Las relaciones interpersonales son importantes para ser
felices
por CARLA VARELA Consultor y coach organizacional www.humandevelopmentsolutions.com
A
sí como una persona necesita una relación intrapersonal, “con su propio yo”, para conocerse, valorarse, dar sentido a su vida y ser, necesita establecer relaciones interpersonales para crecer en diversos ámbitos, adaptarse, aprender del entorno y tener un lugar en la sociedad. Las relaciones interpersonales se dan desde el mismo momento en que nacemos y nos relacionamos con nuestra madre a través de la mirada. Cada caricia, cada sonido y cada interacción con el ambiente, deja en todos los seres humanos huellas que forman nuestro carácter, personalidad, y respuesta al entorno; facilitando o entorpeciendo las relaciones interpersonales que podamos construir. Para que se generen las relaciones interpersonales, la comunicación es vital. Para lograrlo no es necesario que se dé una amplia charla, el contacto con las personas es inminente, se da a través de los gestos, el cruce de miradas y las sensaciones. Sin embargo, establecer buenas relaciones, depende de las habilidades sociales adquiridas a través de las experiencias, y de saber cuándo y cómo utilizarlas. Dichas habilidades permiten al individuo expresarse, conocer las demandas del otro, interactuar, ser empático, afrontar conflictos, etcétera.
Aunque las personas tendemos a ser gregarias por naturaleza, existen ciertas características individuales, tanto aprendidas, como innatas, que determinan nuestra capacidad para socializar e interactuar con el ambiente. En general cuando una persona tiene dificultad para relacionarse, puede costarle trabajo pertenecer a grupos, destacar y hacerse escuchar. Lo que en ocasiones genera tristeza, bajo rendimiento o aislamiento.
Desde la perspectiva de Carl Jung, las personas nacemos con determinadas preferencias que nos hacen ver el mismo entorno de manera diferente, lo que influye directamente en el éxito que tendremos al relacionarnos. Gracias al MBTI® desarrollado por Isabel Myers y Katharine Briggs, podemos conocer esas preferencias y entender a profundidad nuestro comportamiento y el de los otros; favoreciendo así la comunicación, la toma de decisiones y la solución de conflictos, entre otros elementos que se dan al interrelacionarnos. En base a la teoría de la personalidad de Jung, la forma en que canalizamos nuestra energía, lo que percibimos del entorno y lo que valoramos para tomar decisiones, depende de estas preferencias y genera
un tipo de personalidad (Type), lo interesante es que según Jung, aunque este tipo no cambia, sí podemos desarrollar y entender otras preferencias, lo que nos permite relacionarnos de una manera más sana y eficiente; además de crecer y ampliar nuestro panorama, considerando nuestra propia mirada y entendiendo la mirada de los demás. En todos los ambientes sociales se generan y se propician relaciones interpersonales: familia, escuela, trabajo, etc. Sin embargo, las necesidades de una persona en cuanto a la inclusión (el reconocimiento, participación y contacto con los demás), el control (influencia, responsabilidad y toma de decisiones) y el afecto (apertura, cercanía y calidez personal), varían, lo que puede generar malos entendidos y problemas al relacionarnos.
William Schutz desarrolló la Teoría Firo creando un assessment que evalúa las necesidades fundamentales (inclusión, control y afecto), que influyen en las relaciones interpersonales; con el fin de generar grupos de personas y equipos con una buena comunicación y comprensión mutua. La herramienta FIRO-B® ayuda a los individuos, familias, equipos y empresas, a crecer y a realizar cambios positivos de comportamiento, ya que a través de ella, los involucrados pueden entender sus necesidades expresadas (lo que hacen y/o reflejan) y sus necesidades deseadas (lo que les gustaría tener y/o reflejar). Esto genera un gran valor, ya que genera el conocimiento propio y el de los otros, mejorando en forma notable las relaciones personales.
En cada relación que establecemos, hay puntos en común y desacuerdos, siendo estos últimos los más difíciles de manejar. La naturaleza humana nos lleva a debatir y a expresar nuestras ideas, y esto no es malo si es bien llevado, el debate genera crecimiento, acuerdos y posibilidades, pero hay que saber manejar y entender el conflicto para que no nos atrape y reduzca a la obstinación. El instrumento TKI™ (Thomas Kilmann Conflict Mode Instrument) nos permite entender la naturaleza del conflicto y la mejor manera de abordarlo, ya que propicia el diálogo asertivo y no viceral entre las personas, y nos ayuda a considerar las diferentes perspectivas y comportamientos involucrados. Esta herramienta nos presenta 5 estilos con que podemos enfrentar el conflicto: competidor, colaborador, concesivo, elusivo y complaciente; unos más asertivos que otros, pero todos reales; lo importante es saber dónde estamos y hacia donde nos debemos mover para ser más EFECTIVOS y mejorar nuestras relaciones. Como podemos ver el conocimiento propio y el de los demás en diversos aspectos, permite que se eviten conflictos y se establezcan relaciones productivas. Ante esta carrera tan larga del conocimiento, existen herramientas que acortan y nos facilitan el camino: MBTI®, Firo-B®, TKI™, entre otras, nos llevan más pronto a la meta. Tener buenas relaciones interpersonales, genera confianza, lazos, cariño y seguridad, entre otros elementos que permiten el crecimiento, el bienestar y la satisfacción personal. El tener mayor autoconocimiento y mejor entendimiento de los demás nos da herramientas para fortalecerlas y promueve el alcance de un objetivo de vida: la felicidad.
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La Teoría de Tipos es autoría de C. G. Jung y el instrumento MBTI es resultado del trabajo de Isabel Briggs Myers y Katharine C. Briggs. ® Myers-Briggs Type Indicator, MBTI e Introduction to Type son marcas registradas de Myers-Briggs Type Indicator Trust en los Estados Unidos y otros países. ® La Fundación Myerss Brigss recomienda que el MBTI sea aplicado únicamente por consultores certificados.