FICHA TÉCNICA: Película: El Havre. Título original: Le Havre. Dirección y guion: Aki Kaurismäki. Países: Finlandia, Francia y Noruega. Año: 2011. Duración: 93 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: André Wilms (Marcel Marx), Kati Outinen (Arletty), Jean-Pierre Darrousin (Monet), Blondin Miguel (Idrissa), Elina Salo (Claire), Evelyne Didi (Yvette). Producción: Aki Kaurismäki, Fabienne Vonier y Reinhard Brunding. Fotografía: Timo Salminen. Montaje: Timo Linnasalo. Diseño de producción: Wouter Zoon. Vestuario: Frédéric Cambier. Distribuidora: Golem. Estreno en Finlandia: 9 Septiembre 2011. Estreno en España: 28 Diciembre 2011. Calificación por edades: Apta para todos los públicos.
EL DIRECTOR: Aki Kaurismäki (Orimattila Finlandia, 4 de abril de 1957) es un director de cine finlandés, famoso por sus películas ambientadas entre las clases sociales más desfavorecidas, en especial las del norte de Europa, a menudo con situaciones y personajes extravagantes. Es el fundador junto a su hermano Mika Kaurismäki del Midnight Sun Film Festival de Sodankylä y de la distribuidora cinematográfica Ville Alpha (y que recibe su nombre en honor de la película Alphaville de Jean-Luc Godard). Tras hacer estudios en la Universidad de Tampere, Aki Kaurismäki inició su carrera como ayudante de guionista y actor en filmes de su hermano mayor, Mika Kaurismäki. Su inicio como director independiente se produjo al rodar Crimen y castigo (1983), que adaptaba la novela de Dostoyevsky en un Helsinki moderno. Y es que gran parte de la obra de Kaurismäki se centra en Helsinki; sucede especialmente con Calamari Union (1985), y la trilogía Sombras en el paraíso (1986), Ariel (1988) y La chica de la fábrica de cerillas (1990), donde se percibe que la perspectiva del autor es crítica y marcadamente ajena al romanticismo, así como que la década decisiva para el autor fue la de 1980. Su reconocimiento internacional llegó con Los vaqueros de Leningrado van a América (1989). Ariel fue premiado en Moscú, y Un hombre sin pasado (2002), en Cannes, siendo nominado además en Hollywood. Pero Kaurismäki ha preferido no ir a las ceremonias del cine. Se dice que Kaurismäki está influido por autores franceses de la talla de Melville y Bresson; algunos incluso hablan de la presencia de Fassbinder, si bien Kaurismäki ha señalado que es un autor conocido por él sólo recientemente.
CRÍTICA de Lluís Bonet Mojica (30/12/2011). El finlandés Aki Kaurismäki colecciona perdedores de valioso heroísmo y también grandes películas. El Havre tal vez no sea la mejor de su singular filmografía, pero es una obra de gran valor ético y fílmico. Hay ecos indudables de filmes anteriores, especialmente de La vida de bohemia, donde ya actuaba André Wilms, aquí descomunal en su recreación del personaje que transita un universo miniaturizado con desbordante talento por el director de Un hombre sin pasado. El Havre es una fábula moral que ilustra una evidencia: quienes menos tienen son siempre los más solidarios. Por eso se mueven en pequeños mundos donde anida la grandeza. El protagonista, Marcel Marx, es un escritor francés que tuvo cierto éxito y también un bohemio contumaz. Un buen día decide exiliarse a la histórica ciudad portuaria de El Havre, para vivir con su esposa (soberbia Kati Outinen, en su décimo trabajo con Kaurismäki) en un suburbio. El antiguo intelectual ejerce ahora de limpiabotas en la estación de ferrocarril, siempre atento a si los viandantes llevan zapatillas deportivas o zapatos que necesitan lustre. Un tipo en apariencia frío y que parece estar de vuelta. La película principia como un thriller y el relato mantiene ese tono, aunque su panorámica sobre la geografía humana no cesa. El azar hará que Marcel Marx contemple de cerca el drama de los refugiados africanos y se convierta en protector de un menor. Un hierático agente de policía (gran composición de Jean-Pierre Darroussin) pronto sigue sus pasos. Pero en este irónico cuento nadie es lo que parece y los personajes desafían la lógica. Sin duda porque la única lógica exigible es el amor hacia los seres cercanos y los aparentemente lejanos. Todo ello confiere a El Havre un acento sardónico y profundamente humano, acrecentado por las apariciones del cómico Pierre Etaix (en el papel de médico) y de Jean-Pierre Leaud como vecino delator.