CAPÍTULO III
LIMA CONQUISTADA Finalizada la batalla del Alto de la Alianza (Tacna, abril de1880) con la victoria en favor de Chile, el general ayacuchano Andrés Avelino Cáceres decidió trasladarse junto con los heridos hacia Lima. Esta decisión generó el abandono de las últimas guarniciones del ejército nacional acantonadas en Arica, casi a su suerte, cuyo destino sería la derrota del 7 de junio de1880. Inmediatamente llegado a la capital, Cáceres se pone a las órdenes de Nicolás de Piérola, quien por ese entonces buscaba organizar la defensa capitalina ante el inminente avance chileno.
La fuerza de ocupación El fracaso de las conferencias en Arica que habrían significado la
rendición del Perú, fueron la excusa perfecta para diseñar un plan de ocupación de la capital y así garantizar la victoria chilena. Uno de los artífices para dirigir la empresa bélica fue Patricio Lynch, persona de gran influencia con los políticos de su país y un hombre hábil en la
preparación de estrategias militares. Antes de asumir la responsabilidad de comandar las tropas de ocupación de Lima, Lynch era el gobernador militar de Iquique, puesto obtenido gracias a sus hazañas militares y a su cercanía con el presidente Pinto a quien lo unía una estrecha amistad
desde sus días de colegiales en Santiago. Siguiendo las instrucciones del presidente chileno, prepara la conformación de una fuerza ligera mixta compuesta por unidades navales y terrestres con el fin de hacer sentir el
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