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VIRREYES

MONASTERIO DE CAPUCHINAS

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En Lima se fundaron desde épocas muy tempranas monasterios de clausura para mujeres que querían seguir una vida contemplativa aisladas del mundo. Los primeros que se fundaron en los siglos XVI y XVII seguían un patrón de distribución “urbano”: al interior de los muros del cerco se distribuían las celdas de las monjas en torno a callejuelas y plazoletas, mientras que los ambientes comunitarios se ubicaban alrededor de un claustro. Complementaba el conjunto la iglesia, en la que la posición del coro a los pies forzaba a tener los ingresos en los muros laterales de la nave. A partir de mediados del siglo XVII la forma de los monasterios femeninos cambió, se abandonó el patrón “urbano” de calles y celdas para organizar éstas en torno a claustros. En las iglesias, por su parte, se trasladó el coro bajo a un costado del presbiterio y se liberó el muro de pies para abrir el ingreso principal, tal como lo vemos en la Iglesia de Jesús, María y José. Debido a sus características arquitectónicas, urbanas y artísticas, podemos decir que los monasterios eran uno de los elementos más representativos de la vieja Lima.

PALAIS CONCERT

La ciudad de Lima se trazó inicialmente con una estructura de damero hipodámico que en teoría debía expandirse por el territorio siguiendo un mismo patrón; sin embargo, durante la evolución de la ciudad, tal como menciona Leonardo MattosCárdenas, se dieron tres tipos de tejido: Uno pragmático, que es el ya mencionado; uno jerárquico, como el del Rímac que tiene un gran eje (Jirón Trujillo) que remata en la Iglesia de San Lázaro; y uno “bíblico”, como el de Santiago del Cercado, la reducción de indios de Lima, el cual tiene una planta basada en la iconografía del “Jerusalén celeste”, con una plaza romboidal al centro. A estos deberíamos sumar un cuarto tejido, el “orgánico”, que corresponde a Barrios Altos y su traza irregular basada en caminos, parcelas agrícolas y canales.

La estructura urbana no solo implicaba la traza en planta, sino la relación entre los distintos elementos urbanos y arquitectónicos, como las fachadas con balcones de celosía, las correlaciones entre la altura de las casas y de los edificios principales, como las iglesias, las plazuelas en esquina, entre otros muchos elementos que en varios casos se han perdido.

BASÍLICA DE LA MERCED

Desde la fundación de la ciudad se establecieron en ella órdenes religiosas con el fin de evangelizar a la población indígena. Las primeras órdenes religiosas en fundar conventos en la ciudad fueron los mercedarios, franciscanos y dominicos, a los que se unieron posteriormente los agustinos y jesuitas. Éstos fundaron establecimientos monásticos de distinto tipo: conventos mayores, sedes principales de la orden en la ciudad; colegios, destinados a la educación superior de los miembros de la orden; o recolecciones.

Los conventos mayores son enormes complejos arquitectónicos distribuidos en torno a claustros, alrededor de los cuales se encuentran las celdas y los principales espacios comunitarios: sala capitular, refectorio, sala de profundis y biblioteca, mientras que la iglesia y sus espacios anexos se ubican en una de las esquinas, con proyección hacia la calle. Así mismo eran los lugares donde efectivamente se organizaban las expediciones y misiones que permitieron expandir el territorio del Imperio Español.

TRIBUNAL DEL CONSULADO

Era la institución que agrupaba a los comerciantes de la ciudad de Lima, quienes a su vez eran en su mayoría los vecinos más acaudalados e importantes de la ciudad. En ese sentido, tenía un enorme poder económico y social, al punto de llegar a controlar el crédito público y otorgar empréstitos a la Corona. Tal era su riqueza que se dice que pavimentaban en plata la vía frente a su sede, la calle Mercaderes, cuando ingresaba un virrey a la ciudad.

Así mismo era el tribunal en el que se arbitraban los pleitos existentes entre los comerciantes, por lo que también, en cierta forma, controlaba el tráfico comercial del Perú. Dada su importancia, esta institución colaboró con muchos virreyes, así, financió la construcción de muchísimas obras públicas como la portada y camino del Callao a principios del siglo XIX, realizada durante el mandato del virrey O’Higgins.

IGLESIA DE SAN PEDRO

Es posible apreciar en el templo de San Pedro , ubicado en Jirón Azángaro N° 451, los grandes retablos barrocos laminados en pan de oro, que fueron lo común en la mayoría de iglesias de Lima hasta el siglo XIX. En el techo de la sacristía se reproducen escenas de la vida de San Ignacio delimitadas por marcos de madera con pan de oro.

En sí el templo de San Pedro, empezado a construirse en una primera etapa en 1624, fue uno de los más venerados por las reliquias que custodiaban.

CASA DE PILATOS

La ciudad de Lima se fundó el 18 de enero de 1535 en el valle del Rímac. Sobre un vasto territorio se trazó un damero hipodámico y se distribuyeron los solares entre los principales hombres de Francisco Pizarro, el fundador. La ciudad en sus inicios era una villa con edificios sencillos, pero ya hacia mediados del siglo XVI la situación cambió, empezándose a gestar las grandes obras que distinguieron esta ciudad en el siglo XVI.

De los primeros años del virreinato poco ha llegado a nuestros días, terremotos y demoliciones han desaparecido edificios de gran valor; sin embargo, es posible apreciar algunos elementos del pasado, como la portada de la casa de Pilatos, su patio con columnas de Piedra o la portada lateral de la Iglesia de San Agustín. Ellas trasmiten la historia de una Lima casi desaparecida.

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