NUMERO 1 - DICIEMBRE 2010
LA JOYA DEL PASADO MAESTRO MASONERIA E ILUSTRACION EN ESPAÑA EL TEMPLO INTERIOR
SUMARIO
LA JOYA DEL PASADO MAESTRO.................................. 3 MASONERIA E ILUSTRACION EN ESPAÑA....................... 6 LA PRESENCIA DE LOS CUATRO SANTOS CORONADOS EN CATALUÑA Y MALLORCA............. 11 JUSTICIA Y RES PUBLICA................................................. 22 LO INICIATICO.................................................................... 26 ARABES Y JUDIOS EN LA MASONERIA ISRAELI........... 33 LA PIEDRA CÚBICA APUNTADA.................................... 40 EL TEMPLO INTERIOR....................................................... 44
XIV . La Joya del Pasado maestro en Escocia consiste en la Escuadra, el Compás, y un Arco de Círculo. En Irlanda es la Escuadra y el Compás con la letra “G” en el centro. En Inglaterra, desde hace 85 años al menos, ha sido la Escuadra con la 47 Proposición de Euclides pendiente dentro de ella.
da en Irlanda por la Joya, la letra "G", que junto con la Proposición 47 estaban en uso tanto en Inglaterra como en Irlanda probablemente antes de 1723. Si hacemos una comparación de todo ello, en mi opinión, debería convenir que la "G", principalmente al menos, fundamentando la Geometría, es la base de todo el trabajo Masónico Operativo, incluyendo la 47 Proposición, con la que estoy en todo punto de acuerdo. La Escuadra es presentada al Aprendiz entrado como una
probablemente la herramienta más importante de un masón, ya sea Operativo o Especulativo, porque conecta y más o menos incluye el Nivel y la Plomada, y es la única herramienta por la cual la Piedra bruta puede ser preparada y probada. Y a menos que los sillares sean perfectos el edificio no se puede construir con ninguna sabiduría trazada, con fuerza, o con belleza. Se utiliza para dar forma a lo grosero y probar la masa perfecta, por lo tanto es primordial que un
de las Tres Grandes Luces de la Francmasonería, al Compañero como una de las herramientas de su grado. Es también una de las Joyas de la Logia, y la Joya distintiva del Maestro de la Logia. Es
instrumento del cual tanto depende esté en sí mismo perfectamente correcto. Es esta última consideración especialmente la que justifica que la Proposición 47º sea tan apropiada como
Un poeta irlandés escribió:
La Francmasonería en sí misma puede ser contemplada como una unidad ejemplar sin uniformidad; así que no se debe suponer que por haber diferencias hay algo exclusivamente inglés, irlandés, o escocés, acerca de la Joya del Pasado Maestro en cada caso. Todos son hermosos eslabones en la continuación de la cadena de unión desde la Masonería Operativa a la Especulativa; todos nos recuerdan que el Maestro de una Logia operativa realizó sus planes por esa rama de la ciencia a la cual damos el nombre general de "Geometría", y que está representa-
emblema del P.M. El oficial emplea la Escuadra para dar formar a la ruda masa; el Maestro para probar la obra; ¿pero cuales de sus deberes nos lleva a considerar que esta herramienta tan importante está en sí misma correcta? La persona más conveniente parecería ser el Pasado Maestro. Él, habiendo pasado a través de las etapas de su uso, y probándola con éstas, debería ser el más consciente de la necesidad de que esté siendo usada correctamente. ¿Pero de qué modo puede asegurar la corrección de la Escuadra? ¿Cómo puede asegurarse de que el ángulo entre los dos lados de la escuadra llegue a ser verdaderamente correcto o un ángulo recto? Hay muchas maneras conocidas para la ciencia moderna por el que esto puede ser realizado, pero el más antiguo, y quizás el más simple, es por medio de la Proposición 47º del primer libro de Euclides. Por lo tanto el Pasado Maestro, cuyo principal deber, entre otros, es probar las herramientas al haber llegado a una habilidad completa en Francmasonería, la usa como parte de su Joya distintiva. El término de Pasado Maestro es entonces habitualmente usado para describir a todo aquel que esté en posesión del conocimiento especial en un apartado en particular. Esta Proposición es conocida ciertamente desde hace veinticuatro siglos, y proba-
blemente desde hace mucho más, y por ella podemos probar que en un triángulo, uno de cuyos ángulos es un ángulo recto, el cuadrado del lado opuesto al ángulo recto es igual al cuadrado de ambos lados que contienen el ángulo recto. Se sigue entonces que si hacemos cualquier triángulo en el cual el cuadrado de un lado sea igual a ambos cuadrados de los otros lados, en-
día el estándar y el símbolo de la perfección de los masones especulativos es la escuadra, este triángulo en ángulo recto, que es prácticamente idéntico a como era con los egipcios hace varios miles de años el estándar y el símbolo de la perfección; y al que hicieron también la base de todas sus medidas. Veían en ella el símbolo de la Naturaleza Universal; siendo el la-
tonces el ángulo opuesto a ese lado debe ser un auténtico ángulo recto; el ángulo de una Escuadra correcta.
do 4, Osiris, el principio masculino; el 3, Isis, el principio femenino; y el 5, Horus, el hijo, el producto de estos dos principios. Dijeron entonces que el 3 era el primer número impar perfecto, que el 4 era el cuadrado de 2 y el primer número par, y 5 era el resultado de 3 y 2.
En el libro inglés de las Constituciones de 1723 esta Proposición aparece en el Frontispicio, y fue denominada como, “la asombrosa Proposición sobre la cual está el fundamento de toda la Masonería”. El diagrama mostrado lo representa según lo utilizado por los masones ingleses desde hace casi 100 años; se verá que para conseguir un ángulo recto correcto solamente es necesario hacer un triángulo cuyos lados estén en la proporción 3-4-5. Con respecto a esto es de gran interés saber que hoy en
En Francmasonería la Escuadra es el símbolo de la perfección moral. Es el deber del Maestro aplicar la Escuadra perfecta de la rectitud y la verdad al trabajo de los obreros; pero la responsabilidad más alta y más grande se basa sobre el Pasado Maestro, precisando, y ejemplificando en él mismo como es la Rectitud en sí misma, y cual es la Verdad, contestando a la pregunta de Pilatos:
“¿cuál es verdad?” La verdadera Masonería Especulativa enseña al hombre, por la aplicación industriosa de los principios de la Verdad Eterna y de la Rectitud al material intagible de la humanidad, a formar sus pensamientos y acciones para erigir de él un edificio espiritual, una fundación estable, con propósito inteligente, y admirable de contemplar. El Pasado Maestro representa a quién ha erigido tal edificio; pero lo que ha hecho le sitúa bajo la responsabilidad de que aquellos que están trabajando para el mismo fin no transgredan, por precepto y ejemplo, a través de lo que ellos quieren aportar, principios que han sido puestos a prueba y reconocidos como absolutamente verdaderos y correctos. Podría decirse, ¿por qué entonces ser un Pasado Maestro e incurrir en toda esta responsabilidad? Es a lo que uno ha llegado a la vida Masónica, siendo simbólico de qué hombre nace llegar a ser un Francmasón o no. No hay hombre que coma más o menos del árbol del conocimiento del bien y del mal, y no incurra en la responsabilidad aparejada a ello. Ningún hombre puede escapar de ser no sólo el guardián de su hermano sino su igual, además de la responsabilidad mayor de ser el guardián de los que son principiantes y aprendices; pues de como sean influenciados
para bien o para mal, afectará hasta la tercera o cuarta generación. Podríamos preguntarnos, ¿cómo es que a pesar de que en Masonería y en la vida todo el desgaste y las responsabilidades que parecen afectar a los obreros de los diferentes grados, y a los supervisores del trabajo, es el Pasado Maestro que ha sido elevado a través de todos los grados, y que parece ha ganado la calma de unas tranquilas aguas, libre de las ansiedades, problemas, quien asume la responsabilidad más grande de todos? La respuesta, que es realmente profunda, es que mientras que él era un principiante su trabajo fue continuamente observado y tenido en cuenta, y era responsable de ello ante aquellos que estaban sobre él y asimismo libres del error; pero eso ahora, como Pasado Maestro, tanto para su propia obra como para velar por la corrección de las reglas que suministra a los principiantes, es responsable, no ante los masones o los hombres, sino ante el Gran Arquitecto, el Gran Geómetra, Dios del universo. Puedo traerles dos casos donde la Escuadra es tratada de una manera simbólica, mucho antes de que la Masonería Especulativa existiera; especialmente como sugestiones fueron singularmente próximas a nosotros. Guillermo de Guileville, que nació en 1295 y murió en 1360, escribió un libro llamado el “Peregrinaje del Hombre” en el cual, en una imaginativa “últi-
ma voluntad” de Jesucristo, una cláusula contiene un legado a la humanidad de “Pax triple,” simbolizado por P.A.X. dispuesto sobre la principal de una de las ramas de una cruz latina, la cual forma un ángulo recto, como indicación del deber incondicional del hombre: su amor a Dios y a su vecino. De esta manera, A. representa el Anima, el alma; X. Kristos, Cristo, finalmente conectado con el alma por el amor, pero directamente en la cuerda de plomada y sobre ella como superior; P. Proximus, prójimo, apropiadamente en el mismo nivel, y también conectado firmemente por el amor, pero no tan cerca como X., Cristo, según lo indicado por el palo más largo de la cruz.2 El otro caso salió a luz cuando, en la reconstrucción del puente del Baal, cerca de Limerick, una escuadra de cobre fue encontrada, inscrita con la fecha 1517, y con estas palabras: “
Éste era el sentimiento de un masón puramente operativo, y sigue siendo un sentimiento ajustado para un Especulativo 400 años más tarde. 1. Ver el documento exhaustivo sobre “El gran símbolo,” por Bro. S.T. Klein, A.Q.C. X., p. 82 y sig. 2. Ver W.H. Rylands, “Simbolismo de la Escuadra,” A.Q.C. XIII., p. 28
En España y su antiguo Imperio siempre se han visto vinculados los valores ilustrados a la aparición de la masonería y en especial los del liberalismo, la democracia, los derechos humanos e incluso la República y hasta el anticlericalismo. Todavía hoy es fácil ver en los periódicos nacionales referencias a la actualidad en las que se esgrimen hipótesis sobre la actuación de ciertos políticos de los que deducen que son masones en función de esos arquetipos históricos, pero ¿son realmente ciertos?, ¿siempre son así? En el siglo XVIII, España era un viejo Imperio sin industria y apenas tenía burguesía, siendo la nobleza la clase fundamental junto con el clero. Sin embargo, fue uno de los primeros países en que hubo logias simbólicas fuera de las islas británicas, y la fundación de logias vino de la manos inglesas primero, gracias al Duque de Wharton, en 1728, y más tarde sería nutrida sobre todo por la línea francesa, especialmente con la invasión de las tropas napoleónicas. Pero el número de masones fue exiguo. La Ilustración, no sólo en lo político, sino en conjunto, no fue un movimiento de pensamiento que penetrara hondamente en la sociedad
española. Se puede decir que España fue un país apenas ilustrado, como lo demuestra la poca literatura ilustrada y su mediana relevancia, por comparación a otras épocas anteriores como el Siglo de Oro o incluso posteriores como el Romanticismo, la carencia de grandes autores de ese periodo y la brevedad de ese estilo, para pasar, por así decirlo, casi directamente del Barroco al Romanticismo. Esto mismo sucede a la par
nalismo, de libertad de la conciencia, del empirismo o del desarrollo de nuevos sistemas de pensamiento no era fácilmente asumible por una mentalidad más propicia a pensar mediante aforismos, literatura y mitos, aunque no por ello dejara de ser un pensar hondo.
que en la poesía o en la narrativa y el teatro, en la música y en la arquitectura. Se diría que España ha permanecido como país premoderno para saltar, casi de golpe, al Romanticismo y luego a la post-modernidad, pues se está de vuelta de una Modernidad a la que apenas se fue, ahorrándose parte del camino. La filosofía del racio-
Ilustración en España se debió a la fuerte implantación de una unión muy sólida entre trono y altar, donde la Inquisición siguió ejerciendo una fuerte presencia, con varios y sonados procesos contra los masones: la censura de obras y persecución de lo que, sobre todo después de la Revolución Francesa, venía del
Sin duda alguna, como relatan casi todos los historiadores, la escasa penetración de la masonería y de la
norte de Europa. El reinado del Carlos III, que fue considerado un prototipo del despotismo ilustrado no es el propio de un masón, como algunos han querido ver, pues prohibió la francmasonería ya reinando en Nápo-
les y luego haría lo mismo en España, con su hijo. Algunos autores comentan que hubo un cierto auge en la masonería española con el paso por el país de Giuseppe Balsamo, conde de Cagliostro, el Gran Cophto, ocultista, aventurero y embaucador. Si hubo una época propicia fue aquella de dos grandes ministros el Conde de Aranda, ilustrado considerado por muchos como masón y padre del Supremo Consejo en España, y Godoy, el Príncipe de la Paz, especialmente abiertos a todo lo que venía de Francia. Pero con la Revolución Francesa, el rey Carlos IV hizo que el Imperio se cerrase a todo lo ilustrado. Por otro lado, siempre estaba la sospecha de que entrasen los peligros de la Reforma Protestante camuflada en nuevos pensamien-
tos heréticos. España adoptó una actitud defensiva ante lo que venía de otros países de Europa, en especial los que habían tenido en su seno la implantación de reformas protestantes o de otra índole. Esto no impidió, sin embargo, que los grandes autores ilustrados, especialmente los franceses como Montesquieu, Rousseau, Voltaire y Condillac, así como la Enciclopedia, se divulgaran secretamente en una escogida parte de las clases altas. El desarrollo de la francmasonería en España fue así muy inferior al que hubo en otros países de nuestro entorno. Se calculan tan sólo unas decenas de logias y difícilmente se cree la denuncia de un espía de la Inquisición en la que contaba hasta noventa. Sin duda, también influyó en su poco desarrollo la proclamación de las condenas papales, especialmente con la Restauración que llegó después de la invasión napoleónica. Sin embargo, muchos de sus miembros fueron de elevado rango social e intelectual y muy influyentes. Con Napoleón entró el Gran Oriente de Francia creándose nuevas logias bonapartistas y extendiéndose el rito escocés y el Supremo Consejo. El hermano de Napoleón, José Bonaparte, considerado como usurpador, era el Gran Maestre de la Orden, como luego sería también masón otro rey de España también considerado extranjero, Amadeo I
de Saboya. En general, la Ilustración en España fue de tipo cristiano en casi todos sus más destacados miembros y además vinculada al catolicismo. De hecho, no pocos fueron clérigos, como, entre los más destacados, el jesuita José Francisco Isla, el benedictino Benito Jerónimo Feijoo o el sacerdote José María Blanco, quien cambió su apellido al emigrar a Inglaterra y hacerse anglicano: White. Éstos ejercían la labor propia de la Ilustración, la búsqueda de una coexistencia entre fe y razón, la crítica de las supersticiones, la falta de cultura y la renovación de la sociedad buscando su progreso, la libertad y la igualdad ante la ley. Algunos clérigos heterodoxos entraron en la masonería, como sucedería con el poeta e intelectual, Alberto Lista, lector de los ilustrados
franceses y más interesado en cuestiones humanitarias y sociales que religiosas, quien escribió también poemas masónicos, como el eclesiástico
Manuel María de Arjona; ambos han pasado a la historia de las letras españolas. Otros escritores ilustrados fueron Gaspar Melchor de Jovellanos, ministro, reformador, poeta y dramaturgo, como Leandro Fernández de Moratín, el poeta y escritor Tomás de Iriarte, prototipo de ilustrado y considerado como masón, o José Cadalso, autor de las Cartas Marruecas, que toma como modelo para aplicar en el territorio español las Lettres persannes de Montesquieu, pero quien con su obra: Noches lúgubres se muestra ya como un puro romántico en medio del periodo oficialmente ilustrado; la Ilustración hispánica fue un suspiro entre el Barroco y la rápida implantación del Ro-manticismo. Expulsados los franceses, las Cortes de Cádiz hicieron la primera Constitución del país y una de las primeras y más avanzadas del mundo en 1812, estableciendo la división de poderes, la libertad de imprenta, la igualdad ante la ley, etc. Pero el rey Fernando VII, absolutista, la abolió en cuanto llegó del exilio, reinstauró la Inquisición e inició la persecución de liberales y masones. Muchos veían a tales como extranjeros y afrancesados, después del odio que la guerra produjo frente a todo lo francés. La revolución de 1820 vuelve a reactivar el Grande Orien-
te en España, con el Conde de Montijo como Gran Maestre, pero fue aplastada con la intervención de los Cien Mil hijos de San Luis, enviados por el monarca francés. Hasta 1833 no cesó la represión ejercida contra los masones que entonces serían amnistiados, aunque se siguieran prohibiendo las logias. Por otra parte, la España de ultramar comenzó a independizarse y el desgajamiento del Imperio se debió en buena parte a masones independentistas, al igual que en los EEUU, como Bolívar y San Martín que así se desgajaban del reino absolutista, lo que todavía sigue criticándose en la actual España.
Una nueva revolución, la de 1868, hizo huir a la reina Isabel y produjo una gran fecundidad de trabajos masónicos y hermanos que luchaban por un nuevo orden. Se le ofreció la corona a un rey masón, Amadeo I de Saboya, hijo del rey de Italia, pero fracasó su implantación con un reinado brevísi-
mo que dejó paso a una república muy inestable. Sin embargo, pese a la vuelta de los borbones, la masonería creció con gran fuerza hasta la guerra civil, 1936-1939. Hubo cientos de logias y no pocos presidentes del gobierno masones y personajes de relevancia en la política, las ciencias y las artes. Su área de interés parece estar más en la cuestión social, la libertad, democracia o república, que en lo religioso o la visión transcendente del mundo. En esos tiempos la masonería española es identificada como defensora de la libertad religiosa, la libertad de pensamiento y la política, pese a las condenas papales.
Donde sí se ve más hondamente la implantación de la Ilustración no es ya tanto en el siglo XVIII sino después, con el Romanticismo pues entonces entraron los motivos sociales propios de los ilustrados de manos de los liberales, filas en las que normalmente estaban los masones. Tanto en el siglo
XVIII como a principios del siglo XIX es común encon-
trar mayoría de católicos convencidos y no pocos clérigos en las logias hispánicas, pese a las prohibiciones, las excomuniones y la Inquisición. Con el tiempo, irían surgiendo los masones anticlericales, aunque ya desde el principio lucharon por suprimir la Inquisición, hasta llegar a la supresión de órdenes religiosas y la expropiación de bienes de la Iglesia por parte de ministros masones como Mendizábal. Muchas veces la masonería española se verá vinculada a las revoluciones de parte de los liberales frente al absolutismo y la corona, también frente a un orden clerical dogmático y cerrado que entendía el cristianismo a la manera del Antiguo Régimen. Los frutos de la masonería española por sus acciones no serán sin embargo pequeños, como tampoco lo serán sus miembros, que decidieron abolir la esclavitud, promover los derechos humanos, la Constitución, las libertades, de conciencia, expresión, etc.
Desde el siglo XIX en adelante se cuentan al menos diez jefes del gobierno español masones y otros cuatro en el exilio; tres de ellos protagonistas directos de la revolución de 1868. Además de numerosos ministros, normalmente en el ala liberal, y generales, como Castaños, quien venció a las tropas napoleónicas en la batalla de Bailén, pese a ser el rey masón, como muchos de los mandos y tropas de Francia; llegaría a ser presidente de la regencia y fundador del Ateneo Científico y Literario de Madrid. Famosos guerrilleros masones que luego alcanzarían altos grados militares como el Empecinado, Espoz y Mina o Francisco Milans del Bosch, que llegarían a ser generales. Masones escritores ilustrados que ahora son clásicos como Iriarte, Samaniego o Juan Meléndez Valdés, románticos como Espronceda o Larra, el Duque de Rivas, Antonio Alcalá Galiano, Manuel José Quintana, Ventura de la Vega, Martínez de la Rosa, algunos serían luego grandes reformadores como Blasco Ibáñez, innovadores en las letras como Ramón
Gómez de la Serna, o el dramaturgo, premio Nobel, José Echegaray. Hubo también célebres compositores masones como Tomás Breton o escultores como Mariano Benlliure, científicos como el también premio Nobel Ramón y Cajal o el inventor del submarino: Isaac Peral. También la masonería femenina resultará especialmente importante y es considerada como el inicio del feminismo hispánico, con destacadas masonas feministas como Clara Campoamor y
Rosario Acuña. Ya desde 1808 se conoce la actividad femenina en la masonería española. Especial importancia tienen también los masones españoles en el campo de la pedagogía y el desarrollo de la educación en el país. Esa preocupación por la educación del los pueblos, siguió la también línea del Idealismo Alemán: Kant, Fichte, Schelling y Hegel pero sobre todo a través de un masón alemán que fue filósofo y pedagogo, Krause, que sería la luz principal en la Institución Libre de Ense-
ñanza, en la que participaron tantos masones y por la que pasarían tantos premios Nobel. De allí saldrían genios de la talla de García Lorca, Buñuel o Dalí. La actividad de la masonería española siempre ha tenido una fuerte vinculación con el desarrollo
nentes en las filas de la política, por ser un principio masónico general el de querer mejorarse y así mejorar la sociedad y lo que nos rodea, pero esto no implica que todos fueran liberales y no hubiese monárquicos, ni que todos fueran de izquier-
en otros países, se calcula que en torno a diez mil.
de las ciencias y las artes, en claro proyecto ilustrado, como se ve en las fundaciones de diversos masones como, por ejemplo, el Ateneo de Madrid, una de las principales instituciones culturales hispánicas.
das, como se piensa hoy, aunque tuvieran preeminencia. Antes de la guerra civil de 1936-1939, un tercio del parlamento estaba constituido por masones y también los hubo en el bando insurrecto, junto a Franco, lo mismo que los hubo en otras épocas de tendencias casi absolutistas, como al parecer lo fue el ministro de Fernando VII, Cea Bermúdez.
sidente del gobierno iniciado en la masonería, Azaña, aunque no volviera a participar de los ritos, pero ello no responde sino a una situación de época, pues también los había de otras tendencias. Por eso, cuando se mira la masonería en España como si fuese lo mismo que la Ilustración hay que matizar mucho, aunque haya muchos miembros destacados con características ilustradas. Se tiende a simplificar lo que en la realidad fue plural y vivo, cambiante, como la libertad.
Es cierto que no sólo eran pedagogos sino que muchos se vincularon a opciones arriesgadas e incluso radicales para la época, así, en 1909, con las revueltas en Barcelona, se fusiló al masón y famoso pedagogo, Ferrer i Guardia. La masonería contó con muchos miembros emi-
El número de masones españoles en los periodos más álgidos nunca ha sido grande en comparación con la presencia de la francmasonería
La masonería española se vinculó a menudo con el laicismo a finales del siglo XIX, y la quema de Iglesias o el anticlericalismo que se dio, por ejemplo, con el pre-
Los relativamente escasos estudios sobre los Cuatro Santos Coronados, o Santos Mártires Coronados no tienen en cuenta a España, aunque tampoco existen en este país trabajos sobre el tema que aquí nos ocupa. Así sucede en la obra de P. du Colombier, en los diversos trabajos publicados en la revista “Ars Quatuor Coronatorum”, o en el reciente y muy documentado estudio de Yves HivertMesseca1. Sin embargo, existe en la catedral de la ciudad de Girona, en Cataluña, una capilla dedicada a los cuatro santos que data nada menos que del primer tercio del siglo XIV. Del culto a los Santos Coronados tenemos también testimonios en otras localidades de la provincia de Girona, como en La Pera, Corçà, Sant Martí Vell, Monells, Adri y La Bisbal. Dicha tradición existía también en la ciudad de Barcelona, y en particular en la isla de Mallorca, de forma ininterrumpida desde la segunda mitad del siglo XIV hasta el XIX. Por otra parte, sabemos que en la Edad Media, el gremio de escultores y tallistas de la ciudad de Barcelona tenía como patronos a los Cuatro Santos Coronados, venerados en la Capilla de los Dolores, de la hoy desaparecida iglesia del Buensuceso. Sin embargo, a mediados del siglo XVII, en
esta misma ciudad es el gremio de albañiles y moleros el que está bajo la protección de los Cuatro Santos.2
Según consta en documento notarial del 17 de abril de 1330, el obispo y el Capítulo de la catedral de Girona decidieron que “puesto que Arnau de Montrodon (...) ha
construido en obra nueva de la catedral la capilla de los Cuatro Santos Mártires, y se propone dotarla de una lámpara,” autorizarlo a poner un censo de 25 sueldos sobre la casa canonical, donde vivía, a fin de sufragar la citada lámpara.3 En aquellos años, A. de Montrodon era el factotum del cabildo y, además de sufragar dicha capilla, intervino muy activamente en buscar fondos para
la construcción de todo el ábside gótico. Así pues, en 1330 ya había sido construida la capilla dedicada a los santos coronados y es, por lo tanto, una de las más antiguas de Europa.4 Asimismo, todo hace suponer
vo Capitular de la catedral de Girona, “el 5 Idus Abril 1332 nuestro vicario fundó Beneficio de los Santos Mártires” (en catalán en el original). En otro de los documentos conservados en el Archivo Diocesano de Girona,
que dicha capilla estaba vinculada a los constructores, puesto que hasta el siglo XVIII o incluso más tarde, los cuatro santos eran patronos de tallistas y constructores. Por otra parte, la época de la instalación de la capilla coincide con la reanudación de los trabajos de construcción de la catedral, que será ampliada a partir de 1312, con un ápside y un deambulatorio góticos, y nueve capillas. Es muy probable que una de ellas fuera la dedicada a los Cuatro mártires.
fechado el 21 de marzo de 1347 (fol. 186-187), se comunica a los habitantes de Pals, Sant Gregori, Sant Maurici de Cals, Aiguaviva y Santa Pel.laia, que el obispo Arnau de Montrodon había dado a la seo el beneficio de los Cuatro Mártires con diezmos y rentas de estos pueblos. Pero antes de continuar, hemos de referirnos a un aspecto de esta tradición que la hace particular, puesto que los nombres atribuidos a los cuatro santos no son los comúnmente aceptados por entonces en otros lugares de Europa, esto es, Severo, Severiano, Carpóforo y Victorino. Así sucede, por ejemplo, en el Flos Sanctorum editado (en catalán) en Valencia, en 1513, donde se dice que los Cuatro Coronados tenían por nombre Severo, Severiano, Carpóforo y Victorino y se alude al martirio ordena-
Montrodon fue elegido obispo de Girona en 1335, y extendió el culto de los cuatro santos mártires a toda su diócesis, pues hasta entonces sólo se celebraba en la catedral. Según consta en el Episcopologio conservado en el Archi-
do por Diocleciano. Si bien todos los elementos que conforman esta tradición están presentes en Girona y después en otras localidades de Cataluña, aquí presentan la peculiaridad que les cambian los nombres por los de Germà, Just, Paulí i Scici; además, les convierten en naturales de La Pera, pequeña localidad del Bajo Ampurdán, próximo a la ciudad de Girona. Sus oficios son los de albañil y, en algunos casos, se les considera tallistas o carpinteros. El folklorista Joan Amades recoge una variante en la que se dice que Germà i Just eran albañiles (“mestres de cases”) i Paulí y Scici, carpinteros.5 Como a los otros cuatro santos coronados, se les representan portando herramientas propias del oficio, como escuadra, compás, escoda de picapedrero, etc. Dice la tradición local que también fueron martirizados en época del malvado Diocleciano, pero en el caso catalán el personaje es Rufino, teniente de Daciano, Prefecto de España, quien hacia el año 300 ordena que los cuatro cristianos sean martirizados en Girona por negarse a esculpir estatuas de ídolos. Aunque el origen se les hace naturales del pueblo de La Pera, de hecho sus nombres figuran en los ejemplares más antiguos del Martirilogio Geronimiano, donde Germán, Justo, Paulino y Sicio se encuentran entre vein-
tinueve mártires sacrificados el día 31 de mayo del año 304. Sin embargo, dichos nombres fueron dados a otros personajes locales, martirizados por Rufino en Girona.
para ocuparse de la continua-
tos, cuyas historias fueron
ción de las obras de la catedral; fue elegido obispo en 1335, como se ha dicho. Era hombre de gran cultura, jurista y bibliófilo, lo que le llevó a pedir en préstamo las obras de la canónica de Vic, para proceder a su copia. En 1335 el rey de Aragón Pere III le pidió todas las crónicas antiguas que poseía para copiarlas.
recogidas por el fraile de la Orden de Predicadores Antonio Vicente Doménec, en su Historial de los Santos de nuestra Cataluña6. En esta obra se dice que los cuatro santos tuvieron por padres a dos matrimonios, uno de La Pera, del que nacieron dos varones, llamados Lyro y Syro, y el segundo, de Corçà, del que nacieron dos mujeres, de nombre Floris y Gelida. Con el tiempo, los dos hombres se casaron con las dos mujeres y de esos matrimonios nacieron los cuatro
Su fiesta era la del 18 de junio, y posteriormente, la del lunes después de Pentecostés, como se mantiene en la actualidad, por lo que también en este aspecto difiere de la establecida por la Iglesia, que es el 8 de noviembre. Mudan las formas, desde luego, pero no el fondo de esta rica y antigua tradición europea; la variante catalana no hace, de hecho, más que corroborar la gran expansión experimentada por este culto ligado al oficio de construir, que ha sobrevivido siete siglos. Es de destacar que la capilla de la catedral de Girona ha estado abierta al culto, con muy breves y escasos lapsus, desde el primer tercio del siglo XIV hasta la actualidad, lo cual no es poco.
En cuanto a los orígenes del culto a estos cuatro santos, no cabe duda de que se originó en Girona, y que su impulsor fue el noble Arnau de Montrodon, (¿1285?-1348) tataranieto del que fue Gran Maestro de la Orden del Temple de Cataluña, Aragón y Provenza, Guillem de Montrodon. En 1297 fue entregado por sus padres a la canónica de Girona, y desde 1312 fue delegado por el capítulo
En la época que vivió A. de Montrodon se escribieron unas actas apócrifas de las vidas y martirio de los cuatro san-
santos: Germán y Paulino eran hijos de Lyro y Floris, y Justo y Sicio lo eran de Syro y Gelida. Los cuatro santos hicieron milagros en vida y sufrieron martirio por orden de Rufino. Fueron enterrados, pero cuando la región se vio libre del dominio sarraceno, gracias a Carlomagno, “fue revelado que los dichos Santos cuatro Mártires estaban sepultados en la iglesia de San Félix”.7 Entonces el propio Carlomagno hace trasladar sus reliquias a la iglesia de Santa María de Girona, en el año 785. Es común en la Europa del sur descubrir santos y vírgenes enterrados cuando los árabes son expulsados, puesto que Dios envía signos y se manifiesta cuando el mal y la impiedad ya no dominan a la humanidad. Nos ocuparemos de ello más adelante. La capilla dedicada a los santos coronados fue erigida, como se ha dicho, al tiempo que avanzaba la construcción de la catedral, y los santos mártires fueron vinculados desde el principio al arte de construir, como los de Roma. Desde entonces y hasta la modernidad, los cuatro santos fueron los patronos de albañiles, picapedreros, tallistas y carpinteros, según las
adaptaciones locales de ese culto en cada localidad. Aunque no disponemos de documentación que lo avale, puesto que el libro de obras de la catedral es muy incompleto y no se conocen ordenanzas de oficios de la época referidas a la catedral y la capilla que nos ocupa, podemos muy bien suponer que los obreros de las mismas esta-
ban agrupados en una cofradía de oficio bajo la protección de los cuatro santos mártires. Probablemente existió en su seno una organización iniciática, pero es solamente una conjetura. Con la construcción de la capilla, las reliquias de los cuatro santos fueron trasladadas a la misma, y guardadas en una urna, que fue colocada sobre el altar. Por otra parte, Arnau de Montrodon estaba impaciente por encontrar testimonios de sus queridos cuatro coronados, por lo que viajó a Roma con
tal fin, “deseoso y creído de encontrar allí la historia de estos Santos”, como explica, a finales del siglo XVII, el canónigo de la catedral de Girona, Francisco Dorca.8 Papebroch, a quien cita Dorca, dice en las Acta Sanctorum que el obispo de Girona, a quien califica de “bueno y simple”, fue a Roma con la esperanza de encontrar las actas de los cuatro mártires, donde lo que en realidad halló –afirma el autor bolandiano– fue un impostor que sacó provecho económico de la credulidad de A. de Montrodon, vendiéndole unas supuestas actas que él mismo compuso. Naturalmente, el impostor fabricó sus actas con la información que el propio obispo le había proporcionado, con lo que en ellas aparecen toponímicos catalanes, como los de Flassà, Monells, La Pera, Empordà, etc.
La estructura de la capilla es parecida a las otras del ábside, con cinco caras y seis ojivas, en cuya clave de bóveda aparecen los cuatro mártires en primer término; tres de ellos llevan una escoda de picapedrero colgada del brazo. Cuatro verdugos les dan muerte y los ocho
personajes están enmarcados en una orla lobulada dentro de un círculo en forma de cordón. Esta clave de bóveda y la urna son los elementos más antiguos de la capilla. La citada urna, fechada en 1332, contiene las reliquias de los cuatro santos y cabalga sobre el altar y un pedestal de piedra bruñida. Su parte delantera está decorada con cinco recuadros que contienen esculturas, en un fondo de azulejos de color. Están representados los cuatro mártires y, en el centro, la virgen que amamanta al niño Jesús. A su lado se encuentra la figura del donante, de rodillas, vestido de
sacerdote. En los laterales están representados san Jorge y santa Margarita. En su parte posterior, la urna presenta un cristal con una reja, en cuyo interior se pueden contemplar las reliquias de los cuatro santos. La bella y sólida reja que cierra la capilla es igualmente del siglo XIV. En la pared superior de la capilla puede verse una vidriera en color,
realizada por Jaume Fontanet entre 1520 y 1540.
El escudo del linaje de los Montrodon -un monte flordelisado de oro, en campo de sinople- está representado once veces en la capilla. En cada uno de los laterales, se encuentran los respectivos mausoleos de Arnau de Montrodon y los de su sobrino, Bertran de Montrodon, muerto en 1384, que también fue obispo de Girona y continuador de la obra de su tío. Se pueden ver las estatuas yacientes de ambos. Hasta aquí hemos descrito los que podemos llamar elementos originarios. De época posterior cabe destacar los cuatro bustos policromos esculpidos en madera, que representan a los cuatro santos, depositados sobre la urna. Son de factura barroca, como el retablo y el altar. Según puede leerse en el Episcopologi, (fol. 86) el obispo de Girona J. Pijoan fundó “causa Pía” y el 30 de enero de 1672 donó a la capilla “cuatro cabezas de plata
para los Santos Mártires”; han desaparecido, aunque los actuales, de madera policromada, son barrocas y están fechadas en 1659. De época barroca son también los retablos que representan a cada uno de los cuatro santos coronados, que forman parte del altar barroco añadido, como era habitual, en la parte posterior de la capilla. Fueron compuestos entre 1679 y 1682, gracias al canónigo Josep Sa Nou. Las figuras son de gran tamaño y bastante bien conservadas, a pesar de que la capilla no ha sido restaurada. Uno de ellos lleva en la mano una escuadra, y otro, un compás, que aplica
a la vara que porta en la mano derecha. Los cuatro santos están enmarcados con sendas columnas salomónicas doradas. Los cuatro santos están coronados con coronas de flores y suponemos de laurel. La parte inferior del altar la ocupa un conjunto escultórico en relieve, policromo y ricamente dorado, en el que
se representa a los cuatro santos sufriendo martirio, presidido por el prefecto Rufino.
En la parte más elevada del altar se encuentra una hornacina central donde estuvo la estatua de Carlomagno; en la actualidad hay una imagen de san José con el niño Jesús. Todo el conjunto está coronado por una torre, bajo la que está la paloma del Espíritu Santo, que cualquier conocedor de los grabados alquímicos identificará con un atanor. A raíz de la visita pastoral realizada en 1598 por el obispo F. Arévalo de Zuazo, sabemos que la capilla de la catedral de Girona estaba muy adornada; en la parte superior del fondo de la capilla había un retablo, hoy desaparecido; sobre el altar estaba la urna con las reliquias, al igual que en la actualidad. Ya en el siglo XVII, como se ha dicho, se hicieron las aportaciones referidas: las cuatro cabezas, el altar y los retablos, donados por el canónigo Josep Sa Nou. Por entonces aún se conservaba
la estatua de Carlomagno dentro de la capilla. Por iniciativa del canónigo Ponç To-
rras, a primeros del siglo XIX las paredes laterales fueron pintadas, donde se pueden ver herramientas del oficio de construir y de carpintería. Los trabajos se hicieron con gran rapidez porque era una capilla muy necesaria y contaba con muchas misas fundadas.9 Fue también en estas fechas -1802cuando tenemos constancia de la última donación a la capilla.10 Como puede verse, los diferentes estilos presentes en ella son una muestra más de la continuidad de un culto que aún pervive en la actualidad, ligado en su origen a los oficios de la construcción y a la escultura, y que pronto pasaron a formar parte del patrimonio espiritual y cultural de las comarcas de Girona y de otros lugares de Cataluña. Arnau de Montrodon no sólo instauró el culto a los cuatro santos, sino también el de-
dicado al emperador Carlomagno, extendiendo en su obispado a partir de 1345, lo que desde hacía tiempo se practicaba en otros lugares de Europa, como Aquisgrán y Colonia.
También en las islas Baleares encontramos testimonios del culto a estos santos, que sin duda fue llevado allí por los catalanes, cuando éstos conquistaron el archipiélago (1229). Según Durliat,11 probablemente en 1346 se transportaron a Palma reliquias de los Santos Coronados desde Girona, donde ya existía una capilla en 1332, como ya se ha dicho. Las reliquias fueron depositadas primero en la iglesia de la Santa Cruz, para pasar posteriormente a la de santa Eulalia. En enero de 1364, el clero de la iglesia mallorquina de santa Eulalia otorgó al gremio de albañiles una capilla dedicada a los Cuatro Santos Coronados, que debía construirse -como se hizo- en dicha iglesia, motivada, según explica el documento, por la “piadosa y ferviente devoción” que los albañiles profesaban a sus patronos.12 Los Estatutos más antiguos que se han conservado del gremio de canteros datan de 1405, en los que leemos que celebraban la festividad de sus patronos, los Cuatro Santos Coronados, el martes
siguiente después de Pentecostés, “que será la de los Mártires llamados los Coronados.”13 También se han conservado otras Constituciones de dicho Gremio de Albañiles, fechadas en agosto de 1506, en la que se hace referencia a “las joyas de la Capilla de la dicha Cofradía”, dedicada a los Cuatro Santos Mártires Coronados.14 Los miembros del gremio tenían derecho de sepultura en la propia capilla, en cuyo pavimento se conserva una lápida sepulcral que lleva las armas del oficio, con una inscripción que dice: (en mallorquín) “Sepultura del Colegio de Canteros del año de 1661. La jurisdicción de dicho Colegio se extendía a toda la Isla, aunque ya desde el siglo XVI en algunas localidades se obtuvo licencia para establecer cofradías o colegios de canteros, como el dedicado a los Cuatro Santos Coronados, en 1580, en el pueblo de Inca. El 1604, los albañiles de Lluchmajor y Porreras consiguieron licencia para establecerse como gremio. Ambos estaban bajo la protección de los Cuatro santos.15 La capilla de la cofradía de Lluchmajor dedicada a sus patronos se encontraba en la iglesia parroquial y estaba bajo la advocación de la Mare de Déu de la “Mamella” (Ma-
dre de Dios de la mama) y de los Cuatro Santos Coronados.16 Esta virgen puede muy bien estar inspirada en la que preside la urna de los Cuatro Santos, en la capilla de Girona, llamada Mare de Déu de la Llet (Madre de Dios de la Leche), pues está amamantando al Niño Jesús. En la capilla del gremio existía un retablo de los santos patronos, obra del arquitecto mallorquín Fray Miguel de Petra, que fue destruido hacia 1863. Sin embargo, se han conservado algunos grabados de sumo interés, gracias a la supervivencia de la colección de xilografías de la antigua Ca-
sa Guasp, que aquí reproducimos. Aunque el calendario romano señalase el 8 de noviembre como la festividad de los Santos Coronados, en Ma-
llorca escogieron el martes de Pentecostés, por influencia de los catalanes, como veremos. La vitalidad del culto a los cuatro santos mostrada en Girona fue pareja a su expansión, de manera que su devoción se extendió a varias localidades de Cataluña. En los manuales del cabildo de la catedral de Girona constan varias peticiones de porciones de reliquias de los cuatro santos, hechas en diversas épocas, aunque probablemente una de las primeras donaciones de reliquias fueron hechas a la ciudad de Palma de Mallorca. Señalaremos a continuación algunas de las localidades donde se rindió culto a los cuatro coronados y de los que existe constancia documental. Según se dice en las memorias de una familia de la villa de La Bisbal, y lo corroboran los documentos conservados, en mayo de 1620 toda la población de dicha localidad fue en procesión hasta Girona “para ir a buscar las reliquias de los santos Mártires, y de hecho las trajeron. Y aquel día prometieron en acta que sería día festivo en todo el término. Y el acta se encontrará en la vicaría. Hoy, 18 de mayo de 1620.”17 (en catalán en el original). El 16 de agosto de 1645 el
cabildo de Girona donó una porción de reliquias a la cofradía de albañiles de Barcelona.18 Esta organización, llamada “Cofradía de los Albañiles y Moleros de la Ciudad de Barcelona”, editó ese mismo año de 1645 una historia de sus cuatro santos patronos, “sacada” -según se dice“de la Historia General de los santos de Cataluña”, de Fray Antonio Vicente Doménec, ya citado. Le sigue un “goig” (gozo) en catalán donde figura Rufino y la historia del martirio, la curación de un obrero malherido durante el trabajo, etc.; el gozo termina con estas palabras:
quias el 11 de mayo de 1666. El 25 de marzo de 1722 fueron donadas reliquias a la cofradía de albañiles y carpinteros de la ciudad de Tortosa. Cabe destacar así mismo la cesión de reliquias hecha al cabildo, cónsules y a la cofradía de albañiles de Perpiñán, en el Rosellón francés, el 14 de septiembre de 1668, lo que indica la presencia, en la Cataluña francesa, de esta variante procedente de Girona.20
“Germà, Just, Paulí Sici Màrtirs Benaventurats en la Cort del Rei de Glòria siau nostres Advocats.”19
En el siglo XVIII (no se especifica el año), la “Hermandad de Mancebos Carpinteros de Barcelona” editó unos Gozos en alabanza de los santos Martyres Paulino y Cici, que se cantaban en la fies-
El 16 de octubre de 1643 fueron entregadas reliquias de los cuatro santos a la cofradía de santa Lucía, de la ciudad de Manresa. A la villa de Arbeca lo fueron el 19 de septiembre de 1644. Al pueblo de Adri, donde hay una capilla dedicada a los cuatro coronados, fueron entregadas porciones de reli-
ta anual que les tributaba dicho gremio. Nos encontramos aquí –y no es un caso único– de otra variante, puesto que prescinden de los dos santos que, según esta versión de la leyenda, eran albañiles y no carpinteros. También en el siglo XVIII se rendía culto a los cuatro santos mártires en el San-
tuario dels Angels, en el municipio de Sant Martí Vell, en la provincia de Girona. Las referencias hasta aquí expuestas indican, sin duda, la existencia de cofradías vinculadas al oficio de construir y al de carpintero, como reza uno de los gozos del siglo XVII: “Fusters y mestres de cases foren els vostres oficis; obres de talles i rases eren vostres exercicis.”21 (Carpinteros y albañiles fueron vuestros oficios/obras de tallas y zanjas/vuestros ejercicios). Por otra parte, además del culto que les rendían los gremios, la veneración a los cuatro santos mártires propició la existencia de numerosas cofradías piadosas dedicada a ellos, como la que existía en 1752 en el pueblo de Corçà, en la que es un “mestre de cases” quien lleva las cuentas de la cofradía. Dicho libro de cuentas refleja sus actividades hasta el año 1854.22 En el pueblo de La Pera también existía otra de estas cofradías dedicadas a los cuatro santos, de la que se conservan algunos documentos desde el año 1756 hasta mediados del siglo XIX. Como puede verse, estamos ante una tradición religiosa europea, que en Cataluña se conformó bajo una adaptación local, originada en Girona por iniciativa del obispo Arnau de Montrodon, que se expandió por to-
do el país y a Mallorca. Del éxito que tuvo entre la población lo testifica el hecho de que el culto se ha mantenido vivo hasta la época moderna. En la actualidad, la festividad de los cuatro santos mártires se celebra en La Pera, Corçà y otras localidades.
Hasta el siglo XVIII, “leyenda” significaba ‘texto para ser leído’ (legenda proviene de legere), y no tenía el sentido moderno de historia falsa o imaginada. Los masones saben que las leyendas de los orígenes dignifican la Orden porque nos explican que el Arte de Geometría o Masonería –que es el Arte Real del hermetismo– no es de origen humano, sino divino: ha sido instaurado en este mundo por el Gran Arquitecto del Universo a través de los antiguos sabios y profetas. Además, nuestras leyendas –que sólo los ignorantes toman al pie de la letra– ponen en evidencia el significado más secreto de nuestros rituales, que es cabalístico y alquímico. Por otra parte, quiero manifestar que no me interesa demasiado si los cuatro coronados fueron trece o diecisiete, sino que mi propósito es ayudar a recuperar del olvido una tradición que ultrapasa el ámbito estricto del culto piadoso y la hagiografía. Tampoco pretendo demostrar la existencia histórica de los cuatro santos ni a priori dudo de ella; lo que me inte-
resa es sacar a la luz la realidad de una tradición implantada desde muy antiguo y que dio sus frutos también en Cataluña, bajo la variante que acabamos de exponer. Se trata, como dice Jaume Marquès, que se interesó por la capilla de Girona23, de tradiciones humanas y locales que forman parte de nuestra historia y han modelado la
idiosincrasia colectiva de los pueblos tanto como otros factores y realidades. Son realidades muy persistentes. En este sentido, no debe olvidarse que las historias piadosas y las narraciones legendarias imprimen carácter porque toman cuerpo en el ámbito de las creencias personales que conforman el espíritu y la religiosidad de los pueblos, por eso una parte esencial de esas realidades no pasa necesariamente por el campo visible y cuantificable de la historia. Además, existe otro aspecto de esta tradición, en el que sólo entraré brevemente, que es su simbolismo. Los Cuatro Coronados son los patronos de los cons-
tructores (la carpintería estaba muy asociada a la construcción de edificios), y ello nos lleva naturalmente a los llamados masones operativos medievales, algunos de los cuales (los más cualificados espiritualmente) edificaban dos templos: el exterior, de piedra, para la comunidad, y el interior, del que el primero era sólo una imagen, un símbolo. Dice el manuscrito inglés Regius (c. 1390) que los cuatro coronados fueron “los mejores constructores que pueda verse sobre la tierra”(v. 503). Esta afirmación es del todo cierta si se entiende bien, ya que su construcción es la del Templo verdadero dentro del hombre. Veamos a continuación la interpretación que propongo de los Cuatro Santos Mártires Coronados. Son cuatro: No es un capricho ni fruto del azar el hecho de que los santos mártires coronados sean cuatro y no otro número. Los conocedores del hermetismo y la hermenéutica tradicional convendrán en que pueden simbolizar perfectamente los cuatro elementos alquímicos con los que Dios realiza su verdadera Creación, que es el Hombre o el Templo. Por eso dice el alquimista francés Louis Cattiaux: “Los cuatro elementos forman el alfabeto con el que Dios enseña a los hombres clarividentes.”24
Dichos cuatro elementos naturales son los propios de la naturaleza oculta. Antes de la creación del Hombre o verdadero masón somos un caos, una oscuridad abismal, el tohu va bohu del que habla el Génesis (1,1-2), en el que están contenidos los cuatro elementos, como enseña el sabio cabalista Moshé Ben Nahman: “La Escritura continua diciendo que aquella tierra, acabada de ser creada, era tohu y bohu, lo que quiere decir que la primera materia de la tierra contenía los cuatro elementos, a saber: tierra, agua, fuego y aire, puesto que la palabra tohu indica algo que puede aprehenderse con los sentidos”.25 A partir de este caos elemental, el Gran Arquitecto del Universo realizará su creación, que comienza con la verdadera iniciación. Ordo ab Chao, reza la divisa masónica, aludiendo sin duda a este comienzo por el que seremos recreados o, en otros términos, nuestro templo será reconstruido. Louis Cattiaux también nos instruye sobre este proceso: “Antes del comienzo todo permanecía en el reposo de las duras tinieblas de la muerte. El fuego, al despertarse en el agua, ordenó el caos, y los cuatro elementos engendraron el espíritu vivo del Universo.”26 Elemento procede del latín elementum, que se aplica particularmente a los cuatro elementos, y también significa
‘letras del alfabeto’, ‘comienzo’ y ‘principio’. Isidoro de Sevilla lo asocia al término griego hylé, “materia prima de las cosas” de la que “están formados todos los elementos visibles”.27 Hylé es uno de los nombres de la Materia de los alquimistas.
Los verdaderos elementos, pues, son puros, y la creación interior se fundamenta en estos cuatro principios o elementos, propios de una física sagrada que no es perceptible por los sentidos carnales. Así, puede decirse que existe una teología de los agentes naturales. René Guénon se ocupa de otro aspecto del simbolismo de los cuatro elementos cuando explica que Irlanda es llamada la “isla de los cuatro Maestros”, así como la tierra de la legendaria Thule. En la tradición china se dice que el emperador Yao visitó la isla donde vivían los cuatro Maestros, habitada por “hombres verdaderos”. Esta tradición también se encuentra en la India y en el Tibet, cuyos cuatro Maestros se identifican con los cuatro
Maharâjâs o “grandes reyes” que presiden los cuatro puntos cardinales y representan los cuatro elementos; el quinto Maestro corresponde al centro o quintaesencia.28 Son santos: Son santos porque se trata de los cuatro elementos purificados, como acabo de decir. Lo propio de la santidad es la purificación del “cuerpo” interior del hombre. Como en latín, también en griego stoijeión (στοιχείον) significa elemento, letra y principio, de manera que podemos asociar los cuatro elementos, purificados y llevados a su perfección, a las cuatro letras del tetragrama, IHVH, la palabra perdida y reencontrada. La perfección de la Obra del G.A.D.U. en el masón está asociada a los cuatro elementos: “El reposo de Dios se establece en la pureza cuando los elementos están unidos en perfecto equilibrio.”29 Recordemos que, en el proceso de la iniciación, los ma-
sones pasan pruebas y son purificados por los cuatro elementos. El ritual dramatiza exteriormente esta purificación interior a la que me he referido. Han sido coronados: Están coronados porque poseen el oro de la realeza, por eso su Arte es Real. Entre los últimos grados de los misterios de Eleusis, estaba “la toma de la corona”, reservada a los dignatarios capacitados para iniciar, dirigir y gobernar.30 La tradición hermética explica que existen dos coronas: una es la zodiacal, llamada también Alma de Mundo, donde la fuerza de Dios o el oro de la vida celeste se encuentra en estado volátil, girando eternamente; todos vivimos de este cielo vivo. La otra es la destinada a un rey destronado que habita en el exilio, es decir, en el hombre caído. El iniciado tiene la corona en los pies, en su raíz, y esta corona ascenderá lentamente hasta la cabeza. Es una corona de oro ardiente, privilegio de los buenos reyes, pues está hecha de oro alquímico y conduce a la apoteosis, a la divinización del hombre. Resucita de sus cenizas como el Ave Fénix de los hermetistas. El libro del Zohar dice, comentando el pasaje de Salmos 21, 4, “Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza”; este coronado es “el Rey Mesías” (sec. Vayerá I, 107b).
Son mártires: Son mártires porque esta palabra procede del griego y significa testimonio: son sabios constructores, verdaderos masones, y dan testimonio de que el Templo imperecedero no es una leyenda, sino una realidad palpable. Es la Obra que el Dios encarnado o Gran Arquitecto del Universo realiza en lo secreto de un ser humano. Ésta es la verdadera Creación, realizada por medio del Arte Real.
13 Op. Cit., vol. XX, 1925, p. 112. 14 Op. Cit., vol. IV, 1892, p. 311-312. 15 Véase B. Quetglas Gaya, Los Gremios de Mallorca. Siglos XIII al XIX, Ed. Cort, Palma, 1980, p. 59-66. 16 J. Rullan, Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana, vol. VI, p. 323-324. 17 Memòries d’una família pagesa: els Anglada de Fonteta (segles XVII-XVIII, estudi i transcripció de S. Soler i Simon, Ajuntament de La Bisbal d’Empordà, 1994, p. 45. Llibre d’Acords del Comú, La Bisbal, fol. 185-186. 18 Referido por F. Dorca, op. cit., p. 100. 19 Historia de la vida y Martirio de San Germán, Paulino, Justo y Scicio. Catalanes del Empordán..., Barcelona, 1645.
1 A propos des Quatre Saints Couronnés
20 Véase F. Dorca, op. cit., p. 100, que con-
qui se tretrouvèrent treize, “Renaissance
sultó los manuales de la secretaría capitular
Traditionelle”, no 101-102, enero-abril de
de la catedral de Girona existentes a finales
1995, p. 2-28.
del siglo XVII.
2 Historia de la vida y martirio de San
21 Juan Ferrando Roig, Iconografía de los
Germán, Paulino, Justo y Scicio, catalanes
Santos, Ed. Omega, Barcelona, 1950, p.
del Empordán..., Barcelona, 1645, editado
122.
por la Cofradía de Albañiles y Moleros de
22 Llibre dels Comptes de la Confraria
esta ciudad.
dels Sants Màrtirs, Corçà, 1752-1854. Ar-
3 Notularium, doc. del 17-IV-1330, fol. 36.
xiu Diocesà de Girona.
4 J. A. Ferrer Benimeli, Masonería, Iglesia
23 Jaume Marquès i Casanovas, “La cape-
e Ilustración, Ed. FUE, Madrid, 1982, vol.
lla dels quatre màrtirs de Girona”, Diari de
I, p. 39.
Girona, 9-IX-1987 y 15-IX-1987.
5 J. Amades, Xilografies gironines, p. 143-
24 Louis Cattiaux, El Mensaje Reencontra-
144.
do, V, 49’.
6 Fray A. Vicente Domenec, Historia Gene-
25 Mossé Ben Nahman, El Llibre de la Re-
ral de lozanitos y varones ilustres en santi-
dempció i altres escrits, Biblioteca judaico-
dad de Cataluña, 1602, pp. 52 y ss.
catalana, Barcelona, 1993, p. 137.
7 Fray A. Vicente Domenec, ibídem. San
26 Louis Cattiaux, El Mensaje Reencontra-
Félix es una iglesia de la ciudad de Girona.
do, IV, 25’. He aquí otro aspecto de la
8 Francisco Dorca, Colección de noticias
Obra de regeneración humana: “La reunión
de los santos mártires de Gerona, 1691,
de los cuatro elementos forma la quita esen-
p.90.
cia, raíz de la Luna y el Sol.” (op. cit., II,
9 Archivo Capitular de la catedral de Giro-
72’).
na, Resoluciones, vol. 72, fol. 308.
27 Etimologías, XIII, 3, 1.
Archivo del Capítulo General. Girona. Re-
28 El Rey del mundo, ed. Fidelidad, Bue-
soluciones Capitulares, tomo 72, fol. 308.
nos Aires, 1985, pp. 87-88.
11 M. Durliat, L’Art en el Regne de Mallor-
29 Louis Cattiaux, El Mensaje reencontra-
ca, Ed. Moll, Palma, 1964
do, III, 26’.
12 E. K. Aguiló, Boletín de la Sociedad Ar-
30 Victor Magnien, Les Mystères d’Éleu-
queológica Luliana, Palma de Mallorca, ma-
sis, Payot, 1950, p. 154.
yo de 1892, vol. IV, p. 244-246.
La Res Pública supera el ámbito de los poderes legislativo y ejecutivo para estar firmemente asentada en la sociedad civil, que cada día tiene una participación más activa y organizada en el debate sobre diferentes cuestiones. Una de las preguntas que nos hacemos todos es ¿qué es la Justicia?, y una de las contestaciones es que la Justicia, bien supremo de la conducta, es el fundamento mismo de la convivencia humana; tan verdad es esto que, aún aquellos que se unen para de-
linquir, tienen sus reglas. La justicia es un principio de orden y una fuerza de cohesión que mantiene en equilibrio un conjunto de partes bien distribuidas, cada una en su lugar y en la necesaria dependencia de las otras. Su autoridad resalta en la adecuada concertación de las
funciones particulares para el fin común y donde cada participante está en lo suyo y sin interferencias ajenas.
bres, podemos satisfacer normalmente nuestras necesidades espirituales y materiales, es decir alcanzamos la sufi-
Esto significa que la justicia es una especie de igualdad, pero la justicia que funda y sostiene la República de Platón no es de ningún modo semejante a la igualdad aritmética, como 2 es igual a 2, sino que tiene más bien él carácter de la igualdad proporcional que reconoce y confirma la diferencia y la jerarquía tanto como la obediencia y el mando. Antes de examinar que especie de igualdad es la justicia, subrayemos esta nueva verificación de la tesis socrática con el testimonio irrecusable del homenaje a la justicia que le rinden incluso los individuos asociados para cometer injusticias. No está demás repetir que hasta los mendigos e injustos prefieren la verdad y la justicia cuando de ellos se trata; así como el que vive engañado no desea ser engañado, ni tampoco el que obra injustamente desea ser víctima de una injusticia. Tenemos necesidad de la justicia y la preferimos con toda el alma inteligente y libre, porque solo en sociedad podemos existir como hom-
ciencia de la vida. De ahí la necesidad de la justicia para la tarea de ser hombres cosa que debemos hacer en común, para alcanzar una buena vida humana. No insistiré nunca demasiado, en el tiempo democrático que nos toca vivir, sobre la antigua verdad de que el hombre se basta a sí mismo en el Estado y que, por lo tanto, el Estado es antes que el individuo, como enseñan Platón y Aristóteles. De tal manera, que el "self man" no es Robinson Crusoe, sino el ciudadano de la Res Pública regida por buenas leyes o leyes justas; el estado de naturaleza en el hombre es su estado civil y su libertad real y verdadera, es indivisible de la justicia.
Así como el pensamiento sólo es libre en la verdad, la sola conducta libre es la conducta justa. El hombre libre es justo y para vivir en la justicia tiene que tener autoridad sobre su alma; lo mismo que la Res Pública libre, es la que tiene autoridad sobre sus actos. La soberanía de la Res Pública no es más que la reproducción externa, visible y ampliada de la soberanía que el alma del ciudadano tiene sobre sus pasiones e intereses individuales. Sócrates, el ciudadano ejemplar, sabe que ella se sostiene en el alma y que vive de su vida y de su muerte en el alma del ciudadano... No es en la economía, ni en el trabajo, ni en la civilización, ni en el progreso, ni en nada material donde la Res Públi-
que Sócrates, condenado a muerte en nombre de la República a la cual tanto ama, obliga a Criton a que reconozca como punto de partida de toda discusión política, este principio. "No está permitido bajo ninguna circunstancia ser injusto ni devolver injusticia por injusticia, ni mal por mal." No se trata solamente como en el "Gorgias", de que es preferible ser víctima de una injusticia antes que cometerla, signo que no es licito en ningún caso responder a la injusticia como injusticia ni al mal con mal; y Sócrates piensa en el trance de la condena inicua que le impone beber la cicuta lo mismo que antes, cuando se paseaba seguro y libre por las calles de Atenas y reanudaba cada día sus magistrales coloquios: "Porque una desgracia me llega no puedo abandonar los principios que siempre he profesado, no me parecen haber cambiado con la situación y tengo por ellos el mismo respeto y la veneración que antes; si no encontramos mejores, sabe que nada me conmoverá, aún cuando el pueblo para atemorizarme como a un niño, tuviera el poder de aniquilarme con mil cadenas, con mil muertes y con mil confiscaciones".
ca tiene su punto de apoyo, sus cimientos y sus pilares principales; es el alma justa la que soporta todo el peso, toda la responsabilidad de la patria soberana. Por esto es
Lo más importante no es vivir, sino vivir bien, que es vivir según la justicia y la honestidad; si hemos sellado consecuentemente, responsa-
blemente, un compromiso justo, debemos mantenerlo en cualquier circunstancia. La opinión de la multitud ignorante y apasionada no cuenta en absoluto en materia de justicia o injusticia, del bien y del mal, de lo bello y de lo feo.
El único juez es la verdad y es a la luz de ella que Sócrates va a considerar la proposición de huir de la cárcel y desterrarse de Atenas en lugar de cumplir con la injusta condena. Ha sido sentenciado a morir por el tribunal del Pueblo pero en nombre de las leyes de la ciudad, en nombre de la justicia y de la Res Pública, sus jueces absolutamente incompetentes y sometidos al arbitrio de las pasiones del momento, han abusado de las leyes para condenarlo a muerte, han rasgado las vestiduras sagradas y han manchado sus sitiales. Pero son los jueces de la Res Pública y las leyes hablan en sus palabras y mandan en sus dictámenes. De
ahí que Sócrates se disponga a examinar si es justo o injusto huir de la cárcel a fin de salvar su vida, tal como le acaba de proponer su discípulo Critón; si resultara justo no tendrá inconveniente en intentarlo, pero en caso contrario, sabrá esperar la muerte y todo lo que sea menester, antes de incurrir en una injusticia.
Fugarse, ¿no seria infligir un daño a la Res Pública?. Rehuir el cumplimiento de la sentencia, ¿no seria atentar contra las leyes que presiden la vida de la ciudad?. Claro está que Sócrates no ha participado en la sanción de las leyes que rigen la ciudad desde hace muchas generaciones, pero las ha reconocido siempre y ha aceptado su cuidado y amparo desde que tiene uso de razón. Más todavía, ha sellado un compromiso tácito de obediencia y ahora, después de haber expuesto su vida en defensa de la República, ¿No tendría reparo alguno en herirla de muerte en su alma, despreciando sus sentencias y desacatando sus fallos?.
Las leyes de Atenas resumen la historia esencial de la ciudad, son la tradición y sus antiguas costumbres; la patria misma, su identidad a través del tiempo y de las circunstancias siempre diversas su unidad en la multiplicidad de los egoísmos, de las pasiones y de los intereses particulares, el patrimonio común de la tarea sustancial realizada en común por múltiples generaciones. Estas antiguas leyes son leyes justas, cuya legitimidad confirma una devoción secular y cuya justicia obra la comunidad de los vivos y los muertos en la con-
desde el héroe, hasta el más insignificante y oscuro de los individuos.
tinuidad de la misma responsabilidad histórica y nacional. El reconocimiento y el respeto de las mismas leyes, iguala a los individuos y a las generaciones que se someten lúcidamente a su imperio, pero no nivelan ni socializan, ni fijan una estatura media para todos. Por el contrario, esa común devoción por la ley tradicional, iguala manteniendo y confirmando la proporción de cada uno,
Son leyes de esta naturaleza las que detienen a Sócrates, las que le recuerdan su deber de ciudadano, de hombre libre. La libertad es indivisible de la justicia, eludir la muerte no seria reivindicar en este caso, el derecho a la vida; sería más bien destruir en su alma y en la de los demás, en la medida de su influencia, la Res Pública, sería violar un compromiso sagrado, una promesa de
La ley que preside la vida de la Res Pública es un pensamiento antiguo, aunque haya surgido hoy, porque una vez logrado es como si hubiera valido desde siempre, lo mismo que una ley de física; solo que las leyes morales pueden ser transgredidas por ignorancia, por debilidad o por voluntad perversa, mientras que las leyes de física se cumplen inexorablemente en las circunstancias requeridas.
fidelidad inquebrantable, seria postrar su libertad en una servidumbre irremediable al temor de morir y a sus pasiones instintivas. Sócrates sabe que lo primero y principal no es vivir, sino "vivir bien" ya que el hombre no puede reivindicar como una libertad y un derecho, el arbitrio de vivir de cualquier modo, por ejemplo, en la degradación y el abandono, aunque no interfiera ni moleste a un tercero: sabe, en consecuencia, que la peor de las muertes; seria humillar la justicia en su alma. Cuando es condenado, no hace más que confirmarse en su resolución de cumplir la sentencia: se abusó de las leyes para condenarlo, pero ellas constituyen la justicia real y verdadera de la ciudad. Su fidelidad en la muerte será su contribución mas eficaz y decisiva para fortalecer en las almas de sus conciudadanos, la autoridad y el respeto a las leyes, la devoción por la Patria. Su fuga, por el contrario, no haría más que aumentar el descrédito y la falta de autoridad que ya cunde cómo un síntoma alarmante en la vida de Atenas; y Sócrates es el defensor y el restaurador de la majestad de las leyes y de su autoridad en la Patria que él tanto amaba. Está plenamente convencido de que el ciudadano no debe responder, en ningún caso, con la injusticia a la injusticia de que ha sido víctima
en nombre de las leyes; no puede tener nunca inspiraciones en contra de la libertad y de la dignidad de su Patria, sean cuales fueren los agravios recibidos: "Sufriendo tu condena, mueres víctima de la injusticia, no de las leyes sino de los hombres" es decir, que no son los fundadores ni los constructores quienes la dañan y buscan su destrucción, sino hombres indignos de la magistratura que invisten; malos ciudadanos; demagogos y sofistas; que abusan de las leyes para vengarse de una insoportable superioridad y no vacilan en socavar los fundamentos mismos de la sociedad. Sócrates sabe que no debe ser injusto jamás y en esta hora de la prueba decisiva de su verdad, seria cometer la mayor de las injusticias, el crimen más horrendo, la más vil de las traiciones a sus héroes y todos los que fueron capaces de sufrir y morir para que la Patria viviera, si quebrantara el vinculo sagrado y pisotear a la grandeza de las leyes. La libertad del hombre, repetimos, es indivisible de la justicia, o sea, de la igualdad que guarda la debida proporción, la medida de cada ser, Sócrates, fugado de la cárcel, conservando su vida y su libertad en el extranjero, no seria un hombre libre sino un vil esclavo y la vida lo abrumaría infinitamente más, que la más horrible de las muertes.
La voz de las leyes, de la tradición, de la Patria, que es un eco, de la voz divina, resuena en el alma de Sócrates, como la palabra de la sabiduría y de la vida verdadera: "...Creo oirías, como los coribantes creen oír las flautas; resuena de tal modo en mi alma que me hace insensible a todo otro discurso... Dejemos, pues Criton, esta discusión, y sigamos la ruta que Dios nos traza." Dado que la democracia es por naturaleza profunda libertad, y libertad significa tolerancia, no existe forma alguna de gobierno más favorecedora que la democracia, la ciencia sólo puede desarrollarse cuando es libre: Ser libre no quiere decir no solo no estar sometida a influencias externas, esto es, políticas, sino ser libre interiormente: que impere una total libertad en su juego de argumentos y objeciones. No existe doctrina que pueda ser eliminada en nombre de la ciencia, pues el alma de la ciencia es la tolerancia. Comencé este estudio con interrogante: ¿Qué es la Justicia?, ahora al llegar a su fin, me doy perfecta cuenta que no lo he respondido. Mi disculpa es, que sería más que presunción creer que puedo alcanzar aquello que no lograron los pensadores más grandes. En rigor, yo no sé ni puedo decir qué es la Justicia, la Justicia absoluta, ese hermoso sueño de la humanidad. Debo confomarme con la justicia relativa.
Es bastante curioso, incluso podría llegar a ser realmente preocupante, lo que suele generar este término tanto entre Masones como en el mundo profano. Este artículo no pretende un acercamiento formal, estructurado y exhaustivamente argumentado sobre lo Iniciático sino más bien, lanzar algunos puntos sencillos pero importantes, para su cuidadosa reflexión.
Parece una obviedad hablar de lo “Iniciático” en una Orden que se autoproclama en muchas ocasiones, como una Orden Iniciática. En realidad si ponemos mayor atención, veremos que la Iniciación: como conjunto de conocimientos habitualmente ritualizados, que introducen a un candidato a una nueva vida o percepción de la misma y de si mismo; el Iniciado: como receptor; la
Vía Iniciática: como el camino a recorrer en forma de procedimiento o método, etc.; son términos utilizados con más o menos frecuencia y mejor o peor fortuna, tanto dentro como fuera de la Orden Masónica. Vamos a utilizar el término “lo Iniciático”, para incluir aunque no sea muy ortodoxo, esa gran cantidad de conceptos, palabras y apreciaciones, que forman parte del núcleo esencial de la Masonería -mal que le pese a los historicistas, racionalistas o académicos de estrechas miras- y que con demasiada frecuencia, se utilizan de forma frívola e inadecuada. Sin duda en cualquier proceso iniciático, existen una serie de características muy definidas que giran alrededor de: -El tiempo.-La exactitud.-La orientación.-La cualificación.El desarrollo gestual en un espacio.-La distribución del espacio.-El número.-El ritmo.La cadencia.-La secuencia.-La impersonalidad.-Los elementos utilizados en una Logia.La vestimenta de los miembros que la componen.-El secreto.-La transmisión iniciática.-La transmisión oral.-La transmisión del método de asimilación.-La muerte iniciática.El renacimiento.-La trascendencia.
A pesar de tener un entendimiento intelectual de las citadas características, en demasiadas ocasiones, numerosos hermanos no tienen interiorizados muchos de estos procesos y conceptos que son, al final, de capital importancia para trabajar realmente la Masonería como un método. Además, la naturaleza coexistente de las características anteriormente mencionadas, con los efectos que producen en la consciencia del practicante Masón y la repercusión personal y colectiva, dentro y fuera de la Orden Masónica, generan un conjunto dinámico que bien se puede identificar finalmente con lo Iniciático. Las confusiones más habituales, nacen de una serie de tendencias relacionadas más con la superstición y la igno-
rancia, que con el conocimiento y el entendimiento de la naturaleza de lo Iniciático. La vaga creencia o la fuerte convicción, que la Iniciación o la Vía Iniciática, es un cúmulo de prácticas ocultistas o mágicas -que no debemos confundir con lo esotéric o e n c ont r a pu nt o a l o exotérico-, suele basarse entre otros, sobre dos motivos que acaban siendo muy habituales: primero, porque estos términos se utilizan con mucha frecuencia en contex-
tos no masónicos relacionados con el entorno ocultista, mágico y supersticioso sobre el cual, ciertos Hermanos sienten una acusada debilidad; segundo, la connivencia y profunda filtración de tendencias, técnicas y postulados ocultistas en ciertos Ritos masónicos especialmente y como ejemplo, en el que hoy conocemos como Rito de Menfis-Misraim. Por si esto fuera poco, después tenemos la falta de información e instrucción adecuada sobre lo Iniciático, que por desgracia es substituida en numerosos casos por la formación o tendencias perso-
nales, ya sean humanistas, moralistas, históricas, legales, científicas, técnicas, etc., deformándose consciente o inconscientemente la esencia, naturaleza y razón de ser de la Vía Iniciática. Si a todo esto, le añadimos la instrumentalización personalista de lo Iniciático por parte de determinados Hermanos o pequeños grupos dentro de la Masonería -incluso ignorando lo que es-, podremos llegar a encontrarnos con auténticas distorsiones y subversiones directas o indirectas de lo más valioso y distintivo de la Orden Masónica. En otras palabras, lo Iniciático no debería ser un escudo detrás de cual esconder nuestras enormes deficiencias sobre el método y la Sabiduría Iniciática Masónica -incluida la comprensión profunda del Secreto Iniciático- y mucho menos, una excusa para caer en los típicos patrones de comportamiento profano, donde el autoritarismo y la ciega imposición, priman sobre principios fundamentales como la justicia, la equi-
Lo Iniciático no debe convertirse en una simple impostura para ser “diferentes” o “superiores” al resto del mundo “profano” o de los demás Hermanos, cayendo en una especie de clasismo
esotérico/ocultista mal entendido y peor aplicado. Si la Masonería no es un fin en sí misma, sino más bien un elaborado y vanguardista método de perfección del ser humano, lo Iniciático viene a ser la tecnología y el “alma” de ese propio método. Ahora bien, un método fiable de perfeccionamiento debería tener una serie de características que lo hicieran merecedor de nuestra atención y puesta en práctica. Señalemos algunas: Su antiguo origen, su existencia y la dilatada trayectoria que pueda tener a lo largo de los siglos junto a su continuo contraste.
dad o la fraternidad masónica.
La antigüedad no es una característica que garantice totalmente su validez, ya que puede haber degenerado con el paso del tiempo y esto, hay que verificarlo con gran precisión. Tampoco excluye
la existencia de “métodos” más modernos. Por otro lado, un análisis de las vicisitudes, influencias, decantación y construcción constante de la Masonería a lo largo del tiempo -a pesar de la aparente inalterabilidad y universalidad de los “Landmarks”-, permite percibir una tendencia general donde los miembros de la misma, realmente se encuentran en un proceso de evolución personal y donde por ejemplo, los principios y valores universales son depurados y transmutados como mínimo, a un nivel superior a la media social del entorno profano. La Masonería no es un método solo “acumulativo” de conocimiento, sino que le da la máxima importancia a la “experiencia” de ese mismo conocimiento. El camino de la erudición masónica no es un síntoma infalible para determinar si un practicante Masón, realmente practica Masonería o simplemente acumula o mimetiza sus contenidos. Si todo consistiera en una simple colección de conocimientos históricos, simbólicos, alegóricos, filosóficos, metafísicos y prácticas gestuales o ceremoniales, memorizar y aprender por ejemplo, la historia y el contenido completo de los 33 Grados del R.E.A.A., sería el trabajo de unos meses y entonces se podría decir, entre
otras insensateces, que ya somos “grandes Iniciados masones” o hemos llegado a la “perfección”. Pero la importancia real de la Vía Iniciática y de la Ma-
es decir, la experiencia individual, dinámica y vital que cada masón genera en interacción con la tradición y que es tan variada y numerosa, como masones existen desde el origen de la masonería hasta la actualidad. No es suficiente con convertirse en eruditos. El Masón debería aspirar a convertirse en un sabio.
sonería estriba precisamente en que es un camino vivo, donde interactúan la tradición -visibilizada de forma evidente a través de los Ritos, Usos y Costumbres como punto referencial visible o externo- y la innovación
En este punto, existe un fenómeno del que podrían derivarse innumerables variables que exceden con mucho el tamaño del presente artículo y es que, cuando hay un exceso o se pone demasiado énfasis en la forma o lo externo, se debilita la experiencia o lo interno y cuando se supervalora en exceso la dinámica experiencial interna, se relaja, altera o ningunea el punto referencial externo, tradicional y formal.
Lo Iniciático no abarca solo cierta práctica de la ética o un código moral determinado, ayudado simplemente por la razón convencional. La base inicial de todo trabajo masónico real, es la práctica de una ética o un código moral que circunscribe de forma precisa los comportamientos más elementales de los Hermanos, sea cual sea su responsabilidad en la gestión de la Orden o su actividad profana, utilizando una razón libre de apriorismos,
competencias, prejuicios o visiones unilaterales que la parcelen y debiliten. Pero esta base inicial, necesaria siempre e irrenunciable, elaborada e implementada con especial énfasis en el Grado de Aprendiz, no debería ser una simple excusa para quedarse ahí y en un ejercicio de descarado e ignorante reduccionismo, pensar
que la Masonería es solo eso, aunque también hay que admitir que siendo la ética y la moral masónicas, la parte aparentemente más fácil, entendible y accesible de la Masonería, estas acaban substituyendo la falta de una profunda, extensa y concienzuda instrucción masónica. La posible carencia de una ética en el comportamiento individual o de un colectivo determinado, no debería ningunear otros aspectos del camino masónico que en absoluto podrán desarrollarse sin
también se espera respecto a los contenidos masónicos, las definiciones sobre lo que es la Masonería -la tan manida definición ofrecida en el Grado de Aprendiz y utilizada también de cara al mundo profano en general: “un sistema particular de moral, ocultado por alegorías e ilustrado por símbolos”- y lo que se espera del nivel de madurez masónica de quien practica el Arte Real.
esa apreciada y preciosa base ética y moral.
avanzado -las dos partes plausibles de un todo que no debería dividirse y enfrentarse-, donde lo trascendente juega un papel fundamental, permite tener una visión integral, de gran alcance y en perspectiva, de la propia Masonería.
“Suerte” que el camino masónico es progresivo y que después del Grado de Aprendiz viene el de Compañero -sin dejar de ser “Aprendiz”- y después del Grado de Compañero, viene el Grado de Maestro -sin dejar de ser “Aprendiz” y “Compañero”-. Esta progresividad es la que
Y esa dimensión inclusiva entre lo básico y lo más
Lo Iniciático aborda e investiga, con la unión de la intuición profunda y la razón ob-
jetivada y libre de prejuicios, la transformación integral del ser humano en toda su dimensionalidad, en un proceso evolutivo que debe supe-
conseguido, en las necesidades que la sociedad y los seres humanos tienen en su día a día para que todos, masones o no, podamos evolucionar. Cuando se practica la masonería en la plenitud de sus características, supera el marco inicial del psicodrama y el debate racional de efectos solo éticos o morales, en base a los símbolos, las alegorías y las ceremonias. La práctica del método iniciático nos separa momentáneamente del entorno profano o convencional -no para hacernos superiores o inferiores a ese entorno-, con el fin ini-
Lo Iniciático da a la ética y la moral masónicas que deben ejercerse dentro y fuera de la Orden, una dimensión y profundidad muy distintas a la simple servidumbre del mecánico cumplimiento de un código preestablecido.
La Masonería es un camino iniciático, no un camino místico. La Masonería, como método iniciático, utiliza activamente -con voluntad, iniciativa y metodología-, todo su empeño en lograr no solo una experiencia trascendente del Ser, sino una implementación eficaz de los resultados del estado personal
El proceso masónico no relega su acción, actividad e iniciativa a una voluntad ajena al propio masón, viviendo una experiencia pasiva o simplemente reactiva de un proceso espiritual, alejando al mismo tiempo de la sociedad, la aplicación constructiva de lo obtenido. Obviamente, cuando se confunde espiritualidad con religiosidad y cuando, además, se le suma al camino masónico una visión mística -más propia de las religiones-, entramos en una distorsión que genera no poca confusión tanto dentro de la Orden masónica, como en el mundo profano.
rar -que no excluir- el marco convencional de la moral, la ética y la razón.
Esa podría ser la dirección hacia la verdadera Maestría.
de la consciencia, el éxtasis o el arrobamiento místico, sino la naturaleza esencial, original y no artificial del Ser y también como se dijo antes, la aplicación práctica del estado conseguido en la realidad convencional.
cial de trabajar masónicamente en unas condiciones adecuadas que permitan acceder a la experiencia profunda del Conocimiento y con el fin último, que la evolución obtenida sea aplicable en la mejora de la sociedad y de la humanidad en general sin caer, por supuesto, en el simple “buenismo” o la superficial “moralina”. Lo Iniciático no busca bajo ningún concepto la alteración
La Masonería como método o la metodología iniciática, te libera completamente, incluso de la propia Masonería y su método. Esto suele parecer una obviedad o algo aparentemente difícil de asimilar, aunque entendamos que todo aquello que pueda crear dependencias o servidumbres, sean de organizaciones o de personas, no deja de ser algo que te quita la total libertad. En esto es imprescindible entender que la Masonería es un medio y no un fin, es un método venerable, precioso y respetable que busca el perfeccionamiento inicial del ser humano y cuya consecuencia inmediata debe ser aportar todo aquello que a través del respeto a la libertad y a todos los seres vivos, mejore el conjunto de la humanidad. Subvertir esto, haciendo de la masonería sea lo más importante y un fin en sí misma, no es más que reproducir nuevamente uno más de esos patrones profanos que por desgracia, hace tiempo han penetrado en la Masonería distorsionándola hasta cierto punto. Cuando lo más importante es la Masonería, ser Masón de tal o cual Grado o responsabilidad organizativa, por encima de ser un verdadero e íntegro ser humano en toda su dimensión, aparecen egoísmos, egocentrismos, parcelas de poder supuesto y toda una serie de mecanismos que perjudican,
desgastan y hacen perder la ilusión y las ganas a numerosos Masones. Si la Masonería y su metodología específica que se explicita a través de lo Iniciático, no te libera de tu egoísmo, miedos, ignorancia y las tendencias inherentes negativas que desarrollamos normalmente desde el ego, proyectándose todo ello hacia un individuo o colectivo -ya sea masónico o profano-, quizás no sea exactamente Masonería lo que estemos practicando. Aunque formalmente así lo parezca.
nal y grupal, transmisión de la experiencia, la cual se basa en gran medida en la propia transmisión oral y gestual, hace que no tengamos suficientes documentos y “pruebas” que permitan hacer ver su enorme importancia, especialmente a aquellos que basados en su propia formación académica o en la falta de información y formación adecuadas, siguen creyendo y porfiando que lo “Iniciático” es cuanto menos, algo inexistente, fantasioso, prescindible o algo de lo que sacar vulgar provecho. Colocar en su justa medida la importancia de lo Iniciático, no solo para el practicante Masón, sino para la pervivencia de la Orden Masónica en el futuro, debería ser una de nuestras más importantes prioridades.
Si todos llegáramos a la plenitud total como auténticos seres humanos, ya no haría falta la Masonería. Ésta podría dejar de existir. Como pequeño colofón a este breve artículo se podría afirmar que en la actualidad, lo Iniciático puede que sea lo más repetido y a la vez lo más desconocido que nos podemos encontrar, tanto en la Masonería como fuera de ella. Sus componentes esenciales basados en la vivencia perso-
Quizás, nos estamos acomodando demasiado a las tendencias internas anquilosadas en lo básico y contaminadas por lo no masónico o a las explicaciones basadas en métodos, enfoques y pruebas perfectamente respetables en el mundo profano, pero que son incapaces hasta la fecha de desentrañar el sentido, naturaleza y objeto trascendente de una metodología que a pesar de su antigüedad -que no vejez- es capaz, si se aplica de forma correcta comprendiendo su verdadera naturaleza, de dar respuestas eficientes a los grandes retos que nos depara el siglo XXI tanto individual como colectivamente.
Unos de los pocos lugares donde el conflicto PalestinoIsraelí no ha logrado destruir los lazos de amistad y respeto mutuo entre miembros de las dos comunidades que comparten Tierra Santa son las logias masónicas. El génesis de este ejemplo de confraternidad humana lo tenemos en los mismos orígenes de la Masonería Especulativa, cuyos comienzos históricos datan del año 1717, con la fundación de la primera Gran Logia en Londres.
Poco después de su fundación, se le encargó al pastor protestante James Anderson que recopilara los antiguos manuscritos de las cofradías masónicas medievales para redactar los principios según los cuales se regirían los masones en el futuro. Así se gestó el conocido Libro de Constituciones de la maso-
nería inglesa, publicado en 1723, piedra fundamental de la masonería mundial.
ra amistad entre personas que de otro modo permanecerían para siempre distantes.
En la página 50 de estas Constituciones aparecen las antiguas obligaciones del masón, "extractadas de los antiguos registros de las logias de ultramar y aquellas de Inglaterra, Escocia e Irlanda, para el uso de las Logias de Londres" cuyo primer artículo es el siguiente: I. Concerniente a Dios y la RELIGIÓN Un masón está obligado por su condición a obedecer la ley moral y si entiende correctamente el Arte, no será nunca un estúpido ateo ni un libertino irreligioso. Pero si bien en tiempos pasados los Masones estaban obligados en cada país a tener la religión de aquel país o nación, cualquiera que fuese, hoy en cambio se considera más conveniente obligarlo sólo a aquella religión en la cual todos los hombres están de acuerdo, dejándolo a su criterio personal; o sea, ser un hombre bueno y sincero, hombre de honor y honestidad, cualquiera que sea la denominación o creencia que lo distingue; por lo cual la Masonería se convierte en el Centro de Unión y el medio de formar una since-
Esta es una declaración clara y terminante del hecho que el primer principio fundamental de la Masonería es la tolerancia respecto al credo religioso y que el único requisito para ser admitido en la Masonería es ser una persona honorable y honesta, de modo que la Masonería pueda ser un "centro de unión" y el medio de establecer una verdadera amistad entre personas que de otro modo quedarían siempre distantes una de la otra. Aunque sea probable que la tolerancia religiosa que tenía en mente el Reverendo Anderson fuese sólo aquella destinada a suavizar las rela-
ciones entre Católicos y Protestantes, su aplicación total en algunas logias londinenses se puede deducir de la presencia de judíos en logias masónicas ya en 1716 y probablemente antes. La universalidad de la Masonería atraía a muchos judíos, que la consideraban una vía para ser aceptados en la sociedad inglesa, que en aquel tiempo todavía imponía restricciones al ingreso de nocristianos en diversos círculos.
También hombres que profesaban otras religiones fueron atraídos a la Masonería. Los musulmanes, por ejemplo, ingresaron entusiastamente a las logias en Egipto, donde la Orden prosperó y atrajo los más altos círculos de la sociedad egipcia, al punto de llegar a tener cerca de 600 logias a principios del siglo XX. Al igual que en Inglaterra, la familia real egipcia tomó parte en la Masonería y le prestó apoyo y prestigio. Lamentablemente, la revolución de 1952, cuando la fami-
lia real fue expulsada y tomaron el poder los militares, condujo a la declinación de la Masonería, hasta ser finalmente disuelta y prohibida por Gamal Abdel Nasser en 1967. En algunos otros países musulmanes, sin embargo, la Masonería logró echar raíces, como en Turquía, donde funciona sin trabas y sus miembros tienen activa participación en la vida pública. En Irán también floreció la orden masónica hasta la revolución de los Ayatulas en 1979, cuando la Ma-
sonería fue prohibida. En la India, un país donde cohabitan múltiples religiones, la Logia se transformó en oasis de tolerancia y unidad. Llegando al argumento central de este trabajo, el encuentro y la interacción de Masones árabes y judíos en Tierra Santa, nuestra historia debe comenzar solo a mediados del siglo XIX, ya que todo lo que sea anterior a dicha época no pasa de ser leyenda y fantasía. La primera ceremonia masó-
nica registrada en Tierra santa fue la reunión organizada por Robert Morris en la Caverna de Sedecías – o Cantera del Rey Salomón – una profunda caverna bajo la ciudad vieja de Jerusalén utilizada como cantera durante siglos. Morris era norteamericano, ex Gran Maestro de Kentucky, que había venido al Medio Oriente para buscar reliquias masónicas de la antigüedad. No encontró lo que buscaba, pero sí descubrió un pequeño grupo de Masones en Jaffa y Jerusalén. Morris los juntó, aprovechó que en la bahía de Jaffa se encontraba un barco de la marina británica, varios de cuyos oficiales eran masones, y después de algunos ensayos en el Hotel Mediterráneo de Jerusalén, el 13 de mayo de 1868 condujo a todo el grupo a la caverna de Sedecías y allí constituyó lo que con gran pompa proclamó ser una Logia Provisoria, llamada Reclamation Lodge, o sea Logia Recuperación, significando así que la Masonería recuperaba su presencia en su lugar de origen. Entre los participantes en esa ceremonia se encontraban cuatro masones cristianos norteamericanos de Jaffa (pertenecientes a una secta derivada de los Mormones), el gobernador turco de Jaffa, el Cónsul de Prusia, el Cónsul de Estados Unidos en Jerusalén, y el Capitán y arqueólogo Charles Warren, quien más tarde sería el primer Venerable Maestro de la famosa Logia de Investigación Quatuor
Coronati. Ya en esta primera ceremonia masónica en Tierra Santa, los participantes incluían cristianos de diversas denominaciones, y un musulmán. La primera logia verdadera establecida en Palestina fue también obra de Robert Morris. Después de varios infructuosos intentos de conseguir una patente de una Gran Logia estadounidense, convenció finalmente a un amigo personal, William Mercer, quien había sido elegido Gran Maestro de la Gran Logia de Ontario en Canadá, para extender una patente para fundar una Logia que trabajase en Jerusalén y alrededores. La carta patente fue emitida el 17 de febrero de 1873 y la Royal Solomon Mother Lodge N° 293 fue formalmente consagrada el 7 de mayo. Los que firmaron la petición para el otorgamiento de la Patente fueron Robert Morris, John Sheville, Rolla Floyd, Richard Beardsley, Charles Netter, Peter Bergheim y catorce otros masones que no vivían en Palestina, y que fueron agregados por Morris para completar el número de peticionarios.
francesa constituida para defender los derechos de los judíos y promover la educación hebrea en el Medio Oriente; a Netter se le confió la misión de establecer la primera escuela agrícola en Tierra Santa, Mikve Israel, y fue su primer director. Dicha escuela existe hasta hoy.
al cristianismo. Ansiosos de incrementar su número, los hermanos votaron su ingreso y lo iniciaron inmediatamente, y en dos días lo ascendieron al grado de Maestro Masón, en un procedimiento poco usual por la velocidad.
dió ingresar a la logia – ya en su primera tenida (nombre que le dan los masones a
Otro miembro de la logia era un árabe cristiano de origen libanés, Alexander Howard, cuyo verdadero nombre era Iskánder Awad. Este era un sujeto pintoresco, agente local de la empresa Thomas Cook de Inglaterra, que comenzaba entonces a organizar las giras de turismo a Tierra Santa. Howard organizaba la caravana de turistas, contrataba los camellos, las mulas y los arrieros, portadores, cocineros, sirvientes, las carpas donde pernoctar, en fin todo lo que necesitaban los turistas europeos. Howard trabajó tan bien que pronto quedó a cargo de las giras de Cook en todo el Medio Oriente. Esto le produjo tales utilidades
sus reuniones en logia) – fue Moses Hornstein, un judío de Odessa que aparentemente se había convertido
que no sólo estableció hoteles en Jaffa, Jerusalen y Latrún, sino que en Jaffa fue de los primeros constructo-
El primer candidato que pi-
Morris, Sheville, Floyd, Beardsley y Bergheim eran cristianos, mientras que Netter era judío. Charles Netter (1826-1882) fue uno de los fundadores en 1860 de la Alliance Israelite Universelle, la sociedad
res de casas fuera de los muros de la ciudad. Una calle entera era de su propiedad, y hasta hoy se pueden ver los letreros en las esquinas de la calle Yefet que dicen Rue Howard en una equina y Howard Street en la otra. Su casa, a mitad de la cuadra, tiene una imponente decoración de mármol sobre la entrada, en forma de cortinaje, con la leyenda Shalom al Israel (La paz sea Sobre Israel). Su casa funcionó como templo masónico y las buenas relaciones existentes en ese entonces entre las comunidades judía y cristiana en Tierra Santa lo demuestra el hecho que Howard facilitó su residencia para que funcionaran las oficinas del Comité Central de la Hovevei Zion, la primera organización sionista que promovía el retorno de los judíos de la diáspora, y así su casa fue el punto de encuentro de los judíos que llegaban a Jaffa a fines del siglo XIX y comienzos del XX. Howard tomó como su ayudante a otro fundador de la logia, el estadounidense Rolla Floyd, quien estableció el primer servicio de diligencias entre Jaffa y Jerusalén. Su "diligencia" en realidad no era más que un carro tirado por un caballo. Otro hermano de la logia era Joseph Amzalak, iniciado el 29 de enero de 1884. Joseph Amzalak pertenecía a una acaudalada familia sefardita. Había nacido en la colonia británi-
ca de Gibraltar y en 1824 estableció residencia en Jerusalén, donde se dice que era el hombre más rico de la ciudad. Allí construyó una hermosa casa vecina a la puerta de Jaffa. Alrededor de 1860 su casa fue entregada en alquiler, la planta baja para tiendas, y los pisos superiores fueron tomados por Moses Hornstein para abrir el Hotel Mediterráneo, donde se alojó Robert Morris, y también Charles Warren e incluso Mark Twain y su grupo de turistas cuando visitaron Tierra Santa en 1867. El edificio sigue en pie, y sigue siendo usado como hotel, ahora con el nombre de Ho-
se constituyó así la logia El Puerto del Templo de Salomón. La logia admitía tanto árabes como judíos, y tuvo una época de oro cuando llegó un grupo de ingenieros franceses a construir el ferrocarril de Jaffa a Jerusalén; muchos de los franceses eran Masones que se incorporaron a la logia. Después que partieron, sin embargo, la logia declinó hasta finalmente desaparecer.
tel Petra.
una nueva logia con el nombre de Barkaí (la Aurora). Uno de los miembros de la logia era Maurice Schönberg, un relojero judío, que había instalado los cuatro relojes en la torre de Jaffa, que existe hasta hoy. Dos relojes marcaban la hora normal, y los otros dos la hora musulmana, que comienza con la puesta del sol.
La logia Royal Solomon tuvo una existencia precaria por la falta de experiencia de los hermanos y la logia desapareció después de pocos años. Un grupo de sus miembros, sin embargo, querían continuar y le pidieron carta patente al Gran Oriente de la Orden Misraim, que en esa época estaba activa en Egipto. Alrededor de 1890
Los hermanos que quedaban nuevamente se encontraron ante la necesidad de encontrar un nuevo hogar, y así en febrero de 1906 se reunió un grupo y decidieron fundar
Schönberg, cuyo trabajo le
llevaba a menudo a París, tomó contacto con el Gran Oriente de Francia. El 13 de marzo de 1906 fue presentada la petición formal de patente al Gran Oriente, firmada por doce hermanos, uno de ellos un árabe cristiano, Alexander Fiani – propuesto para ser el primer Venerable Maestro de la logia – y los demás judíos. Sin embargo, el primer masón afiliado a la flamante logia fue un cristiano de origen libanés, César Araktingi, comerciante, dragomán y Vicecónsul de Gran Bretaña, nacido en Jaffa. Como se puede ver, la multiplicidad de religiones y grupos étnicos ya estaba establecida. La logia Barkai reclutó activamente nuevos miembros. Hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914), fueron iniciados más de 100 nuevos miembros, la mayoría árabes y turcos, pero con un buen número de judíos y algunos armenios. La Logia se reunía en Jaffa, en el N° 1 de la calle Howard que ya he mencionado. Como la mayoría de los hermanos no hablaba francés, las reuniones se realizaban en árabe, y sólo los protocolos se escribían en francés para ser enviados al Gran Oriente. Araktingi pronto reemplazó a Fiani como Maestro de la
Logia y continuó desempeñando este puesto hasta 1929, es decir, por 23 años, un caso inusitado, ya que la tradición prescribe que anualmente se elige el Venerable de cada logia. La feliz situación de pacífica convivencia entre las diversas comunidades de Palestina fue rota durante la Gran Guerra de 1914 a 1919. El desmembramiento del Imperio Otomano resultó en la creación de varios países ára-
bes independientes, pero bajo la tutela de las dos grandes potencias que se dividieron sus zonas de influencia en el Medio Oriente: Francia e Inglaterra. La Palestina, que entonces abarcaba ambos lados del Jordán, incluyendo la actual Jordania, Israel y los territorios en disputa de la Cisjordania, fue entregada en administración a Inglaterra, que recibió el mandato de la Sociedad de las Naciones para gobernar el país. La Logia tuvo que suspen-
der sus trabajos durante la guerra, pues muchos de los hermanos fueron exiliados por el gobierno otomano. Terminado el conflicto, y estando el país bajo control de los ingleses, la logia reinició sus labores, pero tuvo que cerrarlas nuevamente en 1921, cuando comenzaron disturbios contra la población judía. Sólo en 1925 la Logia comenzó nuevamente a reunirse, ahora en Tel Aviv, y compuesta casi exclusivamente de judíos. Los hermanos árabes prefirieron ingresar a las logias establecidas en el país por la Gran Logia de Egipto, en las cuales, hay que subrayar, también se contaban numerosos hermanos judíos de habla árabe. En 1932 la masonería egipcia sufrió una grave crisis, que terminó con la creación de dos grandes logias rivales. Las logias locales dependientes de Egipto decidieron entonces independizarse, formando la Gran Logia Nacional de Palestina. La mayoría de los hermanos eran judíos, pero su carácter no sectario lo demuestra el hecho que la ceremonia de fundación de la Gran Logia fue dirigida por Fuad Bey Hussein, Gran Maestro de la Gran Logia de Egipto. El Hermano Shuqri Houri, árabe también él, fue electo co-
mo primer Gran Maestro. Las logias de habla inglesa, bajo las jurisdicciones de las Grandes Logias de Inglaterra y Escocia, rehusaron incorporarse a la nueva Gran Logia y continuaron operando bajo sus jurisdicciones originales, mientras que las cinco logias de habla alemana se constituyeron en una Gran Logia Simbólica de Alemania en Exilio. En Alemania, como sabemos, la masonería había sido clausurada por los Nazis y muchos masones fueron enviados a los campos de concentración. Pese a las problemáticas relaciones entre las comunidades árabe y judía, la Gran Logia Nacional de Palestina realizó constantes esfuerzos por atraer candidatos de todas las comunidades: judía,
sivamente por árabes: la logia Nur El-Hichmah (“La Luz de la Sabiduría”) y logia Jerusalén, ambas en la Ciudad Santa, Khoresh en Amán, y Galilea en Nazaret. Sólo con la creación de la Gran Logia del Estado de Israel, en 1953, la Masonería en Tierra Santa pudo unirse finalmente bajo el mismo techo. Todas las logias de la Gran Logia Nacional Palestina se integraron a la nueva Gran Logia, y lo mismo hicieron las logias de habla inglesa y alemana. Las treinta logias que funcionaban en aquel tiempo estaban divididas lingüísticamente del siguiente modo:
En 1968 se fundó en Haifa, una ciudad que siempre tuvo una composición étnica mixta, la Logia Na'amán, que trabaja en hebreo pero tiene
19 logias trabajaban en hebreo, 5 en alemán, 4 en inglés y una cada uno en rumano y árabe. La logia Nur El-Hichmah que se reunía en la ciudad vieja de Jerusalén, quedó en la zona ocupada por Jordania desde 1948. La logia Khoresh se encontraba en Amán, Jordania, y sólo la Logia Galilea seguía trabajando en árabe, en la ciudad de Nazaret. Había sido fundada en 1950 con hermanos tanto musulmanes como cristianos, con una mayoría de éstos, en una ciudad con tan profundo significado para la Cristiandad.
cristiana, musulmana, armenia y drusa. En efecto, se fundaron varias logias cuyas reuniones se realizaban en árabe, compuestas casi exclu-
una segunda logia de lengua árabe, Acco N° 36. Una tercera logia árabe fue fundada en Kfar Yassif, en la Galilea Occidental: la Logia Hidar, con numerosos hermanos drusos, y en 1959 se fundó en Tel Aviv la Logia Al-Salaam (Paz), compuesta tanto por árabes como judíos.
En 1954, al año siguiente de la fundación de la Gran Logia de Israel, se fundó en el puerto de Acre - la antigua fortaleza de los cruzados -
una composición de árabes y judíos. De los 32 Venerables Maestros de la logia entre su fundación y 2003, diecinueve – o sea la mayoría – han sido árabes En 1974, un año después de la guerra de Yom Kippur, se fundó en Jerusalén la logia Ha-Lapid, de habla árabe, que integra hermanos árabes y judíos. Su primer Venerable Maestro fue un judío: David Greenberg. Finalmente, en 1983 fue fundada en Nazaret la Logia Nazareth, que trabaja en árabe, con hermanos musulmanes y cristianos.
El carácter universal de la Gran Logia de Israel está simbolizado por su escudo, con la estrella de David, la cruz y la luna creciente enmarcados dentro de la escuadra y el compás. En los templos masónicos de Israel están abiertos tres libros sagrados: la Biblia, el Tanaj (Antiguo Testamento en hebreo) y el Corán. La oficialidad de la Gran Logia incluye tres Grandes Capellanes, de las tres religiones monoteístas y con el mismo rango.
y hecho, se puso en contacto con el Maestro de la Logia Nazaret, y en su justo tiempo llegó al hotel una veintena de hermanos árabes con sus esposas y portando grandes fuentes con pastelitos de su especialidad.
do la tolerancia y la fraternidad es posible sobreponerse a las diferencias políticas y religiosas?
Se pasó de manera tan agradable la velada, que se decidió continuar los contactos. Así el 2 de octubre de ese mismo año nos repartimos cinco hermanos, y cada uno recibió en su casa un grupo de seis parejas de los hermanos árabes. Luego, el Dr.
En 1995, la Gran Logia y el Supremo Consejo de Argentina decidieron crear conjuntamente una Academia de Paz Masónica, con el preciso objetivo de conferir un Premio Masónico de la Paz a las personas y organizaciones – no sólo masónicas – que se distinguieran por su trabajo en pro de la paz, la tolerancia y la convivencia de todos los hombres.
Goldwaser comenzó invitando a su casa un gran grupo de hermanos de ambas logias con sus esposas, y seguimos con las reuniones, realizamos fiestas en conjunto, reuniones de logia, los hermanos de Nazaret también abrieron sus hogares y se creó una hermosa convivencia, pese a los problemas políticos y los frecuentes actos terroristas de todos conocidos.
Fui invitado a someter nombres de candidatos merecedores de recibir este premio, y propuse entonces a dos: el Dr. Juan Goldwaser, cuyas actividades ya mencioné, y. Joseph E. Salem, quien entonces presidía el Grado 33 de Israel, originario de Irak, cuyo dominio del idioma árabe le permitía promover el entendimiento entre árabes y judíos.
¿Qué mejor demostración puede haber, que practican-
Mis dos propuestas fueron aceptadas, y Goldwaser viajó
La oficialidad de la Gran Logia siempre ha incluido hermanos árabes. En 1981 fue elegido como Gran Maestro el abogado árabe de Haifa, Jamil Shalhoub, y al año siguiente fue reelegido por un segundo período. Ahora voy a relatar asuntos que conciernen a la logia La Fraternidad en particular, y que tienen relación directa con el tema que nos ocupa. Esta logia – la primera logia israelí en español - tiene la tradición de reunir a los hermanos con sus familias en un fin de semana en algún hotel de veraneo, para estrechar los lazos de fraternidad y escuchar algunas conferencias sobre temas diversos. En el año 1993 esta actividad se realizó en un hotel de la ciudad de Nazaret. Para la cena y fiesta de despedida un ex Maestro de la logia, el Dr. Juan Goldwaser, tuvo una inspiración, ¿por qué no invitar a los hermanos árabes de la logia local? Dicho
a Buenos Aires a recibir su premio, consistente en una medalla y un diploma. Dos años después, la Masonería Argentina nuevamente decidió otorgar el Premio Masónico de la Paz, y me pidieron otra vez proponer nombres. Esta vez propuse dos hermanos árabes: Samir Víctor Farrán de Nazaret, Católico Romano, y Elías Mansour de Haifa, GriegoOrtodoxo, y miembro activo
Hace un par de años atrás, el Hno. Farrán, con un grupo de hermanos de Nazaret, y con el apoyo de nuestra logia, ente otras, reabrió las puertas de la logia Galilea No. 31 de Nazaret, que se había cerrado. En reconocimiento por nuestra labor en favor de esta logia árabe, el Hno. Goldwaser y quien escribe fuimos agraciados con el título de Venerable Maestro ad-Vitam de la Logia Ga-
del Supremo Consejo de Israel. Ambos habían demostrado ser fervientes promotores de la amistad entre árabes y judíos.
lilea 31, en una tenida festiva en la ciudad de Nazaret. Dos masones judíos recibieron el homenaje de una logia de masones árabes duran-
Mis propuestas fueron nuevamente aceptadas, y Samir Farrán viajó a Buenos Aires a recibir su premio, acompañado por el Dr. Goldwaser. La presencia de ambos en la capital bonaerense dio pruebas de la verdadera fraternidad reinante entre nuestras dos logias. Lamentablemente, esta hermosa iniciativa de la Masonería Argentina no tuvo continuación, y el premio a la Paz se otorgó sólo esas dos veces.
te el triste período de la Intifada. Que me perdone el lector por haber empleado mis propias experiencias como ejem-
plo, pero creo que el mensaje que se traduce de mi trabajo es importante, hoy quizás más que en el pasado. Hoy, cuando las fuerzas del fanatismo y la intolerancia cometen crímenes inhumanos y cobran víctimas inocentes día a día y en todo el mundo, amenazando los fundamentos de la civilización, es de suma importancia reflexionar sobre el valor de la Masonería, de nuestro credo de justicia, tolerancia, benevolencia y fraternidad. El papel que ha desempeñado la Masonería en Israel demuestra que, existiendo una base de racionalismo y humanismo, se puede edificar la convivencia entre grupos humanos separados por el idioma, la religión y la etnia. La Masonería israelí da prueba fehaciente de que la paz entre los pueblos no es una utopía, sino que sólo es preciso el esfuerzo individual de cada persona de buena voluntad, y el trabajo mancomunado de todos quienes desean construir un mundo mejor, de paz, libertad y progreso.
La piedra cúbica apuntada es uno de los símbolos más antiguos utilizados en Masonería. Presente en el Rito Francés (RFM) y desaparecido en la práctica del REAA, aunque se le puede encontrar en numerosos tableros de grado y rituales de este Rito, la piedra cúbica apuntada representa la obra maestra que todo masón debe realizar en su calidad de Compañero del Oficio. Los tableros del siglo XVIII nos señalan claramente que todo itinerario iniciático corresponde a la transformación de la piedra bruta en piedra cúbica apuntada. La piedra cúbica apuntada es específica de la masonería continental. Nuestros Hermanos que practican los ritos de raíz anglosajona, como Emulación o York, y otros tantos, no conocen más que la simple piedra cúbica, muchas veces representada suspendida en un artilugio para levantar piedras. En efecto, en los comienzos del siglo XVIII en la maso-
nería continental toda mención a la piedra cúbica designaba siempre a una piedra cúbica apuntada, pues los rituales ignoraban el estado intermedio de la simple piedra pulida de seis caras que aparecerá más tardíamente, como podemos comprobarlo
camos en la GLE. En Masonería, la simple piedra cúbica corresponde al fin del aprendizaje y al primer paso del nuevo compañero. Es un estado intermedio de elaboración de la obra en curso de realización. La piedra cúbica apuntada simboliza así la finalización de la obra, el coronamiento de los esfuerzos, el objetivo realizado, la finalización de la obra maestra elaborada por el compañero al final de su progresión y representa la aprehensión del mundo espiritual.
en los más antiguos tableros de trazo de las Logias continentales. Sin embargo, el símbolo de la simple piedra cúbica ha eclipsado desgraciadamente la piedra cúbica apuntada en muchos ritos, que no el Francés que practi-
La punta de la piedra cúbica apuntada se asimila también a un omphalos, una representación visible y concreta del “centro del mundo”, una abertura sobre lo divino, quinta-esencia del ser, punto de encuentro entre lo manifestado y lo no-manifestado. En el RFM, entre las tres joyas inmóviles de la logia se encuentran la piedra bruta, la piedra cúbica o de afilar y
la plancha de trazo de los maestros. Le Vrai Maçon dédié aux maçons instruits, fechado en el 5809 (VL), nos da alguna pista de la razón de la confusión entre una y otra piedra. El texto nos dice lo siguiente: Pregunta: ¿Cuál es su uso? Respuesta: La Piedra bruta sirve a los Aprendices para trabajar, la Piedra cúbica sirve a los Compañeros para afilar sus útiles y la plancha de trazo sirve a los Maestros para realizar sus dibujos. La nota explicativa es especialmente aclaratoria, pues en ella se nos dice que antiguamente se utilizaba el nombre de piedra cúbica apuntada en lugar de piedra cúbica sin más. Y amplía diciendo “no hay que olvidar que los mismos filósofos que asimilaban el Aprendiz a una piedra bruta, comparaban entonces al Compañero con la piedra cúbica, porque la veían como el cuerpo perfecto, el que presentaba el mayor nú-
mero de superficies unidas y que podía servir para todo lo que se le quisiera emplear; terminaban esta piedra en
pirámide porque ella encerraba todos los números sagrados; es decir, la unidad, el cinco, cuatro, tres veces tres, y por consecuencia el nueve. Además, para tallar esta piedra había que usar el compás, la escuadra, el nivel, y la plomada; y como todos estos instrumentos eran los símbolos de las ciencias y las virtudes, y que estos eran los medios que estos filósofos empleaban para hacer lo que nosotros llamamos un Compañero, podían hacer, sin equivocarse, esta comparación moral.”
En las diferentes instrucciones y catecismos publicados más adelante, se nos dice en muchas ocasiones que sirve para afilar las herramientas. Así, en una instrucción de
1860 se lee: “Esta piedra, que sirve para afinar las herramientas, es la imagen del estudio, de la reflexión, de la pasión por la búsqueda de la verdad; ayuda al espíritu humano a afilar por decir así, su inteligencia, le da vigor y comprensión, y se perfecciona en las ciencias, en las artes, en la teoría y en la práctica de la filosofía.” En otra obra de 1814, reimpresa en París en 1992, se nos dice también que “la piedra bruta, sobre la cual trabajan los Aprendices, es el emblema de nuestra alma, susceptible de las buenas o malas impresiones, mientras que
la piedra cúbica, que sirve a los Compañeros a afilar sus herramientas, nos hace recordar que sólo siendo vigilante sobre nosotros mismos es cómo podemos protegernos de los vicios.”
piedra más importante de la construcción”1. Nos encontramos pues, ante lo que idealmente debe llegar todo masón al final de su camino.
El barón de Tschoudy, ya nos decía en 1766, que cambiando la piedra bruta del Aprendiz por la piedra cúbica apuntada del Compañero, debíamos aceptar que este segundo grado supone unos conocimientos superiores y más aptitudes para el trabajo. Pero es indudable que la forma específica de la piedra
Cuando se abre una piedra cúbica apuntada, nos recuerda Irène Manguy, y desplegamos todas las caras, las del cubo en la parte inferior y las del piramidión en lo alto, las cuatro caras triangulares recuerdan la forma de la cruz templaria, en cuyo centro representa también “la cima ideal de la montaña”. La piedra cúbica apuntada se representa con un hacha
cúbica apuntada la hace inservible para la construcción de cualquier muro, pared o edificio. Es por ello por lo que, naturalmente, es rechazada por la gente del oficio, al contrario que la piedra cúbica, muy apropiada para la construcción. Ello nos lleva a hacer una analogía con la piedra clave de una bóveda, piedra única que corona la construcción, “la piedra que fue rechazada por los arquitectos se ha convertido en la
en horizontal sobre su vértice, como así lo encontramos en el tablero del RFM. El hacha tiene relación con los cielos. El hacha se relaciona en su origen con el rayo. De los cielos desciende y golpea la tierra, la penetra, la separa. El hacha que en el tablero del RFM aparece en su punta, similar a un martillo de tallar, evoca la realización espiritual en su apogeo gracias a la recepción de la iluminación
iniciática. Su objetivo es el de liberar la luz encerrada en el corazón de la piedra. Según el autor francés Chris-
La piedra cúbica a punta guarda su secreto, que sólo puede salir por el vértice. Hay que abrir y penetrar la piedra para percibir las leyes
sumir por estos dos elementos el conjunto del itinerario iniciático, siendo el uno y el otro el alfa y el omega. Es saber separar su personalidad de todas las gangas de las apariencias para hacer emerger el ser profundo. Esta pide al Masón en búsqueda de verdad, saber practicar con éxito el “conócete a tu mismo -nosce te ipsum-” y lograr encontrar el acceso a la cima de la piedra cúbica apuntada desde donde acceder a esta trascendencia del ser, representada bajo la forma de la luz sublime, de un rayo de claridad que el hacha o el martillo de tallar permiten que entre en la piedra. El Colectivo “Los Antiguos Deberes” está formado por un grupo de HH, miembros de GLE y /o del Gran Capítulo Francés, con el objetivo de mejorar su formación en el Rito, y en aspectos como su filosofía, historia, práctica, etc., así como ayudar a su difusión. 1
tian Guigue, “el hacha situada encima de la piedra cúbica apuntada, confirma este carácter de iluminación, de penetración de la luz, pues el movimiento se opera desde lo alto hasta lo bajo, del cielo a la tierra. Tiene como objeto el hacer salir, de hacer brotar lo que está encerrado en el corazón de la piedra, que es como decir el corazón del hombre, para que pueda iniciarse la contemplación mutua del corazón de la divinidad y del corazón de la criatura”.
de la creación que ella contiene y cerrarla para dar vida a las formas manifestadas que obedecen a estas leyes. Pasar de la piedra bruta a la piedra cúbica apuntada es re
Para más información, contactar con: losantiguosdeberes@gmail.com Los Hermanos que practican la Masonería de Marca encontrarán familiar esta referencia. 2
Y la Virgen ha concebido un hijo y es llamado Immanuel (Dios con nosotros). Isaías Cualquier simbolismo apunta siempre a las funciones y grados de la obra de Dios y nunca a las imágenes exteriores que la historia ha creado: así, el simbolismo del templo no nos habla del edificio artístico que cobija unos ritos y unas liturgias, no nos habla de las catedrales o mezquitas. Los textos inspirados que hablan sobre el simbolismo del templo parecen referirse a las funciones y grados de la obra de Dios en el
interior del hombre, los cuales están apuntados y resumidos admirablemente en un versículo del Mensaje Reencontrado, obra hermética de este siglo, en el que se dice: «¿Quién separará la luz de las tinieblas? Y ¿quién manifestará el fuego oculto del Señor?; ¿quién transformará la leche virginal en la consistencia corpórea del Hijo recién nacido?» (I, 26’). «¿Quién separará la luz de las tinieblas?»; el templo, por su etimología y función designaba en la antigüedad el lugar santificado, donde habitaba Dios en la tierra; el Señor dice a Moisés sobre el monte Sinaí (Éxodo XXV, 8):
«Hacedme un santuario y habitaré entre ellos (Israel)». El lugar santo es esencialmente distinto al mundo profano, está separado de él. El primer grado de la gran
obra de Dios es la separación entre la cizaña y el trigo, entre la mala formación y la buena semilla escondida, entre la luz y las tinieblas. Este lugar separado está oculto a nuestros sentidos, revestidos de una piel de bestia por la caída. Es el lugar secreto, revelado únicamente al iniciado, el espejo de los cabalistas, donde se ven todos los misterios: ningún impuro puede vislumbrarlo. En el cristianismo, este lugar puro y oculto es María, la Santa Madre de Dios; escribe sobre ella L. M. Grignion de Montfort (El secreto de María, 20): «Dios creó
un mundo para el hombre peregrino: es la tierra; un mundo para el hombre glorificado: es el cielo; un mundo para sí mismo: es María. Ella es un mundo desconocido para casi todos los morta-
nocer ni comprender a causa de su pureza, tenuidad y transparencia, es la sabiduría cerrada. Hasta que este punto se expande y entonces esta expansión se convierte en un templo (hejal) para vestir
inmanifestado, la forma del Dios invisible, el fuego oculto, lo que en el cristianismo recibe el nombre de encarnación y que existe con otros nombres en todas las religiones. Doutzetemps escribía en Le Mystère de la Croix: «Ninguno de nosotros podría tener jamás acceso al triángulo de fuego (el fuego del Señor), que habita una luz inaccesible que ningún hombre ha visto jamás y no verá jamás [cfr. I Timoteo VI, 13 a 16] sino es en y por el elemento del agua santa que es la sacra corporificación de la divinidad y su tabernáculo con los hombres» (cap. I).
les. Un misterio impenetrable para los mismos ángeles y santos del cielo que contemplan a Dios trascendente, lejano e inaccesible. ¡Feliz, una y mil veces en esta vida, aquél a quien el Espíritu Santo descubre el secreto de María para que lo conozca.»
al punto que es la luz incognoscible y sin medida en su pureza.» (I, 20a)
Y en el Mensaje Reencontrado, Louis Cattiaux escribe: «El Señor de antes de los comienzos permanece oculto en el seno del gran mar, pero el gran mar lo manifiesta visiblemente a fin de que toda la creación aparezca en
Desde su primera manifestación hasta su perfecto acabamiento, Dios siempre se manifiesta a través de un vehículo,
Hemos de subrayar que, según el texto, este secreto ha de ser descubierto por el Espíritu Santo y que no puede ser encontrado por el trabajo y la inteligencia del hombre. «¿Quién manifestará el fuego oculto del Señor?»; el Sefer haZohar, en el conocido fragmento de la nuez y su cáscara, explica la formación del primer templo a partir del Dios incognoscible; dice así: «El punto primero es la luz interior que no tiene medida, que no se puede co-
un vestido, un lugar, un templo. Aquí vemos uno de los misterios centrales de todas las religiones y filosofías: la manifestación del principio
la luz del Único». (XXIX, 12). «¿Quién transformará la leche virginal en la consisten-
cia corpórea del Hijo recién nacido?»; el templo es el lugar donde se puede ver, oír y tocar a Dios, donde se produce la unión del hombre con Él. En el templo se engendra el Verbo, el hijo, al igual como Cristo nació de las entrañas de María. Sobre esto existe una enseñanza en la tradición judía: en el mes de Tishri (septiembre-octubre) los judíos celebran su fiesta más señalada, el Yom Kipur, el ‘Día del Gran Perdón’; antiguamente, cuando el Templo existía en la ciudad santa de Jerusalén, el Sumo Sacerdote entraba en este día en el lugar más sagrado, el Sancta Santorum, y ofreciendo sacrificios de sangre, decía según la Ley de Moisés: «Porque en este día se os reconciliará para limpiaros y seréis limpiados de todos vuestros pecados delante de IHVH.» (Levítico XVI, 30) En esta oración el Sumo Sacerdote pronunciaba el Santo Nombre de Dios, el Tetragrama. Era la única ocasión en todo el año que se hacía. Según la exégesis judía, cuando el Nombre santo es pronunciado, el cielo (IH) y la tierra (VH) se unen en la auténtica creación. Cuando el Templo fue destruido por los romanos se perdió la pronunciación, el Nombre no pudo pronunciarse. De este acontecimiento histórico la tradición judía ofrece otro sentido, la realidad tiene una lectura esotérica según la cual la destrucción del
Templo se refiere a la destrucción del Hombre primordial, por la transgresión original y su exilio en este mundo.
LATOMIA
Así, pues, podríamos decir Gran Maestro de la G.L.E. Oscar de Alfonso que el templo es el hombre; a este simbolismo alude Jesús cuando dice (Juan,II, 19): «Destruid este templo y volveré a construirlo en tres días [...] Él, empero, lo Director de la publicación Jorge Ceballos decía del templo de su cuerpo.» El Nombre de Dios sólo se puede pronunciar en su templo, o sea, en el hombre Mesiánico, el Adán regenerado. Así, cuando el Dios de cólera es apaciguado, el hombre descubre al Dios de amor. Es el Nombre del Mesías que nadie conoce; el Hijo que ha tomado consistencia corpórea; en él reside el Nombre, el «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» (Juan, I, 14); es el último nivel de las funciones y grados de la obra de Dios, por esto está escrito en el Zohar (I, 94b): «El lugar santo de tu templo (Salmos LXV, 5), esto es la culminación de todo, como se nos ha enseñado: la palabra ‘templo’ (hejal) se puede dividir en las letras he, yod (YH) y col (que significa ‘todo’), lo que indica que es la complejidad de todo en uno.»
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