รกlbum 86
Phototrip
Enrejado
Parques protejidos de la gente en Umacollo
Foto: AngĂŠlica Mendoza
Agosto de 2012 Álbum 86 / Año 2 Arequipa - Perú
Las fotos publicadas en este álbum pertenecen a sus respectivos autores, si está interesado en adquirirlas comuniquese a nuestro correo electrónico coordinacion@phototrip.pe para ponerlo en contacto. Foto: Enrique Durand
Integrantes de Phototrip: Angélica Mendoza Reynaldo Bedoya Enrique Durand
Fotografía Carátula: Enrique Durand Diseño: Reynaldo Bedoya
Foto: Reynaldo Bedoya
Foto: Angélica Mendoza
Desde niño me acostumbré a los parques. Era que tenía uno a pocas cuadras de la casa: el mítico parque Grau, bajando por el gran resbalón, junto al puente. A poco estaba también el parque Bolognesi, al costado del Inter, y el Selva Alegre, lleno de árboles y bullicio. Algunos años después nos cambiamos con la familia al querido Umacollo, y allí nos encontramos, mis hermanas y yo, de súbito rodeados por montones de parques, parquecitos, plazas y verdes en un lugarcito de la ciudad lleno de árboles como pocos. Ese espíritu ha quedado no sólo en mí. Estoy seguro que miles de arequipeños tienen una historia particular con parques, plazas y verdes en todas partes, y es que son plataformas para todo: sitios de recreo, refugios para el amor, la juerga, la reflexión, o el simple y olvidado arte de caminar entre los árboles, sentarse a leer un libro y no hacer absolutamente nada más. El tiempo ha querido que debamos ahora ver como los viejos verdes a la vuelta de la esquina sucumban a nuestras paranoias sociales de control, y se conviertan en jaulas cerradas con crueles candados. Del anciano parque de banquitas destartaladas y árboles torcidos apenas queda un recuerdo tras los barrotes que lo alejan de la gente y lo convierten en un invernadero abandonado. Y los parques no son eso, como verán en las fotos de este álbum entrañable: cuando un par de niños, tan sólo, lo invaden correteando entre piletas y bustos desconocidos, regresa el aroma de jacarandás, sauces, molles y pinos, vuelven a florecer los geranios, las coquetas margaritas y otras flores de género indescifrable, y se reúnen los momentos más felices de nuevo: el juego, la pícara sonrisa, incluso la sangre de las rodillas raspadas, que abona la infancia de los chicos y también la nuestra. Enrique Durand
Foto: Reynaldo Bedoya
Espacio Encerrado
o
Lugares que llaman a jugar, pero estĂĄn atrapados, alejando a sus verdaderos dueĂąos... los niĂąos
Foto: Enrique Durand
Foto: Reynaldo Bedoya
Foto: Angélica Mendoza
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Foto: Enrique Durand
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Foto: AngĂŠlica Mendoza
Foto: Enrique Durand
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Foto: Enrique Durand
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Solitarios, pero con ganas de jugar...
Foto: Reynaldo Bedoya
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Foto: AngĂŠlica Mendoza
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Foto: Enrique Durand
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Foto: Angélica Mendoza
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Carteles
Foto: Angélica Mendoza
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