5 minute read

Solicitan dar celeridad en el tema Inai

URGEN AL SENADO NOMBRAR A SUCESORES PARA PODER SESIONAR EN ABRIL.

Advertisement

Ciudad De M Xico

Por Agencias › Quequi o Agencia

Ante la posibilidad de que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) deje de sesionar, pues en abril se quedará sin tres comisionados y el presidente Andrés Manuel López Obrador vetó, con su derecho constitucional, a dos que ya habían sido aprobados para sucederles, la presidenta del organismo, Blanca Lilia Ibarra, urgió a los senadores a nombrar a los tres integrantes faltantes para que puedan continuar con sus labores.

“Hacemos un respetuoso llamado a no imposibilitar sus tareas, pues sin quórum para sesionar no tendremos las facultades para impedir que se niegue al saber de la ciudadanía ni podremos protegerlo si se vulneran sus datos. Tampoco podremos fungir como segunda instancia ni resolver aquellos recursos estatales que el Inai atrae por su relevancia nacional, no podremos resolver las denuncias de incumplimiento a las obligaciones de transparencias”, dijo la comisionada presidenta del Inai.

Conversaciones del Banco Sabadell entre Donald Trump y Kim Jong-un

Al comparecer en el Senado, Blanca Lilia Ibarra recordó que si no cuentan con el quórum necesario, que es de cinco personas, el Inai no podrá emitir resoluciones; es decir, “las quejas de las personas inconformes no podrán encontrar con esta resolución (…) Esto podría ser un retroceso grave no solo para los derechos humanos, sino para la democracia”.

Señaló que el Inai no trabaja para los poderes del Estado, sino para la gente y para fortalecer su capacidad para defenderse, y señaló que muestra de ello es que recibieron 20 mil medios de impugnación en materia de acceso de la información de octubre de 2021 a septiembre de 2022, lo que significa un incremento de 16.7% respecto al año anterior.

“El instituto surgió del proceso de transición democrática y congrego décadas de esfuerzos para mitigar los excesos del poder, de ahí emana su perspectiva garantista y su afán de habilitar otros derechos para impulsar la justicia social. Esa es la única convicción del Inai: ayudar a las personas a resolver problemáticas de la vida cotidiana”, señaló.

La generación de los mileniales transformó el mundo hace una década. El capitalismo de bienes de consumo ordinarios diseñados para ser consumidos en masa dio pie a uno en el que importaban las historias que hubiese en torno al objeto en cuestión, aunque fuese un bote de kétchup, y también los valores sociales que encarnaba el productor. Tenía que ser eco y friendly de muchas causas. Las marcas pequeñas, en la década de 2010, pasaron a vender un 30 % más. Sí, el capitalismo no es el mismo desde la llegada de los mileniales. Hay que admitirlo. Del mismo modo hoy, que, mientras escribo estas líneas, he visto al supremo camarada timonel de Corea del Norte, Kim Jong-un, lanzar un misil nuclear y hacerse un vídeo con chupa de cuero y gafas de sol poniéndosele kíe a la humanidad, veo que es un buen momento también para tener en cuenta los efectos de la llegada de los mileniales al poder. Sobre todo, para valorar la viabilidad de la vida sobre el globo terráqueo en los próximos años.

El 12 de junio de 2018 se produjo una verdadera conjunción planetaria. Kim Jong-un se encontró con Donald Trump. Un milenial al que sus papás, en lugar de una plaza amañada en la administración de una capital de provincia, le regalaron una distopía, se encontró con el pavo del pressing catch que lo había petado en un reality y en una carambola propiciada, en buena parte, por las fuerzas del mal al servicio de Vladímir Putin, había acabado en la Casa Blanca. Putin, como contamos aquí, era un chaval que no pudo llegar muy lejos como espía del KGB. Como cuenta Anna Fifield en ‘El gran sucesor’, los ánimos estaban caldeaditos. Unos meses antes del famoso encuentro, Kim Jong-un había sugerido la idea de “domar con fuego al viejo chocho estadounidense mentalmente desquiciado”. Sin embargo —así es la política— aquel día, en el hotel Capella de Singapur, se dieron la mano sonrientes. El líder norcoreano, en ese momento, le dijo a Trump: “Mucha gente en todo el mundo creerá que esto es una película de ciencia ficción”.

No era para menos. Si echamos un vistazo a la hemeroteca de The New York Times, no habían parado de insultarse. En 2014, Trump dijo que Corea del Norte era “el último lugar al que quiero ir”. Era un recado a Dennis Rodman, que había estado viendo básquet en Pionyang con Kim Jong-un. En 2015, lo había llamado “maníaco”. En 2016, fue más prolífico: “Haría que China hiciera desaparecer a ese tipo muy rápidamente”; “Es un tipo malo”. En 2017: “¿No tiene nada mejor que hacer con su vida?”; “Si siguen amenazando a Estados Unidos, se encontrarán fuego y furia”; “Obviamente es un loco, no le importa ma- tar de hambre a su gente”; “¿Por qué me insulta llamándome viejo cuando yo nunca le llamaría enano gordito?”. Y Kim Jongun, como se ha mencionado, también pisaba fuerte: “Un perro asustado ladra más fuerte”; “No es apto para ostentar el mando supremo de un país, es más un pícaro, un gánster aficionado a jugar con fuego más que un político”.

El punto culminante llegó en Twitter. El líder norcoreano deslizó en su discurso de Año Nuevo: “No es una amenaza, es una prerrogativa, tengo un botón nuclear en el escritorio de mi oficina”. A lo que Trump contestó con un tuit: “El líder de Corea del Norte acaba de declarar que tiene un botón nuclear en el escritorio. ¿Podría alguien de su régimen agotado y hambriento informarle de que yo también tengo un botón nuclear como el suyo, pero el mío es mucho más grande y más poderoso que el suyo, y mi botón además funciona?”. La escalada empezaba a dar miedo. Por eso, en este punto, Trump decidió hacer un reset y comenzar de nuevo. Hizo todo lo posible para que limaran asperezas, y Los Angeles Times bautizó a ese proceso su bromance. Lo cierto es que ambos tenían mucho en común. Habían heredado el imperio familiar y ninguno de los dos era el primogénito, pero ambos habían convencido a sus padres de que eran los adecuados para hacerse cargo de él, tal vez por sus querencias por lo megalómano y los proyectos faraónicos. A Trump, cuyas dotes diplomáticas igual algún día sean valoradas con indulgencia, le gustaba reunirse con sus homólogos a solas, para que hubiera confianza, y poder soltarse. Por lo visto, en Asia es algo especialmente importante para cualquier tipo de negociación o trato. Esto sedujo al del tupé.

En realidad, tenían mucho que discutir. Kim Jong-un había dado un paso histórico. Había anunciado que ya no quería supeditarlo todo al desarrollo nuclear, que ahora tocaba la economía, el socialismo. Pasar de dictador a desarrollista. Solo había un problema, las sanciones, y ahí Trump podía hacer algo. Decidieron verse a ver qué tal. El líder norcoreano, en lugar de en el tren blindado que solía usar su padre, acudió a la cita en un avión de Air China que solía usar el primer ministro chino, un Boeing 747 de fabricación estadounidense. Kim Yo-jong, su hermana, fue en un avión norcoreano aparte. En el hotel St. Regis de Singapur, la comitiva norcoreana reservó tres plantas con el acuerdo de que las habitaciones no podían volver a ocuparse hasta dos días después de la marcha del ‘Amado Líder’. Era para limpiar toda muestra de ADN que quedase por ahí. Con la comida hubo idéntico cuidado, se la trajeron desde Pionyang en camiones refrigerados.

Ayuda A Localizarla

activa FGE búsqueda de Jenifer Daniela López Jiménez, vista por última vez en Cancún. Inf. al 9988817150 Ext. 2130.

transporte. Policías de Tránsito Municipal de Playa del Carmen, implementaron el operativo alcoholímetro a choferes de transporte público colectivo para evitar accidentes y salvaguardar la integridad de los ciudadanos.

Foto: Redacción › Quequi

Editor: Aristóteles Vadillo › Diseñador: Gabriel Romero

This article is from: