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Presentación
En el intercambio de ideas que sostuvimos durante el Simposio Internacional Las Mujeres en la Formación de los Estados Nacionales en América Latina y El Caribe, convocado por CEMHAL, que se realizó en Lima del 16 al 18 de agosto de 2017, surgió la idea de escribir sobre una de las mujeres más signifcativas de la historia del Perú́: Micaela Bastidas. Fue entonces que nos propusimos acercarnos a ella, desde diferentes miradas e interpretaciones. Este libro es el resultado de nuestro trabajo. Al inicio, me ocupo de la presencia de Micaela Bastidas en la Insurrección de 1780, comandada por Túpac Amaru. La función que cumplió cuando quedó al frente de la parte administrativa y política de Tungasuca, mientras Tupac Amaru avanzaba hacia el sur para extender la sublevación a las provincias altas, y pasar al altiplano y Alto Perú con el objetivo de cortar la ruta de abastecimiento al Cusco. Lo que demuestra, además de otras acciones, la importante participación que tuvo. Motivo por el cual la condenaran a muerte, con una crueldad que no tiene parangón en los anales de la historia colonial: “… siendo llevada al lugar del suplicio, donde se ajustará el garrote, cortándosela allí la lengua, e inmediatamente se la hará morir con horca, (…) Y luego será descuartizado su cuerpo, llevando la cabeza al cerro de Piccho, que será fjada en una picota con un tarjeta en que se leerá su delito: un brazo a Tungasuca, otro a Arequipa, y una de las piernas a Carabaya conduciéndose lo restante del cuerpo al mismo cerro de Piccho, donde será quemado con el de su marido”. En la fgura de Micaela Bastidas – escribe Edgar Montiel - se ejemplifca cómo la historia y la memoria registra, sesga o silencia, la conducta de una mujer de excepción. Ciertamente que existe un amplio registro historiográfco de Micaela en su papel de esposa de José Gabriel Túpac Amaru, pero se pondera poco su liderazgo propio y capacidad de mando, su sentido estratégico para aconsejar los movimientos a efectuar, su
conciencia de la Justicia que movía la rebelión -convicción que trasmitió a sus hijos, familiares y vecinos- y se evade conscientemente recordar los tormentos extremos que tuvo que soportar, pues es una herida en la memoria de América. Claudia Luna establece una comparación entre autodiscurso, testimonio y representación de Micaela Bastidas. Una importante refexión en torno a sus cartas y órdenes, y el rol de quienes las copiaron y tradujeron. Estudia el texto de su Confesión, redactada por el Juez Mata Linares, al que considera un ejemplo de Testimonio Inmediado utilizando para ello las refexiones sobre testimonio y poder de Lienhard, Sklodovska, y otros. Así mismo, analiza la presentación actual de Micaela a través de su recreación en la biografía novelada Micaela Bastidas, la precursora, y en la “narrativa de extracción histórica” Habla Micaela. Fanny Arango-Keeth, traza la construcción de la identidad revolucionaria de Micaela Bastidas en forma diacrónica. Es decir, cómo se ha ido construyendo su representación desde el siglo XIX hasta la fecha. El corpus de su estudio apunta a saber si es posible reconocer una historia escrita desde la visión de la matria.
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Sara Beatriz Guardia Lima, 24 de febrero, 2019