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Emergencias médicas con rescate aéreo: ventilación avanzada en la palma de la mano

no de los equipos médicos críticos en el rescate aéreo es el ventilador o respirador mecánico de emergencias y transporte, decisivo para salvar la vida de los pacientes. Para que sean lo más eficaces posible, deben cumplir con unas características concretas. Entre las más importantes se encuentran su peso y dimensiones, que facilitan la tarea a los profesionales de emergencias. Cuanto más ligero sea el ventilador pulmonar, y si es posible que pueda ser sostenido sobre una mano, más se facilitará su uso. Que el dispositivo, por ejemplo, tenga todas las conexiones alineadas en el eje de anclaje, permite una mínima ocupación en el vehículo y un fácil intercambio entre sus soportes de pared, techo, raíl, carro y estuches de transporte.

Existen pocos ventiladores de emergencias y transporte en el mercado mundial que incluyan modos de ventilación propios de respiradores de cuidados intensivos, que integren opciones de capnografía (para analizar la ventilación del paciente, midiendo el dióxido de carbono exhalado) y, también, conectividad bluetooth, que permite la descarga selectiva de los registros de ventilación para transmitirlos a una historia clínica electrónica y a la central de alarmas del hospital para su análisis en tiempo real o a posteriori.

En España, la empresa madrileña HERSILL, fundada en 1973, fabrica un ventilador así: el Vitae 40. Un solo aparato, que solo pesa 1,4 kilos, pone a disposición de los servicios de emergencia, las UCI móviles terrestres y aéreas y todas las áreas del hospital, el más moderno respirador de emergencias y transporte con modos ventilatorios de cuidados intensivos, modos ventilatorios y asistentes específicos para RCP, capnografía con interfaz de capnografía volumétrica y un caudalímetro-mezclador apto incluso para terapias de alto flujo.

Cabe destacar, además, la aportación que tuvo este ventilador en la lucha contra la pandemia de la COVID-19. Gracias a la colaboración con los ministerios de Sanidad y de Industria, HERSILL multiplicó por 10 la producción del Vitae 40, fabricando un total de 5.100 durante nueve semanas. Con este hito, se logró salvar la vida de muchos pacientes en un momento en el que los hospitales carecían de este tipo de aparatos.

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