Desgrabación de audición del Presidente Mujica por M24 del 1 de diciembre de 2011

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Audición del Presidente Mujica del 01.12.2011 Es un gusto amigos poder saludarlos por este espacio, con el que procuramos volcar alguna información y algún comentario que pudiera resultar útil a una audiencia parte de la cual hace mucho, mucho, nos acompaña. Quiero contarles queridos amigos, queridos amigos que el domingo pasado de noche tarde, muy tarde, casi sobre las doce de la noche transitábamos en una camioneta por los campos de Colonia y había en muchos lugares en la inmensidad de ese campo, luces y más luces, por acá y por allá que se movían en forma más o menos regular. Estaban dando cuenta en el medio de la oscuridad de una noche de domingo que se estaba en plena faena de la trilla de los cereales de invierno. En horas de la tarde habíamos pasado y habíamos visto por aquí y por allá, formidables despliegues operativos, tractores con sus zorras granelarás de las que arriman granos que se movían por un lado y por el otro porque los trigales están maduros y secos. A veces, a veces habían potreros que ya estaban no solo trillados, eran aquellos que habían tenido cebadas cerveceras que maduran un poco antes y en otros casos avenales que con el grano a punto de empezar a secar son segados, y la paja y el grano juntos son enfardados en esos fardos redondos que quedan apilados en los costados y están allí como reservas para los momentos de crisis forrajera tal vez en el invierno, hacia más adelante. Lo bien es cierto que ese domingo de noche con una tormenta en el cielo y a la vista a veces relampagueando, nadie se detenía en esos campos, en esos campos de pan diría, nadie bajaba la guardia del trabajo porque es un ritmo que impone la naturaleza. Las semillas las espigas tienen sus tiempo luego se desgranan solas y se pierden y es el desafió eterno de la vida cosecharlas a tiempo. Fue una cosa muy buena que todos supiéramos, todos en el país, la nobleza de este esfuerzo de recoger, y fuera bueno que nos diéramos cuenta de la importancia que tiene. La importancia que tienen esos hombres que manejan las trilladoras, los que acarrean los granos, los que manejan las trilladoras, los camioneros que acarrean hacia los silos, los que secan en los secadores de las plantas, en fin todo un mundo de trabajo que está garantizando que habrá embarques de grano para el mundo, habrá trabajo para los molinos hacedores de harina, habrá raciones para los animales, habrá obviamente fideos, galletas, bizcochos, pan, habrá divisas, habrá obviamente mucha esperanza en la gente que está comprometida con esta historia. Pero el domingo de tarde había un despliegue de camiones, de zorras granelaras, de tractores apurados, de trilladoras que como monstruos prehistóricos avanzan y avanzan sobre ese sobre ese mar seco de espigas. Un verdadero poema organizado de hierros, de paja, de espigas, con hombres polvorientos que hablan muy poco y tienen un compromiso total con el hacer.


En el fondo el país marcha porque existen estos incondicionales, nadie los reconoce, nadie los nombra, nadie los elogia, nadie les da premio salvo el que surge de su esfuerzo. Son en el fondo la inconmensurable lesión de los imprescindibles de la tierra, porque dándose cuenta o no, son la etapa decisiva para el pan de muchos y son una batalla eterna e interminable por la vida. El lunes de mañana temprano volvimos a pasar y muchos continuaban con sus operativos de trilla, cuántas horas, nadie saca la cuenta, una orquesta de trabajo humano organizado. Porque para que estos operativos funcionen hay mucho de organización al estar el gasoil en el campo y el aceite, y seguramente algún mecánico anda a golpe de teléfono furtivo porque por acá y por allá hay que soldar y remendar porque las herramientas se rompen precisamente en el trabajo. Estarán seguramente los camioneros en las colas molineras, a veces vigilando con un ojo y el otro ojo descansando, registrando muestras de peso y de contenido, habrá gente de túnica en los molinos. En otros casos habrá gigantescas butifarras de nailon tubular blanco que se acuestan y crecen por alguna ladera, allí estará alguna máquina empujando el grano, no van a faltar seguramente hacia adelante. Algún veterano con la función de revisar que los tucutucos no estropeen las butifarras entre humedad, no van a faltar palomas, no van a faltar cotorras, no van a faltar obviamente chimangos atrás de las palomas, tampoco van a faltar ecologistas. Algunos, muy preocupados mientras tillan van enfardando la paja porque son agricultores y son un poco ganaderos o tamberos, por las dudas si hay sequía, ese forraje de paja de poco valor, algo es algo, para las vacas sobre todo cuando están desesperadas. No van a faltar tampoco aquellos que casi atrás trilladora colocan un tractor con la sembradora directa implantando en surquitos soja, maíz, tratando de aprovechar la humedad remanente y parte de la fertilización también remanente que se le había puesto al trigo. Son las siembras de segunda que cuando más antes se logran hacer, en general es mejor por varias razones que no son matemáticas porque son razones biológicas. Pero así son efectivamente las cosas. Es un año de buena cosecha de invierno, tal vez y sin tal vez, va a batir el record en la historia del país, los precios tal vez no serán tan buenos, pero la cosecha esta allí y es por lo menos un emporio de trabajo apresurado y comprometido de mucha y mucha gente. Lastima que la gran ciudad ni si quiera se da cuenta de ese epopéyico escenario que se está dando en los campos, particularmente en el litoral, particularmente muy intenso en Colonia y Soriano, pero salpica por aquí y por allá y por todo el país. Es tiempo de cosecha y por lo tanto tiempo de esperanza y tiempo de compromisos, acá no hay gente gris, hay gente sí silenciosa y comprometida. Pasando un poco a otro punto porque se me escapa el tiempo. Queridos amigos los que tengan y usen la computadora, recomiendo en lo imposible enterarse de una rama paralela de la genética, que tiene que ver algunos le


llaman la Epigenética. Tiene que ver con medidas que tenemos que tomar porque ya no queda ninguna duda de que los mecanismos de la herencia que creíamos que estaban dados por un paquete de genes que recibíamos de padres y de madres y que como tal no tenía mayores modificaciones, hoy sabemos que con esa complicidad minuciosa y aterradora de la naturaleza a través de esa ciencia que muchos genes que están en el paquete que en el fondo compone nuestro disco duro de la vida, no se manifiesta o están diríamos así en un estado recesivo, salvo que ciertos factores externos que muchos tienen que ver con lo que le pasa al feto en tiempos de su formación, en el vientre de nuestras madres, se van a manifestar, se van activar y una vez activados se trasmite de generación activado. Esto tiene que ver con cosas como estas, tengo que simplificar mucho, este es un tema terriblemente complejo y vale la pena que la gente que pueda busque información sobre la Epigenética. Pero lo concreto es esto: si el feto pasa mala alimentación o es mortificado, por ejemplo, la madre es mortificada. Algunos genes que estaban recesivos se van activar y van a determinar que ese feto tenga una hiperactividad para captar energía, es decir cualquiera alimentación que se le ponga a tiro y ello va hacer un carácter que está impreso a lo largo de la vida. Por allí vendrán las enfermedades de la gordura, de la obesidad, de la diabetes, y tantas otras cosas mal. Esto se puede corregir, se pude corregir razón y tratamiento especial pero hay que saberlo y hay que preocuparse. Puede afirmarse hoy que por esta travesura de la naturaleza de la conducta recesiva o activa que puedan asumir los genes, la pobreza se transmite, las consecuencias de la pobreza se trasmiten de generación en generación. No como creíamos que solo era una herencia sicológica del medio, sino que tiene una base de conducta genética y esto es lo verdaderamente revolucionario. En Canelones, que bueno tiene la casualidad de tener un médico intendente, que sabía estas cosas. Se han echo pruebas con grupos de madres muy pobres especialmente atendidas mejorando la alimentación, sobre todo en micro elemento, ponderando la vida de esa gente pobre en momento de embarazo y ya se pueden palpar resultados enormemente positivo. Esta audición no tiene sentido que entre a divulgar novedades científicas, ni soy yo el más indicado. Pero estas cosas no se pueden ignorar en la alta política, si los uruguayos estamos condenados hacer poco porque nuestra natalidad es baja, los uruguayos estamos obligados a luchar por ser buenos. Si somos pocos para que nuestra nación sobreviva y se trasmite, tenemos que ser ejemplares. Y ello tiene que ver con muchas cosas, con muchas cosas que tenemos que resolver, entre ellos el mayúsculo tema de la enseñanza, pero tenemos que preocuparnos de lo que está pasando en el vientre, particularmente de nuestras mujeres más pobres. Por qué, porque en definitiva la alta natalidad es una virtud que por ahora tienen esos vientres. Allí está naciendo más del 30% de los botijas nuevos del Uruguay.


Van a tener una fenomenal importancia en la futura constitución de las fuerzas de trabajo del Uruguay. Pero no lo sabíamos, creíamos que con una atención especial a los niños etcétera, etcétera, el problema se podía ir resolviendo. Hoy sabemos que la batalla hay que empezar a resolverla desde que están en el vientre, preocuparse por la tranquilidad, por la buena comida, por cómo viven y cuáles son las condiciones que rodean a estos vientres y divulgarle a todas la sociedad para saber que aunque una madre viva en condiciones materiales muy ventajosas, aunque esté nacida y viva en la sociedad verdaderamente es acomodada el trato psicológico que cómo pase los tiempos de embarazo van repercutir en muchas cosas que pertenecen al mundo de la cría. No se trata de cuidar la maternidad solo por amabilidad o por deber de decencia humana. Hay que hacerlo por todo eso, pero hay que hacerlo además en profundidad por el interés nacional, allí empieza la batalla para que los que vengan sean mejores que nosotros, y a ellos van a responder futuras medidas que tendrá que tomar el Gobierno. Pero de nada sirven las medidas si la gente no entiende el por qué, y el para qué, la gente, en términos genéricos, colabora. Por eso le vamos a pedir, que con lenguaje sencillo, la gente de esencia divulgue estas cosas, que por desgracia los grandes medios no difunden como elementos de educación popular para que nos demos cuenta la profundidad y la relevancia que tienen estas cuestiones hacia el futuro del país.


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