CAPÍTULO II
CRISIS POLÍTICA El golpe de Estado El 2 de noviembre de 1879, el burgomaestre capitalino Rufino Torrico emitía un comunicado a la opinión pública donde expresaba su profundo malestar frente a los lamentables incidentes ocurridos unos días atrás en las instalaciones de Palacio de Gobierno. Según informaba el alcalde limeño, la también conocida como la Casa de Pizarro fue tomada por cientos de hombres armados con rifles y palos, quienes tenían una sola consigna: derrocar al régimen encabezado por el primer vicepresidente Luis La Puerta. Cumplido el objetivo de la enardecida masa, apareció un nuevo actor en esta guerra, pero viejo protagonista de la política nacional: Nicolás de Piérola Villena. Como líder del grupo, se dirigió a este a través de un emotivo discurso. Las frases más efusivas estuvieron dirigidas a resaltar la incapacidad, mediocridad e irresponsabilidad de los hombres de negocios y de los politiqueros de antaño, quienes llevaron al país hacia la derrota (Fuentes, 1881, p. 2). El respaldo por parte de la población fue mayoritario. Su encumbramiento y legitimación frente a la opinión pública parte de una extensa campaña periodística de quienes lo apoyaron para liquidar la imagen de Prado y La Puerta:
Cesáreo Chacaltana, que escribía los editoriales del principal
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