N.º 393 julio 2013 - Ejemplar en la Argentina $18REVISTA CREA - N.º 393 julio 2013 - Ejemplar en la Argentina $18-
• Emprendedores que salieron de la zona de comodidad para iniciar una nueva actividad • El poder de la voluntad para construir riqueza
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CREA
Sumario
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Cazadores de oportunidades
El crecimiento de un grupo de agricultores entrerrianos que se animó a más.
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Encontrar al socio indicado
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¿Cuál es la solución si nadie quiere vivir en los campos?
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cebada cervecera 2013/14
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Campaña 2013/14: capacidad de pago de alquiler por ambiente
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Cadena vitivinícola: destruir valor para intentar sobrevivir
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Enseñanzas que dejó un año húmedo en el Sudoeste
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El regreso de las malezas
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Guía para elegir el híbrido más conveniente
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El CREA Luján cumplió 50 años
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Los costos ocultos de la agricultura
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Todos al Congreso Nacional
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Noticias de empresas
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El caso de Uniporc Tandil.
Alternativas para facilitar los movimientos de hacienda. Condiciones de producción por contrato.
Un requisito necesario para no asumir riesgos excesivos.
Los diferentes eslabones se “commoditizan” porque el negocio exportador dejó de ser viable. Qué se puede aprender de una campaña de granos finos que alteró todos los esquemas conocidos. Para entender el presente y no cometer los mismos errores en el futuro, muchas veces hay que analizar el pasado. Resultados de ensayos de maíz en la región CREA Litoral Sur. El grupo se dio cita para celebrarlo en un emotivo encuentro. En los cálculos económicos de cada cultivo, hay que considerar la extracción y la reposición de nutrientes. Estadio Orfeo; Córdoba; 4, 5 y 6 de septiembre.
SECCIÓN FIERROS
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Fertilización eficiente
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Cuando un gran caudal puede transformarse en un problema
Todos los pasos para una aplicación correcta.
Cómo evitar la salinización del agua subterránea.
SECCIÓN ECONÓMICA 92
El precio de la tierra
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LO AYUDAMOS A PRESUPUESTAR
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APUNTES
AACREA
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Editorial La otra infraestructura del agro Recorrer las angostas y peligrosas rutas de nuestro país, observar los envejecidos camiones y los vetustos ramales ferroviarios, transitar caminos de tierra abandonados, sufrir la falta de conectividad y la incomunicación en el interior son aspectos que configuran un panorama que contrasta en forma evidente con el empuje y el grado de avance tecnológico adquirido por la actividad agropecuaria en los últimos 20 años. A veces, nos preguntamos cómo fue posible duplicar el área de siembra nacional y aumentar la productividad en tan solo dos décadas, logrando una agricultura del Primer Mundo con la infraestructura de un país subdesarrollado, enfrentando, además, políticas impositivas adversas. La respuesta a esta pregunta puede encontrarse en la existencia de “otra infraestructura” que es, en definitiva, la que sostiene el desarrollo agrícola. Ésta incluye diversas instituciones y adaptaciones del sistema productivo a la realidad nacional. Uno de los ejemplos más destacados es el comercio de granos que, a pesar de estar intervenido, aún conserva un sistema de contratos cuyo cumplimiento supera el 99,5% de las operaciones entre las partes, con una muy baja conflictividad. Esto asegura un marco comercial que permite que las transacciones fluyan; lo mismo ocurre con la financiación de la actividad, que genera los necesarios vínculos comerciales a través de los mercados institucionales. Los puertos argentinos y el polo aceitero también son una muestra de inversión y eficiencia en comparación con otros países competidores. Otro ejemplo es la figura del contratista rural argentino, por su capacidad para utilizar en forma eficiente la más sofisticada maquinaria agrícola, adaptando y propagando los avances tecnológicos rápidamente. Por su parte, la industria de fitosanitarios y de genética es otro destacado actor de “la otra infraestructura”, que permite cultivar 23,9 millones de hectáreas a partir de eventos biotecnológicos que han posibilitado el incremento de los rendimientos, así como la reducción, en más de 40 veces, del impacto ambiental de los paquetes tecnológicos aplicados en menos de tres décadas. También es importante el accionar de los grupos de productores organizados institucionalmente, que utilizan tecnologías de insumos y de procesos y transmiten su experiencia, junto a técnicos y profesionales, de una manera que asombra al mundo. Diversas instituciones gremiales actúan canalizando las propuestas del sector y llevando adelante en forma legítima la representación de los productores. Las asociaciones de cadena también desarrollan una tarea desafiante, conciliando los intereses y las fuerzas de los distintos actores que intervienen. Las bancas privada y estatal han diseñado esquemas de financiamiento que, a pesar de no llegar al 100% de los productores y de carecer de líneas de envergadura para proyectos a largo plazo, ofrecen un apoyo constante a la actividad productiva. Por último, podemos mencionar a la agricultura para no agricultores, que a través de empresas de siembra y de redes de contratos y asociaciones han vehiculizado un flujo de inversiones inédito; con sus luces y sus sombras, favorecieron el acercamiento al negocio del inversor no agropecuario, permitiendo que en cada lote agrícola siempre haya un interesado en producir. Todas estas instituciones y adaptaciones son, en definitiva, las que mantienen a la actividad funcionando como una columna sana que sostiene un edificio. Sin embargo, si no se instrumenta en forma inmediata un plan de inversión de obra pública de largo plazo, el crecimiento y la expansión de la actividad se va a frenar indefectiblemente. Ya se aprecian los primeros síntomas, porque la producción de los principales cultivos y la ganadería están perdiendo el ímpetu que tenían pocos años atrás.
Juan Balbín Juan Balbín Presidente del Movimiento CREA Presidente
Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola
FUNDADOR ARQ. PABLO HARY (†) COMISIÓN DIRECTIVA – EJERCICIO 2012/13 Presidente Juan Balbín Vicepresidente Alejandro Blacker Secretario Hugo Japaze Prosecretario Francisco Iguerabide Tesorero Fernando Zubillaga Protesorero Santiago del Solar Vocal titular Hermenegildo Pini Vocal titular Francisco Perkins Vocal suplente Alejandro Toso Juan Minvielle Vocal suplente Revisores de Cuentas Francisco Lugano y Bernardo Debenedetti Vocales regionales Oeste: Domingo Iraeta; Mar y Sierras: Hernán Moreno; Litoral Norte: Amalia Lagerheim; Litoral Sur: Mariano Nogués Loza; Norte de Buenos Aires: Michael Dover; Centro: Patricio Quinos; Sudoeste: Delfina Ratti Quintana; Sudeste: Alberto Garré; Semiárida: Cornelio Donovan; Norte de Santa Fe: Paula Mitre; Este: Luis Schenone; Sur de Santa Fe: Santiago Nobile (h); Santa Fe Centro: Alejandro Biava; Oeste Arenoso: Mariano Sobre; NOA: Lucas Elizalde; Valles Cordilleranos: Andrés Méndez Casariego; Córdoba Norte: Alejandro Conci y Chaco Santiagueño: Juan Pablo Miretti. Consejo consultivo Eduardo P. Pereda, David Arias (†), Esteban L. Berisso, Luis E. Garat, Federico Méndez Duhau (†), Miguel I. Moneta, Lorenzo Amelotti, Manuel Candia, Manfredo von Rennenkampff, Bruno Quintana, Marcelo Lanusse, Alberto Ruete Güemes, Orlando Williams Seré, Luis M. Coviella, Eduardo Pereda (h), Carlos M. Vaquer, Marcos Rodrigué, Marcelo Carrique, Germán Weiss, Oscar Alvarado (†), Rafael Llorente y Juan Carlos Burgui. Socios honorarios Gregorio Pérez Companc, Wolfgang Grabisch, Marino Zafanella (†), Carlos Puricelli (†), Gianfranco Pensotti (†), Ignacio Galli, Luis Barberis (†), Adolfo Glave, Jorge Molina (†), Ángel Berardo, Sergio Lenardón, Bolsa de Cereales, Adolfo Casaro, Marcelo Foulon, INTA, FAUBA y Ernesto Viglizzo. Coordinadores regionales Oeste: René Martineau; Mar y Sierras: Nora Mailland; Litoral Norte: Alejandro Socas; Litoral Sur: Fernando García Frugoni; Norte de Buenos Aires: Pedro Estrugamou; Centro: Carlos Peñafort; Sudoeste: Marcelo Canosa; Sudeste: Pablo Corradi; Semiárida: José Ansaldo; Norte de Santa Fe: Edgardo Dutto; Este: Daniel Fernández Cisneros; Sur de Santa Fe: Santiago Gallo; Santa Fe Centro: Rodolfo Tkachuk; Oeste Arenoso: Oscar Satorre; NOA: Daniel Rossi; Valles Cordilleranos: Fernando Ruiz Toranzo; Córdoba Norte: David Rubin y Chaco Santiagueño: Marcelo Zucal. Coordinador general Jorge Latuf Equipo de dirección organizacional Comunicación y Marketing: Graciana Mujica; Investigación y Desarrollo: Ricardo Negri. Metodología y Desarrollo Personal: Federico Guyot Administración, Procesos y Gestión de Personas: Eduardo Bottinelli; Compromiso con la Comunidad: Germán Castellanos
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Emprendedores en acci贸n
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Cazadores de oportunidades El crecimiento de un grupo de agricultores entrerrianos que se animó a más
En 2007, un grupo de empresarios dedicados a la agricultura en campo alquilado comprendió que ese negocio había llegado a la cresta de la ola y que, de ahí en más, era muy probable que la operación comenzara a complicarse de manera creciente. No se equivocaron. Al tratarse de empresarios agrícolas entrerrianos, una de las opciones analizadas –obviamente– fue la producción avícola. La idea era comenzar con poco, ir despacio y aprender todo lo posible acerca de una actividad desconocida. “Creamos una sociedad integrada por ocho socios con una inversión inicial que en ese momento equivalía a resignar un alquiler de unas 1600 hectáreas agrícolas”, comenta Martín Scliar, quien, además de ser uno de los socios, gestiona el emprendimiento avícola. “Asumimos el compromiso de reinvertir el 100% de las eventuales utilidades generadas por la empresa por un período de 10 años”, añade el empresario integrante del CREA Gaer (región Litoral Sur). Comenzaron a operar en 2008 con la modalidad de granja engordadora integrada con una industria avícola. Es decir: una empresa que recibe pollitos y le brinda el servicio de hotelería a un frigorífico avícola. Los contactos generados en el sector también sirvieron para generar un emprendimiento de servicio de siembras a una industria avícola interesada en abastecerse parcialmente con granos propios. “Las oportunidades aparecen cuando uno sale de su zona de comodidad y comienza a trabajar en otros ámbitos”, explica Scliar.
Avanzar en la cadena En 2010 consiguieron créditos a tasas accesibles para dar un paso más: producir y comercializar sus propios pollos. A fines de 2012, lograron montar una planta de balanceado para empezar a formular alimento, tanto para consumo propio como para la venta a terceros (la planta es alimentada con los granos producidos por los socios agrícolas que integran la firma). “Vendemos pollos a una gran cadena de supermercados. Tanto la comercialización como la gestión del cobro constituyen una tarea muchísimo más difícil que la venta de soja”, apunta Scliar. Los ocho socios se reúnen al menos una vez por año para definir la estrategia de la empresa. En los últimos meses, el mercado de pollos estuvo
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sobreofertado y los valores de las aves no fueron lo suficientemente altos para generar ganancias. Si bien el negocio avícola es extremadamente dinámico, el objetivo ahora se concentra en generar una nueva línea de negocios.
Precios en descenso En el último año, el estancamiento de los precios minoristas de la carne bovina provocó un progresivo incremento del consumo de ese producto en desmedro de la carne aviar. En junio pasado, los precios mayoristas del pollo eviscerado comercializado en la zona de influencia de la Ciudad de Buenos Aires se ubicaban en un rango de 6,61 a 7,02 $/kg, según datos de Cátedra Avícola. Un año atrás, esos valores eran de 7,85 a 8,06 $/kg.
“Por el momento, no tenemos planificado crecer en avicultura. Este año comenzamos a consolidarnos como proveedores de alimentos balanceados. La idea es que la empresa cuente con una diversificación sinergizada que le permita sustentarse de manera equilibrada”, explica Scliar. Además de vender de manera directa, están elaborando balanceados a façon (contra entrega de granos). “Si no dispusiéramos de la empresa avícola ni de la planta de alimentos balanceados, probablemente los socios tendríamos que convalidar precios de alquileres agrícolas inviables para los márgenes proyectados del negocio. Afortunadamente, pudimos encarar el emprendimiento cuando los términos de intercambio de los granos eran favorables para invertir en otras actividades; en la actualidad, el margen de acción, en caso de desear encarar una alternativa, es mucho más acotado”, señala el empresario. El emprendimiento avícola les permitió a los socios crecer patrimonialmente. El hecho es que si se hubiesen quedado sólo con el negocio de agricultura en campo arrendado, actualmente serían bastante más pobres. “Cuando se forma parte de un solo eslabón de una cadena de valor, la mirada se concentra en pocos aspectos. En cambio, al conocer otras realidades, la perspectiva se amplía y con ella la capacidad de gestión empresarial”, concluye. f CREA
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Encontrar al socio indicado El caso de Uniporc Tandil
Emprendedores en acción
La integración hacia otros eslabones de la cadena de valor no necesariamente implica asumir el 100% del riesgo al lanzarse solo a la pileta. A veces las oportunidades pueden aprovecharse si se conoce a los socios indicados. La compañía tandilense elaboradora de chacinados Cagnoli –perteneciente a la familia homónima– deseaba integrarse hacia atrás en la cadena para controlar los procesos de producción de cerdos destinados a la fabricación de determinadas líneas de alimentos. Por su parte, José Zubiaurre –empresario agrícola integrante del CREA Tandil– estaba buscando alternativas para diversificarse al avanzar hacia otros eslabones de la cadena agroindustrial. Una persona conocida de ambos los contactó. Y comenzaron a diseñar la posibilidad de crear una explotación porcina. Inicialmente, también sumaron a otro socio agrícola (establecimiento “La Negra” de la familia Rossi). Fue así como los tres se asociaron para formar en 2006 una nueva empresa (Uniporc Tandil) que comenzó a vender los primeros cerdos con destino a faena a comienzos de 2008. En el sector porcino está todo por hacerse, porque la Argentina, a pesar de ser un gran exportador de maíz, importa de Brasil buena parte de la carne de cerdo que consume localmente. Sin embargo, el desarrollo de nuevos emprendimientos es acotado debido a las deficiencias comerciales presentes en el ámbito interno. De todas maneras, ese riesgo no estaba presente en el caso de Uniporc, porque el emprendimiento estaba integrado por dos socios agrícolas que aseguraban el abastecimiento de granos y un socio industrial que garantizaba la compra de los animales.
Dos de los socios de Uniporc aseguran el abastecimiento de granos que consumen los cerdos.
Integración “Para una industria de chacinados, el control de la materia prima es vital para asegurar la calidad de los productos, mientras que para una empresa agrícola, disponer de una demanda permanente de granos en la zona es importante porque permite ahorrar fletes y gestiones de comercialización”, comenta José Zubiaurre, presidente de Uniporc Tandil. La empresa elabora 12 alimentos diferentes para las distintas categorías y etapas productivas de los porcinos. Son elaborados con maíz, núcleos vitamínicos y minerales, harina de soja y expeller
El objetivo de la empresa es llegar a contar con 3000 madres en producción. de soja que adquieren por medio de un canje por poroto de soja. “Hacemos controles permanentes de calidad de las materias primas empleadas para elaborar los alimentos balanceados”, explica Zubiaurre. “En todos los casos se toman los valores de mercado, tanto para comprar el grano a los socios como para comercializar los animales; en algunas
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Precios Los precios de referencia de los porcinos son informados semanalmente por el Ministerio de Agricultura de la Nación. En la última semana de mayo pasado, por ejemplo, el capón tipificado registró un valor promedio de 8,00 $/kg en un rango de 5,84 a 9,18 $/kg. A comienzos de este año, el promedio se ubicaba en 8,06 $/kg, con un rango de 6,18 a 9,41 $/kg. La producción nacional de carne de cerdo viene creciendo de manera progresiva en los últimos años: 331.000 toneladas en 2012 versus 301.400 y 279.100 toneladas en 2011 y 2010, respectivamente.
situaciones en las cuales habían desaparecido las referencias de precios de los granos, contratamos a analistas para que determinasen un valor orientativo”, añade. La empresa tiene un programa de crecimiento paulatino: el objetivo es llegar a contar con 3000 madres en producción. Todas las grandes decisiones relativas a la estrategia de la empresa las deciden los tres socios por unanimidad. En términos de eficiencia de conversión, el cerdo es muy superior al bovino. Se requieren alrededor de 2,30 kilos de maíz para generar un kilo vivo de cerdo que, con un rinde del 83%, permite obtener 830 gramos de carne. El vacuno, en cambio, necesita 8 kilos de maíz para generar un kilo vivo del cual se obtienen 580 gramos de carne. “El consumo de chacinados presenta cierta estacionalidad: suele descender durante el invierno para registrar un alza durante el verano, período en el cual suelen consumirse más picadas en ámbitos sociales y familiares”, comenta Zubiaurre. f CREA
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Emprendedores en acci贸n
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¿Cuál es la solución si nadie quiere vivir en los campos? Alternativas para facilitar los movimientos de hacienda Bernardo Wisky tiene un campo en la zona bonaerense de General Madariaga integrado por 300 hectáreas de bajos y otras 450 con aptitud agrícola. En el sector ganadero del establecimiento, se invernan unos 500 novillos –comprados a criadores de la zona– con un sistema de pastoreo rotativo. En los últimos años, Wisky comenzó a advertir que la invernada de compra tenía dos problemas graves. El primero: costos crecientes que amenazaban la viabilidad económica de la actividad. El segundo: una dificultad enorme para encontrar personas dispuestas a vivir y trabajar en el campo. Entonces, el desafío fue resolver los dos problemas por medio del diseño de una empresa ganadera que fuese fácil de operar en un marco de bajos costos. “Vamos hacia un esquema similar al vigente en muchas regiones ganaderas australianas y neozelandesas, en las cuales los dueños, con la ayuda de pocos colaboradores, se hacen cargo de las tareas en sus establecimientos”, explica Wisky.
Además, a fines del año pasado, Wisky instaló una manga de acero galvanizado diseñada a partir de los conceptos de bienestar animal desarrollados por la investigadora estadounidense Temple Grandin (ver fotos). “Conocí el concepto de las mangas curvas al ver una película sobre la historia de Temple Grandin; luego supe que una empresa rosarina las fabricaba aquí”, comenta Wisky. La manga se emplea para pesar y vacunar a los animales una vez por mes. “Con este sistema, el ingeniero que se ocupa de la agricultura puede también dedicarse a la aten-
El concepto La manga curva funciona más eficientemente que la recta porque impide que el animal vea los movimientos que tienen lugar en la otra punta de la instalación. Además, al atravesar una curva, los bovinos avanzan porque estiman que podrán volver al lugar del cual provienen. El concepto –desarrollado por la investigadora estadounidense Temple Grandin– es que el vacuno debe visualizar, dentro de la manga curva, un espacio equivalente a dos largos de cuerpo para avanzar sin inconvenientes. Por esta razón, la curva ideal de viraje debe tener 180 grados.
Sistema sencillo El primer paso para alcanzar el objetivo fue crear cinco potreros en los cuales los novillos se van rotando cada siete días. “Estamos logrando un engorde diario promedio de 600 gramos por día”, comenta el empresario (en caso de que falte pasto, está la opción de ofrecer maíz de propia producción con suplementación a campo). “Los potreros están divididos con alambres colocados cada 12 metros sobre varillas de acero galvanizado; el sistema es muy fácil de operar y tiene un costo equivalente a menos del 50% del alambrado tradicional”, indica el productor.
El diseño de la manga facilita el movimiento de la hacienda.
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Manga curva de acero galvanizado.
ción de la hacienda con nuestra ayuda y con los servicios de un veterinario que vive en el pueblo”, indica. Por supuesto: tal sistema es viable porque se trata de una zona en la cual no se registran casos graves de cuatrerismo. Con la manga de madera tradicional, se requerían dos personas a pie y tres a caballo para manejar la hacienda. Con la nueva manga, sólo se necesitan dos personas a pie para realizar el trabajo. “Esto nos permite poner todas nuestras energías en lograr la mayor eficiencia posible en la producción de carne a través de una cosecha óptima de pasto: en algunos sectores, hemos logrado pasar de 120 a 350 kg/ha de carne”, apunta Wisky. “Pasamos tres años muy complicados, porque el ternero estaba mucho más caro que el gordo; actualmente la relación es más razonable (unos 12 $/kg la invernada versus 11 $/kg el gordo)”, añade. “Entendemos que en nuestra zona el futuro de las empresas ganaderas será el de establecimientos atendidos por sus dueños, fáciles de operar y con bajos costos de mantenimiento”, concluye el empresario. f CREA
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Cebada cervecera 2013/14 Condiciones de producción por contrato ¿Cebada cervecera o forrajera? Los productores de granos finos enfrentan ese dilema en cada campaña, cuya resolución depende de varios factores, entre los cuales sobresale la producción y demanda mundial de granos forrajeros y los requerimientos de la industria procesadora local de cebada cervecera. Por ahora, la evolución del
primer factor es poco previsible hasta que se dilucide, principalmente, la cosecha final de maíz en EE. UU. , el principal país productor. Mientras tanto, las compañías procesadoras y exportadoras de cebada cervecera informaron las condiciones para realizar contratos de producción de la especialidad en el ciclo 2013/14.
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Un esquema de las propuestas presentadas por las filiales locales de Cargill, Maltería Quilmes (grupo belga Anheuser-Busch InBev) y Toepfer puede verse en los cuadros 1, 2 y 3. Este año, el precio de referencia de Maltería Quilmes está integrado por un 71% del valor del contrato Trigo CME (mercado de Chicago). Antes del 15 de noviembre de 2013 es posible fijar hasta un máximo del 75% del volumen de entrega acordado. En cuanto a Cargill, el precio de referencia se construye a partir de una integración 50-50% entre el valor de la Cebada Matba más 15 U$S/tonelada, y el del Trigo CME menos retenciones (23%). El contrato de Toepfer permite realizar fijaciones anticipadas por hasta un 20% del volumen mínimo comprometido (base 35 qq/ha) hasta fines de noviembre, y por hasta un 30% hasta fines de diciembre. Con los precios de cierre vigentes al 12 de junio pasado, por ejemplo, el contrato de Maltería Quilmes permitía una fijación de 184,3 U$S/ tonelada para el rango de reconocimiento máximo (proteína de 10,5% a 12,0%), mientras que el contrato de Toepfer permitía fijar un valor de 199,9 U$S/tonelada para un rango de 10,0% a 11,0%. En tanto, la propuesta de Cargill representaba un valor de 202,4 U$S/tonelada para un rango de 9,5% a 13,0% (gráfico 1). f CREA
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Campaña 2013/14: capacidad de pago de alquiler por ambiente Un requisito necesario para no asumir riesgos excesivos
En el contexto actual, es aconsejable calcular la capacidad de pago de un arrendamiento en función del potencial productivo de cada ambiente, en lugar de utilizar el promedio zonal. Un estudio realizado por asesores CREA de la región Oeste determinó que en el ciclo 2013/14, en los ambientes denominados ML1 (media loma sin limitantes) del CREA Ameghino, hay un 80% de probabilidad de obtener una renta esperada objetivo del 20% en soja de primera si se abona un alquiler equivalente a 4,1 qq/ha de soja nueva
(soja Matba mayo 2014). Si en cambio se abona un arrendamiento de 9,2 qq/ha de soja, la probabilidad se reduce al 50% (ver cuadro 1 y gráfico 1). En lo que respecta al maíz, la capacidad de pago en la próxima campaña es muy limitada en la
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En el contexto actual, es aconsejable calcular el valor de un arrendamiento en función del potencial productivo de cada ambiente y no a partir del promedio zonal.
situación planteada. El trabajo se realizó considerando el promedio de rindes por ambientes de las últimas cinco campañas y un costo de estructura de 60 U$S/ha. En tanto, en los ambientes denominados MLT (media loma con ciertas limitantes físicas; Thapto
a menos de 60 centímetros), el doble cultivo trigo/ soja de segunda presenta una mayor competitividad –medida según el FAS teórico de la tierra– con respecto a soja de primera y maíz (cuadro 2 y gráfico 2). En cuanto a los ambientes BT (bajos con limitantes), el cultivo de maíz tardío es el que permitiría pagar un mayor alquiler teórico (cuadro 3 y gráfico 3). f CREA
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Cadena vitivinícola: destruir valor para intentar sobrevivir Los diferentes eslabones se “commoditizan” porque el negocio exportador dejó de ser viable
Productores de uva de mesa reconvierten su negocio para vender pasas de uva.
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En la última década, la cadena vitivinícola cuyana realizó grandes inversiones orientadas al mercado externo. Pero en el último año, la cantidad de pesos recibidos por cada dólar exportado dejó de ser suficiente para financiar los costos crecientes que enfrenta (fundamentalmente salariales). El problema está lejos de tratarse de una cuestión coyuntural: lo que está en juego es la existencia misma de cientos de empresas y miles de puestos de trabajo. La estrategia de supervivencia –obligada– que están emprendiendo los empresarios del sector consiste en “commoditizarse” para reducir costos, los cuales, con el ritmo de crecimiento actual, no van a poder ser afrontados durante mucho tiempo más por buena parte de los integrantes del sector. Estamos hablando –para que quede claro– de un avanzado proceso de destrucción de valor. Es decir: el proceso inverso al ocurrido cuando el tipo de cambio era favorable al desarrollo de actividades exportadoras (las cuales, en definitiva, son las proveedoras genuinas de las divisas). El progresivo crecimiento de las exportaciones argentinas de vinos a granel en desmedro de los embotellados es un reflejo claro de esa destrucción de valor (ver gráfico 1). Lo preocupante es que los datos registrados en lo que va de 2013 muestran que incluso la exportación de vinos a granel dejó de ser rentable (gráfico 2). “En los últimos tres años, el precio de la uva pagado al productor se mantuvo prácticamente constante (en pesos). Y este año, en el mejor de los casos, se espera que los valores se mantengan en niveles similares a los pagados el año pasado”, comenta el asesor vitícola Andrés Méndez Casariego.
Pocas alternativas Con la opción exportadora en una zona de rentabilidad nula o negativa para la mayor parte de los vinos, la única opción es volcar el producto al mercado interno, el cual, además de ser reducido, tiene un competidor temible en la franja de bebidas alcohólicas más baratas: la cerveza. Por tal motivo, algunas líneas de vinos comunes fueron descontinuadas y otras lo serán muy pronto. El problema es que como la cosecha 2013 fue muy buena, sobra mercadería para abastecer exclusivamente al mercado local. Eso fue lo que descubrieron muchos empresarios vitícolas al momento de entregar su producción: las bodegas sólo estaban dispuestas a recibir una proporción
Andrés Méndez Casariego.
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Juan Viciana. de uvas muy inferior a la del año pasado. El resto –se trata de un producto perecedero– debió ser procesado a façon en bodegas que en la zona se conocen como “trasladistas” (es decir: elaboran vino que luego es comercializado a bodegas que producen vinos embotellados con marca propia). Esa metodología, además de incrementar la exposición al riesgo comercial de miles de productores, tendrá un impacto directo en la economía regional, dado que los plazos de cobro de la comercialización del vino son mucho más extensos que los correspondientes a la venta de uva. “El hecho de que este año haya miles de productores con partidas de vino por comercializar torna más inestable e impredecible al mercado, porque se trata de participantes con muchas más urgen-
cias financieras de las que puede llegar a tener una gran bodega o una cooperativa”, explica el empresario vitícola mendocino Juan Viciana. “La situación de los participantes de la cadena vitivinícola es dramática, porque los problemas que tenemos exceden la capacidad de respuesta presente en el sector”, añade. Viciana ofrece un ejemplo personal para resaltar que el concepto de “dramático” no es una exageración. El año pasado elaboró a façon vino varietal en una cooperativa con la cual finalmente acordó venderlo a un precio de 3,60 $/litro. Este año, solicitó un “adelanto de cosecha” a esa cooperativa (se trata de un monto de dinero que las bodegas suelen proveer a los productores para financiar precisamente los costos de cosecha) y esta ofreció descontar dicho adelanto del vino por elaborar con ese mismo varietal, pero a un valor de 2,10 $/litro. Es decir: un precio más de un 40% inferior al del año anterior.
Perjuicios Representantes gremiales, empresarios y funcionarios mendocinos realizaron gestiones para intentar que el Gobierno nacional aportara soluciones al problema. Muchos esperaron que en el cierre de la Fiesta de la Vendimia, realizada a comienzos de marzo, se hicieran anuncios en ese sentido. Pero eso no sucedió. El vino es un producto emblemático. Por tal motivo, la pérdida de mercados que se produce, además del perjuicio propio del negocio, genera daños asociados a otras industrias (como la del
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de la demanda externa, sino en problemas endógenos de competitividad.
Uva de mesa turismo o la de aquellas que están intentando colocar otros alimentos o productos elaborados en los mercados abandonados o descuidados). La ironía es que los empresarios vitícolas y las bodegas más comprometidos son aquellos que en los últimos años realizaron grandes inversiones en uvas y vinos varietales con alto perfil exportador. Los productores de uva común –que se emplea para elaborar mosto o jugo de uva– están mejor posicionados para enfrentar la crisis, por tratarse de un commodity. La cuestión clave es que la crisis no se origina en una caída
Juan Vizcaíno.
El proceso de “commoditización” también abarca a las fincas dedicadas a la producción de uva de mesa. En ese caso, la destrucción de valor es mucho más significativa. Juan Vizcaíno trabaja en una finca sanjuanina dedicada a elaborar uva de mesa. Este año comenzaron a desarmar ese negocio para reconvertir buena parte de la producción a pasa de uva. “Lo ideal sería volver a la uva de mesa, porque esta empresa se creó con un perfil 100% exportador de ese producto. Pero la realidad es que el crecimiento de los costos internos nos obliga a buscar otras alternativas”, señala Vizcaíno. Un dato clave: para elaborar pasas de uvas, se necesita apenas un 25% del personal necesario para producir uva de mesa (alimentos que requieren otros cuidados específicos). Además, una persona cosecha por lo general 100 kilos de uva de mesa por día, mientras que la recolección de uva con destino a pasa puede superar los 2000 kilos diarios per cápita. “Por supuesto, los ingresos obtenidos con la pasa de uva son menores, pero razonables en función de los costos de producción”, explica el agrónomo sanjuanino. “De todas maneras, se trata de una estrategia de supervivencia que en algún momento dejará de ser viable si los costos internos siguen subiendo de manera progresiva”, añade. f CREA
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Enseñanzas de un año húmedo en el Sudoeste Qué se puede aprender de una campaña de granos finos que alteró todos los esquemas conocidos “Una campaña que rompió el molde” podría haber sido ser el título de la exposición brindada por Agustín Giorno, coordinador técnico de la zona Sudoeste del Movimiento CREA, durante la última jornada de cosecha fina organizada por la región en Coronel Suárez. Desde el punto de vista climático, el ciclo 2012/13 será recordado por haber tenido un invierno lluvioso y buenas precipitaciones desde el comienzo de la primavera y, al mismo tiempo, numerosos días nublados.
En el aspecto productivo, el técnico destacó una caída de la superficie destinada al trigo y la supremacía de la cebada por primera vez en la historia de la región.
Antecedentes Al comienzo de su presentación, el orador recordó una serie de recomendaciones efectuadas al comienzo de la campaña fina pasada, que bien podrían considerarse en el presente ciclo: “Los cereales de invierno son los cultivos que ofrecen
mayor estabilidad en la zona; son eficientes en el uso del agua y de los insumos, además de ser los antecesores naturales de los verdeos de invierno. Constituyen una muy buena herramienta para aportar cobertura y mejoran la estructura del suelo”. “En la zona se dispone de modelos que permiten plantear distintas estrategias de manejo en cuanto a la elección del cultivo, la estructura, la nutrición y la genética. Es decir, sabemos hacer un cultivo que puede enfrentar condiciones productivas adversas”, subrayó.
Clima anormal Al describir las condiciones climáticas que signaron los resultados de la cosecha fina de la campaña pasada, el técnico señaló: “Tuvimos un ciclo bastante extraño en el que casi todos los meses hubo lluvias por encima del promedio: marzo y mayo fueron los más llovedores y agosto mostró claros excesos, sobre todo en el noreste de la zona. Octubre y noviembre también estuvieron por encima de la media en la mayoría de las localidades”. Al mismo tiempo, entre agosto y octubre hubo baja radiación, por la predominancia de días llu-
viosos y nublados. En síntesis, “fue una campaña bastante atípica. Por lo general, la zona recibe escasas lluvias en el invierno, que aumentan recién sobre el final de la primavera; en 2012, en cambio, hubo un balance superavitario y suelos cargados durante todo el ciclo”, indicó Giorno. Al considerar el balance hídrico, recordó que, excepto en Carhué, donde la oferta y la demanda mostraron equilibrio, a partir de agosto la oferta superó la demanda. “El trigo tiene requerimientos de 450-500 milímetros en su ciclo, pero entre mayo y diciembre, en algunas localidades cayeron 600 milímetros, y en otras, como Benito Juárez, se alcanzaron los 1100. Es decir, hubo excesos hídricos generalizados respecto de lo que demanda el cultivo”, resaltó. Luego, Giorno consideró específicamente lo sucedido en agosto, septiembre y octubre, meses clave para la generación del rendimiento de los cultivos de invierno en la zona. Lo que ocurre en septiembre y octubre influye más en la cebada, y lo que pasa en octubre y noviembre influye más en el trigo. “¿Qué pasó en 2012? La radiación fue baja. Además, las temperaturas fueron superiores a lo
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El trigo tiene requerimientos del orden de 500 milímetros para completar su ciclo en la zona Sudoeste, pero en algunas localidades, cayeron 600-1100 milímetros.
normal, con lo cual el cultivo aceleró su ciclo. Es decir, recibía poco alimento y tenía poco tiempo para consumirlo”, graficó.
Cosecha fina en retirada Tras varios años de crecimiento, algunos altibajos y un récord de superficie y rendimiento en el año 2010, la superficie de cosecha fina implantada por los CREA del Sudoeste sufrió una fuerte caída en 2011 y 2012. “En la última campaña se sembraron 30.000 hectáreas, contra 40.000 del año récord”, resaltó Giorno. Asimismo, el orador subrayó que mientras que en 2007 se sembraba sólo un 17% del área con cebada, 2012 se destacó por ser el primero en el que este cultivo ocupó una superficie mayor que la del trigo. En síntesis, el disertante sostuvo que “la superficie de fina muestra una tendencia decreciente; además, la proporción de trigo viene disminuyendo a una tasa del 6,3% anual, en favor de la cebada”.
Promedios altos, pero desparejos Al analizar los rendimientos de los principales cultivos de cosecha fina, Giorno comentó que “en general, fue una buena campaña, que superó en casi cuatro quintales el promedio histórico, si se consideran el trigo y la cebada. Entre 1995 y 2012, el promedio fue cercano a los 2750 kilos por hectárea, mientras que el rendimiento de la última campaña fue de 3184 kilos”. Más allá de estos datos promedio, el disertante hizo algunas salvedades. “Podríamos decir que, en promedio, fue una buena campaña, pero los CREA Benito Juárez, Olavarría y Coronel Pringles estuvieron muy por debajo de la media. En el caso de Olavarría, el exceso de agua determinó que fuera una campaña realmente complicada para el trigo: se obtuvieron rindes de 1500-2000 kilos por hectárea, cuando, por lo general, se trata de uno de los grupos que suelen levantar el promedio de la zona”, distinguió. Otra rareza fue la diferencia entre los rindes de la cebada sin riego (30 quintales por hectárea) y con riego (44 quintales). “Por lo general, esta brecha suele ser mucho más amplia, sobre todo en años en que falta el agua. Como en este ciclo el agua sobró, la diferencia se redujo considerablemente”. “Algo similar ocurrió con el rendimiento del trigo candeal, que alcanzó los 40 quintales por hectárea en secano, contra 44 quintales con riego. Por otro lado, se destacaron los rindes de la colza, que alcanzó un promedio ‘para la historia’ de 28,5 quintales por hectárea, comparable con las mejores campañas de la zona Mar y Sierras”, resaltó Giorno. Otro dato llamativo fue la relación de rindes del trigo y de la cebada. En Olavarría y en Pedro Luro, la cebada rindió la mitad que el trigo; y en Benito Juárez, Laprida y Pringles II, se cosechó un 30% menos de cebada que de trigo. “La relación comenzó a mejorar en las zonas de suelos no hidromórficos”, indicó el disertante. Asimismo, diferenció: “En la medida en que nos desplazamos hacia sectores mejor drenados –como los de la zona sur, el área arenosa o la zona central no hidromórfica–, el índice cebada-trigo mejora”. El menor rendimiento de las cebadas tempranas respecto del trigo fue provocado por anegamiento temporario en pleno macollaje en agosto. Los cultivos tardíos fueron afectados por problemas sanitarios severos.
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Claves del rendimiento En síntesis, según el técnico, en lo que respecta al rendimiento de la cosecha fina en la zona Sudoeste del Movimiento CREA, “la campaña 2012/13 fue buena, con casi cuatro quintales por encima del promedio. Sin embargo, dicho promedio incluyó regiones donde la campaña fue muy buena, en
las que hubo sincronización entre la oferta y la demanda hídrica, y otras con problemas de drenaje y anegamientos; por ejemplo Olavarría, donde los rindes descendieron hasta su mínimo histórico”. Giorno también recordó que “la cebada es un cultivo que se comporta mejor que el trigo en condiciones de sequía; sin embargo, cada gota de agua excedente respecto de sus requerimientos deprime su rendimiento, mientras que al trigo, un golpecito más de agua lo afecta en menor medida”. En cuanto a los antecesores, el 52% de la cebada se hizo sobre soja de primera, que no mostró diferencias significativas con respecto a girasol, maíz o sorgo granífero. Pastura, verdeo de invierno y soja de segunda fueron los peores predecesores en la campaña analizada (gráfico 1). En trigo, las diferencias no fueron tan marcadas. Los antecesores agrícolas siempre estuvieron por encima de los forrajeros, con muy buen comportamiento del girasol. A su vez, Giorno afirmó que la distribución fraccionada del nitrógeno dio mejores resultados que una aplicación única a la siembra, sobre todo en trigo. El técnico también consideró la genética utilizada en los cultivos. Diferenció lo que ocurría en 2008, cuando el 55% del trigo sembrado era Baguette, y lo que pasó cuatro años después, cuando cerca del 50% de la cosecha fina era cebada Scarlett, mientras que los trigos Baguette representaban menos del 7% de la superficie cultivada. “El año
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La campaña 2012/13 dio lugar a rendimientos muy heterogéneos en el sudoeste bonaerense.
pasado tuvimos concentración de Scarlett y, al mismo tiempo, se produjo el efecto contrario en trigo, ya que ocurrió una atomización en las variedades”, diferenció.
Consideraciones finales “La campaña fue atípica, con buenos rendimientos promedio, aunque hubo zonas de muy buenos resultados y otras donde estos fueron muy malos, pero terminó con buenos precios”, sintetizó Giorno. El orador también indicó que “algunos modelos que dábamos por sólidos sufrieron un cachetazo; todo fue muy diferente de lo habitual”. Respecto de lo que ocurre con la cosecha fina en la zona, Giorno manifestó que “la superficie se está reduciendo como consecuencia de un comportamiento reactivo, pero el año pasado, luego de reducir la superficie cultivada, el negocio mejoró. Los volantazos nunca son buenos, por lo que no sería conveniente seguir achicando la superficie de trigo”. “El plan de siembra depende de varios factores. Si hay agua a la siembra, se puede desarrollar una campaña relativamente normal. Así que la recomendación es definir la condición inicial del lote con el agua acumulada y hacer un buen análisis de suelo, que es muy sencillo y tiene bajo costo. Hay que determinar la humedad y el contenido de nitrógeno. Luego se pueden planificar distintos modelos y, en función de eso, sembrar f sin mayores volantazos”, concluyó. CREA
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El regreso de las
malezas
Para entender el presente y no cometer los mismos errores en el futuro, muchas veces hay que analizar el pasado
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El cultivo de soja, generador de una gran actividad económica, marca tendencias importantes cuando incorpora nueva tecnología, como lo fue, en su momento, la introducción revolucionaria del gen de resistencia al glifosato. El glifosato es un producto con características únicas, porque su mecanismo de acción es totalmente distinto que el del resto de los herbicidas. Es sistémico y puede circular por las vías apoplástica y simplástica (xilema y floema). Sus características físico-químicas le permiten desplazarse por todos los tejidos de la planta y alcanzar los órganos subterráneos y todo el follaje, prácticamente en todos los estadios de crecimiento. En el suelo se inactiva, porque se adsorbe muy fuertemente a los coloides. Su eficacia es muy elevada para controlar un amplio espectro de familias y géneros. Otra característica no menor es su bajo costo, por tratarse de un activo genérico. La suma de estas características posibilitó que el glifosato modificara totalmente y simplificara el sistema de cultivo de soja. Sin embargo, esta tecnología también generó problemas en el NOA. El principal es la generación de resistencia de varias especies de malezas; pero este no es el único, tal como se describe a continuación. • Se dejaron de lado los estudios sobre malezas y se abandonó el monitoreo en el campo. • Se perdió el timing de la aplicación de herbicidas preemergentes y posemergentes distintos del glifosato. • Se prescindió del conocimiento de las características de los herbicidas, en cuanto a su comportamiento en los distintos ambientes. • Muchos herbicidas entraron en desuso y desaparecieron del mercado. • Se dejaron de aplicar herbicidas preemergentes. • Se produjo un gran cambio en el espectro de malezas presentes en los lotes, facilitado por la conjunción de la tecnología RR con la siembra directa. Así, la frecuencia de aparición de algunas especies, como grama bermuda, cebollín y chamico, disminuyó, mientras que aumentó la de otras, como Leptochloa, Commelina, Borreria, etcétera, que no habían sido reportadas como malezas importantes con anterioridad. • Se abandonó el estudio de la eficacia de otros herbicidas sobre las malezas que aparecieron con el cambio de sistema.
Ensayos de control de Urochloa panicoides. • Por otro lado, a nivel global, se redujo la inversión destinada a desarrollar nuevos herbicidas, ya que el mercado representado por los herbicidas selectivos para soja estimulaba a las empresas a apostar fuerte en ese rubro. Sólo hubo desarrollo de algunos activos con mecanismos de acción preexistentes.
Problemas en el frente El rubro “malezas” difiere notablemente respecto de otros problemas fitosanitarios. La diferencia principal radica en que se trata de organismos autótrofos semejantes a los cultivos, que entran en competencia con ellos. No son parásitos, como pueden ser los hongos o las bacterias, ni son fitófagos, como los insectos o los ácaros. Las malezas nacen y crecen independientemente de un hospedante; es decir que no se las puede erradicar ni puede disminuirse drásticamente su población mediante la utilización de nuevas variedades. Pero, sin lugar a dudas, lo más importante es que las malezas se perpetúan a través de un banco de semillas presente en el suelo en estado de latencia. Según la especie, pueden permanecer allí muchos años sin manifestarse, de acuerdo con el manejo que se realice dentro del sistema. A menudo ocurre que especies que se dejan de ver por mucho tiempo reaparecen sorpresivamente al cambiar algún factor de manejo. Es el caso del sorgo de Alepo, una especie
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Lote de maíz con Urochloa panicoides. habitual en los lotes de soja hasta el surgimiento de la soja RR, que hoy vuelve a ser un problema tras haberse tornado resistente al glifosato. Otro ejemplo es el chamico, cuya presencia mermó con la siembra directa, pero vuelve a surgir cada vez que se efectúa una remoción del suelo. Otra consideración importante es que al hablar de malezas, generalmente se habla de problemas crónicos que se manifiestan con lentitud, dependiendo de la especie. Por esta razón, es difícil detectarlos en su fase inicial, lo que tam-
bién determina que la posibilidad de efectuar un tratamiento parezca poco económica cuando las poblaciones son bajas y su distribución es heterogénea. En la actualidad, la escasez de información acerca de la eficacia de herbicidas distintos del glifosato y de la biología de las malezas revela una deficiencia importante, ya que la mayoría de los productos registrados fueron desarrollados hace tiempo, en otras condiciones de cultivo y sobre las especies de malezas que predominaban en aquel momento. Además, hay que considerar que las malezas no representan un problema único, sino un conjunto de ellos, ya que están integradas por una gran diversidad de individuos pertenecientes a diferentes géneros y familias, con características biológicas diversas en lo que respecta a su ciclo y su forma de propagación. Fundamentalmente, es importante saber que al tomar medidas de control en cultivos extensivos se incide sobre una gran riqueza de germoplasmas con habilidad para adaptarse a cualquier cambio que ejerza el agricultor o el ambiente, ya que han sido seleccionados naturalmente para competir.
Situación en el NOA La situación actual de malezas en el noroeste argentino puede considerarse crítica. Según la Encuesta Internacional de Malezas Resistentes a Herbicidas (www.weedscience.org), hay dos especies registradas como resistentes a glifo-
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Puntos de estudio de la biología de malezas.
sato: Sorghum halepense y Echinochloa colona. También hay otras en vías de registro –Eleusine índica y Urochloa panicoides– y varias sospechosas, de los géneros Amararanthus y Setaria. Por otro lado, existen varias especies catalogadas como tolerantes a glifosato, pertenecientes a los géneros Pappophorum, Digitaria, Chloris, Trichloris, y otras que toleran tanto glifosato como productos hormonales e integran los géneros Borreria, Gonphrena, Synedrellopsis y Commelina; sin olvidar que está registrada la resistencia de Amaranthus quitensis a herbicidas inhibidores de ALS. A pesar de haber transcurrido muchos años durante los cuales no se usaron herbicidas con este mecanismo de acción, este biotipo sigue presente en las poblaciones actuales y seguramente en el banco de semillas del suelo. Un tema preocupante es que se está comenzando a hacer uso de ciertos productos cuyos mecanismos de acción encierran alto riesgo de generar resistencia; tal es el caso de los inhibidores de la enzima Acetolactato sintetasa (ALS) y de graminicidas inhibidores de la enzima Acetil Co-A carboxilasa (ACCasa), que se utilizan para controlar las malezas que hoy escapan a la acción del glifosato.
Tomar conciencia Las malezas no constituyen un problema pasajero o circunstancial; por lo tanto, no se puede cambiar el esquema de trabajo recién cuando se detecta la presencia de malezas resistentes o tolerantes dentro del campo o en un establecimiento aledaño. Los cambios en las estrategias de manejo, que incluyen la incorporación de herbicidas preemergentes y la rotación de mecanismos de acción, deben adoptarse desde el primer momento, para no llegar a una situación extrema. El cuidado en el uso de productos como los graminicidas ACCasa o los inhibidores de ALS es prioritario para evitar el desarrollo de resistencia o, lo que es peor, la generación de resistencias múltiples. Es necesario racionar su uso, rotando y mezclando estos productos con herbicidas que posean distintos mecanismos de acción sobre las mismas malezas. Por eso, urge la necesidad de generar información acerca de su eficacia y de la biología de malezas. ¿Qué estamos haciendo para que esta problemática no impacte de manera significativa sobre la rentabilidad de los cultivos? En 2012, se lanzó un
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proyecto para trabajar el tema en forma integral. Esta iniciativa fue impulsada por el CREA El Rodeo, de la provincia de Tucumán, junto con la cátedra de Terapéutica Vegetal, de la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria de la Universidad Nacional de Tucumán, y de empresas que producen y comercializan agroquímicos, las cuales realizan un aporte técnico y económico. Recientemente, se incorporó a la propuesta la división Malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. De esa manera, se inició la generación de información, postergada durante tantos años; y hoy es un proyecto regional que involucra a las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, y próximamente, a Salta y a Jujuy.
Los pilares del proyecto son la capacitación, el estudio biológico de las malezas, el desarrollo de ensayos para demostrar la eficacia de distintos herbicidas y el análisis de las estrategias de manejo. De esta manera, se logra una amalgama ideal entre la experiencia de campo y la investigación, potenciando la cantidad y la calidad de la información, como así también su difusión posterior, lo que permitirá el desarrollo de tecnologías que simplifiquen la tarea del productor y aseguren la sostenibilidad y la rentabilidad del sistema. f CREA Osvaldo Figueroa Coordinador regional del proyecto Manejo Sustentable de Malezas de la Región NOA del Movimiento CREA
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Guía para elegir el híbrido más conveniente Resultados de ensayos de maíz en la región CREA Litoral Sur El maíz es uno de los pilares de la sostenibilidad agrícola en la provincia de Entre Ríos. No sólo es el cultivo que más materia seca de rastrojo aporta por unidad de superficie, sino que además favorece las propiedades estructurales del suelo y contribuye a diversificar el período crítico de los cultivos de verano. Sin embargo, en los últimos años el maíz fue el integrante de la rotación que presentó la mayor dispersión de rendimientos con respecto a la media de las diferentes campañas. Por tal motivo, una de las principales líneas de trabajo de la región CREA Litoral Sur está orientada a mejorar los aspectos tecnológicos del cultivo en las empresas de la zona. Durante el ciclo 2012/13, se realizaron ensayos de híbridos de maíz de primera en las zonas de Victoria, La Paz y Villaguay (en este último caso, los resultados fueron descartados por presentar un elevado coeficiente de variación). Las características de los sitios evaluados pueden verse en el cuadro 1. Las precipitaciones durante el ciclo de maíz de la campaña 2012/13 fueron de abundantes a excesivas durante los meses de crecimiento vegetativo y escasas durante el período crítico. En la zona de Victoria, el agua acumulada en el perfil alcanzó para mantener una buena tasa de crecimiento durante el período crítico (factor que permitió lograr rindes elevados). En La Paz, en cambio, el estrés por anoxia durante las etapas vegetativas fue seguido por un déficit hídrico durante el período crítico (en algunos sectores del norte de Entre Ríos, los cultivos de maíz también
sufrieron anoxia en las últimas etapas del llenado de granos). La campaña, además, estuvo signada por temperaturas máximas muy superiores a lo normal durante el período de llenado de granos.
Resultados Los ensayos se realizaron en franjas apareadas con un material testigo –intercalado cada cuatro híbridos–, con el objetivo de corregir eventuales sesgos por calidad de suelo en el paisaje. Las densidades de plantas fueron estandarizadas y el
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nivel de fertilización adecuado a un modelo de 90 kg/ha de fosfato monoamónico + 140 kg/ha de nitrógeno. En 2012/13, el rendimiento promedio corregido en Victoria fue de 9667 kg/ha, mientras que en La Paz fue de 7813 kg/ha (Argiudol) y de 6710 kg/ ha (Vertisol). Los materiales más destacados en los ensayos realizados en 2012/13 en Victoria fueron DK72 10VT3P, con un rinde de 11.158 kg/ha (índice 115), y M505 HXRR2, con 11.004 kg/ha (114). En los suelos vertisoles de La Paz, los híbridos más destacados fueron DK72 10VT3P, con 8086 kg/ ha (121), y DM2771 VT3P, con 8061 kg/ha (120); mientras que en los suelos argiudoles de esa localidad, también se destacó DM 2738 MG (ver cuadro 2).
Una vez más, los ensayos validaron que el rinde alcanzable es el factor que más influye en la respuesta a la fertilización y que, por lo tanto, los modelos de fósforo y nitrógeno deben ser calibrados en función del rinde esperable. En el sitio de Victoria, donde los rindes con alta fertilización (180 N kg/ha) fueron superiores a los 10.500 kg/ha, aparecieron las primeras respuestas a la fertilización con azufre y zinc; continuaremos trabajando en esa línea de investigación.
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Mesa de Asesores de la región CREA Litoral Sur Jorge González Montaner, Marcelo Di Napoli, Ezequiel Suino, Agustín Morelli y Fernando García Frugoni.
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El CREA Luján cumplió 50 años El grupo se dio cita para celebrarlo en un emotivo encuentro Fue una celebración a toda orquesta en la ciudad cabecera del partido. El festejo contó con la presencia de los actuales integrantes del grupo, pero también con antiguos asesores, vocales y autoridades de la zona y de AACREA, e invitados especiales. En la sede del Rotary Club, ubicada a pocos metros de la Basílica, se proyectó una serie de fotos y videos que evocaron su trayectoria. También hubo entrega de medallas y diplomas, y se escucharon las vivencias de Alfonso Naveira, socio fundador, allá por 1963.
Los comienzos “Cincuenta años atrás, la gran mayoría de los tambos era manual, con el ternero al pie. Se hacían parvas y se cosechaba en bolsas, en muchos casos, después de hilerar con máquinas que hoy ya no se ven. Se sembraba trigo, maíz, girasol,
lino, cebada y avena. El sorgo era una planta exótica y de la soja aún no teníamos noticias”, recordó Naveira. “Si bien ya se usaban cosechadoras automotrices, las bolsas cosidas se dejaban en el rastrojo, donde se cubrían con lonas hasta que los camiones venían a retirarlas para llevarlas al acopio local, donde se estibaban en los galpones del ferrocarril. Todo se hacía a mano y había que ver la baquía con que los changarines subían hasta lo alto de la estiba con las bolsas al hombro, donde otra persona las acomodaba como si fueran ladrillos. Esto ocurría de manera incesante; eran hormigas incansables en los calientes galpones de chapa”, agregó. “Era muy interesante observar el funcionamiento diario de los tambos, con buen o mal tiempo, con un farol a kerosene (“sol de noche”) colgado de un palo alto para iluminar los corrales, que no
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Alfonso Naveira, miembro fundador del CREA Luján, y Fernando Hermida, asociado desde 1982.
siempre tenían techo. Un trabajo duro, bastante ingrato y esclavizante. Indudablemente había mucho margen para progresar”, añadió. Luego destacó: “Los que iniciamos este grupo, impulsados al principio por el entusiasmo contagioso de Juan Tomas López Llames, que nos convocó a uno por uno, manteníamos una amistad previa, de la que tengo el mejor de los recuerdos”.
Los asesores “Recuerdo con mucho cariño a Eloy Melquíades Unamuno porque fue el primero y porque era un gran asesor, algo muy importante en un grupo que recién comienza. Fue el motor del CREA y lo encarriló como grupo”, resaltó Alfonso. Quien lo sucedió, Juan Manuel Garay, era un asesor sénior. “Tenía mucha experiencia de campo y de docencia en la cátedra de Suelos de la Universidad de Buenos Aires, pero, sobre todo, era muy práctico y tenía los pies sobre la tierra en materia económica. Su experiencia en los
tambos de San Pedro, de Cañuelas y de la Pampa había ampliado su visión, por lo que el tiempo que estuvo con nosotros fue muy provechoso”, continuó Naveira. “Luego siguió el ingeniero Steinberg, que estuvo poco tiempo, y a él le siguió Luis Marcenaro, de quien también tengo muy buenos recuerdos. Alejandro Roca, que vino después, preparó –junto con Alfredo Casey, que por aquel entonces era presidente del CREA– una planilla con datos de producción que generó una apasionada competencia y volvió aún más entretenidas las reuniones. Luego tuvimos un interinato en la figura de Juan Manuel Garay, asistido por un joven, Gustavo Benítez Cruz, que fue confirmado como asesor en 1977. Desde entonces, nos acompañó como parte fundamental del grupo. En la actualidad ya no nos asesora, pero sigue siendo parte del CREA, con otro rol. A él y a Fernando Hermida debemos esta reunión conmemorativa”, destacó. Como mensaje final, Naveira consideró: “A quienes constituyen el grupo en la actualidad, les recuerdo que en estos 50 años hemos visto sucederse gobiernos y políticas que aún no logran establecer una línea de acción que permita, tal como ocurre en Brasil, Uruguay y Paraguay, usar inteligentemente el capital que representa nuestra bendita tierra y la capacidad indudable de sus agricultores. Hemos atravesado crisis recurrentes, con breves períodos de mediana lucidez que aún sostiene un sector agropecuario vital y pujante, que, cuando lo dejan, demuestra que hay otra Argentina posible. Hay que seguir creyendo y creando, aunque a veces resulte difícil. Aun cuando flaquee la fe, no hay que perder la esperanza, con el tesón indeclinable de los hombres del campo. ¡Que así sea!” f CREA
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En los c谩lculos econ贸micos de cada cultivo hay que considerar la extracci贸n y la reposici贸n de nutrientes
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Durante décadas, hubo una suerte de divorcio entre la economía y la ecología. Pero en los últimos años, los economistas empezaron a enfocar su mirada en el medioambiente, determinando el valor económico del cuidado ambiental. Ante esta necesidad de combinar amigablemente agricultura con ecología, Silvina Cabrini, técnica del INTA Pergamino, relató el trabajo que la estación experimental del norte bonaerense lleva adelante desde hace cinco años, estudiando la interrelación entre los sistemas de producción, la economía ambiental y los recursos naturales.
Indicadores ambientales El sector agropecuario está íntimamente ligado al medioambiente. Por un lado, para poder producir, depende fuertemente de la calidad de los recursos naturales. Sin embargo, también puede afectar gravemente esos recursos. Por ese motivo, los costos y beneficios ambientales deben ser considerados durante la toma de decisiones, tanto a nivel empresarial como regional.
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Cabrini: “La soja es el cultivo de grano grueso que genera mayor riesgo de pérdida de suelo por erosión hídrica”.
En este sentido, según Cabrini, los indicadores más importantes al abordar el componente ambiental de los sistemas de producción agropecuarios son el balance de nutrientes, el aporte de carbono orgánico y la pérdida de suelo provocada por efecto de la erosión hídrica o eólica. Todos estos aspectos, considerados “ocultos” o “internos” de los sistemas, generan costos y beneficios dentro de los establecimientos y mantienen una estrecha relación con la capacidad productiva del suelo. Pero también existe otra serie de indicadores, tales como la alteración del paisaje, la eficiencia en el uso de la energía y los riesgos de contaminación, que generan otra clase de efectos, frente a los cuales la población general es más susceptible. Son los costos y beneficios “externos” de los sistemas de producción. Balance de nutrientes Cabrini definió el balance de nutrientes como la diferencia entre los nutrientes que ingresan al sistema por fertilización o fijación biológica de nitrógeno y los que egresan en los productos cosechados o exportados. Destacó que los principales son el de fósforo y el de nitrógeno. En promedio, con las prácticas de manejo utilizadas en la zona, el balance de nitrógeno resulta más negativo cuando se cultiva maíz, le sigue la secuencia trigo/soja y por último figura la soja. En fósforo, el más negativo es el efecto provocado por el cultivo de soja, seguido por trigo/ soja y luego maíz (gráfico 1). En cambio, la ganadería generalmente deja un balance positivo. Aporte de carbono El aporte de carbono que realiza cada cultivo se mide en toneladas por hectárea y por año. La secuencia
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trigo/soja es la que efectúa la mayor contribución al suelo, seguida por el maíz, mientras que la soja prácticamente no aporta carbono para mantener la materia orgánica. En cambio, la ganadería genera bastante carbono orgánico (gráfico 2). Erosión La pérdida de suelo generada por erosión hídrica puede ir de 2 a 11 toneladas por hectárea y por año en el norte de Buenos Aires, de acuerdo con la pendiente de los lotes. Por eso, ya es una práctica habitual que la producción se realice casi íntegramente con siembra directa. La soja de primera vuelve a liderar la mayor pérdida de suelo por erosión, seguida por maíz y trigo/soja. La ganadería, en cambio, es la que ofrece menos peligro en este sentido (gráfico 3). En síntesis, comparando las diferentes actividades, se observa que la soja de primera presenta los peores valores para el balance de fósforo, de carbono orgánico y de pérdida de suelo por erosión, mientras que “el maíz sin fertilización ofrece la peor performance para nitrógeno y en impacto ambiental, por los agroquímicos usados”, indicó Cabrini. Un aspecto que se debe analizar en detalle es el desarrollo de la ganadería en zona agrícola, actividad que presenta los mejores valores para todos los indicadores. Pero si bien los números son correctos a nivel de sistema, la distribución en los lotes puede ser despareja, por lo que estos balances positivos no representarían el mismo beneficio económico que se obtendría en el caso de que los nutrientes se distribuyeran en forma más homogénea. Otro aspecto por considerar es que todos los indicadores fueron medidos por hectárea. Si se analizara por kilo de producto generado, seguramente la ganadería estaría en desventaja con respecto a la agricultura.
Situación en el NOA En un trabajo preparado por el consultor privado Ángel Romano, se indica que el grupo comenzó a trabajar en la evaluación de modelos de simulación de la sustentabilidad de los planteos de producción de granos en el NOA. En este marco, uno de los parámetros por evaluar fue el balance de nutrientes como un indicador de sustentabilidad de los sistemas productivos. Al realizar la simulación, se observó que la fertilidad de los suelos de planteos estabilizados
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durante varios años era, en general, mejor de lo que se esperaba, tomando como parámetros los datos de exportación de nutrientes citados en la bibliografía. “Una de las razones que podrían justificar este comportamiento sería que la exportación de nutrientes fuese inferior o, al menos, diferente de la supuesta”, planteó Romano. Ante esta situación, se decidió medir la exportación de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre en situaciones de campo de cultivos de soja y de maíz para disponer de datos reales, ajustados a las condiciones de cultivo de la zona. Para lograr ese propósito, en el momento de cosecha de dos campañas se tomaron muestras de soja y de maíz de una superficie de 5,2 metros cuadrados en parcelas de dos surcos de 5 metros de longitud, en lotes comerciales, con el fin de determinar el rendimiento y disponer de material para analizar en el laboratorio. Además, en el espacio entre surcos de esas mismas parcelas, se tomó una muestra compuesta de los primeros 20 centímetros de suelo. Ese material se llevó al laboratorio para determinar el rendimiento de la parcela y el contenido de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre en los granos. También se evaluó materia orgánica, pH, conductividad eléctrica, fósforo, potasio, nitrógeno disponible y azufre en las muestras de suelo. Una vez obtenidos estos datos, se calculó la exportación de nutrientes por hectárea y se evaluó estadísticamente su ajuste con una ecuación de regresión con los datos de rendimiento y con las características del suelo.
Resultados en soja En el cuadro 1 se presentan las ecuaciones de regresión y los coeficientes de regresión (r2) para cada uno de los elementos analizados, además de la ecuación de referencia bibliográfica de exportación de nutrientes. En los gráficos 4, 5, 6 y 7 se puede observar el comportamiento de la exportación de los diferentes nutrientes en este cultivo en función del rendimiento y de las curvas de referencia bibliográfica. Al analizar la información de los gráficos, llama la atención el grado de ajuste obtenido con las curvas de regresión, que muestran una dispersión mayor sólo en el caso del azufre. Por otro lado, en todas las situaciones se advierte que la exportación real, en las condiciones de desarrollo de estos cultivos, se encuentra por debajo de la
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referencia bibliográfica. En el caso del nitrógeno, del potasio y del azufre, la diferencia respecto de la curva de referencia aumenta significativamente a medida que se incrementa el rendimiento. En cambio, en el caso del fósforo, la diferencia entre ambas curvas es bastante constante y está en el orden de los 4 kilos por hectárea.
Resultados en maíz Tal como ocurre en el caso de soja, en el cuadro 2 se presentan las ecuaciones y los coeficientes de regresión y las ecuaciones de referencia para cada uno de los elementos analizados. En los gráficos 8, 9, 10 y 11 se muestra la evolución de la exportación de cada nutriente en función del rendimiento de maíz medido y del valor de referencia correspondiente. El ajuste de las ecuaciones evaluado a través del coeficiente de regresión en el caso de maíz no es tan alto como en el caso de soja. Esto puede ser consecuencia de la menor cantidad de datos evaluados, de una mayor incidencia de las condiciones ambientales en este cultivo o de una combinación de ambos factores. De todos modos, los coeficientes de regresión obtenidos son suficientemente elevados como para aceptar esta información como válida. El caso del nitrógeno es el único en que la exportación real está levemente por encima de la de referencia, y esa diferencia tiende a eliminarse con el aumento del rendimiento. Para un rinde de 7000 kg/ha, la diferencia entre ambas curvas es de sólo 5,7 kg/ha de nitrógeno. Tanto en el fósforo como en el potasio, la diferencia entre la
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curva real y la de referencia es mayor a medida que aumenta el rendimiento, mientras que la exportación real es siempre menor. En el caso del azufre, la exportación real es menor a la de referencia y la diferencia se mantiene prácticamente constante, alrededor de 2 kg/ha.
Conclusiones Del trabajo realizado por Romano pueden extraerse las siguientes referencias: • En algunos casos, existen diferencias marcadas en la exportación de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre real entre las condiciones ambientales de la zona y la estimada a través de las ecuaciones citadas por la bibliografía. • Se confirma que, excepto en el caso del nitrógeno en maíz, la exportación de nutrientes es inferior a la estimada en función de los valores de rendimiento obtenidos, lo que explicaría parcialmente la evolución de la fertilidad de los suelos bajo un manejo de fertilización de mediano plazo. • Con esta información se prepararon los cuadros 3 y 4, y los gráficos 12 y 13, para estimar las cuotas de reposición de estos nutrientes al suelo. f CREA
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Todos al Congreso Nacional Córdoba, 4, 5 y 6 de septiembre
Guy Sorman.
¿Qué capacidades son necesarias para operar en un mundo con reglas cambiantes? ¿Cómo adaptarse a los nuevos escenarios? En septiembre, habrá tres jornadas para reflexionar y trazar juntos estrategias creativas en el nuevo campo de acción. Las personas actúan y toman decisiones que definen la realidad. Por esta razón, el Congreso Nacional CREA 2013 propone protagonizar el cambio. Esto significa conectarse con uno mismo, incorporar otras miradas, salir del lugar de comodidad y asumir el desafío de extender las fronteras del conocimiento. A continuación, presentamos los oradores confirmados.
“Escenarios, contexto, tendencias” Raúl Rivera Andueza.
Juan Enríquez.
Estanislao Bachrach.
En el primer tramo del encuentro, se tratará de avizorar cuál es el mundo que viene en los próximos años: cómo nos relacionaremos, qué límites se mantendrán y cuáles serán las nuevas reglas en ese escenario. Dentro de esta sección, tendrá su espacio, en primer lugar, el análisis geopolítico mundial a cargo del economista y filósofo francés Guy Sorman. Gran conocedor de la Argentina, ha escrito varios libros en los que aboga a favor de los ideales de la creatividad y del capitalismo moderno. Es miembro de la Comisión Nacional Francesa de Derechos Humanos y Presidente del Consejo Económico y Social de Boulogne-Billancourt. A su turno, el chileno Raúl Rivera Andueza ofrecerá la visión latinoamericana. Fundador y presidente del Foro Innovación, autor de Nuestra Hora: los latinoamericanos en el siglo XXI, invita a avanzar en la construcción de un modelo de desarrollo económico y social sustentado en la iniciativa creativa y en la dinámica emprendedora. Luego, Mariana Díaz, joven periodista especializada en cambio ambiental global y directora de Comuni-
cación de la Fundación de Cambio Climático R21; Santiago Siri, emprendedor en materia de tecnología y desarrollador de inteligencia artificial para la Web, y Rodrigo Zarazaga, fundador de la Fundación Protagonizar, que otorga créditos a personas de escasos recursos buscando su promoción social, ofrecerán su visión acerca del futuro, desde su propia perspectiva y campo de acción. Por último, el pensador mexicano Juan Enríquez, una autoridad reconocida en cuestiones vinculadas con el impacto político y económico de la revolución biotecnológica y los avances de la ciencia, analizará las tendencias mundiales. Enríquez fue fundador y director del Harvard Business School Life Science Project. Actualmente, es CEO de Biotechonomy, compañía que invierte estratégicamente en diferentes empresas relacionadas con ciencias de la vida.
“El valor del desarrollo personal y de las empresas” En la segunda sección del encuentro, se hará hincapié en los individuos como agentes de cambio, teniendo en cuenta las motivaciones y expectativas individuales. A partir de la diversidad presente en la sociedad, se buscará fomentar la integración de los que la componen a través de los vínculos para mejorar la calidad de vida del conjunto. A su vez, se considerará el valor de las empresas y su capacidad para influir positivamente en la comunidad. Más allá de configurar un negocio, una empresa es un emprendimiento en el que se forman equipos de trabajo que potencian el desarrollo de las personas. En el congreso se considerarán las virtudes de las empresas que permitan generar entornos de crecimiento y que logren un vínculo estrecho con la comunidad local. En este marco, Estanislao Bachrach, biólogo molecular, creador de la Fundación Crimson, cuya misión es liderar y dirigir programas educativos
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Alejandro Melamed.
Luis Ulla.
Andy Freire.
en América Latina relacionados con la innovación en materia de ciencia, salud y tecnología, nos hablará del valor de la creatividad y del cambio. Luego, se presentará Miguel Espeche, psicólogo, coordinador general del Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano, especialista en vínculos. En diálogo con Daniel Córdoba, creador del programa “Física al alcance de todos”, identificará las conductas capaces de transformar la realidad. El programa mencionado, que se dicta gratuitamente en el Instituto de Educación Media de la Universidad Nacional de Salta, busca promover la vocación por la ciencia en forma sistemática desde edad temprana. A su turno, Paula Molinari, fundadora y directora de Whalecom, consultora líder en gestión del cambio y desarrollo de organizaciones e individuos en Latinoamérica, junto con Axel Rivas, director del Programa de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), abordarán la temática de los vínculos generacionales y el aprendizaje. Posteriormente, Alejandro Melamed, vicepresidente de Recursos Humanos en Coca-Cola para Latinoamérica Sur, desarrollará una charla orientada a rescatar los valores en el mundo empresarial, procurando conjugar los negocios con la ética y el bienestar de las personas. Hablará de la necesidad de conciliar el compromiso y la fidelidad laborales con la propia vida y la familia. Cerrarán este tramo del congreso Luis Ulla, fundador y actual director ejecutivo del Instituto
Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE) y Andy Freire, emprendedor del ámbito empresarial y social, quienes abordarán la temática de las empresas sustentables y conscientes, destacando la importancia de llevar adelante una gestión con equilibrio demostrable entre la sostenibilidad económica, social y ecológica que la sociedad exige.
El valor de la confianza y de las instituciones Durante la última jornada del congreso, el acento estará puesto en el desarrollo local, procurando dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿qué significa vivir en una comunidad desarrollada? ¿Quiénes participan en su desarrollo? ¿Cómo se logra el desarrollo local? En este marco, disertará Fabio Quetglas, especialista en Gestión de Ciudades y Desarrollo Local, quien hablará del diseño de estrategias de promoción de un desarrollo sostenible. A continuación, se ofrecerán diversos testimonios que darán cuenta de la generación de capital social dentro del Movimiento CREA. En el cierre del congreso, el intelectual colombiano Bernardo Toro, especialista en Investigación y Tecnologías Educativas, hablará de “La ética del cuidado”, un nuevo orden que propone como paradigma de civilización para la sociedad civil, la empresa y el Estado en un mundo sin fronteras.
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Congreso Nacional CREA 2013 4, 5 y 6 de septiembre; Estadio Orfeo, Córdoba Inscripciones: www.congresocrea.org.ar
Fabio Quetglas.
La Previa, un punto de encuentro para los jóvenes Antes del Congreso, quienes tengan entre 16 y 24 años están invitados a participar de un espacio de intercambio de ideas y experiencias. La cita será el miércoles 4 de septiembre, de 10 a 13 en el salón Laodamia del complejo Dinosaurio (a metros del estadio Orfeo). Eduardo Kastika coordinará el taller “El valor de una buena idea” y Alejandro Toso, miembro del CREA Barrancas, ofrecerá el testimonio de una historia que lo movilizó a nivel personal. Las vacantes son limitadas. Quienes deseen inscribirse, deben comunicarse con Rosa María Curcho: rcurcho@crea.org.ar.
Bernardo Toro.
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Los Grobo consolida su integración en la cadena de valor
Desde hace varios años, el Grupo Los Grobo se encuentra abocado a reorientar su modelo de negocios hacia otro de mayor integración dentro de la cadena de valor, a través de la creación de redes y clusters competitivos y sostenibles en sus tres principales áreas de negocio: los servicios, la producción y la industria. Fieles a esta estrategia, hoy incursionan en el sector de los fitosanitarios mediante la adquisición de Agrofina S. A., empresa que desde hace más de 30 años sintetiza y formula productos fitosanitarios. Con esta adquisición, el Grupo renueva su apuesta al desarrollo científico y tecnológico en la Argentina y en la región. La inversión estará destinada al desarrollo de fitosanitarios de nueva generación y alto valor agregado mediante la aplicación de tecnologías que permitirán obtener productos más eficientes y de menor impacto sobre el medioambiente.
Inoculante para silajes
La conservación de forrajes constituye una práctica clave en los sistemas pecuarios actuales por su creciente participación en las raciones de los animales. Una vez que se abre el silo para su suministro, el material ensilado entra inevitablemente en contacto con el oxígeno ambiental, frente a cuya acción resulta altamente inestable. LactoSilo Gold es un inoculante que permite mantener la estabilidad aeróbica del frente del silo mediante la generación de inhibidores de levaduras y hongos. Con la aplicación de este tipo de productos, se evita el incremento de temperatura generado por la actividad de estos microorganismos. Por otro lado, es oportuno tener en cuenta que estos inoculantes no sólo garantizan la calidad del frente de extracción, sino que también aseguran un adecuado proceso fermentativo, lo que permite llegar a los comederos con forrajes conservados de alta calidad.
Nuevas electrobombas
Rotor Pump, empresa fabricante de bombas de agua, presenta la ampliación de la línea 10RXSP de electrobombas sumergibles para pozos de 10 pulgadas. Están especialmente indicadas para el riego de cultivos, espacios verdes y grandes extensiones rurales, ya que satisfacen la demanda de vastos volúmenes de agua. La gran ventaja de esta serie es que cuenta con un cuerpo hidráulico totalmente construido en acero inoxidable, lo que garantiza la pureza y la limpieza del líquido bombeado. Rotor Pump tiene más de 60 años de trayectoria en el mercado. Entre sus productos, cuenta con electrobombas sumergibles para extracción de agua subterránea, electrobombas centrífugas horizontales y verticales, de calefacción, portátiles de desagote pluvial y cloacal, tanques hidroneumáticos y dispositivos de presurización.
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Fertilizaci贸n eficiente Ajustes y regulaciones en los distintos equipos
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La fuerte incidencia de los costos del fertilizante sobre el resultado económico de los cultivos determina que hoy, más que nunca, se torne imprescindible ajustar su aplicación. Para lo-grarlo, se deberán analizar las variables que afectan los distintos sistemas con que cuentan las fertilizadoras. La fertilización se utiliza en forma generalizada en los cultivos de invierno, y es allí, paradójicamente, donde se presentan los mayores problemas. Los equipos más utilizados son las fertilizadoras a platillos, las de barral neumático y, en menor proporción, las de tipo pendular y de barral oscilante.
Fertilizadoras a platillos Estas máquinas comprenden un abanico de posibilidades que va desde equipos de tres puntos con
una capacidad de 400 kilos hasta fertilizadoras automotrices de hasta 15 toneladas. En esta categoría existen dos grupos bien diferenciados: los equipos que trabajan con dosificadores gravimétricos con orificio variable y los que utilizan cadenas o correas de goma en los que la dosificación varía al modificar la velocidad de la cinta alimentadora. En estos últimos, también se puede recurrir a la apertura de una guillotina en distintas posiciones cuando se desea ampliar el rango de la dosificación. Dosificadores gravimétricos Entre las fertilizadoras con dosificadores gravimétricos (que consisten básicamente en un recipiente plástico con un orificio en el fondo), la variación de la dosis se obtiene al agrandar o achicar el
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orificio ubicado en la parte inferior de la tolva (fotos 1 y 2). Cuando se producen modificaciones en las propiedades del fertilizante (humedad, densidad, granulometría, etcétera), también se producen modificaciones involuntarias en la tasa de aplicación y en el patrón de distribución. Además, lograr aplicaciones variables suele ser más difícil, ya que la curva de ajuste puede verse afectada por la fluidez del fertilizante (el término fluidez aplicado a los sólidos hace referencia al modo en que el fertilizante transita por el dosificador de la máquina). Para determinar los cambios de densidad del producto por aplicar, el operador debe contar con algún densímetro para sólidos, que le permita corregir esas alteraciones (foto 3). Algunos equipos importados traen su propia balanza densimétrica colocada en el chasis. El dato de la densidad también es necesario para que las computadoras utilizadas en algunos equipos puedan ajustar las dosis. Cabe recordar que las fertilizadoras de proyección son las únicas máquinas agrícolas cuyo ancho de labor es desconocido. Para lograr un patrón de distribución correcto y poder calcular el ancho de labor real, se deben realizar frecuentes calibraciones a campo. Bandejas colectoras, tubos de ensayo y paciencia serán elementos clave para realizar los ajustes necesarios hasta llegar a un ancho efectivo con un coeficiente de variación razonable (foto 4). Dosificación a correa y guillotina Pese a su alto costo, la utilización de los mecanismos dosificadores a cinta y guillotina (foto 5) se extiende cada vez más por su mayor precisión y la independencia respecto de la fluidez del fertilizante. Otra ventaja significativa de los dosificadores a correa o cadenas es que el mando suele ser tomado de la rueda de la fertilizadora, lo que garantiza que la tasa no se modifique en caso de cambiar la velocidad de avance. Esto no puede ser garantizado en los sistemas gravimétricos. Si se desea hacer aplicaciones a tasa variable (VRT), puede resultar más sencillo disponer de un mando de rueda que compense los cambios en la velocidad de avance, y que el sistema variable sólo se ocupe de las variaciones de prescripción.
Foto 1. Fertilizadora a platillos con dosificador gravimétrico.
Foto 2. Dosificador.
Foto 3. Densímetro para sólidos.
Foto 4. Verificación del perfil de aplicación.
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Fertilizadoras de barral neumático Estos equipos constan de dosificadores, barral y mangueras distribuidoras. El fertilizante puede ser dosificado por correas y guillotina, o bien por rodillos dentados similares a los de una sembradora de granos finos. Luego, una corriente de aire transporta los sólidos por las mangueras de conducción hacia los platos difusores de los barrales (foto 6). Para modificar la tasa de aplicación, se recurre a un variador o caja de cambios convencional, o bien a un sistema de mando hidráulico gobernado electrónicamente. En muchos casos, el mando también es tomado de la rueda, lo que garantiza la constancia de la tasa de aplicación frente a variaciones en la velocidad de avance (foto 7). Si bien este aspecto es importante, la mayor virtud de los sistemas de barral neumático es su independencia respecto de las condiciones climáticas (humedad relativa y viento), además de lograr una importante reducción de los problemas de segregación balística de las mezclas físicas de fertilizante. Este problema es muy frecuente cuando las mezclas físicas incluyen partículas de diámetros y densidades muy dispares. Si se aplican con máquina de platillos, los productos más pesados llegan más lejos, pero los más livianos quedan en la zona central de la aplicación. La única forma de atenuar ese efecto es utilizar anchos de labor más reducidos. A su vez, los equipos de barral neumático permiten combinar la aplicación de fertilizantes sólidos con una pulverización de herbicidas u otros pro-
Foto 5. Dosificador de correa y guillotina.
Foto 6. Sistema de barral neumático.
Foto 7. Fertilizadora neumática con mando de rueda.
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ductos; de este modo, garantizan la cobertura del ancho de la pulverización con el fertilizante.
Equipos combinados Aunque en ocasiones se utilizan fertilizadoras de platillos en combinación con una pulverizadora, esta alternativa suele presentar complicaciones, ya que no siempre es posible cubrir todo el ancho de la barra pulverizadora, sobre todo si la granulometría del fertilizante es pobre. Por lo general, deben hacerse varias pasadas sobre la misma huella para minimizar el daño de pisado (foto 8). Si se arma un equipo combinado y luego no da el ancho de la fertilizadora de platillos, sólo quedan dos opciones: mantener el ancho de labor de la pulverizadora y franjear el fertilizante, o hacer una nueva pasada con el ancho real que logra la fertilizadora. Esto no sucede cuando se combinan barrales neumáticos y pulverizadoras en el mismo equipo; sin embargo, las complicaciones operativas y su baja capacidad de carga desalientan su instrumentación (foto 9). No hay que olvidar que, de por sí, los equipos pulverizadores son los que más compactan el suelo; si se les agrega peso, se puede llegar a situaciones muy desfavorables. Si, en cambio, se piensa en un barral neumático, al peso del fertilizante se le deberá sumar el de las turbinas, los barrales y los difusores. Debido al impacto agronómico y económico de las aplicaciones de fertilizante, este proceso merece la mayor atención y se vuelve imprescindible verificar, en todos los casos, la eficiencia de cada equipo. f CREA
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Foto 8. Fertilizadora de platillos combinada con una pulverizadora.
Foto 9. Fertilizadora de barral neumático combinada con pulverizador. Ricardo Martínez Peck Consultor en maquinaria agrícola
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Cuando un gran caudal puede transformarse en un problema Cómo evitar la salinización del agua subterránea En ciertas zonas, es bastante común escuchar al encargado de campo decir: “Acá, los pozos no dan menos de 400.000 litros por hora”, para destacar el extraordinario rendimiento que tiene el acuífero en su campo. El tema es que muchas veces –por no decir la mayoría– el rendimiento poco tiene que ver con el caudal óptimo de explotación. Eso se debe al hecho de que el rendimiento de un pozo es función de la permeabilidad del acuífero, la cual, a su vez, depende de la litología presente en el área. Pero además de la permeabilidad, el caudal óptimo de explotación es función de variables más complejas, como la relación extracción-recarga y el impacto que generará la extracción proyectada (fundamentalmente en vinculación con los ámbitos salinizados y los nuevos gradientes hidráulicos derivados de la explotación, los cuales pueden terminar direccionando el agua salinizada presente en el frente salino a la zona de explotación; ver figura 1). Es decir que el concepto caudal óptimo de explotación es amplio y se vincula directamente con la sostenibilidad química e hidráulica del acuífero y que poco o nada puede llegar a tener que ver con el rendimiento que registren los pozos en una zona. Volviendo al ejemplo inicial: una perforación puede erogar 300 o 400 metros cúbicos por hora y ese rendimiento puede estar estrictamente determinado por la permeabilidad del acuífero en esa zona. Sin embargo, si se procede técnicamente como corresponde, lo primero que debe analizarse es el contexto hidrogeológico en el cual se ubicará el
citado pozo. Una vez realizado esto, podemos llegar a concluir que, si bien la perforación se hallará ubicada en un ámbito de buena calidad de agua, dicha zona se encuentra limitada por un frente salino situado a tres kilómetros del sitio donde serán ubicados los pozos de riego. Este contexto hidrogeológico puede llevar, luego de analizar la expansión que tendrán los conos de explotación, a que el número de pozos que pueda ejecutarse sea menor al proyectado, tal como ocurre con el caudal individual de extracción. Esto significará, seguramente, un replanteo importante del proyecto de riego diagramado por la empresa desarrolladora; pero es fundamental hacer o discutir ese replanteo antes del desmonte y la ejecución de los círculos de riego, antes de la ejecución de los pozos, antes de la compra de las electrobombas y antes de la compra de los equipos de riego; porque, después de que todo esté comprado o realizado, dicho replanteo será inviable.
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Problemas Lo brevemente explicado hasta aquí se refleja en los serios problemas de salinización que han comenzado a presentarse en campos de las provincias de Córdoba, San Luis, Catamarca y La Rioja. En estos lugares, los desmesurados caudales de explotación, fijados sin disponer de estudios de una profundidad acorde a los volúmenes de extracción proyectados, originaron la progresiva salinización del agua subterránea por inversión del gradiente hidráulico y la afluencia horizontal de aguas altamente salinizadas provenientes de zonas aledañas. Más allá del problema directo que la salinización del agua subterránea representa para la prosecución del proyecto de riego, existe un tema mucho más importante que está dado por el daño ambiental que dicha salinización origina. En este sentido, sería plausible recordar –al momento en que se decide comenzar con la explotación de un acuífero– la famosa frase escrita por Luis de Argote y Góngora: “La tierra no nos fue heredada de nuestros padres, sino prestada por nuestros hijos”; de ello resulta que lo que hagamos o dejemos de hacer hoy habrá de afectar o beneficiar a las generaciones futuras. f CREA Jorge R. Mugni Hidrogeólogo
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Datos del 1 al 5 de junio. Precios de referencia de insumos agropecuarios sin IVAy sin fletes, excepto combustibles.
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Apuntes
REVISTA CREA
N.° 393 JULIO 2013
Campos abandonados
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En la campaña 2013/14, el negocio agrícola en campo alquilado tiene dos requisitos: el primero, una evaluación cuidadosa de la “capacidad de pago” del modelo productivo por desarrollar. El segundo, la capacidad de despedirse de un campo si no es posible seguir en él a un valor razonable. “El año pasado alquilé un campo en la zona de Gualeguaychú a un valor de 9 qq/ha de soja. Este año, le propuse al dueño renegociarlo a 8 qq/ ha, pero el propietario no aceptaba menos de 8,5 qq/ha, así que me fui. El campo aún sigue sin volver a alquilarse”, comenta un empresario que arrienda decenas de pequeños campos en el sur entrerriano. “Tenía otro campo en esa zona con un contrato a tres años y un valor en escala que era de 6, 7 y 8 qq/ha de soja en cada una de las campañas. Este año me tocaba pagar 7 qq/ha, pero por la situación del negocio y por el tipo de ambiente, no da para pagar más de 6 qq/ha; el dueño no aceptó y también dejé ese campo”, apunta. “Eso lo puedo hacer porque tengo muchos campos alquilados: puedo perder algunos y renegociar otros. Pero si tuviera sólo uno o dos campos, seguramente no tendría tanto margen de negociación”, añade.
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