Introducción
Esta es la historia de un muñeco de nieve muy curioso, quien aprende una importante lecció. Junto a sus amigos hace grandes cambios en su vida, aprende de sus errores y el significado de las festividades. ¡Acompañanos en esta aventura de Jack!!
Un día de octubre un muy alegre muñeco de nieve se encontraba en una ciudad con muchas decoraciones, pero estas no se parecían en nada a las decoraciones de navidad que conocía. Eran totalmente diferentes.
Impresionado quedo al ver a su alrededor, así que decidió buscar a sus amigos.
Confundido recordó que la Navidad pasada ellos le contaron sobre una noche en la que comían muchos dulces...
Al fin los encontró, entonces, él dijo: –¿Qué es todo esto, que son todas estas calabazas y niños con disfraces?
Ellos le dijeron: ¡¡¡Es Halloween!!! –¿Ehhhh? ¿de qué estas hablando? yo solo conozco Navidad, –respondió Jack
Ellos le dijeron: –Halloween es una noche donde todos se disfrazan de lo que quieran y recorren las calles para pedir dulces en las casas es una fiesta, todo es alegría.
Ahh, pero hay un truco, la casa que no dan dulces, sufrirán una travesura, continuaron diciendo sus amigos…
El muñeco quedó sorprendido y dijo: –¡Yo quiero participar con ustedes!
Los dos amigos se juntaron y hablaron entre ellos…unos segundos después…
– ¡Perfecto! dijo uno de ellos prepararemos tu disfraz, hay que apurarnos porque Halloween es mañana.
A la mañana siguiente el muñeco de nieve fue a buscar a sus amigos. Seguía impresionado por la decoración de Halloween, cada vez se emocionaba más por compartir esta fiesta con sus amigos.
Pero, había un problema, entre tantos niños disfrazados no lograba encontrar a sus amigos. Después de un largo tiempo de estar recorriendo las calles uno de ellos le grito…. ¡Heeyy! ¿Qué haces aquí?
Jack respondió… Les dije que quería participar con ustedes. ¡Qué lindos disfraces! De qué es tu disfraz preguntó. ¡Yo soy un pirata! ¡Y yo un piloto! respondieron sus amigos.
Así que decidieron llevar a al muñeco de nieve a conseguir un disfraz para la noche.
Después de un rato entraron a una tienda y le compraron una máscara de calabaza y un abrigo muy grande entonces algo había ocurrido dentro de nuestro amigo el muñeco de nieve.
¡Paaaaan !!! Una luz brillo dentro de él, se transformó por completo. La magia de navidad dentro de él convirtió la nieve en un cuerpo humano y la máscara de calabaza se convirtió en su rostro. De pronto aquel muñeco de nieve ya no era más, ahora era ¡Jack, la calabaza!
Ahora con todo listo Jack y sus amigos salieron a buscar dulces de Halloween.
Salieron corriendo por las casas en busca de dulces o trucos.
¡Oohhh! Ya encontraron la primera casa para pedir dulces… La primera persona en darles dulces es una brujita con un pequeño caldero donde tenía los dulces. ¡¡Ellos gritaron dulce o travesura!!
La brujita les entrego los dulces, Jack emocionado por recibir dulces empezó a comérselos todos de un solo mordisco.
Los amigos de Jack le dijeron: –Espera los dulces se comen en la casa, no cuando los recibes ya que para el final de la noche no tendrás muchos dulces y te dolerá el estómago. Ahora es momento de seguir buscando más dulces...
Pidieron dulces por todas las casas de la ciudad. Vieron a muchas personas disfrazadas de monstruos, fantasmas y muchas otras criaturas.
Cuando tocaban una puerta y les daban muchos dulces ellos les daban una sonrisa y agradecían los dulces que les daban.
Si en una casa nos les daban muchos dulces Jack al ver usaba su magia y les hacía una travesura. Con un chasquido de sus dedos le daba vida a las decoraciones dándoles el susto de sus vidas.
Los pobres corrían despavoridos sin comprender qué es lo que pasaba.
En cuestión de horas toda la ciudad estaba aterrorizada y triste. Ya nadie se estaba divirtiendo. ¡Halloween se había arruinado por las travesuras de Jack!
El piloto y el pirata trataban de detener a Jack. Le dieron un fuerte abrazo y la magia de su amistad logró tranquilizar a Jack y los escuchó.
Ellos le explicaron que las travesuras deben ser sorpresas divertidas para todos y no asustar a las personas.
Al comprender su error Jack se disculpó con las personas a las que sufrieron sus travesuras. Con cada disculpa Jack y sus amigos se dieron cuenta de la importancia de respetar y apreciar las diferencias de cada persona.
La diversión de Halloween había regresado a la ciudad...
Jack les dijo: ¡Es hora de irme! Debo prepararme para la dulce navidad. Regresaré el próximo año para compartir la diversión de Halloween. Prometo que el próximo año será más divertido que este, entre abrazos ellos se despidieron…
¡¡ Hasta
pronto querido Jack!!
