2018
FIRST TITLE (P.06)
ANOTHER TITLE (P.08)
YOUR TITLE (P.14)
GO TITLE FIVE (P.18)
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
inus. Luptin esequ.
inus. Luptin esequ.
inus. Alitatur aut.
inus. Alitatur aut vole.
STAFF BÁRBARA CARVACHO EDITORA
MANUEL SILVA PERIODISTA
JAVIERA TAPIA DIRECTORA
GERTY OYARCE PERIODISTA
JUANJO LLANO PERIODISTA
JOAQUÍN CABELLO FOTÓGRAFO
ALEX MIRANDA PERIODISTA
DANIEL HERNÁNDEZ ESCRITOR
BAYRON RÍOS PERIODISTA
NICOLE IBARRA FOTÓGRAFA
TAMARA SMITS PERIODISTA
MAIRA TRONCOSO FOTÓGRAFA
SEBASTIÁN RIVERA PERIODISTA
DIEGO ARMIJO ESCRITOR
KARLA SÁNCHEZ FOTÓGRAFA
POTQ MAGAZINE - 2018
4
DESTACADOS DEL 2018
P.6 REUNIÓN DE PAUTA
P.116
P6
DISCOS DEL AÑO
P.160
5
2018 - POTQ MAGAZINE
EDITORIA L
POTQ Magazine nació el junio del 2005. En esa fecha, yo tenía diecisiete años e internet era lo que me proveía de cultura. Era la herramienta con la que yo podía sentirme parte de un contexto mayor al de mi realidad más inmediata, fuera de la burbuja del colegio y de mi casa. Desde POTQ Magazine bajé discos cuando estaba alojado en Blogspot. También bajé conciertos. Esos que me imaginaba que algún día podría ver en vivo y en directo, pero que hasta ese momento, nunca imaginé poder escribir sobre ellos. Con el paso del tiempo he podido poner palabras a sensaciones personales que en esos momentos no sabía cómo describir y también documentar fenómenos colectivos que he sentido como urgentes. En el camino, he tenido la dicha de no hacerlo sola, sino siendo parte de un equipo que se ha construido de manera orgánica, a través de las mismas prioridades: a todos nos urge la idea de crear un archivo, pero no uno atemporal. Por el contrario, muy enraizado en su contexto. En las pautas, siempre terminamos dando vueltas a la misma idea. “¿Con qué se va a encontrar alguien del 2145 que quiera saber qué es lo que estaba pasando con la música en Chile en el 2018? Es desde esa pregunta que nace siempre nuestro trabajo y, por supuesto, este especial de fin de año. Nace desde esa urgencia y también desde la precariedad. La precariedad de los medios y —más aún— de los independientes y especializados en música. Nace desde esa exigencia autoimpuesta de querer hablar sobre música sin obviar que ella está inserta en un tubo de ensayo, revuelta con miles de variables que le hacen ser lo que es. No queríamos comenzar de lleno el año sin entregar el especial del 2018. Pero uno más cerca de lo que siempre quisimos hacer, de lo que nos hemos imaginado. Es por eso también que sacrificamos la inmediatez que exige internet, para preparar algo que nos hiciera sentir que abrazamos esa idea que nos mueve: que la música es el registro de nuestras vidas y, como tal, es amplia, diversa, llena de preguntas y de respuestas que llegan a tiempo, otras veces tarde o que incluso cambian con el tiempo. Pero lo importante, lo que queda, es que se hicieron y se registró.
En este especial, entonces, se develan muchas ideas y preguntas. También sentimientos. Quedan expuestas nuestras urgencias, rabias, ansiedades y encandilamientos. Pero también queda patente nuestro entusiasmo a la hora de introducirnos en espacios que no conocíamos. Un ejemplo de eso es la felicidad con la que recibimos los artículos de kpop de Gerty Oyarce, que nos dejaron a todos los que los leímos con ganas de querer aprender (y escuchar más). También está la decepción de sentir que casi todo se sigue haciendo de la misma forma, que el pueblo chico es un infierno grande y que está coartando muchas veces la creatividad. Que en el 2018 hubo buenos discos locales, pero que no se articuló ningún relato colectivo, por el contrario, brillaron como esfuerzos individuales. Y ese sentimiento se nos mezcla al mismo tiempo con un poco de esperanza al ver nuevos códigos alzándose, como la propuesta de Gianluca, la explosión de Paloma Mami y Princesa Alba tapándole la boca a todos los que pensaron que era solo un viral de internet. Son casi doscientas páginas que contienen mucho de nosotros. Pero ese nosotros no se completa sin el ustedes y es por eso que esperamos que disfruten de este especial. Que sigamos conversando, discutiendo y debatiendo sobre lo que pasa en la música. Ojalá, también, que nos sigamos encontrando —y desencontrando— por muchos años más.
Javiera Tapia
ARTÍCULO - FEBRERO 2018
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EL 2008 ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA: 10 DISCOS QUE CUMPLEN 10 AÑOS Por Bárbara Carvacho
Ya pasaron diez años. Toda una década. Aquí van diez álbumes que significaron algo durante su estreno, y que lograron convertirse en relevantes para todos los días que vinieron después. Una mirada al pasado para ver en qué estado estaba la música por esos días de María Música y sus jarrones de agua, y por qué no, para sentirte un poco más viejo también. La lista es larga, y podría ser eterna, pero ha sido curada con la intención de destacar a aquellos que se atrevieron, dejaron huella en nosotros y/o lograron pegar tanto, que aún suenan en las selecciones de las plataformas de reproducción digital. Eventualmente, podemos tener una segunda parte. El 2008 fue un buen año.
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FEBRERO 2018 - ARTÍCULO
David Byrne & Brian Eno Everything That Happens Will Happen Today
Flying Lotus Los Angeles
Una de las mejores colaboraciones del último tiempo. David siendo peculiarmente adorable con sus vocales y líricas, mientras que Eno rescata sus raíces. Sin mucha pretensión, este disco, que fusiona a uno de los genios de la producción con el líder de Talking Heads, logra un disfrute digno de los nombres presentados. Cada escucha lo convierte en un mejor trabajo. Es disfrutable y modesto, y cada músico tiene el espacio suficiente para demostrar por qué, después de tanta vigencia, pueden llegar a lanzar material sin rotulación espacial aparente. No vamos a ponernos a comparar este trabajo en dupla con el que hizo Byrne junto a Annie Clark, otro placer en otros niveles y en otros años, pero sin duda, es una de las mejores pasadas colaborativas del cantante. Y bueno, para que hablar de Brian, siempre en punto, retomando la conversación con un amigo, como si los ochentas nunca se hubiesen ido.
El segundo disco. Hablemos de hip hop, de experimentar, de downtempo y de música para bailar inteligente. En tiempos de sonidos urbanos bajo la etiqueta indie, Steven Ellison se llevó todas las flores. Los Angeles es el disco en el que Flying Lotus pulió su viaje, limpió texturas y aprovechó la tecnología al máximo para retratar tanto el dolor como el placer de la experiencia. Los innovadores sonidos se pierden en el amplio aire mientras se transforman en esenciales para el futuro, tanto de la música como de su carrera. Complejo, creativo, perceptivo, arriesgado. El álbum que lo transformó en el master de su escena. Un exquisito de la electrónica en manos de un productor y artista que grita J Dilla y Madlib en cada paso. Un viaje seguro de 17 tracks que no dejan escapatoria para el fenómeno FlyLo.
Vivian Girls Vivian Girls
Jirafa Ardiendo Pulmonía
En tiempos de hype inexplicable, Cassie Ramone, Katy Goodman y Frankie Rose agotaron su debut en diez días con mucho más mérito que sus contemporáneos. El trío de artistas logró conquistar a los críticos y a la exquisita base underground de Nueva York, que no demoró en elevar a la banda a categoría de los imperdibles de hace una década atrás. No disfrutar del homónimo es, simplemente, ser un río de prejuicios, porque los diez tracks que trae el disco logran reproducir complejas ideas y emociones con una pasada simple de sonidos. Es una cachetada de fuerza, de ganas de gritar con euforia lo que quieres hacer y cómo lo quieres hacer. Con tantas ganas que aún siguen retumbando en el cielo del garage con tracks increíbles como ‘Tell the World’.
Trombón, theremin, trompeta, sitar, chin-chin, Javiera Parra, Felipe Cadenasso, Manuel García y hasta Claudio Narea, tiene Pulmonía, el disco de Jirafa Ardiendo que deslumbró durante el 2008. Tras una larga pausa en la historia de estos serenenses ganadores de concursos de televisión y teloneos a trasandinos como Juana La Loca y Babasónicos, llega el vistoso álbum de una hora exacta de duración que demuestra el amplio abanico sonoro que los músicos tenían en el bolsillo. Giras por Europa y el cierre de un ciclo de duración de una década, fue lo que dejó este trabajo que aún tiene a sus seguidores pegados con temas como ‘La Tierra es Plana’, ‘Frágil’ y ‘Sólo Para Desentendidos’. Un ya clásico nacional, a manos de una banda que se ganó su espacio a punta de talento y espíritu busquilla. La eterna pulmonía de Jirafa Ardiendo.
ARTÍCULO - FEBRERO 2018
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Fleet Foxes Fleet Foxes
“Un hito en la historia de la música americana”, dice The Guardian sobre el debut de Fleet Foxes. Un clásico automático. No es fácil encontrar un disco redondo, de esos que te tienen con cara de aprobación track tras track. Eso pasa con este. Para muchos una obra maestra llena de piezas increíbles por sí solas, que en conjunto logran introducir a la agrupación y dejarla para siempre plasmada en tu cabeza. Calidad y armonía difícil de encontrar, pero que los músicos presentan en cada una de las canciones que conforman la entrega. El comienzo de un camino brillante, que parte con una base bien pavimentada para seguir a paso seguro. Un poquito de folk, un poco de pop más playero, también rock clásico y hasta el country americano de los años pasados y dorados. Un disco que sorprende al veinteañero, a los padres de éste y hasta a los mayores: todos hipnotizados por igual con esta gama sonora que, con diez años bajo el puente, ya puede ser catalogado como un clásico indiscutible.
Teleradio Donoso Bailar y Llorar
Diez canciones producidas por Alex Anwandter, quien hoy mira el pop desde las alturas. El último disco de los chilenos pasó a la historia del sonido bailable con canciones como ‘Amar en el Campo’, ‘Sed de Mal’ y la que le da el nombre al segundo trabajo de la desintegrada banda. Baile y llanto, juntos y revueltos en esta entrega que deja a ambas acciones con la misma validez, y que logra combinar la desesperanza con la necesidad de expresión corporal como si nada. Un imperdible de nuestra historia reciente que sirve para entender los primeros pasos en pañales de Anwandter, y el por qué del género en nuestro país. A veces sólo nos queda bailar, y la agrupación que terminó antes de lo que muchos esperábamos, plantó la bandera de la lucha bailable en este álbum difícil de obviar.
Beach House Devotion
Los segundos discos son complicados. Los artistas se enfrentan a un montón de prejuicios, a la disyuntiva de seguir el camino que les trajo buenas frutas o a cambiarlo rotundamente para poder prender más que con la primera placa. El 26 de febrero del 2008, Beach House lanzó Devotion, sucesor al homónimo del 2006. Once canciones que terminaron por convencer a los más duros: el dúo americano de pop soñador no fue un tiro al aire con suerte; más bien fueron el riesgo entre Mazzy Star y Slowdive, con toda esa vibra fúnebre que, a veces, acompaña al amor. Una de las guitarras más expresivas que le hemos escuchado a Alex Scally y los apurados teclados de Legrand que transforman todo lo que canta en devoción. Encantador, como si se trataran de baladas de tiempos pasados. Podemos apostar que ‘Heart of Chambers’ sigue acompañando a muchos, porque diez años, al final, no son tanto.
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Vampire Weekend Vampire Weekend
Otro debut. Uno que llegó a la lista de los mejores de la década de la Rolling Stone. Vampire Weekend es diversión y pluralidad, y en el homónimo no tardamos más de un par de minutos para entender por qué Vampire Weekend aún es una banda que puede sostenerse gracias a este exquisito disco. Indie, pop, un poco de funk, y mucha diversión en este álbum, que en cuanto termina te deja con ganas de volver a darle play para repasar los estados que dejan canciones como ‘Oxford Comma’, ‘A-Punk’ o ‘I Stand Corrected’. Es fresco, pero de verdad, porque aún hoy, diez años después, deja con esa sensación de novedad. Juguetón y lleno de emociones, de momentos cálidos nacidos de buenas ideas. Ideal para el verano, para el invierno, para la tristeza y el goce.
Hercules & Love Affair Hercules & Love Affair
El 2008 fue un buen año para el disco-dancing con representantes como Cut Copy con In Ghost Colours, y Hot Chip con el eterno Made in the Dark. Pero si hay un disco nocturno que logró obviar los rankings y seguir sonando diez años después, es el debut de Hercules and Love Affair. Es una postal de la emoción humana de principio a fin, sin dejar de lado ningún posible estado nacido en la pista de baile. Estimula la oreja tanto como ese pie que se mueve lo quieras o no. Pegajoso, sabroso, la fiesta con nombre y apellido en un álbum que brilla aún más que la misma carrera de Andy Butler. Canciones impecables, secuencias soñadas, una producción que vive por la calidad sin olvidar la melancolía y la generosidad que nace en el ritual de la fiesta. Sin duda, una de las pasadas más originales y refrescantes de la electrónica con guiños al pasado disco de Estados Unidos, que hasta el día de hoy sigue regresando con ‘Blind’ o ‘Iris’: a esta altura, sandías caladas imperdibles para cualquier matrimonio, cumpleaños o festival al aire libre.
Titus Andronicus The Airing of Grievances
Cuando el punk se junta con el lo-fi y el shoegaze sale algo así como Titus Andronicus, banda americana que durante el 2008 presentaba su debut bajo el nombre de The Airing of Grievances. La entrega es todo y nada, como la vida misma. La tragedia y el goce de estar vivo, la tragedia y el goce de morir, todo en nuestro mundo, ese oscuro mundo que la banda logra plasmar sin ser la típica agrupación ruidosa digna de olvidar. Si hay alguien que merece más créditos de los recibidos en los últimos diez años, es Patrick Stickles, chiquillo que logra escupir cómo todo está mal pero termina por hacerlo sonar con una potencia que te hace creer que, realmente, todo está bien. Para muchos, la patada en la cara que necesitaba ese ya aletargado indierock. Inteligente, muy clever para pertenecer a la cuneta y muy sucio para llegar a Billboard. Sin duda The Airing of Grievances es un respiro entre el emo perdido y el indie pasivo. Los gritos perfectos que diez años después siguen peleando por su reconocimiento.
ENTREVISTA - MARZO 2018
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MARCEL DUCHAMP ESTE SISTEMA DE MIERDA NOS CAGÓ LA VIDA El grupo chileno anunció un receso indefinido, después de 18 años de trayectoria. Conversamos con la banda sobre su trayectoria y sus últimos pasos, que incluyen un nuevo disco. Texto Pablo Espinosa Fotos Ricardo Pérez
La canción ‘Silencio’, del disco Buscando la luz de topos (2002), resume en treinta segundos el pensamiento del grupo Marcel Duchamp: “este sistema de mierda nos cagó la vida. Hace pedazos los sueños, roba el amor, llena de odio e impotencia porque siempre nos sentimos solos y pobres”. ¿Qué hacer ante este miserable escenario? No guardar silencio. Marcel Duchamp ha tocado por 18 años y ha editado un total de tres discos de larga duración, más algunos splits y demos. El primer álbum de la banda es del año 2000. Se llama Marcel Duchamp Experience. Fue grabado con bajo y batería. No tiene letras, solo gritos. La canción más larga dura 50 segundos y la más corta, 18. Eran entonces Joaquín Contreras, en bajo y voz, y Francisco Morales, en batería. Uno de sus referentes más claros parece haber sido el grupo de hardcore/
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jazz Naked City, liderado por John Zorn. Luego sumaron al guitarrista Rodrigo Robles, agregaron letras y grabaron un split con Redención 911 (2001) y su primer larga duración, Buscando luz de topos (2002), que fueron dando forma a su particular sonido. Marcel Duchamp experimenta con el género grindcore, nacido del punk. Las canciones, aceleradísimas, cambian de ritmo, se detienen o se desarman. Algo coherente con su nombre, tomado del artista francés Marcel Duchamp, un miembro de movimiento dadaísta, que dejó entrar al azar y a la improvisación a la creación artística. Este sonido experimental fue evolucionando en nuevos splits (con Disexión y Biófilo Panclasta) y los discos Contra nosotros mismos (2006), La vida de las personas (2015) y Demo (2017), en los que Jaime Valderrama reemplazó a Robles en la guitarra. De los discos de Marcel Duchamp hay que agregar algo sobre el diseño. Siempre son objetos para atesorar. Se nota la mano de Joaquín Contreras, que es también tipógrafo y diseñador, parte de Estudio Navaja. Vale la pena tener los físicos, además, para leer las letras escritas por Contreras con detención. Son letras críticas y directas. Algunas de sus influencias literarias están en la canción ‘Lanzallamas’, de La vida de las personas: De Rokha, Droguett, Bolaño, Debord, Rojas, Zarzan, Penny Rimbaud y Gonzalo Millán. Poetas, escritores y punks. Joaquín Contreras y la banda -que sumó recientemente a Eduardo Rivera como guitarrista- contesta: —¿De qué hablan las letras de Marcel Duchamp? En general están cruzadas por la decepción y la rabia. En su gran mayoría las escribo de forma independiente de la música, pero pienso que no funcionan sin ella. Para mí significa un ejercicio de escritura para ser cantada, para gritarse; no es lo mismo leerlas. Sobre su contenido, obviamente son críticas acerca de la sociedad y llevan una carga de memoria histórica. Hay varias que hablan de la dictadura, otras de la situación laboral. La mayoría de la relación con el dinero y con el tiempo. Hay algunas nuevas que hablan sobre las tecnologías digitales, el lenguaje o el diseño de las ciudades. Así como en nuestro quehacer como banda buscamos una forma ética de trabajar o de relacionarnos como personas, las letras proyectan las reflexiones íntimas que nos llevan a eso. —Sobre la carga política. ¿Qué discos y libros han sido importantes para ustedes? Nuestra formación política es autodidacta. Hay más encuentros con personas que libros. Somos anticapitalistas y nuestra música intentamos hacerla sin olvidar nuestro origen marginal. Eso para mí es más que decir si somos de tal tendencia. El punk en sí mismo es una manera de formación política, directa y desde las bases populares. Como contenido
MARZO 2018 - ENTREVISTA
nos influye este mismo tipo de música: Crudos, Fun People, Crass, Fugazi, un largo etcétera. Pero quizás antes de eso sería Sol y Lluvia, Quelentaro, Victor Jara, Alfredo Zitarrosa, Facundo Cabral, incluso; la música que sonaba cuando éramos niños. Estamos en el punk y no solo por la música si no por lo que significa como comunidad, existe una gran red de personas relacionadas a la autogestión y al anarquismo que trabajan en la cultura y en muchas otras cosas. Con Marcel hemos viajado mucho dentro y fuera de Chile, casi siempre en contextos de autogestión de giras y tocatas. Nos hemos editado en sellos del mismo tipo y la mayoría de las relaciones con otras bandas y entre nosotros es horizontal: sin jefes ni empleados y sin una finalidad lucrativa. La autogestión para nosotros implica una red de personas en colaboración, independientes del estado y de las empresas privadas; en este caso sería de la industria musical, las productoras de eventos y la SCD. Sí hay un libro que todos en la banda leímos: Los Desposeídos, de Ursula K. Le Guin. Es ciencia ficción anarquista-feminista, hermoso y complejo. Además, hay tres editoriales que me gustan: Pepitas de Calabaza de España, Crimethinc de Estados Unidos y Nihil Obstat de Chile. Sus catálogos son muy interesantes. — Un epígrafe del poeta árabe Omar Khayyam se lee en el disco La vida de las personas: “La intemperie es paraíso suficiente”. La vida de las personas que se describe en ese disco es la vida en la ciudad, la vida laboral. Esa cita la consideramos pertinente por ser una valoración de
ENTREVISTA - MARZO 2018
la naturaleza, un encuentro con la vida que no es la de las personas. Usamos la metáfora del árbol en la carátula y en un tema (‘Niños árboles’) para hablar de lo qué se siente vivir como humano, educado, civilizado. Vivimos en espacios urbanos diseñados para el trabajo y el consumo. El habitar en cambio puede ser muy diverso, se puede vivir en comunión con el entorno. Los mitos sobre qué es la vida o cómo debe ser vivida, pueden y deben ser cuestionados. Los Mapuche defienden el paraíso, se dice. Nosotros estamos de su lado y de quienes defienden la tierra, aunque vivimos en la ciudad, conocemos la escuela, las iglesias, el trabajo, etcétera. Líricamente, en todo caso, las temáticas han ido cambiando. En Contra nosotros mismos hicimos un disco del mismo tipo de los anteriores, mucha autocrítica, dirigido directamente a los pares. En La vida de las personas todo se hizo más abstracto, lo relevante es principalmente lo laboral, el dinero, las relaciones. Aún estamos en esa crítica sobre la sociedad. —Un ejemplo de la autocrítica es a la escena punk nacional en la que se mueve Marcel Duchamp. La canción ‘Cliché’, del disco Contra nosotros mismos, dice: “Hablas de Chomsky, citas a Emma Goldman y no conoces ni tu junta vecinal. Hablamos de organización en serio (…) Que punk y revolución no sean solo palabras”. ¿Cuál es tu postura sobre la escena punk nacional? Ahora no tengo mucha opinión sobre la escena punk nacional. Ya pasamos a fijarnos en otras cosas. Antes pensaba que había mucho punk uniformado, repitiendo lo mismo entre los conocidos y que faltaba salir del círculo y pasar a la acción, influir a la sociedad. Eran otros tiempos, ese tema tiene más de diez años. Esa letra en todo caso es un chiste en sí mismo. Es un cliché en su sonido, estructura y letra. Está pensada como himno que irónicamente funcionó: es uno de los temas más populares, pero nosotros casi no lo tocamos en vivo. Hay temas que disfrutamos más. —¿Es posible desde el rock hacer una diferencia? Si la pregunta es sobre la posible influencia que pueda tener la música rock en la sociedad, creo que las dinámicas del capital han hecho de muchas bandas una empresa con objetivos. Esos objetivos casi siempre son comerciales o relacionados al ego o la autoexpresión, etc. Nosotros creemos que cada actividad humana puede pensarse y realizarse de maneras diferentes a las que propone el capitalismo, desde la música popular, desde la cultura, o desde el trabajo en general. Si nuestra u otra de nuestras bandas no genera plata, o si no salimos en los medios, nos da igual porque no buscamos eso. No tenemos objetivos, somos un grupo de amigos no más. Ya viajar a otros lugares y compartir la comida y techo con desconocidos (de los que nos hacemos amigos y compañeros) es suficiente. Para no separarnos nos seguimos viendo
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y juntando durante todo este tiempo, sin exigirnos mucho, ninguno paquea al resto ni presiona a los demás. Quizás el secreto para que una banda permanezca unida es no tener expectativas alucinadas y poner las energías en lo importante: transformar la vida, mejorar tu entorno, construir mejores relaciones de todo tipo.
El silencio Marcel Duchamp se disuelve indefinidamente porque un integrante de la banda dejará Chile. Pero hay material en preparación: dos documentales y un reportaje. “Nosotros no lo planeamos, más bien estamos colaborando en el trabajo que desarrollan. Nos han entrevistado y seguido con cámaras por años: el Cristian Vidal nos conoce de antes de que empezara la banda y el Ricardo Pérez hace casi tres años que viaja con nosotros y va a los ensayos. Susana Díaz, por otro lado, está preparando más bien un reportaje y tiene una parte en Super 8, en película de cine. Por ahora ninguno tiene fecha de estreno”. El documental de Ricardo Pérez se titula “Hasta que vivir valga la pena” y ya tiene un teaser circulando. Alcanzaron, además, a grabar un último disco antes de la disolución. “Se llama Sacrificio y está en el final de la mezcla. Lo lanzaremos en abril solo digital. La idea es luego sacarlo en vinilo. Son los temas que hemos hecho entre 2016 y 2017”.//
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MON LAFERTE LOLLAPALOOZA CHILE POR MAIRA TRONCOSO
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THURSDAY SLIM’S (SAN FRANCISCO) POR JOAQUÍN CABELLO
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ENTREVISTA - ABRIL 2018
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MOGWAI
“TRATAMOS DE EXPRESAR NUESTRAS IDEAS LO MEJOR QUE PODEMOS”
Si hay algo que Stuart Braithwaite puede hacer, es hablar. Mogwai es una banda con una historia digna de ser documentada, y tantas anécdotas que diez minutos de entrevista por teléfono no fueron suficientes para saciar toda la curiosidad que uno tiene por este grupo de escoceses. Por Alex Miranda
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La excusa de la entrevista fue que este 12 de mayo Mogwai tocará en el Festival Fauna Otoño. Esta vez, llegarán en una posición radicalmente distinta a la que tenían en su última visita a Chile, en 2014, cuando se presentaron en Fauna Primavera dentro de la gira de Rave Tapes. Ahora vienen con un miembro menos- John Cummings se fue de la banda en 2016y tres discos nuevos bajo el brazo -dos soundtracks y un LP-. Después de tres intentos de establecer la conexión telefónica, al fin se logra la comunicación. Al otro lado del teléfono está Stuart, con su voz buena onda, que esconde su acento escocés en el ruido de la conexión. —Encantado de conocerte— responde cuando me presento. —Esta sería la cuarta vez que vienen a Chile ¿Qué ha cambiado? ¿Qué podemos esperar? Estamos muy emocionados por ir a un lugar donde hemos pasado tan bonitos momentos. Chile siempre se ha portado muy bien con nosotros. Respecto a la diferencia con la vez anterior, diría que la experiencia será mucho más potente, para nosotros y esperamos que para el público igual. Además, escribir un setlist reuniendo las canciones (nuevas y antiguas) dentro del mismo es muy divertido. —¿Cómo fue grabar el nuevo disco Every Country’s Sun? Comenzamos a escribir algunas cosas por 2016. Nos lo tomamos más con calma, a diferencia de Rave Tapes (2014) en el que estuvimos más claros. En este disco nos dimos el tiempo para probar nuevos segmentos, nuevas opciones para las canciones. Lo que ha Stuart se le olvida mencionar, es que la grabación de este disco tiene un detalle especial: es la primera vez que graban con el productor Dave Fridmann en más de 15 años. Ya habían trabajado con él en Come On Die Young (1999) y Rock Action (2001). Además de agarrar sus maletas y grabar el disco en Nueva York, Estados Unidos, en vez de su natal Escocia, como lo venían haciendo. —¿Grabarlo en Nueva York ayudó en ese proceso? Por supuesto, después de mucho tiempo volvimos a grabar fuera de Escocia. El lugar era muy apartado, entonces no había mucho más que hacer que trabajar, nos ayudó a concentrarnos en ir más allá. Además, había mucho equipo de Mercury Rev y los Flaming Lips con los que pudimos jugar. Fue una experiencia maravillosa. El proceso ha funcionado mejor de lo esperado. Después de Rave Tapes crearon la banda sonora para el documental de 2015 de la BBC: Atomic, Living in Dread and Promise sobre distintos tópicos de la era nuclear. Un año después lanzaron el álbum con versiones re-arregladas del soundtrack, e hicieron
YOUR TITLE GO OVER HERE - SECTION
una gira tocando las canciones del disco mientras el documental era exhibido. Después se centraron en hacer la música de otro film: Before the Flood (2016), donde colaboraron con cuatro canciones para el soundtrack, las demás fueron compuestas por Trent Reznor, Atticus Ross y Gustavo Santaolalla. Every Country’s Sun (2017) extrañamente llegó como un cierre para este ciclo. Con una combinación de sus canciones explosivas y guitarreadas, con las más sintéticas y precisas. Por otro lado, en temas -como ‘aka 47’- se puede distinguir claramente el sonido de Before the Flood, haciendo de este disco una amalgama de estilos que nunca deja de sonar como Mogwai. —Entre Rave Tapes y Every Country’s Sun hay dos discos más que se suelen pasar por alto: Atomic (2016) y Before the Flood (2017), ambos bandas sonoras para diferentes proyectos documentales ¿Qué tanto de estos soundtracks se refleja en el nuevo álbum? Es solamente un avance natural. Tratamos de expresar nuestras ideas lo mejor que podemos. —Cuando estaban de gira presentando Atomic, tocando al mismo tiempo que pasaban el documental, terminaron tocando en Hiroshima. ¿Podrías contarnos un poco de ese momento? Fue muy intenso, muy emocionante. El documental trata sobre los peligros de la energía nuclear, entonces era más significativo. Además, el lugar para exponer el documental era demasiado pequeño, así que terminamos tocando detrás de la pantalla sin vernos, lo que hacía todo más extraño.//
ARTÍCULO - IN-EDIT CHILE 2018
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CINCO ELEGIDOS DE IN-EDIT CHILE 2018 ¡Una de las mejores semanas del año! Comienza una nueva edición de In-Edit Chile, el festival de cine y documental musical. Es primera vez que esta cita se desarrolla en otoño, durante trece años estuvimos acostumbrados a ir felices a pasar el calor de diciembre a las salas de cine y, como en otras temporadas, además de películas, habrán charlas y presentaciones especiales. Si tienes poco tiempo o no alcanzas a ver todas las películas que quisieras -suele suceder- acá te dejamos cinco nombres (elegidos por el staff de POTQ Magazine) que consideramos que pueden saciar tu apetito cinéfilo durante los próximos días.
Two Sevens Clash: Dread Meets Punk Rockers Con una nueva y controversial ley de migración a cuestas y un interés por “poner orden en la casa que compartimos” según el gobierno de turno, es necesario destacar este documental que muestra, a modo de imágenes en formato Super-8, cómo dos estilos musicales se confrontaron y se nutrieron gracias a un fenómeno migratorio: el de los rudies que en los setentas y tras la independencia de Jamaica, se trasladaron a Gran Bretaña en búsqueda de oportunidades. El interés por la música, la necesidad de expresarse y el querer buscar un espacio en la sociedad sería el punto de unión entre estos dos géneros con John Lydon, vocalista de Sex Pistols y su autor, Don Letts como puntas de lanzas. Letts, con ayuda de su cámara Super-8, registró esta cofradía que se dio en protestas, recitales y fiestas entre Rude Boys y Punks en los turbulentos setentas en Inglaterra. Sebastián Rivera
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IN-EDIT CHILE 2018 - ARTÍCULO
Liberation Day: el día en que occidente jugó con Corea del Norte
Grace Jones: Bloodlight and Bami
Basta con leer la sinopsis de Liberation Day para dar por hecho de que este tipo de historias son dignas de la pantalla grande. ¿Cómo fue que una banda como Laibach terminó llevando a cabo el primer concierto de “rock” de Corea del Norte? ¿Qué llevó a Kim Jong-Un a tomar esta decisión? Son preguntas que el relato audiovisual pretende develar, mostrando todo el proceso que conllevó la realización del primer espectáculo musical masivo del país en un largo tiempo, nación que, por lo demás, con el paso de los años pasó a estar en el ojo del huracán.
Hay pocos artistas que realmente merecen la etiqueta de icónicos. Pocos músicos que, en lugar de autoproclamarse algo, prefieren construirse a su pinta. Grace Jones es una de esas: mujer completa que tiene tanto para decir que ocupa cada centímetro de tela, maquillaje, movimiento, letra, desplante, gesto y look para expresarlo. Es actriz, cantante, modelo. Se desnuda, usa vestido y traje de dos piezas. Es tan femenina como masculina, y su arte ha vivido esa dualidad exquisita que no tiene espacio a la duda o los cuestionamientos básicos. Esclava del ritmo y creadora de él, la oriunda de Jamaica nos ha cautivado por décadas, y hoy, con 69 años sigue haciéndolo. El arte no sabe de edad y la performance tampoco.
La curiosidad es inherente al ser humano, no obstante, al conocer la ironía y exquisito sarcasmo con el que la banda eslovena interpreta sus canciones originales —mejor ni mencionemos a los extraños covers de temas pop de los 80’—, este factor comienza a tomar otros matices. De inmediato salta a la luz el videoclip de ‘Tanz Mit Laibach’, track que sólo nos muestra la figura de Milan Fras avanzando a paso militar hacia nuestra pantalla, con imágenes de fondo que no evocan otra cosa más que fascismo puro y duro, y encima, cantando en alemán. Nos podríamos dejar llevar por el prejuicio, pero algo más debe haber detrás de la extrañísima decisión de permitir que Laibach toque en Corea del Norte. Si bien las autoridades norcoreanas mutilaron buena parte del setlist que los eslovenos llevaban para el show realizado en 2015 —por motivos bastante evidentes—, vale la pena saber cómo fue que una de las bandas más provocadoras del último tiempo terminó tocando ante miles de personas, en un país que es conocido por controlar y censurar lo que se les venga en gana, sin que todo terminara en un desastre. Manuel Silva
Jones ha confesado que la performance es un espacio solitario. El inventarse y reinventarse cual camaleón puede ser un camino confuso y solo, y al parecer eso fue lo que logra retratar Sophie Fiennes en Grace Jones: Bloodlight and Bami. La directora estuvo diez años junto a la artista y logró capturarla como nunca pensamos verla: corriente, como una. Cuando el show no ha comenzado, es la misma Jones la que piensa y realiza su maquillaje, la que pelea por teléfono por acuerdos contractuales y la que afina los detalles de su traje. Bloodlight and Bami muestra el otro lado de la performance, ese de estar de jockey, a cara lavada, fumando pucho en tu casa natal. La de tomar vino de la botella en la terraza de tu infancia, y el apretarse bien para que toda la familia quepa en la mesa. Hemos visto tanto de Grace Jones, que lo único que nos falta por conocer es la parte más convencional de cada humano: las mañas por hambre, los vínculos personales y la visión de una mujer que hizo todo lo que se te pueda ocurrir, incluso ser hermana, hija y tía. Cambiar el taquillero Studio 54 por una iglesia es una de las tantas dualidades de la cantante, que no viene a darnos la mano para ir de paseo por su admirable carrera. Eso ya lo hemos visto, ahora falta la otra parte. Bárbara Carvacho
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ARTÍCULO - IN-EDIT CHILE 2018
Cuando respiro en tu boca: la creación de Peces
Chasing Trane: el documental de John Coltrane
La década de los noventas fue territorio fértil para la propagación de la música chilena. Tras el apagón cultural que significó la dictadura militar, la llegada de la democracia trajo consigo un despertar musical, que se manifestó de diversas formas siendo el Proyecto del Nuevo Rock Nacional de EMI, uno de los más visibles.
El Festival In-Edit tiene para todos los gustos: hay desde documentales que siguen la historia del artista de manera casi cronológica, algunas que hablan de un momento histórico o geográfico más que sobre un artista específico, y hay otras que hasta coquetean con la ficción sin dejar de ser un documental —te estoy mirando a ti 20.000 Days on Earth—.
En 1995 se editó Peces de Lucybell, uno de los discos más emblemáticos del proyecto y más representativos de la década. La realización de este trabajo es el foco central del documental Cuando Respiro en tu Boca de Carlos Moena, que retrata la odisea de un grupo de amigos que, sin saberlo, llegaron a grabar uno de los discos fundamentales de los últimos 25 años y que trazaría por siempre el camino de la banda.
Chasing Trane probablemente es de las primeras, por lo que sé y por lo que presenta el tráiler, es del año 2016 y se trata sobre un titán del jazz: John Coltrane. Grandes documentales han basado su éxito en la fórmula de personajes llenos de historias, y que una vez en pantalla estas son contadas de la manera más directa posible que te da el documental. Los documentales de años anteriores Mr Dynamite: The Rise of James Brown o George Harrison: Living in the Material World, son buenos ejemplos de eso. Y es que con personajes así, hay que ser realmente malo para arruinar las historias.
Este es uno de mis imperdibles de In-Edit 2018, porque me habría encantado tener mis dulces 28 durante esos años, ver como nacía y se expandía esa fuerza creativa musical que se manifestaba en la época, y que de cierta manera se refleja, cámara en mano, a lo largo del documental. Bayron Ríos
Eso es por lo que la espera por ver Chasing Trane es grande. Ya sea que haga un repaso obvio por su historia, ya la lista de entrevistados que muestra el tráiler es extraña. El mejor ejemplo es Bill Clinton que aparece hablando de lo bacán que era Coltrane. O un Carlos Santana diciendo que: “el sonido de John Coltrane re-arregla estructuras moleculares”. Son ese tipo de cosas raras las que hacen que a uno le den ganas de ir al cine. Lo único que podría arruinar este documental es que fuera excesivamente complaciente con Coltrane, que como todos sabemos, tenía sus matices. Algo así como lo fue Supersonic con Oasis, que no tocó nunca ninguno de las derrotas del grupo. Por lo demás, si Chasing Trane es la mitad de buena de lo que se ve en mi cabeza, será una forma genial de acercar al jazz a los que no lo conocen tanto y una forma aún mejor de conocer más al personaje del jazzista atormentado. Alex Miranda
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JAVIERA MENA
“A VECES DIGO TÍA, PERO TAMPOCO SOY ZAMORANO” Conversamos con Javiera Mena justo después de la salida de Espejo, su quinto disco y el primero al alero de un sello multinacional. También hablamos sobre producción, “la verdad”, vivir en veranos y más. Por Javiera Tapia
Es jueves 26 de abril y las luces de la sala central de NAVE se apagan. En el escenario, una banda mixta. De pronto se escucha un zumbido grave y se abre una compuerta. Lentamente aparecen luces y una silueta. Es Javiera Mena y nos presenta así -a periodistas, familia y amigos- su nuevo disco, con el pecho lleno de espejos. De pronto se encienden las luces y vemos que Nati de Amanitas está en el público y no en la batería. En cambio, ahí se encuentra Lego Moustache (Astro, Volta). Su banda en vivo cambió. ¿Por qué? Javiera responde. “Fue circunstancial la verdad. Yo necesitaba multinstrumentista y la Manu (también guitarrista en Amanitas) estaba más enfocada solo en las cuerdas. Yo con Valentín tocaba hace tiempo y al momento de pensar en alguien que hiciera eso, dije ‘obvio, Valentín’, y dije, ya bueno ya, si es hombre, da igual. Y con el Nico, que es el Lego, todo partió porque él es más que baterista, también esta cumpliendo el rol de director musical. Me di cuenta que con las promos no iba a tener el tiempo suficiente para armar todo el show, entonces, el me
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está ayudando a armar todo y me saque esa concepción un poco de solo mujeres arriba del escenario”. “Creo que esa fue una etapa súper buena. Hubo un momento muy importante, el Festival de Viña. Me hubiese gustado haber seguido trabajando así, pero se dio que en este momento fueron ellos, hombres que encuentro excelentes personas”, explica, mientras conversamos en una oficina de Sony en Santiago, días después de esa cita, en la que se celebraba la salida de su nuevo trabajo. —Ese día de la presentación de Espejo, en NAVE, Lego hizo unos arreglos en la batería con los que quebraba la velocidad de la canción. Fue diferente, pero sonó bacán. “Sí, hace unos arreglos medios dubstep y yo me río… como que sale otro lado y es bacán eso, no cerrarse tanto y soltar. Yo a veces digo como ‘nooo, tiene que ser igual’ y darle una nueva lectura me parece divertido, jugar un poco, no tomarse tan en serio el show en vivo. Cada uno puede aportar cosas y es bacán que se vayan para otros lados, es divertido, ellos están con más ganas y me termina gustando todo. Ese primer momento de ‘ohh le están metiendo una onda media hip hop aquí’. Yo los hueveo, que es como un lado más zorrón, ja, ja, ja”. —Muy hétero, ja, ja, ja. “Ja, ja, ja, ja, sí, es bacán, porque son prejuicios que uno tiene y al final funciona, ja, ja, ja”. —Las composiciones, letras y producción principal siempre son tuyas, pero en este trabajo igual decidiste trabajar con amigos. Por ejemplo, con Alizzz que también produjo a Dellafuente y a C. Tangana con Pional. ¿Qué crees que esto le aporta a tu trabajo? “Al Alizzz me acerqué porque -aunque me gusta mucho lo que hace a nivel urbano- yo buscaba de él el lado más electro. A él le encanta el house y tiene un EP que es muy de esa onda, onda future pop. Cuando me acerqué yo quería explotar ese lado de él, que lo tenía un poco abandonado por dedicar tiempo a trabajar en estas super producciones de millones de reproducciones. Entonces, para él también fue bueno que yo me acercara, fue como algo muy fresco para trabajar, porque estaba muy metido en lo urbano. Se dio todo super rápido, todo fue por un tubo. Tenemos las mismas influencias, a los dos nos encanta el sonido de Sophie, el house, entonces, fue mas que nada por ese lado y muy bien. Más allá de que él sea el super productor de moda en España ahora, no fue por eso que lo busqué, es porque el hueón es muy bueno, es demasiado bueno. Es un genio, la verdad y se puede adaptar a muchas cosas. Y le tiene un cariño especial al electro, que no es lo que está full de moda ahora y a él le gusta trabajarlo, se creó una empatía muy buena”.
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—Cuando lanzaste ’Dentro de ti’ y te entrevisté, hablamos de bajar las revoluciones y te comentaba que me daba la sensación de que estabas también jugando harto con el silencio. Escuchando Espejo, lo confirmo ¿cómo te acercaste a eso? Este disco es una combinación entre sonidos muy Mena, como los sintes y otros que son de pop muy actual. Es un disco muy de su contexto. “Sí, yo creo que esa cosa mía, del romanticismo de los análogos o de los vst que se parezcan a los análogos está ahí, pero también esas cosas mas modernas tienen que ver con Alizzz, con dejarme llevar por sus opiniones, porque a mí me cuesta un poco salirme de esta cosa media retro y creo que con él y con El Guincho solté. Tenía ganas de hacer algo diferente y eso también me llevó a proponer cosas más vacías, tenía ganas de vaciar, de usar el silencio, que es algo que también se está desarrollando. Los otros discos están llenos de capas, capaz uno no se da cuenta, pero hay muuuuuchas capas y sí, es un disco más vacío. Se dio así por las ganas que yo tenía y también por los productores con los que trabajé”. Por estos días, además de hacer promoción de su disco Espejo, Javiera se embarcará nuevamente hacia Europa, para realizar una serie de fechas en festivales de verano, aunque primero pasará por Brasil el 12 de mayo. Luego la ruta será llegar a España, para tocar en el Festival Tomavistas de Madrid, el 25. Un día después en Hirian By BBK Live de Bilbao y el 30 en Primavera Sound en Barcelona. En junio esto sigue, con una presentación el 2, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en Sevilla, 7 de junio en Londres, 8 en Berlín y el 9 en París. Finalmente, el 28 de julio vuelve al festival Low de Benidorm (España). —Siempre te mueves entre España y Chile. Vives en verano. Lo lograste. “Ja, ja, ja, sí, pero igual ahora quiero invierno. Me gustaría vivir un año entero, pero igual me gusta el verano. Es que me viene como una culpa. La maldita culpa, me voy, se quedan todos en invierno y me da pena. Los veo acá, con frío y me da pena, ja, ja, ja, no lo puedo disfrutar”. —Llevas varios años haciendo eso. Tienes fuerte relación con ese país. Dividir tu vida con dos culturas distintas ¿en qué te influye? ¿Se te han pegado algunas cosas? “Bueno, sí, mi pareja es española también. Algunas cosas se me pegan al hablar, a veces digo ‘tía’ y cuando estoy allá más, pero tampoco soy Zamorano. He visto chilenos que llevan como seis meses y hablan como españoles, ja, ja, ja. Se me han pegado cosas, como ser más puntual, son mas puntales que nosotros y también ser más sociable. Hay una cosa que me encanta de España y es que se pueden poner a hablar con cualquier persona y van a sacar un tema. Nosotros somos más para adentro. Quizás eso he aprendido de ellos y me encanta, esa capacidad que tienen para armar conversaciones livianas,
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pero que dicen algo y también eso de salir más, estar en la calle. Aunque me cuesta, pero eso también es bacán. Quizás acá no hay tantas instancias para estar en la calle, pero cuando estai allá, eso de salir a tomar una cervecita, un ratito y listo, te entrai. Esa cosa más de salir y ver a gente, que nosotros no tenemos para nada. Yo creo que es el único país del mundo con eso del barcito abajo de la casa y todos tienen su bar, es bacán”. —Llevas casi veinte años de carrera y tu trabajo desde Primeras Composiciones 2000-2003 hasta Espejo ha cambiado mucho. Uno lo piensa y veinte años son muchos, tienes cinco discos, pero también explotas mucho la vida de cada uno de ellos, te tomas tu tiempo. ¿Cómo te enfrentas a estos cambios? A veces a los artistas se les exige que no cambien tanto. “Sí, igual ahora lo he estado pensando. Ahora que saqué el disco, me estoy topando con lo que dicen los demás, porque me interesa, leo, no todo, pero me importa, pregunto también. Y en general, no solo a los artistas, creo que al ser humano se le exige no
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cambiar mucho. Me ha pasado con este disco, con las expectativas de la gente. Por ejemplo algunos esperaban algo más arriba, algo como el Otra Era, a los que no les gustaba el Otra Era este sí les gusta porque es mas tranqui. Entonces, no es fácil toparse con las opiniones, porque uno está super expuesto y cuando sacai un disco, me imagino la imagen de un corazón al aire libre, que está ahí recibiendo todo lo que te llega igual, porque hiciste una obra super íntima y sale, pero también hay que aprender a decir ‘ya, las opiniones son opiniones, son muy subjetivas e incluso las críticas, a pesar de que existe la crítica musical, son eso, no más. Yo con Otra Era tuve buenas y malas, con este disco va a pasar lo mismo, pero es eso, aprenderlo, mirar el momento y acordarme de cómo yo hice ese disco, que lo hice con mucho trabajo, con muchas ganas de mostrar algo íntimo y no dejarse llevar tanto por las opiniones, que es super difícil”. —Bueno, a medida que te haces más masiva, también hay más expectativas puestas encima. “Claro, porque tenís más gente esperando. Es difícil,
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pero en el sentido de que te provocan sensaciones. Por eso hay que tener algo que te hago volver a esa confianza siempre, más allá de las opiniones”. —Has sido independiente prácticamente toda tu carrera ¿Qué te hizo decidir trabajar con Sony Music? ¿Qué crees que te aporta? “Muchas cosas. Estuve al principio un poquito en Quemasucabeza, pero nunca he estado en un sello discográfico. Pasar de esta estructura independiente que se llamaba Meni pero que era solo un nombre, a un sello que se preocupe de que tu disco esté en las disquerías, que tengan estructuras armadas año por año, que te puedan contactar con gente de Sony de otros países, esta cosa transnacional, me atrajo. Además hicimos un buen trato y creo que sentí mucho entusiasmo de su parte, mucho entusiasmo por mi carrera tal cual era, entonces, eso me hizo enganchar. Encontré que era un buen momento para hacerlo, para probar otras fórmulas”. —Hasta hace poco, el trabajo de las multinacionales en Chile se limitaba a reeditar catálogo antiguo y mover a artistas extranjeros en la región. ¿Por qué crees que ahora volvió el interés por firmar artistas locales? Eso no pasaba desde hace veinte años o más, quitando excepciones, como Los Bunkers, que luego prolongaron su carrera en México. “Cuando empecé a hacer música había una especie de posguerra en los sellos, esto de la piratería e internet… y la cosa se fue armando. Creo que ahora
ya agarraron todo lo digital, se reestructuraron y eso hizo que en Chile, que es un territorio chiquitito, ya la cosa haya vuelto a tener movimiento. Yo creo que se debe básicamente a eso, los sellos están super encima del streaming y también, creo que todos los sellos lo entendieron, los que son como Sony Music y los más pequeños, creo que todos estamos arriba. Pero también lo bueno es que hay gente que no está en sellos y puede hacer un camino potente, no es la única alternativa, entonces, está buena la competencia que hay”. “Cuando lo hemos hablado con Sony, nos dicen que han aprendido mucho de nosotros, porque nosotros sabemos cómo se hacen las cosas. Creo que es un buen momento para que esto suceda, hay muchas cosas pasando y es una buena alianza la que se puede hacer. En México los artistas son grandes porque están los sellos detrás”. —En México igual esa crisis no fue tan fuerte, porque es muy grande. Es una industria real y robusta, además es la entrada de lo latino a Estados Unidos. “Sí, es por eso, es un mercado grande y nosotros somos chiquititos, entonces, si pasa algo a este nivel, somos los primeros en caer. Pero acá el territorio es Argentina, Chile y Uruguay, entonces, yo por ejemplo voy a hacer promo allá. Sería súper bueno que en esta estructura también hubiesen otros artistas chilenos, yo no sé si estarán firmando otra gente, pero sé que hay interés y que quieren mover más cosas”.
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—Hay un concepto que se empezó a meter de lleno en tus canciones desde Mena y en Otra Era también apareció. El concepto de ‘verdad’. “Sí, es como hablar de la pulenta ja, ja. Me encanta ese tema. Es como un poco el tema de, no me gusta llamarlo así, le pusieron dios, pero es esta cosa que está debajo de todo, que no sabemos qué es, seas ateo o no hay una fuerza por debajo y me gusta tratarlo en las canciones. Tampoco cayendo en el misticismo tan new age, aunque igual caigo, de hecho mis amigos me dicen que es un disco new age, ja, ja, ja. Pero por ejemplo, ayer veía la historia de la vida de Emily Brontë y todas sus poesías son muy de la verdad, de esto que está detrás de las palabras, de nosotros y que nos da vida, alegría. Es súper difícil hablar de esto, porque las palabras al tiro lo manosean. Siento eso, que se manosea feo. Pero me gusta ese tema, creo que no se habla mucho en general tampoco y me gusta conectar con eso. Es muy de eso este disco, del espejo, de verte a ti mismo hacia adentro, tiene poquitas palabras. Es un disco sin mucha letra y entonces, la música es la verdad. La música no necesita palabras para llegar y hacerte llorar, como una sinfonía. Va por ahí la cosa, por lo que está dentro de nosotros que se comunica con todos los demás, y eso es la verdad”. —‘Escalera’ tiene muy poca letra, es casi instrumental y suena como un loop. A ratos es como un mantra. “Sí, fue una experimentación y creo que cada vez me voy a ir mas a eso, me gusta mucho más música y
quizás menos letra, porque la música dice mucho. También quería probar otras cosas y quería meter una canción mas instrumental en el disco, para ver qué pasaba, irnos por el lado más dance, y hablar de la escalera al infinito, que también es una cosa bien de la verdad. Esta canción está inspirada en un cuadro de William Blake que se llama Escalera de Jacob y también en las escaleras de Escher. Esos dos cuadros me inspiraron un montón para hacer esto, esa cosa como sin fin, que puede ser super místico. Las notitas también son muy circulares que suben y bajan”. —Y, ¿en qué te inspiraste para escribir ‘Todas Aquí’? “Siento que es una canción en contra de la arrogancia. Estamos todos en lo mismo. Yo al principio la iba a tirar hacia eso, más para tildar a alguien de arrogante, que no se daba cuenta que onda ‘estamos todos en lo mismo, déjate de hueviar’, una cosa así. Entonces, es un poco eso, pero también me gusta decir todas, porque se convierte en algo súper femenino y es una canción que puede disfrutar cualquiera, pero no dice todos, no dice todes, dice todas. Al final queda como algo súper de mujeres. Creo que termina siendo algo súper de nosotras. Sobre el dolor que llevamos las mujeres encima”.//
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LCD SOUNDSYSTEM LOLLAPALOOZA CHILE 2018 POR KARLA SÁNCHEZ
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BEACH HOUSE THE FOX THEATER (OAKLAND) POR JOAQUÍN CABELLO
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LIDIA DAMUNT “ACABAR CON EL PATRIARCADO NO ES NADA FÁCIL, PERO GANAS HAY” Por Javiera Tapia
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La primera vez que oí el nombre de Lidia Damunt fue hace varios años en la feria de discos del festival Primavera Sound. Estaba en el puesto del sello Austrohúngaro, buscando algunos de mis favoritos para por fin tenerlos en físico y volví a mi casa con dos grandes recomendaciones que me hicieron allí. Uno era el homónimo de Feria (en donde descubrí joyas hermosas como ‘Aborto/Tempura’ y ‘Me ponen los museos’) y el otro era Esplendor en la Arena de Hello Cuca. Hello Cuca era la respuesta murciana a la movida riot grrrl de Sleater-Kinney y Bratmobile, llevado a la realidad por dos hemanas, Lidia y Mabel Damunt y Alfonso Melero. Esplendor en la Arena era la recopilación de muchos temas entre 1997 y el 2009, que vieron la luz del día entre splits de siete pulgadas y singles. Siempre agradeceré las recomendaciones musicales y también esas mariposas en el estómago de comprar algo que no sabes cómo suena, pero que llegó a tus manos porque lograste explicar lo que te gusta. Y te entendieron. Y te regalaron música que se te convirtió en imprescindible. Mucho tiempo ha pasado desde ese momento y Lidia Damunt, quien ya tiene una larga carrera solista con cuatro discos, acaba de publicar el videoclip para ‘El Túnel’, un tema producido por Genís y Carlos de
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de Hidrogenesse para su serie de Golden Greats (en la que también se encuentran temas de Espanto, Chico y Chica y los propios Hidrogenesse). Las guitarras desaparecen y esto se transforma en una fiesta de máquinas y un rap que quiere crecer. “Esta canción no va a estar en mi próximo disco, pero si, me apetecía volver a trabajar con Hidrogenesse, porque cuando yo trabajé con ellos en 2010 y luego 2012, hice Vigila El Fuego, siempre me ha quedado esa espinita, yo ahí no me lanzaba del todo a la piscina. Estaba muy a gusto trabajando con ellos, pero siempre estaba frenando un poco… digamos que ahí no quería hacer música electrónica del todo. Quería pero no quería, me quedé con ganas de explorar un poco más otras cosas y ha sido muy divertido”, explica Lidia, desde Suecia. “Lo curioso es que hice ‘El Túnel’ en mi guitarra. Hice la guitarra, luego un rapeo encima de eso, pero en mi cabeza estaba haciéndola electrónica, pero bueno, uso la guitarra porque hasta ahora no me he lanzado a usar el ordenador. Ni siquiera tengo ordenador, pero ya lo tendré, me lo estoy pensando ya. Ha sido muy gracioso, porque a ellos les dije, “esta es la canción, ala, vamos”, ellos empezaron a poner bases y quedó muy interesante, porque hemos hecho un poco rompecabezas. Creo que alguna gente se ha quedado sorprendida ‘¡esto que es!’, pero bueno, yo siempre hago lo que me apetece y ya está. Como la gente ya me tiene por loca, pues, da igual”. —Tu discografía, como las personas ¿no?, ha ido cambiando. Más o menos guitarras, también letras más largas o más cortas, pero hay canciones y decisiones que has tomado, sobre las que me gustaría preguntarte. Por ejemplo, tu disco Gramola del 2014, lo cierras con una versión de ‘Volver a los 17’. Violeta Parra es quizás el motivo que me llevo a hacer ese disco, Gramola. Gracias a ella he investigado a otras cantautoras y Latinoamárica. Soy súper fan de Violeta Parra. Cuando yo empecé a hacer mi primer disco en solitario el 2008, lo que yo escuchaba todo el rato era a Violeta Parra. La admiro muchísimo y sabía que en algún momento me gustaría hacer una versión. De ese disco es la versión quizás más sosa, porque no hago ningún cambio, porque me daba tanto respeto… me parece una artista única, tiene un lenguaje… es sencillez y sabiduría. Y por eso quise hacer ese homenaje. La conocí por internet. Esto fue en el 2004 o 2005. Me ponía a investigar de música por internet y de alguna forma llegué. ‘Gracias a la vida’ la habría oído pero no conocía tanto… pirateé música de ella, eso fue lo primero. Donde yo estaba no habían tiendas seguramente para comprar discos suyos. Recuerdo que la primera que escuché fue ‘Puerto Montt está temblando’. Recuerdo estar oyéndola y que me cautivara el lenguaje y la música desde un principio. Me pareció una artista que recogía la tradición del folclor, pero con una visión muy personal, muy original, muy suya.
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Además, una artista completa, que hacía otras cosas. Tiene algo muy especial Violeta Parra, tendría que ser mucho más famosa de lo que es. A veces pienso, jolín, personajes del rock como Bob Dylan u otros artistas masculinos que son súper famosos, y otras como Violeta Parra, podrían ser más conocidas. —Durante mucho tiempo, a las nuevas generaciones se nos presentaba a Violeta Parra desde una mirada muy bucólica, dejando de lado muchas parte de su historia. Es que es muy completa. Además, todo lo que le pasó con su hija, son muchas cosas. Imagínate la voluntad que tuvo ella de seguir con su arte, viajar y dejar a los niños. Y ella seguía para adelante, haciendo sus giras, eso demuestra que estaba muy adelantada a su tiempo y que tuvo que luchar muchos frentes. —Tu versión no me pareció sosa, lo contrario. Sentí como ese respeto de no tocar mucho la canción, por lo que impone. Sonaba diferente, aún cuando se mantenía el grueso. Tiene detalles muy bonitos, sobre todo al terminar las frases. Son sutiles. Te puedo enviar una gran lista de canciones de Violeta Parra despedazadas. El año pasado fue el centenario de su natalicio, así que imagínate. Ja, ja, ja pues gracias. Es que me parece que la canción es tan bonita como es, que no quería cambiar nada. —Ahora vives en Suecia, viviste en Madrid también y eres de Murcia. ¿Qué te han dejado cada uno de estos lugares, diferentes entre sí, a la hora de hacer canciones? Yo creo que el hecho de vivir fuera de España lo que me ha quitado, de entrada, es texto, porque yo cuando vivía en Madrid hacía unas letras muy largas, escribía mucho texto, y cada vez he ido quitando y quitando. Y al cabo de estar varios años acá en Suecia, ya hago las letras más cortas. Supongo que todo va cambiando, yo he ido cambiando, no solo por vivir acá, sino porque tienes hijos, yo qué sé. Hombre, estar en Suecia, claro, el estilo de vida es más recogido. Es seguro que intento sintetizar las canciones y creo que todo te influye. Tengo claro que es muy diferente lo que hago ahora a lo que hacía cuando estaba en España, yo llevo acá nueve años. —En España se socializa en las calles mucho más que en Suecia ¿no? Sí. Y eso está muy guay pero también no tanto, lo de socializar. Porque cuando haces una cosa creativa, necesitas una parte social, pero también de recogimiento y de estar a solar. Entonces, en Madrid yo solo viví dos años, pero fue una época muy social y muy creativa, pero notaba que necesitaba estar un poco más aislada, porque creo que todo siempre tiene que ser un equilibrio. A la hora de hacer música, necesito una tranquilidad, saber que no tengo planes en los próximos días o quizás soy un bicho
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raro. —En Telepatía, tu disco del 2016, hay una canción que se llama ‘La Caja’ y me parece que es, dentro de tu discografía, la más directa en cuanto a un tema. Es una canción feminista y abolicionista, que para mucha gente es un tema impopular. Sí, sí, a mucha gente le ha molestado eso, dentro del feminismo. Me han dicho que eso no les gusta. Pero bueno, a veces te sale algo del alma, lo haces y ya está. —De todas formas, es una canción que sigue vigente y seguirá, ojalá no por mucho. Hace unos días en España las mujeres volvieron a salir a la calle para protestar por la liberación de los acusados en el caso de La Manada. Yo creo que es un sentir popular, que en todo el mundo está igual y que la gente… en Suecia han echado a personas de la tele nacional sueca, por los acosos. Yo veo que acá esta todo el mundo así como “esto es la gota que colma el vaso”, y en el caso de La Manada ha pasado eso. La gente ya no se puede quedar indiferente. Espero que esto sirva. Parece que la gente ya no va a dejar pasar las cosas y espero que esto siga así. Acabar con el patriarcado no es nada fácil, pero desde luego, ganas hay.
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escena under. Acá o hay una escena under, un poco mas punk o pop, y el mainstream, pero en ciudades grandes, yo vivo en una ciudad pequeña. He estado escuchando mucho hip hop, electrónica o R&B. También oigo mucha radio fórmula de acá, la radio sueca. Creo que me habrá influido. Siempre he escuchado música variada pero sí que es cierto que hace algún tiempo me apetece componer de otra forma, pienso las canciones en mi cabeza como si lo hiciera con el ordenador, entonces sí, me apetecía hacer otro tipo de cosas y me parecía que la mejor inauguración para eso era hacerlo con Hidrogenesse porque son mis amigos, los conozco mucho y tenemos confianza. Era hacer algo muy chulo, con la posibilidad de hacer un videoclip guay, estoy bastante contenta. —Se te ve muy cómoda sola. Así como agarras tu guitarra y vas a tocar, con estas nuevas canciones vas a poder seguir haciéndolo, agarrando el computador.
—¿Crees que llevar casi diez años viviendo en Suecia, cuna del pop electrónico, te haya ayudado a perder finalmente esas aprensiones a lanzarte de lleno a las máquinas?
Claro, igual que voy sola con mi guitarra y pedales, podría ir sola con mi ordenador, en ese sentido siempre tengo esa libertad. He probado tocar en bandas de rocanrol. Cuando estuve viviendo en Malmö, hasta 2015, en el sur del país, hice un grupo que se llamaba Arre! Arre!, sacamos música como garage surf rock, yo qué sé, y tocamos mucho, estuvo bastante bien. Al final me apetecía probar algo más como esto, hacer lo que hago ahora, pero con otros instrumentos y acompañamientos. También son muchos años con mi guitarra acústica, lo que no quiere decir que la voy a dejar de lado.
Sí, claro, seguramente. Porque al final, pues, a veces pienso que si hubiese seguido en Madrid, con mis amigos de cierta escena, habría seguido haciendo un tipo de música… no lo sé. Quizás al estar aquí a mi aire, bueno, donde vivo ahora tampoco hay una
Me resulta difícil cuando es una banda, se hacen entre todos las cosas, me resultaba complicada esa negociación, ja, ja,ja. Me corta un poco el rollo. Quería hacer lo que quería hacer y ahí ya empieza la dictadura mía. Yo quiero mandar, entonces, cuando
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estaba en la banda éramos dos y yo animaba mucho cuando la otra persona hacía cosas que me parecían guay, pero otras veces no me parecían tan guay. Entonces, eso me agotaba. Prefiero la libertad total y ya está. Con Hidrogenesse, trabajando en Vigila el Fuego, fue diferente, dice Lidia. “Cuando ellos proponían cosas así, con ironía o sonidos…. cómo se llama ese instrumento que hace prrrrrrrrrr… bueno, da igual. Que a veces proponían detalles de cosas graciosas y yo decía ‘¡nooo!, de gracia nada, ¡esto no tiene gracia, este disco es muy serio!’. Entonces a veces no les dejaba hacer cosas. Pero en cambio, con ‘El Túnel’, yo quería a Hidrogenesse por siete tubos, que sacaran toda su artillería y les di vía libre total. Vamos, me iban enseñando y han tenido libertad total, así que muy bien”, asegura. Lidia cuenta que ya está trabajando en su próximo disco. “No sé si se pueden revelar datos aún, lo voy a grabar este año y va a seguir un poco esta senda mas electrónica, canciones de pop, pero con un camino así, diferente. No tan de guitarra acústica, me apetece hacer algo así. Va a ser diferente sí, pero va a sonar a mí, vamos, no va a ser Kraftwerk ja, ja, ja, ja”. —¿No va a sonar a La Zowi entonces? No, ja, ja, ja, ja, ja, ja.//
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PRIMAVERA SOUND
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EL MEJOR FESTIVAL DEL MUNDO ¿Por qué diferentes medios especializados concluyen año a año que Primavera Sound es el mejor festival de música del mundo?. Todos esos humos que nos venden en las charlas de industria musical sobre la “experiencia” ¿existen en la vida real? Acá te lo contamos, a través de una mirada personal.
En el 2001 la Ciudad Condal recibió por primera vez al Primavera Sound. Ese 28 de abril, en el Poble Espanyol (un hermoso museo arquitectónico al aire libre, ubicado en Montjuic) comenzó la historia que, diecisiete años después, ha mutado en una estructura gigantesca dedicada a la música que, al mismo tiempo (y aquí radica una de las mayores diferencias), reverencia a su ciudad de origen. Primavera Sound es más que un festival de música. Eso que oímos siempre en foros y charlas de industria musical, cuando se dice que estas son “experiencias”, algo que casi siempre es humo pero acá se cumple, quizás, por tres premisas de base: primero, que la música no es una excusa para activaciones de marcas, sino lo más importante. Segundo, la ciudad conoce también el impacto en términos económicos, turísticos y culturales del evento, por tanto, contribuye como un ente más y, finalmente, la organización no abusa de su público. El que paga una entrada general, puede acceder a la misma calidad de servicios dentro del recinto que los que pagan la entrada vip. A los asistentes se les cuida y -luego de yo asistir por tercera vez a la cita- veo que todos los años entregan más actividades gratuitas como también inclusión de escenarios, sorpresas y servicios que mejoren la visita. Y esta última idea, es algo difícil de cumplir, dada la envergadura de la máquina. Según los propios registros de la organización, en el 2018 se recibió a más 60 mil personas por día, venidas de 126 países diferentes.
La protagonista es la música Además de tres días completos de música (con una variedad de artistas y propuestas realmente transversales, sobre esto profundizaré en el próximo capítulo) que se inician a eso de las 4.30 de la tarde en el Parc del Fòrum y finalizan a las cinco y media de la mañana, hay otras actividades en las que el
festival se toma la ciudad. La jornada de apertura es la que se realiza el día miércoles, todos los años, antes de comenzar el jueves con la maratón de conciertos. Es una bienvenida del festival no solo a quienes compraron su entrada, sino a todos. Se abren las puertas del lugar con conciertos gratuitos. Esta vez se presentaron Javiera Mena, Yung Beef, Belle and Sebastian, Spiritualized con coro y orquesta y María Arnal i Marcel Bages (el mejor concierto del festival para quien escribe, sinceramente), entre otros. Pero hay más. Porque si nos ponemos rigurosos, este evento comienza a principios de mayo, con Primavera als Barris, una de las líneas de Primavera a la Ciutat, la iniciativa que saca el festival a las calles de Barcelona. Este 2018, desde el 3 hasta el 24 del mes recién pasado, se realizaron conciertos gratuitos en diferentes centros cívicos y espacios culturales, en diversos barrios de la ciudad como Poblenou, Congrés-Indians, Poble-sec y Gràcia y también en el contiguo ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs. Luego, está Primavera Al Raval, que son más conciertos gratuitos en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), desde el miércoles 30 de mayo hasta el domingo 3 de junio. Fue en este escenario en que también se presentaron Rubio, Cómo Asesinar a Felipes y Niños del Cerro, durante este año, además de otros como Rhye, Waxahatchee, Tigercats, Jay Som y Oblivians, entre muchos otros. Y como si esta bienvenida no fuera suficiente, este año se realizó la primera edición de Els Aperitius del Primavera, con conciertos a media tarde -gratuitostanto en Madrid como en Barcelona: Nothing Places, Alondra Bentley y Ferran Palau subieron al escenario, entre otros.
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En resumen, si no tienes una entrada para el Primavera, puedes ver buenos conciertos gratis toda la semana igual (y además conocer diferentes barrios). Por otro lado, para quienes tenían una entrada al festival, también podían ir a los conciertos programados dentro de Primavera Als Clubs, que se realizaron desde el lunes 28 de mayo hasta el domingo 3 de junio en Sala Apolo (y La [2] de Apolo también). En ese espacio se pudo ver a bandas como Kero Kero Bonito, The Sea and Cake, The Men, Ariel Pink, a Joe Goddard de Hot Chip, Flat Worms y Ganges, entre muchos otros. Y si tu intención era inmolarte en el Primavera Sound 2018, Primavera Bits -el escenario electrónico del festival, aunque no el único lugar donde se podía disfrutar de estas propuestas- te daba la opción. A partir de las 12 de cada día, podías asistir al Xiringuito, un nuevo escenario -el tercero de esta micro ciudad dedicada a las máquinas- en el que podías bailar con las sesiones de Four Tet, Daphni y Floating Points, además de nadar en la playa como sirena y comer paellas en un restorán que estaba ahí, en la arena.
La ciudad es tu amiga Según un estudio de la consultoría Dentsu Aegis que evaluó la edición del 2014, la ayuda pública percibida fue inferior al 2% del presupuesto total de la realización del evento, que equivalía a más de 11 millones de euros, mientras que la contribución de patrocinadores, representaba un 15%. ¿Cómo contribuye además la ciudad? Por ejemplo, reforzando el transporte público. Sí funciona, debo decirlo, no tuve que esperar más de diez minutos para tomar una micro que me dejara en el centro, también había más frecuencia en el tranvía y el Metro de Barcelona el viernes está abierto hasta las 2 am y el día sábado con servicio continuo toda la noche. Continuando con el estudio, en las estadísticas del 2014 además se desglosaba el gasto del público, que contribuye también a la economía de la ciudad. “El gasto directo de los asistentes se aproxima a los 40 millones de euros con un gasto promedio por asistente de 544 €, cifra que se incrementa hasta los 780 € en el caso de quienes se trasladan desde otros lugares con motivo del evento y disminuye a 226 € cuando se trata de residentes en Barcelona.
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En este desembolso se incluye la compra del abono, cuyo precio inicial de 99 € aumenta de forma progresiva hasta 195 € con un precio medio de 150 €, así como el importe correspondiente a desplazamiento y alojamiento por parte de los visitantes, quienes generan un total 27.802 trayectos de avión y 129.264 pernoctaciones en hospedajes de diferentes categorías, sin contar con los correspondientes a la organización, con una media de 5’1 noches por asistente foráneo. Además de estos importes, también se computan aquellos que se generan fuera del recinto del Fòrum, como transporte, restauración, actividades culturales y compras efectuadas en tiendas de la ciudad”. De esta forma, en aquel año, el impacto del festival sobre la economía catalana alcanzó la cifra total de 94.813.790 €. Pero si vamos a hablar de la relación del festival con la ciudad y su realidad, tampoco podemos dejar de lado pequeños grandes símbolos. Por ejemplo, pasear por el parque y leer una gigantografía con la frase “fight for your righ to party, party for your right to fight”. O ver en la programación del Primavera Pro un espacio dedicado a hablar sobre la crisis que actualmente existe en España alrededor de la libertad de expresión, con músicos encausados por delitos
de injurias a la Corona o enaltecimiento del terrorismo (puedes ver la transmisión en vivo que realizamos de ese encuentro acá). O la entrega de máscaras el último día, con la cara de Carles Puigdemont, el ex presidente de la Generalitat que llevó a cabo el referéndum por la independencia en Cataluña en octubre pasado y que actualmente se encuentra en Berlín, esperando la extradición. Pequeños símbolos con los que la organización toma una posición política y la deja clara.
Ya que viniste, pásalo bien Cuando digo que no hay un abuso con el público, hablo con conocimiento de causa, porque en Chile veo sin cesar que esto sí ocurre en cada uno de los festivales a los que asisto. Más allá del debate del precio de las entradas de concierto, me quiero centrar en los servicios que se ofrecen dentro. La primera vez que asistí a Primavera Sound, en el 2014, lo primero que me llamó la atención fue que los precios de la comida estaban acorde a lo que se ofrecía (si una hamburguesa costaba 4 mil pesos, era una bien hecha y acompañada de papas de verdad, no una de mierda hecha sin amor) y los valores tampoco diferían mucho de lo que podías encontrar fuera
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del recinto, en la ciudad. Por otro lado, estaba muy bien la diversidad de lo que podías conseguir. Desde churros con chocolate, pasando por cartas veganas y platos para celíacos. Todo esto en el 2018 también se cumplió. Estando más de doce horas dentro del lugar, no se veía un aprovechamiento por ser la única opción de la gente para alimentarse (aunque también podías entrar con comida si querías). En las barras de alcohol, quizás sí, el precio no era una ganga, pero al menos no te vendían un aperol (¿por qué les gusta tomar eso?) mal hecho a siete lucas. Algo bueno es que tampoco estábamos en Pampa Ilusión. Aunque en otros festivales en España (hola Tomavistas) sí existe la modalidad de fichas y “vasos ecológicos” (esos plásticos que compras y luego tienes que devolver para que te transfieran el dinero), acá no. Ibas, pagabas en la barra con tu dinero, te daban un vaso plástico que después botabas en los basureros de reciclaje y adiós, corrías a tu concierto. Este año, junto con el cartel musical, el Primavera tuvo un cartel gastronómico. Además de los tradicionales carritos con variada oferta y precios que les mencioné, ubicados todos cerca de cada uno de los escenarios repartidos del Parc del Fòrum, la organización también quiso hacer una reverencia más a la ciudad invitando a la zona central de restauración a veinte locales que existen en diferentes barrios de Barcelona. Se podían encontrar hamburguesas de La Burguesería y El Filete Ruso, fish & chips de The Fish and Chips Shop, tapas locales de El Quim de La Boqueria, ramen del Grasshopper, cocina del sudeste asiático de Hawker 45 y poke de Poké Maoli, entre otros.
Y si tu paladar era aún más exigente, podías dirigirte a Casa Primavera, el restaurante pop-up, en el que diferentes chefs de estrella Michelín te ofrecían diferentes menús. Por ejemplo, el de Douglas McMaster, oriundo de Brighton, cuya cocina se caracteriza por el “zero waste”. También estuvo Lalo García, a cargo del Máximo Bistrot, uno de los mejores 50 restaurantes de Latinoamérica, afincado en Ciudad de México. Lo suyo era una fonda en donde podías probar platos inspirados en la tradición mexicana y si querías algo más mediterráneo, te podías acercar hasta el chiringuito de Óscar Manresa, el jefe del restorán Kauai, para comer sus paellas en la orilla de la playa. Todo esto, acompañado también del maridaje de César Cánovas, elegido mejor sommelier de españa en el 2006, el ex sommelier de el Bulli David Seijas y el padre de la sumillería molecular François Chartier. No tenía plata (soy periodista de música) ni tiempo (habían conciertos a esa hora) para asistir a esto, pero mira, ahí estaba. Tenías la opción. En mi experiencia, solo encontré un día un espacio de tiempo para comer, porque siempre hay algo que ver y prefería seguir mi ruta de escenarios que alimentarme. Pero cuando lo hice, pedí para dos personas: dos copas de vino, una ración de papas bravas y otra de nachos con guacamole y todo estaba de diez, hecho con amor, no comí sentada en el suelo sino en una silla y una mesa (algo que valoro porque ya no tengo quince) y me costó menos que dos hamburguesas tristes y dos bebidas en un festival en Santiago. Nada más que agregar, su señoría. Por otro lado, ¡y esto es muy importante!, nunca me perdí un concierto por hacer una fila para comprar comida, algo para tomar o para ir al baño, algo que sí me ha pasado en algunos de los grandes festivales
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que se hacen en Chile, a pesar de que no se realizan por primera vez y ya tienen muy claro cuál será la cantidad de gente que recibirán. Muchísimo menos suceden cosas de terror, como estar al sol en pleno verano sin agua gratis, como sí pasó en una de las ediciones de Frontera, hace algunos años. Además, dada la distancia entre escenarios, la organización disponía de carritos que movían a las personas que lo solicitaban. Este año, el Primavera Bits -dedicado a la electrónica-, que se encontraba cruzando un puente, estaba a un par de kilómetros desde Mordor, el sector opuesto en donde se encontraban el Mango y Seat, los dos principales. ¿Algo triste? La feria discográfica. Desde el 2014 he visto cómo ha disminuido la participación de sellos españoles mostrando su catálogo. La primera vez que entré al Parc del Fòrum me volví loca mirando discos que solo me había bajado por Soulseek y que en vinilo estaban baratos (de verdad). Podías pasarte una gran parte del tiempo ahí, encontrándote con gente, conversando con las personas de los stands, que te hacían también recomendaciones si no los conocías. Era un momento para arriesgarte y conocer, el mismo espíritu que te posee cuando caminas por los escenarios y te quedas viendo bandas que no conoces, con mucho entusiasmo. Esta baja en la participación de sellos (ahora la mayoría son tiendas de camisetas y afiches, aunque se mantienen algunos como Elefant, Sonido Muchacho, Canadá y Federación de Universos Pop, entre otros), creo que se debe a varios factores. Hace un par de años, las discográficas deben pagar para tener el stand, antes era gratis. Pero el punto principal, creo que es el encarecimiento de los servicios en la ciudad, debido a la crisis que el turismo de mala calidad ha provocado en Barcelona y, de la mano, el
gran aumento del público extranjero pero por sobre todo ingleses, año a año. Pongámoslo de esta forma: los gringos no van a comprar discos, sino a emborracharse y comprar poleras en el puesto gigante que tiene Rough Trade. Y tú como sello, debes pagar por estar, además de pasajes, hospedaje, comidas, sin saber si podrás recuperar toda esa inversión. Además, el único día que pudo haber un mínimo de incomodidad por la cantidad de personas, fue el día sábado, jornada de entradas agotadas, a raíz de la presentación de Arctic Monkeys. Había un grandísimo porcentaje de ingleses que, seamos sinceros, no son el mejor público del mundo, ni el más respetuoso con el resto de las personas, sobre todo cuando están borrachos (cero xenofobia, es empírico, más de una vez me tuve que sacar a uno borracho de encima). ¿Es el mejor festival del mundo? Sí. Y puede seguir siéndolo si siguen cuidando este proyecto tal como lo han hecho hasta ahora y no lo transforman en un parque de atracciones para gringos que comen paella de plástico en La Rambla (para eso estaba el FIB).//
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JAVIERA MENA PRIMAVERA SOUND 2018 POR DANI CANTÓ
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RUBIO PRIMAVERA PRO /CCCB
ENTREVISTA - JULIO 2018
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NO TE VA GUSTAR “LA CORDILLERA SE HACE SENTIR EN LO CULTURAL” Por Alex Miranda
En Chile, el 18 de julio cayó un día miércoles de una semana corta, gracias a que el lunes 16 fue feriado por el Día de la Virgen del Carmen. Por otro lado, en Uruguay, este miércoles es feriado, así que mientras uno llama en la hora que te da el trabajo para almorzar, en Uruguay contesta muy relajadamente el tecladista de la banda uruguaya No Te Va Gustar, Francisco Nasser. No deja de ser entretenida la forma de la entrevista. No Te Va Gustar (desde ahora NTVG) es una banda que componen nueve músicos en escena a la vez. Cuentan con el pack inicial de banda —dos guitarras, bajo y batería—, además de un tecladista, un percusionista y una sección de bronces (saxo, trompeta y trombón). Sin embargo, nos toca hablar con Nasser, uno de los más interesantes miembros, porque si bien la banda está activa desde 1994, él entró como miembro oficial, recién en 2013. Entre asados de días feriados, Francisco Nasser cuenta cómo son los procesos de grabación de la banda, el porqué su popularidad no ha explotado en Chile como sí lo hizo en Argentina, sobre grabar con dos experimentados productores y cómo se siente reemplazar en los teclados a Marcel Curuchet, el tecladista que falleció en 2012. “Sí, en este momento estamos en Montevideo, aquí
en la sala, ensayando. Metimos un asadito porque acá en Uruguay es feriado”, dice Nasser desde su celular. —¿Por qué es feriado allá? “Buena pregunta. Creo que es la Declaración de Independencia o la Jura de la Constitución, las confundo siempre, bueno acá lo hace todo el mundo. Pero es una de esas dos. (Nota: era la Jura de la Constitución)”. NTVG viene a Chile a presentar su disco Que suenen las alarmas (2017) en el Club Chocolate. Y basta darse una vuelta por Spotify para notar que este último disco suena notoriamente más potente que sus antecesores, sin dejar de lado ese marcado estilo de rock argentino post-2000 que algunas bandas uruguayas como NTVG o La Vela Puerca han sabido replicar. —El cambio de sonido del nuevo disco con respecto al anterior es bastante notorio ¿Fue algo pensado o más natural? Fue completamente buscado. Nuestro anterior disco fue producido por el norteamericano Joe Blaney que es un productor tipo old school, viste. De la onda de grabar todos juntos y que lo que suene va a ser
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más o menos lo que quede. Para este disco queríamos un sonido un poco más moderno, un poco más potente, más apretado. Más contundente creo que sería la palabra. Con ese concepto nosotros elegimos a Héctor Castillo como productor, venezolano radicado en Nueva York. Es alguien con unas credenciales realmente impresionantes, Bowie, Cerati, Björk, Lou Reed entre otros. Así que lo primero que hicimos fue grabar tres temas en 2016 a modo de prueba, probar cómo era trabajar con él. —Bueno, como que ya respondiste un poco esta pregunta, pero ¿cuáles son las diferencias entre trabajar con Blaney y con Castillo? Joe es netamente old school. Trabajó en grandes discos, que para nosotros son fundamentales en la historia de la música: el Combat Rock (1984) de los Clash, toda la discografía de los primeros años de Charly García solista, el Alta suciedad (1997) de Calamaro, entre otros. Además tenía mucha anécdotas, nos contaba de “aquella noche donde vienen los Clash y yo muevo no sé qué cosa en la mesa y ellos hace otra cosa…”. Unas historias fascinantes. Por otro lado, Héctor es alguien que tiene un pie en cada mundo, que tiene ciertas técnicas más an-
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tiguas de sonido y de microfonía, utilizaba muchos equipos viejos. Pero también puede sentarse en el Pro Tools y recorta, pega y te busca un sonido mucho más raro y moderno. No sé, por ejemplo pasar un cajón peruano por un micrófono y después por un pedal de distorsión, y mientras graba eso te mueve las perillas para que quede de cierta manera, es bastante más experimental. Pero las dos experiencias fueron increíbles. —Son una banda que llena estadios en Argentina y Uruguay, pero en Chile (a pesar de que han venido a tocar casi todos los años, excepto el año pasado) todavía no logran superar esa barrera de masividad ¿tienen idea de porqué pasa esto con países tan cercanos? La verdad para nosotros es tan extraño como vos lo planteas, es algo que para la banda es un debe y es una suerte de desafío cada vez que vamos a Chile. Por supuesto que siempre damos lo mejor de nosotros, pero cuando vamos a Chile lo hacemos aún más, la idea es tratar de conquistarlos a los chilenos. Y la verdad es que que ese tipo de shows (más pequeño) también nos encanta, no es que vivamos tocando en estadios y si no es un estadio no lo disfrutamos. Te diría todo lo contrario de hecho, a veces es mejor que sea más chico porque ves a la gente más cerca.
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Joe es netamente old school. Trabajó en grandes discos, que para nosotros son fundamentales en la historia de la música: el Combat Rock (1984) de los Clash, toda la discografía de los primeros años de Charly García solista, el Alta suciedad (1997) de Calamaro”.
—Tú entraste a la banda en 2013 reemplazando a Marcel Curuchet (1972-2012) que lamentablemente falleció por esa época. Me interesa preguntarte cómo fue ese proceso de entrar a la banda en ese contexto. Bueno, la verdad a mí me llega la invitación y no es algo que yo esperara, tampoco era el reemplazo lógico para la banda. Fue bastante sorpresivo para mí y creo que para el público también. Yo nunca sentí realmente que reemplazara a alguien, de hecho creo que artísticamente somos diferentes tipo de músicos, es como que yo de alguna manera me hice mi lugar. Musicalmente hablando. En la banda nunca me hicieron sentir un reemplazo, en ese sentido fue super fácil para mí, si bien yo sabía que estaba entrando en un momento difícil y en una posición difícil, nunca me lo hicieron sentir. —Ahora volviendo a Chile. Dudo mucho que acá en mi país mucha gente pueda nombrar más de unas cuantas bandas uruguayas. Hice el ejercicio conmigo mismo, que se supone que sé del tema, y llegué a estos nombres: NTVG, La Vela Puerca, Jaime Roos, Juan Wauters, Eduardo Mateos, Ruben Rada y El Cuarteto de Nos. Ah bueno, pero bastante bien. Tenés buena data. —Pero convengamos en que debe haber un montón de otros grupos interesantes en Uruguay. Ya pero mira, ahí en esos que nombraste hay músicos fundacionales, nombraste bandas establecidas de rock y algún nuevo talento como lo es Juan Wauters. De todas maneras —y creo que por ahí va la pregunta— a veces creo que la cordillera se hace sentir en lo cultural. Quizás estamos cerca geográficamente, pero eso es una barrera. —Como que nos aísla. Sí, lamentablemente es así. Sería mucho más lindo que hubiera más intercambio. Se sabe que en Chile se están haciendo grandes cosas en el hip hop, en la electrónica, en el pop y en el folklore. Habrá que trabajar para que tengamos un poco más de inter-
cambio. —¿Conoces algo de música chilena? Música chilena… la verdad no es mucho lo que llega, pero por supuesto conocemos a Violeta Parra. También… estoy tratando de acordarme del nombre de estos muchachos raperos muy buenos de finales de los 90′ que cantan “cuando el juego se hace verdadero, cuando el juego…” —Tiro de Gracia. ¡Tiro de Gracia! Eso es. Tienen unos discos alucinantes. —Y para terminar ¿Cuál es el concierto más extraño que has tenido con NTVG? ¡Fua!…te podría decir dos. Uno fue el concierto que hicimos en Costanera Sur, en Buenos Aires. Lo extraño era que había casi 60 mil personas, y era mi cuarto o quinto show con la banda. Yo no entendía bien, pero fue alucinante que toda esa gente comprara una entrada para vernos. —¿Y el otro? Fue el año pasado. Estuvimos en un circuito de shows en México, era un circuito un poco under pero no tanto, en realidad dependía del show. Uno de esos shows, que si no me equivoco fue en Morelos, era en un lugar muy pequeño, pero lo más pequeño era el escenario. Tenía como un cuarto al fondo en el cual metimos la batería, la percusión y mis teclados. Después había como una puerta y una suerte de escenario pero lineal, como pasillo, entonces todos los demás integrantes quedaron uno al lado del otro como en fila, sin margen para moverse para adelante ni para atrás, en fila mirando adelante y adentro del cuarto estábamos los otros tres como en otro mundo. La verdad es que igual le pusimos el pecho a las balas y salió bien el show, pero fue muy extraño tocar de esa manera.//
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MAC MILLER LOLLAPALOOZA CHILE POR KARLA SÁNCHEZ
ENTREVISTA - AGOSTO 2018
RITUALES, PIZARNIK Y CANTARLE A LA MUERTE
LAS BRUMAS Por Bárbara Carva-
“Mi mamá es cantante”. Yanara Zarhi tiene harta relación con la música, ha pasado por un par de bandas que suelen tocar los fines de semana en la capital, y su familia siempre ha sido un punto de inspiración. Cada uno a su manera. “A mi mamá le fue bien, cantaba en Sábado Gigante, y yo la miraba y sabía que eso me gustaba, pero creciendo me di cuenta que tenía que ser a mi manera”. Por otro lado, está el padre, el tópico que más le quiebra la voz. “El hueón se hizo cargo de mí. Me tuvieron cuando mi mamá tenía 16 y mi papá 19, y como mi mamá era artista con horarios de mierda, me quedé con él. Fue sobreprotector, ahueonao, todo lo que son los papás, pero todo lo que absorbí de niña en cuanto a música, es gracias a él. Pienso en Men at Work y altiro es ‘oh, mi papá’. Él ama la música y nunca pudo hacer lo que quiso. Yo sí quiero hacer lo que quiero”. Pero los adultos son menos sencillos que una niña que escucha y se inspira de sus progenitores. “A los 13 quise aprender guitarra”, tras asumir abiertamente que el canto era algo que la apasionaba. “Mis papás, separados y giles sin hablarse, no se pusieron de acuerdo y los dos me regalaron una. En vez de juntar la plata y comprarme una bacán…”. De ahí, de esa precisa Navidad, vienen muchas cosas. Los cancionero de Soda Stereo fueron la puerta de entrada a drogas más duras, como los Pixies. “Tenía dos guitarras, así que las aproveché. Aprendí cosas básicas con un amigo de mi mamá y llegué a Pixies. Mansa escuela. Pa’l pico importante porque podía tocarlo. Después me empezó a gustar My Bloody Valentine, pero no tenía cómo chucha tocar así po, jajaja, era la música más marciana del mundo, no como Pixies. Podía cantar como Kim Deal”. Para muchos suele ser complicado entender el por qué las mujeres somos tan pasivas respecto a nuestra relación con la música. La verdad es que no tienen idea lo que significa no tener referentes obvios. Para una Yanara escolar, reconocer a Deal como referente en su línea creativa y poder cantar como ella, es sólo el comienzo de su pasión, que fácilmente pudo pasar colada porque el mundo le mostraba que para ella y otras mujeres, como su mamá, el puesto era el del
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AGOSTO 2018 - ENTREVISTA
ENTREVISTA - AGOSTO 2018
espectáculo impostado. Pero Yani siempre quiso hacerlo a su manera. “Una vez, mi amiga la Fernanda, me escuchó tocando Pixies y me dijo ‘quiero ser tu amiga’. Ella también tocaba, así que a los 15 decidimos armar nuestra propia banda, de puras mujeres. Nos gustaba Trainspotting, pero más nos gustaba Sick Boy, así que éramos las Sick Girls, jajaja”. Y ese proyecto no funcionó, pero junto a la baterista empezó a ensayar hasta que llegó Jurel Sónico de Adelaida. Ese intento tampoco tuvo proyección; fueron largas las vueltas para llegar a Las Brumas. “Por ese tiempo, como en el 2006, los Columpios al Suelo empezaron a armar sus canciones, ensayaban, y yo soñaba con ser parte de la banda. Amaba la hueá, pero me sentía torpe y mala para ejecutar así que ‘filo, nunca voy a tocar ahí’, dije. Pasaron cuatro o cinco años, hasta que el Juampi me dice ‘¿te tinca parchar?’. ‘¡CTM, sí!’. Pensé: lo voy a hacer tan tan bien que no me van a sacar de la hueá, y así fue po. Me dijo que lo había hecho demasiado bien, que no podía ser un parche no más. Fui feliz mucho tiempo”. Pero se cumplió el ciclo. Desde que renunció-de-mentira a Columpios, levantó Las Brumas, por allí por el 2016. “Ahora renuncié oficial”, dice, mientras cuenta que algo tenía que hacer con esas canciones que tenían años de vida, al menos diez. “Si no sigo tocando en Columpios no me quiero quedar sin tocar en vivo, es lo que más me gusta”. El gran motivo para vivir la autonomía del proyecto musical, porque ahora sabiéndose buena y nada de torpe para ejecutar, no podía dejar pasar sus sueños; sería repetir la historia del hombre que más quiere, su papá. Tuvo su primera fecha en el Bar 1 junto a Casero, en
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un formato reducido con Antonia, de Gris Castigado, y un bajo. Se involucró la persona con la que tuvo una relación, sabiendo que “las parejas se acaban”, pero nunca descuidó la idea de banda, así que cuando el fin inminente llegó, tenía un plan B llamado agrupación para poder seguir tocando: Pablo, de La Parálisis del Sueño, Max o Raúl en la batería -dependiendo de sus agendas-, y Caro Páez y Andrea Acevedo como Las Cicatrices, dúo aparte que termina de ponerle el broche de oro a este viaje de Yani. “Las conocí por Columpios. Hicieron los coros en Celadores y nunca más nos separamos. Le dan un toque muy aquelarre, queda épico, ritual de brujitas. Nos tiramos tallas, nos llevamos bien, tenemos un chiste sobre la oralidad: necesitamos estar haciendo siempre cosas con la boca. O cantar, o fumar, o beber, o hablar, cualquier tontera. La oralidad”. Una de las cosas favoritas Las Brumas (+ Las Cicatrices) es invocar mediante gritos, algo que pocos se esperan cuando piensan en una banda con primera línea de mujer. Yani estaba chata de tener que abrir por piola y saber que se desperdiciaba toda la energía que fuga de sus canciones sólo por ser pocos, o ser mujer. O ser mujeres. Porque aunque componga en la pieza, toque en la fogata o imagine su disco debut muy a lo Sibylle Baier, la potencia es innegable. Afortunados los que han podido ver un vivo, porque con el miedo de no querer ser el show deshonesto que vio en Sábado Gigante, se fue al otro extremo. Canciones tan honestas, que pueden llegar a ser incómodas, como cuando ves a alguien llorar en la calle o el espacio reducido del Metro no te permite sacar el oído de un beso ajeno. “Es innegablemente potente, no pasa desapercibido. Pueden decir ‘ay, la hueona que se da color, la hue-
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ona teatrera’, pero no podís obviarlo. En Las Brumas hay gente dándolo todo, me doy cuenta y el resto también”. Y no solo los integrantes, porque además del ritual de gritos de mujeres y la interpretación en punto de Yanara, a veces llega una sorpresa: un coro de niños. Yani vive sola desde chica, siempre con trabajos para sustentarse. “Me fui de mi pega en un restaurante y mi mamá, que trabaja en el Teatro Municipal de Maipú, me dijo que mandara mi CV para dictar el taller de canto. Se lo ofrecieron a ella pero estaba hasta el pico así que me pasó el dato. Sin pituto ni nada. Me fue bien, po”. Ahí lleva un buen rato, cantando ‘Hijo de la Luna’, ‘El Baile de los que Sobran’, y‘Humedal’ de Las Brumas, junto a -en su mayoríaniñas y adolescentes. “A la banda la encuentran media folclórica, al menos por ‘Humedal’. Me da ternura que me digan que es una canción muy triste, pero muy linda. A Chile le gustan las canciones tristes, trágicas, y así suena Las Brumas. El otro día leímos la letra y una niña me dice ‘¿es como de un aborto?’ y fue cuático porque tiene sentido y relación. Es sobre la muerte de dos hermanitas chicas mías, pero en un registro que se repite constantemente en las ocho canciones que componen el disco. Se habla del aborto en ‘Arrebato’, se habla de la maternidad como algo hermoso pero lejano o indeseado, del insomnio, la violencia, la muerte. Es bonito que las niñas sientan los ejes que toco”. Hoy es el debut. Tras varias fechas y distinciones por la revelación que significa su música, Yani está lista para abrir su mundo interno en ‘A Las Piedras’. “Estaba tratando de sacar una canción de Eduardo Mateo, que obvio no logré, y me quedé con esta guitarra pegada”. Eso, mezclado a una decepción amorosa y
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los recuerdos del flirteo con el ausente, dieron vida a una pieza que hoy habita en otras lecturas. “Es el juego de la piedra de la locura, este componente cerebral que nos desata la neura. Muy de El Bosco, de este ritual de poder extirparse eso haciéndote un hoyo en la cabeza, así de literal. Una hueá media ocultista, media Pizarnik”. Eso quiso reflejar en el video, también. “Durante el 2014 fuimos con los Gangrena Surf y los Columpio a El Panul, nos tripeamos e hicimos una danza de la lluvia para descontaminar Santiago. Nos volvimos locos alrededor del fuego, bailamos, fue divertido y quería rescatar eso del ritual. Por eso elegí ese mismo lugar para grabarlo, con clones a lo Juana Molina, con una dualidad entre el día y la noche”. Una pequeña muestra de todo el universo Las Brumas, que ya prepara segundo un segundo single y aspira al debut discográfico, ojalá, antes de que se acabe el año. No sin antes hacer eso que la trajo hasta acá, tocar. Durante septiembre va a telonear a Fármacos en Valdivia, pasaran por Talca, Concepción y Valparaíso. Por el momento, Yani va a seguir con Las Cicatrices, invocando a todo lo que se tenga que invocar para fugar todo lo que vive dentro de ellas. Ahora, la apertura mínima de la rendija de la puerta, la pequeña línea que permite intuir lo que viene pero que guarda la sorpresa para cuando el reveal sea total, y todas las puertas y ventanas terminen de abrirse para darle paso al ritual final.//
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ORIGINAL DE CONSEQUENCE OF SOUND
Fanáticas usan redes sociales para exponer denuncias en contra de The Orwells Hace unos días, mientras se combinaba el tedio del trabajo con la procrastinación más pura, un artículo de la página Consequence of Sound apareció. El texto explicaba cómo un grupo de mujeres abusadas por miembros de la banda de Chicago The Orwells, se puso de acuerdo y, mediante las herramientas que dan las redes sociales, pudieron hacer que en tan solo seis días una de los grupos que más ruido estaba haciendo en Chicago cancelaran shows importantes y eventualmente se separaran. Todo gracias a su unión y valentía para denunciar los hechos. En POTQ Magazine creemos que es una historia que debe ser leída por los tiempos que corren, abre muchas preguntas, pero también entrega respuestas que pueden ayudar a personas que pasaron por experiencias similares, para que vean qué caminó podrían elegir y que porque el abusador sea parte de una banda grande, no todo está perdido. Les dejamos a continuación el artículo original de Consequence Of Sound (que gentilmente permitió esta traducción) que se titula “Female Fans Use Social Media to Expose The Orwells’ Allegations”, escrito por Jessica Lipsky. Lo tradujimos para que lo lean, difundan y en el mejor de los casos, pueda ayudar a alguien que está pasando un mal momento. Por Alex Miranda
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ARTÍCULO - SEPTIEMBRE 2018
-Un grupo de valientes mujeres hicieron su parte al ayudar a limpiar la escena musical de Chicago Por Jessica Lipsky Un grupo de mujeres dispersas alrededor de Estados Unidos, conectadas vía Twitter y la música, lograron hacer caer a la banda de Chicago por presuntos abusos sexuales de parte de sus miembros. Este esfuerzo colectivo, que terminó en shows cancelados y la eventual ruptura de The Orwells, pasó en tan solo seis días. The Orwells, una banda de Rock de Elmhurst, Illinois, que consiguió notoriedad en 2014, recibió varias denuncias de agresión sexual, lenguaje homofóbico, violencia y un patrón de acoso a fans menores de edad en redes sociales como Twitter, Reddit y un fanpage de Facebook basado en la escena musical independiente. Las denuncias están mayoritariamente centradas en el vocalista Mario Cuomo —quien ha sido acusado por múltiples mujeres de abusarlas y enviar nudes no solicitadas a niñas menores de edad— además de los hermanos Brinner, el baterista Henry y el bajista Grant. Los guitarristas Dominic Corso y Matt O’Keefe no fueron mencionados. En su momento, la banda negó “enfáticamente” todas las acusaciones, pero tampoco contestaron las múltiples preguntas que Consequence of Sound les intentó hacer. En vez de quedarse como un secreto a voces entre los fans de Chicago, los detalles y el sufrimiento colectivo que causaron estos incidentes se esparcieron por las redes sociales. En chats grupales, fans mujeres de The Orwells y otros grupos de Chicago, discutieron porqué el abuso fue tolerado y decidieron tomar el asunto en sus manos, recolectando y agrupando todas las denuncias en un masivo documento de Google que muestra las historias de las víctimas de manera anónima. Un grupo en particular presionó para que un local de Chicago cancelara el show que la banda iba a presentar en su ciudad natal. Estos esfuerzos de base, con los que estas mujeres pudieron derribar una de las bandas indies más populares de Chicago, ofrece una suerte de guía única sobre otros intentos de llevar el movimiento #MeToo a la música. *** Genevive Martinez vive muy lejos de Chicago, en South Florida, pero comenzó a escuchar a la banda de indie rock de Chicago, Twin Peaks, en 2014. Creó un chat grupal en Twitter con otras siete mujeres fans de la banda por el 2016 (aunque algunas ya se conocían por shows u otro tipo de contactos), y ocasionalmente viajaban a shows juntas. “Todas tenemos gustos similares de música y creencias personales afines, así que todas nos llevamos bien bastante rápido. Nuestro chat grupal creció desde hablar de música a discusiones políticas, feminismo, problemas sociales y salud mental”, le dijo a Consequence of Sound Martinez, quien actualmente tiene 24 años. “Ellas son algunas de mis
amigas más cercanas”. Martinez se enteró de la existencia de The Orwells por asociación y trató de escucharlos en el 2015 “pero me desanimaron mucho sus pésimas personalidades en entrevistas que vi”. Dice que siempre tuvo un mal presentimiento con la banda —que es conocida por sus estridentes shows y actitudes de ebrios—, por lo que “no estuve muy sorprendida cuando comencé a escuchar estas cosas”. En el creciente grupo de Twitter, Martinez y otras discutieron los rumores sobre miembros de la banda involucrándose con fans menores de edad, de mandar mensajes explícitos que esperaban que fueran recíprocos y básicamente, actuando inapropiadamente. “Descubrimos a través de algunas personas, que lo terribles que eran The Orwells era algo de conocimiento público en Chicago. Y hace unos meses comenzamos tener la noción de que podíamos exponerlos públicamente”, dijo ella. En junio de 2017, Martinez tuiteó: “Es con mucha felicidad que al fin puedo decir llena de valor: Fuck. The. Orwells”. Ese tuit llamó la atención de Rita Hess, una residente de Chicago y gran seguidora de la escena musical local. Hess también había escuchado sobre comportamiento ilegal de parte de The Orwells y así fue como comenzó a mandar mensajes privados por Twitter a Martinez. “Los abusos de The Orwells no solo son un secreto bien conocido en la escena, sino que también algo que le pasó a muchas mujeres DENTRO de la escena. Novias de miembros de bandas, amigas de esas novias, las chicas que están en primera fila todos los shows, etc…”, escribió Hess, quien estaba aturdida por ver que nadie dijera nada. “La gente está TAN cerca del abuso. Ellos vieron lo que le pasó a sus amigas y sabían que esos tipos vivían cerca. Supongo que no querían armar un problema aún más grande”. Amanda, quien no estaba involucrada en el chat grupal, le dijo a Consequence of Sound que Cuomo la persiguió con intenciones sexuales desde que ella tenía 15 años, enviándole fotos desnudo y mensajes manipuladores. Tuvieron sexo consensual, aunque Cuomo (que ya había pasado los 20) nunca preguntó su edad, a pesar de saber que Amanda seguía en el colegio. “Es muy complejo entender cómo me siento respecto a esto”, dice Amanda, quien ahora tiene 19 años. “Incluso si pienso que quería hacerlo cuando tenía 15, no creo que estuviera mentalmente preparada para eso, especialmente, con alguien con mucha más edad que yo en el momento, especialmente con alguien que no se molestó en preguntar mi edad, especialmente con alguien que me emborrachó para poder tener sexo conmigo”. El chat grupal fue una importante fuente de información y consuelo para Hess. “Desde el primer día de nuestra amistad, ellas me apoyaron al contar lo que conté sobre The Orwells y me alentaron a que lo hablara”, dice ella. “Ellas han creado amistades reales con otros miembros de bandas y escuchado
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cosas que nos hacen pensar que estamos haciendo lo correcto al hablar de estos abusos”. *** Las mujeres en el chat grupal se sintieron obligadas a hacer algo, pero sabían que las historias de encuentros negativos con The Orwells no eran de ellas, como para decirlas públicamente. Pasaron bastante tiempo discutiendo cómo evitar mencionar a las víctimas y hablar por otras sin consentimiento. Entonces, una chica subió una imagen de una puerta llena de grafitis en Cole’s — un local que queda en una avenida principal de Chicago—. En esos grafitis puede leerse “The Orwells son violadores” y “Los Brinner son gemelos violadores”. Hess fue inmediatamente al local para conseguir tomar una foto completa del lugar. “Esto fue una sorpresa para nosotras, porque hasta este punto solo habíamos escuchado rumores del comportamiento violento de Mario y de sus relaciones con chicas menores de edad. Esta era la primera vez que veíamos algo sobre violación o sobre
los gemelos Brinner”, dice Martinez. “Este es el punto en que tomamos en serio el querer exponer a The Orwells. Estuvimos meditando sobre por qué nadie había hablado sobre ellos, cuando sus comportamientos y actos eran de conocimiento público hace muchos años. Estábamos frustradas porque todo lo que teníamos eran declaraciones de segunda mano y rumores”. Hess, Martinez y otras comenzaron a tuitear y retuitear la imagen de la puerta, esperando tener algo de notoriedad. Pasaron algunas semanas sintiéndose impotentes, como si no fueran a llegar a nada. “La gente sabía exactamente dónde estaba la puerta. Ellos probablemente sabían quién lo había escrito y por qué”, agrega Hess. “Creo que la puerta realmente ejemplifica la idea de este ‘secreto de la escena’. Era literalmente lo que decían las paredes. Estaba ahí. Todos lo vimos. Lo sabíamos. Solo necesitábamos gente que escuchara”. El 23 de agosto, Hess vio al local de Chicago The
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Metro promocionando un show de The Orwells en su ciudad natal en noviembre. Ella tuiteó al lugar, haciéndoles notar su historia de abusos y cómo nadie estaba hablando de ello. Hess también etiquetó a Twin Peaks y muchas otras bandas prominentes de Chicago, quienes ( junto con muchos otros que no estaban etiquetados en el tuit) denunciaron el comportamiento de The Orwells. El tuit de Hess fue retuiteado por sus amigos/as, fans, bandas y otras mujeres que pronto se unieron al chat grupal. Busy Phillips, actriz y personaje popular en redes sociales, le dijo a la radio SiriusXM que dejaran de tocar a la banda. El show fue cancelado el 27 de agosto, aunque no es claro si fue Metro o The Orwells los responsables de esta cancelación. Bess Connelly, residente de Wester Springs, Illinois, no tuvo experiencias de primera mano con The Orwells, pero escuchó historias tanto de Cuomo como de Brinner por años, incluyendo una experiencia que una amiga personal tuvo con Henry Brinner. Ella también presionó para que el show en Metro fuera cancelado. “Cuando anunciaron el show en Metro, de alguna forma me di cuenta de que algo realmente tenía que hacerse esta vez, ya que sería muy injusto de su parte seguir teniendo una carrera floreciente cuando habían abusado y manipulado a tanta gente”, escribe Conelly, de 21 años. Riley Kmet, de 20 años, vive en Akron, Ohio y notó que Hess estaba llamando a cancelar el concierto y le tuiteó su propia experiencia acerca de sus rela-
ciones con The Orwells —ella también recibió fotos de Cuomo desnudo cuando tenía 17 años y dice que una amiga fue violada por un miembro de la banda—. “The Orwells era una de mis bandas favoritas hasta que me di cuenta que mientras más tiempo pasaba, más amigas tenían experiencias incómodas con ellos y eso hizo que fuera cada vez más difícil disfrutar de su música. Sentí como algo importante tuitear sobre esto, porque aún tenía muchos conocidos en Twitter que aún amaban a la banda y quería que supieran la verdad sobre el grupo que ellos estaban eligiendo apoyar”. Martinez le habló a Kmet, quien se unió a un chat junto con Hess y otra mujer llamada Emma (que no fue entrevistada para este artículo) y hablaron sobre cómo proceder. *** Mientras los tuits acerca del show en Metro y las acusaciones de abuso sexual comenzaron a llenar las redes sociales, las mujeres comenzaron a acercarse a varias miembros del chat grupal para compartir sus historias. Kmet decidió compilar las historias en un archivo de Google, que tiene 39 páginas de largo al momento de publicar esta nota, mientras otros miembros del chat podían escribir sus propias historias mientras se editaban otras. El formato era simple de editar y compartir, además de algo que todas las mujeres habían conocido en el colegio.
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El archivo contiene e-mails y pantallazos de redes sociales. Algunas historias contienen pantallazos de mensajes de Cuomo —incluyendo lo que parece ser el vocalista aceptando que se acostó con una niña de 15 años— mientras que otra muestra imágenes de moretones y marcas de mordiscos dejadas por él. Una mujer escribió que ella perdió su virginidad con Cuomo a través de sexo anal, relación en la que él se rehusó a ocupar condón; además de muchas mujeres que cuentan como Cuomo se les insinuó antes de que ellas cumplieran 18 años. Muchas de las cuentas anónimas pertenecían a amigas de las mujeres del chat grupal. El documento fue rápidamente compartido tantas veces que sobrepasó la capacidad de Google Doc y se tuvieron que hacer copias del mismo documento. “Nosotras no estábamos esperando ningún tipo de respuesta. Pero cuando las historias se expusieron la respuesta sobrepasó las expectativas”, escribió Madeline Heuer de Chicago, la mejor amiga de Kmet y una de las editoras del documento. “El escenario ahora estaba en su 100% gracias a las redes sociales. Leí todas y cada una de las historias en ese documentos, y todas me entristecieron. Es 100% la culpa de los miembros culpables de The Orwells”. “Leer todas las historias me trajo un sentimiento de perturbación muy fuerte que no me puedo quitar. Recibí varios mensajes de chicas que decían que se sentían un poco menos impotentes ante la situación”, dice Kmet. “Escuchar esas historias de esas otras mujeres, si bien son fuertes, ha ayudado mucho a otras a sentirse menos aisladas, avergon-
zadas y culpables por lo que vivieron y además a ayudado a sanar muchas vidas. Escuchar esas cosas me hicieron sentir más inspirada y honrada de haber ayudado de alguna manera a esas víctimas, para que encuentren un poco de paz en sus vidas”. El 29 de agosto, The Orwells anunció su separación. “No esperé que todo eso pasaría en tan solo seis días. O sea, apenas la gente comenzó a —finalmente— hablar acerca de esto, fue como si las compuertas fueron abiertas, la gente comenzó a hablar y no paró. *** La rápida sucesión en la que una banda popular sucumbe ante las voces de las víctimas era algo que no había pasado antes, un claro resultado de los tiempos de social media y las políticas del #MeToo. El rápido éxito de su trabajo sorprendió a las nueve mujeres del chat grupal, la mayoría se preguntó por qué le llevó tanto tiempo caer a The Orwells. Connelly dijo que estaba bastante segura de que la banda iba a cancelar el show en Metro, pero nunca esperó que se separara. “Me hace preguntar ¿si esto hubiera pasado uno o dos años antes, serían los mismos resultados?”. Kmet piensa parecido, agregando: “Estoy orgullosa de lo que el esfuerzo y la unidad de estas mujeres han logrado hacer en una semana”. Ella también se pregunta por qué otras bandas de la escena, es-
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pecialmente las que son amigas de The Orwells y sabían de su comportamiento, no hablaron antes. Como mínimo, esos músicos debieron haber dejado de seguir o parado de apoyar a The Orwells, piensa. Bandas como Modern Vices y Twin Peaks fueron rápidos en denunciar el comportamiento de The Orwells en Twitter, y ambas retuitearon el link del Google Doc. Felicitaron a Twin Peaks por hacer esto, pero ellos instaron a la gente a que el foco siguiera en lo que importaba: las mujeres involucradas. “Espero que la separación de The Orwells gracias al arduo trabajo y el valor de las mujeres de esta comunidad nos de una lección a todos nosotros: escuchen las historias de las mujeres, amplifiquen sus voces y permitirles a ellas dictar la narrativa de los hechos”. El vocalista/guitarrista de Twin Peaks, Caiden Lake James le dijo a Consequence of Sound: “Estoy agradecido de que se me haya mostrado un camino claro que exponía a los abusadores sin sacrificar la privacidad de quienes han sido víctimas de sus conductas depredadoras”. Estar envuelta en la escena musical de Chicago con el secreto a voces sobre The Orwells fue horrible, dice Hess. “Duele tanto ver a miembros de bandas alzando la voz por mujeres abusadas en otras comunidades pero nunca en la nuestra. Ellos condenaban a otros pero nunca a los de acá. Comencé a sentir que —dios no lo quiera— si algo me pasara en un show en Chicago, no sería capaz de hablar ya que sería más importante que manchara la reputación de la escena”. En las redes sociales, múltiples fans de The Orwells expresaron su desilusión por la manera en que la banda fue enjuiciada en la corte de la opinión pública. Un fan de la banda —@jerryranda1— llegó a tuitear: “Inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Estoy seguro que esta no es la primera banda en hacer esto… ¡Es algo que pasa con la fama! Calumniar a la banda sin un paso por la corte no es un buen criterio”. Erick Kolkey, también de Chicago, es un ex tour manager que trabajó con bandas como the Damned, Ramones, Iggy Pop y otras bandas de los 70’ y 80’, sugirió que algunos de los incidentes que están en el Google Doc son algo que es parte del rock ‘n’ roll. En un grupo privado de Facebook de fans de The Orwells el mismo Kolkey escribió sus experiencias trabajando con ellos en tour. “Teníamos mujeres que prácticamente se lanzaban a los miembros de la banda. ¡Chicas realmente lindas! Teníamos groupies que podrían haber tenido sexo con cualquier persona con que tuviera una guitarra en la mano. A veces les gustaba y otras veces les daba remordimiento. Lo que no tenían en ese tiempo era la habilidad de destruir a una banda y sus miembros contando algunas historias anónimas que podían ser leídas en todo el mundo, en segundos, sin cuestionamiento. Todo lo que se necesita son unas cuantas historias, sin pruebas, y en unos
días tu objetivo estará arruinado”. Marie Chatelot, una fan francesa de The Orwells y administradora del mismo grupo de Facebook donde Kolkey escribió lo anterior, dice que ha asistido a —aproximadamente— unos treinta shows de la banda e incluso ha asistido a fiestas con ellos. “Siempre nos trataron con mucho respeto. Siempre me sentí segura con ellos”, dijo a Consequence of Sound, además de agregar que no vio comportamientos como las de insinuarse a niñas. “Primero estaba en shock por leer los testimonios de todas estas chicas, y rápidamente me sorprendí de cómo la gente reaccionó al Google Doc inmediatamente como de una manera que hacía parecer que era la única verdad”, dice Chatelot. “Para mí, hacer acusaciones por internet solo desacredita la autenticidad de los hechos. Ninguna de las víctimas puso una denuncia en la policía, lo que habría validado sus acusaciones”. Sin embargo, la respuesta de las redes sociales han alentado a algunas de las fans más jóvenes de The Orwells —incluyendo a Heuer y Kmet— a repensar cosas que ellas daban por sentado como adolescentes. “Nosotras vimos cosas cuando estábamos en nuestros quinces, pero ahora que tenemos veinte, nos damos cuenta de lo realmente jodido que era todo”, dice Heuer. “Me entristece que esto fuera un secreto a voces por tanto tiempo, pero también sé que no hubo otra oportunidad para las víctimas de compartir todas estas historias en un solo lugar hasta que este documento apareció”, continúa diciendo Heuer. “Creo que esto impulsó a que hombres y mujeres dejaran de solo observar los comportamientos a su alrededor, si no que ahora también a hablarlos y, ojalá, denunciar estos casos antes de que se conviertan en un patrón de abuso como en el caso de The Orwells”. Hess dijo que ahora hay una suerte de vibra más sanadora entre los miembros de la escena musical DIY de Chicago. “Nuestra escena es increíble, y ahora que este caso horrible de abuso ha sido expuesto lo es incluso más, y salimos todos juntas de esto. Es hora de que las mujeres, la gente de color, la comunidad LGBTQ y los discriminados sean incluidos en los shows, es hora de que los lugares para tocar escuchen porqué una banda no quiere compartir escenario con otras y es hora de que los fans VETEN a la gente que escuchan a las bandas con abusadores”.//
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TAKING BACK SUNDAY THE GREEK THEATRE (BERKELEY) POR JOAQUÍN CABELLO
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11 DE SEPTIEMBRE LA MEMORIA PUEDE SALVARNOS Por Bárbara Carvacho
“El país está como lo pensó Pinochet. Cuando dicen “le ganamos a Pinochet”… Pienso que no es verdad”. Eso decía Ana González, un símbolo vivo de la lucha contra la dictadura y de la búsqueda de justicia, hoy en una entrevista para el diario El País. A algunos les quitaron a sus amigos y familia. Les destrozaron la vida. A otros se la quitaron con las torturas más espantosas. A todos —incluso a los que aún no nacíamos— nos despojaron de nuestros derechos básicos, que aún no se recomponen después de 45 años. El manto de la dictadura nos cubre todos los días con la Constitución que dicta las guías del país, cuando nos endeudamos por enfermarnos o por estudiar, cuando nuestros abuelos no pueden permitirse el descanso después de toda una vida, porque hay que comer. Ha pasado casi medio siglo y Chile se manifiesta de muchas formas como un país implacable, triste y doloroso. ¿Cómo se combate ese dolor? ¿Cómo se resiste? Aquí es cuando la memoria se mira como la joya más preciada que tenemos escondida en nuestra casa, en el abrazo que le damos a nuestros amigos, a nuestra familia. En la música que escuchamos y que arma también el mapa de nuestras vidas. El ejercicio de la memoria puede salvarnos. Invitamos a algunos artistas a realizarlo y compartir con nosotros -con todos- lo que piensan y también las canciones que los acompañan.
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Felipe Berríos Bronko Yotte Para mí el 11 de septiembre del ’73 es representativo de lo que pasó los diecisiete años que le siguieron, y más allá. Pero me centro en la dictadura, porque yo soy lo suficientemente viejo como para que sea un recuerdo vívido, directo. Nací solo seis años después del bombardeo de La Moneda, y eso no es tanto. Cuando mi abuela y mis tías nos contaban a los niños sobre ese día, sobre la familia escuchando la radio Magallanes reunida en el baño, esa emoción que nos transmitían no era anecdótica. Porque estuvo siempre latente y parte de ella quedó, aunque diluida quizá, en el Chile posterior. Hace poco descubrí unos canales de YouTube en los que suben comerciales de tele de los ochenta, y si bien dan nostalgia, como que todo se me vuelve a revelar con un dejo ominoso, aunque solo sea publicidad. Le dedico a este día la canción que le dedicaron Los Tres en su disco debut, ‘Flores secas’. Expresar ese rencor abiertamente en el ‘91 ya era signo de que éramos un poco más libres.
Juan Fernando Rubilar Medio Hermano Si no es para sacarlo del nombre de alguna calle, el 11 de septiembre no se debe olvidar. A mí la fecha me pone sensible, me amargo (más de lo común), me irrita especialmente porque por esos días la herencia de la dictadura pega más fuerte, y los hipócritas que se ponen convenientemente del lado de las víctimas salen a decirnos que “basta de odiosidad”, como si ellos no fueran la principal piedra de tope para la tan manoseada reconciliación. Con todo lo siniestro que es el 11 (y lo que vino después), no se debe olvidar, y es nuestro deber como generación que la fecha no pase en vano hasta superar algunos pisos éticos mínimos, como borrar la sombra de Pinochet en la Constitución y darle justicia a todas esas familias. Quiero musicalizar la fecha con este disco que hace años escucho sagradamente en estas fechas, es hermosamente paradójico que se llame Viva Chile, y que los Inti Illimani lo hayan hecho en Italia el ’73, cuando se fueron exiliados.
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Juan Pablo Órdenes Columpios al Suelo El 11 de septiembre es el día en que apagaron la luz, el fin de la inocencia, pero esa palabra no existe desde hace siglos en este continente despiadado. El final del juego, un final devastador de épocas pasadas donde “hacer la revolución” era un camino real y no artificioso; y también es el inicio de muchas cosas, de un diseño mental que se instaló en todos nosotros, lo hayamos vivido, o no. Una sensación de mortalidad, de que esto se acaba, de que no hay sueño que la realidad no termine aplastando finalmente. El once es nuestra condena, fue la bota que rompió el espejo en mil pedazos, que es lo que somos ahora, fragmentos inacabados que no terminan de unirse entre sí. Nos arrebataron a nuestros artistas, a nuestros genios, nos cortaron las manos y esa amarga sensación dura hasta ahora, en esta dictadura del pensamiento, en este control en el que seguimos viviendo. Pienso en dos canciones, las dos del mismo: Jorge González. ‘Allende vive (y yo sé dónde)’ de su disco Mi Destino. Es destemplada, la patria es una inmensa mentira, “qué barsa el presidente, habla de este país, por qué no le llama fundo y honra su raíz”. Chile es un fundo (y no nos pertenece). La otra, que es una especie de himno de vida para mí, es de cuando Jorge González no alcanzaba aún los veinte años de edad: ‘No Necesitamos Banderas’, una de las canciones más inspiradoras que he escuchado en la vida, un verdadero escupitajo a la humanidad y sus falsos líderes, un llamado a la acción, a descreer de todos, sin distinguir credo. A no dejarse estafar, a no sentirse parte de un total. Renegar de un patrón, matar al padre, no confiar en la institución, nunca más.
Camila González Editorial Amistad, Ruidosa Para mí cada 11 de septiembre es un recordatorio de la importancia de ideales como la libertad de expresión, la democracia, la sororidad y una revolución en pos de una sociedad más equitativa, justa y crítica. También es una oportunidad de conectarme con mi propia historia: conversar con mis padres sobre el significado de esta fecha en la historia familiar, su juventud, el exilio forzado, las familias fracturadas, el miedo, la amistad y su historia de amor que nos terminó llevando a Concepción. A este día le dedico ‘Cuando voy al trabajo’ de Víctor Jara.
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Rae del Cerro Horregias Vi un VHS escondida cuando chica, con testimonios de brutal tortura, testimonios de mujeres sobrevivientes de la más horrenda violencia. No estaba tan chica y hasta ese momento no sabía nada de eso. De los secuestros, las casas de tortura, de las ratas, la electricidad, mujeres que entrenaban perros para violar y a otras mujeres para torturar y desaparecer personas. De violadores, asesinos todos aprobados por el dictador, actuando impunes, y hasta hoy. Da rabia el silencio que mantienen, que no haya reparación alguna, que haya gente que no quiera ver, que importe más la plata que se robó el viejo culiao que la vida de personas. Chile es horrendo por esto. Porque no tiene memoria y las aberraciones de la dictadura se siguen perpetuando. Por eso pienso que el 11 nunca dejará de ser un excelente día para quemarlo todo. Para que, esperemos algún día, nunca más. Le dedico ‘Fire On Babylon’ de Sinead O’Connor.
Ricardo Herrera Medio Hermano, productor musical Para mí el 11 de septiembre de 1973 representa vergüenza y brutalidad. Podrías no haber estado a favor de la Unidad Popular y sentir que el gobierno de Allende era pésimo y que provocaba pobreza, pero defender y justificar un ataque con bombas desde el propio ejército chileno hacia la casa de gobierno con el fin de derrocar, exterminar y arrinconar a los que estaban ahí como si fueran ratones, me parece de una cobardía atroz, que representa el poder del más fuerte, del que pega gana, el triunfo del matonaje. Es horrible, pues si bien el socialismo también representa dictadura, genocidio y pobreza para muchos, para Chile significó un proceso de reflexión y comunión de un grupo de chilenos por una vía democrática que en la práctica representa el poder de cambiar tu mundo a través de organización, algo que le hace mucha falta a la identidad chilena. Ni ahí con prender velas a Allende pues creo en fortalecer el poder del Estado (en su defecto, no al empresariado) en la nacionalización de los recursos naturales y de la producción, no obstante, en el sentido político no me extraña que hubiera significado imperialismo en el campo semántico para los que no estaban de acuerdo. Creo que el golpe de estado de 1973 es un síntoma del síndrome de Estocolmo a nivel nacional provocado por el odio y el matonaje existente en esa etapa de nuestro país. Me gustaría poner el Canto de Chile de Charo Cofré, disco completo.
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Juanita Moore Juanita La O Cuando era chica mis viejos escuchaban Sting. Había una que me encantaba que se llama ‘They Dance Alone’. que tenía una flautita chora. Me acuerdo haber distinguido la palabra Pinochet en una de las estrofas y me llamó mucho la atención, qué tenía que ver Sting con Chile. Mi mamá me explicó de qué se trataba y me emocioné mucho, era muy chica y no cachaba nada de esa parte de la historia. Tan reciente, horrible y triste me pareció que por mucho tiempo fue una de mis canciones favoritas, traduje la letra para ver que decía. Que ellas todavía bailaban solas, con sus maridos, padres e hijos que ya no estaban y nunca volverían a ver, qué tan terrible había sido esto que inspiró canciones en el mundo entero. Puede ser un poco cliché y literal, pero con esta canción fue cuando primero me conecté con esta herida de mi país, pienso en ella cuando pienso en todos los que extrañarán por siempre a sus queridos que no volvieron a encontrar.
Maxi ‘Cat’ Murillo Los Bárbara Blade Mi existencia no sería posible sin exilio, represión y mala leche de por medio. Mi madre volvió al país en 1990 llena de ilusiones para una transición que, a nuestro juicio, nunca terminó y nos dejó a medio transicionar. Nunca me aburro de recordarle a los colectiveros, uberistas y familiares que Pinochet fue un dictador genocida y ladrón, aunque a veces da miedo decirlo. Uno se imagina que lo van a bajar del auto, que lo van a tratar mal o mirar feo. Creo que es necesario seguir echándole sal a la herida, porque una herida tan larga y tan profunda, termina deviniendo en identidad. Elegí ‘Chile no está lejos’ de Aparato Raro. Me encanta porque expresa cierta alienación mediada por la tecnología que me parece profética, como joven millennial criado en neoliberalismo. En esta canción el texto pasa únicamente por samples de voz que refieren al país sin atribuirle un juicio de valor, haciéndole una finta a la censura. El concepto es tan simple: nosotros, siempre aislados, siempre atrasados en todo, “Chile”, no estamos lejos. Expresa una autonomía o una autovalidación que pocos se encargan de ejercer ya que siempre existe la fantasía de abandonar este país por otro mejor. Otra es ‘Resentido’ de Alejandro Paz, que interpreta la cuestión que nos divide: el perdón, el olvido. Y sin resabios del jipismo lana que tanto criticó Jorge González, representando entonces cierta tradición de resistencia cultural con la que comulgo mucho. Esta canción se compromete por un punto de vista que exige no ser amarillo, y a mí eso me emociona.
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Emilio Fabar Asamblea Internacional del Fuego Soy hijo de un obrero comunista, mi padre fue dirigente del sindicato de Metalpar, y en los años ‘72 y ‘73, trabajó en los comedores de la UNCTAD (actual GAM). Yo nací en el ‘78, y en el año 1983, mi padre engrosó las listas de prisioneros políticos de la dictadura. Tengo el recuerdo vivo de mi madre yendo a la Vicaría de la Solidaridad, era súper chico cuando aprendí lo que era un Recurso de Amparo, también supe de cabro qué era un allanamiento, siempre le tuve terror a los pacos y en especial a esos chanchos que venían cada cierto tiempo, de civil, a preguntar por mi viejo en un auto Opala, con bigotes estilo Corbalán. Mi infancia transcurrió de pleno en los ochentas, cuando lo más entretenido que podías hacer era mirar Sábados Gigantes, ahí la gente se olvidaba un poco del PEN (Programa del Empleo Mínimo) y el POHJ (Programa Ocupacional para Jefes de Hogar) y la economía del hambre. Una vez vi a mi taita con una máquina que imprimía volantes y le pregunté cómo se llamaba, mimeógrafo me respondió. Eso fue para las jornadas de protesta cuando quemaron vivos a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana. Con esas noticias fuimos dimensionando el horror con el que convivíamos. Suena ‘El sonido de los helicópetros’ de Asamblea.
Gabo Paillao La Brígida Orquesta Nací en una pobla al lado de La Pincoya, aunque para un externo a ella esto no haría ninguna diferencia. El 11 había que prepararse, dejar compradas un par de velas, entrarse temprano y esperar a que no cayera ninguna lacrimógena en el techo de la casa y si caía, ojala haber dejado a los más chicos (incluyéndome en esos años) en algún lugar donde fuera difícil que entrara el gas de ese artilugio tan preciado por Carabineros de Chile. Para mí, el 11 era eso, violencia. No tenía idea de qué había pasado en septiembre del ‘73, pero llegaba el 11 y sentía miedo. Los pacos no habían cambiado. Los pacos no han cambiado. Más grande supe del Nacional, del golpe y del horror que se vivió. Hasta el día de hoy no logro dimensionar el dolor, la crueldad y la violencia vivida por todos los que murieron y desaparecieron y también por todos sus familiares. Menos aún puedo entender cómo sigue existiendo gente en este país que se sienta con el derecho de justificarlo. Para mí, septiembre es un mes más y como dice el Andi Portavoz: “Si algún día grito Viva Chile será el día en que Chile sea del pueblo libre”. Mucho por aprender. Nada que celebrar.
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Yanara Zahri Las Brumas El 11 de septiembre es un agujero negro. El punto sobre el que se van amontando uno a uno los días, con la terrible sensación de que la maldad muchas veces gana. Un día que dejó convencida a la gente de que “el mundo es de los aprovechadores, de los poderosos, de los ladrones de terno y corbata’’, como dijo mi padre hace unos días. Qué ganas de ganarle a la gente mala e indolente y lograr una excepción a la regla. Ojalá pasaran al olvido los Pinochet, los Jaime Guzmán y recordemos siempre a todos los Víctor Jara que no conocimos. Le dedico una canción suya a este día, ‘El Carretero’.
Delia Valdebenito Música Un doloroso y terrible acontecimiento, debido a que significa una guerra estúpida de clases y política dentro de nosotros mismos, que somos parte de una misma cultura e identidad. Una guerra que hasta el día de hoy nos divide como pueblo y la cual define muchos problemas en nuestra sociedad, como preocuparse por cuánto tienes, cuál es tu pega, de qué familia vienes y dónde vives. Espero algún día nos preocupemos más por nuestra tierra, por la igualdad y por la unidad, que de estos parámetros que generan uno de los cánceres más detestables: la superficialidad. Le dedico a este día ‘Un grito de Ayer’ de Magdalena Matthey.
Philippe Arama Remission, Invierno El dolor que ellos sintieron yo no lo sentí, pero la única sensación que me provoca es compasión. Los crímenes contra la humanidad no pueden ser justificados por cambiar un modelo económico, ya que están robando vidas. Represión, agresión y una carga de vergüenza. Este país está manchado con sangre y hay miles de nombres desaparecidos. La destrucción de familias e ideales es sumamente obscena y el fin jamás justificará los medios. Nunca lo hará. Me enferma cuando un adulto dice “no lo viviste tú”, cuando la cosa es simple: una vida inocente vale más que todo el sistema capitalista. Suena ‘Burden of shame’, de Remission.
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Kotalo Gallardo Parálisis del Sueño Si vienes de una familia que lo pasó mal en dictadura y vives en una población (alguna vez “Campamento Che Guevara”) es medio imposible pasar por alto una fecha como el 11 de septiembre. Creces conociendo historias de esos años y observas repercusiones del golpe y de su violencia de manera más consciente. No me deja de impactar y provocar una ansiedad tremenda pensar en toda la gente detenida, golpeada, violentada, asesinada. Pensar que hubo gente en Chile que se levantaba temprano, desayunaba y se arreglaba para ir a torturar a otros chilenos, vivían de eso. Y no pasó hace tanto rato. Creo que independientemente de tu sector político o de tu edad, hay que entender que la negación de esas atrocidades es un mal síntoma. Hay gente que la practica e invita a los demás a unirse con tono simpático. A esa gente hay que escucharla pero no hay que comprarles nada, hacerles caso agranda una herida que ya es gigante. El año pasado escribí una canción —’Sigo aquí’— que habla sobre la necesidad de conversar el tema con las generaciones que vienen, pensando en mis hermanos chicos y en el país en el que crecerán y vivirán. Por movidas extrañas de la vida terminé tocándola en uno de los subterráneos del Estadio Víctor Jara. Imaginen cómo se sintió eso. “Cuéntale a tus hijos que yo sigo aquí, háblales de los que seguimos aquí”.
Francisco Heredia Poder Fantasma El golpe de estado, la dictadura y el retorno a la democracia fueron solo una gran estrategia hecha por los grandes grupos económicos que manejan a Chile y parte de Latinoamérica. Estrategia que funcionó perfectamente, porque hasta el día de hoy son ellos los que realmente controlan este país. El documental “El diario de Agustín” relata muy bien todo este proceso, partiendo por el hecho que Agustín Edwars fue el que pidió ayuda a EEUU para realizar el golpe y devolverle su poder económico. Pareciera ser que nuestro “retorno a la democracia”, no fue más que una manera de tranquilizar al pueblo, haciéndole creer que ya no existía un enemigo real, pero nos dejó con una Constitución hecha a la medida de los empresarios, un odio tremendo hacia nosotros mismos. Además nos dejó con muchas dudas sobre lo que realmente pasó. Creo que la figura de Pinochet, no es más que la de un simple títere, controlado por personas que lo único que querían era que perdurara su hegemonía económica. Suena ‘¿Por qué no tiramos una bomba en La Moneda?’ de Poder Fantasma.
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María José Ayarza Chini & the Technicians Siento que la mayoría de personas del ámbito artístico tienen algún familiar o amigo de la familia, primo de segundo grado, etc. que haya sido detenido, torturado o desaparecido. Son historias familiares donde se deja entrever cuánta crueldad puede tener el ser humano, donde el relato oral persiste, la humillación, los sueños de reencuentro persisten, es tu palabra contra la de otro, porque se ocultó por mucho tiempo lo horrible que era la verdad y cuál era la magnitud real del daño. El 11 para mí implica el lastre que arrastramos como país hasta el día de hoy, ya sea en nuestro modelo educativo, derechos reproductivos, perder nuestras propias materias primas, etc. Es un modo de pensar egoísta que aún no ha muerto, donde al parecer las penas y crímenes son negociables y los derechos un bien de consumo o un privilegio de unos pocos. Todos tenemos un poco de esa estructura mental que erradicar de nuestras vidas, porque el individualismo como chilenos nos cala muy hondo. Me molesta que los cabros más jóvenes hagan memes con la imagen de la explosión de la moneda, muy nihilista serás, pero con ciertas cosas no se juega. Por supuesto me da cosa hablar de un periodo histórico que no viví, pero prefiero que al menos se siga hablando al respecto y no se vuelva algo anecdótico, porque no lo es. Suena ‘El Viejo Comunista’ de Manuel García.
Tiare Galaz Niña Tormenta El 11 de septiembre es un recordatorio. Hay que recordar que el poder está en manos de personas siniestras y mezquinas, que al ver amenazados sus intereses no dudaron y no dudarán en aplastar cualquier intento de levantamiento popular. Es además y sobretodo un recordatorio del inicio de un sistema político y social que para instalarse desmembró nuestra identidad a punta de violencia y horror. Quienes no crecimos en dictadura, lo hemos hecho en una transición que parece eterna, hemos crecido acarreando miedo. No hay que olvidar que la dictadura la llevamos dentro, la sufrimos en la desigualdad de este sistema de consumo, individualista, violento, superficial. Lo que nos queda es la resistencia, desde los espacios que tengamos o desde los que seamos capaces de abrir, desde la creación, desde el trabajo colectivo y desde la memoria, siempre. Suena ‘La Partida’ de Víctor Jara.
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Diego Ridolfi Fármacos Se puede hablar infinitamente de esta fecha, qué difícil abordarla desde un sólo punto. Lo que más duele y me perturba es el poco respeto y cuidado que existe para referirse hacia el crimen más terrible que se ha cometido en Chile. Siento que por sentido común y teniendo algo de humanidad, no se puede permitir que personas como Patricia Maldonado, José Antonio Kast y una infinita lista de personajes sigan teniendo un espacio en medios de comunicación donde avalen públicamente una dictadura, no se debería permitir que funcionarios de este gobierno que, claramente, fueron y son pinochetistas den declaraciones tan inhumanas. Creo que por ley no se debería permitir que alguien que tuvo algún tipo de relación con la dictadura tenga un cargo público. Hay cosas que para mí deberían estar penadas por la ley y prohibidas, por humanidad, respeto y conciencia.
Puedes pensar y tener la postura que quieras respecto a un tema, pero referirse a favor de todo esto públicamente, ocupar imágenes y rendir honores a una dictadura y a Pinochet es algo que debería estar prohibido hace bastante rato. Estamos en el 2018 y haciendo memoria, desde que tengo conciencia, nada ha cambiado acerca de cómo abordar un tema tan grave para Chile. Hay tantas canciones bellas, profundas y cargadas de dolor que se hicieron en todos esos años, pero la primera que se me vino a la cabeza es ‘Vuelvo Para Vivir’, de Illapu. Le están cantando a la alegría y alivio de lo que significa poder volver a vivir en tu propio país sin que los mataran o los torturaran. Hace años, cuando tomé conciencia de lo que decía la letra, me puse a llorar.
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Daniela Saldías Dadalú Esta fecha me conmueve mucho, me da mucha nostalgia e impotencia ya que me pongo en el lugar de las personas que perdieron a un ser querido. Me imagino yo perdiendo al amor de mi vida. ¿Que haría? ¿Me quedaría tranquila? Me desgarra ponerme en el lugar de las personas que vivieron el terror. Ahora que ya tengo más años y tengo amigos más chicos, pienso en todos esos jóvenes de colegios que fueron torturados, en todas las mujeres que fueron violadas. Encuentro que es terrible que algunas personas pidan olvido y perdón. Lo encuentro sumamente insensible. Nada justifica lo que vivimos. Nada. Lo mínimo que deberíamos tener y no hemos tenido, es la posibilidad de darles sepultura a esos seres queridos de muchos.
Al mismo tiempo tengo recuerdos de esa infancia, donde se sentía la tensión, el miedo. A los apagones de esta fecha y las velatones que me asustaban. Las calles de Departamental con Panamericana solo iluminadas por las velas puestas en hileras sobre las veredas para recordar a los desaparecidos. En esa época aparte de escuchar a Violeta Parra y Víctor Jara, mis padres escuchaban mucho el disco de Arak Pacha Por los senderos del indio. Ese para mí es un soundtrack de la tensión y el miedo de haber nacido en los ochenta, donde todavía se torturaba a pesar de que ya habíamos dicho que “no”.
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TASH SULTANA LOLLAPALOOZA CHILE 2018 POR MAIRA TRONCOSO
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VICKY CORDERO desde CALIFORNIA
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“¡CONCHATUMADRE! STEVIE NICKS RESPIRÓ AQUÍ”
Hace algunos meses, Victoria Cordero (La Reina Morsa, Círculo Polar) se radicó en California para continuar sus estudios en sonido. Conversamos con ella so bre esta experiencia y además, le preguntamos por su nuevo proyecto. Se trata de Chibi Records, un sello al que plantea más como un colectivo y que dentro de su novísimo catálogo cuenta con Círculo Polar, Pirámides y Martín Berríos. Por Javiera Tapia
Foto: Wilda Farías
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Foto: Wilda Farías
“Estoy en Los Angeles continuando mis estudios, en el Musicians Institute de Hollywood. Gané una beca del Fondo de la Música para entrar al Audio Certificate Program. Básicamente, me llamaba la atención aprender más sobre manejo de audio, aquí está lleno de estudios y he tenido la suerte de poder conocer lugares muy interesantes como Eastwest Studios, United Recording y Boulevard Recording, lugares con mucha historia de los que puedes aprender simplemente viendo cómo están armados. Me interesa mucho hacer discos y sacarle el rollo a diferentes maneras de abordarlos”, explica Vicky. Su experiencia conociendo las salas es quizás lo que más le ha impactado, reconoce. “Uno de mis momentos preferidos ha sido estar en la sala donde grabaron Pet Sounds, que es mi disco favorito del mundo. Casi lloré. Más allá del glamour falso que tenga un lugar por haber tenido a bandas grandes grabando, te paras ahí y como que te da una cosita en el corazón. Yo vengo de Punta Arenas, qué chucha. Un día estás cantando en festivales estudiantiles, pestañeas y estás donde estuvo parado Brian Wilson haciendo uno de los mejores discos de la historia. En otro de los estudios hicieron los doblajes y la mezcla del The Wall, la mezcla del Rumours y todo el proceso del So Tonight I Might See de Mazzy Star y, claro, estai ahí, agarrai una guitarrita y pensai ¡conchatumadre Stevie Nicks respiró aquí! ¡Hope Sandoval dame tu fuerza!”. —En esos momentos, quizás, ¿crees que se nota que la precariedad que hay en Chile respecto a la música también tiene que ver con el registro de ella? Porque tú allá llegas a los estudios y conoces su historia, quiénes grabaron, qué discos nacieron ahí y acá puedes estar pasando por un lugar importante y nunca lo supiste. “Sí, es algo que me gustaría hacer ahora también. Por el momento, solo tengo las fichas de grabación de todas las bandas con las que he trabajado en Lautaro, pero me gustaría llevar algo así como un diario, solo para uso personal, ja, ja, ja, ja. ‘Usamos
esto, grabamos así esto otro’. Si pudiera tener un álbum de fotos sería increíble, que es algo que hacen muchos ingenieros acá. No sacan muchas fotos de las bandas, eso lo separan brígido, pero sí de los equipos. A mí me encantan los libros de estudios y de los procesos. Lo encuentro increíble”. La cultura de la producción musical en Chile es muy escasa y precaria. Si nos situamos a analizarlo, además, desde la paridad de género dentro del área, es posible ver que aún en el 2018, siguen existiendo muy pocas mujeres productoras. Las que existen, se producen a sí mismas normalmente y cuesta verlas haciendo lo mismo para otros proyectos. La primera vez que Victoria produjo un trabajo para otra persona completamente sola fue para Jevi EP de Dadalú. Luego, esta lista ha ido aumentando, produciendo para proyectos como Osorezan, Aneurisma, Pájaro de Mal Agüero y Noizu, ‘Hombre el espacio’ de Martina Lluvias, que grabó y produjo junto a Jack Endino. También ha grabado con Yajaira, Amanitas, Adelaida, Prehistóricos, Niños del Cerro, Maifersoni, La Bestia de Gevaudan y All Tomorrows, entre otros. “No me gusta pensar mucho en que soy la única, porque lo encuentro medio ególatra. Pero estoy consciente de que no hay muchas mujeres más trabajando en esta área. Mi idea es poder eventualmente abrir un espacio para que hayan chicas que aprendan sobre la producción de discos y todo lo que involucra. Me encantaría que haya algún punto en que Chibi meta ruido por ese lado, en que hayan cabras que estén pensando en hacer algo así y se motiven. Y ser un espacio abierto a compartir las cosas que ya sabemos”, explica. “Estando acá he conocido a muchas mujeres brígidas que trabajan en la industria y es tan lindo, se ven tan seguras de lo que hacen y debe ser que el mansplaining acá está cuático. Tienen como, no sé, otro brillo. Son demasiado admirables. Trabajan muchísimo y lo logran. Es esperanzador. Y te dicen eso, trabaja más, dale hasta que lo logres y se inte-
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resan por conocer el trabajo de otras mujeres también”, explica. Dentro de todos los procesos que Victoria está viviendo en Estados Unidos, también se concretó la idea de crear Chibi Records. De hecho, puede que hayan sido también catalizadores. “Estando aquí pude conversar con hartas personas sobre la posición en la que están los músicos independientes en Chile. Comenzó a interesarme la idea de trabajar por mejorar las condiciones que tenemos los músicos y trabajadores de la música, partiendo por el acceso a registros de calidad de discos y fechas. Siempre quise trabajar con mis amigos porque conocía su talento y sus ganas de hacer cosas, así que les conté sobre el proyecto y comenzamos a juntar nuestras ideas”, relata. Las conclusiones que sacó respecto a las condiciones de los músicos en Chile “tienen relación con el uso de espacios para tocar y la falta de infraestruc-
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tura, el ‘¿de dónde sacamos plata para hacer cosas?’. Este análisis lo hago desde mi posición de música. Me preocupa que la situación más común es tener que luchar un poco con la falta de equipos, lugares para tocar, y muchas cosas más. Lo que más me gusta de todas las conversaciones que he tenido sobre esto es que me han motivado muchísimo para buscar ideas y encontrar formas de trabajar con las que nos sintamos cómodos para levantar el proyecto”. “Estamos concentrándonos en mover todo desde nuestra trinchera de freelancers buscando los resultados más visibles que podamos tener. La verdad ahora no podría definirte bien una lista de cosas, porque igual acá es todo full marketing e imagen y eso no me gusta tanto, me interesa poder mover estos discos y canciones desde la base de que nos gusta el valor artístico que tienen, vamos a ver cómo se van dando las cosas”.
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NOVA MATERIA
“PÁNICO ERA UNA BANDA DEL SIGLO XX”
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A fines de septiembre It Comes vio la luz, el primer LP de Nova Materia, el proyecto de Caroline Chaspoul y Eduardo Henríquez -ex Pánico- en el que la tradición de la cultura de club y los sonidos orgánicos conviven. Conversamos con ellos sobre el proceso de creación, sobre ser una banda del siglo XXI y más. Por Javiera Tapia En It Comes se descubre una paradoja. A la primera escucha, suena como un disco cerebral, pero al mismo tiempo, es algo que surge de la manipulación de elementos primitivos. Es un trabajo que sigue la línea de sus EPs anteriores, pero hay algo que invita a quedarse de inmediato: los sonidos reconocibles de la pista de baile. “Yo encuentro que la parte electrónica es justamente lo que es menos cerebral, porque son ritmos simples y creo que en el proyecto, los beats y los bajos son claramente sacados de una estética de música electrónica bailable y que siento que es lo que hace que Nova Materia puede llegar a ser popular, en el sentido de poder tocar en un festival o dar un concierto donde la gente no te conoce, pero como están esos beats que invitan al baile, es lo que genera, un poco. Y al contrario, encuentro que la parte mineral es lo más particular del grupo y lo más pensado, porque vamos a buscar los sonidos y los trabajamos. Claramente está la idea de hacer convivir un aspecto muy frío y metronómico de la música electrónica, con algo orgánico y vivo y material. El proyecto hace coexistir esta cosa robótica de la programación electrónica con la materia viva, que está cada vez cambiando y que es un magma de sonido”, explica Eduardo. —Me pasó mucho con ‘Nov Power’, que es una canción muy de club, muy pegajosa. “Sí, en el disco en comparación con los EPs lo que tratamos de hacer es tener más contenido, por diversos medios, como por ejemplo, tenemos letras un poco más largas, con temáticas que son un poco más desarrolladas. La idea mayor es ofrecer algo más asequible, ayudar al público a entrar en sonidos que no son tan usuales. Si tú sacas la parte rítmica y te quedas solo con las cosas orgánicas, te encuentras con una música totalmente distinta y que es experimental. El hecho de agregar algo más bailable permite a un público a entrar en estas sonoridades, que a la vez, son sonoridades que todo el mundo conoce. Porque muchas veces son sonidos de la calle, o que tú puedes escuchar en la naturaleza, en el paisaje, en un paseo. Es hacer coexistir la tradición y la cultura de la música y las cosas que siempre escuchamos”, explica Caroline. El proceso de creación de It Comes fue bastante directo, componiendo desde el ensayo, nos cuenta el dúo. “Después teníamos temas que duraban quince minutos y empezamos a editar. Y los sonidos orgánicos son piedras, maderas, fierros que yo sigo
siempre utilizando en vivo. Elegimos los momentos que nos gustaban más de esos sonidos. Son los que encontramos en la naturaleza o en la ciudad, incluso en basureros o cosas así de fierros, de construcciones. Desde ahí provienen, a veces corto los tubos para llegar a una nota por ejemplo”, dice Caroline. —O sea que también modificas el material orgánico para llegar al sonido que necesitas. “Exactamente, pero es aproximado, no es perfecto. Eso es lo que nos gusta también”, recalca. “Sí, hay mucho azar y accidentes, pero hablando de los sonidos orgánicos y cómo funcionan también, está el hecho de que el auditor escucha un trabajo terminado y lo primero que escucha son las melodías, algo acabado. Pero la verdad es que el núcleo del trabajo son jams que hacemos Caro y yo en los que hay puro beats y materiales que están tocados percusivamente. Entonces, a partir de ahí, Caro, con el trabajo de modulación de sus pedales y de la manera en que toca sus materiales, va generando armónicos, tal como yo, con mi guitarra que la tengo acostada y que la voy percutando con mis baquetas, vamos generando armónicos. Y eso lo escuchamos una y otra vez, un poco como hacían los autóctonos del desierto de Atacama que escuchaban los ríos durante mucho rato y que de esa sonoridad del agua iban sacando melodías y construyendo lo que cantaban. Nosotros hacemos algo muy parecido que vamos escuchando estos registros y de los armónicos de estos materiales sacamos melodías y las reproducimos o completamos con una línea de bajo, guitarra o voz”. “Al final, uno escucha algo que tiene mucha melodía, pero al comienzo, lo que genera esa melodía son los armónicos que nacen de la manipulación de estos materiales. Suena súper experimental, pero no lo es tanto. El proceso tiene algo de experimental, pero el resultado es algo que tiene un lenguaje”, relata Eduardo. —Es interesante lo que mencionas, porque toman esos objetos que existen en un contexto cotidiano, en el paisaje o en la ciudad y lo llevan a otro completamente. Y sí, eso es otro lenguaje. “Totalmente. Nosotros siempre tuvimos la voluntad, cuando empezamos Nova Materia, de insertarnos en nuestro presente. Y el presente hoy invita a ser transversales. El mundo hoy en transversal, todas las disciplinas se van mezclando las unas con las otras,
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porque estamos viviendo una era digital que aporta eso. Al momento de componer música para ser editada en formato comercial, que se venda digamos, queríamos reflejar eso en el trabajo. Partimos de la experiencia que hicimos en el desierto de Atacama con Pánico, cuando hicimos la película y el disco Resonancia, partimos de esas técnicas que habíamos empezado a desarrollar en ese momento y las trajimos dentro de un contexto de música electrónica. Entonces, tiene un aspecto de música concreta, otro de electrónica, de música pop también y arty, porque hay una instalación en vivo, con los fierros, es una performance. Es transdisciplinario. Y creo que eso a nosotros es lo que más nos excita, porque después de todos los discos que hemos hecho con Pánico, es lo que necesitamos en nuestras vidas, poder encontrar territorios no explorados por nosotros mismos en la música”. —Pero, por su historia musical, da la sensación de que esto es solo una continuación. Porque esa motivación por encontrar nuevas maneras también estaba en Pánico, el hambre. Aunque sonara de otra forma el resultado final. Había algo de performance, sonidos que no se estaban experimentando de esa forma, en ese contexto, acá en Chile. Lo que cambia es el resultado final, el formato canción. “Sí, creo que en general, en nuestro caso personal, hacemos música para avanzar en todo. Hacer música para hacer lo mismo que existe, para mí no tiene mucho interés. Creo que siempre se tiene que aportar algo nuevo, que sea a nivel de contenido de lírica o musical, pero el interés de estar trabajando global-
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mente en artes o medios de expresión, es que tienes que aportar tu piedra”, dice Caro. “Y como dices tú, con Pánico siempre tuvimos la intención de buscar y aportar cosas nuevas. Pero Pánico era una banda del siglo veinte y en ese siglo, de cierto modo, las disciplinas eran más cerradas. Nadie cuestionaba los formatos, nosotros tampoco. O sea, a lo mejor los cuestionábamos un poco, pero Pánico no se salía de un registro pop rock, aunque dentro de eso siempre tratamos de buscar manera e hicimos discos muy distintos. Entre el primero, que era algo súper relacionado con lo real, digamos, hasta llegar a Resonancia, que es completamente inmaterial, que llegamos a algo más místico”, declara Eduardo. “Es verdad que también, Caro y yo, en nuestra historia musical, llegamos a la música por el escenario, por la performance. Y antes de hacer discos, hacíamos conciertos, y con Pánico siempre tuvimos la inquietud de hacer conciertos que tuvieran impacto visual en la gente. Y con Nova Materia tenemos la misma inquietud. La verdad es que no sé si hacemos tanto un quiebre entre Pánico y Nova Materia, lo vemos como una continuación. Seguimos trabajando de la misma manera, con diferentes instrumentos y diferentes formas de tocarlos, pero finalmente, la misma inquietud”. “Además, no tenemos la misma edad. Hemos seguido creciendo, tenemos otras inquietudes. Y eso es lo interesante de este siglo, también. Llegamos a un momento en que en los años noventa, llegabas
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a cierta edad y podías decir ‘bueno, ahora cambio de vida, voy a hacer una vida normal’. Pero hoy en día todo está cuestionado, entonces, si quisiéramos cambiar de vida, no sé qué haría, no hay vida normal ya. Nuestro tiempo contemporáneo creo que permite que todo sea mucho más libre porque ya no hay dónde esconderse para tener esa vida normal”. —¿Cuáles son las canciones del disco que más les sorprendieron en el resultado final? “Hay un tema que tiene un proceso particular en el disco, ‘Kora Kora’. Es cantado en japonés y es especial porque fue el último que terminamos. En este caso, fue un jam, donde hay muy poco trabajo de edición posterior, es bastante directo, tal cual como fue grabado. Estábamos en el final de la grabación del disco, que fue intensa, fueron cinco meses encerrados en el estudio. Y ese último tema estábamos preguntando si queríamos invitar a alguien para una voz. Invitamos a Narumi Hérisson, una amiga japonesa que es música de una banda que se llama Tristesse Contemporaine. La invitamos a grabar una voz y es impresionante cuando integras a una persona de afuera, el tema toma un camino completamente distinto, solo por el hecho de tener a esa persona ajena, dentro del tema. Fue el más sorprendente, porque esa persona aportó algo que nosotros no podíamos controlar, algo muy propio de ella. Y fue muy bueno, abrió mucho el disco, le dio una dimensión nueva”, indica Caro. “Hay un tema que se llama ‘Amuleto’, que estuvo cambiando hasta el final del proceso del disco y que
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no sabíamos si lo íbamos a incluir o no. Me gusta la letra del tema, que habla muy bien sobre todo el proceso de trabajo. Y también ‘Surge lo extraño’, porque aporta una especie de ventana a lo que vendría en Nova Materia, o por lo menos, deja el disco en una conclusión con una ventana abierta hacia otro territorios que podríamos ir a explorar en proximos trabajo”, adelanta Eduardo. —Ahora que me dices eso, supongo que entonces está pensado. ¿Cuáles serían esos territorios? —Caro: “¡Ah, no te vamos a contar todo!”. —Eduardo: “¡Hay que guardar material para la próxima entrevista! Ja, ja, ja. En lo inmediato, queremos retomar un trabajo que hicimos el año pasado, más ambiental y después queremos tomar otro, que es la continuación de It Comes, pero no sabemos muy bien cómo va a ser eso, porque tenemos que dejar que este disco tenga su vida en el escenario. Porque entre el momento en que uno graba un disco y luego lo toca en vivo, pasan muchas cosas y uno empieza a entender de manera distinta la música que hizo en el estudio. Pero es seguro que queremos seguir explorando el aspecto inmersivo, en el que invitas al auditor a explorar un universo y eso creo que es un trabajo que empezamos con It Comes, pero podría desarrollarse mucho más cosas que podamos grabar en la ciudad, en la naturaleza o en viajes e integrarlos a las composiciones”.//
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ALEX ANWANDTER “Una de las estrategias de estos bufones fascistas es hacernos sentir aislados y que somos minoría” Cómo los territorios son mucho más que eso. Son historia, luchas, arte. Cómo se quiebran y algunas personas intentan recomponerlos -o las relaciones entre ellos- desde el lado que pueden, en un periodo de completa desintegración. De crisis. Qué es lo que nos va a pasar. Por Javiera Tapia
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Alex Anwandter publicó hace algunos días Latinoamericana, un disco que hizo entre Chile y Estados Unidos. Una fantasía retrofuturista en la que, explica, la distancia con su país de origen fue indispensable para construir. “Creo que fue fundamental estar lejos de Chile en dos sentidos, primero, porque me dio una perspectiva que… Chile es súper intenso, todos los sabemos, estamos súper híper metidos en nuestros conflictos que son súper importantes, afectan a mucha gente y está bien, lo entiendo, pero desde afuera empecé a ver, por tener familia en Brasil, amigos en Argentina, que básicamente estaba pasando lo mismo. Y hoy, con el tema de las elecciones en Brasil, subió a la superficie ese conflicto que estaba viendo hace un tiempo, solo por estar más lejos”. “Y la otra forma en la que me afectó es que intensificó un poco todo mi proceso, porque no estaba haciendo mi disco al lado de unas palmeras en el mar, sino que estaba solo en una pieza, encerrado, sin ventanas, entonces, estaba todo el día con mis propios sentimientos en ebullición y lo único que veía cuando salía de esa pieza era a Donald Trump por todos lados. Entonces, fue una experiencia súper rara”.
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— Estar en Estados Unidos con Donald Trump en la presidencia, creo, debe de ser igual de intenso para sus ciudadanos que lo que nos pasa en Chile. Me imagino que igual es luchar constantemente con la ciudad en la que uno vive o con las noticias que uno ve. ¿Ves eso allá? ¿Te cuestionaste si era el momento de trasladarte a vivir a ese país? Sí, me lo cuestioné, por supuesto, aunque las autoridades políticas no son el único factor en mi vida ja, ja, ja. Yo había decidido hacer ese cambio antes de la elección, no fue como ‘¡uy, salió Donald Trump, vámonos para allá!’ Ja, ja, ja, ja. Fue como un balde de agua fría. Aún así hay una distinción que supongo que es media pertinente que se puede escapar a Chile, que es que California tiene una identidad casi como de país propio. Si bien afectan mucho las leyes federales, obviamente, pero hay otra onda. Que es una onda súper estimulante y cultural, hasta otra absurda, como el Hollywood más absurdo que uno se imagina también existe, también hay gente racista… es interesante. Pero para mí era más importante el cambio que hacia dónde.
—Me hace sentido después de escuchar el disco eso que me estás explicando, porque de alguna manera el titulo es Latinoamericana, pero dentro del disco hay otros guiños a lo latino que se escapan un poco de lo obvio ¿quizás? O al menos, elementos que quizás la gente no esperaba. Hasta ciertos lugares que mencionas en las letras.
—Hay canciones como ‘Odio a todo el mundo’. Vi el tracklist y dije, ‘ok, voy a escucharlo en orden, pero eso me interesa’, jajajaja.
No fue poner un mapa y poner los dedos al azar, cada uno de esos lugares tiene una conexión personal conmigo. Por ejemplo, Guarujá era el lugar donde vivía mi papá cuando chico, en el campo en Brasil. O tengo familia de Mexicali, entonces, era un ejercicio de ir conectándolo con mi vida, más que una clase de geografía.
—¡Lo siento! Quizás es el fin de año, ja, ja, ja. Habla sobre este personaje bufón, es una canción apropiada para el continente en el contexto actual, digámoslo de esa manera.
Hay cierto tipo de personalidad que se va derecho a esa canción, hay que decirlo, ja, ja, ja, ja.
No habían cuatro presidentes bufones en el poder cuando
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escribí la canción, pero un poco, siento, que es parte de mi trabajo estar sintonizado y más que leer el diario, sintonizado emocionalmente a ese tipo de energía media telúrica social y fueron saliendo los presidentes en Argentina, Chile, Estados Unidos, ahora va a salir este hueón en Brasil y ya se vuelve un tema. Ya no es que encuentre ridículo a tal o cual presidente, sino que desde que hice el disco hasta ahora, se empezó a hablar del neofascismo y fueron unos meses, entonces es una cosa bien fuerte. O sea, neofascismo, con todas sus letras, lo encuentro impresionante. —Hace años me podría haber imaginado que la situación era algo escrito en un cómic, pero ahora es una amenaza real, con gente común y corriente que sale a la calle a protestar a favor de esas ideas. Sí, sobre todo las historias de Brasil me han impactado mucho. Gente asesinando con machetes a otros por tener poleras de Lula. Bueno, supongo que es muy chocante para nosotros porque no nos había tocado en nuestras vidas también. —Hay dos canciones en portugués y asumo que eso tiene que ver con tu vínculo familiar. ¿Cuál es tu conexión musical con Brasil? La conexión es súper potente porque mi papá es brasilero. Nació en Chile pero se fue guagua a Brasil y piensa en portugués y habla raro todavía, dice palabras con los acentos cambiados. Es brasilero. Y la música de allá es la de toda mi vida, en el fondo. Cuando empecé a hablar de este disco, me cayó la teja que yo la música que tuve que descubrir fue la música chilena, mi papá no escuchaba a Violeta Parra porque no era de su mundo, la tuve que descubrir yo solo. Pero Milton Nascimento, Chico Buarque o Tom Jobim, que son los artistas presentes en este disco, son los que hacían
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las canciones que yo conocía antes de tener uso de razón. Entonces, es una conexión súper, no sé cómo decirlo, como que siempre estuvo ahí para mí. —¿Qué te llamó a incorporarlo en este momento y por qué crees que no apareció de forma tan directa antes? Es una súper buena pregunta y yo creo que son dos cosas. Cuando me han preguntado… a mí me gusta hacer entrevistas, porque me aclara cosas sobre mi proceso, ja, ja, ja. Cuando me han preguntado por mi proceso creativo, me doy cuenta que son dos movimientos: uno hacia mí mismo, tratar de ir de una manera muy profunda a algo que solo sea mío y por otro lado, de conectarme con mis contextos. Y en este caso, la música brasilera es eso. Es como descom… chucha, no sé cómo decirlo… es como dejar de dividir esa parte de mi identidad con mi trabajo, porque realmente estaba súper presente. Y por otro lado, lo digo porque son artistas que me inspiraron en mi propio trabajo antes. La elección de ellos no es gratuita, porque no solo es música que admiro y disfruto un montón, que encuentro riquísima musicalmente, sino que son artistas que abrazaban mucho sus raíces, con música muy propositiva y con mucho riesgo, que además estaban muy conectados con su sociedad y también… y esto fue algo anecdótico, que me llamó mucho la atención, hacían muchos covers de música en castellano. Esto fue antes de las dictaduras. Y es como un hilo que yo sentí que estaba ahí antes de que se hubiera cortado a propósito y se me hacía un gesto interesante o una estrategia necesaria, por ponerlo en otras palabras, de hacer hoy. De volver a conectarnos con ese país, porque hemos pasado por el colonialismo, las dictaduras, por el neofascismo, estamos todo el rato juntos. Y una de las estrategias de estos bufones fascistas es hacernos sentir aislados y que somos minoría. Las minorías sexuales, las mujeres, etc. Y no, somos
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mayoría nosotros. Y son las minorías autoritarias las que están subiendo al poder. Entonces, en vez de hablar infinitamente al respecto, como podría hacerlo ahora, hice esos covers no más. —Qué bacán que hablaste de eso, como anécdota, porque tiene mucha relación con una pregunta que te quería hacer y que tiene que ver con eso. Fuera de tu historia personal, el relato que persiste ahora es que Brasil es un continente aparte. Y no se conocen de manera popular esas conexiones que hubo en algún momento. Es que yo creo que uno tiene esas ideas… o sea, eso es lo cruel y lo importante de la historia. Uno puede ignorar que eso sucedió alguna vez, que es lo que hace la mayoría, o por otra parte, entrar en una creencia media falaciosa, que es “se perdió”. Mágicamente. Y no, no se perdió, se desmanteló a propósito, y por eso, se puede volver a hacer. Estaban todos en la misma parada y se comunicaban entre sí. Milton Nascimento hacía covers horribles, pero covers al fin y al cabo de Violeta Parra, Chico Buarque cantaba en castellano canciones de Pablo Milanés y se comunicaban. Mercedes Sosa estaba en la misma onda. Existía una especie de comunión artística latinoamericana, cosa que para nosotros se nos hace medio absurdo, pero eso es un poco la propuesta del disco. —Bueno, algo bacán de la música es que te da herramientas para analizar lo que pasa de otra forma. Si escuchas la música de un país o una región y avanzas década a década, te vas a dar cuenta, por ejemplo, de lo que hablamos. Que esos covers ya no existen, que esa comunidad ya no está. Es otro nivel de análisis para mirar la historia, la música es eso, permite analizar movimientos históricos. Sí, totalmente, no tengo nada que agregar, ja, ja, ja. —Otra cosa que me pasó escuchando Latinoamericana es que me encontré con un pop bien setentero, de música disco a ratos. Hay una cosa que sigue siendo canciones de ahora que suenan a algo de antes. ¿Fue consciente? Sí, fue totalmente a propósito, al punto que en mi mente hice un disco que tenía una fecha de creación que me inventé, que era de 1978 a 1979, porque es un año de producción y fidelidad de audio -y esto es muy nerd de mi parte-
que me gusta mucho. Casi que la mayoría de la música que escucho tiene que ver con los años de producción más que con la época social o lo que sea. Algo que creo que habla de lo mucho que me gusta la producción. Y el ejercicio fue un poco con rabia también de nosotros no tener el equivalente de esa época en pop, en pop futurista. Como lo tenían los países del primer mundo. Nosotros estábamos prácticamente sin artistas, bueno, no sé si Patricia Maldonado cuenta como artista. Pero no la vamos a contar como tal, para efectos de esta entrevista, porque no es música que estuviera funcionando propositivamente. Es totalmente retrofuturista. Fue un ejercicio súper raro escuchar las entrevistas del Gepe y de su último disco, que andaba en una onda parecida, inventando música que no existía de otras épocas y yo estaba haciendo lo mismo, con un pop futurista de otra época que no existió, donde se nos negó la posibilidad de hacer ese pop futurista. —Entonces, en tu mente creaste una idea de una música que en una época que no se pudo crear. Sí, también tiene que ver con una sensación o noción más histórica, o ideas del desarrollo, de quiénes son los bacanes del mundo… y es que estamos constantemente compitiendo en una situación adversa. Partimos con signos de esclavitud y colonización y nos comparamos a nosotros mismos con Europa y es como ¡chucha!, así no, po. Se robaron todos los recursos naturales y, pegándome un mega salto, ‘oh, qué bacanes los Talking Heads, qué bacán Estados Unidos en esa época’. Y puta, de más que nosotros podríamos haber hecho cosas increíbles si no nos hubiesen mandado Kissinger y Nixon una dictadura de diecisiete años. Y un poco ese es el ejercicio de recuperación, reconexión del disco. Fui específico en mi fecha autoimpuesta, porque es justo una época que me gusta de otros lugares y yo quería tener mi propia música de esa época de acá. —De toda esta conversación me llama la atención una frase. Que “les conviene que nos sintamos aislados”. Muchos músicos siempre hablan sobre ese aislamiento, en cuanto a giras, comunicación, etc. Yo creo que el aislamiento es netamente emocional.
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Absolutamente. Son los efectos de una dictadura tan larga, también. Pasan 17 años y queda algo instaurado en la idiosincrasia que cuesta mucho remover. Y es de qué sirve lo que sea que yo haga, respecto a lo que sea. Esa fue como la gran novedad que trajo la generación post dictadura, desde la Revolución Pingüina en adelante, que no tenían esa sensación porque no habían nacido en esa época. Ahora, chocaron de frente con todas las instituciones aferradas de esa época también, pero ese ya es otro tema. —Pienso en la generación que no le teme a Pinochet, porque no tenía a esa figura cerca, se le ve lejano, casi como un villano de cómic, pero ahora llega José Antonio Kast. Sale en la tele hablando como voz autorizada. Y pienso ¿de qué forma estas generaciones que no tuvimos a este dictador encima, actuamos en contra de este neofascismo? Es muy cuático y complejo. Porque obvio que mis papás a mí me criaron con ese miedo, o sea, cuando yo tenía tres o cuatro años hubo una matanza cerca de mi casa, a una persona del MIR creo que fue. Se escuchaban los balazos al lado y nos hicieron tirarnos al suelo, para que no nos llegaran las balas. Y en ese contexto me criaron a mí mis papás. Obvio que todo lo que me quisieron decir fue ‘quédate piola’. Y ahora, saltando a la generación nueva, también está la manera en la que se transmite la información y esta validación de las opiniones más intolerantes, como una cosa que se usa para tener más clic o subir el rating, como cosas válidas. Creo que dice mucho que el presidente de Estados Unidos sea una ex estrella de reality, es una cosa que tenemos que empezar a acusar. Es muy distópico. —¿Es cosa de tiempo que el neofascismo gobierne en Chile? No estamos en el punto de Estados Unidos o Brasil, pero la semilla está. Es un sentimiento que se va destapando también. Salen estas figuras de las que uno piensa ‘¿quién podría prestarles atención a este payaso absurdo sin lógica y ultra violento?’ y ahí está la gente diciendo ‘es que yo ya estoy aburrido de esto otro’, ‘los haitianos me están quitando mi trabajo’. Todas ideas irracionales, completamente rebatidas ya. Pero ese es el punto, es una cosa irracional la que está sucediendo.
—Eso combinado a figuras públicas de izquierda que dicen que la izquierda fracasó por culpa de las luchas de las minorías, me parece peligroso. El discurso del macho de izquierda de hace cien años atrás está en todo su esplendor ahora. Ese que dice que las luchas de identidad no importan, que la política es otra cosa. O sea… ay (suspira). Por eso creo que este disco es oscuro y emocional, sin mucho una propuesta más que agruparse en un abrazo de resistencia, no tiene más propuesta que eso realmente. Porque a nivel racional hemos fracasado. Creo que el disco responde a una especie de sentido ético mío también de ¿realmente quiero hacer algo ‘entretenido’? Mi prioridad no era el pasémoslo increíble, porque este es otro momento. —¿Por qué decidiste que el 12 de octubre fuera la fecha de salida de Latinoamericana? No me esperé desde enero hasta el 12 de octubre para sacarlo, ja, ja, ja, pero cuando me ofrecieron fecha para publicarlo y estaba esta disponible, fue como obvio que sí. Yo creo que a veces hay que subrayar un poco los símbolos o si no se pierden. —Ahora tiene otro nombre atroz: “Encuentro de dos mundos”. Yo soy ultra duro con esas cosas, para mí hubo genocidio latinoamericano con todas sus letras, como un saqueo de siglos. Quien sea que le ponga esos nombres está pensando en acuerdos bilaterales de comercio o no sé qué chucha, porque un sentido histórico no tiene. Hay una ignorancia tremenda al respecto y la colonización fue exitosa en la medida que nosotros tenemos como modelo a nuestros colonizadores, queremos ser como ellos, del primer mundo. Altos, flacos, rubios, tener dinero y ser capitalistas y cristianos. Y nada de eso es nuestro, nada tiene que ver con nosotros. —Puede ser que lo que te diga ahora sea una pregunta de mierda. Si pensaras en todos los elementos que componen el disco, ¿qué es lo que define -para ti- el sentido de lo latinoamericano? No encuentro que sea una pregunta de mierda, pero honestamente no siento que pueda responder eso. Creo que estoy escribiendo este disco desde un espectro de lo latino. Un poco se trata de eso. El título es una apropiación del concepto gringo de “americana” y como un término paraguas, que incluye muchas cosas. Incluye al chileno medio paliducho con nombre alemán que sin embargo, lo quieran o no, es latino también. Y desde ahí solamente puedo hablar yo y de mis conexiones personales con todo esto. Desde mi profesora de Trujillo que amaba con toda mi alma, a mi papá que es brasilero, y toda la música que conozco, la historia que he aprendido, las luchas que tenemos y todo eso va sumando mi experiencia latinoamericana que, por supuesto, no es todas ni tampoco la más importante.
ARTÍCULO - NOVIEMBRE 2018
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¿Es tan malo Greta Van Fleet como dicen? Por Daniel Hernández
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NOVIEMBRE 2018 - ARTÍCULO
Lo primero, un aviso: en este texto no se va a responder a esta pregunta, no al menos de manera explícita. Simplemente se trata de analizar el odio y desprecio generalizado (sobre todo en ciertos entornos) que ha provocado el nuevo trabajo de Greta Van Fleet, arropado por un hype hacia una banda de rock no visto en los últimos años.
Resumamos. Formada en 2012 en la ciudad de Frankenmuth, Michigan, la banda se componía de cuatro adolescentes de entre 12 y 15 años de los que tres eran hermanos. Josh a la voz y guitarra, y Jake, en la guitarra principal, ambos gemelos, su hermano Sam al bajo y teclados, y su amigo Kyle Hauck en la batería. Poco después, Hauck sería sustituido por Danny Wagner. Comenzaron a tocar en bares locales de rock, algo muy habitual (y a envidiar) en los Estados Unidos, donde los grupos nuevos tienen muchas opciones de tocar en casi cualquier lugar para ir curtiéndose y afinando el repertorio. Este, en principio, estaba compuesto de clásicos del rock setentero, que perfiló su sonido. Esos conciertos en bares en los que ellos no podían ni tomar una cerveza son perfectos para explicar qué son a día hoy. Cuento corto (y cliché): son descubiertos, firmados por una multinacional -Lava- subsidiaria de Universal y que cuenta en su catálogo con Lorde o Jessie J, y editan un par de epés que los convierten en sensación durante el 2017. Su juventud, su aspecto como sacados de un vídeo de Aerosmith de 1978, y la sensación de que se pueden comer el mundo causa un revuelo contenido en la prensa, sobre todo gracias a ‘Higway Tune’, un single que comienza a ser radiado en las emisoras de rock sedientas de música nueva, en una parrilla llena de canciones que ya son mayores de edad (y hasta abuelas). ¿Qué ofrecían esos epés?. Riffs calcados a Led Zeppelin, una voz calcada a la de Robert Plant, letras bien cargadas de tópicos rockeros, más llenas de babys que una canción de Maluma, sudor y una versión de colegio de, sí, Led Zeppelin. Ni más ni menos. Tampoco parecían aspirar a ser más originales. Su primer disco de larga duración, Anthem of the Peaceful Army, se editó hace menos de un mes y entró directamente en el puesto número 3 (y el primero en ventas), de la lista Billboard. Algo realmente reseñable para un disco de debut de unos debutantes que hacen rock, rodeados de un hype que no se recordaba en muchos años. Quizá desde los Strokes. Y esto es esencial, que hicieran rock. En la última década, las listas de venta han sido prisioneras primero del EDM, ya dejado atrás y sustituido por el hip-hop y R’n’B comercial, el trap y la música latina, ahora en plena conquista del mercado mundial. El rock ha ocupado un lugar dis-
creto, secundario en el mejor de los casos y sólo algunas otras bandas, curiosamente con un sonido bastante revival como Kings of Leon o Black Keys, han conseguido destacar por momentos en el mundo de sonidos sintéticos abrazados por las nuevas generaciones de aficionados a la música. Es fácil encontrar multitud de artículos cuestionándose si ahora es verdad que el rock ha muerto, y montones de chicas y chicos jóvenes no tienen ningún interés en escuchar grupos armados con guitarras, que hablan de cosas con las que no tienen ninguna conexión ni generacional ni emocional. Lo cual es normal: no asocian el rock a la música de su generación y no tienen porqué. Simplemente les aburre. Como casi todos los debates musicales (o casi cualquier debate), no es muy original. La generación anterior tuvo su momento “rock is dead” a finales de los noventa, en la que el rock parecía confinado a los nostálgicos o a los seguidores de música más extrema (el metal, el doom, estilos que no pretendían entrar en el circuito mainstream). El pop comercial dominaba las listas de éxito y la electrónica era el nuevo rock y el rock algo a superar, como bien marcó el camino Radiohead post Ok Computer. Pero con el cambio de siglo, el género se volvió a poner de moda, gracias al hype alrededor de un cuarteto neoyorkino llamado The Strokes, al que se sumó el éxito de una banda con más trayectoria como The White Stripes y luego una avalancha de grupos que se sumaron a un revival del garage y el post-punk. Libertines, Liars, Rapture, TV on the Radio, Interpol, Black Rebel Motorcycle Club, Black Keys, The Hives, The Vines y docenas, cientos de bandas en todo el mundo que descubrían que los pantalones pitillo, las Converse y el pelo sin lavar ni peinar era la moda a seguir. Durante muchos años dominaron el panorama musical, la prensa , los escándalos, los festivales y grandes espacios. El rock era de nuevo cool, como lo había sido en la primera mitad de los noventa, con la explosión del grunge y la música alternativa que tan bien supo fagocitar MTV. Luego el fenómeno declinó con cierta celeridad, sobre todo por la incapacidad de la mayoría de ellos de pasar de su segundo disco relevante, para la mayoría ni siquiera pasar del primero y seguir interesando a nuevo público. Porque, seamos sinceros, la mayoría de esos grupos tienen unos grandes debuts para luego ser incapaces de crear álbumes no estuvieran
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a la altura, sino que pudieran acercársele. Muchos de ellos fueron incapaces de generar otra canción exitosa o memorable fuera de esos dos primeros discos de margen, más allá de la opinión de sus seguidores acérrimos. El mejor ejemplo son, como no podía ser de otra forma, los iniciadores de todo. The Strokes -fuera de sus dos primeros trabajos- es una banda con poca y, por momentos, nula inspiración. Incapaz de conectar más que con los nostálgicos de esos primeros años de gloria y en el 2018, sus integrantes están convertidos en auténticos dinosaurios y funcionarios del rock, que van de festival en festival o de gira en gira sin esperar que nadie les pida ‘Taken for a Fool’ y ‘All the Time’ (ni hablar de otras que ni siquiera fueron singles). La gente espera de ellos ‘Hard to Explain’, ‘Reptilia’ o ‘The Modern Age’, como los que van a ver a los Stones quieren escuchar ‘Satisfaction’, ‘Start Me Up’ o ‘Brown Sugar’, y no algo de lo que han hecho en los últimos treinta años. Nada nuevo, todo cíclico. En medio de esos artículos de opinión, de repente el hype se vuelve a centrar, mucho tiempo después, en un grupo nuevo de rock. Un grupo meramente revivalista, cuyo aspecto, música y sonido no engaña. Un grupo que parece diseñado por computadora como el sueño húmedo de Radio Futuro y sus oyentes, por poner un ejemplo. Parecen una banda tributo a Led Zeppelin, pero en el 2018. Debería ser celebrado que un grupo de rock, termi-
nando esta década, haya conseguido enganchar a muchas y muchos jóvenes con música (más o menos) nueva, más allá de la absoluta originalidad de esta. Pero, al contrario que la ola roquera de principios de siglo, ha sido recibido con escepticismo, críticas y hasta burlas. Cada una de las entrevistas es una explicación sobre su parecido con Led Zeppelin y, no se sabe si de manera bien intencionada o envenenada, Robert Plant dijo de ellos que eran “Led Zeppelin I”, en referencia al disco debut de su banda. Lo cual no deja de ser gracioso por la conocida y larga historia de plagios de los Zep (hay hasta una entrada en la Wikipedia sobre ello). El tema ha llegado tan lejos que un tal DJ Cummerbund ha hecho un mash-up entre ‘The Wanton Song’ del disco Physical Graffiti de los ingleses, y ‘When The Curtain Calls’, primer single del debut de Greta Van Fleet. Las críticas al trabajo de la joven banda han sido regulares, malas y hasta despiadadas. Acudiendo a la web Album of the Year que recopila, a la manera de Metacritic, las críticas de diferentes medios para sacar una nota ponderada, se ve que Anthem of the Peaceful Army tiene ahora mismo un 50 de 100. En principio eso es un aprobado, no debería ser problema. Pero cualquiera sabe que las notas de la prensa musical en los últimos años están demasiado infladas y un 5 de 10 más que un aprobado es un muy deficiente. Tanto es así que acudiendo a la lista de todos los álbumes analizados, que son cientos y cientos, el disco de Greta Van Fleet aparece como el
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quinto peor del año. Sólo supera al risible disco de Sting con Shaggy, el de un artista de trap llamado Lil Yachty y el de Tory Lanez. El peor disco del año en la nota media es Natural Rebel, el desastre en forma de disco del líder de The Verve, Richard Ashcroft, y tiene un 44 entre los analizados que, repito, son varios cientos. De hecho, está justo por detrás de otro disco tratado con toda la dureza del mundo como ha sido el de Justin Timberlake. Por lo tanto, si un 44 es la peor nota del año, un 50 se asemeja demasiado al mismo desastre. Es interesante repasar discos en webs agregadoras de críticas porque así se evita la posibilidad de atribuirlo a cierta inquina, a la manía que un medio o un crítico o periodista en particular pueda tener. Podemos hablar de cierta “objetividad”, con lo difícil que es este término al hablar de música, claro. Y, entre todas esas críticas, sin duda, la que más conversación ha generado ha sido la de Pitchfork. Podemos decir que Pitchfork ya no es tan influyente como lo era en el pasado. Dependiendo de la edad, uno se puede acordar que Pitchfork contribuyó de manera decisiva a “crear”, por decirlo de algún modo, a varios de los grupos más importantes de este siglo. Las carreras de Arcade Fire, Animal Collective, Broken Social Scene, The Strokes, Interpol, o toda la escena del weird folk. Podían ser responsables de cambiar el curso de una carrera. Podía ser para bien, como ejemplifica el caso de Delorean. Delorean era un grupo de guitarras, con un éxito bastante limita-
do en España y que, por probar, decidieron grabar un EP electrónico llamado Ayrton Senna. De alguna manera le llegó a Pitchfork, que publicó una reseña entusiasta y, sólo con eso, el resto de publicaciones se fijaron en el grupo, firmaron contratos de booking y edición en todo el mundo y viraron su música hacia esa electrónica un poco ibicenca que los tuvo girando años por todo el planeta. Por la reseña de un EP en Pitchfork. Pero, aunque ahora cueste creerlo por la benevolencia del criterio de la web de Chicago, uno de los valores del medio era una línea editorial durísima que era capaz de poner un 0.8 a The Boy With The Arab Strap de Belle and Sebastian. Eran tan conscientes de su importancia para el resto de medios que no tenían problemas en borrar críticas o cambiar notas con el paso del tiempo para que se ajustase al canon que estaban creando. Ese mismo disco de Belle and Sebastian es un ejemplo, que ha sido revisitado de nuevo en 2018 otorgándole un 8.5, procediendo a borrar la anterior. Muchas otras críticas han sido borradas en estos años. Quizá el mayor ejemplo del poder creador y destructivo del gigante del periodismo musical fue con The Black Kids. Cuando estos aparecen con una canción tan arrebatadora hoy como el día que salió, ‘I’m Not Gonna Teach Your Boyfriend How To Dance With You,’ su EP autoeditado Wizzard of Ahhhs, fue premiado con un 8.4 y el hype se disparó. Tanto que el sello multinacional Columbia les firmó un contrato. Eran la última sensación porque Pitchfork lo había
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decretado. Era agosto de 2007. Cuando en julio de 2008 editaron su disco debut, lujosamente producido por Bernard Buttler de Suede, la fiebre en Chicago parecía haber pasado por el grupo. La nota fue un terrible 3.3 (en principio era 0.0, pero horas después lo cambiaron) y la crítica se resumía en una foto con dos pug y en ella, en forma de pre-meme la palabra Sorry, más el emoticono :-/ . Y nada más. Para dar cuenta del poder mediático que estamos hablando, aunque el disco fue, en general, bien recibido por otros medios, incluso aparecía en listas de lo mejor del año para publicaciones como New York Post, The Observer, la mítica Spin o la venerada NME, la sensación general fue de fracaso absoluto y el grupo estuvo sin sacar otro disco hasta 2017 — Rookie— que pasó sin pena ni gloria. Pitchfork ni hizo el esfuerzo de reseñarlo. Por supuesto, ya no estaban en la multinacional de la que fueron echados un par de años después de la salida del disco, cuando el grupo era poco menos que una paria. El asunto fue tratado por muchísimos medios del momento (NPR, Pop Matters, Idolator), lo que muestra el poder intimidatorio y de influencia que llegó a amasar el medio. Esto no era un fenómeno único. A otra escala, en España el poder e influencia de Rockdelux sobre el resto de medios, los sellos, las bandas y público en los años noventa y primeros 2000, era inmenso. A veces se tenía la sensación de que había grupos que sólo se formaban con la esperanza de salir en la revista. Y una crítica entusiasta, estar en su lista de fin de año, podía marcar positivamente los siguientes pasos de la carrera de un grupo. Pero también lo contrario, podía ser su tumba. El mejor caso era el del grupo Los Canadienses. Tras la publicación de un debut
que llegó, a criterio de la revista, tarde por lo muy explotado de sus referencias, recibió una crítica tan exacerbada que llevó, poco tiempo después, a la separación de la banda. El de Black Kids no fue el único caso de crueldad por parte de Pitchfork. Han habido varios 0.0 en su historia y, hay que decirlo, no ha tenido problemas en otorgarlo a artistas que son parte del canon del propio site. Sonic Youth con NYC Ghost & Flowers, Zaireeka de The Flaming Lips, Travistan, debut de Travis Morrison, líder de Dismemberment Plan, banda cuyo Emergency & I, obtuvo un 9.6, que luego subieron a 10.0, y que consideran uno de los más grandes discos publicados en los años noventa. También sufrieron su ira del cero absoluto artistas de primer nivel como Liz Phair. Pero si en la historia de Pitchfork hay una reseña que es recordada por siempre es la del disco Shine On de Jet. Jet es una banda australiana que se inscribía en el pack del revival garage antes mencionado. Tuvieron un éxito, ‘Are You Gonna Be My Girl?’, una copia descarada de ‘Lust For Life’ de Iggy Pop. Su disco Get Born de 2003 fue todo un éxito por aparecer en el momento adecuado ante un público que demandaba exactamente eso, como ahora demanda cada canción de J. Balvin. El disco era mediocre siendo suave y la propia Pitchfork le otorgó un 3.7. Pero la banda estaba protegida por el éxito del álbum y de la canción, que los tenía en publicidades de medio planeta con ese aire de fotocopias canguras de los Strokes. Tres años después editaron Shine On. La fiebre por su música y la de muchos otros grupos similares aún resistía, aunque de manera más moderada, pero se veía que pocos eran capaces de sumar un segundo disco interesante.
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Ejemplos de bandas de la facción inglesa de estos revival con debuts deslumbrantes como Maxïmo Park o Block Party pasaban de ser la gran esperanza del rock, a grupos olvidables y one hit wonders en el periodo de gestación de sus segundos trabajos. La necesidad de la prensa, sobre todo británica, por alimentar la maquinaria del hype los elevaba al mismo ritmo que los pasaba a un segundo plano, para dar cabida a un nuevo fenómeno igualmente efímero. En el caso de Jet ni quiera tuvieron la suerte de la indiferencia. La crítica de Pitchfork era, simplemente, un video de un mono jugando con su propia orina. Y un perfecto 0.0.
listas de fin de año o las que dedican a décadas enteras, o géneros, que todavía se usan para conformar el canon general pero, en el día a día su influencia es más escasa. Ninguna banda se va a separar o verá afectado su éxito por una mala crítica allí y una muy buena sí puede ayudar a su visibilidad. Siguen haciendo periodismo musical extraordinario, por momentos inigualable, como por ejemplo, teniendo a Simon Reynolds (entre otras muchas cosas el inventor del término post-rock aplicado a lo que hoy conocemos como tal), escribiendo un extenso y detallado ensayo sobre los diez años de un disco que define este siglo, como es el Untrue de Burial.
Las burlas a la banda fueron grandes y la pérdida de imagen importante. A día de hoy, los miembros de Jet, ni siquiera admiten preguntas en las entrevistas sobre el tema. Lo mismo que varios otros miembros de bandas maltratadas por la web.
Greta Van Fleet va a sobrevivir a las malas críticas de este debut. Lo que no está tan claro es que sean capaces de sobrevivir al hype que los rodea y consolidar una carrera. La experiencia dice que si bandas con mucha más calidad en sus primeros pasos han sido incapaces de sostener carreras longevas con discos importantes a lo largo de toda ella como es el caso de los Strokes, de Franz Ferdinand y de montones de ejemplos más, difícilmente apostaríamos a que Greta Van Fleet va a poder esquivar el caer en el olvido casi tan rápido como han llegado a la fama y no pasen a ser unos nuevos Hanson. De ahí el valor de carreras como la de Low o Spiritualized. Pero eso es el futuro. De momento Greta Van Fleet van a poder seguir durmiendo con total tranquilidad, a pesar del 1.6.//
Entonces, ¿qué puede significar ese 1.6 en Pitchfork al debut de Greta Van Fleet?. Probablemente nada. El declive de importancia del criterio del medio ha sido notable en los últimos años. Los factores son muchos. En principio la web fue la biblia de lo indie pero, al igual que la audiencia, fueron abriendo su criterio a músicas mucho más comerciales, se les acusa de exceso de contenido relacionado con el hip-hop y el R’n’B, de la falta de rigor y tibieza en las críticas actuales (más allá de lo anecdótico de este 1.6), de una pérdida de línea editorial desde la compra por Condé Nast y muchos otros factores. Pitchfork puede seguir siendo el medio musical más relevante e influyente de la actualidad, pero eso no significa gran cosa. Es verdad que durante unos momentos la blogósfera musical enloquece con sus
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PRIMAVERA SOUND 2019 ¿VEN? NO ERA TAN DIFÍCIL ¿Cuál es la nueva normalidad que nos propone uno de los mejores festivales de música del mundo? Por Daniel Hernández
No es un secreto que el Primavera Sound es uno de los festivales favoritos por acá en POTQ Magazine. Pero tampoco tiene mucho mérito cuando repetidamente la prensa de todo el mundo dice lo mismo (NY Times, Bustle, GigSoup Music, The AU Review, GQ, June and Winter. Lo hemos cubierto durante varios años y este 2019 esperamos volver a hacerlo. El PS va más allá de la música y se convierte en una experiencia completa que va desde la limpieza de los baños a la rapidez de la barra, pasando por una oferta inabarcable de comidas en las que no hay filas y jamás te perderías ni cinco minutos de un concierto por esperar, la propia comodidad de los espacios. Y por supuesto, la música. Había muchas dudas sobre qué iba a ocurrir este año. El lema de esta edición era The New Normal y la portada de un medio tan relacionado con el festival como es Rockdelux con J Balvin, había desatado una oleada de suposiciones. ¿The New Normal significaba que iban a llenar el festival de reggaetón y música comercial?. Una vez desvelado el cartel la respuesta es un rotundo no. No deja de ser llamativo ver nombres como Cardi B, Carly Rae Jepsen, Ivy Queen o el propio J Balvin. Pero, comercialmente, no son nombres mayores a Radiohead o Arcade Fire, bandas que igualmente llenan Arenas y estadios, llegan al número uno con sus discos, y tienen millones de fanáticos en todo el planeta. ¿Qué es, objetivamente, música comercial o no?. Con los datos en las mano es mucho más comercial Foo Fighters o Pearl Jam que Future. Más bien, el uso de la palabra comercial es utilizado de manera desdeñosa para imponer algún tipo de narrativa de superioridad, normalmente asociada al rock respecto al pop. Hace un tiempo, Gabi Ruiz, director del festival, expresó sus sueño de hacer un cartel sin cabezas de
cartel a la manera que todos entendemos cuando se dice eso. La propuesta del 2019 es lo más parecido a ese sueño que se puede esperar en un festival de ese tamaño (más de 200 mil asistentes en sus tres jornadas el año pasado). Porque headliners o son extravagantes para el público habitual del Primavera (J Balvin, Cardi B), o su tamaño como nombre grande no le daría para festivales de similar afluencia (Robyn Liz Phair, FKA Twigs, Guided by Voices). Estamos hablando de un festival cuyos actos principales, en los últimos tres años, han sido Björk, Nick Cave, Arctic Monkeys, The National, Arcade Fire, Van Morrison, Radiohead, Sigur Rós, PJ Harvey, Haim, Beach House. Queda claro que el concepto de este año y los anteriores, en ese aspecto, no tienen nada que ver. Acudiendo a la página de Facebook del festival los comentarios son demoledores. Fácilmente tres de cada cuatro son insultos, amenazas de no volver, decepción, burlas y, en resumen, muy poco entusiasmo. Es extraño porque, aunque alguno de los comentarios dicen ser hechos por asistentes a lo largo de más de diez e incluso quince años, parece que no tenían claro qué festival era el Primavera. Hagamos un juego. Quitemos los cabezas de cartel, las letras más grandes, de este año y los anteriores. Si miramos al 2017 y 2018, al eliminar esos grandes nombres que representan quizá el 15% del line up (hablamos de un festival de más de 150 bandas), nos encontramos con Grandaddy, Japandroids, Swans, Broken Social Scene, Warpaint, Four Tet, Black Madonna, Deerhunter, Watain. Y estos entre los nombres medianos, sin contar los nombres “pequeños” responsables del 60% o 65% del festival total. O sea, casi todo. En cuanto salimos de esas famosas tres primeras líneas, en el 2019 encontraríamos a Carcass, SOPHIE, Kate Tempest, Jungle, Julia Holter, Built To Spill, Neneh Cherry, Shellac. No parece
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haber gran diferencia en la zona media. Por supuesto, en la “baja”, donde está el auténtico festival, hay una orgía de nombres de primera línea crítica o a descubrir. Como cada año. Alguien podría tener la tentación de decir que, en realidad, lo que diferencia a los festivales son los cabezas de cartel. Una vez más es no haber entendido qué es el Primavera Sound y porqué se diferencia del resto de grandes festivales. El Primavera Sound no llegó a ser lo que es (el, por muchos, considerado el mejor festival del mundo), por traer a Radiohead o a Nick Cave, sino porque era capaz de ser vanguardia, ofrecer cosas que ningún otro festival ofrece, decorándolo con los Radiohead o Nick Cave de turno. Este año hace lo mismo, ofrecer lo más interesante que está pasando ahora mismo (o que muchos disfrutarán/disfrutaremos el próximo año). ¿Cómo comprobarlo?. Vayamos a Album of the Year, un agregador de docenas de listas de diversos medios que dan una idea mucho más general de lo que ha sido relevante este 2018. La lista hoy, a 6 de diciembre, está encabezada por Janelle Monáe (va al PS 19), Mitski (fue al PS 18, hay rumores que puede ir al Hidden Stage del PS 19) y Low que estarán presentes también el otro año. Esos son los tres primeros puestos. También estarán Cardi B (quinta), Robyn (sexta), Pusha T (séptimo), y Christine and the Queens (décima). Mientras tanto Iddles y Kamasi Washington, octavo y noveno disco del año respectivamente, estuvieron este año. O sea, de los diez discos más relevantes del año para la suma de docenas de listas, nueve de esos artistas estarán en 2019 o estuvieron en 2018. No está mal.
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Igualmente, se puede seguir bajando por los primeros puestos de esa lista y seguiríamos encontrando nombres que, o bien estuvieron este año, o serán parte del próximo cartel: Rosalía, Courtney Barnett, Arctic Monkeys, Tirzah, Sons of Kemet, Father John Misty, Soccer Mommy, Beach House, Noname, Rolling Blackout Coastal Fever, Snail Mail, SOPHIE, Tierra Whack. O sea, de los 25 discos más aclamados de 2018 todos -excepto Ariana Grande, Kacey Musgraves y Khruangbin- o actuaron en la edición de este año o lo harán en 2019. Además, se da el caso de que Khruangbin giró por España durante este año, precisamente, en conciertos organizados por Primavera Sound que, a lo largo del año, lleva a bandas a tocar y, además, organiza en diciembre otro festival más pequeño y en salas llamado Primavera Club. Ese es el auténtico espíritu del Primavera Sound, el estar atento a qué está pasando en este mismo momento. Los que piensan que el Primavera es meter a Radiohead, The National, Sigur Rós y Björk y luego relleno, no han entendido que el relleno son esos nombres grandes y el festival es lo demás. Son cosas excepcionales como Jane Birkin interpretando con orquesta sinfónica las canciones de Gainsbourg. Es Sufjan StevenS o Portishead en un auditorio para apenas 2000 personas. Es Rosalía cantando con guitarra y voz en ese mismo auditorio, antes de explotar y tomar otra dirección en su carrera. Es traer a Sparks, o no dejar la posibilidad histórica de tener a Neutral Milk Hotel o Sunny Day Real Estate en conciertos que quizá no se vuelvan a producir jamás. Es un DJ Set de seis horas de Floating Points, es traer a los Chichos al barrio donde nacieron o traer a Lisa
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Gerard de Dead Can Dance a cantar con El Misterio de las Voces Búlgaras. O como hicieran hace años, con Enrique Morente junto a Lagartija Nick interpretando el imprescindible Omega. Es darle a los grupos locales un lugar importante, que no sientan que son menos que otros mucho menores e irrelevantes, que en otros festivales los tratan como dioses por sólo por venir de afuera. Eso es el verdadero Primavera Sound, y precisamente, los cabezas de cartel que tapaban todo eso era lo que estaba distorsionando el verdadero espíritu que siempre ha tenido el festival y que, a mi entender, de seguir la senda del cartel de 2016, hubiera terminado con él, tal y como fue concebido. Pero The New Normal no se refería a la supuesta apertura comercial sino a algo mucho más profundo: en esta edición habrá más artistas mujeres que hombres. ¿Ven? No era tan difícil. Además del festival, (o festivales, ya que existe la versión de Oporto y los dos Primavera Club) y de las giras de conciertos que organizan a lo largo del año, Primavera Sound se ha embarcado en un nuevo proyecto. Hace unas semanas, en pruebas, comenzó con la aventura de una radio propia. A través de sus tres canales hay infinidad de propuestas para todos los gustos y estilos y, cuando se iban conociendo los nombres de los conductores, destacaba la gran cantidad de mujeres, superior a la de hombres, que se estaban anunciando para llevar esos programas. Tristemente, en 2018, aún nos sorprenden estas cosas, pero es difícil negar la realidad. Durante muchos años la presentación del cartel era un ejemplo de un equipo de comunicación imaginativo, cumpliendo de manera perfecta las expectativas que generaban. Desde una película en la que se iban descubriendo los nombres, a un videojuego en el que si ibas pasando fases te enterabas de los que participarían. A conciertos en los que, mientras ocurrían, los grupos iban apareciendo en las pantallas. Este año, para lanzar la radio, trataron de hacer un show desde ella presentando parte de los conductores, de los programas y algunas actuaciones. El resultado fue desastroso, amateur, falto de cualquier
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ritmo o gracia, con constantes fallos técnicos, idas y venidas del sonido, presentadores que parecían sacados de primer año de la universidad. Algo muy poco a la altura de la marca Primavera Sound. Cuando al fin de esta representación escolar (que era a lo que se asemejó), mostraron un video con los nombres del cartel, la sorpresa fue mayúscula. Primero porque se confirmaba que ese The New Normal estaba relacionado a esa mayoría de mujeres en el line-up, algo impensable en ningún gran festival (todos nos acordamos de esos carteles en los que quitan los artistas masculinos y quedan reducidos a ridículos 5-6), pero también a la apertura sin precedentes a músicas tan despreciadas por el roquismo como el reggaetón, con representantes como J Balvin, Ivy Queen, Japanese o el mítico DJ Playero. Pero, a la vez, seguirá el indie de toda la vida: Interpol, Low, Jarvis Cocker, Jawbreaker, Deerhunter, Built To Spill, Boy Pablo, Stephen Malkmus, Dirty Projectors, Suede, Primal Scream y el regreso de Stereolab. Por supuesto, las quejas anunciando el final del Primavera, de “haberse vendido”, de estar despistados, no tardaron en explotar en las redes, sobre todo en los comentarios en las propias. Quizá las más ridículas de todas son las acusaciones de querer rellenar cupos de género. Un medio tan poco sospechoso como NPR, en su lista de fin de año, ha tenido los 16 primeros puestos ocupados por proyectos de mujeres o liderados por mujeres. Si la música más interesante de los últimos tiempos la están haciendo mujeres, ¿por qué no reflejarlo en un cartel que siempre toma el pulso a la actualidad?. Claramente es difícil de aceptar por los que creyeron que el Primavera Sound era un festival en que lo importante era pedir que vinieran los Strokes, Smashing Pumpkins, Blur, Weezer y tantas bandas (de hombres), cuyos mejores años quedaron atrás hace veinte años. Pero el festival siempre estuvo más interesado en intuir las bandas que serán recordadas dentro de los próximos veinte años. Viendo el cartel de 2019 hay que insistir. Como dice el título de una de las piedras angulares del rap en castellano: Hecho, es simple.//
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OH WONDER LOLLAPALOOZA CHILE 2018 POR MAIRA TRONCOSO
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JORJA SMITH THE REGENCY BALLROOM (SAN FRANCISCO) POR JOAQUÍN CABELLO
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J UA N C E RV E RA
DIRECTOR DE LA REDACCIÓN DE ROCKDELUX “A PESAR DE NUESTRA INSISTENCIA POR ABRIR AL LECTOR, HAY UN PEQUEÑO FRACASO”
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“Valparaíso es una ciudad rompe piernas, eh”, dice Juan Cervera, el director de la redacción de la revista barcelonesa Rockdelux desde 1993 y asesor del Primavera Sound desde hace más de quince años. Estuvo el martes en la costa chilena, al mismo tiempo que los funcionarios municipales que trabajan en los ascensores de los cerros estaban en paro, de acuerdo a lo que explicó. Le tocó duro. También se quemó el cuello. Por estos días está en Chile. Asistió a Feria Pulsar y participó del panel de hombres “¿Cuál es el futuro de la prensa musical?”, junto a los destacados periodistas David Ponce, Enrique Blanc y Sebastián Cerda. Por estos días está en Valdivia, en las actividades de Fluvial. Conversamos con él sobre cómo sobrevive una revista en papel en estos tiempos sin ser un dinosaurio, el contexto en Cataluña, la presencia de la música en la tele, la baja cantidad de redactoras y periodistas en el medio, festivales, el rock and roll de Yung Beef y más, mucho -mucho- más. “Pues yo, cuando acabó la charla, lo que pasa es que no me viste, porque estaba hablando con David y Enrique, pero tú hablabas con alguien apoyada en la pared y te hacía señas, porque quería hablar contigo. En estas charlas a veces salen preguntas o comentarios que dan para otra charla, pero no puedes desarrollar, entonces dije ‘si tengo un momento, hablo con ella’. Y después me escribiste”, explica Cervera. —¿Sobre qué querías conversar ese día? Sobre el comentario que habías hecho sobre las nuevas formas de periodismo, que se puede contextualizar la música de otra manera. Sobre esto, nosotros también hemos reflexionado mucho y a mí me parece muy bien la contextualización pero si se lleva a un extremo, se acaba perdiendo el tronco original, que lo que importa realmente es la música. Entonces, cuando hiciste la pregunta, quería charlar sobre eso, pero ya no había tiempo. —Qué bien y sí, es un tema. Como lo veo yo, desde acá, desde Chile, con la falta de prensa musical que hubo por décadas, siento que hay un hoyo en ese sentido. Uno lee la prensa de otros países que tiene una historia mucho más larga y una ve cómo la música también ha servido para explicar los contextos, y por eso me interesa ese tema, porque acá se hace poco. Nosotros intentamos, no sé si lo conseguimos, pero intentamos no solo explicar lo que es la música sino lo que significa en su reflejo en la sociedad o incluso, con las muchas respuestas de los artistas en entrevistas, te dan esa explicación. Más allá de explicar ‘esta canción tiene tres acordes’… o sea, a nivel técnico, yo no tengo ni idea, por ejemplo. Yo nunca he juzgado la música a nivel técnico, porque soy incapaz, estaría engañando a la gente. Hablo de lo que a mí me sugiere o me hace sentir, eso es lo que trato de explicar. Pero en España hay una corriente, volviendo a lo del contexto, que se ha ido al otro ex-
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tremo, entonces la música es una excusa para hacer sociología. Creo que hay que encontrar un equilibrio que es difícil. —Un poco relacionado con esto, Rockdelux ha tenido posicionamientos políticos directos, (N. de E. recomendamos esta columna de David Saavedra) como por ejemplo el No a la Guerra o el llamado a votar en contra del gobierno del Partido Popular. Pensando en que es una revista barcelonesa ¿qué pasa en la redacción ahora a raíz de la situación en Cataluña? ¿Cómo se traslada esa tensión al medio? En este sentido, no nos hemos posicionado claramente, porque somos conscientes de que hay diversas opiniones también en la gente con la que trabajamos, es una redacción muy pequeña. Está Santi (Carrillo), yo, Gemma que es diseñadora y maquetadora, está Miquel, que coordina, recibe textos y hace la primera lectura. Eso en redacción. En la parte administrativa está Francesc que se ocupa de la publicidad y producción de la revista y Ana, que es la secretaria. Se encarga de las suscripciones, de si hay pedidos, organizarlos. La infraestructura es muy pequeña. Todo lo demás son colaboraciones externas. Siempre ha sido así, con el tiempo nos hemos dado cuenta que el funcionamiento con menos personas sería imposible, hacer una revista mensual con el grado de exigencia que nos imponemos a nivel literario y de contrastar fechas, títulos, todo. Con menos gente sería inviable. Y sobre el tema nacionalista, decidimos no hacer un manifiesto como a veces hemos hecho, porque en la misma redacción hay gente independentista como Gemma o Francesc y gente que no lo es, como Santi y yo y por supuesto, en los colaboradores, hay posiciones de todo tipo, entonces, nos hubiese parecido faltarles el respeto a unos u otros. Es un tema muy delicado, si vives ahí el día a día, es muy complejo. No se trata ya solo del derecho a decidir o a poder votar en un referéndum acordado, que en eso estamos todos de acuerdo, incluso los que no somos independentistas, pero después ya se empieza a complicar, porque todo lo que hay detrás de esta corriente es la derecha pura y dura, la de toda la vida. Entonces, parece que la gente se olvida que, al margen del sentir emocional, del yo soy catalán y tengo otra cultura, que me parece muy respetable, el programa social que hay detrás de todo esto, es un programa social de derechas. Es un tema muy espinoso. —Me llamaba mucho la atención, desde la distancia, lo que pasaba desde el 1 de octubre, que los Mossos (policía catalana) pasaron a ser un poco salvadores del pueblo enfrentándose a la policía nacional, entre comillas, cuando al final también son fuerzas de orden que sí reprimen catalanes en otras instancias. Sí, pasaban de ser villanos a héroes absolutos. Es que es muy complejo y el problema es que se está enquistado y no se ha llegado a un enfrentamiento directo o muy visible, pero está larvado. Ya te
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encuentras con gente que conoces de toda la vida, familiares, colaboradores de la revista… que es un tema en el que hay una acuerdo tácito de no tocarlo y esto a mí me parece muy triste. —Vi un programa que hizo el periodista Jordi Évole, de las señoras andaluzas que iban a Cataluña y señoras catalanas que viajaban al sur y me pareció una buena forma de exponer la sensibilidad del tema, que se personificó en algo que nos cruza a todos, que es la experiencia de nuestras madres o abuelas. Es muy complejo. Sí, desde la experiencia que nos cruza en el día a día. Además se ha llegado a un punto peligroso, en el que no hay zonas grises. En que si no eres independentista, eres un fascista. Y bueno a mí que me digan fascista me parece muy fuerte, cuando yo he corrido delante de la policía en su momento porque se pudiera enseñar el catalán en las escuelas cuando estaba prohibido, cuando me han pegado de hostias pidiendo el Estatuto de Autonomía después de la muerte de Franco. A veces, a mí me pone muy triste. No llego al extremo de plantearme ‘me voy a ir de aquí’, porque no me da la gana, porque es mi tierra también. Es así de claro, es mi tierra pero no soy independentista porque me parece que no funcionaríamos mejor. ¿Tú piensas que sí? Pues me parece muy respetable, pero a mí no me pongas en el saco de los fascistas. —Acá pasa algo extraño, la distancia, el modo en el que llega la información y los contextos cambian increíblemente las percepciones. Nosotros somos producto de la colonización, entonces los conceptos de invasión, de usurpación de tierras, de tomar un territorio que siempre será violencia, son diferentes. Acá la gente tiende a pensar que las fuerzas independentistas en Cataluña sólo son de izquierda
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y que se pretende salvar a un pueblo de una invasión de parte del Estado español. Es muy raro. O sea, Jordi Pujol no es mejor que Rajoy ni que Aznar en su momento. Y él estuvo más de veinte años en el poder y podría haber pedido la independencia entonces, pero no lo hacía, porque no le interesaba, por dinero simplemente. Y no nos hemos posicionado por respeto, por la complejidad. En algún momento sí pensamos en hacer dos manifiestos distintos, uno a favor y otro en contra, pero lo desechamos porque el comentario hubiera sido en función del que se publique antes o después, ser de una manera u otra. Y en general, creo que hubiesen dicho, pues, para hacer esto, mejor que no hagan nada, porque no se mojan. Por eso optamos por no hacerlo. —Y bueno, el otro día, el título de la charla de Pulsar era una pregunta. ¿Cuál es el futuro de la prensa musical? Y nadie supo responder, eso es interesante. El futuro yo lo veo negro tal y como conocemos la prensa musical tradicional. Tal como se conoce una revista como Rockdelux o Ruta 66. Lo veo complicado, primero porque los hábitos de consumo han cambiado, las nuevas generaciones se informan en Twitter o Instagram y no se compran una revista. Que es equivalente a la manera en la que también consumen la música. Antes un disco era una obra. Te comprabas un disco y lo escuchabas de principio a fin y esto también ha pasado a la historia. La gente se mueve por un video en Youtube, por un tema en Spotify, entonces, veo complicado que la prensa musical podamos seguir existiendo como hasta ahora. El problema, que sí que lo apunté en la charla, es que a mí me gusta hacer la revista en papel, me pueden llamar dinosaurio, antiguo, lo que sea ¿no? Yo siem-
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pre he leído mucho y si tengo que elegir prefiero leer un libro de una manera tradicional. Lo que te quería decir, es que si el romanticismo de la prensa impresa tiene que desaparecer, bueno, lo acepto, los tiempos cambian, y me paso a lo digital. El problema es que, al menos en España, hacer una revista digital que mínimamente permita mantener la estructura que tenemos nosotros es inviable en este momento. Yo creo que eso nos ha pillado en el valle del cambio, igual dentro de diez años todo el mundo digital se ha aclarado y es posible, pero ahora es imposible. La revista siempre ha funcionado con un equilibrio entre las ventas y la publicidad. Si te pasas a digital, las ventas desaparecen. Y con la publicidad es absolutamente inviable. Tendríamos que hacer en plan un blog, el Santi y yo desde nuestra casa, trabajando las 24 hora del día. —Como lo hace la web Jenesaispop, que hace un gran trabajo. Sus textos están muy bien. Claro, como lo hace Sebastián. Pero supongo que vive justito. —¿Rockdelux sigue teniendo la subvención de ejemplares que van a bibliotecas públicas? Sí, creo que eso se mantiene pero se ha recortado mucho. Aquí, volviendo al tema nacionalista, influye también esto, porque por ejemplo, la Generalitat hace campañas en las que si cumples 18 años, te regalan la suscripción a una revista que tú elijas, durante un año. Pueden ser musicales, otras tipo National Geographic pero en catalán y nosotros no podemos entrar, porque la revista está en castellano. —No te lo preguntaba tanto por saber cuánto es o el dato duro, sino por el sentido que tiene. Acá en Chile no existen las revistas musicales en papel, hace rato. Y el hecho de que exista algo como una subvención a las revistas para ser distribuidas en bibliotecas públicas, también habla de una cultura del libro o la revista, de la importancia del acceso a ellas. Sí y también existía otra cosa que desapareció por completo, era la subvención a revistas culturales que te daba el Ministerio de Cultura y que estaba al margen de esto de las bibliotecas. Te daban dinero, podían ser diez mil o quince mil euros, depende. Y eso funcionó durante unos años. Te presentabas y si entrabas dentro de lo que ellos consideraban cultura, te lo asignaban y a nosotros, durante el tiempo que existió esto, cuatro o cinco años, nos lo daban. —En Argentina desapareció Los Inrockuptibles, en Estados Unidos ya no quedan revistas en papel… ¡Es que es muy fuerte eso! Si te lo paras a pensar, es muy fuerte. Estados Unidos es el lugar desde donde salen los artistas más grandes que pueden dominar el pop global, bueno ahora con lo latino empieza a haber un equilibrio pero, básicamente, eran de ahí.
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Cuando Pitchfork hizo la edición en papel duró dos años. Era como comprarte un libro. —Esta crisis de las revistas y de los medios en general, pero sobre todo los musicales, creo que tiene muchas explicaciones, pero hay una en particular que me llama la atención. Estos grandes artistas nivel Beyoncé no dan entrevistas, pero hacen otras cosas. Hace poco Beyoncé se entrevistó a sí misma. Ya no existe un valor por la prensa, básicamente. Claro, pero el problema… esto es muy curioso, porque los grandes artistas no se prestan a esto, pero también hay grupos súper underground que tampoco lo hacen. Muchas veces nosotros vemos cosas interesantes y pedimos la entrevista y nada. Por ejemplo, con Oneohtrix Point Never. Nunca hemos conseguido entrevistar al Daniel Lopatin, porque se niega y bueno, qué te piensas tú que eres ¿Solange? Yo creo que piensan que no van a vender más discos, que es una realidad y además que si ellos viven de actuaciones, para eso no necesitan una revista. —Entiendo esa lógica, pero por otro lado, esto provoca que nuestro tiempo no tenga un registro. Es muy diferente ver el tweet de un artista que leer un reportaje. Sí y tú que sigues la revista, ves que siempre intentamos que hayan entrevistas. A veces hemos optado por artículos puros y duros porque el artista nos interesaba muchísimo, pero era inviable una entrevista, por ejemplo, con Kendrick Lamar. Hicimos el artículo porque pensábamos que había que hacerlo. Con Kanye West, lo mismo. Pero nosotros siempre intentamos hablar con el artista porque, por poco que hablen, te sitúan en su trabajo de otra forma. Es por eso que en el número anterior hicimos portada a Thom Yorke. A ver, a mí Thom Yorke… el último disco este de Suspiria me gusta, me parece interesante lo que ha hecho, pero igual en otro tiempo no nos hubiéramos planteado hacerlo, porque ya habíamos hecho una de Radiohead en su momento. Pero daba la entrevista y hace un montón de años que él no hablaba con la prensa, entonces, aprovechamos. —Sobre las portadas. Han muerto muchos artistas importantes, por una cosa natural, generacional. Y en el 2017 hubo muchas portadas que revisitaban a estos artistas y otras épocas. Esto va a seguir pasando…já… Ahora tienen que caer Dylan, Jerry Lee Lewis, ¡yo que sé!, Little Richard está vivo… es hay gente que aún está viva y piensas que ya no estaban. O sea, a Joni Mitchell le haremos la portada. Y Joni Mitchell está muy mal y dentro de las mujeres en la historia de la música ella es algo imprescindible. —Cuando toman esas decisiones de portadas ¿no les da un poco de pudor que se vuelvan un poco Mojo? Que si juntas las portadas de un año veas un cementerio. Sí, lo pensamos, claro. Incluso hacemos bromas ma-
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cabras. Para nosotros el timming en el cierre de la revista es fundamental, por ejemplo, lo de Bowie lo tuvimos que hacer súper rápido. Entonces decimos ‘si se tienen que morir, que se mueran entre los últimos día del mes y la primera semana del siguiente’ ja, ja, ja, ja. Pero sí, somos conscientes de que te puedes convertir en una revista un poco dinosaurio, lo que pasa es que con estos especiales intentamos que sean el dossier definitivo sobre ese artista, que te sirva para consultar en cualquier momento. Pero sí, además, en este sentido, yo estoy muy en contra y Santi muy a favor. Si se ha muerto, bueno se ha muerto y ya está, hacemos una noticia en la web y ya está, porque esto es una cadena que no va a acabar nunca ya, porque por ley de vida van a empezar a morir muchísimos. —Fueron muy seguidas las portadas de Prince, la de Bowie, la de Leonard Cohen… Sí, el primero fue Lou Reed, y desde ahí… luego Chuck Berry. Eso lo discutimos bastante, si nos limitábamos a hacer un artículo, pero claro, nosotros podemos estar escuchando la electrónica más rara del último momento, pero no perdemos la perspectiva histórica, y desde ese punto de vista, Chuck Berry es la piedra filosofal del rock and roll, así que decidimos hacerle la portada. En este número, que hay un lío ahora con la portada de Balvin… —¡Ya iba a ir para allá! ¡Dios mío! Cuando ayer volvía de Valparaíso vi que la habían activado y dije ‘ay, la que se va a liar’ —Vi que el periodista Víctor Lenore había dicho que Rockdelux había llegado catorce años tarde, ja, ja, ja, ja. Ya, es muy Lenore. ‘El Renegado’ que le llamo yo, porque su cultura musical se la hizo en Rockdelux y en un momento determinado parece que leyó a Marx y se le cambió el chip, que me parece muy bien, pero yo no reniego de nada. —A mí me llama la atención, siendo latina y desde la distancia, con la condescendencia y paternalismo que habla de la música que se hace por acá. Javiera, si no tiene ni idea, yo lo conozco de toda la vida. A Lenore o a Nando Cruz le han colgado este sambenito del mal que ha hecho Rockdelux con el indie, que lo digan dos personas que han colaborado muchos años en la revista y no solo eso, cuando tienen los sumarios, los contenidos disponibles en la web y nosotros hablábamos de My Bloody Valentine y al lado había un artículo de Rubén Blades y al lado otro de Missy Elliot. Que estoy de acuerdo en que prima el pop rock anglosajón independiente, pero desde el inicio de Rockdelux se ha hablado de todo. Volviendo a lo que te decía sobre en el último número, con los muertos, hay tres. Está Lucho Gatica, Roy Hargrove y el otro ahora no recuerdo. Bueno, hay tres, son artículos de una página.
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Hace unos años había una sección que se llamaba Fuera de Juego, eran necrológicas pequeñas. En una misma página podían haber tres o cuatro. Pero bueno, cuando murió Gatica, ahora, pensamos que al lector medio de Rockdelux le va a sonar a chino, pero es que me da igual, yo soy consciente de la importancia de Lucho Gatica ha tenido en la canción melódica en Latinoamérica e incluso en España en su momento. Hay que hacerle un recordatorio. —Y bueno, la respuesta ahora a la portada de J Balvin demuestra que el lector de la revista aún tiene muchos prejuicios con la música popular. Nunca me he querido poner paternalista y siento que el lector es más listo de lo que nos podemos pensar ¿no? Que no hay que tratarlo con condescendencia. Me preguntaba hoy otro periodista por eso de que nos acusan de elitistas, de snobs, y yo digo, bueno, que nos acusen, pero yo no voy a rebajar la calidad de un texto pensando que el lector es tonto, porque no, porque no lo creo. Pero la verdad es que la realidad es muy diferente y con esto de Balvin, ya nos lo esperábamos, pero una reacción tan rápida y tan virulenta, y lo que queda, porque hay gente que igual se entera cuando la revista lleva una semana en el kiosko. Ahora acaba de salir, lleva un día. Pero esto sí es una espina que tenemos clavada, porque siempre hemos hablado de música negra, de hip hop, de música africana, de flamenco y, a pesar de los años que lo llevamos haciendo, el lector medio de Rockdelux no lo asume. O sea, lo de Balvin porque ahora hay redes sociales y se puede amplificar más, pero yo recuerdo la primera portada de Public Enemy y era el mismo tipo de reacción, cuando te escribían cartas y tal. La portada de Missy Elliot, exactamente lo mismo. Pero incluso, la primera portada de Prince, en los ochenta, era lo mismo. A veces me da la sensación de que, a pesar de nuestra insistencia por abrir al lector, hay un pequeño fracaso. El fundamentalismo del pop rock, a pesar de nuestra labor un poco de intentar que la gente escuche otras músicas, como que no lo consiguiéramos. Nosotros seguimos insistiendo y no vamos a cambiar la línea por eso, pero sí que cuando hacemos este tipo de portadas o hacemos, por ejemplo, las típicas listas de lo mejor del año, que ahora cuando vuelva nos tendremos que poner… Santi ya está en ello… en esas listas cuando está Kendrick Lamar o Kanye West la gente no lo acepta, le cuesta muchísimo. Pero creo que esto también le pasa a los festivales, el hecho de que el Primavera Sound se abra a diferentes tipos de música, vale, que en un festival monstruo como este la gente tiene muchas opciones y puede pasar más desapercibido que te pongan a Kronos Quartet, pero es un poco paralelo, la mayoría de la gente no se quiere salir del canon del pop rock alternativo, independiente y me parece muy triste. En el Primavera Sound lo veo, porque ves al público delante de esos artistas que no tienen que ver nada con el pop anglosajón o el pop rock independiente
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español y si están pasando por ahí, se quedan y les gusta. —Sobre Primavera Sound, tú has sido asesor musical por años, te quería hablar sobre eso… Es un festival que tiene muchas críticas también, sobre todo de Lenore, Nando Cruz y ese sector. —Bueno, leí este año esa crítica por capítulos que publicó Nando Cruz. Esos textos… yo tengo la contra réplica del Primavera Sound, que no la hicieron pública nunca, hablando con muchísima gente que salía nombrada en el artículo pero que Nando Cruz no había entrevistado, simplemente era ‘me han dicho’, ‘me dijeron’. Era todo mentira. —¿Por qué no lo quisieron hacer público? ¿Para no agrandarlo más? Bueno, pusieron una denuncia al Colegio de Periodistas y la respuesta fue una parte de razón para ti y una parte de razón para el otro. —Este año en el Primavera Sound, Amaia de Operación Triunfo hizo su primer concierto, como artista, fuera de los compromisos con OT. Son cosas que no se espera que sucedan, sobre todo por el prejuicio que existe con los cantantes que salen de concursos de talentos y ella estuvo ahí, sentada en
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el piano al atardecer y me dio la sensación de estar frente a una artista. Y es un puntazo del festival tomar esos riesgos. El Gabi Ruiz, puede sonar como una expresión súper fea, pero es un producto Rockdelux, además él lo reconoce. Se compraba la revista de toda la vida, escuchaba el programa que hacía yo en Ràdio Ciutat de Badalona con Juanjo Zambrano. Tenía una sección semanal donde ponía siempre música de un nuevo artista que te llamaba la atención. Él escuchó por primera vez a PJ Harvey en el programa que yo hacía o a Will Oldham con Palace Brothers. Es que la línea del Primavera Sound es una línea Rockdelux, básicamente. Hay gente que incluso piensa que hay una especie de alianza. Y no. Ahora harán público el cartel -pronto- y si tú te repasas el último año de la revista verás que hay nombres que han salido disco del mes o que están en la revista, pero están ahí no porque haya una alianza maquiavélica, es porque se coincide en la línea editorial. Y sí claro, nos consultan, cuando hay alguna duda sobre algún artista, pero vamos, es que es el equivalente el festival a la revista en papel. —Este año en el Auditori Rockdelux vi a María Arnal… Mira que le dije a Gepe, bueno, a Carla (Arias)… porque cuando estaban preparando el último disco, querían una voz femenina y Carla nos preguntó por Silvia Pérez Cruz. Le dije claro, Silvia es buena y
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tal, pero está en un nivel que igual ni sabe quién es Gepe, porque además Silvia vive en su mundo. Entonces, le recomendé a María Arnal, al final no salió nada de ahí. —Ella es impactante. El disco es impactante, pero en vivo ellos dos son brutales. Justo al día siguiente, creo, vi al Capullo de Jerez. ¡Impresionante! Sí, ¡es impresionante, ja, ja, ja! Bueno, ahora que ha salido el tema, por esos días Nando Cruz hacía en El Periódico de Cataluña un artículo metiéndose con lo de que programar al Capullo de Jerez en el Primavera Sound era para provocar y que, si realmente te gustaba, al día siguiente tocaban en un barrio de Barcelona por seis euros, ja, ja, ja. —Me parece que el festival, independientemente de los gustos, muestra un desprejuicio, hay una amplitud, hay sorpresa. Los festivales acá giran en torno al pop y el rock anglo y ahí se quedan. El otro día vi el cartel de Lollapalooza que está muy bien, pero es esto que dices tú, se sale muy poco. De hecho, me explicaban que habían metido a un artista chileno que es muy… —¡Américo! Sí, él, que habían habido reacciones encontradas. —Pero el año pasado programaron a Damas Gratis,
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que es un ícono de la cumbia villera argentina y no se criticó tanto como ahora a Américo. Quizás tenga que ver con la distancia, por una parte, porque se mira diferente a los artistas cuando son de otros lugares o con que se sabe más de la vida privada de él, se conocen más sus opiniones, quizás. Creo que la capa media de Lollapalooza es en la que más se arriesga, entre comillas. Por ejemplo, en el 2014 vino Lorde a hacer ahí la última fecha de su primera gira mundial, estabas viendo de verdad -de verdad- su inicio. Pero en general, acá no existe esa amplitud. Sí, sí, el Primavera siempre lo intenta. Claro, en el porcentaje de bandas es minoritario, pero es admirable que siempre hayan cosas al margen del pop rock normal y corriente. Este año, por ejemplo, lo de Jane Birkin con la orquesta fue espectacular. Para ese tipo de cosas es para lo que normalmente nos consultan. ‘¿Cómo lo veis?’, nos preguntan y nosotros, ‘cómo que cómo lo vemos, ¡para adelante!’. Y luego hay cosas que son imposibles, que les decimos y nada, por ejemplo, llevamos años insistiendo que pongan a John Zorn en el Auditori, pero él no quiere, porque cuando hace giras… al festival de Jazz de San Sebastián fue y ahora vuelve al próximo… el necesita todo el día, pero eso es inviable en un festival. —Del Primavera Sound también me llama la atención su comunicación y la forma en la que juegan al factor sorpresa. De repente bajan una cortina y está Arcade Fire tocando de forma ines-
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perada o la forma en que liberan sus carteles. Hubo un cambio en todo el departamento de prensa importante, el año pasado. Y este año, supongo que ya está más consolidado. Aprenden de sus propios errores. Aunque ya ha llegado a un punto, por el recinto, que igual ya no se puede mejorar, siempre intentan mejorar los servicios, la zona de comidas, los accesos. El año que hubo el caos para acceder porque era con la huella y no funcionaba, pues rápidamente se cambió. El futuro será esto, pero lo hemos probado y no. —Volviendo a Rockdelux, en los noventa se notó el recambio de redactores por aquellos que venían del fanzine. ¿De qué manera existe la renovación ahora? A pesar de que la revista tenga menos incidencia que hace años, porque todo se diluye en el mundo digital, sí, se siguen renovando y vienen de blogs que, de alguna forma es la sustitución del fanzine. Y continuamente nos vienen propuestas de gente que quiere escribir, porque por mucho que escribas en tu blog o que escribas en el Mondo Sonoro, le sigue dando un plus de prestigio firmar en Rockdelux y vamos cogiendo colaboradores nuevos, en función de cómo escriben, básicamente. Que yo creo que uno de los problemas que tiene el mundo digital es que prima el fan sobre el escritor, en general, hay excepciones como en todo ¿no? Y las páginas estas, normalmente, no tienen un editor que te puedan corregir o que te puedan aclarar un poco lo que pretendes expresar. Pero sí, se van renovando, siguen algunos escritores clásicos, otros se van renovando, pero si hay algo muy importante, se intenta que lo haga alguien que ya tiene un peso. Por ejemplo, el que hizo la entrevista a Balvin es uno de los nuevos, Víctor Trapero, que viene del Indiespot y desde el principio vimos que escribe muy bien y también es muy cumplidor. Porque cuando una revista es mensual y tiene un cierre, no puedes tratar con colgados. Si el artículo es para el 10 y te dicen ‘sí, te lo mando mañana’, es once, doce y no te lo mandan. Y Víctor escribe bien y cumple. Y es nuevo, creo que tiene 27 años y empezó con nosotros cuando tenía 25, me parece. También hay una chica que me gusta cómo enfoca las cosas, pero le cuesta un poco expresarlo Aïda Camprubí. Tiene muy buenas ideas y buenos conceptos, pero le cuesta un
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poco eso. Pero estamos encima porque no queremos prescindir de ella. A veces, cuando estás en la dinámica de la revista, lo que buscas es facilitar y que te faciliten las cosas, porque es complicado. Y yo en la sección de discos, es un rompecabezas brutal, si salen entre 80 y 90 críticas mensuales y esas que salen, no te voy a mentir que me los he escuchado todos de principio a fin porque es humanamente imposible, pero los chequeo todos antes de decidir si merecen las mil cuatrocientos caracteres para salir. —Mensualmente hay muchísimos lanzamientos de discos, ¿cuál es ese filtro que utilizan para saber cuál merece la pena reseñar? El filtro lo hago yo en la sección de discos en concreto, o sea, hay dos partes. Hay discos que tienen que salir sí o sí, al margen de que sea un disco mejor o peor. Ese tipo de discos los anoto en una lista y todos los otros, el filtro pasa por mí. Y soy consciente de las montañas que se acumulan ahí, porque tendrías que ver mi espacio en la oficina, que igual hay una obra maestra y si no me insisten… por eso, cuando la gente que lleva comunicación o los propios grupos que son auto editados insisten e insisten, a mí no me molesta, porque a veces esa insistencia ayuda a que vaya a esa montaña, lo escuche y en el 90% de los casos igual no vale la pena, pero a veces sí. Y también le asigno discos a los colaboradores, pero tengo la suficiente confianza como si, por ejemplo, le digo a Víctor o Aida o a Jordi ‘¿quieres hacer esta crítica?’ y me dicen ‘sí, pero también me gustaría de esto o esto’, y eso no lo tengo en mi lista, entonces, lo escucho y les digo, ‘ok’. —Sobre esto que decías sobre ser fan al escribir, al tomar esa posición, no se toma solo con los argumentos a la hora de reseñar un disco o un show, ni con preguntas específicas en entrevistas, sino que también tiene que ver con los temas sobre los que uno quiere escribir. A veces eso se critica bastante. Y pienso que esa resistencia tiene mucho que ver con la idea de que la prensa es una extensión de las agencias o de los artistas y que tiene que hacer relaciones públicas. ¿Cómo es la experiencia de Rockdelux con ese tema? Te lo mencioné en la charla de Pulsar, en el ’94 Los Canadienses se separaron después de una crítica que apareció en la revista.
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Prácticamente todos los periodistas que están en periódicos o en televisión han empezado en Rockdelux, Nando Cruz, Luis Hidalgo, gente que sigue colaborando o no, como Lenore que está en El Confidencial. Todos han pasado por RDL como si fuera una escuela y, en cuanto a eso que comentas, en este sentido, yo no puedo estar de acuerdo con las ochenta o noventa opiniones de los discos que publicamos, pero yo no doy ninguna directriz jamás. La directriz que puedo dar es el encargar el disco a una persona u otra. Ya los conozco de muchísimo tiempo, no solo por su trabajo sino por lo que escuchan, por los conciertos a los que asisten, en los comentarios de sus redes. —Algo interesante de cómo se exponen los contenidos musicales en España, son el archivo de la televisión pública. Soy muy fan del programa Cachitos. Es muy raro desde acá ver en la tele a My Bloddy Valentine tocando y después a Raphael. Ahora ya ha cambiado de forma incipiente, pero durante muchos años, la música desapareció allá de la tele y eso se traduce en un futuro sin archivo. Me da ansiedad de pensarlo. Sí, la música había desaparecido totalmente y se estaba creando un vacío que muchos comentábamos, a ver, si en treinta años queremos hacer un Cachitos, no existirá material. Y ahora desde hace un año, este año, se han vuelto a poner las pilas y el mismo equipo de Cachitos está haciendo La Hora Musa, en una hora de máxima audiencia, que es un poco recuperar la forma de los programas antiguos. Si van grupos de gira, aprovechar que toquen tres temas en directo y pues lo mismo, te sale Franz Ferdinand, Los Planetas o Bad Gyal. Y después en las televisiones privadas también han empezado a hacer algunos programas. Parece que hay una revitalización de darle cierta importancia a la música actual en televisión. A ver si esto se consolida o no, pero llevábamos unos años de un vacío absoluto. Es que hubo una época en que la música en la televisión era uno de los ingredientes básicos, de hecho, recuerdo que algunas de las primeras entrevistas que hacía yo, siempre las hacía en los estudios de televisión porque venían los grupos a actuar. Cada semana había grupos que venían a actuar. Lanzaban el disco y dentro de la campaña de promoción siempre entraba la actuación en televisión y esto había desaparecido.
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—Volviendo a la revista, en toda la conversación que hemos tenido sobre los nombres que mencionas de redactores, han aparecido muy pocas mujeres. Y eso también es algo que se ha criticado e incluso yo como lectora, he visto a lo largo de las décadas, a pocas mujeres firmando. Frente a esto, que pasa en todas las publicaciones ¿no te parece que es un problema que establece un canon un tanto mentiroso? En el sentido de que con la publicación estás mostrando una realidad sesgada per sé, pero con la homogeneidad de las firmas que existen -mayoría de hombres- se apartan puntos de vista que pueden aportar. ¿Un canon patriarcal? —Sí y al mismo tiempo mentiroso, porque te da una visión sesgada del contexto, de la realidad, de los discos que se están publicando y de una forma de hablar sobre ellos. Si la mayoría de los redactores son hombres con experiencias similares, con puntos de vista similares, al final lo que te queda en cada número es una visión muy reducida de la realidad. Sí, totalmente de acuerdo, pero aquí hay un problema que yo no sé el motivo. Y esto la gente no lo sabe. Cuando nos hacen esta crítica o este comentario, o hablamos de esto, claro, la gente no sabe lo que pasa por dentro. A mí me encantaría que hubiese más mujeres escribiendo, pero no por cubrir una cuota, sino porque saben escribir, porque les interesa este ámbito de la música. Es que en España no salen. No sé si en otros sitios es igual. Y esto que te comentaba que me llegan seis, siete u ocho propuestas cada semana de ‘hola, soy tal, me gustaría colaborar’. De estas diez propuestas, por decir un número, las diez son de tíos. O sea, dónde están. —Existen. Lo he conversado con otras periodistas de acá y de otros países, porque siempre hay pocas. Y creo que tiene ver con los modelos de representación. Hay pocas, se ven pocas, muchas menos se animan. Así como hay trabajo feminizados, hay otros masculinzados. Y algo que me dicen varias, es que comparten esa sensación de que hay ciertos lugares en los que no encajan y que creo que tiene que ver con eso, con los espacios masculinizados. Eso me parece un error.
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—Yo también he sentido eso en algunos espacios de trabajo, la verdad. Pero a ver, Javiera, si tú te movieras allí con nosotros, por ejemplo, en conciertos, es que verías que lo de sentirse incómoda… —No me refiero tanto a esos espacios, sino al laboral. Hace poco una me contaba de haber estado en una pauta, haber propuesto algo, haber sido ignorada y cuando el tema lo retomó otro periodista, hombre, el editor escuchó y le aprobaron el tema a él. Eso pasa, por ejemplo. No es nuestro caso. —Ya, pero es una de las cosas que pasan en los medios aún. Esto es hablando, claro, de realidades laborales más globales. Es una realidad y muy triste, pero por otro lado, hay otra cuestión… es que yo tampoco lo sé. El otro día lo hablaba con Marisol García que también me entrevistó en el Pulsar. Las mujeres que históricamente han escrito en Rockdelux, desde Patricia Godes, Sagrario Luna, Laura Sales, Anna Ramos, Silvia Pons, todas estas mujeres, en un momento determinado, dejaba de interesarles. Se casaban, tenían hijos, encontraban otro ámbito laboral y dejaban de colaborar pero por iniciativa propia y eso nunca lo he entendido. Es como si en un momento determinado, excepto Patricia Godes, pero todas las demás, escribían entre los 20 y 30 años y a partir de ese momento dejaba de interesarles, nunca he sabi-
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do el por qué. Y ahora me olvido de alguna más, pero todas estas mujeres que han estado en la revista lo han dejado por iniciativa propia. Anna Ramos, por ejemplo, empezó a interesarse por el arte contemporáneo y empezó a trabajar en el MACBA, Laura Sales hizo un máster en sociología y está trabajando en asuntos sociales. Ahora por ejemplo, Aïda parece de otro perfil, pero ahora veo que colabora menos, pues, porque a partir de que empezó en Rockdelux la han llamado para un programa de televisión local de Barcelona, de presentadora de un programa que salen grupos bastante alternativos. Ella hace una entrevista y el grupo toca. Pues, Aïda escribe menos, porque yo le propongo cosas y me dice que está muy liada. Y está todo bien, pero desde fuera se puede ver como que nosotros la estamos dejando de lado y no es cierto. —Eso que me dices tú, que en algún momento una empieza a dedicarse a otras cosas, también lo he conversado con periodistas argentinas, mexicanas y de acá. Y creo que tiene que ver con un cansancio de pelearla constantemente contra algo que es estructural. El contexto no ayuda. Un periodista musical de acá, que la gente respeta, me dijo hace unos años que las mujeres nunca iban a ser igual de buenas que los hombres siendo periodistas musicales, porque eventualmente se les iba a ocurrir tener hijos. Y creo que él lo dijo en voz alta porque la ignorancia es atrevida, pero no me sorprendería que otras personas pensaran aún en el 2018 de forma similar. Es que es un argumento machista. Eso no depende
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de… es que eso es machista en este contexto y cualquiera. —Bueno, eso se detecta, a veces. Ese pensamiento existe. Yo te puedo afirmar rotundamente que yo estaría no encantado… tampoco tengo que estar encantado, el trato es de tú a tú. Pero que allí se posturalan mujeres y que el equilibrio se genere. Ahora tenemos a Silvia Cruz Lapeña, que hizo en julio lo de Rosalía, fuimos a escuchar el disco que estaba sin acabar y decidimos hacerlo, un poco antes del boom de la Rosalía esta… —¡Que no saluda ni a Almodóvar! Ja, ja, ja, ja, pobrecita, no se enteró. Pero es que es genial el vídeo ese, ‘Rosalía guapa ¡que soy Pedro!’. Es que parece una escena de una de sus películas. Silvia está muy centrada en el tema flamenco, puro y más contemporáneo. —He estado escuchando mucho ahora a una flamenca, María José Llergo. Sí, es muy buena., muy buena. Es que claro el flamenco es un mundo… —Sí, también leí las críticas sobre Niño de Elche en la Bienal de Flamenco de Sevilla y… Sí, uff, madre mía. Es muy fuerte. Este talibanismo -que llamo yo- es lo que me pone de los nervios. Con la facilidad que tienes ahora para acceder a cualquier cosa, que la gente no se abra más. —Y bueno, esa cosa cansina de que Rosalía es catalana y no puede hacer flamenco… ¡Y lo de apropiación cultural! Acusarla de eso a ella o a cualquiera. Si la música pop tiene algo, es que siempre se ha nutrido de otras cosas, es un reciclaje continuo. Y lo único que sirve es que en ese reciclaje tú aportes algo personal. Vamos, de qué pureza me hablas en el pop. Y bueno, no solo en el pop, en la literatura, en el cine. Es como que si me dicen que Tarantino es apropiación cultural porque hace referencias a Sergio Leone, ¡por favor! El hip hop es algo netamente norteamericano y es algo que se ha extendido por todo el mundo y qué, pues es como tiene que ser. —Me llama la atención la manifestación de lo latino allá. Me imagino que uno entra a cualquier colegio en Barcelona, en Madrid o en Valencia, qué se yo, y esos niños tienen compañeros venezolanos, ecuatorianos y eso permea la cultura. Y probablemente, ahora hayan niños catalanes que mezclan su idioma con jerga latinoamericana. Eso, evidentemente, se notará en la música, en el arte. Y está todo bien ¿no? Sí, sí. Es que con todo el mundo del trap, o sea a mí hay cosas que me interesan, aunque generacional-
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mente me pillan de refilón, tengo que reconocerlo. Pero me interesa. Por ejemplo, Tangana o la Bad Gyal, que siempre van con el discurso que utilizan las armas del sistema capitalista para su propio… pero es muy sutil, no sabes si lo estás utilizando para criticarlo o para formar parte de él. —Bueno, C Tangana explota mucho eso del concepto del ídolo, su show en vivo lo construye alrededor de eso. Y ahora hace algunos días sacó esta colaboración con Niño de Elche, buenísima. Se nota que él tiene un acercamiento a diferentes cosas y se nota hasta en sus videos. En ‘Bien duro’ tenía esta estética del cine quinqui español de finales de los setenta. ¿Qué piensas de cómo está montando el proyecto? Tiene que ver mucho con lo que hablábamos antes, esta cosa del prejuicio, también. Sí, estuve mirando vuestra web y lo vi ahí. Yo creo que no sabes si es una estrategia, un homenaje o algo que realmente le sale de dentro. A ver, por ejemplo, El Coleta que hace muchas referencias a José Antonio de la Loma, al cine quinqui, no lo sabes… yo intento aparcar el concepto de si es auténtico o no y centrarme en el resultado. Y a mí el Tangana tiene temas que me parecen extraordinarios y otros que me parecen más del montón. Rosalía, al margen de que la gente piense que es un producto del marketing, su disco me parece una obra maestra. Antes de venir, como dura media hora, algo que me parece una bendición en estos tiempos, lo escuchaba continuamente. Es un disco súper arriesgado. —¡O sea, produce con el silencio! Es súper arriesgado pensando en que quiere ser una artista masiva. Sí y yo prefiero aparcar sobre si es auténtico o no y me centro en la parte artística. Por ejemplo, Yung Beef puede ser más real, de alguna forma, que Tangana. A mí Yung Beef me parece extraordinario. Me da igual que el 90% sea playback, pero la energía que se desprende de esos conciertos, la relación con el público, es algo que a mí me parece súper válido. —Tuve la oportunidad de ver ese concierto que hacía con la jaula. Pensé muchas cosas, sobre todo lo peligroso que era, ja, ja, ja. ¡Sí! ¡Con la jaula! Yo lo de la jaula lo vi en el Apolo y en el BIME, en Bilbao, hizo el último show con la jaula porque él y su equipo decidieron que podía ser peligroso, se vio que quizás en algún momento hubo conciertos en los que la cosa estaba en el límite, tanto para el público como para él. —Cuando lo vi en el Primavera Sound, estaba encima de la jaula, se escuchaba una bola de sonido, como la mierda, pero daba lo mismo. Es que sí, eso. Y eso es rock and roll también, por utilizar un término antiguo.
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CHVRCHES OUTSIDE LANDS POR JOAQUÍN CABELLO
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F R E D D Y O L G U Í N
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AUTOR D E L LIB RO 100 RIMA S D E RA P CH ILE NO
“SIEMP R E LO P E N S É COMO U N MI XTA P E ” Po r Se b a s ti á n R i ve ra
Ante el inminente lanzamiento del libro 100 rimas de rap chileno (del que te contamos el año pasado, cuando se anunció su trabajo), conversamos de todo un poco con su autor Freddy Olguín, periodista y director del netlabel y blog Dilema Industria. Desde la inquietud que lo llevó a echar andar este proyecto, el uso del lenguaje y los diversos mensajes que navegan en el libro, hasta el desprejuicio que ha marcado su forma de relacionarse con la música, platicamos en profundidad en un concurrido café del Barrio República. —Freddy, cuéntanos cómo nace este proyecto. Nace de la inquietud como fan del rap, primero como músico con mi banda FDA y después con mi música como solista bajo el alias de Gen. En el camino estudié periodismo y eso también contribuyó a querer escribir de algo. Siempre estoy escribiendo
cosas, por trabajo o por investigaciones que hago, entonces este era un texto que tenía pensado desde hace mucho tiempo. Creo que en la mezcla de ser rapero en un principio y después ser periodista surgió el poder escribir un texto que mezclara esas dos vertientes. Lo principal es por ser fanático del rap, eso es lo primordial, me gusta el rap chileno, yo mismo lo he hecho, entonces como que ahí surge todo. —Enfocándome en el material que aborda el libro -las rimas- he notado una evolución en el uso de las palabras, un cierto lenguaje que ha llevado a crear diversos mensajes de parte de los MC’s. Se me viene a la mente una cita de Ítalo Calvino que dice “al otro lado de las palabras, hay algo que intenta salir del silencio y significar algo mediante el lenguaje, como si asestara golpes al muro de una prisión”.
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El rap siempre se entiende como música de mensaje. Es muy amplio, y entre todos los estilos o géneros, el que más se conoce es aquel que tiene cierto mensaje, cierta poesía, cierta contingencia. El hip-hop, entendiéndolo como la música, la mezcla del rap y de todas las otras ramas, como género musical es muy amplio también. Si pones a Outkast que es de Atlanta con un Nas que es de Nueva York, por ejemplo, van a sonar distintos por una cuestión geográfica y cultural propia de los estados a los cuales pertenecen, pero los tópicos son parecidos y eso se ha mantenido hasta ahora. El tema es que los tiempos han cambiado, por ejemplo el trap trajo otro discurso, pero no más distinto al del gangsta rap de los 90’. Referente a los diversos mensajes que mencionas, en el libro intenté abarcar mucho, porque hay de todo y depende mucho del autor. Lo que caracteriza al rap chileno y también en el mundo es que es música contestataria, música de protesta, de corte social. Pero también hay humor, hay hueveo, hay egotrip, apología de la violencia o cualquier otra temática. No es solo un sonido en particular. Por lo mismo intenté ser bien democrático en eso, porque en Chile no todos escriben rap de manera poética o con metáforas, sino que hay algunos más explícitos, otros más machistas, otros de mensaje directo o agresivo, algunos sensibles y honestos. Eso se intentó plasmar en el libro de una manera súper natural. Tampoco es que yo haya hecho un análisis exhaustivo y, por lo mismo, coloqué una aclaración al principio de las rimas seleccionadas. No quise ser ni completista, ni tampoco ser muy riguroso en algunas cosas, sino más bien espontáneo. Así se fue armando el libro. —En un texto de Julio Ramón Ribeyro se lee “no creo que para escribir sea necesario ir a buscar aventuras”. Rescato esas rimas que se alimentan del diario devenir, de algo cotidiano. Por ejemplo, lo muy bien que lo hizo Anita Tijoux en el disco Aerolíneas Makiza, en la canción ‘Un día cualquiera’. Parece simple el plasmar algo cotidiano, pero no lo es. Las cosas que parecen más simples son las más difíciles. En un lugar común, es así. Porque escribir de manera testimonial, encuentro yo que es más fácil porque estás escribiendo de ti, pero cuando quieres contar una historia o escribir de lo cotidiano, tienes que apelar a las imágenes, saber evocar momentos. Y eso es difícil, no es llegar y hacerlo bien a la primera. —¿Y cómo se maneja el pudor de escribir algo testimonial, que sea verosímil, que realmente el que lo escuche o que lo lea, diga “le creo, es cierto, me interpreta”? Me refiero a la timidez que puede existir al escribir de uno y que el otro lo escuche y lo asimile. Al final el oyente te termina conociendo un poco. Depende del autor. Personalmente a mí y mis amigos de FDA, siempre nos dijeron de varias formas, que éramos súper testimoniales, súper personales, de
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hecho ahí empezamos a hablar de “rap del otro”, pues teníamos una mirada diferente. Finalmente era porque nosotros teníamos una mirada particular de lo que queríamos decir. Es el mismo espíritu que yo uso en el libro, que tú puedes decir una cosa y si alguien lo ve de otra forma, lo dice distinto. Creo que los raperos han perdido ese pudor con el tiempo, no todos, hay discos de rap más modernos y maduros que otros, en Chile y en el mundo. No es lo mismo un disco de Nas que uno de Lil Jon o cualquier otro artista, básicamente porque son públicos distintos y ellos personalmente también son distintos. Unos quieren ser más conscientes que otros, pero ese desprejuicio, si quieres llamarlo así se ha dado con los años, no viene impreso en el rap. —Al escuchar tus proyectos musicales, como FDA, Gen o como creador y cabeza del netlabel Dilema Industria, se nota que tienes una visión bastante desprejuiciada de la música y del rap. Es así. El haber sido editor de Super 45 me permitió conocer un nuevo mundo sonoro. Pude conocer otras músicas sumado a que desde chico he tenido amigos que han tenido otras intenciones, son fanáticos de otros géneros musicales muy distintos al rap. Es bueno que la gente entienda y acepte que hay muchas miradas para abordar la música, entre ellas, el poder encontrarle valor y el aprender a ser desprejuiciado. Creo mucho en la importancia de encontrarle valor a otros artistas, sean del indie o de géneros como el trap o el reggaetón. En el fondo eso es lo que recojo en el libro y también es parte de las inquietudes iniciales. Es algo que yo siempre he buscado, algunos dirán que soy progre u otros que me gusta quedar bien con todos, pero siempre busco el encontrarle valor a las cosas, incluido el rap, que es un círculo muy cerrado donde generalmente se le encuentra valor solo a los que están contigo, a tu crew, tu patota. Yo lo viví porque de chico estuve ahí metido y siempre busqué el valor en los otros ya sea porque tenían miradas distintas o porque venían de otros lados, de otras ciudades, de otros barrios. Ahí yo decía “lo que esta diciendo él, quizás es parecido a lo que estoy diciendo yo, solo que lo dice en otro lugar y en otro contexto”. Lo otro que ha aportado a tener una visión más desprejuiciada, es el tener amigos jóvenes, millennials. También he hecho clases y ahí me he dado cuenta que ellos tienen otros ritmos, otras formas de comunicarse, dialogan de manera distinta con la cultura, entonces tú no puedes venir con un cuento añejo para enseñar o retratar algo cultural, tiene que ser algo multimedial, muy de imágenes. Uno que es análogo, no puede venir a venderle ningún cuento a alguien que nació con la multimedia, con lo digital. En el caso mío, que me estoy acercando a los 40 años, me gusta mucho interactuar con gente joven, los aprecio mucho porque tienen otra energía, piensan diferente. Puede ser que algunos no tengan ninguna profundidad en
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nada, pero tienen un espíritu que no teníamos nosotros porque estábamos muy apretados, muy encapsulados. Da la impresión ahora que todo es posible y que son mucho más desprejuiciados, es por eso también que creo que el rap hoy en día está saliendo así. En el caso del trap, siento que aún le falta tiempo para su desarrollo, como que le falta envejecer. En cambio el rap chileno ha envejecido bien, tiene treinta años, hay muchos autores, muchos discos, muchas cosas que yo descubrí haciendo el libro. Lo que hago con 100 rimas de rap chileno es un pequeño aporte, un libro breve pero contundente. Ahora, con lo rápido que va la tecnología, este libro ya quedó obsoleto este año. El 2019 ya otros tendrán que hacer otros proyectos, quizás un video, un documental, algún aporte. Todo va muy rápido ahora. —¿Qué otras cosas descubriste haciendo el libro? Muchas historias desconocidas y relatos de regiones. Muchas micro escenas que se dieron en Valdivia, Chillán, Temuco, Valparaíso o San Antonio, de las cuales no quedaron registros de grabación ni nada, pero eso fue como el sustento para que después surgiera de vuelta y de forma más potente. Acá en Santiago estaba todo más armado, había más sellos y así la gente se iba quedando con los grandes referentes. Pero todos esos que no están en la his-
toria oficial son también parte de un todo, del movimiento. Hay una historia oficial y hay otros que están en el anonimato por decisión propia, esos que defendieron el underground a ultranza. Al final, quedan los que hicieron discos y los hicieron rotar y otros que estaban en el momento correcto. Por ejemplo yo cuando estaba más activo, vi muchos proyectos que no llegaron a ningún lado pese a que tenían un montón de talento. Les pasó como a todas las bandas, que puede que se acaben, que se disuelvan. Al final los que permanecen son los que hicieron discos, potenciaron una larga carrera con esfuerzo y de paso se hicieron populares. Ellos quedaron como referente. Tampoco quise escribir el libro de referencia del rap a lo largo de Chile, uno de 300 páginas a lo Simon Reynolds, no me da, no creo que esa sea mi labor. Pero espero ese libro, espero leer eso algún día. Lo bueno de escribir sobre música y hacer 100 rimas de rap chileno es poder conectar con esas personas que quizás al leer un par de rimas, les baje el deseo de investigar, de buscar a la banda o al autor que allí sale mencionado. Lo bueno es que todas las rimas que están ahí las pueden localizar en YouTube, esa es la gracia. —Cuéntanos un poco más sobre la estructura del libro.
ONE MORE: Nem sin experch icimi, inus. Alitatur aut volento voloreh endit , solorempeles dolenda site volorit qu.
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Al principio hay una especie de resumen, si se quiere, como un recorrido del rap chileno que se llama “Desde la basura: rap chileno en 3 pasos”, de aproximadamente 30 páginas. Me gusta harto leer, me gusta la literatura y los libros que más me gustan son los de formato no convencional. 100 rimas de rap chileno funciona así, porque tiene al principio este resumen que te comenté y después cierra con las rimas escogidas. Cuando lo colocaron en musicapopular.cl lo encasillaron como antología, pero yo sigo pensando que es un libro de género híbrido, siempre lo pensé como un mixtape. Siempre quise hacer un mixtape, el agarrar muchas citas de música, situarlas, bajarlas y presentarlas bajo un texto introductorio. Por otro lado, fue muy importante incorporar a mi amigo DJ de Mentira, Ariel Altamirano, quien hizo el diseño editorial. Ariel es un capo y me ayudó a lograr de alguna manera eso del libro objeto, que si no quieres darte la lata de leer las primeras páginas, lo puedas abrir en cualquier parte y disfrutar de su contenido. Eso también fue uno de los propósitos del libro, que en el fondo la gente lo hojee, lo lea, lo subraye y yo creo que eso se logró también, que tuviese contenido, densidad, pero también un libro que lo puedas hojear cuantas veces quieras, que lo puedas regalar. Pienso esto como en la primera publicación, yo siempre pensé en una edición de colección, por eso la mayoría se han regalado. Las copias son limitadas, pero tengo el sueño de que una editorial o alguien se interese y hagamos una nueva edición que incorpore más diseño, fotos, más arte, mejor papel, una tirada más completa. También hubo harto apoyo, con este proyecto me gané un Fondart y con parte de eso se financió. El inminente lanzamiento es el cierre del proceso. Todo lo otro ya pasó, el proceso de creación, la escritura, la corrección. Ahora queda lanzarlo y seguir para adelante no más.//
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DAVID BYRNE LOLLAPALOOZA CHILE 2018 POR KARLA SÁNCHEZ
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REUNIÓN DE PAUTA
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REUNIÓN DE PA U T A Lo que vimos y sentimos que nos dejó el 2018.
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¿Q U É P A S A CHILE?
REUNIÓN DE PAUTA - ¿QUÉ PASA CHILE?
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UN AÑO VALLE Po r A le x Mi ra n d a Chile en el 2018 fue el equivalente musical a darse cuenta que la relación en la que nos vemos metidos está mal, pero no por prácticas destructivas, mentiras o faltas a un compromiso específico -que son las causas más comunes, no, si no que por la cotidianidad y la repetición que termina por generar hastío. Por qué darse cuenta que el camino que decidiste tomar no está llevando a ninguna parte y la única forma de enrielar es meter las patas en el barro. Es dejar de ser conformista y dejar de exigir el mínimo. La historia de la música está llena de pequeños momentos “valle”. En ellos, las bandas que aparecen normalmente son terceras o cuartas oleadas de corrientes que se acabaron -o debieron acabarse- hace tiempo, un periodo histórico que repite la historia mientras se busca la siguiente apuesta que haga mover la cosa para adelante. El problema es que no está muy claro si el fin de año marcó un cambio en esa mentalidad al por fin comenzar a intentar cosas nuevas o si seguiremos en este “valle”. Los discos más relevantes de este año en Chile, lo son porque —más que un puñado de buenas canciones que se quedan en tu cabeza— son discos que tienen un mensaje, una idea, o mejor dicho: una propuesta. En ese sentido, el trap ocupa un lugar genial en el avance de letras, incluso en el mismo género, cosa de mantenerse fresco y novedoso a la vez. Princesa Alba cantando: “no te confundas que yo no me maquillo pa’ ti, si lo hago es exclusivamente pa’ mí”, o canciones de Gianluca como ‘Morir a tu lado’ o ‘Clonazepam’, hablan de un avance en el trap nacional, que por una cosa de contexto y años, es un movimiento que ni tuvo el rap hasta mucho más adelante en su historia, después de su expansión y masificación. Este 2018, el trap en Chile se saltó eso. Sí hasta los que siguen en el sendero más tradicional, como Pablo Chill-e, por dar un ejemplo, sigue manteniéndose a flote a punta de temazos y hasta colaboraciones con Yung Beef. Por otro lado, la misma quietud del contexto hace que las revisiones históricas sean bienvenidas, por lo mismo el disco de Gepe es una grata sorpresa, en especial por mostrar una gran cara con su Folclor imaginario, dejando en claro que pararse en los hombros de los gigantes anteriores es muy necesario y por sobre todo, un trabajo que eventualmente alguien tenía que hacer, y Gepe tuvo la visión de hacerlo antes que nadie. Lamentablemente, un disco que debió ser el mejor del año, no generó olas por falta de conexión con la gente, y se quedó en un gran
disco con una gran idea, ejecutada (¿o recibida?) con la misma neutralidad del 2018. Estos son solo algunos ejemplos de los que se puede hablar, por su representación de la actualidad nacional. Avances, o mini avances, en un contexto que se niega a mirar atrás a buscar ideas de manera explícita, pero que tampoco intenta mirar adelante. Solo se queda ahí. Al final la pregunta que hay que hacerse este comienzo de 2019 es: ¿Es peor que sea un año de música mala, pero que pueda servir como cachetada que espabile al dormido concepto que ya no se ve en los discos? o ¿Es peor un año “valle”, donde ni siquiera parece que vaya a terminar esta sequía, y las bandas que quedan repiten fórmulas sin mucho más ciencia? Ojalá al final, se pueda ver que el 2018 sacó buenos discos -el de La Ciencia Simple o el póstumo de Héctor Sepúlveda, por ejemplo- o grandes canciones -¿Aló, Chino Moreno con CAF? por dar otro ejemplo-, pero que en general, no pasó mucho. Y es que, lamentablemente, creadores y consumidores estamos tan perdidos que no sabemos lo que queremos, o al menos no lo sabemos explicar.
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¿QUÉ PASA CHILE? - REUNIÓN DE PAUTA
LA MÚSICA LOS CREA Y EL INTERNET LOS JUNTA Princesa Alba y Gianluca en el set de ‘Summer Love’
REUNIÓN DE PAUTA - ¿QUÉ PASA CHILE?
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¿EL AÑO EN QUE SE PUDRIÓ TODO? Po r Ma n u e l S i l va
Si recordamos el año 2017, habían muchas promesas en la música chilena. El pop guitarreado parecía ser el camino a seguir por parte de los músicos que configuraban una escena muy interesante. Una que otra banda alternativa se tomaba también el circuito santiaguino, aportando a la idea de que todo iba viento en popa. Javiera Mena fichaba con una major label. Amarga Marga iba a Lollapalooza. (Me llamo) Sebastián nos prometía amor y paz para todes. Playa Gótica brillaba con luz propia con ese exquisito Amigurumi. Patio Solar, El Cómodo, Niños del Cerro y Planeta No eran las bandas que más nos sorprendían dentro de un amplio espectro de grupos geniales que estaban saliendo. Sello Piloto parecía ser el ejemplo de curatoría musical para todos quienes tenían un colectivo discográfico. Todo iba bien, pero algo pasó. Detrás de todo este auge de proyectos musicales notables, poco a poco nos fuimos enterando de que algunos de sus integrantes habían cometido abusos contra mujeres. Luego las cosas se radicalizaron y comenzaron a salir las acusaciones sobre violaciones, e incluso transmisiones de enfermedades venéreas, golpes y otras atrocidades. Ciertos actores comenzaron a tratar de encubrir a sus compañeros, y el discurso progresista de las letras y los favores
buena onda de Facebook, poco a poco comenzaron a caer. La escena cayó, y de pronto nos quedamos sin su música. Ciertamente hubo sobrevivientes que adornaron este 2018 de cosas buenas, como Rubio, Fanny Leona, todo lo que salió en Uva Robot, Yorka, A Veces Amanda, Adelaida y una larga lista de actores que nos hicieron recobrar la esperanza en la música… Pero cuando nos enteramos de que Pillanes iba a Lollapalooza con un sólo disco —tremendamente genérico— bajo el brazo, o que Gepe sonaba como el posible álbum del año en varios otros medios (otra vez), las cosas nos comenzaron a preocupar. Si pensamos en el disco del año, a modo de concepto, este tendría que ser una producción que haya cambiado algo dentro de este 2018, y es triste reconocer que no logramos encontrar ninguno que cumpliera con aquellas expectativas. Quizás esperábamos demasiado. Posiblemente, somos unos amargos, pero lo cierto es que la pregunta que nos hacemos todos hoy es bastante concisa y precisa: a pesar de que esperamos que todo mejore en 2019 de alguna manera milagrosa, ¿qué pasa, Chile?//
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MAC DEMARCO LOLLAPALOOZA CHILE 2018 POR MAIRA TRONCOSO
REUNIÓN DE PAUTA - ¿QUÉ PASA CHILE?
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REGISTRA ANTES QUE TE QUITEN LA HISTORIA Po r Bá r ba ra C a r va c h o
Hacemos, buscamos, escuchamos y registramos música porque la necesitamos. Porque además de los pelos de punta, el apretón de guata y los recuerdos que traen consigo las canciones, necesitamos contextualizarnos, entendernos, posicionarnos en este mapa donde somos pequeñxs entes en un extenso manto de células, estrellas e inventos de las pequeñas hormigas que somos. Buscamos la música porque nos hace sentir, porque la odiamos y la amamos, la defendemos y chaqueteamos. Nos lleva a agruparnos, a seleccionar a personas de por vida solo por tendencias que parecen relevantes en nuestra lista de prioridades: qué te hace vibrar, en qué punto y con qué artistas llegas a ese estado de agobio o plenitud, y qué tanto se parecen tus lineamientos a los míos. La música nos traza, nos desarrolla. Educa, registra. Y nosotrxs, personas, no sólo tenemos que amar el registro que significa darle play una y otra vez a esos discos, también tenemos que entender la importancia de él. Por miles de años, el registro fue de carácter privilegiado. La música de la elite y la documentación también. Los pobres no tuvieron la chance de retratar su realidad acorde a sus sonidos y plumas, las mujeres mucho menos. Y ahora, globalizadxs, contagiadxs, virulentxs, gordxs, dopadxs y abandonadxs a los coletazos de las pésimas intenciones de los superiores de turno, nos tenemos que hacer cargo de nuestro
derecho de crear y documentar. Nuestra historia. Es nuestra historia de la que estamos hablando. Esto va más allá de seleccionar lo mejor y lo peor del año, el disco que nos hizo suspirar y ese que nos da rabia que exista, la canción que dedicamos y la que le pusimos “no reproducir más” en Spotify. Esto se trata de nuestra existencia, nuestra pequeña presencia en este pequeño espacio llamado Chile, dentro de este diminuto terreno llamado planeta Tierra. ¿Y qué ha hecho este año Chile por documentar su historia mediante la música, además de sentirse especial por poder grabar las canciones en la pieza y contarlo con ese tono de complacencia respecto a no necesitar una multinacional para perpetuarse? La tradición y calidad que tiene este país con sus raíces y sonidos, y cómo el ser esponja de su entorno ha formado una rica línea de reconocimiento, son otros temas; pero qué pasa, hoy, 2018. Qué haces tú con tu guitarra, qué hago yo con mi columna, qué hace el sello indie de turno con su tocata. Es 2048, y tengo 57 años. Quizás tengo descendencia, tal vez una sobrina, y en uno de los tantos fines de semana voy a querer recordar qué era de mí cuando lucía 27 años y estaba aburrida de los chistes sobre Kurt Cobain. Y me voy a acordar de Luz Casal. Y voy a querer abrir mi interfaz de moda para dar un viaje en el tiempo y revisitar mi país, mi historia, mi contexto, mediante un par de canciones, tal como lo
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hago ahora con 1998. Y me voy a pillar con canciones hermosas, llenas de retratos narcisos sobre tener likes, muchos amores, consumir codeína y querer irme al sur porque Santiago me está matando. Pero no voy a poder recordar de buenas a primeras a lxs muertxs, a lxs abandonadxs, la represión y depresión de un territorio que parece muy ocupado en el mall. No quiero jugar a la amarga, anhelando simulaciones futuras y convertirme en todo lo que odio; mas no puedo pasar por alto el miedo que me produce vivir en un país donde los pacos matan gente y lxs músicxs de turno no ocupan su vitrina para expresar algo al respecto. Porque amo sus canciones, me acompañan y abrazan cuando estoy feliz, pero ¿cómo voy a transformarlas en legado si no puedo usarlas como ruta directa a las rabias y penas de mis contextos? Para las penas y logros personales, tengo mis diarios de documentación llamados redes sociales pero ¿de dónde saco el registro de las penas y logros de todxs mis amigxs, mis vecinxs y compañerxs de trabajo?, ¿de El Mercurio?, ¿de Canal 13?, ¿del Twitter de Kast? El fascismo coarta la vitrina de la música, la música siempre pega el manotazo de vuelta más fuerte, porque está por sobre nosotros, porque su misión última es clara: retratar esa semana exacta en la que a Daniela le dieron ganas de fusionar su desamor con la represión y hacerla analogía en una canción que más tarde sería grabada en pésimas condiciones porque la precarización social ataca siempre a la creación. Gracias por los himnos de fiesta, los traps novedosos, el pop arriesgado, el indie chilenizado y el postrock de calidad. Me encantaría poder proyectar más allá de mí en cada una de sus canciones. Pero no
¿QUÉ PASA CHILE? - REUNIÓN DE PAUTA
puedo. Me calzan perfectas sus tonadas pero ya no se trata sólo de nosotrxs, individuos en el teléfono ¿verdad? Tal vez, es hora de empezar a entender la música más allá del egoísmo creativo y la realización personal, y tomar los compases y estribillos como las únicas armas que nos dejan portar. Tal vez, es hora de tomarse más en serio eso de dejar registro en cada pared y papel lo que nos hicieron, para que no se pueda repetir, para que nuestras descendencias no lo olviden, para que no suene como la historia repetida que a Chile le encanta desplegar cada tantas décadas. Tal vez, ya es tiempo de hacernos cargo de toda esta cantidad de información que estamos dejando gratis en la infinita biblioteca de internet. Porque una canción es más que una selfie. Llegó el momento de dimensionar el registro. Registra, registra, antes de que quieran cambiarte la historia, antes de que las personas del futuro quieran empaparse de 2018 y sólo se encuentren con la mejor fiesta de sus vidas. Y nunca van a saber de lxs muertxs de aquel año, ni de lxs abandonadxs, mucho menos la represión y/o la depresión, porque pareciera ser que tal como los medios, la música también decidió olvidarlxs. Porque parece que sale más fácil hablar de barbaridades sólo cuando se trata de pesares personales, penas de amor. Tal vez, es hora de ver un poco más allá de nuestra nariz, transformar mis recuerdos en nuestros recuerdos, a ver si tenemos más suerte en el futuro. Cuando la pena cae sobre mí, quiero encontrar aquello que fui. Miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos//.
REUNIÓN DE PAUTA - LUCHO GATICA
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ENTRE BOLEROS Y RELOJES
CUANDO EL TIEMPO SE ACABA Y QUEDA UNA LEYENDA Por Juanjo Llano Foto: El Rancagüino
Si ven los libros de historia, Rancagua tenía como grandes hitos -hasta 1940- la derrota del ejército chileno contra los españoles en 1814 y la llegada, a principios del siglo XX, de la norteamericana Braden Cooper Company para explotar el cobre. Eso hasta la irrupción de los boleros de Lucho Gatica en la primera radio de la ciudad. El antiguo estudio de Radio Rancagua quedaba en la esquina de la Alameda con Recreo, a la salida del casco histórico, el cual hoy no existe. El lugar era usado por los artistas de la época para sesiones en vivo y con público presente. Cuando Arturo Gatica, hermano mayor de Luis, lo llevó en 1941 con apenas 13 años, el dial tuvo un antes y después. De hecho, en 1945 grabó su primer disco en el mismo espacio radial. La voz aterciopelada y su capacidad de interpretación, como si susurrara al oído en una conversación íntima entre dos personas, hicieron que el periodista Raúl Matas aceptara que cantara ‘Tú, dónde estás’, en el programa radial que mantenía en Radio Minería. De hecho, el mismo locutor se encargaría de editar un simple con cuatro tonadas en 1951 y a dúo con su hermano. Con el éxito en el país y las presentaciones en el extranjero, su camino inmediato fue México y una
estadía que se prolongó hasta su fallecimiento en noviembre pasado. En ese lapsus fue reconocido como el “Rey del bolero”, sí, en la tierra donde aquellas canciones provenientes de Cuba ya eran parte propia de la industria musical que estaba en su apogeo máximo. Lo cierto es que Lucho Gatica se volvió el Sinatra latinoamericano en gran parte del continente: los cubanos lo veían como el gran intérprete de un género oriundo de la isla y en México era tratado como una figura nacida en el DF. La distancia con Chile y con su propio Rancagua, hicieron que generaciones nuevas no lo conocieran salvo si era por sus padres o abuelos. De hecho, en su ciudad natal recién este año se rindió un homenaje en el Teatro Regional. Si nos detuviéramos a mirar atrás y ver cuántos artistas grabaron con él las canciones que popularizó, las que tomaba de algún polvoriento vinilo y les daba un aire fresco, con esa sensualidad delicada de su voz, quedaríamos sin tiempo. Aunque es complicado compararlo con otros músicos chilenos, por una cuestión de que Gatica rara vez compuso una canción, es nuestro cantante, junto a Violeta Parra, más reconocido en el mundo.
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REUNIÓN DE PAUTA - BUENA SUERTE EN LA GUERRA CONTRA EL TRAP
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Foto: Rocío Aguirre
BUENA SUERTE EN LA GUERRA CONTRA EL TRAP Por Bárbara Carvacho
Javiera Mena, Álex Andwanter, Gepe, Fran Valenzuela. Princesa Alba, Paloma Mami, Drefquila, Gianluca. Quizás sea antojadizo y apresurado, pero lo peor que podría pasar es que no esté en lo correcto y todo siga su curso como hasta ahora. El ambiente huele a recambio generacional, tal vez tardemos más en dimensionarlo porque parece que se escapó del pop de autor y mutó al trap. Si hace una década vivimos el brillante paraíso del pop como principal cara de exportación cultural, hoy parece que tenemos nuevo fetiche sonoro, y uno de altísima calidad dentro de la región. Y como estamos hablando de un híbrido nuevo y mutable al ritmo de likes, sin esfuerzo puede estar en la primera liga mundial. Lizz, Jamez Manuel, Nación Triizy, Catana, Polimá, El Ambidieztro Melt, Ceaese, Young Cister, Young J Star, Pablo Chill-E, Shita. La lista sigue y suma tal como el algoritmo de Youtube. El 2018 explotaron muchos proyectos que ya cargan en el hombro un par de años, pero que durante este periodo vivieron en tierra propensa para terminar de impactar con la novedad. Si ya lo hizo la cumbia, la balada y el pop, ahora es el turno del trap, la nueva música de moda, la nueva norma popular, el mainstream en su máxima expresión y el auge de los sonidos fusión que van creciendo a medida que crecen sus exponentes.
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BUENA SUERTE EN LA GUERRA CONTRA EL TRAP - REUNIÓN DE PAUTA
Con una escena consagrada, fiestas, sesiones, videos, marcas de cerveza auspiciando, y canciones llegando a los principales festivales del país, el trap nacional se ha aprovechado de su poca raíz para apuntar donde justo lo necesitábamos. Si el origen de este ritmo pasado a hit hat y con clara herencia del Roland TR808, viene de un Estados Unidos fresquito de la década de los noventas, a Chile aterrizó como un refrito urbano perfecto para una media que parece saltarse el folclor popular, y disfruta cualquier dependencia exportada desde el país del norte, como la moda de tomar codeína con sprite, hacer amigos en Soundcloud o buscar la inspiración en Tumblr. Chile decidió saltarse el reguetón y agarrar el trap fiel a la latitud norte, contemplando España, EEUU y hasta Rusia como brújulas en un océano de experimentos. Te guste o no, estamos en el ruedo de un fenómeno que decidió entender el folclor como un globalizado donde resaltamos ejes que van más allá de la violencia barrial y la droga. Las nuevas caras del trap chileno no sólo traen el grotesco de
Estados Unidos, también esta idea de libertad que nos permite hablar de depresión, pena, pobreza y dolor en la misma medida en la que se ostenta y se samplea armas. En este tejido dual, es que el trap deja su huella como herencia de registro como ningún otro género lo está haciendo. Porque se colabora con cualquiera del mundo sin siquiera salir de Instagram, porque Pablo Chill-E pide la libertad de los presos y de su papá, porque Princesa Alba tiene claro que ningún pelmazo de turno va a privarla de bailar y lo deja claro en cada letra, Gianluca no tiene tapujo en exponer depresión y dependencia al amor romántico, y Polimá aprovecha su ascendencia angoleña como mejor retrato del Chile de hoy. Buena suerte en la guerra contra el trap, hace rato este país decidió perpetuar el folclor en los géneros populares, y todo lo que abrazó el pop hace una década, hoy queda a cargo del recambio popular. Skeeereee.//
REUNIÓN DE PAUTA - LIBROS DE (CON) MÚSICA
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LIBROS DE (CON) MÚSICA Novedades, reediciones, traducciones y rescates Por Diego Armijo
DRAGÓN DORADO Bruce Lee (Abducción)
FILOSOFÍA DISNEY Rodrigo Torres (Librosdementira)
Un soundtrack descartado. Entremedio de las páginas de la biografía Bruce Lee: Artist of Life de John Little, estos poemas son “una muestra evidente de la propuesta filosófica y artística de Lee”, como se lee en el prólogo de Maximiliano Andrade, traductor. Y, ¿cómo traducir no solo las palabras, sino que también los sonidos, y más aún, más importante aún, los movimientos en tanto respiración y roce? Aquí lo encontrado, aquí “el viento del otoño sopla sin piedad”, certero golpe de Lee.
El libro cierra con el cuento “Nazipunk”, escrito con un ritmo y montaje a la manera de Luis Rivano. Y quizá era la única manera de dibujar a este par de amigos autodenominados neonazis, que recorren la ciudad a la manera de una barrida por los lugares que les entreguen cobijo, comida o plata. Es una canción, como estallido, la que acaba todo el recorrido, es un grito de venganza hacia un personaje que se nos hizo amigable desde toda su podrida existencia.
PALESTINA, POR EJEMPLO Lina Meruane (Libros del Cardo)
KINTSUGI María José Navia (Kindberg)
Más que música, sonido. Electricidad, cohetes, armas, cuerpos uniformados, la voz de quien dice, “no existe el pueblo palestino”, voz de la primera ministra israelí Golda Meir, 1969. La voz de Lina Meruane que va poetizando ideas en ensayo, desde una profunda empatía, clara, directa, perturbadora en el horror de cuando lo único que tiene para defender a sus otros son “mis armas mi teclado”.
Aquí una familia fracturada, que a diferencia del título del libro -la reparación mostrando las grietas-, intenta que no se note aquello. Una familia que luego de hechos tormentos, despertando a la mañana siguiente, reina el silencio, la tranquilidad. Aquí no ha pasado nada. Es María José Navia, quien se entromete y cuenta que aquí “no hay música y no hablan entre ellos, aunque, de vez en cuando, Alfonso silba”, es así, desde el silencio, que va recomponiendo a esta familia.
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ARRESTEN AL SANTIAGUINO! Mario Verdugo (Overol) Con un texto sobre Julio Iglesias Meléndez, escritor antofagastino nacido en 1900, muerto en 1976, y “Aunque sus coterráneos creyeran verlo volar aún con las garumas y exigieran fijar su nombre en una calle, el auge de la música cursi y el imperio de la caja idiota terminaron haciendo que su sola mención llamase a la risa” abre este libro. Con un texto sobre Antonio Vodanovic Haklicka, también de Antofagasta, nacido en 1915, muerto en 2005, que “desde 1976, la gloria de su nombre comenzó a serle arrebatada por un tipo flaco y verborrágico -harto más diestro en el empleo de la frase bien hecha- que aquel debutaba en la animación del Festival de Viña”, cierra este libro.
SOBRE MÚSICA, MÚSICOS Y OTRAS MEMORIAS Erik Satie (La Pollera) Desde la portada, particularidades: tres círculos que son trozos de la pintura “Brasserie d’ Étudiants” de Jean-Georges Bénaud, donde tres sujetos, en una sobremesa, se muestran muy aburridos, o simplemente, duermen. Dentro del libro: las divagaciones, cavilaciones del músico Erik Satie, quien fue -alguien me dijo- el precursor de la música de películas (es cosa de escuchar “Croquis et agaceries d’un gros bonhomme en bois, I. Tyrolienne turque”, en Youtube está), pero además un polemista muy fino. De eso hay mucho en este libro.
LIBROS DE (CON) MÚSICA - REUNIÓN DE PAUTA
BITÁCORA Gladys González (La Calabaza del Diablo) El poema “Navaja”, página 15: “un bar vacío/el silencio/como un eco/de lo que hay adentro”, adentro de la voz, en un espacio lleno de objetos, pero vacío, donde las ausencias se hacen evidentes hasta en las marchas en la pintura donde antes hubo un cartel publicitario. “el bullicio/como un recuerdo/de lo que flota/en el aire”, en el cuerpo de esta voz, que escucha todo, pero que calla mucho, es la música estridente la que vuelve todo incomodidad, la que corta esta voz, en ciernes, trabajo de bitácora.
SIETE DÍAS Ana María del Río (Imbunche) Este es un libro nuevo, pero no nuevo nuevo, pues fue publicado antes en 1993, por Planeta. Pero es un libro nuevo, pero no nuevo nuevo, pues es la misma historia del libro que se llamaba “Siete días de la señora K” y ahora, publicado, remixeado, por Imbunche, es “Siete días”. Pero es un libro nuevo, pues hay otra ordenación, hay profundidades que quedaron fuera de esa vida anterior. Aquí música hay en el lenguaje, aquí música hay en una fiesta donde el marido de la señora K baila con todas las mujeres ahí presentes, y la señora K, que no baila, se queda relegada. Aquí música hay en el palpitar de la señora K al descubrir su cuerpo, al fin, en soledad.
REUNIÓN DE PAUTA - LIBROS DE (CON) MÚSICA
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CUMBIA ÁCIDA Rodrigo Rojas Terán (Aparte) Los héroes: Los Shapis, Chacalón, Los Destellos, que son la inspiración para los “músicos beben cervezas en la cuneta/construyen a lo largo del día/ una sonora embriaguez”. Poesía bailable, en tanto palabra en la boca con agrio sabor a una noche de fiesta anterior. Poesía que dibuja un territorio limítrofe, no solo entre naciones, sino que también del mismo espacio: “Bajo el morro/balizas, ruido, alarmas/ policías desfilan en sus bicicletas”. Poesía ácida.
CESTO DE TRENZAS Natalia Litvinova (Edícola) Trozo de poema en la página 10: “Se agachan/y se enderezan/cada una a su ritmo/como teclas/de un instrumento/que alguien aplasta/con los dedos”, es que no hay una articulación sonora en torno a un canción pop de tres minutos, y baile, y letra pegajosa, aquí hay sonido, hay voz, hay lengua, y aquello es lo fundamental en los poemas estos que suenan a la traducción sino desde un texto, si desde una lengua interna de Litvinova. Aquí se presenta el sonido de la sangre, de la naturaleza, de la bella barbarie.
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AT THE DRIVE IN FAUNA PRIMAVERA POR PAULO REYES/FAUNAPROD
REUNIÓN DE PAUTA - LA APERTURA MUSICAL DEL AÑO
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LA APERTURA MUSICAL DEL AÑO Mientras el rock, el indie y el pop occidental están en un proceso en el que parece que estuvieran casi orgullosos del poco interés de avanzar hacia adelante con sus estilos, la música que dio cara fue la mal llamada “música urbana”. Por Alex Miranda
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Mientras estos géneros —que no están obsoletos, pero parece que hacen todo lo posible por serlo— siguen discutiendo si Deafheaven es shoegaze o black metal, el reggaetón y el trap están mostrando discos con muchos estilos a la vez, sacando inspiración de donde venga y mostrando trabajos que buscan el avance y la combinación de referencias. Quizás el único problema con eso es que normalmente quedan álbumes con canciones de más, pero que en general es mejor que un álbum de pocas canciones que no se atreve a nada. En este sentido, el debut de Bad Bunny intentó precisamente eso, ya que X100PRE contiene de todo, desde reggaetón old school, hasta combinaciones más ambiciosas como ‘La Romana’, hasta guiños al pop punk de Fall Out Boy en ‘Tenemos que hablar’. Algo parecido a lo que pasa con J Balvin y su Vibras, que va desde ‘Mi gente’, pasando por ‘Brillo’ y hasta termina en esa colaboración con Zion y Lennox que es ‘No es justo’. Aunque el disco de Balvin más que basarse en el amplio espectro de la música, muestra varios colores para el mismo cuadro que vendría a ser la música urbana, al final, no importando que tanto te guste cierta música, al menos un tema de este disco se te quedará grabado, sin duda. Al otro lado están los trapperos que parece que tienen la evolución musical en su genética, porque están constantemente buscando romper el molde. Para ejemplificar de mejor manera, solo falta recordar las firmas de contratos gigantes que protagonizaron Drefquila y Paloma Mami, durante el 2018. Todos estos movimientos, al igual que los riesgos que tomó el reggaetón, están dando fru-
LA APERTURA MUSICAL DEL AÑO - REUNIÓN DE PAUTA
tos al expandirse por el mundo anglo-occidental. Si Drake ya cantó con Bad Bunny y J Balvin ya estuvo dos veces en Jimmy Fallon, es que hay que prepararse para ser los siguientes en tomarse el mundo. Lo latino lo hará, solo si ese título no llega antes a otra corriente: el K-Pop. Y es que actualmente los fenómenos más grandes son estos dos, y si Chile hizo algo bien este 2018, fue abrirse a esos estilos y dejar de mirar como dioses a los puristas estilísticos de la música. Si bien, ambas corrientes musicales nacen de una máquina de generar dinero gigante, muchas veces discos hechos bajo estas premisas terminan siendo mucho más reales que el mismo realismo que nos vende —y con el que se llenan la boca— el indie o el rock clásico. Ejemplos de estos son cosas como el ya nombrado X100PRE de Bad Bunny, donde renuncia a trabajar con Hear This Music y DJ Luian, nombres más que importantes para el género, en pos de lanzar un disco que le era negado por su productora y en pos de sacar singles. Mientras el K-Pop tiene la oportunidad de hablar de letras sobre adolescentes aproblemados, con la expertiz de ser “idols” desde la infancia y vivir con agendas y fama encima. Chile se abrió, el mundo se abrió y esperamos que los siguientes en abrirse sean precisamente los puristas, porque vamos, el rap llegó a reemplazar al rock hace décadas y ahora hasta el mismo rap ha perdido el poder absoluto ¿Por qué seguir actuando en extremos, si podemos saltar de Paloma Mami a IDLES sin ningún problema?.//
REUNIÓN DE PAUTA - PALOMA MAMI
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P A L O M A M A M I ESTA HISTORIA YA LA VI
Por Bárbara Carvacho No, no es un chaqueteo a la ascendente carrera de una mujer de buena voz que ha logrado más que casi la mayoría que aquellos preocupados de cómo luce o con quién colabora. Pero vamos desde el inicio. Paloma Castillo tiene 19 años, es de madre y padre chilenos pero tuvo el privilegio de nacer en Manhattan, Nueva York, donde se crió y formó hasta los 16 años. Es en este punto en el que Castillo vuelve a Chile para bendecirnos con su voz, la inminente estrella mundial que este país siempre proyectó en nefastos exponentes como una Miss Universo o cantantes ligadxs al pinochetismo con un gran puente al mercado gringo. Con el regreso de Rojo, el mítico programa de talentos, volvió el anhelo de tener una exponente de factura que pudiese estar en las grandes ligas; pero como Chile es Chile, nada sobrevive sin un chaqueteo. Fue el caso de Paloma, que con tal de exhibir su formación, tuvo que enfrentarse al constante hostigamiento por parte de sus compañerxs. La historia es conocida, Mami abandona el espacio y a semanas del hito aparece como la reina del 2018, con una canción que llegó desde a Maluma hasta la disco gay de turno. Quien no disfrutó ‘Not Steady’ este año, que repase su júbilo, porque más allá de lo hipnotizante que es ver la larga cabellera de la artista y escuchar su peculiar acento, estamos ante una imparable del género urbano, exponente latina en un país que le cuesta
abrazar que es eso: parte de Latinoamérica y no algún apodo apodo de animal que se pueda vincular a autos con el fin de mostrar nuestra hombría y garra. La primera chilena en firmar con Sony Music Latin, alabada por J Balvin, confirmada en La Cumbre y Lollapalooza 2019, con todo el misterio que significa no mostrarnos en extenso su música. Confiamos en Paloma porque confiamos en el apego a la raíz, al baile como forma de contestación y urbanidad como reivindicación de nosotrxs, de la gente corriente con anhelos lo suficientemente fuertes para ganarle a este país experto en tirarnos para abajo. Por eso esta historia ya la vimos. Hemos visto a las mejores performances, voces y relevancias fugarse de este patio trasero, perdimos al compositor González, quien eternamente cantó sobre salvar el país hasta que ya no se la pudo, a Nicolas Jaar lo dejamos en el abandono hasta que nos dimos cuenta que afuera era alguien, y Mon Laferte queda pintada como referencia a la historia de la joven responsable de ‘No Te Enamores’. Para qué hablar de cifras exorbitantes cuando podemos conversar sobre el valor que le damos a nuestrxs artistas. Paloma Mami seguramente levante su carrera fuera de este territorio de 18 millones, brillará en Miami y tendrá que venir alguien como Bad Bunny para que creamos en su talento y aporte. No hagamos lo mismo que hicimos con Monserrat; porque esta historia ya la vimos, y sabemos cómo termina.//
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PALOMA MAMI - REUNIÓN DE PAUTA
REUNIÓN DE PAUTA - EL 2018 SEGÚN LA CELDA DE BOB
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EL 2018 SEGÚN LA CELDA DE BOB
Conversamos largo y tendido con Darío Gutiérrez, creador, director y redactor del prolífico sitio web musical “La Celda de Bob”, subjetivo blog chileno dedicado al análisis, opinión y difusión del hip hop que desde el 2009 viene entregando contenido fresco, actual y bajo esa premisa ha aportado al crecimiento de un movimiento que en palabras suyas “es una escena fértil y un género que se vuelve responsable y maduro conforme crecemos con él y que no deja de sorprender en ninguno de los rincones del país”. Por Sebastián Rivera
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Darío no solo ha sido un testigo activo en el desarrollo del rap nacional, sino que también del rap latinoamericano. Su opinión y su visión ha sido escuchada y valorada en instancias importantes en la región como en los “Premios al Hip Hop” que se entregan en Uruguay, ha llamado la atención con su proyecto en Cuba y este año colaboró para Noisey en dos recuentos referentes al género: los 25 mejores discos en español del 2018 y los 13 mejor emecés que ha habido en Latinoamérica. Además, sale al aire todas las semanas por Radionauta con un programa por el cual han pasado las más destacadas bandas y emcees a nivel nacional y las visitas latinoamericanas que han venido a tocar a nuestro país. No solo ahondamos en cómo fue este 2018 en materia de rap local y el recuento de 90 discos que armó para el fin de año recién pasado, sino que también cómo fueron sus inicios, sus influencias a la hora de crear La Celda de Bob, la importancia de la colaboración para un buen desarrollo del género y de cómo ve el panorama en Latinoamérica. —¿Cómo fueron los inicios de la Celda de Bob?, ¿Cómo partió la pasión por el rap y cómo se dio esto de ser un testigo activo de este género desde sus inicios hasta ahora? Mi primo mayor, el Jhonny Fumo de Ley 20Mil, llegaba a vacacionar con todas sus cintas y sus cosas a La Unión, Región de Los Ríos, ciudad donde me crié. Todo lo que andaba trayendo me llamaba profundamente la atención. Cuando me tocaba venir a Santiago, me pasaba música y así empecé a generar el gusto por el rap. Él me educó en ese sentido, me ayudó a dar mis primeros pasos. La Celda de Bob tiene mucho que ver con él y el trabajo que estaba haciendo junto a Macrodee. Cuando ya estaba acá en Santiago, noté que estaban haciendo cosas interesantes y me pareció necesario documentarlo en cierta forma. Ellos tenían una página y me invitaron a colaborar. En ese momento, me di cuenta que tenía la habilidad de poder hacer buenas entrevistas, dada las muchas Hip Hop Nation que leía, entonces como que ya tenía esa escuela un poco asimilada. Así partió La Celda, con las ganas y la pasión de aportar algo que me parecía importante reseñar y que ha ido agarrando forma desde el 2008 cuando empecé a escribir, colaborando en otros medios y con la Celda desde el 2009 hasta ahora. En los inicios, tuvo muy buena acogida y aceptación, pero yo era muy pendejo, no supe hacerme cargo de eso y de la cantidad de visitas que recibía el contenido que plasmaba. En ese tiempo, la gente todavía llegaba a su casa, se sentaba y prendía el computador para bajar un disco y escucharlo con detención. Pudo haber sido algo más grande y ahora recién creo que me di cuenta que podía ser más importante y en este momento de mi vida lo quiero tratar así. Llevo un par de años trabajando por eso, posicionarlo a nivel latinoamericano y lo bueno también es que ya se están incorpo-
EL 2018 SEGÚN LA CELDA DE BOB - REUNIÓN DE PAUTA
rando colaboradores, he dejado de ser el “Patiño” como primera persona y he aprovechado también de salir del escondite. Tengo el programa de radio que sale por Radionauta, por ejemplo. —Tu abuelo era periodista también, ¿fue una influencia? ¿Hay algo de eso en tu impetú por retratar el rap nacional? Sí, mi abuelo materno fue periodista y parte del humor político acá en Chile. Era un viejo facho, callejero, pero de esos que se juntaban con los viejos de izquierda a hacer tertulias. Se pasaban cinco días dentro del bar hablando de todo y claro, él también tenía su medio, la revista “La Chuchoca”, bajo el alias de Julián Barreta como se hacía llamar, bien reconocido y recordado en su tiempo. Recuerdo también que mi papá hacía una revista en los noventa que se llamaba “Rock Clásico”, donde hacía especiales musicales de Queen, de Led Zeppelin, con las canciones bien traducidas. Lo anecdótico es que muchos de mis amigos más viejos tienen de culto esa revista porque mi papá se daba el trabajo de documentar material cuando no había internet , cuando se buscaba información y se investigaba de otras revistas y en la biblioteca. Me dicen cosas como “hueón, ¡yo aprendí a tocar guitarra con esa revista!, era la única que traía bien interpretada las canciones”. Más encima, la hacía con máquina de escribir, hay escuela ahí. Por ejemplo ahora que apareció la película de Queen, le pregunté a mi papá qué opinaba, y me dijo, “no puedo ir a ver una historia de Queen si yo armé mi propia historia para hacer un especial”. Todas esas influencias creo están en el ADN. Hace poco tiempo encontré unas “Rock Clásico” en la feria y las rescaté como reliquia. Las leo con cierto pudor porque me reconozco caleta en ellas, sin haber leído nunca a mi papá antes. —En el rap hay una vertiente literaria muy de crónica, muy de describir lo que pasa en el día a día, en lo personal y en lo que nos rodea. Una manera de ejercer un autoconocimiento que no se da en otros estilos. También hay temáticas que incluso sirven de “autoayuda”, no esa de plástico al estilo Paulo Coelho, sino una que posee un alto grado de verosimilitud al escucharla. Entiendo donde vas y sí, el rap es una forma de autodescubrirse. No son todos ávidos lectores, no todos tienen grandes bibliotecas en sus casas. En mi caso, no soy un gran lector, pero la mayoría de mis valores vienen en base a lo que he escuchado de rap y a lo que he ido sacando de ahí desde toda una vida. Desde chico, por ejemplo, y escuchando rap de España en donde se hablaba de temas de migración lo cual era bien potente allá 20 años atrás, me hizo tener una conciencia distinta que me permitió afrontar todo lo que ahora está pasando en Chile y dejar de lado todos esos valores que ves en los más viejos y que nos invaden programas como “Morandé con Compañía”
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o medios como La Cuarta o Las Últimas Noticias. Ese tipo de gente ya está dañada culturalmente. El rap nos dotó de otras cosas y entre eso yo puedo decir que a mí en lo personal, mi biblioteca, mis valores, mi forma de pensar al cuestionarme “¿por qué pienso así?, ¿por qué tengo estos valores tan anticapitalistas? ¿por qué no me entusiasma esto?”, me doy cuenta que vienen de la música que escucho y que a medida que pasa el tiempo, vas filtrando. En alguna etapa pude haber sido más dogmático, pero con los años vas madurando ese mismo discurso y en ese proceso, puedes llegar a tropezarte. Por ejemplo, lo que le pasó a Portavoz hace un tiempo atrás. Su discurso radical tuvo un quiebre, pero creo que fue más ejemplo el haber demostrado su error que el seguir predicando desde “lo correcto”. Para mí, en lo personal, es un gran crecimiento como ser humano admitir las equivocaciones, nadie está dispuesto a reconocerlas, sino que todos están dispuestos a apuntar qué es lo bueno, qué es lo malo, pero cuando alguien se equivoca es sumamente valorable dar cara y reconocer los errores. Pasó ese episodio y justo él fue al programa, a propósito de la visita de Rxnde Akozta, pero no quiso participar pues estaba todo en boga y el foco era el invitado. Le pregunté cuando iba a ir para poder conversar de lo ocurrido. Tenemos eso pendiente, sé que esta dispuesto, le gustó mucho el programa y tiene ganas de ir a conversarlo, dejando de lado el morbo tipo “el escándalo de la semana”. Me parece necesario y bueno, porque también es parte de lo que este año me di cuenta que es lo que quiero desarrollar en ese espacio que tengo en la radio. Tengo una hija y todo lo que hago, en el fondo, son mis propios aprendizajes de los que voy dejando las miguitas en el camino a ella. Así le doy un sentido a todo esto. —Este año también generaste mucho contenido en tu programa de radio. Pasaron grandes visitas por ahí. Sí. Salgo todas las semanas, es un buen espacio de difusión. Lo que me da vueltas y me inquieta es la duración del programa. En una hora es muy poco lo que se puede abarcar. Está pasando tanto hip hop que perfectamente podría hacerlo cuatro veces a la semana en vez de una. La radio es autogestionada, no gana con esto, yo tampoco gano con esto, entonces tampoco puedo abusar de los tiempos de Pablo, el director de programación y contenido, que está haciendo malabares tratando de mantener la radio y otros más espacios. Pero si se pudiera, La Celda de Bob en formato radio daría los tiempos que ansío. Siempre hay algo de que hablar, por lo mismo tengo que ser selectivo, todo el mundo quiere ir, me escriben preguntando “cómo lo hago para ir”, pero me toca respetuosamente decir que no. —Este año estuvo bastante movido: la celebración de los 30 años del rap chileno, el libro “100 rimas de rap chileno” de Freddy Olguín,
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la aparición de “Reyes de la Jungla” de los Panteras Negras en la aplicación BP Digital, la exitosa segunda venida de Rxnde Akozta, todos los discos que aparecieron y que en su gran mayoría se vieron reflejados en tu recuento del 2018. ¿Algún otro hito que se nos escape? Principalmente, apunto al cambio de mentalidad como un gran hito del pasado 2018. Me fijé mucho este año en el trabajo que hizo el sello H Empire Music. Es el sello de NFX, quien se juntó con más gente y están todos bajo la misma premisa de hacer las cosas bien y de forma ordenada. Ahí esta Rolando Fino, Fisher Showa y otros más que me parece que vienen con una sangre nueva que es bien necesaria, vienen sin prejuicios. Si quieren pueden hacer dembow, si quieren pueden hacer el rap más estricto, pero tienen mucha conciencia en su andar y en su actuar. A mí me gusta mucho lo que hacen. Hace un tiempo se fueron a España, ya pensando en abarcar más y viendo que más se podría hacer. Ya han recorrido Chile, ya han salido en regiones, el mismo NFX ha recorrido más países que cualquiera y ahora se instalaron en España, donde llegaron todos juntos en bloque en un principio, grabaron un disco e hicieron un videoclip. Lo positivo y destacable es que ya tiraron sus semillas. Hay otros proyectos, por ejemplo, el sello FatFlavaMusic en el cual participo. Todo lo que hacemos se hace con mucho cariño y constantemente estamos lanzando cosas buenas al público. La otra vez en una reunión que sostuve con Fito, el dueño del sello, pensábamos que hay un éxito dentro de lo que se busca y que si bien no son millones de reproducciones, estamos logrando instaurar algo que es realizado bajo códigos de respeto. Tenemos nuestro público fiel, la gente consume nuestros proyectos y está feliz. Aunque es un público especifico, los tenemos siempre contentos. Se les dan chiches, de repente cosas en vinilo, de a poquito se va innovando. Chicos como los de H Empire o fenómenos como el de DrefQuila, son importantes de analizar. No soy quien para hablar de ejemplos, pero yo a esa edad andaba puro quejándome de la vida, entonces claro, vienen ellos a enseñar que nosotros perdimos muchos años, quizás ya recién a los 30 o pasado pudimos ver el camino. Esta nueva generación puede hacer lo que quiera con lo que puedan. Entonces, eso a mí me da mucha más tranquilidad al ver que mi hija en el largo plazo no va a tener las mismas frustraciones que yo. Si por ejemplo en un momento de su vida no quiere seguir en un colegio y obedecer sus propios impulsos y sus propios instintos, lo podrá hacer. Hay gente que abrió su camino así y ya es distinto, nos demostraron que se puede. Otra cosa que me pareció interesante este año, lo noté hace poco conversando con Chystemc. Él esta con todo un tema de la conciencia plena, bien profundo, una especie de “hip hop de sanación”
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y entiende que viene una nueva era donde realmente se hagan cambios sociales importantes y creo que gran parte de eso se vio en el recuento de este año. Hay muchos grupos que están orientados a eso, a hacer cosas mucho más reflexivas, a creer en uno y visualizar objetivos, pero hablando con base. Eso me pareció interesante en el 2018. Y de raperos, me gustó mucho Matria de La Deyabu y Adione de Coquimbo. Me llamó mucho la atención también lo que pasó en regiones. Lo de Santiago es esperable que siempre siga su curso evolutivo, por la escuela que tienen, por la cancha que hay, porque se toca 3 o 4 veces por semana. Aquí hay una industria y que evolucione es normal. Pero en cuanto a lo de regiones donde todo es más a gotera, los eventos son más esporádicos para algún artista importante. Me pareció que hay un nivel tremendo y mucha gente que ha venido aquí a Santiago a armar sus proyectos los trabaja con una profesionalidad tremenda. Está el caso de Zeich Labil Nas que es de Alto Hospicio o por ejemplo, el caso de Kanitrou, que es de Temuco, al cual entrevisté el año antepasado y me contó que un “panita” lo había invitado a participar en su disco acá en Santiago y le pagó los pasajes para venir a grabar. En el fondo hablan un mismo lenguaje, ya no hay una barrera de kilómetros, porque entre ellos se entienden y conversan respecto a lo que están viviendo y haciendo, no son pequeños nichos, es un solo gran nicho tratando de avanzar. Destaco el trabajo desde región, el esfuerzo de hacer proyectos profundos que estén a la altura.
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—Mencionaste a DrefQuila. ¿Qué te pareció la bullada contratación por parte de Warner Music Chile y las declaraciones que ha venido haciendo a los medios? Lo de Paloma Mami también, su contratación por Sony Music Us Latin también fue muy comentada en las redes sociales. Hay que tener tolerancia con esas cosas, hay que aprender a ser desprejuiciado, porque la verdad ¿qué le molesta al resto? En mi caso, no soy tan materialista en mis contenidos, trato de promover otras cosas, pero si otra persona quiere hacerlo y lo hace, yo aplaudo eso, porque realmente quedarse en el discurso de aquellos que no hacen nada y quisieran hacer muchas cosas, ya no va conmigo. Perdí mucho tiempo así, entonces hay que aprender a estar contento con lo que uno hace y a estar tranquilo, a definir cuál es tu foco. ¿Qué te enseña esta gente? Que al tener un foco pueden transitar su camino porque en el fondo no se meten con nadie, pero por otro lado, está toda esta masa llena de conciencia, de valores, de estructuras tan arcaicas, que en el fondo se meten con todo el mundo para predicar su verdad y a mí ya no me parece, no me representa, me contamina un poco. Con el recuento de fin de año, me pasó que tipos se quejaron onda “oye hueón, les mandé mi disco, no lo tomaron en cuenta” pero resulta que en la primera estrofa parte hablando “me agarro mi verga” y la tontera. Yo no quiero poner eso, mi hija es mi principal filtro, aparte ahora escucho mucha música con ella y me siento contento. Si hay cosas inteligentes yo feliz, y si lo escucha mi mamá, feliz también, porque ya es eso, es la misma literatura de la que tú hablas, hay gente que ha desarrollado
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estilos propios, que ha abierto sus propios caminos, que tiene un imaginario tremendo a la hora de escribir y componer porque ya llevan 10, 15 años de trayecto. No es de ahora que escriben bien por nada. Y de hecho no se quedan en eso, buscan otros cruces, por ejemplo lo que hizo el Matiah con la Brígida Orquesta, con Martín Benavides o con el proyecto Técnica Mixta. Artistas que con lo que sea, rinden de una manera que es necesaria y abren mucho más el espectro. Si te fijas estos discos están super “hypeados” pero no solamente por un público chileno de rap, sino que por gente que los consume y que les gusta otros estilos. Ahora te encuentras con gente que no es rapera con la que puedes hablar y profundizar de rap o con raperos que saben quién es la Brígida Orquesta, saben quién es Matiah Chinasky, Cevlade, Mantoi, por nombrar a algunos. También, estos últimos años se dispararon las marcas de ropa independientes y han crearon una buena industria. Cuando ves una marca como What Up Wear pirateada en la feria, es porque algo está pasando. Y eso fue hace mucho tiempo y está buenísimo que ocurra, pero lo que falta ahora y lo que veo yo es empezar a conceptualizar un poco más las marcas y ver para donde van. La gente las consume y te encuentras en una tocata o festival multitudinario a gente que no está vestida con ropa de la feria sino que visten marcas chilenas. En el fondo hacen que la escena chilena se auto-
sustente, porque esa misma marca necesita de los artistas y estos necesitan el auspicio de las marcas y mientras sea ropa, sea plata, al artista le va a ser vir para hacer mejores producciones y todos nos vamos alimentando de eso. —¿Cómo ves el desarrollo del hip hop en Latinoamérica? En el largo plazo ¿hay algún país en el cual te gustaría profundizar en como desarrollan el rap? Latinoamérica esta interesante hace hartos años y creo que ahora, entre el 2017 y el 2018, han salido pequeñas insignias de discos que son como un resumen, desde el disco Serio de Lil Supa’ de Venezuela hasta el Que bolá asere del cubano Rxnde Akozta. Están todos conectados de alguna manera, están todos armando una energía tremenda, sumado a lo que está pasando internamente aquí en Chile. La colaboración es a nivel macro, lo que pasa es que unos pocos están saliendo primero. Mucha gente se está dando cuenta de la frase “El mundo es tuyo”, lo mismo que hicieron los miembros de La dieta del Murciélago que dijeron “vamos a Europa porque sí” y por poner otro ejemplo, se encontraron con Dj Cidtronyck que está en la misma. Ya los chicos necesitan expandirse y viajar. El rapero ya llegó a viejo sin decir “yo cuando chico era rapero”, se nota que quieren seguir siendo más raperos y tener más experiencia y de alguna forma continuar nutriéndose y acá en Chile en al-
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gún momento llegas a un tope. En Uruguay también he participado activamente y me han invitado a los “Premios al Hip Hop” como jurado y como presentador de alguna categoría. Es el país que más conozco y puedo dominar, es una escena interesante a la que le tengo mucho cariño, porque fue mi primer viaje fuera de Chile, entonces me encontré con una aldea de hip hop uruguayo donde la gran mayoría son amigos, todos son super idealistas en su forma, una izquierda funcional, otra estructura de país como lo conocemos. Referente al país en el cual me gustaría profundizar, ese sería Colombia, pues creo que pasan cosas muy interesantes por allá. Siempre he pensado que llegar a trabajar allá tiene una posición estratégica, estás en el centro, ves lo que pasa en el norte y en el sur. De alguna forma por algo Kase-O se fue a Colombia, de hecho su primer disco El Círculo lo hizo viviendo allá, armó su familia y puso su tienda. Este año me invitaron a un proyecto para exponer lo realizado con La Celda de Bob a Cuba. No me lo esperaba, postulé y todo, pero respecto al enfoque de La Celda, necesitaban que fuera más pedagógico y entendiendo el contexto de Cuba, no se podía hablar mucho de medios digitales o de partir de la nada con algo. Había otros proyectos que en ese sentido sí ganaron, pero para mí fue una súper buena plaza. Además, los chicos de
Noisey me escribieron este año para participar de los 25 discos de hip hop en Hispanoamérica y de la selección de los 13 MCs fundamentales de Latinoamérica. El darme cuenta que La Celda de Bob ya sea visible dentro de un circuito latinoamericano es muy positivo. Son todas cosas que te generan satisfacción, te alimentan el creer y el convencimiento de que algún día va a pasar algo con esto. Para mí es súper fuerte encontrarme con chicos diez años menores que yo que me dicen “yo crecí leyéndote” y eso uno no lo dimensiona, uno ve solo su entorno, pero te das cuenta que hay gente que todo lo que conocieron del hip hop chileno lo aprendieron leyendo las entrevistas de tu sitio. Que las descargaban y se criaron con ese formato. Eso es súper heavy para mí. Porque claro, uno cuando tiene una mirada egocéntrica, cree que la generación muere en uno. —Pasando a un plano más general, ¿qué otras cosas sientes que dejó el recuento que armaste? Con este recuento se abrió un portal para mucha gente. Tengo el correo lleno con preguntas “Oye, pero ¿escuchaste mi disco?, ¿Qué te pareció?”. Iba a ser más completo pero ya está, atiné tarde a realizarlo. Es lo que se pudo hacer y es algo que antes no se había hecho así que quedé satisfecho. Pese a haberlo cerrado, me han llegado más trabajos y está bueno eso. Ahora el desafío es empezar
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desde el inicio de año, cosa que el próximo en la fecha en que me puse a armarlo solamente me vea urgido por los últimos discos y espero poder contar con la misma gente, pues se abrió una rica energía de trabajo, gente muy comprometida y también me sir vió como una forma de sondear, de ver quien está en la línea. Conocí gente que me sorprendió mucho, por ejemplo, un tipo que es profesor, que quiso aportar al hip hop, pero que sentía atrapado en los típicos vaivenes, su trabajo, la familia, la hija. Me gustaría poder contar con más gente en la Celda de Bob y así yo poder estar en la dirección del sitio, no quiero estar haciéndolas todas porque ya son diez años. También me sorprendió que participaran muchos discos en las reseñas. Todo apunta a la colaboración y a seguir aportando a esta rueda, con humildad, con reconocimiento de los mismos pares, con contenido que pueda leerse una y otra vez. Ahora ya no hay medios específicos ni de nichos abarcando el hip hop y es ahí donde La Celda quiere seguir aportando. También es importante pensar en el público y en su comportamiento actual en las redes sociales, así que el Instagram ha sido una buena vía, ya que pocos iban a ir a leer el texto completo. Subí todas las reseñas con carátula y texto, ordenadas por mes, a la cuenta de Instagram del sitio y ha sido una buena forma de viralizarlo. La pregunta igual sigue siendo cómo captas la atención en esta era y cómo generas contenido para que se consuma y haya una retroalimentación de vuelta. Hay medios, pero creo que hay poca presencia. La idea que tengo y que me da vueltas la cabeza es que algún día vamos a tener que ordenarnos todos y hacer nuestro propio canal de contenidos donde este todo ahí, porque todos estamos buscando auspicio por distintos lados, todos nos sacamos la cresta para levantar nuestros proyectos pero estamos desperdiciando energía. Tenemos material suficiente para armar algo grande.
Un amigo me comentó hace poco que si TVN tomara Casaparlante, por poner un ejemplo, le sumara las batallas, La celda de Bob y otros proyectos más, podría levantar y salir de la quiebra, en un semestre tendría ganancias. Es un juego pensarlo, una idea pensada en voz alta. Realmente hay tanto contenido disperso por todos lados, que si nos uniéramos, todo sería distinto. Hay mucha
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gente que se queda en el “no sé hacerlo” y no lo intenta. En el recuento me di cuenta de chicos que me querían prestar su apoyo pero me comentaban que no sabían escribir pero lo hicieron la raja!. -La otra vez que conversamos con Dj Pérez, nos comentó “yo aprendo mucho de mis amigos, la colaboración es esencial”, y me pasó que al ver el recuento de discos de rap chileno del 2018 que armaste, noté que lograste una iniciativa que tiene mucho de cooperación desinteresada y constructiva entre todos los que participaron, cosa un tanto inusual en el rap, el cual es un género que tiene mucho de ego y competitividad ¿Crees que es el elemento que le falta al rap nacional para que siga creciendo y madurando por todo el país? Creo que lo que se hizo en el recuento y el haber reseñado discos que fueron trabajados colaborativamente, obedece también a cómo vamos madurando como escena. Se habló mucho de los 30 años del rap chileno y que significaban. Yo lo veo tal como lo escribí en el artículo introductorio que acompañó al recuento, lo visualizo como un tema de madurez. En lo personal, este año tengo 30 años y no pienso como pensaba a los 25 años y así para atrás. Me encanta escuchar el rap que oía a mis 15 años pero no me representa en este momento de mi vida, le tengo mucho cariño, pero no me puedo quedar en ese estado mental, entonces creo que la madurez es esencial para seguir creciendo. Lo otro importante que pasó es que antes se daba eso de “si no se ha habla solo de mí, no se habla”. En el recuento, muchos emcees hablaron del trabajo de sus pares y eso me pareció notable porque había una tremenda humildad. Muchos de los emcees de las bandas que están ahí reseñadas, dieron una visión super interesante del trabajo de sus mismos pares y eso no se da mucho, creo que ahora se está dando más. Todo esto va en la misma línea de cómo se armó el playlist de Spotify en cuanto a las temáticas de las letras, de los cambios que estamos teniendo como sociedad y que se reflejan porque se tocan temas más adultos, temas un poco más espirituales de saber para donde vamos y de saber que no somos un enemigo.
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PLAYA GÓTICA FAUNA PRIMAVERA POR PAULO REYES/FAUNAPROD
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POP EN OCCIDENTE Y ASIA: UNA HISTORIA DE LIBERTAD VERSUS DISCIPLINA ¿Por qué un género tan restrictivo con sus artistas funciona tan bien, llegando a aportar más de cinco billones de dólares a Corea del Sur? La respuesta, probablemente, está camuflada en la misma interrogante, pero puesta, según la sociedad asiática, con palabras más románticas. Por Gerty Oyarce
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El 2 de agosto de 2018, la cantante HyunA, una de las solistas más renombradas del K-Pop, admitió a través de su Instagram que llevaba dos años en una relación con E’Dawn, miembro de Pentagon y su compañero de grupo en Triple H, todos bajo el alero de la agencia coreana Cube Entertainment. En un occidente donde hemos visto a estrellas pop saliendo entre sí y sin alguien que aparentemente reclame al respecto, las consecuencias de esta noticia podrían parecernos más que extrañas: luego de cancelar firmas de autógrafos y otras apariciones públicas de ambos artistas, Cube decidió en septiembre sacar a la pareja de la agencia, debido a que siguieron con su relación pese a la negativa de la disquera a que siguieran juntos. “Decidimos que la confianza se rompió y no puede ser salvada, así que los sacamos de la compañía”, declararon a los medios. Horas más tarde, Cube se retractó de la decisión, pero ya era demasiado tarde. Por otra parte, la reacción de algunos seguidores, especialmente de la fanaticada coreana, fue incendiaria: ellos mismos fueron los que pidieron que fueran sacados de la compañía y de los grupos que formaban ¿El motivo? Los artistas fallaron a la confianza que existe entre el fan y ellos, asegurando que el hecho de que un idol tenga vida sentimental aparte de su carrera significa que no está dedicándose al 100% a su trabajo y a ellos como seguidores. Los k-fans aseguran que salir con alguien mancha la imagen de los artistas, y por último, reprochan la poca capacidad de separar sus vidas públicas y privadas. Alrededor de un año antes de este escándalo (según lo llaman los medios surcoreanos), HyunA estrenada el single ‘BABE’, que en apariencia habla de cómo el amor te puede hacer sentir más joven. Pero el videoclip, que muestra (al borde de la parodia) todas las imágenes femeninas que hay en el K-Pop, deja más que claro la verdadera temática: una muchacha, metida en una industria donde las exigencias estéticas, disciplinarias y sociales son parte del pan de cada día. En la letra, HyunA va quitándose cada vez más años a medida que los minutos avanzan, hasta llegar a los 15, edad en la que comenzó su trabajo en la industria, en el extinto grupo Wonder Girls. El espacio que ha ganado el K-Pop en el panorama musical mundial hace que la pregunta caiga de cajón: ¿Por qué un género tan restrictivo con sus artistas funciona tan bien, llegando a aportar más de cinco billones de dólares a Corea del Sur? La respuesta, probablemente, está camuflada en la misma interrogante, pero puesta, según la sociedad asiática, con palabras más románticas. La cultura coreana se compone de elementos morales muy fuertes: la disciplina, el respeto a tus superiores, la educación y el valor al trabajo duro por sobre las motivaciones personales, son pilares de la sociedad desde hace siglos. Los idols no solo son caras bonitas, que bailan y cantan bien. Ellos son el ejemplo de un sistema que ve cómo sus esfuerzos rinden frutos, y sus fanáticos, no solo
K POP - REUNIÓN DE PAUTA
son devotos de su trabajo, pues las vidas de las estrellas están totalmente expuestas al público a través de su música, películas, canales, campañas publicitarias, apariciones en prensa, medios y redes sociales dedicados a ellos y a priorizar su interacción: una visión renovada del famoso star system de los años ‘60. Ejemplo de ello es la plataforma VLIVE, una red social enfocada en el sistema de streaming que los artistas han hecho propia y que tiene transmisiones exclusivas de estrenos de sencillos, celebraciones de Navidad o un live improvisado donde los idols simplemente conversan con su fandom y se refieren con términos demasiado cariñosos a ellas. En una industria tan demandante y exigente, el tiempo para la vida personal es escaso, y por si fuera poco, condenado. El caso de HyunA y E’Dawn es solo uno más de ejemplos que vienen desde los años 80, hasta incluso semanas atrás, donde un fan de BLACKPINK rompió un disco del girlgroup tras enterarse de que la integrante Jennie mantiene una relación con Kai de EXO, la ira de las fans coreanas de Super Junior luego de que Sungmin se casara, quien hasta el día de hoy se mantiene inactivo en el grupo. Por otra parte, la liberté de Occidente da un resultado absolutamente distinto, pero que también puede tener consecuencias negativas para la industria. La estabilidad artística de los idols, quienes incluso viven en casas que proveen las disqueras junto con sus compañeros de banda o compañía, está a años luz de artistas americanos y europeos inflados por las disqueras, que pasan sin pena ni gloria. Los autodidactas de este lado del mundo son ovacionados, pero eso no asegura nada, pues el desgaste puede terminar en alguien que se mantiene a expensas de algún hit de hace más de una década. Aquellos que han sido educados en el mundo musical, bajo las presiones de la industria y la fama, en general son artistas que alguna vez protagonizaron series, participaron en programas de televisión cuando niños y se mantuvieron en el radar. Cabe destacar que un Justin Bieber manejando borracho habría sido enormemente condenado en Corea del Sur, viéndose obligado a pedir disculpas públicas como lo han hecho algunos idols luego de errores públicos o incluso al salir a la luz aspectos de su vida personal que a nosotros podrían parecernos cotidianos. En octubre, HyunA y E’Dawn decidieron dejar por su propia cuenta Cube Entertainment. Actualmente, comparten en sus redes sociales fotos de ellos besándose o caminando de la mano por las calles de Asia. El golpe y el shock cultural que significa enfrentar los valores escondidos tras el concepto del Korean Wave o Hallyu, que consiste en cómo Corea del Sur decidió que su presentación al mundo sería el pop y el idol como un ícono de exportación comercial, artístico, de moda, entre otros aspectos, es un arma de doble filo: la oleada logró abrir una ventana que actualmente todos estamos mirando y juzgando.//
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NO TODO EMPEZÓ CON DADDY YANKEE Por Juanjo Llano
Han pasado 14 años desde que el “máximo exponente” irrumpió con Barrio Fino en los computadores de tarro, los primeros reproductores de mp3, compilados en CD y el principio del derrumbe de los servicios tradicionales para conseguir música; las disqueras y el mismo MTV que se vio sobrepasado con la arremetida de YouTube.
stronar el axé. Todo esto nos hace preguntar ¿por qué somos tan ariscos a un género predominante en nuestro continente? Chile registra grandes hitos para el reggaetón como la venida de “The Big Boss” al Festival de Viña en 2006 y los mega festivales en estadios de Santiago (tal vez, el más convocante, fue la Cumbre del Reggaetón de 2007, en el Nacional).
Pero vayamos más atrás, a entender cómo este género se convirtió en lo que es hoy en día. La introducción del reggae panameño a mediados de los setenta, los comienzos en el rap de Vico C en Puerto Rico en los ochenta y la aparición del tema ‘Dem Bow’ de Shabba Ranks (1991) que utiliza una base rítmica creada por los jamaicanos Steely & Clevie (colaboradores de The Specials y No Doubt).
De ahí en más ha sido una escalada a nivel mundial, colaboraciones entre artistas norteamericanos e iberoamericanos de distintos estilos. De hecho, en el mismo Barrio Fino se registran melodías de la salsa, merengue o música árabe. Si bien, una de las críticas es por el ritmo base de tambores y caja, aceleran los BPM de alguna pista escucharan house o tecno. Mejor aún, los tresillos rítmicos también eran ocupados por Sinatra o Ray Charles.
El dembow se transformó en el sonido básico de la evolución del rap puertorriqueño. DJ Playero -uno de los pioneros del ritmo- lo adhirió a sus bases en los Mixtape que grabó con varios MC de la isla, uno de ellos es Raymond Ayala A.K.A. Daddy Yankee -sí, el reggaetonero empezó a rapear a comienzos de los noventa-. Después de publicar tres discos, sale al mercado la canción que reconfiguró toda una escena y la volvió mundial: ‘Gasolina’. Sólo este disco llegó a vender cerca de un millón de copias en nuestro país y abrió el paso a sus compatriotas que de a poco tomaron las pautas de las discos, radios y programas televisivos, que además sirvió para de-
¿Las letras? Eso es muy discutible, pero escuchen ‘Corazones’ o ‘Salud y Vida’ del mismo DY, también la colaboración que hizo con Tempo hace unos años: ‘Talento de un Barrio Fino’. Líricas que no se separan de las que han hecho los raperos locales en tantas décadas. El reggaetón y su impronta under, tuvo en Chile tantos recelos y críticas como músicos o artistas nacionales que no han podido consolidar sus proyectos. Pese a esto, la llama jamás descendió y el ritmo boricua -hoy más diseminado- sigue al pie del cañón.//
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NATHY PELUSO FAUNA PRIMAVERA POR MARÍA LORETO PLAZA/FAUNAPROD
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NARRATIVA Y FENÓMENO LAS PIEZAS DEL PUZZLE DE LOONA LOONA parece una apuesta inocente, pero al mismo tiempo, llena de misterios, mensajes e imágenes dispuestas tan azarosamente que generan la ansiedad de no tener todas las piezas del puzzle, formado por doce chicas y un discurso narrativo y audiovisual que aborda diversos géneros y temáticas dentro del K-Pop. Por Gerty Oyarce
En la azotea de un edificio y al final del videoclip de ‘Egoist’, Olivia Hye se para a contemplar la ciudad, hasta que siente a alguien caminando a sus espaldas. Vestida totalmente de blanco, aparece Heejin. La primera y la última miembro de LOONA (LOOΠΔ) en ser presentadas se encuentran y se miran, concluyendo, de algún modo, una historia que comenzó a contarse el 28 de septiembre de 2016. La agencia BlockBerry Creative, subsidiaria de Polaris Enternainment (responsable de grupos como Ladies’ Code), anunció en esa fecha a través de la plataforma Naver que su primer grupo de chicas se trataría de un proyecto pre-debut de aproximadamente 18 meses de duración, al que titularon Idalui Sonyeo, traducido al español como “La chica del mes”, y tomando ciertas partes de sus caracteres coreanos, se romanizó a la palabra LOONA. Junto con el anuncio realizado a fines de septiembre, se mostró el teaser de su primer miembro en ser presentado, Heejin, quien lanzó la canción “ViViD”, ambientada en París, el 2 de octubre de 2016. Heejin es el punto de inicio de una narrativa que es, por lo bajo, novedosa dentro de la industria del K-Pop, que tal como otros grupos del género actuales, ha puesto sobre la mesa temáticas sobre una generación (que hace y consume música) que va de a poco dejando las canciones de amor atrás, y han mostrado una fidelidad que incluso ha puesto sobre LOONA banderas de causas sociales del mundo actual.
In extrema res Cuando comenzaron las promociones de Heejin, la primera de las 12 miembros de LOONA en ser anunciada, fue introducida con una canción solista, fórmula que se repitió con cada sucesora. Todos los sencillos tenían un lado B, un videoclip, una serie de fotos e imágenes de backstage a modo de reality.
En este punto, vale la pena preguntarse, o al menos, analizar cómo se presenta un grupo pop, sin importar su país de origen. Las disqueras más cuidadosas suelen mostrar a los miembros uno a uno, de una forma más escueta y siempre priorizando el trabajo en equipo: el resultado final, la primera canción o el hit con el que se pone todo en la parrilla. Podemos destacar ejemplos tan básicos como idols deambulando por desfiles de moda o haciendo cameos en videoclips antes de debutar en su grupo, pero nunca se hace énfasis en el desempeño solista del miembro antes del debut: generalmente esto sucede después de la consolidación y comprobada popularidad del grupo en cuestión, como sucedió en casos famosos del K-Pop como Taeyeon (Girls’ Generation) o Amber (f(x)). La narrativa de LOONA parece estar presentada in extrema res, desde lo que se haría en un caso de éxito hasta el génesis de un grupo, como si estuviéramos rebobinando una cinta y dándole espacio a cada una de las chicas que conforma la apuesta de BlockBerry de sacar a lucir sus talentos. El efecto de este rompecabezas hace que cada pieza luzca y tenga un sentido al formar parte de lo que los fans han llamado el LOONAverse: una historia que se cuenta cada cierta cantidad de semanas, donde la chica del mes pone una parte del puzzle que si no se ve como un todo, genera menos sentido. Incluso hemos visto finales de videos donde hay elementos que están directamente relacionados con inicios de clips anteriores, y los eslabones van uniéndose de a poco. El enorme hype de LOONA, que duró alrededor de un año y medio hasta el lanzamiento de favOrite, dio como resultado un público enormemente fidelizado y que está en pleno conocimiento del talento de cada miembro, con partes de un puzzle donde incluso se han interpretado las historias particulares como parte de un engranaje más allá de las canciones y los
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elementos audiovisuales, naciendo conceptos como el Mobius, como una forma de traducir la historia de LOONA a una línea de tiempo más comprensible.
El orden de los factores sí altera el producto Luego de ser presentadas las primeras cinco primeras integrantes de LOONA, BlockBerry comenzó en marzo de 2017 las promociones de la primera subunidad del grupo: LOOΠΔ 1/3. Formado por HeeJin, HyunJin, HaSeul, y ViVi (Yeojin, debido a su corta edad, fue excluida de la primera etapa de este grupo, quedando como miembro inactivo), 1/3 aborda, según las mismas palabras de la disquera, las distintas etapas de un primer amor. En el primer mini álbum, Love&Live, abarcan los inocentes sentimientos de enamorarse, mientras que en el siguiente, Love&Evil, apelan al dolor y a la pregunta: “¿Es el amor dulce o cruel?”. La estética de LOOΠΔ 1/3 hace alusión a estas mismas ideas: uniformes escolares, colores pasteles, con locaciones como Hong Kong, donde sacan provecho a sus edificios y luces. La música suele ser un pop bastante simple, siempre pegado a lo que algunos llaman Bubblegum K-Pop o explorando en baladas, muy similar a lo que sus miembros por separado ya estaban haciendo. En septiembre de 2017, Kim Lip, JinSoul y Choerry formaron la segunda subunidad de LOONA, titulada ODD EYE CIRCLE. Fuera de ser un juego más de palabras puesto por parte de BlockBerry, OEC es definido bajo la matriz de “tres lunas” y hace un giro radical en cuanto a cómo aborda el amor y la estética en comparación a lo que vimos en LOONA 1/3. OEC juega con la atracción: seducir a un otro, jugar
con la tentación y el romance, tomando además el amor como algo en lo que tú deberías tomar la iniciativa. Pese a lo repetitivo que esto puede ser en cuanto al género pop, musicalmente ODD EYE CIRCLE no teme explorar en géneros como el dream pop y el R&B con un aire retro, dentro de una estética mucho más oscura, donde videoclips como ‘Sweet Crazy Love’ está en su mayoría en blanco y negro y posee elementos crípticos que se alejan totalmente de la letra de la canción. Por último, y luego de ser presentadas Yves, Chuu, GoWon y Olivia Hye, en mayo de 2018 vino el turno de la última subunidad, llamada yyxy, abreviación de “Youth youth by young”, que expresa y aborda las temáticas del amor que se vive en la juventud: su frescura, su intensidad y el foco de solo vivir el presente. Con una bullada colaboración con Grimes, LOONA/yyxy vuelve a un pop más dulce, pero con una estética que parece seguir con la narrativa que existía en sus miembros por separado. Las tres subunidades de LOONA intentan sacar el mayor provecho posible a cada una de sus integrantes, y el orden de presentación de ellas dentro de la línea de tiempo influye enormemente en cómo resulta musical y estéticamente cada una de sus partes. En ellas, podemos ver las distintas caras de cada una de las dimensiones de este satélite: el romanticismo, el deseo y la aparente madurez de aprovechar el presente.
Amor propio y otras banderas Pese a que las subunidades abarcan, en su mayoría, temáticas en torno al amor y el romance, las canciones de cada miembro solista evolucionan de una forma que no siempre vemos en esta
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industria: de las dudas juveniles en torno a enamorarse, hasta las declaraciones más sinceras de amor propio, autoestima y de ver la verdad a través de la mirada de uno mismo, especialmente en los trabajos de las integrantes de yyxy. Yves, en la canción ‘New’ se encuentra consigo misma. “La nueva yo aprendió de mí”, “Siempre y toda mi vida / Confiaré en mí, toda mi vida / Sin importar nada, toda mi vida / Con luces brillantes, toda mi vida / Me sostendré a mí misma, toda mi vida”. Go Won, en su single ‘One & Only’, asegura que “La única persona que puede hacer brillar una luz en mi corazón soy yo”. Y la última integrante en ser revelada, Olivia Hye, consolida el himno del amor propio cantando con ‘Egoist’: “Desde ahora en adelante / Me amaré a mí misma / En vez de a ti”. Cabe destacar que mucho antes, Yeojin, la menor de las 12 chicas (a quienes se les denomina “maknae”) asegura que no hay que apurarse en el amor y que podemos besarnos después con la persona que nos gusta: “Necesito estar lista / Me gustas también / Pero hoy, solo abrázame”. Y si bien las letras de cada solista están refugiadas en un sonido en su mayoría pop, los estilos van variando de una forma impresionante: desde un pop al estilo Eurovision (‘New’), un sonido urbano, con toques electrónicos y versos de rap (‘Singing in the rain’), toques retro en un pop eufórico (‘Heart attack’), hasta pasar por la clásica balada coreana (‘Let me in’), villancicos navideños (‘The Carol’) e innovaciones en el R&B que fueron hasta parte de una playlist de la NASA (‘Eclipse’). Por otra parte, algunos movimientos LGBTQ+ han tomado parte del discurso del grupo y lo han hecho
propio, donde en manifestaciones relacionadas al orgullo, se ha leído carteles con la consigna “STAN LOONA”, un mensaje que también se ha tomado las redes sociales, casi como si se tratara de una religión. Si bien es poco claro que el propósito de BlockBerry sea transmitir un mensaje de tolerancia, es necesario reflexionar sobre el impacto que su música ha tenido en minorías que no se han encontrado a sí mismas en otros géneros o grupos. Luego de ser presentadas todas las chicas del mes, se dio paso a “++”, el primer mini álbum del grupo como una unidad completa, estrenado en agosto de 2018. En él, los mensajes crípticos en torno a las integrantes encontrándose (‘Hi High’), se complementan con canciones como ‘favOrite’ (la carta de presentación, según BlockBerry, del grupo), bailables como ‘Stylish’ o ‘9’. En un mundo donde la novedad, los cliffhangers y la inmediatez son parte del estímulo que recibimos de parte de quienes nos cuentan historias, LOONA parece una apuesta inocente, pero al mismo tiempo, llena de misterios, mensajes e imágenes dispuestas tan azarosamente que generan la ansiedad de no tener todas las piezas del puzzle y armar teorías conectadas por el vacío. Parte de la diversión o de la consigna, es que realmente nunca sabremos dónde nos llevará este relato, que parece una película donde sus personajes parecen estar atrapados en un limbo de pocas palabras, imágenes, y un camino que ya pasó el umbral de la simple música: Olivia Hye y Heejin, frente a frente en una azotea, no solo marca y muestra el fin de un capítulo, sino también que, en la vida y en los relatos, todo está conectado y todo importa.//
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WARPAINT FAUNA PRIMAVERA POR RODRIGO LAGOS/ FAUNAPROD
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RECREO FESTIVAL - REUNIÓN DE PAUTA
RECREO FESTIVAL Por Manuel Silva Es más que sabido que la música bailable ha tenido un auge bastante interesante durante estos últimos años, no sólo en cuanto a la alta calidad de las propuestas artísticas actuales, sino que también en cuanto a eventos y formas de mostrar lo que está pasando en esta área de la música. Bajo este contexto es que aparece Recreo Festival, una especie de radiografía en constante actualización que nos sirve para conocer a los proyectos musicales, productores y DJs que configuran lo que hoy conocemos como “electrónica chilena”. El concepto es bastante simple: una escuela abandonada en la comuna de Independencia, cuyo patio sirve para montar un espectáculo musical y visual de larga duración. Además de esto, en ediciones más recientes, también se están incluyendo conversatorios a modo de “clase magistral” y talleres en algu-
nas salas del establecimiento. Básicamente, un colegio en donde podemos asistir para aprender lo que está pasando en la electrónica chilena de nuestros tiempos, incluyendo en esto a distintos colectivos de variados orígenes, como netlabels, sellos independientes, organizaciones artísticas de otra índole, etc. Con cuatro ediciones en el cuerpo, y ciertamente una quinta en el camino, Recreo Festival se perfila como una de las mejores opciones para conocer a los actores actuales de la música bailable chilena. Finalmente, a falta de una cultura de club en Chile por razones políticas y económicas (mejor ni mencionemos a los años 80), buenos son eventos como este para hacer lo que tuvimos que haber hecho hace muchos años: colaborar y desarrollar una escena que beneficie tanto a productores, DJs y sus propios colectivos, como también a los asistentes de sus fiestas.//
REUNIÓN DE PAUTA- RBMSTGO
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RED BULL MUSIC FESTIVAL SANTIAGO
EL MATINAL QUE CHILE NECESITA Por Bárbara Carvacho
Después de pasear por todo el mundo, el Red Bull Music Festival aterrizó en Santiago para regalarnos no sólo buenos shows, como la fresca apuesta de Jessy Lanza, la fiesta a cargo de Mc Bin Laden o la intriga de Señor Coconut. Durante finales de octubre, la marca se tomó Santiago para apostar por seis actividades que vienen a presentar una nueva forma de vivir la ciudad y la música. Porque además de los disfrutables shows nombrados anteriormente, se le suman apuestas que aplaudimos, como el paso de Suzanne Ciani, el activar la música electrónica nacional, potenciar colectivos independientes, y congregar a la historia chilena, como fue el caso de 30 años de rap chileno; un evento que tuvo desde Panteras Negras a Movimiento Original, pasando por Tiro de Gracia, La Pozze Latina, Liricistas, De Kiruza y Zaturno & Tapia Rabia. Y para ser un festival que deje una huella en la comunidad, no basta con traer buenos números si pasas por alto detalles tanto para el disfrute como para la integridad de los asistentes. Destacamos la utilización de lugares poco convencionales en los últimos años -y sus formas-, como es el caso de tomarse el club Havana Salsa, en pleno Bellavista, para montar una fiesta barrial hasta el piso, donde Tomasa del Real volvió en gloria y majestad a un país que ya suena lejano para los logros que ha alcanzado bajo el neo perreo. Misma situación con el Centro Perrera Arte donde se vivió el Rave de Reyes: un espacio acondicionado para que la fiesta y el trance nocturno tomaran otro gusto. Barrio Yungay desplegó toda una cuadra para que cinco casas fueran activadas por los sellos Discos Pegaos, Lunar Tapes, Panal, Diamante y Cazería Cazador, la ruta de las máquinas en una tarde noche en el que el centro se convirtió en el antro más taquilla del centro de la capital.
El Teatro Novedades nos volvió a recibir con un sistema de sonido preparado para la ocasión bajo el título de Theatronics, y el Parque Fluvial Renato Poblete por fin lució su anfiteatro en la actividad de cierre, Sonidos Latinos, donde a punta de bombillas de azúcar y preparaciones sin alcohol pudimos repasar la carrera de Plastilina Mosh. Buena curatoría, buen despliegue, exceso de Red Bull y postales para el recuerdo; como fue el caso de la actividad rama del festival, titulado The True Matías Aguayo Show, doce horas de música desde lo alto de Santiago. En la galería CIMA, justo en plena Plaza Baquedano, el músico nacional se dio el lujo de analizar la escena y sus personajes con toda la confianza del mundo. Nuestro matinal favorito, por el que pagaríamos suscripción de streaming con tal de volver a repetir la experiencia ver al productor haciendo fideos con IARAHEI, mezclando con la Princesa Alba, fumando un pucho con Álvaro Peña y montando un carrete hasta altas horas de la noche. Doce horas de diversión de las que sacamos mucho al limpio: la necesidad del humor, lo mucho que necesitamos en este país el analizar la música desde un lugar menos petulante y académico y más como un punto de encuentro entre habitantes; tal como el dj lo hizo en sus conversaciones sobre cómo hacer pasta mientras aterrizas las diferencias europeas con las de esta parte del mundo. Larga vida a The True Matías Aguayo Show, ya estamos esperando las sorpresas y dinámicas con las que RBMSTGO puede seguir aportando en la línea de hacer eventos que unan más allá de estilos, estéticas, comunas. El matinal que Chile necesita, la organización completa para que podamos conversar sobre los sonidos y su relevancia, en esos barrios abandonados, con esos personajes con los que nunca pensaste que ibas a aprender a cocinar.//
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RBMSTGO - REUNIÓN DE PAUTA
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NINA KRAVIZ FAUNA PRIMAVERA 2018 POR DVINAMBRES / FAUNAPROD
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EN ÓRBITA - REUNIÓN DE PAUTA
EN ÓRBITA Por Alex Miranda
Mientras los festivales grandes se estaban comiendo el mundo, el mercado y a los jóvenes —y no tan jóvenes— el En Órbita está calladito intentando ganarse un espacio en este panorama de mega festivales y de “experiencias” más que música. Lamentablemente para ellos, la mejor experiencia la logró el En Órbita, pero no en su festival en sí -que resultó no lograr congregar a toda la gente que necesitaba-, si no que su excelente idea de los showcases. Una idea que se traduce en tomarse la calle Loreto, junto con los tres bares de música en vivo distintivos de la zona (Club Vita, Loreto y el Onaciú), y entregar la mayor cantidad de música posible en cuatro escenarios. La idea no solo hizo que la noche fuera divertida, si no que nos dio unas joyas de conciertos que es imposible no mirar como una de las mejores cosas del año 2018 en Chile. Desde Cabra Guaraná de Brasil, hasta Deep
Sea Arcade de Australia (aunque a estos les vendría bien un bajista), los nacionales de Poder Fantasma y las sorpresas coreanas no k-pop que fueron NST & The Soul Sauce y los arrolladores Dead Buttons. Lamentablemente, por la gente que había tanto en el festival como en los showcases probablemente esta sea otra de las veces -como todas- en donde el festival termina con números rojos. Una pena si pensamos que es de los pocos que está tirando hacia adelante este mercado, sin quedarse estancado. Ahora, claramente el fallo del En Órbita pasó por algo, y quizás sea mejor replantearse las movidas hechas en 2018 si es que están planeando una nueva versión. Algo que probablemente hicieron después de sus anteriores dos versiones, pero que sigue siendo necesario. Ojalá algún día den con la fórmula correcta y cosas como esa noche se sigan pudiendo vivir.//
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DISCOS
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POLI Y PRIETTO BOLEROS Y CANCIONES
Alto Valle
Maxi Prietto se ha vuelto el encargado de traer de vuelta sonidos que en Argentina habían quedado olvidados en algunos bares seniles de Buenos Aires y en las casas antiguas de los barrios porteños. No sólo es la mezcla de blues, psicodelia y rock que hace con Los Espiritus, sino este proyecto junto a Natalia Politano, voz de Sr. Tomate. Un primer disco que nace en una conversación de amantes del bolero (Prietto, en 2013, grabó un disco de boleros que no fue de su agrado) y terminan en este álbum de diez canciones, con dos escritas por Poli y el resto una oda a lo clásico. Boleros y Canciones naufraga en la calidez del repertorio más selecto del género con voces rasposas, guitarras de fogata y la teatralidad del tango. En ‘Guitarras, Lloren Guitarras’ está la voz de Andrés Calamaro y Gustavo Santaolalla en ‘Veinte Años’. No sabemos si será sólo este disco o vendrán más, pero lo que generaron es una atmosfera tenue de Buenos Aires. Juanjo Llano
STEPHEN MALKMUS & THE JINCKS SPARKLE HARD
KALI UCHIS ISOLATION
INTERPOL MARAUDER
Virgin EMI
Matador
Hay plumas, voces, historias y frecuencias que una siempre va a escuchar desde el amor, de la admiración. Con esa línea encima, apelo a no pecar de entusiasta pero no voy a obviar el sentir cálido que me produce no sólo elegir a este disco como uno de los mejores porque eso creo, si no porque se lo merece.
El debut soñado para cualquiera, Kali Uchis se ganó un nombre a punta de buenos singles, colaboraciones con todo el mundo y una imagen y perso nalidad características. Isolation no solo contiene y entrega de buena manera todo eso, si no que hasta sube la apuesta mezclando varios estilos bajo el enorme y multicultural nombre que Kali Uchis se ha estado haciendo. Desde el reggueton de “Nuestro planeta”, pasando por el Amy Winehounesco “Feel Like a Fool” hasta uno de los mejores singles del año: “Tyrant” donde canta con Jorja Smith. Además de sus logros musicales, también logra mostrar la inteligencia de Uchis de reunirse con la gente necesaria para sacarle el jugo a las canciones. Ejemplos: “Tomorrow” con Kevin Parker y la alineación all star de “After the Storm” con Tyler y Bootsy Collins. Alex Miranda
El sexto álbum de estudio de Interpol fue quizás uno de los más esperados durante este 2018, y su llegada no estuvo exenta de curiosidades. Desde una conferencia de prensa en México, en donde la banda anunció el lanzamiento del disco con su exquisito sencillo ‘The Rover’, hasta el hecho de que las canciones incluyeron ciertos “errores” en su mezcla final, con la intención de sonar lo más parecido al vivo dentro de esta producción. Las opiniones de las fanáticas estuvieron divididas. Si bien no es el mejor álbum de Interpol (ha sido muy difícil superar a Turn On The Bright Lights), es posiblemente uno de los trabajos más interesantes y mejor logrados de los estadounidenses en el último tiempo, superando con creces a su disco homónimo de 2010, y acercándose peligrosamente al nivel de El Pintor de 2014. Manuel Silva
Domino
Si disfrutas el indie gringo, esta es una joya. No sólo revisita la añoranza de Pavement, también transita por Wilco y Neutral Milk Hotel, y desde los primeros minutos nos quedamos con esta sensación de corazón contento que conlleva el cómo arma sus canciones el responsable de ‘Shiggy’. El goce de estar vivo, de invitar a Kim Gordon a ser oarte de una sátira, seguir escribiendo desde la inquietud casual y brillar fuerte. Brillar tan fuerte que ni siquiera te diste cuenta de lo amargo que es este recorrido de 11 canciones. Bárbara Carvacho
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ROSALÍA EL MAL QUERER
LOW DOUBLE NEGATIVE
Sony Music
Sub Pop
Catalana sin raíces familiares andaluzas, pero flamenca de punta a cabo. Así es Rosalía y es lo que define su proyecto artístico, aún cuando desde su debut -Los Ángeles- a El Mal Querer, explorara otros ritmos. Y, aún siendo este último un álbum esencialmente tradicional, vaya que exploró. Tanto así que quizás algunos oídos se vieron decepcionados al ver que la canción pop más “convencional” (muy entre comillas) estaba en ‘Malamente’, ‘Pienso en tu mirá’ o ‘Bagdad’. Es una obra sobresaliente por donde se mire, un álbum con un componente narrativo acabado: el primer encuentro, la boda, los celos, la violencia, la rebelión contra el opresor. Y frente a estos hilos, una creadora que se valió de todas las h e r r a m i e n t a s imaginables para construir el relato. Desde sampleos de ‘Cry me a river’, motores de autos, disparos, Arthur Russel y la voz de Rossy de Palma. Pocos discos aparecieron en el 2018 tan resueltos, libres y contextuales. ¿Qué vendrá después? Javiera Tapia
Estamos ante un caso insólito: no hay muchos ejemplos que el disco más aclamado en la historia de una banda sea el duodécimo y a veinticinco años vista de su debut. Y no siguiendo una línea obvia y esperada, sino haciendo pedazos su pasado y ofreciendo uno de los más descarnados, imaginativos y revulsivos trabajos de la música popular contemporánea. Low siempre fue un grupo especial, casi una religión para sus seguidores, pero con la madurez, como pocos ejemplos en el arte (Terence Malick o Godard en el cine y Scott Walker en la música), el paso del tiempo no sólo ha limado sus ganas de experimentar sino que las ha multiplicado por 100. Imprescindibles. Daniel Hernández
BEACH HOUSE 7
NINE INCH NAILS BAD WITCH
Sub Pop
The Null Corp/ Capitol
Después de ser una banda que prometía el cielo en la tierra con sus mejores discos como Teen Dream (2010) o Bloom (2012), la sobreexposición de dos discos lanzados el mismo año 2015 -Thank You Lucky Stars y Depression Cherry-, sumado a un 2017 que vio solo un disco de rarezas, terminó en la muerte del hype que había sobre Beach House. 7 no llegó a cambiar eso, si no que a hacerse cargo y abrazar sus clichés ya conocidos y tratar de construir encima de ellos, no en el lugar de ellos. Se atreven con cambios de ritmo a media canción como en “L’Inconnue” o la piedra que sostiene el disco: “Dive” con su característico mega cambio al medio. También muestras aprender de sus aciertos pasados, como “Drunk in LA”, una clara hija de “Space Song”. Una buena manera de equilibrar propuestas que acerquen al público, sin dejar su dream pop de lado. Mención aparte para la transición entre “Dark Spring” y “Lemon Glow”, que está compitiendo con la de “Vibras” y “Mi gente” de J Balvin por la mejor transición del año. Alex Miranda
El lanzamiento de Bad Witch, el noveno disco de estudio de Nine Inch Nails, ha sido uno de los más curiosos de este año, más que nada por la forma en cómo se han desarrollado las cosas, más que por el contenido del mismo. Nunca está de más recordar que este álbum iba a ser la conclusión de una serie de tres EPs (los otros dos eran Not The Actual Events y Add Violence), no obstante, a último momento, Trent Reznor decidió que la última parte era en realidad un disco completo, a pesar de contar con sólo seis canciones. De todas maneras, el sonido de las nuevas canciones se sigue sosteniendo en la propuesta más reciente de Reznor y Atticus Ross, el nuevo miembro estable de la banda: guitarra, batería, sintetizadores por doquier, ruido blanco y la característica e inconfundible voz del frontman estadounidense. Manuel Silva
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THE GOON SAX WE’RE NOT TALKING
Chapter Music
Debe ser difícil apellidarte Forster, ser hijo de un tal Robert y tener la valentía de decidir hacer indie-pop. Como pasaba con la banda de su progenitor, la ambición de The Goon Sax, no es hacer discos que vendan millones, que llenen estadios y los hagan ricos, sino contar pequeñas historias, sentimentales pero también ácidas. We’re Not Talking no pretende reinventar el pop de guitarras (el de verdad), sino ser un eslabón más de esa cadena mágica que se puede rastrear desde The Byrds a los Modern Lovers, pasando por los Vaselines, los Chills, Beat Happening y, por supuesto, los Go-Betweens. Melodías sencillas, voces no tan afinadas y la justa destreza instrumental para romperte el corazón.
MGMT LITTLE DARK AGE
Columbia
El disco que muchos dicen fue la vuelta gloriosa de MGMT a sus mejores momentos, pero que en realidad es la depuración de todo lo que venían haciendo en los anteriores dos discos: Congratulations (2010) y su disco homónimo (2013), en los que intentaron desmarcarse claramente de su celebrado debut y el estereotipo que les dejó encima. Si temas como “She Works Too Much” podría ser parte de su disco anterior, el pop más estudiado y detallista de “Me and Michael”, “Little Dark Age” y “James” es propio de esta nueva era para la banda. Mención aparte para la gran “When You Die” que podría estar en la primera mitad del Congratulations, mientras que “Days That Got Away” podría estan en la segunda mitad. MGMT no solo volvió, si no que conquistó al público y reivindicó sus discos menos aclamados por la crítica en la proceso. Alex Miranda
BOYGENIUS ISOLATION
Matador
Julien Baker, Phoebe Bridgers, Lucy Dacus o Boygenius. En el espectro del indie, siempre tan ingrato con la camada de talentosas mujeres, llegó este proyecto que no merece ser rotulado con esas barbaridades de supergrupos, allá Dave Grohl y sus amigos famosos, acá talentos en ascenso que no aspiran a ascender más que a sus casas. Brillan ‘cada una por sí sola y las tres en conjunto’, una fusión en la que cada parte es fundamental, con una pulcritud envidiable y una mítica vibra que dieron vida a seis canciones que conforman el epé. Una especie de milagro, la colisión de coincidencias, talentos y ondas para que estas tres músicas vengan a salvar el indie desde la vereda más descorazonada del género. Es un resultado trascendente porque amplía la forma de trabajo, se agrupan mujeres, y el resultado además de honesto, es de buena factura. La energía correcta, con la gente correcta. Bárbara Carvacho
LET’S EAT GRANDMA I’M ALL EARS
Transgressive Tienen 19 años y sorprende la propiedad con la que se apropian de sintes tremendos y llevar el arte de samplear un poco más allá. Es un concepto total, una brisa que refresca el escenario del pop en el que vemos tanta esponja y réplica sin corazón. Supera con creces a Gemini (2016) porque hay un procesamiento de lo que se está tocando y diciendo. ‘Hot Pink’ es el single definitivo: suena muy dulce de buenas a primeras, pero a los segundos te encuentras con trazos incisivos y bien puestos. “Sólo tengo 17, no sé a qué te refieres” como respuesta directa a ‘I Saw Her standing There’, de The Beatles, “bueno, ella tenía 17 y ya sabes a lo que me refiero”. Decisiones como esas hay bastantes a lo largo de la placa. Missed Call (1) es un interludio contingente y clásico, pasos como ‘The Cat’s Pyjamas’ es toda una terapia con los ronroneos de gato, y ‘Donnie Darko’ es la bomba con la que un álbum tan bueno como este debe detonar. Bárbara Carvacho
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ST VINCENT MASSEDUCATION
Loma Vista
Sorpresa, lo primero que se viene a la cabeza al escuchar esta reversión de MassEducation, el álbum que estrenó el año pasado y que sacó lo mejor de ella, con una guitarra ecléctica y colorida. Pero eso fue hasta ahora, cuando se sentó en su piano y con solamente su voz armó un disco que rebajó las revoluciones de la versión original; lo sensibilizó a lo más visceral y volvió una pieza intima. Eso sí, de los treces temas que componían el anterior, sacó “Dancing with a Ghost” de los registros. Las explosiones de batería y guitarra que estaban presentes antes, ahora se convierten en silencios y los altos de Annie Clark en “Los Angeles”, como los susurros en “New York”. Una conversación entre ella y el espacio que la rodea, lo de Vincent en este disco no es falta de creatividad, sino lo contrario: vislumbrar las características más oscuras y selectas del artista, lo que sienten en el momento exacto en que los acordes transforman e invierten las sensaciones en que fueron concebidas. Juanjo Llano
BAD BUNNY X100PRE
Rimas Entertainment El peor disco de los mejores del año. Así se podría considerar el debut discográfico de Bad Bunny, ya que, fiel a lo que viene haciendo desde hace rato en sus infinitos singles, nos entregó una combinación de ritmos e historias que son difíciles sacarte de la cabeza, gracias a sus ritmos simples pero efectivos. Desde el cuatro que suena al comienzo de ‘Ni bien ni mal’ hasta la guitarra rítmica de ‘Tenemos que hablar’, demuestra que acá el mensaje es que conozcan a Benito, el personaje detrás de. Si bien el disco no tiene puntos notoriamente bajos, si tiene el problema que ha ratos se puede hacer más largo de lo esperable. Pero en un mundo que le celebra los peos a Drake, un poco de justicia es necesaria. Este disco nunca debió existir, ya que “Hear This Music” productora de Bad Bunny quería que lo sacara y que se quedara en los singles. Hacer este disco fuera de esa productora fue la manera de Benito de pasar a ser un artista, por más que a algunos les duela. Alex Miranda
COURTNEY BARNETT TELL ME HOW YOU REALLY FEEL
THOM YORKE SUSPIRIA OST
Componer cosas que signifiquen algo, que te importen, canciones con sentido. De esa premisa partió Courtney Barnett para montar su nuevo disco, el sucesor de un exitosísimo debut. La australiana no quería amontonar canciones para tocar en vivo, sin trascendencia, y su misión la dejó con una oscuridad que agradecemos.
Cuando supimos que el inglés sería el encargado de musicalizar la película Suspiria de Luca Guadagnino, las alarmas se prendieron para bien. Esta es la primera vez que Yorke compone canciones originales para una cinta, y la verdad es que nos sorprendió de muy buena manera. Logró armar canciones con una firma muy propia y característica de sí mismo.
XL Recordings
Milk!
Desde la foto del cover hasta los primeros segundos que abren el disco, podemos respirar la desolación, la rabia. Es confesional y directa, sin tantos rodeos ni metáforas, la artista pegó el salto. Es breve porque es conciso. Aprende algo, Drake. Basta de buscar la salvación de la música en Greta van Fleet; ‘Crippling Self Doubt and a General Lack of Self Confidence’ es la salvación. Bárbara Carvacho
Con cinco sencillos promocionales lanzados en septiembre y octubre, es menester destacar a este álbum como uno de los mejores del año, por el simple hecho de que un soundtrack de este nivel y con este grado de complejidad, no solamente se queda en un mero complemento de la película, sino que también funciona como “el nuevo disco en solitario de Thom Yorke”, cosa que, a nivel compositivo, muy pocos artistas contemporáneos pueden lograr. Manuel Silva
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KENDRICK LAMAR BLACK PANTHER: THE ALBUM
Aftermath/ Top Dawg
Cuando recién se estrenó la película, leí que el soundtrack de Black Panther era el fiel reflejo de lo que estaba pasando en la escena del hip hop norteamericano en ese momento. Este álbum comenzó a tomar fuerza con luces propias en los rankings mundiales, siendo considerado como una de las mejores recopilaciones de su género, ya que la curatoría de Kendrick Lamar (quien también hizo un par de tracks originales para este disco) era demasiado buena como para dejarla pasar como si nada. Y esa es la verdad. Para alguien como yo, que no suele consumir este tipo de música regularmente, que Black Panther: The Album sea uno de sus destacados de este 2018, es algo que tampoco podemos pasar por alto, ya que eso sólo muestra que el compilado efectivamente es uno de los mejores que ha salido al mercado durante el último tiempo, y que, te gusten los superhéroes o no -o incluso el hip hop-, sin duda es uno de los “must” de este año que nos fue. Manuel Silva
SPIRITUALIZED AND NOTHING HURT
Columbia
De tanto viajar y luchar por sobrevivir, Jason se quedó -literal- flotando en el espacio y ahora es un astronauta descontextualizado. Han pasado dos décadas desde su disco más popular y ¡sorpresa! Pierce aún tiene mucho romance e inseguridades para regalar. Es una catarsis un poco más pensada, porque los años nunca son en vano. Bien lo sabe quien casi pierde la cabeza, su casa y amigos por darle vida a esta pieza. Sin tantos recursos como quisiera, con los problemas de siempre y las huellas de ellos, el artista levantó nueve nuevos cortes. Probablemente, una de sus pasadas más honestas, con una empatía en el relato que destaca más allá de la visceralidad del pasado. J. Spaceman hace respetar su nombre, un milagro perfecto, la mañana siguiente. Tomar drogas para hacer música para drogarse llevado al extremo imperante de la vida: llorar drogas para hacer música que te permita convivir con drogas. El viaje no se acaba hasta que te mueres. Bárbara Carvacho
CAR SEAT HEADREST TWIN FANTASY (FACE TO FACE)
LET’S EAT GRANDMA I’M ALL EARS
El disco de culto dentro de Soundcloud que es Twin Fantasy recibió este año una reedición que Will Toledo aseguró que es la que siempre debió salir a la luz. Si este disco era bueno en 2011, en 2018 resuena mucho más dentro de sus historias de amores furrys llenas de distorsión a la que ya nos acostumbraron con su premiado ‘Teen of Style’. Para darte cuenta de la magnitud de banda a la que uno se enfrenta en este disco, solo falta escuchar ‘Beach Life-In-Death’, una canción épica de 13 minutos que comienza a meter de a poco los primeros meta chistes en las letras, porque sí, Twin Fantasy es un disco que sabe que es un disco, por lo que también sabe como tocar las teclas correctas en cosa de letras. Escuchar la versión del 2011 y esta muestra como Toledo ha crecido, ya no quiere la voz de Dan Bejar, quiere la de Frank Ocean, y eso hace que líneas como “debería llamarse anti depresión, porque no es la tristeza lo que te mata, si no que la reacción del cerebro ante eso” lleguen mucho más hondo. Alex Miranda
Tienen 19 años y sorprende la propiedad con la que se apropian de sintes tremendos y llevar el arte de samplear un poco más allá. Es un concepto total, una brisa que refresca el escenario del pop en el que vemos tanta esponja y réplica sin corazón. Supera con creces a Gemini (2016) porque hay un procesamiento de lo que se está tocando y diciendo.
Transgressive
Matador
‘Hot Pink’ es el single definitivo: suena muy dulce de buenas a primeras, pero a los segundos te encuentras con trazos incisivos y bien puestos. “Sólo tengo 17, no sé a qué te refieres” como respuesta directa a ‘I Saw Her standing There’, de The Beatles, “bueno, ella tenía 17 y ya sabes a lo que me refiero”. Decisiones como esas hay bastantes a lo largo de la placa. ‘Missed Call (1)’ es un interludio contingente y clásico, pasos como ‘The Cat’s Pyjamas’ es toda una terapia con los ronroneos de gato, y ‘Donnie Darko’ es la bomba con la que un álbum tan bueno como este debe detonar. Bárbara Carvacho
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IDLES JOY AS AN ACT OF RESISTANCE
TIERRA WHACK WHACK WORLD
Interscope
Partisan Records
Desde el bajo pausado y las baquetas del comienzo de ‘Colossus’, el disco está lleno de imaginarios propios de la cabeza del vocalista y cerebro de Idles, Joe Talbot, al mismo tiempo que le hablan a una generación rota a la cara sin asco. Un ejemplo: en ‘Samaritans’, Talbot se pone a gritar sobre la masculinidad tóxica en una canción notoriamente inspirada por Fugazi y que te da el golpe de gracia con un coro preciso: “esto es por lo que nunca has visto a tu padre llorar”, lo que probablemente no sea 100% cierto en todos los casos, pero sí sabemos que cuando los vimos llorar no era algo normal. No solo de la violencia y diversión de la música se nutre este “goce” del que habla el título, también de las letras que pasan de ser problemas de Talbot en un ámbito personal, a ser los problemas de todos nosotros. Al final, Joy as an act of resistance viene a enseñarnos que el goce que usaremos para resistir viene de que en realidad no estamos solos. Alex Miranda
DEAFHEAVEN ORDINARY CORRUPT HUMAN LOVE
ROBYN HONEY
Hubo una cosa que hizo del segundo disco de esta banda, Sunbather, una obra tan elogiada. Fue su capacidad de no dudar de lo que hacían. Con este nuevo Ordinary Corrupt Human Love lograron lo mismo, solo que ahora desde una aproximación mucho más delicada. Si Deafheaven siempre ha sido encasillado en combinación de black metal e indie/ shoegaze (algunos dicen “post-black metal” o “blackgaze”), esta vez es donde menos se nota la parte “death metal”. Hay momentos más tranquilos, junto a la inconfundible voz de George Clark -o de alguno de los invitados del disco, entre los que destaca Chelsea Wolfcon las guitarras de Kerry McCoy que acá toman un protagonismo que antes se vislumbraba bien, pero no se sentía tan concreto y llenador. Una excelente salida para los problemas de drogas, alcohol y abandonos que ha tenido que sufrir la banda desde su anterior álbum. Alex Miranda
Necesitábamos un nuevo disco suyo, sobre todo tras el shock que supuso la trilogía del Body Talk. Honey nace de dos pulsiones. Por un lado es un disco de ruptura, una tendencia de grandes obras de los últimos tiempos, del Melodrama de Lorde al 25 de Adele. Por el otro, una forma de superar la trágica muerte de su amigo y colaborador Christian Falk. Este paso del tiempo es importante porque no se es la misma persona a los 30 que a los 38. Aunque sigue teniendo ese talento infinito a la hora de componer mágicos estribillos, en el disco se siente la libertad del house antes de hacerse mainstream, que no tiene necesidad de buscar el gancho constante. El ritmo y la melodía construyen las canciones y no los bpm. Hay hits descomunales como ‘Honey’, o ‘Send To Robin Immediately’, en el que, precisamente, samplea uno de esos clásicos del house primitivo, el imperecedero ‘French Kiss’ de Lil Louis. Pero además de los hits se aprecia ese paso del tiempo, del dolor, algo parecido a la madurez. Daniel Hernández
Anti Es imposible hablar del disco debut de Tierra Whack sin centrarse en la forma en la que nos llegó. Hijo del hoy, sus quince canciones en quince minutos nos fueron mostradas en quince videos de un minuto de duración a través de Instagram. ¡Y qué quince minutos!. Voces filtradas, rap marciano, imaginativo y, como la forma en la que lo presentó, puro 2018. La imaginación visual a manos de Thibaut Duverneix y Mathieu Léger va acorde con la imaginación música. Mezcla entre feísmo y estética näif, escuchándolo, viéndolo (es una experiencia complementaria, igualmente importante), uno siente que el futuro ya está aquí. Daniel Hernández
Konichiwa/ Interscope
168
ANDERSON .PAAK OXNARD
Aftermath
El gran año del rapero Anderson .Paak culminó con su tercer disco, Oxnard como el broche de oro. Un álbum que lo trae de vuelta a sus principios, las raíces del hip-hop y a su casa, la que “Cheeky Andy” tenía en la ciudad de Oxnard, California y así olvidar el pintoresco paisaje de Malibu (2016), el que lo metió de lleno en las listas de música. Una placa que va entre el R&B, funk y soul, que además tiene las colaboraciones de Kendrick Lamar, Snoop Dog y J. Cole, como otros más. Otro golpe es la producción a cargo del incombustible Dr. Dre. El punto más alto está en Tints, junto a Lamar y que los tienen rapeando sobre una base rítmica elegante que se pasea por los sonidos de sus anteriores discos, que en momentos llega a recordar a Michael Jackson. Aunque hay algunos puntos bajos, sobre todo en el final, el disco no ostenta ser el más graneado de su discografía pero sí demuestra su v e r s a t i l i d a d . Juanjo Llano
SOCCER MOMMY CLEAN
Fat Possum Records
El 2018 pareció la tumba y, a la vez, la resurrección del indie pop y el indie rock. Un estilo que parece enterrado en el tsunami de la música urbana y condenado a la irrelevancia, en el que se nombra como música alternativa a productos intragables como Imagine Dragons y similares, en el que el pop inglés está en coma hace una década… justo en esta época aparece una generación comandada por mujeres (otra vez) que reelabora desde la modestia y no buscando ser rupturistas, un discurso revilatizante del indie. Comandada por Mitski, y seguida por Japanese Breakfast, Jay Som (estas tres, además, compartiendo herencia asiamericana), a las que se unen Snail Mail, el súper grupo Boygenius o Lucy Dacus y, por supuesto Soccer Mommy. Canciones preciosas, melancolía como la que proponía Sebadoh, o mejor aún, la angustia femenina (y feminista) de Liz Phair y toneladas de talento ejemplificadas en las desasosegantes ‘Blossom’, ‘Scorpio Rising’ o la afirmante ‘Your Do’g. Daniel Hernández
MITSKI BE THE COWBOY
Death Oceans
FATHER JOHN MISTY GOD’S FAVOURITE COSTUMER
Sub Pop La aclamación unánime de Be The Cowboy es un poco sorprendente porque, en esencia, no es una gran ruptura sobre su igualmente asombroso Puberty 2. Quizá unas letras menos centradas en lo íntimo, con una mirada más hacia el exterior y un presupuesto más holgado para la grabación, pero que funcionan como dos mitades de un camino posible para una etiqueta, el indie, que parece estar llegando a un camino sin salida. Por eso, mientras se alternan momentos de calma con otros de rabia, todo se tiñe con una impecable melancolía, las más de las veces producto de una personalísimo timbre. En un año especialmente dominado por proyectos femeninos, el disco de Mitski se convierte en un hito. Escuchándolo se entendería que sirviese de modelo para que una adolescente, en su habitación, decidiese que ella también puede hacer música. Así de importante e inspirador se siente este Be The Cowboy cuando termina ‘Two Slow Dancers’, una de las canciones de 2018. Daniel Hernández
Tillman triunfó con Pure Comedy (2017) y repitió el equipo en su cuarto disco como solista. God’s Favorite Customer nos trae la visión de un hombre que acaricia los cuarenta años y ve a la sociedad actual, como también a su propia vida, como una ironía que se construye al amparo de los dogmas y los sentimientos viscerales de una época que puede tener de presidente a cualquier oportunista. El tramo final del álbum es una carta abierta a la libertad de las personas, despojarse de los males medievales que arrastramos por generaciones. La sátira se advierte en ‘Mr. Tillman’, bajo la armonía de un xilófono que acompaña en pasajes puntuales y los pasajes en que narra los humos en la cabeza que llegan a tener los “rockstar”, como si fuera él. La dureza de la guitarra en ‘Date Night’ y los sonidos futuristas del teclado lo vuelven en lo más destacado del disco. La desazón está de la mano de ‘The Songwriter’, un dúo entre su voz y el piano que lo mantiene en un trance entre la oscuridad y la verdad. Juanjo Llano
169
ARCTIC MONKEYS TRANQUILITY BASE HOTEL & CASINO
J BALVIN VIBRAS
No es su mejor disco pero acá se rescata la búsqueda incansable de Alex Turner y el giro que le dio a una banda cargada de guitarras. Desde la visión estilística, como si estuvieran sobrevolando por los setenta y con el piano de Turner -un Steinway Vertegrand que le regaló el mánager para sus treinta años-, el álbum transita por sonidos que musicalizan los cuentos de Oscar Wilde, Edgar Allan Poe o George Orwell. Las letras son un conductor a mundos oníricos, como si los hubieran escrito en el siglo XVIII. En ‘American Sports’ se siente el aura de Nick Cave y sirve de antesala para el homónimo del disco, un puente entre las luces tenebrosas que genera Alex con su voz y la teatralidad. Pero todo queda al descubierto en ‘Four Out Of Five’, una interpretación con cortes sexuales y Turner despojándose de toda presión: entregándose en cuerpo y alma. Es un álbum pensado más en lo conceptual -desde el sonido hasta lo estilístico- a diferencia de los anteriores. Juanjo Llano
Es complicado dejar este disco fuera de las listas de los mejores de este año, porque si Bad Bunny apuntó a entregar un álbum lo más heterogéneo que sus herramientas le dejen, Vibras nace de un lugar parecido, pero entrega algo mucho mayor: el abanico entero de posibilidades del género urbano. Desde lo más clásico en ‘Peligrosa’ -donde pide ayuda a dos artistas clásicos para hacerla sonar mejor aún-, hasta experimentos hermosos como ‘Brillo’ junto a Rosalía y hasta meter en la juguera a Zion y Lennox -lo que les valió para salir en Jimmy Kimmel- en la popera ‘No es justo’. Y si el comienzo hermoso que es ‘Vibras’ seguida por el gigante éxito de ‘Mi Gente’ no te enganchó del disco, el movido final de ‘Dónde estarás’ y ‘Machika’ te hará, al menos, mover la patita. Hasta al más truli maluli. Alex Miranda
Domino
Universal Music
Jungla Music
LA CIENCIA SIMPLE III V VII
En un año en el que el pop habitó la esquina de la comodidad, Fran Straube terminó de darle vida a su primer proyecto en solitario, tras llevar una década en la música mediante proyectos como Fármacos y Miss Garrison. Un disco que fue mostrado a trazos, con la publicación de cinco epés simples que se transformaron en este ser que cobró vida, tomando todo el recorrido de la artista y sus sonidos, que junto a Pablo Stipicic logra un orgánico viaje por el humano. La montaña, el río, ser voluble y terrenal; en Pez, Rubio se da la libertad de ser todo lo que quiere, de tomar las frecuencias que la abrazan y las que la deprimen para darle vida a una pasada que el pop nacional pintaba a extrañar, una en la que las apuestas, aún cuando pueden no ser perfectas, significan algo en el todo, en la idea, en el relato. Tracks para el estado, para el hecho de existir. Con frecuencias que te abrazan y otras que ayudan a potenciar el frío interior. Bárbara Carvacho
Los teclados atmosféricos que dan comienzo al nuevo disco de La Ciencia Simple te paran los pelos de la nuca, al igual que el disco en general. Con un comienzo que va agregando instrumentos de a poco en ‘Distancia’, uno ya sabe que el camino va a ser largo, pajero y pausado, pero ¿quién dijo que eso era algo malo? La banda sacó un disco en 2014 donde todavía usaban letras en sus composiciones y escuchar ese trabajo (que es bastante bueno) en comparación a este, demuestra la diferencia entre una banda con buenos discos, a una banda que busca más allá. Con temones como ‘Ya no veo mi reflejo en el agua’, ‘105’ o la increíble ‘La sensación más antigua del mundo’, ponen atrás la grasa y dejan la proteína, la propuesta atmosférica/ math rock/ progresiva/ loqueseteocurra termina ganando por goleada y la banda termina asomando la cabeza y dando cara en un año donde lo que menos hizo Chile -en el sentido de los no consagrados- fue dar cara. Alex Miranda
RUBIO PEZ
LeRock Psicophonique
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GIANLUCA G LOVE
Independiente
El 2018, año del trap. Y Chile no se quedó fuera del fenómeno. Entre la variopinta gama de opciones que abarcan chicas con estética de Instagram y muchachos firmando con grandes disqueras, se abrió un pequeño vórtex de experimentación a cargo de Gianluca con su mixtape más largo hasta el momento, G Love. La pasada no sólo lo presenta como un joven dispuesto a traspasar barreras musicales conceptuales, también lo posiciona como la voz de la generación de un Chile con problemas de dependencia médica, cansancios atribuibles a la rutina, y por supuesto, reflexión; tópicos claves para entender el género en sus lineamientos más atrevidos. Sin ostentar fama ni dinero, el responsable de ‘Siempre Triste’ llegó a colaborar con Javiera Mena, Gepe y Rubio en tan sólo unos meses gracias a la apuesta urbana más experimental del 2018. Bárbara Carvacho
HÉCTOR SEPÚLVEDA LONDON 69
BYM Records Los Vidrios Quebrados solo editaron un disco, Fictions, en 1967. No volvieron a grabar nada, y de sus miembros, solo O’Brien retornó a la música con el dylanesco disco de 2013, Gran Avenida. Por otro lado, Sepúlveda, guitarrista y c o m p o s i t o r , siguió ligado a la música, pero nunca editó nada, de hecho, lo más cercano que estuvo de hacerlo fueron unas grabaciones para DECCA que hizo en 1969 (que la misma discográfica detuvo por su falta de compromiso comercial) y que no planeaban ver la luz hasta que una enfermedad fulminante lo hizo apresurar el trámite de lanzar esas piezas lo antes posible. Y si bien Sepúlveda no pudo ver su trabajo editado, al menos este 2018 el disco pudo ver la luz, y es una sorpresa gigante. Tan solo tres temas componen este London 69, que tiene una duración de 32 minutos y medio. Un disco que funciona como documento histórico. Un hermoso vistazo al hermético cerebro de uno de los personajes menos explorados de Chile. Alex Miranda
CHINI AND THE TECHNICIANS ARRIBA ES ABAJO
YORKA HUMO
Es uno de los discos, quizás, más esperados del último tiempo y la banda estuvo lejos de decepcionar alguna expectativa. Y una vez más, después de escucharlo, vuelve a mí esta pregunta: ¿por qué se siguen buscando salvadores del rock? El panorama local e internacional está lleno de él. En el 2018 ya quedó claro que no hay que buscar nada, en nadie. El rock hizo creer sus tentáculos, se expandió y se metió en los cuerpos, mentes y almas de las más variadas personas, tomando texturas, colores y discursos diversos. En Arriba Es Abajo hay mantras, hay melodías que vienen del pop más puro, pero también hay shoegaze (‘Abajo’) y grunge (‘Niña Glaciar’), incluso y de forma subterránea y sutil, algo de americana (‘2x3’) y psicodelia (‘Imagen’). Es un disco que habla del yo y del nosotros en diferentes niveles, con una banda que funciona como reloj suizo, arriba y bajo el escenario. El grupo no vino a salvar a ningún género, pero sí podrá salvar un rato nuestros espíritus. Javiera Tapia
Aquí la honestidad es una pausa para quedarse un rato: unos días, unos meses, unos años, porque Humo es estable, incluso con todas las espinas que trae. Es ese pequeño rincón de la habitación oscura, esa misma esquina que es lo único que te abraza cuando estás desamparada. Ese confort del dolor que queda en cada una de las palabras de la primera parte de esta entrega, que se fusiona exquisitamente con una segunda vuelta que invita al paseo por los pastos de Catemito y la esperanza de tracks como ‘Bien’. Es significativo porque nos deja una historia renovada de la ciudad y sus periferias, de las penas, de entender el amor desde puntos que para nuestros padres y abuelos parecen lejanos e inmorales, y por que al final del día da ese gusto de que todo va a funcionar, porque tal como le pasó a Yorka, la música puede ser ese hermoso rincón de refugio, y este disco es totalmente uno recomendable para sobrevivir a las pinchudas etapas de mutar como adulta, como cantante, y como proyecto. Bárbara Carvacho
Beast Discos
Uva Robot
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ASES FALSOS MALA FAMA
Independiente
NOVA MATERIA IT COMES
Crammed Discs
MACHA Y EL BLOQUE DEPRESIVO ST
MON LAFERTE NORMA
Todos sabemos que el Macha y el Bloque Depresivo no es una banda propiamente tal, sino que más bien un proyecto que de pronto aparece en algún cartel de artistas, pero por mucho que nos quieran vender esa parada, ya era hora de que lanzaran alguna grabación de estudio. Ya nos sabíamos de memoria el concierto del Théâtre de la Ville, y para remediar esta situación es que llegó el -ansiado- disco homónimo en octubre de este año, que cumplió con las altas expectativas con las que cargaba, y que, por suerte, deja la puerta abierta a una segunda colección de temas. El pueblo lo pide, Macha. Yo la amaba. En serio que sí. Manuel Silva
Una historia de amor envuelta en la melancolía chilena y el sabor centroamericano es lo que ofrece Norma. En ‘Ronroneo’, tema que abre el disco con sonidos sacados de la cumbia caribeña, narra los comienzos de una relación; los primeros coqueteos y la intriga de lo que vendrá más adelante. La trama avanza por pasajes sacados del merengue, tango y bolero, inclusive se arriesga en ’El Mambo’ a rapear, que a primera escucha pareciera que no fuera ella, sino que otra persona (me inclino que Ana Tijoux se apoderó de su voz). El disco -producido por el multifacético Omar Rodríguez-Lópezse grabó de una sola toma en los estudios Capitol Records de Los Angeles (USA); de esta forma otorgaron sensualidad y la atmósfera de que todo el tiempo estuviéramos en un bar escondido de La Habana. Juanjo Llano
Universal
Barbès Records Lo de Cristóbal Briceño, en este año, es para preguntarse ¿en qué momento no piensa en música? Se dio tiempo para publicar diversos álbumes, de sus variados proyectos, pero el que resalta es el cuarto disco de los ex Fother Muckers. La producción está marcada por la madurez del quinteto y la clara influencia del repertorio romántico hispanoamericano, con matices de rock y de música negra. Uno de los puntos altos es la inclusión de percusión en el larga duración -algo que en vivo ya venían haciendo-, a cargo de Sergio Sanhueza y que otorga un respiro a las guitarras características del grupo. Por otra parte, está la manera de narrar historias, algo que Briceño ha pulido con los años y que acá encuentra puntos altos en ‘Así es como termina’, ‘Nace un contragolpe’ u ‘88’. Una producción que promete ser el acompañante perfecto de los lunes por la mañana, el parlante que retumba en la ventana y el piso encerado de punta a punta. Juanjo Llano
Ya con Kick (2010) y Resonancia (2012), Pánico nos daba luces de que andaban buscando nuevos horizontes sonoros y que, posiblemente, algo nuevo se venía por ahí. Ocho años después, Edi Pistolas y Carolina Tres Estrellas lanzan la primera placa de estudio de Nova Materia, su nueva propuesta musical. Canciones que transitan más por la electrónica que por el punk rock, registradas en París, contando también con las colaboraciones de Narumi Hérisson (Tristesse Contemporaine), Chloé Thévenin (Lumière Noire) y el productor Jérôme Blackjoy Caron. Aún con todo este background, es imposible no poner a It Comes dentro de la lista de discos nacionales, ya que las canciones se siguen sintiendo nuestras. Nova Materia sigue siendo una banda chilena que triunfa en el extranjero, y eso es lo que destacamos en este especial de fin de año. Manuel Silva
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AGAINST ALL LOGIC 2012-2017
CEAESE UTOPÍA
Todo lo que toca Nicolas Jaar se convierte en oro. Ni siquiera tuvo que lanzar 2012-2017 con su nombre para conseguir que se convirtiera en un éxito, sino que sólo nos bastó vincular a Against All Logic (estilizado como A.A.L.) con él para que hasta Pitchfork le hiciera una reseña / alabanza. Es muy probable que el “cambio” de nombre se deba a que este es un trabajo mucho más accesible a simple escucha que sus obras anteriores, y la verdad es que se agradece que un disco de estas características haya salido en el mes de febrero de 2018, ya que nos alegró el año de muy buena manera, incluso cuando la mayoría de los medios se percató de este álbum cerca de dos semanas después de su lanzamiento. A pesar de este tremendo fail, lo importante es que lo tuvimos por primera vez este año en nuestros oídos, y la verdad es que siempre es un placer volver a revisitar cada una de sus canciones, en especial ‘Hopeless’, un track bailable y dedicado a la pista de baile a más no poder. Manuel Silva
Los más de diez de Arancibia en diversos proyectos de hip-hop y la búsqueda constante de sonidos experimentales lo llevó al trap hace un tiempo atrás. Utopía es el paso más extenso que ha dado Ceaese en el último tiempo y que lo ha hecho estar en las primeras líneas del género en el 2018, donde Chile ha aparecido en el mapa mundial con el amplio abanico de exponentes y propuestas que han salido. Pero su pasado lo pone sobre algunos por una simple razón: el tiempo que lleva rimando, afilando las letras y las pistas. Las líricas son más complejas y con un armado más interesante que sus contemporáneos. Además, reivindica otros sonidos como el dance hall o el reggaetón en ‘Vamos Donde Quieras’. El trapero, en esta vuelta dio paso a invitar a Drefquilla, Gianluca, Flowyn entre otros y explotar hasta lo último los estilos de cada uno de sus colaboradores. Juanjo Llano
Other People
Independiente
ECSDLQHP AMANDA
Disco Intrépido
Si bien este fue el año en el cual cayeron prácticamente todas las bandas del pop guitarreado, aún así hubo lanzamientos interesantes en esa área de la música chilena. Amanda, de El Cómodo Silencio de los que Hablan Poco, es uno de ellos, un disco cuya temática principal resulta ser el perfecto reflejo de la realidad milénica en los tiempos que corren, adornada siempre de un paisaje musical que incluye reminiscencias a Los Jaivas y Congreso, pero que en ningún momento pierde la identidad sonora que ha caracterizado a esta banda santiaguina a lo largo del tiempo. El Cómodo Silencio de los que Hablan Poco logró armar un segundo disco redondo y muy interesante. Manuel Silva
TÉCNICAS MANUALES LAS TORPEDERAS
Sello Recolector Es el debut de los porteños en un año en que las guitarras indie habían desaparecido. Porque sí, este disco pareciera sacado del 2015 pero más fresco, con una lectura más acabada y una melodía colorida. Un álbum que remonta a las calles del plan de Valparaíso, los cerros y la playa escondida que está en Playa Ancha: Las Torpederas. La facilidad en que llenan los espacios con sólo dos guitarras y un tambor, las voces de Jota Ampuero y Ingmar Schröder son suficientes para llevar el hilo de estos micros relatos con aroma a lacrimógena. Valpo no corre al mismo ritmo que Santiago, lo que hace que la música no tenga que mutar año tras año y nos permita tener discos tan exquisitos y sutiles como este. Se destaca la sencillez en que narran el adiós entre las parejas, la cotidianidad de las personas en una ciudad tan grande, pero con los mismos espacios para recorrer: los carretes, los bares y las tocatas en donde puedes volver a cruzar miradas con esa persona. Juanjo Llano
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OLYMPIC EP2
MIST Records
Cuando hablamos de canciones pensadas para la pista de baile, de inmediato pensamos en alguna fiesta electrónica o en un beat básico de bombo y platillos, pero hay ocasiones en que la electrónica es algo más que sólo eso. El segundo EP del colectivo chileno de DJs -y desde este año, productoresOlympic así lo deja claro, y sólo bastaron tres canciones para que figuraran dentro de la lista de lo mejor del año, ya que no hablamos solamente de beats y sintetizadores, sino que también de ambientes y un contenido que mejora notablemente lo lanzado anteriormente por el grupo en el álbum Mind Games (2018). Manuel Silva
LA BRÍGIDA ORQUESTA CORTE ELEGANTE
Potoco Discos
El mejor tesoro del hip-hop chileno en los últimos años. Un ensamble que privilegia los tempos del piano de Gabo Paillao, el que guía las emociones y desenfrenos de las líricas de Matiah Chinaski (Mente Sabía Crú) y que son atenuadas por la batería del Felipe Salas (Cómo Asesinar a Felipes). No sólo ellos, sino que el cuerpo de vientos (siete) y el bajo de Tomas Alud armonizan los relatos, las preguntas y pocas respuestas que representan las canciones. «Somos la patrulla anti-elitista de la música, no nos cae bien la policía musical. Reglas hay muchas y ya no queremos más», dice Chinaski en ‘Intro’ y tiene razón: el proyecto sale de todo canon estilístico. Fusionan el jazz y el hip-hop, todo en clave de orquesta de boleros en algunos pasajes. ‘Si te Busca’ es de los temas mejor logrados en el álbum: el relato de un amor idealizado, el romance cegador y el hombre abusador que finaliza la relación con sus manos. De seguro serán uno de los grupos que en el 2019 darán más que hablar. Juanjo Llano
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2018
FIRST TITLE (P.06)
ANOTHER TITLE (P.08)
YOUR TITLE (P.14)
GO TITLE FIVE (P.18)
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
Nem sin experch icimi,
inus. Luptin esequ.
inus. Luptin esequ.
inus. Alitatur aut.
inus. Alitatur aut vole.