Manual Tecnicometodológico Entrenamiento de Base y Especialización
Capitulo 6
Aprendizaje de Habilidades y Técnicas
6. APRENDIZAJE DE HABILIDADES Y TÉCNICAS Este componente de la capacidad de rendimiento deportivo compleja se refiere al continuo incremento del grado de dificultad del aprendizaje, la ampliación permanente del repertorio de movimientos habilidades y técnicas del béisbol y de otros deportes. Se puede considerar como el ámbito de capacidad elemental en cuanto al contenido dentro del concepto-objetivo-contenido del entrenamiento infantojuvenil. En el entrenamiento infantojuvenil, el aprendizaje y la práctica continuos de las habilidades motoras y de las técnicas deportivas, ocupan el lugar central del conjunto del proceso de entrenamiento y regulan el entrenamiento de aprendizaje.
6.1 CARACTERÍSTICAS Y CONCEPTOS Las habilidades y las técnicas deportivas se basan en procesos de aprendizaje y en las capacidades neuromusculares. Los procesos de maduración del cerebro concluyen en el 6° año de vida y están estructural y funcionalmente a disposición del aprendizaje de habilidades y técnicas como capacidades neuromusculares. En la práctica, es casi imposible mantener por separado las habilidades motoras deportivas y las técnicas deportivas. La diferenciación conceptual es más bien teórica. También podría decirse que la adquisición y la práctica de una técnica deportiva están condicionadas por el aprendizaje de las habilidades necesarias para ello. Por tanto, la diferenciación entre habilidades y técnicas deportivas es también difícil, porque ambas están condicionadas por el aprendizaje y porque estableces procesos de aprendizaje motor previos, que deben ser prestados por las mismas zonas del sistema nervioso central (SNC). Sin embargo, es muy significativa la diferenciación con respecto al objetivo de movimiento proyectado con ello o del grado de vinculación al fin respectivo. Las habilidades deportivomotoras encuentran a menudo su finalidad en la potencia misma y las técnicas deportivas, en la resolución de tareas concretas en situaciones deportivas. Por ello, deben ser definidas de modo diferente. Definiciones: Las habilidades deportivomotoras son aquellos procesos de control y función que se basan en el desarrollo de formas de movimiento únicas y limitables. Las técnicas deportivas son secuencias probadas de movimientos, adecuadas a un fin y eficaces para la resolución de tareas definidas en situaciones deportivas, cuya resolución se orienta a un ideal.
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6.2 LAS CAPACIDADES DE APRENDIZAJE La condición Previa para el aprendizaje, adquisición, práctica y estabilización de las habilidades deportivomotoras y técnicas deportivas es el proceso de aprendizaje motor sistemático y adecuado al objetivo, si bien, y esto es válido sobre todo para el entrenamiento infantil y juvenil, éste está asociado al estado de maduración del cerebro condicionado por el desarrollo y a la calidad de las capacidades de aprendizaje adquirida mediante el aprovechamiento estructural y funcional. Con esto, el aprovechamiento de las estructura y de las funciones determina la calidad adquirida de las capacidades de aprendizaje y, en consecuencia, el grado de la capacidad de entrenamiento.
6.2.1. Las capacidades de aprendizaje en niños de edad escolar temprana y en la prepubertad Las capacidades de aprendizaje condicionadas típicamente por la madurez en niños de edad escolar temprana y puberal:
la plasticidad de los procesos nerviosos básicos, los incrementos de aprendizajes naturales y la capacidad de movimiento interno.
La plasticidad de los procesos nerviosos de base: La plasticidad del sistema nervioso central asegura a los niños antes de la pubertad grandes ventajas funcionales en el aprendizaje en general y especialmente en el aprendizaje motor. Plasticidad significa –según la aceptación general- maleabilidad o capacidad de adaptación. En sentido científico, es una capacidad del organismo para ajustar sus reacciones a las exigencias del entorno, como, por ejemplo, las del aprendizaje, y con ello conformar nuevos estilos de acción. Si relacionamos la plasticidad con los procesos nerviosos de base, ésta se referirá en sentido estricto a la falta del equilibrio que ordena y diferencia entre excitación e inhibición, el cual todavía debe formarse. A este respecto, predominan provisionalmente los procesos de excitación. Las inhibiciones están todavía débilmente desarrolladas, sobre todo la de la diferenciación para la regulación del movimiento dirigido. El predominio de los procesos de excitación se expresa en la viveza, intranquilidad y excitabilidad del comportamiento infantil. Por otro lado, el alto grado de plasticidad del cerebro asegura a los niños el registro de un alto número de informaciones procedentes del entorno. De este modo, los niños adquieren gran cantidad de conocimientos de diferentes ámbitos del saber, habilidades, capacidades y procesos de movimiento. Su gran potencial para el registro de informaciones hace a los niños muy dotados para la imitación. Sin embargo, la inhibición de la diferenciación todavía débilmente formada dificulta la fijación o formación de engramas en el cerebro de los elementos que deben aprenderse. La fijación es posible gracias a un número suficientemente alto de repeticiones. El llamado sobreaprendizaje (número muy elevado de repeticiones, realizando el ejercicio con las condiciones de aprendizaje lo más estandarizadas
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posible) es un método muy importante para ello y también para conseguir la fijación del aprendizaje en el caso de deficiencias en la inhibición. Los incrementos de aprendizaje naturales: Desde el punto de vista neurofisiológico, en la infancia, los mecanismos de las redes neuronales son especialmente plásticos y sensibles, estimulables y conformables para la recepción, tratamiento y almacenamiento de determinadas habilidades, técnicas y adaptaciones a la acción. Por lo tanto, el entrenamiento infantil debe aprovechar estas fases de elevada capacidad de aprendizaje y disponibilidad para el mismo. Así, desde el punto de vista fenomenológico, y según indican las experiencias prácticas, las edades comprendidas entre los 9 y los 12 años se definen como “edad óptima para el aprendizaje” o “fase de la capacidad óptima del aprendizaje motor”. Esta edad constituye un punto cumbre del desarrollo psicomotor. Los movimientos se aprenden “súbitamente”. La capacidad del movimiento interno: Los niños disponen de un nivel de desarrollo motor y sensor muy complejo, lo que, por un lado, les capacita en gran medida para la percepción y lleva a un alto grado de excitabilidad del sistema nervioso central, pero, por otro lado, produce una capacidad espontánea de imitación, de la que resulta la capacidad del “movimiento interno”. Los niños de esa edad aprenden todavía mucho mediante la imitación espontánea de los movimientos vistos, observados y experimentados internamente. Es decir, aprenden de la imagen del movimiento observado.
6.2.2. Las condiciones del aprendizaje motor en las fases prepuberal y puberal En la primera fase de la pubertad (pubescencia) cambian las condiciones del aprendizaje motor y, con ello, también las del entrenamiento técnico. La plasticidad de los procesos nerviosos base, se mantiene en la pubertad porque todavía predominan los procesos de excitación corticales. Las diferencias de intensidad entre excitación e inhibición son, no obstante, considerablemente menores a las de la fase prepuberal. La diferencia se basa no en una disminución de la excitación, sino en un incremento de los procesos de inhibición, con lo que la inhibición de la diferenciación resulta más formada. El desarrollo de la inhibición de la diferenciación favorece las funciones de análisis y síntesis de la corteza cerebral, lo que conduce a una mejor fijación y estabilidad de los estereotipos motores. En comparación con la fase prepuberal, lo que remite a procesos el SNC desarrolla la capacidad para fijar los modelos de movimiento duraderos. Sin embargo, los procesos de excitación tienden a la irradiación, lo que remite a procesos de inhibición corticales que todavía no son satisfactorios. Esto produce unos movimientos con frecuencia sorprendentes, pero también desproporcionados y exagerados, los llamados “patinazos”. La tendencia a irradiar disminuye sobre todo la capacidad para aprender nuevas habilidades. Además, perjudican la especificidad funcional del SNC durante la pubertad, (1) la velocidad de fijación, (2) el rápido agotamiento de la capacidad de concentración y llevan (3) a la debilitación de la voluntad. El aprendizaje de habilidades y técnicas debe considerar estas influencias limitantes y condicionadas por la maduración, pero puede proseguir de forma sistemática.
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Para el aprendizaje motor y para el entrenamiento técnico son válidas en la pubertad las siguientes características:
El aprendizaje imitativo de la fase prepuberal, que es sustituido por el aprendizaje que se realiza mediante el lenguaje, es decir, mediante las informaciones verbales y la comprensión cognitiva. Las informaciones son más eficaces cuando son breves, claras y llevan a representaciones del movimiento internas y simples. Respecto a este nivel del desarrollo cabe destacar, en primer lugar, que la imagen vista del movimiento que se imita se sustituye por la imagen del movimiento que aparece conscientemente, es decir, por la representación interna de éste. Puesto que el paso de unas capacidades de aprendizaje motoras a otras es difícil, no deberían aprenderse a toda costa nuevas técnicas con la llegada de la primera fase de la pubertad. En esta fase es mejor estabilizar el repertorio de movimientos adquirido en la infancia y fijar sistemáticamente las técnicas existentes mediante muchas repeticiones y correcciones verbales, es decir, fijar los movimientos como estereotipos. En esta fase es muy importante aprovechar los incrementos de fuerza y sobre ello resaltar la unión de los componentes dinámicos con las técnicas deportivas. Mientras que en la fase prepuberal se conforma sobre todo el “modelo cinemático” de las técnicas, en la pubertad se intensifica la dinámica y, en consecuencia, el modelo de fuerza de la técnica. Además, los movimientos reciben en la pubertad sus especificidades típicas masculinas o femeninas. Junto a ello, se conforma el estilo individual en la realización del movimiento. El estilo individual que va desarrollándose debe ser observado con mucha atención porque se pueden fijar errores técnicos en relación con las imágenes ideales que después son muy difíciles de corregir.
La siguiente tabla presenta una confrontación de las capacidades de aprendizaje en los niños y en los jóvenes. Las condiciones de aprendizaje en los niños y en la primera fase de la pubertad. En los niños
En la pubertad
1. Plasticidad de los procesos nerviosos de base: Predominio de la excitación menor Alto registro de la información Capacidad de imitar Dificultad para la fijación o formación de engramas por una débil inhibición de la diferenciación. 2. Incrementos naturales para el aprendizaje: Mecanismo de desencadenamiento Incremento de movimientos y juegos innatos. 3. Capacidad de movimiento interno: Aprendizaje instantáneo Capacidad de imitación espontánea.
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1. La plasticidad existe todavía pero menos intensa: Inhibición de la diferenciación creciente Mejores condiciones de análisis de la corteza cerebral Mejor fijación y estabilización de los estereotipos motores Los procesos de excitación tienen tendencia a la irradiación y por ello disminuye la capacidad de aprendizaje motor. 2. Ya no existen incrementos naturales de aprendizaje. 3. Aprendizaje mediante el lenguaje.
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6.3. PRINCIPIOS GENERALES
Las capacidades de aprendizaje, determinadas por la madurez en niños y jóvenes, permiten suponer que su grado de libertad, incluso con un alto índice de aprovechamiento y ejercitación, es prácticamente inagotable. Las barreras de las capacidades de aprendizaje motor deberían ser el resultado de la falta de aprovechamiento. El aumento cualitativo del nivel de las capacidades de aprendizaje afecta la ampliación continuada de las exigencias del rendimiento. Esta interacción hace imposible la valoración del grado de capacidad del entrenamiento tecnicodeportivo en los niveles de desarrollo. En el caso del aprovechamiento de las capacidades estructurales y funcionales, está por encima de lo supuesto generalmente. Además, no se puede valorar en que medida un alto grado de variedad del entrenamiento de aprendizaje tiene un efecto de transferencia o integrador en el aprendizaje de habilidades y técnicas. Puesto que el nivel técnico expresa también la complejidad y la unión de las diferentes capacidades, se debe partir de que la ejercitación variada de las condiciones psíquicas y neuromusculares origina una amplia base para la memoria motora y para los procesos de aprendizaje motor. Las experiencias prácticas han demostrado que al final del entrenamiento de base debe manifestarse ya una calidad técnica adecuada a las condiciones de competición respectivas con un alto grado de seguridad técnica, estabilidad y variabilidad en unas determinadas condiciones de presión y de tiempo.
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