The fight club

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The Fight Club CINE Y FILOSOFÍA

«Tienes que tener en cuenta la posibilidad de no caerle bien a Dios, él nunca quiso tenerte. Con toda probabilidad él te odia, pero no es lo peor que pueda ocurrirte... ¡¡No lo necesitamos!! Que se jodan, maldición» (Tyler Durden)

Rebeca Chiapyo Camilo Granados


T

he Fight Club es una película del director David Fincher basada en el libro de Chuck Palahniuk, del mismo nombre, y estrenada en 1999. El filme nos introduce en la vida del protagonista (y narrador), un hombre de clase media (del que no se menciona su nombre) quien lleva una vida absurdamente rutinaria de la que está aburrido. La historia trata sobre el club de pelea clandestino que funda el protagonista en compañía del hombre que conoce durante un vuelo y a quien pide ayuda luego de que su departamento explote, Tyler Durden. Sin embargo, en la trama, la parte más importante es el conflicto desatado por la actitud subversiva de Tyler quien confronta al protagonista, y a los miembros del club de pelea, cuestionando su modo de vida y los valores imperantes en la sociedad contemporánea que forman parte de su sistema de creencias. Luego, Durden crea el proyecto Mayhem, un grupo de contracultura con acciones terroristas, que finalmente apunta a destruir el sistema económico de Estados Unidos dinamitando los edificios en los que se guarda la información financiera de todo el país. La película presenta ideas controversiales y que evidencian una elaboración filosófica que merece un análisis más detallado. Uno de los temas vistos en clases fueron las ideas del filósofo nihilista Frederic Nietzsche, quien critica toda concepción del mundo y la vida humana. Para él se distinguen dos fuerzas las cuales configuran la vida: Lo apolíneo, lo cual es la

búsqueda del equilibrio (un orden racional donde se alaba la mesura), y lo dionisiaco, que es un ideal de vida donde las pasiones y sentimientos son ilimitados, un ideal donde el individuo se deja llevar por sus pasiones y deseos (el caos es alabado en este aspecto); siendo esta, para Nietzsche, la fuerza que debería mover a los hombres, por este motivo el critica todas las bases de la sociedad pues la considera contranatural, ya que intenta frenar los instintos humanos asimismo va contra la propia naturaleza humana y la vida. Utilizando estos conceptos en la película The Fight Club podemos ver tres ideas. La primera es la representación de los personajes principales. El protagonista, es un humano que ha hecho lo que se supone debió hacer en la vida (fue a la universidad, consiguió un buen empleo y tiene un departamento decorado con muebles de estilo vanguardista y costosos), sin embargo en el momento en el que comienza a sufrir porque su doctor no le da medicación para tratar su insomnio se da cuenta de algo: La vida que lleva es una mierda. Mientras que el narrador es un individuo que decidió vivir entre un mundo donde lo racional y el orden forman una estructura de poder, Tyler Durden es representado como un tipo estereotipado que trabaja como vendedor de jabones artesanales (los cuales fábrica con la grasa que roba de las clínicas dedicadas a la estética), además de otros trabajos nocturnos como proyeccionista de cine (donde inserta fotogramas porno

en películas infantiles) o un camarero en hoteles de lujo (en el que usa los platillos para miccionar). Este personaje, además de ser el estereotipado, es el alter ego del narrador, es quien está encargado de ser el que destruya cualquier obstáculo que le impida al narrador dejarse llevar plenamente por las pasiones y placeres, comenzando por explotar su departamento hasta la creación del Project Mayhem. Incluso quiere destruir a Marla Singer (tanto como persona como los sentimientos que posee por ella), una mujer que conoce el narrador cuando trata de buscar ayuda en diversos grupo de apoyo contra enfermedades terminales y adicciones. La segunda idea está más centrada en los intereses de Tyler, pues tanto él como Nietzsche consideran que si nos liberamos de lo superfluo (lo que nos impone la sociedad, familia, amigos, trabajo, etc.) podremos encontrarnos con nosotros mismos y ser completamente libres, y es cuando The Fight Club comienza a tornarse profundamente nihilista, que es tener por meta la nada. El nihilismo es conocido por una pérdida generalizada del sentido de la vida y, también, la negación de todos los valores, sobre todo religiosos y morales; puesto que al deshacernos de todo nos damos cuenta de que no somos únicos sino que somos igual de irrelevantes que los demás. «La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados. […] No sois vuestra cuenta corriente. No sois el coche que tenéis, ni el contenido de vuestra cartera. No sois vuestros pantalones. Sois la mierda cantante y danzante del mundo» (Tyler Durden). Entonces nos preguntaremos, ¿qué somos? Nietzsche responde que el hombre es nada, pues no tiene sentido darle importancia a la vida pues


al final, sin importar nada vamos a morir. No obstante, el hombre también lo es todo pues la muerte hace que nuestra vida tenga sentido. Lo cual nos lleva a la tercera y última idea. Nietzsche en su libro Así habló Zaratustra expone la idea de “Dios ha muerto, pues lo hemos matado nosotros”, esto quiere decir que el hombre europeo contemporáneo ha perdido la fe en Dios y en las ideas trascendentes. Pese a que, en los años en los que vivió Nietzsche, era una utopía el forjar una civilización sin religión, en la actualidad muchas de las ciudades del mundo están estructuradas sin la influencia religiosa; es más, podría decirse que se está extinguiendo todo índice del cristianismo como rector de la vida y la moral. «Nuestros padres eran modelos de Dios, y si nos abandonaron, ¿qué puedes pensar sobre Dios? [...] Tienes que tener en cuenta la posibilidad de no caerle bien a Dios, él nunca quiso tenerte. Con toda probabilidad él te odia, pero no es lo peor que pueda ocurrirte... ¡¡No lo necesitamos!! Que se jodan la maldición y la redención... somos los hijos no deseados de Dios, así sea» (Tyler Durden, 2009). Tanto para Tyler como para Nietzsche, la concepción de una sociedad bajo el régimen de la religión es inaceptable, debido a que está reprime la naturaleza humana, pues, desde un punto de vista filosófico, la pérdida de lo sagrado es la pérdida

de lo trascendente o suprasensible del pensamiento occidental (recordemos que para Nietzsche lo que debe guiar al hombre son los placeres y pasiones); en otras palabras, ambos consideran que el hombre contemporáneo ha perdido la fe y la confianza en todo aquello que está más allá de lo sensible. Por otro lado, la filosofía griega también está presente en la película. Para los griegos la retórica es el arte de convencer y emocionar al público a través del discurso. Para emocionar, el orador necesita fomentar las pasiones de la audiencia apelando a los sentimientos, y para ello debe ganarse la confianza de los oyentes. En The Fight Club, el personaje de Tyler Durden utiliza la retórica para despertar las pasiones de los miembros del club e iniciarlos en su concepción apolínea de la vida. Para ello, Durden utiliza principalmente un discurso epidíctico, discurso para elogiar o censurar, y de estilo grave, cuya finalidad es conmover el ánimo, para atacar el estilo de vida y los valores imperantes en la sociedad de consumo norteamericana, que además son promovidos por los medios de comunicación masiva. Las siguientes palabras son pronunciadas en una reunión del Club de la Pelea y reciben una aprobación apasionada: « […] toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas o siendo esclavos oficinistas […] crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios,

Lo único suficientemente real como para ser importante son las sensaciones más primitivas (el deseo de supervivencia, el dolor) y la muerte. dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos muy, muy cabreados» (Tyler Durden). Tyler censura la forma en que vive (o son inducidos a vivir) la mayoría de personas en las sociedades contemporáneas, especialmente en los Estados Unidos, y su discurso emociona a su audiencia, el club de pelea, al punto de despertarles el rechazo y el odio por el modo de vivir que han seguido y aprobado durante toda su vida. Para lograrlo, el personaje utiliza la retórica en sus tres elementos: el logos, el mensaje de rechazo a la vida rutinaria y consumista, el pathos, su conocimiento de los sentimientos de frustración y vacío del público, y el ethos, la credibilidad que tiene por haber escapado (y sobrevivido) de la sociedad de consumo. La película muestra la retórica como un arma tan poderosa que es capaz de hacer a las personas abandonar su sistema de creencias y persuadirlos de vivir de forma contraria a la que creían como buena. Además, el discurso de Tyler a lo largo de la película puede ser anal-


Por otro lado, también se extrae del discurso de Tyler Durden que la película presenta una versión del mito de la caverna de Platón. Este mito es una representación de la diferencia entre la realidad percibida

El personaje de Tyler afirma que las percepciones de estilo de vida aceptable y de estructura social son falsas (las sombras), pues han sido implantadas por los medios de comunicación masiva y por la publicidad (los porteadores) para inducirnos valores y deseos arbitrariamente, pero que no podemos alcanzar y que forman parte de un sistema de dominación (la caverna). Él es el prisionero que escapa y regresa para contar la verdad a los demás pero es tomado por loco. La verdad que predica Durden es que los productos de la sociedad de consumo no valen nada, que su importancia nace de la imaginación producida por los anuncios y que lo único suficientemente real como para

Tyler la es

Para la filosofía platónica, el destino del alma es regresar al mundo de las ideas y alimentarse de la verdad que allí se encuentra y para eso el hombre debe vivir una vida buena y justa; es decir, el auriga debe dominar al caballo negro, rebelde y malo, que lo arrastra al mundo material y encaminarlo al reino de los dioses. Sin embargo, es evidente que Durden prefiere dar rienda suelta a su caballo negro y pregona que el verdadero destino del hombre (y del alma) es abandonarse a las pasiones y deseos sensibles, pues para él la muerte es el fin del hombre y no tiene sentido buscar que el alma (inmortal) ascienda hasta el mundo de las ideas. Durante la película se presenta el conflicto entre el protagonista, que intenta vivir por el auriga y el caballo blanco pero que no logra la fortaleza suficiente para dominar el alma concupiscible, y Tyler, que se deja llevar por el desorden descaradamente y seduce al protagonista para que adopte su modo de vida. Hacia el final de la película, el personaje principal alcanza la fortaleza para dominar sus pasiones y trata de hacer valer la justicia, solo para descubrir que su antagonista y él son la misma persona. La alucinación de Durden es la materialización del caballo negro y el conflicto entre los personajes representa la lucha interna de todo hombre por dominar sus pasiones y guiarse por las partes buenas de su alma.

por los sentidos y la verdad de las cosas: unos prisioneros dentro de una cueva son obligados a mirar sobras que son proyectadas desde detrás de ellos por unos porteadores, que deciden qué deben ver y cuándo. Pero fuera de la caverna se encuentran las cosas verdaderas y cuando uno de los reos escapa y puede ver lo real, regresa para sacar a sus compañeros del engaño. Sin embargo, los otros prisioneros lo toman por loco y lo asesinan, incapaces de imaginar que su mundo no es real.

alización del alma apetecible i r e t ma

izado desde dos temas centrales de la filosofía de Platón: el alma y el mito de la caverna. Por un lado, el alma platónica es el hombre mismo que está atrapado en un cuerpo material. Platón grafica el alma como un carro alado, tirado por dos caballos (uno es blanco y el otro es negro) y manejado por un auriga. El caballo blanco representa el alma irascible, expresada en las pasiones nobles; el caballo negro es el alma concupiscible, que se manifiesta en las bajas pasiones; y, el auriga figura el alma racional, que es la razón humana.

ser importante son las sensaciones más primitivas (el deseo de supervivencia, el dolor) y la muerte. En este punto se distancia de Platón, pues para este la verdad que se debe conocer son las virtudes más elevadas (el bien, la justicia) y la caverna nos aprisiona a lo mundano; por el contrario, para Durden debemos alcanzar conciencia de nuestras emociones más básicas, más animales, pues la prisión consiste en la idea de que podemos ser algo que no somos.


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