MAÍZ
Técnicas probadas para una producción rentable Director: Gerardo Sibaja Coordinador: Emilio Satorre Edición: Mariela Suárez
Autores Fernando H. Andrade Ariel Angeli Francisco Bedmar Federico Bert Miguel Boxler Gerardo Cerutti Adrián Correndo Juan del Río Marcelo Di Napoli Matías Ermacora Fernando García Fernando García Frugoni Agustín Giorno Jorge González Montaner María C. Gregoret Daniel Igarzábal Gustavo Martini
José Micheloud Martín Míguez Mariano Moreno Germán Opacak María E. Otegui Mariano Pizzio Ricardo Pozzi Marcelo Rey Daniel Rossi Eduardo M. Sánchez Emilio Satorre Margarita Sillón Alejandro Socas Daniel Trasmonte Doria Turchi Martina Walter Marcelo Zucal
Contenidos Prólogo
Pág. 09
Capítulo 1 Importancia del cultivo de maíz en la agricultura argentina
Pág. 11
Capítulo 2 Determinantes del rendimiento en el cultivo de maíz
Pág. 15
Capítulo 3 Fecha de siembra en el cultivo de maíz temprano y tardío
Pág. 21
Capítulo 4 Respuesta del cultivo a la densidad, distancia entre hileras y uniformidad
Pág. 27
Capítulo 5 Elección del híbrido
Pág. 33
Capítulo 6 Bases de la nutrición del cultivo de maíz
Pág. 37
Lic. en Adm. Martina Walter Proyecto Nodos. Unidad de Compromiso con la Comunidad de AACREA Lic. en Econ. Juan del Río Proyecto Enfoques Económicos. Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA
Dra. María Elena Otegui Cátedra de Producción Vegetal. Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires Dr. Fernando H. Andrade Unidad Integrada Facultad de Ciencias Agrarias UNMP-INTA Balcarce y Conicet
Dr. Federico E. Bert Cátedra de Cerealicultura. Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA
Dr. Emilio Satorre Cátedra de Cerealicultura. Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA
Ing. Agr. José Micheloud Cátedra de Cerealicultura. Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA
Dr. Fernando García Ing. Agr. Adrián Correndo International Plant Nutrition Institute
CONTENIDOS
Capítulo 7 Enfermedades del cultivo de maíz y su manejo
Pág. 45
Capítulo 8 Manejo de plagas en el cultivo de maíz
Pág. 53
Ing. Agr. Margarita Sillón Programa de Investigación en Cultivos Extensivos de la Universidad Nacional del Litoral
Ing. Agr. Daniel Igarzábal Consultor privado
Capítulo 9 Malezas del cultivo de maíz y su manejo
Pág. 59 Dr. Francisco Bedmar Cátedra de Terapéutica Vegetal. Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata
Capítulo 10 Modelos zonales de producción de maíz en el Movimiento CREA Región Sur de Santa Fe
Pág. 63 Pág. 63
Región Norte de Buenos Aires
Pág. 66
Región Centro
Pág. 68
Región Oeste
Pág. 72
Región Oeste Arenoso
Pág. 74
Región Santa Fe Centro
Pág. 77
Región Litoral Sur
Pág. 79
Ing. Agr. Miguel Boxler Representante en Mesa de Planes Nacionales de la región Sur de Santa Fe Ing. Agr. Ricardo Pozzi Asesor del CREA San Jorge-Las Rosas Ing. Agr. Matías Ermacora Responsable técnico de Agricultura de la región Norte de Buenos Aires Ing. Agr. Gustavo Martini Coordinador de la Comisión de Agricultura de AACREA Ing. Agr. Ariel Angeli Asesor del CREA Carnerillo Ing. Agr. Martín Míguez Coordinador de la Comisión Agrícola de la región Oeste Ing. Agr. Eduardo M. Sánchez Asesor del CREA Intendente Alvear Ing. Agr. Daniel Trasmonte Asesor del CREA América Ing. Agr. Doria Turchi Coordinadora de la Comisión de Agricultura de la región Santa Fe Centro Ing. Agr. Mariano Moreno Mesa de Asesores de la región Santa Fe Centro Ing. Agr. Fernando García Frugoni Coordinador de la región Litoral Sur
Región Córdoba Norte
Pág. 80
Región NOA
Pág. 82
Región Sudeste
Pág. 83
Región Mar y Sierras
Pág. 85
Región Sudoeste
Pág. 87
Región Litoral Norte. Provincia de Corrientes
Pág. 88
Región Litoral Norte. Provincia del Chaco
Pág. 90
Región Chaco Santiagueño
Pág. 92
Bibliografía
Pág. 94
Ing. Agr. María C. Gregoret Responsable del Área Técnica de la región Córdoba Norte Ing. Agr. Daniel Rossi Coordinador de la región NOA Ing. Agr. Marcelo Rey Coordinador de la Mesa Agrícola de la región Sudeste Ing. Agr. Dr. Jorge González Montaner Coordinador de la Comisión de Agricultura de la región Mar y Sierras Ing. Agr. Marcelo Di Napoli Comisión de Agricultura de la región CREA Mar y Sierras Ing. Agr. Agustín Giorno Coordinador técnico de la región CREA Sudoeste Ing. Agr. Gerardo Cerutti Asesor del CREA Avatí-I-arrocero Ing. Agr. Mariano Pizzio Asesor del CREA Taragüí Ing. Agr. Alejandro Socas Asesor del CREA Mercedes Ing. Agr. Germán Opacak Asesor del CREA Chaco
Ing. Agr. Marcelo Zucal Coordinador de la región Chaco Santiagueño
CONTENIDOS
1
Importancia del cultivo de maíz en la agricultura argentina Lic. en Adm. Martina Walter Proyecto Nodos. Unidad de Compromiso con la Comunidad de AACREA
Lic. en Econ. Juan del Río Proyecto Enfoques Económicos. Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA
La introducción del maíz en la agricultura argentina se retrotrae a fines del siglo XIX. Si bien es una especie de origen americano cultivada desde la época precolombina, fue, junto con el trigo, un cultivo determinante para el desarrollo agrícola nacional que comenzó a partir de ese momento. Si se analiza la evolución de la superficie implantada, fue en la década del 30 cuando el maíz alcanzó su máxima expresión: se sembraron más de 6 millones de hectáreas, superando incluso al trigo. A partir de la década del 50, la incorporación de adelantos tecnológicos, especialmente de la genética, marcaría el comienzo de una
nueva etapa de consolidación del cultivo caracterizada por el aumento de los rindes unitarios. De hecho, el rendimiento promedio de la década del 70 fue de 2674 kg/ha, mientras que en la siguiente fue de de 3364 kg/ ha, registrando un incremento del 26%. En la década del 90, el rinde promedio fue de 4857 kg/ha, lo cual representa un aumento del 44%. Finalmente, entre 2001 y 2012, el promedio fue de 6532 kg/ha; es decir, hubo un incremento del 34% respecto de la década anterior. Este aumento de la productividad se produjo en un escenario de disminución de la superficie cultivada determinado por la reubicación del maíz en zonas en las Importancia del cultivo de maíz en la agricultura argentina 11
» que ofrecía un mejor comportamiento. En efecto, si se considera la evolución del área sembrada desde 1930, se advierte que jamás se volvió a alcanzar el volumen implantado en ese año; sin embargo, la producción aumentó considerablemente como consecuencia de los mayores rendimientos obtenidos con nueva genética y fertilización.
En la actualidad, la distribución geográfica del maíz en la Argentina se concentra principalmente en la denominada zona núcleo. El 30% de la superficie sembrada corresponde a la provincia de Córdoba, el 29% a Buenos Aires y el 12% a Santa Fe. El 29% restante se distribuye principalmente entre La Pampa y Santiago del Estero (9 y 5%, respectivamente). Producción En los últimos 20 años, la producción nacional se consolidó por encima de los 10 millones de toneladas. Si se consideran particularmente las últimas cinco campañas –con excepción del ciclo 2008/09, cuando la sequía afectó sensiblemente el rendimiento del maíz y de todos los cultivos de verano–, se advierte que aquella se situó por encima de los 20 millones de toneladas. El nivel productivo de las últimas décadas sitúa a la Argentina en una posición preponderante dentro del mercado internacional de este grano. Es, después de EE. UU., el segundo exportador mundial, concentrando más del 17% del volumen comercializado (en promedio de las últimas cinco campañas) en un mercado en franca expansión. La importancia estratégica de la producción de maíz tiene que ver con la posición relativa que ocupa la Argentina en el mundo, pero también con el aumento del consumo humano, animal e industrial registrado en los últimos años. Dada la gran variedad de usos, existen múltiples alternativas de industrialización y de exportación, tanto a nivel local como internacional. En el ámbito nacional, la del maíz es la quinta cadena agroindustrial, en orden de importancia, luego de la soja, la carne bovina, la leche y el trigo. Este cálculo no incluye otras actividades que tienen al maíz como insumo, tales como la producción de carne bovina, porcina y aviar, o la lechería. Si se incorporaran estas actividades al cálculo, el maíz sería aún más importante dentro de las cadenas agroindustriales nacionales, alcanzando una magnitud similar a la de la soja, que es la que mayor valor le reporta al país. Cuando se analiza la cadena del maíz, los eslabones que mayor valor le agregan al proceso de producción, comercialización e industrialización son el cultivo en sí mismo, que aporta un 65% a la estructura total de la cadena, seguido por la producción de semilla, con un 23% del valor total generado (grafico 4). Los restantes eslabones aportan entre un 4 y un 1% cada uno. Esta estructura determina que, a nivel de valor agregado, la cadena del maíz genere un 65% en lo que respecta a producción primaria, un 3% al procesamiento indus-
12
» trial y un 32% a servicios. Vale la pena reiterar que este cálculo no contempla aquellas cadenas en las que el maíz es un insumo, donde el maíz para alimentación contribuye, en promedio, con el 8% del valor agregado de producción. A su vez, este cultivo es procesado industrialmente a través de diversos procesos –mecánicos, químicos y biológicos– que permiten obtener biocombustibles y biomateriales. La diversificación en el uso del maíz generó una mayor demanda, tanto para uso forrajero como industrial. A esto se suman otros factores, como el rápido incremento de la producción de biocombustibles, la inserción en los mercados de China e India, y el crecimiento del consumo de pollo. En efecto, entre las campañas 1990/91 y 2013/14, el aumento global de la utilización del maíz fue de 197%
14
(gráfico 5). El crecimiento más acelerado se produjo en la última década, traccionado principalmente por el consumo de distintos tipos de carnes y por el desarrollo de la industria del etanol, sobre todo en EE. UU., principal productor, consumidor y exportador mundial de maíz. Las proyecciones internacionales indican que tanto la industria de biocombustibles como el consumo de carnes continuarán aumentando en los próximos años. Además, las tendencias señalan que la industria de biomateriales basados en la molienda húmeda de maíz también se desarrollará fuertemente, con lo cual el aumento de la demanda es una oportunidad para nuestro país, como productor y como oferente de este producto. Como se mencionó al inicio del capítulo, la cadena del maíz es, a nivel nacional, la quinta en importancia dentro del conjunto de cadenas agroindustriales del país. Las implicancias que tiene esta posición no son pocas. En efecto, un trabajo del Centro de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires calculó el producto bruto generado por el maíz en la campaña 2006/07, concluyendo que la cadena en su conjunto generó un valor equivalente a 5446 millones de dólares. De ese total, el 32% se distribuye dentro de lo que se conoce como “primera demanda”; es decir, las actividades que tienen al maíz como principal insumo para su propia industrialización o transformación (carnes, biocombustibles, molienda seca y húmeda); mientras que el 37% corresponde al Estado y es aportado mediante tributación de distintos niveles. Por último, un 31% se distribuye a nivel de producción del grano. Otro de los motivos por los cuales el maíz es importante para el país tiene que ver con la generación de empleo. El mencionado estudio halló que por cada puesto de trabajo que se crea en la cadena, se incrementa en 1,8 el total de puestos de trabajo de toda la economía. En función de lo expuesto, del mayor consumo del maíz y sus derivados registrado en las últimas décadas, de las proyecciones internacionales de incremento futuro, de los nuevos usos y tecnologías que involucran al cultivo como insumo o como producto, sumados a la capacidad de generar empleo y divisas, podemos concluir que nos encontramos frente a una gran oportunidad de desarrollo y generación de valor en sentido amplio, y que la Argentina tiene los recursos y la vocación necesarios para poder aprovecharla.