras hasta los puertos era penoso. Además del mal estado de los caminos había que luchar contra las pronunciadas pendientes. En el caso de los que carreteaban por Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro el mineral hasta el puerto de San Martín, solían cubrir el trayecto desde los montes hasta el lugar de descarga haciendo noche en Putxeta, para continuar después por el camino que discurría junto al castillo de Muñatones hasta llegar a los depósitos de mineral existentes junto al embarcadero. A modo de referencia, y obviando actuaciones anteriores, a comienzos del siglo XVI el número de carros dedicados a este menester en el Valle de Somorrostro bien pudo llegar a unos 300-600, de los que la mayor parte, 200-250, iban al puerto citado, los demás bien a los embarcaderos de Galindo, Causo y Ugarte transportando, por lo general, unos ocho


Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro quintales de mineral. Cada carretero disponía de un espacio reservado para almacenar el mineral en pilas a cielo abierto. En el caso del embarcadero del río Barbadún, se encontraba en “la salada del puerto de San Martín”, en un paraje conocido como La Llana y La Verdeja, para luego carretearlo al “ribero” y, finalmente, embarcarlo por medio de bajeles en navíos prestos para ello. Las Encartaciones disponía de una base permanente de barcos para el transporte de mineral, con puerto en Pobeña, que contaba con una importante flota de bajeles que, cuando se daban abundantes demandas, se completaba con otras de demás puertos. Eran los encargados de llevar el mineral desde el “ribero” hasta, como se ha dicho, embarcarlos en los navíos que aguardaban fondeados cerca de la costa y, en ocasiones, que eran muchas y continuas, en tiempos bonancibles continuar viaje ellos mismos hasta los puertos próximos del circuito del hierro. El transporte del mineral a los navíos mediante los bajeles era la práctica habitual en el río Barbadún. Se acercaban a los galeones, navíos y naos tanto para la carga como para la descarga, y no solo de hierro sino de todo tipo de géneros, como era el caso del pescado, cereales, fardos de lana de Castilla, vinos, lencería… necesitando, además del patrón, del concurso de cinco marinos y un mozo, o de más en el caso de prolongar el viaje a lugares lejanos en la costa. Los barcos dedicados al transporte de vena iniciaban el viaje hacia el mes de mayo y lo extendían, como mucho y dependiendo del tiempo, hasta el mes de octubre, y dado que el número de barcos disponible en el Valle de Somorrostro no llegaba a ser suficiente para abastecer todos los mercados, como se ha apuntado, acudían bajeleros de otros lugares, principalmente de los puertos de Plentzia y Bermeo. En consecuencia, el mineral extraído, además de cubrir sin grandes problemas el mercado interno de Bizkaia, bien por carreteros del interior, a su vez exportaba una cantidad estimable a las ferrerías ubicadas en Gipuzkoa, Lapurdi, Asturias, Galicia… En este caso por medio de la navegación a la vela y a remo. Complicado se nos presenta resumir en tan corto espacio del que disponemos explicar el cabotaje —navegación de los barcos entre los puertos de un mismo reino, sin perder de vista la costa—, en lo referente al hierro. Más complicado aún si pretendemos hacerlo sobre el comercio de allende los mares, a ultramar, a reinos extraños, pero lo intentaremos, es decir, a Bretaña, Normandía, Borgoña, Flandes, Sur de Inglaterra, Irlanda... Al parecer, y en este caso de ultramar, los viajes se hacían con una tripulación considerable. La exportación de la lana castellana a Flandes desde la Villa de Portugalete, por poner un ejemplo —el trayecto marítimo entre estos dos puertos surgió en el siglo XIV como respuesta a la necesidad de llevar a aquellas tierras la lana procedente de Burgos y gracias al papel de puente comercial que para unir ambos jugaron los barcos del Valle de Sormorrostro—, obligó a la construcción de una flota de gran magnitud. En las bodegas, además de las mercaderías citadas, también se apilaba el hierro. Hasta bien pasado el último cuarto del siglo XVI, cuando la flota que cubría la ruta acabó totalmente desbaratada al enfrentarse a los “mendigos del mar”, y los armadores decidieron buscar nuevos derroteros comerciales, fueron muchas las manos que con

picos y palas arrancaron al suelo el mineral de hierro, muchas las carretadas y pernoctaciones a mitad de recorrido, y muchos viajes a remo por el río Barbadún hasta llegar al navío que esperaba a mar abierto. La flota salía dos veces al año con destino al puerto norteño, una en marzo y otra en septiembre. Que sepamos, allá por el segundo tercio del siglo XIV, y entre los grandes navíos que surcaron los mares, destacaba la nao capitana del portugalujo Juan de Montellano, de 750 toneles de arqueo. También destacaban otras como lo era la del almirante Ochoa de la Sierra, de 510 toneles; la nao “San Salvador”, de Ochoa de Capetillo, de 630 toneles; el navío “San Jorge”, de Juan de la Sierra, de 215 toneles; la nao “Santo Crucifijo”, de Martín de Capetillo, de 630 toneles; el navío “Trinidad”, de Sancho de San Martín, de 120 toneles; el navío “San Nicolás”, de Aparicio de Beurco; la zabra “San Pedro”, de Antón de Sámano, de 70 toneles; el galeón “Concepción”, del capitán Verástegui, también de 70 toneles…así hasta completar una flota de 28 barcos que sumaban todos ellos 5.700 toneles y pertenecientes a la Villa de Portugalete (12), Villa de Bilbao (5), Villa de Laredo (11), amén de un buen número de otros más, todos ellos perfectamente artillados, a los que se sumaba el “San Nicolás”, del zierbenato Juan de Montaño. Perdido el comercio con Flandes cuando el rey Felipe II declaró la bancarrota en el año 1575 con la consiguiente crisis del mercado de Amberes, se abrieron otras rutas y derrotas en la navegación por mar. Sin embargo, hubo quienes no renunciaron al comercio y a la industria textil que brindaba el condado norteño, debido a que se daba por aquel entonces una importante burguesía urbana. Las guerras de religión (protestantes contra católicos, y viceversa) durante el mandato de Guillermo de Orange y el duque de Alba, supuso el enfrentamiento bélico entre ambos países, y los que se atrevieron a navegar por aquellos mares perdieron sus navíos, tal y como fueron los casos del “Santiago”, propiedad de Pedro de Bilbao; la nao del capitán Bertendona; la urca de Domingo de Irraragorria, tomada por los luteranos; la nao “Ascensión”, de Ochoa de Larrea, de 160 toneles; la zabra de Miguel de Nicolás, de 100 toneles, con matrícula de la Villa de Portugalete… así como los de otros que tenían previsto llegar como fuera y que renunciaron a ello, como fueron los casos del navío “Nuestra Señora de Begoña”, de Pedro de Arbieto; el “San Jorge”, de Aparicio de Balparda; el “Santiago”, de Juan de Montaño; el “San Miguel”, de Juan de Collado; el “Magdalena”, de Felipe de Luzarra… Excesivamente prolijo, y necesitado de un mejor tratamiento, se nos haría confeccionar una relación medianamente detallada de cuantos navíos abrieron otras rutas y mercados, incluso de forma cronológica, por lo que nos limitaremos a citar a unos cuantos de Tres y Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro. A modo de ejemplo, cargado de pescado y algo de hierro, partió el bajel “San Telmo” allá por el año 1615 con Juan de Igareda como maestre; Hernando de Ygareda fue armador del navío “Santa Ana”; el maestre Ventura de Montaño navegó hacia Londres cargado de lana y 500 quintales de hierro en el navío “San José”… Un tanto más tarde, Francisco de Murrieta fue armador del galeón “San Andrés”, y tuvo como maestre a Juan de Murrieta allá por el año 1626; en la fragata corsaria el “Águila Imperial”, el capitán respondía al nombre de José de Jorganes, natural de Zierbena; en el navío “Trinidad”, uno de sus dos dueños era José Pedro de Igareda, también de Zierbena; en un navío francés comprado en San Sebastián en 1647 por

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Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro Martín de Musques, rezaba como armador el zierbenato Martín de Bañales; en el bajel “Nuestra Señora del Rosario” aparecen como maestres Aparicio de España y Nicolás del Puerto, ambos zierbenatos; Aparicio de España también fue maestre del bajel “San Andrés”; Rodrigo de Montaño disponía de un par de galeones; Juan Antonio de Montaño fue maestre de la nao “Nuestra Señora”; José de Igareda de la zabra “Nuestra Señora de Aguirre”, al igual que del galeón “Nuestra Señora de Begoña”. En el galeón “Nuestra Señora de la Encina”, cargado de hierro con destino a Portugal, repitió como maestre Juan Antonio de Montaño; Andrés de Montaño lo hizo en el navío “Nuestra Señora del Suceso”; Antonio de la Quintana fue armador del navío de 50 toneles que respondía al nombre de “San Antonio de Padua”; Pedro de la Llana fue maestre del “San Benito”; Juan de Montellano era armador del “San Felipe y San Jacobo”; Juan de Larrea lo fue del “San Jerónimo”, a la vez que maestre del mismo; Pedro de Igareda viajó como maestre del navío “San José”; Juan Antonio de Igareda de la fragata “San Miguel” y maestre del navío corsario “San Nicolás Tolentino”; Juan Antonio de Montaño transportó 700 quintales de hierro a la localidad de Aveiro con el bajel “San Pedro”, llevando en cubierta una tripulación de siete marinos. En definitiva, muchos fueron los zierbenatos que como armadores, maestres, capitanes… partieron allende los mares. Muchos fueron los zierbenatos que como marinos y mozos en aquellos barcos trabajaron con denuedo. En los citados y en los muchos más que pertenecían a Tres y Cuatro Concejos del Valle de Somorrotro. Lo mismo calafateaban que izaban las velas o achicaban agua de las bodegas. Por citar a unos cuantos, diremos que Antonio de Murrieta, Martín de Murrieta, Andrés de Montaño, Pedro de Montaño, Juan de Murrieta, el capitán José de Urculo, el capitán Francisco de Revilla, Antonio del Pedregal, Pedro del Calbo, Antonio de la Llana y el Valle, Antonio del Barco, Nicolás del Barco, Simón del Valle, José de Puerto, Pedro de Larrea, Martín de la Questa, Román de la Questa, José de la Questa y el Pedregal, Domingo de Puerto, Francisco de Larrea, Santiago de Larrea, Juan del Valle, Vicente del Valle… así lo hicieron. Pero si lo anterior hace referencia al cabotaje allende los mares, a ultramar, a reinos extraños, interesantes nos resultan los viajes del mineral de hierro a puertos más o menos cercanos, pues también de todos es de sobra conocido que la vía más directa, durante siglos, entre Castilla y el mar Cantábrico, antes de la voladura de la Peña de Orduña, fue la ruta que a través del camino real de Pancorbo, siguiendo por la meseta hasta Gasteiz y continuado por el Alto de Arlabán, bordeaba las márgenes del río Deba, llegando hasta su desembocadura. Los barcos que se dirigían allende los mares en primavera para regresar en otoño, como se ha dicho, llevaban lana castellana, vino, cera, pieles de vaca, mercurio, aceite, anís, uvas, miel… y, como también se ha dicho, hierro. De regreso traían principalmente paños diversos, telas y encajes, arenques, candelabros y manufacturas. Empero, no solamente los barcos partían de los puertos de Laredo, Portugalete, Bilbao o Pobeña, sino, y entre otros puertos, Deba, al darse un buen número de ferrerías en la cuenca, como lo eran las de Lastur, Mendaro, Elgoibar y Eibar, e incluso llegar más lejos, como lo eran las próximas a Oñate. Hasta que el puerto de Deba perdiera importancia por culpa del de Bilbao, una vez de que éste enlazara con la meseta a través de la Peña

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de Orduña, por un camino carretil acabado en el año 1775, la vena era transportada en navichuelas que en la zona se conocían como venaquenos y chanuquenos —nombre que también daban a los marinos que en ellas iban embarcados—. Estos chanos o bajeles, descargaban el mineral en el puerto citado, pero también lo hacían en Irurein, Maxpe e Irarrazabal. El mineral llegado a estos embarcaderos era transportado río arriba, hasta Antzuitza, Errekabarren y Alzola, y desde estos lugares a las respectivas ferrerías por mulateros y boyeros. Realizada la labor, los venaquenos o chanuquenos partían de vuelta a casa cargados de productos ya fabricados: herraduras, aperos, armas… que, en gran medida, volvían a cargarse en los barcos que partían allende los mares, a ultramar, a reinos extraños. Lo que nos resulta curioso es que el embarcadero donde los marinos encartados descargaban el mineral era en la trasera del convento de Sasiola. Los frailes franciscanos habían construido el edificio en el año 1503, en terrenos donados por María Ibáñez de Sasiola y Juan Pérez de Licona. Allí levantaron un convento con iglesia y claustro, además de un almacén, un establo, plantaciones de huertos y frutales y un hospital en el que daban cobijo a los pobres y peregrinos jacobeos. La apertura de nuevas vías de comunicación, la posibilidad de transportar cargas más pesadas y con mayor rapidez, produjo la desaparición de esta vía a partir del año 1787. Hoy en día todavía se pueden contemplar sus ruinas. Además de arribar en este puerto de Deva, también lo hacían en otros puertos, como era el caso de Plentzia, Bermeo, Zumaia, Donostia, San Juan de Luz y Ascain, en el cual, en este último, y al hilo de la historia anterior por su semejanza, cabe destacar la arribada de los venaquenos o chanuquenos encartados al monasterio de San Salvador de Urdax. A finales del siglo XII era este monasterio una comunidad agustina, hospitalaria en el Camino de Santiago, que desde Baiona y por el Puerto de Belate, se unía en Pamplona con el Camino Francés. Alrededor del monasterio se fue creando una comunidad poblacional totalmente dependiente del mismo y de sus abades. Como base de prosperidad económica, se decidió, como era habitual en aquellos tiempos, el aprovechamiento de las corrientes de agua que bajaban desde los montes que separan la zona del Valle del Baztán para mover molinos o ferrerías. El mineral de hierro, lo mismo que en el caso del monasterio de Sasiola, procedía de los Altos Montes de Triano, aunque al sospechar los encartados que parte de ese mineral era derivado y vendido a ferrerías francesas (reino extraño), originó algún que otro desencuentro con nuestros antepasados. Empero, y al parecer, hasta bien entrado el siglo XIX, no desapareció este transporte por medio de venaquenos y chanuquenos. Bajeles, venaquenos, chanuquenos, volantes, pinazas y ¿por qué no arruqueros? Llamábanse así a un tipo de barco muy especial, semejante a los anteriores, y cuyo parecido más moderno bien podría ser la gabarra, en cuanto al uso se refiere, porque en cuanto a su diseño cabe resaltar que disponía de dos mástiles aparejados con vela al tercio y seis remos por banda. La eslora era de 13,70 metros. Cargaba por el orden de 250 a 500 quintales de vena, iniciando su actividad en mayo y la extendían sus tripulantes, como mucho y dependiendo sobre todo del


Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro tiempo, hasta el mes de octubre, estimando llegar hasta 1.500 quintales por temporada. La Villa de Portugalete y los Tres y Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro, todos ellos pertenecientes a las Encartaciones, disponían de una flota arruquera considerable, aunque la portugaluja y la santurzana era de corta comparación a la existente en San Julián de Muskiz, Pobeña y Zierbena. A modo de ejemplo, y en un listado que corresponde al año 1643, elaborado para cobrar los derechos de las diferentes porciones de mineral extraídas para llevar fuera del Señorío de Bizkaia, y sacadas por mar, la Villa de Portugalete contaba con tres arruqueros: el navío “Santiago”, de Martín de Murrieta, y que sacó 400 quintales de mineral de hierro; el navío “Nuestra Señora de Begoña”, de Juan Ramos de Pie de Gal, que sacó 400 quintales, y el navío “San Juan”, de Mateo de Pucheta, que utilizó 100 quintales de mineral de hierro como lastre. El Concejo de San Jorge de Santurtzi disponía de una flota arruquera que contaba con tres navíos: “Nuestra Señora del Rosario”, de Juan de Nozedal, que sacó 428 quintales de mineral de hierro; “Nuestra Señora del Camino”, de Sebastián de Fontuso, del que no se especifica la cantidad de mineral de hierro sacado, y el “San Juan”, de Pedro de Loredo, que sacó 500 quintales. En cambio, el Concejo de San Julián de Muzkiz, incluida Pobeña, y el Concejo de San Román de Zierbena, contaban con los siguientes arruqueros, en los que varios eran zierbenatos enrolados como patrones, marinos o mozos. Del puerto de Pobeña solían partir estos bravos hombres de mar en los citados navíos con nombres tan sencillos como: “El Rosario”, de Pedro de Villar, que sacó 400 quintales de hierro; “El Francés”, de Mateo de Santelices, que sacó 400 quintales; “San Francisco”, de Aparicio de España, que realizó dos viajes con 230 quintales cada uno; “Nuestra Señora de Pobeña”, de Francisco de Villar, que realizó dos viajes de 350 quintales cada uno; “San Juan”, de Martín de la Quadra, que sacó 300 quintales; “Espíritu Santo”, de Martín de Musquis, que sacó 400 quintales; “San Francisco”, de Martín de Bañales, que sacó 350 quintales; “Nuestra Señora de la Encina”, de Miguel de Sogona, que sacó 300 quintales; “San Francisco”, de Miguel de San Martín, que sacó 450 quintales; “El Rosario”, de Joan de San Martín, que sacó 500 quintales; “San Nicolás”, de Pedro de Çamudio, que sacó 240 quintales; “San Juan”, de Martín de la Quadra, que realizó cinco viajes de 300 quintales cada uno; “San Juan”, de Juan de Medrano, que realizó dos viajes de 400 quintales cada uno; “Concepción”, de Pedro de Abanto, que realizó dos viajes de 300 quintales cada uno; “San Agustín”, de Francisco de la Bodega, que realizó 3 viajes de 265 quintales cada uno; “Concepción”, de Antón de Llano, que sacó 300 quintales; “San Pedro”, de Pedro de Medrano, que realizó tres viajes de 336 quintales cada uno; “San Vicente”, de Domingo de Llano, que sacó 350 quintales; “San Buenaventura”, de Pedro de Barbadún, que sacó 200 quintales; “San Juan Bautista”, de Joan de Llano de San Felices, que realizó dos viajes de 300 quintales cada uno; “San Nicolás”, de Pedro Hernández de Pobeña, que sacó 450 quintales; “Jesús María”, de Pedro de Villar, que realizó dos viajes de 250 quintales cada uno; “San Antonio”, de Pedro de la Barcena, que sacó 130 quintales; “San Nicolás”, de Antón Hernández de Pobeña, que sacó 450 quintales; “San Juan”, de Joan de Musquis, propiedad de su hermano Mateo de

Recreación del transporte de mineral en una embarcación venaquera arrastrada por la fuerza de las velas y los remos.

Musquis, que sacó 400 quintales; “Espíritu Santo”, de Mateo de Musquis, hijo de Martín de Musquis, que sacó 480 quintales; “San Juan”, de Joan de la Quadra, que sacó 350 quintales; “Magdalena”, de Antón de Abanto, que sacó 300 quintales; “Santiago”, de Diego del Valle, que sacó 260 quintales; “San Pedro”, de Joan de Pobeña, que sacó 396 quintales; “Rosario”, de Pedro de Pobeña, que sacó 550 quintales; “San Juan”, de Pedro de Musquis Montaño, que sacó 350 quintales, “San Juan”, de Francisco de Llano, que sacó 396 quintales… o el zierbenato “Santiago”, de Pedro de la Calleja, que llegó a transportar 500 quintales de hierro, al igual que el “Nuestra Señora del Rosario”, que en 1607 partió con 52 sacas de lana y 316 quintales de hierro, siendo su maestre Fabián de la Llana. Al ejemplo anterior, y acotado a una época concreta del siglo XVII, le siguieron otras flotas que, por lo prolijo que supone el contenido, lo dejamos para otras ocasiones que se presenten. Sin embargo, cabe resaltar que con el paso del tiempo, y al igual que los que partían a allende los mares, a ultramar, a reinos extraños, todo este ajetreo llegó a su fin en el primer tercio del siglo XIX. Los hay que soportan sus tesis en que la apertura de nuevas vías de comunicación y la mejora de las existentes, las continuas guerras, el despegue de la moderna minería y los turbios negocios a los que dio lugar, la incorporación de las Encartaciones al Señorío de Bizkaia, las expropiaciones y los intereses de la monarquía, beneficiando a sus afectos, las nuevas tecnologías y los medios de producción, el cierre de las ferrerías y, sobre todo, los modernos sistemas de transporte (tranvías aéreos, ferrocarriles, nuevos cargaderos de mineral, barcos a vapor, remolcadores, encauzamiento y eliminación de la barra en la Ría de Bilbao…), que perjudicaron sobremanera a uno de los mejores medios de vida de los vecinos del otrora rico y paradisíaco Valle de Somorrostro. Tesis que compartimos, en parte, dado que antes que se dieran estas contingencias, hubo un hecho que nos resulta más que curioso y que aconteció en pleno siglo XVIII. Pues, llegados a este punto del relato, consideramos conveniente hacer un inciso para dejar constancia de que los marinos del Concejo de San Román de Zierbena, al igual que los del resto de las Encartaciones y de Bizkaia por aquellas fechas, consideraban enrolarse en la Real Armada un oficio de segunda. Pese a depender del mar, al igual que España para controlar su Imperio —cuyo mantenimiento en ultramar tenía que pasar necesariamente por la seguridad en la mar—, y a pesar de una larga vinculación, nunca se estimó el oficio de marino. La Real Armada era considerada, frente al Ejército, un

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Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro

Recreación del tributo pagado por los monjes del monasterio de Urdax a aquellos que se dedicaban al transporte del mineral del hierro.

destino no prioritario, pues el presupuesto siempre fue escaso: barcos viejos y mal equipados, salarios que se retrasaban meses o años y una tropa mal formada y sin motivación alguna: Muchos marinos eran reclutados a la fuerza (las propias levas de marinería así lo justifican), y así se hacían a la vela presidiarios, enfermos, campesinos y obreros que nada sabían de la mar. Pero en Tres y Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro ocurría todo lo contrario, pues se daban buenos marinos y excelentes trabajadores, por lo que se dio un acontecimiento insólito. Entre varios de los personajes que reunían a los vecinos para completar las listas de marinería entre los hombres de dieciocho a cincuenta años con el fin de que se enrolaran en los bajeles reales, al igual que anteriormente lo hiciera Joseph del Barco y Montaño, Síndico de las Encartaciones en las Juntas de Avellaneda, se encontraba el capitán de navío de la Real Armada Bernabé de Urcullu y Puerto, abuelo materno de la esposa del que en el próximo capítulo será nuestro personaje elegido: Pedro Joaquín del Barco y España, quien tuvo la osadía, y lo logró, de reclutar a un buen número de marinos de la zona para que sirvieran en los Correos Marítimos de Su Majestad con sede en la Comandancia de Matrícula de La Coruña. Necesario nos resulta, por tanto, comenzar aludiendo a los orígenes de Bernabé de Urcullu y Puerto. Que sepamos, era hijo de Bernabé Urcullu y Pedregal, casado con Felipa de Puerto y Larrea, ambos naturales del Concejo de San Román de Zierbena, y al que en 1739 le encontramos como maestre del navío “San Juan y Santa Teresa”, propiedad de un tal Juan de Sarralde para, posteriormente, llegar al cargo de capitán de navío de la Real Armada y segundo comandante de la Comandancia de Matrícula de La Coruña. Asimismo, y al seguirle los pasos, le hallamos como capitán de navío con base en El Ferrol. Era el año 1759 cuando ostentaba tal cargo, por lo que bien podemos considerar que fue uno de los primeros —si no el primero— de los naturales de nuestra zona que se afincó en Galicia una vez, o a la par, de haber sido Alcalde de Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro allá por el año 1765. Fueron hermanos suyos Josefa de Urcullu y Puerto, nacida y casada en el Concejo de San Román de Zierbena, la cual matrimonió con Francisco de Larrea y Quintana, capitán de los Correos Marítimos de Su Majestad; María de Urcullu y Puerto, nacida y casada en el Concejo de San Román de Zierbena, la cual matrimonió con Pedro de la Sota y Calbo; Juan de Urcullu y Puerto; Pedro de Urcullu y Puerto y José de Urcullu y Puerto, todos ellos nacidos en el citado Concejo.

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Del matrimonio habido entre Bernabé de Urcullu y Puerto y María de la Quadra y Llano, hija ésta de Juan Antonio de la Quadra y Josefa de Llano, vinieron al mundo seis hijos: María Josefa de Urcullu y Quadra, que casó en 1751 con Manuel de la Zendeja y Abanto, hijo del capitán de Caballería del Regimiento de Borbón Juan de la Zendeja y Lucía de Abanto —matrimonio, o por lo menos la mujer, que se avecindó en La Coruña—, siendo padres de María Manuela de la Zendeja y Urcullu, la cual casó con Pedro Joaquín del Barco y España, natural del Concejo de San Román de Zierbena, y personaje que nos interesa sobremanera; Josefa Antonia de la Zendeja y Urcullu, que casó con el capitán de los Correos Marítimos de Su Majestad Manuel de Zulueta Peña, natural del Concejo de San Jorge de Santurtzi, siendo padres de Eusebio y Donata de Zulueta y de la Zendeja; José Alejandro de la Zendeja y Urcullu, que se avecindó en El Callao, en la capital del Perú; Manuel de la Zendeja y Urcullu, que fue monje franciscano, y aunque posteriormente se secularizó, mantuvo las reglas de la Orden monacal; Teresa de la Zendeja y Urcullu, que casó con el capitán de los Correos Marítimos de Su Majestad Manuel Fernández de Trilles; y Juana de la Zendeja y Urcullu, que casó con el capitán de Correos Marítimos de Su Majestad Pedro de Llano y Bringas, natural de Pobeña, siendo padres de José María de Llano y la Zendeja. Los otros cinco hijos restantes que vinieron al mundo fruto de citado matrimonio fueron: Julián Antonio de Urcullu y Quadra, que llegó a ostentar el cargo de capitán de la Maestranza de las embarcaciones de la Real Renta de Correos en el puerto de La Habana en el año 1777. Casó con la gaditana Josefa de Envía; Bernabé de Urcullu y Quadra; Josefa Joaquina de Urcullu y Quadra, que casó en Pobeña con Juan Antonio Hernández del Manzanal, siendo padres del teniente de Correos Marítimos de Su Majestad Manuel Hernández de Urcullu; María Manuela de Urcullu y Quadra, que casó en Pobeña con Ventura de la Calleja y Treto, y en segundas nupcias con Juan Antonio de la Bodega y la Bodega; y Ramona Ventura de Urcullu y Quadra, que debió morir párbula, pues no se cita en el testamento otorgado por el matrimonio Urcullu-Quadra. Hemos desarrollado, en parte, el linaje anterior para que el lector compruebe cómo la familia Urcullu llegó a constituir un verdadero clan, con indudable capacidad de influencia tanto en la sociedad de El Ferrol y La Coruña como en la del Valle de Somorrostro. Es más, si se hace una lectura reposada y se analizan las cabezas y estirpes, comprobará que se han citado cinco capitanes y un teniente de los Correos Marítimos de Su Majestad, un capitán de la Maestranza de Correos, otro de la Real Armada y otro del Regimiento de Borbón. Por supuesto, si ampliáramos la relación tirando de los colaterales, sobran comentarios. Sírvanos, por tanto, a modo de reflexión, para visualizar el éxodo de marinos del Valle de Somorrostro a tierras gallegas y la enorme influencia que alcanzaron, de manera especial en los lugares de La Coruña y El Ferrol. Hasta tal punto que de entre los más de 68 capitanes de navío que se dieron entre 1764 y 1802, más de 16 fueron vizcaínos; y de entre los 49 vascos del Valle de Somorrostro, más de 9 fueron del Concejo de San Román de Zierbena. Y, de entre éstos, cabe destacar a José Julián del Barco y España, Pedro Joaquín del Barco y España, Tomás del Calbo Santelices, Francisco de Larrea y Urcullu, José de Montaño y Quadra,


Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro Manuel de Montaño, Juan José de Abanto y Murrieta, Domingo de Osma y Questa y José Julián de Osma y Menchaca. Necesario nos resulta acabar aludiendo a los comienzos de este singular sistema de Correos, pues venía funcionando desde que la reina Juana concediera el título de Primer Correo de Indias a Lorenzo Galíndez de Carvajal por medio de una Real Provisión de 14 de mayo de 1514, y que establecía este servicio por medio de navíos que partían de los puertos de Sevilla y Cádiz con destino a las colonias que España tenía en ultramar. Para que se dieran más líneas comerciales, rompiendo así el monopolio de los dos puertos citados, extendiéndolo a los de Barcelona, Málaga, Santander y La Coruña, los Correos Marítimos de Su Majestad se crearon por una Real Cédula otorgada en 6 de agosto del año 1764 por el rey Carlos III, y poco después, el 24 de agosto del mismo año, se estableció el reglamento por el que debía regirse. Su propósito era llevar de manera regular la correspondencia generada en la península, con especial atención a la diplomática y militar, por medio de unos paquebotes que salieran mensualmente desde el puerto de La Coruña, hasta el de La Habana (con escalas previas en San Juan de Puerto Rico y San Fernando de Montecristo, en Santo Domingo). Desde La Habana, donde residía el Administrador Principal de la Renta de Correos, se enviaban barcos menores que recogían la correspondencia en Veracruz, Perú y Tierra Firme (extensión grande de tierra en oposición a isla). Tres años después, concretamente el 5 de diciembre de 1767, se estableció una segunda tanda de paquebotes, con salidas desde La Coruña cada tres meses, y destino a Montevideo y Buenos Aires, que complementaba a la línea principal de La Habana cubriendo el sur americano. Desde 1771 se incrementó el número de viajes, elevándolo a uno cada dos meses. Se trataba de paquebotes, bergantines, fragatas, balandras y goletas cuya principal virtud era la velocidad. Su porte oscilaba entre los 150 y los 200 toneles y, salvo excepcionales ocasiones, limitaban al máximo la tripulación y el armamento. Se distinguían por sus colores, alquitrán negro en la motonería, cofas, barrotes de juanetes, espigas de palos y galopes de masteleros, negro de humo en vergas y cintas, amarillo en las obras muertas y blanco en los galones. Lucían la bandera de correos que, por ser extraña para muchos, provocó más de un equívoco. Zarpaban de los puertos citados y respondían a los curiosos nombres de “Carlota”, goleta que suplió la falta de otros buques que se daban allá por 1802; las fragatas “Águila”, “Lanzarote”, “Infanta”, “Primera”, “Trinidad” y “Unión”; los paquebotes “Alvarado”, “Cantabria”, “Caulicán”, “Colón”, “Conde”, “Cortés”, “Gallego”, “Macarrón”, “Magallanes”, “Patagón”, “Pizarro”, “Postillón”, “Príncipe”, “Quirós”, “Real Carlos”, “Reina Luisa”, “Rey” y “Diana”; los bergantines “Doña María”, “Arrogante”, “Cuervo”, “Despacho”, “Dichoso”, “Gamo”, “Grimaldi”, “Infante”, “Ligero”, “Pájaro”, “Sandoval”, “Tenerife”, “Tucumán”, “Volador” y “San Carlos”; las goletas “Rosario”, “Liebre”, “Santísima Trinidad”, Nuestra Señora del Carmen”, “Nueva Orleáns”; el balahu “Diligente”; y las balandras “Floridablanca”, “Dichosa”, “Diligencia” y “Golondrina”. Abundar que todo el peso del sistema de Correos Marítimos de Su Majestad gravitó sobre dos pilares fundamentales: el cuerpo adminis-

trativo y la marina. El primero se servía de varios funcionarios y establecimientos constituidos en los territorios bajo dominio de la corona española, destacando sobre los demás el de la capital (Madrid) y los situados en los puertos principales (La Coruña, La Habana y Montevideo). Su máximo responsable fue el superintendente general de Correos y Postas, cargo que ocupó el marqués de Grimaldi, a la sazón primer secretario de Estado y persona que había dado forma a todo el proyecto. El resto de responsables de la Administración contaba con numerosos vascos, muchos de ellos naturales del Valle de Somorrostro; de hecho, dos de los más importantes cargos eran naturales de San Julián de Muskiz. El de mayor rango fue Antonio de la Quadra y Llano, caballero de Santiago y del Consejo de Su Majestad, el cual, junto con Lázaro Fernández Angulo, que era director de la Administración de Correos en Madrid y Juez de la Renta de Correos y Postas, arriostraron con todo el peso. Otro lugareño notable fue Juan Francisco Antonio de Guereta y Llano, que ostentó el cargo de tesorero general en la Tesorería de Correos en Madrid. Obvio es decir que estos personajes tomaron como residencia habitual la capital de las Españas. Se dieron más vascos que destacaron en la Administración de Correos, tales como: José Antonio de Armona y Murga, natural de Respaldiza, que fue administrador general de Correos en La Habana hasta 1773 y cuyo trabajo fue fundamental para sentar las bases del servicio por mar; Domingo de Basavilbaso y Lapresa, natural de Llodio, que lo fue en la de Buenos Aires; Melchor de Viana Hernández, natural de Lagrán, en la de Montevideo. En un segundo nivel en el escalafón podríamos citar al balmasedano Joaquín de Bedia y la Quadra, cuya madre era hermana del marqués de Villarías, que fue interventor de la Administración de Correos en Montevideo; José Joaquín de Sarria y Galíndez, natural de San Julián de Muskiz, también interventor de la Administración de Correos, el cual se avecindó en Puerto Rico; Pedro Antonio de Nocedal y Capetillo, natural de Sopuerta, tesorero general interino de la Renta de Correos, que después lo fue del Ejército y del Reyno de Galicia; y, entre otros, Miguel de la Quadra, natural de Gordexola, administrador de la Renta de Correos y natural de Plasencia de las Armas. Dicho lo anterior, abundar que la mayor parte de los barcos citados se construyeron en los Reales Astilleros de Zorrotza, en la Jurisdicción de la Villa de Bilbao, salvo en los últimos años del siglo XVIII, en los que, ante la constante pérdida de unidades a causa de la guerra contra Inglaterra, hubo que recurrir a otros proveedores; como en el caso de los cinco balahus que se construyeron en 1796 en Baltimore. Al comenzar el nuevo siglo el número de barcos Correos Marítimos de Su Majestad apresados por los ingleses era tal que la Administración de La Coruña se encontraba imposibilitada de cumplir el servicio. Llegados a ese extremo se admitió la necesidad de contratar mercantes particulares o aprovechar las escalas de barcos de guerra para utilizarlos como Correos Marítimos, y, ya desde 1802, los bergantines de guerra se encargaron de llevar el Correo desde la península a las colonias de ultramar. Del personaje al que hemos aludido, el que nos interesa, de Pedro Joaquín del Barco y España, nos explayaremos en el siguiente capítulo, pues fue uno de los capitanes de navío de los Correos Marítimos de Su Majestad. Fue uno más de la importante desbandada de marinos que se dio en nuestra querida tierra encartada durante el siglo XVIII, sobre todo cuando éste llegó a su parte final. La mejor promoción de pilotos

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Marinos Zierbenatos en los Viajes del Mineral de Hierro civiles (posiblemente formados en la Escuela de Pilotaje de la Villa de Bilbao), se fue, como se ha dicho, a otros puertos, en especial a los de El Ferrol y La Coruña, obedeciendo, o queriendo imitar si así se puede considerar, a los que lo habían hecho anteriormente, llegando a situarse bien en la sociedad, como lo fueron las familias Quadra, Llano, Llerena, Urcullu, Puerto, Barco, España, Osma, Calbo, Larrea, Montaño, Abanto y un considerable etcétera, pues, al haber medrado al acercarse a la Corte de las por entonces denominadas Españas, los que quedaron en los Concejos apenas tuvieron mejores oportunidades. En consecuencia, los pocos marinos que quedaron en el Valle de Somorrostro, en cuanto tuvieron la oportunidad de enrolarse, no lo hicieron como calafateadores o mozos, trabajando con denuedo, sino ostentando otros cargos en los citados Correos Marítimos de Su Majestad, y, al igual que ocurrió con los que les antecedieron, acabaron afincándose en la capital gallega por antonomasia. Es menester apostillar que, como también se ha dicho anteriormente, el mantenimiento de un Imperio en ultramar tenía que pasar necesariamente por la seguridad en la mar. Por tal motivo, nuestros bravos marinos encartados afincados en Galicia y enrolados en los Correos Marítimos de Su Majestad, al no darse la seguridad en la mar, sufrieron la persecución de los ingleses por cuantas derrotas trazaban, siendo, casi todos ellos, muertos por los hijos de la pérfida albión y por los corsarios y demás piratas de la mar, cuando no desaparecidos por las inclemencias del tiempo o, en su defecto, por las muchas y graves enfermedades que les acechaban, sin obviar, por supuesto, a cuantos cayeron en combate en el desastre de Trafalgar por haber sido integrados en la Real Armada en el año 1802. La verdad sea dicha que, por ésta o la anterior tesis, una vez llegados al siglo XIX, de la noche a la mañana, los marinos y demás que quedaron en el Valle de Somorrostro vieron destruido uno de sus sistemas de vida tradicional. Muchos tuvieron que emigrar a las Américas y los que llegaron del interior de la península, acabaron formando parte de la misma desgraciada actividad: finalizaron siendo víctimas de un mismo “progreso” y entregándose a una misma “cultura social” y, en ocasiones, habiendo comprobado que sus usos y costumbres habían quedado abolidos, y que el derecho consuetudinario del que venían disfrutando había sido pisoteado, demolidas sus casas y expropiadas sus tierras, tomando como suya una lucha que, de haberse respetado nuestros Fueros Vascos, nunca debió haberse llegado a producir. No hubo recompensa. Los marinos zierbenatos, al igual que sus vecinos cercanos, contemplaron cómo se perdían lo poco que les quedaba: los caladeros de pesca. Las leyes estatales que permitieron la libre explotación de los criaderos de mineral por los afectos a la monarquía, dejó prados enlodados, ríos estancados, calas y arenas incapaces de albergar en sus orillas el más mínimo atisbo de vida. Las protestas de los agricultores y pescadores de nada sirvieron. Los intereses que movían a las grandes compañías mineras les obligaron a claudicar en sus reivindicaciones y a modificar la forma de ganarse un pan que llevar a la boca. Tomaron picos y palas, mechas y cartuchos de dinamita, palancas para barrenos... sudaron la camiseta de sol a sol, y dispusieron de un mísero jornal. Los Altos Montes de Triano que, al igual que los ríos y arenales tanto cuidaron sus antepasados, fueron destrozados por una explotación irracional.

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Habrá quien nos tilde de exagerados. Que en este remate final de la historia la manipulamos a nuestra conveniencia, pero, como para casi todo, siempre tenemos un comodín a mano que nos pueda servir en cualquier ocasión que se nos presente y sacarlo a la hora de defender nuestros postulados. Tal es así que en fecha de 28 de junio de 1906, en el diario El Noticiero Bilbaíno, encontramos un artículo que dice: “Se ha presentado al Gobierno Civil una instancia por los pescadores de Ciérvana, solicitando de esta autoridad prohíba a los dueños de los lavaderos de mineral echar las aguas sucias a la playa, puesto que, por esta causa, está desapareciendo la pesca, que en gran abundancia cogían allí los pescadores de Ciérvana, Santurce y Castro. Especialmente para los primeros se ha hecho la vida difícil, porque no solo desaparece esta gran pesquera, sino también la de la orilla, o sea la pesca de caña, pues en toda aquella costa se está depositando el fango de los lavaderos, cubriendo los ricos pastos que allí encontraban los peces. ¿Qué pasará a aquellos pobres pescadores si en este asunto no se pone un enérgico remedio? Hora es que las autoridades tomen con interés este asunto, reprimiendo con mano fuerte a los que falten a ello. También hay otro punto que las aguas sucias perjudican mucho. La hermosa y gran playa se ve casi desierta porque las aguas, como hemos dicho, están siempre llenas de fango y no es posible bañarse en ellas, perjudicando, no solamente a los bañistas, sino a los municipios de San Julián de Musques y Abanto y Ciérvana, que cifraban una gran esperanza en esta playa”. No quisiéramos acabar este artículo sin hacer mención a la Asociación Cultural radicada en Ziburu, Itsas Begia, que en el verano de 2008 tuvo la feliz idea de rememorar el viaje del mineral de hierro por medio de los cabotajes tradicionales que partiendo del Casco Viejo bilbaíno y llevando carga de mineral de hierro proporcionada por el Museo Minero de Gallarta, se dirigió aguas abajo hacia la Villa de Portugalete para, como requisito indispensable, abonar las tasas de exportación que percibía el Señorío a través del Alcalde de Billeteros, tocar los puertos de Plentzia, Bermeo, Zumaia y Donostia para, a primeros de agosto, arribar a la amplia bahía de Donibane-Lohitzun (San Juan de Luz), donde se ubican además las localidades de Sokoa y Ziburu para, una vez de cambiar de embarcación, hacer su entrada en la explanada frente a la puerta del monasterio. Monasterio del que los antepasados de Zierbena, bravos marinos ellos, bien conocían en su penoso trayecto. No quisiéramos acabar este capítulo sin, también, hacer mención al Centro de Documentación y Divulgación Trueba quien, rememorando tan bonita experiencia, y con la entusiasta colaboración de la Asociación Itsas Begia, harán se repita en este año de 2009, concretamente el 25 de julio, tan curioso e interesante viaje, encargándose de escenificar la extracción de mineral de hierro y su transporte hasta el cargadero en la zona de la ermita de Pobeña, recuperando así el recuerdo de una actividad económica totalmente olvidada —la venaquería o arruquería—, que entre los siglos XV y XIX, mediante este tipo de cabotaje, navegó por toda la costa vascocantábrica, incluso a reinos extraños.


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Personaje:

Pedro Joaquin del Barco y Espana

orría el siglo XVII cuando del matrimonio habido entre Pedro del Barco y Lucía de Montaño se dieron, que sepamos, cuatro hijos, Joseph del Barco y Montaño, que fue el primogénito, y Pedro del Barco y Montaño. Uno nació en el año 1654 y el otro al año siguiente, ambos en un lugar conocido por aquél entonces como Concejo de San Román de Zierbena, inserto en el Valle de Somorrostro, del también por aquél entonces vasto territorio de las Encartaciones, aún no perteneciente al Señorío de Vizcaya. De sus otros hijos, o hermanos, Antonio y Nicolás, no tenemos referencias, a no ser que demos por ciertas aquellas que nos informan del alistamiento de gentes de mar —leva de marinería— existente en el año 1718, por el cual se pretendía conseguir se cumpliesen los cupos mínimos de hombres que había correspondido a cada Concejo para servir en la Real Armada, y en cuyo listado, aparecen de tal manera: Antonio, de 54 años de edad, y ausente por estar embarcado en un filipote que se encontraba navegando por los mares del Norte; Nicolás, de 58 años de edad, y que se encontraba en tierra, dispuesto a completar un rol que satisfaciera la necesidad de recursos humanos que tenía el rey Felipe V, inmerso desde el año anterior, desde 1717, en campañas bélicas al entablar diferentes guerras contra varios países europeos. De Joseph del Barco y Montaño escribíamos algo cuando a la hora de elaborar un capítulo sobre los Personajes Populares, en el libro titulado “ZIERBENA, Donde Bizkaia Nace”, acreditábamos que nació en el barrio de Cardedo (Kardeo), aunque se tuviera duda lo hiciera en el hoy en día desaparecido barrio de Quintanas. También decíamos que allá por el año 1680 marchó a las Indias y, a su vuelta, posiblemente en 1694, no perdió el tiempo dado que en 1699 y 1700 lo encontramos como Síndico en las Juntas Generales de Avellaneda, en representación del por entonces Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro, al que pertenecía el de San Román de Zierbena. También decíamos que en 1705 representó a los Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro para tratar en el lugar del Pino del Casal temas sobre montes —por lo general sobre la tala de árboles— que tenían en común junto con Tres Concejos del Valle de Somorrostro y la Villa de Portugalete en los Altos Montes de Triano. Abundábamos que en 1710 repitió ser el representante de Cuatro Concejos y que en 1724 y 1726 volvió a ocupar el cargo de Síndico en las Juntas Generales de Avellaneda, y que en 1728 reunió bajo el árbol sagrado del monasterio de San Román a varios vecinos para completar la lista de marinería entre hombres de dieciocho a cincuenta años con el fin de acudir a Santander en los reales bajeles que esperaban su llegada en el citado puerto cántabro.

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En 1729 fue el mayordomo de la Cofradía de Pescadores San Nicolás de Bari, del Concejo de San Román de Zierbena para, más adelante, en 1732 y 1736, ostentar el cargo de Alcalde de Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro y que, como se ha tocado en el artículo anterior asuntos de la minería, era uno de los que cobraban impuestos, es decir, Alcalde de Billeteros, a todos aquellos que sacaban mineral del Señorío de Vizcaya, una vez decretada su prohibición en las Juntas Generales de Gernika. Se dice que también fue capitán de navío, y que matrimonió con María Ventura de Zuazo y Largacha, hija del capitán Jorge de Zuazo y Cuevas, que a su vez éste era primo hermano del general Andrés de Cotillo, y de Luisa de Largacha Salazar y la Cámara. No tuvieron descendencia y declararon por heredero a su sobrino José del Barco y la Sota. Al parecer Joseph murió en 1779 en la Isla de Cuba. En su testamento, en sobre cerrado, el matrimonio dejó de puño y letra sus bienes a su querido sobrino con la condición de que, una vez muertos ambos, abrirían el sobre, en el cual, y entre otras cláusulas, se leía: “…/… Como cristianos que somos los dos, queremos que la Iglesia nos recuerde con quinientas misas cada uno en honor a San Gregorio, a favor de nuestras almas, en esta parroquia, y también en cada una de las cuatro ermitas. Para ello, desde ahora apartamos de nuestros bienes lo necesario para que podáis cumplir con nuestras voluntades”. De Antonio y Nicolás, como se ha dicho, apenas tenemos referencias. Algo más de Pedro del Barco y Montaño, del que nos interesa una por razones de su descendencia: Pedro Joaquín del Barco y España. Pero antes de llegar a este personaje, diremos que Pedro del Barco y Montaño contrajo matrimonio en 1680 con Antonia de Larrea y Calvo, nacida ésta en el Concejo de San Román de Zierbena en el año 1652, hija de Felipe de Larrea y Clara Calvo. Del matrimonio habido entre Pedro y Antonia nació en 1686 Francisco del Barco y Larrea, que casó con Trinidad del Valle. Ambos fueron padres de Pedro del Barco y del Valle, nacido en el mismo lugar el 19 de noviembre de 1723, que casó a su vez con María Antonia de España y Puerto, hija ésta de Tomás de España y Puerto, y de Ventura de Puerto y del Valle. Es decir, y como se puede comprobar por los apellidos, zierbenatos todos ellos por ambos costados. Del matrimonio habido el 28 de noviembre de 1748 entre Pedro del Barco y del Valle y María Antonia de España y Puerto, nacieron entre otros, Pedro Joaquín del Barco y España, que lo hizo el 25 de junio de 1749, y como sus antepasados, en el lugar de Zierbena, siendo, posiblemente, uno de los vecinos del citado Concejo que mayor proyección se diera

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fuera del propio pueblo, debido, entre varias razones, por tomar parte en una de las expediciones médicas más importantes que hubo lugar en la época colonial y, entre otras varias razones, si no la principal, por haber sido padre de otro gran personaje: Diego Joseph del Barco y de la Zendeja. En conclusión, Pedro Joaquín del Barco y España, en cuanto a linaje, era por línea paterna nieto de Francisco del Barco y Larrea, que fue el primer Regidor capitular del Concejo de San Román de Zierbena, y familiar de Joseph del Barco y Montaño, Síndico en las Juntas Generales de Avellaneda; y por línea materna, nieto de Tomás de España y Puerto. De la primera de las razones, y de cuando las Españas eran lo que eran, nos explayaremos sobremanera. Tanto como nos lo permita el espacio del que disponemos en un lugar de la Revista; de la segunda de las razones, de cuando de muchos importantes ascendientes se daban nobles familias, lo veremos más adelante, aunque de forma muy reducida, dado que es posible se nos brinden otras oportunidades para tratarlo como se merece: con rigor y sana conciencia. De nuestro personaje, del que ahora nos interesa, de Pedro Joaquín del Barco y España, es posible, más que probable, se dedicara en sus años mozos al transporte del mineral de hierro a las ferrerías de la costa cercana por medio de arruqueros, o, en su defecto, se alistara como marino en los navíos que zarpaban del puerto de Pobeña o se enrolara en los reales bajeles para completar la lista de marinería en la Real Armada. Sinceramente, lo desconocemos. Aunque deducimos, dado el linaje y el sentir de la familia —una vez casado con María Manuela de la Zendeja y Urcullu, ésta nacida en Pobeña el 24 de agosto de 1754, y celebradas las nupcias en la ermita de San Nicolás de Pobeña el 15 de junio de 1776—, participara en el “gran desembarco” de marinos encartados que, influenciados por el capitán de navío de la Real Armada, Bernabé de Urcullu y Puerto, Alcalde de Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro y abuelo materno de María Manuela, su esposa, arribaran a La Coruña y dedicara el resto de su vida a romper mares en los Correos Marítimos de Su Majestad.

Fue un 20 de agosto de 1779 cuando se enfrentó a un cutre inglés de 18 cañones, auxiliado por la fragata “El Cortés”, logrando arribar en Tenerife tras diecisiete horas seguidas de combate. Posteriormente, estuvo al mando de la fragata “Rey”, armada con 20 cañones de à 6 y 100 hombres, que entre La Habana y Cádiz corrió con todos los gastos y cuentas del buque, mereciendo la aprobación de la superioridad. A su vez, fue el artífice de la conducción de efectos navales a La Habana para la escuadra de Solano, con las fragatas “Corsario” y “Soledad”, con 28 cañones y 200 hombres cada una, habiendo escoltado felizmente a puerto, un crecido número de embarcaciones.

El viejo lobo de mar, el que pudo librarse de cuantos hostiles ingleses se le cruzaban a su Escudo de la familia Barco que s cipal de la “Casa El Barco”, en e paso por todos los mares que navegó, al inventarse nuevas derrotas para despistar al belicoso inglés, llegó a ser subdecano de los bajeles Correos Marítimos de Su Majestad, con puesto en La Coruña. Después de tantos años de mar, en el año 1802 quedó en la Ayudantía de Marina de la ciudad gallega para llevar el detal, pues dada su salud un tanto quebrada, cansado de mucho navegar, a sus 56 años, achacoso y afectado de una disposición escorbútica en su sangre, tomó un decisión trascendental: aceptar

Efectivamente, esta última de las dedicaciones es la que más sentido da a nuestro argumento, dado que nuestro personaje, desde muy joven, a la edad de tan sólo veinte años, como marinero náutico, le encontramos en las campañas navales de ultramar, para más adelante, en cantidad de cuarenta y dos viajes, servir en dichos buques, pasando por los empleos de pilotín, ascender a piloto y otros veintitantos años como capitán primero, y ser propuesto para el ascenso de teniente coronel. A sus espaldas una singladura rompiendo mares y viajando a las Américas, tanto a Buenos Aires (quince), como a La Habana (veinte), Islas Canarias (dos) y New York, Falmuth y Bilbao. Un auténtico lobo de mar que, como capitán primero, mandó la fragata “El Cortés” y el correo marítimo “Lanzarote”, con 12 cañones de à 4 y 50 hombres cada uno de ellos, haciendo frente victorioso, hasta consumir la munición, a cuantos ingleses les salieron al paso.

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Casa-palacio levantada sobre otra antiquísima propiedad de Gabriel del Barco.


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el ofrecimiento (por ser el más idóneo) para volver a las Américas, Filipinas y China, durante tres largos años, en una importante expedición médica.

se encuentra en la fachada prinel lugar de Las Llanas (Abanto).

Por tal hazaña, y sobre todo por ser padre de Diego Joseph del Barco y de la Zendeja, será nombrado Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III —instituida por el propio rey el 19 de septiembre de 1771 para distinguir a las personas de relevantes méritos o de probada fidelidad al monarca—. Reconocimiento que queda constancia en el escudo que se encuentra en la fachada principal de la actual casa y solar situada en el barrio de San Fuentes, jurisdicción del otrora Concejo de San Pedro de Abanto, en donde se situaba la antiquísima “Casa El Barco”, perteneciente por aquella época a Domingo del Barco, que luego fue vecino de la Villa de Bilbao.

Todavía guarda esculpidas en medio de la fachada construida en piedra de sillería las armas de este ilustre apellido, cuyo escudo es en el extremo con su morrión y en el medio en un campo solo, al parecer blanco, diez paneles a manera de corazones, grabadas y esculpidas de forma que están bien claras y visibles, dando a entender su linaje y nobleza.

Esta casa-palacio, en el lugar de Las Llanas, junto a La Torquilla, se levantó, como se ha dicho, sobre el mismo lugar que ocupaba la antigua edificación, la cual, según declaración de testigos coetáneos, se hallaba totalmente en ruina y se caía por todos los costados, sin que la nueva obra respetase elemento alguno de la anterior, levantada por Gabriel del Barco, que fue su primigenio dueño y morador. El maestro Juan de la Revilla Herrera, oriundo de Riomantón, aldea de la Merindad de Transmiera, edificó la actual, concluyéndola en el año 1659. Una vez acabada, el maestro cantero se afincó en el Concejo de San Román de Zierbena. Sobre la “Casa de España” se decía hallarse en su escudo un morrión al extremo y abajo, repartido en cuatro cuarteles de la derecha de los dos de arriba figurando el sol, y a la izquierda con trece estrellas, y en los otros dos cuarteles de abajo un globo o esfera con una mano sobre él y un pincel en ella dibujándole, y a la derecha un navío o fragata crecido, al parecer de línea, con sus banderas españolas en popa, proa, estampados todos en campo verde. Al parecer, y según referencias, y antes de que se afincara en La Coruña, Pedro Joaquín del Barco y España casó, como se ha dicho, con María Manuela de la Zendeja y Urcullu, hija ésta de Juan de la Zendeja y Balparda, Alcalde de Cuatro Concejos del Valle de Somorrostro, y de Lucía de Abanto, nieta del citado Bernabé de Urcullu y Puerto y de María de la Cuadra. La ceremonia nupcial tuvo lugar en la parroquia de San Julián de Musquiz el 24 de marzo de 1776. Fruto del matrimonio habido entre Pedro Joaquín y María Manuela se dieron varios hijos, cuatro de ellos varones (Diego Joseph, nacido en 1779; Pedro Aquilino, nacido el 4 de enero de 1785; Agustín Luziano, nacido el 8 de enero de 1787 y Joseph María, nacido el 18 de febrero de 1790), que sobresalieron por su implicación militar en la guerra contra los franceses. De uno de ellos, del primogénito, de Diego Joseph del Barco y de la Zendeja, y del que también hemos hecho referencia, pues nos interesa sobremanera, es posible sea considerado como un héroe de la Guerra de la Independencia. De las tres hijas habidas en el matrimonio de Pedro Joaquín y María Manuela, la mayor, Florentina Manuela, nacida el 3 de junio de 1783, estuvo casada con el comandante del Regimiento de Granada, el teniente general Martín González de Menchaca; la segunda, María Manuela, nacida en 1797, estuvo casada con el oficial de Artillería Mateo Hernández y de Urcullu, y la pequeña, Josefa, se quedó en estado honesto, tal y como se decía por aquellas fechas. Decir, finalmente, y en lo que respecta a la familia, que Pedro Joaquín del Barco y España tuvo varios hermanos, destacando sobre ellos José Julián del Barco y España, nacido en el Concejo de San Román de Zierbena el año 1760, llegando a ser, como Pedro Joaquín, piloto de Correos Marítimos de Su Majestad y ostentando el título de nobleza, concedido por Real Ejecutoria librada por el Juez Mayor del Señorío de Bizkaia. Con el paso del tiempo se afincó en la Villa de Bilbao.

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Del antepasado nombrado: Pedro del Barco y Montaño, el que casó con Antonia de Larra y Calvo, abundar que además de tener como hijo a Francisco del Barco, abuelo paterno de nuestro personaje, y bisabuelo del que nos interesa sobremanera, descendían de él Lucía del Barco, Águeda del Barco, Agustín del Barco, Simón del Barco, Juana del Barco, Nicolás del Barco, Roque del Barco y, junto a ellos, Antonio del Barco.

la viruela al Nuevo Mundo era inevitable. Con la conquista española llegó a las Américas, llevada a Nueva España (México) por un esclavo de color, proveniente de África que acompañó al conquistador Pánfilo de Narváez, lugarteniente de Diego de Velázquez, gobernador general de Cuba, al emprender una persecución en busca del otrora explorador y conquistador Hernán Cortés por tierras de mexicanas.

De este último, y aunque no es, de momento, nuestro personaje elegido, diremos que también nació en el citado Concejo en el año 1673; que como buen hijo de su pueblo también se dedicó a la navegación, llegando a ser capitán. Matrimonió con Lucía de la Sota y Las Carreras en el año 1696, teniendo como vástagos a José del Barco y la Sota (el sobrino heredero de Joseph del Barco y Montaño).

A modo de ejemplo, en 1518, tras la llegada de los españoles a la Isla La Española, un brote de viruela, enfermedad que no se conocía en el nuevo mundo antes de la llegada de los europeos, diezmó la población. De allí se extendió rápidamente por gran parte del continente y exterminó a la mayoría de los aztecas e incas, hasta tal punto que, en un siglo, la población de México se redujo de alrededor de 25 millones a 1,6 millones.

El sobrino heredero de la fortuna de Joseph y María Ventura, al estar parte de esta familia entroncada con el capitán Jorge de Zuazo y casarse éste con Josefa Gordón y Zuazo, que era hija de Pedro Gordón y Castaños y de Bernarda de Zuazo y Largacha (hermana de María Ventura), también fue heredero por esta línea, es decir, que fue uno de los familiares que resultó de los más afortunados. José del Barco y de la Sota, el que casó con Josefa Gordón y Zuazo, tuvo dos hijas: Ana María del Barco y Gordón y Juana Francisca del Barco y Gordón. De la primera no se sabe si tuvo descendencia; de la segunda se dice que casó en 1737 con Ramón de la Bodega y la Quadra, hijo del capitán Antonio de la Bodega y María de la Quadra, hermana del arzobispo de Burgos Pedro de la Quadra. De este matrimonio nació Nicolás de la Bodega y del Barco en el lugar de Zierbena en el año 1739, no dejando descendencia. Juana Francisca del Barco y Gordón contrajo segundas nupcias con Francisco de Humaran Álvarez en el año 1745. Francisco nació en la Villa de Portugalete en el año 1722. Era hijo de Francisco de Humaran y Antonia Álvarez. De este matrimonio quedó una amplia descendencia que cualquiera puede ampliar noticias a nada que se lo proponga e investigue en los Archivos Eclesiásticos de Bizkaia. Pero volviendo a nuestro personaje, y una vez demostrado parte del ilustre linaje, a Pedro Joaquín del Barco y España, al que le concedieron el título de Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, entre otras razones, por haber tenido como hijo a Diego Joseph y por tomar parte en una de las expediciones médicas más importantes que tuvieron lugar en la época colonial, cuando las Españas eran lo que eran, y del que decíamos que, probablemente fuera el zierbenato que mayor proyección tuviera fuera del Concejo de San Román, vamos a situarlo en su época. Vamos a destacar su participación en esa grandiosa expedición, en esa inconmensurable gesta. Tradicionalmente ha sido considerada la viruela una de las grandes calamidades de la humanidad; a ella se refieren muchos cronistas de la Edad Media y ella fue el precio que pagó Europa por la heroica empresa de las Cruzadas, pues, originaria de Asia, fue traída a Occidente por los cruzados después de sus expediciones al Próximo Oriente. La propagación de

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Al parecer, esta enfermedad apareció 10.000 años a. de C., en el nordeste de África, pero la primera epidemia que se conoce y registrada en los anales de la Historia fue en 1350 a. de C., durante la guerra entre los egipcios y los hititas. La viruela mataba a personas de todas las edades y clases económicas. También a modo de ejemplo, y una vez llegada a Europa en el siglo VI, fue causa de la muerte de una tercera parte de su población, incluyendo la reina Mary II de Inglaterra, el emperador Joseph I de Austria, el rey Luis I de España, el zar Pedro II de Rusia y el rey Luis XV de Francia, entre otros. Las dos terceras partes sobrevivientes de la población quedaron marcadas con cicatrices pequeñas en la cara y la otra parte sobreviviente se tornó ciega. Y también a modo de ejemplo, a finales del siglo XVIII, es decir, en la época de nuestro personaje, en Europa morían de viruela 400.000 personas al año y un tercio de los sobrevivientes quedaban, y al igual que en el siglo VI, tornándose ciegas. Es más, se calcula que una décima parte de la población mundial fallecía anualmente por causa de esta enfermedad; que en el curso del citado siglo XVIII, cuatro monarcas europeos murieron de viruela durante su reinado, y la línea de sucesión al trono de los Habsburgo cambió cuatro veces en cuatro generaciones por la muerte de sus herederos. Pocos eran los que se libraban de tan terrible enfermedad, y algunos de los que vieron sus caras agresivamente marcadas para siempre fueron, entre otros, el gran Wolfgang Amadeus Mozart, el irrepetible Ludwig van Beethoven, y los políticos Abraham Lincoln y George Washington. En definitiva, pocas afecciones fueron tan “democráticas” en la historia de la humanidad: reyes y campesinos, emperadores y artistas, militares y mendigos, todos sufrieron por igual. Hasta la época que tratamos, esta enfermedad causó más muertes que todas las guerras juntas. Muchas y muy graves fueron las epidemias que sufrió Europa. Muchas y muy graves fueron las consecuencias que sufrió en Nuevo Mundo en los primeros siglos de su colonización, dado que en todos los lugares hizo terribles estragos, por lo que las poblaciones indígenas quedaron diezmadas y, junto a ellas, muchos españoles perecieron víctimas de la cruel enfermedad.


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Hasta que Edward Jenner, médico británico nacido en la ciudad de Berkeley en 1749, discípulo de John Hunter (precursor de la cirugía científica), al observar que las vaqueras recolectoras de leche adquirían ocasionalmente una especie de “viruela de vaca” o “viruela vacuna” por el contacto continuado con estos animales, y que era una variante leve de la mortífera “viruela humana”, tomara la pústula de la ordeñadora Sarah Nemes y consiguiera inocularla al niño de ocho años John James Philips, procedente de Gloucestershire, con excelentes resultados en 1796, pues éste mostró síntomas de la viruela vacuna pero mucho más leve y no murió, al igual que el resto de demás niños que también inoculó, bien se puede decir que la humanidad no permaneció tranquila. Y aunque la lucha contra la viruela venía siendo una constante de la humanidad a lo largo de los siglos, al margen de las medidas sanitarias adoptadas en diferentes épocas, con mayor o menor eficacia, entre ellas la variolización, aplicada en China y la India en el siglo XI e incluso antes, y de que se utilizara en Occidente gracias a Lady Mary Wortley Montagu, esposa de embajador de Inglaterra en Constantinopla, que se encontraba impresionada por el empleo de los métodos variolizantes, no dejando de ser un procedimiento no exento de riesgos, del procedimiento por inmunización individual de Edward Jenner se dedujo el sistema de la lucha cuerpo a cuerpo con excelentes resultados en 1796, y como causa de ello se descubrió lo que fue llamada vacuna. Dos años más tarde, y como consecuencia de sus investigaciones, dio a conocer el resultado de la vacuna contra la viruela. Una enfermedad epidémica, infecciosa y contagiosa, producida por un virus, que se manifestaba con fiebre alta y con la aparición de ampollas con pus. Como se ha dicho, causaba grandes mortandades, sobre todo a los niños, pero este médico inglés, al inyectar la vacuna mediante incisiones superficiales, permitió primero controlarla y después erradicarla de gran parte del planeta Tierra. Para ello, para que se produjera el proceso de erradicación, como fue el caso de la España peninsular, cuyo retraso fue debido a que los propios médicos de Cámara con el apoyo del Protomedicato se opusieran a la práctica antivariólica por temor a los efectos negativos que podría tener su práctica generalizada, una vez llegada la vacuna a Puigcerdá en diciembre de 1800, de la mano del doctor Francesc Piguillem, la fuerza que fueron adquiriendo las tendencias a favor de esta técnica, junto a la preocupación manifiesta del rey Carlos IV por prevenir de la viruela al resto de miembros de la familia, pues se dice que uno de sus hijos murió por tal enfermedad, aunque pueda no ser cierta dicha noticia —recordamos que el rey Carlos IV matrimonió con María Luisa de Parma engendrando catorce hijos de veinticuatro embarazos, de los cuales sólo siete llegaron a adultos—, y que una de cuyas hijas, la infanta María Luisa Fernanda la había padecido, aunque se curó, pero quedando con desagradables cicatrices, lo que marcó profundamente al rey, le llevó, como se ha dicho, a plantearse seriamente hacerlo con todos los habitantes de la España peninsular. Cinco años después del descubrimiento de Jenner, es decir, en 1803, y una vez de ser inoculados los españoles peninsulares, y con la idea de poder

extenderla allende los mares, en las extensiones del Imperio Español, el rey Carlos IV, sabedor de que en junio del año anterior se había desencadenado la terrible enfermedad en el Virreinato de Nueva Granada en grandes proporciones, adueñándose el miedo en los pobladores, y oyendo las súplicas de los gobernadores locales, decidió pasar consulta a su Consejo de Indias. Tal es así que el 22 de marzo de 1803, Francisco Requena, miembro del citado Consejo, informa sobre la utilidad que produciría en ultramar la inoculación de la vacuna, solicitando un informe al médico Joseph Phelipe Flores, natural de Guatemala y médico de Cámara del rey, proponiéndose una expedición y se creara una flota que consiguiera paliar, en gran medida, tan devastadores efectos.

Maqueta de la corbeta “María Pita”.

Cuando hubo que decidir la dirección de la expedición, se propusieron los nombres del propio Joseph Phelipe Flores, que era el autor del proyecto inicial, y de Francisco Xavier de Balmis i Berenguer, traductor del “Tratado Histórico y Práctico de la Vacuna”, y que ya practicaba la vacunación con gran éxito. El 5 de agosto de 1803, el rey Carlos IV firmó un edicto por el que mandó se enviara la expedición marítima, compuesta por facultativos hábiles y adictos a la empresa, dirigidos por el médico honorario de Cámara Francisco Xavier de Balmis i Berenguer. Aprobada lo que en principio bien pudiera ser una arriesgada y complicada aventura, posteriormente conocida como “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna”, fue considerada, una vez acabada la misma, como la primera expedición sanitaria de la Historia. Para que así fuera y se diera, se contó con el navío “María Pita”, corbeta de 200 toneladas, y nombre que se puso en reconocimiento a María Mayor Fernández de la Cámara y Pita (Sigrés, 1565-1643), por considerarla heroína de la defensa de La Coruña en 1589 contra la Armada inglesa dirigida por el corsario Francis Drake. Decir que nuestro personaje, el intrépido Pedro Joaquín del Barco y España, fue el teniente de fragata de la Comandancia de Marina de La Coruña que estuvo al mando de la corbeta “María Pita”, navío elegido para transportar tan importante carga-

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El Personaje: Pedro Joaquin del Barco y Espana mento, y cuyo responsable de llegar a buenos puertos ostentaba, por aquel entonces, y desde el 12 de marzo de 1977, el honor de ser un valiente capitán primero de los Correos Marítimos de Su Majestad, habiendo pedido, dada su edad y avanzada enfermedad, un puesto en la Ayudantía de Marina de La Coruña. Pero habíamos dicho que ante tales circunstancias tomaría una decisión trascendental: aceptar, por haber sido elegido dada su probada valía como capitán primero, ser el teniente de fragata de la corbeta “María Pita”. Y lo hizo por una también razón trascendental: para honrar su vejez, y sobre todo para mantener a su numerosa familia y dar brillante carrera militar a sus hijos, pues, todos ellos estudiaban en el Real Colegio de Artillería de Segovia. Por tales motivos, formó parte de la expedición y gobernó la nave en un momento de caos en Europa: Revolución francesa (1789 – 1799); y en España: derogación de la Ley Sálica (1789), batalla naval del Cabo de San Vicente (1797), Guerra de las Naranjas entre España y Portugal (1801), manifestación del debilitamiento de la autoridad española en América (pérdida de la Isla Trinidad, tentativas inglesas contra Puerto Rico y Tenerife…), grave crisis económica… y, para colmo, la introducción de la fiebre amarilla por Cádiz al resto de la península (1800)…, amén de que los ingleses seguían con sus hostilidades en la mar. En definitiva, si a ello le sumamos que en la España de la época se daba un 94% de analfabetos, el panorama se tornaba poco halagüeño para un rey del que se decía disponía de un carácter dulce y bondadoso, pero le faltaba inteligencia para seguir los pasos de su padre, Carlos III, al frente del gobierno. Monarca del que también se decía dedicar parte del tiempo a la caza y al ocio en lugar de enfrentarse a los asuntos de Estado, lo que daría lugar a graves conflictos internos. Empero, y aparcados para otra ocasión demás desagradables sucesos acaecidos durante su reinado, la llamada “Real Expedición Filantrópica de la Vacuna” fue una de las excepciones. Tuvo ésta como director a Francisco Xavier de Balmis i Berenguer, alicantino procedente de una familia de cirujano-barberos, y que había obtenido el título de cirujano del Ejército al entrar en este cuerpo armado en 1775. Cabe añadir que para cuando el Consejo de Indias buscó candidatos, Francisco Xavier de Balmis ya había realizado cuatro viajes a América, amén de ser un consumado maestro cirujano y sangrador. Le acompañaron en el viaje Josep Salvany i Lleopart, barcelonés nacido en 1778, y como Balmis, ingresó en el cuerpo armado después de conseguir el grado de licenciado en cirugía en el Real Colegio de Cirugía de Barcelona. Cuando se inició la expedición tenía tan sólo veinticinco años. Su delicada salud, y cuando la expedición arribó en Puerto Cabello, impidió su continuidad, pero no regresó a la península, pues al desmembrarse estratégicamente la misma, se embarcó en el navío “San Luis”, naufragando en el camino de Cartagena de Indias. Logró recuperar la carga y recorrió Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Bolivia. Tardó siete años en recorrer tan vasto territorio. Murió en 1810, a los 34

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años de edad y por los esfuerzos realizados hasta llegar a Cochabamba, dado que tuvo que cruzar caminos angostos, inhóspitas selvas y soportar toda clase de calamidades, entre ellas, la de perder un ojo debido a una enfermedad. También le acompañó Manuel Julián Grajales, natural de Sonseca y venido al mundo en 1775. Poco antes de incorporarse a la expedición se licenció La corbeta “María Pita”, capitaneada por Pedro del Ba como cirujano-médico en la expedición de Xabier Balmis, rumbo a América y a el Colegio de Cirugía Médica de San Carlos. Al desmembrarse la expedición en Puerto Cabello, intentó regresar a la península para ingresar en el cuerpo armado en su lucha a favor de la independencia. Este grupo, por poner un ejemplo, llegó a vacunar a 56.000 niños en Colombia, 7.000 en un lugar de Ecuador, 22.276 en Perú… Se dice que esta expedición llegó a vacunar por el orden de 250.000 niños en todo su largo, dificultoso y complicado viaje. Otro que acompañó a Balmis en la expedición fue Antonio Gutiérrez Robledo. Madrileño venido al mundo en 1773, e hijo de un bordador de la Corte. Fue durante cinco años interno y externo del Colegio de Médicos y Cirugía de San Carlos. Junto a él se enroló Rafael Lázaro Pérez, que tuvo la responsabilidad de dirigir varias subexpediciones en el área andina; Basilio Bolaños, que trabajó al lado de Salvany y que regresó a la península desde Buenos Aires en 1803; Pedro Ortega, quien al final de la expedición solicitó a Balmis protección para sus dos hijos huérfanos por la muerte de éste, su colaborador; y Antonio Pastor, enfermero que junto a Balmis recorrió México, y quien al final de su vida quedó totalmente abandonado. Pero, además de nuestro personaje, que lo dejamos para el final, hubo una persona, y unos “personajillos”, a quienes queremos destacar: la persona fue Isabel Sendales y Gómez, única mujer entre los expedicionarios (primera mujer con una misión concreta en un barco, dado que, hasta entonces, sólo las prostitutas tenían cabida ocasional a bordo, pues existía la creencia generalizada de que las mujeres traían mala suerte en las largas travesías por mar), que puso a su propio y único hijo adoptivo como compañero de viaje. Fue una gran enfermera que atendió a los niños durante el periplo marinero. Por su trato con ellos, y por lograr que ninguno de ellos muriera durante la larga singladura viajera, el 14 de octubre de 1803 recibió grandes elogios por las autoridades locales americanas. Posteriormente, la Historia la considerará como la primera enfermera de la medicina hispana.


El Personaje: Pedro Joaquin del Barco y Espana

En cuanto a los “personajillos”, eran, los pobres, 22 niños expósitos que recibieron la medicina proveniente de otros diez transportados en carruaje desde Madrid. Todos ellos sacados de la Casa de Expósitos de La Coruña, a quienes se les bautizó con el nombre de “los niños vacuníferos”. Durante el largo viaje les hicieron sucesivas vacunaciones en ambos brazos con el objeto de arco y España, saliendo del puerto de La Coruña con mantener fresco el virus a Filipinas. de la viruela para, de esa forma, no perder el valor profiláctico. A su llegada a los lugares de destino, eran transportados a hombros por los indígenas. Su obligada labor fue esencial en el desarrollo de la propagación de la vacuna. Eran niños procedentes de todos los territorios peninsulares, y de los que, como “personajillos”, poco se sabe de ellos, aunque sí sus nombres y lugares de procedencia. Lo que sí se sabe es que durante el viaje fueron cuidados a cargo del erario público. Los requisitos que debieron cumplir fueron: ser mayores de ocho años y menores de diez, y que no hubieran pasado las viruelas naturales. Tuvieron que soportar, además de los pinchazos de rigor y de actuar como cobayas, la brisa marina que acariciaba sus rostros por primera vez. Una vez utilizados, no supieron qué hacer con ellos. Algunos murieron, otros quedaron abandonados a su suerte en tierras de ultramar y demás, como pudieron, al cabo de mucho tiempo regresaron a la península acogiéndose en sus lugares de origen. Previo a ello, y una vez de que el 5 de agosto de 1803 rey Carlos IV decidiera se enviara la expedición marítima, aparcados los proyectos de realizar varias expediciones y aceptar fuera una expedición conjunta, tras ultimar todos los preparativos, destacar que el viaje a los puertos de ultramar se inició en el puerto de La Coruña el 30 de noviembre del citado año. Era un día en el que el tiempo acompañaba. Una vez subida a bordo la tripulación y cargar las bodegas con gran cantidad de líquido vacunífero procedente de la Real Botica que estaba ubicada en Madrid, en unas dependencias del palacio real, las Islas Canarias fue el primer rumbo a tomar. El cargamento consistía en linfa de vacuna guardada entre placas de vidrio selladas herméticamente con parafina, quinientos ejemplares de un tratado que explicaba cómo vacunar y conservar la linfa, cuatro termómetros, cuatro barómetros, una máquina neumática para hacer el vacío en la preparación y conservación y libros donde se anotaban las incidencias.

Una vez de soltar amarras y poner velas al viento, la corbeta “María Pita” arribó en el archipiélago canario al cabo de diez días de navegación, concretamente en Santa Cruz de Tenerife, donde permaneció atracada en puerto hasta el 6 de enero de 1804. Realizadas tres vacunaciones generales en las que se transmitía la vacuna a toda persona que lo demandaba, se dispuso rumbo a Puerto Rico. Después de una penosa travesía por el Atlántico, la “María Pita” llegó sin novedad a la isla caribeña el 9 de febrero del mismo año. La expedición permanecerá en estas tierras hasta el 12 de marzo de 1804. Aunque la idea de zarpar de Puerto Rico estaba prevista para diez días antes, la corbeta “María Pita”, con menos niños de los deseados, pues hubo problemas, y con vientos poco favorables, y el desconocimiento de la costa por parte de la marinería, al estar obligada a tomar nuevas derrotas para esquivar a los hostiles ingleses, provocaron que el navío hiciera escala con urgencia en Puerto Cabello el 20 de marzo de 1804, en lugar de La Guayra, que era el lugar de destino, llevando un solo niño con la vacuna a punto de ser utilizada y a mucha distancia de donde las autoridades locales les esperaban. Una vez establecida la vacuna en Caracas, se envió a otros territorios de la Capitanía caraqueña, donde se crearon las Juntas de la Vacuna, concretamente la primera fue en la Isla Margarita el 23 de abril de 1804. Al expandirse la viruela de forma generalizada, se planteó y efectuó la división de la expedición para que la vacuna se difundiera más rápidamente: una dirigida por el propio Balmis, que puso rumbo a la América Septentrional, y otra, dirigida por Salvany, a la América Meridional. La que nos interesa, aunque las dos son muy importantes, es la de Balmis, por contar con la corbeta “María Pita” y, por supuesto, porque en ella se encontraba nuestro intrépido personaje: Pedro Joaquín del Barco y España. El 8 de mayo de 1804, Balmis y su equipo (Antonio Gutiérrez Robredo, Francisco Pastor, Pedro Ortega, Antonio Pastor y la rectora Isabel Sendales y Gómez, además de todos los niños que partieron de La Coruña), navegó dificultosamente por el Caribe, al alterar tanto la salud de los niños como la de los expedicionarios. Finalmente la corbeta fondeó en el puerto de La Habana, en la Isla de Cuba el 26 de mayo de 1804. Realizadas las operaciones vacuníferas pertinentes, y sin perder el tiempo, el 14 de junio del mismo año zarpó con dirección a la península de Yucatán. La “María Pita”” arribó al puerto de Sisal, el 25 de junio de 1804. Cuatro días más tarde, los expedicionarios llegaron a la ciudad de Mérida, donde comenzaron las vacunaciones. Ante el entusiasmo mostrado por las autoridades locales, Balmis decidió propagar la vacuna por Centroamérica. Mientras para esta campaña contó con su sobrino Francisco Pastor, el resto de los expedicionarios volvieron al puerto de Sisal para una vez en la corbeta, tomar rumbo a Veracruz el 19 de julio de 1804. La expedición llegó al puerto veracruzano cuatro días más tarde. Ante la desidia de las autoridades locales, la “María Pita” abandonó la ciudad-puerto el día 1 de agosto de 1804 con rumbo a Nueva España. Balmis tenía prisa por llegar a la ciudad de México para entregar los 22 niños que había sacado de La Coruña, quedando

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El Personaje: Pedro Joaquin del Barco y Espana Ilustración de un niño vacunándose.

así desembarazado para acudir a donde se tuviere por conveniente. La expedición llegó a la ciudad de México a las 10 de la noche del día 9 de agosto de 1804. Tampoco, y al igual que en la Isla de Cuba, encontró Balmis una buena acogida por las autoridades locales. Abandonada la capital, comenzó la vacunación tomando para ello a 26 niños mexicanos. Terminada la labor, y después de 53 días de ausencia de la capital novohispana, el 30 de diciembre de 1804, y después de ciertos preparativos, se estudia proseguir viaje para propagar la vacuna en el archipiélago filipino. Con tal noble objetivo, la expedición de Balmis zarpó rumbo a las Filipinas el día 7 de febrero de 1805 a bordo del navío “Magallanes”. Después de un horrible viaje por los mares del Pacífico y acabar su periplo al partir del puerto de Manila el 3 de septiembre de 1805 con dirección a Macao en la fragata “Diligente”, Balmis abandonó Asia en el mes de febrero de 1806 a bordo del navío portugués “Buen Jesús di Alem”, que hacía la ruta Macao-Lisboa. Después de seis meses de navegación, el director de la expedición llegó a Lisboa en la tarde del 14 de agosto de 1806. La expedición de Salvany fue tanto, o más, interesante que la de Balmis, pues desde Venezuela partió hacia Cartagena de Indias, Santa Fe, Quito, Lima, Cochabamba, Charcas y Chile. Cuestión que no tratamos por prolija, y por dedicarnos al seguimiento de nuestro personaje: Pedro Joaquín del Barco y España. Decir que ambas expediciones, o mejor dicho la “Expedición Filantrópica de la Vacuna”, finalizó el 10 de agosto de 1814 dado que Balmis regresó a México en 1810 para comprobar los avances de la vacuna. Cuando de nuevo volvió a su tierra, vía Cádiz, a bordo de la fragata “La Venganza” allá por el año 1813, encontró que su casa había sido saqueada durante las revueltas contra la ocupación napoleónica y los delirios de realeza del ministro extremeño Manuel de Godoy. Al darse estos acontecimientos, partió de nuevo a América en su sexto y último viaje. De regreso a España, murió en Madrid y en la pobreza cuando el calendario marcaba el año 1820. Rememoramos que la corbeta “María Pita” fue el navío elegido para transportar en las bodegas tan preciado elemento, y para que los personajes, y los “personajillos” paliaran, en la medida de lo posible, tan brutal pandemia que se había extendido por todo el planeta Tierra. Era, y fue, por tanto, nuestra historia, y la de nuestro verdadero personaje, el que nos interesa, el zierbenato que ostentaba por aquellas fechas el título de teniente de fragata, marino de probada valía, y que se encontraba destinado en la Comandancia de Matrícula de La Coruña, hasta que el 23 de octubre de 1803 recibiera el honor de ser capitán de fragata en el mencionado navío: la corbeta “María Pita”.

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Partió, como se ha dicho, con su barco-correo el 30 de noviembre de 1803 y no regresó a Lisboa hasta el 14 de agosto de 1806, procedente de Veracruz. Fecha en la que por su gran labor se le premió con un ascenso en su carrera —teniente de navío—, siendo, además, y como se ha dicho, admitido como Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, que le fue concedido por Real Orden de 27 de mayo de 1814, y una pensión vitalicia de 300 pesos fuertes anuales desde marzo de 1805, sobre las vacantes Mayores y Menores del Obispado de Buenos Aires. De los pobres niños, de los “personajillos”, de aquellos que murieron o quedaron abandonados a su suerte o regresaron a la península acogiéndose en sus lugares de origen, no se supo nada. De Salvany, se supo que murió en Cochabamba, afectado de una serie de enfermedades que pudieron con su delicada salud. De Balmis, se supo que falleció en Madrid y en la más absoluta de las pobrezas. Pero, ¿y, qué se supo de nuestro personaje? Decir que de Pedro Joaquín del Barco y España se supo, por lo que deducimos, muriera en 1818 asolado por la tristeza. Previo a ello, debemos dejar constancia que, mientras en varios documentos con poco rigor histórico y que pululan alegremente se dice que fue galardonado por su actuación en tan heroica expedición, nada más lejos de la realidad. Ésta, que siempre es tozuda, nos informa que en la Real Orden de 27 de mayo de 1814, dada en el palacio de Madrid, se lee: “Teniendo en consideración los dilatados méritos y servicios de D. Diego Joseph del Barco, teniente coronel, comandante de artillería y de las tropas del sitio de Laredo, en cuya toma fue gravemente herido, de cuyas resultas falleció, he venido a conceder a su padre D. Pedro Joaquín del Barco, la gracia de Cruz Supernumeraria de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. Tendréis entendido y dispondréis lo conveniente a su cumplimiento”. En consecuencia, aún reconociendo sus méritos, admitirle como Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, fue, en parte, por méritos propios, aunque, y sobre todo, lo fue por los méritos de su hijo. Empero, y sabido lo anterior, su hazaña no empaña tan brillante historial marinero. Es más, si detrás de la hazaña se escondía el interés, no menos meritorio de un padre que realizó tan enorme sacrificio al encontrarse enfermo, bajo la promesa de que sería una buena carta de recomendación ante el rey, para que sus jóvenes hijos ingresaran y acabaran sus estudios en el elitista Real Colegio de Artillería de Segovia, y de que pesaba en su ánimo de padre de familia numerosa la posible recompensa económica que le posibilitaría afrontar los grandes gastos que cuatro hijos cadetes requerían hasta que se graduasen como subtenientes, la muerte de su hijo mejor, Joseph María el 28 de marzo de 1811 en Tarragona y, sobre todo, la de su hijo mayor, Diego Joseph, el 26 de febrero de 1814 en Laredo, cavaron su tumba.


El Personaje: Pedro Joaquin del Barco y Espana Soportó, como pudo, junto a su esposa María Manuela, y los hijos que quedaban de tan bendecido matrimonio, los oficios que se celebraron en la Santa Iglesia Catedral de Santander por las solemnes exequias de su primogénito hijo muerto en la toma de Laredo, y exteriores fortificaciones de la Plaza de Santoña. Héroe de la Guerra de la Independencia a quien, como a su padre, la Historia parece haberles abandonado al no haber divulgado sus gloriosas gestas.

gevidad, hay quienes consideran que no ha dejado a la posteridad documentos históricos que puedan verdaderamente clasificarse como antiguos, ni monumentos arquitectónicos de relieve, ni grandes tesoros artísticos, ni ruinas de su pasada magnificencia como es el caso de otros más cercanos donde sí se percibe este tipo de huella impresa. Se convendrá en que, aparentemente, no parece haber aportado nada a la cultura humana que sea digno de tenerse en cuenta”.

Soportó, como pudo, al igual que otros muchos de la “Expedición Filantrópica de la Vacuna”, a los que tanto prometieron, y luego abandonaron, tener que suplicar el cobro de la pensión vitalicia de 300 pesos fuertes anuales concedidos en marzo de 1805 y, de la cual, a modo de súplica, el 24 de mayo de 1815, y en uno de sus escritos dirigidos a un superior suyo, se lee: “…/… cuya pensión no ha sido posible cobrar desde el año mil ochocientos siete por las consecuencias…/…”. Para, más adelante, y al igual que lo hiciera con sus hijos, pretender lo mismo con su nieto, fruto del matrimonio de su hija Florentina Manuela y del por entonces mariscal de campo Martín González de Menchaca, pues también se lee: “…/… A la piedad de V.M. se sirva pasarle dicha pensión al referido su nieto sobre las vacantes Mayores y Menores del Arzobispado de Santiago u otro de la península que V.M. tenga a bien señalar, destinándola para dar carrera a aquel joven dedicado al servicio de V.M.”.

Nada más lejos de la realidad, pues, para defender nuestras teorías, también apuntábamos: “…/… Pero lo que las miradas superficiales no alcanzan a discernir, la atenta consideración, en cambio, descubre sobre todo, una recia personalidad que no escapa al menor examen. Infinidad de cosas lo están pregonando: Institución propia, un entorno envidiable, agricultura, ganadería, minería, pesca, una fuerte incipiente industria, deportes, fiestas… Y más que nada, calidad humana de sus hijos. En definitiva, historia”.

Previo a esta súplica, de él, y de todos los expedicionarios en tan humanitaria misión, el propio Edward Jenner escribió: “No puedo imaginar que con los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”. Años más tarde, en 1825, y sobre el mismo acontecimiento, el propio Alexander von Humboldt escribía: “Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la Historia”.

La historia del zierbenatarra Pedro Joaquín del Barco y España es, junto a las de sus compañeros de viaje, una de las más bellas que se han escrito. No lo dice quien redacta este artículo, que al fin y al cabo no es más que un aficionado entusiasta por las cosas de nuestra querida tierra, sino personalidades como Edward Jenner, Alexander von Humboldt, Frederick Gowlard Hopkins, Grumberg, Milton Rizzi… pues así la ratifican. Zierbena tiene historia, mucha historia. Habrá, por tanto, que profundizar en ella. Sus hijos, si son como el caso de nuestro personaje, y el de su linaje, no pueden quedar en el olvido. De momento, con ellos y con los que están a la espera de que se les tenga en cuenta, permanecemos en deuda.

La Historia. La más antigua de las ciencias humanas. Esa que, a veces, se escribe a conveniencia, nos demuestra que en las épocas que nos ha tocado vivir, en las que constantemente nos informan de la fiebre de las vacas locas, de las fiebres aviares, de las fiebres porcinas y de no sabemos de cuantas pandemias más que amenazan a los humanos; de crisis económicas y de principios de autodeterminaciones así como de desagradables excesos cometidos por los gobernantes… para así compararla, bien podríamos manifestar aquello de: ¡La Historia se repite! Una vez analizada, interesante sería que el amable lector supiera que la “Expedición Filantrópica de la Vacuna” fue el primer programa oficial de vacunación en todo el planeta Tierra. Interesante sería, también, que reconsiderara lo que apuntábamos en el libro al que hemos aludido y que, en el segundo párrafo de este capítulo hemos hecho referencia. En él, y en su Introducción, entre otras cuestiones que considerábamos de interés, apuntábamos: “…/… que los zierbenatos y demás amigos de este bello rincón de Bizkaia, encuentren paralelamente en la suya propia las raíces del presente y sepan que este lugar es ese perfecto desconocido, donde, a pesar de conformar un pueblo de enorme lon-

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Zierbenako Arraun Kirol Elkartea Equipo 2009

ENTRENADOR

PREPARADORA FÍSICA

Patxi

Aitziber

Fernando

FRANCÉS

IBÁÑEZ

GARCÍA

Nacido en Donostia el 15-02-1958 Años Club 1

Nacida en Bilbao el 24-10-1975 Años Club 3

Nacido en Avilés el 30-11-1962 Años Club 3

PATRÓN

P

REMERO

P

MÉDICO

REMERO

P

CLUB: Zierbenako Arraun Kirol Elkartea AÑO DE FUNDACIÓN: 1881 FISIOTERAPEUTA NOMBRE TRAINERA: Antonio MALLO Zierbena Nacido en PRESIDENTE: Pravia el 28-03-1968 José Luis Herrerías Elosegui Años Club 3 REMERO

NP

P

REMERO

NP

Vicente

Ivan

Jorge

Jorge Palmiro

Julio

CARPINTERO

APARICIO

APARICIO

BOUZA

COTILLO

GONZÁLEZ

Nacido en Zierbena el 1-01-1978 Años Club13

Nacido en Santurtzi el 17-10-1966 Años Club 6

Nacido en Portugalete el 29-08-1977 Años Club 8

Nacido en Bilbao el 1-09-1976 Años Club1

Nacido en Castro Urdiales el 14-01-1977 Años Club 7

Nacido en Valladolid el 16-08-1980 Años Club 1

REMERO

NP

REMERO

P

REMERO

P

REMERO

NP

REMERO

NP

REMERO

NP

Eneko

Carlos Javier

Iván

Urtzi

Josu

Javier

ZABAL

GARCÍA

GÓMEZ

SAN JOSÉ

TORRE

DÍEZ

Nacido en Barakaldo el 11-10-1984 Años Club 1

Nacido en Bilbao el 28-12-1977 Años Club 7

Nacido en Muskiz el 14-12-1989 Años Club 6

Nacido en Barakaldo el 18-05-1983 Años Club 1

Nacido en Barakaldo el 25-03-1977 Años Club 1

Nacido en Bilbao el 14-10-1976 Años Club 1

REMERO

NP

REMERO

NP

REMERO

NP

REMERO

P

REMERO

P

REMERO

P

Antón

Xabier

Jon

Endika

Ramón

Jesús Pablo

FLORÍN

FERNÁNDEZ

MARTÍNEZ

PÉREZ

QUINTANILLA

MANTECÓN

Nacido en Rumanía el 08-04-1987 Años Club 1

Nacido en Hondarribia el 08-03-1976 Años Club 1

Nacido en Barakaldo el 22-03-1977 Años Club 2

Nacido en Barakaldo el 10-02-1989 Años Club 3

Nacido en Portugalete el 15-07-1974 Años Club 11

Nacido en Bilbao el 07-12-1982 Años Club 4

REMERO

P

Natxo

RODRÍGUEZ Nacido en Barakaldo el 24-10-1977 Años Club 3

REMERO

NP

REMERO

P

REMERO

P

REMERO

P

REMERO

P

Anartz

Aritz

Kepa

Iker

Endika

RUIZ

ALONSO

ALBIZUA

ROBERTSON

DE FRUTOS

Nacido en Getxo el 31-06-1979 Años Club 3

Nacido en Barakaldo el 14-10-1978 Años Club 4

Nacido en Bilbao el 22-06-1979 Años Club 1

Nacido en Barakaldo el 25-04-1983 Años Club 1

Nacido en Barakaldo el 29-09-1989 Años Club 4

REMERO

68

REMERO

José María

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

NP

REMERO

P

REMERO

NP

Beñat

Cristian

Ignacio

LANDA

CESTEROS

FERNÁNDEZ

Nacido en Bilbao el 11-04-1985 Años Club 3

Nacido en Barakaldo el 09-04-1991 Años Club 4

Nacido en Irún el 22-10-1974 Años Club 1



Clubes de la ARC, Grupo 1 (2009)

ASOCIACIÓN DE REMO DEL CANTÁBRICO KANTAURIKO ARRAUN ELKARTEA

70

Donostiarra Kaiarriba

Busturialdea Urdaibai

Itxasoko Ama

BUSTURIALDEA

Hondarribia Arraun Elkartea HONDARRIBIA

DONOSTIA

Isuntza Arraun Elkartea LEKEITIO

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea ZIERBENA

Ondarroa Arraun Elkartea ONDARROA

Club de Remo San Nicolás PORTUGALETE

Orio Arraunketa Elkartea ORIO

Club de Remo Camargo VALLE DE CAMARGO

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

Pasai Donibane Iberdrola PASAIA

SANTURTZI

S.D.R. Astillero ASTILLERO


Clubes de la ARC, Grupo 1 (2009)

ASOCIACIÓN DE REMO DEL CANTÁBRICO KANTAURIKO ARRAUN ELKARTEA

“KORUKO AMA”

“ARTARRI”

“AMA GUADALUPEKOA”

“SOTERA”

Donostiarra Kaiarriba

Busturialdea Urdaibai

Itsasoko Ama

DONOSTIA

BUSTURIALDEA

Hondarribia Arraun Elkartea HONDARRIBIA

“LEKITXARRA”

“ZIERBENA”

“ANTIGUAKO AMA”

“JARRILLERA”

Ondarroa Arraun Elkartea ONDARROA

Club de Remo San Nicolás PORTUGALETE

“ERREKA”

“SAN JOSÉ XXII”

Pasai Donibane Iberdrola PASAIA

S.D.R. Astillero

Isuntza Arraun Elkartea LEKEITIO

“KANPA”

Orio Arraunketa Elkartea ORIO

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea ZIERBENA

“VIRGEN DEL CARMEN”

Club de Remo Camargo VALLE DE CAMARGO

SANTURTZI

ASTILLERO

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea

71


Calendario de Regatas de la ARC, Grupo 1 (2009)

ASOCIACIÓN DE REMO DEL CANTÁBRICO KANTAURIKO ARRAUN ELKARTEA

Regatas Temporada 2009, Grupo 1 27-06-2009 28-06-2009 05-07-2009 11-07-2009 12-07-2009 18-07-2009 19-07-2009 25-07-2009 26-07-2009 01-08-2009 02-08-2009 15-08-2009 16-08-2009 22-08-2009 23-08-2009 29-08-2009 30-08-2009

72

II BANDERA DONOSTIARRA MOYUA II BANDERA AMBILAMP - RECICLADO LA LUZ XII BANDERA DE LA RIOJA XXX BANDERA ILMO. AYTO. DE SANTURTZI XII BANDERA DE ELANTXOBE II BANDERA BIXIGU FESTA - ORIO ESTILORA XI BANDERA REAL ASTILLERO DE GUARNIZO XXV BANDERA DE PASAIA XXIV EL CORREO IKURRIÑA - BBK SARI NAGUSIA XXV BANDERA DE ONDARROA II BANDERA AYTO. DE SAN VICENTE DE LA BARQUERA II BANDERA DE CASTRO - III MEMORIAL A. IBÁÑEZ XXXVI BANDERA CIUDAD DE CASTRO URDIALES XIX BANDERA AYUNTAMIENTO DE CAMARGO XV REGATA DE PROMOCIÓN DE HONDARRIBIA XXVI BANDERA PETRONOR XXVII BANDERA NOBLE VILLA DE PORTUGALETE

Zierbenako Arraun Kirol Elkartea


a B n I d V e r X a X


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