“Por la fe, los Apóstoles dejaron todo por seguir al Maestro” Porta fidei 13
Año
de la
Fe
2012 2013
La Fe nos
fortalece “Crecer más, para evangelizar mejor”
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La fe, un don que nos
fortalece
L
a fortaleza es una virtud que todos los católicos recibimos en nuestro bautismo, y es un auxilio excelente para permanecer firmes y fieles ante las dificultades, los sufrimientos, el dolor y la cruz de cada día; por eso dice San Pablo: “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?“ (Rm 8, 31), y Jesús: “Si permanecen unidos a mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo tendrán“ (Jn 15, 7). Así, todo católico que esté unido a Cristo con la vida de gracia y en oración podrá sentirse seguro y fuerte, porque con Cristo todo lo puede. La fe religiosa es la confianza total del hombre en Dios con el que se ha encontrado personalmente. La verdadera cuestión de la fe no consiste sólo en creer que Dios existe, sino en descubrir que nuestra vida está íntimamente unida a la vida de Dios. Es llegar a descubrir una forma diferente y nueva de vivir, desde el encuentro y la relación con él. Dios es quien da solidez y consistencia al hombre. En la fe, como en otras formas de relación interpersonal, hay una confianza en el otro que va más allá de lo puramente racional, que es intuitiva y constituye una convicción razonable. Creer en Dios es, sobre todo, confiar en Él. Confiar significa creer en su fidelidad. Por eso, la fe hace referencia a la fidelidad de un Dios que siempre cumple sus promesas y merece nuestra confianza. “Yo sé de quien me he fiado” (2 Tm 1, 12).
La experiencia de la fe es, al mismo tiempo, experiencia de la gracia. El acto de creer es fruto de una experiencia religiosa enteramente original. Se trata de acoger un don gratuito ofrecido por Dios, un don que se acepta con toda libertad, un don que nos fortalece. El conocimiento de Dios, el encuentro personal con él, es, sobre todo, fruto del Espíritu Santo. El Espíritu de Dios se hace presente en nuestro espíritu para iluminarnos, no coarta ni suprime nuestra libertad, no actúa normalmente de una forma sobrecogedora o con una luz deslumbrante y cegadora. La influencia del Espíritu es una iluminación que pone en marcha en nosotros motivaciones o despierta mecanismos psicológicos, por los que percibimos de un modo nuevo lo que ya teníamos ante nuestros ojos sin darnos cuenta.
María es nuestro ejemplo de fortaleza, porque al pie de la cruz, viendo a su Hijo crucificado, permaneció fiel.
La fe necesita de la plegaria; debemos pedir el don de la fe. Como mejor se llega a conocer a Dios es situándonos confiadamente ante él y pidiendo su ayuda. Sólo así nuestro espíritu hambriento de Dios, encontrará su alimento verdadero, su fortaleza para vencer las adversidades.
El que llega a encontrarse con Dios reconoce que ese acontecimiento no es fruto de su esfuerzo, sino gracia.
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Pedir fuerzas en
L
el combate
¡Pon tu fe en acción! Dona ropa en buen estado
a vida del hombre es una lucha: a veces hay que atacar al enemigo y otras veces hay que resistir sus ataques. La fe da al hombre decisión, valor, coraje, energía, constancia y aguante para combatir, sobrellevar y resistir las dificultades de la vida. Puedes imaginarte a un ser humano fuerte, como un soldado con una espada y un escudo. Con la espada ataca a los enemigos y con el escudo aguanta los golpes. Los golpes para el cuerpo son: las necesidades, la pobreza, el hambre, el frío, los dolores y las enfermedades. Hay personas que sufren un defecto en su cuerpo: ceguera, sordera, parálisis. Los adversarios del cuerpo son cosas exteriores que lo dañan: los vicios, el alcohol, la droga, la pornografía. Asimismo, los golpes del alma pueden ser por ejemplo la inmensa tristeza de ver la enfermedad o la muerte de un ser querido, la ingratitud de un hijo, el odio de otra persona, el no lograr lo que uno busca en la vida a pesar de esforzarse mucho. Por otra parte, los adversarios del alma son los defectos, las cosas malas como el egoísmo, el orgullo, la flojera, la ira, la impaciencia. Todo eso que no te deja ser mejor, acercarte más a Dios, y que por más que luchas y te esfuerzas, ahí sigue. Sólo a través de la gracia de Dios y una fe afianzada en Él podemos combatir sin desfallecer. Hay muchas personas que se cansan y no quieren luchar por ser mejores, por acercarse más a Dios, por alejarse del pecado. Se entregan a una vida de rutina. Lo que les falta es fe en la gracia de Dios. La fe no nos deja ser tibios, siempre nos da fuerzas para volvernos a levantar, para esforzarnos por ser mejores. Cuando tengas una pena grande, no pidas a Dios que te quite la cruz, sino pídele que te dé la fe que te fortalezca para llevarla. ¡Confía en Dios! Piensa en esos momentos que Dios es tu Padre, que te ama tanto como a su Hijo Jesucristo y que tal vez, aunque ahora no entiendas, esa pena a la larga será para tu bien, te acercará a Dios y te ayudará en tu salvación.
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La Iglesia siempre nos invita a realizar obras de caridad que reflejen vivamente nuestra fe. Una de ellas es la donación de ropa, una manera de hacerlo sin que te cueste dinero: • Pregunta a tus familiares, amigos y conocidos si tienen ropa en buen estado para donar. Revisa tu guardarropa, en especial aquellas prendas que lucen excelentes, pero que no usas desde hace meses. Cataloga la ropa de acuerdo al género y también a la edad: niños y adultos. Acomódala en cajas y con un plumón grueso anota lo anterior. • Aprovecha las redes sociales para reunir un grupo de voluntarios que deseen donar, lavar, doblar o llevar la ropa. Reúnanse en un punto donde haya un espacio grande para que puedan armar los paquetes o cajas. • Evita donar la ropa interior, los calcetines y otras prendas íntimas por cuestión de higiene y dignidad. Es mejor realizar una pequeña colecta para comprar nuevas prendas de diversas tallas y ambos géneros. • Organiza con tus amigos un bazar para reunir también otros objetos en buen estado como juguetes, evitando que sean de pilas o eléctricos, especialmente si en las comunidades carecen de luz eléctrica. También pueden venderse en tu cochera, y así obtener fondos para transportar los donativos a los beneficiarios.
Joven: vive tu fe
Testigos de Cristo San Martín de Porres
Distinguir el día de la noche
Nació en Lima, Perú, en 1579. Era el hijo de un importante hidalgo y de una mulata. Aprendió el oficio de barbero, que en aquella época consistía en sacar dientes y hacer sangrías. Supo trabajar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasaron igual labriegos que soldados, buscando alivio. Pero lo que hace ejemplar su vida no es sólo su trabajo humanitario, sino el ejercicio heroico y continuado de la caridad. Tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como lego para pasar luego a hermano. De todas las virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. En una ocasión el convento tuvo serios apuros económicos y el Prior se vio en la necesidad de vender algunos objetos, ante esto, Martín de Porres se ofreció a ser vendido como esclavo para remediar la crisis. Murió en olor de santidad el 3 de noviembre de 1639.
Cierto día un sabio catequista preguntó a sus alumnos si sabrían cuándo acababa la noche y empezaba el día. Uno de ellos dijo: “Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es vaca o un caballo”. “No”, dijo el catequista. “Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un pino o un roble”. “Tampoco”, dijo el catequista. “Está bien”, dijeron los discípulos, “dinos cuándo es”. “Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche”.
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Calendario de Diciembre Peregrinación de Monaguillos al Santuario de Guadalupe (Cancún). Conferencia del P. Juan Rivas, LC: “Cómo compartir mi fe con los demás” (Iglesia de Cristo Rey, Cancún, 8:00 PM) Inicia Campaña de DIEZMO (Cooperación Diocesana).
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Mañanitas de Flor y Canto a la Virgen de Guadalupe en Xcaret Posada de Apostolados (Pastoral de Laicos)
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Misiones Parroquiales de Adviento-Navidad
Publicación coleccionable elaborada por la Oficina de Pastoral www.cancunchetumal.org www.annusfidei.va