CONSEJO PARA LA PROTECCION DE LA VIDA NATURAL Y DEL MEDIO AMBIENTE Declaración de Principios
1.- Los desafíos que enfrenta Chile para alcanzar un futuro sostenible, proyectado al siglo XXI y de cara al Bicentenario, hacen necesario abrir espacios de acción y diálogo en relación al debate medioambiental a fin de poner al país a la altura de los valores esenciales para proteger la vida y la salud de las personas y preservar nuestros recursos naturales. 2.- La conciencia ecológica se ha ido incrementando y extendiendo gradualmente, a medida que comienzan a evidenciarse y hacerse palpables los límites de los recursos naturales, tanto renovables como no renovables, y los efectos nocivos de la contaminación del aire, de las aguas, de la contaminación acústica y del entorno en general. 3.- El que las Naciones Unidas, a partir del año 72, haya creado e impulsado el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, y que se hayan realizado numerosas cumbres internacionales para obtener compromisos ambientales y sociales, a los cuáles ha concurrido también nuestro país con el fin de generar políticas y procesos que armonicen y compatibilicen las actividades humanas con otros modos y costumbres de vida. 4. La necesidad de una utilización sustentable de los recursos naturales, considerando principios éticos, la necesidad del desarrollo humano, criterios de equidad social, transparencia institucional, solidaridad generacional y de protección ambiental, en conjunto con los criterios económicos indispensables para la toma de decisiones. 5. La conveniencia de perfeccionar nuestras políticas públicas y de generar una institucionalidad ambiental eficaz y transparente, complementada con herramientas de gestión ciudadana e incentivos adecuados que garanticen una participación activa y responsable de los distintos estamentos de la sociedad. 6.- El que Chile, no ajeno a los problemas globales, tiene también sus propios desafíos en materia socio ambiental, entre ellos la erosión y desertificación que compromete a cerca del 60% del territorio nacional, no dejando al margen ninguna región de Chile. 7.- El que nuestro país presenta un pasivo ambiental histórico producto de la acumulación de residuos industriales, mineros y domiciliarios que requieren de una urgente implementación de planes de reciclaje, de descontaminación y de rehabilitación.
8.- El que el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas por el Estado, representa el 19% del territorio nacional; que el 80% de estas áreas corresponde a la mitad del territorio de la Zona Austral y de la Patagonia Chilena, y que en consecuencia se requiere de mecanismos para conservar la biodiversidad en el territorio nacional y de las Áreas Marinas Protegidas. 9.- La conveniencia de establecer instrumentos de evaluación socio-ambiental eficaces para armonizar las distintas actividades públicas y privadas a lo largo y ancho del territorio nacional, como son el Ordenamiento y la Estabilidad Territorial, el Cuidado del Borde Costero y de Nuestras Cuencas. 10.- El alto grado de contaminación atmosférica y de saturación acústica que tienen muchas ciudades del país, que requieren para su pronta mejoría de un proceso de descentralización más vital y comprometido, así como de la implementación urgente de instrumentos y políticas que produzcan los incentivos adecuados para proteger en forma eficaz la salud y las condiciones de vida de las personas. 11.- La responsabilidad de los seres humanos en el cuidado de los animales, de tal forma que no se les haga sufrir innecesaria e irresponsablemente. Para ello, es deber de la sociedad educar para su cuidado y mantención responsable. 12.- El que la protección de los recursos naturales, del medioambiente y de la sustentabilidad de nuestro desarrollo no constituyen temas que puedan ser monopolizados en forma exclusiva por los movimientos ecologistas y ambientales de un determinado sector o partido político, sino que es una obligación que debe ser asumida responsablemente por todos los ciudadanos de nuestro país. 13.- Que los efectos que está causando el cambio climático en el mundo y en particular en Chile, hacen necesario no sólo cumplir con los compromisos internacionales, sino que además generar compromisos propios e incentivos adecuados a nivel país para proteger nuestro comercio exterior en relación con la huella de carbono además de políticas de mitigación y de adaptación para enfrentar esta nueva realidad planetaria que modifica fundamentalmente los ciclos hidrológicos, las temperaturas, los ecosistemas y las distintas áreas de la actividad humana. 14.- La evidente necesidad de contar con mecanismos de participación ciudadana equilibrados y justos que colaboren a la conservación de la biodiversidad, a la evaluación de impactos socio-ambientales, al cuidado de la salud y calidad de vida de sus habitantes, al resguardo de la propiedad privada, a la preservación de las áreas protegidas, a la adaptación al cambio climático y finalmente a un adecuado manejo de los recursos naturales.
Es que venimos en conformar el CONSEJO DE PROTECCION DE LA VIDA NATURAL Y DEL MEDIO AMBIENTE con el propósito de promover la conciencia ciudadana e impulsar políticas y proyectos que permitan enfrentar en forma positiva los desafíos socio ambientales que tiene Chile, generando alianzas y acuerdos de colaboración para alcanzar los objetivos de sustentabilidad social y ambiental que debe trazarse nuestro país en su senda de crecimiento y progreso.