REVISTA CREA - N.ยบ 401 Marzo 2014 - Ejemplar en la Argentina $25-
N.ยบ 401 Marzo 2014 - Ejemplar en la Argentina $25-
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Sumario
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El desafío del año: pasar la tormenta
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Riego y biotecnología: dos factores estratégicos
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Situación crítica para las producciones cuyanas
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Trabajo en equipo en la empresa agropecuaria
Criterios para gestionar en tiempos de incertidumbre.
Entrevista al secretario de Agricultura Gabriel Delgado.
Una serie de heladas remató una situación económica comprometida.
Las personas y los entornos van cambiando y ya no es posible resolver nuevos problemas con viejas técnicas. 36
Cómo hacer la mejor alfalfa en 2014
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Cultivos de cobertura en la región agrícola argentina
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Siembra de pasturas y cultivos de cobertura
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Tecnología para ganar con cebada
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Pulverizaciones agrícolas
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Pautas para elegir cultivares de trigo
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Hoja de ruta para lograr lotes de alta producción.
Beneficios de su inclusión entre dos campañas de granos gruesos.
Recomendaciones del consultor Ricardo Martínez Peck. Resultados de ensayos en la región Norte de Buenos Aires. Cuándo hay que usar coadyuvantes.
Resultados de ensayos realizados en la región Sur de Santa Fe.
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Control de insectos en silos bolsa Pautas para la aplicación segura de fumigantes.
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triguero 2.0
SECCIÓN ECONÓMICA 76
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El precio de la tierra
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LO AYUDAMOS A PRESUPUESTAR
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APUNTES
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El desafío del año: pasar la tormenta Criterios para gestionar empresas en tiempos de incertidumbre
En un período de turbulencia monetaria se requieren –además de las tradicionales– otras habilidades adicionales para poder gestionar una empresa agropecuaria. Veamos.
Realizar un análisis financiero más exhaustivo. En un contexto como el actual, es mucho más lo que se puede llegar a perder con un mal manejo financiero que con aquellos factores intrínsecos al negocio agropecuario, que nos hacen eficientes en el largo plazo. “Este será un año eminentemente financiero en el cual, al disponer de pesos, uno debe tener muy claro cuál va a ser su destino inmediato”, apunta Teo Zorraquín, codirector de la consultora Zorraquín y Meneses. “Es necesario estar alerta a las oportunidades que se presenten para sostener las empresas en el corto plazo. Por ejemplo, el año pasado tomar créditos en pesos a tasas reales negativas fue una oportunidad”, añade. La gestión financiera, por una parte, implica evaluar alternativas de financiación con tarjetas agropecuarias, disponibilidad de créditos y evolución de tasas de interés, mientras que, por otra parte, requiere hacer un seguimiento estricto de los plazos de cobro de los flujos de ingresos de la empresa para evaluarlos en términos reales (descontados de inflación).
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“Si el año pasado le dedicabas dos horas por semana al análisis financiero, este año vas a tener que dedicarle dos horas por día”, proyecta Ricardo Negri, coordinador del área de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA.
Evaluar relaciones de precios. Con la aceleración de la devaluación del peso argentino, se pierde –momentáneamente– una de las funciones básicas de la moneda: la de unidad de cuenta. Por eso se hace necesario conocer la evolución recien-
te del poder de compra del grano y de la hacienda para saber cuán conveniente (o no) es realizar una transacción o inversión. El seguimiento de relaciones insumo/producto es una las herramientas que permiten realizar tal análisis. Por ejemplo: en términos promedio, el momento más conveniente de los últimos dos años para cambiar soja por ternero fue en octubre de 2013 (ver gráfico 1). El mes de octubre del año pasado también fue el momento más oportuno del período para cambiar soja por urea (gráfico 2). Por otra parte, desde mediados de 2012 el maíz dejó de ser un insumo de bajo costo para la ganadería, aunque desde entonces se registraron algunos momentos más oportunos que otros para transformar hacienda en cereal (gráfico 3).
Apoyarse en redes de contención. En tiempos de alta incertidumbre, la peor decisión es aislarse para tomar decisiones en soledad. Todas las alternativas disponibles deben ser chequeadas con pares, asesores y socios de la empresa. “En el ámbito de los grupos CREA se ha venido incrementando el trabajo de escritorio para reducir el margen de error de cada decisión”, explica Negri. Reducir la exposición en bienes pesificados. A fines de enero pasado, las autoridades del Banco Central (BCRA) comenzaron a instrumentar una serie de medidas entre las cuales se incluye una suba importante de las tasas de interés. Eso implica que, a diferencia de lo que ocurrió en 2013, este año la disponibilidad de crédito bancario con tasas de interés reales negativas sería prácticamente nula. En otras palabras: los préstamos tendrán como piso una tasa de interés equivalente a la inflación prevista. En tal escenario –con créditos más caros–, las actividades más perjudicadas serán aquellas que tengan un alto componente de insumos dolarizados con ingresos pesificados. “En el actual contexto, la actividad agropecuaria más comprometida es la tambera con alta intensificación, dado que cuenta con ingresos en pesos con cobro en plazos de 30-40 días y costos dolarizados, tales como maíz, pellets y fertilizantes”, señala Negri.
No perder de vista el largo plazo. El hecho de que el corto plazo pase a ser prioritario para la supervivencia no implica que haya licencia para olvidarse del largo plazo. Muchos de los funda-
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mentos sobre los cuales se sostuvo la eficiencia agrícola argentina durante la década pasada ya no existen. La aparición de malezas resistentes al glifosato no sólo incrementó de manera significativa los costos de producción del cultivo de soja, sino que además pasó a requerir mayores componentes de mano de obra (control y seguimiento) e intelectual (evaluación de multiplicidad de variables para definir la estrategia de control más adecuada en cada caso particular). Muchos de los empresarios que implementaron una comercialización artesanal de trigo, cebada y
maíz lograron obtener diferencias sustanciales con respecto a otros que movieron grandes volúmenes de tales granos. En mercados intervenidos o complejos, ser grande ya no es un factor definitorio (no es casual la retirada del negocio de grandes operadores agrícolas ocurrida en los últimos años). La agricultura por ambientes –tecnología que permite eficientizar el uso de muchos insumos dolarizados– requiere embarcarse en un proceso de aprendizaje continuo que es perfectamente viable en escalas pequeñas o medianas, pero que se transforma en un infierno de datos en caso de grandes extensiones. Los factores mencionados, entre otros, implican que los cimientos de la eficiencia agrícola en el presente son bastante diferentes a aquellos que, durante la primera década de este siglo, le permitieron generar un gran salto productivo al sector (y al país), pero que ahora, en el mejor de los casos, no resultan funcionales. Al tratarse de un proceso en plena formación, no tiene una receta de uso masivo (tal como en su momento la tuvo la agricultura de insumos) y, en caso de llegar a tenerla algún día, esta no surgirá por creación espontánea, sino luego de haber probado y descartado infinidad de herramientas tecnológicas. En ese contexto, los empresarios que trabajen en red avanzarán muchísimo más rápido que aquellos que opten por hacerlo en soledad. “El hecho de que tengamos que dedicarles este año mucho más tiempo a factores de corto plazo no debe hacernos olvidar el largo plazo. No tenemos que perder la visión de hacia dónde vamos.
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En algunos casos, la crisis quizás pueda ser una buena oportunidad para revisar procesos, ajustar escalas y mejorar la eficiencia productiva”, indica Zorraquín.
Planificación comercial. Este año, además de una gestión financiera más intensiva, se requerirá estar mucho más atento en el área comercial. Será crucial hacer un seguimiento diario de las oportunidades de ventas futuras de granos –tanto en el Matba como con forwards– para evaluarlas en función del ciclo de obligaciones contraídas por la empresa o por las eventuales oportunidades que pudiesen surgir por cambios en los precios relativos. Cuantos más indicadores tenga el tablero de comando de la empresa, mayor será el grado de éxito de cada una de las decisiones tomadas. Por ejemplo: el tipo de cambio para liquidar un contrato del Matba (Itaú) es actualmente bastante diferente del empleado para liquidar una operación forward (comprador Banco Nación). La operatoria comercial también requerirá ser creativo para obtener el máximo precio posible según posición de entrega y calidad de la mercadería propia. Por ejemplo: el año pasado surgieron algunas oportunidades para comercializar partidas de soja con altos niveles de proteína a precios diferenciales.
Recupero de saldos de IVA. La aplicación de Ricardo negri.
la tasa reducida de IVA del 10,5% en la mayoría de las ventas de bienes agropecuarios y la gene-
ración de créditos fiscales por compras de bienes y servicios, muchos de ellos gravados al 21%, genera, en la mayor parte de los casos, saldos técnicos a favor de muy difícil recuperación. El sector agrícola suma a esa problemática saldos a favor productos de retenciones y percepciones de IVA (a partir de lo determinado por la resolución general 2300/07 de la AFIP). Los compradores deben retener a los productores inscriptos en el Registro Fiscal de Operadores de Granos el 8% de IVA con una devolución sistémica del 7% en un plazo máximo de 60 días de emitida la liquidación primaria de granos. Pero en los últimos tiempos, las devoluciones pueden llegar a tardar más de un año. Para que la devolución se acredite, es necesario que ocurran tres condiciones: a) que el empresario agrícola haya informado la retención en su declaración mensual de IVA; b) que el comprador haya incorporado la retención efectuada en el Sistema de Control de Retenciones de la AFIP (Sicore), y c) que cualquiera de las dos partes haya denunciado la operación a la AFIP. “Cuando se cumplen esos tres requisitos, la normativa vigente dispone que la AFIP tiene que depositar el 7% en la cuenta del productor antes del último día del mes inmediato siguiente al que se practicó la retención”, indica el abogado Alejandro López Tilli, socio del estudio jurídico G. Breuer. La Ley de Procedimiento Administrativo determina que cuando la AFIP omite pronunciarse en los plazos legales, eso se considera un rechazo (un rechazo silencioso, podríamos decir). “En las actuales circunstancias, no es aconsejable asumir que el silencio es equivalente a un rechazo. La opción que tiene el productor es presentar un pronto despacho ante la AFIP, a partir del cual el organismo tiene 15 días hábiles para contestarlo”, explica López Tilli. Si la AFIP no responde ese pronto despacho –lo que suele suceder–, el siguiente paso es presentar un amparo por mora en el Tribunal Fiscal de la Nación. “Con ese procedimiento, la autoridad judicial instruye a la AFIP para que se expida en forma categórica, luego de lo cual el productor recibe la acreditación de la retención en un plazo de unos 15 días”, señala López Tilli. “Esta metodología ha resultado exitosa para muchas empresas agrícolas en lo que respecta a la recuperación de saldos de IVA en plazos razonables”, concluye. f CREA