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LIDERAR E INFLUIR
• RECUPERAR LA POLÍTICA EXTERIOR COMO UNA POLÍTICA DE ESTADO
España necesita poner en marcha una política exterior que responda a los valores compartidos de nuestra sociedad. Una sociedad que es profundamente europeísta; que entiende que, durante más de cuarenta años de democracia, los diferentes gobiernos han sabido mantener un razonable equilibrio entre Marruecos y Argelia sin olvidar nuestras responsabilidades con el pueblo saharaui. Una sociedad que cree que nuestra libertad y democracia debe ser también disfrutada por otras naciones como es el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Una sociedad que cree en la cooperación internacional como forma de manifestar nuestra solidaridad y que la seguridad es un compromiso irrenunciable, de ahí nuestro apoyo decidido a la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Al contrario de lo que ha hecho el Gobierno de coalición a lo largo de estos años, desde el Partido Popular estamos convencidos de que la política exterior debe ser una política de Estado, de la que debe participar tanto el líder de la oposición como el Parlamento. Es necesario recuperar una política exterior seria, fiable, predecible, en la que primen los intereses de nuestro país y ante la que el Gobierno actúe de forma coordinada y en la misma dirección.
• LA VOCACIÓN EXTERIOR DE ESPAÑA
Nuestro país ha mirado siempre al exterior. La huella de España se deja notar en todo el mundo. Es un legado del que los españoles podemos sentir orgullo y que, al mismo tiempo, conlleva un alto grado de responsabilidad. De España se espera un papel protagonista en la escena internacional, como miembro de la Unión Europea, con una profunda relación de vecindad con Marruecos y Argelia, y una realidad atlántica, tanto por geografía como por los vínculos históricos y personales con Iberoamérica y los acuerdos con Estados Unidos y la pertenencia a la OTAN. La defensa constructiva de nuestros intereses nacionales en el exterior es una tarea compatible con la cooperación en todos los retos que la humanidad tiene en común.
España aspira a ejercer una auténtica influencia como miembro destacado en la comunidad occidental. Debemos participar activamente en la toma de decisiones y en la creación de consensos, tanto en Europa como en el mundo, y aportar la visión específica de una nación con siglos de vocación global y una posición privilegiada entre tres continentes.
• UNA COYUNTURA INTERNACIONAL COMPLICADA
España no puede ser testigo mudo de los múltiples acontecimientos globales. La guerra en Ucrania es un desafío dramático que sigue costando vidas y pone en jaque el orden internacional basado en reglas; la democracia liberal pugna con derivas autoritarias, extremistas y populistas; surgen amenazas sobre la construcción europea, que es un empeño compartido e inequívoco de la sociedad y de los gobiernos españoles, que estamos obligados a preservar y defender.
• AFIANZAR LA SEGURIDAD EN EL NUEVO CONTEXTO
Ocupar una posición de liderazgo e influencia global pasa por mantener el compromiso con las misiones internacionales de la mano de nuestros socios y aliados. Reforzaremos las Fuerzas Armadas como garantía del prestigio nacional, la disuasión y la defensa ante toda amenaza. España necesita un Gobierno compacto que no arroje dudas sobre sus lealtades en asuntos como la guerra de Ucrania o la promoción de la democracia, el pluralismo político y los derechos humanos allí donde se cuestionan.
• DAR SERVICIO DE CALIDAD A LOS ESPAÑOLES EN EL EXTERIOR
España debe potenciar su servicio exterior para cubrir satisfactoriamente las necesidades de sus nacionales en el exterior, una comunidad de cerca de 3 millones de personas a los que hay que sumar sus familias y los millones de españoles que se desplazan al extranjero cada año. El refuerzo de nuestras capacidades consulares será, por tanto, una prioridad de nuestra acción exterior.
• LA CULTURA, NUESTRO MAYOR PATRIMONIO
La lengua española es un patrimonio que compartimos más de 500 millones de personas en el mundo, sobre el que edificar sólidos vínculos políticos, culturales, económicos y sociales. La promoción, la defensa y el respeto al español y a la cultura e historia de España serán elementos esenciales de nuestra proyección exterior en cualquier ámbito geográfico o político.
La cultura es la mejor imagen de nuestro país en el mundo. España cuenta con un riquísimo acervo cultural y con instituciones culturales de primer orden. Un potencial gigantesco que debemos aprovechar y poner al servicio de una idea coherente y plural de nuestra cultura. Rechazamos tópicos y visiones sectarias de la cultura, expresión espontánea de lo que somos como sociedad: aspiramos a una cultura de todos y para todos.
• EL DEPORTE, IDENTIDAD GLOBAL DE NUESTRO PAÍS
También el deporte se ha configurado en las últimas décadas como un elemento clave de la identidad global de nuestro país. Pero el peso de los grandes eventos, las selecciones absolutas y los clubs líderes no deben hacernos perder de vista la dimensión social del deporte, que comienza por la base. Debemos encontrar un equilibrio entre ambos enfoques y hacerlos complementarios.