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NORMALIZACIÓN ¿Qué es eso de la ISO 3533?
from Sugextions nº 26
by Publica SL
¿Qué es eso de la ISO 3533?
“Llevo muchos años hablando sobre la falta de regulación en lo que a juguetes eróticos se refiere; la ISO 3533 ha llegado para dar un primer paso en esa dirección. Voy a explicarte, sin comprometer la “confidencialidad del documento”, qué es y cómo afecta a los juguetes eróticos”.
mamanoleas.com mamanoleas@gmail.com
GWEN Sexblogger, sextoy reviewer, sex coach, divulgadora, escritora, correctora, editora, arte erótico y lo que haga falta. Apasionada del mundo de la sexualidad, escribo sobre experiencias, productos eróticos, curiosidades y reflexiono sobre sexo, feminismo, trabajo sexual y libertad. Masoquista emocional. El humor no es una opción, es una necesidad.
“ISO son las siglas en inglés International Organization for Standardization. Se trata de la Organización Internacional de Normalización o Estandarización, y se dedica a la creación de normas o estándares para asegurar la calidad, seguridad y eficiencia de productos y servicios. Son las llamadas Normas ISO”, así lo resume Spg Certificación de manera sencilla (he intentado resumirlo yo, pero me salían 3 párrafos...).
A efectos prácticos, y resumiendo mucho, la ISO tiene normas y recomendaciones. En este caso, la ISO 3533:2020 es una recomendación, y no hay obligación legal para su cumplimiento, al menos por el momento.
La ISO 3533 versa sobre “Juguetes sexuales: requisitos de diseño y seguridad para productos en contacto directo con los genitales, el ano o ambos”. Sin duda era muy necesario un estudio técnico sobre este tema, la exposición de requisitos mínimos y la propuesta de soluciones para mejorar la terrible falta de regulación en cuanto a juguetes eróticos. No obstante, no cantemos victoria tan pronto; como digo, no es obligatoria su aplicación, y recae sobre los fabricantes la decisión sobre si se tiene o no en cuenta para futuras producciones.
¿La regulación ha llegado?
Cada vez que hablo de los materiales empleados en productos eróticos hago hincapié en la falta de regulación de la industria. ¿Cómo es posible que productos que entran en contacto con mucosas vaginales o anales, altamente absorbentes y sensibles, carezcan de normas de seguridad básicas? Afortunadamente, damos un paso en esa dirección, pero aún falta.
Las marcas que previo a esta ISO ya tenían unos altos estándares de calidad, se verán legitimadas. Pero quien obviaba cosas sumamente lógicas, como emplear materiales seguros, seguirá haciendo exactamente lo mismo sin repercusiones. Estamos asistiendo al inicio de la regulación de la fabricación y comercialización de juguetes eróticos, sin duda, y es posible que con el tiempo esta recomendación termine incorporándose como norma de obligado cumplimiento, pero lo más seguro es que sea algo a largo plazo. Be patience, my friend.
¿Para qué sirve entonces la ISO 3533?
La ISO 3533 propone una serie de recomendaciones de cara al diseño, fabricación y comercialización de juguetes eróticos seguros. Y no sólo seguros en su uso debido y esperado, sino también que se prevean esos usos indebidos predecibles, los posibles medios de seguridad que pueden aplicarse, así como indicaciones para quien vaya a comprar los juguetes. Por ejemplo: alguien puede decidir que es buena idea introducirse un juguete vaginal por el ano. Si el producto no es seguro para ese uso, debe quedar debidamente claro en la información adjunta al juguete, así como en el packaging.
Tras leer la ISO entera, lo que extraigo de ella es que lo que dice es absolutamente lógico. Se habla de todas esas cosas que he ido señalando en cada review y formación —mis compis también, pero
soy yo quien escribe este artículo, ejem—. Quien adquiere un juguete erótico necesita información, y está bien que gente como yo la demos (reiteradamente), pero es imprescindible que aparezca explicada de manera perfectamente comprensible en la caja o el manual del juguete; aunque ya sabemos que eso de leer manuales nos gusta más bien poco.
En pocas palabras
Resumiendo, es como cuando en el parque de atracciones ves carteles que dicen “mantengan brazos y piernas dentro de la atracción en todo momento”. Lo lees mientras haces la cola y te parece tan absurdo que haya que advertir sobre ello que te ríes, hasta que caes en que si lo tiene que poner en un cartel (o en veintitrés), es por algo, porque alguien tuvo la idiota idea de hacerlo. En esencia eso es lo que hace la ISO 3533 para fabricantes, distribuidores y comerciantes de juguetes eróticos.
El ano como impulsor de la ISO
Este tipo de recomendaciones era muy necesario, especialmente para las empresas que, por desgracia, se la pasarán por el arco del triunfo hasta que una ley les obligue, pero eso es otro asunto.
La cosa es que la ISO 3533 tuvo el punto de partida en un estudio sueco con el título: “Juguetes sexuales retenidos: una afección médica en aumento y posiblemente prevenible”, publicado en la Revista Internacional de Enfermedad Colorrectal volumen 34, páginas181–183 (2019) —enlaces en mi web, te recomiendo leerla—, que ponía en manifiesto la incidencia creciente de cuerpos extraños atascados en el recto, siendo más notable el aumento en el caso de los hombres, y donde los juguetes sexuales eran grandes protagonistas.
Seguridad
Y es que cuando advierto, mil y una veces, que tengas cuidado con lo que introduces en tu ano, no es por ser pesada, porque no tenga más cosas que decir de un juguete, o porque quiera privarte del placer anal. Es simple y llanamente, por seguridad. Para evitar que, “por accidente”, acabes engrosando las estadísticas de personas que necesitan asistencia médica para sacarse ALGO del culete.
La ISO 3533 trata esta cuestión en profundidad (dentro de la brevedad del documento), indicando todo lo que es necesario tener en cuenta para prevenir que un juguete pueda atascarse con facilidad en el recto o que pueda ser retenido y requiera asistencia médica. También sobre las complicaciones a la hora de extraerlo con material médico, y los casos que requieren cirugía para su extracción. Concluye, sobre este aspecto, que los “productos para uso anal deberán tener características de diseño que impidan que se inserten más allá de lo previsto”. Algo, sin la menor duda, altamente lógico.
¿Cómo afecta a los juguetes eróticos?
Obviamente, a los que ya tienes en tu casa, de ninguna manera. La ISO 3533 plantea una serie de recomendaciones sobre el diseño de
los juguetes eróticos para que su uso sea seguro. No sólo en cuanto a forma (y evitar al sector sanitario extraer objetos del recto), sino también respecto a los materiales (y sus componentes) empleados para su fabricación, la seguridad eléctrica, las piezas móviles, la vibración o la información aportada al público, entre otros.
Reitero mi opinión de que este documento trata cosas muy obvias, pues no hay nada que debiera asustar a fabricantes o comercializadores, a menos a quienes usan el sentido común. Podemos pensar “¿por qué alguien no haría esto?”, pero viendo alguno de los productos que han llegado a mis manos, no me sorprende que haya quienes vean la ISO 3533 como una amenaza a su operativa.
Responsabilidad
Algunas marcas incluyen la leyenda “sold as a novelty only”. Como si eso diera carta blanca para saltarse cualquier punto básico de seguridad, echando balones fuera y sirviendo de descargo de responsabilidad sobre los problemas derivados del uso que pueda sufrir quien lo use.
Con la ISO 3533 se pretende estandarizar esos protocolos de seguridad para que no existan productos poco fiables, y que todos cuenten con la información precisa para un uso correcto y seguro. Evitando así el uso de materiales o sustancias que están probadas como perjudiciales —según diferentes estudios—, la carencia de explicaciones o los engaños que pueden verse en algunos packaging.
Conclusión
Sinceramente, la ISO 3533 no aporta prácticamente nada nuevo en el diseño o fabricación de juguetes eróticos a ojos de quien tenga dos dedos de frente. Resulta evidente que se dicen muchas obviedades, pero si a día de hoy resulta necesario continuar advirtiendo que no se deben sacar manos y pies de la atracción en marcha, o que no debes encender el secador dentro de la ducha, es una mera extensión de la norma social en cuanto a advertencias. O lo que es lo mismo, avisar a todo el público como si la gente fuera tonta, no porque se crea que una mayoría lo es, sino porque hay constancia de que existe una minoría que sí, y es la problemática.
Por supuesto, las personas usuarias también tienen su parte de responsabilidad al deber leer los packaging, manuales e informaciones presentes en el juguete para su uso correcto. Si no se lee y se usa indebidamente el producto, de nada sirve que se haya informado de todo; salvo para evitar demandas a las compañías.
¿Y lo demás?
Esta ISO es un primer avance, y entiendo que la raíz del documento viene de aquel estudio que antes comentaba. No obstante, he echado en falta que fuera más extenso en otros aspectos, que se hablara con más profundidad sobre el riesgo eléctrico, las vibraciones, la ergonomía y cómo un juguete que carezca de ella puede ser dañino (o imposible de usar) según los diferentes perfiles —me refiero a la forma, pero también al sistema de agarre o la colocación de los botones—, u otros muchos temas íntimamente relacionados con la seguridad.
Quizá me hayan dado un aperitivo con la ISO 3533, y yo ya esté pidiendo el menú semanal; pero me gustaría un estudio más exhaustivo y más amplio. Que se mirara a los juguetes sexuales como podemos mirar a los útiles de alimentación, los cosméticos o los juguetes infantiles; con genuino interés por el bien de la sociedad, y un uso seguro y responsable por parte de quien diseña, fabrica, comercializa o consume.
Ya se ha dado el primer paso, y estoy deseando ver cómo aprende a caminar la regulación de los juguetes sexuales (y el resto de productos eróticos, ya que estamos).