Editorial
¿Llegaré?... . Definitivamente si, ¡llegaré!. Es la determinación que movió a Miguel Strogoff en la novela homónima de Julio Verne, y es el mismo ímpetu que impulsa para realizar un análisis completo del código nacional de procedimientos civiles y familiares.
El trayecto, la elaboración del análisis, es complicado, pero el retorno o la relectura del trabajo terminado, sin duda, será placentero. Así fue en la novela y así será en el análisis.
La novela Miguel Strogoff describe el periplo de un personaje encargado de llevar, desde Moscú a la remota ciudad Irkutsk en Siberia, un mensaje del zar de Rusia al Gran Duque, advirtiéndole de la amenaza de una invasión tártara lidereada por un traidor ruso.
Al comienzo de su viaje, Miguel conoce a Nadia Fedor, una joven que también se dirige a Irkutsk para encontrar a su padre exiliado. Miguel decide ayudarla, y ella se convierte en su compañera leal a lo largo del viaje.
En la travesía, el traidor ruso Iván Ogareff, lidereando a los tártaros contra el zar, encuentra y captura a Miguel quemándole los ojos con una espada caliente, con el propósito de dejarlo ciego.
Pero no logró su objetivo ya que la madre de Miguel, presente en ese momento, se niega a revelar la identidad y encomienda de su hijo. Acto materno que provocó el llanto discreto de Miguel y las lágrimas protegieron sus córneas.
Temporalmente no pudo ver y su acompañante lo guio para cumplir su misión, topándose otra vez con Iván quien creía que estaba ciego por lo que lo atacó, pero Miguel evadió las embestidas, podía ver y lo venció.
Al final, el protagonista entregó la carta al Gran Duque, advirtiéndole de la invasión tártara y la traición de Iván Ogareff.
La revista Pensamientos de derecho civil y procesal civil que tiene la misión de analizar íntegramente el código nacional de procedimientos civiles y familiares, va en la segunda parte de un largo trayecto cuesta arriba.
Marfa, madre de Miguel, que también fue capturada por los tártaros, es testigo del momento en que le queman los ojos y, pese a su desesperación, se mantuvo en silencio, en un acto de protección materna, lo que viene a cuenta en el mes de mayo, que corresponde la publicación de la revista, ya que convoca hablar de las madres como la figura guardiana de sus hijos, de todos y por todo.
Precisamente, un aura protectora, impregna al código nacional de procedimientos civiles y familiares en diversas situaciones jurídicas. En el contexto de la restitución de niñas, niños y adolescentes, se le otorga el derecho de presentar solicitudes (artículo 631 del CNPCF). Mientras, en temas de representación en juicios, herencias y elección de jurisdicción, la madre es considerada la representante natural de sus hijos
(artículo 695 del CNPCF). Además, en asuntos de competencia jurisdiccional, se le reconoce su poder de influencia (artículo 1117 de CNPCF) y por supuesto que existen casos de excepción, en los que hay problemas entre la madre y su hijo, en cuyo caso se deberá designar un tutor especial (artículo 733 el CNPCF).
Referencias que enfatizan la importancia de la figura materna no solo como cuidadora, sino también como un agente legal esencial que, por regla general, actúa en el mejor interés de sus hijos.
Concretamente en esta revista se abordan los temas relativos a: competencia, etapa postulatoria, medios preparatorios a juicio, emplazamiento, notificaciones y procedimientos extrajudiciales.
El camino recién comienza y el mes de mayo, con la conmemoración del día de la madre, lanza una inspiración para no claudicar en la travesía y, sin duda, ¡llegaremos!.
Juez Dr. Jur. Gilberto Martiñón Cano
Titular de la unidad académica de investigaciones jurídicas