“Hechizos de Amor Libertad” “Hechizos deyAmor y Libertad”
¡Santiago! Wilfredo Freytes Acrílico sobre lienzo 30x40
Sincretismo Wilfredo Freytes Acrílico sobre lienzo 30x40
Desvelo de Vejigantes Wilfredo Freytes Acrílico sobre lienzo 6 individuales 12x16
La Consulta Isabel Zorrilla Acrílico sobre lienzo 36x48
Prisioneros del Olvido Isabel Zorrilla Acrílico sobre lienzo 40x60
Alma Adentro Isabel Zorrilla Acrílico sobre lienzo 40x60
Una Vision de la Negritud
por José Antonio Pérez Ruiz Las obras realizadas por Isabel Zorrilla y Wilfredo Freytes son reveladoras. Su exposición colectiva se celebrará el 24 de febrero de 2011 en el Museo de Arte e Historia de Arecibo, Puerto Rico. Cada uno de ellos ha respetado el estilo del otro aunque han logrado conservar la unidad temática que les ha permitido compendiar las tribulaciones del momento histórico en que han desarrollado sus lienzos. Ellos convierten a sus autores en testigos del acontecer, pues representan el ser humano en el marco de su cotidianidad; aunque se toman licencias poéticas y respiran el aire fresco de quimeras restauradoras para obtener balances espirituales adecuados. Ese es el caso de la flor que absorbe las almas y las dos sirenas que se entrelazan. A través de ellas, los artistas responden a leyendas y percepciones procedentes de brumas pretéritas. Dan así a la colección toques enigmáticos que fluyen en medio de realidades alarmantes con naturalidad. Ambos creadores han tomado de las historia afrocaribeña rostros característicos que integran tiempo y tradición. Evidencian así profundidad desde sus perspectivas individuales y han permitido al presente servir de agente nutriente al acontecer anterior. Ejemplo de lo antes aludido son las creaturas marinas de Freytes que parecen integradas por genéticas variadas, demostrativas de un mestizaje ilimitado. Así mismo la aludida flor de loto de Isabel Zorrilla parece dar paso a orbes particulares como es el caso de Haití. Dichos cuadros sirven por tanto de escenario de acceso a sus respectivas temáticas. La segunda adquiere aspectos serpentinos que incorporan toda una gama de cultos esotéricos que en el plano intelectual conformarían un ser cuya característica adquiere poderes totémicos. Sin embargo, el impacto que generan, ubica estas sirenas en el reino de lo afectivo. De esta manera el autor conforma una especie exótica, solo concebible en los predios imaginativos que al salir de ese marco pueden anidar en otras mentes en calidad de emigrantes fantasiosas. Es menester indicar que existen en dichas presencias, cierto sentido devocional no accesible a profanos.
La producción de Zorrilla aparenta haber sido realizada al compás de ritmos danzantes. En la mayoría de sus concepciones, esa musicalidad se incrementa con el empleo de matices ígneos que fluyen sobre los inquilinos de las respectivas telas, al punto que estas atmósferas llegan a poseerlas. Hay que indicar, la existencia de personajes que emergen del diario vivir, procedentes de mundos legendarios. Éstos se revelan cual anacronismos. En ese renglón se encuentran la portadora de peces, Mambo La Sirenne, una deidad femenina de los océanos que trae sus ofrendas marinas, como dones. Su aspecto siempre juvenil, trae a escena existencias que transcurren en un estado indefinido que se encuentra al margen del espacio y el devenir. Su materialización solo se da en momentos especiales cuando las circunstancias le requieren como una invitada por la evocación de sus creyentes. En ese instante emerge de su estado de suspensión existencial para compartir quizás un instante fugaz e inolvidable. Un aspecto en la labor de Isabel que amerita mención son los rostros de los niños, hijos de mortales que reflejan las angustias y esperanzas de sus progenitores irrealizables y a la vez irreconciliables, le colocan al margen de las tragedias que nos acosan. También el Crucificado entra en acción en el preciso lapso en que se hace imprescindible la renovación de un proceso de redención. No es raro, que los óleos que efectuó a renglón seguido aludan a gestiones de la vida humana. Por su parte, Freytes, nos trae a un plano más local de la negritud y sus manifestaciones actuales en el ámbito isleño. Trae a la consideración pública personajes retratados probablemente en actos festivos o devocionales, unos de carácter callejeros y otros en planos íntimos. A este respecto, realiza funciones entre el ser captado y el tipo humano que representa en el contexto comunitario. Esa labor simbiótica emerge de transacciones sincréticas acaecidas en el trasiego ordinario. Activa los engranajes pertinentes para encender el hilo movilizador del sentimiento boricua alusivo a las etnias que habitan en nuestros
fueros internos. Emergen de ese fenómeno aspiraciones en torno a los roles a representar en el teatro comunal del pueblo, no obstante, atiende además los sucesos que ocurren tras bambalinas. El contemplador puede captar el impacto del folklore y su férrea resistencia al llamado progreso. Se trata de un fenómeno de resistencia cultural, espiritual y política que se escenifica en las profundidades del ser entre aquellos que profesan actitudes anímicas que parecen contradictorias. Todo lo antes mencionado es reunido en la figura del Babalao quien por la simbología que acompaña el atuendo sacerdotal y la dureza de su mirada parece encontrarse en proceso de trance hacia espacios incorpóreos donde se hace posible el estado profético. Su hábito ritual, refleja todo el bagaje afro-islámico-cristiano donde desfilan elementos difíciles de explicar. Hay que indicar la existencia de máscaras carnavalescas de vejigantes, que guardan chispas rituales, transmitidas por el pintor, para representar en el plano terrenal, poderes de otras esferas. Por su parte, trae a colación un paisajismo cuyos follajes pueden albergar lo temporal y lo atemporal, pues Freytes se empeña en alcanzar esos estados de encuentro entre los elementos comunes y los sublimes. Resulta relevante decir que las palmas son símbolo visible de Legba deidad patriarcal que desempeña un factor importante en la cosmovisión yoruba. La exposición hoy reseñada marca en mi opinión, un salto cualitativo en las artes regionales del sector norteño donde coexistimos. Percibo en el conjunto cambios notables que darán luz verde a pasos de constante superación que expondrán con mayor eficiencia las tremulaciones que nos agitan. El tiempo dirá los resultados que obtendrán.
Isabel Zorrilla Nació el 24 de diciembre en Santurce, Puerto Rico pero el pueblo de Manatí ha sido el escenario donde ha protagonizado toda su vida. Hija de don Pedro Zorrilla y doña Isabel Santana. Es Bachiller en Humanidades con concentración en Bellas Artes en la UPR. Está casada con Wilfredo Vilá; tienen cuatro hijos, María Isabel, Bárbara, Teresa y Damián, y dos nietos, Sebastián y Leonardo. Desde pequeña se enamoró de la pintura. Al retirarse de una exitosa carrera profesional en el mundo de los negocios da rienda suelta a su vocación artística y comienza pintar con la intensidad que la caracteriza. Ha pertenecido a grupos artísticos como EKO, Factor 5 y actualmente es miembro del Grupo de Pintores Manatieños. Ha participado en diferentes colectivas en ; en el Museo de Arte de Puerto Rico, Centro Cultural de San Lorenzo, el Museo de Arte Contemporáneo, Casa Borinquen, la Biblioteca Carnegie, Citibank, el Museo Parque de Bombas de Ponce, el Salón de los Poetas de Manatí y el Teatro Taboas de Manatí. Sus obras están en colecciones privadas en Puerto Rico, Argentina, Chile, México y España. Isabel pinta con vigor, con fuerza expresiva, con un buen dominio de la forma y el color, el movimiento y los patrones rítmicos; cada una de sus pinturas cuenta una historia nacida de su paisaje interior. Mediante la textura dramatiza el carácter de su expresión pictórica. Su obra es de carácter esotérico; transporta con amorosa fidelidad sus sentimientos en el lienzo, tocando las fibras íntimas del alma con su sensibilidad, su energía y su creatividad. En esta colección, la temática, la paleta y el ritmo de las pinceladas materializan el espíritu caribeño y negroide del mundo antillano.
Blue Acrílico sobre lienzo 36x48
Marassa Acrílico sobre lienzo 40x60
Vilokan... el principio Acrílico sobre lienzo 16x20 Lluvia de Promesas Acrílico sobre lienzo 20x47
Remiendos Acrílico sobre lienzo 60x40
Incertidumbre Acrílico sobre lienzo 14x11 Gestación 1 Acrílico sobre lienzo 20x16
Aflicción Acrílico sobre lienzo 14x11
Gestación 2 Acrílico sobre lienzo 20x16
Mambo La Sirene Acrílico sobre lienzo 24x48
Therese Acrílico sobre lienzo 20x20
Dambala Acrílico sobre lienzo 47x60
Dogma Acrílico sobre lienzo 40x60
Redención Acrílico sobre lienzo 22x30
Wilfredo Freytes Wilfredo Freytes Colón, se ha dado a conocer desde su infancia por su polifacético talento, en particular la plástica. Su pasión por la pintura tuvo su primera impresión desde el momento en que pintó un óleo en la escuela elemental, José de Diego de su natal Manatí. Ingresó al Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Mayagüez, hoy RUM, cursando allí un bachillerato en Ingeniería Civil. La educación académica y el grado alcanzado por Wilfredo afianzaron su pasión por las artes durante su ilustración profesional. Rara vez dejó escapar la oportunidad de tomar clases electivas enfocadas a las artes.
Brújula Acrílico sobre lienzo 36x36
Concluido su Bachillerato, obtuvo una Maestría en Planificación Ambiental en la Universidad de Puerto Rico. Por sus destrezas innatas en las artes y la pintura, mientras realizaba sus trabajos de ingeniería, Freytes apreció con detenimiento la naturaleza virgen de los paisajes que le gravaban en su ánimo y que su fecunda imaginación con generosa policromía nos obsequia en sus trabajos. Como ejemplo de su quehacer en la afirmación cultural, este artista de pura y rancia cepa puertorriqueña, trae con frecuencia a nuestra atención de manera muy natural temas africanos y tainos dentro del mundo caribeño. También, nos presenta escenas llenas de música, baile en celebraciones culturales y folclóricas. Temas del diario vivir y paisajes urbanos se integran para describir estados de ánimos y tensiones que marcan la vida cotidiana.
Infancia en espacios azules Acrílico sobre lienzo 20x30 Vejigantes en Cortejo Acrílico sobre lienzo 20x16
El despliegue del crónico drama haitiano replanteado con mayor intensidad luego del terremoto no le es ajeno. Presenta niños de esperanzados ante la vida y ávidos a confrontarla. 6 de septiembre de 2002 / Galería Ridel en Río Piedras. 9 de octubre de 2004 / Salón de los Poetas en Manatí
Manatieños
Creceremos Acrílico sobre lienzo 48x48
Ha participado en las cuatro “Colectivas de Pintores Manatieños” Museo de Arte de Cabo Rojo; Biblioteca Carnegie, San Juan 26 de mayo de 2009 / Museo de Arte e Historia de Arecibo de en la exposición Colectiva de Pintores
Casita de Playa Acrílico sobre lienzo 36x36
Promesasde un Amanecer 1 Acrílico sobre lienzo 36x84
Dilogumm Acrílico sobre lienzo 30x80
Amarre Cangrejero Acrílico sobre lienzo 48x24
Promesasde un Amanecer 2 Acrílico sobre lienzo 36x84
Sirena Cantoras Acrílico sobre lienzo 24x90
De colores la vida está llena Acrílico sobre lienzo 3xx110
“Hechizos de Amor y Li
Hechizos de Amor y Libertad” CREDITOS:
Ensayo: José Antonio Pérez Ruiz Fotografia: Wilfredo Freytes Isabel Zorrilla
Arte: Pineapple Studio
Imprenta: Extreme Graphics Enmarcado: Osviarte
Curaduria: Aby Ruiz y equipo del MAHA Agradecimientos: Jose Antonio Pérez Ruiz Nora Quintero Aida Freytes Wilo Vilá Enid Alvarez
Tel. (787) 874-6698 Cel. (787) 249-8058