e i r a b r a B o Socialismo w.mas.org.ar blicación del Nuevo MAS - ww Pu 14 6/ /0 26 al eci esp nto Año XIII - Nº 294 - Supleme
ORGANICEMOS UNA GRAN MOVILIZACIÓN NACIONAL
Ni un dólar para los
buitres
Que la izquierda ponga en pie un polo político por el no pago de la deuda externa
Ni un peso a los fondos A RGENTINA : 2 Socialismo o Barbarie
E
n estas horas, Kicillof, ministro de Economía, está volando a Nueva York para reunirse con el abogado designado por el juez Griesa para comenzar la negociación para pagarle a los bonistas buitres que quedaron fuera del canje de la deuda. La mayoría de los trabajadores saben que la decisión de la Corte Suprema de Justicia yanqui es una mala noticia para el país pero opinan que, de todos modos, habría que pagarles a los fondos buitre, “porque si no pagás te quedás fuera del mundo”. Trataremos de aclarar estas dudas y plantear por qué la única solución pasa por el no pago. UNA DEUDA ETERNA
Desde que la Argentina es una nación independiente siempre estuvo sometida al endeudamiento con acreedores internacionales. Lo primero que hay que entender es que se trata de una forma de sometimiento del país a los centros de la economía capitalista mundial, que son los que monopolizan las monedas para relacionarse con el mundo (en el siglo XIX, la libra esterlina inglesa; a partir del siglo XX, el dólar). Una dependencia que ha sido siempre una traba para el desarrollo del país. El endeudamiento aumentó y bajó dependiendo de circunstancias cambiantes, pero nunca pudo ser eliminado porque es un factor estructural que hace a la subordinación de un país dependiente como el nuestro a los centros del imperialismo mundial, en primer lugar al imperialismo yanqui. A comienzos de la década del 70 el país debía no más de 3.000 millones de dólares. Pero la dictadura militar (19761983) volvió a redoblar las cadenas de la subordinación del país mediante endeudamiento internacional. Y a partir de ahí fue una historia de nunca acabar. Cuando los milicos se fueron, el país ya debía 40.000 millones de dólares. Alfonsín negoció acuerdos, pero para seguir pagando. Y la misma historia ocurrió con Menem en los años 90, que llevó el endeudamiento por las nubes. Así, cuando asumió De la Rua (radical y de la Alianza) el país ya debía la escandalosa cifra de 120.000 millones de dólares, a pesar de que la deuda siempre se fue pagando, refinanciaciones mediante. Una historia de nunca
Año XIII - Nº 293 - 19/06/14
PROFUNDIZAN EL AJUSTE PARA SEGUIR PAG
acabar. La consecuencia fue que el país cayó en la espiral de la gravísima crisis del 2001. Y con reservas en el Banco Central irrisorias que no alcanzaban ni los 10.000 millones de dólares, entró en cesación de pagos: es decir, dejó de pagar temporalmente deuda externa. PONIENDO ESTABA LA GANSA
En 2003 llegó al gobierno el kirchnerismo. Después de una serie de idas y venidas, se les ocurrió un plan “genial”. En 2005 anunciaron un plan de canje de bonos de la deuda externa que contenía una quita en el monto total adeudado reduciendo la deuda más o menos a la mitad, pero comprometiéndose a afrontar los pagos por el resto. En 2010 el gobierno tuvo que organizar otro canje con una porción de acreedores que se habían negado a entrar en el primero. Sin olvidar que en 2006 se le pagó la deuda al FMI al contado por un monto de casi 10.000 millones de dólares. De ahí que Cristina se jactara, sin mentir en nada, de que su gobierno es un “pagador serial”. Más bien, un pagador sobre el esfuerzo de los trabajadores argentinos que logró la “hazaña” de volver a vaciar las reservas del Banco Central, que llegaron a rozar los 53.000 millones de dólares hace no más de tres años. Uno de los problemas fue que el gobierno desestimó el restante 8% de los acreedores “recalcitrantes” que no querían aceptar quita alguna, los llamados “fondos buitres”, que quieren cobrar todo y a quienes ahora la justicia yanqui les dio la razón. El monto total de la deuda con estos fondos, con intereses y punitorios por el atraso en los pagos, puede alcanzar los 20.000 millones de dólares, un pago que en estos momentos el país no tiene forma de afrontar. Es que a lo largo del último año, el gobierno ha venido cerrando tratos con otros acreedores como Repsol por la estatización parcial de YPF, con una serie de empresas privadas en el CIADI y con el Club de París (gobiernos europeos con los cuales está adeudada la Argentina). No esperaba tener que enfrentar, también, a los buitres. Para colmo, como producto de todas estas negociaciones y compromisos llevadas adelante por los k y vendidas como “solución definitiva del pro-
blema de la deuda” (o “desendeudamiento”), se estima que en sus doce años de gestión los K han pagado alrededor de 170.000 millones de dólares… sólo para que el monto de deuda externa que subsiste sea hoy de ¡200.000 millones de dólares más! No hay otro gobierno que en la historia argentina haya pagado tanto para que el monto de la deuda no disminuyera en nada. Se trata de otro triunfo de la “década ganada”… LOS FONDOS BUITRE Muchos compañeros se preguntan qué son los fondos buitres. Cuando un Estado se endeuda en los mercados internacionales, emite bonos, que no son otra cosa que obligaciones de pago a tanto plazo por tal interés. El Estado recibe los fondos frescos y emite estos bonos como contraparte al que le prestó el dinero. Demás está decir que históricamente estos “prestamos” se han llevado a cabo en condiciones usurarias, con
Visitá la nueva web del Nuevo MAS
intereses muy por arriba de los internacionales, sin que la población trabajadora tenga arte ni parte de la decisión de cómo utilizarlos, plagados de estafas, coimas y un aprovechamiento de lo más improductivo. Por las terribles condiciones de pago, estas deudas han sido pagadas ya varias veces su valor. Pero más allá de esto que cuestiona la legitimidad del conjunto de la deuda, buitre o no, la cuestión es que en las dos operaciones de canje que organizó el kirchnerismo, el 8%, los fondos buitre, se negaron a entrar, esperando obtener un beneficio mayor por el total de la deuda, sin quita alguna. A estos fondos se los llama buitres porque no son inversores “genuinos” sino que esperan que los bonos de un país estén al borde del default (cesación de pagos) para comprarlos a un 10 o 20% de su valor nominal y luego hacer juicio por el total: ¡una ganancia sideral a costa del esfuerzo de los trabajadores argentinos! De ahí que los fondos buitres sean uno de los negocios más especulativos
(obtener ganancias sin esfuerzo alguno) del mundo de hoy. UNA SANTA ALIANZA PARA AJUSTAR Y PAGAR
Producto del ajuste económico lanzado en el verano por Cristina, el país está en una recesión (caída de la producción) que significa que el salario real va cuesta abajo mientras aumentan las suspensiones y los despidos. Esto lo dicen todas las encuestas y lo sienten todos los compañeros y compañeras. Para la segunda mitad del año los pronósticos son que las cosas iban a ir peor. Para colmo, ahora el gobierno se encamina a pagarle a los buitres. El tema es cómo lo van a hacer. Ahí entra nuevamente el ajuste. Porque llegó la época de las “vacas flacas”, el país está en recesión y los fondos no alcanzan. Por eso, las negociaciones no van a ser fáciles. Se van a observar alzas y bajas, momentos de “euforia” en los mercados seguidos de depresiones y temores de que todo se
www.mas.org.ar
s buitres
ANDO LA USURARIA DEUDA EXTERNA
Año XIII - Nº 293 - 19/06/14 Socialismo o Barbarie 3
Por una gran movilización nacional por el no pago E
l gobierno está en EE.UU. negociando con los buitres. En nuestro país hasta la Iglesia ha sacado una declaración pidiendo “unidad” para negociar. Todas las fuerzas políticas patronales, los empresarios y lo más granados dirigentes sindicales están a favor de pagar, no quieren hacer olas. Todos quieren que se pague lo antes posible y que se pase el “mal trago”. Que Cristina haga los “deberes”, aplique el ajuste económico y entregue el mando en el 2015 a un nuevo gobierno “más amigable a los mercados”. Sólo la izquierda se ha pronun-
ciado por rechazar el fallo de Griesa, por no pagar. Pero con pronunciarnos no alcanza. Debemos poner en marcha una acción: un polo político que se plante contra el pago de la deuda a los fondos buitres y demás acreedores. Esto es, generando una enorme movilización nacional por el no pago de la deuda externa de la mano del enfrentamiento al brutal ajuste económico que viene imponiendo Cristina, la criminalización de las luchas obreras y la persecución al activismo identificado con la izquierda como la reciente y
Lo mejor es no pagar
heroica lucha de los compañeros de Gestamp. Llamamos a todas las fuerzas de la izquierda, a las fuerzas que se consideran realmente antiimperialistas, democráticas, sindicales e, incluso, a aquellos sectores originados en el kircherismo que dicen honestamente tener cuestionamientos al pago a los fondos buitres, a organizar una gran movilización nacional contra el pago de la deuda externa para que sea el pueblo el que decida en las calles qué hacer con la deuda eterna imponiendo su salida.
TODOS SON BUITRES
L
vaya al demonio y el país caiga en cesación de pagos. En cualquier caso, lo más probable es que se llegue a un acuerdo y el gobierno pague. Pero si la plata no alcanza, ¿como hará para pagar? Muy simple: redoblando el ajuste sobre los trabajadores. El gobierno viene pagándole a Repsol, al CIADI, al Club de Paris y les va a pagar a los buitres. Pero para hacer esto va a necesitar más fondos. Y sólo los puede obtener apretando las tuercas a los trabajadores: salarios más bajos, más suspensiones, más despidos, reducción de los planes de asistencia social, reducción del salario y presupuesto docente y en salud, etc. Su receta es muy simple: ¡que los trabajadores paguemos la cuenta de la crisis y del retorno de los pagos de la deuda externa que la patronal llama el “retorno a los mercados”!
viene de la contratapa
NO PAGAR NI UN PESO MÁS ¿Alguien escuchó que Scioli, Massa, Macri o Binner estén en contra de esto? Para nada. Toda la oposición patronal está a favor de pagarle a los buitres hasta el último centavo. Incluso a Moyano, Barrionuevo o Micheli, los supuestos sindicalistas opositores, no se les ha escuchado palabra al respecto. Descartamos que los recontra-alcahuetes de Caló y Yasky están a favor. Nadie mueve un dedo por el tema: todos quieren que se pague y que el país se amigue con los “mercados internacionales”. Sólo desde los trabajadores puede venir una alternativa distinta: ¡no pagarles a los buitres ni un peso más! Y es la izquierda, el FIT y nuestro partido, el Nuevo MAS, los que tenemos que tomar esta bandera del no pago e impulsar una gran movilización nacional para imponerlo.
los compañeros despedidos decidieron tomar esta iniciativa con el objetivo de lograr parar la planta todos juntos. La mayoría de la población rechaza el ajuste de Cristina y ve con simpatía a los trabajadores que salen a enfrentarlo. Pero al mismo tiempo se enfrentan a un enemigo unificado muy poderoso (patronal, gobierno y gremio). Por eso la medida de los compañeros de reingresar y colgarse del puente grúa deja enseñanzas para el conjunto de los trabajadores. Una de ellas habla de que cuando los de arri-
a mayoría de los trabajadores son conscientes de que pagarles a los buitres es una injusticia, pero no ven alternativa a pagar. Se preguntan: ¿qué pasará si no pagamos?, ¿nos van a dejar afuera del mundo? y argumentos por el estilo que los lleva a pensar que no hay otra que pagar y aguantarse las consecuencias. Desde la década del 80 se escuchan argumentos por el estilo con respecto a este tema. Está la experiencia del viejo MAS que había levantado la bandera del no pago de la deuda externa y eran llamados “los locos del no pago”. Sobre estos sentimientos encontrados se monta hoy el kirchnerismo con el verso de pedir “apoyo para negociar mejor con los fondos buitres”… Incluso la consigna que levantan sectores K, como “patria o buitres”, no deja claro qué intenciones tiene. Si fuera consecuente debería significar plantarse contra pagarles a los buitres, pero su verdadero contenido es apoyar al gobierno, que ya ha dicho que quiere “pagar al 100% de los acreedores”, para que pueda “negociar lo mejor posible”. Pero la negociación del gobierno es una trampa cuya única consecuencia será redoblar el ajuste sobre los
ba endurecen sus ataques y se han agotado todas las otras alternativas, los trabajadores pueden recurrir a medidas más contundentes para intentar pararles la mano. No se trata de tener una idea simplista o una receta para todas las circunstancias, ni de que siempre se pueda tomar una planta. Se trata, simplemente, de las enseñanzas de una lucha que logró ponerse a la altura de las circunstancias y de lo que esta lucha deja en acumulación de experiencias para el conjunto de los trabajadores, de recuperación de los métodos de lucha históricos de los trabajadores.
trabajadores: ¡es la clase obrera la que va a pagar con la caída del salario, del empleo y las condiciones de vida este nuevo aumento de la deuda externa! No es verdad que no exista otra salida. Sí la hay. Inclusive, cuando a comienzos de la década pasada se suspendieron de manera improvisada los pagos, eso no impidió que la economía comenzara a recuperarse, que se creara empleo, que quedaran más fondos en el país para distintos planes sociales. Pero esto fue de corta duración. Porque la cesación de pagos no fue acompañada por ninguna medida que la profundizara y la llevara en un camino distinto que no fuera el sometimiento de siempre del país al imperialismo. UN CAMINO REVOLUCIONARIO El gran problema que se produce cuando un país deja de pagar es que los capitalistas amenazan dejarlo sin divisas, sin dólares, que son el vínculo económico del país con el mundo. Por esta razón, hay que tomar medidas revolucionarias que eviten esto. Estas pasan, en primer lugar, por la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo el control
PARÉMOSLES LA MANO CON UN NUEVO PARO GENERAL El paro general del 10 de abril fue de gran importancia. Pero luego el moyanismo no le dio continuidad para no ser desbordado. Ahora Micheli (de la CTA opositora) habla de que se “convocaría” a una nueva medida en agosto. Pero nadie sabe si esto será así. Mientras la recesión pega muy duro y el gobierno se apresta a pagarle a los buitres redoblando el ajuste, la izquierda tiene una enorme responsabilidad: convocar a un nuevo Encuentro Nacional de Lucha
de los propios trabajadores. Todos los depósitos deben quedar bajo control del Estado, al igual que todas las transacciones comerciales (exportaciones e importaciones) y financieras (pagos y cobros) al exterior. ¿Cual es el objetivo de esto? Evitar la fuga de capitales, de ganancias y de dólares. Que quede en manos del Estado llevar adelante las relaciones económicas con el mundo y que el país no se vea afectado por el no pago, por cualquier tipo de boicot o medida de bloqueo económico desde el exterior. Pero, además, hay otras medidas, como estatizar las empresas multinacionales que pretendan despedir o buscar cualquier chantaje al país, fugar divisas, cerrar sus empresas o cualquier otra maniobra para poner de rodillas al país, impidiendo así su camino hacia la independencia económica. Se trata de una lucha tanto económica como política, cuyo objetivo es que la riqueza que producen sus trabajadores y la que se obtiene de sus recursos naturales queden en manos de la misma clase obrera y los sectores populares, y no como siempre ha ocurrido, en manos de los capitalistas, las multinacionales y el imperialismo. No pagar abriría una dinámica revolucionaria. Hay que animarse de una vez a recorrer ese camino.
Unificado para votar el apoyo a las luchas que están en curso, parar la persecución a los activistas y presionar por un nuevo paro general. No hay tiempo que perder. A pesar del Mundial, las luchas siguen en curso, pero muchas de ellas se encuentran hoy aisladas. Para romper este aislamiento, para pararle la mano a la Santa Alianza del gobierno, la patronal y la burocracia, contra el ajuste K y el pago a los fondos buitres, hay que imponer la convocatoria a un nuevo paro general.
LA HISTÓRICA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE GESTAMP
Un ejemplo para todos los trabajadores
P
or estas horas, los compañeros de la autopartista Gestamp están entrando en otra fase de su lucha. Todo el país vio cómo se plantaron contra las suspensiones y los despidos en la planta de Escobar, inaugurada por Néstor Kirchner sólo ocho años atrás, y que cuenta con 600 trabajadores. Enfrentándose a una alianza de la patronal, la Verde de Pignanelli del SMATA, Cristina, Scioli y la militarización de la planta, por el momento no han podido revertir los despidos. Sin embargo, su pelea sigue ahora por la vía judicial, buscando la reinstalación en sus puestos de trabajo. Más allá de esto, nos interesa aquí trasmitir las enseñanzas que ha dejado esta inmensa pelea para el conjunto de los trabajadores, poniéndolas al servicio de las luchas que vienen. HAY QUE PARAR LAS SUSPENSIONES Y LOS DESPIDOS Lo primero es tomar conciencia de que las suspensiones están creciendo, y que tras ellas se vienen los despidos. Por eso la lucha de Gestamp fue tan dura. Es que el gobierno, las patronales y los dirigentes sindicales se hacen los “osos” con el verso de que “no hay despidos”, de que se trata solamente de “suspensiones” y de que una vez que pase esta “crisis transitoria”, todo volverá a la normalidad… Esto es mentira. La crisis llegó para quedarse. Y no hay analista que deje de subrayar que con el pago a los fondos buitres se va a profundizar la recesión. Es simplemente un verso para que aceptemos suspensiones masi-
vas como las que están ocurriendo en la industria automotriz, para luego, con los hechos consumados de que la cosa no se “arregla”, empezar a despedir abiertamente. Veamos, por ejemplo, el caso de la autopartista Lear. Hace unas semanas suspendieron a la mitad del personal: 330 compañeros. Luego fueron reincorporando de a poco, pero, finalmente, ahora resulta que quedaron 60 compañeros afuera, suspendidos por tiempo indeterminado, y, para colmo, sin goce de sueldo. Es decir, a un paso de quedar en la calle. El de Lear no es un caso aislado. Esto que está pasando en esta planta, suspensiones masivas seguidas de despidos, es el posible camino que van a seguir otras autopartistas, las grandes terminales automotrices (ya afectadas por masivas suspensiones) y el resto de la industria en general. La lucha de Gestamp fue muy dura, entre otras razones, porque los compañeros se dieron cuenta de que enfrentaban despidos masivos y decidieron plantarse contra ellos; una pelea en la que desde el principio el sindicato se jugó a aislar y quebrar, siendo cómplice de la patronal. La realidad es que las suspensiones y los despidos van a crecer porque se espera un agravamiento de la recesión. Cristina va a exprimir más a los trabajadores para obtener los fondos para pagarles a los fondos buitres. Ahí es donde terminan las palabras del supuesto carácter “pasajero” de la crisis: se vienen más despidos y suspensiones, más rebajas de los salarios y habrá que plantar-
se si no se quiere ser el pato de la boda. UNA NUEVA GENERACIÓN SE PONE DE PIE Pero a la razón económica –cuidar las ganancias empresarias haciéndoles pagar la crisis a los trabajadores– se le suma una razón “política” a esta ola de despidos que crece. En las fábricas, en los lugares de trabajo, una nueva generación ha entrado a trabajar en los últimos años. Una generación que naturalmente, por su juventud, no se banca el manoseo, las condiciones de explotación redobladas, el buchoneo del sindicato, y se rebela. Es lógico que esta nueva generación esté mirando a la izquierda, la única que ve apoyando sus luchas. Esto ha despertado una señal de alarma en el gobierno, las patronales y, sobre todo, la dirigencia sindical tradicional: denuncian una supuesta “infiltración de la izquierda” en las empresas. Pero no se trata de ninguna “infiltración” como si fuera de marcianos que no se sabe de dónde vienen. Simplemente, hay una nueva generación de trabajadores que cansados de la explotación y el manoseo de los empresarios simpatiza con la izquierda, con las fuerzas del FIT y el Nuevo MAS, que en las últimas elecciones obtuvimos un millón de votos. Esto es lo que se vivió en Gestamp. La lista de los compañeros suspendidos no era ingenua. A la injusticia de meter en esta verdadera “lista negra” a los compañeros rotos por la explotación laboral, se le agregó los más cuestionadores, los más activistas, con el objetivo de dejarlos afuera. Y no es solamente el caso de Gestamp. En
Lear, Fate, Firestone, Donneley, Volkswagen, Kronberg, el frigorífico Paty, General Motors y muchísimas fábricas más está pasando lo mismo: se persigue a los compañeros que enfrentan las injusticias. LA RECUPERACIÓN DE LOS MÉTODOS DE LUCHA DE LOS TRABAJADORES
La lucha de Gestamp obligó al gobierno a realizar reuniones de emergencia. Incluso llegaron al punto de desconocer sus propias leyes: la conciliación obligatoria que se había dictado cuando los compañeros se bajaron del puente-grúa y abandonaron la toma de la planta. Se trató de un caso sin precedentes, que pone en cuestión este instrumento tramposo que hace parte de la legislación laboral. ¿Qué es lo que les preocupa? Que se haya dado una lucha histórica en una de las industrias más estratégicas del país. El activismo y la izquierda vienen avanzando entre las comisiones internas y los cuerpos de delegados porque los trabajadores no se bancan que las direcciones sindicales los entreguen y entreguen sus conquistas. Y lo que más impactó de la lucha de Gestamp fue cómo nueve compañeros despedidos lograron reingresar a la planta y subirse al puente-grúa, paralizando la producción no solamente en Gestamp, sino en toda la rama automotriz: cinco terminales no pudieron seguir produciendo porque les faltaban piezas. La planta estaba militarizada y ocupada por la patota del sindicato. Los compañeros adentro estaban con temor a más despidos. Por eso
Sigue en pág. 3