Teatro x la identidad (parte 2)

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OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS

2010 y 2011

AVISO

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Este libro contiene una cantidad de textos teatrales de muy diversos autores –que van desde los más reconocidos hasta los más nuevos– todos participantes solidarios de TeatroXlaidentidad. Por lo tanto puede ser consultado por quienes quieran acceder a obras comprometidas y militantes referidas a la identidad, tanto en un sentido general y metafórico como en otro, más unido a la tragedia de las nietas y los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo; muchos de ellos aún hoy apropiados y privados de su verdadera identidad, tragedia que no es solo suya individual, sino que nos alcanza a todos. Pero cuidado, que también encierran estas páginas un hecho vivo: cientos de horas de trabajo duro, de sudor fértil, de gritos ahogados o libres, de llantos trágicos o felices, de peleas y amores, de pasión indudable y franca, de palmas rojas de aplaudir, de sueños concretados. De instantes vitales repletos de sentido y de búsqueda. Y todo esto es altamente contagioso. Así que ¡cuidado al abrir estas páginas! Ya que se corre el riesgo cierto y comprobado, de ser mañana uno más de TeatroXlaidentidad.

Luis Rivera López

OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011



Presidenta de la nación argentina ı Dra. Cristina Fernández de Kirchner Ministro de Educación ı Prof. Alberto Sileoni Secretario de Educación ı Lic. Jaime Perczyk Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa ı Lic. Eduardo Aragundi Subsecretaria de Planeamiento Educativo ı Prof. Marisa Díaz

MINISTERIO DE EDUCACIÓN ı Secretaría de Educación

Pizzurno 935 (C1020ACA) Ciudad Aut. de Buenos Aires ı Tel: (011) 4129 - 1000

Abuelas de Plaza de Mayo

(011) 4384-0983 ı 0800-222-2285 Virrey Cevallos 592; PB ı Ciudad Autónoma de Buenos Aires. www.abuelas.org.ar ı abuelas@abuelas.org.ar

IMAGEN DE TAPA ı Familia tipo de Renata Schussheim.

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN ı Plan Nacional de Lectura 2012

www.planlectura.educ.ar REVISIÓN ı Silvia Pazos


OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011


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Teatro por la identidad : obras de teatro de los ciclos 2010 y 2011 / Eduardo Pavlovsky ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2012. 520 p. : il. ; 24x17 cm. ISBN 978-950-00-0920-1 1. Teatro Argentino. I. Pavlovsky, Eduardo CDD A862

Fecha de catalogación: 05/01/2012

© 2012, Ministerio de Educación de la Nación Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del editor. IMPRESO EN ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 ISBN 978-950-00-0920-1

Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.


PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN · 5

Nuevamente nos convoca la edición de las obras de TeatroXlaidentidad. En este caso son las que comprenden los años 2010; y 2011, el undécimo año desde que esta iniciativa de directores, actores y autores de teatro se constituyó en parte inescindible de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. El Poder Ejecutivo Nacional y, especialmente este Ministerio de Educación de la Nación vienen, asimismo, acompañando este trabajo por la identidad y la justicia desde mayo de 2003. Lo hacen con la convicción de que la causa de las Abuelas debe ser la causa de todos los argentinos y con la certeza de que será en vano cualquier supuesto mejoramiento de la educación si ello no va indisolublemente unido a la formación de nuestros niños y jóvenes en los valores de la Democracia y los Derechos Humanos. Haber contribuido a este trabajo es, entonces, para nosotros, un hecho educativo de la mayor y más profunda importancia. En cada nieto recuperado por el trabajo denodado de las Abuelas hay un aliento más de verdad y justicia que llega a las aulas argentinas; en cada criminal que recibe el condigno castigo de la Justicia llega a su vez una lección para estas y para las futuras generaciones. Es así como queremos asumir nuestro compromiso con la educación de nuestros hijos, y el aporte de este y de otros trabajos realizados por Abuelas constituye un elemento invalorable para cumplir con la tarea en el aula. Es además un orgullo, como Ministerio de Educación, contar como ocurre todos los años, con el apoyo de tantos y tan valorados artistas que suman su convicción y su trabajo a la causa común que tenemos todos los argentinos por delante: la búsqueda y restitución de las identidades arrebatadas por el terrorismo de estado. Ese material que aquí presentamos tiene como natural destino las aulas argentinas, sus alumnas, sus alumnos, sus docentes. Tiene también un destino si se quiere mayor: el de constituir un testimonio de lucha y un permanente homenaje a nuestras Abuelas de Plaza de Mayo.

Alberto Sileoni Ministro de Educación de la Nación


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PALABRAS DE ESTELA BARNES DE CARLOTTO · 7

Ya han pasado once años desde que este maravilloso grupo de teatristas se sumó a nuestra lucha por encontrar a los hijos de nuestros hijos, nuestros nietos. Todas las personas que forman parte de este maravilloso ciclo comprenden que la búsqueda de los nietos es una responsabilidad de toda la sociedad argentina, y por eso, con su trabajo desinteresado y solidario, suelen decir que “habrá TeatroXlaidentidad hasta que se encuentre al último nieto”. Nosotras, les estamos enormemente agradecidas. Ellos brindan sus dones artísticos para llegar, de otra manera, a quienes podrían ser hijos e hijas de desaparecidos. Siembran mediante el lenguaje artístico el valor de la identidad y la verdad, para que aquellos que no han querido despertarse de la mentira a través de la razón, quizá logren hacerlo a partir de una escena que los invite a preguntarse por sus orígenes. TeatroXlaidentidad nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero la fuerza multiplicadora del amor de estos actores, actrices, dramaturgos, escenógrafos y todos aquellos que hacen posible que se hable de esta temática sobre los escenarios, se expandió creando ciclos semejantes en varias provincias argentinas y otros países del mundo. TeatroXlaidentidad es, fue y será una herramienta irreemplazable de difusión y búsqueda. Por eso, celebramos esta nueva edición de un libro que reúne las obras de los últimos ciclos, porque contribuirá a que en cualquier rincón del país, en un teatro, escuela, centro o espacio comunitario, un grupo de personas se junten a trabajar una obra de TeatroXlaidentidad y nuevamente se reavive la misión de estas maravillosas personas que nos acompañan desde hace más de una década. Las Abuelas abrazamos a todos los integrantes de TeatroXlaidentidad y agradecemos nuevamente que sigan construyendo un país con memoria, verdad y justicia.

Estela Barnes de Carlotto Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo


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TXI Comisión 2011

COMISIÓN DE DIRECCIÓN DE TEATROXLAIDENTIDAD Raquel Albéniz I Mathías Carnaghi I Susana Cart I Amancay Espíndola I Cristina Fridman I Patricia Ianigro I Eugenia Levin I Julieta Rivera López I Luis Rivera López I Claudio Santibañez I Mónica Scandizzo I Mauro Simone I Anabella Valencia I Andrea Marina Villamayor.


INTRODUCCIÓN POR LA COMISIÓN DE DIRECCIÓN DE TXI · 9

¿Otra vez TeatroXlaidentidad? Y ahora el libro… ¿Otra vez? Si. Otra vez. Presentes. TxI es una costumbre. Laboriosa costumbre de encontrarnos, abrazarnos, y buscar juntos. Y esa costumbre debe sostenerse. Porque si se ha logrado un espacio, debe cuidarse. Y hemos aprendido con sudor a no dar por recorrido un camino cuyo final se pierde todavía en un horizonte lejano. Y además, durante los años que recorre este libro, 2010 y 2011, sucedieron cosas fundamentales: En 2010, cumplimos 10 años y lo festejamos haciendo el ciclo más importante de nuestra historia, y en 2011 homenajeamos también a aquellos otros de los que aprendimos todo. A los grandes maestros que armaron Teatro Abierto hace 30 años y que, jugándose el pellejo en medio del horror, sentaron las bases de lo que significa resistir con la cultura como bandera. Una vez caída la dictadura, esta pasión artística militante se fue disolviendo lentamente en la aparente carencia de un enemigo común que aunara las miradas. El proceso militar se había ido y Teatro Abierto con él. Pero resultó que aún estaba ahí la dictadura. Caminando entre nosotros. En la forma de nietos con identidades falseadas, en la forma de culpables impunes, en la forma del individualismo extremo. Entonces reaparecimos, ahora como Teatroxlaidentidad. Enfrentando la mentira, la negación y la superficialidad que aún llevamos dentro, incluso en democracia. Y vamos andando, haciendo del arte un instrumento que nos ayude a convivir. Otra vez, cada año. Sin apuro, pero sin pausa. Juzgando, restituyendo, dudando, actuando nuestra verdad desde todos los escenarios cotidianos y siendo el brazo artístico de las Abuelas, un brazo que si bien es el suyo propio, puede también abrazarlas y protegerlas si es necesario. Porque son ellas, con su coherencia, su potencia y su lucha, inspiradoras, iniciadoras y también recipiente de todo lo que hagamos. ¡Otra vez TeatroXlaidentidad! Y hasta que aparezca el último nieto apropiado.



PROGRAMA


12 · PROGRAMA

TeatroXlaidentidad CICLO 2010 Teatro Nacional Cervantes Sala María Guerrero

CONCHA DEL RÍO CABARET ANFITRIONES ı ACTÚAN ı DIRECCIÓN ı PRODUCTORES ı

Catalina Basso ı María Elena Casares ı Carolina Katz ı Teresa Murias ı Monica Piccone ı Pedro Terra Mariela Acosta ı Omar Calicchio ı Noralih Gago ı Gimena Riestra ı Pablo Palavecino ı Omar Rafael Noralih Gago Cristina Fridman ı Patricia Liguori ı Gregorio Vatenberg

POTESTAD AUTOR ı ACTÚAN ı ASIST. DE DIRECCIÓN I Dirección ı

Eduardo Pavlovsky Eduardo Pavlovsky ı Susana Evans Eduardo Misch Norman Briski

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asist. de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram ı Iván Balsa Pompeyo Audivert

SOMOS NOSOTROS Actores ı Música ı Músico invitado ı Iluminación ı Asistentes ı Dirección ı

Charly Arzulián ı Leticia González ı Osqui Guzmán ı Juan Manuel Wolcoff ı Eleonora Valdez Tomás Rodríguez Guillermo Rey Adrian Cintioli Florencia Martínez ı Sebastián Sucatti Osqui Guzmán


PROGRAMA · 13

ARGENTINA IMPROVISADA ¿Por Qué Somos Como Somos? Compañía Argentina de Teatro Improvisación Elenco Protagónico ı Mosquito Sancineto ı Gabriel Maldonado ı Ernesto Zuazo ı Victoria Mamolitti ı Sebastian D’Arrigo Jugadores y Ayudantes ı Compañía Argentina de Teatro Improvisación Carla Banylis ı Daniela Olmi ı Eduardo Albizzati ı Guillermo Figueroa ı Ignacio M. Toomey ı Javier López ı Melisa Attar ı Nicolás Ginesin Músicos en Vivo ı Matías Andersen ı Ignacio Perriot DEL ROPERO AL CLOSET Autor ı Elenco ı Dirección ı Asist. de Dirección ı Banda de sonido ı Escenografía ı Diseño de Iluminación ı Producción Ejecutiva ı

Roberto Tito Cossa PADRE (Aurelio) ı Claudio Garcia Satur MADRE (Emilia) ı Patricia Kraly HIJO (Santiago) ı Marcelo Savignone VECINA (Cuarto B) ı Natalia Santiago Manuel Iedvabni Cecilia Milsztein Federico Mizrahi Alejandro Mateo Daniel Zappietro Mónica Scandizzo

CELCIT · COMPAÑEROS (Escena X de “Pluma y Tempestad”) Autor ı Dirección ı Actores ı

Arístides Vargas Carlos Ianni Adriana Genta ı Juan Lepore

LOS TRES PATITOS Autora ı Dirección ı Actores ı

Beatriz Pustilnik Claudia Quiroga Celeste Monteavaro ı Josefina Recio

SUPONGAMOS (Escena XI de “Nuestra Señora de las Nubes”) Autor ı Dirección ı Actores ı

Arístides Vargas Carlos Ianni Adriana Genta ı Concha Milla


14 · PROGRAMA

VIRTUAL Autor ı Dirección ı Actores ı Utilería ı Agradecimientos ı

José Sanchis Sinisterra Teresita Galimany María Forni ı Mario Petrosini Solange Krasinsky Pablo Lyonett ı Fernando Díaz

DESDENTADOS Autor ı Eduardo Rovner Actúan ı Julio Ángel López ı Raquel Albéniz Escenografía ı Jorgelina Herrero Pons Dirección y Puesta en Escena ı Lia Jelín Asistencia de Dirección ı Matías Ricardo Strafe

TeatroXlaidentidad CICLO 2010 TEATRO APOLO | BAUEN TEATRO | TEATRO DEL PUEBLO TEATRO LA COMEDIA | C. C. DE LA COOPERACIÓN | MAIPO KABARET TEATRO METROPOLITAN | MULTITEATRO

UN JUDÍO POLACO Autor ı

Alejandro Mateo ı Una Ficción sobre el testimonio real de Berek

Elenco ı Asesor histórico literario ı Escenografía y vestuario ı Diseño de Luces ı Asistencia de dirección ı Asistencia técnica ı Fotografía ı Dirección ı Agradecimientos ı

EL PADRE ı Walter Rosenzwit EL HIJO ı Nicolás Mateo EL OTRO ı Héctor Segura Claudio Frydman Alejandro Mateo Cristina Lahet Cinthia Chomski Pamela Vargas Milla Paloma Aballone Alejandro Mateo Espacio TBK ı Jorge Mendez ı Viviana Favetto

Frydman con textos y relatos de su hijo Claudio Frydman

FECHAS PATRIAS Dir. coreográfica y gral. ı

Mónica Fracchia


PROGRAMA · 15

Coreog. danzas populares ı Intérpretes en escena ı

Elenco CASTADIVA Glenda Casaretto ı Ilana Schvetz ı Marcelo Bizarri ı María Celeste Martín ı Hernán Nocioni ı Sergio Villalba ı Ramón Salina ı Eduardo Virasoro ı Lucas Flores ı Jimena Visetti ı Micaela Quesada ı Chantal Fernández Crea ı Nicolás Minoliti ı Aldana Morales ı Agustina Fernández de Igarzábal Intérpretes en el video-arte ı Glenda Casaretto ı Viriginia Calcagno ı Natali Gross ı María Celeste Martín ı Flavia Dilorenzo ı Alexis Ledesma ı Sergio Villalba ı Ramón Salina ı Florencia Olivera ı Agostina Martos ı Héctor Díaz ı Hernán Nocioni Música original y arreglos ı Cristian Capurelli Video arte ı Sebastián D’Angelo ı Ivana Sáenz Vestuario ı Nené Murúa Iluminación y Asist. técnica ı Fernando Muñoz

SOMOS NOSOTROS Actores ı Música ı Músico invitado ı Iluminación ı Asistentes ı Dirección ı

Charly Arzulián ı Leticia González ı Osqui Guzmán ı Juan Manuel Wolcoff ı Eleonora Valdez Tomás Rodríguez Guillermo Rey Adrian Cintioli Florencia Martínez ı Sebastián Sucatti Osqui Guzmán

OPERACIÓN CALLATE Dramaturgia, Pta. en Escena y Dirección General ı Codirección y Dirección de Titiriteros ı Asist. de Dirección y Prod. ı Actores ı Titiriteros ı Escenografía y Realización ı Música Original ı AGRADECIMIENTOS ı

Sol Levinton Natalia Bindenmaister Andrea Salas Efrat Wolns ı Santiago Altaraz Alfredo Rizo ı Analía Marcolini ı Ariel Varela ı Julieta García Guadalupe Lombardozzi Santiago Altaraz A Her, Azul, Mora, Uma y Pucca, a Marcio y Paloma, a Javier y Felipe, a Cami, a Lu, a Ezeki y al que se viene en octubre, a Nicolás y a Milonga, a Adri, a Blanca, a Luís Fuxan... A nuestros amores, nuestras familias, nuestros amigos. Y a todos los niños, los chiquitos y los grandes, esos que nos enseñan que soñando, jugando y andando por el camino de la verdad se puede hacer un mundo mucho mejor.


16 · PROGRAMA

BAJO LAS NUBES DE POLVO DE LA MAÑANA ES IMPOSIBLE VISUALIZAR UN CIERVO DORADO Elenco ı Diseño sonoro y música en vivo ı Entrenamiento corporal y coreografía final ı Asistente ı Vestuario ı Dramaturgia ı

Marcelo Aruzzi ı Damiana Poggi ı Virginia Jáuregui Guillermina Etkin

Marcela Robbio Claudia Gómez María Belén Bulian Gustavo Sassi sobre el texto original de Virgina Jáuregui y Damiana Poggi Diseño Gráfico ı Juan Ignacio Padín Puesta en esc. y dir. general ı Andrés Binetti AGRADECIMIENTOS ı Roxana Grinstein, Araceli Arreche, Carlos Fos, Cristian Drut, José Cáceres, Leonor Manso, Karina Aragón. Editorial Cukierman Sánchez ı www.cukiermaneditores.com.ar JPMotion diseño audiovisual ı www.jpmotion.com.ar A la familia y amigos.

CELCIT · LOS TRES PATITOS Autora ı Dirección ı Actores ı

Beatriz Pustilnik Claudia Quiroga Celeste Monteavaro ı Josefina Recio

VIRTUAL Autor ı Dirección ı Actores ı Utilería ı Agradecimientos ı

José Sanchis Sinisterra Teresita Galimany María Forni ı Mario Petrosini Solange Krasinsky Pablo Lyonett ı Fernando Díaz

IDÉNTICO ANAGNÓRISIS de Rolando Pérez ı por Alejandro Tantanián CARACTERES de Fabián Díaz ı por María Fiorentino UN MUÑECO SIN CARA de Sandra Massera ı por Magela Zanotta EL PARECIDO de Mariano Saba ı por Boy Olmi ANCURÁ de Nelson Mallach ı por Esteban Bigliardi MAREA MENTAL de Patricio Abadi ı por Roly Serrano SOBRE PASAR LA NOCHE de Florencia Berthold ı por Laura López Moyano EL ESPECTADOR de Mariano Saba ı por Luis Campos


PROGRAMA · 17

ESCENA COSTUMBRISTA de Verónica Mato ı por Ana Garibaldi LA NEGACIÓN de Patricio Abadi ı por Mauricio Dayub POLO de Rolando Pérez ı por Patricio Contreras NIÑOS de Mariano Saba ı por Norma Aleandro (texto en off)

Dirección ı Daniel Veronese Coordinación dramatúrgica ı Mauricio Kartun Dramaturgistas ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Asistentes de dirección ı Franco Battista ı Romina Lugano ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Producción ı Mauro Simone Quinteto de Vientos ı Ailen Mendizábal ı FLAUTA TRAVERSA Emanuel Mancini ı OBOE Sergio Martelloti ı CLARINETE Eric Rosentein ı FAGOT Ñawin Rodríguez ı CORNO Director ı Prof. Osvaldo Aguilera · Orquesta Escuela de Florencio Varela

UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE Autor ı Actores ı Coristas ı

Norberto Lewin TIGRA ı Analía Malvido GOMEZ ı Alejandro Magnone CAPANGA ı Omar Mamani PRIETO ı Jorge Garcia Marino MARY ı Raquel Pardo JAIME ı Santiago Palumbo Myrian Virgili ı Omar Mamani ı Alejandra Charre ı Candela Gigante ı Santiago Palumbo ı Nicolás Baroni Asist. de Coreografía ı Macarena Butta Pablo Bronzini Música Original ı Iluminación ı Sergio D´Angelo Coreografía ı Myrian Virgili Colaboración en Vestuario ı Marina Celis ı Myriam Virgili Asist. de Dirección y Prod. ı Marina Celis Dirección General ı Carlos Demartino Agradecimientos ı Al Instituto de la voz, a Clo, a Perla Rubiolo, a Marcela, Ana Pesquiera, Andrea Hammershmidt, Paula Andino.

CORRIENDO EN LA SANGRE Dramaturgia ı Elenco ı Dirección ı Asistente de Dirección ı

Teresita Galimany Livia Fernan ı Andrea Magnaghi ı Susana Varela Pablo Lyonnet Florencia Hemadi


18 · PROGRAMA

Vestuario ı Diseño de iluminación ı Diseño sonoro y música original ı Diseño del espacio ı Producción ı Agradecimientos ı

Florencia Mangini Carlos Ianni Richard Arce Pablo Lyonnet ı Patricia Hurrahs Patricia Hurrahs Gracias a Andrea por su asesoramiento y a Oleanna por su dibujo.

MARIPOSAS Autora ı Actores ı Música en escena ı Asistencia de dirección ı Dirección ı Agradecimiento especial ı

Mónica Felippa Dora Prince ı Marian Bicain Anahí Ledesma Melania Miñones Luis Rivera López A Sergio Rower, a Mónica Navarro por la ayuda en vestuario y a Víctor “TOMATE” Ávalos por su asesoramiento en comedia con globos.

ANÁLISIS AUTORA ı Verónica Rodríguez Actores ı María Svartzman ı Mirta Schmöle ı Gonzalo De Otaola Dirección y Puesta en Escena ı Mariel Goicoechea Escenografía, Ambientación y Vestuario ı Lina D´Amato Dramaturgia y Producción general ı Verónica Rodríguez Agradecimientos ı Juan Sandoval (fotografía), Ezequiel Pignataro (filmación), y a toda la gente querida que nos alcanzó bibliografía, nos mandó material y nos brindó su apoyo y estímulo. http://obradeteatroanalisis.blogspot.com/

EPÍGRAFES Autor ı Elenco ı Escenografía y vestuario ı Dirección ı Agradecimientos ı

Pedro Patzer Juan Manuel López Baio ı Leopoldo Barbieri ı Cristian Sabaz Sofía Rapallini Cristian Sabaz · Grupo El Clan Guzmán Gisela Ayram, Celso Miño y María Stella Tovarich


PROGRAMA · 19

LA BIBLIOTECA Autora ı Dirección ı Elenco ı Escenografía ı Vestuario ı Producción Ejecutiva ı AGRADECIMIENTOS ı

Asesoramiento dramatúrgico y general ı

Virginia Kaufmann Lala Mendia y Virginia Kaufmann ALICIA ı Ana Gutierrez TÍA MABEL ı Gabi Goldberg VÍCTOR ı Pablo De Nicotti RICCIARDI ı Pablo García Ana Repetto Laura Molina Paulina Siciliani Mariano Mazzei, Norma Gandolfo de Minardi, Susana Kaufmann, Silvina Kaufmann, Laura Ramirez, Ricardo Jellinek, Beatriz Spelzini, Susana Pampín, Jimena Canido, Valeria Radivo, Eladio Giovanini, Rodrigo Soler, Verónica Trigo, Estudio Gabi Goldberg, Estudio Río Plateado. Gastón Cerana

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asistente de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram ı Iván Balsa Pompeyo Audivert

Teatroxlaidentidad CICLO 2011 TEATRO DEL PUEBLO | TEATRO SHA | TEATRO METROPOLITAN | TEATRO IFT TEATRO DEL GLOBO | BAUEN TEATRO | TEATRO LA COMEDIA | MULTITEATRO

ESA EXTRAÑA FORMA DE PASIÓN Autora ı Actores ı

Susana Torres Molina Béla Arnau Fiorella Cominetti Emiliano Díaz Pablo Di Croce Silvia Dietrich


20 · PROGRAMA

Diseño de luces ı Escenografía ı Asistente de Dirección ı Dirección General ı Prensa ı Producción ı

Verónica Hassan Santiago Schefer Gaston Calvi Eduardo Manfredi Diego Frontera Susana Torres Molina Simkin & Franco Sonia Caligo ı Extraña Pasión

LA BIBLIOTECA Autora ı Dirección ı Actores ı Escenografía ı Producción Ejecutiva ı Asistente de escena ı Asesoramiento dramatúrgico y general ı Agradecimientos ı

Virginia Kaufmann Lala Mendia y Virginia Kaufmann ALICIA ı Ana Gutiérrez TÍA MABEL ı Gabi Goldberg VÍCTOR ı Pablo De Nicotti RICCIARDI ı Rodrigo Soler Ana Repetto Paulina Siciliani Milena González Montaner Gastón Cerana Mariano Mazzei, Norma Gandolfo de Minardi, Susana Kaufmann, Silvina Kaufmann, Laura Ramirez, Ricardo Jellinek, Beatriz Spelzini, Susana Pampín, Jimena Canido, Valeria Radivo, Eladio Giovanini, Laura Molina, Pablo García, Estudio Gabi Goldberg, Estudio Río Plateado.

BOULOGNE Autoras ı SUPERVISIÓN AUTORAL ı Elenco ı Asistente de Dirección ı Fotos ı Dirección ı Agradecimientos ı

Araceli Arreche, Gilda Bona y Selva Palomino Patricia Zangaro FLAVIA ı Malena Solda NILDA ı Noemí Morelli GIGIO ı Martín Slipak Silvana Margozzi Tato Borounian Manuel Callau Especialmente al Teatro Tadrón, donde Boulogne fue estrenada en junio pasado en el marco del ciclo Teatro por la Justicia, y a Herminia Jensezian por su apoyo y colaboración. La obra fue ganadora del Premio Tadrón a Mejor Obra Inédita La producción de la obra es de Tadrón Teatro.


PROGRAMA · 21

MARIPOSAS Autora ı Actores ı Música en escena ı Asistencia de dirección ı Dirección ı Agradecimiento especial ı

Mónica Felippa Dora Prince Mariano Bicain Anahí Ledesma Melania Miñones Luis Rivera López A Sergio Rower, a Mónica Navarro por la ayuda en vestuario y a Víctor “TOMATE” Ávalos por su asesoramiento en comedia con globos.

KALVKÖTT, CARNE DE TERNERA Autora ı Actores ı

Silvina Chague Belén Brito ı Susana Di Gerónimo Alejo Mango ı Nelson Rueda Escenografía y Vestuario ı Julieta Risso Fotografía de escena ı Pablo Díaz ı Jorge Aguirre Facundo Zuviría ı Fabián Pol y Ernesto Quaranta Asesoramiento audiovisual ı Ernesto Quaranta Edición de sonido ı Carlos Cortés Iluminación ı Pablo Boratto Fotografía programa y afiche ı Soledad Ianni Asistente de dirección ı Eugenio Jerez Ferrante Asistente de producción ı Cecilia Parodi Prensa ı Duche & Zárate Producción General ı Chague & Fiorillo Dirección ı Corina Fiorillo

UN JUDÍO POLACO Autor ı

Alejandro Mateo ı Una Ficción sobre el testimonio real de Berek

Asistente de dirección ı Asistente técnica ı Producción ı Asesoramiento histórico literario ı

Mercedes Ambrogi Cinthia Chomski Cinthia Chomsky ı Cristina Lahet EL PADRE ı Walter Rosenzwit EL HIJO ı Nicolás Mateo LOS OTROS ı Mariano Caligaris ı Rafael Lavin ı Enzo Ordeig

Frydman con textos y relatos de su hijo Claudio Frydman

Claudio Frydman


22 · PROGRAMA

Escenografía y vestuario ı Diseño de luces ı Asistencia de dirección ı Asistencia técnica ı Fotografía ı Dirección ı Agradecimientos ı

Alejandro Mateo Cristina Lahet Mercedes Ambrogi Cinthia Chomski Paloma Aballone Alejandro Mateo Jorge Mendez, Viviana Favetto, Espacio TBK.

IDÉNTICO ANAGNÓRISIS de Rolando Pérez ı por Martín Rocco CARACTERES de Fabián Díaz ı por Beatriz Della Casa UN MUÑECO SIN CARA de Sandra Massera ı por Magela Zanotta EL PARECIDO de Mariano Saba ı por Boy Olmi ANCURÁ de Nelson Malach ı por Lautaro Ostrovsky MAREA MENTAL de Patricio Abadi ı por Roly Serrano SOBRE PASAR LA NOCHE de Florencia Berthold ı por Laura López Moyano EL ESPECTADOR de Mariano Saba ı por Luis Campos ESCENA COSTUMBRISTA de Verónica Mato ı por Daniela Pantano LA NEGACIÓN de Patricio Abadi ı por Mauricio Dayub POLO de Rolando Pérez ı por Roberto Castro NIÑOS de Mariano Saba ı por Norma Aleandro (texto en off) Dirección ı Daniel Veronese ı Franco Batista Coordinación dramatúrgica ı Mauricio Kartun Selección de textos ı Luis Rivera López ı Mauricio Kartun ı Daniel Veronese Dramaturgistas ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Asistentes de dirección ı Romina Lugano ı Patricio Abadi ı Mariano Saba Quinteto de Vientos ı Ailen Mendizábal ı FLAUTA TRAVERSA Emanuel Mancini ı OBOE Sergio Martelloti ı CLARINETE Eric Rosentein ı FAGOT Ñawin Rodríguez ı CORNO Director ı Prof. Osvaldo Aguilera ı Claudia Pintado ı Victoria Amedio Orquesta Escuela de Florencio Varela

EL ACOMPAÑAMIENTO Autor ı Actores ı Relator ı Asistencia de dirección ı Asistencia artística ı Música y diseño de sonido ı

Carlos Gorostiza Antonio Grimau ı Pepe Novoa Diego Goethe Alejandro Rumberger Diego Goethe Mariano Dugatkin


PROGRAMA · 23

Dirección ı

Hugo Urquijo

GRIS DE AUSENCIA Autor ı Actores ı Asistencia artística ı Dirección ı

Roberto Cossa Marcela Ferradás ı Paloma Contreras Mario Alarcón ı Raúl Ramos Ricardo Díaz Mourelle Diego Goethe Hugo Urquijo

ADN (Hijos sin nombre) Autora ı Andrea Juliá Actrices ı Andrea Juliá ı Dalila Romero ı Milena Medrano Diseño sonoro ı Fernando Sayago Ambientación musical ı Ariela Kantor Vestuario, diseño y realización de escenografía ı Miguel Angel Nigro Diseño de iluminación ı Horacio Medrano Colaboración autoral ı Dalila Romero Realización de vestuario ı Élida Gonzalez Diseño gráfico e imagen ı Carolina Podestá Producción ejecutiva ı Convexa Producciones Culturales y Andrea Juliá Producción general ı Grupo Teateatro Asistencia de dirección ı Bárbara Posesorski Dirección general ı Horacio Medrano

BASTARDA SIN GLORIA Autora ı Actriz ı Dirección ı

Cristina Escofet Roxana Randón Javier Margulis

EL BULULÚ AUTOR ı Actor ı Asistencia de dirección ı Música original ı Diseño de movimiento ı

José María Vilches Versión de Osqui Guzmán y Leticia González de Lellis Oski Guzmán Leticia González de Lellis Javier López Del Carril Pablo Rotemberg


24 · PROGRAMA

Diseño de vestuario ı Diseño de iluminación y escenografía ı Diseño de iluminación en reposición ı Dirección ı

Gabriela Aurora Fernández Graciela Galán Adrián Cintioli Mauricio Dayub

EL ÚLTIMO VERSO Autora ı Actor ı Sonorización en vivo ı Iluminación ı Vestuarista ı Asistente de dirección ı Dirección ı

Patricia Zangaro Daniel Fanego Mirko Mescia Leandra Rodríguez Mini Zuccheri Gabriela Ram - Iván Balsa Pompeyo Audivert

JULIA ZENKO · Canciones con identidad Como la cigarra Con las alas del alma Soy pan, soy paz, soy más Nostalgias Barco quieto Razón de vivir Cuenta conmigo Gracias a la vida Honrar la vida Guitarra ı

María Elena Walsh Eladia Blázquez ı Daniel García Piero Cadícamo ı Cobian María Elena Walsh Víctor Heredia Chico Novarro Violeta Parra Eladia Blázquez Mariano Delgado

NUNCA ES TRISTE LA VERDAD Relatos, poemas y canciones con dramaturgia de Patricia Zangaro. Charla pública de Cecilia Rossetto con Victoria Montenegro (hija de Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro, desaparecidos en 1976) y Juan Pablo Mantello (hijo de Osvaldo Víctor Mantello, desaparecido en 1977 e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2009).


CANCIONES Y CARTAS DE TxI


26 · CANCIONES Y CARTAS DE TXI

RECORDATORIO LETRA I Gastón Cerana MÚSICA I Gregorio Vatenberg

Se recuerda a los espectadores, que está prohibido aquí tomar fotografías, Apaguen los celulares, beepers y bombas nucleares, no querrán que el mundo explote todavía. Se ruega no salir al baño antes que llegue el final, Si se pierden un cachito así, después no van a entender nada. Y en diez años ni les digo, con tanta obra estrenada. Diez años, diez años, diez años, de… Teatro por la Identidad…

Se recuerda a los espectadores que sigue el teatro pareciéndose a la vida. Enciendan sus celulares, y reciban las señales. Buscando salas, mangueando prensa, llorando cartas a sala llena, haciendo guardias, vendiendo pines, peleándonos por los camarines. representando, reconociendo, itinerando, restituyendo la identidad. Teatro por la Identidad.

Alcen telones aquí y allá. Hoy somos máscaras más caras… a la luz de la verdad.

Bajen las luces una vez más, hoy somos máscaras más caras… a la luz de la verdad. Diez años, diez años, diez años, de… Teatro por la Identidad.


CANCIONES Y CARTAS DE TXI · 27

SOMOS TEATROXLAIDENTIDAD LETRA I Luis Rivera López MÚSICA I Gregorio Vatenberg

Somos amigos, somos Hermanos. Somos el tiempo de ser humanos.

Somos la idea de la balanza que pacifica nuestra esperanza.

Somos tormenta, somos el fuego que purifica si es verdadero.

Somos poesía itinerante, somos la fuerza de cada instante.

Somos un grito desesperado porque miremos nuestro pasado.

Somos el aire, somos la vida que brota nueva de cada herida.

Somos el sueño áspero y duro de que fundemos nuestro futuro.

Somos madera del escenario, donde se ponen huevos y ovarios.

Trabajando por que sea cierto. Intentando encontrar el cómo. Apostando con nuestros cuerpos. Contestándonos quiénes somos.

Trabajando por que sea cierto. Intentando encontrar el cómo. Apostando con nuestros cuerpos. Contestándonos quiénes somos.


28 · CANCIONES Y CARTAS DE TXI

TODOS SOMOS TEATROXLAIDENTIDAD Durante los meses de julio y septiembre de 2009 y 2011 se leyeron las siguientes cartas en todos los teatros (comerciales, off, estatales, etc.) de Buenos Aires. Los actores de cada compañía enfrentaron al público luego del aplauso, al fin de cada función, con una consigna: “Hoy, todos somos TeatroXlaidentidad”.

Muy buenas noches a todos. Recién hemos participado juntos de un muy antiguo rito: el teatro. Un rito que para funcionar necesita de un ingrediente indispensable: La verdad. Quizá por eso, hace ya diez años, el teatro fue de las primeras voces que se alzaron para ayudar y ser parte en la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo con un movimiento llamado Teatroxlaidentidad. Es que resulta paradójicamente teatral la tragedia de casi 400 niños hoy jóvenes, personas que fueron robadas de los brazos de sus madres poco después de su nacimiento en centros clandestinos de detención durante la dictadura entre 1976 y 1982 y que hoy, siendo adultos, ignoran su verdadera identidad y viven en la mentira. Y mientras exista una sola persona con su identidad falseada, es un problema que nos compete a todos. En este día, el elenco y la sala queremos ser parte de Teatroxlaidentidad y de esa búsqueda, haciendo un llamado a la valentía y al alma. Una sociedad que sueña, y quiere seguir soñando por otro mundo posible, necesita revisar su historia, conocerla para virar la mirada hacia el futuro. La verdad es posible y es necesaria para construir nuevos sentidos en nuestro andar. No te quedes sin saber quién sos. Tenés derecho a saberlo. Si tenés dudas acerca de tu nacimiento o sabes de algún caso, acercate a Abuelas de Plaza de Mayo. Difícil ser una sociedad sincera caminando indiferentes junto a una situación que es símbolo del ocultamiento. Señores: Hoy hicimos teatro para combatir la mentira. En el hall encontrarán compañeros que les darán el teléfono de Abuelas, su página web en Internet y una tarjeta para que puedan tener la información necesaria o alcanzársela a quien la necesite, no tienen más que acercarse a la mesa. Desde ya muchas gracias. Buenas noches.


CANCIONES Y CARTAS DE TXI · 29

Muy buenas noches. Desde hace 11 años existe dentro de la cultura de nuestra ciudad, y de muchas otras ciudades de la Argentina y el mundo, un movimiento de teatristas llamado Teatroxlaidentidad. Se trata de la unión de cientos de artistas detrás de la idea de trascender solidariamente el trabajo cotidiano para transformarlo en una ayuda a las Abuelas de Plaza de Mayo y la búsqueda de sus nietos. Hoy, todos los actores, directores y productores queremos ser teatroxlaidentidad. Y vamos a usar este espacio donde generamos ese instante mágico que es el teatro, para recordarles que todavía hay entre nosotros casi 400 personas que no saben quiénes son. Fueron secuestrados en épocas de la dictadura y entregados, mayoritariamente, a cómplices del asesinato de sus padres. Hoy los tiempos por suerte cambiaron y muchos de quienes se creyeron dueños de la vida y de la muerte están siendo juzgados. Esos jóvenes sin identidad son la herida abierta que continúa latiendo. La búsqueda de las Abuelas, es la muestra de la inmensa potencia del amor. Y el formidable logro de muchos de los nietos recuperados de reconstruir su integridad vital basándose en la verdad, lo que incluye muchas veces la difícil realidad de ver justamente condenados a quiénes los criaron, debiera ser un ejemplo a seguir por quienes intentamos cerrar las heridas con justicia y construir una sociedad mejor. Ocultar la verdad no puede ser una cuestión de familia. Ocultar la verdad acerca de un crimen, es cometer un nuevo crimen. Ayudar a estos seres humanos en la búsqueda de esa verdad es ayudarnos a nosotros mismos a encontrarla. Cualquiera que tenga dudas, o que tenga datos acerca de quien dude de su identidad o de algún familiar, amigo o vecino que esté atravesando esa situación, acérquense a Abuelas de Plaza de Mayo. Y los esperamos todos los lunes de agosto. En un nuevo ciclo de Teatroxlaidentidad.



ÍNDICE


32 · ÍNDICE

CICLO 2010

41

55

POTESTAD

LOS TRES PATITOS

Eduardo Pavlovsky

Beatriz Pustilnik


ÍNDICE · 33

81

95

DEL ROPERO AL CLOSET

EL ÚLTIMO VERSO

Roberto Tito Cossa

Patricia Zangaro

101

125

LOS DESDENTADOS

operación callate

Eduardo Rovner

Sol Levinton


34 · ÍNDICE

137 Bajo las nubes de polvo de la mañana es imposible visualizar un ciervo dorado

151 UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE Norberto Lewin

Virginia Jáuregui ı Damiana Poggi

179 CORRIENDO EN LA SANGRE Teresita Galimany

195 EPÍGRAFES Pedro Patzer


ÍNDICE · 35

213

231

LA BIBLIOTECA

análisis

Virginia Kaufmann

Verónica Rodríguez

247

255

MARIPOSAS

idéntico

Mónica Felippa

Sobre una idea de Mauricio Kartun


36 · ÍNDICE

CICLO 2011

293

353

ESA EXTRAÑA FORMA DE PASIÓN

BOULOGNE

Susana Torres Molina

Araceli Arreche ı Gilda Bona ı Selva Palomino


ÍNDICE · 37

361

419

KALVKOTT ı CARNE DE TERNERA

ADN ı HIJOS SIN NOMBRE

Silvia Chague

Andrea Juliá

439 NUNCA ES TRISTE LA VERDAD Patricia Zangaro

461 BASTARDA SIN NOMBRE Cristina Escofet


38 · ÍNDICE

491 MICROFICCIONES POR LA IDENTIDAD Julián Marcel ı Paloma Hidalgo Díez ı Jesús Esnaola Moraza ı Martín Gardella ı Patricia Nasello ı Roberto Perinelli ı Mario Capasso ı Eduardo Gotthelf ı Bibiana Ricciardi ı Cristina Villanueva ı Juan José Panno ı www.cuentosymas.com.ar

ITINERANTES

499 STRUDELL

Anabella Valencia

515 EL NIETO

Santiago Varela


CICLO 2010


CICLO 2010 COMISIÓN DE PRODUCCIÓN 2010 ı Cristina Fridman ı Julieta Rivera López ı Claudio Santibañez ı Mauro Simone ı Anabella Valencia Comisión de lanzamiento 2010 ı

ı Fernando Crisci ı Becky Garello ı Facundo Vidal Producción ı Mathías Carnaghi ı Mauro Simone ı Facundo Vidal

Raquel Albéniz ı Mathías Carnaghi ı Cristina Fridman

Dirección de Arte ı Mariana Franco

Conductores ı Georgina Barbarrosa ı Osqui Guzmán ı Andy Kusnetzoff ı Marley

Maquillaje ı Carla Medina

Actores Cantantes ı Omar Calicchio ı Noralih Gago

Realización ı Cinthia Kohn

Sonido Director ı Hernán Mel

VIDEO TEATROXLAIDENTIDAD 10 AÑOS ı

Asistente de Cámara ı Javier Vázquez Eléctricos ı Agustín Álvarez ı Milagros Chain ı Jimmy Jibb: Daniel Burdiak

Texto ı Erika Halvorsen

Edición y arte ı Celeste Suar Díaz

Cámara ı Facundo Vidal

Edición ı Ángel Bajarlía

Asistente de Cámara ı Cecilia Milsztein Dirección ı Raquel Albéniz

Post-producción de Sonido ı Matías Pérez

Producción ı Sandra Arrechea ı Julieta Rivera López ı Nadia Ruano ı Claudio Santibañez ı Pablo Zanotti ı Gracias a Martín Vatenberg y a nuestra vecina de la calle Guardia Vieja.

Dirección ı Becky Garello

CANCIONES ı “Recordatorio”. Letra: Gastón Cerana ı “Somos teatroxlaidentidad”. Letra: Luis Rivera López

Dirección de Fotografía y Cámara ı Darío Sabina

Con la participación de: Florencia Peña ı Diego Ramos

CONCURSOS ı

Agradecimientos ı Teatro La Comedia ı Roberto Bisogno ı Marcela La Salvia y todo el personal técnico. A Leticia Miracco, Darío Vázquez por el colectivo de la Línea 71, Gustavo Álvarez por la moto y Roberto Álvarez por el taxi. Especial agradecimiento a la Comisión de Dirección, colaboradores y grupo de Facebook de teatroxlaidentidad.

Comisión de Micromonólogos | Mauricio Kartún ı Luis Rivera López ı Daniel Veronese

FOTOGRAFÍA Y VIDEO ı Ana María Ferrari ı César Remus

Comisión de Lectura | Araceli Arreche ı Norberto Díaz ı Ingrid Pelicori

PEÑAxLAIDENTIDAD 2010 ı Centro Cultural “Resurgimiento” ı Sr. Alberto Cattán

Comisión de Visualización de Obras Terminadas | Arturo Bonin ı Corina Fiorillo ı Mónica Scandizzo ı Mauro Simone

Músicos ı Inés Rinaldi ı Juan Carlos Cuacci ı Facundo Ramírez ı Fabián Leandro ı Luciana Sánchez ı Luís Pérez ı Claudia Madeo ı Jorge Trejo ı Agustina Vigil ı Hernán Nocioni ı Sara Mamani ı Mariana Mariñelarena ı Adriana Leguizamón ı Violeta Bernusconi ı Raúl Candal

MÚSICA ORIGINAL ı Gregorio Vatenberg ARREGLOS Y ORQUESTACIÓN ı Diego Lozano AUDIOVISUALES ı Mathías Carnaghi ı Becky Garello

MICRO CANAL ENCUENTRO | Guión | Mathías Carnaghi ı Ezequiel Cazzola


POTESTAD Eduardo Pavlovsky

© Ana Ferrari


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© Ana Ferrari

EL HOMBRE

(Detrás de dos sillas, mirando hacia el público.)

Sábado, tres y media de la tarde.

Yo estoy sentado acá (señala la silla derecha.), Ana María, mi mujer, está sentada acá… (Señala la silla izquierda.)

Más o menos a un metro treinta, un metro treinta y cinco, del vértice de la pata izquierda del sillón, está sentada mi hija Adriana. (Señala el lugar donde está sentada

Adriana con el pie derecho.)

La posición física de cada uno de los miembros de la familia es importante en la medida en que la posición física describe, evoca, sugiere, la relación entre los miembros de la familia, el tipo de vínculo existente entre ellos. (Repite y reitera el movimiento.) Sábado, tres y media de la tarde, yo estoy sentado acá, Ana María está sentada aquí, y allí está sentada mi hija Adriana… (Pausa.)

Posición mía de este sábado tres y media de la tarde. (Se

sienta en la

silla derecha y coloca su pierna derecha en ángulo agudo y la izquierda en ángulo recto.)

La pierna derecha en ángulo agudo, la pierna izquierda en ángulo recto, hay una distancia del talón del pie izquierdo al piso de unos tres, cuatro centímetros; pierna derecha en ángulo agudo, la pierna izquierda en ángulo recto… Esta posición podría resultar aparentemente natural, espontánea. Sin embargo, es perfectamente estudiada, sofisticada, arbitrariamente buscada, científicamente lograda…


POTESTAD ı 2010 · 43

Yo he sido deportista, jugador de rugby, segunda línea (orgulloso.), tenía un físico bastante excepcional… Tengo 53 años… Pero me acuerdo de cuando tenía 25 años, gran jugador de rugby… cuando saltaba en el lineout, yo me levantaba (se eleva.) enormemente y tomaba la pelota en el aire… Y mi mujer me acompañaba siempre a los partidos… entonces yo me elevaba en el aire y tomaba la pelota y cuando venía cayendo, en el aire nos mirábamos, y ella: ¡Ayhhh!… ¡¡¡Ahhhh!!! Y esta mirada, tan particular de mi mujer, me sostenía virilmente, quiero decir, era como algo que me impregnaba de masculinidad… eso cuando tenía 25 años. (Pausa.) Ahora tengo 53… Y esa mirada ha dejado de funcionar con la intensidad y la sensualidad que ocurría en esa época, con esa sistemática fuerza, ¿eh? Ella me miraba y yo me sostenía… Ella me miraba y yo la miraba… Y ahora esto ocurre cada vez menos… De tal manera, entonces, que las posiciones físicas mías tienen que ser sofisticadamente estudiadas, científicamente calibradas, para intentar provocar, recrear, aquellas posturas físicas que permitían que mi mujer me mirara así… Intento recrear aquella mirada… por ejemplo, si el sábado tres y media de la tarde suena el timbre o el teléfono en mi casa, desde esta posición (se levanta atléticamente de la silla.) yo me puedo levantar así (gira.)… Hay un movimiento hacia la izquierda… Ahí está… (gira.) y también hacia la derecha… no tanto… Es decir, es un movimiento lindo porque a uno le permite ser natural y espontáneo… uno (se levanta.) puede levantarse así… Y sentarse así… (se sienta.) porque… Uno podría colocarse de otro modo (se sienta naturalmente.), uno podría colocarse sin preparación ninguna, sin preocupaciones, con las piernas abiertas, sin ninguna posición estudiada (se sienta con las piernas abiertas.)… Así, así, posición que se podría hasta decir espontáneamente porteña, muy porteña, y si suena el timbre o el teléfono y entonces, por ejemplo (se levanta.), me levanto y… ayyyy (queda doblado de dolor.) me agarró en la columna… ¡ayyyy! Con el traste afuera… y bueno es muy difícil coquetear con la mujer de uno con el traste afuera… ¡Ahí está! ¡Ahí está! De tal manera entonces… Que yo evito todo tipo de posición física espontánea que delate mi vejez y decrepitud… esta última posición es una posición que yo trato de evitar. (Se sienta.)

He tratado entonces de estudiar cada una de las posiciones físicas que me permiten recrear la imagen de aquella mujer que estuvo enamorada de mí. Pierna derecha en ángulo agudo, pierna izquierda en ángulo recto; y qué cuesta, con tan poco (se levanta y se sienta atléticamente.) intentar enamorar a la mujer que uno quiere, estudiando las posiciones físicas necesarias para el coqueteo. Pero la verdad es que, aunque yo me levante atléticamente, ella no se mueve… no me mira… y hay una situación que se me hace bastante vergonzosa… reproducirla. El sentimiento


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de humillación que tengo a veces, porque claro, yo estoy (se levanta y se sienta.) “que me levanto, que no me levanto, me levanto, me siento”… y por ahí me acalambro (queda doblado; realiza la mímica de contractura muscular.) ¡ay, la puta!… y me siento humillado… pero humillado por lo que esto representa para mí… que ella no se dé cuenta de que estoy acalambrado… y la pata (se agarra la pierna.)… y… y el esfuerzo… me humillo solo, antes necesitaba la mirada del otro… y ahora me humillo solo… (se sienta lentamente.)

Parece increíble cómo en la vida cuando estudiamos cada uno de los pequeños gestos, gestos arbitrarios, cotidianos, de la vida, todo parece gracioso, quiero decir, nos reímos de la absurdidad de lo cotidiano… si dividimos, si sectorizamos… todo puede resultar gracioso. Es problema es unir, totalizar, ahí aparece la tragedia… la tragedia de lo humano ante toda su dimensión… y en cambio nos reímos cuando sectorizamos, cuando aislamos cuidadosamente cada gesto. (Pausa. Se sienta en la silla correspondiente.) Cada detalle. Cada movimiento cotidiano.

La posición física de mi mujer en este sábado es la siguiente: ella coloca la pierna derecha en ángulo agudo, la pierna izquierda en ángulo agudo, las rodillas juntas, estudia inglés… yo no tengo ningún problema si no fuera por un audífono espantoso que se coloca (señala la cabeza.), estudia inglés toda la tarde… yo no tengo ningún problema con el inglés, que estudie las horas que quiera, sólo que todo el tiempo… hasta las ocho de la noche, no se saca este aparato, por lo menos pensaría que a eso de las cinco y media, seis, (mímica de sacarse el audífono.) se pudiera sacar el audífono y… “¡ahhhh!”, “¿Cómo estás mi amor?” Pero esto no ocurre nunca… porque nunca se saca el aparato monstruoso… sigue así… Otra cosa histórica, importante, son las rodillas… pierna izquierda en ángulo recto, pierna derecha en ángulo recto y las rodillas juntas… Hace muchos años… hace quince años, este juego de las rodillas en el matrimonio, era sencillo (abre y cierra las rodillas.), se abrían y se cerraban con suma facilidad, con suma elegancia… Desde que yo cumplí cuarenta y siete, cuarenta y ocho, hace como cinco años, esto ni con torniquete se abre… ¡es dificilísimo!… ¡muy difícil! Por eso entonces, es que la posición física de las rodillas juntas es también la historia del vínculo… una historia que hace a nuestra relación amorosa… a nuestra historia. A veces yo pienso y me pregunto: ¡por Dios!, qué es lo que me da tanta rabia de Ana María, y veo que lo que me da tanta rabia es la autonomía que tiene, la autonomía, la independencia. Es la posibilidad de ser independiente de mí, está casi pegada a mí… todo el sábado… pero ella sigue estudiando inglés mientras yo estoy toda la tarde (se levanta y se sienta.) que me levanto, que no me levanto, que me levanto… ¡Por Dios!… qué dependiente que soy…


POTESTAD ı 2010 · 45

(Se sienta en el lugar de Adriana y realiza la mímica de sus movimientos.) La posición física de Adriana viene a ser la siguiente. A ver… Sí. Ella estudia historia, se coloca en esta posición, la pierna izquierda. El talón de la pierna izquierda está sobre la ingle derecha, hmm…, talón de pierna izquierda sobre ingle derecha, es una posición aparentemente incómoda, para mucha gente, porque la gente se acalambra en esta posición, es decir, esta posición es difícil, solamente Adriana y yo podemos sentarnos naturalmente así… sin contracturas, sin problemas de rodillas, es una posición natural para nosotros. Ella la copió de mí. (Pausa.) Estudia historia. A eso de las cuatro y cuarto, más o menos, Adriana hace un movimiento hacia atrás, gira hacia acá y me mira… y yo siento que me dice: “Papá, vos y yo nos sentamos solamente así…”. Y a eso de las siete, siete y diez, más o menos, hace un movimiento más rápido, que es desde acá, hace así, es así… y dice: “Te adoro papá, te adoro papá, te adoro papá, te adoro papá…”. Te adoro. (Pausa larga.)

Es increíble la repetición de cada gesto, de cada minuciosidad, es gracioso, pero cuando tomamos consciencia de la globalidad todo se vuelve trágico… trágico… (se sienta en su lugar.)

Sábado tres y media de la tarde… a eso más o menos de las cuatro y cuarto sonó el timbre de mi casa, cosa que me alegró profundamente porque me permitió saltar de la silla elegantemente… “¡Sí!” (se levanta atléticamente.) Al sonar el timbre me levanté así atléticamente, casi como en un lineout. “Sí”… mi mujer siguió estudiando inglés… no me miró, después hice un primer movimiento hacia acá, (se dirige hacia el costado donde imaginariamente está la puerta y a partir de allí mima alternativamente la presencia del visitante “hombre bien” y la de él.) espontáneo, abrí la puerta… aquí abrí la puerta, aquí… y aquí aparece un señor bien vestido, un tipo bien, difícil precisar qué es un tipo bien, cuando un tipo es un tipo bien es un tipo bien… y la gente bien es muy difícil de imitar, quiero decir, tienen un movimiento muy lindo de cadera y de hombro, angular, un tipo bien, bien vestido, elegante, jugador de polo, Colegio Champagnat, Lasalle… ¡qué pinta la gente bien!, ¿no? (adopta la posición física del gentleman.) Un movimiento muy lindo con las manos hacen, una arriba de la otra, así, no, muy fino… y una miradita… con la vista, así, no… (imita el tono de la clase alta argentina.) “¡Buenas tarde, señor! Yo quisiera hablar con su hija Adriana, diez minutitos, diez minutitos, nada más… quisiera hablar con su hija Adriana, diez minutitos… Después vamos a hablar con usted y con su mujer, ¿eh?”. Yo me quedé fascinado con las formas, porque hacen una cosa muy linda, hacen dos cosas muy lindas… una es una especie de armonía de movimientos corporales, y que es como tirar la mano para acá y después la vuelven, hummm, así, hum, eh, y después otra cosa que


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hacen muy linda es que no miran a la cara cuando hablan, mirando ahí, no miran acá, miran ahí, ahí, eh, no, no miran nunca a la cara, entonces como yo soy un tipo que tiene una especie de admiración por la clase alta, de amor imposible ay cuando me dijo eso, me puse… me mimeticé y le dije: (Imita la voz del tipo bien.) “Si usted quiere hablar con mi hija Adriana primero tiene que hablar conmigo y mi mujer…”. Y él se dio cuenta de que yo lo estaba imitando, quiero decir que había hecho una cosa que hacen ellos muy bien, que es no pronunciar las vocales, no. Yo lo imité, ¡Yo lo imité! “Si usted quiere hablar con mi hija Adriana…”. Él me miró con esa superioridad de la gente bien, sin necesidad de mucho, me miraba, entonces apenas me miró yo sentí una especie de derrota, pescaba que yo lo estaba imitando, imitando, tratando de descifrar las tonalidades de la gente bien para hablar como él… entonces rápidamente me dijo: “Por favor, señor, vamos a aclarar bien las cosas, que no estamos en la época de annntes, ¡por favor, señor, tranquilícese que no estamos en la época de Antesss! ¡¡¡Antessss!!!”.

Como yo soy disléxico y pierdo el sentido del tiempo y del espacio, creo que, ahora me doy cuenta, que “Antessss, Annntesss”, se refería a un período anterior, un período que era anterior, y después, viene el futuro. Pero como soy disléxico, me quedé con el Annntesss… me enfrenté a él y le dije: “¡Y yo soy el PAAADRE, yo soy el PAAADRE!”. Me puse cacofónico. Nos miramos. Y acá pasó una cosa preciosa… Él me miró y como si hubiera comprendido toda mi relación histórica y con Adriana… todo de golpe, de golpe, me miró y… no me dijo nada, pero yo sentí que me decía “… Pobre… está bien… a todos a esta edad nos pasa lo mismo… qué vas a hacer… somos dependientes de la mujer…”. Pero sin palabras, con gestos, muy chiquitos… (Pausa.) parece increíble a mi edad, tanto esfuerzo que hacemos por ser machos y de repente un tipo que no conozco comprendió toda la historia de la relación con mi mujer, todo, minuciosamente todo, ¡en cinco minutos se dio cuenta de todo! Y yo quedé esperando que ella dijera: “Yo soy la madre”. ¡se dio cuenta de que ella no se levantó y que yo me sentí humillado! Me emocionó tanta comprensión, esta especie de alianza de clase de calzonudos. Y entonces me emocioné y quise como abrazarlo ¡pocos hombres me habían entendido así! Confieso que hasta creo que hubo como un intento de beso, pero no beso de marica, no, no, beso de hombre… y acá me equivoqué otra vez porque me olvidé de que la clase alta no se toca… la clase alta no se toca, no se deja agarrar, son gente que tienen una habilidad enorme de moverse sin tocarse. (hace un movimiento mímico imitando al tipo bien esquivándole el abrazo y cómo penetra estéticamente en su living en dirección a

Adriana.) Él, sobre la marcha y con una gran elegancia, hace este movimiento estético moviéndose hacia aquí… juro que cuando él se mueve… yo estoy acá desairado… lo primero que hice fue colocar la boca hacia acá (Re-


POTESTAD ı 2010 · 47

tracción del labio en posición del beso inicial.)… me dio pudor, me dio mucho

pudor este movimiento… él está aquí, la mano izquierda de él… juro que en este momento no retengo… sé que está la mano izquierda de él dirigida hacia Adriana pero no puedo recordar dónde está Adriana en este momento… no percibo la figura de ella sólo sé que él está acá (Se sienta en la silla de Ana

María e imita el fallido empujón de esta sobre el hombre bien y luego mima la forma en que la esquiva estéticamente.) y Ana María está aquí sentada a un

metro veinte, un metro treinta, pega un salto hacia él cuando lo ve venir hacia Adriana, como para empujarlo, y él, como si conociera el movimiento de Ana María, como si captara todo esto, hace así, así, así y Ana María pasa de largo y ¡boom! ¡se da con la jeta contra la pared! Y él se queda acá. Aquí, aquí, sí, por Dios, recuerdo ahora que Adriana está levantada, le toma la mano derecha a la nena y (Mira el pasaje de Adriana y el hombre bien, hacia la puerta de calle,

tomados de la mano.) aquí primeramente percibo que Adriana está con la mano derecha aquí, la mano izquierda de él aquí, la mano derecha de Adriana aquí, hay un movimiento de Adriana que me mira, me mira y yo siento que me dice: “Te quiero papá, te quiero papá…”. Hay un sucesivo pase, una armonía estética en el deslizarse de los dos, ninguna violencia, ninguna agresión. ¡Nada!, ¡Nada! © Ana Ferrari era intimidad, ni violatorio de nada, todo se deslizaba, la mano derecha aquí, la mano izquierda aquí, la mano… cuando pasa Adriana aquí, hacia adelante, yo avanzo, ¡fue el primer movimiento espontáneo de la tarde! pero no puedo hacerlo porque hay un hombre que se me cruza, se me cruza en el momento en que yo avanzo hacia Adriana para pararla, en el momento en el que yo voy a avanzar. Adriana está con el primer hombre que se la lleva poco a poco. Ella alejándose y se me adelanta el hombre: “¡Por favor señor, no estamos en la época de antes! Por favor señor, que no estamos en la época de antes, ¿eh? Vamos a hablar diez minutitos con su hija, vamos a volver a hablar con usted y su mujer ¿eh? Diez minutitos, eh…”. Hay un último movimiento de Adriana, que me vuelve a mirar: ”¡Adiós papá! ¡¡¡adiós papá, adiós papá!!!”.

Yo no recuerdo… estoy aquí sentado… recuerdo una serie de imágenes…

(vuelve

a colocarse en su silla y realiza movimientos mímicos de las po-

María después que se la llevaron a Adriana.) estoy aquí… sé que hay una mirada de Ana María que está acá… y Ana María me mira, como los matrimonios no nos miramos habitualmente, más allá de… más allá de… siciones de él y ana


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Tampoco recuerdo cómo llega Ana María aquí, lo que sí recuerdo es que la mano derecha de ella está aquí, la mano izquierda mía aquí, así, sí, sí aquí está, la mano, le tomo la mano derecha con la izquierda mía, le aprieto la mano, es una ceremonia, un ritual del silencio, del dolor, sin hablar… todo estaba acá, todo estaba acá, ¡por Dios!… las dos manos tocándose, no había nada que hablar… y yo descubro: esta es mi mujer… esta es mi mujer… Y los dos miramos cómo se la llevaban a Adriana…

(entra

tita colocándose detrás de él. a partir de aquí y durante ciertos

momentos de la obra los dos personajes sentados en ambas sillas, realizan movimientos con las sillas que en la puesta inicial de

Brisky tenían en sen-

tido de acercamiento o distanciamiento afectivo de los personajes en momentos críticos. no queremos “marcar” nuestros movimientos, es decir, los momentos de mayor acercamiento o distanciamiento o persecución de ambos personajes expresados a través del movimiento de las sillas. en nuestra

puesta los personajes se aproximan sin tocarse nunca. cada elenco debe encontrar a través de los ensayos sus propios movimientos.)

Me resulta tan difícil hablar, Tita, tan difícil, tenía tantas ganas de hablar con vos… tantas ganas de hablar con vos, ¡por Dios! No me salen las palabras de la boca, me cuesta hablar. Con Ana María no puedo hablar, no puedo hablar, es increíble en un momento como este en que deberíamos estar más juntos con Ana, más juntos que nunca, estamos evitando enfrentarnos, no nos miramos, no podemos mirarnos a la cara… Tita. Estoy viviendo como un sueño, Tita, como un sueño, a veces tengo la impresión de que se va a abrir la puerta y va a aparecer Adriana como todos los días… Vos sabés, Tita, que con Ana María fuimos una pareja que nos quisimos mucho, muchísimo. Una pareja triste, resignada, esperando algo que nunca llegaba y paralizados por una ilusión.

Todos nuestros diálogos desembocaban siempre en lo mismo, en esa especial frustración de la espera, habíamos agotado todos los tratamientos médicos posibles y sin embargo los dos seguíamos aferrados a la esperanza, éramos una pareja resignada pera cada uno de nosotros tenía en el fondo una secreta ilusión, pero esa secreta ilusión no la compartíamos, habíamos agotado el dolor de compartir algo. Por eso cuando se acercaba la fecha, cada mes, ¡por Dios!, esperábamos el milagro, pero sin hablar, en silencio… (Pausa.) Y después, Tita, la llegada de Adriana… Yo te puedo decir literalmente que la llegada de Adriana modificó nuestra pareja. ¡Nosotros fuimos una pareja antes de Adriana y después fuimos otra pareja…! (Pausa.) ¡Nos han quitado la vida, Tita! ¡Nos han quitado la vida! ¡Me siento tan solo, tan vacío! ¡Ya nada tiene sentido para mí, Tita, es espantoso! Disculpá… disculpá mi incoherencia, Tita, pero me siento desgarrado por dentro, el esternón,


POTESTAD ı 2010 · 49

las costillas, estoy roto, y la desesperación es no poder imaginar cómo puedo seguir viviendo sin la nena… ¡cómo puedo seguir viviendo sin la nena!

Antes teníamos la ilusión con la esperanza. Ahora nos queda el recuerdo pero sin esperanzas. Nunca quise a nadie más en mi vida que Adriana. ¡NUNCA! Y me la robaron, Tita, ¡me la robaron con mentiras!, ¡sabias mentiras que solamente esta gente es capaz de transformar, lo bueno en lo malo, lo justo en injusto!

¡Cuando la calumnia de esta gente echa a rodar, todos los valores se trastocan!

Yo pensaba que la maldad era una cosa abstracta, ¡teórica! Pero cuando la veo encarnada en personas de carne y hueso, que gritan, se ríen, gesticulan, insultan y persiguen, Tita, persiguen, como si hubieran nacido para eso, ¡¡¡para perseguir…!!! Me siento tan solo, Tita… es muy difícil explicarte, Tita, el vacío inenarrable que se siente… Vos sabés que en estos momentos… Tita… uno se aferra a los recuerdos, a las imágenes… Cada imagen, te aferrás, así, así, así, así. (Pausa.) Los domingos a la mañana nosotros estábamos en la cama; Ana María y yo leíamos el diario en la cama, a Adriana la sacábamos a pasear después del desayuno… Cuando uno leía el diario, eh, y la nena venía a eso de las diez de la mañana y se metía en la cama entre nosotros dos, pero no hacía como todos los chicos “¡Papá, mamá, cuándo me van a sacar a pasear!”. Se quedaba en silencio, en silencio… Después Ana María le ponía un vestidito… la llevábamos a tomar el desayuno, aquí a lo de don Ignacio, ¿conocés a don Ignacio, ¿Tita? ¡Tita! ¡Tita! (Tita no lo mira.)

Íbamos caminando, Ana María a la derecha, en el centro Adriana y yo a la izquierda… nos acercábamos a la vereda y apenas don Ignacio nos veía venir, gritaba: “¡Medias lunas con dulce y manteca para la niña Adriana! ¡Medias lunas con dulce y manteca para la!…”. TITA

(Gritando.) ¡Ya escuché!, ¡ya escuché!

ÉL

Después la sacábamos a pasear… Tita. A veces íbamos al Italpark, al Tigre, a Ezeiza,… al bowling… Vos no sabés la paciencia infinita que le tenía Ana María a la nena… infinita… ¡cómo si hubiera almacenado todo su amor durante tantos años de espera y hubiera podido expresarlo de golpe sobre la nena! (Pausa.)

Don Ignacio vino a verme el otro día… él la quería mucho a la nena. Quince días después que se la llevaron vino a verme… golpeó, abrí la puerta,


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me miró. Nos abrazamos, el viejo me apretaba y sollozaba, me apretaba fuerte, ¡abrazo de macho, Tita! Abrazo de los de antes, sollozaba y me apretaba… yo nunca lloré tanto, Tita, ni cuando murió mamá… TITA

(Se levanta de la silla.) ¡¡Mamá!! (Se sienta lentamente.) Mamá, mamá…

ÉL

Ana María bajó diez kilos desde que se llevaron a la nena, Tita. Se está volviendo loca. Ella, que era tan solidaria, una mujer tan fuerte, fue demasiado brutal, demasiado de golpe, fue espantoso, voy a tener que sacarla del cuarto de la nena… cierra la puerta con llave y habla, habla, como si estuviera con la nena. Se va a la cocina y dice:

“No puede ser, no puede ser”… Nos dejaron solos, Tita, en este país de mierda, en este país de cagones, en este país de cornudos, nos dejaron solos, ¡Tita! ¡No vino nadie a vernos! En este país de cabrones, no vino nadie, Tita, nos dejaron solos, ¡solos! (Pausa. Se acerca, parece que la va a tocar, pero nunca llega a hacerlo.)

Veinte días antes de que se la llevaran, yo le hice una reunión a Adriana. Vinieron los chicos y las chicas del colegio. Vos la conocés a Ana María, hizo empanadas, para todos. Meta empanadas y vino. Yo estaba en un rincón viéndolos a los chicos y Ana María me decía: “Ahora cuando vengan los padres a buscar a los chicos, saludalos, no seas tímido como siempre, hablá un ratito”.

Vos sabés, Tita, que en el fondo yo soy muy tímido… vos me conocés bien… Tita, si no me conocés bien vos, ¿quién me conoce, eh? (Tita no lo mira.) Había una pelirroja amiga de Adriana entre las amigas, y de repente vino el padre a buscarla y se puso a hablar de fútbol con otro, de River, ¡Tita!, de la época de “La Máquina”, de mi época, empezamos a hablar de fútbol con el padre de la pelirroja. Ana María me miraba y me decía: “Ahora te gusta hablar, ¿eh?”. ¿Y qué querés?, le decía yo, si lo único de lo que me gusta hablar es de fútbol… quedamos con el padre de la pelirroja, la amiguita de Adriana, en ir al fútbol juntos… él había quedado en llamarme para ir juntos a la cancha… (Pausa larga.)

Quince días después que se llevaron a la nena, fui a lo de don Paco, a la farmacia, conocés lo de don Paco, Tita, ¿eh? (Tita no lo mira.) ¿Sabés dónde está? La farmacia… a la vuelta de la esquina, fui a comprar aspirinas, y cuando estaba pagando en la farmacia, miré a un costado… y estaba parado el padre de la pelirroja, el que había estado en casa quince días antes y yo lo miré y “¿¡Qué tal!? ¿¡Qué tal, cómo…!?”. Me esquivó, Tita,


POTESTAD ı 2010 · 51

el hijo de puta me esquivó… tuvo miedo, se puso a mirar la vidriera para no saludarme… el mismo que había estado en casa, el hincha de River… ¡cagones! Por eso, Tita, cuando Ana María me dijo que vos habías hablado por teléfono para avisar que venías a verme, yo pensé… ¡pero esta es la misma amiga de siempre…! ¡Cuando yo estoy jodido vos estás a mi lado siempre y cuando vos estás jodida yo estoy…! Porque siempre estamos juntos, porque no tenemos miedo (Hace un chistido a Tita.)… ¡Shh! ¡Shhh! ¡Shh!

El otro día, el otro día sonó el teléfono, dos veces, no contestaron. Ana María pensó que era la nena, Tita, que no la dejaban hablar… pero que en cambio podía escuchar… Se puso como una loca, Tita… ¡Nena!, ¡Por Dios! Te están haciendo algo, te están pegando, yo estoy aquí con papá, te quiero mucho, hija… ¡Se estaba volviendo loca, Tita!

Yo le saqué el teléfono: “¡Hola, Adriana! ¡Aquí están papá y mamá, hija! ¡No hables, escuchá! ¡No hables, hija! Adriana, mamá y papá están acá rezando, rezando por vos…”. (Cruza las manos en actitud de rezo.)

(Se entrecorta el discurso.) El otro día cuando la vinieron a buscar… Yo quisiera hablar con su hija Adriana… yo soy el padre… en silencio… no estamos en la época de antes… no estamos en la época de antes… la mano derecha… Adriana, adiós, papá, adiós papá, adiós papáaaa…

Yo pensé que esto podría ocurrir alguna vez, Tita, pero nunca imaginé que fuera así, demasiado de golpe, estas cosas… pueden ocurrirle a otro, a otro. Nunca a uno. De haber sabido que las cosas podían ocurrir así, pienso que tal vez deberíamos haber actuado de otra manera, haber hablado más con ella, haberla prevenido, a veces pienso si no nos equivocamos en algo. A veces pienso, Tita, si no nos equivocamos con la nena… haberle dicho algo, explicarle algo, sugerido algo… Una sola vez en el día tengo la oportunidad de hablar con Ana María, ¡una sola vez! Y yo le pregunto: “¿No nos equivocamos en algo con la nena, Ana María, no deberíamos haberle explicado algo, haberle dicho algo?“. Pero ella no contesta, Tita, ella no habla, no come, no duerme, no ríe. Se está volviendo loca, ¡loca! Y yo tengo miedo por ella, Tita, pero también tengo miedo por mí… A veces he pensado si lo mejor que pudiera pasarnos a los dos… (Tita se levanta como para acariciarlo.

Él la elude y se sienta en la otra silla.)

Me da vergüenza, a esta edad, me da vergüenza decírtelo, Tita, pero tengo miedo de que te vayas y me dejes solo… solo con Ana María, me siento tan solo, tan impotente, Tita, ¡tengo que salir a trabajar! Y ella habla, habla como si estuviera con la nena, ¡se está volviendo loca, Tita! Tengo


52 · 2010 ı EDUARDO PAVLOVSKY

que salir a trabajar y no puedo dejarla sola, me siento tan impotente, no puedo dejarla acá sola. ¡Tengo tanto odio, Tita! ¡Tanto resentimiento! Nos dejaron solos. No puedo dejarla acá sola, ¡Tita! No te vayas, Tita, no te vayas. Tengo miedo, tengo miedo… no me dejes, Tita. Por Dios, Tita, no me dejes solo.

¡Tengo miedo de que se vuelva loca adelante mío! (Pausa. Se

vuelve a

aproximar, pero nunca se tocan.)

Vos sabés, Tita, vos sabés que yo nunca tomo nada para dormir… ahora todas las noches tomo algo para dormir… porque no aguanto, ¡no aguanto todas las noches el olor a lágrimas de Ana María llorando por la nena! ¡No aguanto las lágrimas! ¡Me da asco! ¡Asco del olor a lágrimas! No aguanto el olor a lágrimas en la camas y me escapo… me escapo de la cama… y vengo al living… me tomo dos pastillas y apenas comienzo a dormitar, apenas comienzo a dormitar se me aparece la cara de Adriana riéndose, entonces tengo la impresión de que todo fue una pesadilla y le empiezo a contar que soñé que la habían venido a buscar y que se la llevaban… y lloro como un loco, no sé si de alegría o de pena y de repente la cara de la nena se empieza a esfumar y yo me siento sobresaltado. Desde que la vinieron a buscar sueño lo mismo todas las noches. Me doy cuenta de que estoy soñando, pero me hago trampas, Tita, trato de pensar de que es realidad, que no es un sueño, para retener la imagen de la nena tres segundos, nada más que tres segundos… para verle la cara unos instantes, nada más que unos instantes. (le chista a Tita.) ¡Shhh! ¡Schhh! Es Ana María, Tita. ¡Es Ana! ¡Shhh! ¡Shhh! ¡Es Ana! (Se dirige hacia la pared posterior, donde se coloca bruscamente en posición de

“cacheos”

policiales con los brazos y las manos abiertas apoyadas y tocando la pared.

Al

darse vuelta aparece transformado en un burdo personaje fascista,

con las manos en la cintura.

El proceso de metamorfosis es casi grotesco. Lentamente vuelve al “personaje” anterior y se sienta para reanudar el diálogo con Tita. Al reanudar el diálogo con Tita, algo del personaje fascista se debe apreciar sutilmente en la actuación.)

Vos sabés, Tita, que la nena sufrió mucho. Primero lo de los padres y ahora esto… ¿Vos sabés cómo conocí yo a los padres de Adriana, Tita? Él tenía un buraco acá en el frontal, era impresionante,… diez centímetros… acá… ¡impresionante! Tenía además un agujero en el molar, fosa orbicular derecha, comisura labial. Se le veía el piso de la boca… Nunca vi tanto agujero en una jeta, además tenía el parietal abierto, con salida de masa encefálica, ¡era impresionante! A ella, le habían tirado con una 45 durmiendo, acá, en la cama, no tenía jeta… no tenía jeta, Tita, tenía una cavidad, se le veía apenitas un poquito del ojo acá… ¡era impresionante! Ninguno de los


POTESTAD ı 2010 · 53

dos tenía cara… Me llamaron para ver si estaban vivos, lindo oficio el de médico, Tita, ¡¿eh?! (Se ríe. Tita no lo mira.) Los muchachos me llamaron para ver si estaban vivos. Fue un domingo a la tarde, en la calle Amenábar 2030, me puse el guardapolvo blanco, agarré el aparato de la presión arterial que me regaló papá… Te acordás, Tita, del aparato que me regaló papá (Se ríe.), y me subí al coche. Lindo oficio el de médico, ¿eh? Llegué a las cinco de la tarde ahí, toqué el timbre, apareció uno de los muchachos lleno de sangre, con el arma en la mano, y me dijo:”¡Buenas tardes, doctor!; yo miré y vi a otros dos tipos parados en la ventana, estaban armados. “¡Buenas tardes, doctor”! “¿Sí?”.

“Queremos que usted certifique si la señora ha fallecido porque hasta hace poco estaba gritando”…

Yo miré hacia la cama… ella tenía el bracito colgando, no tenía jeta, Tita, una agujero así… “¿Usted quiere que yo revise a la señora?”. ¡Lindo oficio el de médico, Tita! Él se fue caminando y se puso al lado de los otros dos… el cuarto estaba todo lleno de sangre.

Había sangre en la puerta, en el piso, en el techo, en las ventanas. Estaban los tres contra la ventana mirándome. Agarré el bracito de ella, le coloqué el aparato de la presión que me regaló papá. “¡Cero!”. “La señora ha fallecido”, dije.

“Muchas gracias, doctor. Queríamos que usted certificara”, y se fueron…, Tita.

Me dejaron solo. ¡El papá y la mamá de Adriana eran fanáticos,

Tita! ¡A estos hijos de mil putas, si no los cagaban a balazos en la cama te cagaban ellos, te hacían volar la casa…! Estaba ahí… yo me acerqué a la cama… eran jóvenes…

(En

este momento debe caer sangre1 sobre la cara del personaje.)

Me dejaron solo. Escuché como un llanto, Tita, en el cuarto de al lado… abrí la puerta y vi a la nena ¡hijos de puta! ¡tienen a la nena acá! ¡hijos de puta! ¡estaba la nena acá…! ¿Qué edad tendría Adriana? Un año y medio o dos… Por Dios, ¡un milagro de Dios!, ¡tantos años esperando, gracias a Dios…! ¡Quién te va a cuidar a vos más que yo y Ana María; que estuvimos esperándote tantos años! Agarré a la nena y la puse en el coche y la nena me miraba con esos ojos celestes, la nena me miraba y se la llevé a Ana, y Ana abrió la puerta ¡Ana! ¡Ana!, no digas nada, esta nena es nuestra, Ana, esta nena es… no preguntes nada, no preguntes nada… ¡me la gané


54 · 2010 ı EDUARDO PAVLOVSKY

yo, yo, YO! Esta nena es nuestra, me la gané YO! Esta nena es nuestra, me la gané ¡YO! ¡YO! ¡¡¡Es nuestra!!! ¡¡Sh Shhh!! No preguntes nada. nunca preguntes nada. Nunca más preguntes nada. Nunca más.

Le enseñamos a decir mamá y papá de entrada.

Ella necesitaba tanto amor, Tita, y nosotros teníamos tantas ganas de dárselo, ¡por Dios!

¡Eran épocas de mierda, Tita! Había que salir a cagarse a balazos todos los días… Por eso, Tita, cada vez que suena el teléfono y yo pienso que puede ser Adriana, que no la dejan hablar pero que en cambio puede escuchar… (la cara debiera estar totalmente ensangrentada.)

“Hola, Adriana, no hables hija, no hables y escuchá, escuchá… yo quiero que sepas que papá y mamá están aquí rezando por vos todos los días, todos los días rezando… Hay que tener mucha paciencia, Adriana, mucha paciencia. Porque si las cosas siguen así, y Dios quiere, dentro de muy poco, vamos a estar juntos otra vez los tres, Adriana. Si las cosas siguen así, dentro de muy poco, vamos a estar juntos otra vez los tres…”.

APAGÓN FIN

1 · Nosotros utilizamos un tubo con un líquido del color de la sangre. El tubo estaba colocado en el techo y se implementaba en el momento preciso con una jeringa desde el costado.


LOS TRES PATITOS Beatriz Pustilnik

Š Ana Ferrari


56 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

Personajes MERCEDES ı 26 años ı En el comienzo parece adolescente ı Usa zapatillas “de marca”, remera, jeans ı Lleva una mochila. ROSA ı 74 años. Viste batón y chinelas. En el transcurso de la obra va mejorando su aspecto.

© Ana Ferrari

ESCENA 1 Febrero de 1999. Vereda de un barrio porteño. Vemos la fachada de una casa modesta, la pintura gris está algo descascarada y sucia. La puerta está entreabierta. Un enanito de jardín cachado en los bordes, inclinado, la traba para que no se cierre. El hall está en penumbras, lo único que se ve es un pie y tobillo de mujer apoyados en una sillita de mimbre de niño. Mercedes viene desde la esquina y se detiene ante la imagen. Las primeras voces que se oyen mientras Mercedes mira la escena son de mujer y deben sonar como un recuerdo en su cabeza.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 57

VOZ 1

Dejalo ahí, que corra el aire.

VOZ 2

Se va a romper, mamá.

VOZ 1

Hace “mucha” calor.

Mercedes se queda inmóvil frente a la puerta. ROSA

(Asomando.) ¿Buscás a alguien?

Mercedes se sobresalta. MERCEDES

No, no. Miraba el enanito.

ROSA

¿Te gusta?

MERCEDES

Es… No sé, me parece conocido.

ROSA

Es de lo más común.

MERCEDES

Sí, pero así, inclinado. Como está puesto ahora. No sé…

ROSA

Ah, lo pongo de costado para que me trabe la puerta.

MERCEDES

(Tomando

las palabras que se oyeron en el comienzo.)

Para que

corra el aire.

Mercedes se queda callada, buscando en su cabeza. ROSA

¿Te comieron la lengua los ratones?

Mercedes se agacha, toca el enanito. Se levanta con brusquedad. ROSA

(Se levanta, endereza el enanito.)(Pícara.) ¿Te mordió?

MERCEDES

(Sonríe.) No.

ROSA

Ah, si no, me decís y lo ponemos en penitencia.

Mercedes sonríe. MERCEDES

Es raro. Como si lo hubiera visto antes en alguna parte.


58 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

ROSA

Ya te digo, muy original no es el pobre. (Lo levanta y se lo acerca.)

MERCEDES

(Lo toca.) ¿Hace mucho que lo tiene?

ROSA

Añares.

MERCEDES

(Huele desde la casa.) Qué rico olor.

ROSA

Puchero. Con “la” calor que hace y a mí se me dio por hacer puchero. Qué vieja loca ¿no? (Deja el enanito en el suelo.)

MERCEDES

Me encantaría comer un puchero de gallina.

ROSA

Es de carne. Con huesito caracú.

MERCEDES

Nunca comí. Mi mamá no es de cocinar.

ROSA

Cuando quieras… Los lunes en esta casa se come puchero.

MERCEDES

(Sonríe.) Bueno, gracias.

ROSA

Aunque haga calor. Hoy mismo, si tenés ganas. (Referencia enanito.) Te invitamos. Ya que se conocen.

MERCEDES

(Sonríe.) Otro día. (Huele.) Se come con la nariz.

ROSA

Es el puerro. No falla. Lo ponés a hervir con lo que sea y te inunda la casa.

MERCEDES

Bueno, chau (No se va.)

ROSA

(Sacando la silla a la vereda.) ¿Vivís por acá? (Se sienta.)

MERCEDES

No. Voy a lo de una compañera.

ROSA

¿Del colegio? (Saca un abanico del bolsillo, se abanica.)

MERCEDES

De la facultad.

ROSA

Ah. Qué bien. ¿Qué estudiás?

MERCEDES

Psicología.

al


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 59

Mercedes mira el abanico. ROSA

Mi hija era psicóloga.

MERCEDES

Mamá quería que estudiara otra cosa. Más rentable.

ROSA

Podés trabajar particular: se gana más. (Saluda

con un gesto a

alguien que la saluda desde enfrente.)

MERCEDES

¿Su hija…

ROSA

(La interrumpe.) Trabajaba en un hospital.

MERCEDES

Igual me falta mucho para recibirme. (Por plumas? (Lo toca.)

ROSA

(Le llama la atención algo en la mano de Mercedes, pero no dice nada.) Ah, este. Sí, era de mi tía. Tenía una colección y a mí me

el abanico.)

¿Es de

tocó el de plumas en la repartija. ¿Cuánto te falta? MERCEDES

¿Para qué?

ROSA

Para recibirte.

MERCEDES

Como cinco años, si no más. A mí me cuesta mucho estudiar.

ROSA

Como a todo el mundo.

MERCEDES

Un poco más.

ROSA

¿Por?

MERCEDES

Hay gente a la que le cuesta más. (Mira irme.

ROSA

(Le mira la mano de reojo.) Cuando pases, vení a saludarnos. (Guarda el abanico. Levanta el enanito, lo pone en la falda.) Te

el reloj.)

Tengo que

vamos a estar esperando. Los martes hacemos croquetas de papa. MERCEDES

Mmm… Tentador.

ROSA

(Por el enanito.) A él le encantan.


60 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

(Sonríe.) A mí también.

Mercedes mira la puerta, toca el enanito; se va, queriendo quedarse. MERCEDES

Chau.

APAGÓN

ESCENA 2 Días después, Mercedes está parada frente a la casa gris pero la puerta está cerrada. ROSA

(Asoma por la mano.) Hola.

ventana, tiene un crochet de hilo amarillo en la

MERCEDES

Pasaba.

ROSA

¿Vas a lo de tu amiga?

MERCEDES

Sí.

Rosa teje. MERCEDES

¿Qué es?

ROSA

(Le muestra.) Una carpetita.

MERCEDES

Linda.

ROSA

(Sigue con el tejido.) ¿Cómo te llamás?

MERCEDES

Mercedes.

ROSA

Yo soy Rosa.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 61

MERCEDES

(Le parece oír algo, espía.) ¿Tiene un gato?

ROSA

Varios.

MERCEDES

¿Dónde están?

ROSA

Por todas partes.

Mercedes mira la carpetita que teje Rosa. ROSA

Vivo con tres gatos, un enanito y un zumbido.

MERCEDES

¿Abejas?

ROSA

No, no. Me zumba un oído. (Se mete un dedo en la oreja y lo hace vibrar.)

MERCEDES

¿Siempre?

ROSA

Casi siempre. Va y viene. Ahora no lo tengo. Es como un silbido: uhhhhhhh.

MERCEDES

Un acúfeno.

ROSA

Como se llame.

MERCEDES

Hay unos aparatitos…

ROSA

No. Si yo no quiero que se me vaya.

MERCEDES

Pero debe ser incómodo.

ROSA

Sí.

MERCEDES

Mi papá es otorrino. Si usted quiere…

ROSA

No. No quiero.

MERCEDES

Mire que…

ROSA

No. Gracias. (Pausa.) Es… (busca la palabra, no la encuentra.) es algo mío.


62 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

Si es por eso yo tengo problemas de aprendizaje y le aseguro que me los querría sacar de encima.

ROSA

Hay cosas que no se sacan de encima. Se llevan con uno lo mejor que se puede. (Rosa ve algo en la

vereda, deja el tejido y sale con una escoba y una pala.)

Estos pe-

rros. MERCEDES

(No

puede parar de hablar.) En casa no hay gatos. Siempre quise tener uno. A Mamá no le gustan. Cuando viva sola… (Mira hacia adentro.) ¿Hay patio?

ROSA

(Tranquila, mientras barre la vereda.) Y un jardincito. ¿Querés pasar? (Saluda de nuevo con un gesto.)

MERCEDES

No, no. (Pausa día.

incómoda.)

Otro

ROSA

(Entrando.) Hoy tenemos sopa de cebada. (Se burla de sí misma.) Bien veraniega.

MERCEDES

(Mira para adentro.) ¡Cuántas fotos!

ROSA

Ah, sí. (Se corre para que pueda ver mejor y las muestra.) Mi marido y yo.

MERCEDES

Qué hermoso vestido.

ROSA

Encaje y satén. La cola era de tul bordado. Regalo de mi tía Grise, la del abanico. Creo que el vestido costó más que todo el casamiento junto.

Mercedes sonríe. ROSA

(Muestra otra foto.) Luna de miel en Los Cocos.

© Ana Ferrari


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 63

MERCEDES

Eso es en Córdoba, ¿no?

ROSA

Sí.

MERCEDES

¿Y su marido…?

ROSA

Falleció. Hace muchos años. En esta estaba embarazada de mi hijo.

MERCEDES

Qué panza.

ROSA

Aquí lo tenés: este es mi hijo con mi nuera. Viven en España.

MERCEDES

¿Ella es psicóloga, no?

ROSA

No, la psicóloga era Alicia, mi hija. (Muestra otra foto.) Esta. El de al lado es mi yerno y la que está en brazos, mi nietita Luly.

Rosa se queda callada. MERCEDES

¿En España, también?

Rosa sigue callada. MERCEDES

¿Viven en España también?

ROSA

(Seca.) No.

MERCEDES

Bueno… (Hace amague de irse.)

ROSA

¿Cuántos años tenés?

MERCEDES

¿Cuántos me da?

ROSA

Dieciocho. Veinte.

MERCEDES

Siempre lo mismo. Cumplo veintiséis en agosto.

Mercedes se recoge un mechón de pelo y Rosa le mira la mano con atención. ROSA

Veintiséis…


64 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

¿Vio? Parezco menos.

ROSA

(Absorta.) Veintiséis.

MERCEDES

(Incómoda.) Mi compañera me debe estar esperando.

ROSA

(Reacciona.) Claro. Sí, andá… (Busca el nombre.) ¿Mercedes, no?

MERCEDES

Me dicen Mecha.

ROSA

(La mira.) Mecha.

ESCENA 3

APAGÓN

Varios días después, en la vereda, en la puerta de casa de Rosa hay varios elementos de limpieza: un balde, trapos, un secador de piso, un plumero. Mercedes está sentada en la sillita de mimbre, hay otra silla vacía. Rosa limpia. Mercedes ceba mate. El enanito está en el umbral. Mercedes usa una vincha amarilla de hilo tejida al crochet. Toman mate. MERCEDES

Hice todo más tarde.

ROSA

Bueno, da lo mismo mientras lo hagas.

MERCEDES

Cambié de carrera.

ROSA

Eso pasa.

MERCEDES

Primero, medicina. (Le alcanza un mate.)

ROSA

También, nena, mirá lo que te elegiste, bien peliagudo.

MERCEDES

Quería seguir la carrera de papá.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 65

ROSA

Ah.

MERCEDES

Imposible. Si a mí me costó hasta la primaria. Casi repito tres veces.

ROSA

Mirá.

MERCEDES

No entendía las cuentas.

ROSA

Para qué están las maquinitas. Ahora es todo maquinita.

MERCEDES

Y la secundaria, no le cuento. Un martirio. Me temblaban las piernas cada vez que tenía que pasar al frente.

ROSA

¿Nunca averiguaste por qué? Alcanzame el plumero.

MERCEDES

No se sabe. (Se lo alcanza.)

ROSA

No se sabe, no se sabe. Hay especialistas para todo y no saben nada. (No llega a la telaraña que quiere sacar.)

MERCEDES

Se me nublaba la vista. Me transpiraban las manos. (Acerca sillita y se para sobre ella, señala el plumero.) A ver, deme.

la

Rosa se lo da y le mira la mano a Mercedes con atención. MERCEDES

(Sacando la telaraña.) Estudiaba y no me quedaba nada.

ROSA

A veces la cabeza está en otra parte.

MERCEDES

(Vuelve la sillita a su lugar.) Se me hacía un barullo de nombres y de fechas.

ROSA

Sin embargo ya estás en la facultad.

MERCEDES

Recién empiezo. Y tengo casi…

ROSA

Veintiséis años.

MERCEDES

(Se toca el pelo.) Qué linda la vincha. ¿Sabe que el amarillo es mi color preferido?

ROSA

A mí también me gusta. Es alegre.


66 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

Aparte se “re-usan”.

ROSA

(Por el mate.) ¿Querés que lo arregle?

MERCEDES

No, está riquísimo. En casa no toman.

ROSA

Mirá.

MERCEDES

Es un poco amargo nada más.

ROSA

Le pongo azúcar, si querés. De paso caliento el agua.

MERCEDES

(No quiere que se vaya.) No, no. Está bien así.

Pausa. Siguen tomando mate mientras Rosa limpia. MERCEDES

No le conté a mamá…

ROSA

¿Qué?

MERCEDES

Que vengo.

ROSA

¿Por?

MERCEDES

Es algo mío.

Pausa MERCEDES

Además, me parece que no le va a gustar.

ROSA

¿Por?

MERCEDES

Es posesiva.

Pausa MERCEDES

(Agarra

un trapo y se lo pasa al enanito.)

hija? ROSA

De mi nieta.

MERCEDES

Al final no me contó lo que les pasó.

¿El enanito era de su


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 67

ROSA

No…

MERCEDES

Me dijo que un día me iba a contar.

ROSA

Hay tiempo…

MERCEDES

¿Por qué no ahora? (Deja el enanito y le da un mate.)

ROSA

(Recibe el mate y le aprieta la mano con ternura.) (Seria.) Es una historia amarga.

MERCEDES

Le ponemos azúcar.

ROSA

Mi nieta era un terroncito de azúcar. ¿Viste la foto, no?

MERCEDES

Sí. ¿Cuántos años tenía ahí?

ROSA

Casi tres.

MERCEDES

Chiquita.

ROSA

¿Vos tenés hermanos?

MERCEDES

No. Después de mí, se terminó la producción. (Sonríe.)

ROSA

¿Por qué?

MERCEDES

No sé. A mamá no le gusta que le pregunte.

ROSA

¿No le gusta?

MERCEDES

No.

Rosa

junta los elementos de limpieza y los entra,

ayuda desde afuera.

Mercedes

la

MERCEDES

Vi que hay una feria en la placita de la otra cuadra. El otro día pasé. Me fijé si usted estaba.

ROSA EN OFF

¿Yo?

MERCEDES

Sí.


68 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

ROSA OFF

¿Por?

MERCEDES

Me la imaginé comprando pescado para los gatos.

ROSA EN OFF

No, mis gatos son más modestos. Comen hígado.

MERCEDES

Qué asco.

ROSA

(Saliendo.) Igual que mi Alicia: “No le des hígado a la nena, mamá. Es pastoso”. Luly se metía cualquier cosa en la boca: la arena de la plaza, las orejas del conejo. Pero hígado no había que darle porque era pastoso.

MERCEDES

¿Tenía un conejo?

ROSA

De peluche. Dormía con él.

MERCEDES

¿Así que no va a la feria?

ROSA

A la de esa plaza, no. ¿Sigue estando la calesita?

MERCEDES

Sí, la vi.

ROSA

A Luly le gustaba el caballito amarillo. Me quedaba parada al lado de ella y la tenía fuerte de la cintura.

MERCEDES

¿No se mareaba?

ROSA

No.

MERCEDES

Yo me mareo si subo a una calesita.

ROSA

Nosotras dábamos muchas vueltas.

MERCEDES

¿Cuánto hace que no va?

ROSA

Veintidós años, cinco meses y tres días.

APAGÓN


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 69

© Ana Ferrari

ESCENA 4 Rosa y Mercedes están sentadas en el banco de la plaza. Entre medio hay galletitas, un termo, un mate y un equipo de yerba y azúcar. Rosa usa pollera, blusa y sandalias. Está más arreglada que en la escena anterior. Mercedes tiene un look menos adolescente. ROSA

(Le da un mate.) Tengo una mala noticia.

MERCEDES

¿Qué pasó?

ROSA

El enanito.

MERCEDES

¿Se rompió?

ROSA

(Pícara.) Se puso celoso.

MERCEDES

Ay, Rosa. Me asustó.

ROSA

Desde que nos encontramos acá me hace unos pucheros…


70 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

(Le devuelve el mate.) ¿Vio que es más rico dulce?

ROSA

No sé, no me acostumbro.

Cae una pelota cerca de ellas y Mercedes la devuelve. MERCEDES

La que está de lo más inquieta es mi mamá.

Pausa. MERCEDES

No me cree. Piensa que tengo un novio y no le quiero contar.

ROSA

¿Te dijo?

MERCEDES

No, pero la encontré hurgando en mi mochila el otro día.

ROSA

¿Qué buscaría, no?

Rosa se saca las sandalias con cierta dificultad, Mercedes la ayuda. MERCEDES

No la veo a usted metiendo las narices en las cosas de …

ROSA

Alicia. Se llamaba Alicia. Y no. Nunca le revisé nada.

Rosa apoya los pies descalzos sobre el piso y disfruta de liberar los dedos, los mueve, patalea un poco. MERCEDES

Le tenía confianza.

ROSA

Era muy seria. Bonita. (La mira.) Así, castaña, como vos. Flaquita. Con unos ojos grandes, marrones. Tenía unas pestañas tan oscuras que en el colegio un día pensaron que se las había pintado.

MERCEDES

¿Y? (Acomoda las sandalias de Rosa a un costado.)

ROSA

No se podía. Ahora van como quieren. En esa escuela no se podía. El Normal era muy estricto. ¿No te querés sacar las zapatillas? Descansás los pies.

MERCEDES

(Empieza a desanudarlas.) ¿A qué escuela iba?

ROSA

Al Normal siete. Quería ser maestra.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 71

MERCEDES

Pero estudió psicología.

ROSA

Después.

MERCEDES

¿Era buena alumna?

ROSA

La mejor.

MERCEDES

Qué orgullo. Digo, para usted. (Apoya los pies sobre el piso, como

Rosa.) ROSA

Sí, para mí sí. Ella no le daba importancia. Pensaba en otras cosas.

MERCEDES

¿En qué?

ROSA

Le daban pena los chicos pobres. Quería irse al campo a enseñar.

MERCEDES

Después cambió de idea.

ROSA

Se metió en Psicología y conoció al que sería mi yerno.

MERCEDES

¿Se casaron enseguida?

ROSA

Cuando quedó embarazada de Luly. Lucía, por la canción de Serrat. (Rosa canta una estrofa de Lucía, de Joan Manuel Serrat.)

MERCEDES

Lindo.

Mercedes se para, camina unos pasos. Se estira. ROSA

Él la llevó a un barrio donde trabajaba. Enseñaban a leer y a escribir.

MERCEDES

En vez de irse al campo…

ROSA

Sí. Acá hay mucho por hacer, decía mi yerno.

Rosa se queda mirando el vacío. MERCEDES

Me gusta esta plaza.


72 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

ROSA

Los árboles… las flores. Está más cuidada que antes.

MERCEDES

¿Qué hacen ahí?

ROSA

Juegan a las damas. Las mesas tienen pintados los tableros.

MERCEDES

Lástima que tiren tanta basura.

ROSA

Los perros la revuelven.

ROSA

¿Te gustaron mis croquetas de papa?

MERCEDES

Uy.

ROSA

¿Qué?

MERCEDES

Me quedaron en la mochila.

ROSA

¿No las comiste?

MERCEDES

Con el apuro me olvidé. Se me habrán engrasado todos los apuntes.

ROSA

Yo quería que las probaras. A Luly le encantaban.

MERCEDES

No, si las voy a comer. Salvo que mamá me las haya tirado.

ROSA

No creo…

MERCEDES

Es capaz.

ROSA

¿Por qué te las va a tirar?

MERCEDES

Si sabe que me las hizo usted, seguro.

ROSA

Te hago otras. (Mirando a lo lejos.) Aquélla trajo el perro.

MERCEDES

(Tira la yerba en un cesto, agrega yerba nueva.) ¿Y?

ROSA

No se puede. Ensucian la arena.

MERCEDES

Nunca me habló de su yerno. ¿Cómo era? (Se ceba un mate.)

ROSA

Pedro no era muy alto. Mi hija le llevaba unos centímetros, así


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 73

que siempre se cargaban entre ellos. Luly también parecía que iba a ser chiquita de estatura. MERCEDES

¿Se llamaba Pedro?

ROSA

Sí, Pedro.

ROSA

Se daba maña con la carpintería. A Luly le había hecho una casita. La tenía en el jardín.

MERCEDES

Una casita…

ROSA

Con techo, hasta portero eléctrico le puso.

MERCEDES

¿Y Luly jugaba con el enanito en la casita?

ROSA

Lo ponía en la puerta.

Mercedes se pone las zapatillas. ROSA

Mi yerno estaba por hacer dos ventanas en el fondo justo el día en que…

Rosa se interrumpe. No sabe si seguir contando. MERCEDES

(Quiere saber.) ¿Sí…?

ROSA

Había ido a buscar unas maderas al aserradero. (Pausa.) Me acuerdo que tenía puesta una remera sin mangas y a mi hija no le gustaba. Ponete una camisa, le dijo.

MERCEDES

A mí tampoco me gustan los hombres en musculosa.

ROSA

Le corría el sudor. Era muy sudoroso. Un lindo muchacho. Castaño también.

Rosa se queda en silencio. Mira a Mercedes. MERCEDES

Entonces…

ROSA

Sí. Sí. Perdoname. Pierdo el hilo. (Se car.)

ceba un mate, le pone azú-


74 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

MERCEDES

(Se

da cuenta de que le cuesta seguir.)

Para después del mate

tengo caramelos. Los de limón. ROSA

Ah, vienen bien. Sacan el gusto a yerba.

Rosa suspira. ROSA

La puerta de casa estaba entreabierta…

Pausa. ROSA

Soy tan testaruda. Nunca cierro la puerta del todo. Sólo cuando me voy a dormir o si llueve. Con el viento golpea. Por eso la trabo…

MERCEDES

Con el enanito de Luly.

Pausa. ROSA

Empujaron la puerta.

MERCEDES

¿Quiénes?

ROSA

Tres… bestias. Uno grandote de bigote. Otro más menudo; no sabés la fuerza que tenía. Y el tercero, a ese no lo vi bien. Parecía finoli. Daba las órdenes desde más lejos.

MERCEDES

¿Y nadie hizo nada?

ROSA

Era la hora de la siesta. La calle quemaba. Puras persianas bajas.

MERCEDES

Claro…

ROSA

El enanito cayó con el golpe. Luly vino corriendo. Usaba un saquito rosa, de hilo. Treinta grados de calor y la nena con saquito. Alicia era así con la nena. Siempre discutían por eso.

Pausa. ROSA

Alicia venía atrás. El grandote la agarró de los pelos.

MERCEDES

Pero… ¿por qué?

ROSA

La arrastró para afuera.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 75

MERCEDES

Qué horror.

ROSA

Los esperaba el finoli en el auto. Ella gritó: mamá, cuidame a Luly.

Pausa. ROSA

Yo la estrujé contra mi pecho.

Pausa. ROSA

El más chico me tiró al piso de un manotazo. Luly se agarró de mi blusa. (Se estruja la blusa.) Cayó encima mío, mi amorcito… El finoli gritó: “Llevate a la nena, a la vieja dejala”.

Mercedes apoya su mano sobre la de Rosa. ROSA

Yo no entendía quién era la vieja. Llevame a mí, le pedí. Dejá a mi Alicia y a mi Luly tranquilas.

Pausa. ROSA

Me la arrancó. Yo la apreté muy fuerte. La apreté. (Le brazo a Mercedes.) Te lo juro.

MERCEDES

Me imagino.

ROSA

Luly no lloraba, mientras estaba conmigo no lloraba. Se agarraba fuerte.

MERCEDES

Con la abuela estaba bien.

ROSA

Entonces sentí un puntazo acá (le muestra un brazo.) No sabía qué era. Fue como un fogonazo. Y aflojé la presión. Cosa de un segundo. Te juro que fue sólo un segundo. No porque me doliera algo, no me importaba el dolor. Fue la sorpresa.

MERCEDES

Pobrecita.

ROSA

El auto arrancó a toda velocidad. Escuché el chirrido de las gomas.

MERCEDES

Dios mío.

aprieta el


76 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

ROSA

Desde entonces tengo el zumbido. (Se mete el dedo en el oído.)

MERCEDES

El acúfeno.

ROSA

(Le muestra el brazo.) Me corría un hilo de sangre por acá.

MERCEDES

La habían lastimado… (Mercedes le recorre una herida imaginaria con el dedo.) para que la soltara.

ROSA

Y yo la solté.

MERCEDES

Si no, le hubieran cortado el brazo.

ROSA

No me hubiese importado. (Pausa.) Igual me lo cortaron: se llevaron a la nena. Mi hija me dijo cuidame a Luly y yo no la cuidé.

MERCEDES

Rosa, usted hizo todo lo que pudo.

ROSA

No, no. Yo no hice nada. Me dejé sorprender. No fue por el corte; te aseguro que el corte no me dolía.

MERCEDES

Le creo.

Se quedan en silencio. ROSA

Yo había dejado la puerta sin llave, entornada. Nunca me lo voy a perdonar .

MERCEDES

Eso no tuvo nada que ver.

ROSA

Se metieron como panchos por su casa.

MERCEDES

Hubieran entrado igual.

ROSA

Pero con más esfuerzo. Le hubieran dado tiempo.

MERCEDES

No, Rosa, no.

Pausa. MERCEDES

¿Qué pasó después?


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 77

ROSA

Llegó mi yerno con las maderas. Me vio tirada contra la pared. Se las llevaron, le dije. Soltó los tablones que golpearon contra el piso. Salió corriendo hacia la esquina.

Pausa. ROSA

A veces sueño con las maderas que se desparraman hasta mis pies, haciendo ese ruido seco primero, y la catarata después. Me despierto toda sudada, con la mano en el camisón. (Se estruja la blusa a la altura del pecho.)

Mercedes, conmovida, no puede decir palabra. ROSA

Pedro no volvió.

MERCEDES

Pero…

ROSA

Lo estaban esperando a la vuelta.

Pausa. ROSA

Quedó el conejo de Luly en la camita.

MERCEDES

¿Lo conserva?

ROSA

Está en el ropero. Envuelto en el saquito rosa.

MERCEDES

¿Y cómo recuperó el saquito?

ROSA

Lo encontré tirado a la vuelta de casa.

Pausa. ROSA

Tenía sangre.

MERCEDES

Por Dios.

Pausa larga. ROSA

También guardé unas sábanas blancas con muñecas de sombrerotes de frutas que a Luly le encantaban.

MERCEDES

Frutillitas. Yo tenía unas iguales.


78 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

Rosa la mira. MERCEDES

Eran muy comunes. Ahora se usan también.

ROSA

Con el dedito bordeaba los sombreros y se reía.

Mercedes sonríe, incómoda. ROSA

Era de reírse mucho, Luly.

Se miran. ROSA

Están guardadas en lo alto del ropero. Cuando quieras, te las muestro.

MERCEDES

Todavía deben tener olor a bebé.

ROSA

Les puse naftalina.

MERCEDES

Ah, sí. Las polillas… A mí se me…

ROSA

(La interrumpe.) Nunca dejé de buscarlos.

Pausa. MERCEDES

La sangre del saquito no era de Luly ¿no?

ROSA

Eso fue lo que me mantuvo viva.

MERCEDES

Porque a usted la lastimaron cuando la tenía agarrada.

ROSA

Me digo: Rosa, la sangre era de tu brazo. La nena está en alguna parte. Te espera. (La mira.)

Mercedes le pone una mano sobre el brazo, se queda largo tiempo mirando las manos entrecruzadas de las dos. MERCEDES

Mire, Rosa.

ROSA

¿Qué?

MERCEDES

Los lunares.


LOS TRES PATITOS ı 2010 · 79

ROSA

Sí, uno detrás de otro. Los tres patitos.

MERCEDES

(Le muestra su mano.) Yo también tengo tres.

ROSA

Sí. Los vi.

MERCEDES

(Sonríe.) En el mismo lugar.

Rosa mira a Mercedes que va perdiendo la sonrisa. MERCEDES

Los lunares en la mano son muy comunes.

ROSA

Como los enanitos de jardín. Como las sábanas de Frutillitas. Muy comunes.

MERCEDES

(Un poco inquieta, mirándose la mano.) Siempre me gustó tenerlos.

ROSA

(Le toma la mano.) Tienen forma de patitos.

MERCEDES

Es verdad.

ROSA

Yo le decía a Luly: nos pusieron un sello con tres patitos a cada una. Para que no nos perdamos de vista.

Mercedes retira la mano con brusquedad. MERCEDES

Le prometí a mamá que iba a volver temprano.

ROSA

Y se preocupa si no llegás a tiempo.

MERCEDES

Sí.

ROSA

La espera angustia.

Pausa. ROSA

Tenés casi veintiséis años… Mercedes.

MERCEDES

Ya sé. Hago todo más tarde.

Pausa.


80 · 2010 ı BEATRIZ PUSTILNIK

ROSA

Bueno. Andá.

MERCEDES

La acompaño hasta su casa. La ayudo con las sandalias. (Agarra las sandalias.)

ROSA

(Se deja ayudar.) Me quedo un rato más. Me gusta cuando baja el sol.

MERCEDES

Y el mate, las cosas. ¿Va a poder con todo?

ROSA

Pero cómo no. Me devolviste esta plaza, Mercedes.

MERCEDES

¿Yo?

ROSA

Sí, vos. Hasta me subiría de vuelta a la calesita.

MERCEDES

Conmigo no cuente.

ROSA

Te mareás.

MERCEDES

Sí. Mi mamá me insistía. Pero yo, nada. No quería subir.

ROSA

Tal vez, conmigo.

MERCEDES

Ya estoy grande.

ROSA

¿Nos vemos el martes?

MERCEDES

Si llueve, voy para su casa. Si está lindo, vengo para acá.

ROSA

Te hago las croquetas de papa.

MERCEDES

Y por ahí me muestra las cosas del ropero.

ROSA

Dale.

APAGÓN FIN


DEL ROPERO AL CLOSET Roberto Tito Cossa

© Ana Ferrari


82 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

Personajes PADRE ı Aurelio MADRE ı Emilia HIJO ı Santiago VECINA (CUARTO B) ı En la segunda escena ÁMBITO ı El living de una casa de clase media. Siempre el mismo, con los cambios necesarios para marcar el paso del tiempo.

ESCENA 1 Década del 30 El escenario se ilumina de golpe y se ve a PADRE que se pone de pie con los brazos en alto y lanza un grito que atrona el ambiente. PADRE

¡¡¡¡Puto!!!

Madre llora e Hijo permanece Padre mira al hijo, furioso. PADRE

¡¡Puto!! ¡¡¿Sos puto?!!

HIJO

Homosexual, papá.

PADRE

El

(A Madre, siempre gritando.) ¿Lo escuchaste? Es puto. Lo acaba de confesar.

MADRE

sentado con la cabeza baja.

Bajá la voz… los vecinos.


DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 83

PADRE

¿Los vecinos? (Se asoma al balcón y grita.) Tengo un hijo puto. Mi único hijo es puto.

MADRE

Es culpa mía. Yo quería una mujer. Cuando te tenía en la panza te decía todo el tiempo: sos mujer. Sé que sos mujer.

PADRE

Pero esto no va a quedar así.

Sale. MADRE

¿Qué necesidad tenías de decírselo? ¿Qué falta hacía?

HIJO

¿Te creés que no se iba a dar cuenta? ¿Hasta cuando iba a poder seguir fingiendo? ¿Te creés que me resulta fácil cuando me saca a pasear por la calle Santa Fe y se la pasa diciendo… “mira ese culo… mirá esas tetas… ¿te gustan, Santiaguito?” ¡Hasta cuando iba a poder aguantar!

Reingresa al Padre con un revólver y apunta a Hijo. Gran tensión. PADRE

Te prefiero muerto antes que puto.

MADRE

¿Qué hacés, Aurelio? ¿Qué hacés? ¡Dios mío! ¡Se ha vuelto loco!

PADRE

(Vuelve

al arma hacia

Madre.) ¡Vos te callás! Que vos lo engen-

draste. Vos y tu óvulo maricón. HIJO

¿Por qué el óvulo de ella? ¿Por qué no tu espermatozoide?

PADRE

¿Mi espermatozoide? ¿Yo, un espermatozoide maricón? (Le apunSoy tu padre. Y merezco respeto. Rezá, si querés. Los putos rezan. ta a la cabeza.)

Parece dispuesto a disparar hasta que la Madre dice. MADRE

El espermatozoide fue de Kelo.

Padre e Hijo la miran. Tiempo. MADRE

El espermatozoide que lo engendró era de Kelo. Cuando te fuiste a México seis meses… bueno… Kelo y yo…


84 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

PADRE

¿Kelo, el peluquero? (Tiempo.) Quiere decir que Santiaguito no es… Que es hijo de…

Baja el arma. Se miran. PADRE

Bueno… ya me parecía… ya me parecía…

Se asoma al balcón. PADRE

Vecinos… no tengo un hijo puto. Puto es el hijo de Kelo.

ESCENA 2 Década del 70 Igual. Padre salta como un resorte, pero esta vez su exclamación es contenida. PADRE

Homosexual. (Trata una sorpresa.

de resistir el impacto.)

HIJO

Siempre me dijiste que yo podía elegir mi vida. También mi sexualidad. Así me educaste.

PADRE

Sí… sí… claro. Asi te eduqué. Pero bueno… (no sabe qué decir.)

Bueno… bueno… Es

Ingresa la Madre. Trae una bandeja con copas y botella. MADRE

¿Terminó esa importante reunión entre hombres? (A Hijo.) ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirle?

PADRE

(A Madre.) ¿Por qué no la invitás a Cuarto B?

MADRE

¿A quién?

PADRE

A Cuarto B. Para que nos acompañe.

Madre parece desconcertada.


DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 85

MADRE

¿A Cuarto B? ¿Aquí, a casa? ¿Ahora…?

PADRE

Sí… sí… Andá. Llamala. (Empuja a la Madre. Padre oído.) Llamala. Yo sé lo que te digo.

le habla al

Padre la empuja hacia la salida mientras Madre alcanza a decir, sin que Hijo la escuche: MADRE

¿Pero cómo voy a invitar a Cuarto B? ¿Te volviste loco?

Madre sale empujada por Padre que se acerca a Hijo y habla con un aire campechano. PADRE

Ahora va a venir una vecina… Chica de tu edad… Le decimos Cuarto B. Bueno… porque vive en el Cuarto B. (Aclara.) La del Cuarto B… la del Cuarto B… Le quedó Cuarto B. Bueno… Pero tomemos una copa. (Levanta el vaso.) Salud.

HIJO

Salud. (Bebe.) Además, quiero decirte que estoy en pareja. Y que estoy muy enamorado.

PADRE

(Finge.) Qué bien… Qué bien…

HIJO

Se llama René.

PADRE

(Con contenida alegría.) ¿Es una mujer?

HIJO

¡Papá…!

PADRE

No… pensé… que sé yo… René… Una prima lejana se llamaba René. Hija de la tía…

HIJO

Es arquitecto. Muy respetado.

PADRE

Y bué…

En

ese instante ingresa la

ícono de la prostitución.

Madre

con

Cuarto B,

treintona, un

PADRE

Ah… Cuarto B… Qué suerte que pudo venir. Queríamos que conociera a nuestro hijo, Santiago. Acaba de llegar.

CUARTO B

(Profesional.) Ay qué lindo potro… (Lo besa, insinuante.)


86 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

© Ana Ferrari

PADRE

Bueno… bueno... Los dejamos solos… Ustedes son jóvenes… Tienen muchas cosas para decirse.

Empuja a Madre hacia la salida que sigue sin entender. MADRE

¿Pero qué pasa? ¿Qué es todo esto?

PADRE

Ahora te explico.

Apenas quedan solos, Cuarto B comienza a sacarse la ropa. CUARTO B

Bueno, nene… Con la mano 20… entre las tetas 40… la tradicional 80… con la boca 100 y sado 150. ¿Está bien?

Cuarto B se arroja sobre Hijo que se separa de ella. HIJO

No… no… acá hay un error.

CUARTO B

(Insiste.) ¡Tímido! ¡Me gustan los tímidos!

En ese instante, desde el interior llega un grito desgarrador de Madre, seguido de un llanto. Los jóvenes se paralizan.


DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 87

MADRE

(En

off.)

Puto… mi hijo puto… ¡Me estás mintiendo! No, Dios

mío… No.

Aparece Madre dispuesta a lanzarse sobre Hijo, pero Padre la detiene, le tapa la boca con una mano y la arrastra hacia el interior. CUARTO B

¿Qué les pasa a los viejos?

HIJO

Se acaban de enterar de que soy homosexual.

CUARTO B

(Asombrada.) ¿Sos homosexual?

Vuelve a vestirse. HIJO

Y feliz. Estoy en pareja. Es arquitecto. Muy respetado.

CUARTO B

Y no lo pueden soportar…

HIJO

Mi padre me dijo desde chico que yo podía elegir mi vida. Incluso mi sexualidad.

CUARTO B

En cambio mi viejo a los doce años me cagó a patadas y me obligó a hacerme puta.

HIJO

Por lo menos tenés sexo con hombres.

CUARTO B

Sí… Pero a mí me gustan las mujeres.

Hijo la mira asombrado. CUARTO B

Y sí… Siempre me gustaron las mujeres. Pero, en esta profesión… Por ahí enganchás una pareja, pero no se te puede ir la mano con una mujer. Además me enamoro. ¡Y sí! Me enamoro como una tonta.

HIJO

¿Estás en pareja?

CUARTO B

Estuve. Pero quería que dejara la profesión. Una muerta de hambre. ¿De qué íbamos a vivir? Son todas iguales. Y, además una histérica. (Imita.) A vos te gusta estar con hombres. A vos te gusta.

Pausa.


88 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

CUARTO B

¿Y vos? ¿Tu pareja?

HIJO

Estamos bien. Pero la familia de René no sabe nada. Él dice que no lo tolerarían. Y mis viejos… Ya viste.

CUARTO B

No les den pelota, hagan su vida. Sean felices.

HIJO

No sé… Por ahí es mejor darse un tiempo.

Se queda pensando hasta que se decide. Se asoma al interior. HIJO

Papá… mamá…

Va hacia el sillón y se sienta junto a Cuarto B. Saca un billete del bolsillo y lo tiende. HIJO

Finjamos.

Se besan en la boca. HIJO

¿Sentís algo?

CUARTO B

Ni medio ¿y vos?

HIJO

Tampoco.

Se

besan nuevamente pero sin ninguna pasión. Ingresan los pa-

dres.

Al verlos se paralizan.

MADRE

¡Ay… qué dulce! Me gusta ella. Me gusta.

PADRE

¡Ese es mi pollo!


DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 89

ESCENA 3 Decada del 90 Igual que la anterior. Se enciende la luz y el padre, esta vez, grita. PADRE

¡Hijo!

Atrae al hijo hacia sí y le pega un fuerte abrazo. El Hijo responde sin ningún entusiasmo. La Madre los observa con ternura. Padre se desprende de Hijo. PADRE

Era hora de que vinieras a visitarnos. ¿Cuánto hace? Un año…

HIJO

Siete meses.

PADRE

Siete meses… (Con cariñoso reproche.) Siete meses sin visitar a sus padres… Pero bueno… A festejar. ¿Qué querés tomar?

HIJO

Quiero hablar con vos, papá.

PADRE

(A Mujer.) Servinos algo… Un vermut. (A Hijo.) Siempre te gustó el vermut. Dos vermut, Emilia. Que volvió nuestro hijo.

Madre sale, al tiempo que Padre le dice al Hijo: PADRE

Y ponemos la radio… ¿eh? Escuchamos unos tanguitos.

Padre avanza hacia la radio y la enciende. El Hijo, molesto, pero firme, le dice: HIJO

Papá… quiero hablar con vos.

Padre hijo. PADRE

baja el sonido de la radio, se vuelve y se sienta frente al

¿Qué pasa?


90 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

Pausa prolongada, tensa. HIJO

Papá… Estoy viviendo en pareja.

PADRE

Ah… pero me parece muy bien. Me asustaste… Pusiste una cara que pensé que…

HIJO

Con un hombre.

Padre salta como un resorte, va hacia la radio y eleva el volumen. Suena un tango a niveles intolerables. El Padre canta junto con la grabación. Llega corriendo la Madre. MADRE

Pero ¿qué pasa? ¿Por qué tan fuerte?

Apaga la radio. Se hace una pausa tensa. La Madre los observa un instante. MADRE

(A Hijo.) ¿Qué tenías que decirle?

PADRE

Nada... nada… Una conversación entre hombres. Bueno… es una manera de decir.

HIJO

Le acabo de decir a papá que…

PADRE

Que se casó. Nuestro hijo se casó.

MADRE

Hijo… (Lo abraza y lo besa.)

PADRE

Era hora…

MADRE

Y me vas a dar nietos. Quiero ser abuela. Quiero ser abuela.

Sale. PADRE

Muy bien… muy bien. Te casás… ¿Y sabés qué? Te vas a París. Y olvidate de estos dos viejos chotos. Siempre quisiste ir a París. Yo te pago el viaje. Y te quedás alla… Este barrio es una mierda. Ni se te ocurra venir… Este país es una mierda. Andate a vivir a París…

Reingresa la Madre con una bandeja y los vasos de vermut. MADRE

¿Y cómo se llama la chica?


© Ana Ferrari

DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 91

HIJO

Mamá... No es ella. Es él. ¿Me oíste? ¡¡Él!! (Pausa llama René.

tensa.)

MADRE

René… Lindo nombre para una mujer. Me gusta.

PADRE

(A Madre.) Y van a vivir en París. Me lo acaba de decir.

MADRE

Muy bien… muy bien… Y lo de los nietos… Bueno… si vienen, vienen. Y si no… Lo importante es que sean felices.

Y se

Padre levanta la copa. PADRE

¡Salud! ¡Por la felicidad de nuestro hijo!

MADRE

(Brinda.) ¡Que se acaba de casar!

PADRE

¡Y se va a París!

HIJO

(Grita.) ¡Me quieren escuchar!

Madre va hacia la radio, eleva el volumen y llega otra vez el sonido potente de un tango. Padre va a hacia ella, la toma y bailan. Hijo avanza hacia proscenio. A foro los padres bailan. El sonido se debilita para destacar el primer plano de Hijo que, desgarrado, balbucea:

HIJO

Soy homosexual… Soy homosexual, papá… Soy homosexual, mamá…

APAGÓN


© Ana Ferrari

92 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

ESCENA 4 Época actual Igual. Padre se levanta y grita. PADRE

¡¿Casarte?! ¿Cómo casarte?

Padre se toma la cabeza, como en la primera escena y explota indignado. HIJO

Y sí, papá. Estoy enamorado y me voy a casar. Tenemos todo preparado. El mes que viene. Ayer hablé con los padres de Lucía… aprobaron el casamiento.

PADRE

Ah… no… no… no… No me podés hacer esto. Mi hijo…Mi único hijo… Con todo lo que hice por vos. Me cagué la vida por vos. Todo lo dimos por vos. Yo y tu madre. Esa santa (Contiene un sollozo.) me cag…


DEL ROPERO AL CLOSET ı 2010 · 93

No puede seguir y sale. Hijo mira a la Madre.

HIJO

Pero, ¿Por qué? ¿Por qué reacciona así? ¿Es por Lucía? Pero si apenas la conoce.

MADRE

No es por eso. Pasa que él se había hecho ilusiones. Sabés lo que significa la empresa para tu padre. Conocés la historia. El señor Harris tuvo a tu padre siempre como a un… bueno…

HIJO

Un esclavo. Sí, decilo.

MADRE

Y sí… lo humilló, siempre. ¡Gerente! Y le paga el sueldo de un empleado. Y encima lo maltrata. Hace treinta años que lo maltrata.

HIJO

¿Y qué tiene que ver mi casamiento?

Madre

Hace una semana la cosa cambió. Cambió totalmente. El señor Harris invitó a tu padre a comer en un restaurante de lujo… la mejor comida… con champán. Y bueno… Esta la posibilidad de que nuestras familias se unan. ¿Me entendés?

Hijo la mira sin entender. MADRE

El señor Harris propuso que nuestras familias se unan. No sé… un encuentro de las dos familias… no sé cómo decirlo ¡Qué sé yo! No me preguntes más.

HIJO

¿Un casamiento?

MADRE

Algo así.

HIJO

Pero si el señor Harris tiene un solo hijo

Ingresa Padre. PADRE

Ricardito… Si lo vieras… ¡Qué muchacho! Rubiecito… con unos bucles dorados… y unos ojos celestes… y esa figura… un metro setenta y cinco… ¡¡¡Y un culito!!!

Se hace un largo silencio cargado de tensión. HIJO

Perdón papá… hay algo que no entiendo…


94 · 2010 ı ROBERTO TITO COSSA

PADRE

Recibido en Harvard… a fin de año se hace cargo de la empresa… ¿Cómo no entendés?

HIJO

¿Vos decís que Ricardito y yo…?

Tiempo. Nadie

habla, pero es evidente que los padres le están

pidiendo que se decida.

HIJO

Pero, papá… Ricardito es un hombre.

PADRE

¡Prejuicios! ¡Prejuicios! Sos un homofóbico (A Madre.) ¿lo oíste? Tu hijo es un homofóbico. Un fascista.

Avanza hacia el proscenio. PADRE

FIN

Qué desgraciada mi vida. ¿Por qué Dios no me dio un hijo homosexual?


EL Ăşltimo verso Patricia Zangaro

Š Ana Ferrari


96 · 2010 ı PATRICIA ZANGARO

“La verdad en el arte es la identidad de la cosa consigo misma”.

© Ana Ferrari

Oscar Wilde, De profundis


EL ÚLTIMO VERSO ı 2010 · 97

De austero traje y corbata, sentado, casi inmóvil, en un sillón de cuero oscuro, EL VIEJO mira hacia adelante detrás de sus anteojos. EL VIEJO

Son las 20.30 horas del 8 de enero de 1971. Aquí, en mi casa de la calle Paraguay, me estoy muriendo. Aída, a mi lado, calla. No habrá flores en el cortejo. Nunca me gustó la ostentación. Por eso parto en el verano. Los actores descansan, o trabajan en la costa. No tendrán que molestarse en venir. Tal vez hable Guibourg en el entierro. Y me prodigue el elogio que mezquinó durante años. O quizás alguien anuncie que me rendirán honores póstumos estrenando al fin Cremona en el Teatro San Martín. “El mejor homenaje que se podría haber hecho a Armando Discépolo hubiera sido no representar jamás esta versión” dirá más tarde la revista Panorama. Afortunadamente, la muerte me ahorrará la lectura de las críticas. Escribí Cremona hace cuarenta años. Fue en la isla de Ischia, frente a la bahía de Napoli. El Vesubio hiende el cielo y espeja su negrura en el mar. Si no fuera por su sombra, aquel rincón sería el paraíso. Y usted no hubiera zarpado nunca, viejo. Para olvidar su amenaza en el confín austral. “¿Un verso, figlio?”. No, viejo. El canto se perdió. Y nunca supe qué hacer con el dolor que me sobraba. Son las 20.30. Aída acaba de abrir la ventana y el calor me muerde los huesos. Una radio transmite un partido. El relator grita el cuarto gol de Francia. Un hombre, en algún balcón cercano, llora. Haga el favor, es un amistoso. Me estoy muriendo, y preferiría oírlo reír. 8 de enero. Él también murió cerca de las Fiestas. El partiquino. Hace veinte años que me espera. “Su hermano lo llama, figlio”. Sí, viejo, estoy llegando. Siento una gran fatiga. Será un alivio retirarme de la escena. Los actores están llenos de preguntas, y yo no tengo nada que decir. Hubo un tiempo, hace mucho, en el que escribí alguna página que tenía sentido. Podía entonces filosofar en el café o estirar hasta el alba una sobremesa en El Tropezón sin que me carcomiera el reproche del verso postergado. Fue en 1934. La última vez. Después se paró el reloj. Y el verso empezó a corroerme, como un cáncer, hasta este silencio final. “No se queje, Discépolo”, me increpó el director del San Martín después de la cuarta postergación del estreno de Cremona. “Este año usted va a montar un Pirandello en el Cervantes. ¿Qué más quiere?”. Tenía razón. Conocí todos los triunfos. Dirigí desde Eichelbaum hasta Chéjov, y aunque no supe cómo hacerlo, me atreví con los yambos de Shakespeare. Pero es mi voz la que ha callado. Me falta el aire. Aída me ha puesto un paño frío en la cabeza. El sonido de la radio trae ahora las noticias. Una insurgencia creciente y rumores de un nuevo golpe de Estado. La miseria y la injusticia me aúllan al oído. Como entonces gemía el inmigrante su mudo sufrimiento. Y yo, que lo oí llorar su desarraigo,


98 · 2010 ı PATRICIA ZANGARO

© Ana Ferrari

que respiré el aire hacinado de sus conventillos, que conocí el hambre en los ojos flacos de su prole, escribía. “¿Tanto dolor por un verso, figlio?” Sí, viejo. La vida cabe en un verso. Pero hay que escribirlo. Aída intenta sin éxito quitarme los anteojos. Se aferran a mis orejas como si en esta hora sirvieran para algo. Igual que mis obras. Que siguen vivas, pero inútiles en este enterratorio del teatro argentino. “Yo tendía a que nuestro teatro fuera universal pero procurando que tuviese una esencia nacional, con los problemas nuestros, los grandes problemas de nuestra sociedad, porque si nuestro teatro estaba en formación, el país estaba, y sigue estando, en formación”. Ya sé, viejo, que esas palabras ampulosas no son mías. Les falta el laconismo de mis frases truncas. Las pronunciará algún día Guibourg, quien jamás me incluyó en el “canon” de ese teatro que buscaba. “No ladres, hermano”, me diría el partiquino. “Te han hecho a un lado, lo mismo que a mí”. Quizá este destino de soledad e incomprensión nos una en la muerte como nos enfrentó mientras vivimos. Final lacrimoso. No quisiera terminar plagiando un tango. Y dar razón a la calumnia que urdieron en mi contra. ¿Cómo pudieron sospechar que era él quien escribía mis cuartillas? Si fui yo quien lo llevó de partiquino a actor. Si fui yo quien guió sus primeros trazos hasta que tropezó poniéndole letra a la voz de esa mujer. Tendría que haberlo enderezado de un sopapo, viejo. Para que no malgastara su talento en los cabarets. Para que no se atrincherara en la radio en defensa de un gobierno que no lo protegió del aislamiento en el que acabó sus días. Igual que usted, don Armando, publicará en unos días un cronista de Análisis, “que a los ochenta y tres años se muere tan encerrado como durante las últimas cuatro décadas”. Lástima que nadie intuyera un misterio en mi retiro. Que nadie se inclinara, como ante la ostra que encierra el cosmos y no obstante calla, para auscultar mi silencio. Han preferido conjeturar una infamia o levantar una lápida sobre mi obra. “Mediocre director teatral”, continuará el cronista, “Discépolo ya era un hombre escindido entre su genio pretérito y el frío pedestal académico que póstumamente se le erigió”. El partido parece haber terminado. Sólo se oye la respiración inquieta de Aída. Son las 20.30. Me estoy muriendo. Y el mundo no se borra. ¡Quién pudiera, como la ostra, ignorar cuanto ocurre en torno y no escuchar más que su latido! No habría entonces deshecho mi vida buscando un verso que se resiste. “Persiguiendo la mariposa, figlio”. Sí, viejo, el ideal que nunca se alcanza. Pero no sigamos con este “adagio”. Pongamos un “allegro”, un “andante


© Ana Ferrari

EL ÚLTIMO VERSO ı 2010 · 99

brioso”. Tanta pena por un verso. Da risa. Y, sin embargo, Aída ha comenzado a rezar. No es momento para un réquiem. Es un final en clave grotesca. Como el de mis criaturas, que he construido con piedad pero riendo, porque al conocer la pequeñez de sus vidas me parecía absurda la enormidad de sus pretensiones. “Pecado de orgullo, figlio”. Sí, viejo, como el partiquino, que terminó solo contra el mundo. No quiero plegarias. No armonizan con la ridiculez del personaje. Que suenen los vientos. La fanfarria de las fiestas populares. El trombón que hacía la cabra en el piazzale di Napoli. ¡Qué esperpento! Es posible que de haber llamado así a mis piezas, habrían venerado mi hidalguía en lugar de bastardearme como tano. “La crítica no lo entendía. Quería ser representado por los grandes directores modernos. Sus textos son paradigmas para la nueva literatura dramática”, profetizará un día Guibourg. Aunque no estará hablando de mí, viejo, sino de Valle Inclán. “No se concibe que se haga Divinas Palabras sin Galicia, la Galicia de los pordioseros, de los borrachos, del pequeño pueblo, de los pobrecitos”. Tampoco concebía yo que se pudiera hacer teatro sin la mescolanza de ilusión y desengaño


100 · 2010 ı PATRICIA ZANGARO

con la que se forjó esta Babilonia. Pero los humildes que habitan mi obra no estaban a la altura del pueblo que soñaban los eruditos. Los pobres de Gorki, como los de Valle, merecieron el respeto que se les negó a mis emigrados. Hablaban el español culto de las traducciones en lugar del cocoliche balbuceante del puerto. Cubrían sus harapos bajo un manto de nieve en vez de exhibir las llagas de una sociedad obstinada en tapar su vergüenza. No olían a puchero rancio en el tranvía. No infestaban como hormigas el centro. Ni turbaban la paz de la gran aldea con sus huelgas. “Destila veneno, figlio”. La rabia, viejo, al revés que el vino, se hace vinagre cuando no puede salir a respirar. Se me ha agriado la ira después de cuarenta años de silencio. He dejado de escribir –y estoy diciendo algo que nunca dije– porque nadie ha sabido cómo hacer lo mío. Tampoco las nuevas generaciones, que no reconocen una herencia. Están sumidas en la niebla de la literatura universal. Les importa más la versatilidad que la pasión. Es probable que copiando se edifique un buen teatro, pero será difícil que su silueta se distinga entre la multitud. “Basta de rezongo, figlio”. Sí, viejo, hay que beberse el vinagre como si supiera a mosto. Y hacer un final a toda orquesta. Aída llora. Ni siquiera ella ha comprendido. Esto es un grotesco. El arte de convertir en risa el llanto. Como el arlequín que canta y baila para ocultar su corazón lleno de pena. “Ese verso es de su hermano, figlio”. Es verdad. Un último fracaso. Toda una vida buscando, para encontrar un verso ajeno. Sólo resta reírse. Es hora de zarpar. De adentrarme en el océano, como la ostra pegada al nácar en la bahía de Napoli, y no escuchar sino mi ritmo. Tictac. Tictac. Aída mira el reloj. Son las 20.30. Tictac. Tictac. Clavadas. Telón.

FIN

Nota: “He dejado de escribir para el teatro porque ya no existen las posiciones cabales. Esta generación –y la culpo– ignora quiénes fueron sus padres y sus abuelos. No ha heredado nada. Está sumida en la niebla de la literatura universal. Le importa más la versatilidad que la pasión. No escribo –y estoy diciendo algo que nunca he dicho– porque esta generación no sabe hacer lo mío. Imitando como lo está haciendo, no irá nunca a ninguna parte. Siento la infinita tristeza en que se vive”. (Reportaje a Armando Discépolo en 1960.)


LOS DESDENTADOS Eduardo Rovner

© Ana Ferrari


102 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

Personajes FELIPE ı Un hombre de alrededor de 60 años BÉVER ı Una mujer de alrededor de 60 años

El ámbito escénico es un gran jardín con diferentes tipos de plantas, en el que está Béver, mirando un gran plano que tiene sobre una mesa. Lo estudia, dibuja sobre él, vuelve a mirarlo. Cada tanto, hace círculos, con un gran lápiz rojo en diferentes lugares del plano y anota, como consecuencia de las acciones anteriores, en un gran cuaderno. Al fondo del jardín, una escultura dorada que tiene alguna semejanza con la de la justicia. Tiene una balanza en una de sus manos. Llega Felipe con una carretilla llena de tierra y un banquito. Mira unos momentos el jardín, especialmente la estatua, hasta que decide dirigirse a Béver. FELIPE

¿Cómo está, Béver?

BÉVER

(Viendolo.) ¡Felipe! Qué gusto verlo!

FELIPE

Qué suerte… ¿Cómo está usted?

BÉVER

Bien, hombre… Lo que se puede decir bien.

FELIPE

Y, mal no se la ve.

BÉVER

Una cosa es lo que se ve y otra lo que es ¿No es así?

FELIPE

Verdad. Muchas veces es así.


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 103

BÉVER

A usted sí que se lo ve bien ¿eh?

FELIPE

¿Le parece?

BÉVER

¿Cómo si me parece? Cada día está mejor. Con ese overol de jardinero… Le queda muy bien ese color ¿sabe?

FELIPE

Mire usted. Es lo primero que encontré.

BÉVER

No me mienta. Si hasta le hace juego con las botas. Usted es un coqueto.

FELIPE

No me diga eso. A mi edad…

BÉVER

¿Qué tiene que ver? Si uno se mantiene bien y es elegante…

FELIPE

(mirándose.) ¿Sí?

BÉVER

Claro que sí. Y permítame decirle algo que hace mucho me dí cuenta, desde la primera planta que vino a visitar.

FELIPE

¿Qué?

BÉVER

Usted tiene un andar muy… ¿Cómo le digo?

FELIPE

Dígame ¿Cómo es mi andar?

BÉVER

¡¡Muy sensual!!

FELIPE

(sorprendido.) ¿Sensual?

BÉVER

¡Se puso colorado!

FELIPE

Es que me dice cada cosa… (cambiando de tema e indicando el jardín.) Su jardín… se ve cada vez mejor ¿no? Es para que esté contenta.

BÉVER

Sí… pero también cuesta mucho trabajo ¿Qué quiere que le diga?

(muestra el plano.) FELIPE

Usted siempre lamentándose… Disculpe, pero ¿no se quejará de llena?


104 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

BÉVER

(pequeña pausa.) Puede ser. Además, también es verdad que el trabajo es de todos… Nunca una obra es de uno solo ¿no?

FELIPE

Seguro.

BÉVER

(mirando el plano, quiere marcar algo y duda.) Voy a tener que hacer un nuevo plano. Tengo tantas marcas hechas…

FELIPE

¿No serán demasiadas?

BÉVER

Las necesarias.

FELIPE

Y… tener un buen jardín exige trabajo.

BÉVER

Es verdad ¿Viene a revisar cómo plantamos el filodendro?

FELIPE

Ahá.

BÉVER

(señalando la carretilla y el banquito.) ¿Trajo su tierra especial?

FELIPE

Como siempre.

BÉVER

Y veo que va a quedarse un rato.

FELIPE

Tenía ganas… Me gusta hacerle compañía.

BÉVER

(sonriente.) Le agradezco. Usted siempre tan galante.

FELIPE

Al filodendro.

BÉVER

Claro… (indicando el filodendro.) Ahí lo tiene.

FELIPE

Sí. Ya lo había visto… (se

acerca al filodendro y arroja tierra al-

rededor. continua con esa accion, mientras dialoga con béver.)

Espero que no lo tome a mal. BÉVER

¿Qué?

FELIPE

Que hoy quiera quedarme más tiempo. Es que… ¿Cómo decirle?

BÉVER

Hable, hombre.


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 105

FELIPE

Desde ayer, que se lo llevaron… lo extraño tanto… Ni pude dormir… ¿Lo plantaron ayer mismo?

BÉVER

Sí. Siempre lo hacemos el mismo día. No queremos que sufran.

FELIPE

Claro… ¿Hicieron un buen pozo?

BÉVER

De medio metro.

FELIPE

Y abajo… tierra negra ¿no?

BÉVER

Seguro. Diez centímetros al fondo y en la pared.

FELIPE

Está muy bien… Traje también unas pildoritas de vitaminas para ponerle.

BÉVER

Hágalo. Tranquilo.

FELIPE

(pone las píldoras.) Las raíces… no habrán tomado aire…

BÉVER

Usted sabe cómo trabajamos, Felipe.

FELIPE

Lo sé. Lo sé… (coloca el banquito al lado del filodendro y se sienta.) Disculpe si hago demasiadas preguntas… No sé por qué, necesito verlo. Es que lo crié con tanto cariño…

BÉVER

Se nota. Como hizo con las otras ¿no?… (señala otras plantas.)

FELIPE

Es verdad… (se

para y va acercándose a cada una de las plantas,

las va nombrando.)

La Aloysia… la Eugenia uniflora… la Sesbania punicia… Todas desde la semilla. Jamás un plantín… Son como mis hijos… BÉVER

Ya se puso sentimental.

FELIPE

Y, sí. Sé que no es fácil de entender. Y le digo la verdad, yo tampoco lo entiendo muy bien, pero es que me emociona encontrarme de nuevo con ellas… (extrañado, se acerca a una planta y la mira bien.)

BÉVER

¿Qué mira?

FELIPE

¡¡Esta es una Spatulata típica!!


106 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

BÉVER

¿Y?

FELIPE

¡¡¡Es carnívora!!!

BÉVER

Y, hay que usar todos los recursos contra los insectos predadores.

FELIPE

Pero tenga cuidado. Si no consigue insectos…

BÉVER

No se preocupe.

FELIPE

Yo que usted, me preocuparía… (se

acerca a la estatua y, con el

pie, remueve, concentrado, la tierra que la rodea.)

BÉVER

Sé hasta dónde me puedo acercar… (mira lo que esta haciendo fe-

lipe, quien se da cuenta, vuelve al filodendro y acaricia sus hojas.)

Qué lindo ejemplar ¿no? FELIPE

Especial. Es una planta notable. Perenne. Sus hojas… ¿Las miró bien?

BÉVER

(dudando.) Sí.

FELIPE

Grandes, cóncavas, aterciopeladas… A mí, cuando las toco (haciéndolo.), me da escalofríos.

BÉVER

(sonriendo.) ¡No me diga que se excita, Felipe!

FELIPE

¡Nooo! ¿Cómo me va a excitar el filodendro? ¡Válgame Dios! Qué cosas dice… ¿Vio las raíces?

BÉVER

¿Qué tienen?

FELIPE

Son adventicias.

BÉVER

No empiece, de nuevo, a darme clases, Felipe. Usted sabe que no sé mucho de plantas. En todo caso, lo que más me gusta de ellas son las flores.

FELIPE

Las flores masculinas están en la parte superior. ¡Lo que se llama un fruto baya!

BÉVER

¡Cómo conoce sus plantas!


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 107

FELIPE

Como si las hubiera parido.

BÉVER

(sonríe nuevamente.) Por eso las quiere tanto. De todos modos, tenga cuidado. No hay que ser muy posesivo. No son sólo suyas ¿no? Usted las hace crecer y nosotros las mantenemos y les hacemos cumplir su cometido.

FELIPE

Sí, sí. Me siento bien de que a ustedes les gusten tanto mis… (se corrige.) nuestras plantas. Disculpe.

BÉVER

Y cómo cuesta cuidarlas. Últimamente, ha habido varias plagas.

FELIPE

¿De qué?

BÉVER

De todo. Hasta hemípteros hubo.

FELIPE

¿Hemípteros?

BÉVER

Chinches.

FELIPE

¡Ah!

BÉVER

Usted sabe de plantas, yo de insectos.

FELIPE

Para mí, los insectos siempre fueron una incógnita. A los de mi jardín los llamo bichitos.

BÉVER

¿Bichitos? ¡¡Hay cada uno!!… (mira el plano y redondea un lugar. enérgica, en voz alta.) ¡¡Traigan el líquid ámbar del nueve!! ¡¡¡Remover y fumigar el resto!!!

(felipe se para y va a mirar el plano.)

BÉVER

¿Qué hace?

FELIPE

Perdone, quería ver si el nueve es el del…

BÉVER

(se para delante de felipe obstruyendo la mirada de él al plano.) ¡No es asunto suyo!

FELIPE

¡¡Es el del Profesor!! Él es el que prepara los elixires a partir del polen de la flor del cactus.


108 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

BÉVER

El cactus ayuda a la cría de las tucuras quebracheras ¿sabía?

FELIPE

No ¿Y qué hacen esos bichitos?

BÉVER

¡¡De nuevo con bichitos!! Son langostas que tienen cerca de 10 centímetros de largo ¿Qué me dice?

FELIPE

¡Pero si la langosta es inofensiva!

BÉVER

Deje de hablar pavadas ¿quiere? ¡Disculpe, pero a veces dice cosas que me ponen nerviosa!… ¡Destrozan todo! Sino ¿Por qué se cree que se habla de las plagas de langostas?

FELIPE

La gente habla, pero…

BÉVER

¿Sabe? ¡Hay científicos que piensan que las claves del pasado de los insectos están bajo el mar!

FELIPE

(mira la escultura.)… ¿Sí?

BÉVER

Yo estoy convencida… ¿Me escucha o no? ¿Estaba mirando la estatua?

FELIPE

Sí.

BÉVER

¿Puso las monedas en la balanza?

FELIPE

No. Todavía no.

BÉVER

¡Hágalo! Si no…

(felipe

se para, busca en su bolsillo, va hacia la estatua y pone

unas monedas en la balanza. aprovecha para remover con el pie,

nuevamente, la tierra que la rodea, como si quisiese hundirla alrededor de la estatua.)

BÉVER FELIPE

¿Qué hace?

(deja de hacerlo.) No, nada. Esta tierra está un poco dura… ¡Cuántas monedas!

BÉVER

¡Estamos trabajando bien!


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 109

FELIPE

(mira

nuevamente la balanza.)

monedas.)

Ya veo… (mira

detenidamente las

BÉVER

¿Las está contando?

FELIPE

¡Nooo! Vi que algunas de las monedas no son de aquí ¿no?

BÉVER

Puede ser. Mejor deje de mirarlas.

FELIPE

Sí, sí… ¿Decía que los insectos salieron del mar?

BÉVER

Así es. Parece que los cangrejos, los camarones, los calamares y otros salieron a la superficie, se adaptaron al medio y tomaron la tierra ¿Quiere que le diga? Ahí empezaron los problemas.

FELIPE

Los dinosaurios ¿habrán sido ballenas? Les hubiera convenido quedarse en el agua.

BÉVER

No diga tonterías.

FELIPE

Leí que hay insectos que se comen a otros que son peligrosos para las plantas. Debe ser por el equilibrio ecológico ¿no?

BÉVER

¿Qué importa el equilibrio? Los insectos de los otros jardines, si no los eliminásemos, se comerían todas las plantas que tenemos y los nuestros no tendrían nada para comer.

FELIPE

¿Siguen con mucha hambre, sus bichos?

BÉVER

Y, se acostumbraron a la abundancia.

FELIPE

Claro.

BÉVER

Y ahora, cada vez que sienten que hay poco…

FELIPE

Me imagino que ustedes ya lo deben haber pensado, pero… ¿Y si los acostumbran a que se alimenten con lo que necesitan?

BÉVER

Ya no hay manera.

FELIPE

Los míos están acostumbrados a alimentarse con lo que hay… pero ya queda poco.


110 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

BÉVER

Tiene suerte, Felipe. Tiene suerte. Nosotros, para tenerlos tranquilos, estamos obligados a sacar el alimento de donde sea…

(mira el plano.) FELIPE

Pero ¿No tendrían que tener un poco más de consideración? Por ejemplo, de mi jardín, ya se llevaron casi todas las plantas… Mis bichos pueden llegar a salir a buscar por otros lugares.

BÉVER

¿Me está amenazando?

FELIPE

¿Cómo se le ocurre?

BÉVER

¡¡Mucho cuidado con lo que hagan sus insectos!! La pueden llegar a pasar mal. Ellos y usted, ¡por más que me guste su andar!

FELIPE

Ayer se me murieron como doscientos. Si usted caminase por mi jardín vería… ya parece un campo de exterminio.

BÉVER

Qué comparación desagradable, Felipe.

FELIPE

Desagradable, pero real.

BÉVER

Lo lamento mucho. Créame.

FELIPE

Usted dice que lo lamenta, pero lo que ustedes hacen para tranquilizar a sus insectos, ¡¡hace que mis bichos se mueran!!

BÉVER

Me aburre, Felipe ¿Por qué no vuelve otro día?

FELIPE

Déjeme quedar un ratito más.

BÉVER

Me distrae y tengo mucho trabajo. Yo deseaba que viniese, y ahora… ¡Cállese, por favor y déjeme estudiar el plano!

FELIPE

Sí, claro… Disculpe… (felipe

aprovecha que béver esta concen-

trada en el plano y va, lo mas disimuladamente posible, hasta la estatua, la toma con las ruido por las monedas.)

2 manos e intenta moverla. se produce un

BÉVER

(dándose vuelta.) ¿Qué hace?

FELIPE

No… ¡Me pareció que estaba un poco inclinada y quise enderezarla!


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 111

BÉVER

¿Qué va a estar inclinada?… (va

furiosa hacia la estatua y pasa

cerca de la carnivora.)

FELIPE

¡¡¡Cuidado!!! ¡¡¡La carnívora!!!

BÉVER

(dándose cuenta, se aleja de la carnívora y sigue hacia la estatua.) ¡Está bien como está! ¿Puede dejar de acercarse a la estatua?

FELIPE

Sí, claro. Pensé que podía caerse. No fue mi intención…

BÉVER

Si quiere quedarse, se sienta y se queda tranquilo ¿De acuerdo?

FELIPE

De acuerdo. (se sienta.) ¡¡Le dije que tenga cuidado con la Spatulata!!

BÉVER

Le agradezco.

FELIPE

Si no le avisaba…

BÉVER

(despectiva.) Defender al profesor… (mostrándole el plano a felipe.) Mire… (felipe se levanta para mirar.) ¡Sentado! Puede mirarlo desde ahí, ¡sentado!

FELIPE

Bueno.

BÉVER

(vuelve a indicar el plano.) Muchos de sus vecinos ya están removidos y fumigados ¿Ve? El 26, el 27, el 29 y el 30, ya están tachados. Y al 32 ya le hice el círculo rojo, así que en cualquier momento… Dé gracias que no le removimos ni le fumigamos el suyo… Se va salvando.

FELIPE

Le agradezco… (parándose movieron?

y acercándose.)

BÉVER

Ayer. ¡Aléjese y siéntese! ¡Parece un chico! Este plano es confidencial.

FELIPE

(se sienta.) El 29 tenía el jardín tan hermoso. Hacía esencia de arándanos. Era tan buena persona.

BÉVER

¿Era o parecía? Detectamos que algunos insectos que había en nuestro jardín y no eran de aquí, eran de ahí (indica el plano.)

¿El 29 también lo re-


112 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

¿Y cómo lo detectaron?

BÉVER

Era evidente. Además, los arándanos son fundamentales para la alimentación de nuestros insectos.

FELIPE

¿Y qué les molestaba que los insectos de ese jardín viniesen a éste?

BÉVER

¡Molestaban! Además, ¡comprobamos que traían pestes!

FELIPE

¿Cómo?

BÉVER

¡¡Basta de preguntas!! ¡¡Molestaban y traían pestes!! ¡¡Y como si eso fuese poco se iban a comer todo y nuestros insectos iban a desaparecer!! ¡Y déjese de molestar! Los últimos estudios hacen sospechar que algunos depredadores, lo que usted llama bichitos, ¡pueden ser de su jardín!

FELIPE

No sospechen de mi jardín, señora.

BÉVER

No quisiera, pero… la vida es la vida ¿no? Si, encima, se acerca tanto a la estatua y a la balanza…

FELIPE

Yo no quisiera, de ninguna manera, molestarlos. Con que me permitan estar cerca de ellas (indica sus plantas.), hagan lo que quieran.

BÉVER

De acuerdo.

FELIPE

(mirando nuevamente la estatua.) Es de oro ¿no?

BÉVER

¿Qué importancia tiene? Es dorada.

FELIPE

Porque a mí me comentaron…

BÉVER

(molesta.) ¿Qué, a ver? ¿Qué es lo que le comentaron?

FELIPE

No, nada.

BÉVER

Ya empezó. Ahora termine ¿Qué estupidez le dijeron?

FELIPE

Que… que la hicieron con las muelas y los dientes de oro que nos sacó Bastardo.


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 113

BÉVER

¿Bastardo? ¿El dentista?

FELIPE

El mismo.

BÉVER

¿Cómo puede llegar a repetir ese disparate?

FELIPE

¿Disparate? Mire cómo me quedó la boca… (se para, abre la boca y se la muestra. tiene varios huecos.)

BÉVER

¡¡Qué desagradable!! ¡¡Ciérrela y siéntese!!… (felipe ¿Por qué lo llamaban Bastardo? ¿Hijo de quién era?

lo hace.)

FELIPE

No, se llamaba Bastardo. Juan Carlos Bastardo. Aunque después que me dió la anestesia, me dijo: abrí la boca, hermanito, y yo pensé: ¿No será un hermano bastardo que tengo? Raro ¿no?

BÉVER

En una de esas… ¿Y qué pasó con el Bastardo?

FELIPE

No se sabe. Después de esa campaña que hizo diciendo que el oro era tóxico, desapareció.

BÉVER

Sí, algo me acuerdo… (amenazante.) ¿Y que tendría que ver, todo eso, con que la estatua fuese de oro? No va a suponer…

FELIPE

(interrumpiéndola.) ¡¡No, no!! Usted sabe, a la gente le gusta hablar… ¿Sabe lo que me da más bronca?

BÉVER

¿Qué?

FELIPE

Que hoy, algunos nos llaman “los desdentados”.

BÉVER

¡Qué feo nombre! ¿Quiénes los llaman así?

FELIPE

Usted lo sabe, Béver.

BÉVER

Le aseguro que no.

FELIPE

Raro ¿Se da cuenta? Primero nos sacan los dientes y después nos llaman los desdentados. No es justo ¿no?

BÉVER

¡¡Muy injusto!!


114 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

(con rabia.) Nos hace sentir tan mal a todos… ¡¡Algo tenemos que hacer!!

(felipe se para, se acerca a la estatua y la observa desde cerca.)

BÉVER

¿Qué hace?

FELIPE

Parece de oro.

BÉVER

¡¡¡Le dije que es dorada!!! ¡¡¡Me está sacando de quicio!!!

FELIPE

Tranquila, señora Béver. ¡Que a uno le parezca algo tampoco es tan terrible!… (raspa la estatua con una uña.)

BÉVER

¿Está loco? ¿Qué está haciendo?

FELIPE

Tenía una pizca de algo. No sé si tierra o la cagada de un insecto…

(se ríe.) BÉVER

¿De qué se ríe?

FELIPE

Se me ocurrió que también podría ser una carie ¿no?

BÉVER

¡Qué bruto es! Siéntese ¿Quiere?… (felipe vuelve a sentarse.) Y tenga cuidado con lo que se le ocurre y con lo que le parece.

FELIPE

Está bien. Pero ¿Qué quiere que le diga? Para mí, todos los que le parece algo y no dicen nada o dicen que no hay que hacer nada… ¡son cómplices!

BÉVER

(amenazadora.) ¿Cómplices? ¿De qué?

FELIPE

No, de nada. Es una forma de decir.

BÉVER

¡¡No sea insolente y revise bien su jardín!!

FELIPE

¿Por?

BÉVER

¡¡No sea cosa de que le encontremos insectos suicidas!!

FELIPE

¿Insectos suicidas?


© Ana Ferrari

LOS DESDENTADOS ı 2010 · 115


116 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

BÉVER

No se sorprenda. Hay un gusano parásito de los saltamontes que pone unas sustancias químicas en el insecto en el que viven y les altera el sistema nervioso de tal manera que el insecto necesita suicidarse.

FELIPE

No me diga.

BÉVER

Se encontraron saltamontes ahogados en una piscina en el sur de Gran Bretaña.

FELIPE

¿Y eran suicidas?

BÉVER

Obvio.

FELIPE

¡Qué increíble!

BÉVER

¿Usted no tiene saltamontes en su jardín?

FELIPE

Y, alguno, cada tanto…

BÉVER

Ojo, no sea que… Mire que a este jardín… (indica uno en el plano.) tuvimos que removerlo y fumigarlo porque descubrimos que tenía saltamontes.

FELIPE

No, no. Yo me voy a fijar bien. No se preocupe.

BÉVER

Y no quiero asustarlo, pero parece que hay otros parásitos, como el gusano de una especie de berberecho, que dan rabia. Si ve un gusano, también mírelo bien.

(felipe mira hacia abajo, ve algo en el piso, va hacia eso y lo aplasta

con el pie.)

BÉVER

¿Qué pisó?

FELIPE

(la toma del piso y la muestra.) ¡¡¡Una araña de rincón!!!

BÉVER

¿Y por qué la aplastó? ¡¡Esa defiende a nuestros insectos!!… (se acerca a observarla bien y pasa, nuevamente, cerca de la carnívora.)

FELIPE

¡Córrase! ¡La carnívora!


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 117

BÉVER

(asustada, lo hace.) Pero ¿Se da cuenta que usted hace cosas que me hacen distraer?

FELIPE

¡¡Tenga mucho cuidado! Hay distracciones que pueden ser fatales!!

BÉVER

No sea exagerado!… (mira la araña.) Mire cómo la dejó, pobrecita.

FELIPE

¿Pobrecita?… (asiente.) ¡¡¡¿La araña de rincón es una de las más peligrosas del mundo?!!! Tiene un veneno potentísimo. ¡Use pintura antiarañas! Les provoca un ardor en las patas que va aumentando hasta que se queman como si fuesen fósforos.

BÉVER

¿Y cómo es esa pintura?

FELIPE

No sé. Yo no soy químico.

BÉVER

Consígame una muestra. ¡Vamos a tener que inventar una sustancia que defienda a la araña de rincón!

FELIPE

¿Por qué?

BÉVER

No es cosa suya. Consígame la muestra.

FELIPE

Bueno.

BÉVER

Usted me confunde, Felipe.

FELIPE

¿Por qué?

BÉVER

Por un lado, quiere estar cerca de sus plantas, se preocupa de que a mí no me pase nada y, por otro, me cuestiona todo y se acerca demasiado a la estatua ¿Qué es lo que quiere, llevarse algunas monedas?

FELIPE

No. ¿Cómo se le ocurre? Me atrae la estatua porque… (se porque nunca ví ninguna así.

a la estatua.)

BÉVER

¿Así, como?

FELIPE

De oro (se corrige.) dorada.

BÉVER

Y, no hay muchas.

acerca


118 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

Debe ser pesada… (la toma con las manos, trata de levantarla. la mueve un poco.)

BÉVER

¡Déjela! ¿Qué quiere hacer?

FELIPE

¡¡¡Tiene su peso!!! ¿Cómo hicieron para traerla?

BÉVER

No es asunto suyo. ¡¡Suéltela de una vez!!

FELIPE

(deja la estatua.) Siguiendo con lo de antes ¿Quiere que le diga la verdad?

BÉVER

Dígame.

FELIPE

A mí no me gusta que me saquen las plantas que yo crío, pero como usted me deja estar cerca… Muchas veces me digo que alguien que quiere a mis plantas, también me quiere a mí… y me da ganas de ser su amigo ¿Se da cuenta?

BÉVER

Está bien ¿Por qué no ser amigos? A nosotros nos gusta que a quienes les sacamos lo que queremos… quieran ser amigos. No nos gustan los que se resisten… ¿No nos tendrá envidia?

FELIPE

¿Envidia?… No sé. Quizás miedo.

BÉVER

¿De qué?… (felipe tener miedo?

FELIPE

A veces… pienso que podrían venir a mi jardín, sacarme todo y matarme. Sé que es una tontería, pero… uno, en ocasiones, piensa cada cosas… Es que ustedes, a veces, son jodidos.

BÉVER

Todos, a veces, lo somos.

FELIPE

Sí, pero unos más y otros menos ¿no?

BÉVER

Pequeñas diferencias. Usted, a pesar de todo, me cae bien, Felipe. Le voy a contar un secreto ¿Puedo confiar en usted?

FELIPE

Claro que sí. Dígame.

(se acercan.)

no contesta.)

¡Hable, hombre! ¿De qué podría


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 119

BÉVER

Con un grupo de científicos, estamos creando un ejército de ciberinsectos.

FELIPE

¿Cómo ciberinsectos?

BÉVER

Manejados por control remoto.

FELIPE

¿Y qué van a hacer esos insectos?

BÉVER

Detectar explosivos y mandar transmisiones.

FELIPE

¡¡Es una broma!!

BÉVER

Es verdad. Ya se va a enterar.

FELIPE

¿Y cómo un insecto va a hacer esas cosas?

BÉVER

Fácil. Les ponemos microchips.

FELIPE

¿A un insecto? ¿Dónde?

BÉVER

En la fase de la crisálida.

FELIPE

(sin entender.) ¡Increíble! ¡¡¡Microchips en la fase de la crisálida!!!

BÉVER

Tal cual. Y estos chips hacen que los insectos puedan detectar sustancias químicas que tienen los explosivos y transmitir la información.

FELIPE

¿Qué quiere que le diga? Suena raro.

BÉVER

¿Raro? No es la primera vez que se hace. Ya hubo experimentos con avispas, pero al final resultaron imposibles de controlar. Vuelan para cualquier lado, así que ahora están experimentando con las abejas, que tienen poderes olfativos sorprendentes.

FELIPE

Yo siempre supe del olfato de los perros, pero de los insectos… ¿Las abejas huelen?

BÉVER

¡Y cómo!… La gente no conoce las habilidades de los insectos. ¡Y la ventaja es que pueden ser entrenados mucho más rápido que los perros!


120 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

¿Entrenadores de insectos?

BÉVER

Hay. Y desde hace años… ¡Y no sólo pueden oler explosivos, los insectos!

FELIPE

¿Qué otra cosa pueden hacer?

BÉVER

Diagnosticar enfermedades.

FELIPE

No se puede creer ¿Qué enfermedades?

BÉVER

Se están entrenando abejas para que huelan moléculas producidas por bacterias y tumores. Quieren diagnosticar tuberculosis y cáncer de vejiga.

FELIPE

Eso me interesa ¿Y para cuándo cree que pueden estar entrenadas?

BÉVER

No se sabe bien.

FELIPE

¿Por qué?

BÉVER

Hay problemas. Los insectos, mientras vuelan, son difíciles de controlar, porque ven algo que tenga un poco de sangre o polen y se van, pero es un problema que se va a resolver.

FELIPE

¿Le parece?

BÉVER

Seguro ¿Sabe quién pone el dinero para la investigación?

FELIPE

¿Quién?

BÉVER

El Departamento de Defensa. No hay límites.

FELIPE

¡¡Qué bárbaro!!… (mirando nuevamente la carnívora.) Yo nunca entendí cómo las carnívoras pueden vivir de los insectos.

BÉVER

¿Por?

FELIPE

Y, me imagino que cuando los insectos vean que algunos de ellos no están y se den cuenta de que la planta se los comió no se van a querer acercar ¿no?


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 121

BÉVER

Son insectos, Felipe ¿Cómo se van a dar cuenta?

FELIPE

Y, si pueden oler moléculas y diagnosticar enfermedades… boludos no son.

BÉVER

¿Qué está diciendo? Son cosas diferentes.

FELIPE

Y, más o menos… Si las plantas se avisan ¿Por qué los insectos no lo van a hacer?

BÉVER

¿Qué se avisan las plantas?

FELIPE

Cuando hay ataque de insectos.

BÉVER

¿Cómo lo sabe?

FELIPE

Lo leí en una revista.

BÉVER

¿En cuál?

FELIPE

En una… de la industria botánica. Decía que las plantas heridas por un ataque producen una sustancia química que sirve como aviso para que las otras plantas que están cerca se preparen para defenderse.

BÉVER

¡No me diga!

FELIPE

¡Lo que escuchó! Y decía que cuando las orugas muerden las plantas, éstas también producen sustancias que atraen a las avispas, que son el mayor enemigo de las orugas ¿Se da cuenta?

BÉVER

¿De qué?

FELIPE

De que los depredadores podrían ser un método efectivo de control de las pestes… Ustedes los podrían usar.

BÉVER

¿Cómo?

FELIPE

Y, ya que están experimentando con avispas, algunas de ellas podrían usarlas para eliminar a las orugas.

BÉVER

¿Le parece?


122 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

Y, no pierden nada. Si los invaden insectos que les destruyen las plantas, dejen que las mismas plantas se protejan llamando a sus defensores.

BÉVER

¿La verdad? No entiendo mucho lo que me dice. Yo quiero defender a mis insectos. No a las plantas.

FELIPE

Pero entonces las plantas se van a terminar y, cuando se terminen, se van a morir todos los insectos del mundo. ¡¡¡Para mí, es mejor defender a las plantas que a los insectos!!!… (se acerca nuevamente al filodendro.) El filodendro, por ejemplo, es comestible. Tiene una espiga igual a la del maíz. Y lo que se come mucho son las semillas, son dulces.

BÉVER

Las voy a probar.

FELIPE

Pero tenga cuidado. Leí en el diario del caso de un chico que, después comerse unas, tuvo una descompostura terrible.

BÉVER

¿Y qué le pasó?

FELIPE

Se murió.

BÉVER

¡Qué desgracia! Y no, entonces, por las dudas, no me las voy a comer.

FELIPE

Sin embargo, a usted le vendría bien comerse algunas.

BÉVER

¿Usted me quiere matar?

FELIPE

¡Nooo! Un par de semillas en ayunas, con un vaso de agua fría, le saca todos los malos humores y hasta le deja el estómago descargado.

BÉVER

¿Y por qué a mí me vendría bien?

FELIPE

Y, usted tiene bastantes malos humores ¿o no? Si se enoja por cualquier cosa.

BÉVER

Me enojo por lo que se merece que me enoje.

FELIPE

¿No ve? De nuevo se está enojando.


LOS DESDENTADOS ı 2010 · 123

© Ana Ferrari

BÉVER

(mira el plano.) El 17 tiene varios saltamontes y gusanos de berberechos. Espere que me lo anoto en el libro de operaciones a cumplir.

FELIPE

¡No! ¡No lo anote! El 17 es el que fabrica, a partir, justamente, del filodendro, ¡la comida para todos nosotros!

BÉVER

¿Sólo a partir del filodendro?

FELIPE

(acariciando una hoja del filodendro.) Es una planta de la que se usa todo. Las hojas, los tallos, la corteza de las raíces, los frutos, el jugo de las hojas…

BÉVER

¡Más razones para anotarla! ¡La voy a poner como prioridad! (comienza a anotar.)

FELIPE

Y de la piel de sus raíces se hacen tejidos y sogas fortísimas.

BÉVER

¿Sí?

FELIPE

Las hojas tienen un efecto antirreumático, insecticida, antiséptico, antirreumático y diurético. El jugo de las hojas se usa para la curación y cicatrización de heridas y las raíces, como le dije antes, tienen propiedades purgantes.

BÉVER

¡Interesante! (remarca en el plano.)

FELIPE

Así que, fíjese, comestible, medicinal, textil, insecticida, para hacer herramientas… ¡¡¡Sirve para todo!!!

BÉVER

Nunca me imaginé que podía servir para tantas cosas (enérgica, en voz alta.) ¡¡¡Traigan todos los filodendros del 17!!! ¡¡¡Remuevan y fumiguen el resto!!!


124 · 2010 ı EDUARDO ROVNER

FELIPE

¡¡¡No!!! ¡¡¡No puede hacer eso!!! ¡¡¡Dios la va a castigar!!! ¡¡¡Los astrónomos de la antigüedad decían que el filodendro fue procreado por el Planeta Sol y que tiene grandes influencias de Marte y de la Luna!!!

BÉVER

Lo lamento, Felipe. ¡Ya di la orden!

(felipe toma la pala, va hasta béver.)

FELIPE

¡¡¡Anule la orden o la mato de un palazo!!!

BÉVER

¡¡¡No me va a matar!!! (felipe

pega un palazo sobre el plano y

luego lo rompe.)

FELIPE

¿La va a anular o no?

BÉVER

¿Qué hizo, animal? ¡No voy a anular nada!

(felipe toma a béver de un brazo y la arrastra hasta quedar frente

a la carnívora.)

FELIPE

¿La va a anular o no?

BÉVER

¡¡Ya le dije que no!! ¡¡¡No se va a animar a tirarme a la carnívora, idiota!!! ¡¡¡Usted es un soberano cobarde!!!

FELIPE

¡¡No soy un cobarde!! Si no la anula, la tiro. Se lo juro por la salud de… (muestra las plantas.) de mis hijos.

BÉVER

(riendose.) ¿Sus hijos? ¡¡¡Si usted es un viejo infeliz que lo único que puede hacer es criar plantas!!!

BÉVER

(felipe la empuja contra la carnivora. béver cae sobre ella y co-

mienza a ser ahogada por la planta.)

(aterrorizada, grita.) ¡¡¡Orden anulada!!! ¡¡¡Ahora sáqueme de aquí!!!…(felipe mira la estatua.) Le dije que me saque ¿No ve que me está ahogando, estúpido?… (felipe va hasta la estatua, la toma con fuerza, la carga sobre la carretilla, tomando la balanza en una mano

y sale, mientras béver grita.) ¡¡¡ Ayúdeme, imbécil!!!… ¡¡¡Socorro!!!

FIN


OPERACIÓN CALLATE Sol Levinton

© Ana Ferrari


126 · 2010 ı SOL LEVINTON

“El tipo se dejaba manipular tanto, que terminó siendo casi la sombra de un títere…”.


OPERACIÓN CALLATE ı 2010 · 127

Mi abuelo tenía una frase de cabecera, de esas que los viejos repiten hasta el cansancio y vos atinás a responder con un “ajá” como si los estuvieras escuchando. Pero ya no los escuchás, porque te las sabés de memoria. De eso hablaba mi abuelo cuando me decía que “las cicatrices son fotos ineludibles que te obligan a mirarte para atrás”. De la memoria. Pero yo odio mis cicatrices, tengo un desfile de queloides despampanantes que convierten mi cuerpo en un álbum completo de fotos. ¿Qué sentido tiene mirarse hacia atrás, si lo único que ves son operaciones, un cirujano de barba prometiéndote la gloria, tu cuerpo desnudo que tirita en camisón y la aguja que te dibuja, te desdibuja, te hiere…? Recién hoy, después de casi veinte años de desgastar el tapizado de un diván, empiezo a convivir con ellas. Las recorro con la punta de los dedos de la mano, las descubro, las miro sin pudor, sin rencor, sólo las miro. Y en esa mirada veo la nena que era antes, la que escribía poemas melosos, la campeona del tinenti y perdedora en los deportes, la de anteojos que prefería leer a ver, la soñadora militante de Mafalda, la que era que es en parte la que soy, la que nunca dejé de ser… Entonces entendí que mi abuelo tenía razón cuando halagaba mis cicatrices. Estoy segura de que lo hacía en parte porque me quería, para que yo me sintiera bien. Pero también para que aprendiera a mirar para atrás, aunque no quiera, aunque me duela. Porque en definitiva esa nostálgica vieja beba adolescente soy yo, nadie más que yo, con mis sueños, mis ñañas, mis cicatrices. Y porque no hay peor dolor que la palabra atragantada en la garganta, la verdad no dicha, el silencio. La operación callate no deja marcas, te atraviesa el cuerpo como fantasma y vos quedás intacta, aurática, intangible… Quedás con el cuerpo vacío y el deseo de poder volver a ser. Sólo el deseo, porque en realidad sólo sos casi la sombra de un títere. Esta obra es un homenaje a las cicatrices que marcan nuestro cuerpo de argentinos, un reclamo con enojo a aquellos que pretenden ignorar lo que fuimos durante la última dictadura militar, una invitación a que nos miremos comprometidamente para atrás. No sólo por nosotros, sino también por nuestros hijos, y por los hijos de nuestros hijos, esos principitos casi de cuento que aún hoy desconocen su identidad. Es para ellos, los hijos de los hijos de los que fueron desaparecidos, para los que se enfrentan a la angustia de un padre y una madre desolados porque no saben quiénes son, y a la historia de una abuela mentirosa que era solamente una ilusión… Es para ellos que escribo. Porque creo que es tiempo de dejar de ser casi la sombra de un títere, para convertirnos por fin en titiriteros.


128 · 2010 ı SOL LEVINTON

(La obra transcurre en la pieza de Celeste, una niña de seis años cuyo mundo está repleto de muñecos y juguetes. La cama ocupa el lugar central de la habitación. En ella, Celeste se construye desde la convención frente a los ojos del espectador como una nena que duerme tapada desde la cabeza hasta los pies, por lo que sólo puede verse un bulto que asoma por debajo de la frazada. Alrededor de la cama, cuatro muñecos van tomando vida con la música que da inicio a la obra: Un Soldadito de plomo, la Muñeca de trapo, el Payaso y la Barbie. Los cuatro titiriteros que estarán vestidos de negro, se consolidarán como manipuladores de estos personajes que son metáfora de la más aterradora manipulación: la que vuelve a los hombres cómplices silenciosos del horror, la que los invita peligrosamente a callarse. La obra inicia con un juego de sombras en el que se visualizan los cuatro títeres que se manipulan a lo largo de la obra. Luego, la luz de escena se enciende y vemos a Celeste acostada, sus padres están sentados en el borde de la cama. El padre toma la guitarra y canta junto a la madre una canción de cuna.

Canción Oye mi niña esta nana Susurro que empieza a sonar La luna palpita en tu almohada Sirenas que no tienen mar La noche se cierra en tu cama Chiquita ya puedes soñar


OPERACIÓN CALLATE ı 2010 · 129

(La madre la mira y la arropa.) PADRE

¿Duerme?

MADRE

Sí, duerme… Como una princesa…

(Silencio. Ambos la miran tiernamente.)

PADRE

Me da miedo que no haya preguntado…

MADRE

Preguntó lo que pudo, lo que quiso saber…

PADRE

¿Cómo le digo…?

MADRE

Es chiquita, Dante. ¡Dale tiempo! No le pidas que entienda rápidamente lo que vos y yo vamos a tardar años en entender. Dale, vamos a dormir…

(Se van. La muñeca de trapo cierra Soldadito toca el silbato y grita.)

el cofre haciendo ruido, el

SOLDADITO DE PLOMO ¡Shh, silencio, compañeros! Parece que Celeste ya está dormida… MUÑECA DE TRAPO

¿Seguro? ¡Fíjense bien! Miren que estuvo dando muchas vueltas en la cama…

PAYASO

Si Soldadito dice que está dormida, está dormida… Reposada, adormecida, aletargada, entumecida… ¿Qué clase de muñecos te creés que somos?

SOLDADITO DE PLOMO Muñecos clase A, cuartel de plástico. Primer regimiento. ¡Jugue-

tes de pvc de primera clase! BARBIE

Sí, claro, de pvc… Pero no todos somos de primera clase… Algunas son de segunda, de tercera (Mirando de reojo a la Muñeca de trapo, con tono despectivo.)… ¡Y hay quienes son hasta de trapo!

(Se miran con mala cara.)

PAYASO

(Mirando detenidamente a Celeste.) Duerme… Como en el quinto sueño ya debe estar. Porque yo le conozco esa mueca. Es la típica cara de estar aleteando entre los sueños.


130 · 2010 ı SOL LEVINTON

BARBIE

(Mientras se pinta.) Estaba cansada, yo se lo dije…

MUÑECA DE TRAPO

Sí, pero hoy le costó dormirse… A lo mejor no te diste cuenta porque estabas muy ocupada con el polvito…

BARBIE

Rubor…

MUÑECA DE TRAPO

Polvito…

BARBIE

¡Rubor!

MUÑECA DE TRAPO

Polvito.

BARBIE

¡Zonza!

MUÑECA DE TRAPO

¡Cheta!

BARBIE

¡Loca!

MUÑECA DE TRAPO

¡Flaca escopeta!

BARBIE

¡Trapito tercer mundista!

MUÑECA DE TRAPO

¡Rubia teñida capitalista!

PAYASO

(Interrumpiéndolas.) ¡Basta, payasas! ¡Déjense de pelear! Lo importante es que hoy Celeste no estaba bien. Se la veía nerviosa, inquieta, intranquila…

MUÑECA DE TRAPO

Seguramente se peleó con algún amigo del jardín. El otro día volvió indignada porque Teo había acaparado la única guitarra de juguete de la sala.

PAYASO

Mmm, ¡¿Teo?! ¡¿El que una vez vino a jugar y que casi nos destroza?!

(La Muñeca de trapo asiente.)

BARBIE

Esta vez Teo no tiene nada que ver. (Haciéndose la misteriosa.) Yo escuché de refilón algo que charlaban en la mesa… Dante decía algo así como que su abuela no es su abuela.

PAYASO

¿Estarían hablando de la señora Elsa?


OPERACIÓN CALLATE ı 2010 · 131

MUÑECA DE TRAPO

Y… Esa es la única abuela que tiene Celeste. (A brás escuchado mal…

PAYASO

Che, soldadito, ¿vos sabés algo?

la

Barbie.) Ha-

SOLDADITO DE PLOMO (Mirando siempre a través de sus largavistas.) Tengo en foco al

enemigo. Esteban, el vecinito rompe juguetes, se dirige a la heladería de la mano de su mamá. Tiene la cara rara, distinta… Repito: La cara rara, distinta… Algo metálico le asoma entre los dientes. MUÑECA DE TRAPO, BARBIE Y PAYASO

(Al unísono, escandalizados.) ¡¿Aparatos?!

SOLDADITO DE PLOMO Sí, aparatos. Afirmativo. Esteban está pasando por un trata-

miento de ortodoncia… MUÑECA DE TRAPO

Che, Soldadito, no te hagas el zota… ¿Vos sabés algo de Celeste?

TODOS

(Al unísono.) Cruzan la calle, corren hasta la esquina y ambos entran a la heladería a gran velocidad.

SOLDADITO DE PLOMO Están fuera de foco, compañeros… Los pierdo, los pierdo, los

pierdo… Ya los perdí. BARBIE

¿Y de Elsa, soldadito? ¿Sabés algo de Elsa? Vos la conocés bien. ¿No fue ella la que te trajo para acá?

PAYASO

¡Es cierto! Fuiste regalo del cumple de…

MUÑECA DE TRAPO

Seis. El año pasado… Celeste cumplía seis… Me acuerdo de que la abuela…

BARBIE

¡Ya no es la abuela!

MUÑECA DE TRAPO

Bueno, cuando todavía era la abuela, te trajo envuelto en un paquete color violeta con moño rosado.

BARBIE

No eras nuevito, ¿no es cierto? Elsa dijo que te tenía guardado hace tiempo, porque eras algo muy especial…

PAYASO

¡Dante jugaba con vos cuando era chiquito! Por eso Elsa dijo que eras especial. A Dante le encantaba acomodar todos sus soldaditos en un fuerte que le habían regalado.


132 路 2010 谋 SOL LEVINTON


OPERACIÓN CALLATE ı 2010 · 133

MUÑECA DE TRAPO

¿Y vos sos el único que le quedó?

SOLDADITO DE PLOMO (Apesadumbrado.) Los otros se fueron quedando en el campo de

batalla. Sin vida, rotos en mil pedazos por Dante y su tropa de amigos… PAYASO

Bueno, tranquilo, amigo… No te pongas melancólico…

BARBIE

Y de Elsa, ¿qué sabés?

MUÑECA DE TRAPO

¿Cómo puede ser que en realidad no sea la abuela de Celeste?

PAYASO

Si no es la abuela de Celeste, tampoco es la mamá de Dante…

BARBIE

Bueno, Dante sabe desde hace mucho tiempo que es adoptado…

MUÑECA DE TRAPO

Sí, pero igualmente siempre quiso a Elsa como su mamá…

BARBIE

Y Celeste la quiere como su abuela…

MUÑECA DE TRAPO

(Mirando al Soldadito de Plomo.) ¿Entonces?

PAYASO

(Mirando también al Soldadito de Plomo.) ¿Entonces?

BARBIE

(Dirigiendo también su mirada hacia el Soldadito.) ¡¿Entonces…?!

SOLDADITO DE PLOMO (Mientras limpia con un trapito sus largavistas.) ¡Llena de polvo

está la habitación! Por eso se me nubla la imagen a cada rato…

(Todos se lo quedan mirando.) ¿Qué pasa? MUÑECA DE TRAPO

(Enfrentándolo.) Eso, ¿qué te pasa que no querés ver lo que pasa?

SOLDADITO DE PLOMO Porque está sucia la lente, ¿no te digo? ¡Acá no pasan hace rato

un escobillón! MUÑECA DE TRAPO

No me refiero a la lente, ¡soldado! Me refiero a que hace rato que estamos tratando de conversar, y vos te escapás con cualquier excusa.

SOLDADITO DE PLOMO ¿Que yo me escapo? ¡¿De dónde?! ¡¿Me están acusando de trai-

dor?! Miren que saco mi arma, y en este cuarto se arma una guerra, ¡eh!


134 · 2010 ı SOL LEVINTON

BARBIE

¡Ey, despacito, que no te estamos acusando de nada! Simplemente queremos saber qué es lo que pasó…

SOLDADITO DE PLOMO Es que yo no sé bien lo que pasó. Esa noche… BARBIE

¿Qué noche?

(La Muñeca de trapo y el Payaso hacen “¡Shh!”.)

SOLDADITO DE PLOMO Yo estaba guardado en el cajón de los juguetes, casi cerrado, y

ustedes saben bien que desde el fondo del cajón uno no ve nada… Esa noche… PAYASO

¿Qué noche?

(La Barbie y la Muñeca de trapo hacen “¡Shh!”.)

SOLDADITO DE PLOMO Esa… La que lo trajeron… Dante era inmensamente pequeño,

Elsa lo estaba esperando junto a Marcos, ambos sentados en el sillón de tapizado bordó que tenía olor a viejo. ¡Siempre tuvo olor a viejo! Desde el día que lo compraron… MUÑECA DE TRAPO

¿Cómo que lo trajeron? ¿Quién lo trajo? ¿No era que lo habían encontrado…?

SOLDADITO DE PLOMO El hombre tenía traje verde, y una gorra muy parecida a la mía.

Teniente lo llamaban… Y yo nunca había visto un teniente de verdad. En nuestro fuerte todos eran muñecos… Muñecos clase A,


OPERACIÓN CALLATE ı 2010 · 135

cuartel de plástico. Primer regimiento. Juguetes de pvc de primera clase. ¡Pero muñecos al final! Este, en cambio, era un teniente de verdad… (Pausa.) “¿Y si alguna vez pregunta?” –Le dijo Elsa. El teniente se sacó la gorra, y mientras se rascaba la cabeza dijo: “Le miente. Si pregunta, usted le miente”.

(Silencio. De

repente, suena un teléfono.

Los

padres pasan por

delante de la habitación, y se paran junto a una mesita que está a un costado de la escena. Inmediatamente, todos los muñecos se quedan inmóviles.)

MADRE

Atendé.

PADRE

No voy a saber qué decirle.

MADRE

No le digas nada. Escuchala. A lo mejor ella tiene algo que decir… (Ambos se miran en silencio por unos segundos.) A lo mejor…

PADRE

(El

padre duda, pero finalmente atiende el teléfono.

habla, la madre se queda junto a él.)

Mientras

Hola… (Pausa.) No, todavía no. Recién hace un rato pudimos dormir a Celeste… Sí, un poco, bastante…Pero finalmente se durmió… (Silencio.) Sí, hoy la vimos en la plaza. En realidad, la vio Celeste cuando estaba a punto de tirarse del tobogán… (Se embala.) ¡¿Viste que ya se tira sola, y sin miedo?! Sí, yo también la vi… (Se queda.) a Celeste. En la escalera, le temblaban un poco los pies. Pero una vez que estuvo arriba, levantó sus brazos a los gritos de “¡volando, papá! (Se embala nuevamente.) ¡Ojo que bajo volando!…”. (Se sonríe. Luego, vuelve a adoptar el tono sobrio anterior.) Estábamos apurados. Celeste tuvo ganas de hacer pis, y vos sabés… (Se retracta.) usted sabe que a mí no me gusta que haga pis en un árbol de la plaza… Por eso nos fuimos tan rápido… (Silencio.) Estamos bien. Estamos… (Se queda.) Lo del domingo, no sé… Tenemos un cumpleaños de un amigo de Celeste. A lo mejor más tarde, o el fin de semana que viene… No sé… (Silencio.) Bueno, Elsa, tengo que colgar… Sí, yo se lo mando… A lo mejor otro día… (Cuelga, con los ojos húmedos y la voz entrecortada. Luego, le dice a la madre.) A lo mejor…

(La madre lo abraza y se lo lleva de la escena. Todos los muñecos Soldadito de plomo.)

se quedan observando al


136 · 2010 ı SOL LEVINTON

SOLDADITO DE PLOMO Yo se lo quise decir… A Dante… Quise decirle lo que sabía, pero…

soy un muñeco, de plomo… MUÑECA DE TRAPO

¡¿Por eso te callaste?!

BARBIE

Y pensar que alguna vez me acusaste de ser insulsa, lánguida, blandita… ¡Eso me dijiste! ¡Que era blandita! ¡Y mirate vos, soldadito de no sé qué batallón, qué cobarde que terminaste siendo!

SOLDADITO DE PLOMO ¡¿Yo cobarde?! BARBIE

¡Sí, cobarde! Pusilánime, miedoso, falto de ánimo y de valor… De plomo, pero liviano. ¡Qué contradicción!

PAYASO

A lo mejor lo obligaron…

MUÑECA DE TRAPO

Obligado o por motu proprio, la cosa es que se dejó manipular, así, pam, pim, pom, pum, como un…

SOLDADITO DE PLOMO Juguete… ¡Porque eso es lo que soy! ¡¿Acaso se olvidan de que soy

un juguete?! BARBIE

Hubieras podido…

SOLDADITO DE PLOMO ¡¿Hubiera podido qué?! ¿Saltar desde el fuerte hasta la mesa, y

meterme dentro del plato de sopa de Dante para gritarle con mi boca esculpida toda la verdad? ¿Dispararle a Elsa con mi arma mentirosa y diminuta de plástico? ¿Ir a los medios para exigir como ciudadano del mundo de los juguetes que salga a la luz la verdadera historia? ¡¿Qué es lo que hubiera podido hacer yo, que soy un Soldadito de plomo?! De plomo, metal pesado, pesado, pesado… Dúctil, maleable, blando, fusible, de color gris que tira ligeramente a azul, y… (Se corta, muy angustiado.) ¡No me miren con esas caritas plásticas acusadoras! (El titiritero se les acerca, les muestra su brazo.) ¡Toquen acá! ¡Soy de plomo! De plomo, ¿se dan cuenta? ¡De plomo!

(Música, todos dejan sus títeres y se miran como titiriteros. Luego

la música va bajando en fade out acompañando a la luz, y cuando el foco se enciende irrumpen nuevamente las sombras y la canción de cuna da el cierre de la obra.)

FIN


Bajo las nubes de polvo de la mañana es imposible visualizar un ciervo dorado Virginia Jáuregui ı Damiana Poggi

© Ana Ferrari


138 · 2010 ı Virginia Jáuregui ı Damiana Poggi

A RUBÉN HUGO JÁUREGUI Y GUILLERMO HUGO POGGI. Por enseñarnos que la tibieza no es una forma posible para el desarrollo de una verdadera vida.


BAJO LAS NUBES DE POLVO... ı 2010 · 139

Nota del director Andrés Binetti Trabajar sobre la verdad, sobre lo verdadero es siempre algo complejo en términos teatrales. Cómo dar cuenta de que el material que se despliega en escena es biodramático. La obra entonces tiene que replegarse sobre sí misma, pura máquina poética, puro sistema de enunciación, puro soporte de emisión que abarque al público. Romper el horizonte de previsibilidad del espectador para enunciar: esto es lo que nos pasó, estos son nuestros recuerdos de un pasado que en la Argentina está velado, oscurecido. Entonces la máquina poética funciona como mezcladora, mezcla una salida a bailar con el recuerdo de un campo de concentración, el primer beso de la adolescencia con un sistema de tortura, una cumbia machacona con la imagen de los que fueron. Puro sistema de enunciación. La obra debe funcionar como un equívoco, como un devenir imprevisible, porque dentro de ese equívoco dentro de esa mescolanza es donde puede asomar algo de la verdad. En ese vértice entre lo más banal y lo más profundo. Ese lugar que es puramente teatral en donde puede asomar un gesto, una palabra que esté preñada de pasado, de verdad, de homenaje. Es lo más cerca que podemos estar de esa verdad porque como bien dice el poeta “Nadie testimonia por el testigo”.


140 · 2010 ı Virginia Jáuregui ı Damiana Poggi

Sobre la escena un dispositivo de luz rudimentario. Tubos fluorescentes y varios ventiladores al fondo. Junto a los ventiladores DAMIANA y VIRGINIA están sentadas. Hacia la derecha del dispositivo lumínico, sentado en una de las sillas está el RELATOR. A la izquierda una mesa pequeña con instrumentos y dispositivos de audio donde se ubica la ACTRIZ MÚSICA. La ACTRIZ MÚSICA toca un funk.

RELATOR

(Se pone de pie. Acomoda con el pie uno de los tubos. Se agacha, toca algo. Supervisa agrandado.) Los beneficios de la luz intermitente… (A Público.) Provocar la atención, captar el mínimo aleteo de la curiosidad. Enfocar. Mirar. Eso es culpa de la luz. Es como un vicio. (Ríe. Agita el dedo índice de la mano derecha.) El tiqui taca de la luz. Es adictivo. Ahora ves, ahora no ves. Te querés resistir. Mirar para otro lado. Hacerte el boludo. Pero no podés. (Índice y medio ante los ojos.) Te agarra los ojos y tenés que mirar. Pero con el pensamiento podés hacer trampa. Eso es tuyo. (Se sienta y enciende el dispositivo lumínico.)

(Virginia se levanta y se ubica debajo del dispositivo lumínico. Habla y vuelve a sentarse. Este procedimiento se repetirá a lo largo de toda la pieza para ambas actrices. Se paran debajo de la luz, hablan y vuelven a sentarse.)

VIRGINIA

Teníamos un Fitito. No me acuerdo el color. Tuvimos tantos. Tantos Fititos, Lo que si me acuerdo es que cantábamos una canción. Los vecinos acusaban a mi mamá de haberle robado las manos a Perón. Decían, los vecinos siempre dicen. Dicen, dicen, dicen. Es la condición del vecino. Su esencia. El decir. Verbo vecinal. Si no, están los otros: los que se quedan como animalitos bobos detrás de la puerta, rascando con las uñas la cera del parquet. Las uñas sobre la madera gastada. Frases inconexas. Parodias. La parodia anticipa la tragedia.

DAMIANA

(Levanta la mano desde atrás.) Me dijeron: Hace muchos años papá estuvo en la cárcel. Pero no lo podemos contar mucho ¿eh?

VIRGINIA

No, nunca me sentaron, un día mi mamá me dijo: Tu viejo fue guerrillero pero no se lo podés decir a nadie. Yo fui y se lo conté a mí


BAJO LAS NUBES DE POLVO... ı 2010 · 141

amiguita y me dijo: bueno. (Pausa.) Mi mamá sigue diciendo hoy: Por favor no digas nada. Tu papá era el Puma Sosa, pero olvidatelo. (Pausa.) Olvidátelo (Se vuelve a sentar.) DAMIANA

(Se

levanta y se ubica debajo del dispositivo lumínico.) El choque. Sí, definitivamente. Lo cursi es lo que me da miedo. Lo que resulte de esto debe tener la potencia del vacío. O sea. La cualidad del aire. Las cosas tienden a homogeneizarse, un mecanismo de comprensión supongo. Claro que me da miedo. Estuvo ahí tan quieto, tan acomodado, ubicado y de golpe así, hay que nombrar. Qué risa. Me preocupa lo cursi en medio de tanto desajuste. ¿Te das cuenta? Lo que era un juego, de golpe se vuelve concreto y hay que masticar como yeguas el pasto duro. Viejo. Rumiar, es la única forma de renovar el terreno. Masticar la yerba antigua. La única forma. (Vuelve a Sentarse.)

VIRGINIA

Teníamos un Fitito…

RELATOR

(Interrumpe.) ¿De qué color?

VIRGINIA

(Lo mira. Retoma.) Teníamos un Fitito, Tuvimos tantos. Tantos fititos. Los vecinos acusaban a mi mamá de haberle robado las manos a Perón. No sé. Suena raro. Decían. Dicen, dicen, dicen. Es la condición del vecino. Su esencia. El decir. Verbo vecinal…

DAMIANA

Interrumpiendo.) Nosotros teníamos un Citroën celeste. Lo robaron. Después tuvimos un Renault 4. Que también lo robaron. Vivíamos en una bajada, por eso nos robaron. Nos robaron mucho.

VIRGINIA

La primera conexión con el sur es mi papá adentro de una cárcel. Como en una caja.

DAMIANA

Una caja de chocolates de “El Turista”. El viaje de egresados. El conjunto verde agua de las parejas que van a pasar la luna de miel frente al Nahuel Huapí. El centro cívico. La calle Mitre. Los perros San Bernardo. El Cerro Catedral. La Aerosilla. El Nahuelito. Grisú cerebro Rocket, By Pass, El Hotel Llao Llao. Esos no. Tu papá adentro de una caja. (Pausa.) Soy de Bariloche, en el año 1986 nos fuimos a vivir para allá. Pero nací acá. Pero me gestaron en Madrid. Y viví allá hasta que me vine para acá.

VIRGINIA

Mi papá, nació (Pausa.) No sé. No sé en qué año. No, no es que no lo sé, no puedo recordarlo, hijo de Toto y Ema. Cae preso en el año 1973 y sale en 1983. Nueve años. Nueve años preso. Con mi mamá se


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conocen desde el barrio, de la escuela, no iban al mismo grado. Ella le escribe durante los años de cárcel. Cuando sale se encuentran, se casan y me tienen a mí el primero de mayo de 1985. DAMIANA

En un casete hay grabada una conversación con mi mamá mitad en castellano mitad en francés donde yo le pregunto por qué nosotros no podemos tener un televisor color como mis primos de Francia. Ella me dice que no. Que nosotros no podemos. Vivimos en el subdesarrollo, somos del tercer mundo, no podemos (Pausa.) No entendí demasiado. Pero quedaba claro, nosotros un televisor color, no (Risas.)

RELATOR

¿De qué marca?

VIRGINIA

(Antes de irse.) ¿Qué cosa?

RELATOR

La TV color…

DAMIANA

No sé…

VIRGINIA

(Pausa.) Lo velaron en casa, estaban todos, todos, no faltaba nadie, la cúpula enterita ahí. En casa. Todos. Llegó la policía y mamá salió: Estamos velando a mi marido (Pausa.) Estaban todos. Yo estaría en una cuna por ahí, supongo. No puedo recordarlo. Desaparecieron todos, no están. No están en ningún lado. Mi papá salió, llegó la democracia. Resistió (Pausa.): Yo me podría morir ahora porque soy feliz, soy feliz le dijo a mi mamá. Esa misma semana murió. Se murió.

RELATOR

(Interrumpe.) Eso es golpe bajo. Golpe bajo. (Virginia se sienta.)

DAMIANA

Vomitó banana. (Pausa.) Mi amiga Anita el día que nos conocimos a los cuatro años vomitó banana. Ella siempre vomitaba y yo levantaba fiebre alta. Una vez vomitó cuatro helados torpedo y un peso de caramelos Sugus que en ese momento era un montón. Yo le apreté la panza. De buena, no de mala. Le apreté la panza para que pudiera vomitar. Su mamá se llama Susana López. Su papá se llama Pancho López. Su hermano se llama Lautaro López. Todos López pero no son ni primos ni nada. Se conocieron en Rosario y se fueron a vivir a Bariloche al barrio Frutillar (Pausa.) Algo así como que estaban en un bar y la policía rodeó todo, alguien los delató. Hubo un delator. En la cárcel mi papá leyó Hernani y bordó en el cuello de una camisa con un hilo de mimbre la bandera de Italia. Una premonición. Mi abuela lo busca, mi abuelo lo busca (Pausa.) Por suerte el día que secuestraron a mis abuelos mi tía no estaba, eso lo decimos todos, siempre. Mi papá me


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enseñó el concepto del zulo y el lenguaje de señas. Zulo: palabra de origen tumbera, es un lugar para esconder cosas. Cosas tuyas me dijo. Puede ser un espacio construido o encontrado o sea un recoveco natural. En un zulo escondés cosas. Cosas tuyas. El concepto de zulo y el lenguaje de señas. Hablamos cada vez que me voy de Bariloche, yo en el colectivo y él abajo. Mi hermanito también lo habla. Hablamos los tres. (Pausa.) El gobierno Italiano lo reclama como preso político, sale. Esposado en un avión. Mi papá les tiene pánico a los aviones. RELATOR

Golpe bajo.

DAMIANA

(Señalando

VIRGINIA

Papá de River, mamá de Boca, abuelos de Boca, tíos de Boca, hermano de Boca, yo de Vélez. Era del que ganaba, un día de River, un día de Boca, un día de Racing. Daba igual solo era del que ganaba. ¿Vos de qué cuadro sos? Del que gana. Asume Macri, asume “El Bambino”, todos con el culo en la pared. Mi mamá me dice: Vos te hacés de un club de familia, Vélez, sí…. sí… Vélez, somos del oeste y yo siempre quise vivir en Liniers. Ya no de Boca, ahora de Vélez. Domingo, estadio, Vélez… ¡Pasión! Contrarios. Cancha, primera vez en el estadio: Pongámonos ahí en el medio que vemos superbién y no hay nadie. Vélez. Vélez…. Miramos para atrás el malón de hombres, la barra brava, por eso estaba vacío. Terminamos abajo. A volver a subir. Ahora un poco menos asustadas. Subimos al mismo lugar de siempre, palo derecho, arriba, al medio, al lado de la barra. Comienza el partido. El corazón corre a mil por hora… Jugada peligrosa, me doy vuelta y me agarro una teta, y espero que no sea gol… Todo empezó un día, casualidad, erraron un penal. Me miro, estaba dada vuelta agarrándome una teta. Eso es el fútbol. Ahora lo tenía que incorporar. Entretiempo: no cantamos, estamos cansados, somos amargos ¿y qué? (Silencio prolongado.) ¡Si queremos ganar hay que meterle huevo…!

al relator.) Nunca digas es este. Nunca digas este es el hombre de tu vida. Me dijo mi papá tomando un vino en la rusa. El primero se llamaba Carlitos y tenía el delantal a cuadros celestes y blancos con una corbatita que decía “Carlitos”. Creo que nunca hablé con él. Teníamos una maestra que se llamaba Silvia tenía el pelo afro y parecía una travesti. Siempre odié el rincón de la casita. Una vez la citaron a mi mamá de la escuela porque estaban preocupados. No va al rincón de la casita, como las demás nenas. Yo dibujaba osos de color amarillo con mi amigo Martín que era rubio y tenia corte tipo taza. Y el mismo delantal que Carlitos. Con Martín no hubo amor solo amistad. Después hubo varios más, pero no tan importantes. Nunca digas es este me dijo….


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¡Canten putos, canten…! ¡El Fortín….! ¡El Fortín…! ¡El Fortín…! (Damiana se suma.) En general perdemos (Pausa larga. Silencio.) DAMIANA

A mi amiga Ana se la olvidaron en el colectivo de la colonia del CEF. Centro de Educación Física número ocho. Nos traía hacia el centro donde nos iban a buscar. Todos nos bajamos y ella se quedó dormida. Grace que era una de las maestras, que era amiga de mi mamá, se la olvidó. No sé, no la contó. La dejaron ahí.

RELATOR

El colectivo. ¿Qué era el colectivo, un Chevrolet, un Ford, un Bedford, era viejo?

DAMIANA

No sé, era uno de esos que te llevan y te traen de la colonia.

RELATOR

(Pensando.) No, seguro que era un Mercedes Benz.

DAMIANA

Víctor Hugo. Era el sobrino de la maestra iba a séptimo grado y bailaba en el ballet folklórico Tokeyen. Zapateaba. Malambo, zamba, gato, chacarera. Vivía a una cuadra de la casa de mi papá y no me daba mucha bola. Porque yo ya en ese momento era amiga de Gaby, que después fue reina de la nieve, que media 1,70 y usaba 95 de corpiño a los doce años, y yo claro, siempre fui más bien menudita. Parecía que Víctor Hugo gustaba de Gaby, que además tenía un delantal blanco tableado tipo pollerita como a mí me gustaba (Pausa.) Nunca digas es este. Pero un día, cuando yo ya creía que todas las esperanzas estaban perdidas, hubo una matinée para juntar plata para los chicos de séptimo. Hacia el final de la matinée, lentos. Víctor Hugo, que estaba sentado en la otra punta del gimnasio con su primo Nicolás, se levantó, me miró y empezó a caminar. Caminaba, caminaba despacio. Muy despacio. Killing me. Killing me. Caminaba. Caminaba. Caminaba. Yo tenía puesto un top de lycra. Pupera. Pantalones elastizados rojos. Topper negras. Se acerca. Muy cerca. Yo podía sentir el perfume dulce de su desodorante Axe. Como de hombre. ¿Querés bailar? Me dijo. Sí. Nunca digas es este. Nunca…

El Relator, La Música Actriz y Virginia bailan e interpretan el tema “Killing me Softly”. DAMIANA

A Ana se la olvidaron en el colectivo del CEF. Ella dice que se despertó y había chicos de otra Colonia. Chicos grandes. El papá del Gordo Darío, que era el chofer del colectivo la llevó a su casa. Porque mi amiga Ana se sabía su dirección y su teléfono a los cuatro años. 423414. Vicealmirante O´Connor 1071. El papá del Gordo Darío la lle-


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vó. El gordo Darío cuando ya éramos más grandes, tipo a los nueve años, se me tiró encima en calzoncillos en un piyama party que hizo Ana en su casa. Una situación medio fea. La mamá de Ana se fue a vivir a una casa de madera en el kilómetro veinte de la ruta de abajo, justo en la curva. Con su novio El Yuyo que vendía sahumerios y tenía un perro que se llamaba Pancho, como Pancho López el papá de Ana. Pero igual tenía el perro desde antes, es decir el perro se llamaba Pancho desde antes, no es que le puso Pancho por Pancho López el papá de Ana. También tenían un perro que se llama Coirón. Había aparecido, negro chiquito que comía bosta de caballo y mierda de otros perros. Comía mierda y movía la cara y nosotras corríamos y el perro corría y todos corríamos. Uno siempre corre. A mí la psicóloga me dice: no corras y que no pienses tanto. ¡No corras y no pienses tanto! El astrólogo me dice, soltá, soltá y armá nido. No pensar, soltar, hacer nido. No pensar y soltar. Soltar y hacer nido. EL RELATOR

(Interrumpe.) Soltá, soltá y armá nido. Soltá y armá nido.

DAMIANA

Pipi. Futuro actor. Yo estudiaba teatro en la Biblioteca Sarmiento. Un actor se prepara. El espacio vacío. Catorce años, ponele. ¡Nunca digas es este! Nunca. ¿Papá, por favor, puedo salir el sábado? Van todas, por favor. By Pass, Genux, Grisú, Cerebro. Buscarlo… buscarlo… buscarlo… La primera vez que fui a bailar a los trece años, llegamos a las doce de la noche y no había nadie. Nos fueron a buscar a las tres de la mañana. Pipi llegó a las tres menos cuarto, suponete. Un espanto. Mucho sufrimiento. Mucho. Pero yo ya era actriz y después ya no fui tan menudita. Nos pusimos de novios en el verano, un mes. Playa Bonita. Las piedras calientes. El agua helada del Nahuel Huapí. Contraste, mucho contraste. Nunca digas es este. Nunca. (Pausa.) Cosas que sé: me gustan los rulos y me da igual que no cambien las sábanas. Me llamo como se llama la primera mujer con la que estuvo mi padre después de muchos años de cárcel (Pausa.) Mi amiga Ana tenía un poster de Pablo Rago que había venido en una promoción con la leche Nido. Jugábamos. Era nuestro novio, el de las dos, eran mellizos y listo. Le dábamos besos. Besos todo el tiempo (Pausa.) Un día estábamos con mi amiga Ana en la hamaca paraguaya del jardín, cantando “El extraño de pelo largo” con Lautaro López que debía tener no sé, dos años. Lo teníamos sentado en el medio de las dos en la hamaca, los tres medio hundidos, sobre todo él. Primero la hamaca iba despacio y después claro por una cuestión física, empezó a ir cada vez más rápido y nosotras cantábamos: “Vagando por las calles mirando la gente pasar, la gente pasar, el extraño de pelo largo sin preocupaciones va, hay fuego en su mirada y un poco de


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insatisfacción, de insatisfacción por una mujer que siempre quiso y nunca pudo amar… jamás, jamás”. Lautaro se reía mucho y eso nos gustaba, entonces cantábamos más fuerte. “Inútil es que trates de entender o interpretar quizás sus actos…”. La hamaca cada vez más fuerte, nos

reíamos mucho y nos hacía cosquillas la panza, cada vez más velocidad, y la risa sostenida de Lautaro que vibraba… “el es un rey extraño un rey de pelo largo”. Y de golpe el choque. Lautaro sale volando y se da la cabeza sobre un manchón de tierra. El Yuyo, el novio de la mamá de Ana, ese que hacía sahumerios, salió corriendo de adentro y nos dijo: ¿Qué son, pelotudas? (Pausa.) Creo en el amor. Aunque no entienda mucho te juro que creo. Creo. Cosas que me dijeron: ¿Si te digo que te amo ahora es grasa no? comiendo una pizza mozzarella en un sucucho boliviano de cuarta a una cuadra de la terminal de colectivos un día de mucho frío. Si te pregunto a qué edad querés que tengamos nuestro primer hijo en la primera cita, no da ¿no? ¿De dónde saliste, te das cuenta de que esto es peligroso? Nunca digas es este. Mensajito de texto: “Pienso cosas muy hermosas de vos, y si querés vení esta noche a casa y te las voy contando” (Virginia, El relator y La

Actriz Música se ríen.)

VIRGINIA

(Riendo.) Te las voy contando…

DAMIANA

Nunca digas… Es que a mí esto antes no me había pasado con nadie. Tenés la piel tan suave que me resulta violento. Mirá que no quiero sufrir. Nunca. ¿Te querés casar conmigo? No te estoy jodiendo así que no te rías. Si tuviera que pensarte en un color sería amarillo. ¿Qué talle de bombacha usás? Yo con vos tendría mellizos. Nunca. Me encanta que uses tacos altos. Nunca digas este es el hombre de tu vida. Duele. (Vuelve a sentarse.)

Las luces se apagan y la Actriz Música que queda iluminada por la luz suave de un velador canta un fado. RELATOR

(Vuelve a encender el dispositivo lumínico y va hacia los ventiladores

que están en el fondo.)

La particularidad de estos ventiladores es que son silenciosos. En general no hacen ruido, salvo que tengan alguna pieza suelta o floja. Un motor defectuoso es una macana porque si uno no se da cuenta se rompe y si uno se da cuenta se rompe también, pero se rompe como un desafío. Un insulto. Puede que yo no tenga muchas luces pero me voy dando cuenta de lo que están haciendo acá. (Pausa.) Para muestra… hay un Yelmo y un Airmax… son esos…


BAJO LAS NUBES DE POLVO... ı 2010 · 147

VIRGINIA

(Bajo el dispositivo lumínico.) En las reuniones políticas de mi mamá se comía polenta con cebolla, mucha cebolla, pero mi mamá medio a escondidas se ocupaba de sacarme pedacitos y se los ocultaba en el bolsillo de la campera. Tenía la campera llena de cebollitas, se la debería pasar llorando con tanta cebolla, ahí, con ella en su bolsillo. Sí, lloraba mucho.

RELATOR

No sé muy bien para qué hacen falta los ventiladores porque en sí la luces son frías, son de ese tipo de luces que no necesitan refrigeración, es curioso, a lo mejor los necesitan porque como hay cables, los cables sí, todo lo que es alargue o tomacorrientes por el tránsito de corriente levantan temperatura, decí que hoy con los aislantes que hay ni se nota pero si te acercás bien, si te lo ponés cerca te das cuenta de que están calientes… (Pausa.) Debe ser para eso.

DAMIANA

(Desde su asiento levantando la mano.) Nos faltan piezas.

VIRGINIA

Lo que sí me acuerdo es que cantábamos una canción.

RELATOR

Yo lo que puedo hacer es ir practicando cómo se encienden para cuando me digan que lo tengo que hacer. Me gusta estar preparado. (A ellas.) No sé qué perdieron. ¿Serán partes muy chiquitas?

VIRGINIA

Las manos. Bombas en colegios. Profanación de tumbas. Gran conmoción. Brutal. Conmoción. La profanación. Las manos. La joven democracia argentina. La tumba fue profanada y al cadáver embalsamado, le cortaron las manos. Hurgando, busco, busco, recuerdos, busco, vino Emilio a mi mente, un vecino cercano, no, enfrente, vivía enfrente, no cercano, que nos prestaba el teléfono. En esa época era muy difícil disponer de una línea, y ellos, los vecinos, nos dejaban llamar, a veces, a veces el favor, a veces… Eso sí, cobrando la llamada a discreción, solo a discreción. Un día, estando en casa de Emilio con motivo de una llamada, no recuerdo a quién… “Amistoso”, creo que ese fue el precio del uso del teléfono esa vez, me dijo: “Yo creí que tu papá tuvo algo que ver con las manos de Perón”. La torpe fábula, Emilio, no sabe nada, no vio nada, saca conclusiones, intencionalidad, siempre en el frente de su casa, ahí parado viendo la gente pasar, saludando, creando historias, una fotografía añeja. Ojos bajos, intencionalidad, no mirar, hablar, crear cuentos, hablar, hablar, hablar, bajo, susurrando, despacio, sin gentilezas, solo a préstamo del teléfono, a veces, a veces el favor, a veces y cobrando la llamada a discreción. Dicen, dicen, dicen, verbo vecinal. Nosotras hamacándonos, dos niñas, una hamaca de plaza, un pino enorme, un perro viejo, una parra, uvas, muchas


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uvas. De los vecinos se apoderó el terror, vieron, no vieron, sintieron, se escondieron, pastos altos, una cena familiar, no escucharon nada. (Pausa.) Vieron desaparecer una familia completa. Dicen, dicen, dicen, los vecinos dicen. Yo digo, faltan piezas. Bariloche 18 de junio de 2010. Cómo funciona un motor. (Damiana se levanta y va hacia el frente y se toma de la mano de

RELATOR

Virginia.)

Ah. Eso me gusta. Espero que sea de una marca que yo conozca así puedo participar. (Los tres quedan de frente al público sobre proscenio.)

DAMIANA

Hijita de mi amor. Nadie que nos viera ahora diría que estás sentada en mis rodillas, ni que te tomo la mano y te miro a los ojos, y sin embargo es así. Pero eso lo podemos ver y sentir solo vos y yo, porque nos aprestamos a saber cómo funciona un motor.

VIRGINIA

Manejando. Siempre, cuando manejes un auto, tratá de sentirlo y de entenderlo. Dialogar con sus sonidos y sus reacciones, dejar que te diga y decirle. Consensuar, imponer y ceder… en cadenciosa danza. Porque tu fálica llave, de nada serviría, si el no estuviera dispuesto a ofrecerte su cerradura de arranque. Bajo él capó, orgulloso, el auto pretende esconder una maraña de fierros y cables indescifrables. Fingí desconcierto ante él, no le metas mano y menos a los de última generación pero es simple. Porque se ha ocupado de brindarte pedales y comando para que puedas relacionarte.

DAMIANA

El Motor a explosión clásico: 4 cilindros, cuatro tiempos, naftero. Hay partes que sirven a la “mecánica”: artilugios interfase como la batería, el radiador, el embrague, el burro de arranque, frenos, combustible, filtros y otros más. Algunos actúan de manera estática, otros por propia iniciativa y aun otros que podés operar desde la cabina. (Pausa.) La mecánica puede pensarse como la intermediación entre vos y el block: una caja cerrada de acero donde ocurren las cosas más significativas… ahí vamos.

RELATOR

(Velozmente.) Dentro del block se genera el movimiento que sale en forma de rotación de eje y se trasmite a las ruedas. Es un sistema calibrado para convertir caos explosivo en movimiento. Básicamente son cuatro cilindros dentro de cada cual hay un pistón. ¿Viste la jeringa que dentro tiene un embolo que puede subir y bajar?, bueno así es. El tamaño de cada cilindro jeringa es, maso, como una lata de Coca Cola, grande.


BAJO LAS NUBES DE POLVO... ı 2010 · 149

DAMIANA

Un motor como el de nuestro R 9 es de 1.600 centímetros cúbicos, esto es, el volumen sumado de sus 4 cilindros en de 1.6 litros. Dividido entre los cuatro cilindros, cada uno tiene 400 centímetros cúbicos, poco menos de medio litro cada uno, imaginate…

VIRGINIA

Cada pistón, embolo de la jeringa, sube y baja libremente dentro del pistón jeringa, y en su parte de abajo está agarrado al cigüeñal. El cigüeñal es un eje con quiebres que recoge los movimientos verticales de cada pistón y los transforma en movimiento giratorio. No te pongas nerviosa.

RELATOR

Imaginate tu triciclo: la rueda delantera es la rueda del auto; el cigüeñal son los pedales del triciclo; y tus piernas son los pistones… así funciona. Primero uno, después el otro, después el primero y otra vez el segundo. Pero en el auto es como si fueras una nena en triciclo con 4 piernas: un, dos, tres, cuatro… yyyyyyy… un, dos, tres, cuatro… y así… ¿Capisce?

DAMIANA

Muy bien. Ahora… vos podés mover tus piernas con fuerza en el triciclo porque tomás toda la sopa, que te da energía. Con los pistones pasa algo parecido.

Los pistones están acomodados en forma tal que de a uno van haciendo la fuerza mientras los otros se preparan. Como las piernas en el triciclo: una empuja y la otra se prepara. Como los 4 pistones están agarrados solidariamente al cigüeñal con un corrimiento, cuando uno hace la fuerza, mueve al eje común, cigüeñal y obliga a los otros tres compañeros a moverse y posicionarse en cada paso para oportunamente hacer la fuerza.

RELATOR

Se llama motor de 4 tiempos porque pueden verse en cada pistón 4 tiempos. Posiciones:

A.) El pistón baja dejando espacio en el cilindro para que se llene de una mezcla de nafta con aire, como si fuera el aerosol que pone mamá en el baño cuando vos hacés caca.

B.) Llega al final de abajo y sube hasta acá siempre se mueve, acordate, porque lo fuerza el cigüeñal, comprimiendo la mezcla, aerosol, dentro del cilindro, ojo, el cilindro está cerrado arriba, no tiene salida como la jeringa.


150 · 2010 ı Virginia Jáuregui ı Damiana Poggi

C.) Cuando llega al tope superior, la bujía, que es como un encendedor que se asoma por un agujerito en la parte de arriba del pistón, ¡¡¡chip…!!! Hace una chispita… y la mezcla que estaba comprimida explota, empujando al pistón con violencia para abajo, ese fue su turno de hacer fuerza para mover el cigüeñal, y sus otros 3 compañeros que se están preparando cada uno en un tiempo distinto.

D.) El pistón llegó abajo y termina su rol activo en esa vuelta, y ahora sube, empujado por el cigüeñal, movido por su compañero al que le toca hacer la fuerza. Sacando afuera por un caño el resultado de la combustión… que va a parar al caño de escape. Ese mismo pistón llega arriba, termina de expulsar los gases de combustión y empieza a bajar llenando el cilindro de mezcla… etcétera.

VIRGINIA

Cuando vos apretás el acelerador, envías más mezcla a los cilindros y apurás el ritmo de las chispas, cada cilindro tiene una bujía, y el auto te dice: ¡¡¡fffuuummm!!! ¡¡¡fffuuummm!!!… que es lo que vos tenés que sentir para manejar bien. El motor suena ¡¡¡fffuuummm…!!! y no ¡¡¡pppuuummm…!!! por una cuestión de cantidad. Es decir, imaginate que hay 10.000, diez mil, explosiones por minuto, unas 170 explosiones por segundo, así que lo que se escucha no es un golpe, es un zumbido.

DAMIANA

Versión corta, diría tu hermanito Patxi pero básica y suficiente. Así funciona un motor, hija mía. Y más o menos así se lo explicarás a tus hijos, como me lo contó mi papá… que lo sabía porque un día, una vez, el Nono se lo explicó. Te amo. Papá.

RELATOR

Es fantástico… fantástico. Yo desde chico no puedo parar… Tengo que desarmar todo, necesito abrirlo, no sé… no me alcanza con saber que una cosa es así… (Se mira las manos hace un gesto mudo, cuadrado, de cosa invisible. Retoma.) Será por eso que me pidieron que viniera para que todo funcione, para hacer el mantenimiento. Las cosas no tienen secretos para mí, por algún lado les entro… (Mira el reloj.) En cualquier momento me van a decir lo que tengo que hacer… tengo que estar preparado… (Se sienta.)

Comienza a sonar un tema musical bailantero de Gilda. Damiana y Virginia bailan, ejecutan una coreografía y salen. El relator mira al público y apaga la luz. FIN


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE Norberto Lewin


152 · 2010 ı Norberto Lewin

ESCENA INICIAL Se enciende cenital. La Tigra canta. TIGRA

Mirá mis ojos rasgados / Y mis orejas paradas / Mi rabo, mi hocico tibio / Y mi sonrisa perlada. / No soy tu gatita mimosa / Nunca duermo en el sofá / No uso cascabel ni moño / Defiendo mi libertad / No sé quién soy / Ni lo que quiero / Por más que jures / Yo no te creo / No tengo nombre / No sé quién soy / Vivo en la noche / Huyo del sol.

Apagón

ESCENA 1 Noche. Gómez es golpeado por varios pesados. Es una coreografía brutal. Entra Nadia, ve lo que ocurre, da un grito angustiado y va a huir sobrepasada, pero Mary la frena, trata de contenerla y calmarla, le habla, le habla. Lo va consiguiendo, todo combinado con la coreo de la paliza. Gómez logra zafar y se dirige al público. GÓMEZ

No vayan a creer; un detective, acá, en Buenos Aires, la puede llevar muy bien. El problema es administrar la plata para cuando no hay, porque el gran drama es la falta de continuidad. Un empleado, mal que mal, tiene obra social y vacaciones y aguinaldo, hablando siempre de situaciones ideales, claro. Incluso el malabarista de Gaona y San Martín sabe que autos van a pasar, y alguno va a dejar la moneda. Pero el futbolista, el actor, el cirujano plástico… eh? Te pasás un tiempo sin que te aparezca equipo para jugar o no te llama ningún director para actuar o no te viene un paciente… y? Pongamos el ejemplo del cirujano plástico. Se pasa seis meses sin hacer una nariz o una teta y cuando le cae el cliente, capaz que de los nervios y la falta de práctica, le termina poniendo un pezón en la punta de la nariz. Así que, si aparece un caso, hay que agarrarlo con uñas y dientes.


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 153

(Vuelven a agarrarlo y sigue la paliza, hasta que Gómez vuelve a zafar.)

GÓMEZ

El oficio de detective es bastante insalubre. Pero el chofer de colectivo o la vendedora de chipá en la puerta de la estación Retiro, no la pasan mucho mejor, convengamos. Antes de aceptar mi destino de investigador privado, tuve mil ocupaciones, pero lo mío es indagar en busca de la verdad. Como no me daba para periodista ni filósofo, me hice detective. Estudié fuerte en la academia y por fin me recibí. Cuando llegó el momento de imprimir las tarjetas personales, pensé en buscarme un nombre bien sonoro: Tony Mc Gregor o Peter O’Brian, pero terminé eligiendo el mío: Robertino Gómez. Al fin y al cabo, el nombre es uno de nuestros primeros patrimonios. La cosa es que empecé a ejercer. Tuve trabajos buenos y malos, sencillos y complicados, disfruté éxitos y sufrí contrariedades. El caso de la Tigra tuvo todos los ingredientes para ser uno de los buenos. Fue un gran caso; el mejor que tuve. Aunque al final, resultó un rotundo fracaso; al menos en lo profesional.

(Lo agarran una vez más para golpearlo, hasta que aparece Prieto.)

PRIETO

¿Y? ¿Habló?

CAPANGA

No, señor. Parece que le gusta que lo fajen.

PRIETO

Es inútil, Gómez. Se va a hacer reventar el estómago, la cara y los riñones y al final va a hablar, aunque sea para llegar a tiempo a la guardia del Tornú.

GÓMEZ

¿Por qué no charlamos a solas, como gente civilizada?

PRIETO

Mmm, qué interesante. ¿Cómo no pensé en esa posibilidad?

(Despide a los otros con un gesto. Quedan a solas.)

PRIETO

Hablar a solas… una forma de conseguir información como cualquier otra. ¿Dónde está la Tigra?

GÓMEZ

Ya le dije que no sé.

PRIETO

¡Ve; ahora me acuerdo! Por eso es que no pierdo tiempo en hablar a solas. Los traidores no confiesan tan fácil; hay que obligarlos.


154 · 2010 ı Norberto Lewin

GÓMEZ

Yo no soy un traidor; soy un profesional serio. Simplemente, fracasé.

PRIETO

No, Gómez; usted se comprometió a conseguirme una entrevista con la Tigra y tiene que cumplir; no acepto un fracaso como resultado.

GÓMEZ

Está bien; no es que haya fracasado. Solo que quiero retirarme. Es mi derecho.

PRIETO

Usted no tiene derechos; solo obligaciones.

GÓMEZ

Búsquese a otro. Y en cuanto a mí, no me pague y listo. Adiós.

PRIETO

De acá salís directo a una zanja, infeliz. ¡Muchachos, se acabó el recreo!

(Entran los matones.) Apagón

ESCENA 2 Tarde. Izquierda de la escena. Gómez espera frente a una puerta cerrada. GÓMEZ

Todo empezó un viernes a la tarde. Me citaron a una casa particular.

(Llega Nadia, sumida en sus pensamientos, con carpetas abrazadas al pecho. Casi se topa con Gómez y se aparta aterrorizada.)

NADIA

¡Aaahhh…!

GÓMEZ

Uy, disculpe; no quise asustarla. Vine por una entrevista de trabajo. ¿Tanta cara de malo tengo?

NADIA

N no… N-no… Sí, n-no sé. E-espere que lo anuncio.


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 155

GÓMEZ

NADIA

No se preocupe; ya le fueron a avisar. Me llamo Robertino, pero me dicen Tino, porque mi hermana mayor no podía…

(Lo corta.) S-sí, sí, mucho gusto. Mi nombre es Nadia; p-permiso, disculpe.

(Sale hacia foro. Apagón. A derecha de la escena, Prieto está con un capanga.)

PRIETO

Fijate que esté limpio y hacelo pasar.

(El

Gómez, Prieto.)

matón va hacia

empuja hacia

lo palpa de armas de mal modo y lo

CAPANGA

Completamente limpio, señor.

(Quedan Gómez y Prieto frente a frente.)

PRIETO

Qué raro… un detective privado sin un mísero 22 en la sobaquera. (Saca y le muestra una pistola.) No es bueno que el hombre esté solo.

GÓMEZ

¡Guarde eso! Por si no sabe, cuando se muestra un arma, al final, fatalmente va a ser disparada.

PRIETO

Bueno, yo sólo la uso en casos estrictamente necesarios. Pero tenerla, cualquier hombre que enfrenta peligros, tiene que tenerla.

GÓMEZ

Se supone que no vamos a andar a los tiros en una primera entrevista. ¿Para qué me hizo venir?

PRIETO

Soy un hombre muy ocupado, manejo muchos negocios y el trabajo me absorbe todo el tiempo. Tengo bingos, boliches, bailantas, maxikioscos. Enfrento dificultades, resuelvo los grandes y los pequeños problemas del día a día. Pero cuando algo se sale de la rutina, llamo a un especialista.

GÓMEZ

¿Tiene enemigos?

PRIETO

¡Como todo el mundo!

GÓMEZ

¡No me diga nada! ¿Un empleado infiel? ¡Un inspector municipal lo extorsiona… alguien trata de matarlo! Cuente conmigo para lo que sea.


156 · 2010 ı Norberto Lewin

PRIETO

Le dije que de la rutina me ocupo yo mismo.

GÓMEZ

Entiendo. Usted dirá.

(Entra Nadia con sus carpetas.)

NADIA

P-permiso; acá están los b-balances de Shushú bar, Bingo Chacarita, P-puti bar, Explosión del Ritmo de G-gonzález Catán, Nnuestra Señora del Sagrado Manto…

PRIETO

Tengo colegios privados, también.

(Al ver a Gómez, Nadia vuelve a tener un sobresalto, aunque no tan violento.)

NADIA

¡Ay, d-disculpe; pensé que todavía estaba en la puerta. ¿V-vengo después?

PRIETO

No, no, el señor espera. Dame la mala noticia del día.

NADIA

E-en el kiosco de M-medrano y Bulnes fa-faltó un C-camel de diez y tres B-bbonobón, pero…

PRIETO

¡Me lo esperaba! Quiero al encargado acá en 15 minutos. ¡Que me aclare esto o lo trituro, le arranco los ojos, lo hago al espiedo!

NADIA

(Sobrepasada por la angustia.) P-por favor, ¡así no…!

PRIETO

¡No me discutas! Andá, antes de que me enoje con vos también.

NADIA

(Va saliendo, pero se frena.) Eeh, hoy no m-me siento bien. ¿Hhay problema si me tomo un par de píldoras y d-duermo hasta mañana, a ver si se me pasa?

PRIETO

Está bien; que descanses. (A Gómez.) Pobre; trabaja mucho y es tan frágil… Se acerca el fin de semana y no da más. Por suerte, una noche de buen sueño la levanta.

GÓMEZ

Muchas responsabilidades.

PRIETO

Lo que pasa es no puedo confiar en nadie. ¡Todos ladrones, traidores, todos!


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 157

GÓMEZ

Por lo menos cuenta con una empleada fiel. Su brazo derecho, parece.

PRIETO

¿Nadia? Lo único que faltaba, que no pueda confiar en mi hija. Es la única forma de garantizarme lealtad. Los demás solo esperan que pestañee para robarme.

GÓMEZ

Estábamos en que me mandó llamar por algo especial.

PRIETO

Acá al lado tengo mi negocio preferido, “Chuchi’s”. Es un lugar fino, para turistas o gente que puede pagar… mucho. Se toma algo, se pasa música y tenemos números en vivo también. La estrella del local es la Tigra. ¿Vino a verla alguna vez?

GÓMEZ

No. El presupuesto no me da para esos lujos. ¿Cuál es su problema?

PRIETO

Justamente; la Tigra.

GÓMEZ

¡No me diga nada! Es una agente infiltrada de la competencia, dispuesta a sabotearle el negocio!

PRIETO

¡Lo único que faltaba! No diga boludeces, Gómez. La Tigra es la mina más recta de la noche porteña.

GÓMEZ

Entonces, ¿cuál es el problema?

PRIETO

(Estalla en llanto.) ¡Estoy enamorado!

APAGÓN

ESCENA 3 Anochecer. Los bailarines cantantes elongan, practican un paso de tap, canturrean, esperando el comienzo del ensayo. Entra Mary sonriente, con energía y buena onda.


158 · 2010 ı Norberto Lewin

MARY

¡Están todos despedidos!

UNO/A

(Divertido/a.) ¡Andá, buchona!

MARY

¡Vamos, vamos, a ensayar! ¿Estamos todos?

OTRO/A

Todos menos la que te dije.

OTRO/A

Si esa turra pagara multa por los faltazos…

OTRO/A

La verdad, Mary, ¿cuándo le vas a poner los puntos a La Tigra? Al final, gana diez veces más que nosotros y no hace nada.

MARY

Por eso gana tanto, pasmada.

OTRO/A

¡Qué viva! Viene cinco minutos antes, hace su numerito y se va.

MARY

Pero, ustedes son o se hacen? La gente llena el boliche y gasta plata para escucharla a ella. ¿O se piensan que vienen a verlos a ustedes?

UNO/A

¿Entonces, para qué ensayamos tanto?

MARY

Para justificar el sueldo. Vamos, cada uno a su puesto… ¡5, 6, 7, 8!

(Los bailarines cantantes forman para ensayar, hacen los pasitos,

muy desganados, la coreo termina con todos extendiendo los brazos, como si señalaran a alguien.)

MARY

Qué pasa, chicos? Parecen marionetas.

UNO/A

¡Estoy podrida de señalar “así” y que no haya nadie!

TODOS

(Furiosos,

hartos.)

¡Que venga a ensayar!/ ¿Quién se cree que

es?/ ¿Se acabó!

(Entran Prieto y Gómez.)

PRIETO

¿Qué carajo pasa acá?!!

VARIOS/AS

¿Por qué nosotros tenemos que dale y dale ensayar, y “algunas” ni asoman? / ¿Tiene coronita? / ¡La yegua esa! / ¡Acomodada!


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 159

MARY

Disculpe, señor, los chicos están un poco nerviosos, pero enseguida…

PRIETO

Juntalos que les voy a hablar.

MARY

(Por lo bajo.) No los maltrates, por favor.

(Él le hace un gesto bonachón, tranquilizador. A un gesto de Mary, los chicos y chicas se plantan frente a Prieto, tímidos, achicados.)

PRIETO

(Afable.) Muchachos, muchachas, qué nos está pasando…? (Estalla.) ¡Están todos despedidos, hijos de puta!!! ¡Lo único que faltaba; que me vengan con piquetes en mi propio negocio! Fuera, fuera de mi vista! Saboteadores, zurditos locos!

(Los chicos y chicas salen cabizbajos unos, puteando otros, pero

todos frustrados.)

MARY

Pero, Hugo…

PRIETO

¡Hugo, un carajo! No me obligues a echarte a vos también.

GÓMEZ

Piénselo, Prieto.

PRIETO

¡No se meta donde no lo llamaron o lo despido antes de empezar!

MARY

Hugo, hoy es viernes.

PRIETO

Y ayer fue jueves; con eso qué?

MARY

Hoy y mañana canta la Tigra; no podés echarlos.

PRIETO

Ya ves que pude.

MARY

Los necesitamos.

PRIETO

Acá, la que cuenta es ella. Los payasos esos están de relleno.

GÓMEZ

No, señor. Ellos son el marco para que la Tigra se destaque. Sin ellos, evidentemente, el show se empobrece…

PRIETO

Usted qué sabe?


160 · 2010 ı Norberto Lewin

GÓMEZ

Tengo dos dedos de frente, señor. (A Mary.) ¿Es así o no?

MARY

Tiene toda la razón. Los chicos visten el escenario, crean suspenso y le hacen el contrapunto para que ella brille más.

PRIETO

Ok, hacé como te parezca.

(Queda por ahí, mira extasiado Mary encara a Gómez.)

MARY

Hola. ¿Usted quién es?

GÓMEZ

Me llamo Robertino, pero me dicen Tino, porque mi hermana mayor no podía pronunciar mi nombre completo, antes, cuando nací y ella tenía dos, no, tres años, que ahí yo nací y me pusieron Robertino, pero ella solo podía decir Tino y me quedó.

MARY

Qué interesante… ¿Y qué carajo hace acá?

GÓMEZ

Soy… bueno, eh, soy asesor del señor Prieto.

MARY

Ah, qué bien… Encantada, yo soy la manager, la RR.PP. y la directora artística de Chuchi’s. O dicho en criollo, la capataza del boliche. Me llamo Mary.

GÓMEZ

Sí, escuché.

MARY

No sea tan quedado, hombre; me estoy presentando.

GÓMEZ

Ah, mucho gusto. Yo soy Robertino, pero me dicen…

MARY

Sí, sí, entendí. Permiso, voy a avisarles a los chicos que el ensayo sigue.

(Prieto suspira con melancolía. Se acerca a Gómez.)

PRIETO

Acá actúa la Tigra. Se para ahí y canta; solo eso. ¡Y yo me muero de amor!

GÓMEZ

¿Por qué no la encara de frente? “Mire, señorita Tigra, la amo”.

PRIETO

(Se exalta.)… quiero que seas la madre de mis hijos, pongo mi fortuna y mis contactos a tus pies. Sin vos, la vida no tiene senti-

el espacio escénico del cabaré.


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 161

do. Decime no y me pego un tiro! ¡Me mato, Tigra!!! (DesmoraliNo, no… es imposible.

zado.)

GÓMEZ

¿Por qué dice eso? No parece tan cobarde.

PRIETO

¿Cobarde?! ¡No diga idioteces! Enfrento a la mafia china dos veces por mes. ¿Oyó hablar de la banda de Meneses?

GÓMEZ

¡Sí, peligrosísimos!

PRIETO

Yo los cagué a tiros y nunca volvieron a ofrecerme protección. ¡Cobarde, ja! Lo único que faltaba. Desde que empecé hace 35 años, jamás le pedí ayuda a nadie.

GÓMEZ

¿35 años? Eso da mediados de los 70. Tiempos duros.

PRIETO

Durísimos. Como máximo, le habré pedido a algún comisario amigo que me dibujara la declaración y modificara un poco la escena del crimen… digo, del drama. Si entre colegas no nos damos una mano…

GÓMEZ

Ah, colegas. ¿Ese comisario también tenía cabarés?

PRIETO

No; ese era yo. El otro era sólo comisario.

GÓMEZ

¿Por qué me cuenta todo esto?

PRIETO

Para que vea lo duro que soy en los negocios y lo flojo que soy en el amor.

GÓMEZ

Por lo que me contó, lo suyo no es flojera. Es impotencia.

PRIETO

(Le pone el arma entre las cejas.) ¡Repetí eso, hijo de puta!

GÓMEZ

(Por el arma.) ¡Le dije que guardara esa cosa!

PRIETO

(Obedece.) ¡Nunca en la vida tomé una pastilla azul; jamás!

GÓMEZ

No me malinterprete. Impotencia en el sentido de que no puede… encontrarse a solas con ella.

PRIETO

¿Se da cuenta? Le juro que busqué todos los medios, pero me fue imposible. Si la espero antes del show, ella directamente no viene.


162 · 2010 ı Norberto Lewin

Si entro en medio de la función, deja la orquesta tocando sola antes de terminar la canción y desaparece atrás del cortinado. Si voy a golpearle el camarín, nada. Nunca me abre ni me responde. A veces viene mi hija a buscarme y me encuentra hecho un ovillo. (Burlón.) “S-son las cinco de la mañ-ññana, papá. V-vamos a casa”, me dice. Y yo la sigo como un corderito. GÓMEZ

Tremendo.

PRIETO

¡No me interrumpa! Si la espero en la esquina, jamás sale. Se queda encerrada horas y horas y vuelta Nadia a buscarme.

GÓMEZ

¡Ya lo tengo! Ofrézcale un aumento. Eso va a obligarla a ir a su oficina y…

PRIETO

Ya lo intenté. Le ofrecí aumento, un programa de cable, que grabara un disco, una película, hacer giras, cualquier cosa con tal de poder charlar a solas un rato.

GÓMEZ

¿Y?

PRIETO

Lo único que aceptó fue el aumento. Mandó decir que lo agregara en el sobre que Mary le entrega todos los meses.

GÓMEZ

¡Mary! Ella es la clave, el contacto. Pídale que…

PRIETO

No lo va a hacer.

GÓMEZ

¿Por qué no? Es su empleada, y si usted le da una orden razonable…

PRIETO

Parece que no sabe nada de mujeres, Gómez… Además, Mary está cada vez más rara, inconfiable. Un día de estos la echo a patadas.

APAGÓN

ESCENA 4 Noche. Mary, en potra total, hace de presentadora, tomando al público como los habitués del cabaré. Recorre con la vista a la concurrencia detenidamente.


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 163

MARY

CORO

TIGRA

Buenas noches… ¡Echen el caviar en los canapés, que estamos todos! Por allá veo al embajador Corrales; no tiene fuerzas ni para alzar la copa, la baba le chorrea y se hace pis encima. Así y todo llamó a su mesa a la Vikinga, un metro ochenta de altura y treinta kilos de tetas, ustedes la conocen. El pobre pretende seducirla y lo más curioso es que… lo va a conseguir! Por ahí veo al Toro Maciel, exglorioso full back del Deportivo Riestra. Ahora es representante de jugadores, o sea, traficante de esclavos. Que chupe del importado, Loreley. ¡Hola, Pérez; cómo va la fábrica de agroquímicos? Así como lo ven al cerdo este gastando en chicas y champán, hoy reeditó el viejo tango y le negó el aumento a un pobre obrero. ¿Le parece bonito, Pérez? Ahora, yo me pregunto, ¿dónde estaba el sindicato en ese momento? Eh, caballero, usted, el japonés, saque la mano de ahí. Hasta las cuatro de la madrugada las chicas son amigas, confidentes y agentes de venta de la casa. Después, que hagan lo que quieran. Epa, coronel, guarde esa arma y no sea tan susceptible. Seguro que el codazo de su vecino no fue intencional. ¡Monseñor, qué gusto tenerlo entre nosotros, como siempre! En fin, yo acá hablando de más y ustedes esperando el momento fuerte de la jornada… Una mujer que se evapora en la noche. Fácil de desear; difícil de atrapar. Un felino impredecible. Gatito mimoso o tigra feroz, según quién trate de pasarle la mano por el lomo. Preparate, Tigra, que los chicos te hacen el entre. Y ustedes, no se gasten en aplaudir, que acá no hay nada artístico. Ellos hacen lo suyo por el sueldo y ella… ni ella misma sabe por qué lo hace.

(Entra el coro de bailarines cantantes y bailan y cantan con gran

brillo.)

Cuando ya la noche está que arde / y la joda está que explota / Cual burbuja de champán / Y los viejos chotos se relamen / y las chicas no se cansan / De obligarlos a gastar / Todo a punto de desbarrancarse / 2, 3 viagra hay que mandarse /Para hombría demostrar / Y entonces, todo se frena / Porque irrumpe en la escena / Una artista de las buenas / Una hembra de verdad / Todos quieren escucharla / Estrecharla, penetrarla / Pero ella desaparece / Nadie la puede alcanzar.

(La señalan. Entra la Tigra. Canta lánguida, sensual, pero como Puede sospecharse una desazón que pugna por mostrarse, pero que ella reprime con oficio.) sin interés.

(Canta.) Gata buenita / agua y piedritas / cucha blandita / no me va./Tigra fiera / callejera / durmiendo afuera / estoy mejor./ Tigra maldita sí. / Gata


164 · 2010 ı Norberto Lewin

buenita no./ No me busques, no me sigas, no quieras tenerme, no soy para vos./ Salgo de casa / voy a la terraza / la noche se pasa / en libertad./ No me des techo / vivo al acecho / le pongo el pecho / a la oscuridad. /A la terraza sí. / A la poltrona no./ No me toques o te doy un zarpazo y te arranco el corazón. /A la terraza sí…

(Prieto,

que la observaba desde la primera fila, no puede con-

tenerse y trata de ir hacia ella, fuera de sí, interrumpiéndola.

Gómez lo frena con esfuerzo y forcejean.) PRIETO

¡Tigra! ¡Tigra, por favor…!!!

GÓMEZ

¿Qué hace; está loco?!

PRIETO

Soltame, hijo de puta. ¡Tigra, mi amor…!!!

(Ella aprovecha y desaparece detrás del cortinado, asqueada, Prieto se derrumba a llorar.)

superada por la situación.

Apagón

ESCENA 5 El alba. Gómez llega con esfuerzo a la terraza. Busca y no encuentra nada. Se sienta a esperar, hasta que se tensa por algo que percibe. Se esconde como puede. Viene la Tigra caminando como felino por el borde de la terraza.

GÓMEZ

Cuidado, se puede caer.

TIGRA

Estoy acostumbrada. ¿Qué quiere? ¿Cómo me encontró?

GÓMEZ

La canción, Tigra. “Salgo de casa / voy a la terraza”, y más: “A la


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 165

terraza sí. A la poltrona no”. No era un indicio muy fuerte, pero era el único que me dio. TIGRA

Si viene de parte de Prieto, es inútil. Váyase; estoy tomando un poco de aire.

GÓMEZ

Él puede ofrecerle todo, hasta aire importado, si usted quiere, pero necesita hablar con usted. ¿Por qué lo trata así?

TIGRA

Yo cumplo el contrato y hasta ahí llegan mis obligaciones, Gómez.

GÓMEZ

¡Ah, sabe cómo me llamo! ¿De dónde me conoce?

TIGRA

Las noticias corren rápido y acá los buchones difícilmente pasan desapercibidos. Es muy difícil guardar un secreto.

GÓMEZ

Pero usted lo consigue, Tigra. ¿De dónde viene, dónde vive, cómo hace para evaporarse en la noche? ¿Quién es usted?

TIGRA

Quién soy… No lo sé, Gómez. De verdad que no. Tal vez algún día lo contrate para que me lo averigüe.

GÓMEZ

Cuando usted me diga. Ahora mismo, si quiere.

TIGRA

No me tiente. Usted no se imagina lo que es vivir en estas tinieblas…

GÓMEZ

Me pareció que le gustaba la noche.

TIGRA

Hablo de otro tipo de tinieblas… Y ahora, déjeme sola. Nunca había hablado tanto de mí misma. Y menos que menos con un buchón.

GÓMEZ

Llámeme buchón, si quiere, pero sepa que no voy a contarle a Prieto dónde ni cómo la encontré. Sólo le traigo un pedido de él.

TIGRA

No quiero nada con ese tipo. ¡Dígaselo; nunca lo voy a aceptar!

GÓMEZ

No quiero ser molesto, pero me pagan por encontrarla y hacer que le dé aunque sea una chance. Baje y hable cinco minutos con él. ¿Es tanto pedir?

(La

toma del brazo, pero ella se rebela.

defensiva, casi animal.)

Lo

aparta y queda a la


166 · 2010 ı Norberto Lewin

TIGRA

Acuérdese de la canción. “No me toques o te doy un zarpazo y te arranco el corazón”. Le juro que soy capaz.

GÓMEZ

No lo dudo, pero de todos modos, me voy a arriesgar.

(Vuelve a agarrarla, pero ella le maúlla brava y le hace volar el Él se distrae un segundo por recuperarlo. Ella aprovecha y desaparece. Gómez sale tras ella, sin saber bien por dónde. Termina bajando la escalera.) sombrero de un zarpazo.

GÓMEZ

¡Tigra, no se vaya… Tigra…!!!

APAGÓN

ESCENA 6 Amanecer. El local está vacío. Gómez baja a los trancos. Busca salidas ocultas, vuelve a aparecer, mira la hora, casi resignado. Entra Mary para irse. MARY

¿Todavía por acá?

GÓMEZ

¿Y usted? Pensé que ya se habría ido.

MARY

La encargada es la última. Vaya a dormir, que ya se fueron todas las chicas.

GÓMEZ

Estoy esperando a una sola.

MARY

¿Usted también se enamoró de la Tigra…? Qué lástima; por un momento pensé que me esperaba a mí.

GÓMEZ

No se equivoque; lo mío es interés profesional.

MARY

Entonces, todavía puedo tener esperanzas…


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 167

GÓMEZ

Ayúdeme. Hace cinco minutos la encontré en la terraza, pero huyó. ¿No la vio pasar?

MARY

Parece que el mandadero del patrón también hace horas extra…

GÓMEZ

No lo diga así. Él me contrató para ubicarla; yo trabajo de esto.

MARY

¿Entonces, por qué lo frenó hace un rato, en el show?

GÓMEZ

¿No vio que estaba desquiciado? Podía llegar a hacer una locura.

MARY

El amor es así, peligroso.

GÓMEZ

Sólo si los dos están de acuerdo; si no, no es amor. A mí me pareció que…

MARY

¿Que ella no quería saber nada con él? Puede ser. Pero también podría ser una estrategia para seducirlo. Piénselo; ella se escapa y él la persigue desesperado. Cuando la alcance, ella lo va a tener a sus pies como un felpudo y va a exprimirlo como quiera.

GÓMEZ

¿A usted le parece que ella es de esas?

MARY

(Lo piensa.) No es que la conozca demasiado, pero la verdad es que no.

GÓMEZ

A mí tampoco. Más bien parecía que estaba en pánico. ¿Me va a ayudar?

MARY

Si cree que ella está en pánico y que él es peligroso, ¿por qué lo iba a ayudar? No lo entiendo.

GÓMEZ

Soy detective; acepto una misión y la cumplo. ¿Está mal?

MARY

Usted sabrá. Me cae muy bien, Tino, pero en esta no cuente conmigo.

GÓMEZ

Prieto tenía razón. Digo, que usted no está dispuesta a ayudarlo. ¿Son celos?

MARY

Ya no. Cuando hace poco apareció la Tigra, yo hacía mucho tiempo que había tomado distancia de Hugo. Al principio lo quise mucho, pero después lo conocí mejor.


168 · 2010 ı Norberto Lewin

(Gómez no la escucha. Quedó impactado, mirándole el amplio esEstira su mano. Parece que le acaricia una teta. Ella se desconcierta pero no se escandaliza. Ríe.) cote.

MARY

¡Epa, que resultaste mano larga, pichón! Los tímidos son impredecibles…

(Gómez le saca una pelusa del escote.)

GÓMEZ

Disculpe; esto es de la boa que usaba la Tigra.

MARY

Puede ser. ¿Qué importancia tiene?

GÓMEZ

Hace años trabajé en una textil. Esto no parece un material común. ¡Puede ser una pista!

(Se va escudriñando la pelusa -o la pluma- Mary queda intrigada.) APAGÓN

ESCENA 7 Pleno día. Gómez estuvo trabajando todo el día. Está cansado pero satisfecho. GÓMEZ

No estaba equivocado. El retazo de la ropa de la Tigra resultó muy útil. Recorrí mil casas de telas y lencerías. Rastrillé la calle Avellaneda, fui por Talcahuano, Montevideo, Sarmiento, rebusqué por todo el barrio de Once. Estaba a punto de rendirme, cuando llegué al negocio de Jaime. Ropa fina y extravagante, prendas únicas y caras. Me calcé el personaje de duro y entré.

(Se enfrenta a un comerciante pacífico y lo agarra de la solapa. Le pone la pelusa en la nariz, lo zamarrea y mete una mano en su propia sobaquera como si tantease un arma.)

GÓMEZ

¡Hablá, o la vas a pagar muy caro!


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 169

JAIME

Ya la pagué muy caro, señor… al importador. Pero no hice nada malo.

GÓMEZ

Entonces, ¿confesás? ¡Confesá!

JAIME

Sí, sí, confieso lo que quiera, pero no sé a qué se refiere.

GÓMEZ

Esto no lo compra cualquiera; tengo razón?

JAIME

Tiene.

GÓMEZ

Es muy caro y exclusivo, cierto?

JAIME

Cierto.

GÓMEZ

Tenés una clientela no muy grande, pero fiel; verdad?

JAIME

Verdad.

GÓMEZ

Te doy cinco minutos para que me hagas la lista de todas las clientas que te compraron boas de este material. Nombres, direcciones y teléfonos. ¡Empezá!

(Jaime saca un anotador, escribe dos renglones, arranca la hojita

y se la da.)

JAIME

Acá tiene.

GÓMEZ

¿Es todo?

JAIME

Se lo juro, señor. Pero no le diga que yo le dije. La perdería como clienta.

GÓMEZ

(Deja

el personaje de duro.)

Gracias y disculpe. Yo… no soy un

matón. JAIME

Me di cuenta desde el primer momento.

GÓMEZ

¿Y por qué me siguió la corriente?

JAIME

Porque más peligroso que un profesional de verdad, es un payaso improvisado. ¡Imbécil!


170 · 2010 ı Norberto Lewin

GÓMEZ

¡Oiga, no le permito! ¡Yo no soy ningún improvisado!

(Pero Jaime ya se fue. Queda Gómez con el público.)

GÓMEZ

Me comí el orgullo. Tenía en mi mano lo que había buscado todo el día. (Ojea el papelito.) Un solo nombre y una sola dirección. Mi búsqueda había sido difícil, pero el resultado, facilísimo. (Lee.) Salta 800… ¡Pero, si es lo de Prieto!

APAGÓN

ESCENA 8 Anochecer. Nadia está sola. Se nota que intenta recomponerse y dominar una gran angustia y desazón. Suspira, busca con la mirada en el aire, a su alrededor, se va haciendo un ovillo. Entra Gómez y la encara directamente, sin notar el estado de ella. GÓMEZ

Necesito hablar con el señor Prieto; urgente.

(Nadia niega, tiembla, Gómez no termina de registrarlo.)

GÓMEZ

¿Salió? Qué contrariedad; tengo una pista, muy extraña, pero pista al fin. Creo que no va a ser difícil ubicar a la Tigra. El rastro me trae hasta acá mismo. ¿Oyó hablar de Exclusividades Jaime en la calle Azcuénaga? Es un localcito perdido en una galería rotosa, pero… (Ahora nota que Nadia se pone peor.) Disculpe, ¿dije algo malo? No me diga que Exclusividades Jaime también es de Prieto. Oiga, ¿se siente mal? Su padre me dijo que después de una noche de sueño se sentía mejor…

NADIA

V-váyase, por favor. Váyase y n-nno vuelva.

GÓMEZ

¿Por qué? ¿Le molesta mi trabajo? Sólo cumplo el deseo de su padre.


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 171

NADIA

U-uusted no entiende, no sabe n-nada.

GÓMEZ

No se preocupe; sé lo suficiente.

NADIA

(Enloquecida.) ¡Váyase, váyase!!! ¡S-sse lo pido!!!

(Se pone peor aun. Él intenta abrazarla para calmarla pero ella

se debate.)

GÓMEZ

Cálmese, ¿qué le hice?

MARY

(Entrando y yendo hacia ellos.) Déjela; yo me encargo.

MARY

(Gómez obedece. Mary abraza a Nadia y la lleva a un costado de la La mima.)

escena.

Calma, Nadia. Todo va a estar bien. Shhh… (canturrea maternal.) Shhh…

(Por

señas pide a

mando a

Nadia.)

Gómez

que salga; él obedece.

MARY

Ya se fue.

NADIA

(En sus pensamientos.) Y-yyo no soy así…

MARY

Queda Mary

mi-

(Se alerta, pero sigue cuidadosa.) ¿Así… como quién? ¿Como Gómez?

NADIA

N-nno…

MARY

Como Hugo…

NADIA

(Asiente.) ¿Q-qqué hago acá, Mary? Y-yyo no soy así…

(Mary la obliga delicadamente a que la mire.)

MARY

Vos no sos así. Entonces, decime cómo sos, pero con tus palabras.

NADIA

S ssoy… o otra.

MARY

Mirame. ¿Qué querés decir con eso?


172 · 2010 ı Norberto Lewin

NADIA

N-nno sé, no sé… ¡M-me voy a volver loca!

MARY

No, mujer, no. Antes de rendirte tenés que intentar algo.

NADIA

¿Pero, n-no ves que estoy ro-rodeada de violencia, m-mmatufias, amenazas? S-ssi un día m-mme animara…

MARY

¿A qué? ¡Decímelo… decilo!

NADIA

N-nnada. N-nunca voy a po-poder enfrentarlo.

MARY

Quién sabe… yo sé que sos más fuerte de lo que pensás. Algún día…

(Evidentemente, Nadia no lo cree. Mary, sí.) APAGÓN

ESCENA 9 Se repite el final de la escena UNO. PRIETO

¿Y? ¿Habló?

CAPANGA

No, señor. Parece que le gusta que lo fajen.

PRIETO

Es inútil, Gómez. Se va a hacer reventar el estómago, la cara y los riñones y al final va a hablar, aunque sea para llegar a tiempo a la guardia del Tornú.

GÓMEZ

¿Por qué no charlamos a solas, como gente civilizada?

PRIETO

Mmm, qué interesante. ¿Cómo no pensé en esa posibilidad?

(Despide a los otros con un gesto. Quedan a solas.)

PRIETO

Hablar a solas… una forma de conseguir información como cualquier otra. ¿Dónde está la Tigra?


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 173

GÓMEZ

Ya le dije que no sé.

PRIETO

¡Ve; ahora me acuerdo! Por eso es que no pierdo tiempo en hablar a solas. Los traidores no confiesan tan fácil; hay que obligarlos.

GÓMEZ

Yo no soy un traidor; soy un profesional serio. Simplemente, fracasé.

PRIETO

No, Gómez; usted se comprometió a conseguirme una entrevista con la Tigra y tiene que cumplir; no acepto un fracaso como resultado.

GÓMEZ

Está bien; no es que haya fracasado. Solo que quiero retirarme. Es mi derecho.

PRIETO

Usted no tiene derechos; solo obligaciones.

GÓMEZ

Búsquese a otro. Y en cuanto a mí, no me pague y listo. Adiós.

PRIETO

De acá salís directo a una zanja, infeliz. ¡Muchachos, se acabó el recreo!

(Entran

los matones y rodean a

recomienzan la paliza. lugar de escena

Mary,

Gómez. A

una señal de

que seguía con

8, la deja y va hacia ellos.)

Nadia

Prieto,

en el mismo

MARY

¡Paren esta masacre; te volviste loco, Hugo?!!

PRIETO

No te metas o te va a pasar lo mismo.

MARY

Agarrátelas conmigo, entonces, pero dejá en paz a este infeliz.

GÓMEZ

¿A quién le dijo infeliz?

MARY

¡Cállese; estoy tratando de ayudarlo! (A Prieto.) Hugo, el pobre no sabe nada.

GÓMEZ

¡Espere, espere, espere! ¿Qué es lo que no sé?

PRIETO

¡Nada; no escuchó?! (A Mary.) Así que te volviste defensora de pobres… (A Gómez.) Qué le decía de Mary? Está muy rara. (A Mary.) Estás tirando por la borda años de confianza. ¿Adónde vas a ir ahora, después de gastar tu juventud al lado mío?


174 · 2010 ı Norberto Lewin

MARY

Mala suerte para mí. Pero no aguanto más esta locura.

PRIETO

Acá no hay ninguna locura. Yo tengo cien negocios y manejo millones. Vos trabajás en un cabaré, los bailarines bailan, mis muchachos cumplen órdenes y no se meten con nadie.

MARY

Hablo de Nadia. No está bien, pobrecita, y todo esto la pone peor.

PRIETO

¡Lo único que faltaba! Nadia está perfectamente y en todo caso, es mi hija. Así que hago con ella lo que quiero. Sigan, muchachos.

(Los matones agarran a Gómez, pero ahora la que se interpone Nadia. Está casi ida, tambaleante, no por debilidad física, sino moral.) es

NADIA

Ha-hacele caso a Mary, p-papá. Dejalo ir.

PRIETO

(Cariñoso, paternal de verdad.) Nena, mirá cómo estás… andá a descansar, querés. Estas no son cosas para una mujercita delicada como vos.

NADIA

¡N-no me trates co-como cuando tenía cinnnco años!

PRIETO

Soy tu padre. ¡Te puedo dar un cachetazo por atrevida!

MARY

Ni se te ocurra. Ya le hiciste bastante daño en la vida.

PRIETO

Me cansaste, Mary. Ya te va a tocar tu porción. Cuando consiga a la Tigra, te voy a echar como a un perro. ¡Quiero a la Tigra, Gómez!!!

NADIA

(Trastornada, en un alarido.) ¡Basta!!! (A Mary.) ¡N-no puedo, no p-puedo…!

MARY

Es ahora o nunca, Nadia! Decíle… decí!

NADIA

(A Prieto.) P-ppapá…

PRIETO

¡Te querés callar, hinchapelotas!!! ¡Siempre fuiste un estorbo, idiota!!!

(Nadia se siente sobrepasada y va a irse. Gómez intenta retenerla.)

GÓMEZ

¡Espere; no permita que la trate así!


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 175

(Ella quiere irse. Él le manotea la ropa y para sorpresa de todos, Debajo, Nadia lleva la ropa de la Tigra. Es la Tigra.) termina arrancándole la peluca y el vestido.

MARY

¡Nadia!

PRIETO

¡Tigra!

NADIA

(Nadia los encara. Es un híbrido entre las dos mujeres; tiene un

poco de cada una.)

(A Gómez.) E-estará muy satisfecho; co-consiguió que la Tigra y Prieto se encontraran. Pagale, papá. Y que se vaya.

PRIETO

(Obnubilado.) Tigra…

NADIA

N-no sé si soy la T-tigra.

MARY

Nadia…

NADIA

Tampoco sé eso. No sé nada, estoy partida en dos…

PRIETO

¡Yo no renuncio a la Tigra!

GÓMEZ

¿Pero qué dice, degenerado? ¡Es su hija!

PRIETO

(Duda, pero al final, se manda.) ¡Técnicamente no! (A Mary, tímido.) ¿No es cierto, Mary? Ella no es mi hija; es la Tigra.

GÓMEZ

Está delirando.

MARY

No, Tino. No sé bien qué está tratando de decir, pero creo que está más cuerdo que nunca. Sólo que le está saliendo lo hijo de puta que es y que siempre fue.

PRIETO

No digas eso, Mary. Yo no quería criar una hija. Me obligaron. Para perdonarme unos chanchullos sin importancia, me exigieron que agarrara ese pedazo de carne con pañal y me hiciera cargo. Pero no soy el padre.

MARY

Qué?!

NADIA

¿Q-quiénes son m-mmis padres?


176 · 2010 ı Norberto Lewin

PRIETO

¡Qué sé yo! Unos infelices que se habrán hecho matar como tantos otros. A mí no me tocaba llevar esa contabilidad; sólo tenía que obedecer órdenes y poner el pellejo. ¡Y me jugué a lo macho!

NADIA

Toda mi vida fue un engaño. (A Mary.) Vos también me mentiste. ¿Por qué?

MARY

Yo no sabía, chiquita… Había algo oscuro, sí, sucio, pero no me imaginaba, no me animaba a pensar…

GÓMEZ

Era miedo, Mary. No la estoy juzgando; todos teníamos miedo. El miedo ayuda a no tener que enfrentarnos al horror…

MARY

Perdoname, si me hubiera animado a atar mejor los cabos… si yo hubiera…

PRIETO

Dejalos con sus estúpidas ideas moralistas, mi amor. Quedate conmigo. Eran tiempos terribles. ¡Quién iba a ponerse a pensar en el Bien y el Mal! Había que sobrevivir y yo hice lo único que sabía; amasé una pequeña fortuna, soñando con la mujer que mereciera compartirla conmigo. ¡Y esa mujer sos vos! ¡Olvidate, total, ni llegabas a los tres meses cuando te traje! ¡Olvidate de todo!

MARY

¡Canalla! ¿Cómo podría olvidar que fue arrancada de su familia? ¿Cómo no pensar que la deben estar buscando desde entonces?

PRIETO

¿Te querés callar? ¡No vengas a jugarla de fiscal! (A Nadia.) Yo no soy tu padre, Tigra. ¡Podemos amarnos con toda libertad y sin culpas! ¿Entendés? Tus padres son otros; yo solo soy un hombre, un hombre que te ama. ¡No me rechaces…!

(Intenta

abrazarla, pero ella lo rechaza con fuerza de

horror de

Nadia.)

Tigra

y

NADIA

¡No me toques, basura. No busques a Nadia ni a la Tigra, porque te mato! (A sí misma, sorprendida, incrédula de su propia reacción.) ¡Parece que pude…!

(Se va. Mary y Gómez quedan helados. Prieto se derrumba.)

APAGÓN


UNA MUJER SE EVAPORA EN LA NOCHE ı 2010 · 177

ESCENA 10 Efectos de luces y sonido y música. Entra Prieto enloquecido.

PRIETO

(Canta.) Tigra, dónde fuiste? / Tigra, no te escondas / No juegues conmigo / Qué tengo que hacer? / Pedí lo que quieras / Olvidá el pasado / Quiero ser tu hombre / Y vos, mi mujer / Tigra, no me dejes / Tigra que me muero / Tigra, que me mato / Voy a enloquecer!

(Prieto sale hacia la casa. Entran Gómez y Mary.)

GÓMEZ

Hay que encontrarla antes de que cometa una locura.

MARY

Ojalá volviera, aunque más no sea para escupirme en la cara.

GÓMEZ

No se atormente más. Lo que importa es que la verdad salió a la luz. Usted puede ayudarla a encontrarse a sí misma, empezando por defenderla de Prieto.

CORO

TIGRA

(Se escucha un terrible grito de Prieto: “¡Tiiiigraaaa!!!” y luego Entra el coro con el arma de Prieto, aún humeante.)

un disparo.

(Canta.) Esto quedó del monstruo / Qué patético final. / Ahora la Tigra Nadia / La fortuna heredará. (Canta.) No quiero esa plata sucia / quiero irme lejos de aquí. / Empezar todo de cero / olvidarme lo que fui.

MARY

(Canta.) Para olvidarte de algo / primero hay que conocer / Averiguá tu origen / después sabrás qué hacer.

GÓMEZ

(Canta.) Hágale caso a Mary / Ella es sabia de verdad.

CORO

(Canta.) Muy bien, Gómez, te animaste / Y diste un pasito más!

MARY

(Canta.) Yo también quedé en la calle / Vamos juntas, si querés.


178 · 2010 ı Norberto Lewin

NADIA

(Canta.) ¡Sí! No me dejes sola / No sé bien qué quiero hacer.

CORO

(Por la pistola, canta.) ¡Ojo, que un tiro no alcanza / a matar todo un pasado!

MARY

(Canta.) Date tiempo, nunca es tarde.

NADIA

(Canta.) No sé si me voy a animar…

GÓMEZ

(Dice; no canta.) Y acá llegamos al final de la historia. Mi caso estaba perdido, mi cliente ya no podía pegarme, aunque tampoco pagarme, por más que sin querer ni imaginarlo, yo había cumplido mi trabajo. Claro que eso no es lo importante. A Nadia Tigra o Tigra Nadia se le abría un mundo de libertad, pero también un abismo de incertidumbre.

CORO

(Canta.) Para escapar de lo oscuro / Tenés que buscar el sol.

NADIA

(Se

decide, canta.) Aunque el futuro me asuste / Quiero averiguar

quién soy. MARY

(Canta.) Gómez, usté es detective / Bien puede dar una mano.

GÓMEZ

(Canta.) Para buscar esos datos / No hay que ser profesional.

(Lo

que sigue es hablado.

Gómez saca un papelito del bolsillo y Mientras lo hacen, él le pasa el brazo por el hombro a Mary, que guiña al público.) van saliendo los tres.

GÓMEZ

(Dice, no canta.) Justamente, acá tengo un número de teléfono; el mejor lugar para empezar la búsqueda. (A Nadia.) ¿Se anima?

NADIA

Ya mismo.

MARY

Contá con nosotros. Te vamos a acompañar hasta el final.

CORO

(Canta y baila; gran final.) Un disparo cierra un ciclo / Y un teléfono abre otro./Para salir de lo oscuro / Un primer paso hay que dar / Para salir de lo oscuro / Un primer paso hay que daaaaaar…!

FIN


CORRIENDO EN LA SANGRE Teresita Galimany

© Ana Ferrari


180 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

Personajes 3 mujeres NANCY ı Madre de Karina, abuela de Kiara KARINA ı Hija de Nancy, madre de Kiara ADRIANA ı Psicopedagoga. Está a cargo del Gabinete Psicopedagógico del Jardín de Infantes al que asiste Kiara

ESCENA 1 Living de un departamento de clase media, bien puesto. NANCY está ordenando después de la cena, mientras espera. Entra KARINA tratando de no hacer ruido, en sus brazos un muñeco que trae sin darse cuenta, absorta aún en la habitación que está dejando atrás. NANCY

¡Por fin!

KARINA

Sí. Me tiene muy preocupada. Cada vez tarda más en dormirse y ayer se despertó tres veces llorando. No sé qué hacer, mamá.

NANCY

Tranquila, Kari. En estos casos lo mejor es calmarse y no agrandar el tema más de lo necesario.

KARINA

¿Agrandarlo? ¿Te parece normal que empiece de repente con esas pesadillas y con tanto miedo?

NANCY

No quise decir eso. Normal no es, pero pensaba que quizás la malcriamos demasiado. Mea culpa en primer lugar, lo admito. Kiara siempre quiere ser el centro y cuando ustedes están más ocupados…

KARINA

No, mamá, no. Esto es distinto.


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 181

NANCY

Vamos, no dramaticemos. Veamos qué te dicen mañana en el colegio.

KARINA

Sí, pero si me llamaron otra vez es porque tampoco allá la ven bien, ¿no?

NANCY

Es algo pasajero, Kari, estoy segura. Sos vos la que me preocupa, te ves muy cansada. ¿Por qué no me llevo a la nena a casa una de estas noches? Así ustedes se despejan un poco y duermen bien, que les hace falta.

KARINA

Gracias, ma. Ahora no, me quedaría muy intranquila, sería peor.

NANCY

Bueno, pensalo, ¿sí? Y cuando quieras me decís. ¿Te traigo un té o un cafecito?

KARINA

Ay, dale. Un té sería la gloria.

NANCY

Enseguida. Te preparo uno que te ayude a relajarte.

(Nancy parte hacia la cocina. Karina se acomoda en el sillón pen-

sando, preocupada.)

KARINA

¡Má! ¿Estás segura de que a la edad de Kiara yo…?

NANCY

(Off.) ¿Qué? Ya voy, ya está casi listo.

KARINA

Que si… por ahí… (Se arrepiente.) No… nada… nada.

(Pausa. Nancy, entrando con la bandeja.)

NANCY

¿Qué decías?

KARINA

Te agradezco estos cuidados, ma. Me hacían mucha falta.

(Pequeña pausa. Ponen azúcar en el té, etc.)

KARINA

Me volvió a preguntar por qué no contesto. Está enojada conmigo, dice que no hago caso. Ya me lo dijo varias veces, no entiendo.

NANCY

Hija, no podés tomar al pie de la letra los sueños de la nena. Son etapas que pasan todos los chicos, creeme.


182 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

KARINA

¿En mi caso fue así también, tan fuerte?

NANCY

¡Y hasta más! Pero son miedos pasajeros y ya ves, no dejan ninguna huella, hoy ni siquiera te acordás.

KARINA

Igual me angustia verla así y no poder ayudarla, ¡no sé cómo! Me reclama cosas con una seguridad que hasta me hace cuestionar si no tendrá razón, si no habrá algo…

NANCY

¡Por favor, Kari! ¿Qué puede haber?

KARINA

No sé, mamá, algo que se me escapa y…

(Nancy,

interrumpiéndola, la abraza acunándola, haciendo que

descanse la cabeza sobre su hombro.)

NANCY

Sshh… Vamos, querida, vamos… Shh… Tenés que descansar, nada más. Vas a ver cómo mañana todo te parece más claro. Shh…

(En ese encuentro va bajando la luz sobre ellas hasta el oscuro.)

ESCENA 2 Gabinete psicopedagógico en el Jardín de Infantes al que asiste KIARA, a la mañana siguiente. ADRIANA, la psicopedagoga, está estudiando una carpeta cuando llega KARINA festejando los dibujos que acaba de ver expuestos en las paredes de la escuela. KARINA

Es hermosa la exposición, Adriana. Se ve que los chicos se entusiasmaron, hay unas pinturas preciosas. ¡Por qué perderemos esa creatividad natural al crecer!

ADRIANA

Vos no te podés quejar. Y tu hija tampoco: sin duda heredó el talento familiar. Yo no sabía que la abuela también dibujaba.


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 183

KARINA

¿Mamá? Pero si no sabe ni agarrar un lápiz. (Contrariada, sus cosas, se sienta.) ¿Qué, Kiara te dijo eso?

ADRIANA

Sí…

KARINA

¡Inventa unas cosas últimamente!

ADRIANA

¿Por ejemplo?

KARINA

Ayer insistía en que me llaman. Y te juro que no sé de qué habla. Le pregunto y me da respuestas vagas, o directamente se pone a llorar. Me da miedo preguntarle mucho.

ADRIANA

¿Miedo a…?

KARINA

A ponerla peor… (Con angustia creciente.) A que sufra… A no poder ayudarla… A lo que pueda pasarle…

ADRIANA

¿Qué podría pasarle?

KARINA

No sé… Sigue teniendo esos sueños amenazantes, violentos. En realidad, ninguno de nosotros tiene idea de qué le está pasando.

ADRIANA

¿Recordaste algo en especial de cuando empezaron esos sueños?

KARINA

No, ya lo repasé mil veces con mi marido, con mis viejos, nadie notó nada.

ADRIANA

Quizás fuera de la familia, en el entorno. ¿Alguna cosa que sobresalga? ¿Alguna persona nueva?

KARINA

Que yo sepa no, y seguimos estando los mismos, ya te dije. (Con ansiedad.) ¿Y acá en el Jardín, pudieron ver algo?

ADRIANA

No encontramos nada fuera de lo habitual, no.

KARINA

Pero siempre está con nosotros… Si no pasó nada en casa y tampoco acá… le sigo dando vueltas y no sé… es enloquecedor.

ADRIANA

Sigamos pensando juntas, Karina. No nos apresuremos.

KARINA

Es que veo que mi hija se siente perseguida, que está mal, y supongo que de algún lado tiene que venir eso, ¿no?

deja


184 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

ADRIANA

¿Con qué lo asociás? Lo que sea.

KARINA

Estoy completamente perdida, Adriana. Aparecen estas cosas de la noche a la mañana y es como si hubiera empezado otra vida, entrado en otro tiempo, no sé.

ADRIANA

¿En qué otro tiempo estás perdida?

KARINA

¿Yo? No. Quise decir que no tengo idea de por qué estos cambios, que no tienen nada que ver con cómo es Kiara ni con la vida que llevábamos.

ADRIANA

¿Cuál dirías que es el cambio más fuerte?

KARINA

Bueno, vos la conocés… Llenaba todo de alegría. Tan dulce, transparente. Y ahora está irritable, sombría, contesta mal… ¿Acá también sigue así… distinta?

ADRIANA

Sí. Más retraída incluso. Tiende a aislarse, a no querer jugar…

KARINA

¿Ves? En casa le encantaba jugar con el papá. Cuando él volvía del trabajo no lo dejaba hacer otra cosa. Ahora está arisca, distante, como si no le interesara.

ADRIANA

¿Pasa mucho tiempo con él?

KARINA

No, al contrario. Darío labura todo el día y viaja mucho. Y resulta que ahora cuando él llega, en vez de querer verlo pareciera que le escapa.

ADRIANA

¿Le escapa?

KARINA

Bueno, no sé… últimamente me da esa impresión, que Kiara lo evita… que se pega más a mí o a la abuela… Quizás son ideas mías que estoy confundida. Y como justo tengo tanto trabajo me angustio más, porque quisiera estar con ella todo el tiempo y no puedo.

ADRIANA

¿Con quién se suele quedar?

KARINA

Con los tíos: mi cuñado Nacho y su mujer, que son amorosos. O con los abuelos, mis viejos. Nadie más. Tenemos una familia chica pero somos muy unidos, nos llevamos muy bien. Nos gusta estar juntos, tenemos algo de clan. (Riendo.) En el buen sentido, claro.


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 185

ADRIANA

¿Cuál sería el mal sentido?

KARINA

(Sonríe aún.) Bueno, pensé en un clan tipo “El Padrino” pero no nos parecemos en nada, te puedo asegurar.

(Pausa.)

ADRIANA

¿Tiene padrinos Kiara?

KARINA

Los mismos tíos.

ADRIANA

Decías que los ve seguido.

KARINA

Sí, suelen llevarla a su casa los fines de semana o vienen a la nuestra para que Darío y yo podamos salir. La dejamos en la semana también, vivimos cerca, le encantaba.

ADRIANA

¿Ya no?

KARINA

Te dije: está distinta, cambió.

ADRIANA

¿Se quedó con ellos hace poco?

KARINA

Ayer, ¿por?

ADRIANA

¿Cómo volvió?

KARINA

Ya antes de ir estaba algo sombría y volvió igual. Pero siempre lo pasó muy bien con ellos, la adoran. Como no tienen chicos, le dan todos los gustos y se siente una reina, el centro del mundo.

ADRIANA

¿Qué hace cuando se queda ahí?

KARINA

Nacho trabaja en la casa, así que Kiara está mucho con él mientras los demás estamos laburando afuera. Darío y Nacho tienen un don especial para tratar con los chicos, en ese sentido los admiro, son fantásticos.

ADRIANA

¿Pero qué hace Kiara cuando se queda con él, qué te cuenta?

KARINA

Bueno, charlan, ven alguna película, juegan, se divierten. Nacho le dedica toda su atención, la ayuda si tiene alguna tarea, le cuenta cuentos, esas cosas…


186 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

ADRIANA

¿Y si ustedes vuelven tarde?

KARINA

No es problema. Le hace la comida, la baña, la acuesta…

(Se queda pensativa un instante. Adriana espera.)

ADRIANA

Entonces Kiara pasa mucho tiempo a solas con él.

KARINA

(Cree percibir algo en esa afirmación, pero se le escapa.) ¿Cómo?

(Pausa.)

ADRIANA

¿Y qué dicen los abuelos de todo esto?

KARINA

(Con

ADRIANA

¿Vos coincidís?

KARINA

En esto, no.

ADRIANA

¿En qué sí?

KARINA

En casi todo, pero no en esto.

ADRIANA

¿No en este tema, o no coincidís en negar los problemas?

KARINA

No te entiendo.

ADRIANA

¿A vos también te dejaban con tu padrino? (Pausa.) ¿Coinciden en

algo de orgullo familiar a pesar de la crítica.) Mi viejo, lo que diga mi vieja, como siempre. Hacen causa común. Y ella ve todo positivo. Es de negar los problemas, no le gusta profundizar ni mirar atrás. Dice que lo de Kiara va a pasar enseguida, que es una etapa, que los chicos son así.

eso?

(Pausa.)

KARINA

Yo no… (Confundida.) ¿Qué?

ADRIANA

Si coinciden en eso de dejar a sus hijas con los padrinos.

(Karina no puede pensar claramente. Pausa.)

KARINA

… ¿Vos decís…?


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 187

(Pausa.)

KARINA

Con todo lo que vengo pensando, jamás se me ocurrió… Jamás se me pasó… Desconfiar de mi gente es…

(Pausa.)

KARINA

¿Vos creés que…?

ADRIANA

No creo nada. Pregunto.

KARINA

(Indignándose.) ¿Eso pensás?

ADRIANA

Lo que importa es lo que pensás vos.

KARINA

(Muy angustiada.) ¡Qué puedo pensar!

ADRIANA

(Firme.) No sé. Decime vos.

KARINA

Lo que sugerís… (Pausa.) No, la verdad no… (Silencio. Adriana

espera. Karina evita mirarla. De pronto se levanta, toma sus cosas con rapidez.)

Es tardísimo ya, tengo que irme.

ADRIANA

Quedate un momento más, Karina, y demos un cierre…

KARINA

(Ya cerca de la puerta.) Te llamo, Adriana. Seguimos otro día.

(Sale rápidamente, como si se ahogara allí, como si huyera.)

Escena 3 NANCY hablando por celular con su marido, cualquier espacio. NANCY

Te digo que sí, querido, se lo dije. Pero esa psicopedagoga, si es que de verdad es psicopedagoga, le llenó la cabeza, no sabés lo que me costó hacerla entrar en razón, y todavía… (Escucha.) Y, no, sigue alterada. La tipa esa en vez de calmarla la dejó como


188 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

loca. (Hace silencio. Escucha.) No, por ahora se la agarró con el pobre Nacho, pero la veo venir. (Escucha.) Que cuánto tiempo pasa Kiara sola con él, que cómo la trata y qué hacen juntos, cosas así. Ojalá Nacho no se entere nunca porque la mata, imaginate, ¡y con toda razón! (Escucha.) Sí, algo se trae. (Escucha.) ¿No te digo que es una basura? ¡Kari fue buscando ayuda y mirá! (Escucha.) ¡Pero te juro que hice lo imposible! Es esa mujer la que le metió todo eso en la cabeza. (Escucha.) No, Tito, no conviene. Calmate. Tenemos que ir con cuidado, no sea que esto nos traiga consecuencias peores. (Escucha.) Por supuesto, cómo no se lo voy a decir, pero parece que ahora escucha más a esa psicóloga que a mí, ¡es increíble! (Escucha.) Sí, sí. Y por otro lado, tratemos de que cambie de psicopedagoga, insistile vos ahora, a ver si se decide. (Escucha.) Ah, sí, me parece bien, sí… ¡claro! Jardines hay para elegir. Un ambiente nuevo le va a cambiar el ánimo a Kiara y a todos nosotros. Y nos evitamos problemas mayores. (Escucha.) Sí, quedamos en eso entonces. (Escucha.) Es lo que dijimos siempre… ¡por qué esa manía de mirar atrás, ¿qué ganan?! (Escucha.) Bueno, ahora el tema es convencer a Karina. Hablá con ella enseguida. A vos te escucha más. Llamala. (Escucha.) Sí, le dejé varios mensajes pero todavía no me contestó. Me extraña, pero es cierto que hoy tenía la entrega de vestuario… (Escucha.)

(Baja

la luz sobre

Nancy

y sube en otro sector sobre

Karina,

también hablando por celular. se la nota algo fría, algo incómoda, como llamando por obligación.

Apurada.)

KARINA

Má, te estoy llamando pero me sale siempre el contestador y tengo que volver a entrar, ya empieza el ensayo. Capaz que estás hablando. Recibí varios mensajes tuyos y quería decirte que estoy bien, también Kiara, pero ando muy ocupada, hoy no tengo tiempo. Además con todo esto… Necesito estar un poco sola, nada más. No te preocupes. Yo te llamo y… (Se corta.) Mamá… ¡Mamá…!

(Oscuro total sobre Karina. Luego sale y Nancy, que sigue la conversación anterior.)

NANCY

(Desconcertada.) Tito, ¿vos no creés que Kari me esté evitando, no? ¿Que no quiera hablar conmigo? (Escucha.) Es que siento que con lo de Nacho esa mujer nos ensució a todos. (Escucha.) No, ya sé, ya sé, pero la sentí tan rara, tan… llena de sospechas… (Escucha.) Sí, pero distante. Cuesta mucho sacarle esa entrevista de la cabeza. Hice todo lo que pude, ¡te lo juro! (Escucha.) Que lo

pasa a primer plano


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 189

iba a pensar, que sí, que entendía, que me llamaría pero ya ves, ni ayer ni hoy… Es demasiado… (Escucha.) Sí, claro, ya sé, ya sé. Pero probá, llamala vos. (Escucha.) Bueno, dale. Chau. Llamame después. Enseguida. No te olvides. (Escucha.) Sí, chau, chau. (Va saliendo con el final de la conversación.)

ESCENA 4 Gabinete psicopedagógico, dos días después. Nueva entrevista de KARINA con ADRIANA, que ya comenzó cuando sube la luz sobre ellas. KARINA

…y fue muy fuerte. Me bajó la presión, no sé cómo hice para no desmayarme. Estuve a punto. ¿Te imaginás el papelón? Ensayo general, prueba de vestuario, todo el mundo ahí ¡y la diseñadora cayéndose redonda en plena pasada de la obra!

ADRIANA

¿La escena que veías era nueva para vos?

KARINA

En parte. Yo la había leído, claro, y había visto ensayos parciales. Ahora estaba completa, con sonido, luces… Era el momento en que Perséfone no aparece y Deméter, su madre, recorre la Tierra entera buscándola. Desesperada, pide ayuda a humanos y dioses. Ella, la Gran Diosa, les ruega, pero nadie quiere ayudarla, ninguno quiere enemistarse con el dios de la oscuridad, que es quien se la llevó. Se callan. La dejan sola. Ella casi enloquece. Y empecé a sentir su dolor… una pena tan inmensa…

ADRIANA

Ese mito habla de violencias que trastocan el orden natural y dejan la Tierra vacía, estéril. Así lo vive esta diosa, ¿no?, su vida cambia para siempre en ese momento.

KARINA

Sí… Creo que por eso sentí esa desolación tan profunda, Adriana. Una desolación…

(Se interrumpe. La psicopedagoga le da un tiempo.)

ADRIANA

¿Qué pasó entonces?


190 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

KARINA

El escenario quedó en penumbras y me faltaba el aire. Había humo, que iba cubriendo la escena y la sala. Esa oscuridad me ahogaba… esa oscuridad… el humo… yo… Atravesando esa niebla, una sombra iba y venía a los tumbos. Esa madre desolada era como un alma en pena, perdida, chocando con las paredes, volvía sobre sus pasos, vagaba sin rumbo, ¿entendés? Seguía buscando sin detenerse nunca, como si sólo supiera que no podía hacer más que seguir y seguir caminando, aunque estuviera agotada y todas las puertas se le cerraran, porque no había nada más, no había nada más que eso: seguir buscando a su hija, seguir…

(La emoción la vuelve a interrumpir aquí y en otros momentos del Adriana le concederá las pausas necesarias.)

relato.

ADRIANA

¿Qué?

KARINA

Los gritos. No sé por qué el corazón me latía de esa manera, me asusté. Los gritos venían de todos lados, rebotaban en las paredes del teatro. Habían puesto el sonido así, llegando a la platea desde distintos ángulos, a veces directo, otras como un eco. Me envolvía. La actriz, soberbia, seguía con su caminata errática y llamaba, llamaba a su hija sin descanso y ese llamado me golpeaba de una manera que… me desgarraba… como si me abriera el corazón. Ese llamado desesperado, esa letanía creciendo y multiplicándose hasta que, dentro mío, sólo existía ese lamento.

(pausa.

adriana espera. karina se ve muy concentrada en algo que

quisiera captar pero aún no puede, hasta que retorna y la encara.)

KARINA

Estos días Kiara me reprochó que no hago caso. Dice que “me hago” la que no escucho, que me llaman a gritos y que yo lo sé. (Pausa.) Esos llamados, esos lamentos…

(Pausa.)

KARINA

Ahora soy yo la que no puede dormir.

(Pausa.)

KARINA

Adriana… ¿qué está pasando?

(Pausa larga. Se miran en silencio y luego Karina trata de recompoAdriana se levanta y vuelve con la carpeta de dibujos y materiales de su trabajo con Kiara.) nerse, busca un pañuelo, se reacomoda.


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 191

ADRIANA

Quiero que veas esto, Karina. Son los dibujos que fue haciendo Kiara.

(Karina los observa, pasa las hojas. Adriana mira atentamente su

expresión.)

ADRIANA

¿Qué te parecen?

KARINA

¡Qué oscuros! (Pausa.) Algunas imágenes me parecen familiares, esto… y esto… Quizás me recuerdan algún otro dibujo o algo que Kiara me haya contado, pero no sé… Este de acá… Quiero decir, me llama la atención que no me resulten ajenos y a la vez… (Se queda mirando con sorpresa algo en particular, con mucha atención. pronto lo aparta.)…

De

Son todos tan extraños, tan… ambiguos.

(Adriana, con gentileza, vuelve a ponerle enfrente los dibujos o

bien, vuelve a abrir la carpeta.)

ADRIANA

Tratá de entrar en estas imágenes, Karina, es importante. Fijate si te traen algo más, lo que sea.

(Karina vuelve a mirar los dibujos.)

KARINA

Ay, no sé, Adriana. Son angustiantes.

(Nuevamente, trata de sacárselos de encima.)

ADRIANA

¿Qué es lo que te angustia? (Silencio.) (Insiste.) Mostrame.

KARINA

Qué sé yo. Los monigotes estos, tan… La oscuridad… Parece siempre el mismo lugar, ¿no? Variaciones del mismo lugar que…

(Hace gesto de no saber.) ADRIANA

¿Te dice algo?

(Pausa. Karina

mira rápido y luego niega con la cabeza, siempre

tratando de huirles.)

ADRIANA

Por favor mirá este otro, lo hizo ayer, es el último.

KARINA

¿Qué es? ¿Una tormenta?

ADRIANA

Parece, pero no. Kiara relata que lo que pintó es la cortina de humo que le tapaba todo, pero que escuchaba corridas, gritos,


192 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

ruido de cosas que caían y se rompían con violencia, pasos que golpeaban el piso con mucha fuerza. Dice que eso es lo que más la asustaba, porque no podía ver de quiénes eran y parecían venir de todos lados. Y cuenta que las pisadas se hicieron cada vez más fuertes, que estaban cada vez más cerca, que la aturdían, que le daban mucho miedo, que la rodeaban. KARINA

(Muy afectada, no queriendo reconocerlo pero sintiendo que toca.) No entiendo nada. ¿De dónde saca mi hija todo esto?

ADRIANA

¿Qué pensás vos?

KARINA

la

(Con enojo, defendiéndose.) Que todo es demencial, ¿qué puedo pensar?

ADRIANA

No sé, decime.

KARINA

(Estallando al fin.) ¡Es que no tengo idea! ¿¡O querés que tome literalmente las pesadillas, los dibujos, lo que dice, y crea que de verdad oye las pisadas de botas que vienen a llevársela!?

ADRIANA

¿A llevársela?

KARINA

¿Cómo?

ADRIANA

¿“Botas que vienen a llevársela”?

(Pausa. Karina guarda silencio tratando de entender.)

ADRIANA

Kiara dijo pasos, dijo pisadas. No botas.

(Pausa.)

ADRIANA

Ella dijo que la rodeaban, nada más.

(Pausa. Karina no puede articular palabra.)

ADRIANA

Karina…

(Pausa.)

ADRIANA

(Firme, aunque con cierto temor.) Karina, ¿a quién se llevaron?


CORRIENDO EN LA SANGRE ı 2010 · 193

(Pausa breve.)

ADRIANA

¿Cuándo?

(Karina, conmocionada por darse cuenta de que se trata de su pro-

pia historia. También Adriana está conmovida. Se miran. Comienzan a comprender cómo van encajando todas las piezas. mente la luz sobre ellas hasta el oscuro.)

Baja

lenta-

ESCENA 5 Pasó el tiempo. Silencio. No hay música ni ambientación teatral alguna. KARINA se va de la oficina del colegio, puede quitarse un saco, variar el pelo o cambiar algún detalle de su apariencia. Con naturalidad, camina hacia proscenio. Puede quedarse de pie o sentarse. La luz ayudará a crear un ambiente sencillo e íntimo entre actriz y público. Puede haber un tenue cenital sobre ella y subir un poco la luz de sala. Nada estridente. Sin dramatismo, KARINA relata a la gente su experiencia. En aquel momento me sentía al borde de un precipicio. Podía saltar al vacío y hacer pie en un lugar nuevo, o podía hundirme en el abismo, perdida para siempre. Tenía la sensación de que ráfagas de un viento muy fuerte me golpeaban y me echaban hacia atrás, muy lejos hacia atrás, a un tiempo donde no me reconocía, donde no era yo y sin embargo… era. ¿Cómo explicarlo? Las ráfagas me traían imágenes de algún lugar que había quedado enterrado muy

© Lorena C. Toto

KARINA


194 · 2010 ı TERESITA GALIMANY

hondo en mi memoria y me las arrojaba a la cara, lastimándome los ojos y obligándolos a ver. Los cabos sueltos de toda mi vida comenzaban a unirse, y las piezas recortadas de mi rompecabezas iban completando al fin una figura. En esos días me sentía Perséfone, la hija, para quien la tierra se había abierto, reteniéndola y alejándola de todo su mundo. Como a ella, fuerzas desconocidas me empujaban sin retorno posible. Y me sentía a la vez Deméter, la madre, buscando; por primera vez activa en esa búsqueda que había comenzado, sin saberlo, cuando tenía la edad de mi hija. Por encima de todo, encontrar la verdad se había hecho imprescindible para seguir viviendo y ahí, en medio del terror al vacío que amenazaba llevarme, descubrí que dando el primer paso la tierra aparecía bajo mi pie. Ya no podía seguir, como me reprochaba Kiara, “haciéndome la que no oía”; ahora sabía. Sabía al fin que era mi nombre el que ella escuchaba en sus pesadillas. Era mi nombre ese grito en el ensayo. Era a mí a quien estaban llamando desde la más oscura noche del pasado. Y ahora mi nombre tenía el poder de tirar abajo todas las paredes de mentiras en las que había vivido. Mi nombre ahora tenía poderes mágicos, sí, porque era mi nombre verdadero.

(Pausa.)

Nunca supe cómo fue que mi hija asumió mis sueños, mis terrores, las pesadillas que debieron acosarme y yo no podía soñar. Quizás no lo sepa nunca. Hay misterios enormes que nos sacuden y nos aterran, pero que también nos cobijan y un día se abren y nos bendicen. Misterios que engendran gritos poderosos, imposibles de acallar, que seguirán corriendo en la sangre hasta que todos los nombres verdaderos sean pronunciados. Hasta que todos los nombres verdaderos sean oídos. De generación en generación, corriendo en la sangre, hasta que cada uno de esos nombres conozca su verdadero hogar.

FIN

© Julia M. Denazis


EPÍGRAFES Pedro Patzer

© Ana Ferrari


© Ana Ferrari

196 · 2010 ı PEDRO PATZER

Se ilumina un lateral del escenario, allí se encuentra El Relator, viste un elegante smoking. RELATOR

El hombre de la prehistoria pintaba en la caverna al animal que podía matarlo; así pintaba al bisonte, porque esta era una manera de crear a la muerte y también una forma de destruirla.

(Se ilumina el centro de la escena y vemos al Hombre I y II. Siempre estarán vestidos con uniformes similares a los de los empleados

Mc Donald’s e irán interpretando los distintos personajes que Escuchan atentamente lo que el Relator dice. Cuando este acaba, uno se para frente al otro como si fuera un Profesor y el otro se acomoda como si fuera el Alumno.) de

aparezcan a lo largo de la obra.

PROFESOR

Capitales de Europa.

ALUMNO

Tirana Lek, Berlín, Erevan, Viena, Baku, Bruselas, Minsk, Sarajevo, Bulgaria, Nicosia, Zagreb, Copenhague, Bratislava, Liubliana, Madrid, Tallin, Helsinki, París, Tiflis, Atenas…

PROFESOR

Preposiciones.

ALUMNO

A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras.

PROFESOR

Tabla del ocho.

ALUMNO

8x1=8; 8x2=16; 8x3=24; 8x4=32; 8x5=40; 8x6=48; 8x7=56.


EPÍGRAFES ı 2010 · 197

PROFESOR

Preámbulo.

ALUMNO

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia…

PROFESOR

Huesos del pie derecho.

ALUMNO

Calcáneo; Astrágalo; Escafoides; Hueso cuneiforme lateral; Hueso cuneiforme medial; Hueso cuneiforme intermedio; Hueso cuboides; Metatarsiano; Falange proximal; Falange media; Falange distal.

PROFESOR

¿Quién dijo que la escuela argentina no enseña a ejercitar la memoria?

RELATOR

(Apagón. Se enciende un seguidor que ilumina al Relator que tiene Se pasea por el proscenio.)

una calavera en la mano.

En el año 399 a.C, Sócrates fue acusado de ateo y corruptor de la juventud y fue condenado a muerte. Rechazó cualquier posibilidad de fuga porque en caso de aceptar la propuesta habría reconocido su culpabilidad. Sócrates murió al beber cicuta, se dice que ni siquiera en ese instante perdió su ironía, pues antes de vaciar la copa preguntó si debía ofrecer a los dioses una gota de brebaje.

(Se enciende la luz del centro del escenario. Vemos al Hombre I, quien lleva puesta una peluca de mujer y tiene una cartera entre sus manos.

Le habla al público como si estuviera siendo entrevis-

tada por un periodista.)

MUJER

Yo amo la cultura, los sábados me leo todos los suplementos culturales, los domingos voy a los museos, muestras, librerías, también asisto a conciertos de música clásica, jazz, bossa, y si llega a algún bar de Palermo, algún folclorista con onda, también escucho folclore… (Pausa.)… Amo la cultura… (Pausa.)… No, en realidad no trabajo en nada que tenga que ver con la cultura, mi marido es empresario, tiene una pyme, fabrica rulemanes y bulones, que exportamos a Suiza y Bélgica. Yo trabajo con él…. (Pausa.)… ¿Qué escritores me gustan? Ah, Borges, amo a Borges.


198 · 2010 ı PEDRO PATZER

(Ingresa

el

Hombre II, ciego, Borges.)

con un bastón.

Habla

con las difi-

cultades que tenía

CIEGO

Disculpe señora, ¿me ayuda a cruzar la calle? ando perdido, siento como si el sendero se bifurcara en jardines…

(La mujer se siente asustada e incómoda, alevosamente cambia su

cartera de mano.)

CIEGO

Señora, perdone pero, ¿no me indica cómo llegar a la calle Garay? dicen que allí hay un objeto que nos permite ver la totalidad de las cosas desde todos sus lados.

SEÑORA

Tome una moneda, estoy ocupada, disculpe.

(Le da un empujón al Ciego, este sale tropezándose de escena. La

mujer mira al público.)

CIEGO

¡Aaaleeeeph!

SEÑORA

Este país está cada vez peor, lleno de locos…en qué estábamos, ah, sí, ¡Borges es maravilloso!

(Se apaga la luz del centro y se enciende la luz sobre el Relator,

este está jugando con una ballena inflable, luego de unos segundos se da cuenta de que el público lo está mirando. ballena encima, acomoda su traje y lee.)

RELATOR

Se quita la

Jonás hostiga a la Ballena, la insulta, la provoca, le dice que se aprovecha de los peces pequeños pero que es incapaz de devorar a un hombre, la llama arenque, mojarrita y otros epítetos injuriosos. Al fin la Ballena, harta de verse así vilipendiada o acaso para hacer callar a ese energúmeno, se traga a Jonás sin hacerse el menor daño. Una vez dentro del vientre de la Ballena, Jonás empieza a correr de aquí para allá. Profiere ladridos, da puñetazos y puntapiés en las paredes del estómago de la Ballena. Al cabo de unas horas la Ballena, enferma de náuseas, vomita a Jonás sobre la playa. Jonás cuenta a todo el mundo que permaneció un año en el interior de la Ballena, inventa aventuras heroicas, afirma que la ballena le tuvo miedo. Moraleja: si eres grande y poderoso como una ballena y algún Jonás te desafía no lo devores, porque lo vomitarás transformado en héroe… Del libro Falsificaciones, Marco Denevi.


EPÍGRAFES ı 2010 · 199

(Se apaga la luz del Relator y se enciende la luz del centro del Hombres I y II sentados como si estuvieran en un bar.) escenario, están los

HOMBRE I

Voy a escribir un libro.

HOMBRE II

¿Para qué? Si las editoriales no publican a desconocidos, además ya nadie lee.

HOMBRE I

Entonces me voy a presentar a un concurso literario.

HOMBRE II

Olvidate, están todos arreglados, puro acomodo.

HOMBRE I

Sabés que quiero averiguar por un crédito hipotecario.

HOMBRE II

No te conviene, con lo que te prestan ni una parrilla te comprás.

HOMBRE I

Entonces, me voy a sacar un crédito para poner un negocio.

HOMBRE II

¿Un negocio? Estás loco, tomás a un empleado, trabaja un mes. Te chorea, lo rajás, te hace juicio y tenés que pagarle una fortuna.

HOMBRE I

Sabés que estuve pensado, tengo ganas de ponerme de novio, de conseguirme una buena mina.

HOMBRE II

Ojo que las minas no son lo de antes, ahora solo quieren guita y encima cuando pueden te adornan .

(Hace los cuernos con la mano.)

HOMBRE I

Bueno, entonces, seré padre soltero, adoptaré un hijo.

HOMBRE II

Y como es la burocracia en este país, cuando tengas ochenta años te entregan al pibe.

HOMBRE I

No importa, algo tengo que hacer… ya sé, me voy a ir de viaje a Salta y Jujuy.

HOMBRE II

Justo, con el dengue, vas en Chevallier y volvés en la carroza fúnebre.

HOMBRE I

Vamos a ver el partido.


200 · 2010 ı PEDRO PATZER

HOMBRE I

¿El partido? Para ver cómo sudan esos veintidós millonarios, detrás de una pelota, no… dejate de embromar.

HOMBRE I

Bueno, yo me voy a tomar un poco de aire.

HOMBRE II

Tené cuidado, el otro día el vecino salió a sacar la basura y le pegaron cuatro tiros.

(El Hombre I uno se acerca desesperado al Hombre II.)

HOMBRE I

(Increpándolo.) Pero escuchame una cosa, debe haber algo que te guste, alguien que admires.

HOMBRE II

Sí, claro, hay un hombre que admiro, un estadista que dijo una frase maravillosa: Mi voto no es positivo.

(Se apaga la luz del centro del escenario y se enciende el lugar Relator.)

del

RELATOR

Un guardacárceles se pasa veinte años trabajando en la prisión. ¿Quién puede decirle a este hombre, que no estuvo dos décadas preso?

(Se apaga la luz del Relator y se enciende la luz del centro del El Hombre I es un empleado de oficina, está escribiendo a máquina, mientras que el Hombre II asume el personaje del Jefe.)

MANUEL

Yo creo, jefe, que estos buques, yendo y viniendo, son perjudiciales para la contabilidad.

EL JEFE

¿Lo creé?

MANUEL

Todos lo creemos. ¿No es cierto que todos lo creemos?… Yo nunca he subido a un buque, pero lo creo. Jefe, ¿ha subido a un buque alguna vez?

EL JEFE

¿Y para qué un jefe de oficina necesita subir a un buque?

MANUEL

¿Se dan cuenta? Ninguno de los que trabajan aquí ha subido a un buque. ¿Y por qué no ha viajado usted?

EL JEFE

(Irritado.) ¡Basta! ¡Basta de charlar! ¡Trabajen!

escenario,


EPÍGRAFES ı 2010 · 201

MANUEL

Cómo nos equivocamos. Estamos aquí suma que te suma, y por la ventana no hacen nada más que pasar barcos que van a otras tierras. (Pausa.) A otras tierras que no vimos nunca. Y que cuando fuimos jóvenes pensamos visitar.

(Los Hombres I y II se salen de sus respectivos personajes y co-

mienzan a caminar en dirección a una de las salidas del escenario.)

EL JEFE

Roberto Arlt era un ingenuo, creía que había buques…

MANUEL

y creía que había hombres que miraban a los buques a través de las ventanas…

EL JEFE

y no solo que creía que había buques… y hombres que miraban a los buques a través de las ventanas… sino que creía que había islas desiertas…

MANUEL

Era un ingenuo Arlt: ¡Islas Desiertas!

(Apagón, se escuchan los siguientes sonidos: timbres de teléfonos

celulares que suenan y, se mezclan con las voces de locutores.)

LOCUTOR I OFF

Estamos las 24 horas con vos informándote cada minuto…

LOCUTOR II OFF

Entre tú facebook y vi las fotos de tus vacaciones.

RINGTONES III OFF

Señor saque su veraz usted tiene muchas deudas.

RINGTONES IVOFF

Sonría lo estamos filmando…

RINGSTONNES V OFF Para entrar al local debe dejar el bolso en las gavetas. RINGTONES VI OFF

Mi celular tiene GPS, es por si me raptan, para que sepan dónde buscarme.

(Se enciende la luz sobre el Relator.)

RELATOR

Hamlet utiliza para su célebre monólogo de Ser o no Ser, la calavera del bufón, que tanto lo había divertido cuando niño. Van Gogh se corta la oreja, para que la humanidad escuche qué tan tremendo son los alaridos del color del mundo.


202 · 2010 ı PEDRO PATZER

(Se

apaga la luz del

la escena, aparece el mano.)

SNOB

Relator. Se enciende la luz del centro de Hombre II con una caja de bagualera en la

Ustedes dirán que los yanquis son imperialistas y armamentistas, y tantas cosas más: pero ninguno puede negar que New York es la capital universal de la cultura, se fijaron, ¿no? dije universal, porque hasta los marcianos quieren hacer arte en New York. No sé, boludos, yo flashié, ellos tienen otra cabeza, sori, no quiero ofender a nadie, pero ellos tienen otra cabeza. Sus poetas son extraordinarios, vanguardistas, posvanguardistas, son increíbles. Escuchen lo que escribió este:

© Ana Ferrari


EPÍGRAFES ı 2010 · 203

“Here I began to sing Along with the rhythm of the “vigüela” For the man who kept awake By a great sorrow Just like the lonely bird Find solace on the song”

Ya sé, ustedes no hablan inglés… traduzco.

“Aquí me pongo a cantar, Al compás de la vigüela, Que al hombre que lo desvela Una pena extraordinaria Como el ave solitaria Con su cantar se consuela.”

Ya sé, la letra les suena conocida. A mí también me pasó, pero lo descubrí: Cómo les robó Manu Chao a estos tipos. Pero ¿qué me dicen? ¡Qué poetas estos newyorquinos! pero no solo hay grandes poetas en N.Y, también abundan geniales músicos, grosos, que cantan, y no cantan boludeces, sino que dicen cosas alucinantes, escuchen esta letra:

“The sorrows are ours; the little cows are from others.”

Ya sé, no saben inglés… traduzco. “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.”

Impresionante, qué artistas. Estos locos tienen otra cabeza. Miren lo que está de moda allá.

(Saca una caja de bagualera, con su palito.)

(Con

acento inglés.) A esto lo llaman “the box”, es lo más, y lo utilizan para tocar un ritmo extraño, llamado Baguala.

(Golpea la caja e imita de mala manera a una bagualera, Lo hace Deja de cantar y sigue hablando.)

con acento inglés.

Estoy tan emocionado con este instrumento, que acabo de abrir un bar que se llama Palermo Baguala.

(Se apaga la luz del centro del escenario y se enciende el lugar Relator.)

del


204 · 2010 ı PEDRO PATZER

RELATOR

HOMBRE

Sarmiento, padre de la educación argentina, y de los derechos humanos de los gauchos y los aborígenes, sostenía que la palabra argentino es un anagrama de la palabra ignorante. Es decir, que con las mismas letras de la palabra argentino, podemos formas la palabra ignorante. Lo que olvidó decir el prócer de la tolerancia, es que con las letras de la palabra Sarmiento podemos escribir la palabra mentirosa.

(Se apaga la luz del Relator y se enciende la luz del centro del El Hombre I luce un moño y lleva una pipa en su boca y el Hombre II con una peluca de mujer y una cacerola de teflón.) escenario.

¡Seguridad, seguridad, seguridad!

VIEJA BARRIO NORTE Queremos seguridad, no se puede vivir más en este país. HOMBRE

¡Seguridad, seguridad, seguridad!

VIEJA BARRIO NORTE Claro, lo que pasa es que los acostumbraron mal, le dieron todo

sin trabajar. El otro día un villero tocó el timbre de la torre. Me pedía un peso. Yo, que soy del Rotary Club, que estoy acostumbrada a la solidaridad, le dije: Mire, yo le voy a dar dos pesos, pero usted se lo tiene que ganar. HOMBRE

¿Y qué le pidió?

VIEJA BARRIO NORTE Le pedí que enterrara al perro que se me murió hace tres meses,

que lavara el cuarto de la nena con paperas, que me dejara probar en sus ojos el gas paralizante, que le cambiara los pañales a mi abuelo, hasta le ofrecí que bebiera un poco de la leche, apenas vencida hace dos semanas… y claro, como lo mal acostumbraron al clientelismo, me dijo que no: ¡¡¡los negros no quieren trabajar!!! HOMBRE

¡Seguridad, seguridad, seguridad!

(Se apaga la luz del centro del escenario y se enciende el lugar Relator.)

del

RELATOR

Beckett continúa esperando a Godot. Los judíos siguen esperando al Mesías. Dicen que la espera es el mismo Mesías.

(Se apaga la luz del relator y se enciende el centro de la escena, Hombre I con hilos gigantes como si fuera una marioneta anciana.) aparece el


EPÍGRAFES ı 2010 · 205

MARIONETA

No hay nada más triste que una marioneta vieja, aunque creo que hay algo mucho más triste: una marioneta sin su marionetista. Necesitamos de él, nuestros movimientos dependen de su habilidad para manejar los hilos. Recuerdo que una vez apareció una marioneta revolucionaria, que pretendía que aprendiéramos a andar sin hilos: ¿Cómo podría sobrevivir una marioneta sin la voluntad del marionetista? ¿Qué gracia tendría una marioneta sin hilos? La cuestión es que la Che marioneta convocó a una asamblea de marionetas. Recuerdo que los marionetistas y los vendedores de hilos estaban tan ofendidos que incluso llegaron a amenazarnos: “El que vaya a la maldita asamblea se queda sin hilos, para siempre”. Por supuesto que dicha advertencia pudo con la voluntad de las marionetas que desistimos de asistir a la asamblea. Nadie supo nada de la marioneta revolucionaria, todos la recuerdan como una loca y fracasada. Aunque yo, cada día me pregunto ¿cómo sería una vida sin estos hilos?

(Se apaga la luz del centro del escenario y se enciende el lugar Relator.)

del

RELATOR

Los hombres que se juntaban a hacer la revolución, encarnaban los sueños de la razón y la realidad de las utopías.

(Se

enciende la luz del centro de la escena, los

tienen

Banderas y gorros de fútbol.)

Hombres I

y

II

HINCHA I

¡La puta madre que te parió, paragua, corré, corré…!

HINCHA II

Ese tipo no puede jugar al fútbol… ¡maricón! ¡Andá a jugar a las muñecas!

HINCHA I

¿Qué cobrás hijo de puta?, ¿qué cobrás la concha de tu madre?, ¡te vamos a matar!

(Se apaga la luz del centro del escenario y se enciende el lugar Relator.)

del

RELATOR

Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. Desde Toronto, el profesor Morse de la Universidad de McGill informa que ha observado un total de tres explosiones del planeta Marte entre las 7:45 pm y las 9:20 pm. Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado… ¡Esperen un minuto! Alguien está avanzando desde el fon-


© Ana Ferrari

206 · 2010 ı PEDRO PATZER

do del hoyo. Alguien… o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea…” (Pausa.) Los oyentes que sintonizaron la emisión de “La Guerra de Los Mundos” y no escucharon la introducción pensaron que se trataba de una emisión real de noticias, lo cual provocó el pánico en las calles de Nueva York y Nueva Jersey, donde supuestamente se habrían originado los informes. La comisaría de policía y las redacciones de noticias estaban bloqueadas por las llamadas de oyentes aterrorizados y desesperados que intentaban protegerse de los ficticios ataques con gas de los marcianos.

(Se apaga la luz del Relator y se enciende la luz del centro del El Hombre está sentado, hace de Remisero, atrás sentado se encuentra el Hombre II, quien interpreta a un Pasajero.) escenario.

REMISERO

No, porque yo te explico cómo es la cosa, al que agarran choreando hay que matarlo, fusilarlo, vas a ver cómo andan todos derechitos… ahora, hablan de derechos humanos y esas cosas, antes con los milicos esto no pasaba… los argentinos necesitamos rigor.

(El Pasajero se siente incómodo, se lo ve como asombrado.)

El otro día vi en la tele un documental de un negro que en Texas había matado a una mina. No sabés cómo lo frieron. Protestaron los de Greenpeace, los de las organizaciones, y los hippies, y ni bola, al negro lo hicieron churro… así es la cosa, ahí nadie más


EPÍGRAFES ı 2010 · 207

jode, en cambio acá, entran por una puerta y salen por la otra… el que mata tiene que morir.

(El pasajero cada vez más incómodo.)

¡¡¡Qué hacés, pibe!!! Sacá la esponja del parabrisas, no me toques el vidrio que te rompo el alma… ves, estos están en las esquinas, vos te descuidás y te chorean, lo hacen para comprar drogas… dejame a mí tomar un día el poder, van a andar todos derechitos, no jode nadie más: al que saca la patitas del plato: pum… pum!!!

(El Pasajero no aguanta más.)

PASAJERO

Me bajo acá por favor.

REMISERO

Pero si faltan veinte cuadras.

PASAJERO

Me siento mareado.

REMISERO

Bueno, son veinte pesos.

(El Pasajero le da un billete de cien pesos.)

REMISERO

¡Uuh! no, uno de cien… me matás, me sacás todo el cambio…

PASAJERO

Perdoná, pero no tengo cambio.

(El Remisero se queja, pero saca la billetera y le da el vuelto.)

REMISERO

Tomá. Me sacaste todo el cambio.

(El Remisero arranca bruscamente y se va. El Pasajero se queda Luego de unos segundos, se repone y revisa los billetes.) parado con el vuelto en la mano.

PASAJERO

¡Pero estos billetes son falsos!

(Se apaga Relator.)

RELATOR

Los grandes hombres de la cultura mundial, todavía sienten orfandad por los pensadores que la humanidad ha perdido con el incendio de la Biblioteca de Alejandría.

la luz del centro del escenario y se enciende la del


208 · 2010 ı PEDRO PATZER

(Se apaga la luz y se enciende la luz del centro de la escena. Aparece el Hombre I, luce unas prominentes patillas y el Hombre II vestido con una túnica de filósofo.)

FILÓSOFO

Posiblemente se hayan extraviado estudios revolucionarios de astrónomos.

HOMBRE DE PATILLAS

(Con tonada riojana.) Pronto llegaremos de Argentina a Japón en una hora volando en cohete por la estratósfera.

FILÓSOFO

Se habrán quemado altas obras de la filosofía universal.

HOMBRE DE PATILLAS Me he leído todos los libros de Sócrates, tengo sus obras completas. FILÓSOFO

Me imagino entre las llamas, las reflexiones más lúcidas acerca de la Literatura.

HOMBRE DE PATILLAS Pero lo que más me gusta, son las novelas de Borges. FILÓSOFO

Estudios de ciencias naturales, libros irrecuperables acerca del medio ambiente.

HOMBRE DE PATILLAS En 1995, vamos a ir al Riachuelo a tomar mate, a pescar y a ba-

ñarnos. FILÓSOFO

Mapas de los primeros y más sabios viajeros.

HOMBRE DE PATILLAS Acá no se trata de sacarles a los ricos para darles a los pobres,

como hacía Robinson Crusoe. FILÓSOFO

Proverbios que nunca llegaremos a aprender.

HOMBRE DE PATILLAS Pende sobre nuestras cabezas la espada de Penélope. FILÓSOFO

En fin, la humanidad ha extraviado los más importantes oráculos, los grandes anuncios del porvenir.

HOMBRE DE PATILLAS Estamos al borde el precipicio… pero hemos dado un gran paso al

frente.

(Se apaga Relator.)

la luz del centro de la escena, se enciende la luz del


EPÍGRAFES ı 2010 · 209

RELATOR

La verdadera heroicidad del lobo no está en querer comerse a Caperucita, sino en intentar comerse el cuento.

(Se apaga la luz del Relator. El Hombre II habla y el Hombre I lo

escucha con atención.)

ARGENTINO

Somos el granero del mundo… La 9 de Julio es la avenida más ancha del mundo… La avenida Rivadavia, la más larga del mundo… Maradona fue el mejor jugador del mundo… Messi es el mejor jugador del mundo… El Río de la Plata es el más ancho del mundo… Nuestra carne es la mejor del mundo… La mujer argentina es la más linda del mundo.

MEXICANO

¿Cuándo la profecía del 2012, habla del fin del mundo, hace referencia al ego argentino?

(Se apaga la luz del centro del escenario y se ilumina al Relator.)

RELATOR

En el mismo año que Galileo Galilei murió, nació Newton. Shakespeare y Cervantes murieron el mismo día: el 23 de abril de 1616. Pinochet murió el día de los derechos humanos y Bernardo Neustad el día del periodista.

(Se apaga la luz del Relator y se enciende el centro de la escena. El Hombre I lleva una peluca de mujer, está sentado como en el living de la casa, donde hay un gran televisor. Luego de unos segundos ingresa el Hombre II.)

MUCHACHO

Hola, mi amor, buen día.

MUJER

Hola cosita, ¿descansaste bien?

MUCHACHO

Espectacular, la verdad es que dormí rebién. Me siento nuevo.

MUJER

Bueno, voy a traer el desayuno.

(La Muchacha sale de escena. El Muchacho enciende la televisión.)

PERIODISTA OFF

Asesinaron a un remisero en Lanús; la inflación sería de un cincuenta por ciento; atención: está previsto un alerta meteorológico para todo el país, así que salga preparado para la tormenta y el alud…


210 · 2010 ı PEDRO PATZER

(El Muchacho se toca la panza.)

PERIODISTA OFF

Una escuela ha sido completamente destruida cuando el globo de Jorge Newbery se presentara misteriosamente y cayera sobre dicha institución pública: 200 niños muertos; posible rebrote de gripe A, lepra, sífilis, sarna, tuberculosis, paperas y fiebre amarilla. En otro orden de cosas, hubo un derrame de petróleo en el Océano Atlántico, dejando una mancha enorme frente a la costa de Mar del Plata… Una escuela ha sido completamente destruida cuando el globo de Jorge Newbery se presentara misteriosamente y cayera sobre dicha institución pública: 200 niños muertos; posible rebrote de gripe A, lepra, sífilis, sarna, tuberculosis, paperas y fiebre amarilla. En otro orden de cosas, hubo un derrame de petróleo en el Océano Atlántico, dejando una mancha enorme frente a la costa de Mar del Plata…

(El Muchacho se toma la panza con dolor, entra la muchacha con

el desayuno.)

MUJER

Amor, ¿desayunamos?

MUCHACHO

No, no sé por qué, pero me siento como el culo.

(Se apaga la luz del centro del escenario y se ilumina al Relator.)

RELATOR

En los momentos y las circunstancias más adversas, el hombre se las ingenia para acceder a la maravilla; ¿acaso el enano, piernas cortas de Toulouse Lautrec no pintó las piernas más hermosas de París? ¿Acaso Cervantes no escribió el Quijote, en prisión? ¿Acaso en el medioevo, la época más oscura de la humanidad, no se crearon las más luminosas pinturas? El hombre ante la dificultad, busca la luz.

(No

Relator, aunque sí se enciende la Los Hombres I y II miran al Relator.)

se apaga la luz del

centro del escenario.

del

HOMBRE I

(Al relator.) ¡Naah!, con eso te fuiste al carajo.

HOMBRE II

Sí, qué creés que somos: vamos hablar con el sindicato de actores, hace páginas que nos estás boludeando.

RELATOR

Muchachos, no se pongan así, estamos casi al final de la obra.


EPÍGRAFES ı 2010 · 211

(Los Hombres I y II se acercan al Relator y lo sacan por la fuerEllos ocupan el lugar del Relator.) za, luego lo colocan en el centro del escenario.

HOMBRE I

Ahora los relatores somos nosotros.

HOMBRE II

Y vos vas a actuar las gansadas que nosotros digamos.

RELATOR

Pero muchachos, sean razonables…

(El Hombre I y II sacan dos revólveres y le apuntan al Relator.)

RELATOR

Bueno, pero solo por respeto al público, y pido por favor mantengan el nivel de mis epígrafes.

(Se

apaga la luz del centro del escenario y se enciende la del

lugar del

Relator, ahora ocupado por el Hombre I y II.)

HOMBRE I

¡Carajo, mierda!

HOMBRE II

Mirtha Legrand.

(Se enciende la luz del centro del escenario. El Relator mira con Hombres I y II.)

enojo a los

HOMBRE I

No, era una joda.

HOMBRE II

Ahora vamos en serio.

HOMBRE I

El dinosaurio está vivo.

HOMBRE II

Susana Giménez… te embromamos.

RELATOR

(Se

apaga la luz del lateral y se enciende la del centro de la

escena.

El Relator mira al público, se lo ve muy seguro.)

Primero pensó que era un problema de ansiedad, el tipo no podía dormir; lo que se le ocurrió fue dejar el café y caminar unas cuadras antes de acostarse. Nada. El tipo se metió en la cama y volvió a sentir el mismo aullido. Un alarido espantoso, jamás había experimentado algo parecido. La cuestión es que esa noche, tampoco pudo pegar un ojo. Un compañero de trabajo, adicto a las pastillas le recomendó unas que según él: eran infalibles. Y podés


212 · 2010 ı PEDRO PATZER

creer que nada, che. El tipo ingresó en el duermevela, se estaba quedando dormido y de nuevo el feroz rugido de sus adentros. Pasó una semana, el asunto se volvía realmente preocupante, hasta que decidió ir al hospital. Apenas llegó a la sala de espera cayó desmayado. Despertó en una habitación, un médico le miraba los ojos con una linterna. “Dónde estoy”. Cálmese, le dijo el doctor, usted está en una habitación del hospital… Ah, sí recuerdo vine porque… Y el médico le dice: es un varón… ¿Qué cosa? Dijo nuestro amigo… El dinosaurio es varón, un auténtico dinosaurio argentino… ¿pero cómo un dinosaurio, de qué está hablando?… El doctor que era canchero para estos asuntos le dijo: Amigo, todos dicen lo mismo, se pasan la vida gestando al monstruo y luego cuando nace la bestia, nadie se hace cargo de la criatura.

(Se apaga la luz del centro de la escena y se enciende la que iluHombre I y II.)

mina al

HOMBRE I

RELATOR

FIN

Nos cagó.

(El Relator aparece junto a los dos Hombres y mira en dirección

a la cabina de luces.)

Apagón.


LA BIBLIOTECA Virginia Kaufmann

© Ana Ferrari


214 · 2010 ı VIRGINIA KAUFMANN

Personajes ALICIA ı Joven I Sencilla I Pueblerina I Tiene dos modos expresivos: uno frío y técnico en las escenas con el pizarrón; el otro modo es normal, más sensible. MABEL ı Tía de Alicia ı 50 años ı Morocha ı Alta ı Coqueta ı Intensa ı De personalidad seductora ı Usa vestido hippie de bambula ı Collares y aros grandes. VÍCTOR ı Señor mayor ı Porteño ı Un poco frío ı De alta sociedad venida a menos: saco cuadrillé marrón, pañuelo de seda en el cuello, boina beige ı Compra y vende libros antiguos.

© Ana Ferrari

RICCIARDI ı Hombre refinado ı Alto ı Amigable ı Usa polera negra, delantal de trabajo y anteojos ı Es restaurador de cuadros y sabe mucho sobre cuadros antiguos.

Música: excepto que se aclare, la música es “First Gymnopédie” de Eric Satie. Si hubiera un piano en escena, el actor que interpreta a Ricciardi podría tocarla en el piano.


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 215

ESCENA 1 Un pizarrón a un lado del escenario. Mientras Alicia habla a público, dibuja en el pizarrón una especie de árbol genealógico con figuras simpáticas. A medida que nombra a sus familiares, hace flechas cuando van naciendo y los va tachando cuando mueren. Habla técnicamente, sin drama ni sentimiento a flor de piel, bastante rápido, como dando una conferencia.

ALICIA

Se sabe que bisabuelo era alemán, que vino antes de la guerra y puso un banco. Pionero que se instala en Patagonia buscando clima seco para enfermedad reumática de su mujer, la bisabuela. De ella se sabe poco: que tocaba el piano. Ambos tienen descendencia: un abuelo. Niño argentino patagónico, hablaba algo de alemán y se desprende de algunos documentos que era niño mimado. De su juventud se sabe poco. Se casa con abuela mujer sencilla de la que se sabe poco. Su descendencia: dos hijas y un hijo. Las dos hijas se mueren en diferentes accidentes de tránsito: una a los veintipocos, la otra a los treintipocos. Se sabe poco. Entre muertes, muere bisabuela de su enfermedad reumática o no. Se sabe poco. Luego muere mismísimo bisabuelo a los 98 años sin dudas sobre la causa de su muerte. Abuelo muere años más tarde por accidente cerebrovascular, luego abuela muere de cáncer o de tristeza que es lo mismo. Sobrevive a todos ellos sólo hijo varón, niño inteligente también patagónico, también mimado: mi papá. De su juventud se sabe poco: alguna foto estilo James Dean. Se casa con mamá oriunda de pueblo de pampa húmeda. Tras dichos fallecimientos de la rama paterna, se mudan a pueblo de pampa húmeda. Papá habla casi nada de alemán. Habla casi nada sobre los sucesivos fallecimientos de su familia. Habla casi nada. Descendencia: tres mujeres, ninguna habla alemán, dos van a estudiar a la capital. La tercera, yo, queda en casa después que muere papá de muerte súbita. Se sabe muy poco sobre la muerte súbita. Se sabe aún menos sobre la muerte en general.


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Escena 2 Se ven muchas cajas de cartón, como en una mudanza. Alicia está corriendo y apilando cajas para dejar un espacio libre. Tía Mabel entra cebando mate, luego se sienta sobre una caja. El tono de Alicia es expresivo y liviano, bien diferente del anterior.

ALICIA

Tía, voy a usar esta habitación para practicar. Hago colocar una barra y un espejo bien grande. Y practico. Si no practico me van a comer los piojos… Así, cuando vaya a Buenos Aires., voy a estar… practicada.

MABEL

Vas a las clases de…ah…¿cómo se llamaba?

ALICIA

La profesora, Delia. La academia, ANNA PAVLOVA. Imaginate.

MABEL

Si, me imagino. Delia Fattograsso. Era compañera mía de la primaria. ¿Dónde habrá estudiado ballet?

ALICIA

Por correo, creo. De ver su estado físico nada más, se despierta una gran duda sobre su capacitación.

MABEL

Más que su capacitación, me preocupan sus ganas de moverse. Creo que nunca la vi de pie. Y… con ese marido. Yo lo conozco porque de jovencitos éramos amigotes: estaba loco conmigo. Yo tenía el pelo negro hasta la cintura. Flaca. Cinturita de avispa. Él era rubión, bien gringo quemado por el campo, musculoso de cargar fardos, nena. Pero meta salamín a la grasa, pan de chicharrón y cerveza… se le tapó el cerebro. Por eso se terminó casando con una muerta.

ALICIA

(Iniciando ejercicios de ballet.) Esa muerta, tía, enseña de todo: clásico, jazz, zapateo americano, español, folklore, árabe… Es lo único que hay. Yo asisto a todas las clases que puedo porque es mejor que no hacer nada. Voy y practico. Bastante sola. Un poco a la fuerza porque, entre mis compañeras de baile, la mayor tendrá 6 años…


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 217

MABEL

¡Cómo bailaba la zamba… yo! Qué sutileza, qué delicia. Te digo, bailás bien la zamba y se le caen los calzones a cualquiera. ¡Es tan sensual! El que coronaba que era una maravilla, era el Tutti Bogno, el que ahora es carnicero…

Se oye un trueno. ALICIA

(Buscando

un nylon grande para tapar con éste algunas cajas.)

¡Qué macana! Si se larga fuerte, hay que tapar porque hay goteras. MABEL

¿Qué hay en las cajas? ¿Se puede arruinar?

ALICIA

Son los libros que trajo papá del sur, la biblioteca del bisabuelo.

MABEL

(Entusiasmada, toma un libro y lo abre.) ¡Qué locura! ¡Qué interesante! ¡Quién sabe los títulos que habrá acá, bambina!

ALICIA

Vaya a saber. Están en alemán, tía.

MABEL

(Desilusionada, cierra el libro.) Ah…

Mientras escucha a Alicia, Mabel se sienta y saca un grabador de su bolso. ALICIA

Ya los intentamos donar, pero nadie los quiere. Ni siquiera en el Goethe, porque dicen que no saben adónde meterlos…

MABEL

¿A los alemanes?

ALICIA

No, a los libros. Dicen que TODOS los alemanes se trajeron sus bibliotecas. En fin… ¿Te conté, tía, cuando hicimos la Scola do Samba para el Festival Nacional del Sorgo y la Cosecha Gruesa? ¡Era un sueño! Había un grupo de alumnos que tocaba tambores y otro grupo que bailábamos. El disfraz era increíble: base de tafeta blanca, con volados de crepe amarillo, rojo y verde, la blusita pupera se anudaba adelante y la pollera era larga detrás y cortita por delante. Yo me movía tan feliz en mi salsa que parecía una mulata de verdad. Entonces, la profesora me puso al frente del desfile. No sé si fueron los celos que produjo esa promoción, o qué, pero algunos compañeros se burlaron de mí. Me ofusqué y no me moví más, quedé tiesa como una estaca. Entonces la profesora, me zamarreó del brazo y me sacó de la Scola.


218 · 2010 ı VIRGINIA KAUFMANN

MABEL

Qué compañeritos de mierda… ¿Y tu amigo Martín?

Alicia se abstrae y avanza hacia platea, mientras Mabel en segundo plano, escucha en el grabador, un cassette con entrevistas en piamontés. ALICIA

(A público, con nostalgia.) El único que me entendía era mi amigo Martín, mi mejor amigo del secundario. Tenía un tío que era artista plástico y siempre hablaban de arte. ¡Qué suerte! Yo también tengo tías artistas. Pero una, por parte de padre, se murió en un accidente de tránsito del que no se sabe nada (Muestra la figura tachada que hizo en el pizarrón durante la escena 1.) y a la otra, mi tía Mabel por parte de madre (La señala.), la veo poco: está escribiendo un libro sobre dichos en piamontés, un dialecto del norte de Italia. Los va recopilando entre los viejos…

MABEL

(Corrigiéndola.) ¡Ancianos!

ALICIA

Ancianos del pueblo. Acá, la mayoría fueron inmigrantes piamonteses, como la familia de mi mamá y la de Martín también. Los está grabando, porque están tan… ancianos que en cualquier momento…

MABEL

(Dándole el grabador.) Tené, bambina. Ya terminé las entrevistas ¡Gracias! Y no te preocupes por los libros en alemán: alguien los va a apreciar…Yo no. Siempre hay un roto para un descosido. En piamontés sería algo así como “Nunca e un rotti par un descochete”.

Tía Mabel se va.

Escena 3 Alicia busca un cassette y lo pone en el grabador.

ALICIA

(A público, con nostalgia.) Martín me regaló este cassette de Nacha que nadie tiene en el pueblo.

Enciende el grabador y se oye un fragmento de la canción “si yo fuera como ellas”.


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 219

Si yo fuera como ellas me vería tal cual soy. Ni más triste, ni más bella que la dicha o el adiós.

ALICIA

(Hablando sobre la canción.) ¿Qué será de Martín? Se fue a estudiar afuera y no creo que vuelva. Algunos decían que era rarito… ¿Y qué? Tocaba el piano y era el único que escribía sin errores de ortografía.

Comienza a bailar, improvisando con mucha pasión, pero con poca destreza. Trastabilla con una caja. Se ríe y levanta un libro viejo que se salió de la caja. ALICIA

(Con pena.) ¡Tiene moho! A ver…

Saca

otros libros que se ven antiguos y pintorescos.

Abre

otra

caja más grande y cuando se asoma a ver su contenido, emerge luz de su interior iluminándole la cara, mientras se sucede fade out de luz en el resto del escenario.

Escena 4 Alicia, al lado del pizarrón, apaga el grabador y vuelve a su manera de relatar de la escena 1, trazando esquemas y flechas y anotando las cifras que menciona. ALICIA

Se sabe que biblioteca era de bisabuelo, que la envió desde Stuttgart en barco hasta Bahía Blanca, probablemente, unos 11.997 km y luego en tren al sur, unos 530 km, total 12.527 km. Recuerdo a bisabuelo frente a biblioteca. Ya tenía olor a viejo…Tanto la biblioteca como el bisabuelo. Tras la desaparición física del mismo, llevan los libros en cajas a una habitación construida a tal efecto llamada mausoleo, a la vuelta de la esquina. Distancia: 60 metros. Total recorrido: 12.527,60 km. Transcurren muchos años. Los libros se mantienen bien por clima seco, al igual que había sucedido con la bisabuela. Probablemente alguno que otro arác-


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nido patagónico. Nadie se interesa en ellos. Ni por los libros ni por los arácnidos. Se sabe poco de este largo período. Se sabe poco. Después de la muerte de absolutamente todos los que quedaban en Patagonia, papá organiza una mudanza para llevar bienes de familia a pampa húmeda que consta de:

1. Globo terráqueo de 1900 con los países en alemán y la geografía política de antes de la guerra: otro mundo. Se sabe poco de ese otro mundo.

2. Un piano que tocaba bisabuela a pesar de manos reumáticas, marca Julius Blüthner.

3. Un cuadrito oscuro de morondanga del que lo único que se sabe es que hay que cuidarlo porque podría ser de la Escuela de Rembrandt.

4. La biblioteca de bisabuelo distribuida en aproximadamente 30 cajas de cartón cerradas y amontonadas. Distancia recorrida de la mudanza: 1200 km. Total recorrido de los libros, suma 13.727,60 km. Al llegar a pampa húmeda… (Se oye lluvia.)… está lloviendo. Igualmente todo se acomoda, menos las cajas que permanecen unos cuantos años más en una habitación tipo depósito. Nadie se interesa en ellas. Mientras transcurre el resto de nuestra vida, papá habla poco de estos objetos, casi no habla de los libros y menos de su familia muerta. Se sabe poco. Los acompañan en esta nueva guarida bichos de la humedad como cucarachas, larvas, chinches verdes, grillos, mamboretás, juanitas olorosas, alguna que otra rana y/o rata. Mami ataca con “Gamexane” cada tanto. Se llueve en una parte el techo y se está por caer el revoque justo arriba de las cajas. Esto coincide más o menos con mi encuentro con ellos. Un encuentro memorable: biblioteca olvidada y joven artista frustrada.

Suena el teléfono.


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Escena 5 ALICIA atiende. Mientras conversa, está abriendo las cajas, mirando con curiosidad los libros, queriendo descifrar qué dicen. Hay una caja pequeña, más apartada, con una mantita que sobresale por los bordes. En el piso, recostado en alguna caja, hay un cuadro pequeño empaquetado. ALICIA

(Al

teléfono.) ¡Hola! (…) ¡Ma! ¿Llegaste bien?(…) ¿Las chicas?(…) Bue, mandales un beso (…) Mhm (…) Sí, llovió bastante (…) Estoy acá, iba a practicar danzas pero me puse a acomodar los libros (…) Sí, de las cajas (…)Mhm, Mhm (…) Sí, con letra gótica (…)Mhm, Mhm(… )¿Podríamos llamar a un Anticuario, alguien que los pueda vender, no?(…) Es que se van a arruinar acá, con tanta humedad. ¡Ah, ma! Acá también está ese cuadrito chiquito negro (Alzándolo.) (…) Mhm, Mhm (…) ¿No lo querrán llevar las chicas al departamento? (…) Sí, no se ve bien y no combina con nada ni allá ni acá (…)¿Eh?(…) Sí, sí, lo cuido. Sí, sí, lo envuelvo. Sí, sí, lo guardo (…) Mhm, Mhm (…) ¡Ah, ma! Anoche soñé con papá (…) Sí, que me regalaba quince cachorros de diferentes razas (…) Mhm, Mhm (…) Sentí como que, desde… donde esté, me permitía tener uno. (Se oyen llantos de cachorro y Alicia mira adentro de la caja pequeña.) (…) ¡Claro que me parece! Ya me lo compré. ¡Sí!!!! ¡Sí!!!! ¡Es divino, ma! (…)Mhm, Mhm (…) No, todavía no le puse nombre (…) Mhm (…) Puede ser, sí puede ser Julio por Julio Boca. Bue, chau, ma. Besos a las chicas (….) Ah… ¿van al teatro? (Comienza música.) (…) ¿A quién? (…) Ah… (Triste, acariciando el perrito.) Después me cuentan. Chau, ma!

Durante un corto interludio musical, alicia anota en una libretita Cuando termina, con la libreta en mano, relee en voz alta los títulos que anotó. Sigue la música de fondo.

ALICIA

(Con dificultad para leer.)

algunos títulos de los libros, letra por letra.

• Geschichte der Deutfchen Kunft. • Welt Geschichte. Neueste Zeit.


222 · 2010 ı VIRGINIA KAUFMANN

• Welt Geschichte der Reuzeit… ¡Cuántos “GESCHICHTE” que hay! Debe significar enciclopedia. Wagner Musik… Este debe ser una ópera de Wagner. •Unser KAISER. Zehn Jahre der REGIERUNG…

(Relee las palabras Kaiser y Regierung imitando una pronunciación dura.)

Y si son libros de… (Se detiene la música de repente.) No, no creo… ¡La palabra Kaiser y la palabra Regierung me suenan a Fürer!… ¿No se decía que Wagner era…? ¡No, qué feo! El bisabuelo fue a la Patagonia ANTES de la guerra… Sí, pero ¿cuál guerra sería? Y ya viviendo en Argentina, viajó a Europa como vicecónsul. ¿Y el banco? ¡No!!!! ¿No habrá sido con la plata esa del oro nazi? No… ¡Qué horrible sería! Yo lo recuerdo como un viejito bueno, simpático… sí, pero así también podría parecer cualquier ex asesino. Era estricto, sí. Está esa anécdota: Le había prestado algunos tomos de una colección a un amigo. Después de mucho tiempo, como el amigo no se los devolvía, le envió los tomos que le quedaban con una carta que decía: “Al menos, que uno de los dos tenga la colección completa”. Pero estricto, ordenado u obsesivo no significa que fuera nazi. ¡Ni garantiza que no lo fuera!!! Él siempre aclaraba que su apellido llevaba doble n final porque… NO era judío… ¡Dios! (Piensa.) Y si, al revés ¿ERA judío? ¡Claro! A lo mejor todo lo contrario… Era judío y se agregó la n para salvarse. Aquí se sabe que se convirtieron al cristianismo. Podría ser, para camuflarse. ¡Pobre! Tal vez por eso se vinieron con la bisabuela al culo del mundo… para alejarse de la persecución. Recuerdo que le gustaba la comida judía… (Para sí.) ¿Judía o árabe?… No recuerdo bien. ¿Ves? ¡Ahora estoy confundida!!! Bueno, qué embrollo. ¡Nada que ver!!!! Paso de una cosa a otra sin saber nada. ¡Ah, se sabe tan poco! (Se sienta, agotada. Les da una mirada a los libros.) ¿Qué querrá decir Gueschichte? (Preocupada, se fija entre los libros y encuentra un diccionario alemán español.

la palabra y encuentra el significado, aliviada.)… HISTORIA ñidos del perro.)

ALICIA

(Al

Busca (Gru-

perro.) Bueno, tranquilo, chiquitín. Ya sé cómo te vas a llamar: GUESCHICHTE. Lo que no sé es si me corresponde bautizarte, circuncidarte o dejarte ateo. (Vuelve a mirar los libros con desconfianza.) ¡Geschichte, vamos a ofrecer estos libros, al mejor postor! Así desocupo bien este lugar para practicar danzas.


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 223

Escena 6 Vemos a la tía MABEL, hablando por micrófono a un costado del escenario. Tiene una carpeta donde lee algunas anotaciones.

MABEL

(Declamando.) Ma pór te Piemont an drinta al cheur como l´a amor sinces d´un vej amis… Con estas palabras quiero presentar mi libro que recopila refranes y proverbios di nostri. Y digo de los nuestros porque Uds. me conocen: Soy hija de este pueblo, aunque la vida me ha llevado por tantos caminos. Ya saben: Tengo il cuore di farfalla. Tenía miedo que se perdieran para siempre las gestas de esta inmigración de italianos que lucharon contra las sequías, las langostas y la indiferencia de los poderosos. ¡Porca vaca! Como decía el abuelo cuando se enojaba un poco. Pero cuando se enojaba mucho, se las agarraba con el Cristo y apuntando al cielo le decía ¡Cristo fauss!, y ¡Faccia tosta!… Y ahí nomás la abuela lo amonestaba: Chi ch´a l´a gnum Soldi an sacocia…“Quien no tiene ni un peso en el bolsillo, debe tener miel en la boca”. Mujer realista. Su mejor y más sabio consejo a otras mujeres era “¡Varda’n poc! Es mejor llorar sobre una Bugatti que sobre un sulky.” También decía que había que tener cuidado al contraer deudas porque “Le braje ´dj aôtri a fan mal al cul”, los calzones de otro hacen mal al traste…

Ellos traían su saber popular en dialecto piamontés. Bajo un sol inefable soportaron la enorme melancolía de la pampa en contraste con los brumosos recuerdos de sus bellas montañas de Italia. (Se emociona.) Y termino ya, feliz de asistir al nacimiento de este hijo mío, mi libro, con un refrán de mi autoría: Libro bien presentado, vale la pena adquirirlo. (Aplausos.) A continuación, la academia Anna Pavlova de danzas, me ha preparado una sorpresa.

Comienza un número de baile alegórico, de proyección folklórica y expresión corporal, medio cursi. Está bailando alicia. Primero está replegada en el suelo, cubierta por un tul. Con el tema “Así habló Zarathustra”, va saliendo debajo del tul representando un nacimiento. Luego baila representando a una niña pequeña con el


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“One” de Corus “Alfonsina y el mar.” Termina ahogándose debajo del tul. Aplausos. La tía se ve contenta pero con un poco de vergüenza ajena. baile español

“Los

gitanillos”, a una mujer con

line, y finalmente, a la muerte con

Escena 7 Tía MABEL y ALICIA aparecen sentadas sobre las cajas, bebiendo vino, conversando y riendo. Está el perrito en su canasta. MABEL

Vos tenés que irte a estudiar o viajar, bambina. Ah! Yo fui a Europa bien jovencita. Conocí cada lugar, cada paisaje, cada buen mozo. Bueno, yo era muy hermosa ¿eh? Hermosa y audaz. Yo hice lo que ninguna en la zona se atrevió antes: fumar, usar mini y salir a cabalgar los domingos en lugar de ir a misa. Me admiraban y me condenaban. Me importaba un pito. Después el destino te impone cada vez más obligaciones: la vida es tan dura… y uno no nace sabiendo vivir… cuando aprendés, te morís. Por eso… ¡Volá!

ALICIA

Sí, supongo que en algún momento viajaré, pero irme a estudiar…

MABEL

Vos SOS artista. Se es artista porque no se puede dejar de serlo, chiquita. Eso que hiciste hoy con la academia de danzas… fue espantoso. Pero yo, que tengo mucha intuición con la gente, sé que tenés que desarrollarte como artista. Y acá no vas a poder. ¿Porqué no te vas a estudiar a Córdoba o Buenos Aires? ¿Te da miedo?

ALICIA

Es que dicen que las bailarinas se ponen vidrio en las zapatillas unas a las otras para lastimarse, que te maltratan, que hay tanta competencia. Y yo no sé si estoy preparada. Practicada estoy, porque practico todo el día, pero…

MABEL

¿Ves? Dicen que dicen que dicen. Vos, bambina, tenés que vivirlo, no escucharlo. La lluvia sólo es lluvia si te moja al caer. Y si tenés que sufrir, sufrirás. Pero vas a resistir porque sos como yo. Las mujeres piamontesas somos fuertes, luchadoras. Y vos tenés


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 225

cincuenta por ciento de tus genes, piamonteses. ¡Vos tenés esa fuerza adentro! Me dan ganas de decir ¡Carajo! ALICIA

(Entusiasmada.) Tía, recitame algo.

MABEL

¿Te parece? Hace tanto que… ¿cuál querés?

ALICIA

El de las manos de rosas.

MABEL

¡Ay, otro corazón de mariposa! A ver, a ver. Mirá, chiquita, la verdad no recuerdo si el poema es de la Gabriela o de la Juana. Voy a intentar… si no me visita uno de tus parientes alemanes: el Alzheimer.

ALICIA

(Preocupada.) ¡Tía!

La tía se pone de pie y recita un fragmento de “El Dulce Milagro” de Juana de Ibarborou, muy histriónica y sensible. La sobrina la oye admirada. MABEL

(Intensamente.)

¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen. Mi amante besome las manos, y en ellas, ¡oh, gracia! brotaron rosas como estrellas. … Y murmura al verme la gente que pasa:“ ¿No veis que está loca? Tornadla a su casa. ¡Dice que en las manos le han nacido rosas y las va agitando como mariposas!”. … Que me digan loca, que en celda me encierren que con siete llaves la puerta me cierren, que junto a la puerta pongan un lebrel, carcelero rudo carcelero fiel. Cantaré lo mismo: “Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen”. ¡Y toda mi celda tendrá la fragancia de un inmenso ramo de rosas de Francia!

Pausa. Se oye un aullido del perrito. ALICIA

Oí tía, hasta Gueschichte se emocionó.


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Escena 8 ALICIA está sola acomodando las cajas, un poco alterada, corre y acomoda. De repente, alza el cuadro empaquetado que está en el suelo, recostado en una caja. Ve que está mojado el cartón que lo envuelve. ALICIA

(Enojada, al perro, que está fuera de escena.) ¡Pero Geschichte, measte el cuadro! ¡Menos mal que lo empaqueté! (Se oye al perrito rascar para entrar.) No vas a entrar más, Geschichte. Casi me arruinás el cuadro que podría ser una reliquia. ¡Pero, che! ¡Perro empestasá, porca madonna!!!!… Ahí tenés: te reté medio en italiano y medio en dialecto piamontés. ¿Te gustó? Como la vecina, cuando reta al nene y lo corre con el sueco en la mano. “¿Ca le lu li? ¡Sacate de ahí, stúpido! ¡Porca miseria!!!!” Y le tira con el sueco.

Golpean las manos y Alicia sale a ver. Entra con Víctor. Música. Víctor estudia los libros: los mira, anota, los selecciona. Alicia le acomoda las cosas, le sube la luz, le trae una taza de té. Mientras tanto, Víctor va separando todo en tres grupos de cajas y libros. Ella está muy ansiosa, pero no lo interrumpe. Alicia se mueve rápido y Víctor muy lento. Ruidos del perro rascando para entrar. VÍCTOR

Bien, señorita. Le voy a explicar… (Alicia se acerca.) Por lo que veo, esta biblioteca no es ni vieja como para considerarse antigua ni nueva como para considerarse moderna. Es decir, no vale mucho como antigüedad, ni serían libros interesantes para un lector actual. Sin embargo aquí la separé en tres grupos. Primero, libros que a mi entender puede donar: hay una Iglesia Alemana en Martinez, que realiza una feria los domingos. Allí reciben libros en alemán. Segundo, libros que yo le podría comprar. Tercero, libros que podrían llegar a tener valor en algunos años y que le recomiendo guardar.

Silencio. ALICIA

Ah, bueno… Entonces a estos los voy a donar, a estos se los vendo y a estos los voy a guardar. Bien… Yo quisiera preguntarle, como


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 227

yo no entiendo alemán, si por casualidad notó algo en los libros… Digo, ya que voy a donar algunos a una iglesia, no quisiera donar algún libro… Eh… Inconveniente o… Cómo decirle… Como se sabe poco sobre mi bisabuelo. A ver si todavía hay algún libro… No sé… Que parezca… Ideológicamente detestable.

Pausa. VíCTOR

No, en absoluto. Aquí hay algunos libros de historia alemana, por eso hay fotos de militares, ¿ve? (Le muestra unas fotos de uno de los libros.) Pero no hay esvásticas acá, le aseguro.

ALICIA

(Un poco aliviada, pero sigue dudando.) Claro, ¡qué alivio!!!Es que había visto también un libro de música de Wagner… y escuché que parece que Wagner era antisemita…

VíCTOR

En proporción, aquí hay muchos más libros de Beethoven y de Chopin.

ALICIA

Claro… ¿Y algún otro dato de tipo religioso, por ejemplo? ¿Algo que indique que mi bisabuelo fuera judío? Ya sé que le estoy preguntando todo lo contrario. A esta altura ya me imaginé un montón de posibilidades. Quizás lo ocultó para los demás, pero en su intimidad, leía sobre temas religiosos. ¿No vio estrellas de David?

VíCTOR

No. No pareciera. De ninguna religión en particular.

ALICIA

(Entre aliviada y desilusionada. Se sienta.) Ah…

VíCTOR

Mire, señorita, por el tipo de libros que hay aquí, esta biblioteca perteneció a un hombre inteligente, de mente abierta, polifacético, adelantado a su tiempo, que amaba el conocimiento, la filosofía y el arte.

Baja un poco la luz y Alicia se adelanta a proscenio abrazada a un libro, emocionada. Música. Cuando abre el libro, sale de él una luz mágica que le ilumina el rostro. En un segundo plano, Víctor se lleva algunas cajas. Mientras sigue la escena 9, casi a oscuras se acomodan las pocas cajas que quedan, dejando un pasillo en el medio y formando a cada lado, pequeñas torres a manera de estatuas o instalaciones en un museo.


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Escena 9 ALICIA dibuja en el pizarrón y otra vez relata técnicamente. ALICIA

(A

público.) Grupo A, sale de pampa húmeda con los servicios de fletes EL GRINGO y llega a Iglesia de Martínez al día siguiente. No se sabe nada más. Nadie se quejó. Grupo B, se cargan en el Taunus verde de VÍCTOR y recorren 900 km a Capital. Se supone fueron comercializados. Tal vez ganó dinero, tal vez no. Tal vez muchísimo dinero. Tal vez no. Nunca se sabrá. Total de km realizados: 14.627,60 km. Grupo C: tarde o temprano van a parar a Buenos Aires porque se reparte entre las tres hermanas.

(Mientras habla ahora con tono gradualmente más sensible y expresivo, se aleja del pizarrón, se pone un abrigo y una mochila, y camina entre las cajas acomodadas como estatuas de museo, “mirando” obras imaginarias.) Una de ellas, yo, viaja a Europa. Oye muchos idiomas a la vez. El alemán le suena fuerte y dulce a la vez. Piensa: quiero ser fuerte y dulce a la vez. En Alemania usa Danke, Guten Tag y Einen Kaffee, bite. Le encanta usarlas. Cree que sabe alemán. Se encuentra personalmente con: Venus de Milo y Monalisa. Queda impresionada. Luego ve La Pietá y visita la Capilla Sixtina. Queda aún más impresionada. Conoce las delgadas esculturas de Alberto Giacometti. Le recuerdan a su familia. Se emociona. Ve cuadros de bailarinas y piensa: “Degas”. Se acerca a ver si es cierto. Al lado de los cuadros dice: “Degas”. Juega a adivinar. Cuando ve algunas obras, siente que ya las vio quizás en los libros del bisabuelo. Y que sabe sin saber. Sabe que esto es difícil de explicar. Y de entender. Anda muchas horas por los museos. Le duele el cuerpo. Toma analgésicos. Llega al hotel a la noche y llora. De cansancio y emoción. Vuelve y se instala en Buenos

© Ana Ferrari


LA BIBLIOTECA ı 2010 · 229

Aires (Sonido de calle.) Se compra un libro de historia del arte en castellano. Lo lee. Se compra otro. Lo lee. Se hace adicta a los libros de arte en castellano. No le ponen vidrio en las zapatillas de punta. Hay mucha competencia en el mundo de la danza y ya está grande para ser buena bailarina.

Escena 10 Estudio de RICCIARDI, un restaurador de cuadros. Hay cuadros, rollos de papel y pinceles. En el centro hay una mesa de madera rústica con una lámpara. ALICIA, con el saco y la mochila, junto a RICCIARDI. Se deja de oír el sonido de la calle.

ALICIA

(Mostrándole el cuadrito.) Me dijeron que usted sabe mucho sobre cuadros. Siempre tuvimos la duda de qué clase de obra sería esta. Nos habían dicho que podría ser de la Escuela de Rembrandt.

RICCIARDI

(Observando detenidamente el cuadro.) Mirá, ya te digo que por el tipo de pincelada, es una copia de museo. Sí, probablemente, de una obra de Rembrandt. Esta copia es alemana, de finales de 1700 o comienzos de 1800. El marco también corresponde a la época. No es de la Escuela ni de Rembrandt.

ALICIA

¿Entonces no tiene mucho valor?

RICCIARDI

Sí y no. Vale un poco por su antigüedad, pero no vale tanto como obra de arte.

ALICIA

¡Es tan oscuro! ¿Sería así o estará arruinado?

RICCIARDI

No, es así, está bien. Cuidalo, que no le dé mucha luz ni natural ni artificial. Sólo enciendan la luz para que lo vean aquellos que deseen verlo.


230 · 2010 ı VIRGINIA KAUFMANN

ALICIA

¿Por? (Va bajando la luz de escena y sólo queda la luz de la mesa que alcanza a iluminar a

RICCIARDI

Alicia y a Ricciardi.)

Aquí reside el verdadero valor de esta obra: ¿Ves que hay unas figurillas humanas en un bosque de noche, asomadas a un cofre abierto que es la única fuente de luz del cuadro? Las figuras observan el surgimiento de una luz de carácter mágico. Recordemos que luz es la iluminación, el conocimiento. Es una obra oscura que, para verla, hay que adentrarse en el cuadro, requiere de nuestro interés para descubrirla. No es la obra de arte la que llama al observador sino que el observador debe asomarse a la obra, como se asoman los científicos al conocimiento, como se asoman estas figurillas al cofre.

Ricciardi sale. Comienza la música. ALICIA

(A público, caminando entre las cajas.) Llevo una bella carga, que a veces me pesa y a veces, me abraza. Cuando todo se envilece, embrutece, se opaca. Cuando yo misma me pierdo en el detalle estúpido, en la ignorancia apática, aparece esta biblioteca que me recuerda quién soy y de dónde vengo. Que me impulsa, me dice que mire hacia atrás, pero que no retroceda. Que me asome. Tengo mis propios estantes que sostienen mis propios libros, a veces virtuales. Y de sostenerlos, me sostengo. (Pausa .Se oyen ladridos.) ¡Ya voy, Geschichte!

Sale a buscarlo. Hasta que termina la música, queda iluminado el pizarrón. Fin


ANÁLISIS Verónica Rodríguez

© Ana Ferrari


232 · 2010 ı Verónica Rodríguez

Personajes MARÍA LAURA ı FEDERICO ı

© Ana Ferrari

SUSANA ı

A los nietos ya recuperados y al por venir…


ANÁLISIS ı 2010 · 233

Dormitorio. Suena un teléfono. Se escuchan pasos y la voz de María Laura. MARÍA LAURA

(Off.) Dejá, atiendo yo desde mi cuarto. Es para mí.

(Entra María Laura, va hacia el teléfono corriendo, lo toma.)

MARÍA LAURA

Hola, mi amor. Esperá. Sí, mamá, ya está, cortá. Bien, bien, recién entro… (Se sienta en la cama, se saca la cartera que lleva cruzada.) Del laboratorio… Sí, no aguanté más y fui… Bueno, entendeme… Sí, ya sé (Abre la cartera y saca dos sobres. Mira uno y otro, una y otra vez.) ¿Qué?… Ah, sí, sí, acá estoy… ¿Qué decías? …Sí, los dos… Sí, el otro también… No sé, fue un impulso, cuando tuve éste en las manos tuve que pedir el otro. (Golpea un sobre con otro.) Ya sé que íbamos a ir juntos, pero fue más fuerte que yo… Sí, no sé. Te juro que no sé cuál de los dos me da más miedo… Ya sé, mi amor, no te preocupes, te entiendo… Sí, sí, te espero… Creo que sola no podría… No, no… Dale, mejor, tardá lo menos posible, ¿sí?… Yo también.

SUSANA

(Corta, camina por la habitación, mira los sobres, los baraja. Se María Laura coloca rápido los sobres dentro de la cartera, mira hacia todos lados, la cuelga en un perchero. Entra Susana con un estuche de terciopelo en la mano.) escuchan golpes en la puerta.

Mirá lo que te manda tu mamá. Dice que te lo pongas esta noche.

(Susana le extiende el estuche, María Laura lo toma, lo abre, lo

cierra y se lo devuelve.)

MARÍA LAURA

Con las ganas de festejar que tengo… Dejalos por ahí.

SUSANA

Pero, linda, ¿por qué decís eso? No se cumplen treinta años todos los días. Te están preparando una fiesta preciosa. Si la vieras a tu madre corriendo de aquí para allá.

MARÍA LAURA

Dejala que corra.

SUSANA

¿Qué te pasa que hace días que estás así? ¿Son los nervios antes del casamiento?


234 · 2010 ı Verónica Rodríguez

MARÍA LAURA

No.

SUSANA

Todavía faltan dos meses, tenés tiempo. Yo te voy a ayudar en todo, vas a ver que va a salir precioso.

MARÍA LAURA

Sabés que ni a Darío ni a mí nos interesa la fiesta que quieren armar ellos. Va a ser su fiesta, como siempre. No es eso.

SUSANA

Bueno, ¿entonces estás así por la reunión de esta noche? (Camina por la habitación, se acerca al perchero, toca uno de los dos vestidos que hay allí colgados.)

Mirá que va a ser muy tranquila, poca gente. Recién llamaron los Ordoñez para avisar que no vienen porque parece que les entraron al country y tienen que ir a ver…

MARÍA LAURA

Y a mí qué me importan los Ordoñez, ¿eh?

SUSANA

Bueno, mi amor, bueno. Decime qué te anda pasando que hace días que estás tan ojerosa vos. No estarás embarazada, ¿no? ¿Te imaginas si entrás a la iglesia con una terrible panza? ¡Tus papás se mueren de un infarto! Justo ahora que están aceptando a Darío. ¡Qué locura sería! ¡Ay, nena, me hacés pensar cada cosa! Dale, decime qué te pasa. ¿No confías en mí, acaso?

MARÍA LAURA

Sí, sabés que sí.

SUSANA

¿Entonces? No puedo verte con esa cara tan tristona.

MARÍA LAURA

¿Te acordás de lo que hablamos hace tres meses?

SUSANA

Ay, nena, tantas cosas hablamos vos y yo. (Pausa.) ¿Qué? No me asustes. (Pausa.) Ahora lo importante es que cambies la cara para la reunión de esta noche. Al final, ¿qué vestido te vas a poner? Probemos el collar, veamos cómo te queda…

MARÍA LAURA

Su.

SUSANA

¿Qué?

MARÍA LAURA

Fui a Abuelas.

SUSANA

¿Que hiciste qué?

(Pausa.)


ANÁLISIS ı 2010 · 235

SUSANA

¿Cuándo fuiste? ¿Qué te dijeron?

MARÍA LAURA

Ya fui tres veces. Me acompañó Darío. Parece que teníamos razón en sospechar, pero mucho no sé todavía. Hasta hoy.

SUSANA

¿Cómo hasta hoy? No entiendo…

MARÍA LAURA

¿En serio, Su, no recordás haber escuchado algo más en todos estos años?

SUSANA

Ay, nena, ¿otra vez con esto? Dejá de atormentarte, ¿querés? Maldito el momento en que abrí esta bocota. Me parece que lo mejor es que sigas con tu vida, mi amor. Que te pongas linda para esta noche, que preparemos el casamiento más bonito de todo Buenos Aires, que pienses en tu vida con Darío, ¡eso! Una nueva vida, en el departamento que te compró tu papá…

MARÍA LAURA

Me hice los análisis, Su.

SUSANA

Ay, Dios mío, nena. ¿Qué decís?

(María Laura busca su cartera, saca un sobre y lo extiende hacia Susana. Susana lo toma, lo examina. Se lo devuelve.)

MARÍA LAURA

La duda me estaba matando.

SUSANA

¿Y?

MARÍA LAURA

Y, no sé.

SUSANA

¿Cómo no sé?

MARÍA LAURA

No me animo a abrir el sobre.

(Se escucha una campanilla.)

SUSANA

Ya vengo, mi amor, ya vengo ¡Guardá eso! (Va vuelve, abraza a

María Laura.)

hacia la puerta,

(Se escuchan dos campanillas.)

SUSANA

Tengo que bajar a abrir, mi nena, vos tranquila, vos tranquila.


236 · 2010 ı Verónica Rodríguez

(Susana se va. María Laura mira el sobre, lo da vuelta una y otra Lo extiende hacia adelante, a la altura de sus ojos, lo mira a trasluz. Baja la vista. Guarda el sobre en la cartera. Camina por la habitación. Se detiene frente a un portarretrato, lo toma, lo mira. Entra Susana.) vez.

SUSANA

Es tu hermano.

MARÍA LAURA

(Mira el portarretratos que tiene con ambas manos.) Ojalá.

SUSANA

Sí, se vino del aeropuerto directo para acá. Trajo un montón de regalos de Madrid y está hablando con tu mamá.

MARÍA LAURA

(Mira a Susana.) ¿Vino solo?

SUSANA

Si, dicen que bajes.

MARÍA LAURA

Mirá, mirá esta foto, ¡qué chicos que éramos, no? Creo que la sacaron justo el día anterior a que vos llegaras. Mirá qué felices parecemos los cuatro. ¿No parecemos una familia? Yo con las trencitas, usando el triciclo de Fede; él, estrenando la bici con rueditas. ¿La abuela se la regaló, no?

SUSANA

No sé yo, eso no lo sé.

MARÍA LAURA

Siempre me gustó esta foto. Mirá cómo me está mirando de reojo.

SUSANA

Sí, es cierto. Siempre estaba cuidándote.

MARÍA LAURA

¿Qué voy a hacer con esta foto después de ver esos análisis? Esta foto se me puede deshacer en las manos, ¿entendés? Me puede decir que nada es lo que es. Me puede decir que esto no existe, que no existió nunca. Me puede decir que este triciclo en el que estoy sentada no existe, que mi hermano mirándome de reojo y cuidándome no existe, que este hombre serio y distante no es mi padre, que esta mujer de solero gris no es mi madre. Que ésta, no soy yo, que nunca usé estas dos trenzas, que es mentira que me parezco a Camilita, que esta sonrisa no me pertenece, que el amor, el amor que sentí de estos padres no existe, que no existen estos padres. (Tira el portarretrato.) Que son mentira cada uno de mis recuerdos, cada fragmento de mi historia, que no me pertenece esta habitación, estos vestidos, mis odios, mis amores, ni mi nombre.


ANÁLISIS ı 2010 · 237

SUSANA

Ay, mi vida, tenés que tranquilizarte. (Recoge el portarretrato.) Tu hermano puede estar por subir en cualquier momento. Tenés que calmarte.

MARÍA LAURA

¿No entendés que mi hermano puede que no sea mi hermano? ¿No entendés que nada de lo que me rodea puede ser verdad?

SUSANA

Lauri, Lauri, tranquilizate un poco. Contame, contame despacito qué te dijeron.

MARÍA LAURA

Lauri, Lauri, tal vez ni siquiera me llame así. (Pausa.) No sé qué me dijeron. No pude escucharlos. No puedo hacer nada. Hace tres meses que no duermo. Estoy todo el día pensando. ¿Sabés lo que hago? Voy por la calle buscando mi cara entre la gente, viendo si ahí, ahí afuera tengo un tío, una hermana, otro padre que me espera, como le pasó al último nieto que recuperaron. El otro día en un taxi lo escuché, lo pasaron por la radio. Un tipo grande, como yo. Parece que se reencontró con su padre. ¿Qué va a hacer con un padre a los 32 años? ¿Van a ir a la plaza? ¿Le va a enseñar a andar en triciclo? No pude escucharlo, pagué y me bajé del taxi. ¿Qué iba a decir ese tipo? Ya es un hombre, vivió toda su vida con una familia, buena, mala pero su familia. ¿O no? Te lleva toda tu vida aceptar a los padres que te tocaron y de pronto… (Pausa.) Y acá adentro, a ellos, ya ni los puedo mirar de frente. No soporto cenar con ellos… Mirá si por su culpa paso a ser un número yo también, la 102. ¿Te gusta cómo suena?

(Pausa. Susana se acerca, la acaricia.)

MARÍA LAURA

¿Y si estoy equivocada, Su? Porque, ¿cómo mi mamá no va a ser mi mamá? ¿Quién va a ser si no? ¿Y mi viejo? ¿Vos creés que es capaz de hacer las cosas terribles que dicen que esos hijos de puta hicieron? ¿Vos te acordás cuando íbamos a Cariló y año tras año con qué paciencia me enseñó a jugar a la paleta. Y al tenis después.

(María Laura se pone en posición y simula que juega al tenis. Su-

sana mira hacia un lado y otro, como siguiendo una pelota imaginaria.

María Laura baja el brazo, se agacha Mira su mano. Pausa.)

y simula tomar una

pelota del suelo.

MARÍA LAURA

¿Y si estamos equivocados? ¿Y si toda esta duda que me carcome es pura ingratitud mía? ¿Y si esos análisis solo dicen que soy una traidora? ¿Cómo los vuelvo a mirar a la cara? Son mis papás,


238 · 2010 ı Verónica Rodríguez

¿entendés? “Pa pás”, ¿escuchás como suena? No me sale, no puedo decir “mi papá”, “mi mamá” sin sentir que se me quedan atragantadas las palabras, acá, ¿ves? SUSANA

Pero, amor, ¿qué te dijeron allá? ¿Cómo no me dijiste que te acompañara? Es mucho todo esto para vos sola. Esperá, tenemos que tranquilizarnos. En cualquier momento puede subir Federico. O tu mamá. Tenés que estar tranquila.

MARÍA LAURA

¡Federico! ¿Sabés la cantidad de veces que intenté hablar con él antes de su viaje? No lo entiendo, está como cerrado.

SUSANA

¿Cuándo hablaste con él? ¿Qué le dijiste?

MARÍA LAURA

Yo estaría más tranquila si él se hiciera los análisis conmigo. Hay una posibilidad… Ay, no sé, no sé (Se toma la cabeza con ambas manos.) ¡No quiero pensar más! , te juro. No puedo escuchar a nadie más, quisiera ser sorda, bajarme de todos los taxis, ser de nuevo una nena y que mi única preocupación sea cómo andar en el triciclo y que Fede esté ahí para atajarme si me caigo.

SUSANA

¿Pero qué es lo que te dijeron? ¿Cómo piensan que fue todo?

MARÍA LAURA

No sé, te juro que no sé. Ayudame, ayudame a probar los vestidos, mejor.

(Susana se queda en el lugar, María Laura camina hacia el estuche

del collar de perlas. Lo toma, lo deja. Susana toma un vestido y se lo alcanza a

María Laura. Lo toma y lo deja caer sobre la cama.)

MARÍA LAURA

Las tres veces que fui ahí me sentí tan bien, no te presionan para nada y todo parece tan claro… El problema es que después mis dudas vuelven a taladrarme el cerebro: ¿Si soy yo que veo fantasmas donde no los hay? ¿Si me estoy dejando llevar? ¿Si me están engañando? ¿Me engañan ahora o me engañaron toda la vida? (La mira a Susana. Pausa.) Me parece que tienen idea de quién puede ser mi verdadera familia. Por Dios, ¡qué raro suena! Me dieron a entender que es posible que Federico sí sea mi verdadero hermano.

SUSANA

¡Lo sabía, lo sabía!

MARÍA LAURA

Por eso es muy importante que se haga los análisis. ¿Por qué decís eso? ¿Qué sabías? ¿Qué más sabés, Susana?


ANÁLISIS ı 2010 · 239

SUSANA

Nada, nada. Intuición, intuiciones que una tiene. No me hagas caso.

MARÍA LAURA

¿En serio no te acordás de nada más? ¿Algo que pueda resultar de ayuda?

SUSANA

No, mi amor, te juro que no. Pero si lo de Federico llega a ser verdad no estarías tan sola en esto, no sería tan terrible…

MARÍA LAURA

¡Por eso necesito que él entienda y se haga los análisis!, tengo que explicarle. No puede seguir negándolo todo. Tengo que hablar con él. Tengo que explicarle. Llamalo, por favor.

SUSANA

Esperá, esperá, Lauri. ¿Qué le vas a decir justo hoy? ¿Por qué no nos tranquilizamos? Él podría reaccionar muy mal, no sé si podría soportar todo esto, hay que ir despacio. O no ir. Resolver lo tuyo primero, ay, no sé en qué nos estamos metiendo. Si tus padres se enteran…

MARÍA LAURA

¿Cuáles padres?

(Pausa.)

SUSANA

¡Tengo una idea! Por ahora, no le mostrás a nadie esos análisis. Yo voy a hacerte un té, le digo a tu mamá que te duele la cabeza y que vas a bajar después de una siesta. Vos te quedás tranquilita, respirando, podés hacer algo de yoga si querés y te recostás un poco. Vuelvo con el té y seguimos charlando.

MARÍA LAURA

Pero…

SUSANA

Dale, haceme caso. Pensá que, si querés hablar con Federico, tenés que hacerlo tranquila y hoy no es el mejor día. ¡Encima tenemos la reunión! Te vas a tener que preparar… (Camina hacia la puerta.)

MARÍA LAURA

Está bien, no tardes.

(Susana se va. María Laura se sienta y estira con las manos el vesSe levanta, camina por la habitación, se retuerce las manos. Se escuchan ruidos y voces. María Laura va hacia el perchero y toma otro vestido que está en la percha, lo quita de allí, se lo apoya sobre su figura, se mira en un espejo, lo tira sobre la cama. Se escuchan pasos y la voz de Federico que canta.) tido que está sobre la cama.


240 · 2010 ı Verónica Rodríguez

FEDERICO

(Off, cada vez más alto.) Ella es una mujer especial / Como caída de otro planeta / Ella es un laberinto carnal / que te atrapa y no te enteras / Así es María / Blanca como el día / Pero es veneno / Si te quieres enamorar.

(María Laura camina por la habitación, entra Federico bailando.)

FEDERICO

Así es María / Tan caliente y fría / Que si te la bebes, / De seguro te va a matar.

(La señala a María Laura. Ella le sonríe, camina hacia él, estira Federico.)

sus brazos hacia los hombros de

MARÍA LAURA

Hola, Fede.

FEDERICO

Un, Dos, Tres / Un pasito pa´lante, María. (Federico

le toma las

manos, se las mueve, le muestra cómo debe hacerse el paso de

baile, ella se deshace de sus manos y le da un beso en la mejilla.)

Un, Dos, Tres / Un pasito pa´tras. MARÍA LAURA

Hola, nene.

FEDERICO

Así es María… ¡Hermanita!! ¡Dichosos los ojos que te ven! (La abraza, la besa en las dos mejillas.

Habla con acento español.)

FEDERICO

Desde mi vuelta de España no puedo sacarme la costumbre de daros dos besos, joder. Pero mira esa cara, guapa, ¿qué no estás contenta con tu fiestecita, hermanita? ¿Pero es que aún no te has cambiado? ¡En un rato empieza a caer la parentela!, ¿qué te ocurre, tía? (Camina por el cuarto, va a la cama y toma el vestido.)

MARÍA LAURA

Nada, ¿cómo estás vos? ¿Cómo te fue?

FEDERICO

Pero qué vestido tan lindo tienes, que combinará, de seguro, muy bien con mi regalo. A ver si te sacas esos trapos que se te dio por usar ahora y te pones algo digno de una Morales Vargas.

FEDERICO

(Federico saca del bolsillo un paquete y se lo pasa a María Laura

por sus narices, ella lo aparta con sus manos.)

Mira, mira lo que te ha traído tu hermano ¡de la tienda sevillana más importante de las Europas!


ANÁLISIS ı 2010 · 241

(Laura le quita el paquete.)

MARÍA LAURA

Federico, listo, terminala, quedate quieto.

FEDERICO

¡Eh!

(María Laura va y cierra la puerta.)

MARÍA LAURA

Tenemos que hablar

(Federico habla con acento argentino.)

FEDERICO

Bueno, bueno hermanita, ¡pero qué carácter!, no te enojes, contame cómo anduvieron las cosas por aquí. Recuerdo que andabas un poco cabreada, pero me imagino que ya se te habrá pasado, ¿no? Con la fecha que ya han fijado, la fiestecita y la sorpresa con que se ha salido el viejo…

MARÍA LAURA

Basta. Federico, por Dios, ¡dejame hablar un poco! ¿Acaso te olvidaste de lo que hablamos antes de que te fueras?

(Federico toma el estuche de terciopelo y lo abre, saca un colgante.)

MARÍA LAURA

Hace mucho que estoy esperando que vuelvas.

FEDERICO

¡No me digas que la vieja accedió a prestarte el collar de la abuela! Cómo eres María. Siempre fuiste la preferida…

(María Laura le quita el collar, lo guarda en el estuche, lo colo-

ca sobre la mesita de luz.)

MARÍA LAURA

¿No me escuchaste, Federico? ¿No te acordás de lo que hablamos?

FEDERICO

¿A ver…? Hablamos de ese novio tuyo con el que parece que te vas a casar para que los viejos se infarten, hablamos de…

MARÍA LAURA

Hablamos de no seguir callados, de preguntas que no cierran, de las fotos que faltan en el álbum familiar, de que no me ibas a dejar sola en esto.

FEDERICO

¡Esa es mi hermana! Piensa, piensa, ¡luego existe! Pero piensa, ¡piensa hasta machacarse las neuronas! Con la vida esperándola ahí afuera.


242 · 2010 ı Verónica Rodríguez

MARÍA LAURA

Me hice los análisis, Federico.

FEDERICO

¿Qué análisis?

MARÍA LAURA

¿Cuáles van a ser? Los de ADN.

(Pausa.)

FEDERICO

¿Cómo pudiste? ¿Fuiste capaz de ir en contra de tu propia familia?, ¿no habíamos quedado que íbamos a seguir hablando a mi vuelta?

MARÍA LAURA

Ah, ahora te acordás, ¿no?

FEDERICO

¡Loca! Estás loca.

MARÍA LAURA

Loca estaba antes, cuando te hacía caso. No podemos seguir así, con esta duda. Necesitamos saber.

FEDERICO

¿Qué duda? Yo no tengo ninguna duda. (Toma llar, lo abre, lo cierra.)

(María Laura toma Federico.)

el estuche del co-

su cartera, la abraza junto a su cuerpo.

Se

acerca a

MARÍA LAURA

No sé cómo lo soportás. Escuchame.

(Federico se aleja.)

MARÍA LAURA

Estuve averiguando un poco. (Pausa.) No todo está perdido, Fede. Hay una fuerte posibilidad de que realmente seamos hermanos. Ellos dicen que…

FEDERICO

¡Mierdas! ¡Dicen mierdas! ¿Por qué no te dejás de joder vos con eso, eh? Claro que sos mi hermana. ¿Qué duda cabe, qué duda te cabe? Y esta es nuestra casa de la infancia. Y este es el perchero de mierda que te regalaron a los quince años Y papá es papá y mamá es mamá y yo me llamo Federico y vos sos María Laura, la más jodida de todas las hermanas. Y esta es la almohada, (Golpea la almohada.) la almohada cervical que yo, ¡tu hermano! (Se golpea el pecho.) te regalé para que no te doliera la cabeza. Esta cabecita loca (Golpea con el dedo índice la sien de María Laura.) que se pone a pensar pavadas porque no tiene nada mejor que hacer.


ANÁLISIS ı 2010 · 243

MARÍA LAURA

(María Laura aparta con su brazo la mano de Federico de su cabeza y

saca sin mirar un sobre de dentro de la cartera, lo extiende hacia él.)

Federico, estos análisis pueden decir que a lo mejor no son pavadas las cosas que pienso, a lo mejor las cosas no son así como vos decís.

(Federico

manotea el sobre, ella lo esquiva y lo pone en alto

apuntando hacia él.)

MARÍA LAURA

Estos análisis pueden explicar por qué siempre me sentí sapo de otro pozo en esta familia, por qué nunca pude sentir que mamá realmente me quería, por qué papá pone esa mirada cada vez que le preguntás por tus días de bebé, por qué nos rodean tantas sombras, tantos silencios en esta casa, por qué no hay nadie, absolutamente nadie en la familia con tu color de ojos, con mi color de pelo…

(Llora. Federico se acerca, le toma el mentón, la mira.)

FEDERICO

María, estos análisis no cambian el hecho de que yo me quedara desvelado hasta las cinco de la mañana hasta que te bajara la fiebre cuando te intoxicaste con los quinotos, ¿te acordás? O que le bajara todos los dientes al idiota de Franco cuando estabas en segundo año y yo en cuarto, ¿te olvidaste ya?

MARÍA LAURA

Claro que no, tonto, claro que me acuerdo de esas cosas… y eso nadie lo va a cambiar. Te estoy diciendo que lo más probable es que seas mi hermano porque se sospecha que…

FEDERICO

¡Claro que soy tu hermano! Y ellos son tus padres también. (Señala el portarretratos.) No porque te lleves mal con ellos podés venir con toda esta mierda a decir que no lo sean. Madurá de una vez, crecé, estamos en el siglo XXI, en pocos días te vas a casar, tal vez en un tiempo tengas hijos. ¿Creés que ellos se van a llevar bien con vos siempre? ¿Qué pensarías si ante el primer problema tu hija o tu hijo te dijera que no sos su madre? ¡Simplemente porque le negaste permiso para ir a bailar...!

MARÍA LAURA

Federico, no tiene nada que ver lo que me estás diciendo…

FEDERICO

A todos nos cuesta ser hijos, también es difícil ser padre. Eso te estoy diciendo. Yo también tengo días en que la pasaría mejor si no perteneciera a esta familia, a mí también me cuesta llevarme bien


244 · 2010 ı Verónica Rodríguez

© Ana Ferrari

con ellos. ¿O qué te crees? ¿Que me hice médico porque quería? No, señor. Lo hice por las presiones de mierda del viejo. ¿O vos no te acordás cómo me decía: “Federico, te damos lo mejor para que seas el mejor, vos tenés que ser como yo”? (Se sienta en el borde de la cama.) Sí, no me mires así. Yo también a veces los odio, pero sé que en el fondo me quieren, nos quieren. Nos educaron, nos dieron su amor…, como pudieron. Como hacen todos los padres. Como hago yo con Camilita y Anita, con mis fallas, con mis aciertos. (Pausa, se incorpora.) Ellos nos brindaron todo. Hay que ser un poco más agradecido. Abajo te están esperando, preparando una fiesta, el lunes firmás tu casa nueva. Gracias a ellos somos las personas que somos, qué joder. Hay que ser un poco agradecido en la vida, ¿eh? (Pausa.) María, sé que la relación tuya con mamá es más difícil que la mía. Vos le saliste más rebelde a la vieja.

MARÍA LAURA

Hija de guerrillera me dijo una vez que era, ¿te acordás?

FEDERICO

A las hijas les cuesta más relacionarse con las madres y a los hijos con el padre, vos me lo explicaste cuando ibas a terapia, no te podés haber olvidado. Pero yo superé mis problemas, aprendí a aceptarlos como son, a tomar lo que me pueden brindar, a no esperar lo que no me pueden dar y a quererlos así. ¿Por qué no intentás hacer lo mismo vos, eh? Y la terminás con estas cosas que no nos hacen bien a ninguno, ¿sí?

(Se

levanta, va hacia

María Laura,

la abraza, ella se resiste al

principio pero se relaja y lo abraza también.)

FEDERICO

Ay, ay, hermanita (Le acaricia el pelo.) Qué difícil es crecer, ¿no?

MARÍA LAURA

No sé, Federico, ¿y si nos mintieron? (Camina.) Es que es todo tan incierto… Por ejemplo, ese amigo militar de papá, que no volvimos a ver después de…

FEDERICO

Shhhh (Se acerca y le besa la frente.)

FEDERICO

No pienses más, hermanita. Eso es lo que te pasa a vos, pensás demasiado, hay que aceptar lo que nos deparó Dios, o la vida, como quieras… Me olvido de que desde que estás con Darío te volviste atea… Como sea, pero hay que aceptarlo y no ir por ahí cuestionándose todo el tiempo. Ahora tenés que pensar en tu casamiento, en los sobrinos que pronto me vas a dar, ¿no, hermanita?


ANÁLISIS ı 2010 · 245

(María Laura suspira.)

MARÍA LAURA

Sí… Tal vez tengas razón. Solo que con Darío vemos cosas que no cierran… Pero sí, tal vez solo sea una desagradecida, como decís vos, a quien le cuesta aceptar la familia que le tocó.

FEDERICO

Eso, eso. ¿Y dónde vas a estar mejor que acá?, rodeada de lujos, de bienestar… (Mientras habla, le quita a María Laura el sobre de las manos.) ¿Para qué seguir con estas cosas? (Rompe en cuatro el sobre.) ¿Para qué? ¡Fuera los fantasmas!

(Federico rompe en más pedazos el sobre y los arroja para arriba. María Laura lo mira, se levanta sobresaltada, estira los brazos para atrapar en el aire los papelitos.)

MARÍA LAURA

¡No! ¿Qué hacés? ¿Qué hacés? ¡No! ¡Pará! ¡Estás loco!

(Se agacha, junta los pedazos desparramados por la habitación. Federico la toma de los brazos y la jala para arriba, María Laura se deshace de él y gatea, junta pedazos de papel y los reúne.)

FEDERICO

Dejá, hermanita, dejá tus dudas atrás. Asumí que sos una Morales Vargas, que nos reciben con alfombra roja en todos lados. ¿Cómo vas a querer cambiar todo esto por esa gente con sus cajas de recuerdos y fotos amarillas? ¡Viví, disfrutá!

MARÍA LAURA

(María Laura lo mira y retrocede, arrastra junto a sí los trozos

de papel.)

Estás loco, no puedo creer que pienses así. No puedo creer que estés tan ciego, que yo estuviera tan ciega. Ahora hasta creo que ni vos debés ser mi hermano. ¡Andate! Andate de este cuarto. Sos como papá. Yo, no. Yo no soy como ellos.

(María Laura,

en posición de gateo, junta más papeles y los dis-

tribuye en el piso como un rompecabezas. patea los papeles.)

FEDERICO

Federico se acerca y le

¡No es así! ¡No es así!

(María Laura junta los papeles, Federico los patea. Ella los junFederico va hacia la puerta, se detiene y se da vuelta hacia María Laura.) ta y habla en un murmullo, no se entiende lo que dice.


246 · 2010 ı Verónica Rodríguez

FEDERICO

¡¡Solo espero, María Laura, que aceptes de una buena vez ser quien sos!! (Se va.)

(Suena

el teléfono tres veces,

María Laura

gateando y lo toma.

Saca del cajón de la mesita Va hacia donde está el rompecabezas.)

scotch.

MARÍA LAURA

sigue armando el

rompecabezas, suena el teléfono tres veces más, ella se acerca de luz una cinta

Amor, ¿sos vos?, vení. Vení rápido, por favor. No sabés, acabo de hablar con Federico, está ciego, está totalmente ciego. No entiende nada, no me escucha. No quiere entender. Vení, amor, vení. No sabés lo que hizo, me rompió en mil pedazos el análisis. Está loco. Ya no es mi hermano… ¿Cómo voy a hacer para saber qué decía?

(Sigue

mejor.

armando el rompecabezas, se detiene, se acerca para ver

Deja

el teléfono en el piso.

Se

para, corre hacia la car-

tera y toma el otro sobre, lo mira con detenimiento.

Se lo lleva Vuelve hacia el rompecabezas. Se agacha y pone en posición de gateo, deja el sobre en el piso y toma el teléfono.) hacia su pecho.

MARÍA LAURA

Sí, sí, amor, estoy acá, esperá. (Acerca los ojos a un costado del rompecabezas.) Ay, mi amor, vení. No, me equivoqué. ¡Él se equivocó! Ay, vení… El que me rompió en mil pedazos fue el test de embarazo. ¡El de embarazo, entendés?… Sí, mi amor… Esperá, no veo bien, me falta una puntita. (Se da vuelta, toma otro pedazo del suelo y lo une al rompecabezas.) A ver, esperá… Sí, sí, creo que dio positivo. ¡Sí, sí Darío!, dice positivo… Sí, mi amor. Vamos a ser padres… Sí, mi vida, lo sé… Yo también te amo. (Pausa.) No, mi amor, acá lo tengo, enterito (Toma el sobre entero que está en el piso.) No, no lo abrí todavía… (Pausa.) Sí, voy a ser mamá… y no sé cómo le voy a decir a mi hijo que me llamo. (Mira el sobre y lo coloca al frente del rompecabezas.

Revisa

los trozos del sobre

roto, los cambia de lugar en el rompecabezas, mira hacia atrás, junta otro pedazo.)

No lo abrí, amor, no puedo sola. Vení, vení a ayudarme a saber quién soy.

FIN

(Cuelga

scotch.)

el teléfono y empieza a pegar los trozos con la cinta


MARIPOSAS M贸nica Felippa

漏 Lucia Prieto


© Lucia Prieto

248 · 2010 ı Mónica Felippa

Una plaza de Buenos Aires. En el centro, un banco. Se oye todo el tiempo la música de una calesita. Con sonido gastado se desgranan los típicos temas infantiles y de los otros que suelen sonar en calesitas. Se oyen risas y gritos de chicos. Es el atardecer. Entra Isabel. Una mujer de unos 70 años, bien arreglada. Peinada de peluquería. Lleva una cartera y en la otra mano una bolsa de regalos. Cuando está llegando al banco, le cae cerca una pelota. ISABEL

Dejá, esperá. Yo te la alcanzo. (Le tira la pelota. Se oye un lejano agradecimiento.

Se sienta. Se arregla la pollera, saca un espejo Entra Walter. un muchacho de unos 20 años, vestido muy pobremente de payaso. Es un típico payaso de colectivo que lleva un bolsito muy viejo. Viene haciendo jueguito con la misma pelota de antes.) de la cartera, se arregla.


MARIPOSAS ı 2010 · 249

WALTER

Lleva la pelota Maradona, es una jugada buenísima, elude a uno, a dos, se acerca al arco, van a patear… (Se oyen voces afuera. Al chico.) ¡No llorés, maricón! Si no te la afané… ¡tomá! (Patea la pelota hacia fuera. Va al banco.) Perdón, doña. ¿Me puedo sentar?

ISABEL

(Con algo de temor.) Sí.

WALTER

Sabe… estoy cansado de tanto patear… (Se muy reo pero amable y bolso, se desabrocha

sienta Su hablar es “profesionalmente” simpático. Acomoda su los cordones.) Disculpe, doña, es que me

quedan un poco chicos. Los hicimos para el disfraz sin probarlos y cuando me los puse ya estaban hechos. ¿Le molesta que me los saque? Ese boludo del colectivero me hizo bajar, el tarado. Si yo estaba laburando… ¿Qué le jode al tipo? Yo no soy como los que suben a pedir. Yo soy otra cosa… ISABEL

Está bien… (Se corre un poco alejándose de Walter.)

WALTER

(Se

ISABEL

Por lo que veo, a vos hablar con extraños no te cuesta. ¿Cómo te llamás?

WALTER

(Le da la mano.) Walter, mucho gusto, señora…

ISABEL

(Algo sorprendida.) Isabel.

WALTER

(Levanta

ISABEL

Está muy lindo.

WALTER

(Se

saca los zapatos.) No, está bien, quédese tranquila, doña, y disculpe la baranda, pero me da una bronca… porque hoy venía bien, bah, más o menos, me cuesta hablar, ¿vio? Así de payaso como estoy me la banco, pero encarar, me cuesta… El Beto dice que soy un boludo, si siempre fui payaso, si me conocen todos, pero yo le digo: Subí vos y hacelo a ver qué pasa… ¿no?

los pies liberados.) ¿Oia?, Isabel, igual que la vieja del Beto. Ella me cosió este traje con los cuadraditos de tela que levantamos en el once.

para y camina descalzo.) Es una ídola la vieja. Siempre me ayuda. Se banca a la Gladis y la Miriam… mis hermanas. ¡Y mire que morfan! La Gladis morfa por dos, porque está embarazada… (Pausa. Camina pisando aliviado.) El Beto es rengo. Tiene un problema en una gamba. Camina como así… (Camina rengo.)


250 · 2010 ı Mónica Felippa

ISABEL

Pobre…

WALTER

Ma qué pobre, es un ídolo. Él me enseñó a manguear. Y a hacer los globos… (Le muestra los globos desinflados.) Le hago la figura que quiera, doña. ¿Quiere un perro? Le hago un perro. ¿Una espada? Se la hago. Por eso me dan la guita. Es un ídolo el Beto. Cuando se sube a los trenes exagera todo. Un día en Constitución se hizo como cien mangos. Es un ídolo.

ISABEL

(Simpática.) ¿Y hace mucho que trabajás?

WALTER

¿De payaso? No. Hace quince días… Antes cartoneaba con el viejo, pero eso no da nada.

ISABEL

¿Vivís con tus papás y tus hermanas?

WALTER

Mis hermanas viven con Beto desde que se murió mi mamá. Yo vivo con el viejo y el Héctor. (Estornuda de golpe. Le salen mocos y se le corre la pintura.) ¡Uy, carajo, qué boludo! Me la corrí toda otra vez, ¡qué pelotudo! ¿Tiene un espejo, doña? (Isabel busca y se lo da.) ¡No te digo! ¿Ahora cómo sigo? ¡Qué pedazo de pelotudo!

ISABEL

Bueno, pará. No hables así. No te desesperes. A ver. (Saca

un

pañuelo de papel y lo limpia.)

WALTER

ISABEL

(Habla sin parar.) La puta que lo parió. Yo le dije al Beto, pero él dice que si los payasos no se pintan no sirven. Que no hacen reír a nadie, pero de mí se ríen igual, yo hago cosas con la cara y se ríen… (Hace caras. Isabel sonríe.) ¿Ve? Usted también se ríe… Esta pintura de mierda. (Saca

un lápiz de labios.)

Mirá lo que tengo. (Lo

pinta.)

Quedate

quieto. WALTER

¿A ver? (Se mira en el espejo.) Bueno… está mejor que corrida… Gracias, doña. ¿Tiene hora?

ISABEL

(Mira y ella misma se sorprende.) Las siete.

WALTER

Me parece que me voy. De acá tengo como dos horas. Además ya no me quedan globos. (Se sienta y revisa el bolso.) ¡Qué rico olor! Ah, es usted.


MARIPOSAS ı 2010 · 251

ISABEL

Sí. ¿Te gusta? (Pausa.) Un regalo.

WALTER

(Termina de ver sus globos.) No. Me quedan poquitos. (Suspira.) Bueno. (Un silencio. De pronto.) ¿La molesto? Usted está esperando a alguien, ¿no?

ISABEL

(Suave.) No, no me molestás. Y sí espero a alguien, pero llegué muy temprano. (Busca dentro de su cartera.) ¿Querés? (Le da un caramelo.)

WALTER

¿Eh? Sí. Gracias. (Se lo come.) Qué bueno está. De dulce de leche. Para el día del niño nos daban en la iglesia. Yo me agarraba un montón y me los llevaba a mi casa. Bah. La mitad le daba al Beto. Él no se agarraba ninguno por su problema, ¿vio?

ISABEL

Decime, Walter. ¿Cuántos años tenés?

WALTER

Adivine… Cumplo en marzo. (Empieza a sonar un tema de Rodrigo en la calesita.) Mire. Mire. ¡Qué tema! Yo lo amo al Diego. ¡Me encanta! (Baila el tema musical payaseando. Isabel se ríe francamente. Se oye un llanto de niño.) Espere, espere. (Saca de su bolso un globo.

Lo infla y sale corriendo del escenario retorAl ratito vuelve a entrar.) Vio, doña. Vió como se calmó el pendejo. Y encima, mire: (revolea la moneda.) un manguete. ciéndolo.

¿Qué tul? ¿Tiene otro caramelo? ISABEL

¿A ver? (Mira en la cartera.) El último. (Le da.)

WALTER

Pero ahí tenía más.

ISABEL

Son para la persona que tiene que venir.

WALTER

¿Es un chico?

ISABEL

Sí. Como vos.

WALTER

¿Su hijo? (Ella niega con la cabeza.) Su nieto… ¿Tiene nietos?

ISABEL

Sí. Uno.

WALTER

Yo no tuve abuelas. Bah, sí, tuve, pero están lejos. En Salta. Mi papá es de allá. Algún día voy a juntar guita y me voy a ir para allá. ¿Qué hace su nieto?


252 · 2010 ı Mónica Felippa

ISABEL

Estudia medicina.

WALTER

Va a ser doctor… se ve que tienen guita… ¡Mire! Prendieron las luces de la calesita. Estaría bueno venderles a esos chicos. (Toma la decisión.) Voy a hacer unos mangos… (va sacando globos.) ¿Me ayuda?

ISABEL

¡Claro! A lo mejor yo te compro uno…

WALTER

Para su nieto… (se ríe.) semejante grandulón… ¿Cómo se llama?

ISABEL

No sabe. ¿A ver esas figuras?

WALTER

(Va haciendo diversas figuras con los globos y se las ofrece.) ¡Un va guardando.

perro salchicha! ¡Un conejo! ¡Una espada! (Los Pausa.) ¿Dijo que no sabe cómo se llama? ISABEL

A ver… podés hacer… ¿una mariposa?

WALTER

¡Upa! Las mariposas son las más difíciles de hacer. ¡Ahí va! (Hace un nudo con el globo y se lo da.) ¡Listo!

ISABEL

Es hermosa. Tomá (Le ofrece una moneda.)

WALTER

No, doña. Por los caramelos.

ISABEL

Tomá, dale (Walter acepta.) A mi hija, Alejandra, le encantaban las mariposas. Cuando cumplió quince me pidió que le hiciéramos un souvenir todo lleno de mariposas de todos los colores… Cuando lo vio se puso a llorar y me abrazó muy fuerte. (Se emociona y se contiene.)

WALTER

(Sorpresivamente

se le acerca y le toma la mano.) Está bueno cuando a uno le hacen buenos regalos. (Le hace morisquetas con la cara.) ¿No? ¿No? A mí, una vez, para mi cumple, un amigo de mi viejo me regaló cincuenta pesos. ¿Sabe lo que eran cincuenta pesos? ¡Cincuenta pesos! A mí me gustaba una pelota que había en la estación, en una juguetería. Yo corrí desde mi casa las veinte cuadras sin parar. Llegué todo transpirado y entré y le dije a tipo que quería la pelota. ¡Quería esa pelota! ¡La había visto todos los días de mi vida, y ahora la quería!

ISABEL

(Tierna.) ¿Y qué hiciste con tu pelota?


MARIPOSAS ı 2010 · 253

WALTER

¡Nada! Si el turro, el pelotudo que atendía me sacó a patadas. La quiero comprar, le decía, tengo la guita. Pero el remilhijodeputa lo único que hacía era cagarme a patadas. Y la gente se acercaba y decía: Quería afanar, quería afanar. Y yo salí rajando. Porque tenía miedo que creyeran que me había afanado los cincuenta mangos… Sabe cómo lloré, doña. Las veinte cuadras de vuelta a mi casa. Qué hijo de puta.

ISABEL

(Después de una pausa.) La verdad que sí. Yo… justamente, mirá… estoy acá por… (Se detiene. Respira muy hondo. No puede seguir.)

WALTER

¿Esos regalos que tiene ahí son para su nieto?

ISABEL

¿Eh? Ah. Sí. Son regalos. Cosas muy importantes para mí.

WALTER

¿Y viene su hija, también?

ISABEL

(Muy intensa.) No, Walter. Ella no… ella no viene. Yo… ¿sabés? Yo no quería que ella opinara tanto… Estás paralizada, me decía Ale, estás paralizada, mamá… Es verdad. Yo no me daba cuenta. Ahora sí me doy cuenta. Ya no estoy paralizada. ¡Estoy aquí! (Se detiene. Respira.) En realidad… Sí, Walter. Sí. Creo que va a venir. La espero.

WALTER

(Empieza a preparar sus cosas.) Y… si es la mamá del nene, tiene que venir… Aunque ese ya no es un nene, ¿no?

ISABEL

No. No es un nene. Él pidió que nos encontráramos a solas. Aquí.

WALTER

¿Hace mucho que no lo ve?

ISABEL

Mucho.

WALTER

Bueno, la dejo, doña. Voy a laburar un poquito y me las tomo. Gracias por el peso. Y por los caramelos.

ISABEL

Esperá, Walter. (Lo

mira largamente.

(Le alarga la bolsa de regalos.)

Él

espera y sonríe.)

Tomá.

WALTER

¿Qué me da? ¿Está loca? ¿No son los regalos para su nieto? (Abre la bolsa.) Dijo que eran muy importantes.

ISABEL

Sí. No importa. Aceptalos. Algunas cosas pueden servirte. Mirá que las batitas y los escarpines los tejí yo hace mucho tiempo… ¿eh?


254 · 2010 ı Mónica Felippa

WALTER

(Va

sacando ropa de bebé tejida, escarpines, juguetes y una pe-

lota.)

Esta ropita está fenómena para la Gladys cuando tenga… pero… Che, la pelota está buenísima. Está desinflada pero está buenísima. ISABEL

Llevala, dale, que debe estar por llegar. Además, (Por la mariposa.) yo ya tengo un regalo…

WALTER

¿Pero… de verdad?

ISABEL

De verdad.

WALTER

Bueno… Gracias, doña. Hoy fue un día de suerte.

ISABEL

Sí. Es cierto.

WALTER

¿Me permite que la salude?

ISABEL

(Se ríe.) Claro.

WALTER

(La besa.) Gracias. Y suerte con su nieto. Y con su hija.

ISABEL

Gracias. La voy a necesitar.

(Walter sale bailando y payaseando. Isabel se queda sola. Llora Se arregla la cara mirándose al espejo y espera con la mariposa de globo en la mano. Mientras se oye “Mariposas” de Silvio Rodríguez.)

Qué maneras más curiosas de recordar tiene uno. ¡Qué maneras más curiosas! Hoy recuerdo mariposas que ayer solo fueron humo, mariposas, mariposas, que emergieron de lo oscuro pequeñitas… revoltosas…

(Isabel ve venir a alguien y se para. Oscuro muy lento.)

Fin

un poco.


IDÉNTICO Sobre una idea de Mauricio Kartun

© Ana Ferrari


256 · 2010 ı ROLANDO PÉREZ

ANAGNÓRISIS Rolando Pérez

Entra un hombre joven con un libro que lleva un sobre por señalador.

HOMBRE

El reconocimiento, que él llama en griego anagnórisis, es la transformación de la ignorancia en conocimiento. Anagnórisis. Es una palabra difícil para nosotros que no hablamos esa lengua. El reconocimiento es la transformación de la ignorancia en conocimiento y puede producir el odio o el amor en los personajes destinados por la trama, que es como decir el destino, a la felicidad o a la desgracia. Él dice que esta es una parte fundamental de la tragedia y da varios ejemplos, porque son varias las formas del reconocimiento. Pero dice más, a ver si recuerdo, dice: sin embargo, el reconocimiento más íntimamente relacionado a la trama, en la vida del teatro, de la vida, es el “reconocimiento de las personas”. ¿No da una especie de mareo, de confusión, de espanto pensar que este libro donde él habla de esta palabra griega, anagnórisis, y que nosotros podemos nombrar como reconocimiento, tiene dos mil quinientos años? Pero no quiero desviarme. Él dice que el mejor reconocimiento es el que se da cuando la anagnórisis viene junto al cambio de fortuna, es decir, cuando a raíz de saber quiénes somos, que es a la vez saber quiénes son ellos, es que nos atrapa la felicidad… o la pena. Y da un ejemplo. Es el de aquel famoso autoexiliado que corriendo para escapar, para salvarse y salvar a los suyos, llegó sin saberlo al preciso lugar de su tragedia. Autor de horrendos crímenes, va a penar, a destruir su felicidad y la de sus seres amados, y volverá a exiliarse y a ca-

© Ana Ferrari


IDÉNTICO ı ANAGNÓRISIS ı 2010 · 257

minar ciego pues también va a destrabar unos broches dorados del vestido de una amada mujer muerta y con ellos se irá vaciando las cuencas de los ojos. Sin embargo, este desgraciado tiene una cualidad, voluntad, deseo, que no hemos podido más que admirar a lo largo de los miles de años en que viene representándose este cuento. Este hombre quiere saber quién es, quiere atravesar su anagnórisis, su reconocimiento personal, quiere conocer su identidad a pesar de que pueda serle tristísima la historia que junto con ella le caiga encima.

Le dicen ellos: ¿por qué se ha ido tu esposa? ¿por qué tan precipitadamente, corriendo, los ojos exorbitados, electrizado el pelo, arrojando sus últimos destellos de luz dorada, sus broches sanguinarios? Tenemos miedo, le dicen, de que de este silencio estallen como fuegos del cielo, desgracias impronunciables. ¡Que estalle lo que quiera!, contesta. No hagas ningún caso, le repiten. No quieras recordar inutilmente. Qué te importa lo que digan. No investigues. Pero él, sin correrse un instante de su deber, su intención y su destino, dice, con valor pero también con angustia: yo sigo queriendo conocer mi origen, aunque sea humilde, aunque sea oscuro, aunque me traiga, según otros, la vergüenza. Pues, no podría obedecerlos, no podría hacerlo de ninguna manera y dejar de averiguar aquello que es mío solo: mi nombre.

Abre el libro y saca el sobre. Se dispone a abrirlo.

FIN


258 · 2010 ı FABIÁN DÍAZ

Caracteres Fabián Díaz

MUJER

(Ha estado llorando. Habla rápido.) ¿Qué linda luz, no? Linda noche, lindo lugar. Mi nombre es, estoy feliz, sé que hablo mucho y con poca pausa, pero es por ansiosa. Igual el nombre no importa tanto, no quiero malgastar palabras, tengo pocas. Me suelen decir: “Sos una mujer pintoresca eh… tenés el estilo clásico de las comedias de situación”. La realidad es que soy esto, todo lo que diga en estos tres breves minutos es lo que soy, todo cuanto diga y haga desde ahora, aquí mismo, será lo que ustedes conozcan de mí y nada más.

Pero les quería decir: así como me ven, fui instruida específicamente para estar aquí, bajo condiciones decididamente reguladas; para estar feliz en este espacio incompleto; para ser perfectamente feliz sin escenografía, ni elementos de utilería, salvo algún utensilio pequeño y yo prefiero no traer nada de nada y en lugar de eso hablar mucho.

Lo bueno de todo esto es que puedo hablar con ustedes, con un interlocutor real, porque podría estar hablando sola como un muerto y que nadie entienda nada, yo agradezco poder hablar con el espectador real. En estos momentos estoy gozando de hasta 3.000 caracteres con espacios y didascalias incluidas para decir todo esto. Por lo tanto, cada cosa que ustedes escuchan ha sido cuidadosamente revisada, de tal manera que esto que estoy diciendo es exactamente lo que (No sabe qué decir.) hay algo que no puedo recordar, por favor, qué feo. Tengo la sensación de que… (Se agita.) que algo (se desespera. Ríe con esfuerzo.) Decía entonces que mi nombre, que cada uno de los caracteres que componen mi nombre (llora.) cada uno ha sido recontado minuciosamente y cuando los 3.000 caracteres con las didascalias y los espacios incluidos se acaben, voy a quedar en silencio y desaparecer en la oscuridad. (Llora.) Estas lágrimas caen de mis ojos porque estando acá me duele algo, solo por eso, pero no se preocupen, me pasa siempre. (Se desespera.)


IDÉNTICO ı CARACTERES ı 2010 · 259

Desde que dije “estas lágrimas” y hasta que dije “me pasa siempre” pasaron 117 caracteres con espacios incluidos y un punto para cerrar la oración. Pero en serio, ¡estas lágrimas caen de mis ojos porque estando acá me duele algo! solo por eso, ¡pero no se preocupen, me pasa siempre!

Hasta acá hay exactamente 2.229. Cuando termine de decir esta oración me quedarán solo 700 caracteres. No es mucho, pero alcanza para decirles cómo me llamo y que estoy feliz teniendo estos minutos con ustedes, aunque apenas sepan quién soy y que después de un tiempo se les borre mi imagen (Silencio.) Ahora, si no les importa me voy a quedar callada hasta que me acuerde cómo me llamo. (Oscuridad.)

© Ana Ferrari

FIN


260 · 2010 ı SANDRA MASSERA

Un muñeco sin cara Sandra Massera

Una mujer sentada en el suelo frente a una caja de cartón, toma un papel de carta y escribe:

Montevideo, 11 de febrero de 2010. (la fecha debe ser siempre la del día de la función.) Alberto: sigo vaciando la casa. Aquí te envío algunas cartas y papeles de papá. Entre todo el lío de cosas encontré mi diario de la época que te fuiste. ¿Podés creer? Decidí escribir mi próxima obra de teatro a partir de este material. Estuve meses buscando un tema, y esto me dio la certeza. Es muy fuerte leer sobre todo aquello. Hay una anotación en especial, fechada el 2 de marzo del 75…

© Ana Ferrari

MUJER


IDÉNTICO ı UN MUÑECO SIN CARA ı 2010 · 261

Era el primer verano que Daniel y yo nos íbamos juntos. Habíamos instalado una carpa minúscula en un bosque de La Floresta, casi en la playa. Esa mañana salimos a caminar muy temprano. Hacía frío. Íbamos abrazados y felices. De golpe, a la vuelta de un médano vimos un cadáver en la playa. Lo vimos desde lejos rodar en la orilla empujado por las olas. Nos separamos y quedamos petrificados, a unos veinte metros de esa cosa. Era un hombre y tenía pantalones oscuros. Estaba muy hinchado, y lo más horrible de todo era que no parecía tener cara. Era como un muñeco inflable sin cara. Le salían largas ristras de algas y basura de los hombros y los pies. Parecían las cuerdas que un perverso titiritero le hubiera atado en el momento de morir. Cuerdas que se soltaron de la parrilla del escenario de la muerte, el escenario del último día. La explosión provocada por el reventón lo trajo aquí remontando el mar y ahora esas cuerdas escénicas viboreaban por la arena mojada convertidas en porquería salada. La imagen atroz de una hipertrofiada marioneta de hilos. Eso lo pienso ahora, claro. Ahora que veo la escena ya armada en mi mente…

Enseguida llegaron dos policías. No nos vieron. O no les importó que dos chiquilines miraran eso con cara de pánico. Uno de ellos se fue de inmediato. El otro infeliz se quedó custodiando al muerto, reteniéndolo con un palo para que no lo arrastrara la corriente. Nos fuimos corriendo. Tres días después la prensa daba la noticia de otro cuerpo no identificado aparecido en las playas del Departamento de Canelones. Nunca pude olvidarme de ese cuerpo de color no humano mezclado con la niebla y el vapor gris del agua de aquella madrugada. En ese momento yo no sabía que no era un ahogado reciente.

Pero en la puesta en escena, casi al final, cuando comience a subir el volumen de la música, el director le pedirá a la actriz que avance lentamente hacia proscenio, con un papel de carta en la mano, cortando los hilos y derribando a su paso uno a uno los muñecos idénticos y sin rostro de la escenografía, murmurando con voz neutra y mirada absorta…

“5 de marzo. Siguen apareciendo, siguen apareciendo… siguen apareciendo cadáveres en la costa. Alberto: hace dos días que mamá no duerme. Escribí pronto. Para que sepamos que no sos vos”.

FIN


262 · 2010 ı MARIANO SABA

EL PARECIDO Mariano Saba

EL PARECIDO

Somos parecidos. Físicamente. Así dice la gente. Físicamente parecidos. Yo no lo había pensado nunca. Nunca. Debe ser. El dueño de un boliche. Una noche me dice. Me ve bailar solo. Viene. Me dice. ¿Qué estás tomando? Ron. Puro. Traele otro. ¿Venís seguido? No. Ahora sí. ¿Qué? ¿Tenés trabajo? Te parecés al de la tele. ¿A quién? Al de la tira. Mirá vos. Tomate el trago. Gracias. Me tomo el trago. No es ron. Destornillador. Naranja. Vodka. Otra cosa. Me mira. Lo miro. Habla. No escucho. La música. Al palo. ¡¿Qué?! ¡¿Qué qué?! ¡No te oigo! ¡¿Querés trabajo?! Silencio. Lo oí. Lo oí clarito. Depende. Le digo. ¿De qué? ¿Qué tira? Al tipo ese. Al actor. Ese actor. Me dice. Por él. El actor de la tira. El conocido. El que actúa de chiquito. No lo tengo. ¿Cómo? ¿Cuál? Ese. El que baila así. Me hace. Me baila. Así. Ah, sí. Se parece a mí. No. Vos sos parecido. Es lo mismo. Por eso. Te digo. La gente dice. Físicamente parecidos. Qué sé yo. Me dice. Igualito. Dos gotas. Dos gotas de agua. Así. La misma boca. Me mira la boca. Los ojos. Me mira los ojos. Igual. El cuerpo. Me clava la vista. Igual. Idéntico. Se embala. Mete miedo. Miro la puerta. ¿Tu nombre? Le digo. No importa. Me dice. No importa. ¿Qué cosa? ¿Cuánto? Me dice. ¿Cuánto querés?

(Música.)

Ahí. Un flash.

Un culo arriba del parlante. Un jean ajustado, iluminado, congelado. Un flash.

Una morocha iluminada. La bocha de espejitos. Espejitos. El tiempo que se para.

(Corta música.)

¿Cuánto querés?

Me dice. Te pago. Un loco. Viste. Me paga. Para eso. Para estar ahí. En el boliche. Tomar un trago. Bailar. Dar una vuelta. Imitalo.


IDÉNTICO ı EL PARECIDO ı 2010 · 263

Me dice. No sé. No sé qué. Imitarlo. ¿No ves la tira? No tengo tele. Dale. No tengo. Te compro una. Contratalo. A quién. A él. Le digo. Se ríe. Me fundo. Es laburo. Estamos ahí. Bailo un poco. Él baila a veces. Él. En la tele. Yo bailo igual. Lo imito. Igual a él. Eso debe ser. Y la gente. De no creer. La gente. No lo podés creer. Viene un tipo. La otra noche. Con una mina. Hola. Me dice. Sos vos. Sí. Mirá. Sí. Ella está buena. ¿Quién? Ella. Sí. ¿Te gusta? Sí. Con vos todo bien. ¿Qué? Tenela un rato. ¿Qué? Es mi mujer. Es fanática tuya. Tenela un rato. Yo mudo. Me la llevo. Viste. En lo oscuro. Contra la pared. Una rubia. La lengua hasta acá. Una mano. No sabés. Vuelve el chabón. ¿Y yo? ¿Vos qué? A mí también. No. ¿Qué? ¡No, no! Llora el tipo. ¿Podés creer? Se pone a llorar. ¿Podés creer? La empuja a la mina. Se pone loco. Pará. Le digo. Pará. Bueno. Le digo. Pienso. Viste. Pienso. Y bueno, dale. Dale, dale. Total. Digo. Es laburo. Viste. Soy parecido. Dicen. Dos gotas. Dos gotas de agua. Parecido a él. La gente lo quiere. Mucho. ¿No? Lo quieren a él. Él es querido.

© Ana Ferrari

FIN


264 · 2010 ı NELSON MALLACH

Ancurá Nelson Mallach HOMBRE

¿Julliene, dijiste? Te veo como agorero debajo del make up. Y esa estatura tuya, esa rubiesa ¡qué lejos está de la corriente paja de la pampa con plancha y mouse! Sin esperar te agarro del antebrazo y te arrastro hacia la salida de la boite. Atravesamos los bulevares a toda velocidad. Pasás primera por el portal de mi casa arqueando la cadera. Deseás una noche de placer pero al restablecer tu maquillaje frente a un espejito te duermo con cloroformo. Parecés muerta así tiesa en mi cama y me tiento, con algodón y alcohol me creo Ibáñez Menta. Empañá el espejo, Julliene, te digo. Eso… eso. Tranquila. Estás viva. Solamente necesito poner un pómulo debajo de la lámpara alógena. No quema, ¿ves? ¡Sos tan hermosa con esa lluvia lacia sostenida con sendos broches de mágico strass! Pero de golpe, lo juro, sin poder evitarlo se corre la redecilla, se suelta el rulo interno de tu pelo y vuela el pelucón rubito. Sin que me inhiba por eso, acelero en cambio la búsqueda de las facciones perdidas en las sucesivas capas, más bien costras, que te alejan de mi objetivo: encontrarte. Tus labios son gruesos; tus crenchas, negras, pero tu piel… Tosés, Julliene y al hacerlo me escupís y, perdón, tal vez por impaciencia te cacheteo como loco; pero nada, inerme, sos la muerta, y yo me enchastro con tus afeites baratos. Enseguida te desnudo. Recorro con el índice tu cuerpo caliente. De golpe, el dedo patina en una sustancia viscosa por la zona del pubis. Mi corazón se acelera al confirmar que el maquillaje te cubre todo el cuerpo. (Solicita.) ¡Mis anteojos!… (se los pone.) Acerco el mentón a la zona y observo el resurgimiento nocturno del vello rasurado. La prueba que faltaba. Decime: ¿de qué color sos, querida? (Se pone un barbijo.) Empiezo el trabajo arqueológico. Raspo con la navaja la zona pélvica para ver dónde nacen los pelos hirsutos. ¡Muy bien! Salen fácilmente las láminas blanquitas. Tu piel está intacta, la libero del blanco de fantasía. Al fin estás ante mí, aparecida. Sos otra, Julliene. Llegó tu hora, te digo y te recompongo con llamados ultrasensoriales. Y como no pasó antes, ahora te reís como nueva. Te enfrento al espejo. ¿Pero cómo pudiste hacerme esto?, me decís. ¡No ves que soy actriz! (Imponiéndose.) Reconocete. ¿No entendés? Aunque te revuelques por los mosaicos


IDÉNTICO ı ANCURÁ ı 2010 · 265

no vas a poder pegotearte el blanco que te despegué. Y no llores ¿Por qué llorás, Julliene? Contestá ¿Pero sos débil? Te animaste a salir a la calle así despampanante, a mamar sin catar chancros y ahora te quebrás como un ama de casa. ¡Embustera de troche a moche! Te busqué porque tenés que volver a las zanjas, a los fachinales, a los bagres, a las anguilas para alimentar a tus indios, Julliene. Es tu designio. Y te bautizo. Te vas a llamar Ancurá. Tu destino es cabalgar a la vanguardia de la Reconquista india, en el malón definitivo. No temas, el temor es un placer cristiano y además te travestiste hace tanto tiempo que ya nadie te recuerda. A desalojar, a desalambrar. ¡Ancurá!

FIN

© Ana Ferrari


266 · 2010 ı PATRICIO ABADI

Marea Mental Patricio Abadi Qué cosa tan solitaria irse a dormir. No lo había pensado. Qué fiesta… cuánta euforia toda junta, qué rico, cuánto fernet…Y pensar que toda esa gente … ahora se está yendo a dormir ¿Sentirán esto que siento yo, se preguntarán, se imaginarán ellos las caras fervientes de ayer en un acto tan prosaico y tan frágil como irse a dormir? ¿Cómo se irá a dormir la riojana que bailaba contra la pared? ¿Soñará con viñedos bajo un cielo que se vuelve anaranjado cuando empieza a amanecer? ¿O ya no la conmoverán esos paisajes? Es ingenuo pensar así… No? Es como que un tucumano sueñe con… no sé, con… la Zafra o yo con San Telmo, con subtes, con el Obelisco. No voy a volver a terapia. ¿La riojana hará terapia? ¿Tendrá algo que ver con la pista de Anillaco? ¿Y si su apellido es Menem? ¿Y si me diera cabida y nos enamoráramos y todo va, y todo va, y tenemos un hijo al que adoramos y se llama Menem? Nunca… Todo puede ser. Igual ella tiene ojos verdes. Ojos tan ver-

© Ana Ferrari

Muchacho


IDÉNTICO ı MAREA MENTAL ı 2010 · 267

des con pelo tan negro, qué mezcla esa, esa mezcla me mató, esa selva, esos ojos, en el medio de la selva, de la fiesta, ignorándome de una forma tan linda, tan sincera, tan poco histérica, esa indiferencia tan auténtica me mató… me mató. ¿Cuál será su relación con los domingos? Qué lindo sería encender la tele y que en todos los canales apareciera ella, que la estén transmitiendo en vivo y en directo desde distintos ángulos yéndose a dormir. La fiesta terminó. Tal vez mañana ella, Rioja, amanezca con el rimmel ensuciándola y embelleciéndola; y mientras las radios transmiten fútbol por toda la ciudad, ella caminará con displicencia dominguera por las habitaciones de su casa. Porque si es riojana y Menem y la pista de Anillaco debe tener una casa con muchas habitaciones, habitaciones espaciosas, pero no, me la imagino austeras para diferenciarla de la fiestonga barroco menemista. Lo digo por cómo bailaba. Se refregaba mucho la espalda contra la pared.

¿Habrá alguna chance, por más mínima que sea, de que, no digo ahora antes de dormir, pero mañana cuando Rioja revise la película de la fiesta en su cabeza, habrá alguna posibilidad de que yo aparezca en su evocación de la fiesta, aunque sea como un extra pasando con mi fernet por detrás de alguno que ella estuviese mirando, o bailando, porque en un momento me solté y bailé, en la parte de los latinos, de Chichi Peralta, creo que se llama así, esa que dice… te quiero así tan fatídica y fanática, te quiero así… qué cursi que soy, porque quiera o no esas grasaditas me mueven, pero no es que me emocionan, me mueven el cuerpo, y mirá que es difícil porque yo para el baile... un adoquín. Qué vergüenza si me vio bailando con cara de estudiante de salsa de gimnasio de barrio…Tranquilo. Me estoy dando con un caño.

FIN


268 · 2010 ı FLORENCIA BERTHOLD

Sobre pasar la noche Florencia Berthold

ELLA

(De pie.) Estoy sentada. Fumo. Miro hacia atrás (No se mueve.) nada. Hay público… poco, gente que me mira. Yo fumo. Toso, poco. Pienso en la muerte porque a mi tío Roberto le cortaron las piernas por el pucho, ya no circulaba. Le cortaron las piernas y después se murió. No soportó la tristeza de la falta de piernas y se puso a fumar más que antes. Después se murió. Antes, después… Hace un rato me comí un bife. Sola, en la cocina, con la sartén echando humo, el bife ahí sumiso en la sartén, y yo echando humo. Él me gritó que no eran horas para comerse un bife (Silencio.) Me lo comí con un poco de puré de ayer. (Silencio.) Pienso que fumo para no estar sola. Mirá si va a haber una hora para comerse un bife. Yo no quería esto, no quería fumar, comer un bife, Roberto. Quiero decir, no quería hablar de esto. Estar acá. Debe significar algo. Él duerme. Por eso no puedo hacer nada porque duerme y entonces yo divago, digo cualquier cosa, me aburro. Mi mamá decía que aburrirse era de gente poco interesante, que no tenía imaginación. Debe ser eso. Qué importa qué decía ella, diría cualquier cosa, lo que le venía en el momento, como yo. Antes le daba mucha importancia. Me parecía que ella tenía que saber algo. Tenía que saber. Pero ahora me doy cuenta de que no tenía idea, o que no tenía que saber, por lo menos. Hablaba por hablar, para no aburrirse, como todos. Él duerme. En realidad es eso. Banalizo todo cuando las cosas no son como quiero, siento que me hundo a un lugar de mí. Un saloncito quieto, como este. Una silla, yo sentada, fumando, o parada, fumando. Ahí desciendo cuando las cosas no son como imagino. Un pequeño espacio, gente, poca. Me trato de convencer. Porque en realidad sé que tengo que salir de acá, dormir un rato, despertarme, desayunar, hacer mi vida, hay que hacerla, porque si no, se va. Como las piernas de Roberto. Y después la tristeza. Sé que todo está bien. Como si esto le diera sentido a algo. (Se golpea.) Andate a dormir, Marisa. (Se golpea.) Te callás la boca, dejás de pensar pavadas y te vas a dormir. Nunca pude entender cómo los hombres se duermen tan fácil. Si hay un problema, pum, se duermen, una discusión, pum, se duermen, yo puedo llorar, gritar, romper todo… nada, ellos duermen, son todos igualitos. Creo que estar acá es mejor que pagar los vidrios rotos, renovar toda la vajilla, matar las plantas del balcón o volver a separarme. Ya sé que no me voy a matar. Hay una indignación que me saca de mí. Es que se duerma, que yo esté llorando deshecha y él, pum, se duerma. Como si nada. No me ve. (Se sacude.) No


IDÉNTICO ı SOBRE PASAR LA NOCHE ı 2010 · 269

© Ana Ferrari

me ve, no me ve. (se sacude.) Definitivamente yo yo estoy. Soy algo. No solo unas piernas. Cosas separadas, quiero decir. Qué decís, Marisa. Yo lo que quiero es que me escuche, que no se duerma. No soporto estar despierta de noche. El silencio, la oscuridad, la sensación de que uno está mal, que la noche es para dormir, que si no te levantás a la mañana y no servís para nada. (Silencio.) No quiero fumar. (Se le caen los cigarrillos.) Sería mejor comer chocolate, o hacer burbujas en el aire. Sería bueno tejer, dibujar, pero yo no tengo paciencia para nada. Por eso fumo. Me organiza. Un pucho son siete minutos. Siete minutos que pasaron felizmente. No me gusta estar conmigo creo. Debe ser eso. De día me distraigo, hago las compras, trabajo, poco, no soy muy útil. Pero limpio la casa. Pasar el trapo me toma treinta minutos. Sé cocinar. Él quiere tener hijos. Dice que muchos, no sé si para asustarme. Dice que cocino bien, que sería una buena madre. No sé de dónde habrá sacado eso de muchos hijos. Él es hijo único. La madre lo llama todos los días a ver cómo está. “Sos mi vida” le dice la muy enferma ¿Y cómo va a estar? Para la mierda, como todos. Duerme, no resuelve nada, quiere tener muchos hijos para que no se parezcan a él. Pobrecito. Me gustarìa comer un paragüita, o tomar un café. Pero estoy como paralizada, me parece que me tiembla la sangre, o que me falta el aire. Tiene que haber un punto medio. A lo mejor un hijo no es tan mala idea… me aliviaría las noches. Cuando él se va, yo me ocupo del hijo y tengo resueltos los espacios muertos. Tendría que dejar de fumar eso sí. No sería tan grave porque ya no me sentiría sola. Podría agobiar a mi hijo hasta el hartazgo, el pobre crío no tendría idea de lo nociva que soy para él y me amaría como nadie, sin remedio. Como a una madre. Qué alternativa le queda. Él no se dormiría si yo lo necesito. Yo jamás dormiría si me necesita. (Se saca las pantuflas. Se obliga a olerlas.) Serías peor que su madre, peor que su madre Marisa. Pero no sería tan grave, él está acostumbrado a su madre, a él no le sorprende nada, y mi hijo solo me va a conocer a mí. (Silencio.) Soy un horror. Yo no voy a tener ningún hijo. Si no me soporto es asunto mío. Y en todo caso de él. Él tiene que soportarme. Él duerme. ¿Qué me pasa? Quizás no me llene de nada un hijo, ni despertarlo a él, no me llene de nada. Tendría que dejar de fumar. Eso es estar sola. Ni siquiera tener el humo. Hacer algo. Tejer por ejemplo. (Se empieza a sacar la ropa despacio.) Tejer es hacer algo. Tejer es hacer algo bueno. Es una cosa que se sale de mí, que ocupa espacio fuera de mí, no estas palabras. Buscarme un trabajo útil. Tengo cuerpo. (Mete la mano por debajo de la bombacha.) Tengo cuerpo, adentro y afuera. Buscar un trabajo, mi cuerpo, no un hijo. Mi cuerpo, no palabras. Yo puedo comerme un bife si me da la gana. Por eso no hay nada atrás… por eso… por eso limpio, trabajo, cocino y no hay nada. No estoy. (Se apaga la luz. Se enciende un cigarrillo.) Quiero coger.

FIN


270 · 2010 ı MARIANO SABA

El Espectador Mariano Saba

¡Perdonen! ¡Acá! Sí, perdón, señores, acá… Acá por favor. El seguidor, si me puede apuntar. Sí. Acá. Perdonen. Una cosa. Sí, una cosa sola. Disculpen por interrumpir. Sé que no se puede interrumpir, soy un habitué del teatro yo… Pero una cosa sola quiero decir, nomás. Yo soy un amante del teatro, he ido al teatro toda mi vida. Pienso que los actores han evolucionado mucho, las obras… pero el público… ¿evolucionó? Eso me pregunto a veces… Humildemente. A veces veo un espectáculo y la gente aplaude y ovaciona y yo no entiendo nada… Y yo soy un amante del teatro, he visto teatro durante los últimos cuarenta años. Vi todo en teatro yo… Con mi mujer íbamos mucho a ver teatro… Incluso el día antes de que falleciera vimos un Beckett. No sé… Le dije que esa era la úl-

© Ana Ferrari

EL ESPECTADOR


IDÉNTICO ı EL ESPECTADOR ı 2010 · 271

tima vez que veíamos un Beckett. A ella le había encantado, ¿no? Me acuerdo de que me preguntó por qué estaba tan enojado… Y le dije… yo soy un optimista nato… y esto es contra natura… Y a la gente le gusta tanto Beckett. Y otras cosas con mucho éxito también… Y yo pienso, ¿estaré loco yo, que no me gusta eso? No sé. A veces siento como si hubiera pasado algo mientras yo no estaba… Pero yo no fui a ninguna parte. ¿O no? Algo así es. No sé si me explico. Eso quería decir. Y una cosa más… Acabo de matar un mosquito. Acá tengo sucio todavía. En la palma de la mano. Me ensució toda la mano. Se ve que había picado a alguien, porque me dejó toda la mano manchada de sangre. Me arruinó el pañuelo cuando me lo quise limpiar. Por eso pedí la palabra. Me entró miedo. Eso quería decir. Pensé que hasta hace unos minutos este mosquito estaba vivo, y volaba entre las nucas de ustedes. Pensé que se engordaba y vaya uno a saber, capaz, si sabía que eso era estar vivo, ¿no? Y que ahora está reventado en mi pañuelo, nomás. Eso. Ahora es un puntito aplastado, medio corrido, ni alas tiene… No existe más. Yo no creo en la transmigración de las almas ni nada de eso. No creo ni que el hombre haya llegado a la Luna. No creo en esas cosas. Pero vi el mosquito y pensé qué hago acá. Pensé en mi nietito. Acá tengo una foto… Bueno. Es chiquitita, no se va a ver. A veces lo veo correr en la plaza. Yo lo llevo a la plaza y lo veo correr. Y eso quería decir. Quería decir que tengo miedo, yo. No sé de qué. Eso me pasa. Tengo mucho miedo. Perdonen, pero necesitaba decirlo. Perdonen todos… Y ustedes también, que son todos muy buenos… A usted lo vi en otra obra, o una cosa de la tele creo… No me acuerdo, pero estaba muy bien. En esa estaba bien… Sí. Bueno. Gracias.

FIN


272 · 2010 ı VERÓNICA MATO

Escena Costumbrista Verónica Mato

Decorado de cartón en el que se ve dibujada una escena familiar, donde se refleja la costumbre. Las buenas costumbres. Papá, mamá y la nena. Sentados a la mesa. Almorzando. Todos representando la acostumbrada escena familiar del teatro costumbrista de la vida. María se encuentra en el centro del cuadro, entrañable y repetido, mil ve© Ana Ferrari ces repetido, cuadro. Un foco ámbar la ilumina. De fondo se escucha una canción italiana. Come fideos con tuco. Habla.

Te quedo buenísima la comida, mami.

Cuándo me vas a pasar el truco de la salsa.

Ya estoy en edad de saber.

(Come.)

… la receta…

(Come.)


IDÉNTICO ı ESCENA COSTUMBRISTA ı 2010 · 273

He aquí un reflejo de cierta teatralidad… una muchacha que come una típica comida de domingo. Fideos con tuco. Acompañando con pan para mojar la salsa y soda. Quizás un vasito de vino, que la familia le permitiera tomar.

(Bebe vino.)

Ella. Mejor yo. Mejor el personaje. Denota en el diálogo que hay algo que merece saber. Hete aquí el conflicto, pieza fundamental de toda intriga… que merezca que 10 o 20 personas porque más no se vende vean la obra.

(Moja la salsa con el pancito.)

Seamos francos es una escena perfecta para que algo terrible terriblemente ocurra. Para que el corazón se estruje y la boca suspire.

Dramón 1

(el más común.) Ella quiere mucho a sus padres y no sabe cómo decirles que está embarazada (Véase Nuestros Hijos de Florencio Sánchez.)

(Enrollando los fideos con el tenedor.)

Dramón 2

(el más retorcido.) Ella quiere mucho a sus padres. Su padre también la quiere mucho a ella, tanto que le toca sus genitales por debajo de la mesa. La madre algo intuye. Pero va siempre a la iglesia.

Dramón 3

(el

más escatológico.) La chica es bulímica, y espera cualquier tonta discusión familiar para levantarse de la mesa a vomitar. Después volver como si nada. Come. Buscar otro conflicto. Se va. Y vomita nuevamente.

Según el conflicto deseado, la historia cambiará drásticamente.

(Se sirve soda.)

También puede ser que la joven tenga conflictos más internos, casi fundacionales y que no se trate de un conflicto teatral.

¿Puede ser teatralizable?

Porque si el teatro no fuera teatro, fuera otra cosa. Fuera por ejemplo… Un museo.


274 · 2010 ı VERÓNICA MATO

(Se queda un rato comiendo, bebe vino y moja el tuco con el pan.)

¿QUÉ?

(Se mancha la ropa con el tuco.)

Pero supongamos que en este cuadro costumbrista que cuento, un poco demodé siendo sinceros pero apegado a la historia, a la historicidad. La chica estuviera obsesionada con un presentimiento, que la acompaña día y noche, que no le permite sonreír, ni amar, ni realizar acción alguna o manifestar emoción, sientiéndose literalmente falsa. Y notará que a su alrededor todo es tan natural, tan real… que ralla cebolla y le arden los ojos… Pero ella siente. Piensa. Obsesivamente.

Yo tengo otra mamá yo tengo otro papá.

Mientras tanto ese señor y esa señora de cartón que me acompañan a los costados de la mesa siguen ahí congelados formando parte del decorado.

(Termina el plato de comida.)

(El telón cae lentamente.) FIN


Š Ana Ferrari


© Ana Ferrari

276 · 2010 ı Patricio Abadi


IDÉNTICO ı LA NEGACIÓN ı 2010 · 277

LA NEGACIÓN Patricio Abadi

Nunca nadie me había dicho nada de lo que se sentía al ver a la persona que uno seguía amando siendo besada y acariciada en el culo por otro hombre.

No importa.

Ninguna descripción previa hubiera atenuado el impacto y el nudo en el estómago.

No le voy a pegar una piña a él, no la voy a escupir a ella, no voy a dejar ver ningún rastro de dolor en mi expresión.

Los voy a saludar.

No me sale hacerme el frío.

Y no es porque se me note en la cara.

No.

Se me nota en el saludo.

Soy torpe.

No saber si saludarlo a él con la mano o con un beso.

No me perdono por indecisión haber besado la mejilla de quien estaba besando la boca de mi amor.

No tenía un nombre completo el que la estaba besando en la fiesta.

Se llamaba Alejo.

Eso no me deja de inquietar.


278 · 2010 ı Patricio Abadi

No se llamaba Alejandro ni Lejos.

Estaba inconcluso.

Alejo.

Salí de la fiesta.

Entre el dolor y el alcohol no podía caminar.

Domingo de diciembre. Calor, alcohol, vísperas de Navidad.

Llamé a la casa de ella. No me atendía. Le dejé un mensaje. Nosotros habíamos construido un lenguaje, hija de puta.

No aguanté más.

Me metí en el baño de un bar, me peiné todo el pelo hacia atrás y me fui al Jumbo a comprar una musculosa ordinaria para amedrentar al hombre incompleto, Alejo.

No me atienden el portero eléctrico.

No me muevo de la puerta.

Bajan juntos pero no salen al mismo tiempo.

Sale adelante hombre incompleto con una voz medio concheta fácilmente identificable para mí a raíz de mi pasado, colegio, amigos... y me dice: Flaco, tenés la típica conducta del violador.

No lo pude creer.

No -le dije- lo único que me falta es que vos me vengas a explicar el funcionamiento del ser humano un domingo al mediodía. No estoy acá para hablar con vos.

P, no te pongas en este lugar –interviene ella, agarrándose de la

mano de él.

Caminan y yo camino detrás, escoltándolos, reclamando, exigiendo alguna explicación.


IDÉNTICO ı LA NEGACIÓN ı 2010 · 279

© Ana Ferrari

Ella para un taxi a lo lejos.

No la querés entender. Se terminó. No somos más novios.

No había gente en la calle.

No me logro meter entero pero alcanzo a meter la cabeza por la ventana y le digo a ella las palabras más hirientes mientras hombre incompleto gesticulando con sus manos le indica un destino al taxista.

No me quiero quedar solo

Me paro delante del taxi.

No me jodas a mí que estoy laburando –dicen los ojos del tachero con

cuello de bull dog.

Como siete horas atrás me siento en un umbral.

Pero ya no lloro.

Mastico tristeza.


280 · 2010 ı Patricio Abadi

No me puedo matar porque me comprometí para actuar ese domingo al atardecer en un Varieté de San Telmo.

No estoy bien como para actuar.

Sigo sin dormir y no tengo nada en el estómago.

No preparé ningún número y en cinco minutos tengo que salir.

No todo es negro.

No todo.

No.

No hay lugar ni momento más feliz que el instante previo a salir a actuar.

Aunque el público sea de asamblea barrial, con señoras, niños, y clima de kermesse. Aunque no haya sido un domingo feliz sino de los más tristes.

Para ese atardecer de diciembre nada más terapéutico que salir a improvisar.

FIN


IDÉNTICO ı LA NEGACIÓN ı 2010 · 281

© Ana Ferrari


282 · 2010 ı ROLANDO PÉREZ

POLO Rolando Pérez ACTOR

A Polo se le había muerto un hijo. Polo era actor. Uno de los más queridos y famosos en Atenas y por eso todos aseguraban que no se presentaría para hacer su papel. En aquel tiempo no había actrices y los hombres hacían los papeles masculinos y también los femeninos. Yo siempre pienso en Polo desde que me enteré de su historia, porque a veces en la vida se da el caso de que no podemos ser nosotros mismos; es difícil pensarnos, encontrarnos: yo soy esto o aquello, porque lo que pensamos, lo que sentimos, siempre es una cosa distinta de nosotros, es este dolor o aquella alegría. Esas impresiones nunca son constantes y al mismo tiempo nosotros no somos, a pesar de que lo deseamos, constantes; en la memoria, en la esperanza, en la lucha. No somos. Pero el dolor de Polo era constante a pesar de todo. Y todos creían, como dije, que no haría su papel, que pediría un reemplazo. Tenía que actuar de Electra y había un pasaje, un pasaje famoso, que sería cruel, decían, sería impensable para Polo. Sería terrible ser Polo en ese momento. Sin embargo Polo, siendo lo que era, sabía que es a veces mucho mejor ser Electra, o Agamemnón, o Romeo, o el Brigadier de Una Pasión… que ser uno mismo. Y eso quizá porque, como dije, no solemos tener la constancia y el valor para ser nosotros. A veces. (pausa.) Yo siempre pienso en Polo porque Polo perdió un hijo, su único hijo y era además, actor como yo. Y llegó el día de la presentación de Electra y a pesar de lo que creían todos llegó también Polo con sus coturnos y su máscara y el pasaje famoso, doloroso, bien

© Ana Ferrari


IDÉNTICO ı POLO ı 2010 · 283

aferrado a su memoria. Nosotros quizá no seamos constantes, ya lo dije, pero a veces el dolor es la constancia misma y Polo lo sabía, por eso se presentó aquel día a trabajar. Porque quería ser Electra. Quería ser una mujer; él era hombre. Quería ser hermana, el había sido padre. Y ahora era el recuerdo de haber sido la constancia misma del dolor. Cada día. Pero Polo pudo, frente a todos ser ambos, tener la identidad y el dolor y la memoria constante cuando tomando la vasija, la urna, donde se suponía estaban los restos de su hermano, Orestes, pero en realidad estaban los de su único hijo, el que había perdido. Y comenzó, sereno, medio ahogado, tristísimo, los versos famosos que dicen: “¡Ay de mí, desgraciada, por mis inútiles cuidados de otro tiempo que yo con frecuencia prodigué en torno a ti! Porque entonces tú no eras más querido de tu madre que de mí, ni los que estaban en casa eran quienes te cuidaban, sino yo, y a mí me llamabas siempre hermana”. Siempre, padre. “Ahora ha desaparecido esto en un solo día por tu muerte. Te fuiste como un huracán arrasándolo todo. Nuestro padre se ha ido. Yo estoy muerta contigo”. Yo estoy muerto, dijo Polo. “Tú mismo te has ido, pues has muerto. Los enemigos ríen”. Y yo estoy llorándote.

FIN


284 · 2010 ı MARIANO SABA

NIÑOS Mariano Saba

VOZ

La música es extraordinaria.

Piensen ustedes en estos pequeños músicos.

Piensen en sus músculos jóvenes llenando el aire de la sala con su música.

Piensen en su música llenando nuestros oídos.

Piensen ustedes qué maravillosa serenidad para tener en vilo a tantos adultos detrás.

Un Hamelin soñado, inverso, feliz.

La lucidez de unos chicos frente a toda nuestra atónita experiencia.

Gracias, hijos, son muy valientes.

Muy sabios: son pocos los que saben unir sus músculos y nuestros oídos.

¿No les parece? ¿No es valiente lo que hacen? ¿No es bello?

El escenario tiembla y ellos lo arrullan.

Yo tiemblo y ellos me recuerdan mi nombre.

Y no sólo mi nombre.

Mi nombre.

Mi madre.

Mi padre.


IDÉNTICO ı NIÑOS ı 2010 · 285

© Ana Ferrari

Mi cama.

Mi casa.

Mi escuela.

Mi trabajo.

Mis amores.

Mis desamores.

Mi comida.

Mi cara.

Mis manos.

Mis pies.

Mis zapatos.

Y mis pobres pies.


286 · 2010 ı MARIANO SABA

Y mi nombre, otra vez.

Hijos, son muy valientes.

Por ustedes, yo sé mi nombre. Yo me sé.

La música que ustedes hacen guarda mi nombre y el de otros como yo.

Gracias, hijos.

FIN



Comisi贸n 2001

Tribunales

10


A prop贸sito de la duda

Obelisco

Lanzamiento 2010

Tporitos

A prop贸sito de la duda

TEATROXLAIDENTIDAD

Torta de lanzamiento 2005


Este libro se termin贸 de imprimir en el mes de febrero de 2012 en Gr谩fica Pinter, Di贸genes Taborda 48/50. Ciudad Aut贸noma de Buenos Aires, Argentina.


TAPA FINAL TXI_modificada.pdf

1/18/12

12:15:15 AM

OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS

2010 y 2011

AVISO

C

M

Y

CM

MY

CY

CMY

K

Este libro contiene una cantidad de textos teatrales de muy diversos autores –que van desde los más reconocidos hasta los más nuevos– todos participantes solidarios de TeatroXlaidentidad. Por lo tanto puede ser consultado por quienes quieran acceder a obras comprometidas y militantes referidas a la identidad, tanto en un sentido general y metafórico como en otro, más unido a la tragedia de las nietas y los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo; muchos de ellos aún hoy apropiados y privados de su verdadera identidad, tragedia que no es solo suya individual, sino que nos alcanza a todos. Pero cuidado, que también encierran estas páginas un hecho vivo: cientos de horas de trabajo duro, de sudor fértil, de gritos ahogados o libres, de llantos trágicos o felices, de peleas y amores, de pasión indudable y franca, de palmas rojas de aplaudir, de sueños concretados. De instantes vitales repletos de sentido y de búsqueda. Y todo esto es altamente contagioso. Así que ¡cuidado al abrir estas páginas! Ya que se corre el riesgo cierto y comprobado, de ser mañana uno más de TeatroXlaidentidad.

Luis Rivera López

OBRAS DE TEATRO DE LOS CICLOS 2010 Y 2011


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