Ana Barahona, Edna Suárez y Hans-Jörg Rheinberger
ganismo y lo que es meramente parte de un organismo, un supuesto que –como sugeriré– es altamente problemático. Sin duda es poco controvertido darse cuenta de que la selección natural con frecuencia escogerá a aquellos que mejor cooperan con los organismos con los cuales interactúan. Ésta es tan solo una manera de adaptarse al ambiente, cuya parte más sobresaliente son los otros organismos que lo habitan. Sin embargo, quiero ir un paso más allá y sugerir que la integración o fusión con otros organismos (o entidades biológicas suborganísmicas) es un proceso central por el cual evolucionan los organismos. Dicho proceso ha sido llamado endosimbiosis y generalmente se asocia con las ideas de Lynn Margulis (1970) sobre los orígenes de la célula eucarionte.7 Hoy en día, se reconoce universalmente que la mitocondria que provee la fuente de energía para todas las células eucariontes, y los cloroplastos que efectúan la fotosíntesis en plantas, fueron ambos organismos de vida libre, pero ahora se reproducen de manera más o menos independiente, pero son constituyentes totalmente dependientes de células más grandes. Aunque los detalles son mucho más controversiales, muchos autores también creen que gran parte de la célula eucarionte misma deriva de una fusión entre dos procariontes, tal vez una bacteria y un archaeon. Los ejemplos mencionados son muestra de una endosimbiosis totalmente obligada: las mitocondrias son partes de las células eucariontes y ya no se cuestiona por qué están actuando altruistamente en favor de la célula que las contiene, como no se cuestiona por qué mi hígado actúa altruistamente hacia mí. Sin embargo, es importante darse cuenta que la endosimbiosis es algo que puede evolucionar en un largo periodo de tiempo, y mientras tanto puede consistir en un rango de grados de interdependencia que van de la cooperación condicional y recíproca a la endosimbiosis completa. Hay, por ejemplo, casos bien estudiados de grados variantes de endosimbiosis entre insectos y bacterias Buchnera aphidicola, una endosimbionte de áfidos que ha estado asociada con sus hospederos por más de 200 millones de años y ha perdido su habilidad para llevar a cabo funciones metabólicas por sí misma. A Wolbachia, por otro lado, un género de bacteria asociada con un rango muy amplio de especies de artrópodos, incluyendo tal vez la mitad de todas las especies de insectos, se le clasifica frecuentemente como un parásito. Las Wolbachia son particularmente interesantes por su habilidad para controlar el comportamiento reproductivo de sus hospederos. Algunas pueden matar o feminizar a los machos, o inducir partenogénesis. También pueden inducir incompatibilidad reproductiva entre insectos infectados con diferentes cepas de Wolbachia, lo cual posiblemente juega un papel fundamental en la especiación. 7 Margulis y Sagan (2002) presentan un argumento más amplio sobre la importancia evolutiva de lo que yo llamo evolución por fusión.
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Darwin�el arte de hacer ciencia.170
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06/12/2011
08�13�49 p.m.