FILIPENSES CAPÍTULO 1
La ciudad de Filipos La ciudad de Filipos era una villa romana. Sus habitantes, como ciudadanos romanos, se jactaban de poseer ventajas que otros no poseían. No podían ser castigados ni acusados injustamente, eran dueños de sus propiedades, tenían esclavos a su servicio y se sentían orgullosos de su cultura y adoraban con suma lealtad al emperador como su mismo dios. Esta ciudad estaba compuesta, por lo tanto, de ciudadanos romanos, de oficiales y soldados que se habían retirado, y que habían recibido un terreno para vivir, habían esclavos de las conquistas, y, también “libertos”, es decir, esclavos que habían sido hechos libres por sus amos. Pablo El apóstol Pablo ha escrito cuatro cartas desde su prisión, probablemente en Roma, la carta de Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses. Es un momento de profundo pesar para Pablo. La prisión no era el mejor escenario en que quisiera estar, sin embargo, la pena y el dolor que siente no han nublado lo “mas excelente” que posee, a decir, el gozo producido por la obra y el amor de Jesucristo (v.4, cf. v.8).
“Los filipenses se sentían mas orgullosos de ser romanos que de ser cristianos”