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Formando equipos para inteligencia de negocios

Formas de trabajar

Formando equipos para Inteligencia de Negocios.

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¿Es suficiente una disposición o pesa más la convicción?

Por: Gustavo Feican

¿Qué es más importante? ¿contar con un equipo de trabajo ó contar con un equipo comprometido de trabajo?, ¿Cuál equipo elegirías tú?: ¿El equipo obligado a hacer algo por disposiciones de los altos jefes ó el equipo en donde las verdaderas convicciones de cada miembro, ese ánimo de salir de la zona de confort, ese entusiasmo de lograr cosas nuevas por sí mismo, por una institución, por una sociedad y por el mundo en sí, sea lo que le caracterice?

Los grandes logros comienzan cuando nos auto motivamos, cuando nos motivamos y cuando decidimos que es el momento de generar valor y de dejar de hacer lo mismo siempre con tal de evitar contratiempos en el medio en el que nos desenvolvemos, cuando decidimos servir y dejar de ser serviles.

Les pregunto: ¿De qué sirve tener un equipo de trabajo en donde no hay generación de valor ni mejora continua sino simplemente existe la costumbre de seguir dando la vuelta en la misma ruleta? ¿De qué sirve contar con un equipo de trabajo que ovaciona a un jefe porque les da gusto en todo o porque el jefe evita hacer cosas nuevas con tal de no incomodarlos con tal de no perder el puesto? Les invito a reflexionar… ¿eso es un equipo de trabajo comprometido o solo un grupo de personas que son parte de un equipo de trabajo? En estos casi 18 años de interactuar como un miembro más o siendo responsable de equipos de trabajo, me ha dejado muchas lecciones. Posiblemente la más importante es que los equipos de trabajo no operan bien por disposiciones, sino por propias convicciones.

Interactuando con colegas, a veces se menciona que tiene mucho que ver el cómo los verdaderos líderes logran el compromiso de la gente; pues así es, pero también debemos pensar que tanto en las empresas privadas como públicas pueden influenciar negativamente muchísimos intereses como compadrazgos, afinidad política, revanchismos, malos entendidos, disconformidad con el norte estratégico a seguir, entre otras cosas, puede surgir aquella frase que dice: “no hay más necio, que el que no quiere hacer”. En fin, lo importante es saber canalizar todos los esfuerzos de la gente de la mejor manera pero apuntando al objetivo, a ese horizonte al que debemos llegar, más no apuntar a ningún tipo de interés que muchas de las veces por dar gusto, por conservar el puesto, podemos fracasar a mediano o largo plazo, convirtiendo toda la ruta del “liderazgo”, en un liderazgo y en un equipo mediocre.

Entonces: ¿me disgusto con la gente para que haga las cosas? No es cuestión de disgustarse con la gente, sino es cuestión de cumplir ese norte para el

cual nos han confiado nuestro trabajo, nuestra responsabilidad o nuestro liderazgo, no manipulando, sino brindando el protagonismo que se merece la gente para que vean el papel importante que cumplen en el medio en el que están desenvolviéndose.

Pero bueno; ¿por qué enfocarnos en esta ocasión particularmente hacia la formación de equipos de Inteligencia de Negocios? Alguien de ustedes podría decir: pero, los cimientos de formación de equipos son los mismos; efectivamente. Pero, cuando hacemos referencia a equipos de Inteligencia de Negocio, a equipos en donde su formación y experiencia debe ser multidisciplinaria, estamos hablando de un grupo de personas que a más de comprometidas, con decisión de formación académica continua, deben tener una visión de gestión del cambio individual y colectivo, una visión de que la Inteligencia de Negocios es una disruptiva tecnológica de la transformación digital y que por ende demandará una nueva filosofía de trabajar, una nueva filosofía de ver las cosas. Entonces, no es cuestión de disposiciones para que participen las personas, insisto e insistiré, es cuestión de convicciones. Les cuento una historia muy corta:

En una empresa, trabajaban unas personas que quería sembrar la Inteligencia de Negocios y analítica de datos por medio de un proyecto, paralelamente también motivaban para formar un equipo de trabajo continuo en este campo, pues pretendían iniciar una disruptiva tecnológica por el bien institucional, para fortalecer la toma de decisiones integral en base a los lineamientos estratégicos y explotando los datos de la empresa. Desgraciadamente, no se veía la verdadera importancia de iniciar este camino. Inclusive, personal Directivo no veía la necesidad impulsar enteramente el proyecto y paralelamente ir formando un equipo de trabajo permanente, se generaban malos entendidos, se pensaba que por parte de las personas que promovía esta nueva filosofía de trabajo, existía algún tipo de interés, entre otras cosas. Pasaron muchos meses; el proyecto ya había tomado forma y fuerza; gracias a uno de los Directivos se logró exponer los avances a Gerencia General; la autoridad se interesó, comprendió la magnitud, felicitó a las personas de ese entonces (un equipo temporal de proyecto a medio tiempo) e indicó su interés para seguir promoviendolo, sin embargo, meses después, el Gerente salió de la empresa. Si bien ya se tenían buenos resultados, se perdió la continuidad por la falta de visión de algunos Directivos. El proyecto se cerró y todo llegó hasta allí.

Pasaron algunos meses y se presentaron cambios de Directivos; de una conversación entre una de las personas que participó en este proyecto con uno de los nuevos Directivos (simplemente se hizo mención al proyecto más no era el fin de la conversación), el Directivo se interesó completamente y planteó su interés para dar continuidad.

A partir de ese momento, las cosas tomaron fuerza, se juntaron las personas que inicialmente arrancaron y las autoridades les proporcionaron un equipo de trabajo a medio tiempo nuevamente, pero… esto no dio los resultados esperados. Se requería un equipo a tiempo completo.

El equipo a medio tiempo fue modificado en varias ocasiones debido a cambios de área de los empleados, por atención a temas de mayor prioridad; ¿qué provocó todo esto? En primera instancia, por más de que los miembros de los equipos tenían la buena intención de apoyar como equipo de Inteligencia de Negocios, no podían comprometerse de lleno con los resultados que se esperaban debido a las actividades de su día a día.

Sin embargo, luego de explicar poco a poco a algunos Directivos la situación, se logró escalar nuevamente a Gerencia General, autoridad que comprendió y concretó reuniones con todo el equipo Directivo, brindando así un apoyo absoluto. Con el visto bueno del Gerente, los Directivos sugirieron

nombres de personas que podrían ser parte del equipo permanente y más que nada, que tuvieran la voluntad de apoyar, no basados en una disposición, sino por sus propias convicciones.

El día de hoy, se cuenta con un equipo permanente, no por disposición sino por convicción, que tiene formación académica continua y ya está presentando resultados; se trata de un grupo de personas con un verdadero espíritu de equipo, que va más allá de disposiciones, sino de una voluntad por lograr algo nuevo, por romper el mito de que el cielo es el límite, de demostrar que las cosas son posibles con decisión, perseverancia y especialmente con el ánimo de que no existe el momento preciso para lograr algo, de que no es cuestión solo de estar preparados, sino de dar el primer paso para salir de una zona de confort hacia una nueva filosofía de trabajo como lo es el volcarse hacia el mundo maravilloso de la Inteligencia de Negocios.

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