El potrito, talabartería, sombrerería y jarciería: ensayo fotográfico sobre la incertidumbre.
Pilar Perez
El potrito, talabartería, sombrerería y jarciería: ensayo fotográfico sobre la incertidumbre.
Entrada principal del mercado Unidad Veracruzana, en la calle Juan Soto del centro de Veracruz.
Callejón Cañonero tampico, por el cual se entra hacia la talabartería desde la calle Miguel Hidalgo.
Exterior de el local El Potrito, donde el Maestro Arturo Ortiz Pulido, desde que se regresó de la Ciudad de México, donde laboró como docente. Se dedica a trabajar con pieles, haciendo cualquier encargo que le pidan, incluso a veces reparar zapatos.
En el interior del local, don Arturo, además de trabajar, duerme, se baña y pasa casi todo su día.
<<Lo
que pasa es que yo aquí estuve hasta los 15 años y aprendí algo de la talabertería con mis hermanos y había dinero porque antes había ganado, había gente que compraba fuerte, y había dinero. Pero ya últimamente el campo se ha ido a labaja, ya las sillas de montar vendo una que otra. Ahorita estoy vistiendo una silla de montar, la di en 3,400 pesos pero el hombre me está pagando en abonos. Me dio $710 y hace cuatro días me dio 300 pesos, le dije oiga patrón quedamos en que son 4 pagos, mínimo deberían de ser 800 cada pago. Pero así como me lo va pagando así le voy avanzando>>.
<<En
el 86 se quemó el mercado, un poste con el transformador empezó a sacar chispas a las tres de la mañana y un amigo que ya murió, él me dijo que él vio que estaba echando chispas, quiso apagarlo con su extinguidor y llegaron los policías y le dijeron no, no lo apague, deje que continúe y contunió el incendio y se quemaron un chorro de puestos ahí. No quedó nada de lo que era esto, cuando supe que se quemó yo lloré. El seguro que teníamos le dio una miseria, se perdieron más de 100 mil pesos y le dieron nadamás 3 mil pesos. Yo le dije a mi hermano, no te preocupes hermano, yo ahorita estoy becado y me van a dar una lana por el trabajo, yo los voy a apoyar y así lo hice, los apoyé. El incendio fue el 27 de Febrero de 1986, mi papá murió el 27 de Febrero de 1999, 13 años después, ¿Coincidencia?... No sé por qué ese día ha traído mala suerte, no me gusta ni recordarlo. Esa tarjeta es vieja, de cuando el negocio estaba bien, es un recuerdo que guardo de los buenos tiempos>>.
Dentro del local don Arturo tenía dos cajas donde guardó por años los recuerdos de su vida como estudiante y académico las cuales abrió para sacar todos los libros y cuadernos que allí habían.
Entre los libros guardados se encontraba una copia de su tesis de maestría, que trata del estudio microscópico de las fases del cobre cadmio. La original se encuentra disponible físico en la biblioteca de la UNAM.
Para realizar su tesis tuvo que investigar los químicos que debía usar para perforar los elementos que debía observar. El metal que perforó para observar en el microscopio tenía aproximadamente el tamaño de aquella punta con la que toca la moneda, “como del tamaño de un confetti”, se perfora con ácido un agujero del tamaño de un poro y justo ahí en ese agujero se observa con el microscopio lo que aparce en las fotografías. Durante su investigación tomó y reveló más de 300 fotos con las que ilustró su trabajo de tesis.
En el 82 su trabajo sobre la super estructura exagonal en el sistema Cu Cd que descubrió mediante el patrón de difracción durante la realización de su Tesis en conjunto con el Dr. Gabriel Torres, fue publicado en un libro del congreso de Microscopía Electrónica que compila trabajos de investigadores de todo el mundo. Su asesor de tesis y co investigador viajó a Hamburgo, Alemania a dicho congreso con los gastos pagados.
<<Sí, yo me quedé aquí por mi papá, porque se quedó solo, mi mamá se fue a puebla, se pelearon, mi papá ya estaba grande. Yo todo esto lo sé hacer, lo aprendí desde chiquito viendo trabajar a mi papá, pero la verdad lo mío son las matemáticas y la investigación>>.
Un articulo extraído de su tesis en el cual se habla sobre el hallazgo de la super estructura antes mencionada fue publicada en el catálogo de Metalurgia, docencia e investigación en 1983, año en que viajó a Morelia, Michoacán al congreso de física a realizar una ponencia sobre su trabajo.
<<Cuando salí de la prepa yo le dije a mis papás que quería estudiar la carrera, que quería irme al Df, mi madre me dijo que para qué quería estudiar, que me quedara a trabajar como mis hermanos, pero yo le dije a mi padre que yo era bueno en la escuela y que quería superarme, mi padre y mi hermano me apoyaron para que me fuera. pero nunca me mandaron dinero, yo todo el tiempo estuve becado. Terminé mi licenciatura y me fui a la UNAM a estudiar la maestría, luego quise irme a Londres a estudiar el doctorado, metí mis papeles y sí me aceptaron, pero fue en el tiempo en el que López Portillo dijo que iba a defender el peso como un perro... me dijeron que no había dinero para darme la beca, yo no me podía pagar mi estancia allá y la escuela nadamás me iba a pagar los estudios, no la renta ni las comidas, por eso no me pude ir. Un amigo me ofreció hacer el doctorado en la UAM Iztapalapa y ahí mismo empecé a trabajar de maestro, me daban un buen sueldo, pero en el último trimestre que trabajé para ellos no me pagaron ese trimestre que porque no salió mi plaza, y que le digo, sabes qué, yo tengo trabajando para ustedes cuatro años, cómo va a ser que en el último trimestre me hagan eso, yo necesito el dinero, yo voy al día, no tengo dinero para aguantar otro trimestre. Voy y le digo a mi asesor, sabe qué doc, no me han pagado, yo necesito que me haga un préstamo, tengo mi mustang empeñado, tenía un mustang. Y me comentó: no, yo no puedo hacer nada. Entonces yo le dije sabe qué doc, dígame a quien le doy el trabajo que ya empecé porque yo ya me voy. Yo estoy trabajando con desánimo, no tengo dinero, yo voy a dejar mi mustang empeñado en la pensión... y ya, me despedí de él. Ya a los 2 meses regresé por mi mustang, me vine con mi padre a trabajar, porque mi padre me pedía dinero, y ya, me quedé acá, nadamás volví yo por el carro>>.
Sus pilas de libros re acomodados, <<Gracias, porque me has hecho recordar mi vida>>, me dijo.
<<Vámonos. Te
acompaño porque a veces por aquí es peligroso andar solo>>.