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>LA PRENSA Domingo 2 de septiembre de 2012 / Reynosa, Tam.
Bellas Artes rinde homenaje a Arturo Azuela
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> LA PRENSA Domingo 2 de septiembre de 2012 Año 14 No. 729
por Alondra Flores
l historiador y promotor cultural Arturo Azuela, quien falleció a los 74 años el pasado 7 de junio, recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Presidente hasta el día de su muerte del Seminario de Cultura Mexicana, fue rememorado en la variedad de sus vocaciones: científico, narrador, catedrático, periodista y melómano. El poeta Jaime Labastida habló del amigo, “lleno de vida y valor sereno. Es el que quiero guardar en mi memoria. Es también el que deseo invocar ante ustedes. El hombre cuyo ojo atento atisbaba el avance de la muerte sobre su cuerpo, cada día más enjuto, cada día más endeble y, sin embargo, dotado de una voluntad indeclinable”. Labastida, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, a la que también pertenecía Azuela, recordó una sólida amistad de más de 50 años, desde que se encontraron en la Facultad de Filosofía y Letras, donde estudió la carrera en historia, después de terminar la de matemáticas, en la Facultad de Ciencias, ambas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “en esos años turbulentos, al tiempo que luminosos y ardientes de nuestra juventud, el decenio de los años 60”. Dos piezas de Johann Sebastian Bach evocaron a Azuela, nacido en la ciudad de México el 30 de junio de 1938. El chelista Carlos Prieto, quien ante la imposibilidad de asistir a la sala Manuel M. Ponce envió un video con un mensaje en el que describió su también antigua amistad, la cual comenzó en España. Después vinieron las notas, los rostros en penumbras, el perfil iluminado por la pantalla, el ir y venir del arco en las manos de Prieto, quien compartió con Azuela la pasión por la música, como dejó plasmado en la novela Estuche para dos violines (1994). Su amplia labor como novelista fue el mérito que se valoró para su ingreso en la Academia Mexicana de la Lengua, en 1986, afirmó Labastida sobre el nieto de Mariano Azuela. “Sorprendió” con su primera novela, El tamaño del infierno, por la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, en 1974. Después vinieron otras nueve, que se suman a otra decena de publicaciones de ensayo, cuento y biografía. En su turno, Joaquín Díez-Canedo Flores, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), recordó a Azuela como autor que publicó con la editorial Joaquín Mortiz, además de que dirigió la sucursal del FCE en España, tal como mencionó Carlos Prieto.
Edita Conaculta tomo en español con dos obras de Darío Fo
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De Notimex
as comedias "El papa y la cómo, una vez más, el escritor ataca bruja" y "El diablo con tetas", los abusos del poder, que constituye del escritor Darío Fo, fueron una maquinaria capaz de sumir a los editadas en español en un sólo tomo individuos en el oprobio cuando se publicado por el Consejo Nacional está lejos del amor. para la Cultura y las Artes (Conacul En el prólogo a este libro, Otto ta), a 15 años de que el italiano obtuMinera refiere que las obras en el previera el Premio Nobel de Literatura sente volumen "son resultado de una 1997. larga trayectoria, un largo aprendizaje, hacia el mejor teatro y el más popu El material forma parte de la colección "Cien del Mundo", de la lar, aunque para mí esto tiene algo Dirección General de Publicaciones, de redundancia: el mejor es el más cuenta con prepopular –más sentación y notas gente lo quiere Darío Fo es una de las de Sergio Marver porque es figuras más importantes de la tínez y prólogo el mejor, y el de Otto Minera, popular es dramaturgia mundial de las más y será presentado el mejor–, más últimas décadas, a través de gente nos enseña la noche de mañana en el Teatro la sátira ha hecho patente su a hacer teatro. El Milagro, de la “Siempre resucitado” capital mexicana. "Aristófanes, gran compromiso con la “La ciencia no se puede enseñar”, aseveró rotundo Jaime Labastida, Plauto, Terencio, Darío quien se dijo deudor de Azuela, pues junto a Hugo Padilla publicaron un sociedad y contra las Fo, recuerda el las farsas y los libro teórico en 1976 para sentar ciertos fundamentos para la enseñanza Conaculta en un juglares mediinjusticias del poder. de la ciencia en nuestro país. comunicado, es evales, la Com Corrigió, pretendía lo contrario: “la ciencia no se puede enseñar. una de las figuras media dell"Arte, Ni la poesía ni el arte. Se enseña una técnica, se aprende una historia, se conquista el método. Pero no puede aprenderse ni la ciencia, que es inmás importantes de la dramaturgia Goldoni, Molière, Labiche, Feydeau, novación; ni la poesía, que es un luminoso verbal toda ella; ni el arte, que mundial de las últimas décadas, quien Brecht prepararon el terreno, pasaron es creatividad en el estado puro de la incandescencia”. a través de la sátira ha hecho patente la estafeta a Fo, el oficio, los cómos. Sin embargo, más importante aún, expresó Labastida, “le debo la su gran compromiso con la sociedad y Resultado: el maduro arte, el afilado enseñanza que brota de su carácter. Acosado por la enfermedad que lleva contra las injusticias del poder. ingenio fársico del italiano". impreso el ominosos signo de la muerte, por un cáncer al que otorgamos el En "El papa y la bruja", obra "El papa y la bruja. El diaacerbo nombre de implacable. Arturo Azuela jamás se dejó vencer, trabajó estrenada en 1989, Darío Fo presenta blo con tetas" será presentado en el sin fatiga los últimos años de su vida. Fue a España y recorrió la ruta de una dura crítica a las posturas prohibireferido foro de la colonia Juárez, con Goya. cionistas de la iglesia católica y la cor- los comentarios de Hugo Gutiérrez “Minado por la enfermedad, pero no vencido por ella, acudía a rupción política, y al mismo tiempo se Vega, Otto Minera, Sergio Martínez sus labores en el Seminario de Cultura Mexicana y en la Academia Mexiaboca a hacer un análisis surrealista y Diana Eugenia Bastida, y contará cana de la Lengua de modo constante. Nunca le oí una palabra de queja, del consumo de drogas y las catástrocon la lectura dramatizada a cargo de al contrario, hacía befa de su enfermedad y se calificaba como un hombre siempre resucitado”. Así es como Labastida invitó a guardarlo en la mefes que éste produce. Gustavo Lizárraga Maqueo. moria. NTX/MCV Mientras que en "El diablo con tetas", escrita en 1997, da cuenta de
Centenario luctuoso de José María Velasco
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n d i c e De nuestra portada
Alfred Lopez
El pasado 26 de agosto se cumplieron 98 años del nacimiento del inolvidable Cortázar. Ahora lo celebramos con un fragmento de este texto que Monterroso escribiera hace ya una década pra el libro Pájaros de Hispanoamérica
escritor argentino Julio
pag. 3
Hilarantes engaños puestos en práctica por legendarios estafadores
Martín Pérez
Soyinka y Le Clézio, en el Hay Festival
Notimex
Festejará MUNAL el centenario luctuoso de José María Velasco
• DIRECTORIO •
Lic. Felix Garza Elizondo Director General Mtra. Adriana Quintana Coordinación General Consejo Editorial MARTíN MENDO CANTÚ (†) OLGA FRESNILLO OLIVARES GRACIELA RAMOS DOMÍNGUEZ
por Augusto Monterroso
Nota 7
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Festejará MUNAL el centenario luctuoso de José María Velasco
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Recibo un recordatorio de la Editorial Nueva Nicaragua acerca del libro-homenaje que prepara con el título de Queremos tanto a Julio, dedicado a Julio Cortázar y con testimonios de muchos escritores amipag. 4 gos a quienes se les ha pedido lo mismo. He enviado solo media cuartilla, aduciendo que el afecto no es cosa de muchas explicaciones. Otra cosa sería -señalo en ella- si el libro llevara por título Admiramos tanto a Julio o algo así, caso en el cual el número de páginas de mi contribución sería muy alto. Ya para mi obra, recuerdo el alboroto que en los años sesenta armó su novela Rayuela, cuando las jóvenes inquietas de ese tiempo pag. 6 se identificaron con el principal personaje femenino, la desconcertante Maga, y comenzaron a imitarla y a bañarse lo menos posible y a no doblar por la parte de abajo los tubos de dentífrico, como símbolo de rebeldía y liberación; y luego los cuentos de Julio, que eran espléndidos y que existían desde antes pero que gracias a Rayuela alcanzaron un público mucho mayor, y más tarde sus vueltas al día en ochenta mundos y, como si esto fuera poco, sus cronopios y sus famas; y uno observaba cómo, fascinados por las cosas que se veían en estos seres de una mitología que suponían al alcance de sus mentes, los políticos y hasta los economistas querían parecer cronopios y no solemnes, y lo único que lograban era parecer ridículos. De todo esto, y de sus hallazgos de estilo y del entusiasmo que despertó entre los escritores jóvenes, quienes a su vez se fueron con la finta y empezaron a escribir cuentos con mucho jazz y fiestas con mariguana y a creer que todo consistía en soltar las comas por aquí y por allá -sin advertir que detrás de la soltura y la aparente facilidad de la escritura de Cortázar había años de búsqueda y ejercicio literario-, hasta llegar al hallazgo de esas apostasías julianas que provisionalmente llamaré contemporáneas mejor que modernas; y sus encuentros de algo con que creó un modo y -hélas- una moda Cortázar, con su inevitable caudal de imitadores. Los años han pasado y bastante de la moda también, pero lo real cortazariano permanece como una de las grandes contribuciones a la modernidad, ahora sí, la modernidad, de nuestra literatura. La modernidad, ese espejismo de dos caras que solo se hace realidad cuando ha quedado atrás y siendo antiguo permanece.
A Quino podemos hacerlo
El Universal
d i t o r i a l
Julio Cortázar
Ferrocarril
Foto: José Marría Velazco
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Como complemento a la actividad se prevé una sesión de lecturas y recitales, con la participación de especialistas en ámbitos de la historia del arte y la literatura, en torno a la vida y obra del considerado promotor del romanticismo en la naturaleza y artífice de bellas postales de la ciudad de México.
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n el marco de la temática “Transformadores del paisaje” y con motivo del centenario luctuoso del paisajista mexicano José María Velasco, se llevarán a cabo el próximo 26 de agosto en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) un ciclo de charlas tituladas “Mira Lee. José María Velasco: centenario luctuoso”. Como complemento a la actividad se prevé una sesión de lecturas y recitales, con la participación de especialistas en ámbitos de la historia del arte y la literatura, en torno a la vida y obra del considerado promotor del romanticismo en la naturaleza y artífice de bellas postales de la ciudad de México. Aunado a ello, el MUNAL presentará en octubre próximo la muestra fotográfica titulada “Transformadores del paisaje”, apoyada con audios pertenecientes a la Fonoteca de Ica, de acuerdo con información del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). También se contempla para noviembre el ciclo de cine “Velasco y el cine”, para lo cual se seleccionarán cuatro cintas relacionadas con la transformación del paisaje urbano en general. De igual manera, se proyectarán trabajos del pintor en 3D, a fin de rescatar a través de un recorrido interactivo, vistas y acercamientos a detalle del trabajo del mexicano. José María Tranquilino Fran-
De Notimex
cisco de Jesús Velasco Gómez nació en el poblado de Temascalcingo, Estado de México, el 6 de julio de 1840. A los siete años quedó huérfano de padre y tiempo después su familia se trasladó a la capital mexicana, en donde trabajó como empleado de una tienda de ropa. En 1850, inició sus estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catalina Mártir y años después se trasladó al Colegio de San Miguel. Y fue hasta 1855, cuando conoció a Juan Verruchi y se inscribió en la clase de paisaje impartida por Eugenio Landesio, al tiempo que complementaba sus estudios con clases de anatomía. Sin embargo, su situación financiera se vislumbró de manera precaria durante esos años y, en ocasiones, tuvo la intención de abandonar sus estudios, pero en 1860 se le presentó la oportunidad de participar en un concurso. En dicha participación, José María Velasco ganó con su obra “Baño de pescaditos”, donde obtuvo una beca de 15 pesos. A partir de ese momento, Velasco comenzó a ganar diversos concursos y de la mano de Landesio, el pintor descubrió sus posibilidades, trazó su primer cuadro en 1866 bajo el título “Un paseo en los Alrededores de México”, de acuerdo con el sitio “redescolar.ilce.edu.mx”. En 1868, el mexiquense fue nombrado profesor de Perspectiva y ese mismo año contrajo matrimonio con Luz Sánchez Armas Galindo.
Durante las celebraciones del centenario de la Revolución Francesa en México, José María Velasco fue designado por el gobierno como jefe de la delegación para participar en la Exposición Universal de Paris, en 1889, donde 68 obras se presentaron en esa ocasión. Cuatro años después asistió a la exposición por el cuarto centenario del descubrimiento de América, la cual se realizó en el marco de la Feria Mundial de Chicago. El promotor del romanticismo estuvo en relación con el impresionismo francés, movimiento que ejerció gran influencia sobre su trabajo. Sus cuadros, en su mayor parte paisajes, destacaron por su acento romántico, los cuales buscaron resaltar la naturaleza. Dos años antes de morir, Velasco pintó “El árbol caído”, pequeño cuadro que de alguna manera resultó simbólico y autobiográfico. Para 1901, se le otorgó la Cruz del Caballero de la Insignia de Francisco José. y un año después abandonó su clase de paisaje para desempeñarse como inspector de dibujo. Sus biógrafos indican que sus últimos años los paso con tristeza, pero acompañado de su equipo para pintar. Velasco nunca dejó de salir al campo para estampar los mejores paisajes mexicanos hasta que falleció el 26 de agosto de 1912, ya que fue víctima de un infarto cardíaco. Sus restos descansan en el panteón de Tepeyac. “Templo de San Bernardo”, “Luces sobre el lago”, “El puente de Metlac”, “Valle de México”, “El autorretrato”, “El citlaltépetl” y “Visita de Querétaro”, son algunos títulos destacados de las obras del mexiquense.
6 Entrevista
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veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada. ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? -Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso. Los cuadros oscuros Ni religión, ni política, ni sexo. Esa fue la censura que Quino sufrió desde el comienzo de su carrera, la misma de todos sus colegas. Al menos en las revistas de humor. “Yo hice una página contra Franco en Tía Vicenta que me alegré mucho cuando salió”, recuerda. “Eran cinco dibujos, de la época en que el slogan de Franco era ‘Caudillo de España por la gracia de Dios’. Y en uno de los dibujos aparecía un hombre mirando el afiche en la calle, y decía: ‘Señor, ¿no te parece que, como gracia, ya está bueno?’. Landrú me lo publicó, pero eso era una rareza”. Sin embargo, el huir de las revistas de humor hacia las de actualidad no significó que desaparecieran todas las barreras. Quino recuerda el nombre de Jorge Urbano, un director interino de Panorama, al que lo inquietó una página en la que pasaba desfilando una banda militar, y después pasaba silbando un caballo de los de la banda. “Me dijo que esa página no se podía publicar, porque los militares no sé qué”, explica Quino, que también asegura haber sufrido la censura en Siete Días, cuando mandaba sus dibujos desde Italia. “Cuando tocaba temas de sexo, yo veía que no salían”. El problema con la censura, cuenta, era que no estaba claro qué se podía hacer y qué no. “En Brasil por lo menos había censores”, cuenta. “Ziraldo me mostró una vez cómo le devolvían los chistes que mandaba, con una cruz roja encima prohibiéndolos. Pero acá nadie te decía nada. Así que uno se autocensuraba, porque si no te lo van a publicar, para qué lo vas a dibujar”. Lo peor de todo lo que alguna vez sucedió con sus dibujos, cuenta Quino, llegó después de que hubiese abandonado Argentina, huyendo de la violencia de los años ’70. “Yo me fui en marzo del ’76. En junio mataron a cinco curas palotinos, y dejaron encima de sus cuerpos el poster del palito de abollar ideologías. Cuando vi por primera vez esas fotos publicadas mucho después de que se hubiesen ido los militares, creo que en Página/12, fue algo que me impresionó muchísimo”. Es horrible que sus dibujos estén asociados a una muerte de ese tipo. -No fue la única vez. También sucedió luego del asalto de un banco por parte de la FAL, en el que murió un policía. Tiraron como volante una página mía que había salido en Primera Plana, en la que aparecía un tablero de ajedrez en el que las piezas eran personajes humanos. De un lado había obreros y del otro los ricos, y aunque los obreros eran más el texto decía: “Juegan las negras y hacen mate cuando les da la gana”. Problemas de tenor Cuando dibujaba regularmente sus chistes, Quino podía llegar a cargar con una idea durante años. La guardaba sabiendo que servía,
Soyinka y Le Clézio, en el Hay Festival
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De EL UNIVERSAL
os premios Nobel de Literatura Wole Soyinka y Jean Marie Le Clézio encabezan el programa del Hay Festival en México de este año; ésto sin olvidar que el encuentro cultural que se realizará del 3 al 7 de octubre en Xalapa rendirá un homenaje al escritor Carlos Fuentes -fallecido el pasado 15 de mayo- con la celebración de la Cátedra Interamericana que lleva su nombre, de la Universidad Veracruzana, en la que participarán Sergio Pitol, Adolfo Castañón y Alberto Manguel. El festival que se realiza por tercera ocasión en México -desde el año pasado en Xalapa y antes en Zacatecas- ya comienza a tener un perfil muy mexicano respecto a los otros Hay Festival que se organizan en Cartagena, Segovia, Gales, Beirut, Kerala y Budapest; es un festival que habla de literatura, música, teatro y arte, pero sin dejar de ver la realidad social del país. Cristina Fuentes La Roche, directora del Hay Festival para América Latina, dijo en entrevista, que en México hay que hablar de lo que está pasando, de la violencia y la migración. “Por ejemplo, en Colombia ya no le falta tanto hablar de lo que está pasando, ya es un perfil muy literario; aquí hemos visto que hay temas de los que hay que hablar, con los jóvenes, hay muchas temáticas que se deben tocar pero siempre desde el lado cultural”. De ahí que entre los invitados al encuentro que este año cuenta con un presupuesto que “no llega al millón de dólares, contando los cinco días, el traslado de todos los autores y los 70 eventos” -señaló la directora- congregará a narradores y periodistas muy relacionados con el tema de la violencia y la guerra, entre ellos Élmer Mendoza, Paco Ignacio Taibo II, Jon Lee Anderson y Lidya Cacho. “El año pasado pensamos que muchos escritores no iban a venir, pero las autoridades de Veracruz redoblaron la seguridad y realmente vinieron casi todos y los que no vinieron fueron por otros motivos. México es un país con una tradición cultural fabulosa, tiene muchísimas cosas positivas, en estos últimos años está pasando por un tema de violencia, algunos escritores preguntan, nosotros les damos las garantías de seguridad dentro de lo que es Veracruz; realmente la palabra y la conversación tienen que seguir, ellos lo saben, vienen, saben que hemos estado en países como Líbano y Colombia”. Con el tema de la violencia, pero también de la migración, de los reporteros de guerra con y ante todo de la literatura pura dirigida a la población estudiantil, Xalapa se vestirá de arte y cultura durante cinco días en un encuentro al que también acuden, además de los Premios Nobel, los escritores Enrique Vila-Matas, Marcos Giralt Torrente, Evelio Rosero, Alan Pauls, Tishani Doshi, Lila Azam Zanganeh, Janne Teller, Joao Paulo Cuenca, Susie Orbach, Michael Nyman, Peter Godwin, Santiago Ganboa, Jeannette Winsterson y Guillermo Fadanelli.
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Hilarantes engaños puestos en práctica por legendarios estafadores
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n factor en común entre los centenares de estafadores más legendarios de la historia ha sido el gran ingenio, habilidad y la privilegiada mente con la que han perpetrado cada una de sus fechorías. Allá donde ha habido un ingenuo ha aparecido alguien que ha tratado de aprovechar la ocasión de sacar beneficio y muchísimos son los casos que, a lo largo de la historia, han llenado miles de páginas de sucesos hilarantes protagonizados por una estirpe de personas nacidas para engañar de una forma magistral. Dejando de lado las multimillonarias estafas bancarias que todos hemos podido ver que se han producido en los últimos tiempos, pretendemos traer unos pocos ejemplos de esos timos que se han convertido en toda una leyenda y que han colocado a sus autores en lo más alto del pedestal de los legendarios estafadores. No hace demasiado tiempo os hablaba de la habilidad y sangre fría de Wilhelm Voigt, un tipo que, la mañana del 16 de octubre de 1906, fue capaz de vestirse con un uniforme de capitán del ejército prusiano, que había comprado de segunda mano, y convencer a un pelotón de soldados para entrar en la casa consistorial, hacer detener a los responsables políticos y llevarse de la tesorería los 4.000 marcos que allí había. Pero no todos los golpes han sido para 'sustraer' una cantidad importante de dinero. Otros han utilizado su don para convencer a otros y conseguir venderles lo invendible: desde la Torre Eiffel hasta la Casa Blanca, pasando por el Puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad. Claro ejemplo de ello lo encontramos en un habilidoso estafador de origen austrohúngaro llamado Victor Lusting, quien en 1925 reunió en un lujoso hotel de Paris a cinco importantes hombres de negocios haciéndose pasar por un representante del gobierno francés y les convenció de la angustiante situación económica del país y cómo habían decidido deshacerse del más importante de sus símbolos, debido al cuantioso coste de mantenimiento que tenía y les ofreció poder comprar a precio de chatarra la Torre Eiffel cuando ésta fuese desmontada en breve. Por inaudito que parezca, André Poisson, uno de los inversores presentes en la reunión, sí
estuvo interesado en comprar la chatarra del prestigioso monumento y al día siguiente se presentó con un maletín repleto de francos franceses. Pero este no fue el único golpe magistral de Victor Lusting, ya que unos años después (tras viajar hasta Estados Unidos), fue capaz de engañar al mismísimo Al Capone. La estafa al famoso gánster fue muy sencilla pero efectiva. Se presentó frente a éste y lo convenció de que se trataba de un importante inversor que podría conseguirle una cuantiosa suma de dinero con una inversión de 50.000 dólares. Al Capone confió en el supuesto inversor y Lusting guardo el dinero durante dos meses, transcurrido este tiempo se presentó frente al gánster y le devolvió todo el dinero con el argumento de que
Otros han utilizado su don para convencer a otros y conseguir venderles lo invendible. la inversión podría fracasar y ante la posibilidad de que perdiese parte del dinero prefería devolvérselo íntegramente. Este acto conmovió a Capone que le regaló 5.000 dólares por su honradez. Otro estafador, que es frecuentemente mencionado cuando se realiza algún ranking de las estafas más famosas, es George C. Parker, quien a lo largo de cuatro décadas se dedicó a vender el famoso Puente de Brooklyn a todo aquel incauto que encontraba. Tantas veces que incluso había semanas que lo había vendido hasta en un par de ocasiones. Su modus operandi era muy sencillo… Se colocaba en uno de los extremos del puente y charlaba con el primer tipo que se encontraba con aspecto de tener una buena suma en el banco. Le explicaba el relato de que era el arquitecto responsable del puente y que por problemas económicos debía venderlo, mientras convencía al incauto de que podía recuperar el dinero invertido en la compra poniendo un peaje y cobrando por el paso de peatones y automóviles de un lado al otro. Muchos fueron los que cayeron en la trampa de Parker y le adelantaron unos cientos de dólares hasta que se formalizase la compra-venta unos días después. Pero también los hubo que el ansia por
Artículo 3 Por Alfred Lopez
querer sacar rápidamente rentabilidad a la inversión, antes de darse cuenta de que habían sido estafados, les hizo ir muy deprisa y fueron detenidos por la policía al llevar a unos operarios dispuestos a poner una caseta y la barrera del peaje en los extremos del puente. Pero no solo de vender monumentos insignes se han nutrido los expertos en engañar al prójimo, ya que las estafas piramidales también han contribuido a llenar muchas páginas de periódicos. La pionera en ese tipo de fraude la encontramos en la España del siglo XIX y se trata de Baldomera Larra, hija del famoso escritor Mariano José de Larra y que diseñó un floreciente negocio de prestamismo de forma piramidal que le reportó unos beneficios millonarios (teniendo en cuenta la época). Hacia la misma época, pero al otro lado del atlántico, Philip Arnold y su primo John Slack idearon una estafa que les salió perfecta, la cual consistió en comprar unas cuantas gemas (diamantes aún sin pulir) y las enterraron en un terreno que habían adquirido previamente en Wyoming a un precio irrisorio. Era 1872 y el país estaba enloquecido en plena fiebre del oro, lo que llevó a que las víctimas cayesen rápidamente en la trampa, que consistió en enseñar el terreno y demostrar que estaba plagado de gemas. Sacaron aquellas que habían enterrado y junto al posible comprador las llevaron a tasar, dando fe el experto de que se trataba de verdaderas piedras preciosas. El plan salió redondo y la venta del terreno les proporcionó 660.000 dólares que recibieron en metálico por parte de un grupo de inversores y banqueros interesados en entrar en el negocio de los diamantes. Pero al igual que existen legendarios estafadores que pasaran a la historia por sus planes perfectamente confeccionados, también nos podemos encontrar con historias de otros de los que no existe evidencia alguna de su existencia real, pero que aparecen en multitud de listados en los que se explican sus engaños. Este es el caso de Arthur Furguson, a quien le atribuyen la venta del Big Ben, la Columna de Lord Nelson de Trafalgar Square, el Palacio de Buckingham, la Casa Blanca y hasta la mismísima Estatua de la Libertad. Pero a pesar de lo mucho que se ha escrito sobre Furguson y sus estafas, ningún historiador ha podido demostrar ningún documento que acredite que realmente existió y cometió dichas fechorías.
4 Entrevista
A Quino podemos hacerlo Con la montera puesta Quino no es Manolito. Ni Mafalda. Ni Libertad. Sino que tiene partes de todos los personajes de su tira más famosa. Hasta de Susanita porque, como ha contado más de una vez, es un fanático de los chistes. Para demostrar que también tiene algo de Miguelito, siempre recuerda cuando vivían en una pensión con Julián Delgado y de pronto le preguntó: “¿Cuánto pesa un árbol?”. “Por qué no te vas a la puta que te parió”, fue la indignada respuesta de su amigo, harto de semejantes delirios. Amigo del alma de Quino, con Julián se dejaron de hablar luego de una disputa sobre los primeros originales de Mafalda. “A los seis meses de publicar la tira en Primera Plana, me la pidió un diario de Bahía Blanca. Entonces fui a hablar con Julián, que era el secretario de redacción, y me dijo que los originales eran de la revista, no míos. ¡Mi amigo de toda la vida me dijo eso! Fue un dolor enorme. Así que fui al archivo, le pregunté al cadete si tenía mis originales y él me los dio... ¡y por eso estos carajos lo echaron! Ahí fue cuando dejé Primera Plana”. ¿Los sigue teniendo? -Casi todos. Pero el tomo siete de Mafalda se perdió todo. Un cadete se lo olvidó en un taxi. Y desde entonces nunca han reaparecido. ¿Dónde estaba la pensión en la que vivían con Julián? -En avenida Forest al 1400 o 1600, creo. No era una pensión, sino la casa de una señora que alquilaba dos piezas. Después que se fue Julián, llegó Rodolfo Walsh. ¿Se hablaban con Walsh, eran amigos? -Hablar teníamos que hablar, porque para salir de su pieza tenía que pasar por la mía. A mí Rodolfo me costaba mucho, así que amigos no éramos. Pero cuando él alquilaba la casa en el Tigre, allá fuimos. Sacaba un arma y tirábamos al blanco. ¿Mafalda significó la tranquilidad del trabajo fijo? -No, porque el trabajo fijo ya lo tenía antes con las páginas de humor. Antes de Mafalda llevaba unos once años publicando, así que estaba tranquilo con eso... Y continuó con esas páginas mientras hacía Mafalda... -Sí, era una locura. Pregúntenle a Alicia, nunca sabíamos cuándo podíamos salir de vacaciones. Yo siempre viví obsesionado con la entrega. Hasta el sexo conocí muy tarde por la puta obsesión de ser dibujante y publicar... Ser dibujante es una renuncia a vivir. Aunque ahora debe ser más fácil. -Bueno, ahora los chicos hacen sus blogs. Publican ahí sus ideas y no los jode nadie. Bah, tampoco les paga nadie. Antes dependías de que una revista te aceptara, y no era que te salvabas. Todas las semanas rendías examen. -Con las primeras páginas que publiqué, metí la pata. Dibujé un torero que había matado a un toro y estaba con la montera puesta. Un lector mandó una carta tratándome de bruto, cómo no sabía que el torero dedica el toro a alguien antes de matarlo y le arroja la montera. Eso me marcó. Por eso después me transformé en un obsesivo de la documentación. Es que el lector cuando se ensaña puede ser tremendo. Te está diciendo sos un bruto, te voy a seguir con la lupa. -Yo creo que Oski era el más documentado de todos... Pero no hacía chistes para el gran público... -Tenía Amarroto... Pero no necesitaba documentación para eso, eran cuatro personajes, un delirio. En cambio, usted es un dibujante casi realista. No hay otro caso. Después vino la escuela de Crist
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por Martín Pérez
y Fontanarrosa, que se cagaron en todo. No se documentan nada, no les importa si el arma que dibujan puede funcionar o no... -Pero Crist de armas algo conoce... Yo no sé si funcionan sus armas, eh. En Oski funcionan, en Mordillo también, en Quino funciona todo. Pero en Fontanarrosa no funciona nada..., ¡ni un vaso funciona! -Recuerdo que para dibujar una máquina de cortar fiambres me iba a verla al almacén. No me salía, y Crist me decía que la inventara. Pero le intentaba explicar que no tengo imaginación para inventar eso. Los que tenían la manía de la documentación eran los dibujantes de historieta realista. Por ejemplo, Pratt se documentaba... -Pratt tenía una mina que le dibujaba las locomotoras. Se llamaba Gisela Dexter. -Era una minifaldera. ¿Conoció a Pratt y sus legendarias borracheras? -A Pratt lo conocí, pero esa clase de noches las tuve con Jaime Dávalos, por el lado del folklore. Después de que hacía mi entrega en Democracia, que estaba en el edificio Atlas, al lado del Bajo, terminábamos en un bar que había en Córdoba y Reconquista. ¿Por qué Dávalos? ¿Venía por el lado de Brascó, que era amigo de Ariel Ramírez? -Claro, vivía en una casa donde había varios dibujantes, como uno que se llamaba Benicio Núñez. Era un tipazo, un indio con una edad incalculable, que una vez lo despertó a Juan Fresán mintiendo: “¡Se murió Picasso, ya podemos estar tranquilos!”. ¿Qué hacían con Dávalos? ¿Chupar y mirar minas? ¿Escuchar folklore? -Claro. Y también aparecían estos poetas salteños... ¿El Cuchi Leguizamón no aparecía? -No, pero me hubiese gustado, porque me gustaba mucho lo que hacía. El que aparecía era Tejada Gómez, esa gente. ¿Lo que sería el folklore de proyección? -No, esos vinieron después. Son los que asfaltaron el Camino del Indio, como dijo Ata-
hualpa Yupanqui. ¿Y a Yupanqui no lo conoció? -Lo conocí, pero en París. Como el chiste de Crist, el de un gaucho con una guitarra que anuncia: “Voy a hacer una cosa de don Atahualpa, irme de la Argentina”. Mirando para afuera penas pudo, Quino dejó las revistas de humor y pasó a publicar sus chistes en revistas de actualidad. Algo que confiesa haber elegido, porque -calcula- su humor siempre tuvo poco que ver con lo que se estaba haciendo en la Argentina. “Se hacían chistes sobre las suegras y la oficina, cosas que en Mendoza no había. Bueno, gente que trabajaba en oficinas siempre hubo, pero yo no frecuentaba ese mundo. Mi padre trabajaba en una tienda que se llamaba A la Ciudad de Buenos Aires. Cada piso tenía un rubro, y mi papá era el jefe del bazar”, recuerda Quino, el humorista que quiso ser humorista leyendo a los dibujantes de las revistas extranjeras que le llegaban a su tío Joaquín. “Quino es un renovador del humor argentino”, apunta Rep. “Mientras dibujantes como Calé miraban solo hacia adentro, él miraba hacia afuera.” -Calé siempre me decía eso: “Pibe, vos siempre estás en la vereda de enfrente. ¿Qué tiene que ver lo que vos hacés con la Argentina?”. Le hubiese dicho lo mismo a Copi. -Copi era más joven, pero era mucho más culto que yo. Yo lo veía como un revolucionario estético, con su mujer sentada. Era un distinto. Ser homosexual, además, en esa época... ¿Como llevaba esa homosexualidad? ¿Hablaban abiertamente de eso o lo ocultaban? -¿Vos sabés que no me acuerdo? Uno sabía que Copi era homosexual, pero nadie hablaba de eso. Era como ser judío entonces, nadie se hacía esos planteos, no importaba demasiado. ¿No importaba ser homosexual? -Copi nunca se preocupó por serlo, y además no era un tabú. ¿Y usted qué pensaba? -Qué sé yo, viniendo de familia andaluza
no era para escandalizarse o andar descubriendo la pólvora. Todos sabíamos de García Lorca y Manuel de Molina. Mi padre amaba a Manuel de Molina. ¿Cuándo se conocen con Copi? -En Tía Vicenta, donde también publicaba otro distinto como Kalondi, que era un petardista del carajo. Una vez me preguntó qué me había parecido la exposición de Fulanito, y yo le dije
"Hice una tira que no me gustaba nada, que después mirándola no te das cuenta si es mejor o peor que otras. Pero en el momento la entregué con mucha vergüenza. Porque uno a veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada." ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? "Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso." que me había gustado mucho. “¿No le vas a encontrar ningún defecto?”, se quejó. Era demasiado sincero. -Sí, y además vivía con la culpa de que su viejo tenía guita... Mientras usted peleaba el mango. -Sí yo publicaba entonces en seis revistas al mismo tiempo. La locura de siempre. Siempre dijo que tenía miedo de que alguna vez no se le ocurriese nada... -Es un terror que uno siempre tiene. Lo más angustioso que me acuerdo fue una vez que nos fuimos de vacaciones al Uruguay, a La Palo-
ma. Tenía que mandar Mafalda a Siete Días, y no se me ocurría nada. Pasé una angustia espantosa esos días ahí. ¿Cómo lo solucionó? -Hice una tira que no me gustaba nada, que después mirándola no te das cuenta si es mejor o peor que otras. Pero en el momento la entregué con mucha vergüenza. Porque uno a veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada. ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? -Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso. Los cuadros oscuros Ni religión, ni política, ni sexo. Esa fue la censura que Quino sufrió desde el comienzo de su carrera, la misma de todos sus colegas. Al menos en las revistas de humor. “Yo hice una página contra Franco en Tía Vicenta que me alegré mucho cuando salió”, recuerda. “Eran cinco dibujos, de la época en que el slogan de Franco era ‘Caudillo de España por la gracia de Dios’. Y en uno de los dibujos aparecía un hombre mirando el afiche en la calle, y decía: ‘Señor, ¿no te parece que, como gracia, ya está bueno?’. Landrú me lo publicó, pero eso era una rareza”. Sin embargo, el huir de las revistas de humor hacia las de actualidad no significó que desaparecieran todas las barreras. Quino recuerda el nombre de Jorge Urbano, un director interino de Panorama, al que lo inquietó una página en la que pasaba desfilando una banda militar, y después pasaba silbando un caballo de los de la banda. “Me dijo que esa página no se podía publicar, porque los militares no sé qué”, explica Quino, que también asegura haber sufrido la censura en Siete Días, cuando mandaba sus dibujos desde Italia. “Cuando tocaba temas de sexo, yo veía que no salían”. El problema con la censura, cuenta, era que no estaba claro qué se podía hacer y qué no. “En Brasil por lo menos había censores”, cuenta. “Ziraldo me mostró una vez cómo le devolvían
4 Entrevista
A Quino podemos hacerlo Con la montera puesta Quino no es Manolito. Ni Mafalda. Ni Libertad. Sino que tiene partes de todos los personajes de su tira más famosa. Hasta de Susanita porque, como ha contado más de una vez, es un fanático de los chistes. Para demostrar que también tiene algo de Miguelito, siempre recuerda cuando vivían en una pensión con Julián Delgado y de pronto le preguntó: “¿Cuánto pesa un árbol?”. “Por qué no te vas a la puta que te parió”, fue la indignada respuesta de su amigo, harto de semejantes delirios. Amigo del alma de Quino, con Julián se dejaron de hablar luego de una disputa sobre los primeros originales de Mafalda. “A los seis meses de publicar la tira en Primera Plana, me la pidió un diario de Bahía Blanca. Entonces fui a hablar con Julián, que era el secretario de redacción, y me dijo que los originales eran de la revista, no míos. ¡Mi amigo de toda la vida me dijo eso! Fue un dolor enorme. Así que fui al archivo, le pregunté al cadete si tenía mis originales y él me los dio... ¡y por eso estos carajos lo echaron! Ahí fue cuando dejé Primera Plana”. ¿Los sigue teniendo? -Casi todos. Pero el tomo siete de Mafalda se perdió todo. Un cadete se lo olvidó en un taxi. Y desde entonces nunca han reaparecido. ¿Dónde estaba la pensión en la que vivían con Julián? -En avenida Forest al 1400 o 1600, creo. No era una pensión, sino la casa de una señora que alquilaba dos piezas. Después que se fue Julián, llegó Rodolfo Walsh. ¿Se hablaban con Walsh, eran amigos? -Hablar teníamos que hablar, porque para salir de su pieza tenía que pasar por la mía. A mí Rodolfo me costaba mucho, así que amigos no éramos. Pero cuando él alquilaba la casa en el Tigre, allá fuimos. Sacaba un arma y tirábamos al blanco. ¿Mafalda significó la tranquilidad del trabajo fijo? -No, porque el trabajo fijo ya lo tenía antes con las páginas de humor. Antes de Mafalda llevaba unos once años publicando, así que estaba tranquilo con eso... Y continuó con esas páginas mientras hacía Mafalda... -Sí, era una locura. Pregúntenle a Alicia, nunca sabíamos cuándo podíamos salir de vacaciones. Yo siempre viví obsesionado con la entrega. Hasta el sexo conocí muy tarde por la puta obsesión de ser dibujante y publicar... Ser dibujante es una renuncia a vivir. Aunque ahora debe ser más fácil. -Bueno, ahora los chicos hacen sus blogs. Publican ahí sus ideas y no los jode nadie. Bah, tampoco les paga nadie. Antes dependías de que una revista te aceptara, y no era que te salvabas. Todas las semanas rendías examen. -Con las primeras páginas que publiqué, metí la pata. Dibujé un torero que había matado a un toro y estaba con la montera puesta. Un lector mandó una carta tratándome de bruto, cómo no sabía que el torero dedica el toro a alguien antes de matarlo y le arroja la montera. Eso me marcó. Por eso después me transformé en un obsesivo de la documentación. Es que el lector cuando se ensaña puede ser tremendo. Te está diciendo sos un bruto, te voy a seguir con la lupa. -Yo creo que Oski era el más documentado de todos... Pero no hacía chistes para el gran público... -Tenía Amarroto... Pero no necesitaba documentación para eso, eran cuatro personajes, un delirio. En cambio, usted es un dibujante casi realista. No hay otro caso. Después vino la escuela de Crist
>LA PRENSA Domingo 2 de septiembre de 2012 / Reynosa, Tam.
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por Martín Pérez
y Fontanarrosa, que se cagaron en todo. No se documentan nada, no les importa si el arma que dibujan puede funcionar o no... -Pero Crist de armas algo conoce... Yo no sé si funcionan sus armas, eh. En Oski funcionan, en Mordillo también, en Quino funciona todo. Pero en Fontanarrosa no funciona nada..., ¡ni un vaso funciona! -Recuerdo que para dibujar una máquina de cortar fiambres me iba a verla al almacén. No me salía, y Crist me decía que la inventara. Pero le intentaba explicar que no tengo imaginación para inventar eso. Los que tenían la manía de la documentación eran los dibujantes de historieta realista. Por ejemplo, Pratt se documentaba... -Pratt tenía una mina que le dibujaba las locomotoras. Se llamaba Gisela Dexter. -Era una minifaldera. ¿Conoció a Pratt y sus legendarias borracheras? -A Pratt lo conocí, pero esa clase de noches las tuve con Jaime Dávalos, por el lado del folklore. Después de que hacía mi entrega en Democracia, que estaba en el edificio Atlas, al lado del Bajo, terminábamos en un bar que había en Córdoba y Reconquista. ¿Por qué Dávalos? ¿Venía por el lado de Brascó, que era amigo de Ariel Ramírez? -Claro, vivía en una casa donde había varios dibujantes, como uno que se llamaba Benicio Núñez. Era un tipazo, un indio con una edad incalculable, que una vez lo despertó a Juan Fresán mintiendo: “¡Se murió Picasso, ya podemos estar tranquilos!”. ¿Qué hacían con Dávalos? ¿Chupar y mirar minas? ¿Escuchar folklore? -Claro. Y también aparecían estos poetas salteños... ¿El Cuchi Leguizamón no aparecía? -No, pero me hubiese gustado, porque me gustaba mucho lo que hacía. El que aparecía era Tejada Gómez, esa gente. ¿Lo que sería el folklore de proyección? -No, esos vinieron después. Son los que asfaltaron el Camino del Indio, como dijo Ata-
hualpa Yupanqui. ¿Y a Yupanqui no lo conoció? -Lo conocí, pero en París. Como el chiste de Crist, el de un gaucho con una guitarra que anuncia: “Voy a hacer una cosa de don Atahualpa, irme de la Argentina”. Mirando para afuera penas pudo, Quino dejó las revistas de humor y pasó a publicar sus chistes en revistas de actualidad. Algo que confiesa haber elegido, porque -calcula- su humor siempre tuvo poco que ver con lo que se estaba haciendo en la Argentina. “Se hacían chistes sobre las suegras y la oficina, cosas que en Mendoza no había. Bueno, gente que trabajaba en oficinas siempre hubo, pero yo no frecuentaba ese mundo. Mi padre trabajaba en una tienda que se llamaba A la Ciudad de Buenos Aires. Cada piso tenía un rubro, y mi papá era el jefe del bazar”, recuerda Quino, el humorista que quiso ser humorista leyendo a los dibujantes de las revistas extranjeras que le llegaban a su tío Joaquín. “Quino es un renovador del humor argentino”, apunta Rep. “Mientras dibujantes como Calé miraban solo hacia adentro, él miraba hacia afuera.” -Calé siempre me decía eso: “Pibe, vos siempre estás en la vereda de enfrente. ¿Qué tiene que ver lo que vos hacés con la Argentina?”. Le hubiese dicho lo mismo a Copi. -Copi era más joven, pero era mucho más culto que yo. Yo lo veía como un revolucionario estético, con su mujer sentada. Era un distinto. Ser homosexual, además, en esa época... ¿Como llevaba esa homosexualidad? ¿Hablaban abiertamente de eso o lo ocultaban? -¿Vos sabés que no me acuerdo? Uno sabía que Copi era homosexual, pero nadie hablaba de eso. Era como ser judío entonces, nadie se hacía esos planteos, no importaba demasiado. ¿No importaba ser homosexual? -Copi nunca se preocupó por serlo, y además no era un tabú. ¿Y usted qué pensaba? -Qué sé yo, viniendo de familia andaluza
no era para escandalizarse o andar descubriendo la pólvora. Todos sabíamos de García Lorca y Manuel de Molina. Mi padre amaba a Manuel de Molina. ¿Cuándo se conocen con Copi? -En Tía Vicenta, donde también publicaba otro distinto como Kalondi, que era un petardista del carajo. Una vez me preguntó qué me había parecido la exposición de Fulanito, y yo le dije
"Hice una tira que no me gustaba nada, que después mirándola no te das cuenta si es mejor o peor que otras. Pero en el momento la entregué con mucha vergüenza. Porque uno a veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada." ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? "Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso." que me había gustado mucho. “¿No le vas a encontrar ningún defecto?”, se quejó. Era demasiado sincero. -Sí, y además vivía con la culpa de que su viejo tenía guita... Mientras usted peleaba el mango. -Sí yo publicaba entonces en seis revistas al mismo tiempo. La locura de siempre. Siempre dijo que tenía miedo de que alguna vez no se le ocurriese nada... -Es un terror que uno siempre tiene. Lo más angustioso que me acuerdo fue una vez que nos fuimos de vacaciones al Uruguay, a La Palo-
ma. Tenía que mandar Mafalda a Siete Días, y no se me ocurría nada. Pasé una angustia espantosa esos días ahí. ¿Cómo lo solucionó? -Hice una tira que no me gustaba nada, que después mirándola no te das cuenta si es mejor o peor que otras. Pero en el momento la entregué con mucha vergüenza. Porque uno a veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada. ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? -Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso. Los cuadros oscuros Ni religión, ni política, ni sexo. Esa fue la censura que Quino sufrió desde el comienzo de su carrera, la misma de todos sus colegas. Al menos en las revistas de humor. “Yo hice una página contra Franco en Tía Vicenta que me alegré mucho cuando salió”, recuerda. “Eran cinco dibujos, de la época en que el slogan de Franco era ‘Caudillo de España por la gracia de Dios’. Y en uno de los dibujos aparecía un hombre mirando el afiche en la calle, y decía: ‘Señor, ¿no te parece que, como gracia, ya está bueno?’. Landrú me lo publicó, pero eso era una rareza”. Sin embargo, el huir de las revistas de humor hacia las de actualidad no significó que desaparecieran todas las barreras. Quino recuerda el nombre de Jorge Urbano, un director interino de Panorama, al que lo inquietó una página en la que pasaba desfilando una banda militar, y después pasaba silbando un caballo de los de la banda. “Me dijo que esa página no se podía publicar, porque los militares no sé qué”, explica Quino, que también asegura haber sufrido la censura en Siete Días, cuando mandaba sus dibujos desde Italia. “Cuando tocaba temas de sexo, yo veía que no salían”. El problema con la censura, cuenta, era que no estaba claro qué se podía hacer y qué no. “En Brasil por lo menos había censores”, cuenta. “Ziraldo me mostró una vez cómo le devolvían
6 Entrevista
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veces entrega con vergüenza. Y otras veces uno tiene una idea con la que se entusiasma, y está esperando que salga para ver qué te dicen los amigos, y nadie te dice nada de nada. ¿Cuál fue esa Mafalda que entregó con vergüenza? -Una en que Manolito descubre que los ratones le están comiendo un queso. Los cuadros oscuros Ni religión, ni política, ni sexo. Esa fue la censura que Quino sufrió desde el comienzo de su carrera, la misma de todos sus colegas. Al menos en las revistas de humor. “Yo hice una página contra Franco en Tía Vicenta que me alegré mucho cuando salió”, recuerda. “Eran cinco dibujos, de la época en que el slogan de Franco era ‘Caudillo de España por la gracia de Dios’. Y en uno de los dibujos aparecía un hombre mirando el afiche en la calle, y decía: ‘Señor, ¿no te parece que, como gracia, ya está bueno?’. Landrú me lo publicó, pero eso era una rareza”. Sin embargo, el huir de las revistas de humor hacia las de actualidad no significó que desaparecieran todas las barreras. Quino recuerda el nombre de Jorge Urbano, un director interino de Panorama, al que lo inquietó una página en la que pasaba desfilando una banda militar, y después pasaba silbando un caballo de los de la banda. “Me dijo que esa página no se podía publicar, porque los militares no sé qué”, explica Quino, que también asegura haber sufrido la censura en Siete Días, cuando mandaba sus dibujos desde Italia. “Cuando tocaba temas de sexo, yo veía que no salían”. El problema con la censura, cuenta, era que no estaba claro qué se podía hacer y qué no. “En Brasil por lo menos había censores”, cuenta. “Ziraldo me mostró una vez cómo le devolvían los chistes que mandaba, con una cruz roja encima prohibiéndolos. Pero acá nadie te decía nada. Así que uno se autocensuraba, porque si no te lo van a publicar, para qué lo vas a dibujar”. Lo peor de todo lo que alguna vez sucedió con sus dibujos, cuenta Quino, llegó después de que hubiese abandonado Argentina, huyendo de la violencia de los años ’70. “Yo me fui en marzo del ’76. En junio mataron a cinco curas palotinos, y dejaron encima de sus cuerpos el poster del palito de abollar ideologías. Cuando vi por primera vez esas fotos publicadas mucho después de que se hubiesen ido los militares, creo que en Página/12, fue algo que me impresionó muchísimo”. Es horrible que sus dibujos estén asociados a una muerte de ese tipo. -No fue la única vez. También sucedió luego del asalto de un banco por parte de la FAL, en el que murió un policía. Tiraron como volante una página mía que había salido en Primera Plana, en la que aparecía un tablero de ajedrez en el que las piezas eran personajes humanos. De un lado había obreros y del otro los ricos, y aunque los obreros eran más el texto decía: “Juegan las negras y hacen mate cuando les da la gana”. Problemas de tenor Cuando dibujaba regularmente sus chistes, Quino podía llegar a cargar con una idea durante años. La guardaba sabiendo que servía,
Soyinka y Le Clézio, en el Hay Festival
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De EL UNIVERSAL
os premios Nobel de Literatura Wole Soyinka y Jean Marie Le Clézio encabezan el programa del Hay Festival en México de este año; ésto sin olvidar que el encuentro cultural que se realizará del 3 al 7 de octubre en Xalapa rendirá un homenaje al escritor Carlos Fuentes -fallecido el pasado 15 de mayo- con la celebración de la Cátedra Interamericana que lleva su nombre, de la Universidad Veracruzana, en la que participarán Sergio Pitol, Adolfo Castañón y Alberto Manguel. El festival que se realiza por tercera ocasión en México -desde el año pasado en Xalapa y antes en Zacatecas- ya comienza a tener un perfil muy mexicano respecto a los otros Hay Festival que se organizan en Cartagena, Segovia, Gales, Beirut, Kerala y Budapest; es un festival que habla de literatura, música, teatro y arte, pero sin dejar de ver la realidad social del país. Cristina Fuentes La Roche, directora del Hay Festival para América Latina, dijo en entrevista, que en México hay que hablar de lo que está pasando, de la violencia y la migración. “Por ejemplo, en Colombia ya no le falta tanto hablar de lo que está pasando, ya es un perfil muy literario; aquí hemos visto que hay temas de los que hay que hablar, con los jóvenes, hay muchas temáticas que se deben tocar pero siempre desde el lado cultural”. De ahí que entre los invitados al encuentro que este año cuenta con un presupuesto que “no llega al millón de dólares, contando los cinco días, el traslado de todos los autores y los 70 eventos” -señaló la directora- congregará a narradores y periodistas muy relacionados con el tema de la violencia y la guerra, entre ellos Élmer Mendoza, Paco Ignacio Taibo II, Jon Lee Anderson y Lidya Cacho. “El año pasado pensamos que muchos escritores no iban a venir, pero las autoridades de Veracruz redoblaron la seguridad y realmente vinieron casi todos y los que no vinieron fueron por otros motivos. México es un país con una tradición cultural fabulosa, tiene muchísimas cosas positivas, en estos últimos años está pasando por un tema de violencia, algunos escritores preguntan, nosotros les damos las garantías de seguridad dentro de lo que es Veracruz; realmente la palabra y la conversación tienen que seguir, ellos lo saben, vienen, saben que hemos estado en países como Líbano y Colombia”. Con el tema de la violencia, pero también de la migración, de los reporteros de guerra con y ante todo de la literatura pura dirigida a la población estudiantil, Xalapa se vestirá de arte y cultura durante cinco días en un encuentro al que también acuden, además de los Premios Nobel, los escritores Enrique Vila-Matas, Marcos Giralt Torrente, Evelio Rosero, Alan Pauls, Tishani Doshi, Lila Azam Zanganeh, Janne Teller, Joao Paulo Cuenca, Susie Orbach, Michael Nyman, Peter Godwin, Santiago Ganboa, Jeannette Winsterson y Guillermo Fadanelli.
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Hilarantes engaños puestos en práctica por legendarios estafadores
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n factor en común entre los centenares de estafadores más legendarios de la historia ha sido el gran ingenio, habilidad y la privilegiada mente con la que han perpetrado cada una de sus fechorías. Allá donde ha habido un ingenuo ha aparecido alguien que ha tratado de aprovechar la ocasión de sacar beneficio y muchísimos son los casos que, a lo largo de la historia, han llenado miles de páginas de sucesos hilarantes protagonizados por una estirpe de personas nacidas para engañar de una forma magistral. Dejando de lado las multimillonarias estafas bancarias que todos hemos podido ver que se han producido en los últimos tiempos, pretendemos traer unos pocos ejemplos de esos timos que se han convertido en toda una leyenda y que han colocado a sus autores en lo más alto del pedestal de los legendarios estafadores. No hace demasiado tiempo os hablaba de la habilidad y sangre fría de Wilhelm Voigt, un tipo que, la mañana del 16 de octubre de 1906, fue capaz de vestirse con un uniforme de capitán del ejército prusiano, que había comprado de segunda mano, y convencer a un pelotón de soldados para entrar en la casa consistorial, hacer detener a los responsables políticos y llevarse de la tesorería los 4.000 marcos que allí había. Pero no todos los golpes han sido para 'sustraer' una cantidad importante de dinero. Otros han utilizado su don para convencer a otros y conseguir venderles lo invendible: desde la Torre Eiffel hasta la Casa Blanca, pasando por el Puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad. Claro ejemplo de ello lo encontramos en un habilidoso estafador de origen austrohúngaro llamado Victor Lusting, quien en 1925 reunió en un lujoso hotel de Paris a cinco importantes hombres de negocios haciéndose pasar por un representante del gobierno francés y les convenció de la angustiante situación económica del país y cómo habían decidido deshacerse del más importante de sus símbolos, debido al cuantioso coste de mantenimiento que tenía y les ofreció poder comprar a precio de chatarra la Torre Eiffel cuando ésta fuese desmontada en breve. Por inaudito que parezca, André Poisson, uno de los inversores presentes en la reunión, sí
estuvo interesado en comprar la chatarra del prestigioso monumento y al día siguiente se presentó con un maletín repleto de francos franceses. Pero este no fue el único golpe magistral de Victor Lusting, ya que unos años después (tras viajar hasta Estados Unidos), fue capaz de engañar al mismísimo Al Capone. La estafa al famoso gánster fue muy sencilla pero efectiva. Se presentó frente a éste y lo convenció de que se trataba de un importante inversor que podría conseguirle una cuantiosa suma de dinero con una inversión de 50.000 dólares. Al Capone confió en el supuesto inversor y Lusting guardo el dinero durante dos meses, transcurrido este tiempo se presentó frente al gánster y le devolvió todo el dinero con el argumento de que
Otros han utilizado su don para convencer a otros y conseguir venderles lo invendible. la inversión podría fracasar y ante la posibilidad de que perdiese parte del dinero prefería devolvérselo íntegramente. Este acto conmovió a Capone que le regaló 5.000 dólares por su honradez. Otro estafador, que es frecuentemente mencionado cuando se realiza algún ranking de las estafas más famosas, es George C. Parker, quien a lo largo de cuatro décadas se dedicó a vender el famoso Puente de Brooklyn a todo aquel incauto que encontraba. Tantas veces que incluso había semanas que lo había vendido hasta en un par de ocasiones. Su modus operandi era muy sencillo… Se colocaba en uno de los extremos del puente y charlaba con el primer tipo que se encontraba con aspecto de tener una buena suma en el banco. Le explicaba el relato de que era el arquitecto responsable del puente y que por problemas económicos debía venderlo, mientras convencía al incauto de que podía recuperar el dinero invertido en la compra poniendo un peaje y cobrando por el paso de peatones y automóviles de un lado al otro. Muchos fueron los que cayeron en la trampa de Parker y le adelantaron unos cientos de dólares hasta que se formalizase la compra-venta unos días después. Pero también los hubo que el ansia por
Artículo 3 Por Alfred Lopez
querer sacar rápidamente rentabilidad a la inversión, antes de darse cuenta de que habían sido estafados, les hizo ir muy deprisa y fueron detenidos por la policía al llevar a unos operarios dispuestos a poner una caseta y la barrera del peaje en los extremos del puente. Pero no solo de vender monumentos insignes se han nutrido los expertos en engañar al prójimo, ya que las estafas piramidales también han contribuido a llenar muchas páginas de periódicos. La pionera en ese tipo de fraude la encontramos en la España del siglo XIX y se trata de Baldomera Larra, hija del famoso escritor Mariano José de Larra y que diseñó un floreciente negocio de prestamismo de forma piramidal que le reportó unos beneficios millonarios (teniendo en cuenta la época). Hacia la misma época, pero al otro lado del atlántico, Philip Arnold y su primo John Slack idearon una estafa que les salió perfecta, la cual consistió en comprar unas cuantas gemas (diamantes aún sin pulir) y las enterraron en un terreno que habían adquirido previamente en Wyoming a un precio irrisorio. Era 1872 y el país estaba enloquecido en plena fiebre del oro, lo que llevó a que las víctimas cayesen rápidamente en la trampa, que consistió en enseñar el terreno y demostrar que estaba plagado de gemas. Sacaron aquellas que habían enterrado y junto al posible comprador las llevaron a tasar, dando fe el experto de que se trataba de verdaderas piedras preciosas. El plan salió redondo y la venta del terreno les proporcionó 660.000 dólares que recibieron en metálico por parte de un grupo de inversores y banqueros interesados en entrar en el negocio de los diamantes. Pero al igual que existen legendarios estafadores que pasaran a la historia por sus planes perfectamente confeccionados, también nos podemos encontrar con historias de otros de los que no existe evidencia alguna de su existencia real, pero que aparecen en multitud de listados en los que se explican sus engaños. Este es el caso de Arthur Furguson, a quien le atribuyen la venta del Big Ben, la Columna de Lord Nelson de Trafalgar Square, el Palacio de Buckingham, la Casa Blanca y hasta la mismísima Estatua de la Libertad. Pero a pesar de lo mucho que se ha escrito sobre Furguson y sus estafas, ningún historiador ha podido demostrar ningún documento que acredite que realmente existió y cometió dichas fechorías.
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E
n d i c e De nuestra portada
Alfred Lopez
El pasado 26 de agosto se cumplieron 98 años del nacimiento del inolvidable Cortázar. Ahora lo celebramos con un fragmento de este texto que Monterroso escribiera hace ya una década pra el libro Pájaros de Hispanoamérica
escritor argentino Julio
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Hilarantes engaños puestos en práctica por legendarios estafadores
Martín Pérez
Soyinka y Le Clézio, en el Hay Festival
Notimex
Festejará MUNAL el centenario luctuoso de José María Velasco
• DIRECTORIO •
Lic. Felix Garza Elizondo Director General Mtra. Adriana Quintana Coordinación General Consejo Editorial MARTíN MENDO CANTÚ (†) OLGA FRESNILLO OLIVARES GRACIELA RAMOS DOMÍNGUEZ
por Augusto Monterroso
Nota 7
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Festejará MUNAL el centenario luctuoso de José María Velasco
I
Recibo un recordatorio de la Editorial Nueva Nicaragua acerca del libro-homenaje que prepara con el título de Queremos tanto a Julio, dedicado a Julio Cortázar y con testimonios de muchos escritores amipag. 4 gos a quienes se les ha pedido lo mismo. He enviado solo media cuartilla, aduciendo que el afecto no es cosa de muchas explicaciones. Otra cosa sería -señalo en ella- si el libro llevara por título Admiramos tanto a Julio o algo así, caso en el cual el número de páginas de mi contribución sería muy alto. Ya para mi obra, recuerdo el alboroto que en los años sesenta armó su novela Rayuela, cuando las jóvenes inquietas de ese tiempo pag. 6 se identificaron con el principal personaje femenino, la desconcertante Maga, y comenzaron a imitarla y a bañarse lo menos posible y a no doblar por la parte de abajo los tubos de dentífrico, como símbolo de rebeldía y liberación; y luego los cuentos de Julio, que eran espléndidos y que existían desde antes pero que gracias a Rayuela alcanzaron un público mucho mayor, y más tarde sus vueltas al día en ochenta mundos y, como si esto fuera poco, sus cronopios y sus famas; y uno observaba cómo, fascinados por las cosas que se veían en estos seres de una mitología que suponían al alcance de sus mentes, los políticos y hasta los economistas querían parecer cronopios y no solemnes, y lo único que lograban era parecer ridículos. De todo esto, y de sus hallazgos de estilo y del entusiasmo que despertó entre los escritores jóvenes, quienes a su vez se fueron con la finta y empezaron a escribir cuentos con mucho jazz y fiestas con mariguana y a creer que todo consistía en soltar las comas por aquí y por allá -sin advertir que detrás de la soltura y la aparente facilidad de la escritura de Cortázar había años de búsqueda y ejercicio literario-, hasta llegar al hallazgo de esas apostasías julianas que provisionalmente llamaré contemporáneas mejor que modernas; y sus encuentros de algo con que creó un modo y -hélas- una moda Cortázar, con su inevitable caudal de imitadores. Los años han pasado y bastante de la moda también, pero lo real cortazariano permanece como una de las grandes contribuciones a la modernidad, ahora sí, la modernidad, de nuestra literatura. La modernidad, ese espejismo de dos caras que solo se hace realidad cuando ha quedado atrás y siendo antiguo permanece.
A Quino podemos hacerlo
El Universal
d i t o r i a l
Julio Cortázar
Ferrocarril
Foto: José Marría Velazco
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Como complemento a la actividad se prevé una sesión de lecturas y recitales, con la participación de especialistas en ámbitos de la historia del arte y la literatura, en torno a la vida y obra del considerado promotor del romanticismo en la naturaleza y artífice de bellas postales de la ciudad de México.
E
n el marco de la temática “Transformadores del paisaje” y con motivo del centenario luctuoso del paisajista mexicano José María Velasco, se llevarán a cabo el próximo 26 de agosto en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) un ciclo de charlas tituladas “Mira Lee. José María Velasco: centenario luctuoso”. Como complemento a la actividad se prevé una sesión de lecturas y recitales, con la participación de especialistas en ámbitos de la historia del arte y la literatura, en torno a la vida y obra del considerado promotor del romanticismo en la naturaleza y artífice de bellas postales de la ciudad de México. Aunado a ello, el MUNAL presentará en octubre próximo la muestra fotográfica titulada “Transformadores del paisaje”, apoyada con audios pertenecientes a la Fonoteca de Ica, de acuerdo con información del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). También se contempla para noviembre el ciclo de cine “Velasco y el cine”, para lo cual se seleccionarán cuatro cintas relacionadas con la transformación del paisaje urbano en general. De igual manera, se proyectarán trabajos del pintor en 3D, a fin de rescatar a través de un recorrido interactivo, vistas y acercamientos a detalle del trabajo del mexicano. José María Tranquilino Fran-
De Notimex
cisco de Jesús Velasco Gómez nació en el poblado de Temascalcingo, Estado de México, el 6 de julio de 1840. A los siete años quedó huérfano de padre y tiempo después su familia se trasladó a la capital mexicana, en donde trabajó como empleado de una tienda de ropa. En 1850, inició sus estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catalina Mártir y años después se trasladó al Colegio de San Miguel. Y fue hasta 1855, cuando conoció a Juan Verruchi y se inscribió en la clase de paisaje impartida por Eugenio Landesio, al tiempo que complementaba sus estudios con clases de anatomía. Sin embargo, su situación financiera se vislumbró de manera precaria durante esos años y, en ocasiones, tuvo la intención de abandonar sus estudios, pero en 1860 se le presentó la oportunidad de participar en un concurso. En dicha participación, José María Velasco ganó con su obra “Baño de pescaditos”, donde obtuvo una beca de 15 pesos. A partir de ese momento, Velasco comenzó a ganar diversos concursos y de la mano de Landesio, el pintor descubrió sus posibilidades, trazó su primer cuadro en 1866 bajo el título “Un paseo en los Alrededores de México”, de acuerdo con el sitio “redescolar.ilce.edu.mx”. En 1868, el mexiquense fue nombrado profesor de Perspectiva y ese mismo año contrajo matrimonio con Luz Sánchez Armas Galindo.
Durante las celebraciones del centenario de la Revolución Francesa en México, José María Velasco fue designado por el gobierno como jefe de la delegación para participar en la Exposición Universal de Paris, en 1889, donde 68 obras se presentaron en esa ocasión. Cuatro años después asistió a la exposición por el cuarto centenario del descubrimiento de América, la cual se realizó en el marco de la Feria Mundial de Chicago. El promotor del romanticismo estuvo en relación con el impresionismo francés, movimiento que ejerció gran influencia sobre su trabajo. Sus cuadros, en su mayor parte paisajes, destacaron por su acento romántico, los cuales buscaron resaltar la naturaleza. Dos años antes de morir, Velasco pintó “El árbol caído”, pequeño cuadro que de alguna manera resultó simbólico y autobiográfico. Para 1901, se le otorgó la Cruz del Caballero de la Insignia de Francisco José. y un año después abandonó su clase de paisaje para desempeñarse como inspector de dibujo. Sus biógrafos indican que sus últimos años los paso con tristeza, pero acompañado de su equipo para pintar. Velasco nunca dejó de salir al campo para estampar los mejores paisajes mexicanos hasta que falleció el 26 de agosto de 1912, ya que fue víctima de un infarto cardíaco. Sus restos descansan en el panteón de Tepeyac. “Templo de San Bernardo”, “Luces sobre el lago”, “El puente de Metlac”, “Valle de México”, “El autorretrato”, “El citlaltépetl” y “Visita de Querétaro”, son algunos títulos destacados de las obras del mexiquense.
8 Nota
>LA PRENSA Domingo 2 de septiembre de 2012 / Reynosa, Tam.
Bellas Artes rinde homenaje a Arturo Azuela
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> LA PRENSA Domingo 2 de septiembre de 2012 Año 14 No. 729
por Alondra Flores
l historiador y promotor cultural Arturo Azuela, quien falleció a los 74 años el pasado 7 de junio, recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Presidente hasta el día de su muerte del Seminario de Cultura Mexicana, fue rememorado en la variedad de sus vocaciones: científico, narrador, catedrático, periodista y melómano. El poeta Jaime Labastida habló del amigo, “lleno de vida y valor sereno. Es el que quiero guardar en mi memoria. Es también el que deseo invocar ante ustedes. El hombre cuyo ojo atento atisbaba el avance de la muerte sobre su cuerpo, cada día más enjuto, cada día más endeble y, sin embargo, dotado de una voluntad indeclinable”. Labastida, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, a la que también pertenecía Azuela, recordó una sólida amistad de más de 50 años, desde que se encontraron en la Facultad de Filosofía y Letras, donde estudió la carrera en historia, después de terminar la de matemáticas, en la Facultad de Ciencias, ambas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), “en esos años turbulentos, al tiempo que luminosos y ardientes de nuestra juventud, el decenio de los años 60”. Dos piezas de Johann Sebastian Bach evocaron a Azuela, nacido en la ciudad de México el 30 de junio de 1938. El chelista Carlos Prieto, quien ante la imposibilidad de asistir a la sala Manuel M. Ponce envió un video con un mensaje en el que describió su también antigua amistad, la cual comenzó en España. Después vinieron las notas, los rostros en penumbras, el perfil iluminado por la pantalla, el ir y venir del arco en las manos de Prieto, quien compartió con Azuela la pasión por la música, como dejó plasmado en la novela Estuche para dos violines (1994). Su amplia labor como novelista fue el mérito que se valoró para su ingreso en la Academia Mexicana de la Lengua, en 1986, afirmó Labastida sobre el nieto de Mariano Azuela. “Sorprendió” con su primera novela, El tamaño del infierno, por la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, en 1974. Después vinieron otras nueve, que se suman a otra decena de publicaciones de ensayo, cuento y biografía. En su turno, Joaquín Díez-Canedo Flores, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), recordó a Azuela como autor que publicó con la editorial Joaquín Mortiz, además de que dirigió la sucursal del FCE en España, tal como mencionó Carlos Prieto.
Edita Conaculta tomo en español con dos obras de Darío Fo
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as comedias "El papa y la cómo, una vez más, el escritor ataca bruja" y "El diablo con tetas", los abusos del poder, que constituye del escritor Darío Fo, fueron una maquinaria capaz de sumir a los editadas en español en un sólo tomo individuos en el oprobio cuando se publicado por el Consejo Nacional está lejos del amor. para la Cultura y las Artes (Conacul En el prólogo a este libro, Otto ta), a 15 años de que el italiano obtuMinera refiere que las obras en el previera el Premio Nobel de Literatura sente volumen "son resultado de una 1997. larga trayectoria, un largo aprendizaje, hacia el mejor teatro y el más popu El material forma parte de la colección "Cien del Mundo", de la lar, aunque para mí esto tiene algo Dirección General de Publicaciones, de redundancia: el mejor es el más cuenta con prepopular –más sentación y notas gente lo quiere Darío Fo es una de las de Sergio Marver porque es figuras más importantes de la tínez y prólogo el mejor, y el de Otto Minera, popular es dramaturgia mundial de las más y será presentado el mejor–, más últimas décadas, a través de gente nos enseña la noche de mañana en el Teatro la sátira ha hecho patente su a hacer teatro. El Milagro, de la “Siempre resucitado” capital mexicana. "Aristófanes, gran compromiso con la “La ciencia no se puede enseñar”, aseveró rotundo Jaime Labastida, Plauto, Terencio, Darío quien se dijo deudor de Azuela, pues junto a Hugo Padilla publicaron un sociedad y contra las Fo, recuerda el las farsas y los libro teórico en 1976 para sentar ciertos fundamentos para la enseñanza Conaculta en un juglares mediinjusticias del poder. de la ciencia en nuestro país. comunicado, es evales, la Com Corrigió, pretendía lo contrario: “la ciencia no se puede enseñar. una de las figuras media dell"Arte, Ni la poesía ni el arte. Se enseña una técnica, se aprende una historia, se conquista el método. Pero no puede aprenderse ni la ciencia, que es inmás importantes de la dramaturgia Goldoni, Molière, Labiche, Feydeau, novación; ni la poesía, que es un luminoso verbal toda ella; ni el arte, que mundial de las últimas décadas, quien Brecht prepararon el terreno, pasaron es creatividad en el estado puro de la incandescencia”. a través de la sátira ha hecho patente la estafeta a Fo, el oficio, los cómos. Sin embargo, más importante aún, expresó Labastida, “le debo la su gran compromiso con la sociedad y Resultado: el maduro arte, el afilado enseñanza que brota de su carácter. Acosado por la enfermedad que lleva contra las injusticias del poder. ingenio fársico del italiano". impreso el ominosos signo de la muerte, por un cáncer al que otorgamos el En "El papa y la bruja", obra "El papa y la bruja. El diaacerbo nombre de implacable. Arturo Azuela jamás se dejó vencer, trabajó estrenada en 1989, Darío Fo presenta blo con tetas" será presentado en el sin fatiga los últimos años de su vida. Fue a España y recorrió la ruta de una dura crítica a las posturas prohibireferido foro de la colonia Juárez, con Goya. cionistas de la iglesia católica y la cor- los comentarios de Hugo Gutiérrez “Minado por la enfermedad, pero no vencido por ella, acudía a rupción política, y al mismo tiempo se Vega, Otto Minera, Sergio Martínez sus labores en el Seminario de Cultura Mexicana y en la Academia Mexiaboca a hacer un análisis surrealista y Diana Eugenia Bastida, y contará cana de la Lengua de modo constante. Nunca le oí una palabra de queja, del consumo de drogas y las catástrocon la lectura dramatizada a cargo de al contrario, hacía befa de su enfermedad y se calificaba como un hombre siempre resucitado”. Así es como Labastida invitó a guardarlo en la mefes que éste produce. Gustavo Lizárraga Maqueo. moria. NTX/MCV Mientras que en "El diablo con tetas", escrita en 1997, da cuenta de
Centenario luctuoso de José María Velasco