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Si tu pieza hablara

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El descanso perfecto

Elegir un buen colchón es algo esencial para garantizar el sueño, pero también contar con el somier adecuado. Los modelos articulados son cada vez más demandados, ya que permiten adoptar la postura más cómoda en cada momento. Apunta estos tips antes de escoger el tuyo.

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FOTO: COLCHÓN DUNA Y SOMIER ARTICULADO BENTO, DE LA COLECCIÓN MOT, DE SENTTIX.

Los colchones de látex y viscoelásticos son las mejores opciones para camas articuladas. Son materiales muy flexibles que se adaptan perfectamente al movimiento del somier y vuelven a su estado natural con gran facilidad.

La funda protege al colchón de las manchas y la humedad. Lo ideal es que sea transpirable, especialmente para colchones de látex, y desenfundable. Existen tejidos acolchados, que suman comodidad, y con tratamientos antiácaros.

Los somieres con láminas de madera ofrecen una gran

firmeza, además de un ajuste ergonómico y perfecto a la columna vertebral, independientemente de la altura, el peso y la posición al dormir.

Cuestión de

estética. El somier articulado puede ir sobre cuatro patas, encajado en un canapé abatible o en una estructura de madera vista o tapizada. Escoge la opción que mejor vaya con la decoración de tu dormitorio.

Dormir entre algodones, esa es la sensación de una cama vestida con buena ropa, un mullido edredón y cálidos plaids. Cama de Maxcolchón.

Los colchones son la base imprescindible para disfrutar de un sueño reparador. De ahí la importancia de invertir en el material que mejor se adapta a tus características fisiológicas, dolencias y hábitos de sueño. Junto a él, los somieres articulados ofrecen numerosos beneficios, como una mayor transpiración del colchón.

Y SI SOIS DOS EN LA

CAMA... Este dato condiciona por completo una adecuda elección. Si la diferencia de peso no es grande, basta con elegir un colchón que combine dos firmezas distintas, pero sin que haya más de un salto de dureza entre ellas. Cuando los cuerpos son como la noche y el día, la mejor opción son dos colchones unidos mediante una cremallera: al llevar una solapa, la separación no se nota cuando son colocados sobre el somier.

¿ERES CALUROSO O FRIOLERO?

Valora esta característica al pensar en el material del colchón. Si eres caluroso, no dudes en elegir uno de muelles; la distancia entre éstos crea una ventilación natural perfecta y hace que siempre esté fresco. Otra opción son los modelos de látex; permiten descansar sin añadir calor porque el aire fluye en su interior. ¿Eres muy friolero? Entonces piensa en uno viscoelástico porque se adaptará a tu cuerpo.

¿CÓMO DUERMES? Elige un colchón duro si descansas boca arriba (en posición supina) o te gusta estar plano. Pero si sueles dormir de lado, mejor piensa en uno de mayor flexibilidad, para que los hombros puedan hundirse levemente. ¿No paras de moverte? Un colchón bastate firme evitará que te hundas o te cueste darte la vuelta.

Voltea tu nuevo colchón una vez al mes: alargas su vida.

Busca el somier que mejor te va

Articulados con motor. Con tres, cuatro o cinco planos. En función de ello se recomiendan para personas con problemas de circulación, de articulaciones o reducida movilidad de cervicales y cuello. Los de cinco ajustan la posición de éste, además de elevar el tronco y las piernas. Y además ¡con masaje! Son modelos que articulan, vibran y masajean en tres zonas difererentes y con distinta intensidad. Así inducen a un descanso más completo.

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