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Puentes por visitar y cruzar una vez en la vida
Los puentes son una mezcla de arquitectura e ingeniería, pueden ser pasarelas livianas que parecen flotar en el aire o macizos como las rocas
Estas obras son símbolo de unión y avance. Son visitas imprescindibles en las guías y en escapadas viajeras
PORTAVOZ / STAFF
Los puentes son una mezcla de arquitectura e ingeniería, pueden ser pasarelas livianas que parecen flotar en el aire o macizos como las rocas. Los hay que son testigos pétreos de la historia de los lugares donde fueron erigidos o virguerías tecnológicas. En definitiva, todos son obras del hombre que con el paso del tiempo se han convertido en iconos viajeros.
PUENTE ROMANO DE CÓRDOBA: TESTIGO DE LA HISTORIA
Sobre el río Guadalquivir se extiende este puente de dieciséis arcos que data del siglo I d.C y fue el único punto de acceso a la ciudad durante mucho tiempo. Con arcos y cimientos romanos, une el barrio del Campo de la Verdad con el casco Viejo, dominado por la mezquita-catedral cordobesa. Fue el único con que contó la ciudad durante veinte siglos, hasta la construcción del puente de San Rafael a mediados del siglo XX.
PONTE VECCHIO: VIVIENDO SOBRE EL PUENTE
Las mejores fotos del emblemático puente medieval florentino se obtienen desde el paseo Lugarno. Edificado en 1345 en el punto más estrecho del río Arno, este puente tiene cuatro pisos hoy ocupados por viviendas y un pasillo superior, el Corredor Vasariano, que utilizaban los Médicis para caminar sin ser vistos, y hoy alberga orfebrerías y tiendas de regalos.
PUENTE DE BROOKLYN, EL CINEMATOGRÁFICO

Cruzar este puente que une el barrio de Brooklyn con el Downtown de Manhattan es uno de los rituales de cualquier visita a Nueva York. Construido en 1883, fue el puente colgante más largo del mundo, con una distancia entre pilares de casi 500 metros y una longitud total de 1.825. Su construcción se prolongó durante trece 13 años. Su silueta es reconocible por mucho que no se haya visitado, ya que es el puente que mejor queda frente a las cámaras: Taxi Driver, Esencia de mujer, Algo para recordar, Érase una vez en América, Los caballeros las prefieren rubias, Arsénico por compasión, Un día en Nueva York, la lista es más larga casi que el propio puente...
GOLDEN GATE, EL ÍCONO DE SAN FRANCISCO

Desde los miradores de North y South Point se puede contemplar la envergadura de este puente colgante construido entre 1933 y 1937, el grosor de sus cables y la majestuosidad de sus dos torres de 227 metros de altura. Con una longitud aproximada de 1.280 metros cruza la bahía de San Francisco. Su cons- trucción fue un hito en la ingeniería de la época. No se pintó de rojo por una excentricidad, sino para protegerlo de la oxidación. Es querido en la ciudad, pero eso no ha sido problema para que lo hayan intentado destruir varias veces en el cine: lo zarandea Magneto en X-Men: La batalla final, lo destruye Godzilla y Monstruos vs. Alienígenas acaba viniéndose abajo.
PUENTE DE RIALTO: ARTE PÉTREO
El más antiguo de los puentes que cruzan el Gran Canal de Venecia fue hasta el siglo XIX el único de la ciudad. Se erigió entre 1588 y 1591 con un diseño del arquitecto Antonio da Ponte para sustituir al anterior puente de madera.
