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Boxval, boxeo con valores

El boxeo es el deporte más puro y, sin duda alguna, el más antiguo, pues desde la época de las cavernas, el ser humano peleó por su supremacía entre los grupos.

Existen testigos de la historia del boxeo en diversas etapas de la humanidad: Mesopotamia, Roma, Egipto y Constantinopla, hasta que la Edad Media borró por siglos la historia de este deporte, y muchas otras cosas más.

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Sin embargo, regresó el boxeo moderno, y encontró su casa en Inglaterra. Personas se reunían para ver a dos hombres pelear a puño limpio y sin reglas, y así sucedió por décadas. El primer intento fue conocido como las del Marqués de Queensberry, pero en realidad tardó muchos años más en ser, un deporte regulado.

El boxeo en sí era un acto violento, salvaje y brutal, no existía la mínima protección, prevención y cuidados después de los combates. Se perdieron muchas vidas, y la calidad de los que lograban llegar al retiro, era precaria, sin dinero y daños importantes en su salud.

Fue el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que humanizó este deporte y, con la colaboración de federaciones nacionales y comisiones de boxeo de muchos países, se establecieron reglas y procedimientos para hacerlo justo y seguro.

El boxeador nace en cunas humildes, y lucha para salir adelante, encontrando en el gimnasio, el medio para cambiar su vida y conquistar la gloria. El pugilista es la persona más humana que existe. Su sencillez es evidente, el respeto a la disciplina, el trabajo, sacrificio y, en especial, a su templo llamado gimnasio. Su entrenador es una figura paterna, los otros boxeadores del gimnasio son sus compañeros de vida, y el respeto hacia sus rivales es admirable. Imagínense la naturaleza del boxeo es golpearse buscando ganar la pelea, y cuando suena la campana, dando por terminado el combate, ambos se funden en un gran abrazo reconociendo las virtudes de su rival, y generalmente, se convierten en amigos de por vida.

El boxeador es noble. Al llegar la fama y el dinero, lo primero que hacen es compartir su fortuna con la familia, comprarle una casa a su madre, apoyar a hermanos, tíos, y, además, atender las necesidades de amigos y desconocidos sin límite.

Cuando el Santo Padre Francisco confió en el Consejo Mundial de Boxeo para organizar y llevar el programa BoxVal (Boxeo con Valores), tomamos un camino que ha sido gratificante, pues miles de niños, jóvenes y adultos han sido tocados con el espíritu de mantener valores que tanto se han perdido en la sociedad en la que vivimos, y que nuestro deporte difunde día tras día, en todos los rincones del mundo. La descripción del boxeo en palabras de Su Santidad ha maravillado a quien la escucha.

El boxeo es como la naturaleza, no importa tu fuerza, sino saber cuáles son tus habilidades, y encontrar las debilidades de tu rival; así como sucede con la temible cobra cuando se encuentra frente a la mangosta, ésta utiliza su rapidez para esquivar las mordidas, y la derrota por medio de movimientos.

El Papa Francisco ha recibido a Julio César Chávez, Julio César Chávez Jr. y a Deontay Wilder; también sostuvo una videoconferencia en vivo, con la “Chiquita” González, Carlos Zárate, Pipino Cuevas, José Luis Bueno, y muchos campeones más, al igual que a decenas de boxeadores principiantes, en aquel histórico encuentro, desde el gimnasio Ring Central, de la Central de Abastos, de la Ciudad de México.

Ha dado la bendición para plantar el “Olivo de La Paz” para una importante cantidad de combates, como Saúl Álvarez Vs. Amir Khan, Gennady Golovkin Vs. Daniel Jacobs, “Chocolatito” González Vs. Sor Rungvisai, y recientemente para la del “Canelo” Vs. Ryder en la que se entregó la “Corona de Laureles”, pieza elaborada por Adrián Pallarols, orfebre oficial del Santo Padre.

Hemos aprendido la urgente necesidad de servir a los demás sin esperar nada a cambio, de ser empáticos, tener compasión, y hacer todo lo posible, día tras día, para brindar oportunidades a quienes más lo necesitan. El boxeador tiene una fe inquebrantable, reza antes de subir al cuadrilátero, pidiendo que ambos regresen sanos y salvos, con sus seres queridos. Después de una batalla brutal, suena la campana, y todo acabó, se abrazan y se reconocen, y siguen con sus vidas.

¿SABÍAS QUE?

El Papa Juan Pablo II fue boxeador amateur en Polonia, fue el deporte de sus amores, y éste le sirvió, para su formación física y espiritual.

An Cdota De Hoy

El ex campeón mundial de peso Semicompleto, Adonis Stevenson, sufrió un nocaut el 1 de diciembre del 2018. Fue trasladado de urgencia para una operación, y quedó en coma, con un pronóstico poco alentador. El 18 de diciembre de ese año viajé a Toronto para visitarlo en el hospital y el promotor Yvon Michel junto a Lamont Jones me acompañaron a cuidados intensivos.

Tomé su mano izquierda, y le coloqué un rosario, que llevaba la bendición directa del Papa Francisco, recé, después le dije algunas palabras de ánimo de los miles de mensajes que había, en el que esperaban su recuperación. Me senté frente a él, con dos de sus acompañantes, y tras media hora, Adonis empezó a toser, y hacer movimientos de querer levantarse, entraron muchos doctores, y nos sacaron del cuarto.

Ese día despertó, y hoy vive felizmente, en compañía de su madre y familia, maneja y dedica su vida a ser el campeón de la esperanza. ¿Casualidad? ¿Milagro de Francisco?

Eso es lo que aseguro al haber vivido ese momento inolvidable.

› Así como entrenan el cuerpo, también lo hacen con la mente por medio de la meditación.

FÍSICO

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