¿Cómo narrar en tan pocas páginas un acontecimiento que cambió el rumbo de la historia? Descrito como “descubrimiento”, “encuentro de dos mundos”, y con otros nombres que disfrazan un hecho que en síntesis estuvo cargado de crueldad y amargura para quienes lo vivieron, hombres, mujeres y niños que vivían en paz, con sus propias costumbres y normas apegadas a un orden establecido por sus antepasados miles de años atrás. Nos dicen que por casualidad todo inició un 12 de octubre del año 1492, con el descubrimiento de un continente nuevo; ahí inicia la ambición y surge el cruel despojo; nació la amargura y se reinventaron las creencias, se reinventaron las formas, era el inicio del genocidio, y junto con él, la idea del nacimiento de un “Nuevo Mundo”.