2018/19
N.º 26A Leer juntos p oesía En setenta y cinco centros educativos de Aragón
PLEGARIA DEL JOVEN DORMIDO Miguel Labordeta (Zaragoza, 1921-1969) Hermanas Estrellas: ¿Me escucháis? ¿Oís el palpitar de mi ardiente manantial tronchado indagando su fervor de precipicio en este planetario estío de hermosura sin faz? Vosotras, mis hermanas mayores: ¿qué sabéis? ¡Decidme! ¡Habladme del sentido del abismo todo futuro sido en el espacio curvo...! Contadme, mis hermanas gigantes, contadme que fueron las borrascas nebulosas preñadas de gérmenes dulcísimos y de terribles olvidos sepultados hacia una furiosa potencia en carne viva devorándose a sí misma en silencio y hormiga labio y galaxia o brisa siempre muerte resucitada... ¿Lo sabéis? ¿Sabéis a dónde iré yo? ¿Sabéis a dónde iréis vosotras, mis lejanas hermanas? ¿Sabéis a dónde irá todo cuando el Ojo Secreto se aniquile en burbujas de Luz? ¿O no tendremos fin...? ¿Será todo como este ensueño en que os sueño, mis hermanas estrellas, mis lejanas, mis gigantes hermanas? ¡Decidme! ¡Habladme! ¿Sabéis el destino de nuestros muertos implacables de enigmas? ¿Qué sois, anhelo puro, vientres de luz? ¿Acaso pensamiento de una serena grandeza fugacísima? ¿O frías criaturas de fuego que esperáis algo inauditamente, una mañana de primavera perenne quizá? ¿Lo sabéis? ¿O no conocéis nada?
¿O no existís ya y sólo contemplo el último parpadeo que lanzasteis sobre la Vía Láctea cuando las cunas eran tan sólo pleamares de lodo y semilla de engaño? ¿Me escucháis? ¿O no tienen respuesta mis palabras de suicida recién nacido? ¿Nos encontraremos al final? ¿O el punto y el anciano, la senda y el minuto, el signo y la Bondad son tan sólo perdidos amuletos de la Mente, cenizas de fotones callando nuestras fuentes milagrosas polvo de melodías eternas, certero enigma sin pupila, derramándose sobre quietos lagos desconocidos? ¿Y yo? ¿Sabéis quién soy? ¿Os sonreís? ¿O sois ciegas? Sí. ¿O sois ciegas como yo? Hermanas Estrellas, mis lejanas, mis gigantes hermanas moribundas sin acto, frágil nota acurrucada como polen de otoño o labio encendido de muchacha que ha de morir. ¿Qué matriz cercenada se abre en vuestro misterioso nido? ¿Qué pecado pavoroso columbra vuestra incógnita? ¿Hacia qué Totalidad embriagada os dirigís sedientas de promesa y descanso? Contadme, contadme vuestros mitos maravillosos de amor hacia los soles inacabables. ¿O no sabéis nada? ¿O sois ciegas como yo? Mis hermanas, mis lejanas y gigantes hermanas [Estrellas.
Violento idílico (1949)
Miguel Labordeta. Hermano del cantautor, escritor y político José Antonio Labordeta, se licenció en Historia y escribió en 1945 su primer libro de poemas, Sumido 25, mientras cursaba el doctorado en Madrid. A su regreso a Zaragoza fue profesor en el Colegio Santo Tomás de Aquino, que dirigía su padre, Miguel Labordeta. Cultivó un estilo surrealista de lenguaje expresivo y amplios registros, elocución desbordada, verso libre y tono apocalíptico plagado de visiones cósmicas de raigambre barroca y romántica, especialmente en sus primeros tres poemarios (Sumido 25, Violento idílico y Transeúnte central), escritos entre los 25 y los 29 años. En 1950 él mismo definió su poesía como «catártica, depurativa, en que el poeta se dé por entero en holocausto verídico». Al final de su vida aparecen Los Soliloquios (1969), que junto a Autopía (publicada póstuma en 1972), constituyen una nueva etapa de poesía más ceñida y condensada. También escribió una obra de teatro titulada Oficina de Horizonte (1955). Falleció repentinamente en 1969.
Yo creo que a través de la muerte y las preguntas a las estrellas intenta preguntarles sobre lo que hay después de la muerte y sobre lo infinito. (Sandra Arilla, 1º ESO) Para mí el texto transmite que no sabemos lo que hay después de la muerte, si hay un más allá o no. Se lo preguntan a las estrellas que lo saben todo porque siempre están en el cielo viéndonos.(Anónimo) El misterio de la vida y la muerte. (Adrián Armas, 1º ESO) El poema mezcla la relación que hay entre el espacio del cosmos y la vida, preguntándole a las estrellas el sentido de la vida. (Izan Domínguez, 1º ESO) Nos habla de las estrellas que arden de eternidad en el cosmos. Se pregunta sobre el origen y el destino de todo, intentando saber lo que nos une en la desaparición con el infinito del universo. (Édgar Valdemar Rojo, ex-alumno del Centro) Transmite qué será de él después de su muerte, si será una estrella o no. (David Gaspar, 1º ESO) El poeta explica que al desahogarse con alguien o con algo, esto puede hacerte feliz, ya que expresas lo que tienes por dentro y te quitas una gran carga. En este caso, la del miedo a la desaparición tras el final de la existencia. (Ismael Fuentes, 1º ESO) Este poema busca las respuestas a las inquietudes de las personas sobre el sentido de la vida, preguntando a sus hermanas las estrellas. (Brian Valencia, 1º ESO) Lo que a mí me transmite este poema es un hombre confuso, que quiere respuestas, que quiere saber qué pasará cuando la muerte le alcance. (Julia Fraile, 1º ESO) El poeta les está preguntando a las estrellas qué saben, qué son y dónde vamos después de la vida. (Ariadne Gómez, 1º ESO) Expresa el miedo de una persona al final de la vida y hace preguntas a sus hermanas estrellas para entenderlo. (Ixeia Serrano, 1º ESO) Me gusta porque se pregunta a sí mismo qué es, por ser tan espiritual y simbólico al preguntar qué es la vida. (Darius Sofronescu, 1º ESO) Alumnado del IES Río Gállego, Zaragoza
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