Presidente José Mujica Audición M24 Amigos, es un verdadero gusto retomar esta comunicación con parte de una audiencia que hace mucho tiempo nos acompaña y a la cual mucho le tenemos que agradecer su constancia. Un poco tironeado por la agenda que nos impone ciertos compromisos regionales, y diría, con un pie en el estribo. Tengo que volcar algunas reflexiones. Lamentablemente, porque es así, porque la democracia representativa es por ahora el mejor sistema que los hombres hemos podido lograr, pero tiene sus enfermedades, tiene, obviamente, sus defectos. No se autoreconoce perfecta porque es una construcción humana e histórica. Lamentablemente para el país, ya se ha largado en los hechos la campaña electoral por una parte de la oposición. Hay un partido en el que existen siete u ocho precandidatos que están en la disputa de sus derechos para la nomenclatura interna de esos partidos. Cada cual está volcando su mensaje apocalíptico y salvador, para esos mensajes el Uruguay está paupérrimo en el medio de una crisis y ellos se aprestan, caballeros, a salvarlo. Están disputando obviamente su interna y naturalmente no hacen otra cosa. Ese es su trabajo de aquí a varios años hacia adelante. Por otro lado, también, ya están menudeando las precandidaturas a intendentes. Por eso, en el marco de ese clima de esta primavera electoral en que ya entró el Uruguay, parece bueno tener la precaución de quitar el “IVA electoral” a todo lo que los señores postulantes dicen. Hay una inflación en el juego informativo. En esas condiciones, pretender construir acuerdos y políticas de Estado relativamente duraderas, es una franca ilusión. No existe algo elemental que se puede llamar la tenacidad estratégica de llevar cosas de aliento porque están “torpedeadas” por el clima electoral en el cual se ha entrado. La vista de parte del Uruguay está nublada y esa es hoy nuestra realidad. Y vamos a tener que aceptar esa realidad y movernos dentro de ella. Con este telón de fondo que está por todas partes, tenemos que ir a Mendoza a este encuentro del MERCOSUR. Es -y hay que dejarlo claro-, nuestra lucha y nuestro mensaje tiene que estar en relación a cuidar la relación económica con ese MERCOSUR lleno de defectos. Y estamos para no disimular esos defectos, pero menos estamos para “comernos la pastilla” de que el mundo es abierto, nos está esperando de brazos abiertos, y que tenemos mercados por todas partes. Porque el mundo que yo conozco, desgraciadamente, es abierto para venderte pero no es abierto para comprarte. Y tonto de nosotros si por los defectos que tiene el MERCOSUR terminamos despreciándolo y perdemos al primero y al
tercer cliente no sólo en la relación comercial, en todo lo demás: cuenta de servicio, inversión inmobiliaria, etc. Por ello, la lucha por mejorar con todos sus defectos este MERCOSUR tiene que ser un Norte y una lucha implacable. Tenemos que seguir avanzando fundamentalmente con Brasil en los acuerdos suscritos. Ponerle pimienta, que se cumplan, y que se cumplan con rapidez. Vamos bien, pero tenemos que “apurar el tranco”. Supone la necesidad de luchar dentro del MERCOSUR para aprovechar esta crisis y transformarla en una posibilidad. Buscar nuevos acuerdos con Europa que están pendientes hace años, iniciar las gestiones con la comunidad andina. No podemos resignarnos a que la comunidad andina de países importantes, esté mirando para otro lado y nosotros no busquemos tender algún puente para agrandar la relación económica y socio-política con esa parte tan importante de América Latina. Y no nos tiene que importar que algunos países tengan acuerdos con “fulano” y con “mengano”. Nosotros tenemos que tener una política inteligente de buscar tender nuestros propios puentes, a la vez que tenemos que luchar para que se conceda a cada uno de los miembros del MERCOSUR la posibilidad de hacer pequeños acuerdos especiales con países latinoamericanos; que tendrán que ser registrados por el todo, pero que en última instancia supongan ventanas parciales de relación bilateral desde el punto de vista económico porque hay que luchar por el acercamiento en todos los terrenos que se pueda. Y obviamente que vamos a tener resistencia. Y obviamente que no nos van a entender de entrada, pero no importa. Ese es el norte que nosotros llevamos. Y obviamente, nosotros nos vamos a oponer con toda nuestra fuerza a cualquier tipo de intento de sanciones económicas a Paraguay. Porque una cosa es la entelequia institucional de Paraguay, muy en crisis, por la forma que ha tomado, porque a veces la forma hace al contenido, y muy otra son los intereses elementales de las grandes mayorías paraguayas y es obvio, que cuando se aplican sanciones económicas, los que cargan con el costo de esas eventuales sanciones son las inmensas mayorías de gente pobre que en abundancia existe en esa sociedad. Nosotros esperamos que el pueblo paraguayo dé oportunamente los caminos de respuesta democrática que significan sencillamente que el pueblo paraguayo con su voto elija su gobierno y eso es lo que se tiene que respetar y reconocer. Con una visión de tratar de pensar el futuro, a partir de mirar la historia de nuestro país, la historia del Río de la Plata, ese río que no es río sino que es un estuario, que nos une y nos separa a la República Argentina; esa relación ha sido parte constitutiva de nuestra historia y los países no se mudan, pero conscientes que pertenecemos a una región, que en definitiva los grandes ríos desembocan en ese estuario y esos grandes ríos, vehículos naturales para la sociedad y para la economía del corazón sur de América, pasan por nuestra ribera, hemos tomado la decisión, pensada, estudiada, un equipo que estuvo trabajando en silencio largo tiempo, de dar los pasos iniciales para la
construcción de un puerto de aguas profundas que naturalmente busca, y ha medido el mejor lugar en las costas rochenses donde las profundidades del océano se arriman lo más posible a la costa para asegurar costos de funcionamiento hacia el futuro lo más potables posibles. Partiendo de la base que la navegación interoceánica va a ir evolucionando hacia los grandes buques y que esos grandes buques no van a poder operar en las dimensiones de un río como el Río de la Plata, pero que van a bajar el costo, y siguiendo ese camino que por todas partes muestra la historia del transporte así como el camión grande no eliminó las camionetas, estos puertos de aguas profundas están destinados a ser el punto importante de recalada a los “monstruos” que se van a mover en los océanos en el futuro, bajando los costos. Y de esos puertos saldrán hilos de comunicación con los puertos fluviales, con los puertos que conocemos, con otras partes. En la medida que la evolución del transporte en el mundo se acelere y ello va a ser acompasadamente con el ensanche del canal de Panamá y con las dimensiones del mundo del futuro, creemos que ésta es una respuesta integradora, es una respuesta para y con la región, utilizando recursos naturales que nos dio la geografía. Los canales profundos del océano se arriman, en esa parte elegida, a la costa uruguaya y esto es un factor natural que el Uruguay debe de luchar por sacar ventaja, sacar partido. Pero el Uruguay tiene que entender que éste es un intento de puerto integrador para que sirva como cabecera a toda la región. Por lo tanto, es un puerto para el Uruguay pero es un puerto esencialmente con una puntería de integración regional. Naturalmente, en los días venideros, como corresponde a este clima preelectoral que hay en Uruguay, nos van a pegar de todos lados. Ya lo sabemos, es inevitable. Van a aparecer los palos en la rueda inevitablemente. Y también en el mes de julio van a aparecer los palos en la rueda cuando definitivamente tomemos la decisión de hacer la planta regasificadora para introducir al Uruguay en la era del gas, del gas con puntería de bajar los costos industriales, de bajar el costo de la energía eléctrica, de dar garantías de largo plazo, para aprovechar esa circunstancia que la tecnología en su progreso ha creado en el mundo de hoy, donde parecería, todo indicaría, que el precio del gas no va a acompañar en su suba al precio del petróleo porque la revolución tecnológica ha multiplicado las fuentes de producción de gas en el mundo y este es un dato que el Uruguay debe de registrar y debe tratar de aprovechar en la lucha por bajar los costos del país. Sabemos de antemano, porque todo lo que se haga y lo que no se haga va a ser criticado, que nos van a poner el palo en la rueda. Pero contra viento y marea, en el mes de julio vamos a tomar esa decisión y, “mala suerte”. Sabemos que estamos solos, lo sabemos perfectamente. Pero confiamos en que el pueblo uruguayo se dé cuenta que estas son cuestiones para el futuro. El puerto de aguas profundas no lo va a ver cristalizado, no lo va a inaugurar este Gobierno. Es un compromiso que vamos a dejar abierto y en marcha para
que lo culmine el gobierno que venga. Pero tenemos confianza en el Uruguay, tenemos confianza en su gente y tenemos confianza en el porvenir. Hay muchos que pasan “bocinando” pesimismo. Nosotros, con un sentido crudo que no somos ni por asomo manijeros, de todas maneras nos parece que el Uruguay tiene muchos recursos y muchas oportunidades que puede y debe aprovechar y nos vamos a mover en consonancia con ello. Cuando termine este Gobierno, si estamos vivos, seguiremos viviendo en el mismo rancho, con el mismo viejo puñado de amigos, vamos a dedicar nuestra chacrita a que sea una pequeña fuente de enseñanza chacarera para los muchachos que van a venir y nos vamos a morir livianos de equipaje, sin dejar herencia ni herederos en ningún sentido. En la humildad con la que vivimos y con la que nos hemos criado. Reconociendo que nuestro Uruguay, a pesar de todos sus defectos, es un país hondamente republicano y que vale la pena, vale la pena, tener la generosidad de luchar por él.