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Los inicios (LA formAción de Los criterios institucionALes

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Los inicios (LA formAción de Los criterios institucionALes)

Establecer un punto de quiebre a fines del siglo XIX en la conformación de los ejércitos modernos en América Latina es un asunto que, a estas alturas, no necesita argumentarse. Los diferentes procesos modernizadores acaecidos en los países de la región indujeron la institucionalización del aparato estatal, encontrándose entre las tareas a realizar lo concerniente a las fuerzas armadas. De esta manera, los objetivos institucionales que empezaron a vislumbrarse no estuvieron desligados de las necesidades derivadas de la construcción de estos estados nacionales, pero lo particular del proceso seguido por estas instituciones en el cumplimiento de las funciones que se les asignaban fue cómo se generó una tensión entre el sentido corporativo que desarrollaron, siguiendo las tradiciones impuestas por las misiones militares europeas que se encargaron de reorganizarlas y, por otro lado, el registro que fueron formando acerca del comportamiento de las otras instituciones y actores estatales y sociales respecto de estos mismos fines.

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Una de las cuestiones que estuvo en el centro mismo del interés otorgado a la modernización de los ejércitos fue el territorio. Una situación heredada de la época colonial fue la ausencia de una adecuada delimitación del espacio sobre el cual el Estado debía asentar su jurisdicción. En el Perú se tomó conciencia de este estado de cosas de manera dramática. Habían transcurrido más de cincuenta años de haberse declarado la independencia de España, y el país aún no lograba construir una noción medianamente clara sobre sus contornos territoriales. El Perú limitaba con cinco países y, paradójicamente, la única frontera que tuvo criterios ciertos para su delimitación fue la mantenida con Chile. La derrota estrepitosa en la Guerra del Pacífico incorporó a ésta en los problemas pendientes de solución.

Ahora bien, salvo el ambiente generado con Chile, en donde el Perú exhibía títulos jurídicos para reclamar territorios arrebatados, en relación con los restantes casos —Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia— la situación no era tan precisa. Por un lado, si bien hubo quienes llamaban la atención acerca de que las representaciones plasmadas en los mapas daban cuenta de aspiraciones territoriales del

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