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Elisa de Armas

ELISA DE ARMAS

(Sevilla, España, 1957)

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Licenciada en Geografía e Historia. Ha cursado estudios de Filología Hispánica. Se ha desarrollado profesionalmente en la enseñanza primaria durante diez años y profesora de Lengua y Literatura en institutos de enseñanza secundaria durante veinticuatro. Ha sido ganadora y finalista en varios concursos de minificción. Ha participado en diversos medios de difusión de la ficción breve, entre los que destacan La Marina, taller de minificciones de la editorial mexicana Ficticia. Administra el blog de microrrelatos Pativanesca (http://pativanesca.blogspot.com).

Clausura

Sor Josefina Ndongo era la novicia más alegre del convento de la Piedad. Sus trinos y arpegios luminosos reverberaban en las columnas salomónicas de la capilla. Solo la madre superiora, atenta siempre a su rebaño, advertía que, tras las doradas rejas del coro, la tez oscura de la novicia viraba al amarillo canario mientras la cara y las manos se le iban cubriendo de plumas.

Pórfida, la inalterable

Todo en Pórfida está pensado para permanecer, desde los profundos cimientos que la sustentan hasta las columnas de basas macizas, los arquitrabes y los frontones de sus casas, construidas con los mármoles, calizas y granitos más densos y resistentes. Sus habitantes se mueven de forma cadenciosa, como si en cualquier momento un escultor fuera a cincelarlos en mármol, y suelen permanecer en silencio. Cuando tienen necesidad de comunicarse lo hacen de forma breve, en sentencias que bien pudieran grabarse en letras de oro sobre lápidas de basalto. Solo al morir, enterrados bajo estelas funerarias que recuerdan sus nombres y enumeran sus actos, por nimios que fueran, abandonan su batalla contra la desmemoria. Es por esto que entre los muros de los cementerios de Pórfida hay un resonar de cancioncillas de moda, un ir y venir de cotilleos intrascendentes, un murmullo de risas provocadas por chistes y chascarrillos. Libres del decoro que constriñó sus vidas, los difuntos disfrutan así de la banalidad que les concede la muerte.

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