Desgrabación de audición del Presidente por M24 del 15 de noviembre de 2013

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Palabras del Presidente de la República, José Mujica, en su audición radial por M24 correspondiente al 15 de noviembre de 2013.

Es un gusto, amigos, retomar este decir para con una audiencia que hace mucho tiempo, por lo menos en parte que nos acompaña. Recordemos lo aparentemente obvio. Un país, sobre todo si es pequeño, debe luchar y luchar y luchar por vender su trabajo, vender su trabajo al exterior en la mejor forma posible, lograr el mayor fruto que sea posible de ese trabajo, porque depende, necesita comprar mucho, traer mucho para hacer posible la vida de su sociedad y, naturalmente, esos medios económicos surgen en gran medida a partir del intercambio. Por desgracia en el mundo no existe, ni por asomo, el libre comercio por ningún lado. Y no existe a pesar de todos los tratados que se firmen, de los discursos, de la OMC, etcétera. En realidad el intercambio con los países es una formidable lucha de intereses, una verdadera guerra sin pólvora por los intereses que chocan. Cuando se penetra desde afuera en algún mercado, se está afectando algún interés que está allí y que resiste, y que hace todo lo posible para minimizar la competencia. De ahí la importancia del trabajo diplomático a favor de poder mejorar esta relación, y a veces ni siquiera mejorar, sostener. Hace dos años y medio por lo menos, tal vez tres, estaba por Cartagena, en una reunión, y me dice la señora Clinton —a quien conocía directamente porque había estado acá en el Uruguay— “Le voy a enviar una embajadora como usted precisa”. Y así fue. Nos mandó a esta embajadora que tenemos, la señora Julissa que ha logrado un grado de relación, de inserción y de trabajo como no ha tenido ningún embajador en este país, pero lo que más importa, ha logrado que gestiones que llevaban 18 años para poder colocar los cítricos en Estados Unidos lograran la posibilidad de acceder a este mercado. Y ha logrado otras cosas, y seguramente con esa insistencia permanente de su trabajo, esto da una idea de lo que puede valer el trabajo de un embajador. En el marco de esta lucha que es permanente, que es dura, que es desgastante, que a veces no da fruto, pero que es el camino


imprescindible y necesario para lograr, en definitiva, que los medios cubran mucho de lo mucho que tenemos que importar en las más diversas formas, por ejemplo, comprar o vender electricidad según tengamos sequía o no. Por esto fuimos a Brasil, teníamos que ir. Hemos avanzado mucho en la construcción de esa línea de alta tensión que va desde San Carlos hasta la Frontera de Cerro Largo. Recordemos que esa línea de alta tensión —y alta tensión significa que puede circular un volumen importante de energía eléctrica—, el costo de lo que significa ese esfuerzo ha sido financiado por el FOCEM. El FOCEM es un sistema de compensación que los países más grandes del Mercosur acordaron para tratar de ayudar a contrarrestar las naturales asimetrías que hay entre los países. Este criticado Mercosur dispuso esta decisión, y casi el 85 % de esos recursos los pone Brasil, repito, para compensar asimetrías y, por lo tanto, esto directamente favorece a Paraguay y a Uruguay. Esta línea que estamos construyendo y que está muy avanzada, a pesar de las dificultades que ha tenido, necesita para que pueda funcionar una conexión de unos 50 kilómetros dentro del territorio brasilero, que corra entre Candiota y la frontera. La idea básica es que por este sistema puedan circular, en un sentido o en otro, hasta 500 MW, una cantidad importante de electricidad. Pero además, para nosotros es muy importante, ¿por qué? Porque Brasil, por la voz de su mandataria nos ha reiterado que tiene la decisión política de que eventualmente los precios que nos pueda, en algún momento, cobrar Brasil sean los mismos que utiliza Brasil cuando intercambia energía eléctrica entre sus distintos estados. Para que se entienda más claro: normalmente, cuando el Uruguay ha tenido que importar energía eléctrica, a veces vende, todo depende del régimen de lluvia. Todo el mundo sabe que no hay energía más barata que la que generan las represas, y todo el mundo debería de saber que no hay energía más cara que aquella que se produce en base a combustibles líquidos, dígase fueloil o gasoil. Pero cuando nos toca comprar en la República Argentina o cuando le vendemos a la República Argentina —porque ambas cosas pasan según las necesidades— tenemos frecuentemente que pagar lo que se llama “los precios que dictamina el mercado spot”, que significa que te van a cobrar la electricidad de acuerdo al costo de la máquina que esté produciendo en forma más cara en ese momento. Esto determinó que en cada una de las grandes sequías de los últimos años, el Uruguay


tuvo un sobrecosto de energía eléctrica cercano a los mil millones de dólares, ya sea por el precio que comprábamos en la Argentina, país con el que tenemos una fuerte conexión que nos permite pasar volúmenes importantes o ya sea porque lo generábamos en nuestras viejas centrales, pura y exclusivamente en base a combustible. Quiere decir que este problema del precio es tan importante como el tener la seguridad de disponer. Esta interconexión con Brasil nos abre una nueva alternativa frente a este fenómeno, pero además nos puede asegurar precios más razonables. ¡Y vaya que el precio de la energía después tiene repercusión en todo el campo del trabajo! ¿Pero qué nos pasa? Esta fue parte de la razón de nuestro viaje. Están atrasadas las obras del lado brasileño, esos 50 kilómetros que hay que hacer hasta Candiota. Y por otro lado, esto es paradojal, están atrasados los papeles, los documentos. Tenemos acuerdos en líneas generales, y políticamente acordado, pero hay que bajar a tierra las decisiones políticas y transformarlas en documentos que den certeza y seguridad en el largo plazo, porque los gobiernos pasan y los papeles quedan allí estampando su voluntad. Fuimos a esto, y logramos que esta negociación que estaba un poco lateralizada pasara a utilizar los mismos mecanismos que están utilizando los otros asuntos que tenemos agendados con Brasil, que andan muy bien, y que van a ser llevados por nuestro cuerpo diplomático, por la Cancillería y por Presidencia, tratando de resolver lo más rápidamente posible estos problemas con respecto a la cuestión eléctrica. También intercambiamos, y lo teníamos que hacer, con la señora Presidenta de Brasil nuestra visión sobre Haití donde hace casi 10 años que con una fuerza expedicionaria acompañamos a Brasil y a otros países, en el intento de ayudar a esa sociedad que ha pasado por hondas crisis, incluso por un terremoto devastador en su momento. Manifestábamos, y en eso concordamos con la señora Presidenta, que no podíamos transformarnos en una especie de guardia pretoriana si el gobierno de ese país no evolucionaba a dar elecciones y, en definitiva, si no se lograba con rapidez salidas de carácter institucional por un lado, y por el otro lado poner a funcionar una policía interna de Haití que se haga cargo de la seguridad, porque en definitiva si en 10 años no hemos podido solventar estas cuestiones, evidentemente nos parece que el camino tiene que ser otro. Estas cuestiones van a ser discutidas en una discusión general


con representantes de los países que están aportando tropas a la misión que está presente en Haití. Uruguay sigue manteniendo su decisión de irse, por ahora, y va a retirar en estos días una parte de su fuerza, que no va a reponer, y esperamos que gradualmente podamos resolver con rapidez este asunto. Por lo menos esta es la opinión que tenemos hoy con los elementos que manejamos y la teníamos que plantear en Brasil. Con respecto al puerto de aguas profundas, la señora Presidenta de Brasil enfáticamente nos declaró el interés de que esa obra se lleve adelante con el manifiesto apoyo de Brasil, y además de demostrar su clara voluntad, hay un equipo de Brasil y otro equipo de Uruguay que están estudiando este asunto desde el punto de vista técnico. La señora Presidenta nos planteó la posibilidad de que el FOCEM se haga cargo de la financiación de este proyecto, si no todo, por lo menos parcialmente. Recordemos que esta propuesta para nosotros es una verdadera propuesta de integración de la región para los tiempos que vienen, que no es la intención tener un puerto netamente para el Uruguay, sino al servicio de la región. Y como tales manifestamos a la señora Presidenta la voluntad política de empezar ofreciéndole a Paraguay una terminal, por varios años, para que tenga de hecho su puerto. Y esperamos la presencia de otros países de los que componen el Mercosur. Acordamos seguir trabajando afinando los detalles del equipo técnico para poder eventualmente hacer un llamado internacional con respecto a la forma práctica de llevar adelante esta tan importante obra para el Uruguay. Entramos también, y no podía ser de otra manera, dados los tiempos políticos por los que atravesamos, a considerar la discusión y la propuesta que quedamos de presentar a fin de año a la Comunidad Económica Europea atrás de conveniar un acuerdo de comercio con esta unidad tan importante en el mundo, es por sus dimensiones hoy la Comunidad Económica Europea, y conviene recordarlo, el bloque económico más importante que hay en el mundo. Y le señalamos a Brasil que nuestro interés inicial es en gran medida acompañar desde el primer momento la propuesta de Brasil. ¿Por qué? Porque es obvio que para la Comunidad Económica Europea lo más importante a considerar, desde este lado de América, es el mercado brasilero.


Más claro, que nuestro deber es negociar ya y en conjunto con Brasil, porque de lo contrario, si Brasil arreglara o conviniera por su lado, y nosotros quedamos a la espera como un escalón sucesivo, corremos el alto riesgo, tanto nosotros como Paraguay de quedar colgados. Ahora bien, en contra de los comentarios que han aparecido en la prensa, sabemos nítidamente hoy que la Argentina va a presentar su propuesta técnica a los otros técnicos del Mercosur que se van a reunir este viernes en Caracas. En esta reunión de Caracas por lo tanto, es muy probable que el Mercosur, es decir Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay puedan convenir una propuesta más o menos conjunta que le van a presentar en su consideración a la Comunidad Económica Europea con la cual se tiene conversaciones un tanto congeladas hace varios años. Creemos que es importante, muy importante. ¿Por qué? Porque nuestro deber es la lucha por diversificarlos mercados, en todo lo posible. Porque todo el mundo sabe, además, que la presencia demandante en esta región de China es cada vez más fuerte para los cuatro países del MERCOSUR y que esa demanda se va a mantener por años y naturalmente también, necesariamente eso va a cubrir en mucho el marco de nuestras compras, inevitablemente, por prevención, por inteligencia, por tener variables. La lucha por diversificar mercados y no depender demasiado de un único mercado nos parece que es sabio, inteligente y previsor. En definitiva, parecería sobre todo, para los países más pequeños, es muy sabio luchar por la independencia, construyendo una sabia interdependencia. Lo peor en el horizonte para un país pequeño es el desmesurado abrazo del oso, no porque encierre necesariamente maldad, sino porque objetivamente, cuando hay una disparidad comercial, económica, social y política tan grande es muy previsor repartir los riesgos para el mundo que va a venir. Por eso nos parece que estas discusiones son de altísima importancia y ha habido un cambio fundamental en la actitud de Brasil que, en su momento, dijo y definió que iba o iba o iba. Y esto nos permite salir en términos relativos de un peligroso aislamiento. A Venezuela fuimos por varias cosas. También a Haití. Venezuela tiene una enorme gravitación, no porque tenga fuerzas militares, sino que por sus convenios de Petrocaribe financia, es decir, subsidia, regala al pueblo haitiano casi la mitad del valor del combustible que


se está consumiendo allí y esto es muchísimo. El gobierno de Venezuela nos manifestó que el actual gobierno de Haití en general ha cumplido con creces la aplicación de las ayudas de carácter internacional y considera que hay que tener en cuenta sus puntos de vista, por lo menos, lo cual no significa que no se pueda discrepar. Y como tal, nosotros le manifestamos que nuestra intención era que cuanto antes traer nuestra fuerza a casa porque hace 10 años que estamos ordenando servicios y, en última instancia, si no hemos logrado colaborar para que se valga por sí mismo Haití en estos 10 años, difícilmente lo vamos a conseguir y que, por lo tanto lo mejor nos parece es que los haitianos asuman sus propia responsabilidad. Fuimos también a Venezuela para afinar los términos de intercambio y de pago tratando de mejorar y de sostener en todo lo posible la relación comercial que nos resulta tremendamente útil por varios motivos y es a partir de nuestras compras petroleras, alrededor de ocho embarques anuales, es posible que logremos un mecanismo compartido que nos ayude a facilitar las cuestiones de acuerdo, de pago, de intercambio, en este comercio que es conveniente, sobre todo, en el rango de algunos productos alimenticios y que, como tal, nos parece que el Uruguay debe, en el marco de una estrategia general de mantener distintos mercados abiertos, cuidar éste que está allí. Por todo esto, además nos parece que es importante, que es necesario y que, en definitiva, la lucha por el intercambio, ni empieza con nosotros ni termina con nosotros, es una constante. Y a parte de los engranajes naturales, de lo que pone la actividad privada, en sí, es cada vez responsabilidad más importante de los gobiernos contribuir a desglosar las dificultades que permanentemente se levantan con respecto a las dificultades que se generan a las corrientes de intercambio de nuestros países. Por eso, pensamos que estos esfuerzos y otros parecidos no vinieron para una vez, van a ser cada vez parte más corriente del quehacer de los gobiernos del país.


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